Ven a Cristo

NĂşmero 91

Volver a empezar No es mĂĄs de lo mismo

Volver a empezar Podemos decir, sin temor a exagerar, que la frase “Volver a empezar” pertenece a nuestra cotidianeidad, es parte de nuestro léxico común, y que sabemos interpretarla conforme a las circunstancias o al tema de la conversación.

Infinidad de causas, temas y motivos nos llevan cada día a dejar algo, tal vez inconcluso o frustrado, para realizar un comienzo restaurador o con cambio de meta.

Para no distraernos del tema, hoy nos referiremos a aquellos cambios que llegan a ser trascendentales para nuestra vida y que pueden ser convenientes o no.

El “Volver a empezar” puede darse tanto por una necesidad, un buen deseo o quizá por un impulso de extrema desesperación. En muchos casos es una frase que surge, con cierta recurrencia, de lo profundo de nuestro corazón, más como un gemido que una firme y real decisión.

Es algo que a todos nos sucede alguna vez, una disyuntiva en la vida del ser humano tan común que ha llegado a ser tema en el mundo de la literatura y las artes. Poesías, canciones, libros o películas se refieren a este asunto. Un buen ejemplo es la película del cineasta español José Luis Garci, estrenada en 1982, que narró la historia de un exiliado que tras la instauración de la democracia en España, vuelve a su ciudad natal y se reencuentra con la mujer

que fue el amor de su juventud. Este “Volver a empezar” tenía su lado social y político, por eso esta película fue muy mal recibida por la crítica española, pero en Estados Unidos obtuvo el premio ‘Óscar’ a la mejor película extranjera de ese año.

El famoso escritor y poeta uruguayo Mario Benedetti (1920–2009) también escribió una hermosa poesía sobre este tema. Faltaría tiempo y espacio para referirnos a tantos casos similares.

La complejidad de la vida actual lleva a muchísimas personas a considerar el tema como algo dentro de sus metas o posibilidades. ¿Cuál es tu situación o pensamiento en este momento? Tal vez te encuentres en las cenagosas aguas de una relación sentimental que consideras fracasada; o de una esperanzadora marcha hacia el exilio, buscando un “Volver a empezar” para tu vida laboral o económica.

Hay quien busca cambiar de empleo para emprender un arriesgado proyecto en el que su seguridad económica es puesta en una situación límite o quién, a mitad de sus estudios universitarios, decide cambiar de carrera, pues lo que había elegido en primer término ya no le parece tan atractivo.

Para todos, el lema parece ser: “Volver a empezar”.

¿Qué es “volver a empezar”?

Volver a empezar puede ser una expresión un tanto engañosa. A veces la utilizamos como si de esta manera estuviéramos dejando atrás o, peor, borrando con un conjuro todo un historial de errores y decisiones equivocadas de nuestro pasado inmediato.

Sin embargo, el volver a empezar merece una profunda reflexión, una consideración serena tanto de las causales como de todos los efectos que surgirán a partir de allí sobre nuestra vida y la de nuestros seres queridos a los cuales, sin duda, no queremos perjudicar.

Sin dejar lo anterior de lado, tal vez con la expresión queremos referirnos a una decisión absolutamente personal: volver a empezar sin alcohol, o tabaco o drogas, volver a empezar una vida sin estar al margen de la ley, o una nueva relación. Pero esta decisión demandará, sin duda, una muy firme decisión personal, como así también una gran perseverancia para que el “volver a empezar” no se transforme en “más de lo mismo”.

“Pasa la vida y el tiempo no se queda quieto”, expresa Alejandro Lerner en su canción.

Esto es algo que merece una sincera introspección: El tiempo ha transcurrido desde las tal vez ya lejanas épocas de nuestras ilusiones o sueños juveniles. ¿En qué lugar de tu vida te encuentras ahora? ¿Consideras que estás en el momento adecuado y con las capacidades tanto mentales como físicas para un cambio

tan radical en tu existencia? De la vida pasada, ¿queda algo que desees conservar? ¿Cuáles son las culpas o responsabilidades que cargas en tu mochila? Es sumamente difícil, sino imposible, cruzar el umbral hacia el nuevo comienzo sin resolver cada una de estas cosas.

Y si ya estás decidido a dar el portazo sepultando todo lo que pertenece a tu pasado, es muy posible que sea muy poco lo que te queda para ¡volver a empezar!

“Hoy te toca volver a empezar con la nada que te queda ya”, dice la compositora mexicana Julieta Venegas.

En el caso de que tu decisión de volver a empezar sea fruto de una situación terminal o de un recurso emanado de la desesperación, esto podría parecerse más a un suicidio que a una decisión inteligente.

“En qué lugar anidaré mis sueños nuevos, y ¿quién me dará una mano para volver a empezar?” (A. Lerner, de la canción “Volver a empezar”).

Tal vez en este caso debas renunciar a tu individualismo e independencia, puesto que tus recursos naturales se han agotado, y quizás necesites buscar una ayuda superior.

Sea cual sea tu motivación para esta empresa, económica, moral, espiritual o sentimental, necesitarás de la mano de ese “Quien”. Por eso hoy quiero hablarte de Él.

¡Voy a hacer algo nuevo!

Ya está sucediendo, ¿no se dan cuenta?

Estoy abriendo un camino en el desierto, y ríos en lugares desolados.

(Isaías 43:19, NVI)

Visto lo escrito en las páginas anteriores podemos observar el tortuoso camino emprendido para llegar a una situación difícil de sobrellevar. Entonces, ¿cómo cambiar mi vida sin entrar en tantos cambios profundos y peligrosos?

