Versos libres de almas cautivas
Versos libres de ALMAS CAUTIVAS
Alicia Solari Caetano
Versos libres de almas cautivas Primera edición: setiembre de 2016 Tiraje: 1000 ejemplares ©
Alicia Solari Caetano alisol5@hotmail.com Terre des Hommes Suisse Daniel A. Carrión (ex Martín Pérez) N.o 866 1.er piso Magdalena del Mar, Lima 17 Perú Teléfono: 463-1911 www.terredeshommessuisse.ch
Diseño y diagramación de carátula e interiores: Mónica Avila Paulette Fotografías de carátula e interiores: Carmen Barrantes
Impreso en: JR LOPEZ General Services E.I.R.L. Av. César Canevaro 580 - San Juan de Miraflores Hecho el depósito legal en la Biblioteca Nacional del Perú N.o 2016-11811
Dedico este libro a la memoria de mi padre Hugo Solari. Con él comencé el camino de la poesía y aprendí el poder que ejercen las palabras doblegadas en verso.
Introducción
Versos libres de almas cautivas. Alicia Solari Caetano, combativa y rebelde, se pone bajo la piel de los oprimidos y sus versos –denuncia y compromiso– dicen de la explotación y la miseria, del hambre y la extorsión, de vidas signadas por un destino predeterminado e impiadoso. Y, allí, aparece su voz –esperanza, al fin– para promover una toma de conciencia que lleve a revertir las situaciones infrahumanas que ensombrecen el Perú y golpean duramente en el corazón de los americanos.
Gerardo Molina (escritor uruguayo) Este poemario recoge la experiencia de trabajo en acciones de prevención e incidencia con el estado y la sociedad civil sobre la problemática de trata de personas, un delito aberrante que esclaviza a millones de seres humanos en el mundo. El Perú es un país de trata interna y externa en la que se ven involucradas miles de personas y que cuenta con 889
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denuncias registradas en el Ministerio Público entre enero y diciembre de 20151 lo que nos lleva a pensar que los casos no denunciados superan ampliamente esta cifra. Nos enfrentamos a un delito con múltiples medios, conductas y finalidades, las que modestamente intento abordar desde la poesía, una tarea difícil pero apasionante. El desafío estaba planteado y agradezco a Terre des Hommes Suisse por haber apostado a este proyecto y a la contribución de las fotografías de Carmen Barrantes que dan color a la propuesta, abren un tema y cierran la respiración, dialogan e instalan vasos comunicantes para emprender un viaje que nos lleva hacia expresiones artísticas unidas por un objetivo común. Y en este objetivo, el poemario es una cáscara de nuez sobre un océano de millones de dólares movidos por la maquinaria del crimen organizado que en la actualidad convierte a la trata de personas en el segundo negocio más redituable del mundo luego del narcotráfico2, desplazando al tráfico de armas. Versos libres de almas cautivas, un título que surge de la necesidad de alcanzar a través de la versificación libre el dolor del cautiverio. Me agrada pensar que dejo un grito instalado en el alma que los lleva a indignarse y a actuar desde el lugar que ocupan en la sociedad.
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Observatorio de Criminalidad del Ministerio Público. Cifras Estadísticas Trata de Personas (Información Preliminar) http://portal.mpfn.gob. pe/descargas/observatorio/tratadepersonas/20150405.pdf Estimaciones de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE). El volumen del negocio de trata de personas supera los 32.000 millones de dólares anuales, negocio en el que aproximadamente son explotados 2.5 millones de personas en el mundo.
