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ESTADO DE LAS CIUDADES DE DE AMÉRICA AMÉRICA LATINA LATINA Y Y EL EL CARIBE CARIBE

SOLACC



ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Copyright © Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos, (ONU-HABITAT), 2010. Todos los derechos reservados.

Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-HABITAT) Oficina Regional para América Latina y el Caribe (ROLAC) Rua Rumânia no. 20, Rio de Janeiro, RJ – Brasil. CEP. 22240-140 Tel +5521 3235-8550 Fax +55 21 3235-8566 E-mail: rolac@onuhabitat.org www.onuhabitat.org

EXENCIÓN DE RESPONSABILIDAD Las designaciones empleadas y la presentación del material en el presente informe no implican la expresión de ninguna manera de la Secretaría de las Naciones Unidas con referencia al estatus legal de cualquier país, territorio, ciudad o área, o de sus autoridades, o relativas a la delimitación de sus fronteras o límites, o en lo que hace a sus sistemas económicos o grado de desarrollo. Los análisis, conclusiones y recomendaciones del presente informe no necesariamente reflejan el punto de vista del Programa de Asentamientos Humanos de las Naciones Unidas o de su Consejo de Administración. El informe se elaboró con los datos oficiales proporcionados por los gobiernos que los enviaron y con información adicional obtenida de las bases de datos y los trabajos adelantados por la CEPAL, el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD y ONU-HABITAT, entre otros. Las ciudades y los países están invitados a actualizar los datos relevantes para ellos. Es importante tener en cuenta que los datos y la información varían de acuerdo con la definición y las fuentes consultadas. La información contenida se proporciona sin garantía de ningún tipo, ya sea expresa o implícita, incluyendo, sin limitación, las garantías de comerciabilidad y adecuación para un propósito particular. ONU-HABITAT no da ninguna garantía en cuanto a la exactitud o la exhaustividad de dicha información. Bajo ninguna circunstancia, ONU-HABITAT será responsable por cualquier pérdida, daño, responsabilidad o gasto incurrido o sufrido que se afirme sea resultado del uso de este informe, incluyendo, sin limitación, cualquier defecto, error, omisión con respecto a la misma. El uso de este informe está bajo la responsabilidad del lector. Bajo ninguna circunstancia, ONU-HABITAT y sus afiliados serán responsables por cualquier daño directo, indirecto, incidental, especial o consecuente, incluso si ONU-HABITAT ha sido advertido de la posibilidad de tales daños.

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Presentación ONU-HABITAT

Es un gran placer para la Oficina Regional para América Latina y el Caribe del Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos, ONU-HABITAT, presentar el primer avance de lo que será el libro sobre el resultado de las ciudades de América Latina y el Caribe, gracias a un esfuerzo cooperativo entre ONU-HABITAT, la Asamblea General de Ministros y Autoridades Máximas de la Vivienda y el Urbanismo para América Latina y el Caribe, MINURVI y la Federación Latinoamericana de Ciudades, Municipios y Asociaciones de Gobiernos Locales, FLACMA. Este es el primer esfuerzo de lo que esperamos será un proceso en la búsqueda de información y análisis sobre las ciudades de la región que dará lugar a una serie de publicaciones que tendrán lugar cada dos años. La primera edición será presentada en la próxima reunión de la Asamblea General de Ministros y Autoridades Máximas de la Vivienda y el Urbanismo para América Latina y el Caribe, MINURVI. El propósito de esta serie de publicaciones es generar herramientas y una plataforma para el debate sobre temas urbanos en América Latina y el Caribe. Nuestro objetivo es impulsar y enfocar a los gobiernos nacionales, subnacionales y locales, asi como a otros actores interesados en las temáticas de los asentamientos humanos y el desarrollo urbano sustentable. Esperamos promover nuevas formas de pensamiento sobre la urbanización sustentable, sus problemas y sus retos a través de cifras, información y análisis en temas de vivienda, desarrollo urbano y gobernanza en una nueva era de globalización. La urbanización en la región de América Latina, contraria al Caribe ha sido una de las primeras en desarrollarse aceleradamente comparada con otras regiones del mundo. La rápida urbanización aunada la tecnología y los medios de transporte dieron a las ciudades latinoamericanas conformaciones y escalas nunca antes vistas en la historia de la humanidad, y estas formas son hoy replicadas en otras regiones de Asia y África, de ahí la importancia de conocer mejor estos procesos y sus consecuencias. En contraste, el Caribe se ha desarrollado de forma abierta e insipiente integrando la urbanización en el campo, generando formas urbanas dispersas que requieren estudios y propuestas diferenciadas del resto de la región y por ende requieren de información y cifras adecuadas y consistentes con esta diferenciación. Este primer esfuerzo presenta los temas que serán desarrollados en las publicaciones a través del tiempo, desde un enfoque conceptual y hemos invitado expertos en cada uno de los temas para ser desarrollados. Los temas de población y urbanización, el papel económico de las ciudades, el desarrollo social, la pobreza urbana y las condiciones de la vivienda, los retos urbano ambientales, así como los sistemas de gobernanza urbana y fortalecimiento local nos ayudaran a explicar las tendencias y diferencias de la región así como sus complejidades para llegar a un balance de las ciudades latinoamericanas y caribeñas. Queremos agradecer a todos los que colaboraron en esta edición, por sus visiones, contribuciones y cooperación e invitar a los países a redoblar esfuerzos para conocer mejor nuestras ciudades, sus problemas pero sobre todo compartir sus buenas soluciones.

ONU-HABITAT, ROLAC

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Presentación minurvi

La iniciativa de la Oficina Regional América Latina y el Caribe del Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-HABITAT, ROLAC) de realizar un diagnostico del estado de las ciudades de América Latina y el Caribe nos brinda la posibilidad de contar por primera vez con un informe que contemple los rasgos particulares que nos caracterizan entre las regiones del mundo: un alto nivel de urbanización con fuertes asimetrías entre países, una gran desigualdad social que se refleja en la alta incidencia de los asentamientos informales en el territorio de nuestras ciudades y los dispares avances en políticas de descentralización en función del marco constitucional de cada uno de los estados. MINURVI apoyó desde el primer momento esta iniciativa en el entendimiento que si bien todos los países cuentan con diagnósticos nacionales mas o menos precisos que les permiten tener conocimiento de sus realidades, en muchos casos estos diagnósticos no posibilitan tener una idea acabada de cual es su situación en el contexto continental, dado que por lo general, la metodología utilizada impide con frecuencia una adecuada comparación. Tener a nuestra disposición una radiografía del estado actual de nuestras ciudades en el contexto de la región nos servirá para conocer la efectividad de las líneas de acción aplicadas y diseñar futuras políticas públicas más eficientes y efectivas.

Arq. Luis Alberto Bontempo Presidencia MINURVI

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Presentación FLACMA

Las ciudades latinoamericanas que habitamos, profundamente complejas por sus dimensiones múltiples, por sus conflictos, por sus interacciones y por las oportunidades que generan; reflejan intensamente las sociedades a las que ellas se pertenecen y las expresan: en sus propios territorios, en las presiones que ejercen sobre el ambiente que soportan las actividades de sus habitantes, en sus prácticas sociales y en las formas en las que se mezclan y se potencian las diversidades culturales que las integran. Son, cada vez más claramente los nudos, en los que se atan las posibilidades de desarrollo, equidad y democracia, de los factores que constituyen las sociedades y lo son, más allá de las determinaciones fronterizas de las concentraciones urbanas, de los países y los estados, pues sus relaciones no se restringen a lo espacial, ya que simultáneamente interactúan en lo local, en lo nacional y en lo global. Como una síntesis expresiva de esta realidad, sus gobiernos locales, son también más complejos al tenor de las demandas que soportan y que van desde lo vecinal, cotidiano e inmediato, hasta lo transfronterizo, lo estratégico, y lo no predecible. Lo hacen, para hacer posible el mantenimiento de la cohesión social, el acceso a los derechos básicos de los ciudadanos y la práctica de la gobernanza enriquecedora. La Oficina Regional América Latina y el Caribe del Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-HABITAT, ROLAC) propuso esta lectura desde varios enfoques (la economía, la perspectiva ambiental, la mirada de la gobernabilidad y la descentralización, el punto de vista de la distribución y la pobreza, la vivienda y otros de similar envergadura), trabajados por diversos expertos. Acertada decisión metodológica que mejor nos aproxima a la problemática y nos desafía a la reflexión. A esta iniciativa se sumó desde el inicio la Federación Latinoamericana de Ciudades, Municipios y Asociaciones de Gobiernos Locales, FLACMA, consciente de que las tareas de esta magnitud requieren la unidad de nuestros esfuerzos.

Dr. Guillermo Tapia Nicola Secretario Ejecutivo de FLACMA

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CRÉDITOS Director: Eduardo López Moreno Coordinadora: Cecilia Martínez Leal Asistente de Coordinación: María Alejandra Rico Falla Editor: Fabio Giraldo Isaza. Autores: Fabio Giraldo Isaza (El Estado de las Ciudades en América Latina y el Caribe: Urbanización, Desarrollo Humano y Democracia), Alan Gilbert (Población y Urbanización), Cesar Ferrari (El Papel Económico de las Ciudades), Jorge Torres (Pobreza Urbana y Condiciones de Vivienda), Clara Irazábal (Retos Urbanos Ambientales) , Néstor Vega y Diego Peña (La Gobernabilidad y la Democracia en la Ciudad Latinoamericana del Siglo XXI). Contribuciones generales: Nora Steinbrun, Malka Hancevich Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios (Argentina); Julia Bittencourt, Ministerio das Cidades (Brasil); Sergio León, Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Chile); Gustavo Carrión, Viceministerio de Vivienda y Desarrollo Territorial (Colombia); César Díaz, Ministerio de Vivienda y Asentamientos Humanos (Costa Rica); Loida Obregón, Instituto Nacional de la Vivienda (Cuba); René Ayala, Viceministerio de Vivienda y Desarrollo Urbano (El Salvador); Rodrigo González, Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Ecuador); Mayo Carrasco, Ministerio de Obras Públicas, Transporte y Vivienda (Honduras); Paula Parkes, Ministry of Water and Housing (Jamaica); Miguel Hernández, Comisión Nacional de Vivienda, (México); Francisco Knapps , Consejo Nacional de la Vivienda (Paraguay); Juan Sarmiento Soto, Viceministerio de Vivienda y Urbanismo (Perú); Tilsa Gómez, Instituto Nacional de Vivienda (República Dominicana); Sandra Rodríguez, Dirección Nacional de Vivienda, (Uruguay); Guillermo Tapia, FLACMA; Luis Alberto Bontempo, Lidia Mabel Martínez, Natalia Jimena Saá, Secretaría Técnica MINURVI (2009), Presidencia MINURVI (2010); Gerardo Rolón Pose, Cistina Zárate, Secretaría Técnica MINURVI (2010); Jean Christophe Adrian, Cities Alliance; Chris Schmelzer, Agencia de Cooperación Técnica Alemana; Fernando Patiño, ONU-HABITAT (Colombia); Ileana Ramírez, ONU-HABITAT (Costa Rica); Marilyn Fernandez, ONU-HABITAT (Cuba); Mónica Quintana, ONUHABITAT (Ecuador); María Dolores Franco Delgado, ONU-HABITAT (México); Julio Norori Gomez, ONU -HABITAT (Nicaragua); Manuel Manrique, ONU-HABITAT, ROLAC; Carl Philipp Schuck, ONU-HABITAT, ROLAC. Consejo Editorial Internacional: Alberto Paranhos, ONU-HABITAT; ROLAC, Fernando Patiño, ONU-HABITAT (Colombia); Raquel Szalachman, CEPAL; Paula Parkes, Ministry of Water and Housing (Jamaica); Nelson Toca, Secretaría de Estado de Economía, Planificación y Desarrollo (República Dominicana), Ramón González Coronel, Consejo Nacional de la Vivienda (Paraguay) en representación de MINURVI; Lorena Zárate, Coalición Internacional para el Hábitat, Oficina Regional para América Latina (HICAL); Alejandro Bayona, Augusto Pinto, Departamento Nacional de Planeación (Colombia), Alfredo Bateman, Secretaria de Desarrollo Económico de Bogotá(Colombia); Diana Puerta, Jon García, ONU –HABITAT (Colombia). Creación y diseño: Frederico Vieira. Revisión: ONU-HABITAT, ROLAC Impresión: Kaique comercio e serviços Foto de la portada: © Mauricio Hora.

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Índice

El estado de las ciudades de américa latina y el caribe: URBANIZACIÓN, DESARROLLO HUMANO Y DEMOCRACIA. . . . . . . . . . . 19 I.

Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21

II.

El crecimiento Económico en América Latina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26

III.

La ciudad y el Cambio Estructural del Proceso de Producción. . . . . . . . . . . 35

IV.

La Inequidad y los Principales Indicadores Sociales en América Latina . . . 42

V.

Índice de de Desarrollo Humano-IDH . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48

Tablas Tabla 1:

Población total rural y urbana(En Miles). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23

Tabla 2:

Población Mundial de Barrios Marginales por Región (2005) . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23

Tabla 3:

Relación entre población y producción en las principales ciudades de América Latina.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24

Tabla 4:

Población América Latina y el Caribe (2005). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26

Tabla 5:

PIB total América Latina y el Caribe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27

Tabla 6:

PIB percápita América latina y el Caribe. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27

Tabla 7:

Clasificación de países por su tamaño. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28

Tabla 8:

Participación Porcentual del PIB Países de América Latina y El Caribe en las economías más ricas DEL mundo (2008). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29

Tabla 9:

PIB Países de América Latina y El Caribe (Mill de USD DE 2000, 1950-2008). . . . . . . . . . 32

Tabla 10: PIB del Sector Primario (Agricultura y minería) América Latina y El Caribe (1950-2008) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34 Tabla 11:

PIB del sector secundario (agua-electricidad, construcción y Industria) América Latina y el Caribe (1950-2008). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34

tabla 12:

PIB del sector terciario (Comercio, servicios y transporte) América Latina y el Caribe (1950-2008). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35

Tabla 13: Ley DE Engel. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37 tabla 14: PIB percápita de las principales ciudades de América Latina y el Caribe. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40 Tabla 15: PIB de las principales ciudades de América Latina y El Caribe. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40 tabla 16: Población de las principales ciudades de América Latina y El Caribe. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41 tabla 17:

Clasificación de las Principales Ciudades de América Latina y El Caribe de acuerdo a su PIB . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41

Tabla 18: Coeficiente de Gini - Total, Urbano y Rural (1999 -2008) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43 Tabla 19: Población que vive con menos de E 1 y 2 USD Diarios En porcentaje (2007). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45 Tabla 20: Distribución del Ingreso según deciles en América Latina (2008) . . . . . . . . . . . . . . . 46 Tabla 21: El Quintil más Pobre y El quintil más Rico (1990,1998, 2005) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47

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Tabla 22: Evolución del IDH Total América Latina (Promedio). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48 Tabla 23: Esperanza de vida al nacer . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51 Tabla 24: tasas anuales medias de desempleo Y ocupación urbano (2008). . . . . . . . . . . . . . . . 52 Tabla 25: Desempleo Urbano en Ciudades Latinoamericanas (2007) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55 Tabla 26: Tendencia de Cobertura de Seguridad Social (salud) en jóvenes entre 15 y 24 años por quintiles de ingreso familiar. Zonas urbanas y rurales en Porcentaje (2005). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56

Gráficos Gráfico 1: Participación Porcentual del PIB de los grupos de Países de América Latina en el PIB mundial (1960-2008) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28 Gráfico 2: Variación Promedio Anual del PIB Países de América Latina y El Caribe (1950-2008) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30 Gráfico 3: Distribución del PIB de América Latina y El Caribe en porcentaje (2008). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30 Gráfico 4: Participación de Brasil, México y Argentina en el PIB de América LATINA. (1950-2008). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31 Gráfico 5: Participación de Venezuela, Colombia, Chile y Perú en el PIB de América Latina. (1950-2008) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31 Gráfico 6: Producto Interno Bruto por Sectores Económicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33 Gráfico 7: Participación de los Sectores Primario, Secundario y Terciario en Valor Agregado Total (1950-2008) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34 Gráfico 8: Crecimiento Económico y Cambio Estructural . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36 Gráfico 9: Participación sectorial en la economía de los países de ingresos altos (1970-2005). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36 Gráfico 10: Relación entre urbanización y sectores industria y servicios . . . . . . . . . . . . . . . . . 36 Gráfico 11: Círculo Virtuoso en la Aglomeración . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38 Gráfico 12: Distintos niveles de agregación del análisis económico de la ciudad-Meso. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39 Gráfico 13: C aída Absoluta de la Población en los Países de América Latina y El Caribe . . . 42 Gráfico 14: Coeficiente de Gini Brasil, México Argentina (1999-2008) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43 Gráfico 15: Coeficiente de Gini Venezuela, Colombia, Chile, Perú (1999-2008) . . . . . . . . . . . . . . . . 44 Gráfico 16: Población que Vive con menos de 1 y 2 Dólares por día (% del Total de la Población (2007) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44 Gráfico 17: Distribución del Ingreso en América Latina, Según quintiles . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45 Gráfico 18: Porcentaje del Ingreso, que correspondo al quintil más pobre (2005)) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46 Gráfico 19: Evolución del IDH total de América Latina (promedio) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49 Gráfico 20: Índice de desarrollo Humano Brasil, México, Argentina (1980-2005). . . . . . . . . . . . 49 Gráfico 21: Índice de desarrollo Humano Venezuela, Colombia y Perú (1980-2005) . . . . . . . . . 50 Gráfico 22: Esperanza de Vida al nacer Brasil, México, Argentina (1995-2010). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50 Gráfico 23: Esperanza de Vida al nacer Venezuela, Colombia, Chile, Perú (1995-2010) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51 Gráfico 24: Tasa de Desempleo (tasas anuales medias, 2008). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53 Gráfico 25: Tasa de Ocupación (tasas anuales medias, 2008). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53 GRÁFICO 26: Población Económicamente Activa (PEA) Total en América Latina (2005-2010). . . 54 Gráfico 27: PEA Brasil, México y Argentina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 54 Gráfico 28: PEA Venezuela, Colombia, Chile y Ecuador . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 54 Gráfico 29: PEA TOTAL AMERICA LATINA (2007). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55 Gráfico 30: Cobertura en seguridad social (salud), jóvenes entre 15 y 24 años (% de población). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56 Gráfico 31: Cobertura en seguridad social (salud), jóvenes entre 15 y 24 años, según rama de actividad económica (Porcentaje de población). . . . . . . . . . . . . . . 56

nOTAS. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58

X


POBLACIÓN Y URBANIZACIÓN. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61 I.

TENDENCIAS DE LA POBLACIÓN: CAUSAS Y CONSECUENCIAS. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63

II.

TASAS DE URBANIZACIÓN: ¿QUÉ TAN URBANA ES LA REGIÓN?. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64

III.

CARACTERÍSTICAS DEMOGRÁFICAS DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64

VI.

¿LAS TENDENCIAS DE LA URBANIZACIÓN ESTÁN GENERANDO INCLUSIÓN Y/O EXCLUSIÓN? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66

V.

¿CÓMO MEJORAR LA CALIDAD DE VIDA?. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69

VI.

¿CÓMO GARANTIZAR UNA URBANIZACIÓN SOSTENIBLE EN LAS CIUDADES DE MÁS RÁPIDO CRECIMIENTO? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71

VII. MACROCEFALIA Y CONCENTRACIÓN ESPACIAL. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 72 VIII. MIGRACIÓN HACIA LAS CIUDADES Y EL FUTURO DEL CAMPO. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74 IX.

REFLEXIONES SOBRE EL FUTURO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75

tABLAS Tabla 1:

Crecimiento urbano en América Latina y el Caribe (1950-2010). . . . . . . . . . . . . . . . . . 63

Tabla 2:

Crecimiento de la población urbana y nacional (1950-2010). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63

Tabla 3:

América latina y el Caribe, porcentaje de Participacion Urbano. . . . . . . . . . . . . . . 64

Tabla 4: Urbanización y prosperidad nacional En América Latina y el Caribe. . . . . . . . . . . 64 Tabla 5:

América Latina y el Caribe: tasa de migración rural-urbana neta con más de 10 años de edad y el crecimiento de la población urbana, (1980-2000). . . . . . . 65

Tabla 6:

Empleos “Formales” e “Informales” en áreas urbanas de América Latina seleccionadas (1990-2005). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66

Tabla 7:

Hogares urbanos con servicio de luz, agua y alcantarillado (porcentaje, 1990–2006). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67

Tabla 8:

La incidencia de la pobreza en América Latina (1970-2007). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67

Tabla 9:

Pobreza en algunos países de América Latina por entidad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68

Tabla 10: Bogotá y Santiago, dos ciudades polarizadas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68 Tabla 11:

Calidad de vida urbana por región (2009). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69

Tabla 12: Crecimiento urbano por tamaño de aglomeración (1985-2015). . . . . . . . . . . . . . . . . 71 Tabla 13: Crecimiento demográfico por tamaño de ciudad (1985-2015). . . . . . . . . . . . . . . . . . . 72 Tabla 14: Crecimiento anual en ciudades con más de 750.000 habitantes (1950-2010). . . . . . . 72 Tabla 15: Concentración de la población nacional en grandes ciudades (porcentaje, 1950, 1980 y 2010). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 72 Tabla 16: Peso demográfico y económico de ciudades importantes en América Latina. . . 73

gRÁFICOS Gráfico 1: Homicidios en algunas Ciudades Latinoamericanas (2000) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70

RECUADROS Recuadro 1: Cuba, Un caso excepcional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77

XI


nOTAS. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77

EL PAPEL ECONÓMICO DE LAS CIUDADES EN AMÉRICA LATINA. . . . . . . 79 I.

Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81

II. el papel económico de las ciudades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81 III.

Estrategias y estructuras económicas en América Latina. . . . . . . . . . . . . . . 81

IV.

Apertura y comercio exterior. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85

V.

Estructura económica, rol de ciudades y urbanización. . . . . . . . . . . . . . . . . 89

VI.

América Latina y sus conglomerados poblaciónales y económicos comparados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89

VII. PIB per cápita, salarios, ingreso real y pobreza. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91 VIII. Gastos y precios en las ciudades latinoamericanas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95 IX. la crisis mundial llegó. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97 X.

¿Por qué las economías latinoamericanas son tan afectadas?. . . . . . . . . 101

XII. El problema de la competitividad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 102 XIII. El problema financiero: liquidez, créditos y tasas de interés . . . . . . . . . . . 106 XIV. ¿Qué hacer? Hacia una nueva política económica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107 XV. Política económica y decisiones locales. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 109 Tablas TABLA 1:

Aranceles e importaciones: Resumen y rango de tasas (en %). . . . . . . . . . . . . . . . . . 82

TABLA 2:

ESTRUTURA DE LA PRODUCCIÓN (en PORCENTAJE DEL PIB NACIONAL) . . . . . . . . . . . . . . . . . 83

TABLA 3:

Importaciones totales de mercancías en USD a precios corrientes (Millones) . . 86

TABLA 4: exportaciones totales de mercancías en USD a precios corrientes (Millones). . . 86 tabla 5:

Comercio internacional (en porcentaje del PIB nacional) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 86

tabla 6:

Importaciones sectoriales (en % del total de importaciones de mercaderías). . 87

tabla 7:

Exportaciones sectoriales (en % del total de exportaciones de mercaderías). . 88

Tabla 8:

Población en América Latina (en Millones). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89

Tabla 9:

Población Urbana y rural en América Latina (en Millones). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89

Tabla 10: Ciudades y áreas urbanas con mayor población (2006). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89 Tabla 11:

Ciudades y áreas urbanas más grandes economicamente (2005). . . . . . . . . . . . . . . 90

Tabla 12: Automóviles de pasajeros por mil personas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 90 tabla 13: Ciudades con mayor densidad de población . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91 tabla 14: Concentración poblaciónal en ciudades principales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91

XII


Tabla 15: PIB per cápita en ciudades y áreas urbanas más grandes economicamente. . . . . 92 Tabla 16: Salarios (marzo 2009). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 92 tabla 17:

Ingresos brutos anuales (en USD, marzo 2009). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93

tabla 18: Poder de compra y tiempo de trabajo recuerido para comprar (Marzo 2009) . . 93 Tabla 19: Pobreza e indigencia (porcentaje total de la población en cada área geográfica) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 94 Tabla 20: Gastos y precios de bienes (marzo, 2009). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95 Tabla 21: comparación de déficit cuantitativos sector urbano (%). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96 tabla 22: renta apartamentos por estratos*(Marzo 2009) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96 Tabla 23: Precio del transporte público (Marzo 2009). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97 tabla 24: Producción, precios y empleo (Porcentaje de variación respecto al año anterior). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97 tabla 25: Producción, PRECIOS y Empleo en América Latina (Porcentaje DE VARIACIÓN RESPECTO AL Año Anterior). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 98 tabla 26: Estructura del Gasto (2007). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101 tabla 27: Estructura DE EXPORTACIONES (Porcentaje del total, 2007) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101 tabla 28: el índice big mac (2007) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 104 tabla 29: Tasas de interes para crédito (%) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 104 tabla 30: Salários por hora en USD (Marzo 2009) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105 tabla 31: Tasas de impuesto en el mundo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105 tabla 32: Cálculos de productividad de la mano de obra en el nivel mundial y regional. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 106 tabla 33: Medio de pago totales (M3) y Crédito doméstico al sector privado (en PORCENTAJE del PIB). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107 tabla 34: resultados. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 111

Gráficos Gráfico 1: Precios de las Commodities (en números índices). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 98 Gráfico 2: Exportaciones e mundiales. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99 Gráfico 3: Importaciones mundiales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99 Gráfico 4: pRIVATE AND OFFICIAL NET FLOWS (usd billions) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 100 Gráfico 5: Precios de commodities I . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 102 Gráfico 6: Precios de commodities II. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 102

RECUADROS RECUADRO 1: LAS Estrategias Económicas en América LATINA. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 84 RECUADRO 2: Producción Primaria y TASA DE Cambio: LA Enfermedad holandesa . . . . . . . . . . . 85 RECUADRO 3: CRISIS y ERRORES DE Política Económica. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99 RECUADRO 4: EL Ejemplo DE WALT Disney . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103 RECUADRO 5: Henry Ford, El aumento de la productividad y de los Ingresos compartidos. 107

nOTAS. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77

DESARROLLO SOCIAL: LA POBREZA URBANA Y LAS CONDICIONES DE VIVIENDA . . . . . . . . . . . 115 I.

ANTECEDENTES. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117

II.

MARCO MACROECONÓMICO Y SECTORIAL. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 119

III. Condiciones Habitacionales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . XIII


IV. EL MERCADO DE VIVIENDA. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 127 V.

LOS MODELOS DE GESTIÓN PÚBLICA SECTORIAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 129

VI.

POBREZA Y DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 132

Tablas Tabla 1:

Tasa anual de crecimiento del sector de la construcción en los países de América Latina (Porcentaje, 1997 – 2008). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 118

Tabla 2:

Participación del sector de la construcción en el PIB en los países de América Latina (Porcentaje, 1997 – 2008). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 118

Tabla 3:

Stock de vivienda en América Latina. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 120

Tabla 4:

Tenencia de vivienda en América Latina. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 122

Tabla 5:

Población con acceso a servicios de saneamiento mejorados, por área urbana y rural (Porcentaje, 2006) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125

Tabla 6:

Población con acceso sostenible a mejores fuentes de abastecimiento de agua (%). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125

Tabla 7:

Déficit cuantitativo de vivienda en algunos países de América Latina como porcentaje del total de hogares. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 126

Tabla 8:

Número de viviendas en construcción por cada 1.000 habitantes en algunos países de América Latina (2005). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 128

Tabla 9: Gasto público en vivienda como porcentaje del PIB (Bienios). . . . . . . . . . . . . . . . . . 131 Tabla 10: Gasto público social en vivienda por habitante. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 132 Tabla 11:

Porcentaje de la población en situación de pobreza e indigencia (2006). . . . . . . 133

TABLA 12: Coeficiente de Gini Total para América Latina y El Caribe (VALORES ENTRE 0 y 1) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 134 Tabla 13: Coeficiente de Gini Total URBANO para América Latina y El Caribe (VALORES ENTRE 0 y 1). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 134 Tabla 14: Coeficiente de Gini Total Rural para América Latina y El Caribe (VALORES ENTRE 0 y 1) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 134 Tabla 15: Coeficiente de GINI de las principales ciudades de América Latina . . . . . . . . . . . . . 135 Tabla 16: PIB per cápita de las principales ciudades de América Latina y el Caribe . . . . . . . 135 Tabla 17:

Distribución del ingreso de las personas por deciles, según área geográfica 2008 (Porcentaje del ingreso nacional total). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 136

Tabla 18: América Latina, consumo total por habitante (2000). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 136 Tabla 19: Clasificación según el Índice de Desarrollo Humano, IDH. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 137 Tabla 20: Distribución de los hogares según tenencia de vivienda y condición de pobreza en Colombia (2007) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 138

Gráficos Gráfico 1: Número de viviendas por cada 1.000 habitantes en América Latina y el Caribe.120 Gráfico 2: Número de viviendas por cada 1.000 habitantes en la Unión Europea . . . . . . . . . 121 Gráfico 3: Disponibilidad de inodoro conectado a alcantarillado en los países de América Latina. 2007 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123 Gráfico 4: Disponibilidad de acueducto por tubería en los países de América Latina (2007) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 124 GRÁFICO 5: DISPONIBILIDAD de energía eléctrica en los países de América Latina (2007) . . . . . . 124 Gráfico 6: Proporción de hogares en asentamientos precarios (2003) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 126 Gráfico 7: Espacio público por habitante (m2/habitante, (2007) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 127 Gráfico 8: Participación del gasto público social en vivienda en el gasto público total. Países de América Latina. 2006 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 131 Gráfico 9: Pobreza e indigencia en América Latina. 2006. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 133

XIV


Retos Urbano Ambientales: Disturbio Climático en América Latina y el Caribe . . . . . . . . . . . 141 I.

Latinoamerica y el Caribe: en un punto de inflexión preocupante. . . . . . . 143

II. diferencias en las responsabilidades y repercusiones entre países y ciudades de LAC . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 145 III.

Las diferencias intraciudades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 149

IV.

EL disturbio climático . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 150

V.

El disturbio climatico, una oportunidad para la lucha contra la pobreza. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 151

VI.

Disturbio climatico frente a los problemas básicos de la ciudad . . . . . . . 152

VII. Impactos en los atributos de la ciudad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 153 Gráficos GRÁFICO 1. RIESGOS CLIMÁTICOS ESPERADOS EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE Y MEDIDAS DE CONCORDANCIA ENTRE DIFERENTES MODELOS CLIMÁTICOS (2030) . . . . . . . . . . . . . . . . . . 144) GRÁFICO 2: HUELLA ECOLÓGICA Y BIOCAPACIDAD POR USO DE TIERRA EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE (2006). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 145 GRÁFICO 3: HUELLA ECOLÓGICA POR PERSONA/PAÍS, 126 PAÍSES (2006). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 146 GRÁFICO 4: BIOCAPACIDAD POR PERSONA/PAÍS, 126 PAÍSES (2006). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 147 GRÁFICO 5: HUELLA ECOLÓGICA Y BIOCAPACIDAD POR PERSONA EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE (19612006). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 148 GRÁFICO 6: HUELLA ECOLÓGICA Y BIOCAPACIDAD ESTADOS UNIDOS Y HAITÍ (1960-2006) . . . . . . . . . . . 148 GRÁFICO 7: ÍNDICE DE DESARROLLO HUMANO ONU Y HUELLA ECOLÓGICA (2006). . . . . . . . . . . . . . . . . . 150 GRÁFICO 8: EFECTOS DEL CAMBIO CLIMÁTICO EN LA POBREZA - MUNICIPALIDADES BRASILERAS . . . . . 151 GRÁFICO 9: DESARROLLO SUSTENTABLE. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 151 GRÁFICO 10. EMISIONES CO2 DE EDIFICACIONES (1970-2000-2030). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 154 GRÁFICO 11. COMPARACIÓN DE EMISIONES 2007 CON ESCENARIO DE MITIGACIÓN 2005-2050 EN EL MUNDO.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 159 GRÁFICO 12. POTENCIAL DE EFICIENCIA ENERGÉTICA PARA CONTRARRESTAR EL CRECIMIENTO DE LA DEMANDA ENERGÉTICA EN ESTADOS UNIDOS (2007-2030) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 159

LA GOBERNABILIDAD Y LA DEMOCRACIA EN LA CIUDAD LATINOAMERICANA DEL SIGLO XXI. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 165 I.

La complejidad urbana. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 167

II.

¿Qué ciudades?. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 167

III.

La gobernabilidad local . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 168

IV.

La Descentralización. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 169

XV


V.

Los Gobiernos de las Ciudades.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 173

VI.

Nuevas cuestiones, nuevos actores, nuevas ciudades.. . . . . . . . . . . . . . . . . . 174

TABLAS tabla 1: territorialización municipal de los servicios urbanos, equipamientos sociales y tributos en américa latina y el caribe. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 171 Tabla 2: Gasto Municipal en el Gasto Gubernamental Total en América Latina (Indicador Actualizado de Descentralización Fiscal). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 172

gRÁFICOS Gráfico 1: Gobernabilidad y descentralización . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 169 gráfico 2: Decentralización administrativa en américa latina (2007) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 170 Grafico 3: Países con gobiernos locales electos en américa latina. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 172

Cuadros Recuadro 1: Nomenclatura de Territorios en Países de América Latina. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 166 Recuadro 2: Funciones de los Alcaldes en Países de América Latina. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 167

Conclusiones Y RECOMENDACIONES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 179 Anexo Estadistico. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 187 Anexo 1 Resumen de la información Básica de América Latina Y el caribe, por . . . . . . fuente y años a partir de 1950. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 189 Anexo 2 Cuestionário SOLACC. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 190 Anexo 3 Principales Estadísticas de América Latina y el Caribe. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 195

Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 199

XVI


XVII


XVIII

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


El estado de las ciudades de américa latina y el caribe URBANIZACIÓN, DESARROLLO HUMANO Y DEMOCRACIA

URBANIZACIÓN, DESARROLLO HUMANO Y DEMOCRACIA

19


20

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


I. Introducción En el 2009, si tomamos este año como referente para situar la más grande crisis del sistema económico desde los años 30 y pensamos que tan sólo hace 20 años, en 1989, el mundo se había estremecido con la caída del comunismo y la posterior disolución de la Unión Soviética, debemos aceptar que muchas de las ideologías que nos han servido como compañeras durante todos estos años han entrado en cuestión y replanteamiento. Caído el muro de Berlín, el avance progresivo de las democracias ya no se percibe como una fuerza incuestionable. La crisis económica impacta la gobernabilidad política y plantea nuevos desafíos a las estructuras de poder. Las crisis de baja intensidad son una constante de los sistemas de mercado, son los mecanismos que éste tiene para ajustar los desequilibrios entre la oferta y la demanda. Muy por el contrario, las crisis económicas que impactan al conjunto de la sociedad se dan durante períodos más largos, denominados por el gran economista austríaco Joseph Schumpeter (Shumpeter, 1968), como ciclos de “destrucción creativa”, que por su gran impacto, se van convirtiendo en temas obligados de la conversación cotidiana, olvidando en muchos casos que la historia de las sociedades es escencialmente creación y destrucción hecha por nosotros los seres humano. Los ajustes de oferta y demanda están incorporados a nuestra vida cotidiana, pero los que amenazan nuestra estabilidad pueden llevarnos a vivir menos bien que antes y lo que es más crucial, a vivir con pánico y temor a un futuro inmediato con mayores dificultades y privaciones. Son crisis sistémicas que al afectar el conjunto de las instituciones de la sociedad generan desconfianza e inseguridad, convirtiéndose en muchos casos, en el caldo de cultivo para que progresen ideas fundamentalistas no sólo en lo económico y político sino en lo cultural. Lo anterior es de enorme importancia para entender el marco en el que necesariamente se tendrá que desenvolver en el futuro la vida en nuestras ciudades. Muchas de las esperanzas que la humanidad se había forjado para superar los viejos problemas, deberán postergarse hasta que el débil motor de la economía mundial sea reparado. El atractivo de la mezcla de bienestar y libertad logrado en muchos lugares de América Latina ya no se podrá sostener con tanto ahínco, y es previsible que aquellas viejas plagas de nuestras democracias liberales realmente existentes, los totalitarismos y populismos, emerjan en una nueva oleada ante la alta vulnerabilidad que presentan los países de la región frente a la caída de la producción en los ciclos económicos. Tendremos que seguir conviviendo con las dolencias propias de unas economías frágiles, pero no podemos ahorrar esfuerzos en nuestros propósitos de tratar de construir ciudades más democráticas, sostenibles y vivibles, no solamente para los individuos y las colectividades, sino para el planeta en su conjunto, incluyendo sus ecosistemas y las estructuras complejas que la soportan. El sistema que hemos venido construyendo a través de la historia, si no recibe fuertes ajustes, no podrá resolver sus dolencias. Los

URBANIZACIÓN, DESARROLLO HUMANO Y DEMOCRACIA

problemas vitales que nos acechan son múltiples y nuestros acuerdos políticos son incapaces por sí mismos de atender el peligro nuclear, la degradación de la biosfera, la crisis alimentaria, los viejos conflictos religiosos y las cada vez más recurrentes y desestabilizadoras crisis económico – financieras. Al asumir la disyuntiva que nos plantea recientemente Edgar Morín entre lo probable, la desintegración, y lo improbable, aunque posible, la metamorfosis, optamos por esta última por considerar con el propio Morín que dicha idea es más rica que la de revolución, contiene la radicalidad transformadora de esta, pero vinculada a la conservación – de la vida o de la herencia de las culturas-, deshaciéndonos de las alternativas reductoras a las que nos obliga el mundo de conocimiento y pensamiento hegemónico: es necesario, al mismo tiempo, mundializar y desmundializar, crecer y decrecer, desplegar y replegar (Morin, 2010). El ocaso de las ideologías extremas es una nueva ocasión para tomar conciencia de la gran fragilidad de las instituciones humanas, y al mismo tiempo, una oportunidad para indagar sobre las fallas de la democracia real y su capacidad para asumir los retos de un mundo que se moderniza de la mano de una economía sin controles, haciéndonos tomar conciencia de que si se gobierna sin una democracia inclusiva, -aquella donde se dé un goce efectivo de derechos-, esta carece de legitimidad y tiene dificultades de gobernabilidad. El arreglo democrático debe jugarse con resultados ciertos que eleven el nivel de vida, no sólo material sino psíquico en los asentamientos humanos. Además de ser un lugar físico geográfico, el territorio es un hecho histórico social: un espacio de complejas relaciones humanas configuradas a través de un medio ambiente, mediado por intercambios realizados no siempre en cooperación, sino en la mayoría de los casos en competencia, guiada por el beneficio individual. Los territorios y ciudades expresan en su manera de ser habitados y moldeados para la vida societaria, las condiciones objetivas y subjetivas de los seres humanos; son para decirlo escuetamente hechos, “realidades”, dimensiones físico instrumentales cohesionadas por valores. El territorio simboliza con el tratamiento que le demos la forma como la ciudad expresa su cohesión y hace visibles sus tensiones en la producción y la distribución, en la política y en la economía. La crisis abre un desafío colosal al ejercicio del poder en todas las instancias, incluidos los poderes locales, que son quienes con mayor fuerza deben atender los peligros de una catástrofe ecológica que amenaza con dañar severamente la especie humana y sus entornos. El mundo a nivel general y los territorios en su forma más particular, los municipios, son epicentros de las evoluciones y convulsiones en que estamos inmersos y esto conlleva un replanteamiento de la articulación entre el desarrollo humano territorial y la democracia política existente a partir de cada una de nuestras experiencias históricas, sin olvidar que no podemos mejorar nuestras instituciones políticas si no abordamos los problemas de desigualdad y pobreza, de exclusión y fragmentación en la región más desigual del mundo: América Latina.

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Como lo ha venido señalando de tiempo atrás el PNUD, en América Latina1 se han vivido experiencias controvertidas de desarrollo y democracia. Hemos avanzado en la consolidación de formas democráticas de diversa intensidad y en no pocos casos experimentando serios problemas que amenazan su continuidad; el principal de ellos, un grave marco de inequidad y pobreza que ha llevado a muchos a preguntarse si puede subsistir la democracia sin un goce efectivo de los derechos para su población. La profunda inequidad del manejo del poder en la región, lleva a una situación de ilegitimidad que no solamente corroe las entrañas de la sociedad, sino que debilita la propia democracia, demandando nuevas acciones políticas. El papel de las ciudades en un mundo global en crisis es crucial, en ellas sin mercados y economías operando no hay armonía ciudadana, pero la economía no es ni el territorio ni la sociedad. Producida la hecatombe, la “mano invisible”, reclama a la política, exige al Estado que intervenga para salvar el mercado, no sólo al financiero, sino a la totalidad del sistema (González, 2009 p. XV). No podemos errar el camino. El desarrollo humano en los territorios, en tanto ampliación de las oportunidades de las personas, permite que nos aprovechemos de las bondades del mercado direccionando sus resultados a favor de los más pobres. La revolución tecnológica que ha roto las barreras del tiempo y el espacio en la comunicación, no es un fenómeno reversible. El mundo del mercado como nos lo recordara recientemente Amartya Sen, “no es tan bueno como dice la tecnocracia financiera internacional, pero tampoco es tan malo como afirman sus críticos” (Sen, 2008 p. 22). Los ciudadanos de acuerdo a muchos sondeos, hacen valoraciones negativas sobre la capacidad del sistema democrático para solucionar las crisis económicas. El deterioro de las condiciones de vida ligado a las altas tasas de desempleo, empobrecimiento y pérdida de bienestar así como las inseguridades de todo tipo que se ven multiplicadas por la crisis, nos llevan a redescubrir la necesidad de instituciones eficaces que redunden en certidumbre y disminuyan los costos de transacción dando estabilidad y cohesión social. Muchos dudan de que las instituciones puedan funcionar bien en un mundo globalizado. Somos testigos de un colapso de la confianza y de un preocupante retroceso de la democracia como arreglo político, lo que nos ha llevado a poner el foco en la capacidad de gobernabilidad de los territorios en un mundo global. Empero, para despejar dudas, es bueno traer a cuento lo que sostiene el ex presidente de la república del Brasil, Sr. Fernando Enrique Cardozo, para quien: “de la misma forma que la globalización no significó el fin de la historia, la crisis no significará el fin de la globalización. Puede significar la transición para una nueva etapa, impulsada por una interrelación más dinámica entre sociedad y política, economía y cultura” (Cardoso, 2009, p. 4) . Su curso dependerá de nosotros, de nuestra autonomía individual y colectiva. Desarrollo humano como libertad y democracia política entendida como gobierno mediante la discusión para resolver las confrontaciones entre hechos y valores,

son temas recurrentes en nuestros países y pese a sus dificultades, nos alertan sobre paraísos que se materializan en infiernos y de ideales que no solo fracasan sino que se vuelven contra nosotros. El ideal democrático no tiene rival en América Latina, pero los gobiernos que lo reivindican están expuestos permanentemente a la confrontación y la crítica. Este es su modus vivendi. Históricamente, como sostiene Pierre Rosanvallon, la democracia se ha manifestado siempre como una promesa y un problema a la vez. Promesa de un régimen acorde con las necesidades de la sociedad, fundadas sobre la realización de un doble imperativo de igualdad y autonomía, problema de una realidad que a menudo está lejos de haber satisfecho estos nobles ideales. El proyecto democrático ha quedado siempre incumplido en la realización plena de los ideales, pero es el mejor acuerdo societario para resolver nuestros necesarios e inevitables conflictos: “en cierto sentido, jamás hemos conocido regímenes plenamente “democráticos”, en la acepción más rigurosa del término. Las democracias realmente existentes han quedado inacabadas o incluso confiscadas, en proporciones muy variables según cada caso” (Rosanvallon, 2007, p. 22). Justicia y equidad son valores perseguidos por gobiernos que acceden al poder en democracia, que por su propia naturaleza, son creaciones imperfectas: La existencia de las democracias reales es indisoluble de una tensión y un cuestionamiento permanentes. América latina es una región atravesada por diversas paradojas. Por momentos se cree que se han instalado gobiernos democráticos al tiempo que, como se señaló, se mantienen profundas desigualdades con niveles de pobreza lacerantes pero en muchos casos ocultas, con crecimientos económicos cíclicos e insuficientes y en unos territorios donde a pesar de la extensión de la democracia, sus raíces efectivas por la persistencia de la inequidad, no son solidas ni profundas: “Sin una comprensión de la política como fuerza que da vida al desarrollo y a la democracia, es imposible el logro de las metas que nos hemos propuesto. Por eso es fundamental revalorizar la política como creadora de sentido en el marco de un orden social más justo” (Grynstan, 2008, p. 25). Podemos decir que se ha cerrado una era, abriéndose al mismo tiempo una nueva, donde la incertidumbre estará acompañando las posibilidades del ser humano para gobernarse autónomamente. Esperemos que se corrijan drásticamente los poderes desatados por la globalización financiera en red, causante de la crisis sistémica planetaria en la cual aún estamos inmersos. Tarea compleja la de los tiempos presentes caracterizados igualmente por un mundo que por primera vez en la historia de la humanidad se volvió urbano y lo hará cada vez más, a ritmos e intensidades de mayor profundidad. En efecto, el mundo se urbaniza a ritmos sin precedentes. En 1900, la población urbana era el 13% (220 millones). Para 1950, el 29,1% (732 millones). En el 2005, el 49% de la población vivía en asentamientos urbanos (3.171 millones) (tabla 1). ONU-HABITAT, estima que la población en las zonas urbanas aumenta a razón de 70 millones de personas cada año, lo que equivale aproximadamente a una nueva ciudad del tamaño de Tokio,

22

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


México y Nueva York. Para el año 2030, cerca del 61% de la población mundial vivirá en ciudades, agregando un millón de residentes en las ciudades por año. La escala y el ritmo de este crecimiento plantean desafíos políticos, económicos-sociales y culturales-medioambientales de gran trascendencia. Tabla 1: Población total rural y urbana (En Miles) Año

Población total

Población rural

Población urbana

% urbana

% rural

1950

2,518,629

1,785,900

732,729

29.1

70.9

1955

2,755,823 1,903,755

852,068

30.9

69.1

1960

3,021,475

992,753

32.9

67.1

1965

3,334,874 2,176,887

1,157,987

34.7

65.3

1970

3,692,492 2,362,944

1,329,548

36.0

64.0

1975

4,068,109 2,551,782

1,516,326

37.3

62.7

1980

4,434,682 2,697,838

1,736,844

39.2

60.8

1985

4,830,979 2,846,461

1,984,517

41.1

58.9

1990

5,263,593 2,990,352

2,273,241

43.2

56.8

1995

5,674,380 3,117,518

2,556,862

45.1

54.9

2000

6,070,581

3,213,654

2,856,927

47.1

52.9

2003

6,301,463 3,,257,563

3,043,900

48.3

51.7

2005

6,453,628 3,281,638

3,171,990

49.2

50.8

2010

6,830,283 3,324,936

3,505,347

51.3

48.7

2015

7,197,247

3,341,377

3,855,870

53.6

2020

7,540,237

3,324,840

4,215,397

2025

7,851,455

3,272,264

2030

8,130,149

3,185,470

2,028,721

70 millones de personas, un número que equivale a 7 megaciudades nuevas. Esto significa “una ciudad nueva aproximadamente del tamaño de Hanói, Madrid o Porto Alegre, es decir, 877.4 millones de hogares nuevos con un incremento anual de 35.1 millones de viviendas. Lo cual se traduce en un aumento diario de 96.150 hogares o un aumento de 4.000 hogares por hora” (El-Sioufi, 2009, p. 12). En 2005, cerca de 1 billón de personas vivía en barrios marginales en todo el mundo, de las cuales 933.376 vivían en regiones de desarrollo, lo que supone el 41.4 de la población urbana total y un indicio muy fuerte de que una urbanización descontrolada y con altos grados de marginalidad es una vía expedita para urbanizar el mundo en la pobreza. La situación de América Latina presenta una población de barrios marginados como porcentaje de la población urbana total del 30.8%, cifra no muy alta en los patrones internacionales – Tabla No. 2 – pero sí muy preocupante por venir acompañada de altas tasas de desempleo y de niveles muy altos de exclusión e inequidad. Tabla 2: Población Mundial de Barrios Marginales por Región (2005) Regiones

Población Total de habitantes de barrios marginales ( redondeado al millar)

Población de barrios marginales como porcentaje de la población urbana total

46.4

Mundial

997.767

31,2

55.9

44.1

46.511

6,0

4,579,192

58.3

41.7

Regiones Desarrolladas

4,944,679

60.8

39.2

Regiones en Vias de desarrollo

933.376

41,4

Fuente: Naciones Unidas. Fondo de población. World urbanization prospects 2005.

Las tendencias poblaciónales en curso, nos indican claramente, cómo lo más específico de la sociedad contemporánea ocurre al interior de nuestras ciudades. De tiempo atrás es sabido cómo las urbes atraen por su gran capacidad concentradora de potencialidades para mejorar la calidad de vida y el bienestar humano, fruto de la aglomeración. En la actualidad, la mayoría de las personas vive en ciudades y lo hace de forma muy particular: representan sólo el 2% de la superficie del suelo en el mundo, pero son responsables de más del 80% de la emisión global de gases con efecto invernadero y esto nos lleva a la convicción de que el impacto del cambio climático en ciudades y pueblos, así como la dependencia de fuentes sólidas de combustible, son algunos de los problemas más difíciles a los que se enfrentan urbanistas y gestores urbanos que intentan organizar ciudades inteligentes y sostenibles (Gotelin, 2009, p. 9). Adicionalmente, se prevé que en el futuro uno de cada tres habitantes del planeta, no sólo tendrá vivienda precaria, sino que carecerá de muchos de los servicios básicos. ONU HABITAT estima que habrá un aumento de demanda mundial de viviendas de 2003 hasta 2030 para satisfacer las necesidades de un aumento anual de población de

URBANIZACIÓN, DESARROLLO HUMANO Y DEMOCRACIA

Norte de Africa

21.224

25,4

Africa SubSahariana

199.231

71,8

Latinoamérica y el Caribe

134.257

30,8

Este de Asia

212.368

34,8

Sur de Asia

276.432

57,4

Sudeste de Asia

59.913

25,3

Oeste de Asia

33.057

25,5

Occeania

568

24,0

Fuente: UN-HABITAT (2006)”SATATE OF THE WORLD” S CITIES 2006/07” P. 16.

Frente a las anteriores tendencias, la urbanización sostenible es la clave para luchar contra la pobreza y la inequidad. Dadas las economías de escala, aglomeración y alcance, las ciudades son la clave para llegar a las poblaciónes más pobres, con bienes y servicios que eleven su calidad de vida, aumenten sus activos individuales de capital humano, físico y colectivo de capital social y simbólico, así como las posibilidades de acceder a empleos e ingresos. Las ciudades se convierten en una de las instituciones centrales de la sociedad contemporánea. La población alcanza en la ciudad mejores niveles de ingresos, salud, educación, pero también registra una mayor

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flexibilidad e inseguridad laboral y un incremento de las desigualdades intra-urbanas en el acceso a los servicios de infraestructura. Estas paradojas son nuevamente una señal de la necesidad de replantear las bases esenciales del tipo de ciudad donde queremos vivir en el futuro. Para ello, las autoridades locales deben asumir en sus políticas la lucha contra la segregación socio-espacial, favoreciendo la equidad y la inclusión a través de propiciar dignidad en la calidad del espacio individual – la casa – y el colectivo – el entorno.

Fuente: Cálculos a partir de América Economía. Mejores ciudades para hacer negocios 2009.

Debemos cambiar muchas de nuestras ideas, pero seguiremos utilizando los mismos recursos y tecnologías y continuaremos profundizando nuestros procesos de globalización; igualmente, intensificaremos nuestras discusiones sobre la forma de vida que podremos llevar en un mundo urbanizado. En América Latina, el continente más urbanizado del mundo, se da igualmente un fuerte predominio económico en las ciudades como se evidencia en el cuatro No. 3, donde vemos cómo la relación entre el porcentaje de producto que aportan las ciudades con respecto al porcentaje de población, que nos dan el grado de su productividad o capacidad de generación de valor de las ciudades frente al resto del país, es más alto en todos los casos seleccionados así como en prácticamente la totalidad de los centros urbanos de algún tamaño. Cuando la relación PIB/población es mayor que la unidad, nos indica la mayor productividad económica de las ciudades o en la jerga económica, la existencia de rendimientos crecientes a escala. La forma como se aglomeran las personas en el espacio condiciona las modalidades del desarrollo: estar juntos genera rendimientos crecientes a escala y la aglomeración favorece la productividad y la competitividad, al tiempo que es el lugar por excelencia para el florecimiento de la libertad y el desarrollo humano. Las actividades económicas basadas en lo urbano representan más del 50% del producto mundial y más del 80% en los países más urbanizados de América Latina. En ellas, se concentra el poder, la riqueza, la comunicación, la ciencia, la tecnología y la cultura de las sociedades. Las ciudades de hoy deben ser reguladas buscando mejorar la calidad de vida de los seres humanos y el medio ambiente. No es una tarea fácil, requiere intervenciones decisivas para modificar la segregación socio-espacial imperante en nuestros asentamientos humanos como una de las manifestaciones más dramáticas de la pobreza urbana, de las carencias y de la exclusión existentes no solo en el mundo sino también y de una forma muy pronunciada en América Latina. Como lo declaró la directora ejecutiva de ONUHABITAT Sra. Anna Tibaijuka en ocasión del día mundial de hábitat 2009, hay que encontrar una nueva función para la planificación en el desarrollo urbano sostenible: “… culpar a los planificadores urbanos y sus planes por los problemas urbanos es lo mismo que retroceder las agujas del reloj y volver en el tiempo a un momento en que nadie podría haber previsto los problemas que enfrentamos en la actualidad”. Los sistemas de planificación urbana deben prepararse para abordar los grandes desafíos asociados al cambio climático, la rápida urbanización, la pobreza, la informalidad y la seguridad. Los problemas que configuran las ciudades del siglo XXI no se pueden abordar al margen de la planificación urbana moderna, que no es otra que aquella encaminada a lograr un desarrollo humano territorial democrático e inclusivo atendiendo los principales desafíos urbanos del mundo contemporáneo; según el secretario general de las Naciones Unidas, Sr. Ban Ki-Moon, incluyen el crecimiento rápido de muchas ciudades y la desaceleración de otras, la expansión del sector informal, el papel de las

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ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE

Tabla 3: Relación entre población y producción en las principales ciudades de América Latina. País

Area urbana

% Población

% PIB

Relación PIB/ Población

Brasil

São Paulo

10,4

33,7

3,2

México

Ciudad de México

19,1

30,0 1,6

Argentina

Buenos Aires

31,8

39,1

1,2

Brasil

Rio de Janeiro

6,1

11,9

1,9

Perú

Lima

30,4

47,6

1,6

Colombia

Bogotá

15,7

49,6 3,2

Chile

Santiago

41,1

80,9 2,0

Brasil

Belo Horizonte

1,3

2,1

1,7

México

Guadalajara

3,8

4,8

1,3

México

Monterey

3,3

7,3

2,2

Brasil

Recife

0,8

1,3

1,7

Brasil

Porto Alegre

0,8

2,1

2,8

Brasil

Fortaleza

1,3

1,6

1,2

Colombia

Medellín

4,2

14,3

3,4

Brasil

Salvador de Bahía

1,4

1,7

1,2

Brasil

Curitiba

0,9

2,3

2,4

Ecuador

Guayaquil

15,4

54,4 3,5

Venezuela

Caracas

13,4

25,7

1,9

Brasil

Campinas

1,6

1,8

1,1

República Dominicana

Santo Domingo

20,3

41,0

2,0

Colombia

Cali

4,9

11,2

2,3

Brasil

Brasilia

1,3

6,0

4,7

Paraguay

Asunción

26,6

36,4 1,4

México

Puebla

1,9

2,0

1,1

Uruguay

Montevideo

44,3

57,6

1,3

Panamá

Ciudad de Panamá

40,1

82,8 2,1

Ecuador

Quito

17,8

44,4 2,5

Bolivia

La Paz

18,4

30,3 1,6

Costa Rica

San José

34,7

46,4 1,3

El Salvador

San Salvador

32,4

61,1

Guatemala

Ciudad de Guatemala

20,5

46,8 2,3

Honduras

Tegucigalpa

18,4

51,8

1,9

2,8


ciudades en causar o mitigar el cambio climático en un momento donde existen evidencias en todo el mundo que sugieren que la planificación urbana contemporánea ha fallado ampliamente en afrontar estos desafíos. En efecto, los sistemas de planificación urbana deben cambiar. Ellos no han logrado abordar un amplio espectro de problemas compartidos a nivel global pero que cada país y región por sus propias características deben resolver implantando políticas locales; los principales factores que conforman los retos para los asentamientos humanos en el siglo XXI, deben reconocer que la democracia no sólo es un valor en sí mismo, sino un medio para el desarrollo y la lucha contra la pobreza: “El desarrollo de la democracia depende de que se amplíe de manera decisiva la ciudadanía social, sobre todo a partir de la lucha contra la pobreza y la desigualdad y de la creación de empleo de buena calidad” (Pnud, 2004, p. 25). Según la versión autorizada del Sr. Naison D. MutizwaMangiza jefe del departamento de análisis de políticas de ONU-HABITAT, deberá abordar al menos cinco áreas claves: desafíos ambientales del cambio climático y la excesiva dependencia de coches que usan combustibles fósiles en las ciudades; los cambios demográficos causados por una rápida urbanización y la creciente composición multicultural de las ciudades; los desafíos económicos del incierto crecimiento económico amenazado por la crisis financiera global, así como la creciente informalidad de las actividades urbanas; los crecientes desafíos socio-espaciales, especialmente las desigualdades, el crecimiento urbano descontrolado, la urbanización periférica no planificada y la creciente escala espacial de las ciudades; y por último, los desafíos institucionales relacionados con las formas de gobierno y el papel cambiante de los gobiernos locales (Mutizwa, 2009, p. 17). La planificación urbana debe jugar un papel decisivo en reducir la fragmentación de la intervención del Estado en la formulación de políticas, no solo porque la mayoría de las políticas nacionales y locales, así como las inversiones y los procesos de gestión relacionados tienen una dimensión espacial, sino también porque es esencial afrontar las tensiones no resueltas entre autonomía municipal y los asuntos de interés nacional, utilizando a fondo los instrumentos de coordinación, subsidiariedad, concurrencia y complementariedad propios de la dimensión espacial de las políticas públicas. La autonomía territorial, que no es otra cosa que el grado creciente de libertad para una mayor y mejor autodeterminación de los habitantes de un territorio en la definición y control de sus propios intereses, no es una imposición, sino un proceso gradual que se surte en la medida en que las entidades territoriales van logrando definir y controlar los asuntos que les conciernen. Dicha gradualidad, tiene como herramientas la aplicación de los principios de subsidiariedad, en la medida en que se tiene que dar ayuda entre los niveles hasta alcanzar el nivel óptimo de definición de sus propios asuntos; complementariedad, aclarando la órbita concreta de acción dentro de la gradualidad y coordinación, garantizando la efectividad del proceso dentro de un esquema institucional

URBANIZACIÓN, DESARROLLO HUMANO Y DEMOCRACIA

acorde con la arquitectura constitucional a la que el municipio está sometido (Riveros, 2010). En el territorio se hace imperativa la coordinación de las políticas públicas; las autoridades locales pueden jugar este papel eficientemente si construyen adecuadas relaciones horizontales y verticales, utilizando el espacio y el territorio, como lugares donde se unen la planificación urbana con otros sectores de las políticas públicas como la dotación de los servicios públicos, la movilidad intra e inter urbana y en general la provisión de infraestructuras: el poder regulador en las ciudades necesita ser unido a la inversión y a la toma de decisiones del sector público a un nivel más amplio. Solo así se pueden aprovechar ampliamente las dinámicas y potencialidades de la aglomeración; la gobernabilidad democrática en las ciudades, depende de la capacidad de las autoridades locales para realizar pactos transversales que permitan aunar fuerzas para combatir las disfuncionalidades urbanas. El urbanismo en el mundo contemporáneo, además de una intervención físico-espacial también implica un modo de gobernabilidad y por lo tanto no se trata únicamente de un ejercicio técnico neutral, sino más bien de un conjunto de valores cuyo principal interés es la formulación de juicios éticos y políticos (Mutizwa, 2009, p. 17). El urbanismo es impensable sin las instancias técnico-arquitectónicourbanísticas que lo han configurado a través de la historia, pero al igual de lo que ocurre con la economía espacial, debe estar sujeto a la política, y a los procesos democráticos institucionales diseñados a nivel glocal para la resolución de los necesarios conflictos e intereses que conlleva toda intervención en el espacio construido y por construir. La competitividad de las ciudades en el ámbito económico y la creación de ciudadanos en el ámbito político son temas centrales en el mundo moderno. En otras palabras, el espacio físico se abre a la creación de un nuevo espacio público, moldeado y formado por la sociedad para darle un nuevo sentido a la vida a través de la ciudad. Ella, además de un lugar físico geográfico es un hecho históricosocial: un espacio de complejas relaciones humanas que se configuran a través de un medio ambiente mediado por el mercado, el cual debe producir no sólo beneficio individual sino bienestar colectivo. La ciudad del siglo XXI debe ser repensada en el conjunto de los cambios irreversibles que vienen ocurriendo en el mundo globalizado en proceso de urbanización. La manera como usamos el suelo, el agua, la energía, así como otros recursos naturales, sin olvidar la movilidad, el desarrollo económico local, los desastres naturales y los causados por el ser humano, la seguridad en las ciudades con sus manifestaciones más crueles en la criminalidad y la violencia urbana, son la clave para construir asentamientos humanos donde las personas puedan vivir con dignidad en un ambiente sano y libre de enfermedades. La gobernabilidad política y la sostenibilidad financiera de la ciudad, tienen un significado completamente distinto al del balance privado. En la ciudad, se deben conciliar la rentabilidad de los negocios con las necesidades de la población, en una lógica de un juego de suma positiva, donde la rentabilidad del sector privado sea compatible

25


con el interés general. Ello sólo es posible si construimos territorios habitados por “el desarrollo humano como libertad” en una economía mixta regulada por la democracia y la justicia social.

II. El crecimiento Económico en América Latina América Latina atraviesa procesos de creación y destrucción marcados por las transformaciones multidimensionales señaladas, y los conflictos que dichas transformaciones suscitan. El continente avanza con dificultades hacia la era de la información, sin poder descifrar en conjunto las tensiones propias de las relaciones entre desarrollo humano y democracia. El estado nacional es atacado por varios flancos en los cuales sobresalen los nuevos estados red y, los viejos gobiernos locales, inmersos en forma desigual en la dinámica político cultural de la globalización, no atinan a comprender en la mayoría de los casos la forma como estas características generales afecta las condiciones propias de cada territorio. No podemos dejar de crecer, pero debemos hacerlo de otro modo. Un repaso de cómo ha sido el crecimiento en América Latina nos es de utilidad. Tabla 4: Población América Latina y el Caribe (2005) País

Población 2005 (Miles de personas)

%

Montserrat

6

0,0

Anguila

14

0,0

Islas Vírgenes Británicas

22

0,0

Islas Turcos y Caicos

31

0,0

Saint Kitts y Nevis

49

0,0

Islas Caimán

53

0,0

Dominica

67

0,0

Antigua y Barbuda

84

0,0

Aruba

101

0,0

Granada

103

0,0

San Vicente y las Granadinas

109

0,0

Islas Vírgenes de los Estados Unidos

110

0,0

Santa Lucía

165

0,0

Antillas Neerlandesas

186

0,0

Barbados

253

0,0

Belice

282

0,1

Bahamas

325

0,1

Suriname

500

0,1

Guyana

764

0,1

26

País

Población 2005 (Miles de personas)

%

Subtotal

3.224

0,6

Trinidad y Tabago

1.318

0,2

Jamaica

2.668

0,5

Panamá

3.231

0,6

Uruguay

3.324

0,6

Costa Rica

4.327

0,8

Nicaragua

5.455

1,0

Paraguay

5.904

1,1

El Salvador

6.057

1,1

Honduras

6.898

1,3

Bolivia (Estado Plurinacional de)

9.182

1,7

República Dominicana

9.237

1,7

Haití

9.295

1,7

Cuba

11.189

2,0

Guatemala

12.709

2,3

Ecuador

13.060

2,4

Subtotal

103.854

18,9

Chile

16.294

3,0

Venezuela (República Bolivariana de)

26.724

4,9

Perú

27.833

5,1

Argentina

38.747

7,0

Colombia

43.046

7,8

México

105.001

19,1

Brasil

186.110

33,8

Subtotal

443.755

80,6

América Latina y el Caribe

550.833

100,0

Fuente: CEPAL.

Para tener una idea de lo que ocurre en América Latina y en sus ciudades, presentaremos a continuación una clasificación de la región para tratar de captar las principales diferencias entre países y ciudades, realizando observaciones generales sobre la distribución de la población y su composición urbano rural, la riqueza acumulada, el desarrollo económico y humano, así como las principales tendencias e innovaciones en el crecimiento y desarrollo urbano y territorial. Los criterios para la división regional se hicieron teniendo en cuenta la población de América Latina y el Caribe y el PIB total y per cápita de la región, permitiéndonos hacer una división entre países grandes, medianos y pequeños, tal y como se presenta a continuación.

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Tabla 5: PIB total América Latina y el Caribe Países

PIB 2005 (Mill USD de 2000)

%

Dominica

281

0,0

Saint Kitts y Nevis

388

San Vicente y las Granadinas

399

Granada

479

Guyana Santa Lucía

Tabla 6: PIB percápita América latina y el Caribe Países

PIB Percápita 2005 (Dólares de 2000)

0,0

Haití

384

0,0

Nicaragua

843

Bolivia (Estado Plurinacional de)

1.037

0,0

Honduras

1.309

603

0,0

Paraguay

1.365

804

0,0

Ecuador

1.570

Antigua y Barbuda

822

0,0

Guatemala

1.572

Suriname

1.024

0,0

El Salvador

2.136

Belice

1.082

0,0

Perú

2.403

Barbados

1.840

0,1

Colombia

2.538

Subtotal

7.720

0,3

República Dominicana

2.972

Haití

3.565

0,1

Cuba

3.474

Nicaragua

4.600

0,2

Jamaica

3.619

Bahamas

6.021

0,3

Brasil

3.941

Paraguay

8.051

0,3

Panamá

4.445

Honduras

9.022

0,4

Costa Rica

4.508

Jamaica

9.709

0,4

5.004

Bolivia (Estado Plurinacional de)

9.778

0,4

Venezuela (República Bolivariana de) Chile

5.703

Trinidad y Tabago

11.936

0,5

Uruguay

6.575

Panamá

14.350

0,6

México

6.702

El Salvador

14.684

0,6

Argentina

8.131

Costa Rica

19.483

0,8

Trinidad y Tabago

9.017

Guatemala

19.960

0,8

Bahamas

18.624

Ecuador

20.747

0,9

América Latina y el Caribe

4.346

Uruguay

21.811

0,9

América Latina

4.335

República Dominicana

28.131

1,2

Caribe

5.302

Cuba

39.051

1,6

ISLAS

Subtotal

240.899

10,0

Guyana

815

Perú

65.488

2,7

Suriname

2.264

Chile

92.765

3,9

San Vicente y las Granadinas

3.345

Colombia

113.982

4,7

Belice

3.925

Venezuela (República Bolivariana de)

132.887

5,5

Dominica

4.147

Granada

4.553

Argentina

313.783

13,0

Santa Lucía

4.986

México

698.093

29,0

Barbados

6.301

Brasil

739.355

30,7

Saint Kitts y Nevis

7.890

Subtotal

2.156.353

89,7

Antigua y Barbuda

9.900

América Latina y el Caribe

2.404.972

100,0

América Latina

2.369.586

98,5

Caribe

35.386

1,5

Fuente: CEPAL.

URBANIZACIÓN, DESARROLLO HUMANO Y DEMOCRACIA

Fuente: CEPAL.

Siguiendo la clasificación propuesta podemos observar, en primer lugar, el comportamiento de las principales variables económicas y sociales en América Latina.

27


Tabla 7: Clasificación de países por su tamaño Países grandes

Brasil México Argentina

Países medianos

Venezuela (República Bolivariana de) Colombia Chile Perú

Países pequeños

Cuba República Dominicana Uruguay Ecuador Guatemala Costa Rica El Salvador Panamá Trinidad y Tabago Bolivia (Estado Plurinacional de) Jamaica Honduras Paraguay Bahamas Nicaragua Haití

PRODUCTO INTERNO BRUTO En 2008 la producción de América Latina y el Caribe representaba cerca del 7% del producto mundial. A su vez las tres principales economías de la región (Brasil, México y Argentina), equivalían al 5% del PIB mundial y los cuatro países siguientes solo generaban el 1,2 del valor agregado mundial.

En términos generales, en América Latina se presentó un crecimiento relativamente sostenido de la economía entre 1950 y finales de los setenta. Posteriormente en la década de los ochenta se observa una caída significativa en la producción de la región, cercana a 1%, siendo negativa en varios países. En la década de los noventa se evidencia una recuperación, aunque a una tasa de crecimiento baja, inferior al 4%, descendiendo de ritmo en lo corrido de la primera década del presente siglo. Por grupos de países se observan algunas particularidades: El grupo 1 (mayores economías): Argentina, registró decrecimiento del PIB en los ochenta, aunque su nivel de recuperación fue mayor al de Brasil y México. Este último país, por su parte, aunque se recuperó levemente entre 1990 y 2000, posteriormente retomó los bajos niveles de crecimiento de la década de los ochenta. Del grupo 2 o países de economías medianas, se presentaron dos comportamientos, el primero de Perú y Venezuela, que siguieron la tendencia de América Latina (caída en los ochenta y posterior recuperación) y Chile-Colombia, cuyas economías se mantuvieron relativamente estables, registrando crecimientos entre el 3% y 5%. Finalmente, el grupo de países con niveles de producción bajos, presentó un comportamiento bastante similar al de la región. Complementariamente con lo anterior, si se analiza el comportamiento promedio de la economía entre 1950 y 2008, se observa que los mayores crecimientos promedio se presentaron en Costa Rica y República Dominicana, mientras que las menores variaciones se registraron en Cuba, Haití y Jamaica. Adicionalmente se destaca que las economías grandes y medianas (con excepción de Argentina), presentaron una variación cercana al promedio de América Latina y el Caribe (4,1%).

Gráfico 1: Participación Porcentual del PIB de los grupos de Países de América Latina en el PIB mundial (1960-2008)

28

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Tabla 8: Participación Porcentual del PIB Países de América Latina y El Caribe en las economías más ricas DEL mundo (2008) Puesto Países

% en PIB de China

% en PIB de Japón

% en PIB de USA

% en PIB mundial

1

33,0

16,7

7,2

2,1

Brasil

2

México

29,6

15,0

6,5

1,9

3

Argentina

15,3

7,8

3,4

1,0

4

Venezuela

6,4

3,3

1,4

0,4

5

Colombia

5,2

2,6

1,1

0,3

6

Chile

4,0

2,1

0,9

0,3

7

Perú

3,3

1,7

0,7

0,2

8

Cuba

1,9

1,0

0,4

0,1

9

República Dominicana

1,4

0,7

0,3

0,1

10

Uruguay

1,1

0,5

0,2

0,1

11

Ecuador

0,9

0,5

0,2

0,1

12

Gautemala

0,9

0,5

0,2

0,1

13

Costa Rica

0,9

0,5

0,2

0,1

14

El Salvador

0,6

0,3

0,1

0,0

15

Panamá

0,7

0,4

0,2

0,0

16

Bolivia

0,4

0,2

0,1

0,0

17

Jamaica

0,4

0,2

0,1

0,0

18

Honduras

0,4

0,2

0,1

0,0

19

Paraguay

0,4

0,2

0,1

0,0

20

Nicaragua

0,2

0,1

0,0

0,0

21

Haiti

0,1

0,1

0,0

0,0

Subtotal Bahamas

0,2

0,1

0,1

% en PIB de Japón

% en PIB de USA

% en PIB mundial

77,8

39,5

17,1

5,0

18,9

9,6

4,2

1,2

10,3

5,3

2,3

0,7

107,1

54,4

23,6

6,8

1,1

0,6

0,3

0,1

108,2

55,0

23,8

6,9

0,0

Trinidad y Tobago

0,6

0,3

0,1

0,0

Dominica

0,0

0,0

0,0

0,0

Saint Kitts y Nevis

0,0

0,0

0,0

0,0

San vicente y las Granadinas

0,0

0,0

0,0

0,0

Granada

0,0

0,0

0,0

0,0

Guyana

0,0

0,0

0,0

0,0

Santa lucia

0,0

0,0

0,0

0,0

Antigua y Barbuda

0,0

0,0

0,0

0,0

Surinave

0,0

0,0

0,0

0,0

Belice

0,0

0,0

0,0

0,0

Barbados

0,1

0,0

0,0

0,0

Total América Latina y el Caribe

% en PIB de China

Fuente: Cálculos a partir de Banco Mundial y CEPAL

Como se observa en el siguiente gráfico, la economía de América Latina y el Caribe se concentra principalmente en el primer grupo de países (Brasil, México y Argentina), con cerca del 72% del valor agregado, mientras que los dos primeros países concentran un poco menos de las tres quintas partes de PIB de la región. Por su parte el grupo

URBANIZACIÓN, DESARROLLO HUMANO Y DEMOCRACIA

de países medianos representa el 17,5% de la producción de América Latina y el Caribe, principalmente por la contribución de Venezuela y Colombia. Los restantes 14 países agrupados en como países pequeños suman menos del 10% del agregado latinoamericano.

29


Gráfico 2: Variación Promedio Anual del PIB Países de América Latina y El Caribe (1950-2008)

Gráfico 3: Distribución del PIB de América Latina y El Caribe en porcentaje (2008)

Al comparar la participación de los principales países de América Latina y el Caribe entre los años 1950 y 2008, se destaca que tanto Brasil como México ganaron participación en el PIB regional, mientras que Argentina perdió participación de manera dramática en dicho periodo, pasando de representar el 30,2% de la producción de América Latina y el Caribe a cerca del 14%. Si bien esta caída se da de manera paulatina desde 1950, fue en la década de los ochenta donde se presentó la mayor pérdida porcentual. Los demás países, con excepción de Colombia, que ganó medio punto porcentual, perdieron participación en la economía regional.

No es este el lugar para realizar una historia de América Latina y tratar de dar las explicaciones sobre su comportamiento. Los múltiples trabajos de la CEPAL donde se trata de clarificar las principales causas del subdesarrollo de América Latina y los mecanismos para afrontarlas, son indicativos de que en la región, así como ocurre en los países, no hay “estadios de desarrollo” sino una heterogeneidad estructural en la cual han estado inmersas las economías de nuestros países, caracterizadas como de desarrollo tardío por la propia CEPAL (Rodriguez, 2006).