Entendemos que es literalmente imposible borrar el pasado de un plumazo, o eludir las consecuencias de nuestro “salto al vacío”, o desprendernos del lastre de un pasado que permanecerá por siempre en nuestra mente (o nuestra conciencia), y que ya no podemos cambiar.

Sin embargo si has llegado a esta situación, tenemos buenas noticias para ti: Dios es el más interesado en que lo intentes y el Único que tiene la capacidad de ayudarte a lograrlo.

Dice el Señor: “Las cosas pasadas se han cumplido, y ahora anuncio cosas nuevas; ¡las anuncio antes que sucedan!” (Isaías 42:9, NVI).

El Señor es quien puede y quiere renovar tu vida al punto de hacerla nueva. Él detesta lo remendado: “Nadie pone remiendo de paño nuevo en vestido viejo; de otra manera, el mismo remiendo nuevo tira de lo viejo, y se hace peor la rotura” (Marcos 2:21, NVI). Él quiere que tu vida no sea algo más de lo mismo, sino algo realmente nuevo. Él no te ofrece meras demandas religiosas, Él te aconseja, te fortalece y te ayuda a enfrentar las peripecias del camino. No te promete hacerlo fácil, las dificultades son parte de la vida y de nuestra formación como adultos responsables, capaces y perseverantes; pues una vez iniciado este nuevo camino, la perseverancia será una de tus herramientas indispensables.

Tienes que volver a nacer La visita de Nicodemo a Jesús fue en secreto, por la noche. Nicodemo era un personaje importante de la sociedad y de la religión.

Evidentemente no quería ser sorprendido en compañía de aquel tosco profeta galileo, pero una urgente necesidad interior lo impulsó a romper sus prejuicios e ir al encuentro de Jesús. Comenzó intentando hablar de un tema casual y meduloso. “—Rabí —le dijo—, sabemos que eres un maestro que ha venido de parte de Dios, porque nadie podría hacer las señales que tú haces si Dios no estuviera con él…”.

Pero la respuesta de Jesús fue sorpresiva y determinante: “Nicodemo, tienes que volver a nacer”. Un sorprendido Nicodemo intentó continuar su discurso pero sintió que el andamio de su jerarquía y dignidad religiosa se desintegraba ante la dignidad y la firmeza de Jesús. El relato no aporta muchos más detalles de aquella conversación que, sin duda, habrá durado toda la noche. Pero, al amanecer, un nuevo Nicodemo salía de aquella modesta vivienda. Nunca sería el mismo. Junto con aquel amanecer Nicodemo volvía a empezar.

“Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre” (1 Timoteo 2:5, NVI).

Más adelante, en la crónica de los hechos de la muerte y resurrección de Jesús, el nombre de Nicodemo vuelve a aparecer, esta vez registrado como “discípulo secreto de Jesús”.

Esta es la transformación que, veinte siglos después, Dios sigue ofreciendo a todo aquel que aspira a una nueva vida: “Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo!” (2 Corintios 5:17, NVI). ¿Quieres un venturoso volver a empezar? ¡Búscalo en Cristo Jesús! Haz tuya esta oración: “Señor, mi vida ha llegado a un punto sin retorno. He cometido tantos errores que ya no sé cómo repararlos. Quiero comenzar una nueva vida, pero no conozco el camino. Sólo sé que tú me ofreces tu mano fuerte, amorosa, y me dices: Yo te ayudo. Me aferro a tu mano y te acepto como mi Señor y Salvador. Amén”.

No puedes aspirar a lo nuevo si arrastras el pesado lastre de todo lo viejo que te hizo mal hasta ahora. Tampoco puedes ya confiar en influencias, amigos o familiares: “¡Dejen de confiar en el hombre, que es muy poco lo que vale! ¡Su vida es un soplo nada más!” (Isaías 2:22, NVI). No porque no quieran, o te hayan fallado deliberadamente, sino porque son tan humanos y falibles como tú. No pueden hacer más.

En esta actitud, ni espero ni temo al ser humano: “En Dios he confiado; no temeré; ¿Qué puede hacerme el hombre?” (Salmos 56:11, NVI).

El Único confiable es Jesús, el divino Maestro, que con Su palabra nos inspira seguridad, confianza y paz. “Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo” (Juan 16:33, NVI).

De Jesús, como guiador y guardador podemos decir con certeza: “Me infunde nuevas fuerzas. Me guía por sendas de justicia por amor a su nombre” (Salmos 23:3, NVI). Él me dice: “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente... Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas” (Josué 1:9, RVR).

¿Deseas conocer más del Señor?

Nos reunimos todas las semanas para estudiar la Biblia y aprender más del Evangelio. Estaremos muy contentos de recibirte entre nosotros.

Ven a Cristo hoy es publicado por Hispanic Word 58 Steward Street Mifflintown, PA 17059 hispanic@en-marcha.org 717–436–9275 Declaración Internacional de Misión El Ejército de Salvación, movimiento internacional, es una parte evangélica de la Iglesia Cristiana Universal. Su mensaje está basado en la Biblia. Su ministerio es motivado por amor a Dios. Su misión es predicar el Evangelio de Cristo Jesús y tratar de cubrir las necesidades humanas en Su nombre, sin discriminación alguna.

Oración para “volver a empezar” “A ti, SEÑOR, elevo mi alma; mi Dios, en ti confío; no permitas que sea yo humillado, no dejes que mis enemigos se burlen de mí.

Quien en ti pone su esperanza jamás será avergonzado; pero quedarán en vergüenza los que traicionan sin razón.

SEÑOR, hazme conocer tus caminos; muéstrame tus sendas.

Encamíname en tu verdad, ¡enséñame!

Tú eres mi Dios y Salvador; ¡En ti pongo mi esperanza todo el día!”

(Salmo 25; fragmento)