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Desde el punto de vista de la estructura, los poemas no siguen una línea en su composición, una pureza en la pluma que los agrupe bajo un mismo ritmo y creación de imágenes. La dificultad proviene de la complejidad del delito que me obligó a construir algunas piezas bajo la forma de prosa poética. En el marco jurídico nacional, el delito de trata de personas está recogido en varias leyes, protocolos y planes3. Sin embargo, el artículo 153 del Código Penal ha sido la base de este poemario con la imposibilidad de abarcar en esta propuesta todos los posibles escenarios que plantea el delito. El poema II ilustra uno de los medios de los que se valen los tratantes para ejercer la privación de libertad física y/o psicológica sobre las víctimas: “…Un brazo furioso juraba silenciar la vida de mi madre” esa amenaza generó en la niña la imposibilidad de escapar o denunciar su situación como ella misma lo manifiesta: “el miedo… acababa de arrancarme la lengua”. Los poemas III, IV y V describen la captación, una de las conductas más utilizada por los tratantes para atrapar a sus presas siendo la falsa oferta de empleo la que registra un porcentaje más elevado con un 48,9 %4. El adolescente del poema 3
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Marco Normativo Nacional (Normas fundamentales) Constitución Política del Perú. Ley N.º 28950, Ley contra la Trata de Personas y el Tráfico Ilícito de Migrantes y su Reglamento aprobado mediante el Decreto Supremo N.º 001-2016-IN; Código Penal artículo 153 y 153 A; Ley 30077, Ley contra el Crimen Organizado; Plan Nacional de Acción contra la Trata de Personas 2011- 2016; Plan Nacional de Acción por la Infancia y la Adolescencia 2011- 2021 (PNAIA). Observatorio de Criminalidad del Ministerio Público (período 20092014). Cuadro N.°4 Presuntas víctimas según modalidades de captación. http://portal.mpfn.gob.pe/descargas/observatorio/tratadepersonas/20150405.pdf
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III movido por una paga excelente a cambio de un trabajo sin exigencia de estudios o experiencia se aventuró sin medir los riesgos. Esa decisión le dejó terribles secuelas: “HOY la culpa es una maldita aguja/que no me deja dormir”. El poema IV, captación por enamoramiento nos pone en conocimiento de una realidad que también se ve reflejada en la explotación sexual de niños, niñas y adolescentes (ESNNA), otro fenómeno diferente a la trata pero cuyo denominador común es la conducta de algunos padres que promueven y alientan a sus hijos/as menores de edad a sostener relaciones sentimentales y sexuales con adultos que podrían garantizarles un futuro mejor, incluso para todo el núcleo familiar. Este hombre maduro, locuaz y solvente se aprovecha de los factores de vulnerabilidad que rodean a sus víctimas para capturarlas y alejarlas de su entorno con fines de explotación. El madrinazgo o el padrinazgo es otra de las figuras de la captación que se presenta principalmente en el interior del país. El madrinazgo es la forma más utilizada debido a que las mujeres generan más confianza presentándose en hogares de pobreza o pobreza extrema para llevarse a un niño o una niña con la falsa promesa de brindarle techo, educación, trabajo y/o el envío de una suma de dinero que los ayudará a mantener al resto de sus hijos. Lamentablemente muchos caen en este engaño y lejos de alcanzar beneficios, terminan siendo esclavos del servicio doméstico, víctimas de trabajos forzados, explotados sexualmente o cautivos de ambas situaciones. El poema VI revela la realidad que viven las personas en el tráfico ilícito de migrantes cuya travesía puede convertirse en un caso de trata de personas. Esta mujer a la que pro-
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meten llevarla a un país próspero, en su viaje le incautan el dinero, los documentos y la esclavizan: “En un puerto desconocido/me convertí en un saco de carne revisado al punto de la humillación”. El grupo de poemas comprendido entre el VIII y el XX busca concentrar la atención en la trata con finalidad de explotación sexual en un contexto en donde los factores de vulnerabilidad tales como: pobreza, hogares disfuncionales, abuso sexual y abuso de drogas, unidos a comportamientos machistas se convierten en caldo de cultivo para que la violencia se instale de manera brutal. Cientos de niñas nacen en hogares con preferencias por el sexo masculino en los nacimientos (poema VIII), y crecen padeciendo maltratos, abusos sexuales y finalmente huyen de ese núcleo expulsivo para afrontar un destino peor. Según datos del Observatorio de Criminalidad del Ministerio Publico, el 41,6 % de las víctimas de trata fue objeto de explotación sexual siendo esta finalidad la que concentra el mayor número de casos. Otro dato revelador es el concerniente al sexo de las víctimas, el 80 % son mujeres y de este porcentaje, el 50,1 % tiene entre 13 y 17 años y el 21 % entre 18 y 24 años5. Criaturas obligadas a ser mujeres suelen dormir durante el día abrazadas a peluches y en las noches son sometidas a las más aberrantes prácticas sexuales. Engañadas, amenazadas, secues5