30

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Gráfico 4: Participación de Brasil, México y Argentina en el PIB de América LATINA. (1950-2008)

Gráfico 5: Participación de Venezuela, Colombia, Chile y Perú en el PIB de América Latina. (1950-2008)

Fuente gráficos 1,2,3,4 y 5: Cálculos a partir de CEPAL.

La inserción de América Latina en la economía global, muestra una estructura de especialización con una alta dependencia de los flujos inestables de capital enmarcados por enormes imperfecciones que dificultan la convergencia en los niveles de desarrollo, condicionando las políticas de equidad y generando unas tensiones distributivas que el crecimiento regional por si solo es incapaz de resolver. En la región, sólo si se reduce la desigualdad, se podrá disminuir URBANIZACIÓN, DESARROLLO HUMANO Y DEMOCRACIA

la pobreza mejorando el ambiente para el crecimiento económico. En América Latina según muchos documentos de la CEPAL, la industrialización había surgido como un subproducto del desarrollo exportador, acompañado por altos niveles de protección en muchos países: “… la CEPAL nunca fue partidaria de la sustitución de importaciones a ultranza… todo lo contrario, desde muy temprano la 31


32

Tabla 9: PIB Países de América Latina y El Caribe (Mill de USD DE 2000, 1950-2008)

Puesto

CEPAL fue critica de los abusos del proceso sustitutivo y partidaria de combinar ese proceso con la promoción de exportaciones y con ambiciosos procesos de integración regional (Ocampo, 1998). Por ello, las estrategias que han mezclado pragmáticamente protección y desarrollo económico, parecen ser la constante de lo que ha ocurrido en la región y el análisis de sus ritmos e intensidades deben ser objeto de una discusión amplia para abordar modelos económicos donde se combinen de acuerdo a las circunstancias particulares de cada país, crecimiento y equidad con una gestión eficaz a nivel territorial. Nuestras dificultades para crecer atendiendo las necesidades más urgentes, se perciben al observar cómo el promedio del PIB per cápita en América Latina y el Caribe para el año 2008 correspondía a cerca de 7.270 dólares corrientes (4.919 dólares de 2000), inferior al PIB per cápita mundial calculado por el Banco Mundial (US$8.613). No obstante, por países se presentan diferencias sustantivas: Brasil, registra un PIB por habitante inferior al promedio regional, pese a tener el primer PIB del subcontinente. Los demás países de los dos grupos más importantes presentan buenos niveles de PIB per cápita (con excepción de Colombia y Perú) tal y como se observa en la tabla siguiente. De la misma manera, Uruguay y Panamá son la excepción en el grupo de países pequeños al registrar una producción por habitante superior al promedio latinoamericano. Nicaragua y Haití, registran el PIB per cápita más bajos de la región, por debajo de los mil dólares. De manera análoga a lo ocurrido con el PIB total, el PIB por habitante indica una tendencia similar, con caídas significativas en los ochentas, con excepción de lo ocurrido en Chile y Colombia. La situación anterior ha dado lugar a muchas interpretaciones. La más convincente, la de la CEPAL, señala cómo muchos de nuestros problemas no han sido creados por la región, forman parte de una economía mundo: las asimetrías y subsidios impiden que muchos países de América Latina puedan competir en un mercado global, donde los países ricos con sus barreras, protegen los mercados internos y compiten con las exportaciones de alimentos de los países pobres, obligados a importar los artículos industriales producidos con las materias primas y los recursos enérgicos de ellos y con unos términos de intercambio a través de la historia, muy desfavorables Si observamos la estructura del producto por sectores económicos es posible percibir un cambio importante en su composición, que muestra cómo en América Latina, el proceso de urbanización se asocia al predominio del sector secundario –industria- en sus inicios y el terciario –servicios- más tarde; lo anterior se da en muchos países, especialmente en los más grandes, con incrementos en la productividad del sector agrícola primero e industrial después y a cambios en la elasticidad ingreso de la demanda dado que a medida que aumentan los ingresos disminuye la participación de los bienes agrícolas e industriales, tanto en los gastos familiares como en la economía.

País

1

Brasil

56.770

185.924

501.632

853.707

2

México

56.081

199.674

452.558

766.259

3

Argentina

80.913

165.622

190.034

395.571

4

Venezuela

15.711

59.754

95.264

166.617

5

Colombia

11.608

30.083

71.933

134.472

6

Chile

10.995

23.678

40.609

104.776

7

Perú

9.578

27.869

35.893

84.362

8

Cuba

n.d.

n.d.

35.293

48.964

9

República Dominicana

1.892

5.218

13.126

35.546

10

Uruguay

7.763

11.056

15.469

27.341

11

Ecuador

1.819

4.633

13.324

23.526

12

Gautemala

2.448

6.076

11.488

23.253

13

Costa Rica

1.226

4.373

9.607

23.438

14

El Salvador

2.625

6.955

8.373

16.417

15

Panamá

1.050

3.624

7.092

18.966

16

Bolivia

2.197

3.895

5.801

11.373

17

Jamaica

n.d.

n.d.

8.313

10.056

18

Honduras

1.150

2.420

5.202

10.638

19

Paraguay

892

1.894

5.948

9.486

20

Nicaragua

960

3.124

2.822

5.089

21

Haiti

1.860

2.383

3.666

3.822

267.538

748.256

1.548.260

2.803.353

América Latina y el Caribe

PIB Total (Mill US$ 2000) 1950

1970

1990

2008

Fuente: Cálculos a partir de CEPAL.

En el conjunto de América Latina y el Caribe se podría pensar que la transición del sector agrícola-minero a industrial-terciario, se ha dado de una manera lenta; en los últimos 60 años, el sector primario perdió cerca de 13 puntos porcentuales (0,2 por año). Sin embargo se debe precisar que no se puede tomar por sí sola la diferencia entre la proporción agrícola en 1950 y 2008, siendo necesario indagar por la participación que tenía la agricultura en la década de los cincuenta. Por ejemplo, El Salvador registró la mayor diferencia en dicha participación entre 1950 y 2008, aunque en 1950 su economía era fundamentalmente agrícola (50,7%), respecto a otros países que cayeron menos de 6 puntos porcentuales, como Uruguay, con una proporción agrícola en 1950 del 13%. Para las principales economías de la región a pesar de que se dan disminuciones no muy altas en la participación de la agricultura en el PIB total, debido a que, al menos desde mediados del siglo pasado, la agricultura ha sido menos relevante que los otros dos sectores de la economía, en general, en dichos países hay un cambio particular de cambio estructural como se puede ver en la tabla y los gráficos siguientes:

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


A pesar de la desigualdad que presentan las estructuras de la producción en los países de la región es claro que en América Latina se han dado al mismo tiempo procesos de crecimiento económico y de cambio estructural. Son innegables los aumentos en los ingresos de las personas y los hogares, los cuales, dada la baja elasticidad de los productos, hacen que el aumento en el gasto en este tipo de productos sea menos que proporcional al aumento de los

ingresos y, por lo tanto, éstos tengan una participación en el producto total cada vez menor. Igualmente, el incremento de la productividad hace que, dada esa baja elasticidad, la producción no aumente proporcionalmente con la disponibilidad de los factores productivos, especialmente el empleo, lo que genera que esos factores (trabajadores) tengan que buscar otras fuentes de ocupación.

Gráfico 6: Producto Interno Bruto por Sectores Económicos

Fuente: Cálculos a partir de CEPAL.

URBANIZACIÓN, DESARROLLO HUMANO Y DEMOCRACIA

33


Tabla 10: PIB del Sector Primario (Agricultura y minería) América Latina y El Caribe (1950-2008)

Tabla 11: PIB del sector secundario (aguaelectricidad, construcción y Industria) América Latina y el Caribe (1950-2008)

País

1950-1959

1970-1979

1990-1999

2000-2008

País

1950-1959

1970-1979

1990-1999

2000-2008

Brasil

25,2

13,9

6,8

7,8

Brasil

45,4

42,3

27,0

25,3

México

21,0

11,6

11,7

10,4

México

22,6

25,5

27,4

27,1

Argentina

16,8

8,1

7,5

7,8

Argentina

30,8

42,2

26,8

25,8

Venezuela

32,3

32,8

20,1

20,5

Venezuela

19,7

27,4

30,3

27,8

Colombia

34,0

23,4

16,5

15,7

Colombia

22,4

29,3

26,4

23,8

Chile

17,7

19,1

11,4

12,4

Chile

33,5

25,8

28,7

26,0

Perú

25,4

23,9

12,4

14,5

Perú

23,6

28,5

24,7

24,6

Cuba

-

-

8,0

6,6

Cuba

-

-

24,6

21,6

República Dominicana

-

28,2

9,1

7,3

República Dominicana

-

23,0

32,0

31,2

Uruguay

13,0

13,9

6,9

7,2

Uruguay

27,9

32,8

23,9

21,1

Ecuador

31,1

35,4

30,7

34,3

Ecuador

17,8

18,4

19,2

16,2

Guatemala

31,4

27,3

16,4

15,3

Guatemala

15,8

19,5

28,8

26,9

Costa Rica

37,7

20,8

9,9

8,7

Costa Rica

5,8

24,3

28,4

29,9

El Salvador

50,7

43,9

12,0

10,2

El Salvador

18,0

30,3

28,5

30,4

Panamá

27,5

11,3

7,7

8,1

Panamá

15,1

19,3

18,4

15,7

Bolivia

48,4

37,5

23,0

22,6

Bolivia

19,2

20,1

21,6

21,2

Honduras

34,1

30,3

16,7

14,7

Honduras

17,0

21,9

30,2

28,5

Paraguay

40,6

34,2

18,1

21,7

Paraguay

17,2

21,3

26,3

23,3

Nicaragua

30,9

27,2

19,4

20,1

Nicaragua

14,2

27,8

26,0

26,7

Haití

-

-

27,9

22,6

Haití

-

-

32,3

32,2

Am. Latina

23,9

15,5

10,6

10,5

Am. Latina

31,9

36,5

27,2

26,0

Gráfico 7: Participación de los Sectores Primario, Secundario y Terciario en Valor Agregado Total (1950-2008) )

34

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


tabla 12PIB del sector terciario (Comercio, servicios y transporte) América Latina y el Caribe (1950-2008) País

1950-1959

1970-1979

1990-1999

2000-2008

Brasil

29,5

43,9

66,2

66,9

México

56,4

63,0

60,9

62,4

Argentina

52,5

49,7

65,7

66,4

Venezuela

48,0

39,8

49,6

51,7

Colombia

43,6

47,3

57,1

60,5

Chile

48,8

55,1

59,9

61,6

Perú

51,0

47,6

62,9

60,9

Cuba

-

-

67,4

71,8

República Dominicana

-

48,8

58,9

61,4

Uruguay

59,1

53,4

69,3

71,7

Ecuador

51,1

46,2

50,1

49,5

Guatemala

52,9

53,2

54,8

57,9

Costa Rica

56,5

54,9

61,7

61,4

El Salvador

31,2

25,8

59,5

59,4

Panamá

57,4

69,3

74,0

76,1

Bolivia

32,4

42,4

55,4

56,2

Honduras

48,9

47,8

53,0

56,9

Paraguay

42,2

44,5

55,6

55,0

Nicaragua

55,0

45,0

54,5

53,2

Haití

-

-

39,8

45,2

Am. Latina

44,2

48,0

62,2

63,5

Fuente: Cálculos a partir de CEPAL.

III. La ciudad y el Cambio Estructural del Proceso de Producción La conjunción de estos procesos acompañada con los rendimientos crecientes, el tamaño del mercado y la división del trabajo que juegan un papel nuclear en la configuración de las ciudades más grandes de América Latina, es lo que denominamos cambio estructural y que se puede esquematizar como lo hacemos en la grafica siguiente. La relación entre el proceso de urbanización, el crecimiento económico y el cambio estructural de la agricultura a la industria y de ésta a los servicios, es recíproca y tiende a auto-reforzarse. El proceso de urbanización permite la ampliación y concentración de los mercados y por lo tanto, una mayor división del trabajo, que posibilita la generación de unos mayores ingresos. Estos van modificando por su parte la composición sectorial del consumo de los hogares, dada las elasticidades precio e ingreso de la demanda de los bienes, por lo que aumenta

URBANIZACIÓN, DESARROLLO HUMANO Y DEMOCRACIA

la demanda de una serie de bienes que se producen en mercados concentrados. A su vez, los cambios tecnológicos asociados con la mayor división del trabajo permiten aumentos en productividad, por lo que se requiere menos población para producir la misma cantidad de bienes, lo que es particularmente relevante en las zonas con baja densidad donde se producen fundamentalmente los bienes agrícolas. El crecimiento económico, la migración hacia los grandes mercados y la modificación de la estructura económica sectorial son en este sentido mutuamente dependientes. La tendencia anterior se puede observar en el comportamiento de la participación sectorial de los países de ingresos altos. Particularmente es evidente el incremento de la participación del sector industrial y de servicios en detrimento de la participación del sector agrícola en el producto total. 35


Gráfico 8: Crecimiento Económico y Cambio Estructural

En la economía se tiende a producir, a partir de la existencia de rendimientos crecientes producto de la aglomeración y la división del trabajo que se hace posible, un proceso circular entre el crecimiento económico y el cambio estructural sectorial, dada la elasticidad de los productos y los aumentos de productividad de los mismos. Fuente: ONU-HABITAT/Colombia.

Gráfico 9: Participación sectorial en la economía de los países de ingresos altos (1970-2005)

En las últimas décadas se ha dado una considerable pérdida de importancia relativa del sector agrícola, mientras ésta ha sido ganada por el sector industrial, y particularmente, en los últimos años, por el sector de servicios. Fuente: Banco Mundial.

Gráfico 10: Relación entre urbanización y sectores industria y servicios

Fuente: Cálculos a partir de CEPAL.

36

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Paul Krugman, al analizar el comportamiento de la industria manufacturera y su relevancia en el producto y la generación de empleo, afirma que su disminución es fundamentalmente el resultado de un crecimiento de la productividad de la industria manufacturera mayor al del de la tasa de aumento de la demanda de bienes manufacturados, de modo que la demanda de éstos “puede ser satisfecha por un número estático o incluso decreciente de obreros”2. North introduce otro argumento significativo, al identificar el aumento de los recursos destinados a la transacción derivados del incremento de unos intercambios multiplicados por la creciente especialización y la división del trabajo como la principal razón del crecimiento de los servicios.3 Es preciso señalar por último que, aunque este proceso despliega una lógica similar a la descrita en relación con el cambio estructural de la agricultura hacia la industria, éste no implica, como aquel, migraciones de población campo-ciudad, sino más bien movilidad entre ciudades y al interior de las mismas. Dichos movimientos intra e inter urbanos empiezan a introducir modificaciones en la forma de planificación tradicional de la ciudad industrial. Adicionalmente a los cambios mencionados, cada día se evidencia más un tercer proceso de cambio estructural derivado del desarrollo y aplicación de lo que hoy

conocemos como las nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), dando lugar a lo que se denomina la sociedad de la información y el conocimiento, separando los sectores de lo que se ha llamado la “Nueva Economía” del sector más tradicional de los servicios. Este complejo proceso se da de una forma muy desigual al interior de las diversas ciudades de América Latina. Su comportamiento, en últimas está íntimamente ligado a la forma como se gestione el suelo urbano y por urbanizar en las diferentes ciudades. Muchas discusiones sobre la posibilidad de construir ciudades densificadas se encuentran íntimamente ligadas a esta discusión y muchos de los supuestos procesos de desindustrialización no son otra cosa que el proceso de relocalización de la industria, “expulsada” de las ciudades por los altos precios de la tierra. Esta tendencia es la que viene dando forma a las más grandes ciudades de América Latina, las cuales, manteniendo sus altas economías de densidad en los centros, van extendiéndose hacia las periferias configurando áreas metropolitanas y en algunos casos, ciudades región. A continuación se resumen los principales efectos en términos económicos del proceso de urbanización y los respectivos cambios estructurales a los que nos hemos referido.

Tabla 13: Ley DE Engel Agrícola – Industrial

Industrial – Servicios

Informacional

Población

Cada vez se requiere una proporción menor de fuerza laboral para producir los alimentos requeridos para el consumo interno y externo.

Se sigue produciendo un aumento en la población urbana y la rural disminuye incluso en términos absolutos. Las migraciones son entre las ciudades y al interior de las mismas.

La deslocalización de las actividades económicas y las relaciones personales tendrán un efecto aún incierto con respecto a las migraciones inter e intra urbanas.

Ingresos

Permaneciendo la población campesina constante o aumentando los ingresos per-cápita de la economía, los ingresos per-cápita de los habitantes rurales sufren una caída significativa.

La menor importancia del sector industrial hace que se creen nuevas modalidades de contratación, muchas veces ligadas a la precarización del empleo para quienes afrontan el cambio.

Continua la precarización del empleo de algunos sectores y el empleo asociado a la economía “informal” se vuelve predominante.

Productividad

La tecnificación de los procesos productivos en el campo hace que cada vez se necesite menos población para generar cierto nivel de producción.

Los mayores mercados y por lo tanto la escala, permiten una mayor innovación y tecnificación.

Crece de manera sostenida la productividad de los segmentos y sectores que acceden a dichas tecnologías.

Elasticidad

A medida que aumentan los ingresos, aumenta el consumo de bienes agrícolas, pero menos que proporcionalmente al aumento de los ingresos.

Desde cierto nivel, a medida que aumentan los ingresos, el gasto en bienes manufacturados aumenta menos que proporcionalmente, intensificándose la división del trabajo y el gasto en servicios.

Con incrementos adicionales de los ingresos se produce un aumento más que proporcional en el gasto de servicios de comunicación y tecnologías de información.

URBANIZACIÓN, DESARROLLO HUMANO Y DEMOCRACIA

37


Podemos concluir, en síntesis, que la dimensión demográfica de la urbanización no es independiente, sino solidaria con su dimensión económica, de modo que el hecho de que la gente emigre del campo a la ciudad responde a que la mayor productividad del campo y la menor demanda de bienes agrícolas hace que la demanda de mano de obra agrícola sea exigua, encontrándose el empleo en una primera etapa del proceso en el sector industrial y en una segunda fase en el sector servicios ubicados en las ciudades. Como afirmaba Currie en su argumentación de que los cambios estructurales podían convertirse en un detonante del desarrollo, el crecimiento de la producción física en la agricultura hace que una proporción cada vez menor de la fuerza laboral sea suficiente para producir alimentos para el consumo, no solo interno, sino externo. Si al mismo tiempo la población crece rápidamente y se localiza allí donde hay mayores ingresos y empleos de mayor productividad, se desata irremediablemente el proceso de urbanización acelerado como una consecuencia “natural” de las fuerzas del mercado (Currie, 1998, p. 4042). En la medida en que algo similar sucede más adelante entre la industria y los servicios, que se ubican también en las ciudades, es evidente que el desarrollo económico entendido no sólo como un aumento de la producción, sino de su eficiencia y su variedad, se da por y en las ciudades. La economía es un sistema complejo que involucra diversos elementos, los mercados, que se relacionan entre sí siguiendo determinadas reglas y en los que actúan diversos agentes, ya sea adquiriendo bienes u ofreciéndolos. Actúan también sobre ellos diversos factores externos, por ejemplo los precios internacionales, e internos, por ejemplo un terremoto. De otro lado, las decisiones de política pública en general y de políticas económicas en particular condicionan su comportamiento.

Las políticas urbanas deben afrontar los complejos problemas de las ciudades. Las economías de escala, aglomeración y alcance que las caracterizan, son la clave para llegar a las poblaciónes más pobres con bienes y servicios que eleven su calidad de vida, aumentando sus activos individuales de capital humano y físico y colectivos de capital social y simbólico, así como las posibilidades de tener empleos e ingresos. Para ello se deben aprovechar al máximo los círculos virtuosos de la aglomeración que describimos de la siguiente forma:Los procesos de urbanización están hoy fuertemente reforzados. A los procesos convencionales de migración campo-ciudad se les vienen agregando, en forma preocupante, las migraciones internacionales ya sea porque muchas familias están huyendo de crecientes conflictos, naturales o sociales, o simplemente porque buscan un mejor nivel de vida en otro lugar. La tendencia hacia el futuro indica claramente cómo la migración es otra fuerza irreversible y creciente de los procesos de urbanización en curso. En países en conflicto como Colombia, a los procesos descritos se le agrega el despojo de tierras y bienes que da lugar a un desplazamiento forzoso de la población que migra a las ciudades escapando a la disputa por el acceso a la propiedad. Empero, la migración convencional y la migración por violencia, están ligadas al proceso de urbanización y en un sentido fuerte, tanto a la una como a la otra, se les puede aplicar el proverbial sentido común de los habitantes brasileños que se encuentran al otro lado de la frontera: “O te quedas a morir o te vas a sufrir.” (Estrada, 2009, p. 22). Las personas migran a las ciudades buscando oportunidades económicas, seguridad, paz y respeto por los derechos humanos. Igualmente no ha de olvidarse que es en las ciudades donde las familias alcanzan mayor

Gráfico 11: Círculo Virtuoso en la Aglomeración

Fuente: Fabio Giraldo –Dir-, Urbanización para el desarrollo humano. ONU-HABITAT, Bogotá 2009, página 140.

38

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Gráfico 12: Distintos niveles de agregación del análisis económico de la ciudad-Meso

estabilidad en sus ingresos y esta es la clave para definir las posibilidades del sistema financiero formal para atender la demanda de bienes y servicios, incluida la vivienda. Pero aquí nuevamente el proverbial sentido común de los habitantes brasileños es contundente: en la ciudad, durante los primeros años la vida no es fácil, incluso, si no hay políticas urbanas encaminadas a romper la marginalidad socio espacial, las poblaciónes desplazadas quedan atrapadas en los círculos viciosos de la pobreza. En materia financiera, es menester hacer la distinción entre el segmento de la población menos favorecida, susceptible de participar en esquemas crediticios y aquel segmento no bancarizable que no reúne las más mínimas condiciones de elegibilidad para la banca comercial. Para este segmento, existe la necesidad de aplicar durante un período, no fácilmente determinable, una política eminentemente asistencial, sin olvidar la enseñanza del Premio Nobel de Economía Milton Friedman, según la cual: “cuando uno comienza a pagarle a la gente para que sea pobre, uno termina con una cantidad de gente pobre” (Bateman, 2008). Las relaciones de la ciudad con su entorno económico son un problema complejo; en ellas intervienen no solamente el comportamiento de los diferentes sectores económicos de la ciudad, sino la manera como esta se relaciona con el ciclo económico nacional y global. Las relaciones que hay entre el ciclo económico de la ciudad y el ciclo económico del país, deben estudiarse con detenimiento: en algunas ciudades, generalmente las más grandes, es posible detectar que cuando el país está bien, la ciudad puede alcanzar tasas de crecimiento sobresalientes; pero también ocurre, que si el país entra en crisis, la ciudad puede tener crisis más agudas. Para captar el movimiento de los ciclos económicos a nivel nacional y a nivel de la ciudad, es de gran utilidad conocer los diferentes niveles de agregación del análisis económico. La ciudad es por excelencia el nivel meso-económico de la realidad social, la cual, hoy tiene su manifestación más pronunciada en el proceso de urbanización y en los proyectos y programas que se adelantan a nivel territorial, aprovechando los círculos virtuosos de la aglomeración. Un esquema simplificado de estas relaciones, se puede observar en el grafico siguiente: Los economistas, se han acostumbrado a formular la política económica a partir de la teoría macroeconómica4 URBANIZACIÓN, DESARROLLO HUMANO Y DEMOCRACIA

considerando y preocupándose casi exclusivamente de los grandes agregados macroeconómicos: la inflación, el producto interno bruto, el déficit fiscal, la deuda externa con relación al PIB, el nivel de reservas internacionales, etc. Han olvidado problemáticamente como a nivel macroeconómico la sostenibilidad financiera tiene un significado completamente distinto al del balance privado – cuentas nacionales vs contabilidad empresarial- y como en la comprensión del territorio los niveles de análisis del proceso productivo no resultan de un simple proceso de agregación sino de dimensiones cualitativamente diferentes, donde para poner el ejemplo más obvio, la productividad de una ciudad o de un territorio no se deriva de la productividad de las empresas que lo componen. La construcción de territorios democráticos no es posible sin un disfrute efectivo del espacio público-físico, el espacio donde se satisfacen necesidades colectivas que van más allá de la mera reproducción biológica y que nos recuerdan que el papel de las políticas públicas no es solo para sobrevivir, sino para vivir individual y colectivamente con sostenibilidad y calidad de vida, solo alcanzable en un mundo en creciente proceso de urbanización, a través de gestionar a fondo con la política pública los círculos virtuosos de la aglomeración, donde las rentabilidades de cada negocio privado no pueden aislarse de los impactos positivos y negativos de las fuerzas de atracción propias de las economías vistas en su manifestación espacial. En las ciudades, el incremento de la productividad, las elasticidades precio ingreso de la demanda con los cambios en la participación sectorial en el producto y el fuerte valor agregado de la ciudad al comportamiento macroeconómico llevan a plantearse uno de los temas centrales del mundo contemporáneo: la competitividad de las ciudades a nivel económico y la creación de ciudadanos a nivel político; en una palabra, el advenimiento en el mundo de la vida de lo urbano: un mundo donde el espacio se torna en espacio público, espacio moldeado, formado por la sociedad y la historia, dándole un nuevo sentido a la ciudad y a la vida. Con las principales ciudades de América Latina, podemos realizar un ejercicio de calificación similar al que hicimos con los países en función de su población y el PIB per cápita, indicando como se clasifican las principales ciudades de la región en grandes, medianas y pequeñas, tal y como se muestra a continuación:

39


tabla 14: PIB percápita de las principales ciudades de América Latina y el Caribe

Tabla 15: PIB de las principales ciudades de América Latina y El Caribe

País

Área urbana

PIB percapta USD 2008

País

Área urbana

PIB 2008 Mill. USD

%

Bolivia

La Paz

2.057

Paraguay

Asunción

3.450

0,2

Paraguay

Asunción

2.078

Bolivia

La Paz

3.450

0,2

Guatemala

Ciudad de Guatemala

3.874

Honduras

Tegucigalpa

5.512

0,4

Honduras

Tegucigalpa

4.082

El Salvador

San Salvador

10.026

0,7

Ecuador

Quito

4.261

Ecuador

Quito

10.440

0,7

El Salvador

San Salvador

4.284

Costa Rica

San José

10.874

0,8

Perú

Lima

4.678

Guatemala

Ciudad de Guatemala

10.885

0,8

Brasil

Campinas

4.687

Brasil

Salvador da Bahía

5.193

Brasil

Recife

11.275

0,8

Brasil

Fortaleza

5.372

Ecuador

Guayaquil

12.804

0,9

Ecuador

Guayaquil

6.011

Brasil

Fortaleza

13.432

0,9

Colombia

Cali

6.555

Brasil

Salvador da Bahía

14.542

1,0

República Dominicana

Santo Domingo

14.587

1,0

Costa Rica

San José

6.882

República Dominicana

Santo Domingo

7.257

Brasil

Recife

7.321

Brasil

Belo Horizonte

7.438

México

Puebla

7.569

Brasil

Río de Janeiro

8.489

Colombia

Bogotá

9.106

México

Guadalajara

9.254

Colombia

Medellín

9.779

Brasil

Curitiba

10.458

Uruguay

Montevideo

10.631

México

Ciudad de México

11.170

Venezuela

Caracas

11.405

Panamá

Ciudad de Panamá

11.541

Brasil

Porto Alegre

12.174

Argentina

Buenos Aires

12.232

Chile

Santiago

12.243

Brasil

São Paulo

14.214

México

Monterrey

15.784

Brasil

Brasilia

20.708

Fuente: América Economía. Mejores ciudades para hacer negocios, 2008.

Subtotal

121.277

8,5

Brasil

Campinas

15.000

1,1

Colombia

Cali

15.012

1,1

México

Puebla

15.139

1,1

Panamá

Ciudad de Panamá

15.697

1,1

Uruguay

Montevideo

15.735

1,1

Brasil

Porto Alegre

17.896

1,3

Brasil

Belo Horizonte

18.224

1,3

Colombia

Medellín

19.168

1,3

Brasil

Curitiba

19.349

1,4

México

Guadalajara

37.016

2,6

Perú

Lima

40.182

2,8

Venezuela

Caracas

42.772

3,0

Brasil

Brasilia

51.564

3,6

México

Monterrey

55.876

3,9

Colombia

Bogotá

66.754

4,7

Subtotal

445.384

31,3

Chile

Santiago

84.723

5,9

Brasil

Río de Janeiro

101.450

7,1

Argentina

Buenos Aires

154.741

10,9

México

Ciudad de México

229.995

16,1

Brasil

São Paulo

287.552

20,2

858.461

60,2

Total

1.425.122

100,0

Subtotal

Fuente: América Economía. Mejores ciudades para hacer negocios, 2008.

40

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


tabla 16: Población de las principales ciudades de América Latina y El Caribe Países Jamaica

Área urbana Kingston

Pob. 2008 (MIll. Hab.)

%

0,9

0,6

Nicaragua

Managua

1,1

0,7

Honduras

Tegucigalpa

1,4

0,9

Panamá

Ciudad de Panamá

1,4

0,9

Brasil

Porto Alegre

1,5

1,0

Uruguay

Montevideo

1,5

1,0

Brasil

Recife

1,5

1,0

Costa Rica

San José

1,6

1,0

Paraguay

Asunción

1,7

1,1

Brasil

Curitiba

1,9

1,2

Bolivia

La Paz

1,9

1,2

16,1

10,6

Subtotal Colombia

Medellín

2,0

1,3

México

Puebla

2,0

1,3

República Dominicana

Santo Domingo

2,0

1,3

Ecuador

Guayaquil

2,1

1,4

Cuba

La Habana

2,2

1,4

Colombia

Cali

2,3

1,5

Haiti (2009)

Puerto Príncipe

2,3

1,5

El Salvador

San Salvador

2,3

1,5

Brasil

Belo Horizonte

2,5

1,6

Ecuador

Quito

2,5

1,6

Brasil

Brasilia

2,5

1,6

Brasil

Fortaleza

2,5

1,6

Brasil

Salvador da Bahía

2,8

1,8

Guatemala

Ciudad de Guatemala

2,8

1,9

Brasil

Campinas

3,2

2,1

México

Monterrey

3,5

2,3

Venezuela

Caracas

3,8

2,5

México

Guadalajara

4,1

2,7

47,3

31,2

Subtotal Chile

Santiago

6,9

4,5

Colombia

Bogotá

7,3

4,8

Perú

Lima

8,6

5,7

Brasil

Río de Janeiro

12,0

7,9

Argentina

Buenos Aires

12,7

8,3

Brasil

São Paulo

20,2

13,3

México

Ciudad de México

20,6

13,6

88,2

58,2

152,0

100,0

Subtotal Total

tabla 17: Clasificación de las Principales Ciudades de América Latina y El Caribe de acuerdo a su PIB Grandes ciudades

São Paulo (Brasil) Ciudad de México (México) Buenos Aires (Argentina) Río de Janeiro (Brasil) Santiago (Chile) Bogotá (Colombia) Lima (Perú)

Ciudades medianas

Belo Horizonte (Brasil) Quito (Ecuador) Brasilia (Brasil) Fortaleza (Brasil) Salvador da Bahía (Brasil) Ciudad de Guatemala (Guatemala) Campinas (Brasil) Monterrey (México) Caracas (Venezuela) Guadalajara (México)

Ciudades pequeñas

Medellín (Colombia) Puebla (México) Santo Domingo (República Dominicana) Guayaquil (México) La Habana (Cuba) Cali (Colombia) Puerto Príncipe (Haití) San Salvador (Brasil)

Fuente: América Economía. Mejores ciudades para hacer negocios, 2008.

El proceso de cambio estructural ha producido uno de los fenómenos más interesantes e inquietantes en América Latina. En la región la fuerte urbanización ha venido acompañada no solo de un cambio en la proporción urbana rural, sino lo más importante, una caída en la población absoluta dedicada a la agricultura en algunos países, pero con una tendencia en el largo plazo a convertirse en dominante en la mayoría de ellos. Este aspecto, es la clave para adentrarse en las principales diferencias y complejidades de un análisis regional, indicando como, a pesar de la existencia de grandes conglomerados urbanos, se da la presencia de lugares donde la agricultura tendrá un papel relevante en el futuro. En el grafico siguiente se puede observar claramente la caída absoluta de la población en muchos países de América Latina y como en algunos de ellos, no se tiene previsto incluso hasta el 2050 la caída absoluta en la población rural. Independientemente de la localización de la población en el territorio, si esta vive de la producción agrícola o lo hace en las actividades urbanas, el desarrollo humano es la clave para discutir las formas de vida en la sociedad;

Fuente: América Economía. Mejores ciudades para hacer negocios, 2008.

URBANIZACIÓN, DESARROLLO HUMANO Y DEMOCRACIA

41


como es sabido, el desarrollo humano es ante todo una perspectiva de análisis que se concentra en la creación de complementariedades entre las diversas dimensiones de la sociedad: política, económico-social, estéticocultural. Es definido por algunos de sus divulgadores, como el manejo de la tensión inevitable entre economía y sociedad para asegurar el despliegue simultáneo de la

riqueza, la habilitación de las personas y la integración de la sociedad (French, 2006). Busca que las personas se sitúen como actores frente a la pugna entre sociedad y mercado, observando las condiciones socio-culturales del desarrollo humano territorial y el impacto recíproco entre las dimensiones de la sociedad y las dinámicas meramente cuantitativas de la economía.

Gráfico 13: Caída Absoluta de la Población en los Países de América Latina y El Caribe

Fuente: Cálculos a partir de CEPAL. La franja roja corresponde a países en los cuales no se ha dado, ni se tiene previsto a 2050, la caída absoluta en la población rural. Los países se encuentran ordenados de menor a mayor tasa de población rural en 2005.

IV. La Inequidad y los Principales Indicadores Sociales en América Latina COEFICIENTE DE GINI Al analizar la pobreza y la desigualdad en América latina, se observa como en el periodo comprendido entre 1990 y 2008, la región presenta en promedio un valor de 0.55% y 0.52% en el índice de GINI, cifra que refleja una leve reducción en el promedio de la región de tan solo 0.02 puntos porcentuales. En este comportamiento se registran tendencias moderadamente positivas en países como Perú y

Brasil los cuales reducen ligeramente la desigualdad en 0.05 puntos y 0.07 puntos porcentuales respectivamente. De otro lado, los resultados para 2008, revelan que el promedio de desigualdad en Venezuela presentó una reducción significativa de 0.09 puntos porcentuales respecto a 1990, ubicándolo en 2008 en 0.41), con lo cual se reconoce un notable avance en comparación con el resto de América Latina.

42

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Puesto

Tabla 18: Coeficiente de Gini - Total, Urbano y Rural (1999 -2008) Total

Urbana

País

1999

2008

Diferencia

1999

2008

Diferencia

1999

2008

Diferencia

1

Brasil

0,64

0,59

-0,05

0,63

0,59

-0,04

0,58

0,53

-0,05

2

México (1998-2008)

0,54

0,52

-0,02

0,51

0,49

-0,02

0,49

0,49

0,00

0,54

0,51

-0,03

-

-

-

0,00

0,43

0,46

0,03

0,02

0,53

0,50

-0,03

3

Argentina (1999-2006)

0,54

0,52

-0,02

4

Venezuela (*)

0,50

0,41

-0,09

5

Colombia (1999-2005)

0,57

0,58

0,01

0,56

Rural

0,59

6

Chile (1998-2006)

0,56

0,52

-0,04

0,55

0,52

-0,04

0,49

0,51

0,02

7

Perú

0,55

0,48

-0,07

0,50

0,42

-0,08

0,43

0,42

-0,01

8

República Dominicana (20022008)

0,54

0,55

0,01

0,54

0,55

0,02

0,42

0,49

0,07

9

Uruguay(*) (2007-2008)

0,46

0,45

-0,01

0,44

0,45

0,01

0,41

0,39

-0,02

10

Ecuador ( *) (2004-2008)

0,51

0,50

-0,01

0,53

0,48

-0,05

0,43

0,46

0,03

11

Guatemala (1998-2006)

0,56

0,59

0,02

0,53

0,55

0,02

0,51

0,53

0,02

12

Costa Rica

0,47

0,47

0,00

0,45

0,47

0,02

0,46

0,44

-0,02

13

El Salvador (1999-2004)

0,52

0,49

-0,03

0,46

0,46

0,00

0,46

0,46

0,00

14

Panamá ( *) (2002-2008)

0,57

0,52

-0,04

0,50

0,47

-0,03

0,55

0,55

0,00

15

Bolivia (1999-2007)

0,59

0,57

-0,02

0,50

0,50

0,00

0,64

0,60

-0,04

16

Honduras (1999-2007)

0,56

0,58

0,02

0,52

0,49

-0,03

0,51

0,57

0,06

17

Paraguay

0,57

0,53

-0,04

0,50

0,47

-0,03

0,57

0,58

0,01

18

Nicaragua (*) (1998-2006)

América Latina

0,58

0,53

-0,05

0,50

0,55

0,05

0,56

0,50

-0,06

0,55

0,52

-0,02

0,51

0,50

-0,01

0,50

0,50

0,00

Fuente. CEPAL. Calculos consultoria. Venezuela (*). La información para la parte rural corresponde a los años 2007-2008 Uruguay(*).La información para la parte urbana corresponde a los años 1999-2008. La rural 2007-2008 Ecuador (*). La información para la parte urbana corresponde a los años 1999-2008 Panamá (*) La información para la parte urbana corresponde a los años 1999-2008 Nicaragua (*). La información para la parte urbana y rural corresponde a los años 1998-2005.

Gráfico 14: Coeficiente de Gini Brasil, México Argentina (1999-2008)

URBANIZACIÓN, DESARROLLO HUMANO Y DEMOCRACIA

43


Gráfico 15: Coeficiente de Gini Venezuela, Colombia, Chile, Perú (1999-2008)

Fuente gráficos 14 y 15: Cálculos a partir de CEPAL.

En términos de los grupos de países más grandes de la región se observa como la desigualdad en países como Brasil y México, se redujo un poco pero para converger hacia los niveles comunes con el resto de países de América latina que todavía presentan niveles de desigualdad muy altos. (Ver anexos gráficos Gini). En el grupo 2 (economías medias): Venezuela es el único país de América latina que bajo considerablemente la desigualdad; Perú, tuvo logros importantes en la reducción de la inequidad al pasar de 0,55 en 1999 a 0.48 en 2008. Chile aunque se ha considerado como uno de los países de mejor comportamiento económico y pese haber avanzado en su coeficiente todavía presente un nivel de desigualdad alto. De este grupo, Colombia es el país que registra el peor comportamiento y es uno de los países que presentan un más alto nivel de desigualdad.

En 2007 había en América latina 561 Millones de personas. De este total el 24,45% vive con menos de 2 dólares por día y el 10% de la población vive en pobreza extrema, es decir, con menos de 1 dólar (ver grafico siguiente). Sobresale Haití, donde antes de l terremoto de febrero de 2010, más del 79.1% de la población vivían con menos de 2 dólares al día. Le siguen en orden de importancia Nicaragua y Bolivia con 41.3% y 36.8% respectivamente. La tabla siguiente, registra la magnitud de pobreza extrema que presentan los países de América Latina. Como en la mayoría de los indicadores, la pobreza difiere de un país a otro. En países como Haití, Nicaragua, Bolivia. Guatemala. Honduras, Colombia y Guatemala la pobreza afecta a más del 30% de la población; en Paraguay, Perú. El Salvador y panamá entre el 20 y 25%. En cambio en

Gráfico 16: Población que Vive con menos de 1 y 2 Dólares por día (% del Total de la Población (2007)

44

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Jamaica, Costa Rica, Ecuador, República Dominicana, Brasil, Argentina y Venezuela entre 12 y 19%, México y Uruguay registran niveles de indigencia menores al 10% y Chile presenta el nivel más bajo de América latina 5 .6%. Tabla 19: Población que vive con menos de 1 y 2 USD Diarios En porcentaje (2007) Población que vive con menos de 1 dólar por día

Población que vive con menos de 2 dólares por día

1

Brasil

5,20

17,60

2

México (2006)

0,70

9,30

3

Argentina (2006)

2,80

11,60

4

Venezuela (2006)

3,50

15,70

5

Colombia (2006)

16,00

34,80

6

Chile (2006)

0,20

5,60

7

Perú (2006)

7,90

25,40

8

República Dominicana

4,00

19,90

9

Uruguay (2006)

0,00

8,40

10

Ecuador

4,70

18,50

11

Guatemala (2006)

12,70

33,60

12

Costa Rica (2005)

2,40

13,20

13

El Salvador (2006)

11,00

26,80

14

Panamá (2006)

9,50

23,10

15

Bolivia (2005)

19,60

36,80

16

Jamaica (2004)

0,20

11,80

17

Honduras (2005)

18,20

36,50

18

Haiti (2001)

54,90

79,10

19

Paraguay

6,50

20,00

20

Nicaragua (2005)

15,8

41,30

América Latina y el Caribe

9,79

24,45

Puesto

País

Fuente: Cálculos a partir de CEPAL.

MEDIDAS DE DESIGUALDAD Para 2005, los resultados en América latina, determinan claramente como la desigualdad persiste en la Región y este es un problema muy preocupante. En el gráfico siguiente. Se evidencia un deterioro fuerte en la desigualdad de los ingresos. En efecto, el 56.9% del ingreso total de la población corresponde al quintil 5, el 39.6% a los quintiles 2, 3 y 4 y tan solo el 3.5% del ingreso corresponde a la población pobre quintil 1. Esto nuevamente introduce la pregunta de si la región puede subsistir su democracia con esos niveles de inequidad. La concentración de los ingresos en el 20% más rico y la masa de población, asfixiada por la pobreza, recibiendo el 20% más débil tan solo el 3.5% del ingreso. La legitimidad en un sentido fuerte se encuentra en cuestión y los altos niveles de inequidad son un signo de la debilidad de muchas de las democracias de la región, donde el 10% más opulento recibe más del 39.6% del ingreso. Esta proporción triplica lo que recibe el 40% más pobre. Como es sabido la desigualdad impide un buen nivel de vida y una adecuada satisfacción de las necesidades básicas en educación, salud, trabajo y vivienda, generando una aptitud política en muchos casos adversa a las instituciones democráticas y a la legitimidad de quienes ostentan el poder. Mientras la totalidad de la población no tenga ingresos suficientes que le permitan participar de los bienes y servicios del proceso productivo, las condiciones de vida y la cultura política en la región se veran amenazadas con experiencias populistas y antidemocráticas en muchos países. Por más que la seguridad en algunas ciudades de la región ocupa el primer lugar en las preocupaciones de la población, una situación de inequidad como la que hemos señalado, acompañada de desempleo y de precariedad laboral, son sintomas inequívocos de sociedades enfermas. La desigualdad en América Latina es preocupante. El país con menor desigualdad de ingresos tiene mayor desigualdad que cualquier país para la cooperación y el Desarrollo Económico – OCDE- e incluso que cualquir país del este de Europa.

Gráfico 17: Distribución del Ingreso en América Latina, Según quintiles

Población

% de ingreso

20% más rico

56,9

Segundo

19,8

Tercero

12,3

Cuarto

7,6

20% más pobre

3,5

Fuente: Cálculos a partir de CEPAL.

URBANIZACIÓN, DESARROLLO HUMANO Y DEMOCRACIA

45


Tabla 20: Distribución del Ingreso según deciles en América Latina (2008) Decil 1

Decil 2

Decil 3

Decil 4

Decil 5

Decil 6

Decil 7

Decil 8

Decil 9

Decil 10

1

Brasil

0,8

1,7

2,4

3,2

4,2

5,5

7,2

9,6

15,0

50,6

2

México

1,3

2,4

3,3

4,3

5,4

6,6

8,3

10,8

15,4

42,2

3

Argentina (Urbano)

1,1

2,4

3,4

4,4

5,5

6,8

8,4

10,9

15,5

41,7

4

Venezuela

0,9

2,5

3,7

4,8

6,1

7,6

9,4

11,9

16,4

36,8

5

Colombia

0,9

2,0

2,8

3,6

4,5

5,7

7,2

9,7

14,6

49,1

6

Chile (2006)

1,5

2,6

3,4

4,3

5,2

6,4

8,0

10,6

15,5

42,5

7

Perú

1,4

2,4

3,3

4,4

5,5

6,9

8,8

11,5

16,0

39,9

8

República Dominicana

0,8

1,8

2,7

3,7

4,8

6,2

8,0

11,2

17,0

43,9

9

Uruguay (2008)

1,8

3,1

4,2

5,2

6,4

7,7

9,5

12,0

16,4

33,8

10

Ecuador

1,2

2,3

3,2

4,2

5,4

6,5

8,6

11,0

15,9

41,8

11

Guatemala (2006)

1,0

1,8

2,6

3,6

4,6

5,8

7,6

10,1

15,2

47,7

12

Costa Rica

1,3

2,8

3,9

5,0

6,2

7,5

9,3

12,1

16,9

35,1

13

El Salvador

1,0

2,5

3,6

4,7

5,9

7,3

9,3

12,1

16,9

36,7

14

Bolivia (2004)

0,8

1,9

2,9

3,8

4,8

6,2

7,9

10,5

15,9

45,4

15

Honduras (2006)

0,4

1,1

1,9

3,0

4,4

6,1

8,3

11,5

17,1

46,1

16

Paraguay

1,0

2,2

3,2

4,1

5,3

6,5

8,4

11,3

16,2

41,9

17

Panamá

0,7

1,8

2,8

3,9

5,2

6,7

8,8

11,9

17,6

40,6

18

Nicaragua

1,2

2,3

3,2

4,2

5,3

6,6

8,3

10,7

15,2

43,1

1,1

2,2

3,1

4,1

5,3

6,6

8,4

11,1

16,0

42,2

Puesto

País

América Latina Fuente: Cálculos a partir de CEPAL.

Gráfico 18: Porcentaje del Ingreso que corresponde al quintil más pobre (2005)

Fuente: Cálculos a partir de CEPAL.

De acuerdo al porcentaje del ingreso, que corresponde al quintil más pobre (2005), Bolivia y Colombia son sin duda los países más desiguales de América latina. En 2005, solo el 1.80% del ingreso total de la población para el caso de Bolivia y el 2.52% para el caso Colombiano, corresponden

al primer quintil. Jamaica, Uruguay y México son los países con mejores indices al presentar una distribución más igualitaria. Los esquemas siguientes muestran las tendencias en el período comprendido entre 1980, 1998 y 2005 para el Quintil más pobre y el Quintil más rico.

46

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Dadas las profundas raíces históricas e institucionales de la alta desigualdad persistente en la región, mejorar esta situación requiere una actuación decisiva a través de políticas reformistas mas incluyentes para lograr democracias más profundas, solo posibles con una mejor distribución de los frutos del desarrollo y un mayor reconocimiento de los grupos más débiles, en especial los grupos afrodescendientes e indígenas.

La lucha contra la desigualdad no se puede concentrar únicamente en la distribución de los ingresos; el bienestar no solamente debe mejorar las condiciones de educación, salud, seguridad y acceso a servicios de agua potable, saneamiento básico y energía, sino que debe abarcar la totalidad de la marginalidad fisico- espacial, donde las autoridades locales tienen un papel predominante; igualmente, y esto es bien importante, las desigualdades

Tabla 21: El Quintil más Pobre y El quintil más Rico (1990,1998, 2005)

URBANIZACIÓN, DESARROLLO HUMANO Y DEMOCRACIA

47


de agencia que en la terminología de Amartyia Sen, estan asociadas con las profundas diferencias con la libertad o la capacidad de los diferentes individuos y grupos para desarrollar la vida de su escogencia – es decir, hacer las cosas que valoran – deben recibir gran atención por parte de las autoridades en razón a que dichas “ desigualdades”, están fuertemente entrelazadas con las desigualdades económicas.

V. Índice de de Desarrollo Humano-IDH A pesar de la persistencia de la inequidad en la región, América Latina ha presentado durante muchos años como lo señalamos atrás, crecimientos interrumpidos en su PIB, lo cual se refleja necesariamente en un avance en la construcción de capacidades empresariales y productivas,

Tabla 22: Evolución del IDH Total América Latina (Promedio) Puesto Mundial

Puesto (*)

Países y Clasificación según el IDH

1980

1990

2000

2005

70

1

Brasil (IDH-Alto)

0,69

0,72

0,79

0,80

52

2

México (IDH-Alto)

0,74

0,77

0,81

0,83

38

3

Argentina (IDH-Alto)

0,80

0,81

0,86

0,87

74

4

Venezuela (IDH- Medio)

0,69

0,73

0,77

0,79

75

5

Colombia (IDH- Medio)

40

6

Chile(IDH-Alto)

0,74

0,79

0,85

0,87

87

7

Perú (IDH- Medio)

0,71

0,75

0,80

0,78

51

8

Cuba (IDH-Alto)

79

9

República Dominicana (IDH- Medio)

0,70

0,72

0,75

46

10

Uruguay(IDH-Alto)

0,78

0,81

0,84

89

11

Ecuador(IDH- Medio)

118

12

Guatemala (IDH- Medio)

0,55

0,59

0,67

0,69

48

13

Costa Rica (IDH- Alto)

0,77

0,79

0,83

0,85

103

14

El Salvador (IDH- Medio)

0,69

0,71

0,74

0,74

62

15

Panamá (IDH- Alto)

0,74

0,75

0,80

0,81

117

16

Bolivia (IDH- Medio)

0,58

0,63

0,67

0,70

101

17

Jamaica (IDH- Medio)

0,68

0,68

0,72

0,75

115

18

Honduras (IDH- Medio)

0,55

0,61

0,68

0,70

0,80

0,84 0,76 0,85 0,78

95

19

Paraguay(IDH- Medio)

0,68

0,71

110

20

Nicaragua (IDH- Medio)

0,59

0,61

146

21

Haití (IDH- Medio)

0,44

0,47

0,81

0,83

0,77 0,67

0,71 0,53

31

Barbados

49

Bahamas (IDH- Alto)

54

San Cristóbal y Nieves (IDH- Alto)

0,82

57

Antigua y Barbuda (IDH- Alto)

0,82

59

Trinidad y Tobago (IDH- Alto)

0,78

0,78

0,80

0,81

71

Dominica (IDH- Medio)

0,74

0,76

0,78

0,79

72

Santa Lucía (IDH- Medio)

0,66

0,70

0,76

0,78

80

Belice (IDH- Medio)

0,76

82

Granada (IDH- Medio)

0,80

85

Surinam (IDH- Medio)

0,77

93

San Vicente y las Granadinas (IDH- Medio)

0,68

0,71

0,76

0,77

97

Guyana (IDH- Medio)

0,59

0,65

0,72

0,74

123

Santo Tomé y Príncipe (IDH- Medio)

Promedio America latina

0,89 0,83

0,85

0,65 0,68

0,71

0,77

0,78

Fuente: PROGRAMA DE LAS NACIONES UNIDAS PARA EL DESARROLLO. Puesto(*): corresponde a clasificación dada por el autor.

48

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Gráfico 19: Evolución del IDH total de América Latina (promedio)

Fuente: Cálculos a partir de CEPAL

que distribuyéndose desigualmente entre los diferentes países de la región, se reflejan en el mejoramiento de los índices de desarrollo humano y esto a pesar del excesivo uso que se ha hecho de las posibilidades de la liberalización de los mercados. La tabla 22 muestra la evolución del índice de desarrollo humano e indica que la mayoría de países de América latina han registrado avances generales y de gran importancia en el contexto regional y mundial; empero, hay países que presentan cifras desalentadoras indicándonos serias condiciones de inequidad y atraso. De los 21 países clasificados en economías grandes y medianas, solo Brasil,

Argentina, México, Chile, Cuba, Uruguay, Costa rica y Panamá poseen un índice de desarrollo humano alto, oscilando en promedio entre 0.70 y 0.80. El resto de países que conforman el grupo son catalogados con índices de desarrollo humano medio.Como se observa en el gráfico, el índice de desarrollo humano para América latina ha mostrado una tendencia positiva, que si bien no determina un comportamiento óptimo, si refleja cambios en pro de la desigualdad; de 1980 a 2005, la región ha ganado 10 puntos porcentuales, cifra que se fundamenta en los logros alcanzados por las tres economías más grandes de la región, tal ycomo se observa en los gráficos siguientes:

Gráfico 20: Índice de desarrollo Humano Brasil, México, Argentina (1980-2005)

Fuente: Cálculos a partir de CEPAL.

URBANIZACIÓN, DESARROLLO HUMANO Y DEMOCRACIA

49


Gráfico 21: Índice de desarrollo Humano Venezuela, Colombia y Perú (1980-2005))

Fuente: Cálculos a partir de CEPAL.

El IDH del primer grupo de países, permite observar como en las primeras décadas el IDH se encontraba por debajo del promedio de América latina, promedio que es superado en 2005 por Brasil (dos puntos), México (cinco puntos y Argentina ( 9 puntos). El buen comportamiento de Argentina, la sitúan según el Ranking mundial ( puesto 38), como el país más apto para vivir de América Latina. En el segundo grupo de países, Chile, registra el mayor nivel de desarrollo Humano, en los tres períodos de análisis, superando el promedio de América latina. En 2005, registró el índice de desarrollo más alto, 0.87, igual al alcanzado por Argentina. El resto de países que conforma este grupo muestran una tendencia similar pero sin alcanzar los niveles esperados. El mejoramiento en los índices de desarrollo humano, se refleja igualmente en la mejora del indicador de esperanza de vida. La población de América latina está catalogada como una de las regiones en que sus habitantes viven más. La esperanza de vida proyectada a 2010 es de 73.4años,

cuatro veces más que la registrada en el periodo de 19952000, cuando el promedio para América latina era de 70.8 años. Por países, la nación con una esperanza de vida más alta es Costa Rica, que alcanza a 2010 los 78.8 años, y la más baja Haití (60.6). Chile, se ubica tras Costa Rica con una esperanza de vida de 78,5 años, seguida de Cuba con 78,3 años. Por género, las mujeres del continente americano viven 78 años, mientras que los hombres viven 73 años. Para el grupo de países grandes la situación no cambia mucho, a excepción de Brasil, la esperanza de vida se encuentra por encima de América Latina. En efecto, para el periodo de 2005-2010 Brasil registra la más baja esperanza de vida 72.4años, mientras que México, la más alta con 76 años. De otro lado, al observar los países clasificados como medianos, se visualiza que la mayoría de estos- excluido Chile que se encuentra muy por encima del promedio en los tres periodos, - no presentan cambios significativos en este indicador.

Gráfico 22: Esperanza de Vida al nacer Brasil, México, Argentina (1995-2010

Fuente: Cálculos: partir de CEPAL.

50

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Gráfico 23: Esperanza de Vida al nacer Venezuela, Colombia, Chile, Perú (1995-2010)

Fuente: Cálculos: partir de CEPAL.

Tabla 23: Esperanza de vida al nacer Puesto

Países

1995-2000

2000-2005

2005-2010

1

Brasil

69,4

71,0

72,4

2

México

73,6

74,8

76,1

3

Argentina

73,2

74,3

75,2

4

Venezuela

72,2

72,8

73,8

5

Colombia

70,3

71,6

72,8

6

Chile

75,7

77,7

78,5

7

Perú

68,4

69,9

71,4

8

Cuba

76,2

77,1

78,3

9

República Dominicana

70,1

71,2

72,2

10

Uruguay

74,1

75,2

76,2

11

Ecuador

72,3

74,2

75,0

12

Guatemala

66,3

68,9

70,2

13

Costa Rica

77,3

78,1

78,8

14

El Salvador

69,4

70,6

71,8

15

Panamá

73,8

74,7

75,6

16

Bolivia

62,0

63,8

65,5

17

Honduras

69,8

71,0

72,1

18

Paraguay

69,4

70,8

71,8

19

Nicaragua

68,4

70,8

72,9

20

Haití

56,9

58,1

60,6

70,8

72,2

73,4

América Latina Fuente: Cálculos: partir de CEPAL.

URBANIZACIÓN, DESARROLLO HUMANO Y DEMOCRACIA

51


EMPLEO En el periodo comprendido entre 2000 a 2008 la tasa de desempleo en América latina ha presentado una disminución al pasar de 10.4 en el 2000 a 7.4 en 2008. Seguramente esta situación, como es ya de conocimiento en muchos países de la región, se verá agrabada durante 2009 y 2010como consecuencia de la crisis económica intenacional. Respecto al comportamiento por países, se aprecian claras diferencias entre los mismos. Cuba registra a 2008 la tasa más baja de desempleo 1.6, y la más alta tasa de ocupación 73.6; le siguen en orden de importancia, Honduras -antes de terremoto-, México y Costa Rica, países que se encontraban por debajo en 2 puntos del promedio de América latina. Tabla 24: tasas anuales medias de desempleo Y ocupación urbano (2008) Puesto

País

Desempleo

Ocupación

1

Brasil

7.9

55,1

2

México

4.9

52,5

3

Argentina

7.9

57,5

4

Venezuela

7.4

54,2

5

Colombia

11.5

59,9

6

Chile

7.8

55,3

7

Perú

8.4

51,7

8

Cuba

1.6

73,6

9

República Dominicana

14.1

47,7

10

Uruguay

7.9

57,7

11

Ecuador

6.9

56,0

12

Guatemala

n.d

n.d.

13

Costa Rica

4.8

53,9

14

El Salvador

5.5

59,0

15

Panamá

6.5

60,3

16

Bolivia

6.7

n.d.

17

Jamaica

10.6

58,5

18

Honduras

4.1

49,4

19

Paraguay

7.4

58,2

20

Nicaragua

8,0

50,1

Bahamas

12,1

n.d.

Bellce

8,2

n.d.

Barbados

8,1

n.d.

Fuente: CEPAL.

El peor resultado en el comportamiento laboral de la región se dá en la República Dominicana, cuya tasa de desempleo fue de 14.1; Colombia, ocupó el penúltimo lugar de la región con una tasa de desempleo del 11.5. Argentina, a pesar de haber registrado un importante crecimiento económico, no revela las mismas tendencias para el mercado laboral, (7.4). Brasil y Venezuela, registran tasas de desempleo superiores en 0.5 al promedio de América latina. En términos de Ocupación, Cuba, Perú y Panamá,

52

registran las mayores tasas de ocupación 73.6, 63.4 y 60.3 respectivamente. Es muy Difícil encontrar una variable mas significativa para el bienestar de la población que el empleo. Un buen trabajo detrmina el modo de vida de las familias y del desempeño de la economía. La importancia de los mercados laborales es crucial para definir la calidad de las democracias. La inestabilidad laboral, el sub-empleo y el desempleo abierto son problemas centrales a los que se deben dedicar las políticas públicas. Hoy en día las tasas de desempleo en la región se encuentran en niveles muy altos. Más grave aún, los salarios son muy bajos y la diferencia entre los mismos, no hace más sino reproducir las condiciones de precariedad e inequidad en las que vive la mayoría de la población. En conclusión, se puede afirmar que la tasa de desempleo obtenida en 2008 (7.4), obedece al menor crecimiento económico de la región, lo que ha reducido la demanda laboral provocando una caída en la tasa de ocupación, aumentando el número de personas desempleadas y la tasa de desempleo. Como se señaló, la crisis disparará estos guarismos en el 2010, ubicándose en muchos países de América Latina por encima de los dos dígitos. Una situación de estas, señala a la inestabilidad laboral, los bajos salarios, la informalidad y el desempleo abierto, como una de las más grandes disfuncionalidades de nuestras sociedades, revelándose como una seria limitación para asegurar y expandir los derechos de los individuos para que puedan vivir en democracia. Según los resultados para América latina en el período comprendido entre 2005-2010 y haciendo la diferenciación por género, se observa que hay un aumento del nivel de participación de las mujeres en la población económicamente activa. En efecto, entre 2005 y lo proyectado a 2010 la participación de las mujeres se ha incrementado en 1.1 puntos porcentuales, puntos que ha perdido la participación de los hombres. Este comportamiento se debe en parte a que la mujer ha incrementado su nivel educativo y se ha descargado en gran medida del trabajo doméstico. Por países, las tendencias no cambian respecto al comportamiento observado para América latina. Sin embargo, se observa una tendencia creciente aunque en menor proporción en la participación de las mujeres en la conformación de la población económicamente activa de 15 años y más. Sin duda en América Latina se ha dado un aumento importante en la participación de la mujer en la fuerza laboral en los últimos años, pero la legislación laboral que en la mayoría de los países está muy regulada, no cuenta con mecanismos que garanticen su aplicación, obrando a menudo en perjuicio de los trabajadores a los que debía proteger y de una forma muy extendida en el trabajo femenino. Como lo puso de manifiesto un trabajo del BID, mujeres de todos los niveles de educación han venido entrando al mercado laboral desde hace más de un decenio, pero los mayores incrementos se han registrado entre las mujeres menos preparadas (Pages, 2005, p. 7). Para los más importantes países de América Latina la situación es como se indica en los gráficos siguientes.

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Grรกfico 24: Tasa de Desempleo (tasas anuales medias, 2008)

Fuente: CEPAL.

Grรกfico 25: Tasa de Ocupaciรณn (tasas anuales medias, 2008)

Fuente: CEPAL.

URBANIZACIร N, DESARROLLO HUMANO Y DEMOCRACIA

53


GRÁFICO 26: Población Económicamente Activa (PEA) Total en América Latina (2005-2010)

Gráfico 27: PEA Brasil, México y Argentina

Gráfico 28: PEA Venezuela, Colombia, Chile y Ecuador

Fuente gráficos 26, 27 y 28: Cálculos a partir de CEPAL.

54

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Gráfico 29: PEA TOTAL AMERICA LATINA (2007)

Fuente: cálculos a partir de CEPAL.

Tabla 25: Desempleo Urbano en Ciudades Latinoamericanas (2007) Ciudaes Latinoamericanas

Tasa de desempleo Urbano (promedio 2007)

São Paulo

10,3

México

4,8

Buenos Aires

10,6

Rio de Janeiro

6,1

Santiago

7,1

Bogotá

9,1

Monterrey

4,0

Caracas

8,5

San José

10,2

Lima ( a.M)

8,3

Guadalajara

3,0

Curitiba

6,4

Belo Horizonte

8,2

Porto Alegre

9,6

Montevideo

10,6

Ciudad de Panamá

4,8

Quito

10,1

La Paz

9,5

En 2007, cinco ciudades latinoamericanas registraron tasas de desempleo a dos dígitos: Montevideo, Buenos Aires, São Paulo, San José y Quito, con tasas de 10.6; 10,3; 10.2 y 10.1 respectivamente. Las ciudades con menor tasa de desempleo: Guadalajara y Monterrey (4.0) La situación del desempleo urbano en las principales ciudades de América Latina se puede observar en la tabla adjunta. Por último, la seguridad social muestra una situación todavía mas preocupante. Los trabajadores asegurados contra riesgos son apenas una minoría. La seguridad social no se ha institucionalizado en la mayoría de los países de América Latina y esto hace aún mas dificil el funcionamiento de los mercados laborales. Esta situación, que no es sino una nueva manifestación de la inequidad existente en la región, es una nueva expresión del déficit democráticos. Atacar este estado de precariedad es una de las cuestiones básicas para darle sustentabilidad a nuestros regímenes políticos caracterizados por unas peligrosas escisiones entre política economíca, política social y democracia, que no pueden ser tratadas como se hace en la mayoría de los países de la región como compartimientos estancos. Un breve vistazo a las coberturas de seguridad social en salud de los jovenes entre 15 y 24 años por quintiles de ingreso son una muestra fehaciente de estos males:

Fuente: América Economía Intelligence. Promedio del 2007.

URBANIZACIÓN, DESARROLLO HUMANO Y DEMOCRACIA

55


Tabla 26: Tendencia de Cobertura de Seguridad Social (salud) en jóvenes entre 15 y 24 años por quintiles de ingreso familiar. Zonas urbanas y rurales en Porcentaje (2005) Area

Cobertura de salud

1

2

3

4

5

N.R

Urbano

Tiene

9

20

29

38

38

27

28

No tiene

91

80

71

62

62

73

72

Total

100

100

100

100

100

100

100

Rural

Total

Quintiles de ingreso familiar

Total

Tiene

6

11

15

21

20

8

11

No tiene

94

89

85

79

80

92

89

Total

100

100

100

100

100

100

100

Tiene

8

18

27

36

36

20

24

No tiene

92

82

73

64

64

80

76

Total

100

100

100

100

100

100

100

Fuente: OIT con base en Encuesta a hogares de 13 países.

Gráfico 30: Cobertura en seguridad social (salud), jóvenes entre 15 y 24 años (% de población)

Gráfico 31: Cobertura en seguridad social (salud), jóvenes entre 15 y 24 años, según rama de actividad económica (Porcentaje de población)

Fuente: OIT con base en Encuesta a hogares de 13 países.

56

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Todos los anteriores indicadores son la verificación una vez más sobre porque América Latina es y ha sido la región del mundo con mayor desigualdad. La desigualdad crea enormes dificultades para el desarrollo humano y la democracia y reduce el impacto que el crecimiento económico puede lograr sobre la pobreza. Las tensiones sociales producidas por la carencia de empleo y las enormes desigualdades en el ingreso deben ocupar un lugar prioritario en la agenda pública y para ello es bueno indagar en las causas que ayudan a la desigualdad. En estudio elaborado para el Banco Mundial (Ferreira, 2005) se mencionan cuatro factores interrelacionados como causas que contribuyen a la desigualdad y que parece se manentienen en intesidad y aumento en la mayoría de los países de América Latina: • La distribución de la educación es desiguldad, en términos de calidad y cantidad – años de escolaridad, así como de otros activos• Los trabajadores calificados – aquellos que tienen la mejor educación- reciben salarios muchos más altos que los demás trabajadores. • Los individuos con ingresos más altos y mejor educación tienden a tener menos niños –de modo que el ingreso dado de una familia significa un ingreso per cápita mayor. • A pesar de que algunos Estados latinoaméricanos intervienen activamente en la economía, en general no redistribuyen mucho ingreso de los ricos hacia los pobres. Atacar la desigualdad implica tomar acciones decisivas para enfrentarla a través de acciones sociales y liderazgos bien definidos. Para ello es indispensable construir democracias más profundas con mayor igualdad en la influencia política y un mayor reconocimiento de los grupos más débiles de la población de América Latina: mujeres, indígenas y población afrodescendiente. Como hay un fuerte desequilibrio en la relación entre política y economía, hay dificultades en la creación de una democracia económica que como tantas veces lo ha puesto en discusión el PNUD, es la clave para el desarrollo humano. Esto pasa por poner el mercado al servicio de la ciudadanía: “la política es tan importante para el éxito del desarrollo como la economía. La reducción sostenible de la pobreza requiere que haya un crecimiento equitativo, pero también que los pobres tengan un poder político. La mejor

URBANIZACIÓN, DESARROLLO HUMANO Y DEMOCRACIA

manera de conseguirlo de forma coherente con los objetivos del desarrollo humano es elegir formas firmes y profundas de gobernabilidad democrática en todos los niveles de la sociedad (PNUD, 2002) . Al indagar sobre la necesidad y pertinencia de profundizar la democracia, le restituye un lugar central a la política, en aquellos aspectos donde el mercado no resuelve los problemas de las asimetrías sociales. Planteado en términos de muchos de sus exponentes, el mercado hace bien lo que los consumidores quieren que se haga; pero el problema radica en que una democracia política no se hace a imagen y semejanza de los consumidores, sino de los ciudadanos. En palabras del ex presidente chileno, Ricardo Lagos: “Si la sociedad la hacen los consumidores, la sociedad mantendrá la desigualdad propia del consumo de cada uno de los consumidores. Si la sociedad la definen los ciudadanos tendrá grados crecientes de igualdad, en tanto como ciudadanos todos somos iguales; es el ámbito de la ciudadanía donde nuestras democracias tienen su más grave déficit y, por lo tanto, donde enfrentamos los mayores desafíos” (PNUD, 2004) Una sociedad definida por su ciudadanía -ciudadanas y ciudadanos- es una sociedad que cada vez logra ofrecer a su población los bienes indispensables para el ejercicio de sus derechos; estos derechos son la base de la autonomía individual y colectiva, que no es otra cosa, que la libertad para expresar opiniones, que cuando son emitidas por ciudadanos, tienen el mismo valor: “Si la libertad es realmente importante, no puede ser correcto reservarla únicamente para unos pocos elegidos …La desigualdad es una preocupación central en la perspectiva de la libertad” (Sen, 2002) . El desarrollo humano territorial es libertad y no hay libertad en pobreza extrema. El mensaje del ex presidente Lagos es claro: la sociedad trasciende en complejidad al mercado y por ello no se puede definir desde criterios meramente económicos -mercado, consumidores, clientes- sino de criterios políticos ligados a valores y a conceptos como el de ciudadanía; la democracia, entendida como “el gobierno del pueblo”, hace ineludible la discusión sobre la ciudadanía. Para ello es bueno retomar por un momento la maravillosa pregunta realizada hace mucho tiempo por Aristóteles: “¿Quién es ciudadano?: es ciudadano quien es capaz de gobernar y ser gobernado”. Este es el quid de la democracia, enseñar que no hay expertos a quienes es necesario confiar los asuntos públicos.

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NOtas 1. Se pueden consultar los Cuadernos de Gobernabilidad Democrática que viene publicando el PNUD con la editorial Siglo XXI, bajo la coordinación de Fernando Calderón donde se abordan documentos conceptuales y metodológicos del proyecto regional de análisis político y escenarios de corto y mediano plazo para fortalecer la gobernabilidad democrática en América Latina –PAPEP 2. “La productividad de las fábricas ha aumentado ininterrumpidamente con el paso del tiempo, [incluso] a una tasa considerablemente mayor que la de las empresas del sector servicios; pero el público en general prefiere gastar la mayor parte del aumento anual de su renta en servicios a gastarla en bienes manufacturados. De ahí que la tasa de aumento de la demanda de bienes manufacturados haya sido bastante baja, mientras que la productividad ha aumentado rápidamente. Resultado: la demanda puede ser satisfecha por un número estático o incluso decreciente de obreros”. (KRUGMAN, 2000, p. 269) 3. Los costos de transacción son los costos involucrados en el intercambio; y el aumento de la especialización y la división del trabajo ha provocado un incremento similar en el número de intercambios, cada uno de los cuales implica el uso de recursos destinados a ese intercambio. La actividad bancaria, los seguros, las finanzas, el comercio mayorista y minorista, así como buena parte de la actividad gubernamental, integran el sector de las transacciones. Además, dentro de la firma hay una cantidad siempre en aumento de contadores, abogados y otros profesionales dedicados a facilitar el intercambio en el complejo mundo del intercambio personal”. (NORTH, D.: 2007, pp. 136-138) 4. Ver el desarrollo de esta discusión en el capítulo El papel económico de las ciudades.

58

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


URBANIZACIÓN, DESARROLLO HUMANO Y DEMOCRACIA

59


60

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


POBLACIÓN Y URBANIZACIÓN

POBLACIÓN Y URBANIZACIÓN

61


62

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


I. Tendencias de la Población: Causas y Consecuencias

Tabla 2: Crecimiento de la población urbana y nacional (1950-2010)

Desde mediados del siglo veinte, América Latina y el Caribe han pasado de ser una región predominantemente rural para convertirse en un territorio donde la mayoría de la población vive en asentamientos considerados estadísticamente como urbanos. En 1950, los centros urbanos de la región tenían una población de 69 millones de habitantes. Hasta 2010, ese número subió en 471 millones y la previsión es que llegue a los 683 millones en el año 2050. En 1950, 41% de todos los latinoamericanos vivían núcleos urbanos; en 2010 esa cifra es de 79%. Tabla 1: Crecimiento urbano en América Latina y el Caribe (1950-2010)

Año

Porcentaje urbano

Población urbana

Población total (Miles de personas mitad de año)

1950

41,4

69 316

161.328

1970

57,0

163 916

278.919

1990

70,6

313 852

433.671

2000

75,3

394 099

511.733

2010

79,4

471 177

582.564

Fuente: CEPAL.

Son varias las razones que explican el acelerado crecimiento urbano vivido en la región durante el siglo veinte. En primer lugar la población total casi se dobló pasando de 167 millones en 1950 para 287 millones en 1970. Esto tuvo como consecuencia la presión sobre los recursos de las áreas rurales donde vivía la mayoría de la población. En segundo lugar, muchas áreas rurales han cambiado poco. La tenencia de la tierra continuaba siendo injusta, la oferta de infraestructura y de servicios era muy limitada y para la mayor parte de las personas era difícil mejorar su vida en el campo. En tercer lugar, los habitantes rurales de algunos países corrían peligro físico, ya sea por conflictos civiles como por ejemplo en Colombia o por sequías o desastres naturales, como en el caso del noreste de Brasil, y en cambio las áreas urbanas ofrecían cierto refugio. En cuarto lugar, la industrialización empezó a generar puestos de trabajo y con la amplia introducción de la política de industrialización por sustitución de importaciones después de la Segunda Guerra Mundial, el centro del dinamismo económico se volcó para las ciudades. Por último, la calidad del transporte y de las comunicaciones fue mejorando poco a poco facilitando el desplazamiento de las personas. Estos cinco factores animaron a mucha gente del campo a irse a vivir a las ciudades; la Tabla 2 muestra que la población urbana ha ido creciendo más rápidamente que la población total desde 1950.

POBLACIÓN Y URBANIZACIÓN

Año

Crecimiento ' urbano anual (%)

Crecimiento nacional anual (%)

1950-1955

4,4

2,7

1960-1965

4,4

2,8

1970-1975

3,8

2,4

1980-1985

3,0

2,1

1990-1995

2,4

1,7

2000-2005

1,9

1,3

2005-2010

1,7

1,2

Fuente: CEPAL.

Sin embargo, la Tabla 2 muestra que el ritmo del crecimiento urbano se ha reducido paulatinamente. Un elemento fundamental que explica este descenso ha sido la disminución general de la fertilidad en toda la región. De 1950 a 1980, la población de América Latina aumentó todos los años en 2,8% mientras que entre 2005 y 2010 cayó en aproximadamente 1,2%. Después de 1960, las mujeres tuvieron menos hijos. En 2003, el promedio de hijos de las hondureñas era de 3,4 en comparación con los 7,5 de 1972 (PNUD, 2008). Entre 1974 y 2000, hubo una reducción de la tasa bruta de fertilidad de las mejicanas, pasando de 6,2 a 3,3 hijos. La disminución de la fertilidad ayudó a reducir el ritmo del crecimiento urbano y la experiencia de la vida urbana también animó a las familias a tener menos hijos. Más mujeres pudieron estudiar en las ciudades y muchas empezaron a trabajar fuera de casa. También en los lugares la emigración ayudó a reducir el crecimiento de la población nacional (Jokisch y Pribilsky, 2002). La combinación de pobreza local y proximidad de la Gran Sociedad alentó a millones de personas a irse a vivir a los Estados Unidos. Hasta 2006, la población hispana en los Estados Unidos era de aproximadamente 44 millones de habitantes, de ese total 19% eran mejicanos, 16% salvadoreños y 11% cubanos y dominicanos viviendo en ese país (US Census Bureau, 2007; Logan, 2002: 1).1 El éxodo desde América Latina tuvo un gran impacto en la urbanización. Si toda esa gente no se hubiera ido a vivir fuera, muchas de las ciudades hubieran crecido mucho más rápido. La crisis de la deuda de los años ochenta también afectó el crecimiento urbano, en especial en las grandes ciudades. Con el deterioro de las condiciones de las áreas urbanas, los amigos y parientes de las personas que pensaban en la posibilidad de emigrar del campo a la ciudad fueron advertidas para que se quedaran donde estaban; en la ciudad había menos trabajo, la inflación hacía aumentar el costo de vida y en las áreas rurales por lo menos había algo que comer .

