Instituto de Cultura del Chaco Resistencia, Chaco | Mayo de 2010 | Número 10 Distribución gratuita
De la revolución a la conquista del territorio
Los archivos hablan
Esto se supone que es un breve resumen de lo que va a hablar la nota. Donde se sintetiza lo básico como para que la persona mire y quiera leer la nota y sepa en qué página está y pueda llegar rápido, sin perder tiempo al tema que le interesa. //pág. 9
Una mirada al Gran Resistencia en el Bicentenario
El Bicentenario de los argentinos y este espacio cultural de debate que es CHACÚ, es una buena oportunidad para reflexionar sobre la situación de Resistencia y de su área metropolitana desde un enfoque algo diferente al habitual,. //pag. 12
Dos siglos: historias de un solo pueblo
Esto se supone que es otro breve resumen de lo que va a hablar la nota y donde se pone la referencia de página. //pag. 7
Staff
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Direccion de comunicacion Marcos Salomón Andrea Diez Claudio Barrios Nuria Fleita Zain Lucas Vargas Gómez Dirección de relaciones institucionales Noelia Carbó Gustavo Insaurralde Sebastián Fernández
Colaboran en este número Dirección de letras, Area Danza, Mariela Alarcón, Claudia Margoza, Lecko Zamora, María Zurlo, Miguel Barreto, Bárbara Lockett, César Alfredo Obez, Dr. Pelafustán, Aníbal Friedrich, Gonzalo Marull, Alejandra
Antonietti, Walter Carbonell, Urania Romero, Mirna Capetinich, Pedro Parilla y Rubén Dri. Asistencia en corrección Carolina Núñez Hang Ilustraciones en interior Horacio Silvestri y Enrique Moglia
Ilustración de tapa Enrique Moglia Diseño de arte y diagramación Ramona la Pancartera Autoridades Jorge Milton Capitanich. Gobernador de la Provincia del Chaco Jorge Neri Romero. Ministerio de Educación, Ciencia y
Tecnología Silvia Robles. Instituto de Cultura Contactos Instituto de Cultura del Chaco Arturo Illia 245 03722’453547 chacotodaslasculturas@gmail.com
La revista Chacú fue producida por la Dirección de Comunicación. Distribución Gratuita
editorial
Hacia el julio del Bicentenario Silvia Robles. Presidenta del Instituto de Cultura
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n reiteradas oportunidades, en editoriales de esta revista, en documentos oficiales y en cada instancia en la que comunicamos e interpelamos las políticas culturales, afirmamos que los discursos se sustentan en las acciones que se concretan. Pero además, las políticas públicas se sostienen en la medida que expresan requerimientos de los diferentes sectores a las que están destinadas, y en especial en tanto son sentidas por los mismos como propias y en esa relación dialógica consiste el entramado principal para la construcción de una política de Estado. Lo recordamos a cuenta de lo que va a acontecer en este julio del Bicentenario. Donde el gobierno chaqueño definió como acto central de la agenda federal de las conmemoraciones de los doscientos años del nacimiento de la Patria, la semana del 17 al 26 de julio, con eje en el día 19. La capital de la provincia entonces, no sólo vivirá una jornada ya hecha carne en los resistencianos (en realidad en todos los chaqueños), como es la tradicional Bienal Internacional de Escultura. Y en ese imponente marco, el 19 de Julio, fecha que conmemora la masacre de Napalpí (1924), y como tal, definida por esta gestión como “Día de la reafirmación de los Derechos de los Pueblos Originarios”. ¿Por qué el 19 de julio de 1924 como fecha para festejar los acontecimientos que desencadenaron el proceso independentista en el territorio del entonces Virreynato del Río de la Plata? Escribió Ramón de las Mercedes Tissera, en Chaco. Historia General: “La Revolución de Mayo no pudo tener repercusión directa en el Chaco. La histórica circular del día 27, de la Junta de Gobierno convocando a las Provincias, incluidos los pueblos de las Misiones del Paraná, no tenía rezón de ser en la región cuyas ciudades y reducciones, cuyos cabildos indígenas habían desaparecido. Aún las instrucciones secretas que Moreno hizo llegar a Castelli y en las que se recomendaba popularizar la Revolución enviando ‘emisarios a los indios’, se referían a los nativos del Alto Perú, donde Buenos Aires se preparaba a resistir la ofensiva realista de Lima. La posterior abolición del tributo de los indios de trabajo -divulgada por bandos en castellano y en quechua-, estaba dirigida al Nordeste argentino. Tampoco ningún poblador chaqueño podía resultar beneficiado por el pronunciamiento de la Asamblea del año XIII que suprimía la mita, el yanaconazgo, las encomiendas y el servicio personal, pues en el Chaco no tenían vigencia esas instituciones de la estructura colonial. El orgullo guaycurú las había derogado en los hechos hacía más de un siglo”. No se trata de una decisión demagógica. Pretendemos que la misma nos recuerde que los pueblos que habitaron el territorio chaqueño, que resistieron heroicamente la conquista española, que en el transcurso de esa resistencia, y en el complejo de la heterogeneidad de pueblos y naciones que lo constituyeron, habían de lograr una convivencia basada en un principio de solidaridad institucionalizado en la Junta de Naciones, fueron exterminados, y los sobrevivientes, disciplinados en el devenir de la trágica trama con que estos territorios fueron incorporados al modelo de Estado liberal oligárquico que se configuró a fines del siglo XIX en nuestra Patria. Que no fue ese el espíritu de los Revolucionarios de 1810, el que justamente queremos recuperar para hacer realidad lo sueños emancipatorios de los padres fundadores de la Patria. En síntesis, Leer el Bicentenario
para reescribir la Historia. Decíamos en editoriales anteriores que cada evento u acción estarían cruzados por la mirada histórica que nos permita reconocer qué somos, por qué somos lo que somos y qué queremos ser. Esta última consideración, así como lo que sosteníamos en párrafos anteriores respecto a cómo se concreta una política de Estado, están presentes en este Julio 2010. Por un lado, una nueva edición de la Bienal, iniciativa de una entidad cultural independiente como la Fundación Urunday, más el esfuerzo del gobierno del Chaco, el aporte de los sectores empresarios vía la Ley de Mecenazgo y el acompañamiento de las Secretarías de Turismo y de Cultura de la Nación y el Senado nacional. La Bienal del Bicentenario 2010 incluye en sus actividades tradicionales el “Encuentro de Pueblos Originarios”, dejando atrás falsas antinomias sostenidas no desde los sujetos sociales, sino por políticas hegemónicas que pretendieron dividir lo que siempre debió estar unido en la construcción de un proyecto social inclusivo. “En Julio Resistencia es una fiesta, lástima los indios en la Plaza”, frase que tomara como paradigma del arbitrario cultural de las élites de la capital chaqueña el profesor Francisco Romero en sus conferencias sobre el mito fundante de Civilización o Barbarie, con el que nació el Estado Nacional argentino y que anestesió la conciencia de varias generaciones de argentinos de clase media, refiere a julio del 2006, cuando la Bienal se traslada al Domo del Centenario porque los pueblos originarios habían acampado en la Plaza Central reivindicando y reafirmando su misma existencia. La Bienal del Bicentenario será marco además para el Congreso de las Lenguas y Dinámicas Identitarias que sesionará entre el 19 y 21 de julio, donde se propondrá avanzar en la oficialización de las lenguas qom, moqoit y wichi. En julio, el Chaco será una fiesta donde el arte universal, nacional, regional y local empezará a abrazarse en el necesario “nosotros” chaqueño y desde la memoria de la sangre y de las heridas abiertas, la sabiduría ancestral de quienes fueron y son los originarios dueños de estas tierras, nos resignificará el Chacú como unidad de lo diverso para la búsqueda del alimento colectivo.
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historia chaqueña
Copia de Iglesia San Fernando, comisaría y Escuela de Varones Benjamín Zorrilla.JPG
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Casa de Gob, Cárcel Nacional, Plaza 25 Mayo. M. T. Alvear y Mitre-1910-1915.jpg
Los archivos hablan Por Bárbara Lockett. Coordinadora Archivo Histórico “Monseñor José Alumni”
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a palabra archivo deriva del latín archivum, y ésta del griego arkheion, que significa “residencia de los magistrados”; pero a la vez implica varias interpretaciones; en principio el lugar en que su guardan los documentos, el conjunto de los documentos custodiados y también la acción de archivarlos. De acuerdo al diccionario, estas definiciones están bien, pero desde el Archivo Histórico “Monseñor José Alumni” damos continuidad a aquellos significados, los potenciamos y resignificamos, entendiendo que los documentos son un bien cultural que testimonian el contexto y los hechos históricos-sociales de nuestra comunidad, y mantiendo la relación del tiempo, el espacio y las sociedades que hicieron nuestra cultura. La historia nos da identidad, los documentos la validan. Y en éste devenir que es lo cotidiano para todos, surge el archivo como fuente o eje de reflexión de lo sucedido institucional, económica y socialmente en nuestra provincia, a través documentos únicos y originales,
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La ambigüedad de descifrar una foto Por César Alfredo Obez. Área Informática. Archivo Histórico del Chaco.
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irrepetibles e imperecederos. Pero, a pesar de su importancia y la riqueza cultural que resguarda su acervo, a veces resulta una institución inédita para nuestra comunidad, por eso se repite la inquietud: ¿qué se puede encontrar en el Archivo Histórico del Chaco? La respuesta parece sencilla: documentos. El acervo está compuesto por el fondo documental de varios organismos públicos, material digitalizado, microfilmado, diarios, fotos, libros, voces, escritos, revistas, videos e imágenes que nos facilitan conocer el surgimiento de pueblos, las transformaciones políticas, económica, sociales, grandes decisiones reflejadas en pequeños papeles, además se puede apreciar la variación de nuestro paisaje urbano contada por imágenes, digamos las calles principales de Resistencia cuando eran de tierra y en sus veredas todavía no se habían instalado esculturas, las remodelaciones de la Catedral, el cuarto de máquinas del diario El Territorio, algunas vestimentas de época, eventos sociales, los rostros autóctonos de nuestros hermanos aborígenes, los guardapolvos escolares de los años 60, manuscritos de Bartolomé Mitre, entre otros. Resulta una gran aventura intelectual y humana preservar imágenes, pero creadas a partir de la misma imaginación, de la recreación histórica, de la consulta al archivo con fines de investigación u ocio, lugar tan necesario como herramienta para afianzar nuestra identidad. En este sentido también, los investigadores de formación y oficio concurren a hojear historia buscando datos, información, crónicas policiales de los hermanos Velazquez o de Segundo David Peralta, o Manuel Bertolatti (h), o Juan de la Cruz Soria o Julio Blanco, más conocido como Mate Cocido. El 5 de diciembre de 1952, El Territorio publicó en su página 5: “Inauguración de un lugar de espectáculo público… Hoy quedará inaugurado el nuevo lugar destinado a espectáculos deportivos, danzantes y artísticos, denominado Anfiteatro Todaro, construido en la calle Pirovano 73…”. ¡Una gran noticia!
Lo que no es novedad es la intención publicitaria de vender, por eso podemos encontrar una propaganda del 4 de enero de 1940 en El Territorio, perteneciente al negocio Aldo Agazzielys que decía: “Haga feliz a su hijo comprando una bicicleta en su casa”, pinceladas de color, reflejo de la idiosincrasia chaqueña. Pero hay algo que verdaderamente sorprende, y es darnos cuenta que en el año del Bicentenario de la Revolución de Mayo podemos conocer documentos de la época, leer textos de escritos en los que se distribuían y concedían los solares a los pobladores o se asignaban partidas presupuestarias. También se conservan las Memorias de gobernadores desde 1885 a 1938; la Hemeroteca contiene diarios locales desde la década del 20 y de diarios nacionales desde 1874, colecciones documentales de la Nación, del Territorio Nacional del Chaco, de la Provincia Presidente Perón y de la actual Provincia del Chaco desde 1952; copiadores de la Gobernación; biblioteca especializada en temas de historia general y regional; documentos sobre poblaciones del interior, documentos culturales, documentos de Justicia: 1902-1947, boletines de leyes oficiales y más. Hoy no solamente el Archivo Histórico constituye la memoria activa de nuestra historia, también es el espacio donde encontrarnos con diversos legados personales que reflejan sueños, proyectos, y por qué no, el desafío de continuarlos. El hecho de recibir en carácter de donación documentos pertenecientes a hacedores culturales, relevantes protagonistas de la vida pública, complementa la enorme documentación que se posee. Pero más allá de quién o quiénes, la historia desde siempre ha estado ligada a la generación de documentos y a la existencia de archivos, lo importante es trabajar para el resguardo de la memoria colectiva de la pluralidad, de todas las culturas. La necesidad de conservar archivos es funcional a la posibilidad de crear y recrear los tiempos de la sociedad. Las puertas del Archivo están abiertas, la historia silenciosa cobra vida simplemente, porque los archivos hablan.
