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La veda del juey común
Crianza de jueyes - Foto por Rafael Muller
Por Miguel Figuerola Fernández y Concepción Rodríguez Fourquet El juey común (Cardisoma guanhumi) es el cangrejo de mayor tamaño e importancia comercial en las costas de Puerto Rico. Este se encuentra en los terrenos llanos y húmedos de la zona costanera incluyendo los bosques de mangle, los pastizales y las desembocadura de ríos. Esta especie de crustáceo es semiterrestre, es decir, vive en cuevas que excava en el suelo, pero depende del agua para su respiración y reproducción. El tamaño promedio del carapacho del juey común fluctua entre las 2 y 3 pulgadas, aunque se han reportado tamaños hasta 5 pulgadas. En esta especie, se pueden observar distintas coloraciones. El adulto es generalmente color azul lavanda o gris, aunque en la época de desove muchas hembras tienden a presentar un color blanco amarillento. En los individuos en la etapa de transición de juvenil a adulto, predomina el violeta/morado con anaranjado. Los juveniles son marrones. Durante los meses de sequía (noviembre - abril), los cangrejos tapan sus madrigueras, es en ese período cuando mudan y crecen. Al comenzar las lluvias, generalmente en mayo y junio, salen de las cuevas y ocurren entonces la corridas para aparearse. Entre los meses de julio a octubre, acontecen las migraciones de las hembras hacia la costa para depositar los huevos en el mar, preferiblemente en los días cercanos a la luna llena. Las larvas permanecen en el mar hasta convertirse en pequeños cangrejos que salen a tierra firme. Este proceso tarda aproximadamente 45 días. Los jueyes son importantes en el ecosistema. Estos, al construir cuevas, permiten la entrada de oxígeno, lo que fomenta la descomposición. La descomposición es un proceso en el cual la materia orgánica se degrada a componentes mínimos que son utilizados por las plantas para su crecimiento. Los jueyes llevan sus alimentos a la cueva, propiciando la descomposición de los que no son ingeridos. Estos alimentos son hojas, semillas, flores, frutos e insectos, entre otros. La población de los jueyes en Puerto Rico es variable. Las zonas de baja población están asociadas a la fragmentación del hábitat (división del medio ambiente donde vive una especie) y a la sobrecaptura. Las zonas donde la población es alta están asociadas a gran disponibilidad de recursos alimenticios, vigilancia para prevenir la captura y baja fragmentación del hábitat. También, se ha encontrado que los jueyes son sensibles a los cambios en temperatura del suelo y a la hidrología. Estos cambios ocurren al deforestar o cambiar el uso del terreno. Las poblaciones del juey común han disminuido significativamente en Puerto Rico durante las pasadas décadas, debido principalmente a la destrucción de su hábitat y a la sobrepesca. Por esa razón, el DRNA estableció, desde 1999, regulaciones para la protección de esta especie. Actualmente, durante el período del 15 de julio al 15 de octubre de cada año, se prohíbe la captura de hembras con huevos, la captura de cangrejos menores de dos y media pulgadas de ancho de carapacho, la captura en reservas naturales y áreas administradas por el DRNA y la captura con palas o instrumentos que destruyan las cuevas. Recuerda, para ayudar a la conservación de los jueyes, apoya la veda. ¡No captures, vendas, ni comas juey durante el periodo del 15 de julio al 15 de octubre!