63


II. TASAS DE URBANIZACIÓN: ¿QUÉ TAN URBANA ES LA REGIÓN? Aunque cuatro de cada cinco latinoamericanos vive en centros urbanos en el 2010, hay grandes diferencias entre los países de la región. En 1950, la mayoría de los habitantes de Argentina, Chile, Uruguay y del sur de Brasil ya vivían en áreas urbanas (tabla 3), en los otros lugares la mayoría de la población todavía vivía en el campo. Tabla 3: América latina y el Caribe, porcentaje de Participacion Urbano Países

1950

1970

1990

2010

Argentina

65,0

79,0

87,0

90,0

Bolivia

34,0

40,0

56,0

62,0

Brasil

36,0

56,0

75,0

87,0

Chile

58,0

75,0

83,0

89,0

Colombia

33,0

55,0

68,0

75,0

Ecuador

28,0

39,0

55,0

67,0

Guatemala

25,0

36,0

41,0

50,0

Haití

12,0

20,0

29,0

50,0

Jamaica

24,0

41,0

49,0

54,0

México

43,0

59,0

71,0

78,0

Perú

41,0

57,0

69,0

72,0

Venezuela

47,0

72,0

84,0

94,0

Fuente: UNDESA (2007).

Tabla 4: Urbanización y prosperidad nacional En América Latina y el Caribe

Países

Nivel de urbanización, 2010

PIB per cápita, 2008 (USD en precios de 2000)

Argentina

90,0

9.952

Bolivia

62,0

1.134

Brasil

87,0

4.375

Chile

89,0

6.248

Colombia

75,0

2.879

Ecuador

67,0

1.705

Guatemala

50,0

1.700

Haití

50,0

391

Jamaica (2007)

54,0

3.028

México

78,0

7.116

Perú

72,0

2.990

Venezuela

94,0

5.969

Fuente: CEPAL.

64

La tasa diferencial de urbanización en la región refleja diferencias en la prosperidad económica. En 1950, Argentina y Chile, los países más urbanos también eran los más avanzados económicamente; Haití, Guatemala y Ecuador, los menos urbanos, estaban entre los más pobres. La creciente opulencia de Venezuela después de 1950 alentó su rápida urbanización, de cierta forma ayudada por el abandono de la agricultura en ese país - una característica común en países ricos en petróleo. La Tabla 4 muestra que incluso en la actualidad hay una correlación amplia aunque imperfecta entre el ingreso nacional per cápita y el nivel de urbanización. Como se verá más adelante, hoy en día son muy pocos los países de la región que no tienen una mayoría urbana. La mayor parte de las excepciones se encuentran en el Caribe.

III. CARACTERÍSTICAS DEMOGRÁFICAS DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE Durante la primera fase de la rápida urbanización, la mayoría de los habitantes de las ciudades eran emigrantes. En el caso de los primeros a llegar a las ciudades en Argentina, Uruguay y el sur de Brasil, la gran mayoría venía de fuera de estos países; en 1914, por ejemplo, la mayoría de los porteños eran inmigrantes. Más recientemente, el movimiento de los colombianos hacia Venezuela, los paraguayos y bolivianos para Argentina y los bolivianos y Perúanos para Chile ha contribuido al crecimiento urbano. No obstante, por lo general, desde los años cuarenta la urbanización ha sido un proceso interno, con personas desplazándose del campo para las ciudades dentro del mismo país. Las personas empezaron a trasladase a vivir en las ciudades por las condiciones urbanas que a pesar de sus dificultades eran mejores que las de las áreas rurales. El acceso a servicios públicos como educación, electricidad y agua potable era problemático en las ciudades pero infinitamente más fácil que en el campo. En Colombia 97 por ciento de las casas urbanas tenían acceso a luz eléctrica en 1993 comparado al 35 por ciento de familias rurales. De manera sorprendente, incluso la desnutrición era menos grave en las ciudades; a finales de los años setenta por ejemplo, 62 por ciento de las familias rurales de América Latina estaba desnutrida en comparación con el 26 por ciento de las familias urbanas (Pfeffermann y Griffin, 1989). A veces los emigrantes componen la mayoría de la población urbana y a veces una minoría. La proporción exacta de la población urbana compuesta por emigrantes depende de la etapa de desarrollo urbano. En el pasado,

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


era muy probable que gran parte de la población urbana estuviera formada por emigrantes pero, con el avance de la urbanización, disminuye la contribución de la emigración al crecimiento urbano. En Bogotá por ejemplo los emigrantes eran el 51% de la población de la ciudad en 1964 en comparación con apenas el 40% en 2005. El equivalente a 5,5% de la población de 1990 llegó a la ciudad en los últimos cinco años mientras que la proporción ha caído para menos de 1% en 2010 (DANE, 2009). La Tabla 5 muestra cómo la emigración de los años ochenta contribuyó con menos de un tercio al crecimiento de la población urbana en los países más urbanizados de la región (p.ej. Chile y Argentina), mientras que en los países menos urbanizados (p.ej. Bolivia) la contribución para el crecimiento urbano fue mucho más alta. Por lo general, la contribución fue cayendo a lo largo del tiempo aunque hubo excepciones, como en Chile, Costa Rica, la República Dominicana y Panamá. Tabla 5: América Latina y el Caribe: tasa de migración rural-urbana neta con más de 10 años de edad y el crecimiento de la población urbana, (1980-2000)

Países

Impacto relativo de la migración ruralurbana en el crecimiento urbano 1980-1990

1990-2000

Argentina

30,1

24,3

Bolivia

64,1

29,1

Brasil

40,1

35,3

Chile

10,1

19,7

Costa Rica

42,5

47,1

Cuba

48,2

40,3

República Dominicana

30,7

50,5

Ecuador

48,3

38,3

El Salvador

55,0

s.d.

Guatemala

43,0

59,5

Honduras

51,4

44,3

México

33,0

31,9

Nicaragua

28,9

s.d.

Panamá

38,9

54,1

Paraguay

55,5

45,5

Perú

33,5

s.d.

Uruguay

35,7

26,0

Venezuela

23,2

20,0

Total

36,6

33,7

Fuente: Rodríguez (2008: 151) modificado por el autor.

En la década de 50 los flujos migratorios garantizaron que las poblaciónes de las ciudades de América Latina y del Caribe estuvieran dominadas por jóvenes. De hecho, en 1962 cerca de 78% de los habitantes de Asunción tenía menos de 35 años y en 1964, 76% de los bogotanos también (Orlansky y Dubrovsky, 1978; DANE, 1969). Esto reflejaba el hecho de que la mayoría de los emigrantes

POBLACIÓN Y URBANIZACIÓN

llegaban con menos de 30 años y o bien ya traían a sus hijos pequeñitos o los tenían poco después de llegar a la ciudad. Gran parte de los emigrantes eran mujeres jóvenes y como resultado la proporción de género entre los 15-30 años de edad era desequilibrada. En Bogotá eran apenas 78 hombres para cada 100 mujeres en este grupo de edad en 1964 (DANE, 1969). Con la reducción de las tasas de fertilidad y de migración hacia la ciudad, las poblaciónes urbanas han envejecido poco a poco y ahora la mayoría de la población está compuesta por personas en edad laboral. En Bogotá por ejemplo, 63% de la población en 2007 tenía entre 18 y 64 años (ECV, 2007). El problema anterior de la proporción de alta dependencia fue sustituido por cómo ofrecer empleo para una población cada vez más vieja, sobre todo ahora cuando más mujeres buscan trabajo remunerado. Debido al lento crecimiento de las oportunidades de trabajo formal, los crecientes números de personas que buscan trabajo han llevado a la proliferación de la actividad del sector informal en muchas ciudades.2 En periodos de crecimiento económico, la actividad del sector formal tiende a aumentar pero durante las frecuentes recesiones, los empleos formales desaparecen.3 La Tabla 6 muestra que Chile ha disminuido en el tamaño de su sector informal debido a su desempeño económico bastante consistente, mientras que el deterioro económico de Bolivia y Venezuela se asocia con un nivel más alto de empleo informal. Sin embargo, hay claros desvíos de esta norma. Colombia por ejemplo ha vivido un aumento de los trabajos informales a pesar de tener una experiencia económica por lo general positiva en los últimos quince años. El crecimiento en la proporción de adolescentes y adultos jóvenes en la población y la falta de puestos de trabajo adecuados ha llevado a formas de descomposición social en algunos lugares. Este es el caso sobre todo en aquellas ciudades vinculadas al comercio internacional de drogas. Los hombres jóvenes están entre los primeros a ser atraídos para este tráfico y las estadísticas delictivas muestran que es mucho más probable que los chicos tengan una muerte violenta que los hombres en general y mucho más probable cuando se compara esa cifra con mujeres de edad semejante. En Bogotá, por ejemplo, 59% de todos los homicidios fueron de hombres con edades entre 20 y 39 años y los hombres suman el 92% de todas las víctimas en la ciudad. No está claro si los hombres jóvenes están más al margen de la sociedad que en el pasado, pero lo que sí está claro es que una minoría significativa corre riesgo y constituye un gran problema para las ciudades de la región. Si la juventud, o por lo menos los hombres jóvenes son un problema actual, el miedo de los europeos y japoneses de una población que envejece es algo que todavía irá a plantear un problema en la mayor parte de la América Latina urbana. Las únicas excepciones parciales son Argentina y Uruguay donde la población urbana es más madura. En 2006, por ejemplo 14% de la población de Montevideo tenía más de 65 años (Varela, 2008: 24). Por el contrario, las personas mayores configuraban sólo el 6% de la población de Bogotá en 2005. Con el tiempo el problema de la población que envejece llegará a América Latina, pero aún tardará algunos años. 65


Cuando finalmente llegue, tendrá el efecto de aumentar la mayoría de mujeres urbanas. Como en promedio las mujeres viven más que los hombres, es probable que con el envejecimiento de la población de la ciudad, aumente la mayoría femenina. Por ejemplo en Montevideo en 2006

eran apenas 60 hombres para cada 100 mujeres entre la población con más de 65 años, en comparación con la proporción de 90 hombres para 100 mujeres considerando la ciudad como un todo (Varela, 2008: 26).

Tabla 6: Empleos “Formales” e “Informales” en áreas urbanas de América Latina seleccionadas (1990-2005) País

Argentina

Año

Patrones

Trabajadores asalariados

No asalariados

Sector Público

Profesionales y asalariados del sector privado

Trabajadores domésticos y autónomos

1990

4

16

51

24

2005

4

17

51

24

Bolivia

1989

2

18

30

47

2004

5

9

36

51

Brasil

1993

4

14

45

36

2005

5

12

49

34

Chile

1990

3

s.d.

s.d.

30

2003

4

11

57

27

Colombia

1991

4

12

49

35

2005

5

8

42

46

1994

4

16

54

25

2002

4

13

55

27

Uruguay

1990

5

22

46

28

2005

4

16

48

28

Venezuela

1990

8

21

42

28

2005

5

16

40

37

México

Fuente: UNECLAC (2007b).

IV. ¿LAS TENDENCIAS DE LA URBANIZACIÓN ESTÁN GENERANDO INCLUSIÓN Y/O EXCLUSIÓN? A pesar de los enormes problemas enfrentados por las áreas urbanas, muchos elementos de la vida de la ciudad en América Latina y el Caribe han mejorado con los años. La mayoría de las personas en las grandes ciudades tienen acceso a los servicios básicos; las personas viven más, la esperanza de vida es ahora de 75 años. La mayoría puede permitirse consumir bienes durables como televisores y equipos de música y cada vez más ciudades han construido parques y lugares de ocio. Como apuntan Roberts y Wilson (2009: 221): “en varias medidas, las poblaciónes pobres de estas ciudades tienen características socio-económicas mucho mejores si comparadas a los grupos de bajos ingresos durante el periodo de la rápida urbanización en los años sesenta y setenta.”

El progreso ha sido mucho más rápido en las grandes ciudades que en los centros más pequeños y en áreas rurales. La calidad de la vida urbana en las ciudades más grandes ha mejorado mucho a lo largo de los años debido a fuertes inversiones en infraestructura y servicios, muchas de ellas financiadas a través de préstamos del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo. La Tabla 7 muestra la mejoría en los países más grandes en términos de acceso a electricidad, agua potable y sistema de alcantarillado. La descentralización fiscal y administrativa también ha permitido una mejor gestión en las ciudades con recursos fiscales y humanos suficientes. Ciudades como Bogotá, Curitiba, Medellín, Porto Alegre, Quito y Santa Cruz han demostrado que donde hay suficiente determinación local para aprovechar las nuevas circunstancias es posible alcanzar el progreso real. Sin embargo, la descentralización ha contribuido poco en aquellos lugares con bajo desarrollo económico, prevalencia de instituciones tradicionales y aquellas con mucha presencia de procedimientos clientelistas y muy poca presencia de procesos meritocráticos.

66

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Tabla 7: Hogares urbanos con servicio de luz, agua y alcantarillado (porcentaje, 1990–2006) País

Año

Agua potable

Alcantarillado

Energía Eléctrica

Argentina

1990

97,0

58,0 (1995)

100,0

2006

99,0

62,0

100,0

1990

90,0

52,0

97,0

2006

93,0

56,0

100,0

1990

97,0

84,0

99,0

2006

99,0

93,0

100,0

1990

87,0

70,0

87,0

2006

94,0

66,0

96,0

Bolivia Chile Guatemala México Uruguay

1990

94,0

79,0

99,0

2006

97,0

90,0

100,0

1990

95,0

57,0

98,0

2006

98,0

66,0

99,0

Fuente: UNECLAC (2007a); En esta fuente, los cálculos de cobertura para 1990 son mucho mejores que los del Banco Mundial (1994).

Lo decepcionante sobre la urbanización en la región es que la pobreza continúa siendo muy común. Lo peor es que el número de personas que vive en la pobreza ha aumentado de forma dramática. La Tabla 8 muestra que el número de pobres urbanos subió de 41 millones en 1970 para 127 millones hasta 2007. Mientras un cuarto de los habitantes de la ciudad vivía en la pobreza en 1970, casi cuatro décadas más tarde la cifra aumentó para un tercio. La región ha sido testigo de la urbanización de la pobreza. Tabla 8: La incidencia de la pobreza en América Latina (1970-2007) Total

Urbana

Rural

Año

Millones

%

Millones

%

Millones

%

1970

116

40

41

25

75

62

1980

136

41

63

30

73

60

1990

200

48

122

41

79

65

1994

202

46

126

39

76

65

1997

204

44

126

37

78

63

1999

211

44

134

37

77

64

2002

221

44

147

38

75

62

2004

217

42

147

37

71

59

2005

209

40

138

34

71

59

2006

201*

36

134*

31

65*

54

2007

191*

34

127*

29

63*

52

Fuente: UNECLAC (2007a)

Son varios los factores que explican esta tendencia. En primer lugar como la incidencia de la pobreza era y continúa siendo mucho más alta en el campo, muchos pobres se han ido a vivir a las áreas urbanas. Con la llegada de estas personas aumenta el número de pobres urbanos. En segundo lugar, la pobreza urbana aumentó de manera

POBLACIÓN Y URBANIZACIÓN

dramática durante la crisis de la deuda de los años ochenta, cuando la proporción de pobres urbanos aumentó de 30% en 1980 a 41% en 1990. En términos absolutos, el número de pobres en las ciudades se duplicó durante la década perdida y en 1990 había tres veces más pobres urbanos que en 1970. En tercer lugar, mientras el “Nuevo Modelo Económico” mejoró las condiciones en algunos lugares, fracasó en otros. En esas ciudades y países incapaces de competir efectivamente en el nuevo orden mundial globalizado, el empleo urbano con remuneración decente no pudo seguir el ritmo del crecimiento poblaciónal. Mientras la incidencia relativa de la pobreza urbana cayó de 41% en 1990 para 29% hasta 2007, los números absolutos de pobres urbanos continuaron subiendo. Además de la reducción en la pobreza urbana relativa desde 1990, el único punto positivo real que vemos en la tabla 8 es que ha disminuido la diferencia entre las áreas urbanas y rurales. La modernización de la agricultura y el crecimiento de la producción para exportaciones han aumentado en algunos casos, los ingresos del campo. Pero tal vez la explicación más significativa de convergencia es que las personas continúan saliendo de las áreas rurales para irse a vivir a las ciudades, aunque en un ritmo más lento. Como resultado había menos gente viviendo en las áreas rurales en 2007 que en 1970. En este sentido se podría decir que la globalización y la liberalización económica desde la anterior perspectiva, han sido también una fuerza positiva para el campo. A pesar de la imagen pobre que se ve en las grandes ciudades de América Latina, la pobreza más alarmante todavía se encuentra en el campo. Las cifras de Colombia muestran que durante los cinco primeros años del 2000, las mujeres en la capital vivían 12 años más que las mujeres de Chocó, uno de los departamentos más pobres y más rurales del país. Los datos de la tabla 9 sugieren que la urbanización es un proceso que reduce la pobreza, en especial cuando se registra el número de personas que de hecho salieron del campo. Por lo tanto, es difícil recomendar una política que pueda reducir la velocidad de la urbanización, sobre todo debido a la tierra limitada disponible para tantos pobres en el campo de algunos países, a la baja productividad en la agricultura en muchos cultivos tradicionales y dado el bajo nivel de educación de la población rural. Si por un lado parece ser que el crecimiento urbano ayuda a muchas personas de la región a huir de la pobreza, la forma adoptada por la urbanización no ha contribuido mucho para reducir la desigualdad de ingresos. Las ciudades de América Latina reflejan la triste realidad de que la distribución de ingresos y de riqueza en la región está entre la más injusta del mundo. “Mientras el décimo más rico de la población de la región gana 48% de los ingresos totales, el décimo más pobre sólo gana 1,6%. Por el contrario, en los países desarrollados el décimo superior recibe 29% de los ingresos totales en comparación con el 2,5% del décimo inferior” (De Ferranti et al., 2004: 17). La desigualdad en América Latina y el Caribe es una herencia antigua del colonialismo y del fracaso de muchos gobiernos republicanos de enfrentar el problema

67


de forma consistente y con políticas adecuadas. Las formas tradicionales de tenencia de la tierra, la discriminación étnica, la mala calidad de la educación y de las instalaciones sanitarias hasta hace relativamente poco tiempo, el frágil modelo de reglas políticas y la poca profundidad en los arreglos democráticos han ayudado a perpetuar la desigualdad. Tabla 9: Pobreza en algunos países de América Latina por entidad Población bajo la línea de pobreza

propias con pocos servicios a través de procesos de auto construcción. La Tabla 10 ilustra la división que hay en las ciudades latinoamericanas. En Bogotá y Santiago, algunas áreas de la ciudad tienen muy poca pobreza, mientras que otras tienen una gran cantidad de pobres. Éstos se suelen encontrar en asentamientos con un ambiente poco agradable y a menudo corriendo peligro físico en la forma como se garantiza la tenencia de la tierra y la continua presencia de catástrofes naturales. Tabla 10: Bogotá y Santiago, dos ciudades polarizadas

País

Año

Total país

Área Metropolitana

Resto urbano

Zonas rurales

Bolivia

2007

54,0

40,6

44,9

75,8

' Localidad

% de pobreza

Comuna

% de pobreza

Bogotá, 2007

Santiago, 2006

Chile

2006

13,7

10,4

16,0

12,3

Ciudad Bolívar

46,7

Lo Espejo

20,1

Colombia

2005

46,8

33,8

48,6

50,5

Rafael Uribe

42,3

Renca

19,2

Costa Rica

2007

18,6

16,2

23,9

19,6

Usme

40,7

Cerro Navia

17,5

El Salvador

2004

47,5

33,2

33,2

56,8

Chapinero

10,8

Providencia

3,5

Honduras

2007

68,9

47,8

64

78,8

Usaquén

10,7

San Miguel

2,5

Nicaragua

2005

61,9

48,7

58,1

71,5

Teusaquillo

5,5

Las Condes

2,3

Paraguay

2007

60,5

53,1

58,3

68,0

8,5

2007

n.a.

18,9

17,4

12,6

Más próspero/ más pobre

8,7

Uruguay

Más próspero/ más pobre

Fuente: CEPAL (2008: cuadro 4).

Fuentes: ECV (2007); Chile, MIDEPLAN (2006).

Obs.: Datos completos no disponibles para Argentina, Brasil, Ecuador, Guatemala, México, Panamá, Perú, República Dominicana y Venezuela. Se solía pensar que cuando los países se vuelven más ricos, la desigualdad disminuye. Si las fuerzas del mercado no logran reducir la desigualdad, una buena intervención gubernamental con la introducción de la educación universal, servicios de salud y la tributación progresiva sí que lo haría posible (Kuznets, 1955; Gilbert, 2007). Y antes de 1980, una medida muy usada para medir la desigualdad de ingresos, el coeficiente Gini mostró una constante mejoría en la mayoría de los países de América Latina. Sin embargo, esa tendencia cambió durante la crisis de la deuda y con la introducción del Nuevo Modelo Económico, la división entre los ricos y los pobres empezó a aumentar (Szkeley y Hilgert, 2002: 150-1). Bajo el neoliberalismo, por lo general los trabajadores con estudios y profesionales calificados prosperaron, mientras que los que no eran calificados enfrentaron un ambiente económico cada vez más hostil. Normalmente durante los periodos de expansión económica las condiciones de vida de los pobres mejoraron, pero se han deteriorado durante los periodos de crisis. Una consecuencia de la desigualdad de ingresos es la polarización social y residencial. Las ciudades de la región están caracterizadas por claras diferencias entre las áreas residenciales de ricos y pobres. Esto se muestra claramente en la distribución de viviendas formales e informales, con los ricos viviendo en sus elegantes casas en barrios con buenos servicios y los pobres teniendo que construir las

Con el aumento de la desigualdad en la mayor parte de las áreas urbanas de la región, y también en la mayoría de las ciudades de todo el mundo, muchos discuten que la polarización social está aumentando y que hay una nueva forma de segregación residencial que está afligiendo las ciudades de América Latina (Acosta, 2007; Caldeira, 2000; Salcedo y Torres, 2004; de Souza y Siva, 2007; Sabatini y Salcedo, 2007). Siguiendo el ejemplo de los Estados Unidos, están surgiendo urbanizaciones privadas en muchas ciudades de América Latina. Algunas de estas urbanizaciones son virtualmente autónomas incluyendo oficinas, supermercados e instalaciones para el ocio. Los residentes no necesitan salir de estas urbanizaciones y los guardias de seguridad los protegen permitiendo sólo la entrada a los empleados e invitados. En algunas áreas estas urbanizaciones privadas ocupan grandes zonas de la ciudad. En Río de Janeiro por ejemplo, Barra de Tijuca es un área recién desarrollada de centros comerciales y urbanizaciones privadas donde no hay pobres. Aún así, otra evidencia sugiere que la segregación residencial en América Latina no está aumentando y que la polarización es mucho menos aguda que en las ciudades norteamericanas. Como señalan Roberts y Wilson (2009: 133): “Por lo general en las ciudades latinoamericanas las elites representan apenas un tercio de la población de las áreas de altos ingresos. Incluso a nivel del bloque, el índice de aislamiento de las elites de Santiago no superó el 40% en 2002. Los barrios de las afueras de las ciudades americanas por el contrario son más homogéneos socialmente tanto en su composición racial como de nivel de ingresos, y esta homogeneidad es más estable a lo largo del tiempo.”

68

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Además, la forma de la segregación residencial en América Latina también varía con la topografía. Las ciudades con topografía abigarrada tienen más probabilidad de tener barrios residenciales mezclados que las desarrolladas en suelo más plano. En Río de Janeiro por ejemplo, mientras muchos adinerados viven en el sur de la ciudad y la mayoría de los pobres en las partes planas al norte y oeste, el modelo en el área sur más montañosa es mucho más complicado. Como se permitió construir las favelas en las laderas y sólo pocas se echaron abajo en los años sesenta, las áreas ricas están cerca de los pobres. Tal vez el ejemplo más famoso de Río de Janeiro es la coexistencia de una de las áreas necesitadas más grandes de la región, Rocinha, con uno de sus barrios más exclusivos, São Conrado. Caracas es parecida, mientras los ricos tienden a vivir en el este, son pocas las áreas ricas que no tienen como vecinos los barrios construidos en las laderas. En algunas ciudades la aparición de “ghettos” sociales es un grave problema. En Kingston, Jamaica, Clarke (2006: 31-2) observa cómo un área se convirtió en “una zona de pobreza y violencia incomparable con ninguna otra región del Caribe de la Mancomunidad Británica”. Esta es un área donde la mayoría de las personas tienen miedo de caminar. Hay zonas parecidas en muchas otras ciudades de la región. El área de El Cartucho en Bogotá recientemente borrada del mapa se incluía en esa categoría y algunas de las favelas violentas de Río de Janeiro enfrentan problemas semejantes (Abramo, 2009; Cravino, 2006).

las que tienen alguna relación con el tráfico de drogas. La Figura 1 muestra que se han alcanzado niveles alarmantes en muchos lugares. Tabla 11: Calidad de vida urbana por región (2009) Desempeños regionales promedios (100=ideal y 0= intolerable) Región

Valuación media

Estabilidad

Servicios de salud

Europa Occidental

92,2

87,0

95,7

Norte América 91,5

86,0

93,4

Asia & Australasia

71,7

74,5

69,4

Europa del Este

72,5

71,1

73,2

América Latina

69,3

60,7

66,9

Medio Oriente 64,5 & Norte de África

72,1

63,7

África SubSahariana

51,0

44,4

39,8

Media mundial

76,1

74,5

75,4

Desempeños regionales promedios (100=ideal y 0= intolerable)

V. ¿CÓMO MEJORAR LA CALIDAD DE VIDA? Un estudio reciente de la Unidad de Inteligencia Económica clasificó 140 ciudades de todo el planeta por orden de su “habitabilidad”. Aunque algunos criterios utilizados no eran muy convincentes, la clasificación general debe haber sorprendido a pocos (Tabla 11). Las ciudades de Europa Occidental ocupan los primeros puestos de la lista y las de África están en los últimos lugares de la clasificación. En América Latina, Buenos Aires fue la primera seguida de Santiago de Chile. Las ciudades latinoamericanas obtuvieron mala puntuación en términos de estabilidad, servicios de salud e infraestructura. Aunque la infraestructura ha mejorado en la región en los últimos años, la calidad de los servicios de salud es a menudo discutible. De manera semejante, el asunto del ambiente físico continúa siendo un gran problema y el transporte urbano sigue sufriendo con sistemas de autobuses mal organizados y con demasiados coches. Vasconcellos (2001: 151) calcula que el número de coches en la gran São Paulo pasó de 160.000 en 1960 a 1,9 millones en 1980 y en el Distrito Federal de México y su estado vecino de 2,28 millones de vehículos registrados en 1980 a 5,23 millones en 2006. De la misma forma, muchas ciudades sufren con tasas de delitos y violencia cada vez más altas. Las tasas de homicidios han aumentado en muchas ciudades, en especial

POBLACIÓN Y URBANIZACIÓN

Región

Cultura y Entretenimiento

Educación

Infraestructura

Europa Occidental

93,3

93,8

93,1

Norte América 92,0

98,3

92,5

Asia & Australasia

67,8

77,2

72,5

Europa del Este

75,3

78,0

67,1

América Latina

78,8

77,8

66,6

Medio Oriente 53,6 & Norte de África

67,6

67,8

África SubSahariana

63,9

56,5

51,6

Media mundial

76,1

81,1

76,2

Fuente: EIU (2009)

Queda claro que la gobernabilidad de la región tiene que mejorar para poder hacer frente a estos problemas y así mejorar la calidad de la vida urbana. Afortunadamente, hay algunas señales de cambio. A nivel nacional, en la actualidad la mayoría de los gobiernos son democráticos, un marcado contraste con lo que sucedía en los años setenta cuando la mayoría de los regímenes eran autoritarios, y a nivel local la mayoría de los alcaldes y gobernadores son elegidos democráticamente(Campbell, 2003; Wilson et

69


Gráfico 1: Homicidios en algunas Ciudades Latinoamericanas (2000)

al., 2008). Por lo menos la crisis de la deuda y el neoliberalismo llevaron a la restauración de una forma de democracia en la región (Myers y Dietz, 2002). Las autoridades locales elegidas a menudo aportan una diferencia real a la calidad de la gobernabilidad. En muchos lugares, ha disminuido la corrupción, han aumentado la base fiscal y las inversiones y la calidad de la vida pública ha ido mejorando paulatinamente. Los mejores ejemplos de esta realidad son Curitiba, Porto Alegre y Bogotá. Con frecuencia Curitiba se considera la ciudad mejor planificada de Brasil y posiblemente de América Latina. Su éxito se relaciona a menudo con Jaime Lerner que fue alcalde de la ciudad tres veces y dos veces gobernador de Paraná, el estado donde se ubica la ciudad de Curitiba. Hay varias características que distinguen la ciudad. Su alto nivel de desarrollo planificado, su pionero sistema de corredores rápidos para autobuses y la forma en que ha intentado involucrar a la población en un mejor funcionamiento de la ciudad – tanto a través de la participación ciudadana en la planificación municipal como en su ayuda con el reciclado de basura (Rabinovitch y Leitman, 1996; Irazabal, 2005). Claro que su experiencia es mucho menos positiva que lo que se suele mostrar y ninguna mejoría se ha reproducido en los municipios vecinos donde vive un número cada vez más grande de la población del área metropolitana. Se sugiere incluso que muchas de las innovaciones ampliamente divulgadas de la ciudad están asociadas con corrupción y con la búsqueda de alquileres por parte de la elite urbana (Macedo, 2004).

Bogotá es una candidata más reciente al premio de buena gobernabilidad. De hecho el gobierno municipal estaba en la bancarrota en 1992 y la calidad de la infraestructura y de los servicios estaba deteriorada. Sin embargo, una combinación de poder descentralizado, elecciones libres de alcaldes, una reforma constitucional y una serie de excelentes alcaldes transformó la ciudad (Gilbert y Dávila, 2002; Gilbert y Garcés, 2008; Montezuma, 2005). En la actualidad Bogotá cuenta con una cobertura de agua y alcantarillado prácticamente universal, tiene el envidiable sistema de corredores exclusivos para buses Transmilenio, introdujo un programa alimentario para ayudar a los pobres, su economía está creciendo y continúa construyendo parques públicos y bibliotecas para los grupos de menos ingresos. Aunque todavía enfrenta graves problemas, la ciudad muestra que es posible tener un buen gobierno urbano transparente y honesto incluso en un país asolado por un conflicto como ocurre en Colombia. Es más fácil alcanzar una buena gobernabilidad urbana en un contexto nacional estable. El crecimiento económico ininterrumpido y algunas medidas de estabilidad política ayudan a los buenos alcaldes a gestionar sus ciudades de forma adecuada. Es mucho más fácil gobernar eficazmente en Brasil o Chile que en Honduras o Bolivia. Los buenos alcaldes pueden aportar cambios positivos pero su tarea es mucho más fácil si reciben una buena parte de los recursos nacionales y si la suma de esos recursos va aumentando paulatinamente. También facilita cuando los alcaldes

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ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


cuentan con la ayuda del gobierno central, aunque intriga el hecho de que muchas capitales de la región tengan alcaldes de partidos políticos opuestos al del presidente nacional (p.ej. en México, Colombia y Venezuela). En ciudades que enfrentan problemas específicos es también difícil ofrecer una calidad de vida decente. Tradicionalmente las ciudades que surgieron de repente no han tenido un control efectivo de las consecuencias sociales y ambientales de su crecimiento. La experiencia de ciudades que crecieron muy rápido a lo largo de la frontera entre los EEUU-México durante los años cincuenta y sesenta, complejos turísticos, como Acapulco, con sus barrios de chabolas asociados y ciudades petroleras de Venezuela, todas sugieren que la sostenibilidad en su sentido más amplio ha sido casi siempre ignorada (Browne, 1984; Kopinak, 1996). En la actualidad, muchas ciudades fronterizas de Amazonía están viviendo graves problemas de crecimiento (Browder y Godfrey, 1997). ‘Las ciudades’ al margen de aglomeraciones urbanas mucho más grandes también enfrentan problemas relacionados con el rápido crecimiento. El Alto en Bolivia y Soacha en Bogotá, son ejemplos de la caótica expansión urbana agravada por las altas concentraciones de pobres. Las dos tienen amplias áreas de barrios de bajos ingresos que ni tienen recursos financieros adecuados ni una gestión competente. El comercio de drogas también dificulta mucho la vida para las administraciones locales en muchas ciudades de la región. La violencia ha aumentado como resultado del tráfico de drogas en ciudades tan diferentes como Río, Caracas, Lima, Ciudad Juárez y Kingston. Del mismo modo el contrabando relacionado con muchas ciudades fronterizas latinoamericanas ha alentado ese desarrollo urbano caótico. Cúcuta en la frontera colombiana con Venezuela y Ciudad del Este en la frontera entre Paraguay con Argentina y Brasil, son buenos ejemplos de los problemas que pueden surgir. En la mayoría de las grandes ciudades de la región, hay otro problema que dificulta una planificación urbana eficaz – la mayor parte de su expansión ocurre fuera del área administrativa central. Entre las mega-ciudades de la región sólo Bogotá tiene la mayoría de su población dentro de una única área administrativa. En la Ciudad de México, mitad de la población vive en el Distrito Federal y la otra mitad en el Estado de México. Lo mismo ocurre en São Paulo. El problema es que hay poca coordinación entre las diferentes autoridades locales y la dificultad de recoger información estadística complica los intentos de integrar la planificación en toda el área metropolitana. Para algunos planificadores la respuesta está en la creación de una única autoridad que gobierne toda el área administrativa. Sin embargo, las realidades políticas locales normalmente excluyen cualquier forma de unión y lo más probable es que en el futuro lo normal sean áreas metropolitanas fragmentadas.

POBLACIÓN Y URBANIZACIÓN

VI. ¿CÓMO GARANTIZAR UNA URBANIZACIÓN SOSTENIBLE EN LAS CIUDADES DE MÁS RÁPIDO CRECIMIENTO? La Tabla 12 muestra que entre 1985 y 2000, fueron las ciudades más grandes de la región las que crecieron más rápidamente mientras que el siguiente grupo de ciudades (1-5 millones) fueron las que crecieron más despacio. En este sentido, las ciudades más pequeñas (con menos de 500.000 habitantes) también crecieron lentamente. Aún así, entre 2000 y 2015 la tabla muestra que el comportamiento cambia y que en la actualidad son las ciudades del segundo y tercer grupo las que están creciendo más rápidamente ahora. Sin embargo este método normalmente usado para calcular el crecimiento urbano es hasta ahora engañoso porque no cuenta el número de aglomeraciones en cada categoría en cada fecha. Puesto que el número de centros urbanos en algunas categorías aumenta cuando otras ciudades entran en estos grupos, es importante tenerlo en cuenta para evitar que los resultados no distorsionen la realidad. Las cifras de la Tabla 12 fueron calculadas nuevamente para incluir parcialmente los cambios en el número de aglomeraciones en todas las fechas. Esta modificación cambia los resultados de la Tabla 12 y muestra que entre 2000 y 2015, son las ciudades más grandes las que probablemente crecieron más rápidamente y las más pequeñas las que lo hicieron más despacio.4 Es probable que ‘el macrocefalismo’ aumente en América Latina en los próximos años. Las ciudades con más de 5 millones de habitantes van a crecer más rápido que aquéllas con menos habitantes y las que tienen menos de un millón serán las que crecerán más despacio de todas. Tabla 12: Crecimiento urbano por tamaño de aglomeración (1985-2015) Tamaño de aglomeración

1985

Porcentaje del total urbano 2000

2015

10 millones y más

10,0

14,7

13,4

5-10 millones

8,8

4,8

5,8

1-5 millones

18,2

21,7

25,9

500.000-1 millón

8,6

9,0

8,0

Menos de 500.000

54,4

49,8

47,0

Total urbano (millones)

274,3

394,2

511,0

Fuente: UNHABITAT (2007: Cuadro A2).

71


Tabla 13: Crecimiento demográfico por tamaño de ciudad (1985-2015)

Tamaño de aglomeración

Tamaño promedio de aglomeraciones (miles)

Crecimiento durante 15 años (%)

1985

2000

2015

1985-2000

2000-2015

10 millones y más

13.752

14.454

17.067

5,1

18,1

5-10 millones

8.045

6.367

7.376

-20,9

15,8

1-5 millones

1.916

1.943

2.098

1,4

8,0

500.000-1 millón

696

693

720

-0.4

3,8

Fuente: Cálculos del autor basados en información de ONU-HABITAT (2007: Cuadro A2).

A pesar del relativo lento crecimiento de las ciudades más pequeñas, las ciudades que crecen más rápidamente en la región se encuentran sobre todo en ese grupo. La Tabla 14 trae una lista de las ciudades con más de 750.000 habitantes que más rápidamente crecieron entre 1950 y 2010. En la lista no aparece ninguna de las gigantes de la región y la única ciudad con más de dos millones de habitantes es Brasilia. Entre las ciudades que crecen más rápidamente están algunas capitales nacionales como Asunción, Brasilia, Puerto Príncipe y Quito, pero también muchas ciudades en fronteras de recursos naturales como Belém, Goiânia, Manaus y Santa Cruz. Otra característica interesante de la tabla es que sólo Florianópolis, en el sur de Brasil crece anualmente más de 4%. Está claro que la explosión urbana de América Latina ya es asunto del pasado. Tabla 14: Crecimiento anual en ciudades con más de 750.000 habitantes (1950-2010) Ciudad

Crecimiento anual 1950-1955

1980-1985

2005-2010

Florianópolis

3,6

4,4

4,0

Brasília

13,5

37

3,3

Santa Cruz

6,9

6,4

3,2

Puerto Principe

6,2

4,6

3,2

Quito

4,4

3,6

3,0

Manaus

5,2

4,6

2,9

Goiânia

10,2

4,3

2,9

Asunción

4,0

3,4

2,8

Maceió

3,9

4,5

2,8

Belém

4,5

3,1

2,7

barrios de chabolas, convirtiendo lo que se esperaba que fuesen utopías urbanas en ciudades típicamente divididas. Las experiencias de Brasilia, Ciudad Guayana y Ciudad Stroessner son muestras de la falacia de que los pobres pueden ser excluidos de ciudades modelo (Holston, 1989; Irazábal, 2004; Gilbert, 1989). Aún así, con más previsión e inversiones en infraestructura básica y servicios para los pobres se reduciría el nivel de caos encontrado en la actualidad en tantas ciudades que crecen rápidamente.

VII. MACROCEFALIA Y CONCENTRACIÓN ESPACIAL Una característica que se observa frecuentemente en América Latina y el Caribe es que gran parte de su crecimiento urbano se ha concentrado en las ciudades más grandes. En muchos países, la ciudad principal ahora tiene un cuarto o más de la población total (tabla 15). Tabla 15: Concentración de la población nacional en grandes ciudades (porcentaje 1950, 1980 y 2010) Ciudad

1950

1980

2010

Montevideo

54,1

49,9

44,6

Ciudad de Panamá

19,9

31,5

39,3

Santiago

21,7

33,3

34,3

Buenos Aires

29,7

33,5

32,1

Asunción

17,5

24,1

31,4

San José

15,3

22,4

29,5

Fuente: UNDESA (2007).

Lima

14,0

25,6

29,0

Claro que la mayoría de las ciudades que están creciendo muy rápidamente son mucho más pequeñas que las que aparecen en las listas de las tablas 13 ó 14. Es probable que muchas de estas ciudades crezcan de manera un tanto caótica. De hecho, ha sido esa la tradición en América Latina, en regiones de asentamientos agrícolas de áreas fronterizas, en áreas donde se han descubierto recursos minerales y en pequeñas ciudades donde se han implantado nuevas y grandes instalaciones turísticas. Incluso cuando los planificadores urbanos han proyectado cuidadosamente las nuevas ciudades, ha habido proliferación de nuevos

Santo Domingo

9,0

20,9

22,5

Puerto Principe

4,1

12,3

22,0

72

Fuente: UNDESA (2007).

Algunos países más pequeños del Caribe muestran a veces niveles muy altos de concentración urbana (p.ej. Barbados y en menor medida Granada y Aruba) pero el modelo también se aplica a algunos países más grandes de América Latina. Hasta la fecha Uruguay se destaca porque la mitad de su población vive en Montevideo pero, dada sus poblaciónes nacionales mucho más amplias, es ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Tabla 16: Peso demográfico y económico de ciudades importantes en América Latina Ciudad

Población (miles)

PIB (US$ millones) 2007

PIB per cápita, 2007

% de la población nacional, 2010

% del PIB nacional

C. México

20.176

219.555

10.882

17,7

21,5

São Paulo

19.953

257.830

12.922

9,8

19,8

Buenos Aires

12.400

129.133

10.414

32,1

48,6

Rio De Janeiro

11.829

96.430

8.152

6,1

7,4

Lima

8.394

36.034

4.293

29,0

33,7

Bogotá

7.217

43.246

5.992

17,4

21,0

Santiago

6.686

74.569

11.153

34,3

45,5

Caracas

3.720

36.308

9.760

10,7

15,9

Monterrey

3.539

48.884

13.813

3,5

3,8

Quito

2.182

9.574

4.388

13,4

20,9

Curitiba

1.820

17.608

9.677

1,7

1,4

La Paz

1.751

3.067

1.752

16,9

23,4

San José

1.551

8.177

5.271

29,5

31,2

Montevideo

1.469

11.750

7.998

44,6

50,9

Porto Alegre

1.453

16.476

11.337

2.1

1,3

Fuentes: CCB (2008), UN (2008: Cuadro 2.1.1.5), UNPD (2007).

extraordinario que alrededor de un tercio de todos los argentinos, chilenos y Perúanos vivan en sus respectivas capitales nacionales. Este alto nivel de concentración a menudo significa que la capital nacional es mucho más grande que la segunda ciudad del país en tamaño. Como consecuencia, el llamado fenómeno de la “primacía urbana” es especialmente presente en América Latina y el Caribe. Mientras las ciudades de otros continentes son primates, p.ej. Londres, Paris y Viena en Europa, lo que distingue gran parte de América Latina y el Caribe es el grado de primacía. Por ejemplo, Lima es diez veces más grande que la segunda ciudad de Perú, Arequipa, la gran Buenos Aires es nueve veces más grande que Córdoba, y la situación en Uruguay, Paraguay y parte del Caribe es todavía más extrema. Al mismo tiempo, no todos los países latinoamericanos tienen una distribución urbana donde la mayoría de la población se concentra en la capital del país . Brasil tiene dos ciudades gigantes y ninguna de las dos es su capital. Ecuador tiene dos ciudades grandes pero Quito, la capital, es más pequeña que la ciudad portuaria de Guayaquil. Bolivia y Venezuela ya no son países con primacía y Colombia que tradicionalmente era el país con la distribución urbana más equilibrada mantiene esa distinción, incluso cuando el crecimiento de Bogotá superó el ritmo de su principal rival, Medellín (Gilbert, 1998; Giraldo et al., 2009). Primacía urbana y tamaño de la ciudad no es lo mismo, aún cuando a menudo se interponen los supuestos problemas que surgen de una distribución urbana “distorsionada” y de un tamaño “excesivo” de la ciudad. Algunas de las ciudades capitales, en especial en el Caribe y en los pequeños países de América Latina, no son muy grandes. Kingston, Jamaica, tienen menos de un millón de habitantes y las ciudades de Asunción, Montevideo y

POBLACIÓN Y URBANIZACIÓN

la Ciudad de Panamá aunque grandes no se igualan a la categoría de mega-ciudades. Y aunque algunas ciudades capitales, como la Ciudad de México son gigantes, también lo es São Paulo, la aglomeración urbana más grande de la región, ¡que no es la capital del Brasil! Muchas ciudades grandes dominan sus naciones incluso de forma más enfática en términos económicos. La Tabla 16 muestra que el poder económico nacional de todas las ciudades de la lista, salvo una, es más grande que su peso demográfico. Algunas son especialmente poderosas, se destacan Buenos Aires, Montevideo y Santiago.5 Claro que también hay una variación considerable en la prosperidad de estas ciudades. En 2007, Monterrey y São Paulo eran las más acaudaladas, La Paz con mucho la más pobre. Con el tiempo muchos gobiernos de la región se han preocupado bastante con la velocidad y la forma del crecimiento urbano. Durante años, muchos gobiernos elaboraron planes para reducir la migración hacia las grandes ciudades y para alentar el desarrollo de las regiones más pobres. Se iniciaron programas de cuencas de ríos y de desarrollo regional en muchos países, sobre todo en Brasil, Colombia, México y Venezuela. Algunos gobiernos incluso construyeron nuevas capitales, por ejemplo Brasilia, Belmopán en Belice y, al menos en teoría, Viedma en Argentina. Pocos de estos proyectos fueron eficaces y se puede decir que sólo la creación de Brasilia y de la Ciudad de Guayana junto con algunos proyectos de cuencas fluviales en México tuvieron éxito (Gilbert y Gugler, 1992). Con seguridad muy pocos programas ayudaron a los pobres, claramente uno de sus otros objetivos principales. Lo que quizás sea irónico es que el ritmo de crecimiento de las ciudades más grandes se redujo precisamente cuando la mayoría de los gobiernos perdieron interés en planificar para el equilibrio territorial porque estaban más preocupados en aumentar su competitividad internacional 73


y en recuperar sus economías después de la crisis de la deuda. De hecho, fue durante la crisis de la deuda que el crecimiento de las ciudades más grandes se redujo de forma drástica. Hasta 1982, esas ciudades habían ganado sobre todo del proceso de industrialización por sustitución de importaciones; habían atraído la mayoría de las inversiones extranjeras y recogido una considerable parte de subvenciones gubernamentales. Por eso no fue sorprendente que fueran las que más sufrieron el impacto de la crisis de la deuda. Cuando los mercados internos se desmoronaron también cayeron las oportunidades de empleo. Como resultado, las poblaciónes de la Ciudad de México, Santiago y São Paulo apenas crecieron durante la “década perdida”. Desde entonces, otros procesos detuvieron el crecimiento de las mega-ciudades. Las deseconomías externas generadas en esas ciudades, la contaminación atmosférica, los atascos de tránsito, los altos precios del suelo y los elevados costes administrativos animaron a algunas empresas fabricantes a trasladarse a ciudades más pequeñas próximas o a instalar sucursales en esos lugares. En México, los problemas de operación en la Ciudad de México convencieron a muchas empresas a instalar plantas en Puebla, Toluca y Cuernavaca (Aguilar, 1999). Del mismo modo algunos industriales en São Paulo trasladaron sus instalaciones de producción a ciudades mucho más pequeñas hasta 200 kilómetros de distancia del centro regional (Bähr y Wehrhahn, 1997). Por ejemplo, Volkswagen abrió una fábrica en Taubaté y General Motors otra en São José dos Campos. Otras empresas abrieron fábricas en el norte de São Paulo en ciudades como Campinas. Tendencias parecidas son evidentes en otras grandes ciudades de América Latina, con industrias instalando fábricas en pequeñas ciudades cerca de los centros metropolitanos de Bogotá, Buenos Aires, Caracas, Guadalajara y Monterrey. De esta manera pueden lograr las ventajas comerciales de estar cerca de la ciudad principal al mismo tiempo que disminuyeron los costos de producción y distribución. El crecimiento de algunas grandes ciudades también se redujo porque las empresas fabricantes locales no podían competir con las mercancías importadas, sobre todo de China. Como los gobiernos retiraron las barreras aduaneras y los cupos de importación, y siguieron las reglas establecidas por el Consenso de Washington, muchas empresas se vieron obligadas a reducir su tamaño o a cerrar sus puertas. Las condiciones ventajosas permitidas por el Nuevo Modelo Económico también alentaron a algunos inversionistas extranjeros a establecer fábricas en áreas menos tradicionales de los países, especialmente en lugares cerca de puertos, recursos naturales o para mercados extranjeros. El ejemplo más obvio de un gran cambio en una localidad de fabricación en América Latina es el desarrollo de las maquilas en el norte de México. Entre 1980 y 2006 la inversión extranjera entró en grandes cantidades en las ciudades fronterizas como Ciudad Juárez, Mexicali y Tijuana y el empleo industrial en la región de la frontera aumentó de 117.000 para 905.000 (INEGI, 2009). La ubicación a lo largo de la frontera permitió que las empresas pudieran importar piezas y componentes de los Estados Unidos, aprovechando los bajos sueldos pagados

en México y enviar los productos acabados de vuelta para el mayor mercado del mundo. Claro que hay grandes diferencias en la manera en que la globalización y la re-estructuración neo-liberal afectaron el crecimiento urbano. Mientras las ciudades medianas de México prosperaron, en otros países han sido las grandes ciudades las que han tenido más éxito. Por ejemplo, Santiago aumentó su dominio en la economía chilena, especialmente en términos del control de los servicios financieros (de Mattos, 1999). Del mismo modo, Bogotá y Buenos Aires han logrado consolidar su dominio en sus economías nacionales.

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ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE

VIII. MIGRACIÓN HACIA LAS CIUDADES Y EL FUTURO DEL CAMPO La urbanización ha sido un componente crítico del desarrollo económico y social en América Latina desde por lo menos 1940. Sin embargo, algunos países son ahora predominantemente urbanos y, por lo tanto, el ritmo de urbanización en Argentina, Chile y Venezuela va a ser más lento. Incluso en los lugares donde todavía habrá urbanización, como en algunas partes de los Andes y en Centro América, el ritmo del crecimiento urbano disminuirá lentamente. En el Caribe, el futuro es menos previsible porque el actual equilibrio urbano-rural varía mucho. Algunas islas como Anguilla, son totalmente urbanas mientras que otras como Cuba, Antillas Holandesas y Dominica tienen más de tres cuartos de su población viviendo en áreas urbanas. En estas islas el potencial de migración rápida hacia la ciudad es limitado. Por el contrario, menos de un sexto de la población de Trinidad y Montserrat vive en áreas urbanas, por lo que el potencial para una migración continuada hacia la ciudad es alto. La probabilidad de migración continuada también se verá afectada por las oportunidades de empleo en el campo. Donde hay desarrollo de exportaciones agrícolas, se pueden crear nuevas oportunidades de trabajo para trabajadores sin tierra. En Chile por ejemplo, el aumento de las exportaciones de frutas y verduras están creando puestos de trabajo no sólo en los campos sino también en las fábricas que procesas las materias primas (Kay, 2004, Murray, 2004). Pero a veces el aumento de la producción de exportaciones tiene un efecto contrario y lleva al desplazamiento de los agricultores locales. El aumento de la producción de la soja en Argentina, Brasil y Paraguay ha hecho que muchos pequeños agricultores se muden para la ciudad. El empleo en áreas que exportan productos agrícolas también depende del nivel de la demanda extranjera y de la competencia. La demanda por azúcar y plátanos es limitada y como hay muchos productores que compiten entre sí los precios son bajos. En el caso de otras líneas más rentables, están surgiendo nuevos productores. El mercado para el


café de América Latina ha tenido que bajar los precios para poder competir con la producción de Vietnam, que ahora es el segundo mayor exportador mundial de café. Del mismo modo, los mercados para las flores de Colombia están abiertos para la competencia de productores de Ecuador y de diferentes partes de África. La salud del campo también depende del grado en que la competencia extranjera corta la demanda doméstica por los productos locales. El suministro de trigo y maíz de agricultores norteamericanos fuertemente subvencionados redujo la demanda por el producto local y en el caso de Chiapas en México, incluso provocó una ola de violencia cuando el gobierno mejicano entró en el Área de libre comercio de América del Norte. En otros lugares no es tanto la amenaza de las importaciones sino los bajos precios ofrecidos por su producto lo que está llevando a los agricultores a irse a las ciudades. En los lugares donde los gobiernos se esfuerzan por mantener bajos los precios de las papas, arroz, yuca y maíz, el futuro es poco prometedor para muchos agricultores. El futuro del campo también depende de la política nacional para sus agricultores. Los actuales esfuerzos para redistribuir tierra en Bolivia y Venezuela pueden ayudar a mantener más personas en su tierra aunque también corren el riesgo de desanimar las inversiones en el sector rural. Dada la baja productividad de la gran parte de la agricultura latinoamericana, un futuro sano también requiere algo en el sentido de la diversificación. En algunas partes del Caribe y de Centro América, el turismo podría ofrecer una ruta alternativa para el desarrollo rural. El eco-turismo como está demostrado en Costa Rica y hasta cierto punto en Ecuador abriga alguna esperanza, aunque no deben exagerarse los anhelos por su expansión puesto que el turismo siempre corre el riesgo de perjudicar el habitat “natural”, como ocurrió en Galápagos. Es triste que el desarrollo del turismo en todo el planeta raramente haya demostrado estar en sintonía con el medio ambiente – la mayoría de las veces se ha limitado a la construcción de nuevos y grandes complejos turísticos, p.ej. Acapulco y Cancún, totalmente desintegrados del ambiente que los rodea.

IX. REFLEXIONES SOBRE EL FUTURO Tres cuartos de la población de América Latina y del Caribe vive hoy por hoy en ciudades y la mayoría de la riqueza de la región y la mayor parte de sus pobres están concentrados ahí también. Sin embargo, las ciudades de la región no están creciendo tan rápido como en el pasado; las olas de emigrantes que venían desde el campo son mucho menos de las que eran y las tasas de fertilidad en las ciudades también están cayendo rápidamente. A lo largo de los años la urbanización en la región ha tenido mala prensa, una reputación que no es totalmente merecida. El crecimiento urbano ha sido un gran desafío para todas las sociedades en la región pero la vida urbana ha

POBLACIÓN Y URBANIZACIÓN

permitido que mucha gente transformase su vida. El lugar de trabajo ha cambiado para las oficinas, tiendas, fábricas y calles urbanas. Ha cambiado la forma de sus viviendas de chozas rústicas sin ningún servicio a departamentos o pisos con algunos servicios y propiedades que consiguieron con ayuda de la comunidad. Ha ayudado a modificar la manera en que se planteaban la religión y sobre su lugar en la sociedad. La política se ha transformado paulatinamente y pasó de ser un asunto dictado por terratenientes rurales a otro donde personas urbanas tienen derecho a voto y a veces incluso influyen en decisiones importantes. En este sentido se puede afirmar que la urbanización fue el cambio más revolucionario que ha ocurrido en la vida latinoamericana durante el siglo veinte, sin urbanización, no se hubiese producido esa otra gran revolución, la de la mujer en muchos de los países de América Latina. Con toda seguridad la transformación urbana, fue mucho más importante que la revolución política, casos reales de los que ha habido muy pocos, o la reforma agraria que no ha sido ni común ni eficaz. La desventaja de la urbanización es que el número de pobres está aumentando incluso cuando la incidencia de pobreza está cayendo en general. Quizás esto explica porqué tantos latinoamericanos urbanos están marchándose a vivir al extranjero, un proceso que ayuda a reducir la pobreza puesto que los emigrantes normalmente ayudan sus familias enviando remesas. Pero los verdaderamente pobres no suelen tener parientes que viven fuera del país y son éstos los que necesitan ayuda gubernamental para aliviar sus problemas. Afortunadamente, hay señales de que algunos gobiernos nacionales y locales están mejorando en competencia. Ciudades como Bogotá, Curitiba, Porto Alegre, Quito y Monterrey están entre las que en la actualidad están siendo gobernadas de una forma adecuada. La mayoría de las ciudades pueden ahora ofrecer agua y electricidad a sus ciudadanos. Lamentablemente, muchas ciudades pequeñas e intermediarias y sobre todo ciudades que están creciendo rápidamente son las que tienen una gestión menos eficaz. Los pobres en este tipo de ciudades son doblemente necesitados; no tienen ni empleo ni servicios. Es poco probable que las ciudades latinoamericanas tengan una explosión social o política. Durante años soportaron el rápido crecimiento, una crisis de la deuda, regímenes autoritarios y extensa pobreza sin recurrir ni a revoluciones sociales ni políticas. Las poblaciónes urbanas participaron en las revoluciones de Bolivia, Cuba y Nicaragua pero gran parte de las batallas y conflictos tuvieron lugar en las áreas rurales. La población urbana sufrió mucho durante la década perdida pero se las arregló para sobrevivir. Las áreas urbanas recuperadas del gobierno militar y sus electorados ahora son libres para elegir a sus alcaldes. Sin duda en el futuro algunos latinoamericanos protestarán por el aumento del precio de los alimentos y de las tarifas de buses o por la falta de un servicio de agua decente. Pero estas protestas no tendrán grandes consecuencias, incluso porque la mayoría de las personas de la región es demasiado conformista y acepta más de lo que debería. ¿Tal vez porque están demasiado ocupados

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intentando vivir a duras penas y no tienen tiempo ni para protestar ni para la política? La dificultad a la hora de predecir el futuro urbano es que la calidad y la forma de la urbanización siempre han sido muy variables tanto en el tiempo como en el espacio. Durante la “década perdida”, la mayoría de los países latinoamericanos cambiaron sus estrategias económicas, lo que tuvo un gran impacto en la vida urbana. Antes de 1982, la mayor parte de los países protegieron sus economías de la competencia externa y los productores se concentraron principalmente en el mercado interno. Desde entonces, muchos países abrieron sus economías para la competencia externa, queriendo producir más para exportar y han competido entre ellos por los mercados extranjeros. Las ciudades han desempeñado un papel importante en este proceso. Algunas incluso han liderado la batalla por las exportaciones y han prosperado. Las ciudades del norte de México tienen una ubicación privilegiada cerca de los Estados Unidos y han crecido tan rápidamente a lo largo de los años porque muchas empresas extranjeras se han instalado allí. Otras ciudades, como la ciudad de México, Santiago, São Paulo, han actuado como intermediarias entre áreas de producción nacional y los mercados de exportación, atrayendo la inversión extranjera y desarrollando responsabilidades administrativas subglobales. Muchas ciudades latinoamericanas se han vuelto cada vez más internacionales en perspectiva: económica, social y culturalmente. Muchas ahora están decididas a competir internacionalmente y algunas están más interesadas en aprovechar las oportunidades fuera del país que en ayudar a desarrollar sus propios países. Las ciudades en el este de Bolivia con su acceso a petróleo y gas natural, quieren más autonomía del centro del poder político en La Paz. Las elites económicas en Bogotá y Medellín se esfuerzan por crear ciudades que atraigan capital extranjero y disminuyan la salida de profesionales calificados. El problema con este enfoque es que la economía global es altamente competitiva y cambia mucho, lo que significa que para cada ciudad que tiene éxito, es probable que otras fracasen. Esas ciudades que pueden generar exportaciones o desarrollar un papel en la financiación y negociación de la producción de exportaciones tienden a conseguir su objetivo. Y si Santiago, São Paulo, Monterrey y las ciudades de la frontera entre los EEUU-México han desempeñado importantes papeles, muchas otras ciudades tienen dificultades. Sin una economía vibrante y a menudo zarandeada por la competencia internacional, sus posibilidades de mejorar las condiciones de vida de los pobres no son buenas. Además, la economía mundial no parece ser nada estable. Desde la crisis de la deuda, las economías latinoamericanas fueron afectadas por una serie de crisis económicas, algunas de las cuales surgieron bastante lejos de sus costas. La crisis del Tequila que afectó la mayor parte de la región después del 1994 sí empezó en México, pero la crisis asiática tan perjudicial de 1997/1998

y el incumplimiento ruso de 1998 fueron crisis que lamentablemente vinieron de fuera. De la misma manera, no se puede culpar a América Latina por la crisis bancaria de 2008. Cuando los precios del crudo y de los alimentos suben, algunos países de la región se benefician, pero la mayoría de las personas son perjudicadas. Puesto que todas las economías necesitan crecer para poder reducir la pobreza, la inestabilidad financiera y económica es un problema real. Los efectos diferenciales de la globalización y del neoliberalismo en la región han dado lugar a una hostilidad política hacia esos procesos en muchos países. A veces las personas protestan en las calles contra procesos que para ellos van a perjudicar sus puestos de trabajo y su nivel de vida. Han protestado contra la privatización de empresas de servicios públicos en Argentina y Bolivia y contra el acuerdo de libre comercio de México (Assies, 2003; Crabtree, 2005; Marvin y Laurie, 1997; Nickson y Vargas, 2002). Sin embargo, la respuesta más consistente hay sido el voto por alcaldes y presidentes de izquierda. En la actualidad Argentina, Bolivia, Chile, Ecuador, Nicaragua, Uruguay y Venezuela todos tienen líderes de izquierda, algunos adoptaron un enfoque más duro (o tal vez más populista) (Arnson y Perales (eds.), 2007; Chávez y Goldfrank, 2004). En los países donde los líderes nacionales de derecha continúan en el poder, muchas capitales como Bogotá y Ciudad de México tienen alcaldes de izquierda (Gilbert y Garcés, 2008; Pradilla y Sodi de la Tijera, 2006). La importancia de este avance es que puede que estos países y ciudades estén rechazando el camino convencional hacia el desarrollo urbano y nacional. El peligro es que al rechazar comportarse conforme las reglas establecidas por los maestros financieros del universo, el capital internacional y doméstico puede irse para el extranjero. Por el momento Venezuela está segura por su riqueza petrolera pero Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Paraguay son mucho más vulnerables. Aunque ciudades individuales pueden prosperar a pesar de una recesión nacional, es mucho más fácil crecer si la economía nacional está creciendo y si se espera que continúe creciendo. Tal vez lo más preocupante sobre las ciudades de la región es que el progreso no es más rápido. Preocupa que las ciudades sean cada vez más desiguales y que los gobiernos no estén actuando más para ayudar a los pobres. Es problemático que se haga tan poco para controlar el crecimiento en el uso del auto particular con sus efectos negativos para el medio ambiente y para la salud y el peligro creciente del colapso total del tráfico. Es una preocupación real que se esté haciendo tan poco para proteger el medio ambiente y no hay dudas de que en el futuro el calentamiento global traerá cada vez más amenazas para algunas ciudades costeras y bajas. Pero para pensar positivamente las ciudades de la región ya pasaron por lo peor y en comparación con la situación de la mayor parte de África o del sub-continente indio, lo están haciendo extremadamente bien.

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ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Recuadro 1: Cuba, Un caso excepcional La historia económica y política de Cuba es tan diferente del resto de la región que vale la pena observar cómo ha afectado su desarrollo urbano. En primer lugar el régimen que llegó al poder en 1958 estaba preocupado en desarrollar el campo, a diferencia de prácticamente cualquier otro gobierno de la región. La reforma agraria y la oferta extensiva de servicios e infraestructura ayudó a mantener a las personas lejos de las ciudades; una política que fue muy reforzada por controles administrativos. De esta manera, las ciudades de Cuba crecieron bastante menos rápido que la mayoría de las ciudades del resto de la región. En segundo lugar, la Habana creció despacio durante los años porque en los primeros años después de la revolución, se invirtió poco en la ciudad. Además de esto, muchas personas que salieron de Cuba y se fueron para los Estados Unidos procedían de la capital cubana. Más tarde se hicieron esfuerzos para alentar el desarrollo en ciudades secundarias. Como resultado, la población de la Habana creció de aproximadamente 1,4 millones de habitantes en 1960 para menos de 2,2 millones en 2007. En tercer lugar, la pobreza urbana adopta una forma diferente de la mayor parte de la región. La pobreza en Cuba es evidente en la falta de bienes materiales y en la mala calidad de las viviendas pero salvo en el Periodo Especial, no ha habido hambre y los registros sobre la educación y la salud en Cuba son significativas. Las condiciones del campo también son mucho mejores que las encontradas en gran parte del resto de la región. En cuarto lugar, en términos de desigualdad Cuba es mucho más justa que cualquier otro país de la región. Aunque recientemente han aparecido diferencias entre los que tienen acceso a dólares y los que no lo tienen, y especialmente después que el turismo internacional se volvió un importante generador de ingresos, los extremos que se encuentran en otros países de la región no se ven en Cuba. En quinto lugar, el modelo de empleo también es diferente en Cuba porque durante muchos años el gobierno creó empleos artificialmente en muchos sectores, reduciendo la productividad y la eficacia pero ayudando a mantener a raya la informalidad. Sin embargo, con el paso de los años muchos cubanos han empezado a dirigir algún tipo de negocio informalmente. Por fin, Cuba también es diferente porque hasta la fecha no experimenta el tipo de crecimiento urbano descontrolado que caracteriza a gran parte de la región. Esto es el resultado de los pocos vehículos que hay y porque por lo general, no se incentiva a la gente a que construya sus propias casas informalmente.

NOtas 1. Los 44 millones no incluyen los 3,9 millones de puertorriqueños. El autor calculó la proporción de cada grupo nacional que vive en el extranjero, dividiendo el número de emigrantes por el total combinado de las poblaciones actuales de estos países en el 2000, más los que viven en los Estados Unidos. Claro que esto subestima el impacto en los países remitentes porque muchos emigrantes son indocumentados y porque cada vez son más los que emigran a Europa y a otros destinos internacionales (Jokisch y Pribilisky, 2002; Gilbert, 2002). 2. Aquí el empleo doméstico y por cuenta propia se interpreta de tal modo que se aproxime al sector “informal”. 3. También queda claro en la tabla que los países más prósperos tienen más personas empleadas que reciben salarios. 4. El hecho de que el tamaño promedio de las ciudades de 5-10 millones en el año 2000 fuera más pequeño que en 1985 no significa que las ciudades de ese grupo se hicieron más pequeñas. Significa que algunas ciudades grandes subieron de categoría en términos de tamaño y las ciudades más pequeñas subieron de una categoría más baja. 5. La fuerza económica de todas las ciudades más grandes es exagerada por el hecho de que muchas empresas tienen su sede en este tipo de ciudades. Sin embargo, gran parte de los ingresos generados por sus empresas se produce de hecho en otras partes del país.

POBLACIÓN Y URBANIZACIÓN

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ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


EL PAPEL ECONÓMICO DE LAS CIUDADES EN AMÉRICA LATINA

EL PAPEL ECONÓMICO DE LAS CIUDADES EN AMÉRICA LATINA

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ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


I. Introducción Las ciudades latinoamericanas se encuentran entre las más grandes y congestionadas del mundo pero sus pobladores obtienen ingresos muy inferiores a los que reciben los ciudadanos de las grandes ciudades del mundo desarrollado. Su papel económico, la estructura económica de los países respectivos y la estrategia y la política económica que se siguen en los mismos están todos entrelazados. Y sin duda el papel económico cambia conforme cambian las políticas que afectan la estructura económica y, también, la situación internacional. Así, la crisis mundial del 2008-2010 afectó gravemente a los países y a sus ciudades, incluyendo a las latinoamericanas. Por otro lado, es necesario que ese papel económico permita soluciones a los problemas fundamentales de los pobladores de las ciudades latinoamericanas. Ello depende de las políticas que se implementen y de la competitividad que logre para las actividades económicas, para superar la parte decreciente del ciclo internacional así como la dependencia del mismo. Esas políticas son básicamente nacionales pero ello no significa que las ciudades deban quedar al margen de las mismas o no puedan desarrollar sus propias políticas que, aunque tengan poco que ver con la definición de los precios básicos de la economía, fundamentales para la competitividad empresarial, si pueden actuar a favor de la productividad de las empresas localizadas en su territorio, que es también determinante de esa competitividad, aunque en menor escala. Dichos temas se tratan en el presente documento sin, ciertamente, pretensión de agotarlos.

II. el papel económico de las ciudades El papel económico que juegan las ciudades en las economías de sus respectivos países tiene que ver, en gran parte, con la estructura económica del país. Ésta expresa las actividades económicas que se desarrollan en mayor o menor medida. Estas actividades se localizan conforme a su propia naturaleza. Por ejemplo, las manufacturas y los servicios se localizan en las ciudades y la agricultura, la minería y el petróleo se localizan en áreas no urbanas aunque sus administraciones, es decir las actividades de servicio relacionadas con las mismas, y los servicios generales financiados por los ingresos de las actividades primarias se localizan en las ciudades. Así, la preeminencia de unas u otras actividades económicas condiciona el papel de las ciudades. Por ejemplo, la preeminencia de las manufacturas genera ciudades con base industrial. Por su parte, la preeminencia de la producción de materias primas genera ciudades básicamente de servicios.

EL PAPEL ECONÓMICO DE LAS CIUDADES EN AMÉRICA LATINA

De tal modo, el cambiante papel económico de las ciudades depende de la evolución de la estructura económica del país y, por lo tanto, de la estrategia económica que siga y ésta, a su vez, de la política económica que la implemente. Así, los márgenes de manejo de las autoridades locales respecto a estos roles económicos son prácticamente marginales.

III. Estrategias y estructuras económicas en América Latina La estrategia económica vigente desde los años cincuenta y hasta mediados de los ochenta en América Latina fue la de sustitución de importaciones basada en la protección arancelaria para el desarrollo de las manufacturas. Desde entonces hasta la fecha, la estrategia vigente privilegió la liberalización y la apertura de los mercados de transables, desprotegiendo las manufacturas y manteniendo la protección a los servicios, basando la economía en el aprovechamiento de los recursos naturales y, por lo tanto, en el desarrollo de la producción de materias primas y de los servicios.1 Como expresión de la apertura, como muestra la tabla adjunta, Estados Unidos resultó con las menores tarifas arancelarias promedio a nivel mundial, Chile con las menores tarifas a nivel latinoamericano y Argentina y Colombia con las tarifas más elevadas. No deja de ser interesante que, actualmente, China tenga tarifas arancelarias más bajas que gran parte de los países latinoamericanos. Al reducirse los aranceles y eliminarse las cuotas de importación, la protección contra las importaciones sustitutivas desapareció. Como consecuencia, la producción manufacturera en América Latina se debilitó y perdió participación en la estructura del PIB por qué no pudo competir con las manufacturas producidas en los países desarrollados que cuentan con una mayor productividad y servicios más eficientes (como Alemania) o las producidas en los países asiáticos y China con otro tipo de protección. De tal modo, como muestra la tabla adjunta, en la Argentina las manufacturas pasaron de representar 32% del PIB en 1970 a 18% en 2000. A partir de entonces una devaluación cambiaria importante le permitió recuperar algunos puntos hasta situarse en 21% en 2007. En Brasil, las manufacturas pasaron de 29% en 1970 a 33% en 1980, para reducirse a 16% en 2008. En Chile pasaron de 26% en 1970 a 14% en 2007. En Colombia representaban 21% en 1970, 24% en 1980 para reducirse a 17% en 2008. Por su parte, en México pasaron de 23% en 1970 a 19% en 2008 y en Perú de 20% a 16% entre los mismos años. Al debilitarse las manufacturas se reforzó la producción de materias primas, agropecuarias o minerometalúrgicas, y la de los servicios. Y en casi todos los

81


países latinoamericanos las actividades primarias y de servicios aumentaron su participación en el PIB. La abundancia relativa de divisas que generaron las primeras produjo la llamada “enfermedad holandesa,” una reva-

luación sustancial de la tasa de cambio al ajustarse a la productividad de dichas actividades por encima de las de las manufacturas (Ver Recuadro 2 sobre la enfermedad holandesa).

TABLA 1: Aranceles e importaciones: Resumen y rango de tasas (en %) Resumen

Año

Total

Agricultura

Sin Agricultura

Promedio simple, límite superior

-

31,4

35,5

30,8

Promedio simple aplicado para manufacturas

2007

12,2

10,3

12,5

Promedio ponderado por comercio

2006

8,7

12,2

8,5

Argentina

31.9

32.6

31.8

Promedio simple, límite superior

12.0

10.2

12.2

12.3

10.0

12.4

Chile

25.1

26.0

25.0

Promedio simple, límite superior

6.0

6.0

6.0

6.0

6.0

6.0

Colombia

42.9

91.9

35.4.

Promedio simple, límite superior

12.5

16.6

11.8

11.8

18.7

11.1

36.1

44.1

34.9

12.6

22.1

11.2

11.1

39.8

9.1

Perú

30.1

30.8

30.0

Promedio simple, límite superior

10.2

13.6

9.7

6.9

10.5

6.4

China

10.0

15.8

9.1

Promedio simple, límite superior

9.9

15.8

9.0

5.0

16.0

4.6

11.0

14.6

10.5

11.8

24.2

9.4

3.5

5.0

3.3

3.5

5.5

3.2

2.1

5.3

2.0

Communidades Europeas

5.4

15.1

3.9

Promedio simple, límite superior

5.2

15.0

3.8

3.0

11.8

2.4

Brasil

Promedio simple aplicado para manufacturas

2007

Promedio ponderado por comercio

2006

Promedio simple aplicado para manufacturas

2007

Promedio ponderado por comercio

2006

Promedio simple aplicado para manufacturas

2007

Promedio ponderado por comercio

2006

México Promedio simple, límite superior Promedio simple aplicado para manufacturas

2007

Promedio ponderado por comercio

2006

Promedio simple aplicado para manufacturas

2007

Promedio ponderado por comercio

2006

Promedio simple aplicado para manufacturas

2007

Promedio ponderado por comercio

2006

Federación Rusa Promedio simple, límite superior Promedio simple aplicado para manufacturas

2007

Promedio ponderado por comercio

2006

Estados Unidos Promedio simple, límite superior Promedio simple aplicado para manufacturas

2007

Promedio ponderado por comercio

2006

Promedio simple aplicado para manufacturas

2007

Promedio ponderado por comercio

2006

Fuente: OMC.

82

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


TABLA 2: ESTRUTURA DE LA PRODUCCIÓN (en PORCENTAJE DEL PIB NACIONAL) 1970

1980

1990

2000

2005

2006

2007

2008

Argentina Agricultura

10

6

8

5

9

8

9

..

Industria

42

41

36

28

36

36

34

..

Manufactura

32

29

27

18

23

22

21

..

Minería y otros

10

12

9

10

13

14

13

..

Servicios

48

52

56

67

55

56

57

..

Brasil Agricultura

12

11

8

6

6

5

6

7

Industria

38

44

39

28

29

29

28

28

Manufactura

29

33

..

17

18

17

17

16

Minería y otros

9

11

..

11

11

12

11

12

Servicios

49

45

53

67

65

66

66

65

Chile Agricultura

7

7

9

6

4

4

4

..

Industria

42

37

41

38

42

47

47

..

Manufactura

26

22

20

19

16

14

14

..

Minería y otros

16

15

21

19

26

33

33

..

Servicios

51

55

50

55

54

49

49

..

Colombia Agricultura

26

20

17

10

10

9

9

9

Industria

28

32

38

30

34

35

35

34

Manufactura

21

24

21

15

17

17

18

17

Minería y otros

7

8

17

15

17

18

17

17

Servicios

46

48

45

60

56

55

56

57

México Agricultura

13

9

8

4

4

4

4

4

Industria

32

34

28

28

34

36

36

37

Manufactura

23

22

21

20

18

19

19

19

Minería y otros

9

12

7

8

16

17

17

18

Servicios

55

57

64

68

62

61

60

59

Perú Agricultura

19

..

9

8

7

7

7

7

Industria

32

..