Observatorio de Criminalidad del Ministerio Público (período 20092014). Cuadro N.° 5 Presuntas víctimas de trata de personas según tipo de explotación. Cuadro N. ° 3.1 Presuntas víctimas de trata de personas según rango de edad y año. http://portal.mpfn.gob.pe/ descargas/observatorio/tratadepersonas/20150405.pdf
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tradas, sin documentos, con nombres cambiados, enfermadas, golpeadas, drogadas, transformadas en madres de hombres anónimos, víctimas de abortos, generadoras de infinitas deudas por el techo, la comida o el pasaje que las arrancó de su lugar de origen. Niñas vestidas y maquilladas como trabajadoras sexuales cuyo único atractivo para los depravados es que sigan siendo niñas: “El verdugo pintarrajeó cada centímetro de mi cara/y ambos sabíamos que mis catorce años eran la carnada” (Poema X) o “… fui cabeza de alfiler sujeta a la solapa/ de un tratante que ostenta billetes…” (Poema XI) “… en un macabro escenario dónde el ser/se cotiza de la cintura para abajo” (Poema XII). El poema XIII no sólo muestra el infierno que se vive en la Rinconada (Puno) o en Madre de Dios en dónde la explotación sexual está ligada a la minería sino que nos revela las graves consecuencias físicas y psicológicas de las víctimas. “Enfermas de VIH, tuberculosis o gonorrea/ regalan anémicos hijos a la muerte/ o nutren sepulcros desconocidos”. Estos versos también nos ponen de manifiesto la falta de respuesta de las autoridades frente a esta realidad que a veces se reduce simplemente en sumar otro nombre en la lista del portal de peruanos desaparecidos provocando impotencia e indignación para quienes trabajamos estos temas. En los poemas XV, XVI, XVII y XVIII pongo en evidencia algunas malas prácticas de los operadores de justicia; el sometimiento a las víctimas a múltiples interrogatorios6, la 6
Someter a la víctima a varios interrogatorios por uno o más operadores de justicia genera revictimización. En el caso de los menores de edad la ley establece que deben tener una única entrevista mediante Cámara Gesell.
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revelación de su identidad o la divulgación de los casos en la prensa. Estas circunstancias frustran las investigaciones, hacen vulnerables a las víctimas y las estigmatizan, especialmente en su lugar de origen. En otros casos, lamentablemente las autoridades están inmersas en una maraña de corrupción impidiendo el accionar de la justicia o siendo parte del delito como nos ilustra el poema XVIII “Nocturnos consumidores sexuales/una lista que incluye alcaldes, policías, jueces y fiscales”. El poema XVI nos presenta el otro lado de la moneda, una adolescente reflexiona sobre su situación y se enfrenta a su calificación de víctima al revelarnos que vivía en mejores condiciones con los tratantes que en su hogar. En pocas palabras, justifica su cautiverio y nos muestra sus sentimientos sobre el concepto de pertenencia afectiva: “No me dejan salir porque me cuidan/y somos una familia de verdad”, poniendo de manifiesto las carencias que habría sufrido al interior de su propia familia. Del poema XXII al XXV intenté reflejar la trata con finalidad de explotación laboral con especial énfasis en la minería. Este tipo de explotación está presente en toda tarea u oficio que someta a un ser humano a trabajos forzados o esclavitud (fábricas, cosechas, trabajo doméstico, etc.). El verso: “veo la dignidad hundirse en cada intento” no es otra cosa que la manifestación de la víctima sobre el derecho más violentado en este delito luego de la vida incluso para algunos más sensible que la libertad. En la minería, niños y jóvenes nadan en ríos de mercurio y algunos son sometidos a los ácidos en las pozas de maceración de hoja de coca, y están allí, podemos ir a buscarlos pero por alguna razón se hacen invisibles y la indi-
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ferencia se vuelve gigante y poderosa. Cuerpos, ideales para entrar en los huecos reducidos de las minas, manos ágiles y pequeñas, instrumentos perfectos para dar vuelta ladrillos en el Perú o hacer laboriosos nudos de alfombras en la India. El poema XXVI nos transporta a otra realidad, la que viven centenares de hombres, mujeres y niños asháninkas secuestrados por Sendero Luminoso. Estas mujeres y sus vientres esclavos dan a luz criaturas que luego son adoctrinadas para ser soldados, seres que no sólo pierden su derecho a la niñez, les arrasan brutalmente su cultura. Los poemas XX, XXVIII, XXIX y XXX ilustran otras finalidades de la trata de personas: la venta de niños, la mendicidad y el tráfico de órganos. En la venta de niños somos testigos de la terrible situación que viven miles de mujeres y niñas esclavas cuyos vientres están destinados a abortos exigidos o a parir hijos que luego les son arrebatados para la venta. En la trata con finalidad de mendicidad (poemas XXVIII y XXIV) quiero poner en evidencia las fachadas que vemos en las calles y cuyo trasfondo ignoramos, seres humanos pidiendo limosna, presos invisibles de este delito. El poema XXX refleja un caso de trata por tráfico de órganos también previsto en el artículo 153 de nuestro Código Penal, finalidad que no cuenta con casos registrados oficialmente en Perú. Sin embargo, alguna vez hemos escuchado de la aparición de cadáveres con cortes a la altura de los riñones o cuerpos sin córneas. Más allá de la inexistencia de registros, este poema pretende dejar planteado el debate.
