Suspenso
Narraci贸n
Ho m b r e de C u e n t os
Terror
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BIOGRAFÍA teresarse to comenzó ariinmera novia on pr y o de vi te Estudió en Montura. Inspirado en su p(1898), fundó en por la litera na estación de amor escribió U Resu ciudad natal(1la899), vista de Salto pa y marchó a Euro cuerdos resumió sus reencia de esta experi aje a en Diario de viA su París (1900). ó el regreso funddel Aires publiConsistorio que Ya instalado en Buenos , poemas, , er Ben Sab rta có Los arrecifes de coral pese a su co esidió cuentos y prosa lírica (1901), existencia praria de seguidos de los relatos de El crila vida liter y las men del otro (1904), la novela breve o de Montevi n el Los perseguidos (1905), polémicas coHerrera J. grupo de y Reissig.
producto de un viaje con Leopoldo Lugones por la selva misionera, hasta la
frontera con Brasil,
y la más extensa Historia de un amor turbio (1908). En 1909 se radicó precisamente en la provincia de Misiones, donde se desempeñó como juez de paz en San Ignacio, localidad famosa por sus ruinas de las reducciones jesuíticas, a la par que cultivaba yerba mate y naranjas.
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En 1927 contrajo segunda s nupcias con una joven amiga de su hija Eglé, con quien tuvo una niña. Dos años después publicó la novela Pasado amor, sin mucho éxito. Sintiend o el rechazo de las nuevas generac iones literaria s, regresó a Misione s para dedicars e a la floricultura . En 1935 publicó su último libro de cuentos , Más allá. Hospitalizado en Buenos Aires, se le descubrió un cáncer gástrico, enfermedad que parece haber sido la causa que lo impulsó al suicidio, ya que puso fin a sus días ingiriendo cianuro. Quiroga sintetizó las técnicas de su oficio en el Decálogo del perfecto cuentista, estableciendo pautas relativas a la estructura, la tensión narrativa, la consumación de la historia y el impacto del final. Incursionó asimismo en
el relato fantástico. Sus publicaciones póstumas incluyen Cartas inéditas de H. Quiroga. En ese año de 1935 Quiroga comenzó a experimentar molestos síntomas, aparentemente vinculados con una prostatitis u otra enfermedad prostática. Las gestiones de sus amigos dieron frutos al año siguiente,
concediéndosele una jubilación. Al intensificarse los dolores y dificultade s para orinar, su esposa logró convencerl o de trasladarse a Posadas, ciudad en la cual los médicos le
diagnosticaron hipertrofia de próstata.
Pero los problemas familiares de Quiroga continuarían: su esposa e hija lo abandonaron definitivamente, dejándolo, solo y enfermo, en la selva. Ellas volvieron a Buenos Aires,
y el ánimo del escrito r decayó completamente ante esta grave pérdida. Cuando el estado de la enfermedad prostática hizo que no pudiese aguantar más, Horacio viajó a Buenos
Aires para que los médicos tratasen sus padecimientos. Internado en el prestigioso Hospital de Clínicas de Buenos Aires a principios de 1937.
«Los arrecifes de coral» (poemas,1901)
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«Historia de un amor turbio» (cuentos, 1904)
«El salvaje» (cuentos, 1920)
«El crimen del otro» (novela, 1908) «Los perseguidos» (cuentos,1905)
«Cuentos de amor de locura y de muerte» (cuentos, 1917) «Cuentos de la selva» (cuentos infantiles, 1918)
R AA SS OO BB R
«Los desterrados» (cuentos, 1926)
«Los sacrificados» (teatro, 1920) «Anaconda» (cuentos, 1921) «Pasado amor» (novela, 1929)
«El hombre muerto» (cuentos, 1924) «La gallina degollada y otros cuentos» (cuentos, 1925)
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UN INTERESANTE PERSONAJE Al ser internado Quiroga en el Clínicas, se había enterado de que en los sótanos se encontraba encerrado un
monstruo: un desventurado paciente con espantosas
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deformidades similares a las del tristemente célebre inglés Joseph Merrick (el «Hombre Elefante»). Compadecido, Quiroga exigió y logró que el paciente, llamado Vicente Batistessa, fuera liberado de su encierro y se lo alojara en la misma habitación donde estaba internado el escritor.
Como era de esperar, Batistessa se hizo amigo y rindió adoración eterna y un gran agradecimiento al gran cuentista.
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En 1906 Quiroga
decidi贸 volver a su amada selva. Aprovechando las facilidades que el gobierno ofrec铆a para la explotaci贸n de las tierras,
EAS LC AA PSAE RL V A
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En 1906 Quiroga decidió volver a su amada selva. Aprovechando las facilidades que el gobierno ofrecía para la explotación de las tierras, compró una chacra (junto con Vicente Gozalbo) de 185 hectáreas en la provincia de Misiones, sobre la orilla del Alto Paraná
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A I D E G TRA
ncisco migo Fra su gran a y revisaba el e d l ta n mpiaba e accide La muert ientras Quiroga li tiria a duelo. a m b o e d s n a te rr s e F ee con el qu revolver
ia; primero la muerte de La vida de Quiroga fue de tragedia en traged su padre con su propia escopeta; el suicidio de su padrasto en 1896, luego de sufrir un derrame cerebral que lo paralizo y no le permitia hablar;
la tragica muerte de sus hermanos Pastora y Prudencia, victimas de la fiebre tifoidea en 1901 en el Chaco; Pero eso no fue todo, un a単o antes de la muerte de Quiroga su gran amigo Leopoldo Lugones se habia suicidado con un vaso de Whisky con cianuro.
Todas Estas situaciones fueron las que le dieron el estilo fantastico y a la vez triste que adornaba toda las obras de este escritor, dejando para la posteridad algunas de las obras mas terribles y brillantes de la literatura hispanoamericana del siglo XX.
La muerte puede llegar de la manera menos pensada en la selva
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suicidio
derrame cerebral
fiebre tifoidea
muerte accidental
duelo
Whisky con cianuro
depresion
hipertrofia prostatica
cancer de prostata
cianuro
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Los cuatro hijos del matrimonio Mazzini-Ferraz
terminaron idiotas (meningitis, lo único que sabían hacer bien era imitar) y los esposos se peleaban continuamente por ese motivo. Al quinto intento de tener un hijo,
tuvieron la dicha de que la niña creció sana y salva.
Los padres dejaron de querer a los cuatro hijos mayores, toda su atención se centraba en la pequeña criatura. A los cuatro idiotas (como se les menciona en el libro) los cuidaba continuamente la sirvienta, pero no los bañaba, aunque se babeasen constantemente. Se sentaban en una banca al ver el atardecer mientras la saliva les escurría por los sucios pantalones.
Un día, Berta Ferraz pidió a la sirvienta que degollara una gallina para servir
eran los cuatro idiotas que 18
miraban fijamente.
La sirvienta dijo a su ama que los niños se hallaban en la cocina y fueron echados.
LA GALLINA DEGOLLADA
de cena. Mientras lo hac铆a, sinti贸 respiraciones en su cuello,
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Bรกsica
mente
solo
policiales
Todas Estas situaciones fueron las que le dieron el estilo fantastico y a la vez triste que adornaba toda las obras de este escritor, dejando para la posteridad algunas de las obras mas terribles y brillantes de la literatura hispanoamericana del siglo XX.
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多Cuentos para ni単os?
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La abeja Haragana Historia de dos cachorros de coatí y de dos cachorros de hombre.
Las medias de los flamencos La to rtu g a Gi g a nt e El paso del Yabebirí
El
loro
pelado
La Guerra de los Yacarés
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