27

30

34

37

37

38

Manufactura

20

..

18

16

16

16

16

16

Minería y otros

12

..

9

14

18

21

21

22

Servicios

50

..

64

62

58

56

56

55

Venezuela Agricultura

6

5

5

4

4

..

..

..

Industria

39

46

61

50

58

..

..

..

Manufactura

16

16

15

20

16

..

..

..

Minería y otros

23

30

46

30

42

..

..

..

Servicios

55

49

34

46

38

..

..

..

América Latina y el Caribe Agricultura

13

10

9

6

6

6

6

6

Industria

36

39

36

30

34

33

33

32

Manufactura

26

27

..

18

19

18

18

17

Minería y otros

10

12

..

12

15

15

15

15

Servicios

51

51

55

65

60

61

61

61

Fuente: World Development Indicators.

EL PAPEL ECONÓMICO DE LAS CIUDADES EN AMÉRICA LATINA

83


Recuadro 1 Las estrategias económicas en América Latina La estrategia de sustitución de importaciones, que se desarrolló al amparo de lo que podría llamarse el Consenso de la CEPAL, por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de las Naciones Unidas que la impulsó, incluía políticas de: 1) Protección de la producción local manufacturera de las importaciones competitivas, a partir de barreras cuantitativas y cualitativas (aranceles aduaneros, cuotas y otras restricciones al comercio internacional, respectivamente), con lo que la producción de manufacturas creció aceleradamente hasta llegar a representar una parte sustancial del PIB nacional; 2) Expansión del Estado a partir de la inversión pública para el desarrollo de la infraestructura económica requerida por el país y del gasto público para la expansión de la educación y la salud públicas para cubrir a la mayoría de la población del país; así como 3) Expansión de empresas públicas, en la concepción de que el tamaño de determinadas inversiones superaba las capacidades financieras y organizativas del sector privado nacional y la reserva para el Estado de otras actividades, bajo el concepto de “industria estratégica,” sea por su pretendida importancia para el desarrollo económico y social o por su carácter de monopolio natural que implicaba ganancias no competitivas que debían controlarse y trasladarse a la mayoría de la sociedad; 4) Controles eventuales de precios para evitar abusos de los oligopolios que emergieran del proceso de protección sustitutiva; 5) Y en casi todos los países grandes, con la excepción de Colombia, reforma agraria con la finalidad de incrementar la productividad de la producción agropecuaria, a cargo hasta ese entonces de grandes latifundios, a fin de garantizar un nivel alimentario adecuado a una población urbana creciente por el proceso de desarrollo de las manufacturas. De alguna manera, dicha estrategia era la lectura latinoamericana de las políticas keynesianas de expansión de la presencia del Estado en la economía, tanto en términos fiscales y monetarios como de regulación de los mercados. Las políticas keynesianas habían emergido para salvar el capitalismo mundial jaqueado por la Gran Depresión de los años treinta del siglo XX. Dichas políticas se reforzaron durante y después de la segunda guerra mundial, tanto para expandir la economía estadounidense como para reconstruir la europea destruida por la guerra. En este último caso, la intervención masiva de los estados con financiamiento estadounidense se dio a través del llamado Plan Marshall. Pero a principios de los años ochenta, probablemente por los excesos del Keynesianismo y las ineficiencias que lo acompañaron, ocurrió un cambio de liderazgo en los Estados Unidos y Europa. Arrancó con la elección en 1979 de Margaret Thatcher en el Reino Unido y en 1981 de Ronald Reagan en Estados Unidos. Significó el comienzo de la dominación neo-conservadora en el mundo, llamada neo-liberal en América Latina. Fue el establecimiento de una nueva era en términos ideológicos, teóricos, de política y gestión económica. En lo político se tradujo en la preeminencia de las ideas conservadoras en las relaciones sociales, la preeminencia de la seguridad sobre la libertad, reforzada más adelante con la magnificación de los ataques terroristas, el refuerzo del individualismo sobre la solidaridad social y el consecuente desmantelamiento del Estado de Bienestar. En lo académico significó la preeminencia de las corrientes monetaristas, de la “nueva economía clásica” y del libre mercado en las escuelas estadounidenses y europeas y, por extensión, en todo el mundo, que justificaron y dieron sustento ideológico a los primeros. En América Latina se tradujo en el llamado Consenso de Washington que orientó una estrategia económica basada en: 1) La apertura y liberalización de los mercados de bienes y servicios y de las cuentas corriente y de capital de la balanza de pagos; que significó la eliminación de barreras cuantitativas y cualitativas al comercio exterior; 2) La disminución de la intervención directa del Estado en la economía y el desmantelamiento del Estado de Bienestar; que implicó la reducción de impuestos a los mayores contribuyentes, sea por la vía de la reducción de tasas o por la concesión de excepciones tributarias selectivas, y la privatización general de activos estatales (como la electricidad, el agua y el alcantarillado y las comunicaciones) y de servicios sociales (educación, salud y la red social de seguridad); 3) El establecimiento de instituciones económicas para reforzar la participación predominante del sector privado en la economía; que significó la organización de bancos centrales autónomos y fondos de jubilación privados, y el establecimiento de mecanismos regulatorios para los servicios públicos, educación, salud y financiación privatizados, orientados a la estabilidad del sistema y no a la promoción de la competencia en los mercados.

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ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Recuadro 2 Producción primaria y tasa de cambio: la enfermedad holandesa Al reforzarse las actividades primarias transables no sólo aumentaron su participación en el PIB si no que al ser la principal fuente de divisas internacionales su abundancia relativa produjo una revaluación cambiaria compatible con el nivel de productividad de dichas actividades. Tal revaluación redujo más aún la protección a la producción manufacturera y con ello aumentaron las importaciones competitivas y redujeron sus exportaciones y su producción. Tal es la llamada “enfermedad holandesa” que recibe su nombre por haber sido observada y documentada por primera vez en los Países Bajos. Cuando se descubrió gas y petróleo en el Mar del Norte y se comenzó a producirlo y a exportarlo, los países nórdicos, en particular Holanda y Noruega, se vieron inundados de moneda extranjera. El caso es que los productores holandeses de lácteos, los más afamados y más eficientes del mundo, quedaron al poco tiempo fuera de competencia; la revaluación cambiaria originada en el exceso de moneda extranjera más que contrarrestó su elevada productividad eliminando su competitividad. En general, en presencia de abundancia de divisas producto de la exportación de un recurso natural, llámese petróleo, minerales o soya (o “imagen de pobreza” en los países más pobres que, igualmente, da origen a un flujo relativamente elevado de donaciones y créditos preferenciales), la tasa de cambio tiende a revaluarse al nivel correspondiente a la actividad económica de mayor productividad. Con ello quedan fuera de competitividad los otros sectores transables que pueden también tener una elevada productividad. Las consecuencias son graves. Sin duda, se puede tener una elevada productividad, consecuencia de una moderna tecnología, y aún así no ser competitivo, por qué a pesar de emplear muy eficientemente factores e insumos, la combinación de costos de esos factores e insumos puede generar unos costos totales unitarios del producto por encima del precio al cual el mismo puede venderse en el mercado. La solución para evitar esa revaluación cambiaria es aparente: modular el ingreso de divisas de acuerdo a las necesidades de la economía y el mantenimiento de la tasa de cambio real. Varias son las formas. Los noruegos crearon a fines de los años setenta un fondo petrolero, hoy fondo de pensiones, que funciona hasta la fecha acumulando los excedentes de divisas. En Japón, China y Corea el Banco Central acumula reservas para el mismo propósito interviniendo en el mercado cambiario.

IV. Apertura y comercio exterior La apertura hizo que las importaciones crecieran en el mundo; ciertamente, en forma más rápida durante los últimos años como consecuencia del boom internacional, como se muestra en la tabla adjunta. Para mencionar dos ejemplos, mientras que la tasa de crecimiento promedio anual de la importaciones de bienes en la Argentina entre 1989 y 2008 fue de 14.8%, entre 2007 y 2008 creció 28.4%; y en Chile las tasas de crecimiento fueron de 12% y 31.3%, respectivamente. Consecuentemente con el aumento de las importaciones de los países desarrollados aumentaron también las exportaciones de los países en desarrollo. Sin embargo, en América Latina crecieron menos que sus exportaciones. Lo opuesto ocurrió en China y Rusia que exportan fundamentalmente manufacturas. Así, nuevamente para mencionar los dos ejemplos anteriores, entre 1989 y 2008 las exportaciones de bienes en Argentina crecieron 11% mientras que entre 2007-2008 crecieron 25.5% y en Chile crecieron 11.7% y -1.8%.

EL PAPEL ECONÓMICO DE LAS CIUDADES EN AMÉRICA LATINA

En consonancia con la estructura productiva vigente, como se muestra en la tabla adjunta, hasta mediados de los 80 las importaciones de manufacturas en América Latina decrecieron como proporción del total de importaciones y a partir de entonces aumentaron. También en consonancia, las exportaciones primarias crecieron o mantuvieron niveles elevados como proporción del total de exportaciones. Algunos países (Argentina, Brasil, Colombia) aprovecharon las ventajas de la integración con sus vecinos y las exportaciones de manufacturas también crecieron como porcentaje de las exportaciones totales. De tal manera, el comercio internacional en América Latina y el Caribe creció notablemente respecto al PIB nacional: pasó de representar 20% del PIB en 1970 a 32% en 1990 y a 47% en 2008. En Argentina, entre los mismos años, el comercio pasó de 10% a 45% (2007), en Chile de 29% a 80%, en México de 17% a 59% y en Perú de 34% a 56%. Por cierto, Colombia parece ser la excepción, pues entre los mismos años el comercio internacional aumentó relativamente poco como proporción del PIB; pasó de 30% a 36%.

85


TABLA 3: Importaciones totales de mercancías en USD a precios corrientes (Millones) Reporter

Partner

1989

2008

2008-1989

2008-1994

2008-1999

2008-2004

2008-2007

Argentina

World

4,203

57,423

14.8%

7.3

9.4

26.5

28.4

Brazil

World

19,875

182,408

12.4%

12.3%

15.0%

28.7%

44.1%

Chile

World

7,144

61,903

12.0%

12.6%

16.2%

25.7%

31.3%

Colombia

World

5,004

39,669

11.5%

9.0%

15.7%

24.1%

20.6%

México

World

36,4

323,151

12.2%

10.2%

9.2%

11.9%

9.5%

Perú

World

2,009

29,981

15.2%

12.7%

17.9%

31.3%

46.3%

China

World

59,142

1,132,488

16.8%

Russian Federation

World

United States

World

European Union (27)

World

World

World

291,861 492,922

2,169,487

8.1%

17.7%

23.8%

19.1%

18.4

13.3%

24.9%

31.6%

30.6%

8.5%

8.3%

9.2%

7.4%

11.1%

12.9%

11.7%

12.0%

14.5%

15.1%

6,255,765 3,201,000

16,422,000

9.0%

9.8%

Fuente: OMC.

TABLA 4: exportaciones totales de mercancías en USD a precios corrientes (Millones) Reporter

Partner

1989

2008

2008-1989

2008-1994

2008-1999

2008-2004

2008-2007

Argentina

World

9,579

70,023

11.0%

11.3%

13.0%

19.3%

25.5%

Brazil

World

34,383

197,942

9.7%

11.4%

17.0%

19.6%

23.3%

Chile

World

8,08

66,456

11.7%

13.3%

16.2%

19.6%

-1,8%

Colombia

World

5,717

37,626

10.4%

11.3%

14.0%

23.4%

25.5%

México

World

35,171

291,729

11.8%

11.8%

8.8%

11.6%

7.3%

Perú

World

3,488

31,529

12.3%

14.8%

20.0%

25.3%

13.1%

China

World

52,538

1,428,332

19.0%

Russian Federation

World

United States

World

European Union (27)

World

World

World

19.3%

24.8%

24.6%

17.2%

14.9%

22.5%

26.7%

33.1%

6.9%

6.8%

7.1%

12.1%

12.1%

10.7%

11.9%

10.5%

9.1%

9.8%

12.2%

14.9%

14.9%

471,603 363,812

1,287,442 5,898,440

3,098,000

16,070,000

Fuente: OMC.

tabla 5: Comercio internacional (en porcentaje del PIB nacional) 1970

1980

1990

2000

2005

2006

2007

2008

Argentina

10

12

15

22

44

44

45

..

Brasil

14

20

15

22

27

26

26

29

Chile

29

50

65

61

74

76

80

..

Colombia

30

32

35

36

38

40

38

36

México

17

24

38

64

56

57

58

59

Perú

34

42

30

34

44

48

51

56

Venezuela

38

51

60

48

60

57

56

56

Am. Latina y Caribe

20

28

32

41

46

46

47

47

Fuente: World Development Indicators.

86

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


tabla 6: Importaciones sectoriales (Porcentaje del total de exportaciones de mercaderías) 1970

1980

1990

2000

2007

Materias primas agrícolas

9

4

4

1

1

Alimentos

6

6

4

5

4

Argentina

Hidrocarburos

5

10

8

4

6

Manufacturas

73

77

78

87

85

Minero metalúrgicos

8

3

6

2

3

Materias primas agrícolas

2

1

3

2

1

Alimentos

11

10

9

7

5

Brasil

Hidrocarburos

12

43

27

15

19

Manufacturas

68

41

56

74

64

Minero metalúrgicos

6

5

5

3

5

Chile Materias primas agrícolas

5

2

2

1

1

Alimentos

15

15

4

7

7

Hidrocarburos

6

18

16

18

26

Manufacturas

72

60

75

71

62

Minero metalúrgicos

2

2

1

1

4

Colombia Materias primas agrícolas

4

3

4

3

1

Alimentos

8

12

7

12

9

Hidrocarburos

1

12

6

2

3

Manufacturas

83

69

77

81

83

Minero metalúrgicos

4

3

3

2

3

México Materias primas agrícolas

5

3

4

1

1

Alimentos

7

16

15

5

6

Hidrocarburos

3

2

4

3

7

Manufacturas

81

75

64

86

76

Minero metalúrgicos

4

4

3

2

3

4

3

2

2

2

Perú Materias primas agrícolas Alimentos

20

20

24

12

10

Hidrocarburos

2

2

12

16

19

Manufacturas

72

73

61

70

65

Minero metalúrgicos

2

2

1

1

1

3

3

4

2

1

Venezuela (2005) Materias primas agrícolas Alimentos

10

14

11

12

10

Hidrocarburos

1

2

3

4

1

Manufacturas

82

79

77

81

87

Minero metalúrgicos

2

2

4

2

1

Fuente: World Development Indicators.

EL PAPEL ECONÓMICO DE LAS CIUDADES EN AMÉRICA LATINA

87


tabla 7: Exportaciones sectoriales (PorCENTAJE del total de exportaciones de mercaderías) 1970

1980

1990

2000

2007

Materias primas agrícolas

11

6

4

2

1

Alimentos

74

65

56

44

50

Argentina

Hidrocarburos

0

3

8

18

11

Manufacturas

14

23

29

32

31

Minero metalúrgicos

0

2

2

3

4

Materias primas agrícolas

12

4

3

5

4

Alimentos

63

46

28

23

26

Brasil

Hidrocarburos

1

2

2

2

8

Manufacturas

13

37

52

58

47

Minero metalúrgicos

10

9

14

10

12

Chile Materias primas agrícolas

3

10

9

11

6

Alimentos

5

15

24

24

15

Hidrocarburos

0

1

1

1

1

Manufacturas

4

9

11

15

10

Minero metalúrgicos

88

64

55

45

65

Colombia Materias primas agrícolas

6

5

4

5

4

Alimentos

75

72

33

19

15

Hidrocarburos

10

3

37

43

36

Manufacturas

8

20

25

32

39

Minero metalúrgicos

1

0

0

1

2

México Materias primas agrícolas

9

2

2

1

0

Alimentos

40

12

12

5

5

Hidrocarburos

3

67

38

10

16

Manufacturas

32

12

43

83

72

Minero metalúrgicos

16

6

6

1

3

6

4

3

3

1

Perú Materias primas agrícolas Alimentos

44

16

21

25

14

Hidrocarburos

1

21

10

6

9

Manufacturas

1

17

18

17

12

Minero metalúrgicos

48

43

47

33

49

0

0

0

0

0

Venezuela (2006) Materias primas agrícolas Alimentos

2

0

2

1

0

Hidrocarburos

91

94

80

86

93

Manufacturas

1

2

10

9

5

Minero metalúrgicos

6

4

7

3

2

Fuente: World Development Indicators.

88

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


V. Estructura económica, rol de ciudades y urbanización La modificación de la estructura productiva de los países Latinoamericanos modificó la naturaleza económica de sus ciudades. Como la participación de la manufacturas en el PIB decreció notablemente y creció la de los primarios (minería e hidrocarburos) y la de los servicios, y los primarios se localizan fuera de las ciudades y los servicios en las ciudades, las ciudades dejaron de ser centros industriales para ser centros de servicios. Y, así, la población urbana siguió creciendo, impulsada primero por el crecimiento de la manufactura y luego por la de los servicios. Tabla 8: Población en América Latina (en Millones) 1970

1990

2008

Argentina

24.0

32.6

39.9

Brasil

96.0

149.6

192.0

Chile

9.6

13.2

16.8

Colombia

22.2

33.2

44.5

México

50.6

83.2

106.4

Perú

13.2

21.8

28.8

Venezuela

10.7

19.8

27.9

AL y Caribe

280.7

435.5

565.3

De tal modo, en los últimos 28 años América Latina se hizo largamente urbana; en un contexto en el que su población total se duplicó pues pasó de 280 millones de personas en 1970 a 565 millones en 2008. Como muestra la tabla adjunta, Venezuela (93.5% de la población total), Argentina (92%), Chile (88.1%) y Brasil (85.6%) se hicieron casi totalmente urbanos y los otros países grandes alcanzaron también tasas elevadas de población urbana. En resumen, la población total creció pero la población de las ciudades creció más rápidamente.

VI. América Latina y sus conglomerados poblaciónales y económicos comparados En ese contexto económico, las principales ciudades latinoamericanas, particularmente las capitales al concentrar también los servicios administrativos del Estado nacional, se convirtieron en grandes conglomerados poblacionales y económicos, entre los más grandes del mundo. Tabla 10: Ciudades y áreas urbanas con mayor población (2006) Orden

Ciudad / Área urbana

País

Población en millones

Fuente: World Development Indicators.

1

Tokio

Japón

35.53

2

Ciudad de México

México

19.24

Tabla 9: Población Urbana y rural en América Latina (en Millones)

3

Mumbai (Bombay)

India

18.84

4

Nueva York

EE.UU.

18.65

5

São Paulo

Brasil

18.61

6

Delhi

India

16.00

7

Calcuta

India

14.57

URBANA

1970

1990

2008

Argentina

78.8%

86.8%

92.0%

Brasil

55.8%

74.8%

85.6%

Chile

75.0%

83.3%

88.1%

Colombia

55.0%

68.1%

74.6%

México

59.1%

71.4%

77.2%

Perú

57.6%

68.8%

71.5%

Venezuela

72.0%

83.8%

93.5%

AL y Caribe

57.1%

70.8%

78.6%

43

Belo Horizonte

Brasil

5.45

RURAL

1970

1990

2008

69

Guadalajara

México

3.95

Argentina

21.3%

12.9%

8.0%

72

Porto Alegre

Brasil

3.86

79

Recife

Brasil

3.59

8

Yakarta

Indonesia

13.67

9

Buenos Aires

Argentina

13.52

15

Río de Janeiro

Brasil

11.62

26

Lima

Perú

8.35

27

Bogotá

Colombia

7.80

41

Santiago

Chile

5.70

Brasil

44.2%

25.2%

14.4%

Chile

25.0%

16.7%

11.3%

80

Monterrey

México

3.58

Colombia

45.5%

31.6%

25.6%

85

Brasilia

Brasil

3.48

88

Salvador

Brasil

3.41

México

40.9%

28.6%

22.7%

Perú

42.4%

31.2%

28.5%

92

Fortaleza

Brasil

3.35

Venezuela

28.0%

15.7%

6.8%

93

Medellín

Colombia

3.33

AL y Caribe

42.9%

29.2%

21.4%

96

Caracas

Venezuela

3.30

Fuente: World Development Indicators.

EL PAPEL ECONÓMICO DE LAS CIUDADES EN AMÉRICA LATINA

Fuente: www.citymayors.com

89


Tabla 11: Ciudades y áreas urbanas más grandes economicamente (2005) Orden

Ciudad / Área urbana

País

PIB (USD Bn)

1

Tokio

Japón

1.191

2

Nueva York

EE.UU.

1.133

3

Los Angeles

EE.UU.

639

4

Chicago

EE.UU.

460

5

París

Francia

460

6

Londres

Reino Unido

452

7

Osaka/Kobe

Japón

341

8

Ciudad de México

México

315

13

Buenos Aires

Argentina

245

19

São Paulo

Brasil

225

30

Río de Janeiro

Brasil

141

32

Shanghái

China

139

53

Santiago

Chile

91

58

Bogotá

Colombia

86

74

Lima

Perú

67

123

Caracas

Venzuela

28

mil millones y São Paulo el décimo noveno con 225 mil millones. Ciertamente, el menor desarrollo relativo de los países hace que la dimensión económica no acompañe pari passu a la dimensión poblaciónal en todos los casos. Así, ciudades como Bogotá con 86 mil millones de valor agregado y Lima con 67 mil millones ocupan los puestos 58 y 74, respectivamente, como conglomerados económicos en el mundo. Por su parte, el tipo de crecimiento económico, que produjo ciudades con gran población y producción de valor agregado, en presencia de pocas áreas para expandirse, por razones geográficas o políticas (por ejemplo, latifundios rodeando ciudades sin ser afectados por una reforma agraria), produjo ciudades con una gran densidad poblaciónal. Muchas de ellas están en América latina. Los casos más notables son Bogotá (puesto 9) y Lima (puesto 11) que son las ciudades con mayor densidad poblaciónal por kilómetro cuadrado en América Latina. Tal situación en ausencia de una infraestructura adecuada y una buena malla vial y mecanismos de transporte masivos (metro), como en los casos de Bogotá y Lima, produce obvios problemas de movilidad y congestión vehicular que se traducen en mayor tiempo de desplazamiento y menor productividad. La causa de dicha congestión vehicular no pareciera ser consecuencia de un exceso de vehículos. De hecho, según los últimos datos disponibles del Banco Mundial como se muestra en la tabla adjunta, la cantidad de automóviles de pasajeros en Colombia (37 automóviles por 1,000 personas) y Perú (30) se encuentra muy por debajo de la existente en países como Argentina (146), Brasil (136) o Chile (97) y, por supuesto muy por debajo de Estados Unidos (461) y Corea (240) que tienen niveles de congestión mucho menores en sus grandes ciudades. Y el tipo de industrialización primero y de desarrollo de los servicios después en las grandes ciudades, con poco eslabonamiento con el resto de las actividades económicas, concentró la producción y la población en pocas ciudades en casi todos los países grandes de América Latina. La excepción parece ser Brasil cuya población (192 millones de personas), mucho más numerosa que las de los otros países, se concentra en un 27.8% en 8 ciudades.

Fuente: City Mayors Statistics.

Así, el área metropolitana de la ciudad de México tenía en 2006 la segunda concentración poblaciónal más grande del mundo con 19.2 millones de personas después de la ciudad de Tokio (35.5 millones), São Paulo (18.6 millones) la quinta y Buenos Aires (13.5 millones) la novena. Más aún, ciudades que se supondría son más pequeñas como Lima (8.3 millones) y Bogotá (7.8 millones) tenían la 26 y 27avas más grandes concentraciones de población. Tal concentración de actividad económica y de población se tradujo en conglomerados económicos que superan en dimensión a muchos países. Como muestra la tabla adjunta, el área urbana de la ciudad de México tenía en 2005 el octavo PIB más grande del mundo, con una producción de valor agregado de 315 mil millones de US dólares, Buenos Aires el décimo tercero con 245

Tabla 12: Automóviles de pasajeros por mil personas 2000

2001

Argentina

146

146

Brasil

234

..

Chile

86

87

Colombia

44

México

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

..

..

..

..

..

..

..

131

136

..

..

..

..

87

88

..

91

97

..

..

..

..

..

..

35

37

..

..

107

..

128

137

131

137

147

..

..

Perú

28

28

29

30

30

..

..

..

..

Venezuela

55

55

83

85

94

..

..

..

..

Estados Unidos

473

482

..

467

465

461

..

..

..

China

7

..

8

10

12

15

18

..

..

Corea del Sur

172

188

205

215

221

230

240

..

..

Fuente: World Development Indicators.

90

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


tabla 13: Ciudades con mayor densidad de población Ciudad

País

Población

Área (en km2)

Densidad (población por km2)

1

Mumbai (Bombay)

India

14,350,000

484

29,650

2

Calcuta

India

12,700,000

531

23,900

3

Karachi

Pakistán

9,800,000

518

18,900

4

Lagos

Nigeria

13,400,000

738

18,150

5

Shenzhen

China

8,000,000

466

17,150

6

Seúl/Inchon

Corea del Sur

17,500,000

1,049

16,700

7

Taipéi

Taiwán

5,700,000

376

15,200

8

Chennai

India

5,960,000

414

14,350

9

Bogotá

Colombia

7,000,000

518

13,500

10

Shanghái

China

10,000,000

746

13,400

11

Lima

Perú

7,000,000

596

11,750

27

Ciudad de México

17,400,000

2,072

8,400

28

Santiago

Chile

5,425,000

648

8,400

35

Río de Janeiro

Brasil

10,800,000

1,58

6,850

36

Monterrey

México

3,200,000

479

6,700

39

Guadalajara

México

3,500,000

596

5,900

46

Buenos Aires

Argentina

11,200,000

2,266

4,950

49

Porto Alegre

Brasil

2,800,000

583

4,800

51

Belo Horizonte

Brasil

4,000,000

868

4,600

52

Fortaleza

Brasil

2,650,000

583

4,550

63

Curitiba

Brasil

2,500,000

648

3,850

67

Campinas

Brasil

1,750,000

492

3,550

75

Quito

Ecuador

1,500,000

479

3,150

77

Goiania

Brasil

1,475,000

479

3,100

86

Brasilia

Brasil

1,625,000

583

2,800

107

San José

EE.UU.

1,538,000

674

2,300

114

Nueva York

EE.UU.

17,800,000

8,683

2,050

Fuente: City Mayors Statistics.

tabla 14: Concentración poblaciónal en ciudades principales País

Población total

No de ciudades con más de 3 millones

Porcentaje sobre el total

Argentina

39.9

1

33.9%

Brasil

192.0

8

27.8%

Chile

16.8

1

33.9%

Colombia

44.5

2

25.0%

México

106.4

3

25.2%

Perú

28.8

1

29.0%

Venezuela

27.9

1

11.8%

Fuente: City Mayors Statistics.

EL PAPEL ECONÓMICO DE LAS CIUDADES EN AMÉRICA LATINA

VII. PIB per cápita, salarios, ingreso real y pobreza La concentración económica en actividades de poco valor agregado y con poco stock de capital, simultáneamente a una concentración poblaciónal con poco capital humano, produjo en las ciudades de América Latina valores agregados per cápita mucho menores a los de las ciudades del mundo desarrollado. Así, mientras que en New York, el PIB per cápita en 2006 fue de 60,751 US dólares y en Tokio fue de 33,521, en Buenos Aires, con el mayor PIB per cápita de todas las ciudades latinoamericanas, fue de 18,121 US dólares, en México 16,372 y en Santiago de Chile 15,965, para mencionar a las ciudades con mayores valores.

91


Tabla 15: PIB per cápita en ciudades y áreas urbanas más grandes economicamente Posición

Ciudad

País

PIB (USD Bn, 2006)

PIB (USD Bn, 2008)

PIB per capta (USD)

1

Tokio

Japón

1,191

35.53

33,521

2

Nueva York

EE.UU.

1,133

18.65

60,751

3

Los Angeles

EE.UU.

639

12.22

52,291

4

Chicago

EE.UU.

460

8.80

52,273

5

París

Francia

460

9.89

46,512

6

Londres

Reino Unido

452

7.61

59,396

7

Osaka/Kobe

Japón

8

Ciudad de México

13

Buenos Aires

19

341

11.32

30,124

315

19.24

16,124

Argentina

245

13.52

18,121

São Paulo

Brasil

225

18.61

12,09

30

Río de Janeiro

Brasil

141

11.62

12,134

32

Shanghai

China

139

12.63

11,006

53

Santiago

Chile

91

5.70

15,965

58

Bogotá

Colombia

86

7.80

11,026

74

Lima

Perú

67

8.35

8,024

123

Caracas

Venezuela

28

3.30

8,485

Fuente: City Mayors Statistics.

Ciertamente ello se traduce en salarios bajos que son consecuencia de una baja productividad así como de demandas laborales insuficientes derivadas de actividades económicas relativamente reducidas a las ofertas. Ello refleja diferentes condiciones en cada mercado laboral sectorial, en cada ciudad.

Así, los salarios en las ciudades latinoamericanas son mucho menores a los que se pagan (brutos) y se cobran (netos, descontados impuestos y contribuciones sociales) en las ciudades del mundo desarrollado. Según el Banco UBS, en marzo de 2009 mientras que el salario bruto promedio que se pagaba en New York era 26.1 US dólares por hora,

Tabla 16: Salarios (marzo 2009) Ciudad / área urbana

Bruto USD / hora

Neto* USD / hora

Índice ingreso bruto

Índice ingreso neto

Horas de trabajo/año

Tokio

19.4

15.7

74.3

82.6

1,997

Nueva York

26.1

19.0

100.0

100.0

1,955

Los Angeles

23.9

17.4

91.6

91.6

1,928

Chicago

21.1

14.9

80.8

78.4

1,825

París

18.0

13.3

69.0

70.0

1,594

Londres

18.0

13.9

69.0

73.2

1,762

Shanghai

3.9

3.0

14.9

15.8

1,946

Ciudad de México

2.1

1.8

8.0

9.5

2,26

Buenos Aires

4.1

3.3

15.7

17.4

2,033

São Paulo

6.4

5.4

24.5

28.4

1,802

Río de Janeiro

5.6

4.3

21.5

22.6

1,847

Santiago

3.8

3.1

14.6

16.3

2,195

Bogotá

3.9

3.4

14.9

17.9

1,756

Lima

3.9

3.0

14.9

16.3

1,963

Caracas

5.2

4.8

19.9

15.3

1,744

Fuente: City Mayors Statistics. *Ingreso bruto descontados impuestos y contribuiciones a seguridad social.

92

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


en Tokio era 19.4, en México 2.1, en Buenos Aires 4.1 y en São Paulo 6.4, como muestra la tabla adjunta. Ciertamente, salarios bajos significan ingresos anuales bajos. En general, como muestra la tabla adjunta, los ingresos brutos anuales son mucho mayores en las ciudades de los países desarrollados que en las latinoamericanas,

aunque difieren grandemente incluso dentro del mismo país y entre diferentes actividades laborales. En marzo de 2009, según el UBS, un trabajador de construcción ganaba en New York 51,400 US dólares anuales, en Los Ángeles ganaba 37,800, y en México ganaba 1,700 dólares, en Buenos Aires 5,800 y en São Paulo 4,700.

tabla 17: Ingresos brutos anuales (en USD, marzo 2009) Ciudad / Área urbana

mecánico US$

trabajador construcción USD

trabajador industrial USD

ingeniero US$

gerente producción USD

profesor primaria USD

empleado bancario USD

Tokio

40,900

38,600

48,500

59,800

68,200

52,800

53,600

Nueva York

40,700

51,400

74,400

87,700

105,800

68,900

60,000

Los Angeles

39,100

37,800

55,300

80,800

109,700

55,600

39,200

Chicago

39,200

38,700

51,000

77,000

81,700

52,300

38,200

París

25,800

22,700

33,600

57,400

64,700

35,800

85,400

Londres

31,200

23,000

46,000

54,900

57,000

45,600

35,300

Shanghai

7,500

5,400

7,600

14,000

22,000

8,400

14,500

Ciudad de México

2,600

1,700

3,100

16,200

17,000

5,500

6,700

Buenos Aires

8,100

5,800

8,600

17,800

15,400

8,900

18,600

São Paulo

10,900

4,700

21,600

28,500

45,200

8,200

15,700

Río de Janeiro

7,100

4,800

21,100

31,600

44,700

9,800

10,900

Santiago

8,500

4,700

8,800

22,700

28,500

10,900

20,300

Bogotá

7,100

5,000

6,800

14,800

44,700

7,200

13,300

Lima

6,900

6,400

10,600

21,600

73,100

5,400

11,400

Caracas

10,600

6,300

10,500

20,700

20,900

7,800

13,100

Fuente: UBS Price and Earnings, 2009.

tabla 18: Poder de compra y tiempo de trabajo recuerido para comprar (Marzo 2009) Ciudad / Área urbana

Ingreso Anual Neto Real

1 Big Mac en minutos

1 Kg pan en minutos

1 Kg de arroz en minutos

1 Ipod nano en horas

Tokio

82.2

12

15

21

12.0

Nueva York

100.0

14

12

8

9.0

Los Angeles

101.0

13

18

11

9.5

Chicago

88.8

12

22

9

11.5

París

61.3

20

22

20

15.0

Londres

76.9

13

10

8

11.0

Shanghai

24.7

30

53

41

56.5

Ciudad de México

23.6

129

77

41

95.0

Buenos Aires

34.4

57

36

34

99.0

São Paulo

41.2

40

26

15

46.5

Río de Janeiro

36.2

51

34

12

56.0

Santiago

36.0

69

37

36

69.5

Bogotá

33.7

58

36

21

62.5

Lima

32.4

58

31

23

83.5

Caracas

23.3

126

70

14

97.0

Fuente: UBS Price and Earnings, 2009.

EL PAPEL ECONÓMICO DE LAS CIUDADES EN AMÉRICA LATINA

93


Es muy difícil que productividades distintas puedan explicar tanta diferencia en ingresos; más aún es probable que esas productividades sean muy similares (muchos trabajadores de la construcción en Estados Unidos provienen de las ciudades latinoamericanas). Lo más probable es que las condiciones de la demanda en los mercados laborales sean las que generen esas diferencias. Las demandas laborales dependen de los niveles de actividad de los sectores en donde se originan y éstos están con-

dicionados por los ingresos y siendo los ingresos menores en las ciudades latinoamericanas, las demandas serán más reducidas frente a ofertas abundantes de servicios laborales. Por cierto, ingresos nominales reducidos se traducen en ingresos reales reducidos y, por lo tanto, en menor poder de compra. Como se aprecia en la tabla adjunta, en las ciudades de América Latina el ingreso real es un tercio o un cuarto del ingreso real que se obtiene en las ciudades de los países desarrollados. Los menores ingresos reales se logran

Tabla 19: Pobreza e indigencia(porcentaje total de la población en cada área geográfica) Tota área urbana

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

Pobreza

32.9

..

34.1

..

35.7

34.4

32.8

29.9

Indigencia

9.3

..

10.4

..

11.4

9.7

8.2

6.7

Pobreza

..

19.7

..

..

18.5

..

..

13.9

Indigencia

..

5.1

..

..

4.4

..

..

3.2

Pobreza

50.6

..

..

50.6

..

49.8

45.4

..

Indigencia

21.9

..

..

23.7

..

22.5

18.2

..

Pobreza

..

41.1

..

39.4

37.0

35.5

31.7

39.4

Indigencia

..

15.2

..

12.6

11.7

11.7

8.7

12.6

Pobreza

36.1

..

42.0

..

43.1

37.1

36.8

31.2

Indigencia

9.3

..

9.9

..

8.6

6.5

6.3

4.9

Pobreza

35.9

37.0

38.4

39.0

36.9

34.1

31.1

29.8

Indigencia

11.7

12.2

13.5

13.7

12.0

10.3

8.6

8.1

Tota área rural

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

Pobreza

55.3

..

55.2

..

54.5

54.1

53.2

50.1

Indigencia

27.1

..

28.0

..

27.5

24.0

22.1

20.5

Pobreza

..

23.7

..

..

20.0

..

..

12.3

Indigencia

..

8.4

..

..

6.2

..

..

3.5

Pobreza

61.8

..

..

52.0

..

54.8

50.5

..

Indigencia

34.6

..

..

26.7

..

28.9

25.6

..

Pobreza

..

54.7

..

51.2

..

44.1

47.5

40.1

Indigencia

..

28.5

..

21.9

..

19.3

21.7

16.1

Pobreza

72.5

..

78.4

..

76.0

69.8

70.9

69.3

Indigencia

47.3

..

51.3

..

45.7

36.8

37.9

37.1

Pobreza

63.7

62.5

62.3

61.8

61.1

58.7

58.8

54.4

Indigencia

38.2

37.8

38.0

37.8

36.4

33.1

32.5

29.4

Brasil

Chile

Colombia

México

Perú

América Latina

Brasil

Chile

Colombia

México

Perú

América Latina

Fuente: CEPAL.

94

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


en Caracas (23.3, siendo 100 el número índice en New York) y en México (23.6). São Paulo (41.2) es la ciudad latinoamericana con el ingreso real más elevado, seguida de Rio de Janeiro (36.2). Consecuentemente, un trabajador latinoamericano requiere mucho más tiempo de trabajo para comprar bienes, en particular manufacturados, que un trabajador en una ciudad de un país desarrollado. De hecho, mientras que un trabajador en México requiere 95 horas para adquirir un Ipod nano y en Buenos Aires 99 horas, en New York requiere 9 horas y en Tokio 12 horas. Tal ocurre también en términos de tiempo requerido para comprar alimentos. Dichos ingresos reales bajos que corresponden a salarios bajos se asocian a pobreza; o a indigencia para quienes ni siquiera alcanzan a lograr dichos salarios por qué, seguramente, se encuentran al margen del mercado laboral. Así, los niveles de pobreza en América Latina y el Caribe alcanzaban en promedio en 2006, según cifras de la CEPAL, al 29.8% de la población y la indigencia al 8.1%. Pero estas cifras difieren grandemente por países. Mientras que en 2006 en Brasil la pobreza urbana alcanzaba a 29.9% de la población, en Chile alcanzaba a 13.9%, en Colombia al 45.4%, en México al 39.4% y en Perú al 31.2% Pero es en las ciudades menores y, ciertamente, en las áreas rurales de América Latina en donde la población es más pobre. Así la pobreza rural en Brasil en 2006 alcanza al 50.1% de dicha población, en Colombia al 50.5% en México al 40.1% y en Perú al 69.3%. Nuevamente, son las condiciones de la productividad laboral así como de las demandas laborales dependientes de actividades que producen bajo valor agregado los responsables de dicha situación.

La excepción es Chile en donde, en 2006, la pobreza en las áreas rurales afectaba a una proporción menor de la población (12.3%) que en las áreas urbanas. Lo mismo estaría sucediendo en los valles costeros Perúanos especializados en producto agrícolas con alto precio en el mercado internacional.

VIII. Gastos y precios en las ciudades latinoamericanas Obviamente, con menores ingresos se gasta mucho menos en las ciudades latinoamericanas que en las de los países desarrollados para una misma canasta de bienes y servicios. De tal modo, ante menores demandas los precios de alimentos y vestimenta en dichas ciudades son también menores que en las ciudades de los países desarrollados. Así, mientras que en Tokio el índice de precios de los alimentos es 124.7, siendo 100 en New York, en México es 37.9, en Buenos Aires 44.9 y en Lima 41.8. A su vez, el índice para la vestimenta es 155.6 en Tokio, 100 en New York y 52.6 en México, 46.7 en Buenos Aires y 31.9 en Lima. Pero los precios de los bienes electrónicos y del hogar, seguramente importados, como se aprecia en la tabla adjunta son similares entre las ciudades latinoamericanas y las de los países desarrollados (en algunas ciudades latinoamericanas son más caros) como consecuencia de la apertura de los mercados de dichos bienes que hace que los precios no se definan por las condiciones de

Tabla 20: Gastos y precios de bienes (marzo, 2009) Ciudad / área urbana

Gasto total

Alimentos

Vestimenta

Electronicos y de hogar

USD

Índice

USD

Índice

Hombres USD

Mujeres USD

Índice

USD

Índice

Tokio

3,027

102.0

712

124.7

1,310

1,440

155.6

4,930

177.0

Nueva York

2,969

100.0

571

100.0

760

1,010

100.0

2,790

100.0

Los Angeles

2,615

88.1

526

92.2

640

990

92.6

2,620

94.0

Chicago

2,433

82.0

552

96.7

670

950

91.9

2,720

97.6

París

2,771

93.3

511

89.5

780

1,070

105.2

3,260

116.8

Londres

2,512

84.6

357

62.6

420

580

56.3

3,170

113.7

Shanghai

1,903

64.1

404

70.9

390

710

62.2

2,510

90.2

Ciudad de México

1,347

45.4

216

37.9

300

630

52.6

2,750

98.6

Buenos Aires

1,497

50.4

256

44.8

310

510

46.7

3,820

137.2

São Paulo

1,879

63.3

295

51.6

340

430

43.7

3,660

131.2

Río de Janeiro

1,770

59.6

269

47.2

310

460

43.7

3,560

127.7

Santiago

1,483

50.0

272

47.6

300

440

42.2

2,480

88.9

Bogotá

1,399

47.1

269

47.1

220

390

34.8

2,440

87.6

Lima

1,500

50.5

238

41.8

220

340

31.9

3,230

115.9

Caracas

2,702

91.0

604

105.9

510

940

82.2

6,400

229.7

Fuente: UBS Price and Earnings, 2009.

EL PAPEL ECONÓMICO DE LAS CIUDADES EN AMÉRICA LATINA

95


demanda y oferta locales. Para dichos bienes los precios son determinados básicamente por los precios internacionales respectivos nacionalizados por la tasa de cambio, los impuestos arancelarios y a las ventas y los costos financieros de los importadores. Por su parte, consecuencia de dichos menores ingresos reales que implican demandas más reducidas, a pesar de una oferta de vivienda que se juzga insuficiente, ilustrado por el tamaño de los déficit cuantitativos de vivienda en la tabla adjunta (Szalachman, 2000), en las ciudades de América Latina se paga mucho menos por renta de apartamento que en las ciudades desarrolladas. Tabla 21: comparación de déficit cuantitativos sector urbano (%) Déficit

Bolivia *

Colobia

Chile

Uruguay

Déficit cuantitativo total

(30) 15.5%

25.4%

14.3%

6.8%

Tradicional

(15.4%)

22.3%

10.2%

3.6%

Categoria III

15.5%

4.2

4.7%

3.5%

Fuente: CEPAL (adaptado). *Nota: Las cifras para Bolivia corresponden a estimaciones realizadas en base al Cenco de 1992, ya que por la falta de información no ha sido posible realizar este cálculo directamente.

Como se muestra en la tabla adjunta, mientras las renta de un apartamento promedio en estrato bajo en Tokio es de 1,140 US dólares mensuales y en estrato alto de 4,720 dólares y en New York es de 2,180 y 9,730 dólares, en México es de 290 y 1,180 dólares, en Buenos Aires de 410 y 650 dólares y en Lima de 310 y 990 dólares, respectivamente.

Es interesante notar que la diferencia entre la renta que se paga en los estratos altos en las ciudades de América Latina y la que se paga en los países desarrollados es mayor que la diferencia entre las rentas en los estratos medios y altos. El caso más notorio es el de Buenos Aires. En dicha ciudad la renta que se paga en los estratos bajos es 18.8% de la que se paga en New York, la que se paga en los estratos medios es 9.6%, mientras la que se paga en los altos es 6.7%. Sin duda, el costo del alquiler de los apartamentos refleja en cierta medida el costo del suelo que depende, a su vez, de su escasez (oferta) y de los ingresos (demanda). Lo que sugieren las cifras anteriores es que el suelo es relativamente más caro en los estratos bajos que en los altos, respecto al precio respectivo en NY. Finalmente, los pasajes de transporte público, tanto en términos de bus, metro o taxi, son mucho más baratos en las ciudades latinoamericanas que en las ciudades de los países desarrollados. Mientras en marzo 2009, por un viaje similar, en Tokio un pasaje en bus o metro costaba 2.05 US dólares y en New York 2.0 dólares, en México costaba 0.18 dólares, en Buenos Aires 0.31 dólares y en Bogotá 0.57 dólares. La ciudad latinoamericana con los pasajes más caros en bus metro era Rio de Janeiro (1.01 dólares). Por su parte, mientras que por un viaje similar un taxi en Tokio costaba 12.28 US dólares y en New York 10.25 dólares, en México costaba 2.3 dólares, en Rio de Janeiro 4.14, en Bogotá 1.30 y en Lima 4.42. La ciudad más cara en términos de taxi era São Paulo (7.06).

tabla 22: renta apartamentos por estratos*(Marzo 2009) Ciudad / área urbana

Alto USD

Medio USD

Bajo USD

Alto USD

Medio USD

Bajo USD

Tokio

4,720

1,790

1,140

48.5

34.3

52.3

Nueva York

9,730

5,220

2,180

100.0

100.0

100.0

Los Angeles

2,990

2,080

1,520

30.7

39.8

69.7

Chicago

4,990

2,990

1,350

51.3

57.3

61.9

París

3,030

2,510

1,370

31.1

48.1

62.8

Londres

2,600

2,140

1,840

26.7

41.0

84.4

Shanghai

2,030

1,230

860

20.9

23.6

39.4

Ciudad de México

1,180

690

290

12.1

13.2

13.3

Buenos Aires

650

500

410

6.7

9.6

18.8

São Paulo

2,050

1,150

690

21.1

22.0

31.7

Río de Janeiro

1,560

930

460

16.0

17.8

21.1

Santiago

1,370

640

410

14.1

12.3

18.8

Bogotá

1,690

990

470

17.4

19.0

21.6

Lima

990

410

310

10.2

7.9

14.2

Caracas

3,050

2,080

1,560

31.3

39.8

71.6

Fuente: UBS Price and Earnings, 2009. *Apartamentos construidos después de 1980, con 3 cuartos, cocina, taño, sin garage, administración.

96

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Tabla 23: Precio del transporte público (Marzo 2009)

Tales situaciones reflejan, ciertamente, menores ingresos aunque también abundancia relativa de medios de transporte.

Ciudad / área urbana

Bus o metro* USD

Taxi** USD

Índice bus o metro

Índice taxi

Tokio

2.05

12.28

102.5

119.8

Nueva York

2.00

10.25

100.0

100.0

Los Angeles

2.50

17.52

125.0

170.9

Chicago

2.07

11.63

103.5

113.5

París

2.05

15.96

102.5

155.7

Londres

3.60

17.09

180.0

166.7

Shanghai

0.44

2.24

22.0

21.9

Ciudad de México

0.18

2.30

9.0

22.4

Buenos Aires

0.31

5.92

15.5

57.8

São Paulo

0.99

7.06

49.5

68.9

Río de Janeiro

1.01

4.14

50.5

40.4

Santiago

0.72

3.76

36.0

36.7

Bogotá

0.57

1.38

28.5

13.5

Lima

0.38

4.42

19.0

43.1

Caracas

0.40

6.99

20.0

68.2

* Pasaje por recogido de 10 km. ** Pasaje por recogido de 5 km. Fuente: UBS Price and Earnings, 2009.

Los taxis son relativamente mucho más caros que el bus o metro en todas las ciudades. Pero en Rio de Janeiro y particularmente en Bogotá los taxis son más baratos que el bus o metro con relación a lo que cuestan en New York, favoreciendo a la población de mayores ingresos que usa taxi.

IX. la crisis mundial llegó La crisis económica mundial actual, que a la fecha pareciera estar cediendo, es una crisis grave, la mayor desde la Gran Depresión de la década de los años treinta del siglo pasado. Nació en Estados Unidos, en el centro de la economía mundial, y se extendió a todo el mundo con una velocidad y profundidad inusitada y, ciertamente, afectó a las ciudades latinoamericanas. No llegó a ser una depresión gracias a las expansiones fiscales y monetarias masivas que hicieron los gobiernos y los bancos centrales de los países desarrollados, particularmente en Estados Unidos, Europa y Japón. El mundo aprendió las enseñanzas de John Maynard Keynes que ante una caída masiva de los ingresos, la única manera de contrarrestarla es a partir del gasto público financiado, en gran medida, monetariamente. Se estima que el crecimiento económico mundial en 2009 será negativo y que en el 2010 será seguramente reducido. La siguiente tabla, tomado de la edición del 14 de enero de 2010 de la revista “The Economist,” muestra tal probable evolución. Salvo el caso de China, con una tasa de crecimiento positiva de 8.2%, todos los demás países desarrollados tendrán tasas negativas en 2009 incluyendo -5.3% en Japón, -4.7% en Alemania y -2.5% en Estados Unidos.

tabla 24: Producción, precios y empleo (Porcentage de variación respecto al año anterior) Región

Producto Interno Bruto

Precios al consumidor

más reciente

trimestrial

2009

2010

Producción industrial más reciente

año más reciente anterior

2009

Tasa de desempleo (%)

Estados Unidos

- 2.6 T3

+ 2.2

- 2.5

+ 2.8

- 5.1 Nov

+ 1.8 Nov

+ 1.1

- 0.3

10.0 Dec

Japón

- 5.1 T3

+ 1.3

- 5.3

+ 1.5

- 3.9 Nov

- 1.9 Nov

+ 1.0

- 1.3

5.2 Nov

China

+ 8.9 T3

..

+ 8.2

+ 8.6

+ 19.2 Nov

+ 0.6 Nov

+ 2.4

- 0.8

9.2 2008

Reino Unido

- 5.1 T3

- 1.2

- 4.7

+ 1.5

- 6.0 Oct

+ 1.9 Nov

+ 4.1

+ 2.1

7.9 Oct

Canadá

- 3.2 T3

+ 0.4

- 2.5

+ 2.4

- 12.0 Oct

+ 1.0 Nov

+ 2.0

+ 0.3

8.5 Dec

Área del Euro

- 4.1 T3

+ 1.5

- 3.9

+ 1.4

- 11.1 Oct

+ 0.9 Dec

+ 1.6

+ 0.3

10.0 Nov

Austria

- 3.7 T3

+ 2.1

- 3.4

+ 1.2

- 8.0 Oct

+ 0.7 Nov

+ 2.3

+ 0.4

5.5 Nov

Bélgica

- 3.4 T3

+ 2.0

- 3.1

+ 1.4

- 12.7 Sep

+ 0.3 Dec

+ 2.6

zero

12.1 Dec

Francia

- 2.3 T3

+ 1.0

- 2.2

+ 1.6

- 3.8 Nov

+ 0.9 Dec

+ 1.0

+ 0.1

10.0 Nov

Alemania

- 4.8 T3

+ 2.9

- 4.7

+ 1.9

- 8.0 Nov

+ 0.9 Dec

+ 1.1

+ 0.3

8.1 Dec

Grecia

- 1.7 T3

- 1.7

- 2.5

+ 0.2

- 6.0 Nov

+ 2.6 Dec

+ 2.0

+ 0.1

9.1 Sep

Italia

- 4.6 T3

+ 2.3

- 4.7

+ 1.1

- 7.9 Nov

+ 1.0 Dec

+ 2.2

+ 0.8

7.8 T3

Países Bajos

- 3.7 T3

+ 1.8

- 4.0

+ 1.3

- 2.1 Nov

+ 1.1 Dec

+ 1.9

+ 1.1

5.3 Nov

España

- 4.0 T3

- 1.2

- 3.6

- 0.1

- 4.1 Nov

+ 0.8 Dec

+ 1.4

- 0.3

19.4 Nov

Fuente: UBS Price and Earnings, 2009.

EL PAPEL ECONÓMICO DE LAS CIUDADES EN AMÉRICA LATINA

97


Tabla 25: Producción, PRECIOS y Empleo en América Latina (% DE VARIACIÓN RESPECTO AL Año Anterior) País

más reciente trimestrial

2009

2010

Producción industrial más reciente

Perú

+ 4.2

..

+ 0.3

+ 4.6

- 6.5 Oct

+ 0.2 Dec

+ 6.7

+ 2.9

8.9 Dec

Argentina

- 0.3

+ 0.2

+ 0.6

+ 2.8

+ 9.7 Nov

+ 7.7 Dec

+ 7.2

+ 6.3

9.1 T3

Brasil

- 1.2

+ 5.1

- 0.3

+ 4.8

+ 5.1 Nov

+ 4.3 Dec

+ 5.9

+ 4.9

7.4 Nov

Chile

- 1.6

+ 4.6

- 1.0

+ 4.2

+ 1.0 Nov

- 1.4 Dec

+ 7.1

+ 1.5

9.1 Nov

Colombia

- 0.2

+ 0.9

+ 0.2

+ 2.5

+ 2.0 Nov

+ 2.0 Dec

+ 7.7

+ 4.3

11.1 Nov

México

- 6.2

+ 12.2

- 6.9

+ 2.9

- 1.0 Nov

+ 3.6 Dec

+ 6.5

+ 5.3

4.8 Dec

Venezuela

- 4.5

..

- 2.9

- 3.9

- 14.3 Sep

+ 26.9 Dec

+ 31.9

+ 27.2

8.3 T3

Producto Interno Bruto

más reciente

año anterior 2009

Tasa de desempleo (%)

Precios al consumidor

Fuente: UBS Price and Earnings, 2009.

Como es de esperar, tal desempeño tiene un correlato importante en el empleo. Así, en diciembre 2009 la tasa de desempleo en Estados Unidos llegó a 10% de la población económicamente activa (PEA) y, en una situación particularmente grave, a 19.4% en noviembre 2009 en España. Los menores efectos negativos en el empleo se presentan en Japón (5.2% de la PEA), seguramente debido al sistema de empleo permanente de sus empresas más importantes, y en Holanda (5.3% de la PEA).

Las consecuencias de la crisis en América Latina Primero la recesión y luego el estancamiento en USA, Europa y Japón y el menor crecimiento en China han producido efectos sumamente graves para los países en desarrollo. Básicamente estos se resumen en la reducción: 1) de los precios de los “commodities,” 2) de las demandas internacionales y, por lo tanto, de los flujos de comercio, 3) de las remesas de los inmigrantes a sus países de origen como consecuencia del aumento del desempleo, y 4) de los flujos de capitales hacia las economías emergentes.

La reducción de los precios de las commodities El primer efecto de la crisis mundial tuvo que ver con el comportamiento de los precios internacionales de los commodities o materias primas (minero-metalúrgicos, energéticos y combustibles, productos agropecuarios y alimenticios). Al implicar una menor demanda de materias primas de una producción industrial reducida o estancada en los países desarrollados, la crisis mundial determinó una disminución significativa de los precios respectivos. El gráfico adjunto, elaborado con información estadística del Fondo Monetario Internacional, ilustra la gravedad y la rapidez de la caída de dichos precios. En el plazo de pocos trimestres los índices pasaron de 250 a 90, aproximadamente. No es de extrañar, debido a la inelasticidad de su demanda, pequeñas reducciones de la demanda provocan grandes caídas de los precios.

98

Gráfico 1: Precios de las Commodities (en números índices)

Fuente: IMF.

Lo que el gráfico también muestra es que dichos precios dejaron de caer desde fines de 2008, mostrando a partir de entonces una suerte de estabilización a un nivel bajo o su muy lenta recuperación. La más rápida recuperación de los precios de los energéticos, liderado por los precios petroleros, se explica en gran parte por el recorte de la producción de los países de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en 4.2 millones barriles diarios.

La reducción de las demandas internacionales Como era de esperar, la recesión mundial tenía que producir una caída en las demandas internacionales que, por supuesto, se tradujo en una caída en los flujos de las exportaciones. La caída fue notoria y, por el rezago correspondiente, comenzó a notarse a partir del tercer trimestre de 2008, acentuándose en el cuarto y en el primer trimestres de 2009, notándose una recuperación a partir del segundo trimestre de 2009, como se aprecia en los gráficos adjuntos. Es de notar que la mencionada relativa estabilización de los precios de las materias primas desde fines de 2008, no fue acompañada por una estabilización simultánea de las importaciones y exportaciones mundiales. En resumen, la crisis ha producido una contracción importante en el comercio mundial.

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Gráfico 2: Exportaciones Mundiales s

Gráfico 3: Importaciones Mundiales

Fuente: Instituto de Finanzas Internacionales.

Fuente: Instituto de Finanzas Internacionales.

Recuadro 3: Crisis y errores de política económica La crisis económica actual no apareció del aire; tampoco es un ciclo más del desarrollo económico natural de los países, con momentos de aceleración y desaceleración del crecimiento. Un nuevo ciclo es, en esencia, el resultado de cambios en las productividades o rentabilidades sectoriales que inducen nuevas asignaciones de recursos entre sectores con relaciones factoriales distintas y que, por tanto, crecen a ritmos diferentes. En cambio, el mismo ex Presidente de la Reserva Federal Alan Greespan describe la crisis actual como un “tsunami” crediticio que ocurre una vez cada siglo * . Esta es consecuencia de graves errores de política económica del Gobierno Bush. Ex post parece sencillo identificarlos. Lo que es difícil entender es por qué las políticas monetaria, fiscal y de desregulación aplicadas durante su mandato fueron alabadas en esos años por las corrientes ideológicas y académicas prevalecientes, y hoy son responsabilizadas de la crisis y vienen siendo modificadas en el nuevo gobierno del presidente Obama. Conviene señalarlas de manera puntual. Como ilustra el gráfico adjunto, la política monetaria fue sumamente volátil. En 2001 la Reserva Federal (FED) redujo su tasa de interés del 6% al 1.75% en 2003 hasta el 1% para promover el crecimiento sobre la base de la expansión del consumo, sin consideración sobre el ahorro de las familias. En 2005-2006 la elevó hasta el 5,25%, supuestamente, para reducir la inflación, sin éxito, y sin considerar sus efectos sobre el ingreso de prestatarios y productores. En 2007-2008 la volvió a reducir hasta el 1% y luego a 0% para evitar la recesión. La política fiscal redujo los impuestos a los mayores ingresos y el gasto civil, y aumentó el gasto militar generando un déficit fiscal gigantesco que hoy entorpece la solución de la crisis. Al mismo tiempo, como ya se mencionó, otorgó subsidios a la producción de biocombustibles que llevaron a una reducción de la producción de alimentos en un momento en que su demanda aumentaba, lo que provocó un aumento de los precios. Esta inflación de precios, sumada a la de los combustibles y metales y al aumento de las tasas de interés, hizo inviable el pago de las hipotecas inmobiliarias, lo que llevó al derrumbe de los derivados financieros, a la iliquidez y, finalmente, a la insolvencia de los bancos. Ni las inyecciones de liquidez ni las menores tasas resolvieron el problema.

Reserva federal: tasa de interés efectiva anual (%)

La política reguladora, en un evidente contexto de información asimétrica, evitó normar a los bancos de inversión y a los derivados financieros; se pregonaba la autorregulación. Tampoco reguló a las calificadoras de riesgo, que tenían evidentes conflictos de interés en la calificación de derivados emitidos por los bancos que pagaban la calificación. * En una declaración ante un Comité de la Cámara de Representantes de Estados Unidos el 23 de octubre 2008, Alan Greespan admitió que su ideología de mercados libres y en contra de las regulaciones estatales tenía fallas. Tal declaración contradecía abiertamente una no muy lejana, de mayo 2005, en la cual aseguraba que “la regulaciones privadas han probado, generalmente, ser más eficientes que las regulaciones gubernamentales para controlar comportamientos excesivamente propensos al riesgo” (Bloomberg, 23 de octubre, 2008).

EL PAPEL ECONÓMICO DE LAS CIUDADES EN AMÉRICA LATINA

99


Gráfico 4: Private and oficial net flows (USD)

US$165,000 millones. Lo que se espera también es que en 2009 los flujos privados disminuyan mientras que los públicos aumenten, como muestran los gráficos adjuntos del IIF. El comportamiento es entendible. Si el contexto es de crisis internacional y las expectativas de recesión son generalizadas, la mayoría de los inversionistas preferirá garantizar sus recursos más que pretender rentabilidad. La incertidumbre interna y externa, producto de la crisis, aumenta la percepción del riesgo e induce el flujo de capitales hacia lo que se considera el último refugio a nivel mundial, paradójicamente los bonos del Tesoro de los Estados Unidos (por lo menos mientras no exista un papel similar). Y para ello, como en otras ocasiones, liquida sus posiciones en moneda local, compra dólares, aumentando su demanda, y los saca del país.

¿Menos globalización?

Fuente: Instituto de Finanzas Internacionales

La reducción de las remesas En años pasados las remesas hacia América Latina fueron abundantes y crecientes debido a los millones de latinoamericanos auto-exiliados por razones económicas principalmente, en Estados Unidos y Europa. Según el Banco Central de España, desde ese país, principal origen europeo de tales remesas, en 2007 se remitieron 8,135 millones de euros (770 millones en octubre 2007, máximo histórico), 30% más que en 2006. La recesión de los países desarrollados implicó un aumento del desempleo de su fuerza laboral, que se tradujo en una disminución de las remesas de los inmigrantes latinoamericanos a sus países de origen. Según el Banco Central español, entre el primer trimestre de 2008 y el cuarto trimestre de 2007 las remesas provenientes de España cayeron 17%; en el 2do trimestre de 2008 cayeron 4,1%, en el 3er trimestre 6.1% y en el 4to trimestre 20.6%. Y en el 1er trimestre de 2009 cayeron 17.2%, €1,653 millones frente a €1,998 millones en el mismo periodo de 2008, y en el 2do trimestre de 2009 cayeron 13.2%, €1,672 millones frente a €1,928 millones en el mismo periodo de 2008.

Ciertamente, la crisis ha producido otros efectos importantes, particularmente una crisis de la teoría económica y también una reducción del comercio. Este es consecuencia de la caída del ingreso mundial que genera una reducción de la demanda que se traduce también en la reducción de los precios de las materias primas. Salvo cuestiones no generalizadas y más bien tímidas, como la clausula de comprar “americano” en el programa de estímulos fiscales de los Estados Unidos, que levantó todo tipo de críticas, no han habido tentativas de restringir el comercio mundial como en los años de la Gran Depresión, elevando las tarifas arancelarias o imponiendo cuotas a las importaciones (adicionales a las existentes desde hace tiempo, por ejemplo para el azúcar en los Estados Unidos o para los bananos en Europa).

Y la crisis llegó a América Latina

Un cuarto efecto recayó sobre los flujos de capitales e inversión extranjera directa. En muchos países ha representado una fuente muy importante de recursos como en El Salvador o Colombia. Pero la crisis mundial destruyó liquidez en forma masiva. De tal modo, hay menos capitales en el mundo y, además, buscando menores riesgos. Según el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), los flujos netos de capital hacia las economías emergentes en 2007 fueron US$929,000 millones. Se estima que en 2008 fueron US $466,000 millones, una caída de casi 50% respecto al año anterior. Se espera que en 2009 sean

Hasta hace apenas dos años las economías latinoamericanas experimentaban un periodo de auge sin precedente. Inesperadamente para muchos, le sucedió una crisis de envergadura originada en el mundo desarrollado. Como era de esperar, se trasladó a las economías emergentes, incluyendo a América Latina; a pesar de que muchos gobiernos proclamaron la invulnerabilidad de sus economías que los hechos desmintieron. Como muestra la tabla adjunta de la Revista The Economist (edición del 2 de febrero de 2010), casi todas las economías latinoamericanas importantes tendrán tasas de crecimiento negativas o cercanas a cero en 2009. La crisis llegó vía la reducción de los valores del comercio, de las remesas y del flujo de capitales mencionados. En América Latina no es el resultado de que los bancos locales hayan adquirido derivados financieros que hoy no tienen valor. Algunos de ellos los adquirieron pero en pequeñas cantidades. La crisis llegó a través del sector externo y se trasladó al sector real. Así, cuando arribó a fines de 2008, cayeron los ingresos externos de los propietarios, directivos y trabajadores de los sectores exportadores. Y quienes les vendían bienes y servicios también recibieron menos ingresos. Es decir cayó

100

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE

La disminución de los flujos de capitales


también el ingreso interno. Ello desaceleró o recesionó la industria, el comercio y la construcción, produciendo desempleo y aumentando la pobreza. Con ello cayeron los ingresos fiscales y la caída de los ingresos externos produjo una fuerte devaluación cambiaria. Pero la necesidad de financiar el gasto público por razones contra cíclicas, indujo un aumento del endeudamiento externo del sector público y con ello una posterior, actual y notoria revaluación. Y, sin duda, la crisis afectó a las ciudades: Redujo la actividad económica, aumento el desempleo, redujo el ingreso de sus pobladores y, con ello, la demanda y los precios de las viviendas.

XI. ¿Por qué las economías latinoamericanas son tan afectadas? ¿Por qué todas las economías latinoamericanas resultan tan afectadas por la crisis mundial? La respuesta tiene que ver, fundamentalmente, con una dependencia fuerte del ciclo internacional. Y ello es así por su estructura económica.

Tal como se aprecia en la tabla adjunta con información para 2007 del Banco Mundial, mientras en Latinoamérica el gasto se concentraba en consumo, alrededor del 60% del PIB, los chinos y los coreanos se concentraban en inversión, 43.3% y 29.4%, y en exportaciones, 42.5% y 41.9%, respectivamente. De tal modo, mientras los asiáticos dedicaban una parte importante de sus recursos para expandir su capacidad de exportación y para atender el mercado externo, los latinoamericanos dedicaban la mayor parte de sus recursos a atender al mercado interno. En ese sentido, se podría suponer que las economías de los asiáticos deberían depender más del comportamiento de los ciclos internacionales que las latinoamericanas. En realidad no es tal, por qué mientras lo latinoamericanos se concentran en exportaciones primarias, los asiáticos lo hacen en manufacturas. En 2007, como se muestra en la tabla adjunta, mientras que en China y Corea la exportación de manufacturas representaba 93.2% y 89% del total, respectivamente, en los países latinoamericanos representaba tasas muchos menores, excepto México, que mantenía una concentración importante en la exportación petrolera, al igual que Colombia. Esta concentración en exportaciones primarias genera una enorme volatilidad de los ingresos externos de los países. Sucede que los precios internacionales de las materias primas que definen gran parte de esos ingresos, en

tabla 26: Estructura del Gasto (2007) Gasto en consumo final de los hogares, etc. (% del PIB)

Gasto en consumo final del gobierno (% del PIB)

Exportaciones Demanda total Formación de bienes y (% de PIB) bruta de capital servicios (% del (% del PIB) PIB)

PIB

Importaciones de bienes y servicios (% del PIB)

Argentina

58.8

12.9

24.2

24.6

120.3

100.0

20.3

Brasil

60.8

19.9

17.7

13.7

112.1

100.0

12.1

Chile

54.7

10.5

21.1

47.1

133.4

100.1

33.3

Colombia

63.3

16.6

24.3

16.9

121.1

100.1

21.0

México

65.4

10.2

26.0

28.3

129.9

100.0

29.9

Perú

61.5

9.1

22.9

28.9

122.4

100.0

22.4

China

33.3

13.7

43.3

42.5

132.8

100.0

32.8

Corea del Sur

54.4

14.7

29.4

41.9

140.4

100.0

40.4

Fuente: Banco Mundial; World Development Indicators.

tabla 27: Estructura DE EXPORTACIONES (Porcentaje del total, 2007) Agricolas

Alimentos

Petróleo

Manufacturas

Minerales y metales

Argentina

1.2

50.4

10.9

31.0

3.8

Brasil

3.8

26.2

8.3

46.7

11.8

Chile

6.1

14.7

1.3

10.1

64.8

China

0.5

2.7

1.6

93.2

1.8

Colombia

4.3

15.3

36.3

39.2

2.3

México

0.4

5.3

15.7

71.7

2.7

Perú

1.2

13.8

8.7

12.1

49.1

Corea del Sur

0.8

0.9

6.6

89.0

2.5

Estados Unidos

2.4

8.1

4.0

76.9

3.7

Fuente: Banco Mundial; World Development Indicators.

EL PAPEL ECONÓMICO DE LAS CIUDADES EN AMÉRICA LATINA

101


Gráfico 5: Precios de las Commodities I

particular los energéticos, tienen una enorme volatilidad, mientras que los precios de los bienes industriales son mucho más estables. Los gráficos adjuntos, con información del Fondo Monetario Internacional, muestran las tasas anuales de crecimiento de los precios internacionales de los bienes energéticos (petróleo, gas y carbón) y los de los bienes industriales. Si los ingresos externos dependen en gran medida de los precios volátiles de commodities, los ingresos internos son también volátiles. Consecuentemente, el crecimiento de la economía es también es inestable, tal como se aprecia en los gráficos siguientes. En efecto, las tasas anuales de crecimiento del PIB de las principales economías latinoamericanas, que muestra el panel de la izquierda, son sumamente inestables. Por el contrario, las tasa de crecimiento de China, Corea y Estados Unidos, que se muestran en el panel de la derecha, son muchos más estables (el comportamiento de Corea en 1998 refleja la crisis asiática, pero que inmediatamente superada, la tasa de crecimiento vuelve a retomar una senda de crecimiento bastante estable). El problema con dicha inestabilidad en las tasas de crecimiento de la economía es que todos los esfuerzos que se pueden emprender para reducir la pobreza, la indigencia y la inequitativa distribución del ingreso que caracteriza

a las economía latinoamericanas resultan inefectivos por qué la mejora de los ingresos per cápita que puede lograrse en un año, en el siguiente, muy seguramente, se verán disminuidos.

XII. El problema de la competitividad La recuperación de la economía en los países desarrollados producirá la recuperación del comercio a los niveles logrados previamente a la crisis. Ciertamente, no es claro cuando se producirá tal hecho. Podría demorar algunos años. En todo caso, América Latina debería estar preparada para aprovechar esta nueva expansión del comercio mundial. Pero si en un contexto internacional cambiante las actividades económicas de bienes y servicios transables no son competitivas es imposible que puedan aprovechar las etapas de auge y en las etapas de recesión evitar, o al menos reducir, sus efectos nocivos. Pero, ¿qué se entiende por competitividad? Existe una notable confusión entre productividad y competitividad.

Gráfico 6: Precios de las Commodities II

102

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Muchas veces se usan en forma intercambiable y se dice que empresas de alta productividad son por ello competitivas. Sin embargo son conceptos distintos. La productividad se refiere a la manera como se usan los factores e insumos de producción en el proceso productivo; esta es una cuestión tecnológica. Ser competitivo es poder vender un bien o servicio a un precio de venta que supere el costo de producirlo. Por lo tanto, ser competitivo es ser rentable. Esa rentabilidad es crucial. La utilidad de las empresas es el principal proveedor de recursos de ahorro que necesita la economía para expandir la capacidad instalada o aumentar la productividad. No sólo proporciona recursos, genera también los incentivos para invertir. ¿De qué depende esa relación precio de venta/costo de producción? Para los bienes y servicios transables internacionalmente, es decir para todos aquellos que pueden ser exportados o importados, el precio de venta lo define el precio en el mercado internacional nacionalizado por la tasa de cambio, los impuestos o subsidios indirectos y los costos financieros. Los costos de producción incluyen los pagos por los servicios laborales, de capital y financiamiento, y por los bienes intermedios, que incluyen servicios públicos, (electricidad, agua y comunicaciones) y cuyos precios se definen de la misma manera. Es decir, esa relación precio/costo depende de la estructura de precios básicos de la economía: salarios, tasa de cambio, tasas de interés, impuestos indirectos. Depende también, sin duda, de la manera como se combinan los factores e insumos en el proceso productivo y de la mencionada productividad con que intervienen en el mismo. De tal modo, para conocer la situación de la competitividad en América Latina, en las exportaciones o sustituyendo importaciones en el mercado doméstico, más allá de realizar una inspección en los diferentes mercados de bienes y servicios, que ciertamente anuncia muy claramente

que los productores chinos son los más competitivos en el mundo, habría que responder como son los precios básicos, impuestos y productividad y como se comparan con los chinos, el principal competidor mundial.

La competitividad de los precios básicos Para identificar la competitividad de la tasa de cambio de un país es necesaria compararla con otras. El “Índice Big Mac” compilado por la revista The Economist permite realizar tal comparación. El mismo es calculado a partir del precio de una hamburguesa Big Mac en todas las ciudades importantes. Siendo un bien transable, su precio doméstico es resultante del precio internacional convertido a precio local por la tasa de cambio respectiva y afectado de impuestos indirectos y costos financieros. Para comparar los precios de las hamburguesas observados en moneda local son convertidos en dólares. De tal modo, si esos precios en dólares se comparan con un precio base de la hamburguesa, el de Nueva York, tal medición es un indicador aproximado de la competitividad de la tasa de cambio. A julio 2009 mientras que el precio brasilero sugería que la devaluación contra el dólar era desfavorable en 12.6%, el de Colombia era favorable en 6.4% y el de la Argentina en 15.4%, el de China era favorable en 48.7%. De tal modo, la ventaja de la tasa de cambio de la moneda china respecto a las de las otras monedas latinoamericanas era notable: 61.3 puntos porcentuales en el caso brasilero y 42.3 puntos porcentuales en el colombiano. Con la evolución reciente de las tasas de cambio tal diferencia debe haberse acentuado. Por su parte, en 2008 la tasa de interés activa promedio en Colombia era 17.2%, mientras que en China era 5.3%, en Corea 7.2% y en México 8.7%, como muestra la tabla adjunta. Como los costos financieros constituyen costos

Recuadro 4: El ejemplo de Walt Disney En alguna oportunidad le preguntaron al propio Walt Disney por que había escogido ese lugar para el desarrollo de su complejo de entretenimiento. Respondió que estaba localizado en el cruce de dos carreteras y al Este del río Missisipi a donde vivía el 75% de los estadounidenses. Sin embargo, el desarrollo no hubiera sido posible si la organización no hubiera comprado por pedazos, bajo nombres supuestos, para evitar especulación en los precios, los 110 km2 de tierra que requería, y el Estado de la Florida no hubiera legislado la formación de un Distrito Especial (Reedy Creek Improvement District) y dos ciudades en su interior (Bay Lake y Reedy Creek, renombrada más adelante Lake Buena Vista), con autorización para emitir bonos libres de impuestos para financiar proyecto públicos en el Distrito (obras de drenaje, carreteras, etc.), independientemente de que el beneficiario exclusivo fuera Walt Disney Productions. Adicionalmente, el Estado otorgó al Distrito inmunidad de cualquier legislación estadual o del County sobre el uso de la tierra. La legislación formando el Distrito y las dos ciudades fue aprobada por el Estado de la Florida el 12 Mayo1967; en 1968 la Corte Suprema del Estado sentenció que el Distrito estaba permitido para autorizar la emisión de bonos libre de impuestos. Basado en Walt Disney World Resort, Wikipedia, the free encyclopedia, en http://en.wikipedia.org/wiki/walt_disney_world.