Si los documentos manuscritos o impresos constituyen una fuente histórica básica para la comprensión de los procesos históricos de la humanidad durante los dos últimos siglos, la fotografía en toda su amplia dimensión, junto al cine y la televisión, son la memoria visual del siglo XIX y XX. Como documento político, social y artístico, está sujeta a un código propio de interpretación, diferente al de la pintura, el dibujo, las artes gráficas y el cine. A través de la evidencia fotográfica se percibe el desarrollo de una cultura y cómo se constituye y evoluciona un grupo social. El acto de fotografiar detiene la historia y fija los hechos a una imagen, apoderándose de una pequeña parte del mundo. Es así como la expresión cultural de los pueblos exteriorizada a través de sus costumbres comenzó a ser documentada: hábitos, monumentos, mitos y creencias, hechos sociales y políticos. Para el investigador, las imágenes son testimonios origen. A partir de este documento, es posible descubrir e interpretar el devenir histórico, cultural y político de una sociedad. Son relativamente pocos los historiadores que consultan los archivos fotográficos, comparados con los que consultan en los archivos de documentos manuscritos o impresos. Son pocas las revistas de historia que contienen ilustraciones, y cuando las tienen, son pocos los autores que aprovechan la oportunidad que esta les brinda. Cuando utilizan imágenes, los historiadores suelen tratarlas como simples ilustraciones, reproduciéndolas en sus libros sin el menor comentario, en los casos en los que las imágenes se analizan en el texto, su testimonio suele utilizarse para ilustrar las conclusiones a las que el autor ha llegado ya por otros medios y no para dar nuevas respuestas o plantear nuevas cuestiones. En nuestra civilización, donde la imagen adquiere un carácter preponderante, escudriñar los archivos iconográficos constituye una tarea significativa no sólo por el ocasional valor artístico de la labor realizada por los fotógrafos, sino también por su incalculable trascendencia como documento histórico que permite, pese al devenir del tiempo, observar allí, detenido, el acontecimiento que define una época o aproxima a la realidad cotidiana del momento. Toda fotografía ofrece una imagen de los tiempos pasados capaz de contribuir al estudio o interpretación de la historia. Lo que dice un rostro o una situación determinada suele ser menos elemental que lo que se dice con palabras, esta ambigüedad es el peculiar desafío de la fotografía; se puede leer un libro, pero un rostro o una situación siempre hay que descifrarlos.
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historia y arquitectura
Una mirada al Gran Resistencia en el Bicentenario
El Bicentenario de los argentinos y este espacio cultural de debate que es CHACÚ, es una buena oportunidad para reflexionar sobre la situación de Resistencia y de su área metropolitana desde un enfoque algo diferente al habitual, viéndola desde una perspectiva más cultural del desarrollo urbano, con vistas a las políticas que se requieren en el futuro. Texto. Miguel Ángel Barreto*
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sbocemos primero rápidamente un cuadro de la situación social y de las condiciones de vida en este conglomerado urbano. La magnitud del problema es enorme: se trata de una de las más, sino es la más, deficitaria de las capitales argentinas. Las frías cifras que periódicamente se publican son apabullantes: tiene hoy alrededor de 400.000 habitantes y cerca de la mitad de ellos se encuentran en diferentes situaciones de pobreza, situaciones que afectan principalmente a niños, mujeres y mayores. Aproximadamente un cuarto de su población vive en villas y asentamientos extremadamente precarios, y una parte importante de la ciudad tiene grandes déficits de servicios, de infraestructuras y de equipamientos básicos, muchos de los que habitan fuera del área central, carecen de servicios continuos de agua potable, energía eléctrica, desagües cloacales y pluviales, calles transitables y de espacios verdes; sufren la existencia de numerosos focos informales de acumulación de residuos, de aguas contaminadas, de polución, de inundaciones periódicas, etc.; disponen de una inadecuada cobertura de salud, con dificultades de acceder a fuentes de empleos dignas; carecen de recursos y de posibilidades para brindar a sus hijos una buena educación, y se encuentran expuestos a frecuentes situaciones de violencia, de clientelismo político, etc. Todas estos condicionantes terminan dando forma un cuadro social muy
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de tanino y carbón, luego el algodón en sus capullos, las complejo, con una perspectiva que parece muy difícil de maderas en sus troncos y tablas, y hoy la soja en sus grarevertir en un plazo relativamente corto. nos y aceites. ¿Cómo se llegó a esto? Existen diferentes razones, Esta elite concibió desde su origen a este territoalgunas profundas y otras más cotidianas. Aquí hablario como ocupado por “otros” (que no querían trabajar) remos de dos ellas que tienen relación entre sí, la pria los que había que extinguirlos, para poder explotarlo. mera trata sobre ciertos rasgos históricos que marcaron Se movió guiada por una visión del territorio como algo a fuego la cultura de esta provincia, y la segunda, sobre que había que conquistar, y así, los habitantes originaaciertos y desaciertos de las políticas urbanas. rios de estas tierras fueron salvajemente combatidos priEste conglomerado condensa desde su origen una mero, y luego, en sus diásporas, marginados en extremo. fuerte tensión. Surgió tardíamente del proyecto moderEste proyecto económico fue siempre de corto plazo y a nizador y civilizador que impulsó la elite terrateniente su pasó dejó la naturaleza arrasada, construcciones de porteña con sus aliados extranjeros en las últimas décafabricas en ruinas y poblaciones originarias diezmadas das del siglo XIX. Este proyecto adquirió en estas latituy quebradas en lo profundo de sus culturas. Los inmides un carácter violento. Si bien impulsó el poblamiento grantes que verdaderamente vinieron a quedarse, pusieterritorial a partir de inmigrantes europeos desplazaron mucho esfuerzo y sacrificio para construir sus nuedos y empobrecidos que buscaban con gran esperanza vos hogares en estas tierras, pero siempre carecieron del refundar sus vidas en nuevas latitudes, las elites econóapoyo de estas elites para cumplir con el mandato civimicas que pensaron este proyecto, proyectaron para esta lizatorio para el que los habían traído. Impregnados por región un modelo productivo nada sustentable, básicaesta visión cultural, ellos también se instalaron, trabajamente extractivo de los recursos naturales y de producron duramente y se desarrollaron con una gran desconción primaria destinada a los países centrales, producida por la mano de obra inmigrante y criolla. Toda la infraes- fianza hacia los viejos habitantes de las tierras. El Chaco tructura territorial fue haciéndose con el fin de llevar lo “crisol de razas”, fue más un anhelo de la política cultural que un hecho real. producido hacia el gran centro distribuidor de Buenos Resistencia y su área metropolitana, se formó y creAires: el FFCC., el puerto, los caminos, etc. Así se fueció como epicentro de este proyecto. Fue la cabecera de ron, primero los quebrachos, en forma de durmientes,
acceso de lo que venía del centro económico y político de la Argentina y la base de salida de lo que se producía: el comercio, la producción, los negocios y la política, marcaron su impronta y estas actividades junto a las estaciones, puertos y rutas, le dieron el dinamismo que siempre tuvo y que la hizo atractiva en la región. TENSIONES
Como epicentro de este proyecto, ella refleja cabalmente su tensión inherente. Con el trascurrir de los años en ella se ha desarrollado una pequeña sociedad local acomodada, formada por hijos y nietos de los que alguna vez llegaron de otros continentes para quedarse. Sociedad local que vive hoy rodeada de muchos otros que son siempre recién llegados o están en tránsito hacia mejores ciudades del país. Una parte importante de estos otros devienen de los perseguidos del interior, que fueron expulsados por los diferentes modelos productivos cortoplacistas; otra parte se compone de los que llegaron y siguen llegando atraídos por las posibilidades de su dinámica y sus libertades, y aquí se quedan a desarrollar sus vidas. Para éstos las escasas reglas y valores de una sociedad aún no del todo constituida, representa un escape a las restricciones de sus lugares de origen, otros simplemente vienen y van diariamente desde distintos lugares para comprar o negociar las muchas mercancías, bienes y servicios que se tranzan en sus comercios formales e informales. Por eso siempre creció a un ritmo más acelerado que el de la provincia, aunque sin desarrollarse. De este modo, conviven en sus calles autos importados caros (propios de la Av. Libertador o de Puerto Maderos) de los inversores, empresarios, negociantes y funcionarios asociados, chatarras de buscavidas que no
cumplen ninguna de las normas para circular, automóviles comunes de profesionales y empleados acomodados, colectivos y “remises” desvencijados por la pobreza y por las calles rotas que los maltratan, carros tirados por caballos enflaquecidos, conducidos por niños y adolecentes que recolectan desechos del centro de la ciudad para sobrevivir, y miles de ciclomotores que acarrean a muchos de los trabajadores menos cualificados, a sus familias completas, a jóvenes aventureros que juegan a la ruleta rusa en cada cruce de calle y a aprendices de la delincuencia urbana, émulos de los jinetes indómitos de los antiguos campos agrestes, que toman las calles como antiguamente tomaban los montes y esteros sus predecesores, nuevos predadores urbanos que salen a recolectar como antaño. Todos estos medios de trasportes andan lanzados en las calles, tratando de abrirse algún camino a cualquier precio. Y de este modo también conviven en sus veredas algunos bares con mesas de cafés europeizantes, muchas parrillas y puestos de comidas informales en los que comen al paso los laburantes comunes, madres y niños pobres de ojos tristes que piden limosnas y que comen en algunos de los cientos de los comedores públicos que existen en los barrios, estudiantes que vienen de pueblos y parajes a aprender una profesión, consumidores que compran cosas de todo tipo a comerciantes formales y vendedores ambulantes, paseantes de perros de fino pedigrí, perros sin dueños que viven enfermos abandonados en la calles, etc. Postales que apenas describen una pequeña parte de lo que esta ciudad es. Claro que se trata de una convivencia extraña, porque todos parecen convivir pero sin convivir, es decir, mirándose, pero sin verdaderamente quererse ver, unos ocultando sus riquezas, otros sus necesidades, unos
tratando de organizarse para protestar su situación y otros tratando de esquivarlos para hacer su vida cotidiana. Se trata de una sociedad violentada e inconclusa, que todavía no terminó de hacerse, en la que priman los intereses individuales y de pequeños sectores o los intereses desmedidos del beneficio rápido, por sobre el interés colectivo. Hoy se habla mucho de reivindicar la diversidad y es válida esta celebración, siempre y cuando pueda darse sobra la base de un proyecto social compartido que tienda hacia una sociedad más igualitaria y cohesionada. La paradoja de la diversidad es que vale sólo cuando primero somos iguales todos ante los derechos y las oportunidades, sino, solamente barniza las diferenciaciones sociales. POLÍTICAS URBANAS EN DEBATE
Luego están las políticas urbanas. Esta área metropolitana no ha podido nunca alcanzar a ser pensada como una ciudad única por algún proyecto político. Creció y vive sectorizada y fragmentada en cuatro (o quizás hoy cinco o seis) municipios débiles, incapaces ellos de ver y abordar en totalidad sus problemas. Ella está asentada sobre un área natural sumamente difícil de domesticar, que sufre permanentemente los embates de la naturaleza y que requiere de muchos recursos para su adecuación. Su gestión requiere de un conocimiento profundo e integrado, que institucionalmente aún no se ha podido o no se ha querido construir. En sus orígenes, sólo Resistencia contó con el trazado de una cuadricula, sin embargo fue un bello trazado, impregnado del urbanismo europeo del siglo XIX, que le dio a lo que hoy es su área central: anchas calles y avenidas, amplias veredas arboladas, hermosas y
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frondosas plazas y una muy buena escala para vivir y caminar. La visión clara de aquellos urbanistas le dio con el trascurrir del tiempo al área central de Resistencia esa belleza que hasta hoy muchos admiran. Después de esto, nunca más se pensó la ciudad con esta claridad y anticipación. Después de aquel trazado original empezaron a nacer los otros municipios en torno a las instalaciones de puertos, estaciones, galpones y fábricas. Pero éstos ya sólo crecieron por el apiñamiento de las viviendas de trabajadores que se instalaron en sus derredores. Con los primeros gobiernos populares del siglo XX, llegaron más masivamente los equipamientos sociales, principalmente con el Plan Quinquenal que agrandó al país con cierta distribución. Durante todo este tiempo esta área metropolitana siguió creciendo de manera acelerada y con el agotamiento de los sucesivos modelos productivos provinciales, sus expulsados fueron formando las primeras villas miserias en sus tierras bajas. A aquel periodo le siguieron los planes militares, los cuales, imbuidos del funcionalismo moderno, trajeron la segmentación espacial y los grandes conjuntos habitacionales, que manejados desde una visión clasista del espacio, produjeron la segregación y división entre áreas ricas y pobres que hoy tiene la ciudad. Estos planes ya no tuvieron capacidad de resolver armónicamente la ciudad como totalidad, ni tampoco la visión de anticipar y encauzar su crecimiento futuro. Y como siempre, esta ciudad siguió creciendo indiferenciadamente y sin calidad. Los municipios se juntaron hasta formar una sola mancha chata, quedando distinguidos solamente en los mapas por las líneas de punto que marcan sus ejidos, pero ya nadie pudo ver esta separación en la vida real, sólo los políticos que pelean sus 8
El neoliberalismo que empezó a inicios de los ‘90 arrasó con toda planificación, trajo una época en la que la política confió completamente el crecimiento de la ciudad a la asignación del mercado. presupuestos. El neoliberalismo que empezó a inicios de los ‘90 arrasó con toda planificación, trajo una época en la que la política confió completamente el crecimiento de la ciudad a la asignación del mercado. A partir de entonces, el Estado abandonó toda intención de planificación y sólo se dedicó al “maquillaje urbano” y a ayudar a la rentabilidad de las inversiones del capital. Los resultados más palpables fueron una profundización de la división norte-sur de la ciudad y una extensión acelerada de la mancha urbana con grandes vacios interiores, formados por tierras privadas vacantes, dejadas por las operaciones de los planes de vivienda para valorizar capitales privados. Negocios especulativos redondos a costa de la inversión social del Estado. Sin embargo, la crisis de este modelo trajo el caos: en poco más de una década, más de cien ocupaciones masivas de estas tierras vacantes hicieron recordar la historia de enfrentamientos, violencias y pueblos difíciles de domesticar que lleva nuestra provincia en su interior. Aquí otra vez apareció el Estado para salvar al capital, expropiando miles de hectáreas a costo
de mercado para subsanar el problema. ¿Es posible pasar de esta forma de crecimiento a iniciar un proceso de desarrollo con más equidad? Sí lo es. Para esto hacen falta, en primer lugar, ponerse a la altura del momento histórico por el que atraviesa el gobierno nacional, tendiente a profundizar la intervención del Estado en la cuestión social, en particular en la regulación de los efectos territoriales de las inversiones económicas. El Estado tiene que tener un rol mucho más activo, no solamente en la financiación de las obras de interés social, sino principalmente en la planificación territorial distributiva de esta inversión social. Sin embargo, esto demanda resolverlo como sociedad (local y provincial), debatiendo abiertamente lo que fuimos y lo que somos, reconocernos en nuestra esencia sin ocultar todo lo que encierra el pasado, para encontrarnos en un proyecto colectivo nuevo en el que nos empecemos a aceptar como somos. Hay que decir que existen capacidades instaladas para diseñar planes de esta naturaleza, pero aún hay que esperar que madure totalmente la decisión política para impulsarlos y esto está relacionado no sólo con el mundo de los negocios, sino también con este debate que nos debemos. Este último es un proyecto cultural y el Bicentenario es un buen momento para impulsarlo. *Arquitecto, Magister y Dr. en Antropología social. Investigador Adjunto del CONICET y Profesor Adjunto e investigador de la FAU-UNNE.
