EJERCITO DE SALVACION Territorio Oeste de Sudamérica Avda. España 46 – Teléfono 26957005 – Santiago de Chile (Circulo de la Amistad – www.ejercitodesalvacion.cl) Septiembre 2014 Queridas amigas, Desde mi ventana por muchos años veía un árbol solitario en el sitio vecino. Cada año, en la última quincena de agosto, el árbol, un aromo (o mimosa), se cubría de miles de pelotitas aterciopeladas amarillas y el árbol me decía: ¡Ya viene la primavera! Pero un año llegaron unas excavadoras y junto con la tierra, para hacer los cimientos de un gran edificio, sacaron el árbol. Pero, en mi memoria, en esta época del año siempre recuerdo ese árbol y me sigue avisando: ¡Ya viene la primavera! Las Sagradas Escrituras. En este mes las iglesias cristianas celebran el Mes de la Biblia. La primera Doctrina del Ejército de Salvación dice: “Creemos que las Escrituras del Antiguo y del Nuevo Testamento fueron dadas por inspiración de Dios, y que sólo ellas constituyen la regla divina de fe y práctica cristianas.” No lo debemos olvidar. Hace poco leí que en Nueva York se había rematado la Biblia que perteneció al científico Albert Einstein en US$ 68.500. Llevaba la firma, en el año 1932, de Einstein y de su esposa. Aun cuando Einstein no respaldaba la religión organizada, y expresaba a veces opiniones más bien críticas al respecto, dentro de esa Biblia escribió: “Es una inextinguible fuente de sabiduría y de consuelo que debe ser leída a menudo.” Aprender de las vacas. Cuando uno va al campo, suele ver vacas paradas tranquilas masticando su bolo alimenticio. Las vacas primero llenan su estómago con pasto y otros alimentos, y después suelen volver a subir a su boca un bolo, que mastican por mucho tiempo, volviendo a aprovechar lo que ya han comido, asimilándolo y transformándolo en leche cremosa. ¿Acaso es una pérdida de tiempo? No, si quieren producir buena leche. El escritor del largo Salmo 119 obviamente rumiaba y masticaba al leer la Palabra de Dios. Si nosotros seguimos su ejemplo de una lectura de la Biblia cuidadosa y beneficiosa, seremos: Fortalecidos para no pecar – “En mi corazón atesoro tus dichos para no pecar contra ti” (versículo 11). Nos deleitaremos en ir aprendiendo más acerca de Dios – “En tus preceptos medito, y pongo mis ojos en tus sendas; en tus decretos hallo mi deleite, y jamás olvidaré tu palabra” (vs. 154 y 16). Descubriremos maravillosas verdades espirituales – “Ábreme los ojos, para que contemple las maravillas de tu ley” (v. 18). Seremos asesorados para un buen vivir cotidiano – “Tus estatutos son mi deleite; son también mis consejeros” (v. 24). Meditar es más que simplemente leer la Biblia y creer en ella. Es aplicar sus enseñanzas a la vida diaria. La Palabra de Dios de ninguna manera es comida chatarra…. Tenemos que aprender a rumiar y masticarla. Para ser un cristiano saludable, no trate a la Biblia como comida chatarra. *****