EL PAPEL ECONÓMICO DE LAS CIUDADES EN AMÉRICA LATINA

103


de las empresas, cuanto más elevada sea la tasa de interés mayor es la desventaja competitiva que produce a los productores locales respecto a otros con quienes deben competir. A su vez, tal como se observa en la tabla adjunta, la mayor parte de los países latinoamericanos mantiene tasas de impuestos a la renta y al valor agregado de las más elevadas del mundo. Países en vías de desarrollo muy exitosos (China, Irlanda, Singapur, Taiwán, Vietnam) tienen tasas significativamente más bajas. Como es evidente, tasas impositivas muy por encima de las internacionales reducen la competitividad del sector transable. Ciertamente, para muchas empresas dichas tasas son disminuidas por exenciones tributarias, tanto del impuesto a la renta como al valor agregado. Tal ocurre, por ejemplo con las empresas grandes localizadas en las llamadas zonas francas. Una posible compensación para la falta de competitividad internacional de la tasa de cambio, la tasa de interés y los impuestos podría provenir de la reducción de los salarios. Sin embargo, según el Banco UBS, los salarios promedio pagados por las empresas en Bogotá o Lima

(US$ 3.9 la hora), en Santiago (3.8) o México (2.1) ya son muy inferiores a los pagados en Nueva York o Seúl, como muestra la tabla adjunta. Más aún, son similares o incluso menores que los salarios pagados por las empresas en Shanghái (3.9). Ciertamente si fuera por el salario, las empresas mexicanas, santiaguinas, bogotanas o limeñas, deberían ser tan o más competitivas que dichas empresas chinas y, evidentemente, no lo son.

La cuestión de la productividad Un posible mecanismo para elevar la competitividad de un productor es incrementar su productividad. La productividad se mide como la cantidad de valor agregado que produce la mano de obra, o el capital o los insumos. Para comparaciones internacionales se expresa en dólares constantes por persona, capital o insumo empleado, a paridad de poder de comprar (PPP) para eliminar los sesgos derivados de los niveles de precios locales. Cuando se consideran todos, factores e insumos, simultáneamente, se habla de productividad total. La tabla adjunta de la Organización Internacional del Trabajo muestra los diferentes niveles de productividad de la mano de obra en el mundo. En 2006, mientras que en

tabla 28: el índice big mac (2007) País

Julio 2008

Enero 2009

Julio 2009

Precio

TC

Precio

TC

Precio

TC

Argentina

3.64

2.0%

3.3

-6.8%

3.02

-15.4%

Brasil

4.73

32.5%

3.45

-2.5%

4.02

12.6%

Chile

3.13

-12.3%

2.51

-29.1%

3.19

-10.6%

Colombia

3.89

9.0%

3.11

-12.0%

3.34

-6.4%

Perú

3.20

-10.4%

2.54

-28.2%

2.66

-25.5%

México

3.15

-11.8%

2.30

-35.0%

2.39

-33.1%

Canada

4.08

14.3%

3.36

-5.1%

3.35

-6.2%

Corea del Sur

3.14

-12.0%

2.39

-32.5%

2.59

-27.5%

China

1.83

-48.7%

1.83

-48.3%

1.83

-48.7%

Estados Unidos

3.57

3.54

3.57

Fuente: The Economist.

tabla 29: Tasas de interes para crédito (%) País

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

Chile

14.8

11.9

7.8

6.2

5.1

6.7

8.0

8.7

13.3

Colombia

18.8

20.7

16.3

15.2

15.1

14.6

12.9

15.4

17.2

México

16.9

12.8

8.2

7.0

7.4

9.7

7.5

7.6

8.7

Perú

30.0

25.0

20.8

21.0

24.7

25.5

23.9

22.9

23.7

China

5.8

5.8

5.3

5.3

5.6

5.6

6.1

7.5

5.3

Corea del Sur

8.5

7.7

6.8

6.2

5.9

5.6

6.0

6.6

7.2

Fuente: Banco Mundial

104

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


tabla 30: Salários por hora en USD (Marzo 2009) Promedios

Santiago

Bogotá

Lima

México

Seúl

Shanghai

Nueva York

Netos

3.1

3.4

3.1

1.8

6.1

3.0

19.0

Brutos

3.8

3.9

3.9

2.1

8.0

3.9

26.1

Fuente: UBS Pricies and Earnings, 2009.

tabla 31: Tasas de impuesto en el mundo

País

Impuesto sobre la renta

IVA

corporativo

individual

Argentina

35%

9-35%

21%

Brasil

34%

7.5-27.5%

17-25%

Canada

19.5% (federal) 15-29% (federal) 5%

China

25%

Colombia

33%

Francia

33.33%

5.5-40%

19.60%

Alemania

30-33% (efectivo)

14-45%

19%

Hongkong

16.50%

2-17%

--

Irlanda

12.50%

20-41%

21.50%

Italia

31.40%

23-43%

20%

Japón

30%

5-50%

5%

México

28%

0-28%

15%

Países Bajos

20-25.5%

0-52%

19%

Noruega

28%

28-49%

25%

Rusia

20%

13%

18%

Arabia Saudí

20%

20%

--

Singapur

18%

3.5-20%

7%

África del Sur

28%

0-40%

14%

Suecia

26.30%

0-57%

25%

Taiwán

25%

6-40%

5%

Reino Unido

28%

0-40%

15%

Estados Unidos

15-35%

15-35%

--

Vietnam

25%

5-35%

10%

5-45%

17% 16%

Fuente: The Economist. http://www.worldwide-tax.com/ (última actualización parcial: 31.05.2009) En países donde el IVA es distribuido en tasas diferentes, la tasa en la tabla es la mayor. Las tasas en la tabla no incluyen impuestos locales si existen.

EL PAPEL ECONÓMICO DE LAS CIUDADES EN AMÉRICA LATINA

los países desarrollados era de 62,952 dólares de 2000, en América Latina era de 18,908 dólares y en Asia del Este (China) de 12,591. La diferencia notable de productividad entre dichos países sugiere un margen importante para elevarla en los segundos y terceros y, ciertamente, que no es la productividad la que hace a las empresas chinas competitivas. Esas diferencias de productividad tienen que ver, fundamentalmente, con dos cuestiones: 1) diferencias en la estructura de producción, los países desarrollados producen bienes manufacturados de alto valor agregado, los latinoamericanos se concentran en materias primas; 2) asociado a lo anterior, los primeros cuentan con elevados stocks de capital por trabajador mientras que los países emergentes cuentan con mucho menos. Ciertamente es posible hacer un uso y tener una combinación de factores e insumos más eficiente, es decir con mayor productividad. Pero aumentar la eficiencia administrativamente, por ejemplo a través de una mejor organización, sólo es posible limitadamente. Tarde o temprano se requiere mejorar y cambiar la tecnología con inversiones significativas que den paso a nuevos procesos productivos y nuevos productos. Mejor dicho, tener un nivel elevado de productividad significa estar desarrollado económicamente, lo cual implica que la productividad en los países emergentes aumentará precisamente con el propio proceso de desarrollo y tomará tiempo. Como ilustra la tabla indicada, las variaciones anuales de la productividad son pequeñas. En resumen, para beneficiarse de la globalización y para crecer se requiere principalmente una estructura adecuada de precios básicos e impuestos que permita empresas competitivas y, por lo tanto, rentables en ambientes competitivos. En realidad no importa mucho con cual precio se logran la competitividad y rentabilidad de los productores de bienes y servicios transables. Lo que cuenta es la combinación adecuada y favorable de todos ellos como puede ilustrarlo el caso coreano.

105


tabla 32: Cálculos de productividad de la mano de obra en el nivel mundial y regional Niveles de productividad (valor agregado por persona ocupada, constante 2000 US$)

1996

2002

2003

2004

2005

2006*

MUNDO

15,824

17,626

18,019

18,613

19,150

19,834

Economias desarrolladas & Unión Europea

52,876

58,642

59,588

60,749

61,759

62,952

Europa Central y Sureste (no UE) & CEI

11,787

14,215

15,281

16,148

17,088

18,121

Asia Oriental

6,347

9,345

9,965

10,745

11,552

12,591

Asia Suroriental

8,068

8,202

8,520

8,860

9,067

9,419

Asia del Sur

5,418

6,353

6,662

7,111

7,531

7,998

América Latina y el Caribe

17,652

17,337

17,228

17,758

18,250

18,908

África del Norte

12,967

13,962

14,174

14,159

14,292

14,751

África Subsahariana

4,490

4,618

4,677

4,806

4,935

5,062

Oriente Medio

22,130

20,990

21,273

21,119

21,630

21,910

Cambio anual de la productividad (%)

1996

2002

2003

2004

2005

2006

MUNDO

2.5

2.2

3.3

2.9

3.6

3.3

Economias desarrolladas & Unión Europea

2.2

1.6

1.9

1.7

1.9

2.1

Europa Central y Sureste (no UE) & CEI

4.0

7.5

5.7

5.8

6.0

5.8

Asia Oriental

7.1

6.6

7.8

7.5

9.0

8.5

Asia Suroriental

2.3

3.9

4.0

2.3

3.9

3.5

Asia del Sur

2.3

4.9

6.7

5.9

6.2

5.8

América Latina y el Caribe

1.4

-0.6

3.1

2.8

3.6

2.9

África del Norte

-0.6

1.5

-0.1

0.9

3.2

3.2

África Subsahariana

0.4

1.3

2.8

2.7

2.6

3.2

Oriente Medio

-0.5

1.3

-0.7

2.4

1.3

1.2

Fuente: Banco Mundial * Cálculos preliminares para 2006

XIII. El problema financiero: liquidez, créditos y tasas de interés Resolver el problema de la competitividad tiene que ver, en gran medida, con disponibilidad de créditos y tasas de interés y éstas con cuestiones monetarias. En general, las economías latinoamericanas tienen una liquidez relativamente reducida y si bien los latinoamericanos de ingresos medios y superiores tienen acceso al crédito lo disponen en montos reducidos y las tasas de interés que pagan son muy superiores a las que se pagan en otras partes del mundo. De tal modo, el crecimiento de la economía tiene que ver con expansiones monetarias. Entre 2000 y 2008, según cifras del Banco Mundial que se muestran en la tabla adjunta, la relación M3/PIB en China, es decir la totalidad de sus medios de pago (circulante y depósitos en los bancos) pasó de 131.1% a 158%. Para que la relación M3/PIB en China haya aumentado en forma tan significativa, la cantidad de medios de pagos tuvo que crecer mucho más rápidamente que el PIB. Entre tanto, en el mismo periodo, la relación M3/PIB en Colombia pasó de 28.3% a 22.2%,

106

en México de 27.1% a 26.8%, en Perú de 32.2% a 34.3%; mejor dicho un poco más de restricción monetaria y dichas economías hubieran quedado al borde del trueque. De tener pocos medios de pago con relación al tamaño de la economía a tener créditos escasos sólo hay un paso. Con poca liquidez, las familias y las empresas depositan pocos recursos en los bancos. Con ello existen pocos recursos para prestar y hay un incentivo para que las tasas de interés sean muy elevadas. Por cierto, a mayor precio menor demanda. En 2008 la relación crédito doméstico al sector privado con relación al PIB en China fue 108.3 % mientras que en Colombia fue 34.4%, en México 26.8% y en Perú 34.3%. A su vez, en el mismo año, como se indicó, la tasa de interés para los créditos en China fue 5.3% mientras que en Colombia fue 17.2% y en Perú 23.7%. Que haya poco crédito y que sea caro no es el único problema. Sin financiamiento o crédito es muy difícil desarrollar inversiones. En la medida en que el crédito es escaso disminuye los recursos para inversión y, por lo tanto, sus posibilidades. Y en la medida que es caro reduce las oportunidades de inversión pues para poder pagarlo exige a las actividades que financia rentabilidades más elevadas.

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


tabla 33: Medio de pago totales (M3) y Crédito doméstico al sector privado (en % del PIB) 2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

M3 (% del PIB)

42.8

40.9

38.4

37.6

35.8

35.8

36.1

36.5

62.8

Crédito (% del PIB)

73.6

76.2

77.7

78.4

79.5

80.3

81.9

88.5

85.0

M3 (% del PIB)

28.3

28.2

27.7

27.3

28.6

30.1

31.1

22.6

22.2

Crédito (% del PIB)

23.8

24.5

23.7

21.7

24.8

24.6

29.9

32.7

34.4

M3 (% del PIB)

27.1

27.1

26.7

24.8

24.4

25.3

25.0

26.4

26.8

Crédito (% del PIB)

18.3

15.7

17.7

16.0

15.2

16.6

19.6

22.0

21.1

M3 (% del PIB)

32.2

32.3

32.2

29.4

27.2

28.9

27.9

30.9

34.3

Crédito (% del PIB)

26.0

24.4

23.0

20.5

18.4

19.4

17.8

21.0

25.1

M3 (% del PIB)

131.1

136.4

147.1

155.4

151.6

154.5

163.1

156.8

158.0

Crédito (% del PIB)

112.3

111.3

118.9

127.2

120.1

114.3

113.0

111.0

108.3

M3 (% del PIB)

83.9

87.3

85.8

84.0

75.8

74.7

65.1

60.9

67.2

Crédito (% del PIB)

87.4

90.4

95.7

97.7

92.5

95.1

95.1

99.6

109.1

Chile

Colombia

México

Perú

China

Corea del Sur

Fuente: Banco Mundial.

XIV. ¿Qué hacer? Hacia una nueva política económica América Latina debería implementar una política económica que les permita crecer elevada y sostenidamente, con baja inflación y equidad en la distribución del ingreso. En el corto plazo ello implica una política contra cíclica que atenúe los efectos de la crisis mundial, sobre todo sobre las poblaciónes de bajos ingresos que son las más afectadas. Esta debe concretarse en una política

fiscal y monetaria expansiva. Sin embargo, si esta expansión se realiza en el contexto de una industria no competitiva internacionalmente, la expansión será buena para el desarrollo de China pero no para los países latinoamericanos; los chinos serán los encargados de satisfacer la mayor demanda. En otras palabras, la política contra-cíclica requiere: 1) una expansión fiscal y monetaria y, necesariamente, 2) una política que haga competitiva la producción de bienes y servicios transables. En el largo plazo, América Latina deberían diseñar y aplicar una política económica que la haga menos

Recuadro 5: Henry Ford, el aumento de productividad y de los ingresos compartidos Gracias a las economías de escala y a la estrategia de masificar el producto, Henry Ford logró que el famoso Ford T, que comenzó vendiéndose en 1908 en 850 dólares, en 1916 se vendiera en 360 dólares. Ese año se vendieron 580 mil vehículos. En total se vendieron 15 millones de Ford Ts. El Ford T de 1908 se fabricó hasta 1927. Y en 1914, para que todos pudieran comprar el Ford T, que para entonces había reducido su precio a la mitad de lo que comenzó costando, cuando el salario industrial era de 14 dólares la semana, abruptamente Ford decidió pagar a sus trabajadores 5 dólares diarios por jornadas de 8 horas. Lo acusaron de todo, de poner en peligro la industria y de ser un populista demagogo. Pero tenía razón y poco tiempo después tuvieron que seguir sus pasos. No es claro si lo hizo por inteligencia o desprendimiento. De cualquier modo, en la cumbre de su éxito se había vuelto el hombre más rico del mundo. Ver Paul Johnson, A History of the American People. Harper Perennial, New York 1999. Páginas 606-607

EL PAPEL ECONÓMICO DE LAS CIUDADES EN AMÉRICA LATINA

107


dependiente de los ciclos internacionales; es decir, anticíclica. Ello significa superar su dependencia de las materias primas y, por lo tanto, restablecer los esfuerzos de industrialización. China es menos afectada por las crisis internacionales porque, como se mencionó, 95% de sus exportaciones corresponde a productos manufacturados cuyos precios internacionales son más estables. Pero esa reindustrialización, para hacerla sostenida, debe hacerse de manera distinta a la del pasado, es decir superando el proteccionismo comercial para aprovechar la globalización mundial. Para el efecto, una competitividad sostenida es crucial; es indispensable asegurarla para al sector transable. Ello requiere nuevas políticas económicas.

Nueva política de regulación Asegurar el desarrollo futuro dependerá, en gran medida, de una política de regulación que favorezca la competitividad de los mercados crediticios y de servicios e induzca tasas de interés activas (y márgenes de intermediación) y precios de servicios competitivos a nivel internacional. Para ello deberá contrarrestar las fallas de esos mercados. La insuficiencia de la actual regulación en ese sentido es la que, en gran medida, ha permitido generar rentas no competitivas en dichos sectores que atentan contra la competitividad del sector real y transable de la economía. En el mercado crediticio, esas fallas de mercado se concretan en: 1) tasas de colocación opacas, que deben hacerse transparentes de tal manera que cualquier cliente esté en condiciones de conocer fehacientemente los precios que le cobran y así poder escoger el mejor proveedor por el mejor precio, 2) fidelizaciones forzosas salvo en el caso de los créditos hipotecarios y las tarjetas de crédito, que deben eliminarse de tal manera que cualquier cliente pueda pre-pagar sus deudas con la finalidad de mudar hacia el proveedor que le ofrezca el mismo producto a la menor tasa; 3) asimetría de información, que debe superarse de tal manera que el cliente no sea sorprendido con “letras menudas” e informaciones incompletas a la hora de optar por cualquier producto financiero.

Nueva política fiscal Se requiere también una nueva política fiscal, tanto tributaria como del gasto. La estructura tributaria debería ser general y competitiva, no solo con la finalidad de financiar el gasto público si no para redistribuir ingreso. Ello implica, en primer lugar, una tasa de impuesto a la renta reducido, que paguen todos, es decir sin exenciones fiscales. Por otro lado, se requeriría reorientar el gasto público a las áreas necesarias de intervención estatal. En particular, para garantizar: 1) el rol redistribuidor del Estado, vía transferencias para la educación, la salud y los servicios públicos a las poblaciónes de menores ingresos; 2) la seguridad ciudadana, de tal modo que los costos que implican a las empresas alcancen niveles internacionales; 3) el funcionamiento eficiente y competitivo de los mercados, que implica el cumplimiento de los contratos y la capacidad 108

coercitiva para hacerlos cumplir; y 4) la inversión pública en infraestructura económica, que facilite el desarrollo de los mercados y, en particular, el aumento de la productividad, es decir la reducción de los costos de transporte y comunicación de las empresas.

La necesaria revisión de la política monetaria Por otro lado, a la luz de las reducidas relaciones M3/ PIB en todos los países latinoamericanos comparadas con las de los asiáticos, pareciera claro que lo que se requiere alternativamente es una política monetaria más expansiva que jalone el crecimiento real de la economía, que evite la revaluación cambiaria y promueva un volumen de crédito adecuado a tasas de interés competitivas internacionalmente. ¿Cuál es el margen de dicha política monetaria? Sin duda, una expansión monetaria induce una expansión de la demanda. Si no se quiere que produzca inflación, no debería superar la expansión de la oferta. Es decir, el crecimiento de la inversión debería ser lo suficiente para lograr ese efecto. Exige inducir una rentabilidad adecuada a las empresas para aumentar su nivel de ahorro y, por lo tanto, lograr una mayor competitividad. Lo anterior supone revisar la manera como se piensa, se diseña y se ejecuta la política monetaria. Debería aprenderse, por ejemplo, que toda expansión monetaria, incluso elevada, no conduce necesariamente a una inflación alta; que ello depende de las condiciones en que operan los mercados. Más aún, puede ser conveniente para mantener un nivel elevado de competitividad y, por lo tanto, de crecimiento económico.

La capitalización de los pobres Por otro lado, los pobladores de las ciudades latinoamericanas de menores ingresos requieren capitalizarse para aumentar su productividad. Si pudieran capitalizarse y calificarse podrían aumentar la productividad y/o el volumen de producción de sus unidades productivas actuales o iniciar nuevas actividades económicas en forma más eficiente, y, con ello, incrementar sus ingresos. Sin embargo, dichas personas no tienen acceso al crédito. De tal modo, sus necesidades de capitalización no pueden resolverse a través de este mecanismo. La regulación bancaria tradicional exige garantías reales o avales para otorgar un crédito que las personas de menores ingresos no están en condiciones de ofrecer por su propia condición: No tienen garantías ni ingresos corrientes suficientes para respaldar y pagar un crédito tradicional. A su vez, los bancos tradicionales no tienen la flexibilidad ni están orientados a atender ahorros mínimos de personas de ingresos reducidos, poco educadas y/o, usualmente, analfabetas. Tampoco pueden otorgar créditos pequeños; los mecanismos de evaluación de créditos que conocen y aplican acaban siendo más caros que los

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


montos de los proyectos pequeños, haciendo inviable su financiamiento. Lo anterior sugiere la necesidad de desarrollar instituciones financieras no tradicionales que atiendan a las poblaciónes sin acceso a los establecimientos bancarios tradicionales. Pero para que una institución financiera no tradicional funcione adecuadamente, es decir obtenga fondos suficientes, recupere los créditos que otorga y opere de tal manera que en la operación no pierda su capital, debe satisfacer ciertas condiciones técnicas. Para alcanzar una reducida morosidad crediticia debe contar con mecanismos adecuados de fidelización no forzosos. Por su parte, siendo las actividades económicas de dichas personas realizadas con capital operativo reducido y capital fijo prácticamente inexistente, por lo tanto con baja productividad, su rentabilidad es reducida. En consecuencia, las tasas de interés que se les cobre deben ser también reducidas para que puedan pagarlas. Pero dichas tasas de interés deben cubrir los costos de operación de la institución y, por lo tanto, deben ser igualmente reducidos. La economía de escala juega un papel importante al respecto, diluye el costo fijo. Lo lógico es que además ese costo fijo sea el menor posible; es decir, sea austero en términos de personal y de activos. Esto quiere decir que las operaciones tienen que ser masivas para lo cual es necesario que el intermediario cuente con tecnología de comunicaciones y de procesamiento de datos eficiente. Pero tal vez, lo más importante en la reducción de los costos operativos reside en la forma de analizar la solvencia de proyectos y prestatarios. Si el costo de los analistas es mayor que los ingresos que producen los créditos los inviabiliza. Por eso, lo natural es encargar dicho análisis a la propia comunidad organizada. Y lo puede hacer porque conoce a sus miembros y por qué, además, sabe lo que pueden hacer mejor.

XV. Política económica y decisiones locales La expansión de la liquidez y el crédito, la reducción de las tasas de interés, la definición de una tasa de cambio competitiva, la profundización del mercado de capitales que, entre otras medidas, requieren los pobladores de las ciudades latinoamericanas para elevar su consumo y sus empresas para mejorar su capacidad de producción, su productividad y su competitividad dependen, en gran medida, de políticas fiscales, monetarias y de regulación. Dichas decisiones, particularmente las monetarias, son tomadas, casi exclusivamente, por las autoridades nacionales. De tal modo, las autoridades locales no tendrían espacio ni capacidad de influenciar las mismas. Sin embargo, las decisiones sobre, por ejemplo, la tasa de interés del Banco Central y sus consecuencias sobre las tasas de interés comerciales y la tasa de cambio tienen evidentes impactos sobre la competitividad de las empresas que operan en las ciudades. Las consecuencias pueden ser

EL PAPEL ECONÓMICO DE LAS CIUDADES EN AMÉRICA LATINA

graves: sube la tasa de interés, se revalúa la tasa de cambio, las empresas pierden competitividad y cierran, producen desempleo y… el problema social resultante lo tiene que afrontar la autoridad local. No existe ninguna razón por la cual las autoridades locales no puedan manifestarse sobre las cuestiones monetarias e incluso las tributarias nacionales y exigir decisiones más acordes con las necesidades locales. Más adecuado sería que tuvieran no solo voz si no también alguna forma de participación en las decisiones monetarias. En el contexto actual ello no es posible. En la mayor parte de los países latinoamericanos, la legislación de la banca central la declara independiente de los otros poderes del Estado y la organiza para ser dirigida por un cuerpo colegiado sin representación de regiones o ciudades. Eso puede cambiar y las regiones y ciudades principales del país, particularmente las ciudades capitales, deberían tener alguna forma de representación en el organismo decisorio de la política monetaria, el Banco Central, como ocurre en Estados Unidos. Por su parte, la política regulatoria resulta esencial para reducir las tasas de interés. Si bien no corresponde a la autoridad local definirla debería hacerse escuchar al respecto. Una manera de reforzar esa tarea y, simultáneamente, lograr que los intereses locales sean considerados es asegurar la participación de los representantes directos de la ciudadanía, los usuarios, en los directorios de las instituciones que regulan los mercados financieros y de servicios públicos. Cuando las decisiones son cerradas es más sencillo para los regulados “capturar” al regulador. Es más difícil que ello ocurra si en ese directorio se encuentran representantes de los usuarios que deben rendir informes a sus representados. En cuanto a las decisiones tributarias la mayor parte son aprobadas por los Congresos a propuesta de los Ministerios de Hacienda. En tal sentido, las decisiones fiscales, de alguna manera, se toman con representación de las regiones. Sin embargo, en la mayor parte de Latinoamérica los recaudos importantes son ingresos nacionales; corresponden a los impuestos al patrimonio, a la renta, al valor agregado y al comercio exterior. No siempre es así. En los Estados Unidos los impuestos al valor agregado son ingresos de las localidades y en algunos Estados existe también un impuesto a la renta de carácter estadual. No existe ninguna razón para que un impuesto como el del valor agregado que se origina en las operaciones comerciales en los mercados locales no sea recurso fiscal local. Otros tributos sí son de orden regional o local y dan origen a los ingresos de departamentos o ciudades. Es el caso de los impuestos predial, de automóviles, de industria y comercio y otros específicos sobre el consumo. El manejo de estos tributos puede incidir en la competitividad de las empresas de la región o la ciudad. Sin embargo, siendo generalmente de menor cuantía y poca incidencia difícilmente pueden compensar ineficiencias pronunciadas en los precios básicos. Por otro lado, la tributación local debe reflejar también la recuperación de la inversión pública que genere plusvalías

109


a favor de los propietarios privados de tierras. Es frecuente que los propietarios de tierras agrícolas próximas a las ciudades esperen a que el desarrollo urbano fuerce a las ciudades a desarrollar infraestructuras que acaban incorporando sus tierras al perímetro urbano y, por lo tanto, valorizándolas significativamente. Las ciudades deben aprovechar esas ventajas de la aglomeración y el crecimiento urbano y a través de impuestos recuperar los recursos invertidos para aplicarlos en otros desarrollos.

Política fiscal local, competitividad y productividad Desde el punto de vista fiscal son posibles también una serie de acciones que inciden no tanto sobre los precios básicos si no sobre la productividad. Sin embargo, conviene recordar que una carretera puede ser indispensable para llevar productos al mercado, pero si la tasa de cambio se encuentra muy revaluada la producción no será competitiva y la carretera no tendrá ningún uso. Muchas veces estos proyectos se pueden desarrollar con los presupuestos de las regiones o localidades. En otras ocasiones, dependiendo de la magnitud, podrían dar lugar a invitaciones al Gobierno nacional para colaborar presupuestalmente con el proyecto. Requieren sí, una identificación clara de los cuellos de botella de la localidad que inciden en el poco desarrollo de los mercados. Puertos, aeropuertos, carreteras y vías internas que desbloqueen la ciudad son los candidatos naturales. Pueden ser también drenajes, sistemas de acueducto y alcantarillado. En algunas ciudades puede ser sensato desarrollar parques industriales que ofrezcan la infraestructura básica para el desarrollo de actividades económicas. Para evitar favorecimientos, las áreas deberían ser asignados mediante subasta. Existen otro tipo de acciones fiscales que pueden contribuir a la competitividad de las empresas localizadas en determinadas áreas y que pueden ser manejadas por las autoridades locales. Un resultado exitoso de tal manejo es, por ejemplo, la construcción de Disneyworld en el centro del Estado de la Florida en Estados Unidos, en un lugar previamente despoblado y pantanoso. Inaugurado en 1971 dio lugar a uno de los desarrollos regionales y urbanos más acelerados y exitosos del mundo en gran parte gracias a la constitución por parte de las autoridades estatales de un distrito especial y dos ciudades en su interior, siendo Disney Productions el beneficiario exclusivo, y a su autorización para que éstas pudieran emitir bonos libres impuestos para financiar el desarrollo del proyecto. Otro caso que merece recordarse en torno al tema de la productividad es el de Ford Motor Company. Henry Ford, su fundador, no sólo creó el sistema de ensamblaje en línea, que elevó la productividad en la fabricación de automóviles 10 veces, sino fue el diseñador del automóvil de bajo costo y adquisición masiva que permitió conectar a los Estados Unidos y eliminar el aislamiento rural. Fue, además, lo suficientemente perceptivo para convencerse que sus propios trabajadores serían sus principales clientes. De tal modo, contra la oposición de los industriales de la época, decidió compartir sus ganancias con sus trabajadores y en

110

1914 les duplicó el salario para que todos pudieran comprar el Ford T. La historia del automóvil y de Henry Ford puede asimilarse al mercado de la vivienda si se piensa en ésta como un producto de alta necesidad insatisfecha para poblaciónes de poco ingreso y, por lo tanto, demandas reducidas. Lo que se requiere para el efecto es emplear una tecnología constructiva de alta productividad, de ensamblaje en línea, de módulos y paneles ensamblables (que en realidad ya existe), y trasladar parte de dicha productividad en forma de mayores salarios a los mismos obreros que participen en la construcción de la vivienda para que las adquieran, como en el caso de Henry Ford. ¿Por qué este esquema de aumentar productividad, compartirla para aumentar ingreso y la demanda del producto respectivo no ha prosperado en la vivienda si la técnica existe? Por la misma razón que no se desarrolló en la industria automotriz antes de que Henry Ford lo aplicara. Se requiere un empresario capaz de liderar la innovación y, probablemente, el apoyo de la política pública local para generar una rentabilidad atractiva que la favorezca. En tal sentido, la autoridad local podría contribuir facilitando la tierra, el financiamiento y cobrando menores impuestos a quienes implementen este esquema.

Información adecuada para decisiones locales Pero para analizar los impactos de dichas políticas públicas sobre la ciudad y afinar de tal manera su diseño se necesita información estadística de la misma, seriada, adecuada y oportuna, similar a la de carácter nacional que existe para la mayor parte de los países. Lamentablemente tal información no es abundante o, peor aún, es inexistente. De otro lado, tampoco existe información estadística seriada compilada internacionalmente, que incluya a la mayor parte de las ciudades latinoamericanas y que permita comparar la situación relativa de las mismas. No existe información compilada sobre, por ejemplo, la estructura económica por demanda y oferta, los mercados laborales, las productividades, los mercados de crédito o las inversiones sectoriales, así como datos diversos sobre sus características o su desarrollo económico y social. Tampoco existen suficientes modelos adecuados para proyectar comportamientos económicos y simular alternativas de política. Afortunadamente, Bogotá cuenta con un Modelo Dinámico de Equilibrio General Computable (MEGC) que sería interesante replicar para otras ciudades latinoamericanas. Este tipo de modelo supera largamente a los modelos de equilibrio parcial o a los agregados que acaban dando visiones equivocadas. El MEGC construido para Bogotá incluye como información principal para el año base 2005 la Tabla de Insumo Producto 2005 agregada a 28 sectores productivos, las estadísticas de demanda y oferta 2005 para los mismos sectores y la matriz de valores agregados correspondientes elaboradas para la ciudad de Bogotá por el Departamento Nacional de Estadísticas (DANE). Como otros datos exógenos incluye: Tasa de cambio, tasa de interés, precios

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


internacionales e inversión externa. Estos datos son requeridos para todos los años de la proyección y son exógenos por qué son de carácter nacional o internacional y, por lo tanto, actúan como parámetros al comportamiento económico de la ciudad. A su vez, el modelo considera como principales instrumentos de política para realizar simulaciones de escenarios diversos: inversión y gasto públicos, tasas impositivas, tarifas y aranceles.

El MEGC proyecta endógenamente para cada uno de los años de la proyección, para cada uno de los 28 sectores: producción y precios, consumo intermedio, consumo de familias, inversión privada, comercio externo, ingreso y rentabilidad. Estas rentabilidades sectoriales son empleadas por el modelo para determinar la asignación sectorial de los recursos de inversión privada. El modelo proyecta hasta el año 2015 con extensión hasta el 2038. Para estos últimos años el modelo reproduce el ciclo económico proyectado entre 2005 y 2015. La tabla siguiente muestra la principal salida del modelo.

tabla 34: resultados 2005

2006

PRECIOS

2007

2008

2009

2010

2011

en índices y tasas de crecimiento

2012

2013

2014

2015

en índices y tasas de crecimiento

Índice Precios 1.00 al Consumidor

1.05

1.08

1.16

1.18

1.26

1.33

1.39

1.45

1.52

1.58

Inflación

4.7%

3.5%

7.0%

2.2%

6.6%

5.7%

4.5%

4.3%

4.2%

4.2%

Inflación   acumulada

4.7%

8.3%

15.9%

18.5%

26.2%

33.4%

39.5%

45.4%

51.6%

58.0%

1,158.29 1,188.73 1,276.65 1,289.18

1,368.63

1,442.77 1,502.50

1,560.72 1,609.23

Salarios

1,079.24 1,109.49

Variación   salarios

2.8%

4.4%

2.6%

7.4%

1.0%

6.2%

5.4%

4.1%

3.9%

3.1%

Variación   acumulada

2.8%

7.3%

10.1%

18.3%

19.5%

26.8%

33.7%

39.2%

44.6%

49.1%

2005

2006

2007

CUENTAS REALES

2008

2009

2010

73,360,968

74,654,916

en millones de pesos de 2000

PIB real (dato año 2005 SH)

61,959,344

65,055,951

71,642,996

73,295,198

PIB real (dato año 2005 DANE)

85,186,402

89,443,852

98,500,220

100,771,793

100,862,219

102,641,236

Consumo privado

54,879,994

58,232,827

65,856,766

66,910,511

67,697,690

67,924,099

Gasto público

11,552,139

12,227,540

13,767,980

13,104,372

13,882,038

14,070,329

Inversion privada

5,477,870

18,166,596

18,030,734

18,138,788

18,811,178

18,480,591

Inversion pública

4,897,135

4,690,544

4,916,000

4,696,636

4,528,019

4,642,841

Inversion extranjera directa

7,501,504

223,713

4,539,784

3,867,059

-2,055,892

205,712

Ocupación (índice)

100.0

101.8

113.9

110.0

104.2

99.7

2,772,967

2,678,385

2,537,464

2,427,570

-94,591

-140,921

-109,894

en millones de pesos de 2005, índices y personas ocupadas

Personas ocupadas Ganancia (+) / Pérdida (-) de ocupación

en tasas de crecimiento PIB real

5.0%

10.1%

2.3%

0.1%

1.8%

PIB real acumulado

5.0%

15.6%

18.%

18.4%

20.5%

2.3%

2.4%

4.2%

PIB real acumulado   2008-2012 Consumo privado

6.1%

13.1%

1.6%

1.2%

0.3%

Gasto público

5.8%

12.6%

-4.8%

5.9%

1.4%

Inversion privada

231.6%

-0.7%

0.6%

3.7%

-1.8%

Inversion pública

-4.2%

4.8%

-4.5%

-3.6%

2.5%

Inversion extranjera directa

-97.0%

1929.3%

-14.8%

-153.2%

-110.0%

Ocupación

1.8%

11.9%

-3.4%

-5.3%

-4.3%

EL PAPEL ECONÓMICO DE LAS CIUDADES EN AMÉRICA LATINA

111


2011

2012

CUENTAS REALES

2013

2014

2015

en millones de pesos de 2000

PIB real (dato año 2005 SH)

76,806,162

80,064,661

83,284,955

86,962,395

90,828,443

PIB real (dato año 2005 DANE)

105,598,933

110,078,964

114,506,468

119,562,491

124,877,827

Consumo privado

69,357,259

72,262,307

75,105,110

78,459,295

81,998,349

en millones de pesos de 2005, índices y personas ocupadas

Gasto público

14,376,230

14,853,731

15,383,314

15,939,658

16,518,543

Inversion privada

20,440,733

22,083,175

23,782,315

25,586,113

27,648,225

Inversion pública

4,831,842

5,079,811

5,344,245

5,622,679

5,917,556

Inversion extranjera directa

404,385

1,003,799

997,383

991,049

985,078

Ocupación (índice)

97.5

97.7

98.1

99.1

103.6

Personas ocupadas

2,373,229

2,377,728

2,389,128

2,411,985

2,521,159

Ganancia (+) / Pérdida (-) de ocupación

-54,341

4,449

11,400

22,857

109,174

en tasas de crecimiento 2.9%

4.2%

4.0%

4.4%

4.4%

PIB real acumulado

24.0%

29.2%

34.4%

40.4%

46.6%

PIB real acumulado   2008-2012

7.2%

11.8%

PIB real

Consumo privado

2.1%

4.2%

3.9%

4.5%

4.5%

Gasto público

2.2%

3.3%

3.6%

3.6%

3.6%

Inversion privada

10.6%

8.0%

7.7%

7.6%

8.1%

Inversion pública

4.1%

5.1%

5.2%

5.2%

5.2%

Inversion extranjera directa

96.6%

148.2%

-0.6%

-0.6%

-0.6%

Ocupación

-2.2%

0.2%

0.5%

1.0%

4.5%

Fuente: Banco Mundial.

NOtas 1. Ver el Recuadro 1 para un mayor detalle sobre las políticas que desarrollaron las estrategias de sustitución de importaciones y de preeminencia de la producción de materias primas.

112

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE



114

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


DESARROLLO SOCIAL LA POBREZA URBANA Y LAS CONDICIONES DE VIVIENDA

DESARROLLO SOCIAL: LA POBREZA URBANA Y LAS CONDICIONES DE VIVIENDA

115


116

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


I. ANTECEDENTES Las condiciones habitacionales influyen en parte en el nivel de la calidad de vida de la población. Consecuentemente, la atención de las necesidades habitacionales contribuye a la formación de capital humano, lo cual desencadena efectos en dos direcciones: sobre la productividad del trabajo, los ingresos de los hogares y la demanda agregada de la economía y, a nivel de la oferta, sobre la competitividad de las empresas y el volumen de la producción. La incidencia conjunta se materializa en el crecimiento del PIB y en la distribución del ingreso. En América Latina el acceso a la vivienda de calidad, concebida según los atributos de la vivienda adecuada, está restringido para una proporción importante de la población, la cual se encuentra marginada del mercado habitacional comercial debido principalmente a las limitaciones de la demanda en lo que tiene que ver con los ingresos, la capacidad de ahorro y el acceso al crédito hipotecario. Desde la oferta, por fallas en el mercado de suelo urbano, la dimensión y diversidad de la producción, la orientación y el costo de la financiación, el nivel tecnológico predominante, las escalas de producción, etc., aspectos que inciden significativamente en el proceso de formación de los precios. De otra parte, la función compensatoria del Estado vía el efecto redistributivo del gasto social en vivienda, en la forma de subsidios directos e indirectos a la demanda, históricamente ha adolecido de limitaciones de suficiencia de recursos y problemas en la focalización. Examinando las consecuencias solamente en el ámbito sectorial, es evidente que estas condiciones no han permitido atender a los hogares afectados por carencias habitacionales críticas (déficit de vivienda convencional acumulado, asentamientos precarios, etc.), la población de nuevos hogares que se conforma cada año y la demanda no deficitaria en los países de la región. Aunque el problema es mucho más complejo y diverso, las consideraciones anteriores dejan claro que en América Latina no se ha aprovechado a fondo el potencial social y económico implícito en los procesos de urbanización y, a nivel particular, en los procesos de producción de unidades habitacionales y de servicios de vivienda. De otra parte, la existencia de una relación entre la precariedad habitacional y la pobreza, constituye una condición de las sociedades latinoamericanas que amerita un reconocimiento en lo que tiene que ver con su impacto sobre la calidad de vida de la población y la competitividad de la región. En términos más específicos, en América Latina se requiere con urgencia formular políticas sectoriales que sean compatibles con las necesidades habitacionales de la población, sus expectativas y sus condiciones socioeconómicas, en un contexto en el cual el Estado complemente la capacidad de pago de los hogares con ingresos insuficientes y promueva el desarrollo de los mercados que presentan fallas críticas como el suelo urbano y la financiación hipotecaria.

La pobreza se manifiesta territorialmente y espacialmente en la vivienda. Actualmente se reconoce que esta es un problema multidimensional que no puede ser atacado con acciones desarticuladas (López, Núñez, 2007). También que los pobres no son capaces de superar su situación sólo con sus propios esfuerzos. Tampoco en el corto plazo. Se requiere, entonces, implementar objetivos y programas sociales de corto y largo plazo para romper la transmisión intergeneracional de la pobreza. Los primeros deben ayudar a enfrentar la situación actual y los segundos deben dedicarse a la acumulación de capital humano. Es necesario destacar que para el desarrollo de este trabajo se partió del valioso aporte contenido en el documento elaborado para ONU- HABITAT por Brendan McBride, sobre el cual se hacen varias referencias (McBride, 2009). De otra parte, además de la información regional, en el texto se incluyen reflexiones inferidas de condiciones ilustrativas pertinentes a Colombia, dado que el autor, en estos casos específicos, no contó con información disponible para otros países. Básicamente se trata de análisis que relacionan las condiciones habitacionales de los hogares con la pobreza, los cuales se realizaron en el marco de trabajos para la Misión para el Diseño de una Estrategia para la Reducción de la Pobreza y la Desigualdad, MERPD, y la Comisión de Seguimiento a la Política Pública sobre Desplazamiento Forzado en Colombia, entre otros. Sería muy interesante para la región que esta información también se compile y se genere en otros países, dado que las fuentes de información corresponden a las encuestas de calidad de vida, de hogares o de ingresos y gastos.

II. MARCO MACROECONÓMICO Y SECTORIAL1 El análisis de la pobreza urbana y las condiciones de vivienda debe tener como referente principal la política macroeconómica y su relación con la ciudad. A este respecto, aunque la lucha contra la pobreza y la exclusión urbana constituyen factores a considerar en la definición de propuestas de política de vivienda y hábitat, también debe considerarse que los logros en este campo son un resultado indirecto del desempeño macroeconómico. Las concepciones económicas que consideran a la construcción como sector líder mantienen actualmente una importancia intermedia en América Latina, lo cual es determinante en la asignación de recursos públicos a la política habitacional. Aunque esta interpretación de la función de los sectores en los planes nacionales de desarrollo económico de los países se relativizó a partir de los 80s, es interesante anotar que durante los dos últimos años se retomaron medidas de política económica anti recesivas que enfatizaron en la inversión en el sector, especialmente en programas dirigidos a incentivar la producción de vivienda y la construcción de obras de infraestructura, en general para América Latina.

DESARROLLO SOCIAL: LA POBREZA URBANA Y LAS CONDICIONES DE VIVIENDA

117


Tabla 1: Tasa anual de crecimiento del sector de la construcción en los países de América Latina (Porcentaje, 1997 – 2008)* País

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008*

Argentina

16.6

8.7

-7.9

-9.3

-11.6

-33.4

34.4

29.4

20.4

17.9

9.9

3.7

Bolivia

4.9

35.8

-16.8

-4.2

-7.0

16.2

-23.7

2.2

6.4

8.2

14.3

9.2

Brasil

8.5

1.1

-2.9

2.0

-2.1

-2.2

-3.3

6.6

1.8

4.7

5.0

3.2

Chile

6.3

1.9

-9.9

-0.7

4.1

2.5

4.3

3.2

10.1

4.0

5.4

9.7

Colombia

2.2

-7.2

-27.0

-3.9

1.6

3.2

14.7

13.4

12.8

13.5

11.5

2.8

Ecuador

2.7

-0.2

-24.9

18.3

19.7

20.0

-0.7

4.0

7.3

3.8

0.1

13.8

Paraguay

-2.5

-0.7

-5.8

-7.8

-1.4

-8.9

14.4

2.1

4.5

-3.5

7.2

10.5

Perú

14.9

0.6

-10.5

-6.5

-6.5

7.7

4.5

4.7

8.4

14.8

16.6

16.5

Uruguay

2.4

9.8

8.9

-11.1

-8.7

-22.0

-7.1

7.5

4.2

14.0

5.5

9.0

Venezuela

17.2

1.4

-17.4

4.0

13.5

-8.4

-39.5

25.1

20.0

30.6

17.7

4.2

Costa Rica

6.1

17.4

-1.6

4.4

14.4

-1.5

4.8

6.3

-0.2

18.2

21.6

10.4

Cuba

3.0

-2.6

7.5

8.4

-5.3

-2.4

4.4

10.0

18.9

37.7

-8.6

3.3

El Salvador

6.2

8.5

-1.8

-3.4

9.6

6.7

3.2

-9.8

3.4

5.5

1.2

-6.0

Guatemala

10.0

9.3

7.8

-18.3

12.2

15.4

-3.7

-8.9

4.5

13.1

8.8

-3.6

Honduras

-3.0

5.3

10.5

1.5

-7.8

-11.5

3.8

1.2

-2.3

9.4

9.7

6.3

México

9.3

4.2

5.0

4.2

-5.7

2.1

3.3

5.3

2.5

7.9

4.4

-0.6

Nicaragua

-8.6

-1.4

36.4

-1.0

2.1

-13.3

2.7

12.1

7.3

-3.2

-2.6

-2.8

Panamá

6.7

11.9

36.0

1.3

-21.8

-7.1

32.5

13.9

1.0

18.4

20.3

30.0

Rep. Dominicana

3.5

16.7

12.9

-4.0

-3.9

4.6

-17.1

-2.3

9.2

24.6

3.2

-0.4

Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe, CEPAL. CEPALstat – Badecon. * Datos preliminares.

Tabla 2: Participación del sector de la construcción en el PIB en los países de América Latina (Porcentaje, 1997 – 2008)* País

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008*

Argentina

5.1

5.4

5.1

4.7

4.3

3.2

4.0

4.7

5.2

5.7

5.7

5.6

Bolivia

3.0

3.9

3.2

3.0

2.8

3.1

2.3

2.3

2.3

2.4

2.6

2.7

Brasil

5.0

5.0

4.9

4.8

4.6

4.4

4.2

4.2

4.2

4.2

4.2

4.1

Chile

7.3

7.2

6.6

6.2

6.3

6.3

6.3

6.2

6.4

6.4

6.4

6.8

Colombia

5.7

5.2

4.0

3.7

3.7

3.7

4.1

4.4

4.7

5.0

5.2

5.2

Ecuador

7.8

7.7

6.1

7.1

8.0

9.3

8.9

8.5

8.7

8.6

8.4

9.0

Paraguay

5.1

5.0

4.8

4.6

4.4

4.0

4.4

4.4

4.4

4.1

4.1

4.3

Perú

6.6

6.6

5.9

5.3

5.0

5.1

5.1

5.1

5.2

5.5

5.9

6.3

Uruguay

7.7

8.1

9.1

8.2

7.8

6.8

6.2

6.0

5.8

6.2

6.1

6.1

Venezuela

8.7

8.8

7.7

7.7

8.5

8.5

5.6

5.9

6.4

7.6

8.3

8.2

Costa Rica

3.6

3.9

3.6

3.7

4.2

4.0

3.9

4.0

3.8

4.1

4.6

5.0

Cuba

5.7

5.6

5.6

5.8

5.3

5.1

5.1

5.3

5.7

7.0

6.0

5.9

El Salvador

4.6

4.9

4.6

4.4

4.7

4.9

4.9

4.4

4.4

4.4

4.3

3.9

Guatemala

4.2

4.4

4.6

3.6

3.9

4.4

4.1

3.6

3.7

3.9

4.0

3.7

Honduras

5.3

5.4

6.1

5.9

5.3

4.5

4.5

4.2

3.9

4.0

4.1

4.2

México

6.3

6.3

6.3

6.2

5.8

5.9

6.0

6.1

6.1

6.2

6.3

6.2

Nicaragua

5.4

5.1

6.5

6.2

6.1

5.3

5.3

5.6

5.8

5.4

5.1

4.8

Panamá

3.7

3.8

5.0

4.9

3.8

3.5

4.4

4.7

4.4

4.8

5.2

6.2

Rep. Dominicana

5.9

6.4

6.8

6.2

5.8

5.8

4.8

4.6

4.6

5.2

4.9

4.7

Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe, CEPAL. CEPALstat – Badecon. * Datos preliminares.

118

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Durante el período 1997 – 2008 se observa un comportamiento muy inestable del sector, al registrarse tanto variaciones negativas como tasas de crecimiento destacadas, en la mayoría de países. Como se ilustra en la Tabla 1, los países que han reportado altas tasas de crecimiento durante los últimos años son principalmente Perú, Costa Rica y Panamá. La participación del sector de la construcción en el PIB en América Latina registra dos grupos de países según el nivel de importancia o contribución dentro de la economía de cada nación. En este sentido, los países en los cuales el sector ha representado más del 5% del PIB a partir de 2001 son: Chile, Ecuador, Perú, Uruguay, Venezuela, Cuba, México y Nicaragua. En el resto, el sector ha reportado una participación generalmente inferior al 5% durante estos años. Tabla 2. Unos rasgos comunes del panorama general de América Latina a nivel macroeconómico y sectorial son los siguientes: • Ingreso per cápita bajo, comparado con las economías emergentes más dinámicas y los países desarrollados. En el mismo marco comparativo, desempeño irregular del producto interno y, con pocas excepciones, bajas tasas anuales de crecimiento • Baja participación del producto interno del sector de la construcción en la economía nacional y volatilidad en su comportamiento histórico. Una participación predominante del subsector de edificaciones urbanas en la composición del producto sectorial, frente a la construcción de infraestructura, la cual tiene la potencialidad de aportar una mayor participación • Pérdida del reconocimiento de la construcción como sector líder de la economía. Relativización de la importancia de la construcción de vivienda a nivel de la política económica (generación de empleo), y la política social (mejoramiento de la calidad de vida) • Consecuentemente, el gasto público en vivienda social no es considerado con la misma importancia y prioridad del asignado a los sectores educación, salud y seguridad social

En primer lugar y como recurso precursor de los procesos habitacionales, las limitaciones que se introducen a la política sectorial vía las fallas del mercado del suelo urbano, las cuales inciden sobre el precio de la vivienda y la accesibilidad económica de los hogares, el tamaño y diversidad de la oferta de vivienda social, etc. Otro tema pendiente es el relativo al stock vacante tanto de vivienda como de otro tipo de edificaciones, el cual ofrece la potencialidad de renovación y reconversión, aportando directamente al aumento de la oferta total de vivienda. La seguridad en la tenencia, como atributo de la vivienda adecuada, necesaria para la consolidación del patrimonio de los hogares y su alcance como respaldo económico, es un tema que debe ser considerado prioritario. Igualmente, la potencialidad de generación de ingresos de la vivienda, dada su función de lugar de trabajo del hogar. En otro campo, en la región son frecuentes las preocupaciones asociadas con aspectos como la calidad de la vivienda social y el precio de las soluciones generadas por el Estado, frente al precio de las soluciones de mercado. Sobre estos dos temas, el trabajo de Brendan McBride citado, presenta información de interés sobre instituciones y programas destacados en la región. Respecto de las categorías de precariedad habitacional, como las definidas en el déficit de vivienda, es necesario avanzar en la incorporación de un espectro nuevo de problemas que ameritan tanto la profundización en el conocimiento relacionado como una atención urgente. Se trata de la población residente en islas y zonas costeras, la cual es altamente vulnerable a los riesgos derivados del cambio climático. En otra dimensión territorial y política, las ciudades de frontera también conforman otro eje problemático, al estar afectadas por procesos de migración, inseguridad, inestabilidad económica por variaciones en el comercio, el tipo de cambio, etc. Finalmente, las ciudades de la región ofrecen una rica experiencia de buenas prácticas en materia de la gestión pública del sector de la vivienda y el hábitat, algunas de las cuales se mencionan en el texto. El llamado es a concentrar también la atención en estas enseñanzas.

STOCK DE VIVIENDA

III. CONDICIONES HABITACIONALES Es pertinente llamar la atención acerca de algunos aspectos que no son tratados directamente o con profundidad en el texto siguiente, dado que no están relacionados con información cuantitativa disponible. Aquí es evidente, entonces, el problema de la producción y el libre acceso a la información de interés de la región y la limitación que surge por la ausencia crítica de instancias de validación de la misma, lo cual resalta la urgencia de avanzar en superar los problemas del mal procesamiento de las estadísticas, los cuales afectan la validez y el alcance de los análisis.

Además de constituir la oferta total de vivienda, el stock habitacional es importante dado que su calidad determina en buena parte el nivel de las condiciones habitacionales de la población y de su calidad de vida. Respecto de su dimensión, el stock habitacional incide de manera significativa sobre los precios de los servicios habitacionales (vivienda nueva, arrendamiento, etc.), variable esta que es definitiva en el proceso de atención de las necesidades habitacionales de los hogares. En América Latina el tamaño del stock habitacional está rezagado respecto del tamaño de la población y el flujo de nuevas viviendas no tiene la dinámica requerida para superar esta situación. En la Tabla 3 se presenta el stock habitacional por país. En los Gráficos 1 y 2 se compara el número de viviendas por cada 1.000 habitantes de los países de América Latina

DESARROLLO SOCIAL: LA POBREZA URBANA Y LAS CONDICIONES DE VIVIENDA

119


Tabla 3: Stock de vivienda en América Latina País

Año

Viviendas Ocupadas

País

Año

Viviendas ocupadas

Antigua y Barbuda

2001

20.464

Haití

2003

153.208

Antillas Neerlandesas 2001

60.031

Honduras c/

2001

1.211.307

Argentina b/ c/

2001

10.073.625

Islas Vírgenes Británicas

1980

3.382

Barbados f/

1980

67.387

Jamaica

1982

517.768

Belice f/

2000

51.398

México

2000

21.732.079

Bolivia

2001

1.977.665

Nicaragua

2005

979.458

Brasil

2000

45.023.428

Panamá

2000

681.928

Chile

2002

3.899.448

Paraguay

2002

1.098.005

Colombia c/ g/

2005

10.570.899

Perú

2007

6.400.131

Costa Rica

2000

935.289

República Dominicana

2002

2.193.848

Dominica

1980

17.343

Santa Lucía

2001

46.817

Ecuador

2001

2.879.935

Trinidad y Tobago f/

2000

303.871

El Salvador f/ h/

1992

1.236.937

Uruguay c/

1996

970.037

Granada

1980

21.297

Venezuela

2001

5.261.202

Guatemala c/

1994

1.591.823

a/ b/ c/ d/ e/ f/ g/ h/

Incluye categoría no responde o no sabe; Se excluyen los hogares censados que viven en la calle; Número total de hogares; Corresponde a la población urbana de 2000 personas y más; Corresponde a la población rural agrupada de menos de 2000 personas y a la población rural dispersa; Número total de viviendas; Las estimaciones tienen un error de muestreo que es importante evaluar para utilizar la información. Se recomienda remitirse a los documentos metodológicos y tablas de frecuencias básica; La suma de propietario, inquilino y otras formas no es igual al total de viviendas ocupadas porque no se incluye la categoría “No responde”.

Fuente: CEPAL. Pobreza y precariedad urbana en América Latina y el Caribe. Situación actual y financiamiento de políticas y programas. 2009.

Gráfico 1: Número de viviendas por cada 1.000 habitantes en América Latina y el Caribe 700

229,4

229,3

218,0

212,6

197,2

Perú

Bolivia

México

Venezuela

Paraguay

237,6

Dominica

230,8

242,7

Jamaica

Ecuador

242,9

Rep. Dominicana

235,4

247,5

Chile

Colombia

257,7

Brasil

300

271,1

400

Argentina

500 299,4

No. Viviendas

600

200

17,0

100

Haití

Uruguay

0

Fuente: CEPAL Cálculos y Elaboración: CENAC. DANE. Censo 2005.Datos del año: Uruguay 1996, Argentina, Ecuador, Bolivia, Venezuela 2001, Brasil, México 2000, Chile, Rep. Dominicana, Paraguay 2002, Jamaica 1982, Dominica 1980, Colombia 2005, Perú 2007, Haití 2003.

120

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


389,8

384,3

Lituania

Rumania

340,8

422

Hungría

Polonia

429,3

Holanda

365

432,7

Chipre

400

Eslovaquia

433,6

Irlanda

464,1

Bélgica

437,5

480,6

Estonia

Rep. Checa

484,3

Bulgaria

445,3

485

488,6

Suecia

Alemania

491,6

500

Dinamarca

No. Viviendas

600

519,8

700

568,3

Gráfico 2: Número de viviendas por cada 1.000 habitantes en la Unión Europea

300 200 100

Letonia

Portugal

España

0

Fuente: European Mortgage Federation National Experts, National Central Banks, National Statistics Offices, Eurostat. En: A Review of Europe’s Mortgage and Housing Markets. Hypostat 2006; Cálculos y Elaboración: CENAC. Datos del año 2007.

y de la Unión Europea, UE, con el objeto de ilustrar las diferencias sensibles que presenta la región en esta proporción. Reconociendo diferentes aspectos interesantes, llaman la atención especialmente dos de ellos. En primer lugar que ningún país de América Latina y El Caribe registra una proporción de viviendas por cada 1.000 habitantes localizada en el rango observado para la UE, de 568.3 (España) y 340.8 (Polonia). Es más, para el caso particular de América Latina, la proporción más alta corresponde a Uruguay, la cual es casi la mitad (52.7%) de la mayor europea. En segundo lugar, siendo El Caribe una zona menos urbanizada que América Latina, presenta un rezago menor en el tamaño del stock habitacional, al punto que en los diez primeros lugares se localizan seis países de esta región y diez en los veinte primeros. Tres países de Centro América se localizan dentro de las menores proporciones, serie que es cerrada por Haití. Respecto de la relación entre la población y el activo habitacional en términos de mercado, se puede inferir que en la región existe un desequilibrio de mercado caracterizado por un exceso de demanda frente a la oferta, con las implicaciones que esta condición económica deriva sobre los precios de los servicios habitacionales e inmobiliarios.

TENENCIA DE VIVIENDA La experiencia histórica evidencia cómo los hogares y las políticas públicas de vivienda han privilegiado el acceso a la propiedad como el medio más indicado para atender las necesidades habitacionales de la población, independientemente de la región del mundo y del estado de desarrollo de la economía de cada país. De otra parte, mientras la preferencia de los hogares por la propiedad es, en gran medida, indiferente al estado de la vivienda,

nueva o usada, las políticas sectoriales de vivienda social generalmente enfatizan en los programas de vivienda nueva. No obstante esta tendencia, las estadísticas que se consignan en este documento evidencian que no siempre existe una correspondencia directa entre el tamaño de la economía y la proporción de hogares propietarios de la vivienda en la cual habitan. Es decir, los beneficios del crecimiento económico no generan per se la atención mayoritaria de las necesidades habitacionales vía la propiedad de la vivienda. En este sentido, es posible verificar que existen países desarrollados con una muy alta proporción de arrendatarios, y países pobres con una composición de la tenencia de vivienda fuertemente concentrada en propietarios (CENAC, 2007; Gilbert, 2003; Jaramillo, 2002; McBride, 2009; Pérez, 2006; Torres, J.E., 2005; Pérez, Torres, J.E., 2008). Estas consideraciones son pertinentes cuando se diseñan y formulan las políticas públicas del sector habitacional. Lo importante es viabilizar el acceso de los hogares a viviendas adecuadas, mediante la integración de programas de mercado para los grupos sociales con capacidad de pago autónoma, y programas institucionales de vivienda dirigidos hacia la población con ingresos insuficientes, con aplicación de subsidios que complementen su capacidad económica. En ambos casos promoviendo el desarrollo de todos los mercados relacionados con la vivienda, como la financiación hipotecaria de mercado y la búsqueda de mecanismos financieros alternativos, suelo urbano, producción de unidades habitacionales, circulación de las unidades del stock, principalmente. Las necesidades habitacionales de los hogares son complejas y diversas y la forma como la población resuelve atenderlas comprende, consecuentemente, una gran variedad de soluciones y servicios de vivienda. En el proceso social de ocupación del territorio y de uso del stock se combinan de manera sistémica los tipos de vivienda y las formas de tenencia, en un mercado en el cual se enfrentan

DESARROLLO SOCIAL: LA POBREZA URBANA Y LAS CONDICIONES DE VIVIENDA

121


las unidades existentes y las viviendas generadas por diversas formas de producción, del lado de la oferta, con la demanda de los hogares, la cual presenta una compleja composición cultural y socioeconómica, con motivaciones heterogéneas en lo que tiene que ver con el interés que determina el gasto en vivienda, es decir si éste se hace con la finalidad de uso, sustitución, renta, etc. En este proceso es importante reconocer, entonces, que la mayor parte de las necesidades habitacionales se atiende con los servicios generados por el stock de vivienda constituido históricamente y concentrado actualmente en las ciudades. El arrendamiento es una forma de tenencia que no sólo es atractiva para los hogares que no se interesan en la propiedad, independientemente de su nivel económico. El stock arrendado genera rentas que se canalizan principalmente hacia los hogares propietarios de los estratos bajos y medio bajos de la población y permite una alternativa para aquellos de su mismo nivel socioeconómico que no tienen posibilidades de acumulación para la cuota inicial de una vivienda nueva, o los ingresos para responder con suficiencia por un crédito hipotecario. Es una forma de tenencia que en América Latina ha contribuido a desestimular los desarrollos urbanísticos ilegales, los cuales en la actualidad son protagonizados por hogares que se

encuentran marginados tanto del mercado de compra de vivienda nueva (objeto principal de las políticas), como del acceso al mercado de arrendamientos. El arrendamiento permite al hogar disponer de una serie de flexibilidades en cuanto a la demanda cambiante de área que caracteriza su ciclo de vida. También, con relación a la localización respecto del lugar del trabajo y el equipamiento urbano requerido por sus miembros. Es decir, facilita la atención de las necesidades de movilidad del hogar al interior de la ciudad y el país. El arrendamiento se manifiesta en mayor proporción en los hogares de estratos medios. En los altos y bajos esta proporción es comparativamente menor (McBride 2009). En el primero de estos dos grupos sociales porque sus ingresos determinan un acceso fácil a la propiedad, y en el segundo porque sus condiciones socioeconómicas no permiten materializar esta alternativa, ni pagar arriendo. Para los hogares pobres las alternativas más viables se concentran en generar sus viviendas vía autogestión en zonas de ocupación ilegal, en condiciones precarias de calidad urbana y habitacional, o acudir al inquilinato en zonas que, en gran proporción, se encuentran en proceso de deterioro. De manera consecuente con las observaciones formuladas anteriormente, en la Tabla 4 se presenta la

Tabla 4: Tenencia de vivienda en América Latina País

Total viviendas

Propietarios

Inquilinos

Otras formas de tenencia

No.

No.

%

No.

%

No.

%

Argentina (2001)

10.073.625

7.547.517

74,9

1.122.208

11,1

1.403.900

13,9

Bolivia (2001)

1.977.665

1.321.428

66,8

326.045

16,5

330.192

16,7

Brasil (2000)

45.023.428

33.575.522

74,6

6.238.673

13,9

5.209.233

11,6

Chile (2002)

3.899.448

2.827.199

72,5

688.610

17,7

383.639

9,8

Colombia (2005)

10.570.899

5.753.156

54,4

3.306.409

31,3

1.511.334

14,3

Costa Rica (2001)

935.289

669.754

71,6

153.513

16,4

112.022

12,0

Ecuador (2000)

2.879.935

1.936.909

67,3

672.690

23,4

270.336

9,4

El Salvador (1992)

1.236.937

766.341

62,0

197.083

15,9

137.290

11,1

Guatemala (1994)

1.591.823

1.208.161

75,9

169.613

10,7

214.049

13,5

Haití (2003)

153.208

89.172

58,2

33.027

21,6

31.009

20,2

Honduras (2001)

1.211.307

930.964

76,9

179.586

14,8

100.757

8,3

Jamaica (1982)

517.768

241.659

46,7

211.211

40,8

64.898

12,5

México (2001)

21.732.079

16.370.794

75,3

2.879.284

13,3

2.482.001

11,4

Nicaragua (2005)

979.458

826.471

84,4

45.340

4,6

107.647

11,0

Panamá (2000)

681.928

465.756

68,3

93.969

13,8

122.203

17,9

Paraguay (2002)

1.098.005

857.890

78,1

111.966

10,2

128.149

11,7

Perú (2007)

6.400.131

4.534.095

70,8

979.657

15,3

886.379

13,9

República Dominicana (2002)

2.193.848

1.366.657

62,3

617.731

28,2

209.460

9,6

Trinidad y Tobago (2000)

303.871

230.292

75,8

46.144

15,2

27.435

9,0

Uruguay (1996)

970.037

599.361

61,8

172.593

17,8

198.083

20,4

Venezuela (2001)

5.261.202

4.099.364

77,9

642.690

12,2

519.148

9,9

Total

119.691.891

86.218.462

72,0

18.888.042

15,8

14.449.164

12,1

Fuente: Cálculos a partir de datos CEPAL.

122

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


distribución del stock según forma de tenencia de la vivienda en América Latina. Se observa que los cinco países que presentan una proporción de propietarios superior al 75% de los hogares son, en orden descendente: Nicaragua, Paraguay, Venezuela, Honduras y Guatemala. Las menores proporciones corresponden a Haití, Colombia y Jamaica. Sobre la otra forma de tenencia predominante, el arrendamiento, los mayores porcentajes se observan en Jamaica, Colombia, República Dominicana, Ecuador y Haití. Sobre la composición de la tenencia de vivienda es pertinente comentar que la región presenta un escenario general de cambio, dado que en los últimos quince años no se han registrado avances generalizados y significativos en la proporción de propietarios y, como alternativa compensatoria, otros tipos de tenencia como el arrendamiento y formas asociadas como el usufructo han ganado participación. Es más, en este período ocho países presentan reducción en la proporción de propietarios, tres han mantenido el mismo nivel y cuatro han incrementado el valor de este indicador, los cuales corresponden a Chile y tres países de Centro América. Este escenario de estancamiento se predica en tanto existe la paradoja de las políticas nacionales que se han concentrado en la provisión de unidades de vivienda nueva, privilegiando la propiedad como principal forma de tenencia. Desde otra mirada, es pertinente mencionar que los hogares que se encuentran en condición de usufructo son los más afectados por condiciones de precariedad habitacional y pobreza. (Torres, J.E., 2007)

SERVICIOS PÚBLICOS Asociado al proceso de urbanización, América Latina ha registrado un avance importante en la cobertura de los servicios públicos básicos domiciliarios. Esto, expresado en términos de la conexión de las viviendas a las redes correspondientes. La aclaración es necesaria, dado que en la región subsisten problemas importantes en la frecuencia en el suministro y en la calidad del servicio. Evidencia de lo anterior son las situaciones que actualmente afrontan varios países en materia de agua potable y energía eléctrica como consecuencia de la ocurrencia periódica del Fenómeno “El Niño”. Sin embargo, el nivel de las coberturas no es homogéneo, lo cual descubre un factor de desigualdad regional importante, altamente asociado a la calidad de vida de la población. Respecto del alcantarillado, el Gráfico 3 es claro en mostrar cómo en este campo existen las mayores deficiencias, considerando que en la mitad de los países de la región, más del 50% de los hogares están excluidos de la cobertura. Para el caso del agua potable se evidencia un avance mayor en la región, aunque la precariedad en la presencia de este atributo del hábitat y de la vivienda persiste en tres de cada cuatro hogares, en ocho de los diecisiete países relacionados en el Gráfico 4. Las mayores coberturas de los servicios públicos domiciliarios básicos se registran en energía eléctrica, con niveles superiores al 95% de la población en diez países. Sin

Gráfico 3: Disponibilidad de inodoro conectado a alcantarillado en los países de América Latina (2007)

90

90,6 82,5

% Hogares

80

74,5 73,5

70

62,0

60

55,8 55,2

51,2 50,9

50

40,3 39,8 37,7

40

33,0 26,4 25,6 23,2

30 20

9,7

Rep. Dominicana (2006)

Costa Rica

Nicaragua (2005)

Honduras

Bolivia

El Salvador (2006)

Guatemala (2006)

Perú (2005)

Brasil

Ecuador

Uruguay

Argentina (Urbano, 2006)

México (2006)

Colombia*

Chile (2006)

0

Venezuela

10

Paraguay

100

Fuente: CEPAL. Anuario estadístico 2006. * Los datos se refieren al año más cercano al 2005.

DESARROLLO SOCIAL: LA POBREZA URBANA Y LAS CONDICIONES DE VIVIENDA

123


Gráfico 4: Disponibilidad de acueducto por tubería en los países de América Latina (2007) 120 100

98,5

95,2 94,5 92,9

91,3 90,9

87,4

83,1 82,5

% Hogares

80

76,3 75,5 73,7

71,9 64,6 64,6

64,5 64,4

60 40 20

Perú (2005)

El Salvador (2006)

Nicaragua (2005)

Paraguay

Rep. Dominicana (2006)

Ecuador

Bolivia

Guatemala (2006)

Honduras

Brasil

Colombia*

México (2006)

Uruguay

Chile (2006)

Venezuela

Costa Rica

Argentina (Urbano, 2006)

0

Fuente: CEPAL. Anuario estadístico 2006. * Los datos se refieren al año más cercano al 2005.

embargo, todavía persisten porcentajes importantes de no cobertura en el conjunto restante de países (Gráfico 5). Examinando la situación de los servicios públicos en América Latina, desde la perspectiva de la distribución

regional de las coberturas en lo referente al alcantarillado y acueducto, en las Tablas 5 y 6 se observa que se registran mayores deficiencias en las áreas rurales, algunas extremas, dado que afectan a proporciones muy altas de la población.

GRÁFICO 5: DISPONIBILIDAD de energía eléctrica en los países de América Latina (2007)

120

% Hogares

100

99,6 99,5 99,1 99,0 98,5 98,2 97,9 96,8 96,5 96,4 88,5

80

81,8 81,0 80,2

73,9 73,9 72,4

60 40 20

Perú (2005)

Nicaragua (2005)

Honduras

Bolivia

El Salvador (2006)

Guatemala (2006)

Rep. Dominicana (2005)

Colombia*

Paraguay

Ecuador

Brasil

Uruguay

México (2006)

Chile (2006)

Costa Rica

Venezuela

Argentina (Urbano, 2005)

0

Fuente: CEPAL. Anuario estadístico 2006. * Los datos se refieren al año más cercano al 2005.

124

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Tabla 5: Población con acceso a servicios de saneamiento mejorados, por área urbana y rural (Porcentaje, 2006)

Tabla 6: Población con acceso sostenible a mejores fuentes de abastecimiento de agua (Porcentaje, 2006)

País

Área urbana y rural 2006

Área urbana 2006

Área rural 2006

País

Área urbana y rural 2006

Área urbana 2006

Área rural 2006

Argentina

91

92

83

Argentina

96

98

80

Bolivia

43

54

22

Bolivia

86

96

69

Brasil

77

84

37

Brasil

91

97

58

Chile

94

97

74

Chile

95

98

72

Colombia

78

85

58

Colombia

93

99

77

Costa Rica

96

96

95

Costa Rica

98

99

96

Cuba

98

99

95

Cuba

91

95

78

Ecuador

84

91

72

Ecuador

95

98

91

El Salvador

86

90

80

El Salvador

84

94

68

Guatemala

84

90

79

Guatemala

96

99

94

Honduras

66

78

55

Honduras

84

95

74

México

81

91

48

México

95

98

85

Nicaragua

48

57

34

Nicaragua

79

90

63

Panamá

74

78

63

Panamá

92

96

81

Paraguay

70

89

42

Paraguay

77

94

52

Perú

72

85

36

Perú

84

92

63

República Dominicana

79

81

74

República Dominicana

-

97

91

Uruguay

100

100

99

Uruguay

100

100

100

86

52

América Latina 92 y el Caribe

97

73

América Latina 79 y el Caribe Fuentes: CEPAL-UNICEF.

Fuentes: CEPAL-UNICEF.

DÉFICIT DE VIVIENDA

La metodología de cálculo intrínseca a cada una de estas limita el alcance de sus resultados debido a las siguientes particularidades: • El déficit de vivienda calculado de manera independiente para cada una de las categorías (cuantitativa y cualitativa), no ofrece un dimensionamiento global del problema habitacional que permita identificar la verdadera magnitud de los hogares afectados por carencias de esta naturaleza. En este sentido: −− El déficit cuantitativo es indiferente al estado de las viviendas actuales en términos de su estructura física −− El déficit cualitativo no considera la habitabilidad, la privacidad, etc., como carencias habitacionales • Las dos mediciones consideran como carencias habitacionales atributos concernientes únicamente al interior de la casa sin tener en cuenta los problemas del entorno que afectan la calidad de vida de los hogares El primer caso (déficit cuantitativo) considera dos situaciones: • Viviendas que deben ser sustituidas por la precariedad de sus materiales • Hogares secundarios que habitan en la misma vivienda con otros hogares y que tienen más de dos miembros (cohabitación)

Las primeras estimaciones: El déficit cuantitativo y cualitativo El estudio de las necesidades habitacionales presenta como uno de sus fundamentos básicos la medición convencional del déficit de vivienda, la cual concierne dos enfoques o metodologías de dimensionamiento, de tipo cuantitativo y cualitativo. La medición convencional correspondiente al déficit habitacional en términos cuantitativos, aplicada desde comienzos de los años cincuenta, indica un dimensionamiento basado en la diferencia resultante entre el número de hogares y de viviendas bajo el supuesto que para determinado número de hogares, debe existir igual número de viviendas independientes. La medición cualitativa del déficit habitacional surge como complemento de la medición cuantitativa al considerar, más allá del faltante de unidades de vivienda requerido respecto al número de hogares, la proporción de hogares afectados por carencias o privaciones en sus viviendas (servicios públicos, espacio, materiales de la estructura).

DESARROLLO SOCIAL: LA POBREZA URBANA Y LAS CONDICIONES DE VIVIENDA

125


El déficit cualitativo, cuya atención involucra la implementación de políticas y programas de mejoramiento, considera: • Estructura (materiales inestables) • Hacinamiento −− Tres o más personas por cuarto en el área urbana −− Más de tres personas por cuarto en el área rural • Servicios públicos domiciliarios −− Sin sanitario conectado a alcantarillado o a pozo séptico; sin conexión a acueducto, sin servicio de energía eléctrica o de recolección de basuras en el área urbana −− Sin sanitario, sin conexión a acueducto u obtención del agua de río, manantial, nacimiento o quebrada o aguas lluvias en el área rural Estas categorías singulares se pueden ampliar y combinar.

Dimensión del déficit cuantitativo de vivienda No obstante las anteriores reflexiones, en la región sólo existe información sobre estimaciones del déficit convencional de vivienda, especialmente el cuantitativo. Contrastando la población de hogares en América Latina a partir de la última estimación registrada a la fecha, se tiene que los países que necesitan agregar la mayor cantidad de unidades habitacionales a su stock de vivienda, con respecto a su población, son: Honduras, Nicaragua, Bolivia, El Salvador y República Dominicana. El porcentaje que representa el déficit cuantitativo de vivienda sobre el total de hogares latinoamericanos según país, se expone en la Tabla 7. En Chile actualmente se aplica una estimación nueva del déficit habitacional que considera aspectos relacionados con el potencial de recuperación de las viviendas y la necesidad de sustitución, situaciones referenciales que definen un intervalo que comprende otras categorías del déficit (McBride, 2009).

Tabla 7: Déficit cuantitativo de vivienda en algunos países de América Latina como porcentaje del total de hogares País

Año

Déficit

Hogares

No.