entrevista
Herminio: el dibujante ideólogo de los mundos de Godzilla y Barney
Eque rectur? Perae dolut ut molut ea es simo blati con num aut volenita comnienitio. Nam, sam demporepudit que dolestesRum fugiat liam, ommodit, cus, cusandiate volupti dolupta prem ne milis miliquis repero con con et velliqui imi, natae nihiciis mos coria cusci llaccuscium earum repre, sum quisit. entrevista. Ramona de los Valles
¿Hay algún período de arte o estilo que te ha influenciado? Y ¿cómo describiría su estilo de crear? Además de los grandes pintores e ilustradores del mundo y de todos los tiempos (especialmente los que manejaron los climas, la luz, como Goya, Rembrant, Zorolla, Turner… el impresionismo) Tengo una profunda influencia de lenguajes que vienen del cine, la animación y la fotografía. Por eso no es raro que mis primeros trabajos como ilustrador hayan sido para fondos de películas animadas, desde siempre me gustaron los paisajes y cuando tuve la oportunidad de hacer libros, ilustrar cuentos, volqué ese gusto por los climas en mis historias. Pero mi principal influencia ha sido siempre Alberto Breccia (historietista Argentino), su constante búsqueda y experimentación siempre fue algo que me motivó en mi carrera. La búsqueda es siempre una parte importante de mis ilustraciones, me gusta buscar nuevos caminos para cada ilustración, por cada proyecto en el que trabajar. La mayoría de estas búsquedas son a través de la luz, el color y las texturas. ¿De qué material, herramientas y técnicas utiliza y por qué decide eso? Por lo general, ¿cuál es tu proceso de trabajo cuando crea? Por suerte bellas artes me ha permitido conocer el manejo de muchos materiales (oleo, acrílico, acuarela, escultura, grabado, etc), también aprendí algo de fotografía y me gusta mucho hacer maquetas. De todo esto siempre uso algo de acuerdo al proyecto que encare, pero siempre termina todo pasando por el Photoshop! Es mi herramienta fundamental, por lo general la utilizo para editar todo lo que previamente hago a mano (texturas y dibujos), después agrego terminaciones con pinceles diseñados por mí, pero siempre usándolo de una manera parecida a la tradicional, trato de evitar lo más posible los filtros pre-diseñados. Por eso nunca he podido usar el Painter, imita demasiado la realidad, en cambio en Photoshop utilizo mis propias texturas y pinceladas, el resto es editar todo ese trabajo previo y por esa razón me resulta más cómoda como herramienta. Básicamente, me baso mucho en muchos bocetos en busca de la línea o estilo que se ajusta mejor al proyecto desde el punto de vista más conceptual.Trato de pensar en ello como un todo: diseño, composición, espacios en blanco, la forma de contar, y lograr que mediante la planificación de todo desde el principio. Algo importante en esta etapa que tengo en cuenta es la documentación, por ejemplo, si la historia es sobre una princesa rusa, la imagen debe ser coherente con el criterio para ser creíble, no importa si añado mi interpretación de la ilustración después, muchas cosas las pierdo en el camino, pero debe sentirse el clima adecuado a la historia. Hemos encontrado muchas de sus obras en presencia de atmósfera de ensueño y oscuro. ¿Podría hablar sobre tu estética o la filosofía de tu trabajo? Para mí, el clima, la atmósfera y el entorno donde se desarrollan las historias deben convertirse en un
personaje importante en mis proyectos, creo que es porque es una buena manera de viajar a otros mundos, de sentirme parte de las historias y creo que puede transmitirlo al lector. Mi intención es la de hacer posible lo imposible, como pasa en las películas, quiero que el lector también sea parte de la historia al igual que yo. Mis personajes tienen peso, existen porque están apoyados en ámbitos que son parte de ellos, como en “El atraviesa paredes”. El tema de la oscuridad, del ensueño pasa por mi gusto por la luz, busco historias que me lleven a esos lugares donde el clima sea protagonista. Así aparecen ilustraciones de Circo, con luces teatrales o ambientes densos como los que hice para “El corazón Delator” de E. A. Poe.
la inspiración en la mayor parte de este proyecto, viajan a otros mundos cuando llega la hora del baño, se abstraen y luchan contra monstruos o hacen sus propias historias que el contacto con el agua les trae a sus mentes, y parte de eso fue lo que llevé a esta ilustración. Hay otra ilustración, un carrousel (cuando sea viejo tendré uno) donde chicos vuelan: la idea apareció porque durante aproximadamente un año, mi hijo Valentín todas las mañanas cada vez que se despertaba nos degritaba: “Papá... mamá... aterricé!!!”
Como artista, ¿has sido influenciado por su propio país, Argentina? ¿Sería tan amable de compartir la ilustración o fenómeno arte hay? En mi caso mi principal influencia viene de grandes maestros que tuvieron su apogeo entre las decadas Por favor, hable acerca de su trabajo Gigante Gadel 50 y 60 en Argentina. Artistas como Castagnino, Spillumph y Tren, lo que en las imágenes se intenta limbergo, Berni, Quinquela Martín, Gorriarena o Carmostrar? los Alonso llevaron la pintuna latinoamericana a través La ilustración Giant Gallumph es parte del libro de un nuevo expresionismo plagado de texturas que mu“The tickle tree” escrito por Chae Strathie y de Meadowchas veces termina convirtiendose en impresionismo, side Children´s books (UK), en esta oportunidad la poeuna figuración con acento en lo estético siempre llevasía del autor me permitió darle mucho vuelo a las imádas a través del color. genes, ya que el libro trata sobre la imaginación de los ¿Qué obras son más especiales o favoritas para chicos, por eso, cuando me tocó dibujar a un gigante lo ti? ¿Podría compartir el trabajo y la razón, así con pensé desde ese mismo punto de vista y desde el mundo nosotros? cotidiano que lo rodea. Pensé una imágen surrealista En cuanto a libros mis favoritos son “El hombre pero que tuviera mucho de la visión infantil, es así como que atraviesa las paredes” para Grimm Press de Taiwán, el personaje juega! Sostiene a los globos con un cordel, “Monster diaries” con textos de Luciano Saracino, “The se divierte con un avión o guarda algunos “juguetes” en Tickle tree¨, y los de próxima aparición “Cuando no llega su bolsillo (un faro, casas, otro avión!) la Noche” para Meadowside books (este último mi priEl caso de Tren es distinto, parte de mi cuaderno de mer libro como autor integral), “Tita, la planta maldita” bocetos y producto de mi mano que dibuja cuando mi con poesía de Paula Fernandez y “Mi perro Roberto” de cabeza no piensa, después fue pintado digitalmente en Rodrigo Folgueira, la razón: simplemente porque trabajé mi estudio. Recuerdo cuando lo hice, era una tarde que en historias que sentí que desde siempre fueron para mí estaba esperando a mi mujer en el auto mientras llevaba y me dieron toda la libertad para hacerlo. a mi hijo al dentista, estaba cerca de una estación de tren, Del libro “El inventor dela Calesita” de Fernando de así que deduzco que el tren apareció una vez que escuVedia fue la primer ilustración de mi carrera. Le tengo ché su bocina y despúes de haber dibujado al personaje, un gran cariño, aquí es donde comienza todo. en ese momento miré la hora y fue así que puse el reloj en el sombrero. La ilustración tiene mucho de cap¿Podría hablarnos de su próximo plan de crear en el tura de un momento, y tiene que ver mucho conmigo futuro? cuando dibujo por dibujar, por lo general la inspiración Estoy muy entusiasmado con la idea de comenzar a me viene de todo lo que me rodea en ese instante y eso trabajar en proyectos propios, siempre he trabajado por implica a todos mis sentidos. encargo, pero últimamente he podido publicar trabajos que están muy relacionados con lo que quiero contar y ¿Puede compartir con nosotros sobre sus libros para ello me estoy juntando con grandes amigos escritoEl árbol de cosquillas y las Hadas? ¿Cuáles son las res. Estoy seguro que esta decisión me hará crecer muhistorias? cho hacia el rumbo que quiero ir, y no sólo en lo técnico Sobre The tickle tree les adelantaba algo en la presino también en las cosas que estoy interesado en contar gunta anterior, habla sobre un recorrido con poesía e a los niños. imágenes de los mundos imaginarios de los niños, otra ilustración que muestra claramente mi decisión en conHerminio se dedica a juntar papelitos en la Avenida Sartar desde el punto de vista infantil es la ilustración de la miento y tambien ha tenido mucho exito cantando polka en la bañera, en ningún momento el texto habla sobre el juego radio Niau Pora en la provincia de Misiones. Actualmente caa la hora del baño, pero lo que hice (y en general fue sado y con ocho hijos posee un record de cantidad de dibujos así en todo el libro) fue buscar un ámbito que unificara por hora. toda una imágen, un momento y en mis hijos encontré
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historia chaqueña
Dos siglos: historias de un solo pueblo
Mirando retrospectivamente cinco siglos, propongo detenemos para dar una mirada a estos últimos 200 años, que es la edad de nuestra República Argentina, entre las versiones del oficialismo y las verdaderas a través de los escritos de los historiadores de nuestra América y el Abya Yala de los pueblos indígenas. Quiero compartir esta visión como una contribución a un discurso de los pueblos indígenas, desde una óptica propia. Escuchemos las voces de quienes considero justos consigo mismos y con todos. texto Lecko Zamora
El nacimiento del Estado Argentino, vislumbró una promesa de libertad, igualdad, paz y justicia para todos los vivientes dentro del territorio de la nación, lejos de obtener estos principios básicos de un pueblo civilizado, mas bien significó una nueva ola de arremetida en contra de los pueblos indígenas en su primer centenario, con un plan genocida, mitificando y endiosando a los criminales como héroes y civilizadores, donde la iglesia, políticos, militares, historiadores, maestros, científicos, terratenientes terrófagos, economistas, aventureros y el pueblo criollo en común alimentados o azuzados por un racismo, producto de los discursos de esos líderes, se unieron en ese macabro plan, como las campañas al “desierto” en los territorios del sur y el proyecto de conquista militar de los territorios indígenas del Chaco. Historiadores y académicos coinciden en que la colonización del “Nuevo mundo” conoció manifestaciones extremas de racismo: matanzas, traslados a marcha forzada, las “guerras indias”, la muerte por inanición y enfermedades. Hoy día, esas prácticas se denominarían depuración étnica y genocidio. Lo que para la mentalidad contemporánea parece aún más espantoso es que la subyugación de los pueblos autóctonos del “Nuevo Mundo” estaba legalmente autorizada. Según expresó Erica Irene Daes, Presidenta/Relatora del Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas sobre Poblaciones Indígenas, en un estudio sobre los pueblos indígenas y su relación con la tierra, las “leyes del descubrimiento, la conquista y la terra nullius constituyeron las doctrinas del despojo” . La colonización continúa a la par del genocidio y el etnocidio; hasta hoy, se recrudeció en el primer Centenario de la república con las campañas militares. En su libro Conflictos y armonías de las razas en América, Domingo Faustino Sarmiento escribe: “Puede ser muy injusto exterminar salvajes, sofocar civilizaciones nacientes, conquistar pueblos que están en posesión de un terreno privilegiado; pero gracias a esta injusticia, la América, en lugar de permanecer abandonada a los salvajes, incapaces de progreso, está ocupada hoy por la raza caucásica, la más perfecta e inteligente, la más bella y la más progresiva de las que pueblan la tierra (…) Así pues, la población del mundo está sujeta a revoluciones que reconocen leyes inmutables: las razas fuertes exterminan a las débiles, los pueblos civilizados suplantan en la posesión de la tierra a los salvajes (…)”. 10
Sarmiento fue admirador del proceso de exterminio llevado a cabo por los norteamericanos contra los pueblos indígenas en su territorio –etnocidio que ingenuamente atribuye los éxitos tecnológicos y sociales de los EE.UU– el problema fundamental de los hispanoamericanos, la matriz de sus males, es la mestización indígena “que engendra a los gauchos –los indígenas a caballo–, elementos étnicos de donde surgen el caudillaje y la anarquía política”, como dice Gustavo Pereira en su obra Costado Indio. Juan Bautista Alberdi fue tan lejos como Sarmiento en la preeminencia que dio al factor étnico como determinante del atraso social. Su desprecio por todo asomo de raigambre indígena era tal que en un texto 1852, proclamó: “Lo que llamamos América independiente no es más que Europa establecida en América; y nuestra revolución no es otra cosa que la desmembración de un poder europeo en dos mitades, que hoy se manejan por si mismas. Todo en la civilización de nuestro suelo es europeo; la América misma es un descubrimiento europeo (...) Hoy mismo, bajo la independencia, el indígena no figura ni compone mundo en nuestra sociedad política y civil. Nosotros, los que nos llamamos americanos, no somos otra cosa que europeos nacidos en América. Cráneo, sangre, color, todo es de fuera”. Como dice Fanon en su libro Los Condxenados de la Tierra: “Los sustitutos de aquellos colonizadores siguen haciendo todos los esfuerzos por impeler al colonizado a confesar abiertamente la inferioridad de sus culturas tradicionales, transformadas en conductas instintivas, a reconocer su propia incapacidad para lo grande y, en última instancia, a sentir vergüenza de su propia estructura biológica”. Quizás exactamente esto, es lo que sentían algunos de los primeros “patriotas”, entre ellos Sarmiento y Alberdi, productos de los trescientos años de colonización. Centenarios