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Aprovecho este espacio para realizar un serio llamado a quienes están en el ámbito de toma de decisiones con el objetivo de incrementar el compromiso en la lucha contra la trata de personas, principalmente en lo que respecta a la asignación de recursos con miras a fortalecer la atención de las víctimas. El presupuesto de la República destinado a la prevención, persecución y atención de este delito es irrisorio. Necesitamos recursos suficientes para dar respuesta efectiva de atención legal, física y psicológica a las víctimas y a su núcleo familiar si lo tuviesen. Que la asistencia no se limite a sacarlas del lugar de explotación porque ahí nos queda claro que no rescatan nada. Resulta prioritario la creación de albergues con sostenibilidad a mediano y largo plazo y un serio trabajo en la inserción de las víctimas a la sociedad en mejores condiciones psicosociales, con salidas laborales efectivas que las alejen de los círculos de explotación. Finalmente, deseo que se escuche la voz desesperanzadora de la joven del poema XIX quien ve en la muerte la única salida, una víctima que al momento de pensar quitarse la vida le propina un golpe en la cara de las autoridades: “Tal vez dándome a la muerte escapo, no sufro, me libero/ y los dejo trabajar en otro protocolo para proteger mis derechos”.
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Somos tan pequeĂąos que la raĂz de todo lo vivido duele hasta las hojas.
II
Antes de que eclosionaran mis senos sus intenciones ya habían anidado en mis huecos. Un brazo furioso juraba silenciar la vida de mi madre y fue suficiente para tapar la extensión de mis ruegos. Aquel día corrí unas cuadras... tal vez mil metros un frío helado me paralizó las piernas el miedo... acababa de arrancarme la lengua.
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III
El maltrato era el pan de mis días y aquel aviso en el mercado fue el augurio de una vida mejor. Doblé la ropa con urgencia y la libertad se acopló a mi costado. Lo que vino después fue una historia de explotación a prueba de rescates. *** HOY la culpa es una maldita aguja que no me deja dormir.
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IV
Tenía los ojos más bellos del mundo me llevaba treinta años y no me importó. Mi madre alentó tan provechoso noviazgo y él tomó mi vida en propiedad exclusiva. La belleza de niña acunada entre lianas se amarró a sus palabras de viento y el destino nos llevó muy lejos. Un día despertó el diablo de su sangre y arremetió con ira sobre mi cuerpo. Fui una más de sus niñas reclutadas bajo la anestesia del enamoramiento.
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V
Una mujer llevaba a Dios sobre los labios, vistió de promesas la humildad de mi vida y la confianza me arrancó de la pobreza. Al llegar a la ciudad cortaron el cabello que sobrepasaba el sueño de las rodillas y una torre de platos y pisos desobedientes insultaron mi resistencia a tareas desconocidas. Convertida en despojo de dolorosa intensidad y violada en el secreto más aberrante toda yo redimida en doméstica esclavitud nutrí la indiferencia de las autoridades. Una madre y el camino en un solo rezo aguardan que la vida me devuelva parecida a la amable y educada mujer que un día trajo a Dios sobre los labios.