%

Argentina

2001

3,000,000

29.8

10,073,625

Chile

2005

450,000

11.3

4,000,000

Colombia

2005

1,307,757

12.4

10,570,899

Venezuela

2001

1,600,000

30.4

5,261,202

Costa Rica

2004

189,261

17.9

1,055,075

El Salvador

2004

545,000

33.5

1,626,036

Guatemala

2002

410,097

18.6

2,200,608

Honduras

2001

700,000

57.8

1,211,307

México

2005

4,290,665

17.3

24,803,625

Bolivia**

2007

855,000

34.8

2,457,000

Brasil**

2007

6,656,526

11.4

58,377,273

Nicaragua**

2005

550,000

50.4

1,091,400

Paraguay**

2007

400,000

26.8

1,492,683

Perú**

2003

1,010,878

16.7

6,050,227

República Dominicana**

2007

800,000

30.4

2,634,865

Fuente: Cálculos a partir de datos CEPAL. * Fecha datos déficit: 2002 (Guatemala), 2004 (Costa Rica, El Salvador), 2005 (Chile, Colombia, México). Datos hogares: 2001 (Argentina, Venezuela, Honduras), 2004 (El Salvador), 2005 (Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, México) **El número de hogares corresponde a una estimación basada en la población total y el tamaño promedio de los hogares

Otros indicadores El seguimiento a los Objetivos del Milenio, ODM, aporta información a nivel de los países de América Latina en materia de la calidad del hábitat, como es el caso de los asentamientos precarios. Aunque este capítulo no aborda el

Gráfico 6: Proporción de hogares en asentamientos precarios (2003)

0,80

0,72

0,70 0,58

0,60 0,50 % 0,40

0,32

0,30 0,20 0,10 0,00 África

Asia Meridional

America Latina y el Caribe

Fuente: UN-Hábitat, DAPD, DANE.

126

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


tema de los ODM, los cuales serán tratados en otro aparte del informe SOLACC, el Gráfico 6 compara la región con otras, observándose una mejor posición relativa de América Latina. Otro indicador se relaciona con uno de los atributos más importantes del entorno, como lo es el espacio público. En este caso, se compara el espacio público por habitante en

dos ciudades de países desarrollados, Singapur, dos capitales latinoamericanas y varias ciudades mayores e intermedias de Colombia. El Gráfico 7 es elocuente en la marcada diferencia en esta proporción en el caso de Colombia, no obstante los esfuerzos por mejorar la disponibilidad y disfrute de este atributo.

Gráfico 7: Espacio público por habitante (m2 /habitante). 2007

25

22

22

20

20

19

m2

15

2

1

1 Barranquilla

3

Cúcuta

3

Pereira

4

Pasto

4

Armenia

4

Valledupar

4

Bucaramanga

Singapur

Londres

Nueva York

Buenos Aires

0

Bogotá

5

Medellin

6

Neiva

10

Fuente: UN-Hábitat, DAPD, DANE.

IV. EL MERCADO DE VIVIENDA2 LOS MERCADOS HABITACIONALES La mayor parte de las políticas de vivienda en la región ofrecen posibilidades de aportar resultados efectivos principalmente en los grupos poblaciónes que derivan sus ingresos de actividades económicas de carácter formal y cuentan con condiciones para acceder al mercado de créditos hipotecarios. No obstante, existen limitaciones pendientes de superar en la capacidad económica de la demanda, la composición y características de la oferta, el acceso y costo del crédito, principalmente. Respecto de la población con menor capacidad económica, especialmente los hogares con ingresos inferiores a 3 salarios mínimos nacionales y ocupaciones laborales informales e inestables, las actuales políticas sectoriales no han reportado en la región resultados significativos en la atención de sus necesidades habitacionales. Esta situación es atribuible en alta proporción a la existencia de fallas en tres de los mercados que son estratégicos para el proceso de producción y acceso a la vivienda social (Giraldo; García; Ferrari; Bateman, 2009): • La generación de suelo urbanizado e infraestructura y la muy baja producción de vivienda social de menor precio, la cual es la más apropiada para los hogares

más pobres. La falta de aplicación de los instrumentos de gestión del suelo urbano está en la base de una problemática que se ha profundizado por la pretensión de atender el mercado de vivienda social accediendo al suelo requerido exclusivamente mediante mecanismos de mercado comercial, no objeto de gestión pública, el cual determina un sistema de precios de perfil especulativo • Mercado de soluciones de vivienda. Específicamente por la baja dimensión y diversidad de la oferta de vivienda social más económica, en términos de su composición por precios, tipología y localización territorial a nivel nacional, y urbana al interior de las ciudades • Mercado financiero hipotecario y de microcrédito habitacional para hogares de ingresos menores y ocupaciones informales. Esta limitación tiene el carácter de falla estructural de la política de vivienda en la región, dado que es la que mayor deserción causa en los hogares beneficiarios de la asignación de los subsidios y la que lleva más años incidiendo de manera negativa sobre el acceso de los hogares a soluciones de vivienda. De otra parte, como su solución se encuentra principalmente dentro del dominio del sector privado, los gobiernos nacionales enfrentan restricciones para intervenir. Esto, en términos del cumplimiento de los supuestos del actual modelo de gestión pública sectorial del sector de la vivienda y la construcción que predomina en los países de América Latina, el cual, en

DESARROLLO SOCIAL: LA POBREZA URBANA Y LAS CONDICIONES DE VIVIENDA

127


materia de financiación, opera con base en los agentes del mercado. Esta problemática de la región es estudiada más profundamente por Bruce Fergusson (Ferguson, 1999). Sin embargo, es pertinente comentar que en algunos países se han logado avances para relativizar la incidencia de esta limitación del mercado financiero sobre la política sectorial. Se pueden mencionar entre otros, los casos de Chile con el sistema de cooperativas abiertas, Colombia con la Banca de Oportunidades y la Banca Capital de Bogotá, Brasil, con el programa habitacional actual, etc. Brendan McBride, en su trabajo citado, presenta la situación particular de financiación y microfinanciación para varios países (McBride, 2009). Aún existiendo una oferta de vivienda aceptada por los hogares y una capacidad de pago adecuada, en los niveles de bajos ingresos es difícil que estos gestionen completamente sus ahorros y los integren con los subsidios y el crédito en la proporción y con la oportunidad requerida para cerrar la operación de compra de una solución de vivienda social. Además, esta situación se agudiza porque en América Latina se eliminaron los apoyos institucionales a los procesos de organización de la demanda, sin los cuales es poco probable que la demanda de vivienda de los hogares pobres se materialice.

LA OFERTA DE VIVIENDA La producción de vivienda El rezago del tamaño del stock habitacional de América Latina se confirma y adquiere mayor complejidad en cuanto al alcance de sus implicaciones, si se examina la producción de vivienda por cada 1.000 habitantes. En la Tabla 8 se calcula el número de viviendas que se construyen por cada mil habitantes en algunos países de América Latina, a partir de los datos de las unidades habitacionales aprobadas para construcción en el 2005 y la población del mismo año. Como se observa, este indicador es muy bajo en la región si se tiene en cuenta que la media internacional es de 6.5 viviendas por cada mil habitantes y de 7 para países industrializados (DNP, 2005). Es pertinente reiterar que el stock constituye la oferta total de vivienda, cuya dimensión y crecimiento determina, a su vez, el precio de los servicios habitacionales. Con respecto a las variables de la oferta del mercado habitacional es pertinente concluir reafirmando y planteando los siguientes aspectos: • Predominio de los procesos de producción social, con incidencia sobre la calidad del stock • Deficiencias críticas en la operación de los mercados de suelo urbano y financiero • Rezago en la dimensión del stock habitacional, respecto del tamaño de la población de los países • Deficiencias cualitativas del stock de vivienda y significativo déficit cuantitativo acumulado

128

• Insuficiencia en la producción anual de nuevas viviendas de origen formal, comparativamente frente a la formación anual de nuevos hogares • Concentración de la producción de vivienda social en los rangos superiores de precios de este segmento. • Falta de diversidad en cuanto a precios y tipos de soluciones en la oferta de vivienda social • Predominio en la aplicación de sistemas constructivos tradicionales en el sector formal. Alta proporción de proyectos habitacionales de pequeña escala • Volatilidad en las empresas y concentración de la producción de vivienda en personas naturales y sociedades limitadas constituidas para desarrollar solo un proyecto, en gran parte de los casos • Predominio de la producción social de vivienda frente a la producción formal, en la composición del stock y en el flujo anual de unidades nuevas Tabla 8: Número de viviendas en construcción por cada 1.000 habitantes en algunos países de América Latina (2005) País

Unidades de vivienda

Población (miles de habitantes)

No. de viviendas por cada 1.000 habitantes

Colombia*

28.278

41.242

0,69

Costa Rica

26.565

4.325

6,14

Guatemala

10.000

12.700

0,79

México

555.555

103.263

5,37

Honduras

7.975

7.197

1,11

Fuente: CENAC – Consulta a expertos. * Datos a 2005

LA DEMANDA DE VIVIENDA Con respecto a la demanda del mercado habitacional, en la región se presentan, entre otras, las siguientes condiciones: • Proporción importante de la población en condiciones de déficit cuantitativo y cualitativo. • Alta demanda anual por formación de nuevos hogares, concentrada en el segmento de vivienda social. • Demanda no deficitaria de vivienda de una dimensión importante (alquiler, segunda vivienda, etc.). • Niveles de pobreza de gran incidencia sobre la población. • Limitaciones severas de la capacidad de pago de los hogares no pobres. • Necesidad de subsidios para apalancar la demanda de los hogares de menores ingresos y pobres. • Alta demanda insatisfecha, a nivel de la demanda efectiva total y la demanda social. • El nivel de costos de la vivienda social determina un sistema de precios que contribuye a la exclusión de los hogares más pobres con necesidades habitacionales críticas.

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


V. LOS MODELOS DE GESTIÓN PÚBLICA SECTORIAL3 En los países de América Latina la atención estatal de las necesidades habitacionales de la población se inició a comienzos del Siglo XX, concentrada en la solución de problemas de tipo cualitativo, especialmente el saneamiento. A partir de 1930 se inicia un énfasis creciente en la producción directa de nuevas soluciones de vivienda, para finalizar en la década de los años 80s, cuando esta intervención, mediante el modelo de acceso universal, estaba retomando nuevamente la prioridad de las carencias cualitativas, en un nuevo escenario de lucha contra la pobreza. A partir de los 90s se generaliza en la región la implementación del modelo de subsidios directos a la demanda de vivienda (McBride, 2009).

TIPO PREDOMINANTE DE MODELO DE GESTIÓN ESTATAL SOBRE EL SECTOR VIVIENDA La intervención pública relativa a la pobreza urbana se ha visto ligada a la implementación de medidas sobre asuntos específicos, que han derivado como resultado el concentrar el énfasis en la preocupación por algunos de los instrumentos de la política de vivienda, como es el caso de subsidio a la demanda. En este sentido, el desconocimiento de la diversidad y complejidad propias de las necesidades habitacionales de los hogares, genera vulnerabilidad en el sector y en la misma política pública introduciendo con ello una concepción singular de la intervención del Estado, contraria al alcance de la función social que le compete bajo su carácter de Estado Social de Derecho. Como premisa que se desprende de lo anterior, y de manera consecuente con el carácter holístico que exige la formulación de lineamientos de política de vivienda, resulta igualmente necesario trascender el simple diseño de instrumentos que desvíen la atención sobre el análisis y tratamiento del problema de fondo, cual es la pobreza urbana. De igual forma, el reconocimiento de los procesos sociales de ocupación del territorio y de manifestaciones del mismo como es el caso de la producción social de vivienda y hábitat (en su carácter de oferta de espacio habitacional desarrollado por la población), debe trascender su mirada desde el aporte que genera en términos de contribución al crecimiento y mejoramiento del stock habitacional, hacia el potencial que concentra en materia del desarrollo de experiencias de gestión social y participación política local de importancia. La generación de soluciones habitacionales mediante las diversas formas de producción social que intervienen sobre el territorio, constituye una alternativa válida y un aporte a la atención de las necesidades habitacionales de la población. Se trata, entonces, de apoyar el despliegue de su potencialidad, controlando los efectos negativos que se forman por su falta de reconocimiento dentro de las políticas del sector hábitat y la consecuente inexistencia de programas de apoyo técnico y financiero a estos procesos.

Entrando en materia, el cambio estructural más importante en la política sectorial de vivienda en América Latina ha sido el paso del modelo universal de gestión, en el cual el Estado ejerció el monopolio de la producción y financiación de vivienda social, al modelo de subsidios directos a la demanda, transición que en nuestro medio se inició a finales de la década de los años 80 y se extendió durante toda la década siguiente. Esta transformación tuvo como marco el proceso de ajuste de las economías al perfil definido como el más consecuente con la globalización, dentro del llamado Consenso de Washington. Considerando la política sectorial, es preciso anotar que los modelos de gestión pública fundamentados en los subsidios directos a la demanda, dentro de los principios del Estado facilitador, son los más comunes en la región, mientras que el correspondiente a la gestión directa por parte del Estado ha dejado de aplicarse en la mayoría de países. Sin embargo, como ya se anotó antes, las recientes medidas anti recesivas tomadas por gran parte de los gobiernos de la región retomaron elementos del modelo anterior, especialmente instrumentos orientados a estimular la producción de vivienda vía subsidios a la tasa de interés, gestión pública de proyectos habitacionales y de infraestructura, etc. En términos generales, actualmente la política sectorial en los países de la región se caracteriza por: • Participación inestable del gasto público en vivienda sobre el gasto público social y total, la cual no siempre alcanza una participación cercana al 1% del PIB, proporción considerada como apropiada para obtener resultados importantes sobre la solución del problema habitacional. • Metas cuantitativas distantes de los requerimientos nacionales de producción habitacional. • Vulnerabilidad originada por la singularidad de la política, al concentrarse en pocos programas (vivienda nueva), e instrumentos (subsidios directos y crédito hipotecario de mercado). Las limitaciones inherentes a la aplicación del modelo de subsidios directos a la demanda de vivienda, especialmente las asociadas con la imposibilidad del cierre financiero individual (ahorro y crédito, principalmente), requerido por los hogares para comprar soluciones de vivienda en el mercado, conllevaron a la mutación de este modelo hacia un sistema de subsidios directos a la demanda efectiva de vivienda de los hogares. Esta aparente modernización del subsidio de vivienda, si no está acompañada de un programa habitacional institucional público dirigido hacia la población que no cuenta con la capacidad económica suficiente para participar en el mercado de vivienda, constituye una ruptura definitiva con la posibilidad de atender las necesidades habitacionales de los hogares de bajos ingresos y, especialmente, los hogares en condición de pobreza. Es decir, esta mutación descubrió la enorme diferencia entre las concepciones que plantean la política de vivienda desde una perspectiva de mercado y las que se apoyan en una concepción de derechos.

DESARROLLO SOCIAL: LA POBREZA URBANA Y LAS CONDICIONES DE VIVIENDA

129


LIMITACIONES DEL MODELO DE SUBSIDIOS DIRECTOS A LA DEMANDA DE VIVIENDA Pertinencia del modelo de gestión habitacional estatal Los resultados de las políticas públicas de vivienda en América Latina están muy asociados al modelo de gestión sectorial que la mayor parte de los gobiernos aplican desde 1990, el cual se fundamenta en un sistema de subsidios directos a la demanda de los hogares con ingresos insuficientes para atender directamente y de manera autónoma sus necesidades habitacionales. Es necesario consignar primero que este modelo ha demostrado resultados muy destacados en Chile y Costa Rica, en Colombia, donde ha incidido sobre el desarrollo de algunos de los mercados habitacionales, existiendo otros países donde presenta potencialidades. Sin embargo, en la actualidad en buena parte de los programas nacionales de vivienda social se presentan unas condiciones complejas en lo que tiene que ver con la capacidad de respuesta de la población objeto y el desempeño de los mercados que participan en la formación de la oferta de soluciones habitacionales. Uno de los problemas no resueltos actualmente radica en que los programas e instrumentos de las políticas nacionales de vivienda, a excepción de Chile, prácticamente no han operado para la población de menores ingresos. De otra parte, los hogares pobres que acceden a la asignación de los subsidios generalmente desertan en el proceso por la dificultad de encontrar una oferta de vivienda de precio y características consecuentes con sus expectativas e ingresos, y la imposibilidad de gestionar los recursos propios y obtener el crédito complementario. Esto ha generado una población beneficiaria que nunca pudo resolver realmente sus necesidades habitacionales, en términos de acceder a las soluciones planteadas por la política nacional de vivienda que, además, sean aceptadas por el hogar. Para tratar esta situación y mejorar la efectividad de estos programas la normatividad se ha orientado recientemente hacia la comprobación previa del “cierre financiero” de los hogares beneficiarios y, de manera consecuente, se ha planteado para el instrumento el enfoque de subsidio a la demanda efectiva. Esto, en unos países en los cuales la población objeto está concentrada en rangos de ingresos mensuales de los hogares generalmente inferiores a dos salarios mínimos mensuales. Las políticas nacionales de vivienda enfrentan una problemática compleja y profunda, dado que han tenido como resultado visible y motivo de preocupación constante, la muy deficiente atención de los hogares en condición de pobreza y de los hogares no pobres de bajos ingresos y de ocupaciones informales de la población objeto. De la situación descrita, es necesario excluir a Brasil, donde la creación del Ministerio de las Ciudades y el proceso de los presupuestos participativos aportan elementos novedosos dentro de los modelos de gestión sectorial.

130

Singularidad de la política Las manifestaciones concretas de la problemática de vivienda en América Latina, expresadas en la demanda de servicios habitacionales e inmobiliarios de los hogares, son complejas y diversas y la política de vivienda debe corresponder a esta condición. Sin embargo, en la región la política habitacional adolece de singularidad en la medida en que no reconoce gran parte de las formas como los hogares atienden sus necesidades habitacionales con los servicios derivados del stock habitacional. Esta singularidad generalmente se manifiesta en el propósito de atender la población objeto con énfasis en un programa y dos instrumentos: vivienda nueva, subsidio directo a la demanda y crédito, respectivamente. Esta singularidad genera vulnerabilidad en la política y en el sector de la vivienda y la construcción y es uno de los factores que aleja a los hogares de los programas públicos de vivienda.

Recursos insuficientes Los recursos de las políticas nacionales de vivienda social están distantes de los requeridos, de acuerdo con la magnitud de las necesidades habitacionales críticas, represadas y marginales, como las correspondientes al déficit de vivienda, y la formación de nuevos hogares, demanda para cambio de tenencia, segunda vivienda, etc. Del análisis de la información que se presenta a continuación se infiere la necesidad de realizar mayores transferencias de recursos para la implementación de las políticas nacionales de vivienda.

Gasto público social en vivienda como porcentaje del PIB El examen del gasto público en vivienda es importante en el análisis dado que éste constituye un factor estratégico en la definición de la viabilidad de una alta proporción de los hogares para atender sus necesidades habitacionales, tanto las extremas y acumuladas, como las que surgen del crecimiento de la población y de su movilidad en cuanto a tenencia, tipo de vivienda, localización residencial, etc. De acuerdo con la información de la Tabla 9, se puede afirmar que, en términos generales, el gasto público destinado a vivienda en América Latina es muy inestable y, además, bajo para atender el déficit acumulado, ya que en el mejor de los casos se destina hasta el 3% del PIB, como se registra en Cuba. Teniendo en cuenta lo anterior, es pertinente comentar que en 2005-2006 solo diez países de América Latina invirtieron más del 1,5% del PIB en vivienda, de los cuales tres pertenecen a Suramérica (Argentina, Bolivia, Uruguay, Costa Rica, Cuba, El Salvador, Guatemala, México, Nicaragua y República Dominicana). Los recursos de las políticas nacionales de vivienda social están distantes de los requeridos de acuerdo a la magnitud de las necesidades habitacionales de su población objeto. Aunque no se han realizado estudios que permitan generalizar a toda la región, existe evidencia acerca de que los países que han alcanzado resultados importantes

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Tabla 9: Gasto público en vivienda como porcentaje del PIB (Bienios) País

1990/91

1995/96

2000/01

2005/06

Argentina (U)

1,7

1,5

1,4

1,6

Bolivia

ND

2,6

1,8

2,1

Brasil

1,5

0,7

0,9

1.0

Chile

0,2

0,2

0,3

0,2

Colombia

0,5

1

1,2

0,6

Ecuador (U)

0

0,3

0,4

0,2

Paraguay

0,5

0,6

0,5

0,9

Perú

ND

ND

0,1

0,1

Uruguay (U)

0,3

0,5

0,5

1,5

Venezuela

1,7

0,9

1,3

1,4

Costa Rica

1,9

1,8

1,6

1,7

Cuba

4,8

5,5

2,6

3.0

El Salvador

ND

0,1

2,1

2,2

Guatemala

0,1

1

1,6

2,4

Honduras

0

0

0,2

0,1

México

0,9

1,2

1,3

1,9

Nicaragua

1,2

1,4

1,5

2,8

Panamá

1,1

1,7

1,3

1,1

República Dominicana

1,8

3,1

1,6

2,1

respecto de las políticas nacionales de vivienda son aquellos que han destinado más del 1% anual del PIB a esta categoría del gasto social. De otra parte, la participación del gasto en vivienda sobre el gasto público total también presenta una situación heterogénea en la región, evidenciando seguramente las sensibles diferencias que existen en el tamaño de la economía, las funciones y el tamaño del Estado, la profundidad de la política social, etc. Esta información se presenta en el Gráfico 8. Una forma alternativa de medir la dimensión del gasto en vivienda de un país es recurriendo al gasto per cápita, sobre el cual la Tabla 10 presenta información pertinente a los países de la región. Haciendo la aclaración de que los datos remiten a diferentes años de referencia, se observa que los mayores gastos por habitante corresponden en su orden a Costa Rica, Cuba, México, Argentina, Panamá y República Dominicana, en un rango que va desde US$80.000 hasta US$42.000. En el otro extremo, los menores gastos per cápita están muy distantes de los anteriores, entre dos y tres mil dólares, correspondiendo en este caso a Bolivia, Ecuador y Perú. En el medio se localizan la mayor parte de países, con gastos comprendidos entre siete mil y US$28.000. Nuevamente, esta composición evidencia la notable diferencia que existe en los países de la región respecto de la importancia que se asigna al sector habitacional y a la política de vivienda y hábitat en los planes de desarrollo económico y en los programas de lucha contra la pobreza. Esto es consecuencia, además de la restricción presupuestal, de las diferentes concepciones que se aplican para promover el crecimiento de la economía.

Fuente: CEPAL. ND: No disponible (u): Urbano.

Gráfico 8: Participación del gasto público social en vivienda en el gasto público total. Países de América Latina. 2006 4,0 3,5

3,4 2,9

3,0

2,6

2,6 2,0

2,0

1,8

1,7

1,7

1,6

1,5

1,2

1,2

1,2

1,1

1,0

0,3

0,5

0,3

0,2 Ecuador

0,6

Chile

%

2,5

Uruguay (2005)

Colombia

Brasil

El Salvador

Panamá (2004)

Paraguay

Venezuela

Argentina

Costa Rica

México (2005)

Guatemala

Rep. Dominicana (2005)

Cuba

Nicaragua (2005)

Bolivia (2005)

0,0

Fuente: UN-Hábitat, DAPD, DANE.

DESARROLLO SOCIAL: LA POBREZA URBANA Y LAS CONDICIONES DE VIVIENDA

131


Tabla 10: Gasto público social en vivienda por habitante País

Miles de US$ de 2000

Argentina-2003

76

Bolivia-2003

2

Brasil- 2004

7

Chile 2003

10

Colombia-2001

18

Ecuador 2004

2

Paraguay 2004

8

Perú -2001

3

Uruguay 2003

18

Venezuela 2004

27

Costa Rica-2004

80

Cuba-2004

78

El Salvador-2004

19

Guatemala-2004

28

Honduras-2004

17

México-2004

77

Nicaragua-2004

17

Panamá-2004

51

República Dominicana 2003

42

Fuente: CEPAL: Base de datos sobre gasto social.

Es necesario precisar que en este caso también existen diferentes metodologías para definir el gasto público sectorial, especialmente en la cobertura territorial y los tipos de gasto que se imputan. En algunos casos, los datos corresponden al nivel central, en otros comprende el anterior y el gasto público local. Se contabiliza el gasto en subsidios para adquisición de vivienda solamente, y en otros se agregan el gasto en programas de subsidios a la tasa de interés, titulación, arrendamientos temporales, etc. Esto destaca, nuevamente, la importancia de trabajar las estadísticas de la región para superar estas limitaciones que afectan la validez y el alcance de la información disponible.

LOGROS DE AMÉRICA LATINA EN LAS POLÍTICAS DE VIVIENDA Y HÁBITAT Planteadas las anteriores consideraciones, también es importante reconocer que en la región se han alcanzado importantes logros en el desarrollo y consolidación de programas e instrumentos de las políticas sectoriales, los cuales actualmente cuentan con un claro reconocimiento a nivel internacional. Sin ser exhaustivo, se pueden plantear los siguientes (Lincoln Institute of Land Policy, 2010): • Argentina: Grandes operaciones urbanas. Puerto Madero, modelo de gestión público-privada. • Brasil y Colombia: Los metros de superficie, Bus Rapid Transit, BRT, tipo sistema TransMilenio (Colombia). • Chile: El subsidio directo a los hogares demandantes de vivienda social, como ejemplo de una gestión pública sin corrupción. 132

• Colombia: Desarrollo de la participación en plusvalías en los procesos de gestión del suelo urbano. • El Salvador: Producción masiva de vivienda social, a cargo de empresas privadas, sin aplicación de subsidios estatales. Proyecto Alta Vista. • Perú: Programas de titulación masiva.

VI. POBREZA Y DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO El desarrollo de este tema al final del documento no es casual, dado que las condiciones de pobreza y de distribución del ingreso de los hogares de América Latina constituyen un resultado del conjunto de sus características socioeconómicas, las cuales son determinantes de la forma como se atienden sus necesidades habitacionales, los consecuentes niveles de calidad habitacional y de vida y de las posibilidades de los hogares de superarlas. En la parte inicial del documento se mencionó que la lucha de largo plazo contra la pobreza se concentra en programas sociales que aseguren la acumulación de capital humano, la cual está relacionada con los activos de las personas y del hogar. Dentro de este marco, la vivienda es un activo estratégico en la lucha contra la pobreza. Sin embargo, en la relación de los ciudadanos con el hábitat existen condiciones que contribuyen a la creación de la pobreza y a su realimentación, algunas de las cuales hacen parte del concepto que las define como trampas de pobreza. Una de ellas es la trampa física y geográfica, la cual se manifiesta a través de hechos generados por las condiciones geográficas de la región en la que reside el hogar; y las oportunidades laborales, de producción y de habitabilidad que ese territorio le puede ofrecer a esa familia. Otra, es la trampa ambiental, expresada por degradación ambiental y muy relacionada con asentamientos de vivienda en zonas de riesgo (López, Núñez, 2007). Los indicadores que se comentan en este punto advierten con claridad sobre los desequilibrios regionales y nacionales que existen en los países de América Latina, lo cual evidencia la presencia de problemas críticos de pobreza y de distribución del ingreso, con los consecuentes efectos negativos sobre la calidad de vida de la población, las limitaciones en su nivel de desarrollo humano y las implicaciones sobre la integración económica y la competitividad global de la región.

POBREZA E INDIGENCIA En el Gráfico 10 se presenta información por país, relativa a la proporción de población en condición de pobreza e indigencia en el año 2006. Una primera observación resalta la marcada desigualdad en el indicador de pobreza, entre el valor máximo y mínimo, dado que Honduras quintuplica a Chile en la proporción de habitantes en esta condición. A nivel de indigencia, esta relación es extrema, dado que Honduras supera en 14.5

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


veces a Chile. Observando la totalidad de la información es claro que los países que han obtenido logros importantes se han distanciado de los otros, especialmente en la reducción de la población indigente. Se registra también que en la región existen cuatro grupos de países, según la proporción de pobreza de su población. Los menos pobres, Chile, Uruguay, Costa Rica, Argentina, con un máximo de 21%. Luego, Venezuela, Panamá, Brasil y México, hasta 31.7%. Un grupo de cinco países se localiza entre 42.6% y 47.5% de pobreza. Los más pobres parten de 54%, Bolivia, hasta 68.9%, que corresponde a Honduras. Aunque no fue posible disponer de información para el mismo año anterior, en la Tabla 11 se presenta información sobre pobreza e indigencia, desagregada a nivel urbano y rural. Nuevamente Nicaragua, Honduras y Paraguay presentan las mayores proporciones de pobreza urbana (55% a 63.8%), a una distancia significativa de Chile, (18.5% en 2003). Es interesante anotar también que este país también presenta la menor proporción de pobreza rural, con el 20% de la población. La pobreza rural presenta una mayor incidencia, al punto que mientras solo cuatro países tienen más de un 50% de su población en pobreza en la parte urbana, en la rural esta proporción se presenta en diez de los dieciocho países. Respecto de la indigencia, en el sector urbano se presenta una distribución por países similar a la comentada para la pobreza, en el sentido de coincidir los mismos con los mayores porcentajes, y también el correspondiente a la menor proporción de la población en esta condición. La indigencia rural tiene manifestaciones muy altas en Honduras, Nicaragua, Bolivia y Paraguay, en un rango que va desde 69.4% hasta 44.2%.

Tabla 11: Porcentaje de la población en situación de pobreza e indigencia (2006) País

Pobreza*

Argentina***

Indigencia**

Urbano

Rural

Urbano

Rural

26,0

ND

9,1

ND

Bolivia (2003)

53,8

80,6

20,2

58,8

Brasil

32,8

53,2

8,2

22,1

Chile (2003)

18,5

20,0

4,4

6,2

Colombia

45,4

50,5

18,2

25,6

Ecuador

45,2

54,5

17,1

29,2

Paraguay

55,0

68,1

23,2

44,2

Uruguay***

18,8

ND

4,1

ND

Costa Rica

20,0

22,7

5,6

9,0

El Salvador (2004) 41,2

56,8

13,8

26,6

Guatemala (2002)

45,3

68,0

18,1

37,6

Honduras (2003)

62,7

84,8

35,1

69,4

México

28,5

47,5

5,8

21,7

Nicaragua (2001)

63,8

76,9

33,2

54,9

Panamá

24,4

47,8

7,7

29,4

República Dominicana

45,4

51,4

22,3

28,8

Fuente: CEPAL. Anuario estadístico 2006. ND: No disponible. * Porcentaje de personas cuyo ingreso es inferior al doble del costo de una canasta básica de alimentos. Incluye la población en situación de indigencia. ** Porcentaje de personas cuyo ingreso es inferior al costo de una canasta básica de alimentos.

12,6

13,7 3,2

18,1

34,1

Indigencia**

3,1

18,6 5,3

21,0 7,2

28,5 8,5

29,0 12,0

30,3 8,5

10

8,7

31,7

42,6 16,0

44,5 21,0

44,5 16,1

47,5

46,8 20,2

20

19,0

54,0 31,2

54,8

60,5

61,9

30

29,1

40

31,6

60 50

31,9

% Hogares

70

Pobreza*

45,6

80

68,9

Gráfico 9: Pobreza e indigencia en América Latina. 2006

América Latina (2007)

Chile (2006)

Uruguay (Urbano, 2007)

Costa Rica (2007)

Argentina (Urbano, 2006)

Venezuela (2007)

Panamá (2007)

Brasil (2007)

México (2006)

Ecuador (2007)

República Dominicana (2007)

Perú (2006)

Colombia (2005)

El Salvador (2004)

Bolivia (2007)

Guatemala (2006)

Paraguay (2007)

Nicaragua (2005)

Honduras (2007)

0

Fuente: UN-Hábitat, DAPD, DANE. * Porcentaje de personas cuyo ingreso es inferior al doble del costo de una canasta básica de alimentos. Incluye la población en situación de indigencia. ** Porcentaje de personas cuyo ingreso es inferior al costo de una canasta básica de alimentos.

DESARROLLO SOCIAL: LA POBREZA URBANA Y LAS CONDICIONES DE VIVIENDA

133


DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO, SEGÚN EL COEFICIENTE DE GINI El coeficiente de Gini, el cual generalmente se utiliza como un indicador de la desigualdad de los ingresos, registra la diferencia significativa que existe entre los países desarrollados de la Unión Europea, UE, y los de América Latina. En efecto, mientras que en la UE los menores índices se concentran en el rango 0.2-0.4, en la región cuatro países reportan coeficientes cercanos a 0.6, como es el caso de Brasil y Guatemala, con 0.59 y Colombia y Honduras, con 0.58. Como referente de máxima desigualdad se puede mencionar que el coeficiente llega a 0.60.7 en varios países africanos (Medina, Fernando. 2001). Tabla 12: Coeficiente de Gini Total para América Latina y El Caribe (valores entre 0 y 1)

Tabla 13: Coeficiente de Gini Total URBANO para América Latina y El Caribe (valores entre 0 y 1) País

Año

Coeficiente Año

Coeficiente

Argentina

1999

0,54

2006

0,51

Bolivia

1999

0,50

2007

0,50

Brasil

1999

0,63

2008

0,59

Chile

1998

0,55

2006

0,52

Colombia

1999

0,56

2005

0,59

Costa Rica

1999

0,45

2008

0,47

Ecuador

1999

0,53

2008

0,48

El Salvador

1999

0,46

-

-

Guatemala

1998

0,52

2006

0,55

Honduras

1999

0,52

2007

0,49

México

1998

0,50

2008

0,49

País

Año

Coeficiente Año

Coeficiente

Nicaragua

1998

0,55

2005

0,50

Argentina

1999

0,54

0,52

Panamá

1999

0,50

2008

0,47

1999

0,50

2008

0,47

2006

Bolivia

1999

0,59

2007

0,57

Paraguay

Brasil

1999

0,64

2008

0,59

Perú

1999

0,50

2008

0,42

Chile

1998

0,56

2007

0,52

-

-

2008

0,55

Colombia

1999

0,57

2005

0,58

República Dominicana

Costa Rica

1999

0,47

2008

0,47

Uruguay

1999

0,44

2008

0,45

Ecuador

-

-

2008

0,50

Venezuela

1999

0,50

2008

0,41

El Salvador

1999

0,52

-

-

Fuente: CEPAL

Guatemala

1998

0,56

2006

0,59

Honduras

1999

0,56

2007

0,58

México

1998

0,54

2008

0,52

Nicaragua

1998

0,58

2005

0,53

Panamá

-

-

2008

0,52

Paraguay

1999

0,57

2008

0,53

Perú

1999

0,55

2008

0,48

República Dominicana

-

-

2008

0,55

Uruguay

-

-

2008

0,45

A nivel urbano, los menores coeficientes, como lo muestra la Tabla 13, se presentan en Perú con 0.42, Uruguay 0.45, y Costa Rica, Panamá y Paraguay con 0.47. La mayor desigualdad, como para el total país, coincide en Brasil y Colombia, donde el coeficiente es de 0.59. En la parte rural de los países de América Latina se presenta una situación bien diferente, dado que en este caso, las medidas menores del coeficiente de Gini se reportan en Paraguay, Uruguay y Perú, con 0.28, 0.39 y 0.42, respectivamente, como se aprecia en la Tabla 14. La mayor desigualdad corresponde a Bolivia (0.6) y Honduras (0.57).

Venezuela

1999

0,50

2008

0,41

Fuente: CEPAL

La mejor situación se presenta en Venezuela (0.41), Uruguay (0.45), Costa Rica (0.47) y Perú (0.48), destacándose que estas dimensiones de la desigualdad se encuentran próximas a la estimada para Estados Unidos. En este marco, es importante destacar que cuatro países han logrado reducciones importantes, como es el caso de Brasil y Nicaragua, con 0.5 en los últimos diez años, y Perú y Venezuela, con 0.7 y 0.9, en el mismo período, respectivamente. Costa Rica no ha presentado cambios, mientras que en tres países el coeficiente ha aumentado: Guatemala, Honduras y Colombia, en orden de incremento. (Tabla 12).

134

Tabla 14: Coeficiente de Gini Total Rural para América Latina y El Caribe (valores entre 0 y 1) País

Año

Coeficiente Año

Coeficiente

Argentina

1999

0,64

2007

0,60

Bolivia

1999

0,58

2008

0,53

Brasil

1998

0,49

2006

0,51

Chile

1999

0,53

2005

0,50

Colombia

1999

0,46

2008

0,44

Costa Rica

-

-

2008

0,46

Ecuador

1999

0,46

-

-

El Salvador

1998

0,51

2006

0,53

Guatemala

1999

0,51

2007

0,57

Honduras

1998

0,48

2008

0,49

México

1998

0,55

205

0,50

Nicaragua

-

-

2008

0,55

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


País

Año

Coeficiente Año

Coeficiente

Panamá

1999

0,57

2008

0,28

Paraguay

1999

0,43

2008

0,42

Perú

-

-

2008

0,49

República Dominicana

-

-

2008

0,39

Uruguay

-

-

2008

0,46

Venezuela

1999

0,50

2008

0,41

la distancia respecto de los países desarrollados es enorme, si se considera que en estos casos el PIB por habitante se concentra en el rango de US$40.00-50.000 (CEPAL). El PIB per cápita de Miami es del orden de US$28.000. La Tabla 16 presenta la información por ciudad para América Latina. Tabla 16: PIB per cápita de las principales ciudades de América Latina y el Caribe (2008)

Fuente: CEPAL

País

En la Tabla 15 se presenta el coeficiente de Gini para las algunas de las principales ciudades de América Latina, de la cual se puede concluir, a nivel general, que, si bien las grandes ciudades son menos pobres que su país, también tienden a ser más desiguales.

2008 (Dólares)

Tabla 15: Coeficiente de GINI de las principales ciudades de América Latina

Área urbana

PIB per cápita

Bolivia

La Paz

2.057

Paraguay

Asunción

2.078

Guatemala

Ciudad de Guatemala

3.874

Honduras

Tegucigalpa

4.082

Ecuador

Quito

4.261

El Salvador

San Salvador

4.284

Perú

Lima

4.678

Ciudades

GINI

Ciudades

GINI

Brasil

Campinas

4.687

Brasilia (2005)

0,64

Bogotá (2006)

0,53

Brasil

Salvador de Bahía

5.193

Belo Horizonte(2005)

0,61

Buenos Aires ( 2005)

0,52

Brasil

Fortaleza

5.372

São Paulo (2005)

0,61

Guatemala (2004)

0,5

Ecuador

Guayaquil

6.011

Río de Janeiro (2005)

0,6

Caracas (2002)

0,48

Colombia

Cali

6.555

Curitiba (2005)

0,59

Montevideo (2005)

0,46

Costa Rica

San José

6.882

México (2005)

0,56

Lima ( 2007)

0,45

Rep. Dominicana

Santo Domingo

7.257

Santiago (2006)

0,55

Guadalajara (2005)

0,4

Brasil

Recife

7.321

Quito (1991)

0,54

Brasil

Belo Horizonte

7.438

México

Puebla

7.569

Brasil

Rio de Janeiro

8.489

Colombia

Bogotá

9.106

México

Guadalajara

9.254

Colombia

Medellín

9.779

Brasil

Curitiba

10.458

Uruguay

Montevideo

10.631

México

Ciudad de México

11.170

Venezuela

Caracas

11.405

Panamá

Ciudad de Panamá

11.541

Brasil

Porto Alegre

12.174

Argentina

Buenos Aires

12.232

Chile

Santiago

12.243

Brasil

São Paulo

14.214

México

Monterrey

15.784

Brasil

Brasilia

20.708

Fuente: UN-HABITAT GLOBAL Urban Observatory, 2008

A nivel internacional los avances más importantes en el mejoramiento de la distribución del ingreso, expresados en la reducción del Coeficiente de Gini, se han presentado en China, explicados en buena parte por el intenso proceso de urbanización y una inversión pública significativa en las zonas rurales pobres. Esto confirma que en materia de mejoramiento general de las condiciones de calidad de vida el motor es la ciudad, porque la ciudad está más relacionada con el desarrollo, el territorio y, consecuentemente, con el desarrollo urbano regional. La vivienda, a su vez, es un atributo de la ciudad. Sin embargo, volviendo a la urbanización reciente de China, es pertinente plantear una reflexión sobre las consecuencias ambientales de este proceso (Giraldo; García; Ferrari; Bateman, 2009). Sobre las ciudades, es interesante advertir que estas registran un mayor ingreso per cápita que el correspondiente al total de su país. En segundo lugar, se confirma que a nivel urbano y de las ciudades mayores, la región también presenta diferencias significativas, al punto que la ciudad con menor producto por habitante (La Paz), es superada en más de diez veces por la que reporta el mayor PIB per cápita, en este caso, Brasilia. Once ciudades tienen un producto por habitante superior a US$10.000 y una de ellas está por encima de US$20.000. Sin embargo,

Fuente: América Economía. Mejores ciudades para hacer negocios 2009

DESARROLLO SOCIAL: LA POBREZA URBANA Y LAS CONDICIONES DE VIVIENDA

135


Tabla 17: Distribución del ingreso de las personas por deciles, según área geográfica (Porcentaje del ingreso nacional total, 2008) País

Decil 1

Decil 2

Decil 3

Decil 4

Decil 5

Decil 6

Decil 7

Decil 8

Decil 9

Decil 10

Bolivia (2007)

0.39

1.6

2.62

3.59

4.87

6.6

8.53

11.28

17,00

43.51

Brasil

0.81

1.82

2.65

3.57

4.53

5.85

7.45

9.8

14.84

48.69

Chile (2006)

1.47

2.59

3.42

4.28

5.24

6.43

8.04

10.55

15.5

42.48

Colombia (2005)

0.85

1.97

2.8

3.6

4.5

5.66

7.23

9.66

14.64

49.09

Costa Rica

1.49

2.93

3.92

4.87

5.93

7.42

9.23

11.6

16.2

36.39

Ecuador

1.45

2.47

3.53

4.52

5.64

7.01

8.67

11.26

16.1

39.34

El Salvador (2004)

0.98

2.46

3.63

4.72

5.88

7.31

9.32

12.09

16.94

36.67

Guatemala (2006)

1.02

1.8

2.6

3.56

4.61

5.82

7.61

10.11

15.17

47.71

Honduras (2007)

0.59

1.33

2.17

3.31

4.71

6.43

8.59

11.72

17.41

43.74

México

1.45

2.56

3.47

4.42

5.48

6.75

8.46

10.86

15.3

41.24

Nicaragua

1.19

2.29

3.16

4.17

5.27

6.63

8.32

10.68

15.19

43.11

Panamá

0.89

1.95

3.11

4.22

5.54

7.13

9.14

11.9

16.85

39.28

Paraguay

1.16

2.29

3.28

4.29

5.38

6.79

8.61

11.14

15.7

41.37

Perú

1.43

2.6

3.68

4.82

6.08

7.65

9.58

12.07

16.33

35.76

Rep. Dominicana

0.95

1.98

2.85

3.87

5.04

6.51

8.43

11.3

16.73

42.35

Uruguay

1.83

3.12

4.15

5.19

6.36

7.72

9.51

11.95

16.36

33.81

Venezuela

1.82

3.41

4.55

5.69

6.92

8.31

10.05

12.42

16.39

30.44

Fuente: CEPAL. Anuario estadístico 2006.

DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO POR DECILES DE INGRESO PER CÁPITA Otra medida relacionada con la desigualdad es la distribución del ingreso per cápita, la cual está asociada con la concentración del ingreso. En la Tabla 17 se confirma que este problema en la región también muestra perfiles críticos, dado que, a excepción de Venezuela, Uruguay, Perú, Costa Rica y El Salvador, en los demás países el 10% más rico de la población concentra entre el 40% y 50% del ingreso total, presentando Colombia la mayor proporción, con 49.09%. Sin embargo, para toda la región este porcentaje es, desde todo punto de vista, extremo cuando se contabiliza el 30% más rico de la población, es decir el ingreso de los deciles 8, 9 y 10. En el otro extremo, el 10% más pobre de la población (por ingreso per cápita), recibe menos del 1% del ingreso total en Bolivia, Brasil, Colombia, El Salvador, Honduras, Panamá y República Dominicana. Una conclusión inmediata de la revisión general de estos indicadores permite confirmar que en la región existe una condición crítica de inequidad que conforma un escenario complejo para la efectiva atención de las necesidades y derechos de los ciudadanos, especialmente aquellas que requieren el concurso del ingreso de los hogares, como es el caso de las necesidades habitacionales. Confirmando el panorama de inequidad en la región, en la Tabla 18 se consigna información sobre el consumo

136

per cápita, a precios constantes del año 2.000. En primera instancia, es clara la diferencia de Argentina y Uruguay respecto de los países que le siguen en el tamaño del consumo. En segundo lugar, la distancia entre el menor consumo y el mayor es de 8.8 veces, al punto que el menor, Nicaragua, equivale a una suma de 2.4 dólares diarios. Tabla 18: América Latina, Consumo total por habitante (2000) País *

US$ a precios constantes

País *

US$ a precios constantes

Argentina (G)

7.699

Cuba (P)

3.613

México (G)

5.690

República 3.301 Dominicana (P)

Brasil (G)

3.576

El Salvador (P)

2.364

Chile (M)

5.216

Guatemala (P)

1.592

Venezuela (M)

4.962

Honduras (P)

1.320

Colombia (M)

2.409

Ecuador (P)

1.318

Perú (M)

2.289

Paraguay (P)

1.307

Uruguay (P)

6.301

Bolivia (P)

978

Panamá (P)

4.081

Nicaragua (P)

875

Costa Rica (P)

3.765

América Latina 4.022

Fuente: CEPAL.. * (G): Países Grandes; (M): Países Medianos; (P): Países Pequeños.

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


ÍNDICE DE DESARROLLO HUMANO “El desarrollo humano sitúa a las personas en el centro del desarrollo. Se trata, en este sentido, de que las personas desarrollen su potencial, aumenten sus posibilidades y disfruten de la libertad para vivir la vida que valoran” (PNUD, 2009). Esta medición considera una serie de indicadores con los cuales se pretende hacer una lectura integral del desarrollo que trascienda el concepto de crecimiento económico y los indicadores convencionales que relacionan la economía y la población. Respecto de América Latina, hay que empezar por decir que ningún país clasifica dentro de la categoría de Desarrollo Humano muy Alto (0.900 a 1.000) y los primeros países se ubican a partir del puesto 44, en el rango correspondiente a Desarrollo Humano Alto (0.800-0-900), donde se clasifican siete países del total analizado, como se observa en la Tabla 19. En la región el mayor índice corresponde a Chile, con 0.878, frente a Noruega, que registra el valor más alto con 0.971. La mayor parte de los países se clasifica en la categoría Desarrollo Humano Medio (0.500-0.800), siendo Nicaragua el país que registra el menor valor. Tabla 19: Clasificación según el Índice de Desarrollo Humano, IDH Clasificación

1980

2000

2005

2007

Desarrollo Humano Alto 44

Chile

0,743

0,845

0,867

0,878

49

Argentina

0,804

0,862

0,869

0,866

50

Uruguay

0,782

0,842

0,852

0,865

51

Cuba

0,838

0,863

53

México

0,739

0,814

0,829

0,854

54

Costa Rica

0,772

0,830

0,846

0,854

58

Venezuela

0,694

0,772

0,791

0,844

60

Panamá

0,737

0,797

0,812

0,840

75

Brasil

0,685

0,789

0,800

0,813

77

Colombia

0,795

0,807

78

Perú

0,778

0,806

80

Ecuador

0,777

0,806

0,755

0,777

0,772

0,761

0,712

0,795

Desarrollo Humano Medio 90

República Dominicana

0,701

0,749

101

Paraguay

0,678

106

El Salvador

0,689

0,744

0,736

0,747

112

Honduras

0,553

0,677

0,695

0,732

113

Bolivia

0,578

0,668

0,700

0,729

122

Guatemala

0,550

0,667

0,689

0,704

124

Nicaragua

0,593

0,671

0,710

0,699

Fuente: Tablas ONU, HDI 2009; PNUD, Informe Sobre el Desarrollo Humano 2009.

LA RELACIÓN ENTRE LA PRECARIEDAD HABITACIONAL Y LA POBREZA La pobreza, como se ha comentado antes, se manifiesta territorialmente y espacialmente en la vivienda. Por esta razón, la pobreza se examina en este documento desde la perspectiva habitacional, reconociendo que este enfoque no desconoce la importancia definitiva del empleo y los ingresos de la población en la formación y superación de los procesos de pobreza. Este tema se desarrolla tomando a Colombia como caso ilustrativo, dado que en la región no se dispuso de información comparable para este trabajo. Los resultados que se presentan en los primeros dos numerales, relacionados con la tenencia de vivienda y la pobreza, y la aplicación del principio de gastos soportables, como atributo del concepto de vivienda adecuada, son tomados de la investigación Lineamientos para la formulación de la política pública de vivienda para población desplazada, realizada para la Comisión de Seguimiento a la Política Pública Sobre Desplazamiento Forzado de Colombia (2009), en la cual participó el autor. El tercer numeral, donde se trata la relación entre el déficit de vivienda, la tenencia y la probabilidad de pobreza de los hogares, contiene algunos resultados que hacen parte del informe final de la investigación Las condiciones habitacionales de los hogares y su relación con la pobreza, realizada por el autor para la Misión para el Diseño de una Estrategia de Reducción de la Pobreza y la Desigualdad, MERPD, de Colombia (Torres, 2007). Esto, sin embargo, no significa que no existan estudios como estos en la región. Más bien, implica la necesidad de realizar un mayor esfuerzo para localizar y compilar esta información, dentro del desarrollo de iniciativas que viabilicen la estructuración de sistemas de información, observatorios urbanos, etc.

La relación entre los tipos de tenencia de la vivienda y la pobreza La consecuencia social del rezago del tamaño del stock habitacional y del insuficiente flujo de generación de unidades nuevas de origen formal con niveles apropiados de calidad, sumado a las limitaciones de la capacidad económica de los hogares para atender sus necesidades habitacionales, se expresa en manifestaciones críticas, entre ellas la relación de las formas de tenencia y la pobreza. Esta relación reúne, desde la oferta, las fallas del mercado y los vacíos de la política pública de vivienda, con las restricciones asociadas en América Latina con los ingresos de los hogares, desde la demanda. En esta dirección y tomando a Colombia como ejemplo, la Tabla 20 evidencia cómo los propietarios que llegaron a esa condición con base en sus propios recursos, al margen de la política pública, sin asistencia técnica y marginados del circuito comercial del mercado habitacional, constituyen la mayor proporción de hogares en condición de pobreza en el país, cuando esta población se clasifica según tipo de tenencia de la vivienda.

DESARROLLO SOCIAL: LA POBREZA URBANA Y LAS CONDICIONES DE VIVIENDA

137


Tabla 20: Distribución de los hogares según tenencia de vivienda y condición de pobreza en Colombia (2007) Tipo de tenencia

No pobre

Pobre

Total

100

100

Propia

52.5

46.8

En arriendo o subarriendo

35.8

30.7

En usufructo

10.3

18.9

Otra

1.4

3.6

Fuente: DANE. Encuesta de Ingresos y Gastos.

Sobre esta situación es pertinente predicar, al menos, las siguientes dos observaciones: El alto costo de los alquileres es, proporcionalmente respecto del ingreso, más

severo en los hogares pobres, lo cual los induce a buscar soluciones en el espectro de las ofertas de la urbanización ilegal, donde, vía la “propiedad”, aumentan el riesgo de caer en trampas de pobreza, en las cuales esta condición se tornará crónica. En segundo lugar, llama la atención que en Estados Unidos parte de las medidas para enfrentar la crisis económica y proteger a los deudores hipotecarios tomaron como población objeto a los hogares cuyo gasto en vivienda representa más del 31% de su ingreso. Esto, existiendo de por medio una distancia enorme en términos de ingreso per cápita. (Wall Street Journal, febrero de 2009) Esta problemática composición de la población pobre debe ser una prioridad de atención de la política pública de vivienda social, confirmando la importancia de asociar los programas de mejoramiento habitacional y de barrios con los programas de lucha contra la pobreza.

NOtas: 1. Este punto se relaciona principalmente con el sector de la construcción, dado que el análisis de los agregados macroeconómicos, se trata en el capítulo “Importancia económica de las ciudades”. 2. Los temas tratados sobre los modelos de gestión sectorial tienen como fuente de información la opinión de los expertos regionales consultados en el marco de una investigación realizada por el CENAC para el Instituto Colombiano de Productores de Cemento, ICPC (ICPC; CENAC, 2006) 3. Los temas tratados sobre los modelos de gestión sectorial tienen como fuente de información la opinión de los expertos regionales consultados en el marco de una investigación realizada por el CENAC para el Instituto Colombiano de Productores de Cemento, ICPC (ICPC; CENAC, 2006)

138

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE



140

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Retos Urbano Ambientales Disturbio Climático en América Latina y el Caribe

Retos Urbano Ambientales: Disturbio Climático en América Latina y el Caribe

141


142

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


I. LATINOAMERICA Y EL CARIBE: EN UN PUNTO DE INFLEXIÓN PREOCUPANTE Las proyecciones hacia el futuro determinan que podría haber un aumento de hasta 1,7°C de temperatura para el 2050 y hasta 4°C para el final de este siglo, lo que sería catastrófico para la sustentabilidad de vida en el planeta, tal y como la conocemos hoy. Los niveles de aumento del nivel del mar han alcanzado 2 a 3 mm/año desde 1980 en la región. Han sido observados también cambios en los patrones de precipitaciones, con algunas áreas recibiendo más lluvias—sur de Brasil, Paraguay, Uruguay, nordeste de Argentina y noroeste de Perú—y otras con un menor nivel—sur de Chile, suroeste de Argentina y el sur de Perú. Finalmente, los eventos climáticos extremos se han vuelto más comunes en varias partes de la región, incluyendo más períodos de lluvias intensas y más días de sequía consecutivos (De la Torre, Fajnzylber y Nash, 2009, p. 9). Los estudios también indican una tendencia hacia más frecuentes y fuertes tormentas y desastres naturales climáticos en la región. Desde la década de los 90, tales acontecimientos han tenido lugar en promedio una vez cada tres años—comparado con una vez cada cuatro años en el período a partir de 1950. El impacto promedio en los países afectados sería de una reducción del 2% del PBI per cápita por década. Los habitantes de América Latina y el Caribe (LAC) pagan un alto precio por estos acontecimientos. En 1999, por ejemplo, se estima que 45.000 personas pueden haber muerto en inundaciones y deslizamientos de barro en Venezuela, mientras que el huracán Mitch en 1998 mató entre 11.000 y 19.000 personas en toda América Central y México. Un informe calculó el daño económico en Honduras en USD 3,8 mil millones – dos tercios del PBI. De particular importancia es el reciente aumento de los huracanes que han afectado a Mesoamérica desde 1995. En el 2004, por primera vez en la historia, un huracán se formó en el Atlántico Sur y golpeó a Brasil. Y el año 2004 vio el número de huracanes en el Atlántico norte llegar a 14, una cifra histórica. Cuatro de los diez años más activos en cuanto a huracanes han ocurrido en los diez últimos años, y el 2008 vio a Cuba, Haití y otras islas devastadas por múltiples golpes. Juntando todos los tipos de desastres climáticos, ha habido durante las últimas décadas una tendencia positiva (De la Torre, Fajnzylber y Nash, 2009, p. 10-11). En particular en la Costa del Golfo de México las pérdidas provocadas por tormentas y huracanes se podrían multiplicar por diez durante los años que van de 2020 a 2025, en comparación con períodos de cinco años típicos entre 1979 y 2006. En América Central y el Caribe las pérdidas se multiplicarían por tres y cuatro respectivamente durante el mismo período. Los países del Caribe seguirían siendo los más afectados, con pérdidas de más del 50% del PBI para 2020-2050, comparado con aproximadamente 10% del PBI para México y 6% para América Central (ibid, p. 17).

Como aparece ilustrado en el Gráfico No. 1, muchas zonas de LAC con una continua exposición a riesgos de sequías e inundaciones tendrán que lidiar respectivamente con condiciones de más sequía y precipitaciones más intensas en el futuro. El cambio climático también conducirá a un aumento del nivel del mar que afectará todas las zonas costeras. El Cuarto Informe de Evaluación del IPCC (2007) pronostica que el nivel del mar aumentará durante el siglo XXI de 18 a 59 cm por la expansión termal debido al calentamiento del aire, derretimiento de los glaciares (especialmente en Groenlandia y la Antártida) y cambios en la capacidad de almacenamiento territorial (De la Torre, Fajnzylber y Nash, 2009, p. 12-13). Entre los sectores económicos de América Latina, el que probablemente sufrirá un impacto mayor y más directo, producto del cambio gradual de la temperatura y las precipitaciones, será la agricultura. También serán importantes, al menos desde una perspectiva local, los impactos económicos y sociales asociados con el aumento en la frecuencia y/o intensidad de los huracanes y tormentas tropicales, la desaparición de los glaciares tropicales en los Andes, el aumento de la tasa del nivel del mar, el descoloramiento y eventual deterioro de los arrecifes de coral en el Caribe, la posible escasez de agua debido a los cambios en los patrones de las precipitaciones, y el esperado aumento de las tasas de mortalidad y morbilidad derivados de los impactos del cambio climático sobre la incidencia de diversas enfermedades (De la Torre, Fajnzylber y Nash, 2009, p. 14). Los pronósticos apuntan a que las pérdidas serían mayores en las zonas cercanas al Ecuador, mostrando posibles ganancias en algunas zonas en el Pacífico y en el sur del continente (ibid, p. 15). Las futuras disminuciones en las precipitaciones podrían causar una severa escasez de agua en regiones áridas y semiáridas de Argentina, nordeste de Brasil, norte de México, Chile, y otras regiones del continente. El número de personas en la región que vive en cuencas hidrográficas con estrés hídrico se estimó en alrededor de 22 millones en 1995. Para el 2055 el número de personas viviendo en zonas con estrés hídrico aumentaría entre 6 y 20 millones. Las consecuencias económicas de esta severa escasez de agua en la región podrían llegar a ser muy grandes, particularmente porque podría llegar a causar cambios significativos en el potencial de generación hidroeléctrica de las regiones (De la Torre, Fajnzylber y Nash, 2009, p. 20). La prevista desaparición de los glaciares tropicales en los Andes tendrá consecuencias económicas en la disponibilidad de agua y energía hidráulica. Los países andinos son dependientes de la energía hidroeléctrica (más del 50% del suministro de electricidad en Ecuador, 70% en Bolivia y 68% en Perú). Algunas de las plantas de energía hidroeléctrica dependen

Retos Urbano Ambientales: Disturbio Climático en América Latina y el Caribe

143


GRÁFICO 1. RIESGOS CLIMÁTICOS ESPERADOS EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE Y MEDIDAS DE CONCORDANCIA ENTRE DIFERENTES MODELOS CLIMÁTICOS (2030)

Fuente: Cálculos del personal del Banco Mundial utilizando ocho modelos de circulación global; publicado en De la Torre, Augusto, Pablo Fajnzylber, John Nash. Panorama General. Desarrollo con Menos Carbono: Respuestas Latinoamericanas al Desafio del Cambio Climático. 2009 Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento / Banco Mundial: Washington DC, p. 12.

parcialmente del flujo de agua proveniente de los glaciares, particularmente durante las temporadas más secas (ibid, p. 18). El aumento de los niveles del mar perjudicará económicamente y de varias maneras las zonas costeras. Con el aumento del nivel del mar, el sustento económico, las infraestructuras socioeconómicas y la biodiversidad en las zonas más bajas de México, Centro América y el Caribe se verán afectadas por el aumento de salinidad en las lagunas costeras, tal como la Laguna Madre en México. La intromisión salina por el alto nivel del mar, combinada con la disminución de las precipitaciones en la región del Golfo de México, causará mayores daños en los pantanos de esta zona, reduciendo los muchos servicios ambientales que proveen, incluyendo la protección de los asentamientos humanos contra inundaciones y tormentas; control de la erosión, conservación y reposición de las tablas de agua subterránea en las costas; regulación y protección de la calidad del agua; retención de nutrientes, sedimentos y agentes de contaminación; proporcionando sustento a muchas comunidades humanas establecidas a lo largo de la costa y hábitats a aves acuáticas y vida silvestre (De la Torre, Fajnzylber y Nash, 2009, p. 18). También se espera que el cambio climático tenga múltiples impactos en la salud, como ya se están viendo. Traerá aumento en la malnutrición, particularmente en países con bajos ingresos, en segundo lugar la mortalidad y morbilidad por eventos extremos. Otros impactos incluyen el aumento de enfermedades cardio-respiratorias a causa de la disminución de la calidad del aire (debido a mayores incendios forestales y uso de combustible fósil), cambios en los impactos sobre la salud relacionados con las temperaturas (aumento del estrés por calor y muertes por frio) y un aumento de las enfermedades transmitidas a través del agua (si p. ej. los sistemas de aguas se ven

sobrecargados por efecto de lluvias intensas y provocan volcado de aguas residuales en fuentes de agua potable). De especial consideración serán los efectos causados por la malaria en zonas rurales y el dengue en zonas urbanas (De la Torre, Fajnzylber y Nash, 2009, p. 20). Esto nos plantea la posibilidad de considerar que la región está alcanzando puntos de inflexión e inclusive “puntos de no retorno” (tipping points)—cuando un sistema pasa abrupta e irreversiblemente de un estado a otro, con amplias consecuencias sistémicas. Ejemplos incluirían la pérdida permanente de ecosistemas y/o especies de valor y la posible interrupción de procesos intrínsecos claves del propio sistema climático—p. ej. la desaparición del Amazonas y la desintegración de glaciares y corales. Algunos impactos socio-económicos pueden ser considerados también como “peligrosos” en el sentido de que si se alcanzan ciertos niveles críticos, por ejemplo grandes impactos socio-económicos acumulativos o graves interrupciones de prácticas habituales, podrían producirse consecuencias en el bienestar humano que podrían considerarse ética o políticamente inaceptables, o incluso producir desórdenes sociales a gran escala. Algunos ejemplos podrían incluir niveles de cambio climático que provocarían una catastrófica escasez de comida o agua, extensas inundaciones costeras o la diseminación general de malaria u otras enfermedades tropicales, evidencias de lo cual ya tenemos en LAC, en particular en America Central y el Caribe (De la Torre, Fajnzylber y Nash, 2009, p. 23-24). Estos ejemplos pretenden crear justificada alarma y motivación a la acción en relación a la rápida pérdida de la biocapacidad y aumento de la huella ecológica en la región a objeto de evitar daños irreversibles a la vida de las generaciones presentes y futuras en la región.

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ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


II. Diferencias en las responsabilidades y repercusiones entre países y ciudades de América Latina y el Caribe. Para poder hacer una caracterización justa de las condiciones ambientales en LAC y sobre todo políticas de mitigación y adaptación justas, es imperativo reconocer las diferencias en las responsabilidades y repercusiones entre países y entre ciudades de LAC en relación al disturbio climático. También es fundamental reconocer las diferencias entre las contribuciones relativas de los diferentes usos de suelo al recalentamiento global y entender cómo se deben tratar para optimizar resultados y costos-beneficios derivados de medidas de mitigación y adaptación. Lamentablemente se tiene muy poca información a nivel de ciudades de LAC en relación a sus contribuciones y repercusiones relativas al disturbio climático (Romero Lankao, 2007). Aproximadamente el 85% de las emisiones de la región se concentran en seis países. Brasil y México concentran casi el 60%, tanto del total de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de la región como de su PBI. El 25% de las emisiones y del PBI de LAC corresponde a Argentina, Colombia, Perú y Venezuela. Tendremos un resultado similar si excluimos las emisiones producto de los cambios en la utilización del suelo, con la excepción de Brasil y México, para los que la proporción de las emisiones totales de LAC caen de un 46 a un 34% y aumentan de un 13 a un 21%, respectivamente (De la Torre, Fajnzylber y Nash, 2009, p. 33). Estos datos también nos muestran la correlación positiva estrecha que existe entre la producción de emisiones de GEI y el nivel y tipo de desarrollo del país, representado por su PBI. Esto evidencia que se vuelve imperativo cuestionar el tipo de desarrollo imperante en la región como medida estructural de mitigación. Mientras que las emisiones derivadas del cambio en el uso del suelo son responsables de casi la mitad del total de emisiones de LAC, su proporción varía ampliamente entre los países de la región. En cinco países—Bolivia, Brasil, Ecuador, Guatemala y Perú—los cambios en el uso del suelo corresponden por lo menos al 60% de las emisiones totales de GEI. Por el contrario, en México, Chile y Argentina, la proporción de las emisiones producto de los cambios en el uso del suelo se encuentra próxima a un 15%. Solo Brasil es responsable del 58% de las emisiones de LAC derivadas de estos cambios en el uso del suelo, le sigue Perú con un 8% y Venezuela y Colombia con un 5% cada uno (ibid, p. 33). Existe una considerable heterogeneidad entre los países de LAC en cuanto a los niveles de emisión de GEI, tanto en términos per cápita como en porcentaje respecto al PBI. Por ejemplo, el total de emisiones de GEI se ubica entre 13 y 17 tCO2 per cápita en Bolivia, Venezuela y Brasil, y por debajo de 7 tCO2 per cápita en Chile, Colombia y México. Los primeros tres países también se encuentran entre los

principales emisores per cápita de la región incluso si se excluyen los cambios en el uso del suelo, aunque en este caso sus emisiones per cápita estarían mucho más cerca de las de Argentina, Chile y México (ibid, p. 33). Algunos países de LAC tienen un potencial relativamente alto de mitigación en la energía (p. ej. Argentina, Chile, México y Venezuela), mientras que para otros el potencial de reducir las emisiones de GEI radica principalmente en los cambios en el uso del suelo o en la agricultura (mitigaciones sibnb CO2, p. ej. en Brasil y Perú; p. 34). Sólo 10 países construyen la mitad de la huella ecológica mundial, y China y los Estados Unidos contribuyen con más del 20% cada uno. Brasil y México figuran en esta lista, pero tienen condiciones muy disimiles en relación a su biocapacidad, como ya hemos observado. Ya casi se excede en 50% la biocapacidad del planeta, situa-ción absolutamente insostenible (Ewing, et al., 2009, p. 16). El gráfico 2 muestra que la biocapacidad de la region es más del doble de su huella ecológica. La huella está causada por contribuciones comparables de la huella de carbono, tierra dedicada a la agricultura, tierra dedicada al pastoreo y bosques. La huella está causada por contribuciones comparables de la huella de carbono, tierra dedicada a la agricultura, tierra dedicada al pastoreo y bosques. Las áreas de pesca y de infraestructura contribuyen poco a la huella. Es importante sin embargo considerar que la huella ecológica urbana está constituida por la huella de la tierra construida más parte significativa de la huella de carbono. Además, las áreas dedicadas a la agricultura, pastoreo, bosques y pesca están en un alto porcentage al servicio del consumo generado en las ciudades y por tanto conectadas a la huella urbana. En relación a la biocapacidad, cabe destacar la importantísima contribución de las áreas de bosques en la región de LAC, que alcanza casi 2/3 de la biocapacidad regional. Esto debe constituir un llamado urgente a la preservación de los bosques de la región, GRÁFICO 2: HUELLA ECOLÓGICA Y BIOCAPACIDAD POR USO DE TIERRA EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE (2006)

Fuente: Ewing B., S. Goldfinger, A. Oursler, A. Reed, D. Moore, and M. Wackernagel. 2009. The Ecological Footprint Atlas 2009. Oakland: Global Footprint Network, p. 62. http://www. footprintstandards.org/

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particularmente cuando las condiciones existentes de deforestación y desertificación son alarmantes. También debe apuntar a la adopción de especiales medidas de mitigación y adaptación dirigidas al aumento de los bosques y a la reducción de su consumo. En el gráfico No. 3, aparecen representados de la región de LAC Paraguay, México, Panamá, Chile, Argentina, Costa Rica, Bolivia, Venezuela, Cuba, Nicaragua, Honduras, Ecuador, Colombia, Perú, Guatemala, República Domini-cana y Haití. Todos estos países se ubican hacia la mitad de la grafica, mientras que Haití aparece de último y muy por debajo del segundo país, Congo. La huella ecológica por persona de Haití no alcanzaba a suplir las necesidades básicas de sus habitantes

aún antes del terremoto de 2010. En el gráfico también se observa la relativa contribución de diferentes usos de la tierra en la huella de los países. Aunque los países de LAC incluyen diferentes combinaciones de usos de la tierra componiendo sus huellas, se puede notar la contribución importante del pastoreo en varios de ellos con huellas altas en la región. En contraste, en el Gráfico No. 4 existe un rango de variedad mayor en las biocapacidades de los diferentes países de la región que en sus huellas ecológicas. Estas gráficas muestran que los países representados de la región ocupan todo el espectro de biocapacidades, desde Bolivia con una biocapacidad de casi 20 hectáreas globales por habitante, la mayor de la muestra, a Haití

GRÁFICO 3: HUELLA ECOLÓGICA POR PERSONA/PAÍS, 126 PAÍSES (2006) .

Fuente: Ewing B., S. Goldfinger, A. Oursler, A. Reed, D. Moore, and M. Wackernagel. 2009. The Ecological Footprint Atlas 2009. Oakland: Global Footprint Network, p. 17-18. http://www.footprintstandards.org/

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con menos de 1 hgh, seguido sólo por Singapur con una biocapacidad casi nula. En la gráfica también se observa la relativa contribución de diferentes usos de la tierra en la biocapacidad de los países. Aunque los países de LAC incluyen diferentes combinaciones de usos de la tierra componiendo sus biocapacidades, se puede notar la contribución importante de los bosques en varios de ellos con biocapacidades altas en relación a la región y el mundo. En el Gráfico No. 5, observamos como la huella de la región de LAC se ha mantenido fluctuando en un rango de 2,2-2,8 desde 1961. Las fluctuaciones parecen corresponderse con las fluctuaciones económicas en la región, mostrando, por ejemplo, una depressión en la “década pérdida” de los 1980s. La huella ya está por encima de la cuota de capacidad global para la región, lo

que supone que se deben hacer ajustes inmediatos para reducirla. Sin embargo, mientras todos los usos de la tierra estudiados han mantenido su contribución relativa a la huella más o menos estable desde 1961, la contribución de la huella de carbono ha crecido sensiblemente. Es entonces en esta área donde las mayores medidas de mitigación deberán dirigirse. Las emisiones de carbono producidas en las ciudades por el transporte motor, las edificaciones y la industria están incidiendo en forma importante en el aumento de la huella de carbono, y deben convertirse en parte importante de la solución a través de sistemas de reducción de emisiones. En este mismo gráfico, observamos la rápida pérdida de la biocapacidad en la región, que ha pasado de casi 14 hectáreas globales por habitante en 1961, a menos de 6 hgh en el 2006. La contribución de la

GRÁFICO 4: BIOCAPACIDAD POR PERSONA/PAÍS, 126 PAÍSES (2006)

Fuente: Ewing B., S. Goldfinger, A. Oursler, A. Reed, D. Moore, and M. Wackernagel. 2009. The Ecological Footprint Atlas 2009. Oakland: Global Footprint Network, p. 17-18. http://www.footprintstandards.org/

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GRÁFICO 5: HUELLA ECOLÓGICA Y BIOCAPACIDAD POR PERSONA EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE (1961-2006)

Fuente: Ewing B., S. Goldfinger, A. Oursler, A. Reed, D. Moore, and M. Wackernagel. 2009. The Ecological Footprint Atlas 2009. Oakland: Global Footprint Network, p. 63. http://www.footprintstandards.org/

deforestación a esta pérdida de biocapacidad en la región excede en mucho a las contribuciones de los otros renglones de uso de tierra, lo que subraya la importancia de atender a este sector con urgentes medidas de mitigación. El gráfico 6 compara los países con la mayor y menor huella ecológica del continente americano: Estados Unidos y Haití. Nótese que la escala del eje Y que mide las hectáreas globales por habitante es diferente en los dos gráficos: mientras en el de Estados Unidos llega a 10 unidades, en Haití sólo alcanza 1. A diferencia que en los gráficos de Colombia y Nicaragua donde la biocapacidad es todavía mayor que la huella (aunque la tendencia es que esta diferencia no dure mucho), en los casos de Estados Unidos y Haití las biocapacidades están por debajo de la huella desde antes de los 1960s para Haití y desde mediados de los 1960s para Estados Unidos. La disparidad entre huella y biocapacidad es de casi 5 hgh en Estados Unidos, y sólo de 0,3 hgh en Haití. Lo dramático de esta comparación es que, mienstras en Haití, ni la huella ni la biocapacidad pueden suplir las necesidades básicas de sus habitantes, en Estados Unidos la huella por habitante casi equivale a 10 hg, más de cuatro veces mayor de lo que le correspondería de su cota global de hgh. Este gráfico pone en evidencia la

extraordinaria inequidad que existe en el continente (y en el mundo) y la necesidad inminente de revertir la huella de EUA no sólo para adecuarla a la biocapacidad global, sino también para atender la deuda ecológica que se le debe a Haití y otros países económica y ecológicamente carentes. Este argumento también es válido para los países deudores ecológicos dentro de la región de LAC. Las ciudades son entidades que contribuyen significativamente al estado de sus países en relación a los indicadores aquí considerados. Sin embargo, no se pueden suponer condiciones equivalentes entre ciudades y sus países. Por lo contrario, se deben intensificar los esfuerzos para conocer mejor las diferencias entre ciudades dentro de un mismo país en relación a sus contribuciones y repercusiones relativas al disturbio climático. En Brasil, por ej., no es lo mismo las emisiones de GEI per cápita en São Paulo o Río de Janeiro que en Belén o Manaos. Así mismo, los habitantes de estas ciudades tienen afectaciones diferentes a raíz del disturbio climático. Entender estas diferencias es clave para el diseño e implementación de políticas de mitigación y adaptación diferenciadas dentro del mismo país para que sean apropiadas y justas en diferentes contextos urbanos.

GRÁFICO 6: HUELLA ECOLÓGICA Y BIOCAPACIDAD ESTADOS UNIDOS Y HAITÍ (1960-2006) .