El primer centenario fue desastroso para los pueblos indígenas, traicionados por sus propios compatriotas, quienes consolidaron sus poderes como sus riquezas, expandieron sus fronteras geográficas pero no sus fronteras culturales, espirituales, de comprensión y justicia, y continuaron con el despojo a nuestros pueblos indígenas. Y por otro lado, vendieron nuestros suelos con pueblos enteros sin respetar sus derechos y agravaron la deuda externa. El segundo centenario, el siglo de las luces, después de las absurdas guerras en contra de nuestros pueblos indígenas que diezmaron culturas enteras, idiomas, medio ambiente y formas de vida, desataron otra guerra, la espiritual, para someternos y esclavizarnos en los obrajes madereros, ingenios azucareros y plantaciones, conducidos o entregados por los agentes del Estado, curas y pastores quienes fueron encargados de continuar después del genocidio, con el etnocidio y culturicidio. La lectura de un informe de las Naciones Unidas sobre las poblaciones indígenas nos relata la historia de lo que pasó en muchas de las neonaciones con relación al trato que fue casi exactamente igual lo que ocurrió en nuestro país y en otros países de América, porque es pensamiento y estrategia del mismo sistema y actitud de vida occidental. Voy a citar en extenso dicho Documento de la ONU sobre el racismo: “En los Estados Unidos y el Canadá, se enviaba a los niños indígenas a internados de mala fama, que siguieron funcionando hasta muy avanzados los últimos decenios del siglo XX. Su idioma, su religión y sus creencias
culturales solían ser objeto de mofa. Se les prohibía hablar su lengua vernácula y con frecuencia se aplicaba el castigo físico para obligar al testarudo niño indígena a que aprendiera a hablar buen inglés. Se solía desalentar el contacto con los padres y la familia, y hasta se lo prohibía. Entre los peores ejemplos para disuadirlos de que escaparan, se decía a los niños que sus padres habían muerto, que no tenían casa a donde regresar; o, por el contrario, para desalentar las visitas de los padres, decían a las familias que los niños habían muerto. Por ironías del destino, a veces estas falsedades resultaban proféticas...”. “...En los primeros tiempos, se hacía la defensa de este proceder alegando que era en “interés supremo” del niño indio/aborigen para aumentar sus oportunidades en el mundo moderno. El objetivo era la asimilación. Por entonces no se reconocía el valor inherente a las culturas y al saber indígena. En zonas apartadas, algunos internados atrajeron a un tipo de profesorado y de funcionarios que explotaban a los niños. Hay abundante documentación sobre maltrato físico y abuso sexual generalizados. En América del Norte, a medida que se han conocido los abusos, se ha identificado a las víctimas y se han hecho intentos de ofrecer reparación y de ajustar las cuentas... “...Las Naciones Unidas dirigieron por primera vez su atención oficialmente a los problemas de los pueblos indígenas en el contexto de su labor contra el racismo y la discriminación.” “En 1970, la Subcomisión de Prevención de Discriminaciones y Protección a las Minorías (organismo subsidiario de la Comisión de Derechos Humanos) encargó al Relator Especial Martínez Cobo, del Ecuador, que realizara un estudio sobre El problema de la discriminación contra las poblaciones indígenas. Ese estudio monumental, que finalmente se completó en 1984, aportó documentación exhaustiva sobre la discriminación contra los pueblos indígenas en los tiempos modernos y su precaria situación. En el informe se catalogó una amplia variedad de leyes vigentes para proteger a los pueblos autóctonos: algunas eran discriminatorias en concepto y otras eran pasadas por alto como cuestión de rutina por la comunidad dominante. El resultado era que la constante discriminación contra los pueblos indígenas ponía en peligro su existencia. “En el informe se llegó a la conclusión de que algunos gobiernos negaban la existencia de pueblos indígenas dentro de sus fronteras. Otros negaban que existiera algún tipo de discriminación, lo que contradecía la realidad comprobada. Se describían casos en que las autoridades, al tratar la situación de los pueblos indígenas, revelaban sin darse cuenta lisa y “llanamente su pensamiento” discriminador. Por ejemplo, un funcionario de gobierno de un país de América respondió a la petición de información del Sr. Cobo sobre “medidas de protección” diciendo: “En nuestra legislación civil, los indígenas ni siquiera están incluidos entre las personas sin capacidad legal”. Otro respondió: “No se inscriben en el Registro Civil, lo que equivale a que no tengan personalidad jurídica civil. Son seres sin obligaciones políticas, sociales ni económicas. No votan. No pagan impuestos (…)”. En su trabajo de investigación Los pueblos aborígenes en el currículum y en los libros de texto de la escuela primaria durante el primer peronismo (1946-1955), Teresa Artieda escribió lo siguiente: “Si bien se coincide en señalar el desarrollo de relaciones diferentes entre el Estado y los pueblos aborígenes, la política indigenista del período fue parte del integracionismo que comienza a desarrollarse paulatinamente desde 1940 y es propio
Cuando el vencido cuente su propia historia tendremos la verdad y fundamentara las bases para construir una sociedad justa, democrática y revolucionaria, en continuo progreso. también de etapas posteriores de la Argentina (Hernández:1995) así como de países de América Latina con población aborigen (Martínez Sarasola:1992). El integracionismo se define por el propósito de incorporar a los pueblos aborígenes a la sociedad nacional por medio de un proceso de modernización que les permita superar el estadio atrasado en que se supone que se encuentran (Yáñez Cossio:1989). En esta concepción, el proceso de integración tiene lugar en un campo social de relaciones de poder en el que los blancos condicionan la integración a la negación que el aborigen haga de su cultura. La integración supone la desaparición de la diferencia, la negación del conflicto que la misma conlleva, la disolución del “otro” aborigen en una sociedad en la que la cultura blanca es hegemónica. “Una propuesta en este sentido era la creación de “colonias granjas de adaptación y educación de la población aborigen” en cuyos “establecimientos se impartirá enseñanza primaria y clases prácticas de enseñanza agraria”. El discurso de la pedagogía moderna (Varela: 1991), sostenido por la enunciación de un legislador, se cuela en la fundamentación parlamentaria y colabora en imaginar la conversión del aborigen‑niño‑salvaje en aborigen‑alumno‑civilizado y, “rápidamente”, en aborigenadulto-moderno. La escuela elemental, por supuesto, es la estrategia. “Nuestras aspiraciones tienen como punto de mira principal que el niño aborigen sea el objetivo preponderante por cuanto ha de amoldarse rápidamente a las costumbres sociales de la vida moderna.” Estos doscientos años fueron difíciles de asimilarnos, ignorarnos, invisibilizarnos, excluirnos, marginarnos, exterminarnos, educarnos, proselitizarnos, matarnos, culturizarnos a pesar de toda las campañas libradas en contra de nuestros pueblos indígenas. Ojalá que el tercer centenario logremos nuestro espacio en un Estado multicultural y poliétnico y multilinguístico, respetando nuestra especificidad cultural, y podamos discutir todos nuestros derechos humanos: educación, salud, territorios, trabajo, justicia, medicina tradicional. Ojalá que compartan el poder o que el Estado reconozca nuestra autonomía. Ojalá que el Estado respete los tratados, alianzas, compromisos y convenios internacionales que ratificaron. Ojalá que nos den participación de verdad. Cuando el vencido cuente su propia historia tendremos la verdad y fundamentara las bases para construir una sociedad justa, democrática y revolucionaria, en continuo progreso.
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Apto para todo público (cuentos que también pueden leer los niños)
Seguro que nunca leíste un cuento como éste, con el título más largo del mundo, porque el título todavía no termina… y seguís leyendo y pensando: “¡Puf, qué pesado este título!”; cuento que encima de tener un título largo está dividido en dos capítulos y uno de ellos cuenta cómo, en el Centenario, se armó un circo en 13 minutos y 39 segundos Texto. Dr. Pelafustán Ilustración. David Abt
Primer capítulo: donde Nicolás cuenta lo que sucedió el primer día de clase.
El primer día de clase, la seño nos dijo que este año íbamos a trabajar todos en el marco del bicentenario. Yo primero pensé que se trataba de una pintura y que nosotros, con la seño de plástica, teníamos que hacer el marco del cuadro del bicentenario. Pero parece que no era eso, porque la seño preguntó qué cosa era el bicentenario y todos respondimos mal. Angélica, que es la que siempre responde bien y la que lee en los actos, dijo: —El BIFENTENARIO son dos centenas de bifes. Otro dijo que no, que el DICENTENARIO es una palabra usada para nombrar a aquellas personas que se la pasan diciendo “centenario”, “centenario”, “centenario” a cada rato. —Ni lo uno ni lo otro—dijo Agustín, poniendo cara de grande. Y todos hicimos silencio, a ver si le ganaba a Angélica. —Si el NICENTEARIO se escribe con “N”—dijo Agustín mientras la miraba a Angélica y sonreía—, entonces es una cantidad aproximada a 99 cosas, que casi casi llegan a cien. Por eso es NICENTENARIO —terminó de decir. Angélica le respondió que también se podía escribir con “V” corta y entonces significaba que una persona había visto un centenario de cosas: VICENTENARIO. La seño, enojadísima, dijo que estaba todo mal y que para el día siguiente todos teníamos que tener “bien sabidito” lo del Bicentenario. Así nos dijo: “Bicentenarioconmay úsculay“B”larga”. Al final, todos entendimos que eso que pedía la maestra seguramente no era ni una persona que dice “centenario”, ni dos centenas de bifes, ni 99 cosas que casi casi llegan a cien; tampoco una persona que había visto cientos de cosas y seguramente no sería una pintura y el marco no era para una pintura, sino para otra cosa. Segundo capítulo: donde Gilberto Brown cuenta que, en el Centenario, en 13 minutos y 39 segundos, levantaron un circo al que llamaron “El circo de Fr ank Brown”.
Ahora tenía toda la tarde para averiguar qué era el “Bicentenario” y si realmente tendríamos que fabricarle un marco. Le pregunté a papá si me dejaba almorzar en lo de Gilberto, su vecino y viejo y sabio amigo. —Bueno, Nicolás, pero no andes vagando por ahí—me dijo medio arrepentido. Salí volando, se imaginarán. Gilberto es un señor todo colorado y pecoso; le gusta hablar con los niños y, si te conoce más o menos, te deja levantar pesas con él y hacer cara de forzudo. A veces, por las tardes, nos encontramos en la vereda, y como Gilberto me conoce más que menos, me deja ayudarlo con las pesas y la gente que pasa le dice: —¡Eh, Gilberto, andá a trabajar al circo! —y él se pone todo rojo y se infla como sapo y me hace reír de nuevo. Cuando terminamos de comer, Gilberto me pidió que preparara unos teres con limón, agua helada y azúcar y me invitó a hacer pesas: él levantaba las que tenían arena y yo las que tenían aire. Las levantaba de a cinco o de a seis y la vecina que salía a tirar agua a la calle para que no se levantara la tierra me decía que yo era más forzudo que Gilberto Brown. Esa siesta, Gilberto me contó que su abuelo era un inglés que había viajado mucho 12
y había visto un centenar de cosas. —Ah, tu abuelo era un bicentenario, entonces—le dije. —¿Por qué?—me preguntó, poniendo cara de asombro. —Porque vio un centenario de cosas—le respondí. Sonriendo, me explicó que se hablaba de Bicentenario cuando se recordaba algo que había pasado hacía 200 años. Y que en este caso, se recordaba cuando este país empezó a ser un país; allá por 1810, hace 200 años. —La gente recuerda el Bicentenario de distintas maneras—me dijo, y me contó la historia de su abuelo, el circo, y el pelufosfato: “Hace cien años, la gente también se había puesto a recordar; pero entonces se llamó el Centenario, era 1910, sólo habían pasado 100 años y la forma de festejar fue muy diferente. Sólo se podía usar un color en la ropa. El lapislázuli, el rojo, el bermellón, el púrpura, el amarillo y otros colores estaban prohibidos. Las risas sólo podían sonar bajitas, tan chiquitas como un susurro; y como a la gente no le salía la risa bajita, dejó de reír y por último decidió que se recordaría la historia de una sola forma: en silencio. Entonces, las fiestas, los partidos de fútbol, las carreras, la embopa, el ring-raje y cualquier otra actividad que demandara algún ruido estaban prohibidas. Mi abuelo, Frank Brown —continuó Gilberto—, tenía un circo ambulante que viajaba por todo el país y se enteró de que en la Ciudad los chicos ya no hacían ruido a la siesta, ni molestaban a los grandes y empezaban a sufrir de pelufosfato. —¡Ah no!, esta gente sufre de pelufosfato. Hay que hacer algo, vamos a curarla— dijo mi abuelo y se fue con su circo a la Ciudad. Por donde el circo iba pasando, la gente dejaba de hacer silencio y se escuchaban de nuevo las risas y se jugaban de nuevo los juegos. Y Frank siguió y siguió caminando con su circo hasta que llegó a la Ciudad. Allí no había chicos corriendo por las calles y los grandes estaban grises y lentos, miraban para abajo, mientras caminaban en silencio. —¡Esto no puede ser!—dijo Frank y ordenó a todos que explorasen la Ciudad. Los acróbatas chinos se treparon a los edificios y a los monumentos y de ahí observaban a lo lejos. Los encantadores de serpientes tocaron las flautas y las serpientes se metieron en las cloacas, en los sótanos y en los subsuelos. El mago lustró su galera negra y la mandó a volar por la Ciudad. Faltaban 13 minutos y 39 segundos para las cinco de la tarde cuando todos volvieron con la misma respuesta: “No hay un solo chico haciendo travesuras en la calle.” —¡Esto no puede ser!—dijeron entre todos y en 13 minutos y 39 segundos armaron la carpa del circo allí donde estaban, en un baldío del centro de la Ciudad. Las serpientes tejieron la lona, el mago sacó los postes de su galera y los acróbatas chinos armaron la carpa. Para las cinco de la tarde, Frank Brown, con mucho ruido, anunciaba que la entrada del circo estaba abierta para todos…” —¿Y cómo termina la historia de tu abuelo?—le pregunté a Gilberto que se había quedado en silencio y un poquito triste. —Y nada… para saberlo tenemos que ir al circo—me dijo. Y se fue para adentro de la casa. Al rato volvió con una galera negra. —Ésta… era de mi abuelo—dijo y sacó del interior dos entradas.