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VI
Un barco fue el capullo que guardĂł mis esperanzas de mariposa. En altamar el dinero y los documentos confiscaron la esencia de la mujer que habitaba en esas ilusiones. En un puerto desconocido me convertĂ en un saco de carne revisado al punto de la humillaciĂłn. Desde entonces la miniatura de mi ser se aprieta mutilada contra los huesos.
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Diminutas ropas tendidas sobre el cordel escurrían gritos acallados a golpes manos violentas hurgándonos el sexo historias que nacen de engaños y secuestros con el seudónimo implacable del cautiverio.
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VIII
Soy la tercera de siete hermanas y tres varones en un pueblo dónde nacer hombre es una bendición. Escapé de ese maldito presagio y me secuestraron. No recuerdo mi nombre y perdí la cuenta de los hombres que pasaron sobre mí. Las otras cuentan historias de rescates y no les creo nada, de niña me enseñaron que nacer mujer es una desgracia.
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IX
La noche habĂa alargado las luces chirriantes del bar. Ovillada sobre un peluche estiro los brazos de la tarde y recibo una efĂmera sonrisa impuesta por los sueĂąos. Una mezcla de semen y alcohol se hunden en la cama y mi inocencia compra una deuda que nunca se paga.
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X
La boa del hambre estranguló mi estómago y me puso de pie en una esquina del malecón. El verdugo pintarrajeó cada centímetro de mi cara y ambos sabíamos que mis catorce años eran la carnada.
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XI
Mi vida fue un papel que arrugaron y nadie pudo leer aquello que me aterraba. La humillación se fue metiendo al corazón y fui cabeza de alfiler sujeta a la solapa de un tratante que ostenta los billetes entregados por los carroñeros sexuales en una fosa de mercancías humanas.
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XII
Un grillete imaginario me atraviesa la garganta y la mano que me mantiene cautiva obliga a mi cuerpo a colocarse desnudo en un macabro escenario dónde el ser se cotiza de la cintura para abajo. El hígado es una masa indolora colapsada por los golpes de alcohol y los tacones me entierran en quince centímetros de elevada miseria. El labial me estampó el corazón en la boca y las pestañas adornan miradas de falsa lujuria en la sombría ronda de todos los días que mantiene abiertas las piernas de la noche para que aborrecidos hombres la penetren.
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XIII
En lugares inaccesibles de Madre de Dios y en el apestoso infierno de la Rinconada vulnerables a la demente imposición niñas aprenden a embriagar hombres y dan ganancias por sexo sin protección. Enfermas de VIH, tuberculosis o gonorrea regalan anémicos hijos a la muerte o nutren sepulcros desconocidos. Y así… la indolencia suma nombres en la hipócrita lista de los DESAPARECIDOS.
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XIV
Fuimos devoradas por el color artificial de noches clandestinas y aprendimos a sobrevivir con el diminuto foco de la esperanza agarrado con uĂąas y dientes en una de las esquinas del alma.
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XV
Una madrugada me sacaron del prostibar y me enterraron en una silla por horas en aquella miserable comisaría. Un desvelado policía me interrogó tras los morbosos detalles del mal llamado oficio más antiguo del mundo. Insistía que yo era víctima de trata y yo no sabía de qué trataba el asunto.
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XVI
VĂctima escribieron en el expediente junto al nombre que me dieron al nacer. VĂctima era antes cuando los golpes eran mi regalo de Navidad y mi padre me vendĂa al mejor postor. Ahora tengo amigas, un techo, comida y hasta me dieron un celular. No me dejan salir porque me cuidan y somos una familia de verdad.
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XVII
Fui el trofeo de la policía que se atribuyó mi rescate y bajo los ojos huecos del Estado devolvieron mi existencia al mismo pueblo en dónde mi padrastro me había violado. Busqué las manos de mi madre amargadas por el alcohol y estas no tuvieron la fuerza suficiente para abrazarme.
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XVIII
“Princesitas de la Selva” un bar dónde la justicia es ciega y los tragos beben hombres alimentados de bocas infantiles. Exigencias del que paga por una cosa con sello de placer garantizado. Nocturnos consumidores sexuales una lista que incluye alcaldes, policías, jueces y fiscales.