Fuente: http://www.footprintnetwork.org/en/index.php/GFN/page/trends/us/ y http://www.footprintnetwork.org/en/index.php/GFN/page/trends/haiti/

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III. LAS DIFERENCIAS INTRACIUDADES A sí como en la sección anterior vimos la importancia de reconocer las diferencias entre ciudades de un mismo país en LAC, a un nivel de análisis todavía más refinado resulta clave poder reconocer las diferencias dentro de una misma ciudad. Diferentes barrios, diferentes grupos sociales y diferentes usos del suelo dentro de una misma ciudad contribuyen y son afectados de manera desigual por el cambio climático. Esto debería tener implicaciones en la decisión de políticas y la implementación de programas de mitigación y adaptación, para que éstos sean apropiados y equitativos. Los ajustes deben apuntar, por un lado, a mayores exigencias de mitigación en los sectores sociales y de producción y uso de la tierra que afectan más la producción de emisiones; por el otro, a mayor apoyo de prevención, adaptación, y recuperación para los sectores sociales y geográficos pobres y más vulnerables (mujeres, niños, jóvenes, asentamientos informales y en áreas de riesgo). El desafío de alcanzar un alto nivel de bienestar humano garantizando al mismo tiempo la disponibilidad a largo plazo de los recursos se ilustra en el gráfico siguiente (Gráfico No. 7). El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) define un alto nivel de desarrollo como una puntuación de IDH de 0,8 o superior, mientras que 1,8 hectáreas globales es el área productiva promedio disponible para cada persona en el planeta. Los países con un puntaje de IDH de 0,8 o superior, y una huella de 1,8 hectáreas globales por persona o menos, cumplen con dos criterios mínimos para el desarrollo sostenible a escala mundial: un alto nivel de desarrollo y una huella ecológica por persona que podría ser replicada a nivel mundial a un nivel menos que el de la biocapacidad global. Los países que cumplen con ambos criterios se muestran en el cuadrante inferior derecho. A pesar de la creciente adopción del desarrollo sostenible como un objetivo político explícito, todos los países no cumplen las dos condiciones mínimas (Ewing, et al., 2009, p. 19). El gráfico muestra como la mayoría de los países de LAC se encontraban ya al límite o por encima de la biocapacidad máxima por persona en el planeta en 2006. Tres países ocupan el espacio de intersección entre el límite mayor de biocapacidad y el límite menor de desarrollo humano. Otros siete países de la región, los que tienen más desarrollo humano, estaban todos por encima de la biocapacidad máxima por persona en el planeta en 2006. Cuatro países de LAC que exceden la biocapacidad máxima y tres que están por debajo de la misma tienen todos un IDH más bajo que 0,8. El caso de Haití es único y dramático, mostrando en el 2006 un IDH poco mayor de 0,5 y la menor biocapacidad de todos los países del mundo representados en el gráfico. ¿Qué hacer frente a estos desafíos? En efecto, las respuestas de mitigación y adaptación tienen que ser equitativas entre países, entre ciudades y dentro de las ciudades, basadas en el “principio de responsabilidad

común, pero diferenciada,” establecido por la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). Primero, los países en desarrollo ya se enfrentan al desafío de la disminución de la pobreza y son los más vulnerables y los menos capaces de adaptarse a los efectos adversos provocados por el cambio climático. ¿Cómo pueden llevar a cuesta una pesada carga adicional de reducir las emisiones de GEI? Una solución equitativa permitiría a los países en desarrollo alcanzar mayor calidad de vida mientras se les apoya para la adaptación, y en menos medida, la mitigación del cambio climático. En segundo lugar, los países industrializados cargan con una responsabilidad histórica mucho mayor por la existente concentración de GEI que está provocando los cambios climáticos. El menor nivel de responsabilidad de los países en desarrollo puede ilustrarse por el hecho de que la acumulación de las emisiones relacionadas con la energía provenientes de los países ricos para el período que va de 1850 al 2004 son, en una base per cápita, más de 12 veces mayores que las de los países en desarrollo. Por lo tanto, a pesar de que su parte de la población mundial corresponde sólo a un 20%, los países industrializados son responsables del 75% de las emisiones de CO2 relacionas a la acumulación de energía desde 1850. Esto lleva a que muchos observadores concluyan que los países ricos deberían asumir una parte mucho mayor de los costos asociados a la reducción de las emisiones globales de GEI (De la Torre, Fajnzylber y Nash, 2009, p. 25). Además, se debe determinar cómo las especificidades regionales e intraregionales de LAC deben afectar su participación en una política global y coordinada de respuesta a los desafíos del cambio climático (p. 27). Hay por lo menos dos instancias que, de llevar adelante sus propios esfuerzos para la mitigación climática, podrían llegar a reportar beneficios a la región, aunque esto contribuya tan sólo de forma modesta a evitar futuros daños por cambio climático, dadas las emisiones relativamente limitadas de la región. En primera instancia, existen casos en que la reducción de emisiones se puede lograr a la misma vez que se persiguen otros objetivos de desarrollo económico. En estas situaciones, la mitigación del cambio climático sería una consecuencia de las acciones que la región estaría de todos modos interesada en perseguir para promover el crecimiento sostenible y disminuir la pobreza, más allá del cambio climático. La mitigación en estos casos involucra “ningún remordimiento en el presente”. Los principales ejemplos de tales oportunidades están relacionados a las inversiones dirigidas al aumento de la eficiencia energética, reducción de la deforestación, mejora del transporte público, creación de fuentes de energía renovable, desarrollo de biocombustibles sustentables y de bajo costo, aumento de la productividad agrícola y mejora del manejo de los residuos. En segunda instancia, la mitigación climática también puede involucrar “ningún remordimiento en el futuro” en un “mundo carbono-restringido”, especialmente si la región toma una posición de liderazgo ante el despliegue de tecnologías de bajo uso del carbono (De la Torre, Fajnzylber y Nash, 2009, p. 28).

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GRÁFICO 7: ÍNDICE DE DESARROLLO HUMANO ONU Y HUELLA ECOLÓGICA (2006) .

Fuente: Ewing B., S. Goldfinger, A. Oursler, A. Reed, D. Moore, and M. Wackernagel. 2009. The Ecological Footprint Atlas 2009. Oakland: Global Footprint Network, p. 19. http://www.footprintstandards.org/

IV. EL DISTURBIO CLIMÁTICO Los estudios de huella y biocapacidad documentan lo sucedido en el pasado. Estos instrumentos describen cuantitativamente los recursos ecológicos utilizados por un individuo o una población, pero no prescriben lo que se debe utilizar o cómo hacerlo posible. La asignación de recursos es una cuestión política, basada en los valores sociales acerca de lo que es o no equitativo. Así, mientras que la contabilidad de la huella puede determinar la biocapacidad media disponible por persona, no estipula la forma en que la biocapacidad se debe distribuir entre los individuos, las ciudades o las naciones. Sin embargo, proporciona un contexto para estos debates (Ewing, et al., 2009, p. 100). Las políticas de mitigación y adaptación que se determinen o no frente a las nuevas condiciones que plantea el disturbio climático pueden acelerar las inequidades y la polarización socio-espacial en países y ciudades de LAC (Romero Lankao, 2007). Es necesario monitorear y evaluar impactos para evitarlo. El Gráfico No. 8 indica el efecto inequitativo del cambio climático, que agravará la pobreza e intensificará la polarización socio-espacial en países donde ya las regiones tienen marcadas diferencias socio-económicas, como es el caso del noreste y noroeste brasileño en comparación con el más alto nivel socio-económico en el sureste del país. Como De la Torre, Fajnzylber y Nash (2009) apuntan, es necesario buscar y construir sustento y datos científicos sólidos para monitorear y evaluar impactos. Tal vez este sea uno de los aspectos más relevantes y al cual no se le ha prestado la atención necesaria. Las evaluaciones de

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vulnerabilidad e impacto requieren de la disponibilidad y utilización de datos sólidos. Las ciudades deben invertir en conocimiento y avance tecnológico e investigación. A pesar de los recursos limitados con que cuentan las ciudades en LAC, pueden apoyarse de otros institutos, organismos internacionales e iniciativas como C40 Large Cities Climate Summit, la Red para la Investigación del Cambio Climático Urbano (UCCRN por sus siglas en inglés), y el Panel internacional sobre Cambio Climático en las Ciudades (IPC3). GRÁFICO 8: EFECTOS DEL CAMBIO CLIMÁTICO EN LA POBREZA - MUNICIPALIDADES BRASILERAS

Fuente: Ewing B., S. Goldfinger, A. Oursler, A. Reed, D. Moore, and M. Wackernagel. 2009. The Ecological Footprint Atlas 2009. Oakland: Global Footprint Network, p. 19. http://www.footprintstandards.org/

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V. EL DISTURBIO CLIMATICO, UNA OPORTUNIDAD PARA LA LUCHA CONTRA LA POBREZA Las políticas y programas de mitigación y adaptación en LAC deben tener como eje central la reducción de la pobreza a través de la conjugación sinérgica de lo social (equidad), lo económico y lo ambiental. En definitiva, lo que se persigue construir es un modelo de desarrollo sustentable (Gráfico No. 9). Sin embargo, obtener y mantener un balance entre social, lo económico y lo ambiental presenta muchos desafíos. Uno de los mayores problemas para implementar medidas de mitigación es que los emisores solo absorben una pequeña fracción de los costos sociales asociados, que más que nada son pagados por otros, que en su mayoría pertenecen a generaciones futuras. Por lo tanto, los agentes, ciudades y países individuales tienen un incentivo de apoyarse en los esfuerzos de mitigación de otros sin costo alguno. Además, incluso en el caso de que algunas ciudades o países en los que están previstos grandes daños decidan tomar acciones de mitigación unilateralmente, las oportunidades de mitigación existentes en estas ciudades o países probablemente no serán tan costo-efectivas como las de otros. De hecho, las ciudades o países que tienen una mayor exposición a los riesgos no necesariamente tienen los costos de mitigación más bajos. En suma, la mitigación global a través de esfuerzos individuales descoordinados es probable que sea demasiado chica, implementada demasiado tarde y llevada a cabo por las ciudades o países equivocados. Para tener la oportunidad de alcanzar un nivel de esfuerzos de mitigación y adaptación óptimos, el mundo como un todo deberá llegar a un acuerdo conjunto. Pero en segundo lugar, incluso con una acción colectiva, determinar

el nivel de esfuerzo de mitigación óptimo es muy difícil, ya que la información requerida para estimar los costos y beneficios correspondientes es muy imperfecta (De la Torre, Fajnzylber y Nash, 2009, p. 22-23). Los países y ciudades de LAC como la región de mayor índice de inequidad en el mundo tendrían el imperativo ético de concertar visiones individuales y de conjunto que vislumbren medidas de mitigación y adaptación desde la premisa de la reducción de la pobreza intra e interciudades y la polarización en la región en general, y en los países y ciudades más pobres en particular.

VI. DISTURBIO CLIMATICO FRENTE A LOS PROBLEMAS BÁSICOS DE LA CIUDAD En LAC, la composición del flujo de GEI está dominada por emisiones de CO2 producto de los cambios en el uso de la tierra, que constituyen el 46% de las emisiones de LAC, contra el 17% de las del mundo. Pero debido simplemente a que otras regiones hace mucho tiempo que talaron la mayor parte de sus bosques, LAC tiene una gran proporción de árboles que todavía siguen en pie, y como resultado todavía tiene una gran proporción de sus emisiones generadas por la deforestación. En contraste, la proporción de las emisiones de CO2 en las emisiones totales de GEI de LAC (26%) es mucho menor que a nivel mundial (59%). El resto de las emisiones de LAC (alrededor del 28% comparado con un 23% para el mundo en su totalidad) son otros GEI generados principalmente por el sector agropecuario—70% en el caso de LAC versus el 55% para el planeta—pero también como resultado de la eliminación de residuos y

GRÁFICO 9: DESARROLLO SUSTENTABLE

Fuente: http://www.eoearth.org/article/Climate_Solutions.

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de las actividades industriales y extractivas (De la Torre, Fajnzylber y Nash, 2009, p. 30). Estos rasgos básicos de las emisiones de LAC tienen un gran número de implicaciones generales en cuanto a la identificación de los desafíos principales para explorar el potencial de mitigación de la región. Primero, está claro que LAC tiene un enorme potencial de mitigación asociado a la reducción de las emisiones provenientes del cambio en el uso de la tierra, lo que implica explotar en detalle el potencial para evitar la deforestación e implementar proyectos de forestación y reforestación. En segundo lugar, sería crítico mantener y reducir la baja tasa de emisiones energéticas, incluyendo las emisiones de la generación de energía, el transporte, las actividades industriales y comerciales y de los edificios residenciales. De especial preocupación es la nueva tendencia hacia el aumento de la intensidad del carbono en el suministro de energía, debido al cambio desde la hidroelectricidad hacia el gas natural y el carbón, una tendencia que es exacerbada en futuras proyecciones del sector. Como forma de al menos mantener la baja tasa de emisiones respecto a energía, que era relativamente baja, la región debería invertir más en eficiencia energética, en un transporte más limpio y en energías renovables (De la Torre, Fajnzylber y Nash, 2009, p. 30-31). Se deben buscar sinergias en el área de las inversiones públicas. Programas masivos de inversiones públicas en infraestructura deberán formar parte del estímulo fiscal necesario para enfrentar la crisis económica global, especialmente en las economías emergentes con elevados niveles de ahorro. Si su diseño y ejecución son los correctos, estos programas pueden generar dinámicas y resultados ventajosos tanto para fomentar la recuperación económica como para estimular el crecimiento en áreas que minimicen o mitiguen el efecto del cambio climático. Por otra parte, los países que sean capaces de avanzar, durante la recesión económica, en la transición de una economía con altas emisiones de carbono a una de bajas emisiones, podrán desarrollar más ventajas competitivas para promover el crecimiento a largo plazo una vez que la actual coyuntura económica sea superada. Esto significa que la actual crisis financiera de hecho puede crear una oportunidad única para acordar un nuevo compromiso para el siglo XXI centrado en un crecimiento con bajas emisiones de carbono. Una ‘recuperación verde’, es decir, una interacción entre creación de empleos, reanudación del crecimiento e inversiones públicas y medidas de políticas orientadas a un desarrollo con menores emisiones de carbono, es la única elección razonable para LAC en esta encrucijada (Tuck y de la Torre, 2009, p. 6). Uno de los retos centrales que plantea en disturbio climático es el de reconocer y desarrollar a la ciudad como instrumento de reducción de emisiones y consumos de recursos naturales e infraestructura, y como instrumento didáctico para aprender a vivir en forma sustentable. Las ciudades son grandes consumidoras de energía y grandes productoras de GEI, además de propiciar la producción de GEI en otros usos de suelo—agricultura, pastoreo, pesca, bosques—que son parte de su huella ecológica. Es por eso que proponer políticas de mitigación y adaptación

en el ámbito urbano es clave. Estas deberían abarcar mínimamente las áreas de espacio construido, transporte, energía, agua y residuos. Las metas más rigurosas de mitigación consideradas por el IPCC requerirían la estabilización de las concentraciones de GEI dentro de un rango de 445 a 535 ppm CO2. Los aumentos de temperatura probables asociados con estas metas están entre 2°C y 2,8°C con respecto a niveles pre-industriales. Para alcanzar estas metas, las emisiones globales tendrían que llegar a un pico para el 2020 como máximo. Para el 2050 tendrían que bajar entre un 30% y un 85% en cuanto al nivel del año 2000. Se estima que los costos de alcanzar estas metas, basados en 15 modelos climáticos considerados por el IPCC, correspondan a una reducción de hasta un 3% del PBI global en el 2030 y de hasta un 5,5% del PBI para el 2050. Un grupo alternativo de metas consideradas por el IPCC implicaría establecer concentraciones de GEI a niveles de entre 535 ppm CO2. El costo de lograr estas metas sería menor al que correspondería a las metas más rigurosas antes mencionadas—hasta un 2,5% del PBI global para el 2030 y un 4% para el 2050—pero los aumentos previstos de temperaturas serían un poco mayores—entre 2.8° C y 3.2° C. Sin embargo, hay que tener en cuenta que dadas las muchas incertidumbres involucradas, niveles mucho más altos de calentamiento global aún serían posibles incluso si las metas mencionadas arriba fueran alcanzadas (De la Torre, Fajnzylber y Nash, 2009, p. 24). A pesar de que la región de LAC es responsable únicamente del 5% de las emisiones globales de bióxido de carbono, es muy vulnerable ante los efectos del cambio climático. Hasta el momento, los esfuerzos en la región se han focalizado en la mitigación del cambio climático. A pesar de que no existen grandes avances al respecto, la adaptación ha pasado prácticamente inadvertida. No obstante, la adaptación resulta más importante debido a la gran vulnerabilidad de la región ante los efectos del cambio climático y al relativo bajo impacto de las medidas de mitigación. Es preciso que las ciudades en LAC tomen decisiones y desarrollen políticas públicas de adaptación y mitigación al cambio climático que contemplen la participación de las comunidades, los tomadores de decisión y el sector privado. La interacción de los actores es importante para decidir la cantidad y el tipo de recursos que se asignarán a la mitigación y adaptación, a fin de poder elaborar estrategias de respuesta que sean efectivamente implementadas en las ciudades (Plunsy Sutto-ed, 2008).

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VII. IMPACTOS EN LOS ATRIBUTOS DE LA CIUDAD Espacio Construido Las ciudades como entidades que emiten grandes cantidades de GEI, están en la primera fila de contribuyentes significantes al cambio climático. Ellas también son


especialmente vulnerables a los efectos del cambio climático, convirtiéndose de esta manera en los puntos donde los procesos de adaptación hacia este son más necesarios y las prácticas de mitigación pueden ser más factibles y efectivas. La vulnerabilidad al cambio climático es especialmente alta en mega ciudades y en ciudades intermedias de rápido crecimiento y que se encuentran en el umbral de la posibilidad de su propia insostenibilidad. En el año 2006 (Geyer, p. 3-9) más del cincuenta por ciento de la población mundial vivía en áreas urbanas, pasando por primera vez a ser mayoría. Y las proyecciones durante los próximos cincuenta años hablan de que casi la totalidad del 100 por ciento del crecimiento poblaciónal se dará en áreas urbanas (Cohen) – incluso hay estudios que consideran que la población rural retrocederá a niveles anteriores a los actuales. De todas las regiones del mundo en desarrollo, LAC es la que cuenta con mayores índices de urbanización (ONU-HABITAT). El aumento de la población urbana se debe generalmente a tres factores: la migración desde áreas rurales hacia áreas urbanas, la expansión geográfica de las ciudades que incluye anexiones, conurbanciones (y de este modo zonas que antes eran clasificadas bajo el rótulo de áreas rurales pasan a ser parte de centros urbanos) y finalmente por el incremento natural de la población urbana (Geyer, p. 79-106). Pero también LAC tiene los mayores indicadores internacionales de exclusión social y desigualdad (ONU-HABITAT). Coincidencialmente las áreas más afectadas por los efectos en el cambio de temperaturas y en el cambio de régimen de lluvias son áreas de asentamientos precarios ocupadas por poblaciónes carentes de recursos y que rodean las grandes ciudades (ibid). La expansión de las ciudades tiene como resultado el uso urbano de áreas con vocación diferente y que anteriormente funcionaban como zonas de amortiguación

ambiental (por ej. bosques como fuentes de absorción de CO2). Estas áreas más el incremento natural de la población urbana generan una mayor demanda por recursos naturales y energía, así como la producción y expulsión de residuos sólidos e industriales, teniendo un impacto directo en el medio ambiente que rodea las ciudades y por ende en el clima mismo. Las mayores fuentes de emisiones ligadas al desarrollo urbano son las que están directamente relacionadas con la generación de energía por medio de combustibles fósiles para el transporte, la industria, el uso de los edificios, la urbanización y construcción y la generación de energía. El parque automotor y la infraestructura construida para la movilidad urbana son grandes generadores de calor. La concentración del parque automotor en ciertas zonas de la ciudad incluso tiene efectos físicos en el clima y hay ciudades donde los microclimas de ciertas zonas como el centro o los distritos de negocios y zonas industriales están alrededor de un grado más caliente que otras zonas de la ciudad. Por su parte la infraestructura construida genera altos índices de superficies que reflejan el calor al ambiente que los rodea, como por ejemplo los pavimentos o el concreto con que están construidos las plazas y andenes. De esta manera, las ciudades son afectadas por un efecto urbano denominado Isla de Calor, consistente en la acumulación de calor por la masa de concreto y demás materiales absorbentes del calor, y la dificultad de disipar dicho calor durante las horas nocturnas. Las operaciones diarias de las edificaciones y la construcción de edificios son dos actividades que aportan de manera desproporcionada emisiones de gases de GEI y que generan altos impactos en el medio ambiente en términos de generación de temperatura y desechos – tan sólo las viviendas y oficinas usan el 40% del total de energéticos (PNUMA, 2007). El alto consumo energético

GRÁFICO 10: EMISIONES CO2 DE EDIFICACIONES (1970-2000-2030)

Fuente: UNEP. Buildings and Climate Change: Summary for Decision-Makers. SBCI Sustainable Buildings and Climate Initiative, 2009, p. 6-7. http://www.unep.org/sbci/pdfs/SBCI-BCCSummary.

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y la ineficiencia del uso de la energía se ven reflejadas en los dos mayores consumidores energéticos de la construcción: la climatización y la iluminación. La búsqueda de edificaciones microclimatizadas en LAC es especialmente alta en ciudades de climas tropicales y en ciudades que están localizadas en las zonas templadas con estaciones. La iluminación de las edificaciones y de las ciudades en general generan una microatmósfera de luz visible a varios kilómetros fuera de las ciudades. El Gráfico No. 10, Emisiones CO2 de Edificaciones, 1970-2000-2030, muestra el marcado despunte potencial de emisiones producto de las edificaciones en LAC y otras regiones del mundo a partir del 2000. En la actualidad existe una tendencia a construir edificios ‘verdes’ (llamado también construcciones sostenibles o bioconstrucción), consistente en usar diseños, prácticas de construcción, orientación de las edificaciones e infraestructura en concordancia con las condiciones climáticas del lugar de emplazamiento, uso de materiales ecológicos, nuevas tecnologías, reciclaje, reutilización y generación de energía propia, y estándares de sostenibilidad que reducen dramáticamente el uso de energía en las edificaciones. En LAC esta práctica apenas está comenzando, en algunos casos para los edificios de oficinas y conglomerados comerciales que se están construyendo. Pero el elevado costo de los materiales o la carencia del conocimiento profesional requerido para la implementación de estas tecnologías hace que las edificaciones de bajo presupuesto, así como las edificaciones construidas anteriormente a la aparición de esta práctica, se encuentren fuera del alcance de la misma. Para esto, algunos expertos recomiendan la adopción de tecnologías y técnicas de bajo costo como los techos de esfriamento, consistentes en pintar la cubierta de las edificaciones de blanco o usar materiales reflectivos para aislar el calor. El incremento de temperatura y el cambio en los regímenes de lluvias generan un número de consecuencias que afectan directamente a las ciudades. En los cinturones de miseria que rodean las ciudades en LAC existe el riesgo permanente de inundaciones (en rellenos artificiales de humedales y cuerpos de agua) y deslizamientos (en zonas de ladera). En las zonas aledañas a ríos y quebradas, donde en ciudades en LAC se han levantado barrios residenciales completos, existe la posibilidad de inundaciones y crecimientos de las corrientes, con sus respectivos costos económicos (recuperación económica) y en salud (epidemias causadas por aguas estancadas). Existe un gran riesgo en las ciudades ubicadas en las costas por el incremento en los regímenes de lluvias e inundaciones y por el riesgo del incremento del nivel del mar. El 80% de la población mundial vive a menos de 50 kilómetros de las costas, y en LAC grandes proporciones de la población viven dentro de este rango1. De acuerdo con el IPCC, en todos los escenarios proyectados, más de 100 millones de personas en el mundo serán afectadas por inundaciones anualmente, en el caso de un incremento de 40 cm en el nivel del agua (IPCC La Haya, 2000). Las ciudades compactas son más eficientes que el modelo disperso de ciudad, dado que el menor uso del suelo tiene como resultado un mayor equilibrio con los

ecosistemas y estructuras ecológicas dentro y fuera de la ciudad 2. En LAC los patrones de urbanización tradicional contemplan densidades altas y usos mixtos, prácticas que actualmente se están perdiendo en algunas ciudades debido a la proliferación de la suburbanización pero que sería clave mantener e incentivar dentro de programas de mitigación y adaptación al disturbio climático. Las condiciones y efectos negativos de la suburbanización en LAC son significativos (ver discusión en Irazábal, 2009). Es entonces importante revisar los planes de ordenamiento territorial, la zonificación y otras regulaciones existentes para que preserven e incentiven ciudades de densidades altas y usos mixtos que favorezcan la movilidad multimodal y el diseño urbano y edificatorio ecológico. Las políticas públicas deben ir encaminadas a la adaptación de las ciudades al cambio climático y a la mitigación de posibles efectos a través de la introducción de sistemas avanzados de alerta de desastres, creación de conciencia pública y construcción de capacidad institucional que facilite la acción colectiva, así como de sistemas económicos que permitan acceso a alternativas, planes de contingencia, manejo de riesgos e inversión y financiación de infraestructura física14 (medios alternativos de generación de energía, barracas, diques, sistemas de alcantarillado y tratamiento de aguas y residuos, etc.). Tanto la mitigación como la adaptación requieren cambios importantes en el estilo de vida en las ciudades y un cambio en la infraestructura existente. Es importante también que las administraciones locales tomen decisiones en cuanto a la implementción de incentivos y desincentivos, por ej., cobrar impuestos y multas a los mayores emisores de GEI que desincentiven la producción de contaminación y el uso de combustibles fósiles.

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Transporte Los medios de transporte en general son dependientes de combustibles de fuentes fósiles. El petróleo y sus derivados son los encargados de producir el 95% de la energía total usada por los medios de transporte en el mundo (IPCC, 2007 p. 325) así como del mismo modo el transporte usa el 70% del consumo total de combustible (National Transportation Policy Project, 2009 p. 55) Los medios de transporte eran los responsables del 23% de las emisiones de GEI en el mundo en 2004 (IPCC, 2009 p. 55) Los medios de transporte contribuyen significativamente a aumentar los niveles de precursores de ozono, monóxido de carbono, partículas suspendidas, óxido de nitrógeno, benceno, y en algunos países de LAC, concentraciones de plomo. La polución causada por los medios de transporte es asociada a problemas de salud, especialmente en sectores de la población vulnerables como niños y ancianos. Esto conlleva a un aumento en la tasa de mortalidad y morbilidad, así como de las enfermedades respiratorias que no son producidas por alergias, enfermedades relacionadas con deficiencias cardiovasculares, cáncer y defectos de nacimiento. Mayores temperaturas también significan una mayor contaminación, en especial el efecto del smog fotoquímico, un fenómeno donde el aire se contamina


por ozono a través de reacciones fotoquímicas y de otros compuestos (cuando esto sucede se observa en las grandes ciudades una atmósfera de color rojizo). Dado que el ozono es tóxico y un compuesto oxidante, puede provocar problemas respiratorios a los habitantes que se exponen de manera prolongada a este. Dependiendo de la fuente, las ciudades más contaminadas de LAC son Santiago de Chile, Bogotá D.C. y México D.F. (Para la Organización Mundial de la Salud las más contaminadas son México D.F. y São Paulo). También están altamente contaminadas otras ciudades como Caracas, Quito y Río de Janeiro. Por otro lado las ciudades capitales menos contaminadas son Buenos Aires y San Juan de Puerto Rico. En LAC estos listados son especialmente difíciles de realizarse ya que únicamente México D.F., Santiago de Chile y São Paulo cuentan con programas permanentes de vigilancia de la calidad del aire (El Espectador Bogotá, 2005). En la mayoría de países de LAC el diesel, que es el combustible con el que se moviliza el transporte de carga y la gran mayoría del transporte público, contiene más de 50 partes de azufre por millón (alcanzando en algunos lugares 5 mil partes por millón), límite de partículas nocivas permitidas por la Organización Mundial de la Salud. Únicamente ciudades como Bogotá D.C., Santiago de Chile, México D.F., São Paulo y Buenos Aires cumplen con dicho estándar (Ecopetrol Colombia, 2009). Las ciudades de LAC cuentan con tasas de motorización relativamente discretas en comparación con los países desarrollados – los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE, tenían una tasa de 56,1 automóviles por cada 100 habitantes en 1993 (Ramirez Chile, 2007). Para el 2001, Bogotá D.C. tenía 14,1 automóviles por cada 100 habitantes, Lima 9,3, México D.F. 20, Santiago 14,8 y São Paulo 38,8 – acercándose a la tasa de los países desarrollados (Figueroa Quito, 2001). A pesar de esto las velocidades de circulación están disminuyendo, los tiempos de viaje están creciendo rápidamente y la infraestructura es insuficiente y se encuentra cada vez más congestionada. Esto hace que las concentraciones de emisiones sean aún más nocivas para la salud humana y para el medio ambiente. En LAC aproximadamente el 64% de la población se moviliza en transporte colectivo, bicicleta o de modo peatonal – caminar es el modo de transporte del 20 al 40% del total de los viajes en muchas ciudades (Mobility, 2001-2002), muy por encima que los porcentajes de los países desarrollados (Norteamérica 14% y Europa 50%), pero a menor nivel del de otras regiones en desarrollo (África 67% y Asia 68%). Sin embargo, la región tiene uno de los mayores indicadores de emisiones por hectárea (9,3 toneladas), únicamente superado por Asia, y de emisiones por habitante (118 kilogramos), superado por África y Norteamérica (Lupano Santago, 2009). El cambio climático produce efectos devastadores para los diferentes sistemas de transporte. El aumento de temperaturas y el cambio de las temporadas de lluvias producen una mayor cantidad de derrumbes e inundaciones que dañan la infraestructura vial y dificultan o paralizan el tráfico, y se hace más habitual el cierre de aeropuertos y la aparición de condiciones climáticas no aptas para la

aviación. El incremento en las temporadas de verano tiene como resultado sequías que afectan la navegación fluvial y el cambio en el comportamiento de los vientos produce la frecuente aparición de tormentas tropicales que afectan la navegación marítima, aumentando al mismo tiempo las posibilidades de catástrofes. El aumento de temperaturas y el cambio de los regímenes de precipitación tienen al mismo tiempo efectos directos en la economía. La posibilidad de inundación de la infraestructura o derrumbes hace que sea necesario elaborar costosos planes de mitigación que anteriormente no fueron incluidos dentro del presupuesto nacional, o que se requiera una relocalización de las vías programadas con su respectivo costo. Esto puede terminar causando represión en los despachos de mercancía y de pasajeros conllevando a un aumento en los fletes y costos de transacción y finalmente a la disminución de la competitividad de países y ciudades. Las políticas públicas de algunos países de la región se han concentrado específicamente en reducir las emisiones de GEI a través de incentivar cambios tecnológicos, traducidos en motores más eficientes y especialmente en mejorar la calidad y tipo de combustible (i.e. disminuir la cantidad de azufre en la gasolina o incentivar el cambio a combustibles más limpios como el biodiesel o el gas natural). Estas políticas sin embargo tienen un alcance limitado debido a que el incremento en distancias recorridas tanto por pasajeros como por carga sobrepasa rápidamente cualquier mejora tecnológica en los vehículos así como en la eficiencia del combustible (Plunz, 2008 p. 22-23). Es por esta razón que las políticas públicas en LAC, además de continuar buscando motores más eficientes y combustibles más limpios, se deben concentrar en medidas de impacto más eficientes como promover mediante beneficios tributarios la renovación del parque automotor, la incursión de vehículos híbridos e impulsados por energía eléctrica, pero principalmente deben buscar desincentivar el uso del transporte particular a través de medidas como el cobro de tarifas por ingresar a ciertos sitos de la ciudad (centros y distritos de negocios) y por usar vías rápidas, imponer y aumentar tarifas de estacionamiento y prohibir el uso del espacio público por parte de vehículos privados, restringir el uso de porciones del parque automotor durante días de la semana en horas de alta congestión (medidas “pico y placa”), etc. Del mismo modo, las políticas públicas deben incentivar el uso del transporte público, la inversión en infraestructura especializada para transporte público (vías exclusivas, estaciones de intercambio multimodal, buses ecológicos y eficientes, etc.) y para sistemas alternativos (vías exclusivas para bicicletas, ampliación de los espacios peatonales y peatonalización de puntos comerciales e históricos de las ciudades). El incremento y mejoras del trasporte público y de la infraestructura e incentivos para el peatón y el ciclista, junto con programas de concientización ciudadana para la promoción de modos de movilidad alternativos y de respeto al peatón y al ciclista constituyen pilares centrales de la nueva planificación urbana necesaria para el cambio de modelo de desarrollo urbano que mitigue el recalentamiento global y se adapte a las condiciones

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del nuevo mundo afectado por el cambio climático. Si el número de pasajeros de los sistemas de transporte masivo en una ciudad típica en LAC se incrementara entre 0 a 5%, las emisiones de GEI disminuirían en un 3,9% a un costo de 66 US$ por tonelada de dióxido de carbono (CO2). Si se incrementara entre 5 y 10%, disminuiría en 8,6% a un costo de 59 dólares. Por su parte, si el modo peatonal aumentara su participación entre un 20 a un 25%, la emisión de GEI se disminuiría en 6.9% a un costo de 17 dólares por tonelada de CO2. Si el uso de las bicicletas como medio de transporte se incrementara entre el 1 al 10%, los GEI se disminuirían en 8,4% a un costo de 14 dólares. En resumen, el paquete completo (transporte masivo, modo peatonal y uso de bicicleta) reduciría la emisión de GEI en un 25,1% a un costo de 30 dólares por tonelada de CO2 (IPCC, p. 337). En LAC se necesitan más estudios comparativos de movilidad urbana (e.g., Romero Lankao et al., 2010), para comprender mejor los siguientes asuntos y su desarrollo temporal y relativo (en relación a la ubicación geográfica de las ciudades y sus contextos políticos, socio-económicos y culturales dentro de la región): ¿Qué distribución modal se utiliza? ¿Qué combustible? (¿Qué tipo? ¿Cómo se produce? ¿Cuánto se consume? ¿Cuánto se contamina y qué tipo de contaminación se produce?) ¿Cuánto duran los viajes? ¿Cuáles son las ineficiencias y deficiencias de los sistemas de movilidad? ¿Cuáles son los costos/beneficios de alternativas disponibles? ¿Qué nuevas alternativas se pueden desarrollar/implementar?

Retos en infraestructura y demanda de movilidad • Es necesario regular el uso del suelo de manera que el transporte colectivo sea viable especialmente en áreas de periferia • Superar el déficit notorio de vialidad, especialmente la falta de vías exclusivas para transporte público • Priorizar la inversión en infraestructura utilizada por transporte colectivo sobre la infraestructura utilizada por vehículos particulares • Aumentar impuestos a los vehículos particulares y a la utilización de combustibles contaminantes y utilizar esos recursos para mejorar la infraestructura de transporte colectivo • Mejorar el mantenimiento, la conservación y la rehabilitación de obras físicas y equipos • Ampliar la infraestructura existente, con énfasis en el transporte público • Fortalecer institucionalmente el sector transporte, incluyendo capacitación de los operarios y desarrollo de los recursos humanos • Lograr que la oferta de transporte público comprenda la totalidad de los sectores urbanos que componen la ciudad, específicamente sectores donde grupos poblaciónales de bajos ingresos están localizados

Retos en accesibilidad y distribución modal

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• Promover la partición modal del transporte colectivo para hacer más eficientes los destinos • Construir puntos intermodales tales como estaciones y terminales donde la población pueda pasar de un medio de transporte público a otro sin diferencia tarifaria • Coordinar las políticas de movilidad y asignar límites claros a los niveles jurisdiccionales (nacional, regional, local) • Coordinar las políticas públicas de transporte con respecto al planeamiento urbano general • Actualizar la tecnología de los operadores públicos de transporte • Integrar operadores públicos y privados en un solo sistema integrado de transporte masivo dentro de la ciudad, incluyendo diferentes sistemas (automotor, férreo, bicicleta, taxis) • Subsidiar el valor de los pasajes del transporte público, así como de segmentos de la población como estudiantes y ancianos

Retos en relación a viajes • Es necesario mejorar la infraestructura para disminuir el tiempo de viajes de la población entre los centros de producción, centros de consumo y las zonas residenciales • Promover el mayor uso de transporte colectivo para disminuir la cantidad de viajes que se realizan • Desincentivar el uso del automóvil particular • Intervenir la urbanización desordenada y mediante la planeación urbana hacer más eficientes la longitud y el recorrido de los viajes que se realizan entre los centros y la periferia de las ciudades • Racionalizar y organizar las rutas de transporte para lograr un desplazamiento de pasajeros más eficiente • Renovar la flota de vehículos de transporte público, en especial aquella que es obsoleta para las necesidades de la población

Reto en relación al combustible • Promover a partir de políticas públicas el uso de vehículos impulsados por combustibles limpios como el gas • Promover, mediante beneficios tributarios, la adquisición de automóviles híbridos e impulsados por energía eléctrica • Mejorar la calidad de los combustibles, específicamente disminuir el nivel de azufre en el diesel hasta estándares internacionales (menos de 50 partes por millón) • Utilizar mezclas de combustibles tradicionales con combustibles limpios que disminuyan la contaminación, por ejemplo gasolina y etanol

Retos en relación a la contaminación • Es necesario tratar los problemas de contaminación por fuentes móviles en las grandes urbes como problemas de salud pública porque afectan directa y definitivamente los sistemas respiratorios y cardiovasculares de la

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• •

población, en particular niños y ancianos, ocasionando enfermedades Disminuir los niveles de emisión de los principales contaminantes del aire (CO, PST, PM10, HC, Nox y Ozono) Construir infraestructura para la utilización de medios de transporte alternativos como la bicicleta Promover, mediante beneficios tributarios y ayudas gubernamentales, la renovación del parque automotor, así como la chatarrización de vehículos viejos Promover el uso del transporte colectivo, así como aplicar medidas de restricción del uso de vehículos particulares en algunos días de la semana Implementar medidas de tarificación vial y cobro del uso del espacio público en algunos corredores rápidos, así como en algunas zonas donde la congestión es mayor, como los centros de las ciudades

Energía De acuerdo con un reporte del IPCC, el mayor crecimiento en las emisiones mundiales de GEI entre 1970 y 2004 provino del sector de suministro energético (un incremento de 145%). Y existen proyecciones que indican que las emisiones de CO2 entre los años 2000 y 2030 provenientes del uso energético crecerán de un 40% a un 110%.27 En este sentido, la producción de energía eléctrica es donde se producen más emisión de GEI. Respecto a la región de LAC, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) predice que las emisiones per cápita relacionadas con la energía en esta región crecerán un 10% entre los años 2005 y 2015, y un 33% durante el período 2005-2030. Estas proyecciones son mucho más bajas que aquellas hechas para otros países en desarrollo. Sin embargo, se pronostica que las emisiones de LAC crecerán más que el promedio mundial después de 2015. El IPCC da cuenta de tecnologías y practicas de mitigación que ya se encuentran disponibles actualmente y que serían de gran utilidad para las ciudades en LAC en sus esfuerzos por mitigar el cambio climático. Destacan las mejoras en la eficiencia del suministro y la distribución de energía, el cambio de combustible de carbón a gas, el desarrollo de la energía nuclear, el uso de calor y energías renovables como la energía hidroeléctrica, solar, eólica, geotérmica y la bioenergía, y la aplicación de tecnologías de captura y almacenamiento de carbono (especialmente útil, por ejemplo, para almacenar el carbono eliminado del gas natural). El papel de las ciudades es fundamental, aunque en la mayoría de los países, las ciudades tienen pocas herramientas políticas o financieras para presionar a favor de cambios significativos en la producción y distribución de energía. La dependencia de la región de LAC en el petróleo es también una gran limitación. La región latinoamericana cuenta con el 10% de las reservas probadas de petróleo del mundo, siendo los países que más aportan Venezuela, México, Brasil, Colombia, Argentina y Ecuador. Respecto al gas natural, países como Brasil, Bolivia, Perú, Argentina

y Venezuela cuentan con reservas importantes, siendo Trinidad y Tobago y Bolivia los mayores exportadores de la región. En general, avanzar hacia el mejoramiento de la eficiencia energética aparece como la ruta más segura para mitigar los efectos del cambio climático en la región. Además, de acuerdo con el IPCC, resulta más rentable invertir en el perfeccionamiento de la eficiencia energética de uso final que aumentar el suministro de energía a fin de satisfacer la demanda de servicios energéticos. Mejorar esa eficiencia permitirá reducir la demanda de energía a corto plazo, demorar la construcción de una mayor capacidad de generación eléctrica, aumentar la competencia reduciendo los costos de producción y reducir el consumo de combustibles fósiles y la emisión de contaminantes locales. El perfeccionamiento de la eficiencia energética tiene un efecto positivo en la seguridad energética, la eliminación local y regional de la contaminación del aire y la creación de empleos. Una opción más para las ciudades es incentivar el uso de la energía renovable. Según el IPCC, la energía renovable tiene un efecto positivo sobre la seguridad energética, el empleo y la calidad del aire. Sus cifras establecen que debido a los costos relativos de otras opciones de suministro, la energía renovable puede abarcar de un 30% a un 35% del total del suministro de electricidad en el año 2030. El aumento en los precios de los combustibles fósiles fomenta la competitividad de las alternativas con bajo contenido de carbono. En la actualidad existen alternativas como arenas petrolíferas, esquistos, crudos pesados y combustibles sintéticos del carbón y gas que podrían reemplazar a los recursos petroleros tradicionales en el mediano y largo plazo debido a sus altos precios. Esto podría provocar un aumento en las emisiones de GEI, a menos que se cuente con tecnología de captura y almacenamiento de carbono en la utilización de biomasa de celulosa. Otra opción asequible es la energía nuclear, sin embargo las normas globales de seguridad, la proliferación de armas y la gestión de desechos, así como la falta de infraestructura y desarrollo en la región son sus principales limitantes. El Gráfico No. 11 describe la contribución relativa que la adopción y ampliación de diferentes tipos de energía pueden otorgar a la reducción de emisiones de CO2. Este escenario, conocido como el Escenario Azul de la IEA, muestra que es posible la reducción de emisiones. La captura y secuestro de carbono representa un quinto del potencial total de mitigación, casi tanto como todos los renovables combinados. Estas son metas que países y ciudades en LAC podrían adaptar a sus propias realidades y capacidades. En las siguientes dos décadas, en Estados Unidos (2007 a 2030), las potenciales ganancias en eficiencia energética podrían ayudar a este país a sostener una economía sustentable que use la misma cantidad de energía o menos que la que usa actualmente (Blockstein, Wiegman and Saundry, 2009). Este es un modelo esperanzador para LAC, donde los países y ciudades consumen menos energía

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actualmente que en Estados Unidos. Este es un escenario que puede servir de ejemplo para que países y ciudades de LAC modelen sus propios escenarios de eficiencia energética para contrarrestar el crecimiento de la demanda. Esto, sin embargo, no debe descuidar los programas para inducir la reducción de la demanda de energía. Como parte de las políticas y medidas que las ciudades pueden instrumentar para mitigar los efectos del cambio climático se encuentra la adopción de bombillos de menor consumo eléctrico, la reducción de subsidios a los combustibles de origen fósil, la imposición de impuestos y gravámenes al carbono en combustibles fósiles, la inclusión de tarifas de introducción para las tecnologías de energías renovables y la facilitación de mercados para las mismas, el requerimiento del uso—al menos en porcentajes incrementales—de energías renovables para las empresas y residencias, y apoyos y subsidios para los productores y desarrolladores de dichas energías. Todas nuestras ciudades dependen de la energía y, hasta el momento, poco se ha hecho para mitigar sus efectos en el cambio climático. Pero para llegar a acuerdos que tengan apoyo y efectividad, es preciso que se empleen métodos de inclusión de todos los actores. La mayoría de las propuestas de mitigación afectan intereses privados que deben ser puestos a un lado por el bien de la mayoría.

Agua y Saneamiento En los grandes centros urbanos de la región de LAC, la falta de un servicio de agua y saneamiento adecuado ha significado tremendos problemas de salud para la población más pobre, además del incremento en la vulnerabilidad a los desastres naturales como derrumbes e inundaciones. Dependiendo de la ciudad, el país y el desarrollo del sistema hídrico de dado lugar, el servicio a la población varía drásticamente. En México, a nivel urbano se tiene una alta cobertura en cuanto a agua potable y saneamiento. 96% de la población urbana tiene acceso a agua entubada (ya sea en vivienda o llave de patio). 91% de la población urbana cuenta con saneamiento (una mejora de 17 punto porcentuales con respecto a las cifra de 74% en 1990), pero los retos son grandes (Romero Lankao, 2010). En comparación, en El Salvador, de acuerdo a un estudio de la UNICEF conducido en Junio del 2006, se estimaba que un 63% de la población urbana tendría acceso a conexiones de saneamiento para el 2004, subiendo de 52% en el 1990 (El Salvador, 2006). De las viviendas que cuentan con sistemas de agua funcionando en El Salvador, sólo el 57% reporta estar realizando algún tipo de desinfección (Rrasca.org El Salvador, 2001). Estas cifras demuestran la alta variación que existe al respecto a la oferta y gestión de los recursos y servicios de agua suministrados en LAC. Aún con éstos números, se ha notado que existe también un consumo excesivo de agua que se necesita regular. En ciudades como São Paulo se dice que existe una “cultura de la abundancia,” que prefiere incrementar la oferta en lugar de promover el ahorro y el uso más eficiente de los recursos hídricos (Osava, Rio de Janeiro). Este patrón se repite en varias de las ciudades grandes y más consumidoras de LAC, así como en muchos barrios de mediano y alto nivel económico, un

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punto importante a considerar al determinar las fuentes versus la demanda y consumo.

Retos de oferta y demanda, geográficos y climáticos • Estabilización o reducción de la oferta • Crecimiento de la demanda • Disparidad entre el crecimiento de la oferta y la demanda de agua • Desfases geográficos: longitud entre la localización del recurso y los asentamientos urbanos. Lima • Desfases geográficos: altitud. La Paz, Quito • Disturbio climático: sequías, inundaciones, incendios, deshielos

Retos de protección del recurso hídrico • Falta de inventarios completos y actualizados de recursos hídricos • Falta de adecuado monitoreo y control del consumo sostenible de agua • Sobreexplotación de acuíferos • Contaminación del agua por aguas residuales, efluentes industriales, escorrentías agrícolas, y residuos sólidos (minería, erosión, etc.) • Contaminación por desarrollo urbano mal planificado • Falta de políticas de protección y gestión bilaterales en el caso de recursos hídricos fronterizos

Retos de cobertura y prestación del servicio • Lento ritmo de mejoras, pero: −− Esfuerzos para llegar a 100% de cobertura de la población urbana −− Coberturas peri-urbanas y rurales más limitadas, pero también mejorando −− Inversiones en la construcción de sistemas de agua y saneamiento y tratamiento de aguas residuales • Coberturas en Bolivia y Uruguay

Retos tecnológicos • Obsolescencia e ineficiencia infraestructural −− La infraestructura es insuficiente, carece de mantenimiento, está en mal estado y necesita reparación o reemplazo. En general, se generan grandes fugas de agua −− Los sistemas de saneamiento disponibles no son en todos los casos los más apropiados −− Insuficiencia de plantas de tratamiento de aguas sanitarias −− Servicio de agua racionado en varios países y ciudades • Algunas soluciones de ingeniería han sido controversiales, tales como las represas y desvíos de causes hídricos

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GRÁFICO 11: COMPARACIÓN DE EMISIONES 2007 CON ESCENARIO DE MITIGACIÓN 2005-2050 EN EL MUNDO.

Fuente: UNEP. Buildings and Climate Change: Summary for Decision-Makers. SBCI Sustainable Buildings and Climate Initiative, 2009, p. 6-7. http://www.unep.org/sbci/pdfs/SBCI-BCCSummary.

GRÁFICO 12: POTENCIAL DE EFICIENCIA ENERGÉTICA PARA CONTRARRESTAR EL CRECIMIENTO DE LA DEMANDA ENERGÉTICA EN ESTADOS UNIDOS (2007-2030)

Fuente: http://www.eoearth.org/article/Climate_Solutions:_Chapter_9#Online_Figures

• Falta de inversión en infraestructura y nuevas tecnologías

Retos en asentamientos informales • Falta de integración del sistema de agua y saneamiento en el trazado original del asentamiento • Trazado irregular y/o topografía abrupta del asentamiento

• Falta de acceso para vehículos motores de servicio • Falta de reconocimiento e integración de estos asentamientos en la planificación sistémica de la ciudad • Barreras institucionales que impiden el suministro de servicio a asentamientos considerados “ilegales.” A veces esto es la “excusa” usada para no servirlos • Retos financieros de construcción, operación y mantenimiento

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• Indisposición del sector privado en invertir en proyectos en estos sectores • Políticas neoliberales que dan prioridad al servicio y embellecimiento de áreas urbanas ya privilegiadas • Falta de poder de las comunidades pobres en relación a otros sectores sociales • Falta de recursos económicos o indisposición de algunas comunidades para pagar por los servicios. Conveniencia de accesos ilegales a las redes • Aumento o percepción de aumento de la inseguridad dentro de los asentamientos informales

−− −− −− −− −−

Gestión inteligente Desarrollo de tecnologías limpias y económicas Educación y concientización Planificación Monitoreo y evaluación de uso y tendencias, vulnerabilidad e impactos

Residuos

• Falta de una visión global e integral del manejo de recursos hídricos • Ausencia de estrategias nacionales, regionales y urbanas y su coordinación • Desactualización de marcos legales de regulación • Falta de cumplimiento de normativas y leyes, rendimiento de cuentas, sanciones • Ausencia de institucionalidad apropiada: carencias, duplicidad, descoordinación, fragmentación • Falta de información confiable

Las ciudades de LAC presentan una falta de organización y recursos al respecto de la gestión de residuos. Usando a México como ejemplo, “la recolección de los desechos sólidos se realiza en 75 de los 152 municipios, sin que haya una cobertura total, ya que alrededor del 35% de los sectores pobres de la población no cuentan con este servicio, en parte debido a las condiciones topográficas de los lugares en los que se ubican y la falta de acceso. Se estima que en las demás ciudades la cobertura no alcanza el 50 por ciento.” (Irazabal, Mexico). En general, las ciudades de LAC están produciendo más residuos sin aumentar los esfuerzos de recolección y tratamiento, especialmente en las ciudades crecientes y las zonas periféricas de los centros urbanos. La Gran Área Metropolitana (GAM) de Costa Rica tiene unos de los sistemas más extensivos de las ciudades en LAC. Aunque se ha visto triplicar la cantidad de residuos de la GAM entre los años del 1990 al 2006, se han establecidos varios centros de reciclaje y gestión de residuos sólidos por sectores de la ciudad. El establecimiento de organizaciones como PRESOL (Plan de Residuos Sólidos Costa Rica) hacen esfuerzos para hacer frente a la situación de fuentes y gestión de residuos por medio de la orientación de acciones gubernamentales y privadas a corto, mediano y largo plazo mediante una estrategia uniforme y apropiada a las condiciones de Costa Rica, lo que se espera que permitirá implementar paulatinamente una adecuada gestión integral de los residuos sólidos (GIRS) en el país (Irazabal, Costa Rica ). La organización y coordinación multisectorial y una identificación específica de los retos y posibilidades alcanzables por cada ciudad de LAC son necesarias para progresar en la gestión sustentable de residuos en la región.

Retos económico-financieros

Agricultura Urbana

• Se necesitan grandes inversiones sólo para mantener las coberturas actuales y remodelar la infraestructura existente • Más inversión requerida para construir la nueva infraestructura para alcanzar los ODM • La calidad de las inversiones (políticas y estrategias efectivas) es más importante que la cantidad

• Carencia de planes de adaptación a patrones extremos de sequía, incendios, inundaciones, cambios de temperatura, que urgen: −− Reducción del consumo de agua −− Racionamiento y control −− Priorización estratégica

En los últimos años, la agricultura urbana y peri-urbana ha despertado el interés creciente de gobiernos, ONGs, centros de investigación y la cooperación internacional. Sin embargo, hasta la fecha no existen muchos estudios sobre las organizaciones sociales de agricultores urbanos. El apoyo político suele ser muy variado. Algunos municipios, como Rosario (Argentina), Montevideo y Brasilia DF (entre 1995 y 1999), preocupados por la superación de la pobreza y comprometidos con la inclusión económica y social de las/os agricultores promueven acciones específicas en el campo de las políticas sociales y la participación ciudadana en establecer y promover los esfuerzos de organizaciones de agricultores urbanos y periurbanos (Castro). La República Dominicana sirve como un ejemplo de un país que ha incluido el desarrollo de agricultura urbana en la agenda de los centros principales urbanos del país.

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Retos de distribución y equidad • Distribución entre diferentes usos: doméstico, agricultura, industria, etc. −− Conflictos entre usos se empiezan a intensificar en la medida en que la escasez del recurso crece −− Los que tienen más poder reciben mejor servicio y subsidios • Distribución entre diferentes estratos sociales −− Sobre los más pobres recae una doble inequidad: tienen menos acceso y pagan más por los servicios −− Donde se han privatizado los servicios, los consumidores han visto subir las tarifas • Disparidad entre cobertura urbana, peri-urbana y rural

Retos institucionales y de planificación

Retos de adaptación y mitigación


Debido a la presión sobre la tierra para la construcción de viviendas y la alta densidad demográfica, la presencia de la agricultura en los barrios más pobres es, en general, menor que la existente en vecindarios de clase media y alta (Acevedo, República Dominicana). En Chile, República Dominicana y otros países, se reconoce que la agricultura urbana tiene una importante y función en la producción de alimentos, generación de ingresos y capital social, reducción de temperatura por el efecto Isla de Calor y reducción de la huella ecológica. Así, se está llevando a cabo una incorporación más sistemática de la agricultura urbana en la planificación urbana y de utilización de la tierra. Esta función responde directamente al problema fundamental de proveer seguridad alimentaria a las zonas urbanas (Acevedo, República Dominicana). Esfuerzos de promover y establecer movimientos de agricultura urbana se ven en ciertas ciudades de LAC, sin embargo, más apoyo y conocimiento sobre los beneficios de tales prácticas puede ser de provecho a las ciudades crecientes de LAC, especialmente en los momentos de transición de economías rurales y agrícolas a más urbanas y especializadas. Rrepensar la relación urbano-rural

VIII. REPENSAR LA RELACIÓN URBANO-RURAL Como se discutió arriba, los bosques constituyen la gran reserva de biocapacidad de la región, pero también, en algunos países, las tierras dedicadas al pastoreo y a la agricultura generan gran parte de la huella ecológica. Esto supone que las políticas de mitigación y adaptación en las ciudades de LAC no podrían ser concebidas en forma desvinculada de las estrechas relaciones urbano-rurales implicadas en las dinámicas de producción y consumo de la región. La clave de la búsqueda de un camino de bajo contenido de carbono en LAC se perfila a través de la implementación de políticas y programas para la conservación de sus grandes bosques y el mantenimiento de su matriz energética relativamente limpia (De la Torre, Fajnzylber y Nash, 2009, p. 34). Respecto a los efectos del cambio climático en la naturaleza y los ecosistemas, el impacto ha sido muy negativo. De la Torre, Fajnzylber y Nash (2009) destacan cuatro puntos focales: el calentamiento y eventual deterioro de los ecosistemas montañosos de los Andes; la decoloración de los arrecifes de coral y probable colapso del medio ecológico en la cuenca del Caribe; el daño a vastas extensiones de pantanos y sistemas costeros asociados en el Golfo de México; y el riesgo de muerte regresiva de los bosques de la cuenca del Amazonas. De acuerdo con el mismo reporte, los ecosistemas en zonas de alta montaña son de los entornos más sensibles al cambio climático. Respecto al decoloramiento de los arrecifes en la zona del Caribe, el constante aumento de las temperaturas en la superficie del mar ha provocado este tipo de efectos, lo cual afecta de manera importante la diversidad de

estos ecosistemas, ya que los arrecifes constituyen el hogar de más del 25% de todas las especies marinas. El caso de los pantanos de la costa del Golfo de México es especialmente relevante pues los modelos de circulación global han identificado a este Golfo como la zona costera más vulnerable a los impactos del cambio climático. La superficie total de los manglares está desapareciendo a un ritmo de 1% a 2.5% por año. Los autores también apuntan que se aprecia una tendencia hacia más frecuentes y/o más fuertes tormentas y desastres naturales climáticos en la región. Estimaciones de su costo a nivel macroeconómico establecen que estos episodios provoca una reducción del 0.6% del PIB real per cápita (De la Torre Washington, 2009). De las pérdidas naturales más graves en LAC, la pérdida del Amazonas sería la más extensiva con consecuencias graves afectando la población humana y al cauce del Río Amazonas y sus afluentes. La mayoría de esta pérdida, que se estima será de un 20 a un 80%, se debe a un aumento de temperatura en la cuenca del Amazonas de 2 a 3°C siguiendo el patrón del aumento de las temperaturas globales. Inevitablemente, cualquier cambio significativo al ecosistema frágil de la selva amazónica resultará en cambios afectando los patrones climáticos y de biodiversidad en otras regiones del LAC, incluyendo las zonas urbanas. De los diez países con mayor biodiversidad mundial, cinco están en LAC: Brasil, Colombia, Ecuador, México, y Perú. Estos países también son hogares de los Andes, la zona con mayor biodiversidad del mundo. Alrededor del 27% de los mamíferos del mundo viven en LAC, así como también el 34% de su vegetación, 37% de sus reptiles, 47% de sus aves y el 47% de sus anfibios. El 40% de la vegetación del Caribe es única de esta zona (ibid p. 13). Debido a que los efectos del cambio climático que ya se encuentran presentes es importante enfatizar las políticas de adaptación, además de las de mitigación. De la Torre, Fajnzylber y Nash (2009) remarcan que para que las políticas de adaptación sean efectivas y eficientes es preciso fortalecer la gestión de los recursos naturales, enfocándose especialmente en el manejo de los flujos de agua y en mejorar la capacidad de recuperación de los ecosistemas. La inversión en la construcción de desagüe en zonas con mayor precipitación y la regulación de flujos del agua son fundamentales. Las reservas biológicas y los corredores ecológicos pueden servir también como medidas de adaptación para promover una mayor capacidad de recuperación. Algunos ecosistemas o especies (flora y fauna) pueden requerir ser trasplantados a otras zonas a fin de evitar un deterioro mayor o más acelerado. Al respecto, se pueden desarrollar proyectos de conservación para arrecifes de coral y otros corredores biológicos, incluso los intraurbanos. Uno de los sectores económicos que se predice sufrirá impacto mayor y más directo producto del cambio gradual de la temperatura y las precipitaciones será la agricultura. En México se sufrirán fuertes impactos con una pérdida de virtualmente toda la productividad de un 30-80% de la fincas, dependiendo de la gravedad del calentamiento (ibid p. 15). Los efectos agrícolas varían bastante dependiendo de la región en LAC y es imposible determinar un efecto

Retos Urbano Ambientales: Disturbio Climático en América Latina y el Caribe

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general para el continente entero. El fenómeno que ya se ve aconteciendo en la mayoría de las ciudades del LAC es el crecimiento urbano debido a la emigración rural. La pobreza rural se ha causado en parte por los cambios climáticos afectando los patrones agrícolas. Las ciudades principales de Honduras están creciendo a un nivel rápido por estas razones. Desde el 2000 al 2010 hubo un aumento de 5,2% y se predice un crecimiento poblaciónal urbano fijo de ~3% cada cinco años. El crecimiento urbano se debe en gran parte a un éxodo rural hacia las ciudades principales: entre 2000 al 2025 disminuirá la población rural de acuerdo a su crecimiento total en miles de 37.000 anuales a 4.000 hasta llegar a un crecimiento negativo de -13.000 en 2045.3 Uno de los grandes factores que afectará la agricultura en LAC es el aumento de la desertificación en zonas especialmente susceptibles a los efectos de los cambios

climáticos. “Por la disminución en algunas zonas y por exceso de lluvia en otras, se ve afectada la disponibilidad normal del agua que es retenida por la vegetación, la que se evapora desde las diferentes superficies, la que se infiltra para alimentar el subsuelo y los almacenamientos subterráneos y los caudales de diferentes corrientes y cuerpos de agua que proveen la demanda” (Castro, Lima 2006). Este fenómeno tendrá repercusiones en el sector agrícola de países en LAC, pero también en la oferta de fuentes de agua para los consumidores rurales y especialmente los urbanos. En Colombia se reporta aumento en 3.576.068 hectáreas de las zonas con un potencial alto de desertificación (IDEAM 2001). Ocupando el 4º lugar de 9 países con desertificación en América Latina, Colombia tiene 27.300.600 hectáreas susceptibles a desertificación a causa del cambio climático y las áreas en desertificación suman 14.420.000 hectáreas.

NOtas: 1. LAC se caracteriza por ser una región donde las ciudades principales tienen una proporción de la población mayor al 20% y en algunos casos al 25%. Existen grandes concentraciones de mayorías de poblaciones costeras en los países de Centro América, el Caribe, y en el caso de Suramérica en países como Ecuador (Guayaquil), Venezuela (Caracas y Maracaibo), Perú (Lima), Chile (Santiago y Valparaíso), Argentina (Buenos Aires), Uruguay (Montevideo), Brasil (Río de Janeiro y São Paulo) y Surinam (Paramaribo). 2 Por ejemplo la ciudad de Nueva York, siendo la más densa de Estados Unidos, es también al mismo tiempo la más eficiente en términos ambientales. Ver: New York Times. Bloomberg the Bigfoot (In Carbon). 12 de Diciembre de 2009. Página web: http://www.nytimes.com/2009/12/13/nyregion/13about.html. 3 “Honduras: Indicadores Demográficos de la Población Urbana y Rural,” http://www.eclac.cl/celade/proyecciones/basedatos_BD.htm>

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LA GOBERNABILIDAD Y LA DEMOCRACIA EN LA CIUDAD LATINOAMERICANA DEL SIGLO XXI

LA GOBERNABILIDAD Y LA DEMOCRACIA EN LA CIUDAD LATINOAMERICANA DEL SIGLO XXI

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I. La complejidad urbana Ya no hay duda, después de un largo proceso de urbanización –con diferentes ritmos y -causas- ha conducido a América Latina y el Caribe al inicio del siglo XXI, a ser una región eminentemente de ciudades. No solo en el sentido de que la mayor parte de la población de la región reside concentrada en conglomerados diferenciables de los dispersos asentamientos en los espacios rurales. América Latina es una región de ciudades en el sentido más importante: las inversiones, las actividades económicas, la comunicación, la información, la opinión, el quehacer político, las oportunidades tanto como las dificultades, la articulación con el entorno, en definitiva el poder, son de manera incuestionable, predominantemente urbanos. Estas concentraciones de personas viviendo avecindadas en un espacio limitado, en el que se aglomeran los factores señalados, son también concentraciones de conflictos y posibilidades, de gran dinamismo; más allá de lo que revelan el registro descriptivo o analítico de la estadística y la expresión de la cartografía, el futuro de la región dependerá predominantemente de lo que suceda en las ciudades, de la forma de resolución de sus conflictos y del desarrollo de sus posibilidades. El concepto de ciudadanización urbana de la vida, no alude solo a un tamaño demográfico o a la superficie de la “mancha urbana”, útiles para la referencia comparativa entre realidades relativamente autónomas. El concepto tiene relación con el peso que tiene la condición urbana en la determinación sobre el presente y el futuro de un territorio en el que influye, sea este un pequeño anejo, una parroquia, una circunscripción urbano rural municipal, un tejido metropolitano, un departamento, un estado federado o una nación e inclusive una circunscripción supra fronteriza entre naciones. Es decir, que necesariamente alude también a una condición de “capitalidad” o de “centralidad” que se ejerce de hecho, sobre sí misma y en un entorno territorial relativamente dependiente. Condición que se ejerce con o sin una intención de dominio económico, cultural o político y eventualmente, a pesar de lo que determina la vida cotidiana del conjunto de habitantes del espacio afectado y su proyección. Dominio que tiene su fuente en una relación de intereses que se resuelve en direcciones, condiciones y posibilidades, a las que se suman o se enfrentan los factores de desarrollo y los actores de un territorio. Las formas de resolución del enfrentamiento de intereses y actores o de su concurrencia, pueden tener una amplia gama que va desde la concurrencia de factores y el consenso entre actores, hasta la imposición de condiciones por un interés predominante. Su forma de resolución en su sentido positivo, sin romper la cohesión de los actores e intereses en un territorio, revelará la condición de gobernabilidad de ese territorio: gobernabilidad en el sentido de la forma en que se mantienen las relaciones de los intereses de los habitantes de un espacio, sin romper su cohesión social y territorial.

¿En dónde está la fuente de la gobernabilidad de América Latina y El Caribe? En las ciudades y en sus correspondientes ámbitos y circunscripciones de influencia. El poder es ya claramente urbano en esta región y su futuro es ciudadano, en el sentido de las ciudades, más allá del sentido de adscripción a un orden o contrato social predominante en un territorio. En este sentido amplio, los estados diversos de la constitución de las ciudades en la región, que se encuentran a comienzos del siglo XXI, se explican por los siguientes factores: • el desarrollo de las fuerzas productivas, especialmente por el desarrollo de los sectores secundario y terciario de las economías y por su extensión a las áreas rurales; • por la mayor o menor integración global de los espacios locales que se da, por el comercio y por la circulación de la información, • por la emergencia de nuevos actores sociales o el cambio de su importancia, • por la presencia de nuevos intereses y por consecuencia de nuevos conflictos y formas nuevas de resolución, • por la irrupción de conceptos sobre los derechos, las garantías y las obligaciones, que pueden tener orígenes locales, nacionales, internacionales y globales, • por nuevas referencias paradigmáticas de la sociedad, • por avances en las formas de ejercicio de la democracia, tales como la libre elección, la universalización de los accesos a los derechos, servicios e información. En fin, por un tejido complejo de factores, que se ha resuelto de diversa manera en los distintos confines geográficos.

II. ¿Qué ciudades? Todas las concentraciones humanas que ejerzan esas funciones de “centralidad” sobre un territorio habitado por tener una capacidad de determinación de su presente y futuro. Desde las pequeñas aglomeraciones que dominan sus inmediatos entornos, hasta las gigantescas hiper densificadas concentraciones que ejercen influencia sobre vastos territorios que integran ciudades de otra condición y tamaño. Pasando por las de orden intermedio, condición satelital, periférica, funcional, adscrita, absorbidas por conurbación o enlazadas por un accidente geográfico o por una obra de infraestructura o por un enlace remoto o una dependencia financiera, política o administrativa. Todas. Pero no referidas específicamente, salvo algunos casos paradigmáticos o demostrativos de situaciones más generales, pero en general engloba a las más de 16.000 que en América Latina y El Caribe, están regidas autónomamente por una forma de gobierno propio: un municipio, una intendencia, una prefeitura, una alcaldía, un concejo de regidores, un consejo metropolitano, un gobernador distrital, un delegado de un gobernador de una circunscripción territorial y política más amplia, etc.

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A veces están regidas por una ley, estatuto o compromiso propios. Estas formas autónomas de gobierno siempre connotan un grupo humano de residentes, un territorio, es decir un espacio geográfico, una red de subsistemas económicos, una diversidad cultural, una relación con el exterior y un gobierno de autonomía relativa. Frecuentemente están integradas a una relación de orden superior como, un orden nacional o de una comunidad de naciones vecinas o de ultramar, vinculadas a un contrato político. Son entonces concentraciones de diverso tamaño humano, económico, cultural, que tienen una forma variable y relativa de autodeterminación, que rige sobre un territorio. Tienen siempre un patrimonio edificado colectivo y un espacio natural que las acoge. Son ciudades porque sus características se refieren a: • una población residente; • un medio natural que la acoge; • un espacio construido y un sistema de servicios más o menos desarrollado; • un espacio en el que ejercen centralidad, de diversa índole; • un estatuto legal propio o asumido que rige su convivencia, sus derechos y obligaciones; • una red de subsistemas económicos y sus articulaciones externas; • un sistema de relaciones culturales y sus relaciones externas; • un sistema de gobierno; y • una forma de relación con el resto del mundo; Dichos factores tiene una relación sistémica (explícita o no) y dinámica, que se expresan en “una mancha urbana”, una densidad demográfica y una intensidad en las relaciones, entre las personas y de estas con sus sistemas institucionales.

IV. La gobernabilidad local En la sección anterior se explica brevemente el papel de la gobernabilidad local en el fenómeno urbano predominante en la región y como la gobernabilidad local tiene que ver con el desarrollo. Igualmente – y concomitantemente – la relación entre gobernabilidad local y descentralización, es fundamental y de recíproca causalidad; la pregunta principal de este capítulo es ¿cuál es la situación de la gobernabilidad local y la descentralización en América Latina? El Centro Internacional para Investigaciones de Desarrollo –IDRC- sostiene que la descentralización es “… el proceso de traslado de la toma de decisiones y la gobernanza más cerca de las personas o ciudadanos. Puede consistir en la descentralización política, que otorga a los ciudadanos o a sus representantes electos mayor poder en la elaboración de decisiones públicas; la descentralización administrativa, que redistribuye la autoridad, la responsabilidad y los recursos financieros para el suministro de los servicios públicos entre diferentes niveles de gobernanza; y la descentralización fiscal, que permite a los gobiernos locales recaudar ingresos y les concede la autoridad para tomar decisiones sobre los gastos (IDRC, Canada 2009). En la realidad, grados diferentes de descentralización política, administrativa y fiscal se presentan combinados y, como la misma noción del IDRC lo sugiere, indiferenciados. Esto lleva a situaciones en las cuales los gobiernos locales tienen diversas responsabilidades, poder de decisión y autoridad, así como recursos financieros y la capacidad operativa para gestionarlos. Por otro lado, el concepto de Oriol define gobernabilidad como “es la capacidad de un sistema sociopolítico para gobernarse a sí mismo en el contexto de otros sistemas más amplios de los que forma parte (Oriol, 2003). Para

Morro da Providência, Rio de Janeiro, Brasil. © Foto: Maurício Horta.

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una ciudad, en este sentido, es la capacidad que tiene la población de la misma, de tomar decisiones para impulsar respuestas a las necesidades o demandas ciudadanas y para procesar sus conflictos, sin romper su relación sistémica. La descentralización, que es una estrategia de desarrollo, es a su vez una marca de la democracia para las situaciones de gobernabilidad en las ciudades. Es decir, expresa una tendencia positiva de la gobernabilidad en un conglomerado humano urbano y su área de influencia en el que ejerce su centralidad. Un componente clave de la gobernabilidad es la gobernanza que es “el marco de reglas, instituciones y prácticas establecidas que sientan los límites y los incentivos para el comportamiento de los individuos, las organizaciones y las empresas (Martinez, Mexico 2001). Esta noción de gobernanza, brinda la oportunidad de registrar los cambios y de comparar situaciones sobre la gobernabilidad y la descentralización en las ciudades de América Latina y El Caribe. Lo que se busca es que los vecinos que habitan en ciudades alcancen su bienestar o que lo puedan gestionar activamente, tanto desde la perspectiva de sus ámbitos público y privado, es decir que sean actores efectivos de la construcción de su futuro desde las instancias de su organización social (gobierno, leyes, etc.) o bien, desde sus responsabilidades individuales – empresariales, domésticos, etc. (ONU-HABITAT, 2007,hic 2005, Iula 1993) Esta noción parte del principio de que en una ciudad sus habitantes tienen derechos, siendo el principal de estos, pero no el único: el derecho a participar en las decisiones de su comunidad; si los vecinos tienen derecho a participar en las decisiones de la ciudad entonces la principal decisión que deben asumir es elegir a sus autoridades y representantes. Continuando en esta lógica: las autoridades electas para responder el mandato ciudadano deben tener la capacidad de gobernar sobre el territorio que les corresponda y, cerrando el círculo, estas autoridades y las instituciones creadas deben velar por garantizar los derechos de los habitantes de la ciudad y su bienestar. Este razonamiento, implica un estado descentralizado en el que los gobiernos locales tienen responsabilidades, atribuciones y recursos para gestionarlos y los ciudadanos aceptan las reglas de juego que tengan la función de lograr el desarrollo del territorio y su propio bienestar y sostenibilidad. Así se relacionan los conceptos de descentralización y gobernabilidad. La pregunta ¿cuál es la situación de la gobernabilidad local y la descentralización en América Latina?, se torna operativa cuando las ciudades latinoamericanas se sitúan ante un modelo de buena gobernabilidad local y una buena descentralización. El deber ser al que apuntan, a falta de un mejor término se lo llama la “ciudad democrática”.

Gráficamente se representa registrando en el eje de las ordenadas la buena gobernabilidad y en el eje de las abscisas los esfuerzos de la descentralización. En el extremo superior derecho estaría esa ciudad democrática en la que se practican buenas prácticas de gobernabilidad y tiene amplias facultades descentralizadas. Ver gráfico 1. Gráfico 1: Gobernabilidad y descentralización

La Descentralización Mucho se ha escrito recientemente sobre la descentralización en América Latina. Para la Organización Mundial de Ciudades y Gobiernos Locales Unidos, CGLU (Rosales, Barcelona 2008), este es un proceso que tiene dos ciclos. Uno en la década de los 80’s en el contexto de la crisis de la deuda y la alta inflación que buscó reducir el tamaño de la administración central y fue parte del proceso denominado de ajuste estructural. Un segundo ciclo en la década de los 90s que provino más bien de la crisis provocado por las anteriores medidas y que buscó mejorar las políticas sociales y fomentar la participación. Adriana Clemente (Clemente, Washington 2008) sostiene que es un proceso que ha durado 30 años, que se encuentra en su tercera etapa de consolidación, pero que es heterogéneo, incompleto y ausente de evaluación. Daughters y Harper (Daughters y Harper, Washington 2007) consideran que la región se encuentra en una ola de descentralización iniciada en 1985 y que esta ha producido importantes reformas en la formulación de normas políticas y fiscales. Melin e Claverie de la Cooperación Francesa (Melin e Claverie, Francia 2005 ) afirma que la descentralización en la región tiene 25 años y es un intento por democratizar y mejorar la representación y la participación. Al hablar del estado de las ciudades en América Latina es comúnmente aceptado que la descentralización es un proceso en el cual estas se encuentran inmersas. Es un proceso que se inició a partir del proceso de consolidación de los estados nacionales, cuya datación variable remite a un proceso que en algunos casos es de más de 30 años y

LA GOBERNABILIDAD Y LA DEMOCRACIA EN LA CIUDAD LATINOAMERICANA DEL SIGLO XXI

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en otros es mucho más reciente. En este tema hay avances significativos en la región especialmente en lo político, pues los ejecutivos de los gobiernos locales de prácticamente todos los países son electos democráticamente y este es un cambio que ha ocurrido en los últimos 25 años. Sin embargo, en los otros aspectos (transferencia o devolución de atribuciones a los gobiernos locales, asignación o participación correspondiente de los recursos, autonomía para las decisiones) hay todavía mucho que recorrer. Si bien es cierto que se ha trabajado en el fortalecimiento y capacitación de los gobiernos locales para asumir competencias, y ha habido un trabajo por transferir competencias a los gobiernos locales, aún existe un trabajo importante por realizar para reestructurar y redimensionar al estado central: la descentralización se ha tratado principalmente de un incremento de las competencias de los gobiernos locales sin un debido reajuste del tamaño y de las funciones del gobierno central. Este aspecto que es además poco tomado en cuenta en la literatura sobre descentralización (Echabarria y Cortazar, Washington 2007), obliga a afirmar que existe una gran brecha entre el proceso de descentralización y los procesos de reforma de la administración pública en la región, lo que significa que la descentralización implica en muchos casos una duplicación de funciones antes que una mejora

de la eficiencia en la aplicación de los recursos, aunque sus efectos en términos de la participación social sean siempre prometedores aunque casi siempre imperfectos. La descentralización tradicionalmente ha sido dividida con fines de estudio y exposición en tres aspectos: fiscal, administrativa y política. A continuación se reseña en qué grado se han desarrollado en la región estos aspectos. Lo que más fácilmente se puede decir es que América Latina es un continente heterogéneo. Con avances en algunos lugares y retrocesos y estancamientos en otros y con efectos política, social y económicamente positivos y con efectos contradictorios en otros.