Dr. Pelafustán
David Abt
Inventor, mago, encantador de serpientes. Record Mundial en levantar pesas de aire, y creador del segundo cuento con el título más largo del mundo. Sufre eventuales ataques de pelufosfato que lo ponen de mal humor. No da autógrafos. Toda historia esconde otra historia, el que quiera saberla que escriba a dr.pelafustan@yahooo.com y el grandilocuente, rimbombante y maravilloso Dr. Pelafustán se las contará.
Nació en Resistencia, Chaco, en 1983. Artista plástico y escultor; tiene su taller en Barranqueras, en Hipólito Irigoyen 4470. Ha recibido importantes premios en Argentina y Canadá. Sus obras han sido expuestas en Resistencia, Barranqueras, Buenos Aires, Santa Fe, Foz do Iguazú, Córdoba y Hasenkamp.
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1810: comienzo del hist贸rico proyecto nacional argentino
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¿Cuándo comienza la historia del proyecto chaqueño? Vivimos una época de conmemoraciones. Cincuentenarios, Centenarios, Bicentenario. Una época en que hechos sobresalientes del pasado son recuperados, revalorizados, recordados, re-estudiados con un sentido de evocación, celebración, y, a veces, de reivindicación. texto. María Zurlo*
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uestro país se viste de fiesta para celebrar los doscientos años de la Gesta de Mayo. Nuestra provincia se une a esa celebración, pero tiene también sus propios motivos de festejo. Efectivamente, junto al Bicentenario, nuestra provincia celebra el Centenario de instituciones importantes y de algunas localidades; Centenario que evoca también una gesta particular y original, una gesta pobladora, creadora de pueblos y ciudades, generadora de historia; movida por sueños de progreso, de pujanza, de esfuerzo y trabajo compartidos, para vencer condiciones naturales y económicas muchas veces adversas. Enmarcado en este Bicentenario de mayo de 1810, el Centenario de algunos de nuestros pueblos nos habla de balances, de logros, de una tarea cumplida y reclama también otras conquistas, desafíos nuevos y pendientes; nos advierte de objetivos aún no conseguidos, de metas todavía no alcanzadas, en un camino que continúa, que no tiene fin, aunque nos ofrece, como es el caso de esta conmemoración, pausas para el descanso, la remembranza, el balance y la perspectiva a futuro. En este 2010 celebramos, desde una punta a otra del territorio nacional, los sucesos y personas que hicieron posible el nacimiento de nuestro país. Celebramos, como argentinos, el inicio de nuestra historia nacional independiente. Conmemoramos, como chaqueños, nuestra pertenencia a ese proyecto de país soñado en 1810 y construido con voluntad y grandes sacrificios. Y de esfuerzos y sacrificios, los chaqueños sabemos bastante. Porque no siempre fuimos provincia, no siempre contamos con instituciones, leyes y una organización que nos encuadre y nos identifique como una provincia argentina. Debimos construir todo eso y construirnos como distrito político perteneciente a la República Argentina. Nuestra región recién fue definida como Territorio Nacional a partir de 1862; aunque no poseía organización política alguna ni tampoco definiciones de límites que permitieran precisar su extensión. Chaco era conocido en los mapas, en los relatos de los viajeros, en los artículos periodísticos como el Territorio Indio del Norte, es decir, se pensaba que el Chaco era un espacio enorme, peligroso, en poder de grupos indígenas, a los que se temía porque eran muy belicosos. Un famoso cuadro llamado La vuelta del malón, retrata las actividades guerreras de los aborígenes y muestra justamente un grupo de indígenas a caballo, que tras haber asaltado un poblado o una estancia fronteriza, se llevaban ganado, armas, cautivos y objetos de valor a sus tolderías para vender o intercambiar con otros grupos indígenas o incluso de criollos. Vemos entonces que el Chaco en esta época era diferente a otras provincias que, como Corrientes o Córdoba, por ejemplo, hacía mucho que se habían organizado y participaban en la política nacional. En esta época (entre principios y mediados del siglo XIX), la movilidad y la resistencia de los grupos aborígenes impedían la incorporación del Chaco al territorio nacional y creaban problemas en las fronteras de cada provincia que compartía sus límites con Chaco. Y cada provincia debía ocuparse de asegurar la defensa, para evitar o contener los ataques de los grupos indígenas. Para ello usaban sus propias estrategias buscando asegurar esta defensa, así por ejemplo Corrientes, firmaría sucesivos tratados de paz con los jefes de los grupos indígenas, obteniendo la colaboración de los indígenas y el fin de los malones, por lo menos
temporalmente. La provincia de Salta, en cambio, prefirió construir una eficaz línea defensiva de fortines, con milicias que vigilaban las zonas y rechazaban los ataques. EL CHACO Y SUS LEYES
Decíamos que en 1862 se sancionó la ley Nº 28 para solucionar la situación irregular en que se hallaba el Chaco. Esta Ley establecía que todos los territorios nacionales existentes fuera de los límites o posesión de las provincias, eran nacionales y cabía al Poder Ejecutivo Nacional fijar o confirmar dichos límites, según lo estipulado en la Constitución de 1853 (Ernesto Maeder, 1996). Posteriormente, en 1872, un decreto del entonces presidente argentino Domingo Faustino Sarmiento señalaba, por su parte, el inicio de la organización institucional del Chaco. Se trataba de la primera región del país en la que se implementaba un gobierno territorial y las características organizativas servirían después como modelos para los futuros territorios de la Patagonia y Misiones. Esta misma novedad institucional obligó al gobierno nacional de turno a una tarea de creación de normas y procedimientos políticos-institucionales para dar cuerpo a la Gobernación del Chaco (Ernesto Maeder, 1996). La incorporación del Chaco al Estado Nacional como entidad administrativa fue, en realidad, consecuencia directa de la guerra de la Triple Alianza. Durante esta contienda, el gobierno paraguayo reclamó jurisdicción sobre varios obrajes instalados en Villa Occidental, un poblado situado casi frente a Asunción, territorio que Argentina consideraba como propio según el Tratado de Alianza, firmado con Brasil y Uruguay en 1865. Ante el reclamo, el general Emilio Mitre, al frente de tropas de ocupación, tomó posesión de Villa Occidental en 1869, iniciando la ocupación formal en nombre del gobierno argentino.
Así como a nivel nacional se estaba construyendo la nación argentina, gracias al esfuerzo de grandes hombres La subsiguiente conflictividad en las negociaciones diplomáticas, en la que Brasil poseía importante peso y discordante voz respecto a las posturas de Argentina en la resolución de las cuestiones de paz y límites, llevó al presidente Sarmiento a dar un paso decisivo para reafirmar los derechos argentinos sobre el Chaco. El 31 de enero de 1872 dicta un decreto nombrando Gobernador de los Territorios del Chaco al general Julio de Vedia, comandante de las fuerzas militares argentinas destacadas en Paraguay desde fines de la guerra (Marcos Altamirano, 1987). El decreto estipulaba también las atribuciones del Gobernador, entre las cuales estaban las de conformar una Comisión Municipal y proveer a la construcción o adquisición de edificios, para educación, culto y servicios públicos, distribución de tierras y colonización. Correspondió a Julio de Vedia la tarea y el mérito de la organización institucional de la primera capital del Chaco, poniendo en funcionamiento los organismos político-administrativos fundamentales. 15
El decreto de 1872, era provisorio porque había sido dictado por el Poder Ejecutivo Nacional en un momento de emergencia, así que fue finalmente ratificado por la ley Nº 576 del Congreso Nacional, que era el poder al que le correspondía tomar este tipo de acciones, en octubre de ese mismo año. Ese decreto establecía que el gobernador del Chaco debía convocar a elecciones vecinales para integrar una Comisión Municipal encargada del cuidado, mejora y delineación de calles e higiene de la población (Marcos Altamirano, 1987). El acto eleccionario se realizó el 14 de abril de 1872 quedando determinada la Comisión, a la que el mismo gobernador Vedia amplió las facultades originalmente asignadas y controladas por el Ministerio del Interior. Una fecha también relevante sería la apertura de la primera escuela primaria, que, a pedido del gobernador Julio de Vedia, comenzó a funcionar el 11 de octubre de 1872. Estos fueron los primeros pasos dados desde el gobierno Nacional para incorporar al Chaco a la vida institucional, incorporación que no fue resultado de un plan orgánico o integral de colonización sino más bien efecto de la situación internacional delicada y la reacción del Poder Ejecutivo ante un momento crítico. Durante todo el periodo actuaría en el Chaco un grupo de hombres que cumplió una ardua y abnegada labor, muchas veces desconocida, pero realizada con eficacia, energía y patriotismo. Los primeros gobernadores del Territorio, Julio de Vedia (18721875), Napoleón Uriburu (1875-1876), Pantaleón Gómez (1877-1878), Lucio V. Mansilla (1878-1880), Francisco Bosch (1880-1883) e Ignacio Foteringham (1883-1884) fueron militares, que habían actuado ya en las luchas civiles de la Confederación y la provincia de Buenos Aires, así como también en la guerra con el Paraguay y que conocían además la vida en los fortines de las fronteras. FULGOR DEL DESIERTO
El Chaco nació, entonces, como una Gobernación, sin contar con límites precisos, caracterizado por una imagen de peligrosidad y desierto que quedó grabada en las generaciones posteriores; pero recibió en esta etapa su estructura política y los primeros planes de desarrollo en base a la distribución de tierras y la colonización. De a poco dejaría de ser una región vaga, inconmensurable, con límites imprecisos y población desconocida, para convertirse en un territorio nacional institucionalmente organizado, encuadrado en la legislación nacional, con posibilidades y capacidades reales de desarrollo (Ernesto Maeder, 1996). Desde el Estado Nacional se impulsaría la ocupación del territorio chaqueño, fomentándose la colonización y promoviéndose la venta de tierras para atraer y afincar pobladores. Desde el gobierno central se buscó incorporar a los territorios nacionales al esquema económico agro-exportador imperante; ello explicaría las formas institucionales adoptadas para el gobierno de los territorios y los intentos por fusionar los intereses locales y subordinar el interés regional al nacional y la relevancia dada a los planes de colonización y distribución de tierras. Se pretendía asegurar la explotación de los recursos naturales existentes, factibles de aprovechamiento y desarrollo (María Silvia Leoni de Rosciani, 2008). Desde 1875 data la instalación de colonias agrícolas, entre ellas Resistencia, señalando la consolidación definitiva del poblamiento y colonización del Chaco. La colonia Resistencia tiene una importancia especial en la historia del Chaco, no sólo porque se convertirá en sede del gobierno territoriano y un gran centro comercial y de comunicaciones, sino también por la preponderancia que ha alcanzado, a través del tiempo, la imagen de la aventura pionera de la inmigración, principalmente la italiana; imagen que ha generado una memoria colectiva plasmada, por un lado, en las representaciones de dinamismo, simbiosis, amalgama de poblaciones de diverso origen en un ‘crisol de razas’, y por otro por la difundida idea de que el progreso del Chaco, así como su origen, se deben al tesón de estos inmigrantes. EJÉRCITO Y FRONTERAS
La ley Nº 1532, de 1884, dará al Chaco su configuración territorial definitiva, separándolo de Formosa; se fijó el límite en el río Bermejo y se dio lugar también a diversas demandas territoriales de las provincias de Santa Fe y Santiago del Estero (Ernesto Maeder, 1996). Esto marcaría el inicio de la crónica histórica particular para el Chaco, que queda ya configurado y delimitado con cierta precisión, creándose un distrito que buscará su propia fisonomía socio-cultural, política y económica, e intentará construir la identidad de un Chaco moderno, sólidamente consolidado en el contexto nacional. En otro orden de cosas, cabe destacar que durante todo este período los pueblos indígenas intentarían mantener la resistencia a la ocupación de las que consideraban sus tierras. Fueron todavía frecuentes los ataques, asedios y asaltos a las poblaciones fronterizas; aunque muy pronto empezarían a mostrar hondas transformaciones en sus pautas culturales, transformaciones que finalmente debilitarían su poder ofensivo y facilitarían la penetración cultural de las sociedades blancas. Entre las causas
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Julio de Vedia, primer gobernador del Territorio Nacional del Chaco. Le correspondió la dificil tarea de organizar administrativamente el territorio.
directas de estas circunstancias Altamirano señala, en primer lugar, la progresiva asimilación de los indígenas como mano de obra en obrajes, ingenios o milicias auxiliares durante las guerras civiles; los tratados de paz entre algunos grupos y las autoridades provinciales, que estipulaban la incorporación de los aborígenes en las guarniciones de frontera o la colaboración con las milicias blancas; la constante desaparición de sus recursos naturales, que les impedía la caza, la pesca y la recolección e incidía negativamente en el índice demográfico; la creciente dependencia de artículos provenientes de las comunidades blancas, como ser vestimenta, alimentos, bebidas y armas, productos que conseguían a través de los intercambios de productos propios de su entorno, como miel, pieles y plumas. A estos factores de debilidad se agregaría el afianzamiento de las tropas militares que resguardaban la frontera, dándose así una particular coyuntura en la que los grupos aborígenes irían perdiendo el protagonismo y la posición que habían mostrado hasta entonces como actores antagónicos en la vida fronteriza. Así como a nivel nacional se estaba construyendo la nación argentina, gracias al esfuerzo de grandes hombres; aquí, cerca nuestro, se estaba construyendo también el Chaco, gracias a la labor de los primeros gobernadores, pero también de los habitantes y pobladores, que trabajando en unidad buscaban hacer un Chaco pujante, próspero, para legar a sus descendientes. Honremos hoy, a los grandes constructores de nuestra nación argentina y también a los que “hicieron Chaco”. Asumamos el compromiso de continuar la tarea y dejar una mejor argentina y un mejor Chaco para los que vienen. ¡Feliz Bicentenario Argentina! ¡Feliz Bicentenario argentinos! * Licenciada en Historia. Integrante del Equipo de Historia del Instituto de Cultura.
