Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos.
NĂşmero 109
Cristo no cambia (Hebreos 13:8)
En un mundo que cambia día a día —una sociedad inestable, cambiante y contradictoria—, el ser humano vive una de sus etapas más estresantes; la que sumerge al individuo, a la familia y a las comunidades en verdaderas crisis de toda índole. El ser humano anhela un poco de paz, y de seguridad, pero este mundo sólo le ofrece una visión de violencia, guerra y enfermedades; y aunque logra reducir los efectos con remedios y paliativos, estos son de duración limitada. “¡Paren al mundo, que me quiero bajar!” es una frase que alguien acuñó y que se transformó en un paradigma para la confusión general, el temor y el sentimiento de fracaso que envuelve a la humanidad. El único que no cambia es Cristo “Vengan a mí y tengan paz” —por otro lado— es un llamado milenario, un pensamiento que no cambia. Él es el Cristo que no cambia Su carácter ni nada de sí mismo, la prueba está en los escritos en que dan testimonio los antiguos creyentes.
Cristo no cambia ni Sus promesas tampoco, y esto nos debe dar mucha esperanza ya que, cuando Él dice algo, lo cumple. Los seres humanos hoy dicen una cosa y mañana otra, pero Cristo no es así. Su poder nunca ha cambiado ni cambiará jamás, Él es el mismo hoy y por siglos; aunque nosotros seamos infieles, Él siempre se mantendrá fiel.
“Si resistimos, también reinaremos con él. Si lo negamos, también él nos negará; si somos infieles, él sigue siendo fiel, ya que no puede negarse a sí mismo” (2 Timoteo 2:12-13). Esto nos debe ayudar a no dudar de las promesas que Cristo nos ha hecho en Su Palabra, ya que las va a cumplir. Su naturaleza es ser fiel. Cristo no cambia en Su sabiduría En Su sabiduría, inmensa e infinita, Cristo es el mismo de ayer y por todos los siglos.
“Les doy la paz, mi propia paz, que no es como la paz que se desea en este mundo. No se preocupen ni tengan miedo por lo que pronto va a pasar” (Juan 14:27, TLA).
Su sabiduría no ha cambiado ni cambiará jamás, sigue siendo la misma desde el principio, cuando en unidad con el Padre y el Espíritu Santo creaba un universo grandioso y tan perfecto que aún hoy el hombre intenta desentrañar sus misterios. Y aunque el ser humano ha logrado metas maravillosas, todavía le falta tanto que haría bien en ser más prudente en encarar proyectos o tomar decisiones.
Él tenía la sabiduría que asombraba a los hombres (Mateo 13:54). La gente se admiró por la sabiduría de Cristo ya que no era de hombres ni por hombres sino de Dios. Cristo no cambia en Su sabiduría; Su sabiduría sigue intacta, sigue siendo infinita, no tiene fin, ni tendrá fin jamás. Su sabiduría no cambia.
Él es la sabiduría de Dios Cristo sigue siendo la sabiduría de Dios en este mundo lleno de pecado. Esta sabiduría es infinita y no tiene fin.
Para los que Dios ha llamado, lo mismo judíos que gentiles, Cristo es el poder de Dios y la sabiduría de Dios. Pues la locura de Dios es más sabia que la sabiduría humana, y la debilidad de Dios es más fuerte que la fuerza humana.
“Al llegar a su tierra, comenzó a enseñar a la gente en la sinagoga. —¿De dónde sacó este tal sabiduría y tales poderes milagrosos? —decían maravillados” (Mateo 13:54).
El pacto eterno
“Aunque cambien de lugar las montañas y se tambaleen las colinas, no cambiará mi fiel amor por ti ni vacilará mi pacto de paz —dice el Señor, que de ti se compadece” (Isaías 54:10, NVI).
Cristo no cambia en Su santidad La santidad de Cristo tampoco tiene cambio. Él ha sido santo siempre y seguirá siéndolo. Él nunca ha tenido relación con el pecado ni nunca la tendrá, a diferencia de nosotros, que tenemos mucho de lo cual arrepentirnos.
pecado porque Él es santo por los siglos de los siglos. Cristo nunca va a perder Su santidad, siempre ha sido santo y lo seguirá siendo siempre y Su santidad será para siempre.
Él no conoció pecado
Cristo no cambia en Su amor
Él no conoce el pecado porque es santo desde El amor de Cristo es incomparable porque es siempre y por la eternidad y lo seguirá siendo infinito, nunca tendrá fin y nunca se va a acapor los siglos de los siglos. bar el amor que Él tiene por la humanidad; lo ha demostrado y lo sigue demostrando. “Al que no cometió pecado alguno, por nosotros Dios lo trató como pecador, para “Porque tanto amó Dios al mundo que que en Él recibiéramos la justicia de Dios” dio a su Hijo unigénito, para que todo el (2 Corintios 5:21). que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios no envió a su Hijo al “Nos convenía tener un sumo sacerdote mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él” así: santo, irreprochable, puro, apartado de (Juan 3:16-17). los pecadores y exaltado sobre los cielos” (Hebreos 7:26).
Él se dio por cada uno de nosotros
Él espera que sigamos el ejemplo de Su vida Muriendo en la cruz nos mostró Su amor por y Su sacrificio. cada uno de nosotros. Y sigue manifestándolo al limpiarnos de nuestros pecados. “Para esto fueron llamados, porque Cristo sufrió por ustedes, dándoles ejemplo “Pero, si vivimos en la luz, así como él para que sigan sus pasos. Él no cometió está en la luz, tenemos comunión unos con ningún pecado, ni hubo engaño en su boca” otros, y la sangre de su Hijo Jesucristo nos (1 Pedro 2:21-22). limpia de todo pecado” (1 Juan 1:7).
Por eso Él es nuestro ejemplo para no pecar
En tanto sea fiel nuestra adhesión a Su PalaY seguirá siendo el ejemplo supremo porque bra, Él nos permite gozar de Su amor incomnunca va a pecar, ni a tener relación con el parable.
“Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor” (Romanos 8:37-39).
¿Deseas conocer más del Señor? Nos reunimos todas las semanas para estudiar la Biblia y aprender más del Evangelio. Nos alegrará mucho recibirte entre nosotros.
Ven a Cristo hoy es publicado por Hispanic Word 58 Steward Street Mifflintown, PA 17059 hispanic@en-marcha.org 717–436–9275 Declaración Internacional de Misión El Ejército de Salvación, movimiento internacional, es una parte evangélica de la Iglesia Cristiana Universal. Su mensaje está basado en la Biblia. Su ministerio es motivado por amor a Dios. Su misión es predicar el Evangelio de Cristo Jesús y tratar de cubrir las necesidades humanas en Su nombre, sin discriminación alguna.
El amor de Cristo no cambia. Sigue igual, nunca va a cambiar porque es un amor infinito, así como Él. ¡No tiene principio ni fin! Aún hoy Jesucristo es la respuesta a todos los conflictos y a todas las necesidades. Por eso es que no nos cansamos de proclamarlo como Señor y Salvador, y a todo aquel que le reconozca como tal, le repetimos una y otra vez:
¡Ven a Cristo hoy!