Descentralización administrativa La descentralización administrativa se expresa en las competencias otorgadas, transferidas o devueltas a los gobiernos municipales. Ver gráfico No. 2. (ONU-HBITAT, ROLAC 2007) Para su visualización se recurre a un gráfico de barras simple de acuerdo al número de competencias que tienen los municipios en cada país. Los municipios de Brasil, Colombia Ecuador y Venezuela son los que más responsabilidades tienen, por Los municipios de Brasil, Colombia Ecuador y Venezuela

gráfico 2: Decentralización administrativa en américa latina (2007)

Fuente: Habitat ROLAC (2007) Participación Municipal en la Gestión de Servicios Públicos, Equipamientos Sociales y Tributos para Alcanzar los ODM’s en América Latina y El Caribe.

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son los que más responsabilidades tienen, por lo menos en registro, aunque no se pueda dar cuenta de su integridad y profundidad practicas. Por comparación Panamá, Rep. Dominicana y Costa Rica son los países que menos responsabilidades tienen asignadas a los gobiernos locales. Por otro lado, utilizando la misma información, pero leyendo los totales de las filas en vez de las columnas, se aprecia el tipo de competencias que más comúnmente suelen asumir los municipios y cuáles no. Mirando los totales de las filas se constata que en todo el continente los municipios son responsables de recolección de desechos, aprobación de urbanizaciones, aprobación de edificaciones e implementación de parques y plazas Ver Tabla No. 1.

Competencia

% de países con competencia municipal

Policía tráfico y circulación

41.2

Impuesto propiedad vehículos

41.2

Habilitación motoristas

35.3

Licenciamiento vehículos

35.3

Impuesto transmisión bienes

35.3

Educación secundaria

29.4

Seguridad social

29.4

Salud correctiva

23.5

Impuesto transmisión bienes

23.5

Educación especial

19.4

Impuesto servicios profesionales

17.6

Telefonía fija

17.5

Hospitales generales

11.8

Distribución de Energía

11.8

% de países con competencia municipal

Impuesto ventas

6.9

Centrales / Subestaciones energía

5.9

Recolección desechos sólidos

100.00

Justicia 1a. instancia

5.9

Aprobación urbanizaciones

100.00

Justicia apelación

5.9

Aprobación edificaciones

100.00

Impuesto consumos especiales

5.9

Implementación de parques,plazas, etc.

100.00

Educación universitaria

0.0

Pavimentación vías urbanas

94.1

Telefonía móvil

0.0

Preservación de áreas verdes

94.1

Policía judicial

0.0

Alumbrado Público Urbano

88.2

Impuesto a la renta

0.0

Aperturas vías urbanas

88.2

Control ejecución de obras

88.2

Patente anual establecimientos comerciales

88.2

Circulación y tráfico urbano

82.4

Normas para aprobación urbanizaciones

82.4

Normas para aprobación edificaciones

82.4

Agua potable

76.5

Alcantarillado

76.5

Capacitación para empleo productivo

76.5

Impuesto predial

76.5

Protección riberas río / lagos

70.6

Control de ruídos y contaminación sonora

70.6

Operación salas cunas

64.7

Transporte público urbano

58.8

Construcción salas cunas

58.8

Protección aire

52.9

Salud preventiva

47.1

Patente anual licenciamiento vehículos

47.1

Educación primaria

41.2

Programas de vivienda social

41.2

tabla 1: territorialización municipal de los servicios urbanos, equipamientos sociales y tributos en américa latina y el caribe Competencia

Fuente: ONU-HABITAT ROLAC..

Descentralización Fiscal Tal vez el tema que mayor atención suscita entre los estudiosos es el de la descentralización fiscal. El grado de su concreción por país se representa con los porcentajes del presupuesto nacional que son administrados por los gobiernos locales, más específicamente por los municipios. Los municipios de Colombia, Brasil y Ecuador, administran entorno al 20% del gasto presupuestal gubernamental. Tres países centroamericanos en esta muestra manejan menos del 5% de los gastos del estado. En términos fiscales, por lo presentado, hay una gran variedad de valores. En general desde los gobiernos locales de la región se percibe que hay mucho por recorrer, pues se percibe con claridad una mayor proximidad a las necesidades que se atiende, al marco de posibilidades diferenciales que se puede explotar y una mayor eficiencia en el segmento de participación de los recursos nacionales que se gestiona desde los gobiernos locales.

LA GOBERNABILIDAD Y LA DEMOCRACIA EN LA CIUDAD LATINOAMERICANA DEL SIGLO XXI

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Descentralización Política La descentralización política es la que más significativos avances ha tenido en la región, en términos formales. En los últimos veinte y cinco años se ha democratizado el poder local. Desde la recuperación general de la democracia en América Latina poco a poco también los municipios han ido retomando su carácter de gobiernos locales, derivados de mandatos populares. Es así que mientras en 1980 solo tres países tenían alcaldes electos ahora eso es cierto en todos los 20 países latinoamericanos. Los últimos en adquirir esta característica son las ciudades emblemáticas de ciudad de México y Buenos Aires y lo gobiernos locales de Costa Rica que a partir del 2002 elige a sus autoridades locales municipales de manera directa y universal por sus poblaciónes correspondientes.

Grafico 3: Países con gobiernos locales electos en américa latina

Tabla 2: Gasto Municipal en el Gasto Gubernamental Total en América Latina (Indicador Actualizado de Descentralización Fiscal) Informe Consultor 2009

Puesto

Informe CGLU 2007

País

1

Colombia

17.0

2005

23.0

2005/6

2

Brasil

16.6

2002

19.5

2006/7

3

Ecuador

17.2

2004

19.0

2006/7

4

Chile

13.2

2005

14.5

2005/7

5

Bolivia

8.5

2005

14.0

2006/8

6

Perú

8.5

2005

13.6

2006/8

7

Guatemala

13.0

1997

13.0

1997

8

Uruguay

13.2

2005

12.3

2005

9

Argentina

7.8

2004

7.7

2004/6

10

El Salvador

8.7

2007

7.4

2007

11

Honduras

5.6

2005

7.4

2004/7

12

R. Dominicana

7.0

2002

6.2

2002/6

13

Paraguay

5.2

2005

5.6

2005/7

14

México

4.3

2000

5.0

2000/7

15

Costa Rica

6.0

2005

4.9

2005/7

16

Nicaragua

3.8

2002

3.8

2002

17

Panamá

3.8

2002

2.8

2002/7

Promedio simple

10.6

Fuente: Rosales y Carmona – CGLU (2007) La descentralización y la democracia local en América Latina.

A esta observación se deben sumar otras estrictamente cualitativas sobre el nivel de autonomía, es decir sin direccionamiento, sin condicionamiento y sin límites, con los que los gobiernos locales pueden invertir los recursos de participación en los presupuestos generales del estado de diferentes países y la oportunidad y automaticidad en la realización de las transferencias presupuestarias, así como que la misma no tenga intermediación por otra esfera gubernamental.

En este plano, en términos generales se puede observar que los gobiernos locales de la mayoría de países soportan condicionamientos del tipo de asignaciones con destino pre establecido (salud, educación, inversión) y delegaciones de funciones del poder ejecutivo nacional, federal, departamental o estadual. Muchas de las asignaciones aún son direccionadas por leyes especiales, territoriales o sectoriales. Otras tantas se condicionan como mínimos porcentajes para inversión o como topes al gasto operacional corriente de los gobiernos locales. A esto se añade un alto grado de discrecionalidad en la oportunidad de las transferencias anuales (básicamente tardías) y la condicionalidad para su aprobación (porcentajes de gasto presupuestal devengado o de recuperación por la vía de las tasas y tarifas de los servicios y obras de mejoramiento municipal). La falta de mecanismos de retención y transferencia inmediata refleja la falta de autonomía de los gobiernos locales. Estas restricciones se asocian frecuentemente con el tamaño, el grado de institucionalización (de especialización y división técnica del trabajo, de implementación tecnológica, de profesionalización de los recursos humanos, etc...) y con los análisis sobre la eficiencia y la corrupción, que frecuentemente están contaminados por la falta de decisión política de respetar o ampliar la autonomía formal de los gobiernos locales. Finalmente, son dos rasgos del estado de la autonomía de los gobiernos locales, la atribución para la generación y recaudación tributaria y la atribución para contratar directamente empréstitos y beneficiarse de la cooperación internacional para sus propias prioridades. En la región son pocos los países que han descentralizado la cuestión tributaria significativamente y la mayoría de países soportan severas restricciones, que frecuentemente son justificadas por un argumento centralista doble de que las participaciones en los recursos

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ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE

%

Año

%

Promedio años

12.0

Fuentes: Financial Statistics FMI, FLACMA y estimaciones en base a Cuentas Nacionales de diversos países. Elaboración: Mario Rosales especial para FLACMA.


del estado son dádivas transferidas por el nivel central, desconociendo que el sujeto generador siempre serán los ciudadanos y las actividades económicas que se realizan en los espacios locales y por otro lado, se justifican las restricciones por el concepto de que los gobiernos locales adolecen de “pereza fiscal” pues se juzga la baja recaudación sin considerar las condiciones de baja rentabilidad económica, distribución y alta incidencia de la pobreza y limitación de la capacidad generadora de tributos, que prevalecen en las ciudades menores o de las periferias nacionales y metropolitanas. Las relaciones con la cooperación internacional, en las ciudades latinoamericanas, con escasas excepciones, son intermediadas por avales concedidos por los gobiernos nacionales o por las autorizaciones temáticas que se desprenden de los planes generalistas nacionales. Con estos elementos enunciados generalmente, se puede colegir un grado de descentralización política procedente de una combinación aún inconsistente de un avance formal muy importante y un ejercicio real muy limitado. A estas observaciones, pero también de forma discutible por imperfectas e incompletas, se escapan los municipios de Brasil y Ecuador, que atraviesan aún recientes procesos de transición en estos campos. De alguna manera también Colombia y Argentina, en los cuales sin embargo pesa fuertemente sobre los municipios la intervención de niveles o esferas de gobierno intermedio como los departamentos y estados federados, que en algunas ocasiones pueden causar o tolerar situaciones regresivas. En el plano positivo, se debe destacar que si bien son pocos los países en los que se registran avances parecería que tiende a crecer la incidencia de dos fenómenos correlacionados con el proceso de democratización formal: • el registro notarial de los planes de gobierno de los candidatos a autoridades municipales, que se constituyen en documento referencial para que los ciudadanos puedan reclamar incumplimientos de los electos; y, • la existencia de mecanismos de revocatoria del mandato de las autoridades locales en los cuerpos constitucionales o de las leyes de segundo orden. En el aspecto formal, el paso siguiente parecería ser la generalización en la libertad de la reelección de las autoridades locales, que en pocos países ya se ha consagrado y en casi todos se discute su conveniencia, junto con la conveniencia de separar las fechas de los sufragios locales de los eventos nacionales.

v. Los Gobiernos de las Ciudades. En la esfera de lo político las ciudades tienen su propio gobierno: municipio, intendencia, prefeitura. De estos en la región existen más o menos 16000. Las ciudades latinoamericanas tienen muchas formas políticas de organizarse, especialmente las más grandes. Algunas, tienen básicamente un solo gobierno, como Quito, Bogotá, La Paz... En el otro extremo del mismo mundo andino están Lima y la ciudad de Santiago. La Capital chilena que tiene cerca de 40 gobiernos comunales y en donde no hay un gobierno electo directamente para toda la ciudad, sino que existe un cargo de Intendente que es nombrado por el gobierno central para hacer la coordinación de las grandes obras que requiere el área metropolitana de Santiago. Lima mezcla ambas formas: sí tiene un Alcalde Metropolitano electo directamente por la población, quien convive con más de 20 alcaldes electos en igual número de distritos que conforman la ciudad. Algo muy común, es que las grandes ciudades en su crecimiento hayan ido incorporando a otros centro urbanos cercanos y tengan, por lo tanto, algunos alcaldes encargados de partes territoriales de una sola ciudad. Este es el caso de Bogotá, São Paulo, etc., cuyas redes y sistemas de servicios se articulan operacional y legalmente, bajo autoridades o empresas de una sola autoridad o de ejercicio colegiado. Respecto a la gobernabilidad de las grandes ciudades, se debe mencionar los casos emblemáticos de Buenos Aires y de México que son distritos federales y que por lo mismo tienen hasta su propio estatuto independientemente de un estado federado intermedio, para ser parte como distritos especiales del estado nacional federal. Más allá de estos problemas que ilustran situaciones diversas, los gobiernos locales que rigen las ciudades en América Latina tienen algunas semejanzas; el municipio genérico está conformado por elementos fundamentales como son territorio, población y gobierno, que por lo general es un régimen en pequeña escala del sistema presidencialista latinoamericano. No hay una tradición parlamentarista, excepto en unos pocos países anglófonos del Caribe que eligen parlamentos que gobiernan la ciudad. Por el contrario generalizando, los municipios tienen un ejecutivo, que es electo directamente, y que se denomina alcalde, intendente, prefeito, síndico o presidente municipal. Igualmente tienen un cuerpo legislativo municipal que en la mayoría de países se lo conoce como Concejo, conformado por un cuerpo colegiado de Concejales, Vereadores, o Regidores. La institución puede llamarse, Ayuntamiento, Municipalidad, Municipio, Alcaldía, Intendencia, Prefeitura, y el territorio sobre el que tiene

LA GOBERNABILIDAD Y LA DEMOCRACIA EN LA CIUDAD LATINOAMERICANA DEL SIGLO XXI

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jurisdicción se llama Municipio, Comuna, Cantón, Distrito. La nomenclatura está descrita en el recuadro 1, más adelante. Para simplificar la referencia, adoptamos denominaciones genéricas. Así, le menciona como Alcalde al ejecutivo local, Concejo al legislativo local, concejales a los legisladores locales, Ayuntamiento a la institución y Municipio al territorio; por lo general el Alcalde es el encargado de la administración de la ciudad y suele ser su representante legal. Los concejos municipales tienen la función legislativa local que significa reglamentar las actividades y conductas del gobierno y de los vecinos para resguardar el bien común, sus miembros, tienen limitaciones ejecutivas y administrativas y que sus funciones son mayormente de índole consultiva, fiscalizadora del ejecutivo y orientadora políticamente en lo relacionado con la planificación y el presupuesto – además de su función principal que es legislativa -. . En general en las constituciones de la región los municipios son considerados gobiernos locales autónomos. Entendido esto como la capacidad que tiene de auto-gobernarse, sin interferencias de otros estamentos de gobierno. Esto es así en la mayoría de las constituciones nacionales de América Latina. Sin embargo, es claro que esta autonomía es más de nombre que de hecho, especialmente por las limitaciones financieras mencionadas en el apartado de descentralización política. En general las rentas de recaudación directa, conocidas como “propias” de los municipios latinoamericanos provienen principalmente del impuesto inmobiliario y suelen tener una coparticipación de los ingresos del estado que administra el gobierno central, que es la parte más amplia de sus recursos. Los municipios en América Latina no tienen capacidad de crear sus propios impuestos y solo pueden, en algunos casos, modificar las bases impositivas (catastros prediales y valoraciones referenciales) y los porcentajes de imposición, en sentido positivo y en dirección contraria, pueden fijar moratorias, estímulos a los pagos oportunos y a veces exenciones. En cambio los gobiernos municipales que rigen las ciudades, tienen con frecuencia atribuciones para fijar tasas y para aplicar tablas tarifarias por los servicios que prestan. La gran mayoría de municipios funcionan a través de sistemas de democracia representativa. Es decir, son los Concejales en el Concejo Municipal los encargados de representar los intereses de los ciudadanos en las decisiones sobre asuntos de la ciudad. Pero esta región es la más activa en términos mundiales, en el proceso de alentar la participación activa de la ciudadanía, rasgo que se percibe por la auto imposición municipal de generar normativa secundaria (ordenanzas, resoluciones y edictos) y prácticas políticas que no solo abren la posibilidad, sino que inducen a la participación de la población organizada en los procesos de planificación y presupuestación participativa, o la realización de asambleas ciudadanas para debatir temas de proyección de sus ciudades.

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Este rasgo, que por un lado aún es marcadamente formal, no está generalizado pero se presenta con la suficiente frecuencia como para inferir una tendencia en este sentido, que está facilitada por la aplicación de tecnologías de comunicación social, masiva (medios de comunicación) y selectiva (medios informáticos).

vi. Nuevas cuestiones, nuevos actores, nuevas ciudades. En apariencia, los gobiernos municipales son el elemento ciudadano “más externo” y lo son en el sentido de su visibilidad y de que sus condiciones formales se mantienen casi invariables durante prolongados períodos, sin registrar los cambios que soportan las ciudades. Sin embargo, los gobiernos de las ciudades, se ven demandados por los ciudadanos y cuando no por sus acciones políticas, por el peso de los cambios en la economía, la cultura, las condiciones de convivencia, las relaciones inter territoriales, etc., a asumir en sus agendas nuevas cuestiones que exigen renovados esquemas de gestión, nuevos recursos diferentes a los comprometidos con anticipación, la inclusión de nuevos compromisos políticos y nuevas alianzas, entre otras modificaciones. Este factor, que siempre a estado presente, el de la dinámica cambiante, ha adquirido una especial velocidad en los últimos años, que ha obligado a que en la región la estructura orgánica y el tipo de gestión, se torne elástica, resiliente y con alta capacidad de adaptación. Resulta complicado registrar en este espacio ni siquiera una muestra de los variadísimos cambios – algunos fugaces – que se han producido en los gobiernos, en tanto “aparatos

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


de gestión para satisfacer las demandas ciudadanas”. En cambio, resultará ilustrativa la mención a continuación de algunos factores que han producido esta dinámica. Particularmente notorio, es el cambio de orientación de la mayoría de municipalidades latinoamericanas, ocurrido en las últimas décadas, de ser fundamentalmente el proveedor de servicios, equipamientos e infraestructuras para la convivencia urbana a ser una administrador general del territorio y de sus recursos que soportan las presiones del crecimiento demográfico, el crecimiento y “urbanización” de las actividades económicas, la ampliación de los derechos básicos de los ciudadanos, la emergencia de nuevos actores o su revalorización, las complicaciones de la densificación poblaciónal, la ampliación de las distancias para los desplazamientos internos, la asimilación o desarrollo de nuevas centralidades paro los efectos económicos, culturales, administrativos, de servicios entre otros. A estos cambios se suman factores generales, cuya sola mención refleja la complejidad de los cambios en las ciudades mismas y en particular en sus gobiernos y su gestión ejecutiva. Fenómenos como: la urbanización de la pobreza, su incidencia, distribución y profundidad; el crecimiento del crimen organizado y de su influencia, el tráfico de drogas, armas, dinero, precursores y personas; la violencia, la inseguridad ciudadana; la movilidad humana; los cambios ambientales de orden planetario y las presiones sobre los recursos naturales en su propio territorio, como agua, suelo, aire; la valorización de la comunicación social y la emergencia de espacios y nuevas tecnologías de comunicación, de nuevos temas, de la valoración de los comunicadores como actores políticos potenciales; las nuevas organizaciones de pobladores, por el acceso a los servicios y derechos; la emergencia de actores colectivos como mujeres, niños y jóvenes, adultos de tercera edad, discapacitados o pobladores de capacidades especiales, grupos étnicos de tradicionales residentes, inmigrantes

recientes y transeúntes, minorías organizadas; los gremios de productores, comerciantes y prestadores de servicios, los colegios profesionales, los grupos confesionales; la globalización de paradigmas filosóficos y de nuevos intereses, de formas de consumo, estándares de calidad y bienes y servicios de valor transnacional y de expresiones culturales; y, muchos otros, son factores de transformación de las ciudades, que tienen gran capacidad de expresión en el espacio urbano, que connotan la gobernabilidad, el poder y las prácticas de gobernanza y que son capaces de traducir los conceptos cambiantes de calidad de vida y bienestar. Igualmente, como cuestiones de relevancia urbana se han tornado presentes o han revalorizado su presencia: el bien común, el compromiso y la huella ambiental, la educación, la seguridad alimentaria, los derechos ciudadanos, la salud, la participación, la interculturalidad, la movilidad humana, el desempleo, el ordenamiento del territorio, la presión de la propiedad del suelo, la democracia local, la descentralización, la economía, el turismo, la apropiación de los bienes naturales, la inclusión social, la inserción en la sociedad de la información y el conocimiento; la participación social, la autonomía relativa del estado nacional, el clientelismo, la residencia en espacios no habilitados urbanísticamente como favelas, barriadas, tugurios, villas miseria; el crecimiento de los mercados informales; el poder creciente de transportistas y otros grupos sociales capaces de boicotear la convivencia urbana; los depósitos de desechos líquidos y sólidos; la administración de las cargas tributarias; la congestión vehicular; el acceso al suelo, la vivienda y los costos de los servicios; la corrupción gubernamental local y nacional, la sede del poder; etc.. Un panorama tan complejo demuestra con suficiencia que el futuro de las personas y de las sociedades se juega en las ciudades, en su gobierno, en su ordenamiento, en su democratización y en su forma de resolución de conflictos y aprovechamiento de oportunidades.

LA GOBERNABILIDAD Y LA DEMOCRACIA EN LA CIUDAD LATINOAMERICANA DEL SIGLO XXI

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País

Nombre Oficial

Instancia Intermedia Principal

2da. Instancia Intermedia

Instancia Local Principal

Instancia Sublocal

Territorio

Autoridad

Territorio

Autoridad Territorio

Autoridad

Territorio

Autoridad

Notas

Recuadro 1: Nomenclatura de Territorios

ARG

República Argentina

Provincia

Gobernador

-

-

Partido/ Municipio

Intendente

-

-

4/4

BOL

Estado Plurinacional de Bolivia

Departamento

Prefecto

Provincia

No hay

Municipio

Alcalde

Sección Municipal

-

4/4

BRA

República Federativa do Brasil

Estado

Governador

-

-

Municipio

Prefeito

Distrito

-

4/ 4

CHI

República de Chile

Región

Intendente

Provincia

Gobernador

Comuna

Alcalde

-

-

COL

República de Colombia

Departamento

Gobernador

-

-

Municipio

Alcalde

-

-

4/4

COS

República de Costa Rica

Provincia

Gobernador

-

-

Municipio

Alcalde

-

-

4/6

CUB

República de Cuba

Provincia

Presidente de la Asamblea del Poder Provincial

-

-

Municipio

Presidente de la Asamblea del Poder Local

Reparto

-

DOM

República Dominicana

Provincia

Gobernador

-

-

Municipio

Alcalde

-

-

ECU

República del Provincia Ecuador

Prefecto/ Consejo Provincial

-

-

Cantón

Alcalde/ Concejo Cantonal

Parroquia

Junta Parroquial

ELS

República de El Salvador

Departamento

Gobernador

-

-

Municipio

Alcalde

-

-

GUA

República de Guatemala

Departamento

Gobernador

-

-

Municipio

Alcalde

-

-

HON

República de Honduras

Departamento

Gobernador

-

-

Municipio

Alcalde

MEX

Estados Unidos Mexicanos

Estado

Gobernador

-

-

Municipio

Presidente Municipal/ Alcalde

-

-

6/3

NIC

República de Nicaragua

Departamento

Gobernador

-

-

Municipio

Alcalde

-

-

4/3

PAN

República de Panamá

Provincia

Gobernador

-

-

Distrito

Alcalde

Corregimiento

Representante

5/5

PAR

República del Departamento Paraguay

Gobernador

-

-

Municipio

Intendente

-

-

4/ 3

PER

República del Región / Perú Departamento

Presidente del Gobierno Regional

Provincia

Alcalde

Distrito

Alcalde

-

-

URU

República Oriental del Uruguay

-

-

-

Departamento

Intendente Municipal

Localidad

Junta Vecinal

-

4/4

4/4

4/4

* Se indican en negrilla las autoridades elegidas. 1. Se indica primero la cantidad de años que dura el gobierno nacional y después lo mismo para el gobierno municipal. 2. En Buenos Aires, la institución es la “Ciudad Autónoma de Buenos Aires” y la autoridad se llama Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Bs As. 3. En Bogotá, el territorio se llama Distrito Metropolitano de Bogotá y la institución es la Alcaldía Mayor, con alcance “distrital”. El distrito se subdivide en Localidades. 4. En Perú, se está en transición desde “Departamentos” hacia “Regiones” con Gobiernos Regionales. 5. Lima, por ejemplo, es una Alcaldía Metropolitana con alcance provincial, lo mismo es Arequipa. La instancia “local” principal es difícil de generalizar, ya que en algunos casos sería la instancia Provincial y en otros, la Distrital. Ambos territorios son administrados por una “Alcaldía”. 6 En Uruguay, a pesar de llamarse “Municipales”, las Intendencias son más bien una instancia intermedia. Fuente: Elaboración de Alberto Parahnos para ONU-HABITAT, ROLAC, 2008.

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ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Recuadro 2: Funciones de los Alcaldes Bolivia Autoridad: Alcalde. Término: Dos años. Designación: Serán elegidos por los respectivos Concejos o Juntas Municipales, de entre sus miembros, por simple mayoría de votos. Requisitos: a) Ser ciudadano boliviano en ejercicio. b) Tener la edad mínima de veintiún años o dieciocho siendo casados. c) Ser vecino del Municipio. d) Haber cumplido los deberes militares. e) Estar inscrito en el Registro Electoral. f) Cumplir con los requisitos exigidos por la Ley Orgánica de Municipalidades. Emolumentos: Establecido por resolución publicada en un diario de la comuna y deberá ajustarse a la capacidad económica del respectivo municipio.

Brasil Autoridad: Prefeito. Término: 4 años, con opción a reelección inmediata por un término adicional. Designación: Por mayoría relativa en votación universal, directa y secreta. Requisitos: Barsileño, mayor de 25, no pertenecer al clero, tres años de residencia en el municipio o distrito, gozar de sus derechos civiles y políticos, inscrito en el Registro Electoral, haber cumplido con el deber de votar. Emolumentos: Se fijará en el presupuesto respectivo de cada municipio

Chile Autoridad: Alcalde. Término: 4 años, con opción a reelección. Designación:Por mayoría relativa en votación universal, directa y secreta . Requisitos: Ciudadano con derecho a sufragio, saber leer y escribir, dos años de residencia en la región de la comuna cuya alcaldía se disputa, situación militar al día, no estar inhabilitado por la ley. Emolumentos: Mensual en los términos que fije el Estatuto Administrativo para Funcionarios Municipales.

Colombia Autoridad: Alcalde. Término: 4 años, sin opción a reelección. Designación: En votación popular, directa y secreta . Requisitos: Ciudadano, nacido o residente del municipio o área metropolitana respectiva durante el año anterior a la inscripción o mínimo de 3 años consecutivos en cualquier época. Emolumentos: Mensual, fijada por el Concejo Municipal dentro de un rango dado por el gobierno central.

Costa Rica Autoridad: Alcalde. Término: 4 años. Designación: Elección por votación directa. Requisitos: Ser ciudadano costarricense, pertenecer al estado seglar, y estar inscrito electoralmente por lo menos con dos años de anterioridad en el cantón en que han de servir el cargo. Emolumentos: Devengará un salario que se ajusta según el presupuesto ordinario muncipal contemplado en el Código Municipal.

Ecuador Autoridad: Alcalde Término: 4 años y puede ser reelegido una vez. Designación: Elección popular.

Requisitos: Ecuatoriano, estar en goce de los derechos políticos, tener a lo menos 30 años de edad, haber nacido en la jurisdicción correspondiente o tener domicilio de dos años ininterrumpido y anteriores a la elección. Emolumentos: Fijado por el Concejo de acuerdo a las reales disponibilidades económicas del municipio.

El Salvador Autoridad: Alcalde. Término: 3 años, podrán ser reeligidos Designación: Elección por votación directa Requisitos: Ser mayores de 21 años y originarios o vecinos del municipio. Emolumentos: Equitativamente remunerado atendiendo las posibilidades económicas del municipio. Se fijará en el presupuesto respectivo de cada municipio.

Guatemala Autoridad: Alcalde. Término: 4 años. Designación: Elección por votación directa. Requisitos: Ser guatemalteco de origen y vecino inscrito en el distrito municipal, estar en el goce de sus derechos políticos, y saber leer y escribir. Emolumentos: Tiene sueldo (incremento del sueldo se require voto favorable de 2/3 parte de los miembros del Concejo); tiene derecho a iguales dietas por la sesiones asistidas.

Paraguay Autoridad: Intendente Municipal. Término: 5 años, podrá ser reelecto en períodos alternados. Designación: Designado por la Junta Local. Requisitos: Ser ciudadano paraguayo o extranjero con radicación definitiva, haber cumplido veinticinco años de edad, natural del Municipio o con una residencia en él de por lo menos trés años. Emolumentos: Percibirá una asignación mensual que no excederá el 6% de los ingresos corrientos del último presupuesto, ni ser superior a cuatrocientos jornales mínimos legales.

Perú Autoridad: Alcalde Término: 4 años, con opción a reelección. Designación: Sufragio directo. Requisitos: Ciudadano en ejercicio, identidad nacional, 2 años de domicilio en la provincia o distrito. De ser extranjero: mayor de 18 con residencia de 2 años en el distrito o provincia. Emolumentos: Remuneración mensual fijada discrecionalmente por acuerdo del concejo en consideración a la real y tangible capacidad económica del gobierno local.

Venezuela Autoridad: Alcalde. Término: 4 años, con opción a reelección inmediata por un término adicional. Designación: Por mayoría relativa en votación universal, directa y secreta. Requisitos: Venezolano, mayor de 25, no pertenecer al clero, tres años de residencia en el municipio o distrito, gozar de sus derechos civiles y políticos, inscrito en el Registro Electoral, haber cumplido con el deber de votar. Emolumentos: Mensual en los términos que fije la ordenanza municipal. Fuente: Base de datos políticos de las Américas, Universidad de Georgetown.

LA GOBERNABILIDAD Y LA DEMOCRACIA EN LA CIUDAD LATINOAMERICANA DEL SIGLO XXI

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ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Conclusiones Y RECOMENDACIONES

Conclusiones

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ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


• Tres cuartas partes de la población de América Latina y El Caribe viven hoy en centros urbanos de diferente magnitud. En las grandes ciudades se concentran además de la mayoría de la población, la mayor parte de su riqueza y los más altos niveles de pobreza e inequidad. Empero, la urbanización sostenible es la clave para luchar contra la pobreza y la exclusión. Igualmente, crear ciudades respetuosas del medio ambiente es un gran desafío para el cual la mayoría de ciudades de la región, deben afinar sus instrumentos de planificación y regulación. • El reconocimiento de la soberanía de los Estados en sus diferentes niveles, depende cada vez más de la disposición a satisfacer los estándares de seguridad y de derechos humanos de las Naciones Unidas. Las metas sobre el establecimiento de la seguridad y la estabilidad internacional, así como la realización de la democracia y los derechos humanos, son una fuente que ayuda al reconocimiento de iniciativas y operaciones encaminadas al interés común de la comunidad de Estados, en un marco que permite la distinción entre los intereses propios y los intereses universales que debemos compartir como miembros de la especie humana. • Una región crecientemente urbana donde el suministro de ambientes para la vivienda y los asentamientos humanos en general es una condición fundamental para la calidad de vida, no se puede dar el lujo de albergar a muchas personas en asentamientos precarios, con amenazas globales como la del cambio climático y con deficiencias en la igualdad de género; la corrección de estos problemas, obliga a impulsar políticas integrales territoriales a través de los gobiernos locales. • La planificación urbana debe jugar un papel decisivo en la creación de ciudades respetuosas del medio ambiente. Las consecuencias ambientales del crecimiento urbano, no siendo tan alarmantes en América Latina como en algunos lugares del mundo, requieren de políticas para mitigar el consumo de recursos naturales, la producción de grandes cantidades de desechos y de los gases de efecto invernadero causantes del cambio climático mundial; todas estas externalidades negativas degradan la calidad del agua de las ciudades, agotan los acuíferos, contaminan el medio ambiente marino y el aire, y ocupan terrenos, devastando las reservas agrícolas y la diversidad biológica. • La única forma de asegurar una vida digna en el futuro en América Latina y el Caribe es actuar con equilibrio y firmeza sobre el medio ambiente. No se puede continuar privilegiando el crecimiento y el desarrollo económico a cualquier precio; se debe integrar la ecología a la economía, no solo a nivel global sino también en las políticas a nivel local. Cuestiones como el agua potable, el saneamiento básico, la obtención de fuentes energéticas limpias y territorios saludables, son temas claves para darle a la gente pobre una oportunidad para escapar de la pobreza creando un medio ambiente seguro y con sustentabilidad a largo plazo. • En América Latina y el Caribe se han dado avances en cuanto a la eliminación de los obstáculos para la igualdad de la mujer. Empero, hay una buena cantidad de mujeres en la región, que no disfrutan de dichos avances ni en la esfera política, ni en la económica, ni en la cultural. Muchas mujeres tienen empleos vulnerables trabajando por cuenta propia o para la familia sin remuneración. La crisis económica ha profundizado dichas tendencias ampliando incluso la falta de protección social. La salud, especialmente la salud reproductiva combinado con el acceso limitado de los recursos, derechos restringidos, movilidad limitada, etc, son expresiones de discriminación e impunidad que impiden el pleno goce de los derechos de la mujer en la región. • América Latina y el Caribe es una región rica en recursos naturales y humanos. Esta situación es un desafío para un manejo coherente de los mismos en un horizonte de largo plazo encaminado a alcanzar crecimiento económico y equidad social. Para ello, se deben diseñar y elaborar políticas con arreglos institucionales donde se permita profundizar la democracia y expandir la ciudadanía. Eso implica reformas del Estado y del sistema político, renovando la política y sus prácticas. Es la política la fuerza que debe reconstruir el Estado y regular el sistema de precios. • Las buenas políticas y la gobernabilidad democrática que se desprende de ellas, son las fuerzas que le dan vida al desarrollo humano, un proceso encaminado a alcanzar cada vez más y mejores niveles de vida. En América Latina y el Caribe, lo anterior supone que las políticas aborden la pluralidad y diversidad constitutiva de nuestros países, como una de sus mayores riquezas. En la región, cada día es más profundo el consenso en torno a la necesidad no solo de vivir en democracia, sino en diversidad respetando las diferencias. • Las transformaciones políticas ocurridas en América Latina y el Caribe en los últimos años han sido de gran intensidad y profundidad. El sistema democrático aunque con raíces aún no profundas se ha extendido ampliamente y cada vez se discute más la vigencia de los derechos humanos profundizándose las relaciones de ciudadanos y ciudadanas buscando plenos derechos. Las democracias mejoran abordando sin dilación los problemas de desigualdad, pobreza y exclusión socio- espacial, profundizando lo que no se ha podido hacer por medio de las formas convencionales de distribución del ingreso. Intervenciones socio-espaciales privilegiando el acceso Conclusiones

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de bienes y servicios de las personas más débiles, son la brújula de las políticas públicas en las ciudades. El fortalecimiento de las instituciones en los diferentes niveles territoriales es fundamental en América Latina y el Caribe, una región marcada por una profunda inequidad en el reparto de las oportunidades y en la existencia de democracias de baja intensidad. Reforzar la autonomía territorial garantizando el principio de subsidiariedad y la unidad del Estado, es imprescindible para construir una gobernabilidad sostenible. Los distintos niveles de gobierno deben tener la capacidad y los recursos necesarios para emprender políticas sociales y económicas que promuevan una gestión adecuada de los recursos públicos tanto a nivel material como humano. Para ello se deben diseñar marcos institucionales que permitan coordinar, desde la política, las diversas asimetrías existentes en los territorios. El territorio no es solo geografía, él es inseparable de la sociedad y la historia que lo acoge. El concepto de hábitat nos permite ver la inseparabilidad del territorio y la sociedad y esto trae consecuencias importantes para la política, al permitir ligar las ideas e ideales que tenemos sobre la ciudad: allí donde construimos los asentamientos humanos es donde creamos un lugar para nuestra vida, un lugar para habitar. Las ciudades de la región a pesar de su crecimiento, hoy no lo hacen a los niveles tan acelerados del pasado. Se han dado en la mayoría de los países disminuciones en la migración del campo a la ciudad y las tasas de fertilidad han caído rápidamente debido a la urbanización. El crecimiento económico debe recuperar el tiempo perdido. Las brechas sociales existentes en nuestros territorios en lugar de cerrarse se han ampliado y la alta volatilidad económica acompañada de las recurrentes crisis, anulan con extremada facilidad los efectos de muchos años de crecimiento y de desarrollo económico. El acelerado proceso de urbanización vivido por América Latina y El Caribe, ha permitido que muchas personas transformen su vida en términos positivos. El lugar de trabajo se realiza en muchas ciudades utilizando las tecnologías del mundo moderno y cada día más ciudades construyen espacios públicos físicos de mayor calidad; la construcción de las viviendas se realiza utilizando con mayor frecuencia materiales de calidad y disfrutando los servicios públicos de alcantarillado, agua potable y energía. Las persistentes desigualdades obligan a no olvidar que el desarrollo es mucho más que el crecimiento y que la búsqueda de equidad, libertad, protección de los derechos humanos, conservación del medio ambiente etc, son tareas pendientes en la agenda de la región, imposibles de alcanzarse sin reglas formales e informales sólidas orientando la actividad humana en las ciudades. La urbanización ha significado una transformación radical en las condiciones de vida de una parte importante de la población de América Latina y El Caribe. Se ha asistido a una revolución silenciosa en menos de cincuenta años y la urbanización fue el detonante para la profundización de la transformación de las condiciones de vida de la mujer en muchos países de América Latina. Se persiste y se avanza al mismo tiempo, en una región llena de retos, cambios y tensiones distributivas a niveles individuales y colectivos. Los beneficios de la urbanización y la aglomeración deben interactuar en los territorios a nivel político y económico, desatándose una especie de círculos virtuosos entre crecimiento económico sostenido y equitativo en la distribución de las oportunidades a nivel socio-espacial, enmarcadas en un nuevo equilibrio político institucional capaz de retroalimentar estos procesos, en unas condiciones de vida donde se amplíen al mismo tiempo la democracia, la justicia y la equidad. El desarrollo humano como aumento de las opciones para que las personas puedan mejorar su vida, hace parte de muchas de las agendas políticas de la región, y la recuperación de lo público, así como la participación de las personas sobre los asuntos políticos es más numerosa, abriendo esperanzas sobre la posibilidad de construir sociedades más dignas. Cada día se discute con mayor ahínco que el objeto de las políticas es el ser humano y es este quien hace demandas crecientes sobre justicia y equidad. Muchas ciudades latinoamericanas cada día se encuentran más globalizadas, compiten internacionalmente, atraen capital extranjero y disminuyen el éxodo de su población calificada, pero son víctimas de las crisis recurrentes del capitalismo financiero global que amenazan los niveles de vida alcanzados. En muchos lugares se ha dado una fuerte hostilidad política hacia las reformas económicas que son percibidas como perjudiciales para la generación de riqueza y de empleo.

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ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


• El desarrollo como libertad únicamente tiene sentido cuando se refiere a las personas. Si las personas son libres, el desarrollo tiene como punto de referencia final el bien-estar del individuo. Es fundamental lograr una articulación fecunda entre la democracia y el desarrollo humano buscando en cada país de la región, las opciones políticas que más se adecuen a sus condiciones históricas y sociales sin descuidar la equidad. La pobreza es multifacética y se refiere no solo a la carencia de un ingreso monetario sino al acceso insuficiente a servicios básicos, la falta de seguridad física y la marginalidad social y política. • Son muchas las ocasiones que se han desaprovechado en América Latina por cuenta de los malos gobiernos y la corrupción que se han apropiado de gran cantidad de recursos para uso privado. En los bolsillos de corruptos y de gobiernos sin concepciones claras sobre el desarrollo están muchas de las oportunidades perdidas para los pobres de la región. • En América Latina y el Caribe son muy comunes los riesgos asociados a fenómenos naturales. Los recientes desastres ocurridos en Haití y Chile nos han permitido descubrir como el valor de la fraternidad es tan importante como la libertad y la equidad. Las instituciones encargadas de producir equidad y los pueblos tendiendo la mano con generosidad frente al dolor humano, nos afirman que estos valores centrales del desarrollo humano están vivos y actuantes en nuestra región. • La autonomía territorial no se puede considerar como una imposición. Es un proceso gradual que se alcanza en la medida en que las entidades territoriales van logrando definir y controlar los asuntos que les conciernen. Las reformas políticas pendientes en la región no pueden omitir que los problemas políticos en los niveles locales y territoriales son claves para la construcción de espacios democráticos y equitativos. En América Latina y el Caribe la fuerte interrelación existente entre economía y equidad no registra grandes avances y esto genera una creciente frustración de expectativas. Esta situación que afecta la calidad de vida exige respuestas del Estado, el mercado y la política. • En un mundo en creciente proceso de urbanización soportando crisis económico-financieras recurrentes, se le debe prestar cada vez mayor atención a los sistemas del poder político que se ven afectados después de las crisis económicas y las tensiones institucionales que estas generan. Los gobiernos locales deben evitar que las disfuncionalidades de los sistemas políticos y económicos no rompan el necesario equilibrio entre la unidad estatal y la independencia de los poderes del Estado. • El hábitat de la mayoría de la clase política tiene su base en lo local y allí las autoridades tienen el gobierno de la ciudad pero no de la totalidad del territorio. Es en el territorio donde se deben resolver las pugnas y tensiones propias de la búsqueda de los intereses individuales y colectivos. La coordinación horizontal en los niveles del poder, es una condición sine qua non para alcanzar gobernabilidad y eficacia en la implementación de las políticas públicas. • El urbanismo en el mundo contemporáneo, además de una intervención físico-espacial también implica un modo de gobernabilidad y por lo tanto no se trata únicamente de un ejercicio técnico neutral, sino más bien de un conjunto de valores cuyo principal interés es la formulación de juicios éticos y políticos. El urbanismo es impensable sin las instancias técnico-arquitectónicourbanísticas que lo han configurado a través de la historia, pero al igual de lo que ocurre con la economía espacial, debe estar sujeto a la política, y a los procesos democráticos institucionales diseñados a nivel glocal para la resolución de los necesarios conflictos e intereses que conlleva toda intervención en el espacio construido y por construir. • Lo que ocurre a nivel de los Estados en sus relaciones horizontales y verticales se reproduce necesariamente a nivel regional. En América Latina y el Caribe no existe consenso sobre las ideas políticas para afrontar la diversidad de los problemas y esto genera dificultades en la orientación y articulación de estas diferencias a nivel político. Se debe pensar la “integración regional” con base en la existencia de países con experiencias disimiles y niveles de desarrollo desiguales, pero unidos por una historia común. Esta es la base para consolidar intereses y desafíos comunes construyendo una visión regional reconociendo la diversidad. • La relación entre el proceso de urbanización, el crecimiento económico y el cambio estructural de la agricultura a la industria y de ésta a los servicios, es recíproca y tiende a auto-reforzarse. El proceso de urbanización permite la ampliación y concentración de los mercados y por lo tanto, una mayor división del trabajo, que posibilita la generación de unos mayores ingresos. Estos van modificando por su parte la composición sectorial del consumo de los hogares, dada las elasticidades precio e ingreso de la demanda de los bienes, por lo que aumenta la demanda de una serie de bienes que se producen en mercados concentrados. Para muchos países de la región esta conclusión es de enorme importancia; el crecimiento económico debe saber balancear dinámicamente la ampliación del mercado interno con el esfuerzo exportador. Conclusiones

183


• Una conducción macroeconómica equilibrada y eficaz es una condición indispensable para la buena gobernanza urbana. La actual crisis económica nos advierte como detrás de los aspectos monetarios acechan los problemas fiscales; detrás de los económicos acechan los políticos; y detrás de los políticos volvemos inexorablemente a la ciudad y a la forma como hemos ido creando nuestros valores básicos de libertad, justicia, equidad y fraternidad, que son la argamasa con la cual se construyen las instituciones básicas de la ciudad. • Los cambios tecnológicos asociados con la mayor división del trabajo permiten aumentos en productividad por lo que se requiere menos población para producir la misma cantidad de bienes; esto es particularmente relevante en las zonas con baja densidad donde se producen fundamentalmente los bienes agrícolas. El crecimiento económico, la migración hacia los grandes mercados y la modificación de la estructura económica sectorial son en este sentido mutuamente dependientes. La conjunción de estos procesos juega un papel central en la configuración de varias ciudades de América Latina y el Caribe, introduciendo transformaciones en las formas de planificación de las urbes. • El crecimiento de la productividad en las ciudades es la clave para su desarrollo ordenado. Las ciudades con mayores niveles de productividad son aquellas donde el factor principal no es la abundancia de recursos naturales ni de capital; es el conocimiento, específicamente aquel que se traduce en tecnologías nuevas que ayudan a producir más con menos. Las ciudades de la región deben tomar conciencia que la creación y adopción de nuevas tecnologías serán la base de su futuro crecimiento y desarrollo económico. • Las ciudades latinoamericanas se encuentran entre las más grandes y congestionadas del mundo y sus pobladores obtienen ingresos muy inferiores a los que reciben los ciudadanos de las grandes urbes del mundo desarrollado. Su papel económico, la estructura económica de los países y la estrategia y la política económica que siguen, están complejamente entrelazados en un ambiente cambiante en términos políticos y económicos. Empero, es necesario que la dimensión económica permita soluciones a los problemas de los pobladores de las ciudades latinoamericanas. Ello depende de las políticas que se implementen y de la competitividad que logren las actividades económicas para superar las crisis propias de los ciclos económicos, los cuales tienen fuertes repercusiones a nivel local. • Las relaciones de la ciudad con su entorno económico son un problema complejo; en ellas intervienen no solamente el comportamiento de los diferentes sectores económicos de la ciudad, sino la manera como esta se relaciona con el ciclo económico nacional y global. Las relaciones que hay entre el ciclo económico de la ciudad y el ciclo económico del país, deben estudiarse con detenimiento: en algunas ciudades, generalmente las más grandes, es posible detectar que cuando el país está bien, la ciudad puede alcanzar tasas de crecimiento sobresalientes; pero también ocurre, que si el país entra en crisis, la ciudad puede tener crisis más agudas. • El análisis de los ciclos económicos en la ciudad no se puede analizar al margen del comportamiento de las políticas urbanas y su papel imprescindible en la corrección de las asimetrías socio-espaciales producto de la marginalidad urbana. Dichas asimetrías no derivan solamente de las malas políticas locales sino de la distribución primaria del ingreso y de la generación de empleo que son los principales mecanismos a través de los cuales la política económica afecta al sistema social. Los frutos del crecimiento económico se distribuyen de una manera muy desigual en la región generando segregación y esto le da un papel muy importante a las ciudades: afectar la distribución de las personas en el espacio. • Independientemente de la localización de la población en el territorio, si esta vive de la producción agrícola o lo hace en las actividades urbanas, el desarrollo humano es la clave para discutir las formas de vida en la sociedad; como es sabido, el desarrollo humano es ante todo una perspectiva de análisis que se concentra en la creación de complementariedades entre las diversas dimensiones de la sociedad: política, económico-social, estético-cultural. Busca que las personas se sitúen como actores frente a la pugna entre sociedad y mercado, observando las condiciones socio-culturales del desarrollo humano territorial y el impacto recíproco entre las dimensiones de la sociedad y las dinámicas meramente cuantitativas de la economía. • La desigualdad impide un buen nivel de vida y una adecuada satisfacción de las necesidades básicas en educación, salud, trabajo y vivienda, generando una aptitud politica en muchos casos adversa a las instituciones democráticos y a la legitimidad de quienes ostentan el poder. Mientras la totalidad de la población no tengan ingresos suficientes que le permitan participar de los bienes y servicios del proceso productivo, las condiciones de vida y la cultura politica en la región se veran amenazadas con experiencias populistas y antidemocráticas en muchos paises. Por mas que la seguridad en algunas ciudades de la región ocupa el primer lugar en las preocupaciones

184

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


de la población, la inequidad, acompañada de desempleo y de precariedad laboral, son sintomas inequívocos de sociedades enfermas. Es muy díficl encontrar una variable mas significativa para el bienestar de la población que el empleo. Un buen trabajo detrmina el modo de vida de las familias y del desempeño de la economía. La importancia de los mercados laborales es crucial para definir la calidad de las democracias. La inestabilidad laboral, el sub-empleo y el desempleo abierto son problemas centrales a los que se deben dedicar las políticas públicas. Hoy en día las tasas de desempleo en la región se encuentran en niveles altos. Más grave aún, los salarios son muy bajos y la diferencia entre los mismos, no hace más sino reproducir las condiciones de precariedad e inequidad en las que viven la mayoría de la población. La inestabilidad laboral, los bajos salarios, la informalidad y el desempleo abierto, son una de las más grandes disfuncionalidades de nuestras sociedades, revelándose como una seria limitación para asegurar y expandir los derechos de los individuos para que puedan vivir en democracia. La experiencia histórica evidencia cómo los hogares y las políticas públicas de vivienda han privilegiado el acceso a la propiedad como el medio más indicado para atender las necesidades habitacionales de la población, independientemente de la región del mundo y del estado de desarrollo de la economía de cada país. De otra parte, mientras la preferencia de los hogares por la propiedad, es en gran medida indiferente al estado de la vivienda, nueva o usada, las políticas sectoriales de vivienda social generalmente enfatizan en los programas de vivienda nueva. Las políticas de vivienda en la región deben ser diseñadas de forma más integral, incorporando en la agenda pública, políticas integrales de hábitat. El arrendamiento es una forma de tenencia que no sólo es atractiva para los hogares que no se interesan en la propiedad, independientemente de su nivel económico. El stock arrendado genera rentas que se canalizan principalmente hacia los hogares propietarios de los estratos bajos y medio bajos de la población y permite una alternativa para aquellos de su mismo nivel socioeconómico que no tienen posibilidades de acumulación para la cuota inicial de una vivienda nueva, o los ingresos para responder con suficiencia por un crédito hipotecario. Es una forma de tenencia que en América Latina ha contribuido a desestimular los desarrollos urbanísticos ilegales, los cuales en la actualidad son protagonizados por hogares que se encuentran marginados tanto del mercado de compra de vivienda nueva, como del acceso al mercado de arrendamientos. La descentralización, que es una estrategia de desarrollo, es a su vez una marca de la democracia para las situaciones de gobernabilidad en las ciudades. Es decir expresa una tendencia positiva de la gobernabilidad en un conglomerado humano urbano y su área de influencia en el que ejerce su centralidad. Un componente clave de la gobernabilidad es la gobernanza que es “el marco de reglas, instituciones y prácticas establecidas que sientan los límites y los incentivos para el comportamiento de los individuos, las organizaciones y las empresas”. Esta noción de gobernanza, brinda la oportunidad de registrar los cambios y de comparar situaciones sobre la gobernabilidad y la descentralización en las ciudades de América Latina y El Caribe. La declaración del milenio firmada en el año 2000 con sus ocho objetivos de desarrollo, representa una luz de esperanza para una parte considerable de la población de América Latina y el Caribe a la cual no le llegan sino las migajas del desarrollo. La declaración ha suscrito un compromoiso a favor de los mas pobres. Se trata de 18 metas concretas, medidas a traves de 48 indicadores capaces de valorar los avances y retrocesos en los ordenes regional, nacional, subnacional o local. Desgraciadamente en America latina y el Caribe caminamos en el cumplimientpo de los objetivos con mas sombras que luces y el avance a sido escaso en algunas variables y en otras se han registrado incluso retrocesos.

Conclusiones

185


186

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Anexo Estadistico

Anexo Estadistico

187


188

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Anexo 1: Resumen de la información Básica de América Latina Y el caribe, por fuente y años a partir de 1950

Anexo Estadistico

189


Anexo 2: Cuestionário SOLACC 1. ¿Cuántos municipios? Cuadro 1: Cantidad de municipios y gobiernos intermedios (en 2008 o la información más reciente, indicando el año de referencia). Formato del cuadro: Nombre del Estado/Provincia/Departamento (según la nomenclatura del país)

Cantidad de Municipios

Ejemplo: (Brasil) Estado de Rio de Janeiro

92

etc.

2. ¿Qué tan urbano? Información 2A: indicar cuál es la definición de “urbano” utilizado por el país y en qué documento legal se encuentra la misma. Cuadro 2: Población total y urbana, censo ronda 1990 (precisar año real) Indicar la población total y la población urbana total, en números absolutos. Cuadro 3: Distribución de la población total y urbana, censo ronda 1990 (precisar año real), por cantidad de municipios, según el formato abajo: Municipios, según Pobl Urb < 25% población total del total <10k

Pobl Urb 5>x<50% Pobl Urb 50>x<75% del total del total

Pobl Urb 50>x<75% Pobl Urb >75% del total del total

N1

10k>N<20k 20k>N<50k

N2

50k>N<100k 100k>N<200k 200k>N<500k 500k>N<1 M

N3

>1 M

Explicación del cuadro: En “N1”, por ejemplo, debe aparecer la cantidad total de municipios del país que tienen población total menor a 10 mil (10k) habitantes y población urbana inferior al 25% de este total de 10 mil. Un municipio con 6,000 habitantes de los cuales nada más 1,200 (20%) son considerados urbanos estará entre los municipios que se cuentan entre el total de municipios que aparecerá en esta celda de la tabla. En “N2”, por ejemplo, debe aparecer la cantidad total de municipios del país que tienen población total mayor a 20 mil (20k) pero menor a 50 mil (50k), con población urbana superior al 25% del total pero inferior a 50%. Un municipio con 45,000 habitantes de los cuales 18,000 (40%) son considerados urbanos estará entre los municipios que se cuentan en total de municipios que aparecerá en esta celda de la tabla. En “N3”, por ejemplo, debe aparecer la cantidad total de municipios del país que tienen población total mayor a 500 mil (500k) pero menor a 1 millón (1 M), con población urbana superior al 75%. Un municipio con 850,000 habitantes de los cuales 800,000 (94,1%) son considerados urbanos estará entre los municipios cuyo total aparecerá en esta celda de la tabla. Cuadro 4: Ditto, censo ronda 2000 (precisar año real). Cuadro 5: Listado de los 10 municipios más poblados, según el último censo o estimación oficial de la entidad de censos y encuestas, incluyendo la información sobre la población que tenían en los años 90’s.

190

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Formato de la tabla: |Nombre del Municipio | Pobl 1990 total | Pobl 1990 urbana | Pobl 2000 total | Pobl 2000 urban| Cuadro 6: Listado de los 10 municipios con tasa de crecimiento 1990-2000 (o más reciente) más alta con respecto a la población TOTAL, en comparación con la tasa promedio del país. Formato de la tabla: Indicar ante todo la tasa promedio anual de crecimiento de la población total del país y la tasa promedio de crecimiento de la población urbana del país, como referencia. Tabla: |Nombre del Municipio | Pobl 1990 tot | Pobl 2000 tot | Tasa crecim | Razón probable*| *Es muy importante indicar, para cada municipio, la razón probable para dicho crecimiento. Cuadro 7: Listado de los 10 municipios con la mayor disminución de la población TOTAL en el período 1990-2000 (o más reciente). Utilizar el mismo formato y referencias del cuadro anterior (cuadro 6). Información 8A: Tal y como ocurrió con la Información 2A, arriba, indicar cuál es la definición oficial utilizada en el país para “aglomerados urbanos”, o “área metropolitana” u otra figura geoterritorial que represente lo mismo. Cuadro 8: Listado de los principales aglomerados urbanos-metropolitanos en el país en 2008 o lo más reciente posible. Para países con aglomerados urbanos mayores a 1 millón de habitantes (población total): −− Listar uno a uno todos los aglomerados urbanos, indicando para cada aglomerado su población total, su población urbana y la cantidad de municipios que conforman dicho aglomerado. Añadir la población total y urbana que tenía el aglomerado en el censo del 2000. Si la información más reciente es la del censo de la ronda 2000, entonces añadir la información del censo de la ronda 1990. Para países con aglomerados urbanos de tamaño menor a 1 millón. −− Listar los 3 principales aglomerados urbanos (cualquier tamaño), con la misma información mencionada arriba. En cada caso de los aglomerados arriba indicados, favor de precisar si es que son conformados por municipios de un mismo Estado (o Provincia, o Departamento); si es que es conformado por municipios de Estados distintos; o si es que hace parte de un aglomerado urbano internacional (i.e, conurbado con territorios urbanos de país vecino). Finalmente, indicar si es que hay conurbaciones, de cualquier tamaño, entre municipios de la frontera con municipios del país vecino. En este caso, mencionar cuál es el municipio que está conurbado y la población urbana (datos de 2008 o lo más reciente posible).

3. ¿Qué tan concentrado? Cuadro 9: Coeficiente de Gini (ingreso o consumo) para ciudades y comparación con el Gini urbano nacional. * Al menos el coeficiente de Gini correspondiente a los tres principales aglomerados urbanos, o municipios más poblados, además del coeficiente de Gini correspondiente al país (población urbana, si fuera posible; de no ser posible, puede considerarse la población total.

4. ¿Qué tamaño económico? Cuadro 10: Estimación del PIB total local en los 3 principales aglomerados urbanos del país. De ser posible, aumentar la cantidad de información a más aglomerados urbanos (en consonancia con el cuadro 8, arriba). Indicar el PIB per cápita nacional y el PIB per cápita urbano local de cada uno de los casos mencionados. Cuadro 11: De ser posible, indicar la distribución del ingreso nacional por quintiles, con el porcentaje del ingreso total nacional que corresponde a cada quintil de población.

Anexo Estadistico

191


5. ¿Qué informalidad urbana? Concepto de informalidad. Definición utilizada por el país para pobreza y pobreza extrema. Mapas satelitales (o equivalente) mostrando las áreas de ocupación informal.

6. ¿Qué carencias en servicios? Población no atendida por servicios de agua potable, alcantarillado sanitario, recolección de desechos sólidos, educación primaria y salud preventiva. Esta información puede ser entregada en cantidad de población, o cantidad de viviendas o cantidad de familias. Debe estar separada entre población urbana y población rural.

7. ¿Qué gestión local y metropolitana? Distribución de los recursos fiscales nacional-local. Porcentaje de los recursos fiscales ejecutados por municipios. Distribución de las atribuciones de prestación de servicios entre la esfera nacional y la esfera local de gobierno. Arreglos institucionales para la gestión metropolitana.

8. Fotos ilustrativas Tantas cuantas sean posibles, siempre referidas a los temas arriba, con el respectivo crédito para fines de reconocimiento y publicación.

9. Mapas de expansión territorial Al menos dos casos de área urbana municipal (o área metropolitana, o aglomerado urbano) indicando la expansión territorial de estos casos desde 1980 hasta la actualidad.

10. ¿Qué informalidad urbana? Cuadro/Nota 12: conceptos utilizados en el país para este tema. Indicar el concepto corriente y cómo se aplica a los programas y proyectos del país (gobierno nacional y local). Cuadro/Nota 13: Pobreza urbana. Indicar el concepto corriente sobre pobreza urbana, línea de pobreza, pobreza extrema o indigencia, y cómo se aplican dichos conceptos a los programas y proyectos del país (gobierno nacional y local). Mapas: de ser posible, favor de propiciar mapas digitalizados sobre la expansión urbana de algunas ciudades seleccionadas, y asimismo de la expansión de la ocupación informal.

11. ¿Qué carencias en servicios urbanos? Cuadro 14: (a) indicar en porcentaje y en números absolutos, la cantidad de gente de la población total del país que está atendida por los servicios de: (a1) agua potable; (a2) alcantarillado; (a3) recolección de desechos sólidos; (a4) educación primaria (7-14 años de edad o su equivalente en el país); (a5) salud preventiva (por medio de la red de clínicas, hospitales, centros de salud, etc). De ser posible, esta información debe estar desglosada entre población urbana total y población rural total del país. De la misma forma, repetir esta información para algunas ciudades seleccionadas, por lo menos la capital (b) y dos más (c, d), utilizando los mismos acápites y referencias del dato al nivel nacional.

192

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


12. ¿Qué gestión metropolitana? Cuadro/Nota 15: indicar el concepto utilizado en el país para el fenómeno físico de una urbanización continua que extrapola la jurisdicción de una municipalidad. De ser el caso, distinguir entre área metropolitana, aglomeración urbana, etc, conforme a la nomenclatura utilizada por el país. En este caso, favor de detallar cada uno de estos conceptos. Cuadro/Nota 16: detallar los arreglos institucionales para la gestión de al menos dos áreas metropolitanas, de ser posible. ¿Cuál es la instancia de planificación? ¿Cómo se relaciona cada gobierno municipal con dicha instancia? ¿Cómo se concilia la autonomía municipal con la inter-relación entre municipios vecinos con problemas comunes y esa instancia de planificación metropolitana? Cuadro/Nota 17: ¿Cómo se financia la inversión de carácter metropolitano? ¿Hay alguna normativa al respecto? En los casos donde no se cuenta con normativa general, ¿Existe algún programa específico de carácter metropolitano?

13. ¿Qué descentralización? Cuadro/Nota 18: indicar, de existir, las principales estrategias para el fortalecimiento de los gobiernos locales (municipalidades) y la eventual redistribución de atribuciones y recursos entre la instancia nacional y la instancia local del gobierno. Cuadro 19: Con base en reportes de contraloría, o equivalentes, indicar el porcentaje promedio del presupuesto nacional que es ejecutado por el gobierno central y el porcentaje que es ejecutado por los municipios. Así mismo, indicar cuánto representa en el total de la ejecución local lo recaudado por las esferas municipales y los valores transferidos o delegados a ellas por el gobierno central tanto en transferencias directas como a través de programas federales o estatales. Cuadro 20: Indicar el porcentaje promedio del presupuesto nacional que es recaudado por el gobierno central y el porcentaje que es recaudado por los municipios. Cuadro 21: distribución de las atribuciones de prestación de servicios entre la esfera nacional y la esfera local (municipal) del gobierno. Favor de revisar el documento de referencia “Participación Municipal en la Gestión de Servicios Públicos, Equipamientos Sociales y Tributos para alcanzar los ODMs en América Latina y el Caribe que se adjunta en “.pdf” y de ser necesario alguna corrección, llenar la tabla “.doc” que se adjunta indicando el país a que se refiere. Cuadro/Nota 22: todos los cuadros, notas, gráficas, etc, anteriores se refieren a elementos de información de interés común de los países y de la región, para poder ser comparado con referencias similares del Informe Mundial sobre la Situación de las Ciudades. Sin embargo, es posible que diversos elementos característicos de su país o de especial interés para ello, no hayan sido cubiertos por los datos precedentes. Por ello, favor de mencionar cuáles son estos elementos e inquietudes, propiciando asimismo los datos e informaciones que justifican, ilustran o califican su preocupación. Asimismo, se reitera la solicitud de enviar mapas, fotos y cualquier otro material que pueda ser útil para la interpretación de los datos o ilustración de los conceptos y fenómenos mencionados o descritos por cada Punto Focal Nacional. Mucho agradeceríamos mencionar los créditos de autoría que deben ser reconocidos en cada caso, ya que la mayoría de este material será publicado

Anexo Estadistico

193


Indicadores SOLACC Países

Indicador de respuesta (1)

Indicador de respuestas incompletas (2)

Informacion faltante

Indicador de respuestas ausentes (3)

Argentina

72,5

25,0

Cuadros 2, 3, 4, 5, 6, 8a y 8, distribucion recursos fiscales, Cuadro 20

2,5

Barbados

-

-

-

100,0

Bolivia

-

-

-

100,0

Brasil

65,0

30,0

Cuadros 2, 3, 4, 5, 6, 7 y 8, cuadros de Gestion local y metropolitana (5), fotos ilustrativas

5,0

Chile

67,5

10,0

Cuadros 5, 6, 7 y 8

22,5

Colombia

67,5

7,5

Cuadros 7 y 8

25,0

Costa Rica

55,0

12,5

Cuadros 2, 3, 4, 5 y 8

32,5

Cuba

40,0

20,0

Cuadros 1, 7, 8, 8a, 9, 15, 16 y 17

40,0

Ecuador

50,0

15,0

Cuadros 1, 2, 3, 4, 8 y 9

35,0

El Salvador

70,0

20,0

Cuadros 2, 3, 4, 5, 6, 7 y 8, Distribución de los recursos Fiscales Nal - Local y Porcentaje de recursos Fiscales ejecutados

10,0

Guatemala

-

-

-

100,0

Honduras

55,0

12,5

Cuadros 3,4,12,13 y 14

32,5

Jamaica

10,0

-

-

90,0

México

70,0

-

-

30,0

Nicaragua

-

-

-

100,0

Panama

-

-

-

100,0

Paraguay

92,5

2,5

Cuadro 3

5,0

Perú

85,0

7,5

Cuadros 3, 9 y 11 (Carencia de servicios urbanos - se definio como acceso)

7,5

República Dominicana*

30,0

2,5

Cuadro 18

75,0

Trinidad Y Tobago

-

-

-

100,0

Uruguay

-

-

-

100,0

Venezuela

-

-

-

100,0

194

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Anexo 3: Principales Estadísticas de América Latina y el Caribe p.i.b. América Latina y El Caribe (1950-2008) Puesto

País

PIB Total (Mill US$ 2000) 1950

1960

1970

1980

1990

2000

2008

1

Brasil

56.770

108.997

185.924

429.129

501.632

644.476

853.707

2

México

56.081

101.325

199.674

378.364

452.558

636.731

766.259

3

Argentina

80.913

108.463

165.622

213.139

190.034

284.346

395.571

4

venezuela

15.711

33.458

59.754

89.250

95.264

117.148

166.617

5

Colombia

11.608

18.273

30.083

53.107

71.933

94.053

134.472

6

Chile

10.995

15.649

23.678

27.159

40.609

75.495

104.776

7

Perú

9.578

16.650

27.869

38.671

35.893

53.336

84.362

8

Cuba

n.d.

n.d.

n.d.

35.652

35.293

30.565

48.964

9

República Dominicana

1.892

3.180

5.218

11.821

13.126

23.655

35.546

10

Uruguay

7.763

9.480

11.056

15.256

15.469

20.829

27.341

11

Ecuador

1.819

2.989

4.633

10.871

13.324

15.934

23.526

12

Gautemala

2.448

3.556

6.076

10.530

11.488

17.196

23.253

13

Costa Rica

1.226

2.442

4.373

7.570

9.607

15.947

23.438

14

El Salvador

2.625

4.018

6.955

8.704

8.373

13.134

16.417

15

Panamá

1.050

1.685

3.624

6.192

7.092

11.621

18.966

16

Bolivia

2.197

2.282

3.895

5.712

5.801

8.398

11.373

17

Jamaica

n.d.

n.d.

n.d.

5.978

8.313

8.949

10.056

18

Honduras

1.150

1.556

2.420

4.094

5.202

7.187

10.638

19

Paraguay

892

1.191

1.894

4.392

5.948

7.095

9.486

20

Nicaragua

960

1.603

3.124

3.235

2.822

3.938

5.089

21

Haiti

1.860

2.200

2.383

3.961

3.666

3.665

3.822

267.538

438.998

748.256

1.376.618

1.548.260

2.114.041

2.803.353

1950-1960

1960-1970

1970-1980

1980-1990

1990-2000

2000-2008

1950-2008

1,6

2,5

3,6

4,8

América Latina y El Caribe Puesto

País

PIB Total (Variación Media Anual)

1

Brasil

6,7

5,5

8,7

2

México

6,1

7,0

6,6

1,8

3,5

2,3

4,6

3

Argentina

3,0

4,3

2,6

- 1,1

4,1

4,2

2,8

4

venezuela

7,9

6,0

4,1

0,6

2,1

4,5

4,2

5

Colombia

4,6

5,1

5,5

3,4

2,7

4,6

4,3

6

Chile

3,6

4,2

2,5

2,9

6,4

4,2

4,0

7

Perú

5,7

5,3

3,8

- 1,2

4,0

5,9

3,8

8

Cuba

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

- 1,4

6,1

1,1

9

República Dominicana

5,3

5,1

7,1

2,4

6,1

5,2

5,2

10

Uruguay

2,0

1,5

3,0

0,4

3,0

3,5

2,2

11

Ecuador

5,1

4,5

8,9

2,1

1,8

5,0

4,5

12

Gautemala

3,8

5,5

5,7

0,9

4,1

3,8

4,0

13

Costa Rica

7,1

6,0

5,6

2,4

5,2

4,9

5,2

14

El Salvador

4,4

5,6

2,3

- 0,4

4,6

2,8

3,2

15

Panamá

4,8

8,0

5,5

1,4

5,1

6,3

5,1

Anexo Estadistico

195


Puesto

País

PIB Total (Variación Media Anual) 1950-1960

1960-1970

1970-1980

1980-1990

1990-2000

2000-2008

1950-2008

16

Bolivia

0,4

5,5

3,9

0,2

3,8

3,9

2,9

17

Jamaica

n.d.

n.d.

n.d.

3,4

0,7

1,5

1,2

18

Honduras

3,1

4,5

5,4

2,4

3,3

5,0

3,9

19

Paraguay

2,9

4,8

8,8

3,1

1,8

3,7

4,2

20

Nicaragua

5,3

6,9

0,3

- 1,4

3,4

3,3

2,9

21

Haiti

1,7

0,8

5,2

- 0,8

0,0

0,5

1,2

América Latina y El Caribe

5,1

5,5

6,3

1,2

3,2

3,6

4,1

Puesto

País

Participación sobre el total de America latina(%) 1950

1960

1970

1980

1990

2000

2008

1

Brasil

21,2

24,8

24,8

31,2

32,4

30,5

30,5

2

México

21,0

23,1

26,7

27,5

29,2

30,1

27,3

3

Argentina

30,2

24,7

22,1

15,5

12,3

13,5

14,1

4

venezuela

5,9

7,6

8,0

6,5

6,2

5,5

5,9

5

Colombia

4,3

4,2

4,0

3,9

4,6

4,4

4,8

6

Chile

4,1

3,6

3,2

2,0

2,6

3,6

3,7

7

Perú

3,6

3,8

3,7

2,8

2,3

2,5

3,0

8

Cuba

n.d.

n.d.

n.d.

2,6

2,3

1,4

1,7

9

República Dominicana

0,7

0,7

0,7

0,9

0,8

1,1

1,3

10

Uruguay

2,9

2,2

1,5

1,1

1,0

1,0

1,0

11

Ecuador

0,7

0,7

0,6

0,8

0,9

0,8

0,8

12

Gautemala

0,9

0,8

0,8

0,8

0,7

0,8

0,8

13

Costa Rica

0,5

0,6

0,6

0,5

0,6

0,8

0,8

14

El Salvador

1,0

0,9

0,9

0,6

0,5

0,6

0,6

15

Panamá

0,4

0,4

0,5

0,4

0,5

0,5

0,7

16

Bolivia

0,8

0,5

0,5

0,4

0,4

0,4

0,4

17

Jamaica

n.d.

n.d.

n.d.

0,4

0,5

0,4

0,4

18

Honduras

0,4

0,4

0,3

0,3

0,3

0,3

0,4

19

Paraguay

0,3

0,3

0,3

0,3

0,4

0,3

0,3

20

Nicaragua

0,4

0,4

0,4

0,2

0,2

0,2

0,2

21

Haiti

0,7

0,5

0,3

0,3

0,2

0,2

0,1

100,0

100

100

100,0

100,0

100,0

100,0

América Latina y El Caribe Fuente: Cálculos a partir de CEPAL.

196

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


AMÉRICALATINA: PRODUCTO INTERNO BRUTO PERCAPITA Puesto

País

PIB Percápita (US$ 2000) 1950

1960

1970

1980

1990

2000

2008

1

Brasil

1.052

1.498

1.936

3.527

3.351

3.689

4.375

2

México

2.022

2.675

3.838

5.458

5.387

6.387

7.116

3

Argentina

4.718

5.261

6.912

7.587

5.833

7.730

9.952

4

venezuela

3.084

4.415

5.574

5.932

4.828

4.822

5.969

5

Colombia

924

1.085

1.337

1.814

2.063

2.258

2.879

6

Chile

1.808

2.048

2.474

2.725

3.081

4.903

6.248

7

Perú

1.255

1.677

2.112

2.329

1.649

2.079

2.990

8

Cuba

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

3.328

2.746

4.355

9

República Dominicana

780

950

1.135

1.750

1.799

2.707

3.594

10

Uruguay

3.467

3.735

3.937

5.107

4.980

6.285

8.181

11

Ecuador

537

673

776

1.366

1.297

1.296

1.705

12

Gautemala

778

859

1.121

1.501

1.290

1.532

1.700

13

Costa Rica

1.269

1.831

2.402

3.225

3.123

4.063

5.151

14

El Salvador

1.345

1.559

1.933

1.898

1.639

2.093

2.273

15

Panamá

1.221

1.496

2.406

3.177

2.942

3.942

5.593

16

Bolivia

809

681

925

1.067

870

996

1.134

17

Jamaica

n.d.

n.d.

3.450

2.803

3.509

3.456

3.686

18

Honduras

773

777

899

1.127

1.061

1.153

1.453

19

Paraguay

606

624

763

1.373

1.400

1.327

1.523

20

Nicaragua

741

908

1.304

993

681

771

896

21

Haiti

577

569

506

696

516

427

391

Puesto

País 1950-1960

1960-1970

1970-1980

1980-1990

1990-2000

2000-2008

1950-2008

PIB percápita (Variación Media Anual)

1

Brasil

3,6

2,6

6,2

-0,5

1,0

2,2

2,5

2

México

2,8

3,7

3,6

-0,1

1,7

1,4

2,2

3

Argentina

1,1

2,8

0,9

-2,6

2,9

3,2

1,3

4

venezuela

3,7

2,4

0,6

-2,0

0,0

2,7

1,1

5

Colombia

1,6

2,1

3,1

1,3

0,9

3,1

2,0

6

Chile

1,3

1,9

1,0

1,2

4,8

3,1

2,2

7

Perú

2,9

2,3

1,0

-3,4

2,3

4,6

1,5

8

Cuba

n.d

n.d

n.d

n.d

-1,9

5,9

0,9

9

República Dominicana

2,0

1,8

4,4

0,3

4,2

3,6

2,7

10

Uruguay

0,7

0,5

2,6

-0,3

2,4

3,3

1,5

11

Ecuador

2,3

1,4

5,8

-0,5

0,0

3,5

2,0

12

Gautemala

1,0

2,7

3,0

-1,5

1,7

1,3

1,4

13

Costa Rica

3,7

2,7

3,0

-0,3

2,7

3,0

2,4

14

El Salvador

1,5

2,2

-0,2

-1,5

2,5

1,0

0,9

15

Panamá

2,1

4,9

2,8

-0,8

3,0

4,5

2,7

16

Bolivia

-1,7

3,1

1,4

-2,0

1,4

1,6

0,6

17

Jamaica

-2,1

2,3

-0,2

0,8

0,2

18

Honduras

0,04

1,5

2,3

-0,6

0,8

2,9

1,1

19

Paraguay

0,3

2,0

6,1

0,2

-0,5

1,7

1,6

20

Nicaragua

2,1

3,7

-2,7

-3,7

1,2

1,9

0,3

21

Haiti

-0,2

-1,2

3,2

-3,0

-1,9

-1,1

-0,7

Fuente: CEPAL.

Anexo Estadistico

197


198

ESTADO DE LAS CIUDADES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Bibliografía

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199


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El Informe Regiónal sobre el Estado de las Ciudades de América Latina y el Caribe presenta información relevante sobre la situación de las ciudades de la región. La pobreza urbana y las condiciones de vivienda, los retos urbano ambientales, tendencias de la población, sistemas de gobernanza, fortalecimiento local y descentralización son algunos de los asuntos abordados en esta publicación inédita, que será útil para técnicos municipales, académicos y gestores locales.

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