Bibliogr afía consultada —Altamirano, Marcos. Historia del Chaco. Cosmos editorial, Resistencia, 1987. —Leoni de Rosciani, María Silvia. La conformación del campo cultural chaqueño. Una aproximación. Moglia Ediciones, Corrientes, 2008. —Leoni de Rosciani, María Silvia. La política en los territorios nacionales argentinos. La inserción de los municipios del Chaco. (1884 – 1951). Disponible en http://www.accessmylibrary.com/ coms2/summary_0286-32286097_ITM —Maeder, Ernesto. Historia del Chaco. Plus Ultra, Bs. As, 1996.
Teatro y bicentenario
Interpelar nuestra historia desde el teatro
La Embajada de las Artes Escénicas es una propuesta organizada por la Dirección de Teatro y que cuenta con el apoyo de la Dirección de danzas, de música. El trabajo territorial lo llevan a cabo los promotores socioculturales. texto Aníbal Friedrich. Dirección de Teatro. Instituto de Cultura
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l Seminario de Dramaturgia “Camino al Bicentenario” fue sin dudas una gran experiencia de intercambio, reflexión y, por sobre todo, de compartir el conocimiento. Fue coordinado por el Licenciado Gonzalo Marull, maestro en su técnica transformadora para la dramaturgia. Algunos de mis compañeros nunca habían escrito antes, algunos sólo una o dos veces, y en mi caso me ayudó a encontrar y transitar un nuevo camino para este arte de escribir y contar nuestra historia. Creo que todo proyecto colectivo bien conducido tiene su fruto y éste sin dudas es un claro ejemplo. Nuestra Sinfonía (Chaco Chopin), habla de nosotros como chaqueños, toma nuestra historia, cuenta nuestras leyendas y muestra a nuestra gente, con una gran presencia de nuestros pueblos originarios. Este colectivo de teatristas confía en su capacidad creadora para ayudar a realizar un pequeño aporte cultural, incluyendo a todos, descentralizando las puestas en escena y logrando así un granito de arena en la transformación de nuestra provincia. En este proceso le cabe un rol muy importante a dos personas que nos brindaron todo su conocimiento y aprendizaje: los historiadores Lecko Zamora y Eduardo Barreto, a ellos muchas gracias por esa grandiosa generosidad. La obra Tierra de Huesos Verdes, toma como
temática central el algodón, la invasión de la soja y cruzando estos dos temas el leprosario de la Isla del Cerrito. Don Rito, Don Gutiérrez y Mani darán vida a estos seres que son de carne y hueso. Quizás muchos de nuestros hermanos chaqueños anduvieron, vivieron y transitaron esta historia: los huesos de nuestros pobladores que de a poco se transforman por la gran invasión del oro verde. Una propuesta para reflexionar, como cualquiera de las siete pequeñas obras que conforman esta grandiosa Sinfonía (Chaco Chopin). LA SINFONÍA
Los trabajos que integran esta Sinfonía son producto de una de las metas que desde el Instituto de Cultura nos prometimos impulsar fervientemente desde su creación: la lectura y re-lectura de nuestra historia chaqueña; la indagación sobre nuestra memoria colectiva y nuestra identidad cultural. Marull ha logrado que los dramaturgos chaqueños podamos hacer un recorrido distinto, un proceso de verdadero intercambio, en el que todo lo hablado, escrito fue provechoso para el trabajo creativo de cada uno. En este Seminario, promovido por la Dirección de Teatro, se planteó la escritura de un teatro histórico. Pero teatro histórico no en el sentido de que sus escritos revelen fidelidad a la historia legada que consumimos
o estudiamos. Sino teatro histórico en el sentido de que en cada uno de sus textos, y por ende en la obra total, se alude y se interpela a nuestra historia y nuestro presente, recurriendo a la metáfora, a la condensación, a la elipsis. Tomando como un eje central el ferrocarril, que tuvo su época de gran impulso productivo y económico en nuestro Chaco, no olvidándonos de nuestros pueblos originarios, los criollos, los inmigrantes, el algodón y la soja, la Isla del Cerrito, la Casa Grande en Las Palmas, todo se entrecruza para componer una gran Sinfonía, que generará en nosotros más encuentros, más intercambio, más reflexión de la rica historia que como chaqueños tenemos y que muchas ya las hemos perdido. Ya hemos terminado el primer tramo, el de la escritura. Luego viene el de la puesta en escena de las obras y la publicación. La mayoría de las nuevas obras se estrenarán entre mayo y julio de este año. Cerca de 20 personas entre actores, directores, técnicos y equipo de producción integran esta propuesta que nos invita a recorrer nuestra historia permitiéndonos dialogar con nuestra memoria y también, por qué no, reflexionar sobre las particularidades de la actual dramaturgia chaqueña, del teatro chaqueño en relación con el teatro argentino.
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Teatro y bicentenario
El texto teatral histórico: lo universal y la humanidad texto Gonzalo Marull*
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e interesó el asunto del teatro histórico porque es un tipo de teatro específico que tiene características propias y responde a una cierta fenomenología particular. Este tipo de teatro es fundamental. Los griegos, además de Heródoto, tienen a Esquilo y Homero. Los ingleses a Shakespeare, sin quien no comprenderían la historia. Los franceses a Racine y Molière; sin Don Juan y Fedra no comprenderían tampoco su historia. Y los españoles, todo el teatro de Calderón y Lope de Vega. Aristóteles en su Poética insistía en que si el historiador se ocupa de lo “particular” –lo que ha sucedido–, el poeta trata sin embargo de lo “universal” –lo que podría suceder–. De esa forma Aristóteles plantea que ese vínculo con lo “universal” es lo que pone al poeta cerca del filósofo y por encima del historiador. A mí me interesa esta visión de un teatro histórico que se inquieta por buscar lo “universal” en lo “particular”. Y esta misma búsqueda es la que puede exigir al poeta a renunciar a la fidelidad del documento, a la que el historiador sin embargo está obligado. El poeta no tiene por qué ser fiel al documento, sino a la Humanidad. Y esto da una gran libertad al poeta que no está obligado como el historiador académico a restringirse a la historia. El poeta dramático puede decidir que en su escena se presenten sucesos nunca acaecidos. Se unan personas que nunca se conocieron. Se fusionen espacios distantes. Se altere el orden en que sucedieron los hechos. Porque una obra de teatro bien lograda no es aquella que consigue transmitir una información al espectador. Una obra de teatro bien lograda es aquella de la que el espectador hace una experiencia. ENTRECRUCE DE TIEMPOS: LO POLÍTICO
Ahora, si bien tiene una enorme libertad, también el poeta, desde el momento en que trabaja con el pasado participa en la construcción de ese pasado, y a través de esa construcción participa en la construcción del presente, tiene una gran responsabilidad política. Es decir, desde el momento en que produce un “entrecruce de tiempos”, plantea una situación política. Todo teatro histórico es un “entrecruce de tiempos”. Al construir cierta imagen de un pasado determinado, nos ofrece también una representación del tiempo en que fue concebida. Y eso es lo interesante. Porque el teatro histórico siempre dice más acerca de la “época que lo produce” que acerca de la “época que representa”. Dice sobre todo de los deseos y miedos de la época que lo pone en escena. Esos deseos y miedos determinan varias cosas. Que un presente se abra a un pasado y no a otro. Que un pasado sea visto desde una perspectiva y no desde otra. ¿Por qué un tiempo siente que un pasado le concierne? ¿Por qué un tiempo se siente interpelado por otro? ¿Qué nos dicen esas imágenes del pasado acerca de nuestra actualidad? Es claro que el teatro histórico es un “entrecruce 18
de tiempos”: el “pasado representado” y el “presente que produce esa representación”. Y puede haber un tercer tiempo: cada futuro que actualiza esa representación. Los tres tiempos de Los Persas, de Esquilo, es un buen ejemplo. Dice el dramaturgo español Juan Mayorga: “Cada pieza de teatro histórico, propone una cita con el pasado. Esa cita puede ser dulce o amarga, confortable o incómoda, segura o arriesgada. (…) Pues lo importante no es lo que aquella época sabía de sí misma. Lo importante es lo que aquella época aún no podía saber sobre sí y que sólo el tiempo ha revelado”. Y todo este “entrecruce de tiempos” es el que hace del teatro histórico un teatro “intensamente político”. Abriendo la escena a un pasado y no a otro, observándolo desde una perspectiva y no desde otra, el teatro “interviene en la actualidad”. Porque contribuye a “configurar la autocomprensión de su época” y por tanto empuja en una dirección el futuro de su época. Es claro que hay entonces una “responsabilidad política” y que desde esa responsabilidad el poeta debe tomar una “decisión”: ¿cómo se relacionará su obra con la imagen que del pasado domina en su época? Dicha decisión es “técnica”: los personajes, el lugar, las acciones, los espacios y los tiempos: qué conviene dar por conocido y qué conviene mostrar en escena. Pero más importante que el aspecto técnico es el aspecto “moral” de esa decisión: lo fundamental es si una obra consolida la imagen con que el presente domina al pasado o si la desestabiliza; si confirma las convicciones
del espectador o las pone en crisis; si se adhiere al prejuicio o si lo desmonta; si escoge la perspectiva hegemónica o aquella desde la que es visible lo hasta ahora olvidado. “En cada ahora es posible mirar hacia atrás de una nueva manera. Dar la importancia a hechos que nos parecían insignificantes o contemplarlos desde una perspectiva en la que nunca antes pudimos situarnos. En cada ahora decidimos qué hechos nos conciernen, en qué tradiciones nos reconocemos. El pasado es imprevisible. Está ante nosotros tan abierto como el futuro. (…) La misión del teatro histórico es que se vea con asombro lo ya visto, que se vea lo viejo con ojos nuevos. El mejor teatro histórico abre el pasado. Y, abriendo el pasado, abre el presente”, explica Mayorga. LO FANTASMAGÓRICO DE LA CONDICIÓN HUMANA
fue y que vuelve a ser durante la representación. Y esa anulación del tiempo y de la muerte representa una idea extrema: todos los hombres somos contemporáneos. Más allá de la condición histórica, hay la “condición humana”: la “Humanidad”. El teatro histórico –incluso el de la vocación más historicista– es una paradójica victoria sobre la visión historicista del ser humano según la cual éste se halla clausurado en su momento histórico, del que es producto. Porque la condición de posibilidad del teatro histórico no es aquello que diferencia unos tiempos de otros, sino “aquello que atraviesa los tiempos y que permite sentir como coetáneo al hombre de otro tiempo”. *Dramaturgo y director. Licenciado en teatro en la UNC. Autor de las obras ¿Yo maté a Mozart?, Tantalegría, Quinotos al Rhum, Pelotero, La gran Fleita, Medieval, W Invasión extraterrestre (La destrucción de Córdoba), entre otras.
Ningún medio realiza la puesta en presente del pasado con la intensidad con que lo hace el teatro, en el que personas de otro tiempo son encarnadas-reencarnadas por personas de este tiempo. En el teatro histórico tiene lugar una “fantasmagoría al cuadrado”, si trabajamos con personas que existieron en otro tiempo. La “transfiguración” del actor que desaparece para dar lugar al personaje, base misma del teatro, es “abisal” en el teatro histórico, en el que el representado no es una criatura de la imaginación, sino “una persona de otro tiempo”. El actor desaparece para dejar ver a un hombre que
Palabras de los autores Tierra...sed Por Alejandra Antonietti
No existimos aislados, el hombre es tal su grupo social más inmediato, su lugar, su geografía y contexto. Así como la naturaleza da frutos que pertenecen a un determinado suelo, así también lo hace con los hombres y mujeres que la habitan. La tierra nos pare, siempre que tenemos la oportunidad, o nos brindan la posibilidad de nacer. Cada texto es un nacimiento, pero, para que ello suceda, debe haber un proyecto, un vientre, y un lugar. El Seminario de Dramaturgia “Camino al Bicentenario” fue eso para mí. Ya no el escribir en la soledad absoluta, sino el sentirse “con otros” y “en otros”. Tomamos el camino de distinta manera, de acuerdo a nuestra subjetividad, pero, teñidos de este sol abrasador, de tanta sequía, que precede a la inundación. Somos eso, somos Chaco, esa mezcla y heterogeneidad de culturas que luchan por sobrevivir. Tomé esa lucha entre originario y criollo, esa contradicción que nos caracteriza, ese andar histórico que no podemos fusionar totalmente, porque buscamos un lugar en la vida. Tiempo, razones, angustias, grupos humanos a los que une el amor y el espanto. Los lugares que elegimos pero no sabemos aceptar que, como dice Pablo, toda elección implica renuncia.
