Ven106

Page 1

Número 106

La aflicción de las drogas y la voluntad de Dios “Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el SEÑOR—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza” (Jeremías 29:11).


Millones de personas y hogares sufren en el submundo de la drogadicción La vida parece marchar de “complicada” a “peor”. Pocas veces podemos mantenernos en un plano de verdadera o relativa paz. Lo que es más desmoralizador es que los recursos adoptados solo parecen funcionar bien… al principio. Es posible que esa sea la primera “ayuda” a la que acudan los adolescentes, e incluso los niños, como un refugio para sus desórdenes psicológicos; además de que, faltos de una orientación adecuada, caigan en el uso de bebidas embriagadoras o narcotizantes. Así, desde pequeños, con el mal ejemplo de sus propios padres a la vista, caen en la descripción que hace el autor de los Proverbios: “El vino lleva a la insolencia, y la bebida embriagante al escándalo; ¡nadie bajo sus efectos se comporta sabiamente!” (Proverbios 20:1). Todo eso acontece tal cual pero antes, los

hechos eran silenciados en los hogares, y nadie se atrevía a comentar… los grupos colegiales, los amigos o las juntas en ciertas esquinas del barrio, las improvisadas fiestas juveniles, con abundantes bebidas alcohólicas, tal vez hasta ciertos excesos o alguna huida ocasional al acercarse una patrulla policial; sólo que las bebidas son cada vez más fuertes y abundantes, y ahora eso se convierte en una necesidad, ya que nadie quiere quedarse atrás en esas juergas cada vez más desenfrenadas, y en las que la bebida es cada vez más imperante. “Tan necesaria” que finalmente algunos deben ocultar una botella de licor en algún anaquel, a fin de tener el “combustible” necesario para poder iniciar la actividad del día siguiente. El alcoholismo es un vicio que no se reconoce hasta que se manifiestan sus consecuencias: problemas laborales u hogareños, pobre-


za, crisis familiares, deudas financieras, mal carácter y todas aquellas cosas que podemos incluir en la “disolución” o “desenfreno” a la que se refiere el apóstol Pablo en su carta a los Efesios 5:18: “No se emborrachen con vino, que lleva al desenfreno. Al contrario, sean llenos del Espíritu Santo”. Otra adicción que podemos denominar de modo claro como “vicio” es el tabaquismo, cuya droga principal y más adictiva es la nicotina. Si bien la aparición de la nicotina es mucho más reciente en el infierno de la drogadicción, su efecto destructor ha sido —y es— mucho más nocivo y devastador que el alcoholismo. La nicotina es una más de las llamadas “drogas sociales”, pues su difusión alcanzó rápidamente los entornos sociales. Aun hoy es visto como algo “bien”; un signo de “elegancia”. Sin embargo, en la actualidad se sabe que casi en cada continente existen diversas drogas alucinógenas que se extraen de hongos y plantas cuyas sustancias se utilizaban antiguamente con fines rituales o mágicos.

La amapola, con su derivado del opio, vino del Oriente; pero ya era conocida desde la antigüedad como un medicamento por los sumerios. También está el cáñamo, del que se extraen el hachís y la marihuana; además, hay drogas alucinógenas empleadas como narcóticos por los chinos, los griegos, los árabes y, sobre todo, por los medos y los persas. No obstante, desde el siglo XIX al XXI la variedad de drogas y la cantidad que se ha destinado al consumo humano es casi imposible de rastrear, puesto que son importadas ilegalmente y de contrabando por los medios más sorprendentes de un submundo de criminalidad, comercio, adicción y muerte. Las ganancias, la ambición y la criminalidad de este cruel comercio parecen no tener límites; tal es así que no sólo se vende hasta el último gramo de droga, sino también los residuos de su producción. A un precio mucho más bajo y con químicos añadidos como el keroseno y el ácido sulfúrico, que añaden una mucho mayor peligrosidad.


Las drogas y la dependencia “Ciertamente les aseguro que todo el que peca es esclavo del pecado —respondió Jesús” (Juan 8:34, NVI).

“¿Acaso no saben ustedes que, cuando se entregan a alguien para obedecerlo, son esclavos de aquel a quien obedecen? Claro que lo son, ya sea del pecado que lleva a la muerte, o de la obediencia que lleva a la justicia” (Romanos 6:16, NVI).