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XIX
No elegí nacer ni vivir esta vida que más que vida es un infierno grito, pateo, muerdo y ante sus oídos mi llanto es silencio. Tal vez dándome a la muerte escapo, no sufro, me libero y los dejo trabajar en otro protocolo para proteger mis derechos.
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XX
A fuerza de patadas enlutaron mi vientre y una mirada de dolor arrancada desde el piso fue el ataúd que tuvo el cuerpo de mi hijo. Mujeres y niñas gestan frutos ácidos dados a oscuridad en esclavitud. Los lagrimales de sus pechos lloran leche y criaturas anónimas circulan con ocultos letreros de: “SE VENDE”.
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El oro me convirtiĂł en un esclavo de arcilla su bĂşsqueda me obliga a cerrar los ojos y bautizado de barro hasta los huesos veo mi dignidad hundirse en cada intento.
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El cuerpo se acomodĂł en los hoyos de la mina tras el sueĂąo de volver a estudiar. Con el transcurso de los meses fui devorado por los mitos y esclavitudes del mineral.
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XXIII
Hierros, mangueras y palos destartalados reviven un viejo motor que tose humo y gasolina. Un puĂąado de muchachos nadan en rĂos de mercurio y el oro se sirve en los platos giratorios de la muerte.
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XXIV
Me sobo las mejillas cuarteadas por el frío y las manos se acostumbran a voltear un ejército de estúpidos ladrillos. No conozco la suavidad del papel la ternura ilustrada de los libros o la sonrisa de una maestra dibujando mundos sobre una inmensa pizarra. Eso sí, me sobra barro y miseria trepados hasta la orejas. El horizonte no se despega del suelo y en explotada reverencia la espalda se dobla entre gritos y golpes de hombres recios que juegan a generales en una batalla en dónde los ladrillos son sus soldados y yo uno más de sus esclavos.
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XXV
Escondidos en la vegetaciรณn de la selva se convirtieron en aspas de molinos en tres metros cuadrados de resignaciรณn. Bajo la atenta mirada de los fusiles pies ungidos de รกcidos y kerosene pisan agรณnicas hojas de coca en un campo de maceraciรณn.
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XXVI
Niños soldados en maternos brazos asháninkas refugian el llanto de su brutal condena. Cientos de almas al servicio de una ideología que adoctrina destrezas con metralletas y mata a balazos los dioses que amaron en la selva. ¿Cuándo rescatarán los vientres que no esperan? Ruego por ese milagro tocando la ternura oprimida en los pechos violentados de tantas mujeres. Ojalá un día alguien les diga a esos niños ¡ya pueden correr, reír, aprender y jugar! han abierto ese maravilloso camino que los deja en LIBERTAD.
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Ilusionistas de la mendicidad bajo el ojo del tratante ejecutan en precarios bolsillos un concierto por la caridad.
XXVIII Soy una bolsa de basura que mis hijos dejan en la calle con la fragilidad de la vejez hundida en una lata miserable. Los recuerdos se pegan al semáforo que detiene por un minuto la prisa de los conductores a cambio de compasión. Los huesos duelen y los errores se pagan con frases de “bueno para nada”. Soy ese estorbo que empujan a las esquinas por dinero despojan de monedas por rabia y que un día enterrarán en el olvido sin remordimientos en sus palabras.
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XXIX
Pasaba todas las mañanas por mi puerta y un ramillete de niños la íbamos siguiendo hasta ser colocados estratégicamente en las esquinas. Las horas nos comían los juegos y los dulces entretenían el demonio que se retorcía en los estómagos. La vida nos enseñó a poner gestos de hambriento eso daba ganancias, evitaba golpes y ayudaba en la casa. En las tardes anochecidas la maldita señora se perdía entre las callecitas por la loma del cerro devolviendo niños, robando dinero, matando sueños.
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XXX
En un descampado en línea de frontera mi cadáver conversaba con el fiscal mientras las moscas anidaban en los orificios dejados por quienes me robaron los ojos. Sin riñones y con las vísceras revueltas el caso se registró en breves notas de prensa con el apropiado disfraz de un ajuste de cuentas.
Este libro se terminó de imprimir en setiembre de 2016 en JR López General Service S.R.L. Av. César Canevaro 580, San Juan de Miraflores, Lima