Inauguramos el Bicentenario con un vientre cargado de sol y palabras.
Los extraños Por Walter Carbonell
La experiencia me significó mucho en lo artístico, ya que venía escribiendo varias obras, con mi taller de Teatro Adolescentes, a modo de creación colectiva, pero sin tener en cuenta la estructura dramática que se necesita para poder escribir un guión. La temática elegida fue la típica familia clase media, miedosa, egoísta. Y relacionarla con los Habitantes de los Hornos de aquella época del Chaco, que nada se les parecía a esta clase de familia. ¿Cómo viviría esta familia en un horno? Desde ahí, desarrollar la obra. El elenco que llevará a escena esta obra, Los Extraños, serán la actriz Patricia Rojas, el actor Walter Carbonell y el director Aníbal Friedrich.
Campos y soledad o la reputación del algodón Por Urania Romero
Participar de este seminario fue una experiencia nueva, conducidos magníficamente por Gonzalo Marull. Lo más significante fue la posibilidad de ejercitar el derecho a la memoria desde la creación. Una vez corrido el telón de nuestra his-
toria chaqueña de la mano de Lecko Zamora y el profesor Barreto, se dispararon las imágenes de seres que en verdaderas epopeyas resistieron la conquista, la colonización, ante el invasor que amplió las fronteras económicas como resultado de esas batallas. Seres sujetos al vasallaje, mujeres tomadas como mercancía en 1818 en estos parajes de la Patria. En ésta “mínima historia”, en Las Palmas, aparece un criollo al servicio de los intereses foráneos mimetizado con su patrón ingles. Él es Dalmasio Sosa y ella es una pobre y desolada inmigrante polaca caída en desgracia en aquellos años de colonización y prostitución. Todo se tiñe de rojo sangre, del color del cielo que anuncia la sequía de un sistema expoliador. La dirección de obra está a cargo de Carlos Cantos, que también actuará; completan el elenco Susana Peper y Darinka Docnich.
Varios adioses, un Adiós Por Mirna Capetinich
En marzo de 2009, en el marco de la Fiesta Nacional del Teatro, tuvimos ocasión de conocerlo a Gonzalo Marull a través de un taller de Dramaturgia. A su término, los cursantes quedamos con ganas de reencontrarnos en otro taller, pues creíamos que talleres como ése eran una carencia en nuestra región. Fue así que meses más
tarde pudimos contar nuevamente con su guía en el Seminario “Camino al Bicentenario”. La experiencia fue enriquecedora. Gonzalo supo orientarnos con maestría y profesionalismo. La primera clase, en la que compartimos una entretenida charla con Lecko Zamora y Eduardo Barreto, nos sirvió para adentrarnos en episodios, escenas e imágenes de la historia de nuestro Chaco. Fue el primer disparador que tuvimos. Luego cada uno siguió leyendo, investigando y seleccionando aquellos hechos, alusiones, escenas del pasado y/o del presente que trabajaría en su escritura. A mí me interesó rescatar la paradójica historia de una inmigrante francesa, a condesa Alice Le Saige, arribada al inhóspito paisaje chaqueño en 1889. Me interesó imaginar cómo podría haber sido la despedida final entre ella y Magné, su amante francés con el que vino de Europa. El Adiós de Chopin vino a iluminar mi escritura y se quedó para resonar en las demás escenas de los demás compañeros del taller. Ahora es turno de que lo escrito entre en contacto con otros lectores y cobre vida en las tablas. Javier Lúquez Toledo tendrá la responsabilidad de dirigir y montar esta pieza, que será actuada por dos reconocidos actores chaqueños: Élcida Villagra y Pedro Monzón.
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Danza y bicentenario
¿Quién nos quita lo bailado?
Desde el Área Danza hemos iniciado la tarea de recuperar testimonios que aparecerán publicados en distintas entregas de esta revista, en vistas de conformar una historiografía de la danza chaqueña, narrada por sus propios protagonistas. Este trabajo pretende reunir elementos para continuar en la construcción de una profesión digna de mayores reconocimientos, fortaleciendo el sentimiento de pertenencia a esta tierra mística y despertando la sensibilidad ante las pequeñas cosas que nos identifican como pueblo.
texto Área Danza. Instituto de Cultura
1r a Parte
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l decir y los saberes de bailarines y coreógrafos de la época fundante esperan humildemente, entre fotografías grises y trajes añejos, que revivamos sus dignas andanzas por los escenarios precarios y polvorientos de un Chaco naciente. Cada uno de ellos ha unido sus vivencias junto a otros testimonios y recuerdos dispersos en nuestras instituciones públicas y privadas, salones, estudios y escenarios, dando un perfil histórico a los grandes momentos, que una vez parecieron pequeños, pero hoy cobran fuerza, unidos, y hacen la historia de nuestra danza. Siendo la nuestra una provincia joven en lo que respecta a su organización institucional, pero milenaria culturalmente, para referirnos a los ciclos temporales de la danza chaqueña debemos volver la mirada a las primeras manifestaciones en nuestras tierras, en sus aspectos rituales, comunitarios y sociales, para luego avanzar hacia su dimensión artística y académica. Los pueblos originarios del Chaco siempre han danzado. La función ritual de sus bailes implica determinados movimientos cargados de significación, donde el cuerpo en situación danzante, busca satisfacer la necesidad de elevación espiritual; la danza en sí es el espíritu en movimiento y es un medio comunicacional que posibilita estar en relación con las tres dimensiones de su universo originario: la Naturaleza, lo Sagrado y el Grupo
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social. Con respecto a las llamadas danzas sociales en la cultura occidental, sus prácticas en el Chaco no son el resultado de hechos aislados y diferentes a los que suceden en la historia de la danza universal y nacional. Las consecuencias de los fenómenos sociales, políticos y económicos en la revolucionada Europa de fines de siglo XIX y la llegada en masa de inmigrantes al país, sobretodo en la zona Norte, con nuevas ideas respecto al poder de la economía en las políticas de Estado, provocaron el desvanecimiento de la cultura criolla y de la integridad espiritual de una Argentina que recién se preparaba para celebrar el Centenario. En lo referido a la danza, esta nueva situación social provocó la entrada determinante a nuestros territorios de los formatos de danzas europeos de pareja enlazada o abrazada, ingresados al país por la vía del Atlántico como el vals, la mazurca, el chotis, la polca, etc., provocando la decadencia de la práctica de muchos bailes criollos en toda la campaña y engendrando nuevos bailes con particularidades regionales como la polquita correntina, el valseado, la ranchera, el rasguido doble entre otros. Vale aclarar que en el Norte chaqueño conservaron tardía vigencia variantes regionales de algunas danzas picarescas ingresadas por la vía del Pacífico como la zamacueca, el gato y la chacarera* entre otras. Con el transcurso del tiempo y con el traspaso de
esos patrones culturales de una generación a otra, el modo de danzar de nuestra sociedad se traduce en un largo proceso de mixtura que protagonizaron los distintos actores sociales. Los mismos inmigrantes que conservaban fielmente sus tradiciones fueron adoptando costumbres y comportamientos propios de nuestros criollos y cargaron de nueva significación a sus bailes originarios. Caso similar se da con la charanda, el chamamé y el candombe, interpretada por grupos sociales de origen africano ingresados a la vida comunitaria en diferentes tareas y oficios, quienes conformaron una particular corriente afro guaranítica en música y danza con notoria presencia en la zona lindante al Río Paraná. En el orden nacional, en un primer período tradicionalista (fines del siglo XIX y comienzos del XX), como consecuencia del sentimiento de invasión cultural experimentado por la escasa población criolla existente, comenzaron a sucederse movimientos nacionalistas que se extendieron a todas las expresiones artísticas influenciadas por el Romanticismo que proclamaba una marcada exaltación del espíritu patriótico en las artes y el positivismo científico. En Argentina este fenómeno se dio especialmente en el género literario, el Martín Fierro, de José Hernández (1872) y La restauración nacionalista, de Ricardo Rojas (1909), son claros ejemplos del mismo y han aportado
Grupo de bailarines chaqueños, década del ‘50. Ballet Oficial del ‘90. Presentación en el interior de Chaco.
mayor desarrollo económico, comenzaron a surgir las marcadas reminiscencias en el posterior desarrollo del funda el Instituto de la Danza que lleva su nombre. De primeras casas de bailes, las sedes bailables de sociedaNativismo. aquí en más se inicia una nueva etapa con la instituciodes comerciales, círculos y clubes. La novela y el teatro, de la mano del drama de Juan nalización de la enseñanza de la danza en la provincia. A partir de 1940, una marcada corriente nativista Moreira, llevado a escena por el circo de los Hermanos que recrea artísticamente la cultura tradicional, impulsa Podestá, interesa a la danza nacional porque fueron los *La chacarera del monte, bailada aún en todo el Gran la creación de las primeras peñas y academias folklóprimeros antecedentes del folklore escénico ya que haChaco Boreal o Gran Región del Tri Chaco, representa una varicas en toda la provincia. De ese gran movimiento nabían incorporado en sus funciones danzas como el “gato riante coreográfica y musical que no difiere en su patrón genecieron en nuestros barrios varios centros tradicionaliscon relaciones” que luego fue reemplazado por el periral de la chacarera bailada en casi todo el país, a pesar de los intas y peñas como “Patria y Tradición” (en Barranqueras), tentos de exclusividad de quienes ostentan en la actualidad su cón (de circo). “Teodomiro Montes”, “El Chúcaro”, “Poncho y Lanza”, y En un segundo período del Tradicionalismo, marautoría. la aún vigente “Peña Nativa Martín Fierro”, entidad que cado por el debut en Buenos Aires de los espectáculos propulsó la actividad de músicos, bailarines y estudiopropulsados por Andrés Chazarreta en 1912, se acude al Fuentes consultadas: sos del folklore científico como Benigno Corvalán, Raúl inicio del arte folklórico netamente escénico, aunque re—ARICÓ, Héctor: Danzas tradicionales argentinas: una Oscar Cerrutti, Juan Pedemonte, Ertivio Acosta, quiecién en 1921 y luego de varios fracasos, finalmente logra nueva propuesta. nes acompañaron sus propuestas escénicas con un rigula aceptación del público y de la prensa bonaerense lo—BERGALLO, Graciela Elizabeth: Ntonaxac Danza en el roso estudio de los elementos propios del folklore regiogrando la exitosa apertura del género costumbrista en viento, Memoria y resistencia qom. nal y provincial logrando la publicación de numerosos forma de espectáculo, donde las “criollas” –hasta ento—CERRUTTI, Raúl Oscar: El Chamamé: elementos para su trabajos de investigación que hoy sirven de legado para nes se llamaban así a las danzas folklóricas– ocupaban el estudio integral. En: Cuadernos de Cultura Popular Nº1.Subselas nuevas generaciones de profesores, estudiantes y lugar central en los programas. cretaría de Cultura y Educación del Chaco, 1986. personas interesadas en acercarse a estos documentos En nuestra realidad regional de entonces se pro—CORTAZAR, Raúl Augusto: Ciencia Folklórica Aplicada: históricos. duce el fenómeno de la plenitud del chamamé como Reseña teórica y experiencia argentina. Fondo Nacional de las Durante toda la época marcada por el Nativismo se danza social en los sectores más empobrecidos de la soArtes, 1974 ciedad. Si bien hay antecedentes de la existencia del cha- produce la proliferación de circos y espectáculos inspi—GUTIERREZ MIGLIO, Roberto: El Tango, el Litoral y mamé como ritmo bailable desde las últimas décadas del rados en las costumbres y tradiciones argentinas (el traParaguay: su relación con el chamamé, la polca paraguaya y la dicionalismo concebido como un planteo estético). Nusiglo XIX, es conocida la controversia entre los distinguaranda. merosas compañías artísticas conformadas por músicos tos investigadores respecto a su definición, origen y evo—MELCHOR, Gonzalo: Entrevista personal sobre los circos y bailarines recorrieron el país con novelas que se daban lución. Este género litoraleño logra la aceptación masiva en el Chaco, Barranqueras, 2010. recién entre 1925 y 1926, cuando se realizan las primeras en las funciones nocturnas, como La vuelta de Martín —PIÑEYRO, Enrique Antonio: El Chamamé, música tradigrabaciones discográficas y su difusión se hace extensiva Fierro, Santos Vega, el payador, Nazareno Cruz y el Lobo, cional de Corrientes: Génesis, desarrollo y evolución. El Trigre de los llanos, donde los bailarines de criollas a las provincias aledañas a Corrientes. Desde comien—PIÑEYRO, Enrique Antonio. El Rasguito Doble: expresión zos del siglo XX al Chaco lo traen los peones correntinos eran contratados para las escenas en que la danza tomusical de la Provincia de Corrientes, Colección Obras Premiaque trabajaban en los obrajes constituyéndose en el baile maba el protagonismo. Así llego al Chaco, alrededor de das Concurso IV Centenario, Corrientes, 1988. 1950, el maestro Néstor Antonio “Bagual” Fuentes, forpredilecto de las bailantas en los pueblos surgidos a par—PUJOL, Sergio: Historia del Baile: de la milonga a la disco. mando parte del elenco de bailarines de un circo y se ratir de la instalación de La Forestal y de allí su posterior —ROJAS, Ricardo, La restauración nacionalista. dicó definidamente en nuestra provincia, trayendo conaceptación en reuniones bailables públicas, pistas y clu—VEGA, Carlos: Apuntes para la historia del movimiento sigo los primeros aires de proyección folklórica en sus bes de barrios. tradicionalista argentino. Instituto Nacional de Musicología creaciones, dando origen a los primeros grupos de danza “Carlos Vega”, 1981. En el mismo período, el tango criollo, que décadas folklórica en la modalidad de ballet folklórico. atrás ya había dado sus pasos iniciales con la llamada —VEGA, Carlos: Las danzas populares argentinas. Instituto Al mismo tiempo, en los sectores aristocráticos de Guardia Vieja en un Buenos Aires transformado socioNacional de Musicología “Carlos Vega”, 1986. la ciudad se crean las primeras academias de danza en la culturalmente, comienza a ser bailado en nuestra pro—ZAMORA, Audencio Lecko: Ecos de la Resistencia. provincia. En 1935 inicia su labor en danza clásica la privincia en concordancia con el fenómeno de imitación a mer maestra de Ballet, Nity Cigersa, bailarina italiana las costumbres y usos de la sociedad porteña. Así, en la formada en la Scala de Milán, y en 1949, Paquita Gómez Resistencia del 1930 al 1940 y luego en los pueblos con
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danza y bicentenario
Historia sobre el Canto y la Música texto Pedro Parrilla. Pueblo Wichi
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icen los antiguos sobre la cultura, sobre la música y sobre el canto que las personas que quieren tener buenos cantos y buenos tonos, especialmente para el toque del pim pim, tienen que hacer lo siguiente: Matar un pájaro cantor, por ejemplo el charchalero, el loro u otro pájaro que canta bonito; porque los pájaros que cantan bonito son los que salen en tiempo de verano (cada uno elige un pájaro). Primeramente cada uno tiene que matar el pájaro, y debe ponerlo sobre el fuego para que se seque bien, y una vez que está seco, tiene que molerlo hasta que se haga polvo. Cuando está listo, bien molido, esas personas deben pincharse con un alfiler o con una espina en cualquier parte de la piel, dejar que se derrame un poco de sangre, la cual tiene que mezclarse con el polvo del pájaro y formar una masa. Una vez que está lista la masa, tienen que comer todo. Todas las personas que han comido de la masa se van al monte, llevando el pim pim. Cada uno lleva el pim pim envuelto en una colcha o en una frazada a un lugar silencioso. Una vez que llegan a un lugar del monte, todos tienen que dormir y taparse bien con la frazada. Ellos dicen que después de un rato se escuchan ruidos, como de una persona que anda caminando. Ellos dicen que ese es el dueño de los cantos; pero no tiene que mirar nada porque no se ve. También dicen que ese ruido que se escucha primero es el dueño de los cantos para mujeres, y no tiene mucho poder. Después de un rato viene otra vez el ruido y se escucha como el primero; parece gente que anda caminando. Este ya es el dueño de los cantos para los hombres y ahí recién ellos pueden recibir. Entonces ellos se levantan despacito, hasta que todos estén de pié. Una vez que todos están parados ya sienten algo; cada uno ya tiene el canto, cada uno toca el pim pim en diferente tono y se quedan con eso.