“Por tu justicia, rescátame y líbrame; dígnate escucharme, y sálvame” (Salmos 71:2).



La droga que se devora a sus adictos La droga Krokodil (cocodrilo), como se le conoce en Rusia, está hecha a base de una mezcla de codeína que se inyecta con componentes como gasolina, diluyente de pintura o alcohol. Le debe su nombre, probablemente, al aspecto gris verdoso que produce en la piel; sumado ello al aspecto escamoso que causa a la epidermis. Esta droga puede ser fácilmente elaborada a partir de medicamentos que contengan codeína. Sin embargo, la desomorfina sintetizada de forma artesanal suele ser altamente impura, por lo que contiene elementos tóxicos y corrosivos.

La desomorfina es un análogo de opiáceo, derivado de la morfina, inventado en Estados Unidos en 1932. Posee efectos sedantes y analgésicos diez veces más poderosos que la morfina y, aunque produce un resultado comparable al de la heroína, sus efectos duran menos tiempo. Ha tenido mayor incidencia en Rusia, pues allí se incautaron a principios de 2011, 65 millones de dosis de la droga. El número de consumidores se ha elevado debido a la producción clandestina a gran escala y, en parte, a la obstrucción de los canales de suministro de heroína en algunas partes del país. Es una dro-


ga popular entre los adictos a la heroína o al crack, ya que es más barata y su producción es más sencilla, resultando un sustituto alterado de drogas más costosas. En Rusia, la cifra de adictos a la heroína llega a los 2,5 millones. Eso se debe, en gran parte, a su estado socioeconómico y a su situación geográfica, pues reciben treinta toneladas de heroína anualmente. Al poco tiempo de consumir Krokodil, los tóxicos de la droga comienzan a hacer que la piel del usuario tome un color gris verdoso; luego, pasados unos meses, comienza a carcomer la carne del usuario, estropeándole hasta los huesos, de forma que causa gravísimos daños en el tejido carnoso al provocar flebitis y gangrena, hasta requerir muchas veces la am-

putación de algunos miembros. Esta droga es tan nociva que la expectativa de vida normal de sus adictos oscila entre dos a tres años. ¿Qué se puede hacer contra este “tsunami” de drogas que derriban voluntades, hogares y comunidades enteras, y que parecen no reaccionar o estar sin recursos ante la dominación de poderosas y tan variadas formas de ataque que dominan y esclavizan la mente y el corazón humanos? Damos gracias a Dios por los medios que están al alcance de muchos enfermos, pero todavía el principal refugio y medio de ayuda —la fe en Dios y Su fortaleza—, siguen siendo el remedio esencial para el rescate de tantos prisioneros de Satanás, el enemigo de Dios y del ser humano.


¿Deseas conocer más del Señor? Nos reunimos todas las semanas para estudiar la Biblia y aprender más del Evangelio. Nos alegrará mucho recibirte entre nosotros.

Ven a Cristo hoy es publicado por Hispanic Word 58 Steward Street Mifflintown, PA 17059 hispanic@en-marcha.org 717–436–9275 Declaración Internacional de Misión El Ejército de Salvación, movimiento internacional, es una parte evangélica de la Iglesia Cristiana Universal. Su mensaje está basado en la Biblia. Su ministerio es motivado por amor a Dios. Su misión es predicar el Evangelio de Cristo Jesús y tratar de cubrir las necesidades humanas en Su nombre, sin discriminación alguna.

Vidas transformadas La Biblia, la Palabra de Dios, no deja de mostrar su camino de salvación y revelar que ¡la libertad de todo mal es posible con Cristo! “Pero ahora que han sido liberados del pecado y se han puesto al servicio de Dios, cosechan la santidad que conduce a la vida eterna” (Romanos 6:22, NVI). Los recursos de Dios a través de Jesucristo están para ayudarte a triunfar. “Pues Dios no nos ha dado un espíritu de timidez, sino de poder, de amor y de dominio propio” (2 Timoteo 1:7, NVI). “Todo lo puedo en Cristo, que me fortalece” (Filipenses 4:13).


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.