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danza y bicentenario
Bailar en el Chaco del Bicentenario Por Gabriela Ávalos. Área Danza. Instituto de Cultura.
H
ablar de la danza en el marco de los festejos del Bicentenario en el Chaco puede significar para muchos hablar de logros y de premiaciones particulares en el transcurso de los años; desde otra perspectiva, consideramos igual de oportuno comenzar a pensar y escribir la historia danzada de nuestra provincia, tanto en sus aspectos sociales como en su dimensión estética, dar urgencia a la revisión de lo que en el Chaco han sembrado ideológicamente nuestros pioneros cuyos logros y desaciertos conforman nuestro patrimonio. Vista como espectáculo, la danza muchas veces se encuentra influida por los vicios de una cultura mediática que crea necesidades superfluas de identificación con fenómenos que lejos están de la realidad de una provincia como la nuestra. Bailar es muchas veces un caprichoso modo de no morir en el intento de vivir de una profesión que no presenta un futuro laboral certero, sobre todo ante la ausencia de una real dignificación de la labor de los profesionales de la danza como incansables trabajadores de la cultura. Pero no todo parece diluir la labor de nuestros grupos y compañías de baile, ya que la danza chaqueña avanza y se consolida en el tiempo como un bien común de toda una sociedad que aporta para que se concrete y se proyecte más allá de su propia dimensión. Afortunadamente pisamos un suelo donde grandes visionarios han cimentado una manera diferente y particular de concebir el arte de la coreografía, un arte no mendigado sino construido socialmente -no existe un bailarín chaqueño que no haya aportado sus esfuerzos en la construcción de sus propios escenarios-. Cuando se silencian las voces es necesario sacar a luz lo que acontece en los espíritus, y es allí cuando los movimientos empiezan a tener razón de ser, entonces los pueblos danzan y seguirán danzando en la memoria de sus bailarines, “los que han recibido el don…” como dicen nuestros hermanos indígenas, y lo hacen para pedir, sanar, escapar, trascender, celebrar, pero sobre todo, para no olvidar.
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política
Memoria y utopía en la construcción del sujeto político
Rubén Dri fue especialmente invitado por el Instituto de Cultura, la Coordinación de Educación Superior y los programas PROMEDU y CAIEs (Centros de Actualización e Innovación Educativas) del Ministerio de Educación del Chaco para la presentación del programa “Letras del Bicentenario”. Este proyecto que ofrece una serie de charlas-debate y módulos sobre ensayo a estudiantes de los profesorados de la provincia. Estas charlas son preparatorias del concurso “Bicentenario: memoria y proyecto de país” destinado a los futuros docentes. A continuación, la charla completa que brindó el 12 de abril. Texto Rubén Dri*
Q
uiero poner el Bicentenario de nuestro país en un marco más general: estamos en el Bicentenario de América. Partiré de unas reflexiones que hace Alberdi, el segundo Alberdi, el del exilio. La revolución argentina –dice Alberdi– es un detalle de la revolución de América… pero, ésta es un detalle de la revolución de España, y ésta a su vez, un detalle de la Revolución Francesa y europea. Por eso no puede faltar de ninguna manera la presencia de Hegel, porque es el gran filósofo de esta revolución europea. Una de las obras más geniales de la filosofía universal es la Fenomenología del espíritu, en la cual Hegel plantea la odisea propia del sujeto individual y del sujeto colectivo (el sujeto de la revolución moderna). La revolución de América, no es más que una parte de la revolución de España: basta revisar los hechos: el 2 de mayo de 1808 se produce la invasión napoleónica a España; el 2 de junio se forma la Junta Central de Sevilla –que está expresando una revolución democrática frente al absolutismo–; en 1810 se suceden: el 19 de abril, la Junta en Caracas, el 25 de mayo en Buenos Aires, el 14 de junio se produce en Cartagena, el 20 de junio en Bogotá, el 17 de septiembre en México y el 18 de septiembre en Chile. A la Revolución de Mayo hay que ponerla en el marco de la Patria Grande Latinoamericana. LA PATRIA GRANDE
Hoy volvemos a hablar de la Patria Grande, volvemos a hablar de Latinoamérica, Argentina se ve hoy en el marco de la Patria Grande Latinoamericana. Hay hechos fundamentales de esta realización: UNASUR; el Grupo de Río donde se incorpora Cuba; el modo en que los presidentes latinoamericanos evitaron el golpe a Evo Morales; el MERCOSUR; el ALBA; el entierro del ALCA que se hizo en las aguas de Mar del Plata con participación precisamente de Argentina. Entonces, tenemos que poner la celebración del Bicentenario en la Patria Grande Latinoamericana. Pero a esta Patria Grande la tenemos que ver desde nosotros y por lo tanto tenemos que plantearnos de dónde venimos, desde dónde comenzamos a hacer nuestras reflexiones. Mi análisis parte del genocidio de la dictadura militar. Porque este genocidio significa la destrucción del gran sujeto colectivo, del gran sujeto popular que se había conformado con gran empuje en la década del ‘60 y del ‘70. A este genocidio, le sigue la impunidad y luego el neoliberalismo de los ’90, que se presenta como pensamiento único, que tiene como contracara las filosofías de la posmodernidad que nos hablaban de la muerte del sujeto, o en todo caso del debilitamiento del sujeto. Las puebladas del 19 y 20 de diciembre de 2001 significan un quiebre del neoliberalismo, el quiebre de una etapa que nos había llevado prácticamente a la destrucción del sujeto nacional y popular. En estos momentos estamos transitando la reconstrucción del Estado, que comienza en el 2003. Tiene una importancia fundamental que repensemos el sujeto político; porque si queremos reconstruirnos, tenemos que pensar cómo se reconstruye el sujeto y para eso tenemos que partir de qué concepción tenemos nosotros de sujeto. HEGEL Y LA CONSTRUCCIÓN DEL SUJETO
Tomo algunos acercamientos a la construcción del sujeto en Hegel, repensándolo críticamente desde nosotros. Son tres: el movimiento de ponerse a sí mismo, el movimiento de crearse a sí mismo y el movimiento de reconocer y ser reconocido. En primer lugar, el sujeto es un movimiento. Cuando pensamos en movimiento, lo primero que se nos ocurre es el movimiento local: algo que está en un lugar y después está en otro lugar. Sin embargo, se trata aquí de otro tipo de movimiento. En estos 24
momentos, nos estamos moviendo como sujetos, nos estamos transformando. Todos los que entramos acá ya somos distintos de lo que éramos cuando entramos. Ya no somos los mismos, pero somos los mismos. Es este movimiento dialéctico propio del sujeto, sujeto que se está transformando continuamente, sujeto que se cambia continuamente, sujeto por lo tanto que es verbo y no sustantivo, sujeto que es el subjetualizarse, es el hacerse sujeto, es el devenir sujeto continuamente. En nuestro lenguaje, en nuestro pensamiento, utilizamos los sustantivos y utilizamos los verbos. Son expresiones de dos momentos distintos, de cómo se realiza la realidad y cómo la pensamos. La tenemos que pensar en dos niveles. Podernos pensarnos como sujetos –y dado que somos movimiento– necesitamos que este movimiento haga pausa, que se fije. Es por eso que tenemos la necesidad de hacer una abstracción y hacer una fijación. Para pensarme como sujeto yo me divido en etapas: mi infancia, mi adolescencia, mi madurez. Son tres etapas, entonces pienso cómo era mi práctica y mi conciencia en mi infancia, cómo lo era en mi adolescencia, cómo lo es en mi madurez. Son tres momentos contradictorios. De hecho mi adolescencia negó mi infancia. Esta negación no fue la supresión de la infancia, sino que fue lo que denominamos la superación de la infancia, la negación de la infancia. Este momento, a su vez, es negado por el otro momento, por el momento de la madurez, en el cual se supera también ese segundo momento y por lo tanto también el primer momento. Estas transformaciones se producen todo el tiempo. Estos movimientos los tenemos que aplicar al sujeto individual y al sujeto colectivo, el sujeto individual que somos cada uno de nosotros y sujeto colectivo que somos como grupo, como pueblo. No por compartir un espacio ya somos un sujeto colectivo, lo somos, por ejemplo, si tomamos una decisión en común. Al tomar una decisión en común nos construimos como sujeto. Este sujeto a su vez puede transformarse, puede crearse, puede crecer o puede decrecer y puede desaparecer. El sujeto no es algo que está, éste es el sustantivo, este sustantivo es un momento de pausa. En realidad el sujeto es el verbo, que se transforma continuamente. Por tener este cuerpo, esta cabeza, etc., no somos sujeto: somos objeto, nos hacemos sujeto. Podemos dejar de serlo; si nos sometemos, nos objetualizamos, pasamos a ser objetos y no sujetos. Y esto nos sucede como individuos tanto como pueblos. Ese sujeto para ser tal tiene que comenzar a reconstruirse como sujeto. Éste es el primer acercamiento: el sujeto en movimiento. MOVIMIENTO DE CREARSE Y DE PONERSE A SÍ MISMO
Cuando en la comunicación cotidiana decimos “hay que ponerse”, estamos diciendo: hay que ser sujeto; y agregamos “si no, te llevan puesto”. Cuando te llevan puesto, te llevan puesto como objeto. Uno se pone o a uno lo ponen. Y si a uno lo ponen, no lo ponen como sujeto, lo ponen como objeto. El sujeto solamente puede surgir de sí mismo. Este sí mismo es individual y colectivo a la vez. Nunca es puramente individual, siempre es político. Se pone con otro, pero se tiene que poner en sí mismo, y este sí mismo también es el sí mismo colectivo. Este sujeto colectivo tiene que ponerse como sujeto. Entonces, movimiento de crearse, movimiento de ponerse. Ahora, uno se crea como sujeto, es sujeto en la medida que se crea. Pero uno no se puede crear a sí mismo sin crear, es decir, no hay autocreación sin creación porque nosotros somos una realidad sujeto/objeto. El sujeto solo no existe. El sujeto siempre es sujeto/objeto. Hay un momento de objetualidad en el sujeto. Ese momento de objetualidad es fundamental para la construcción del sujeto. Sin embargo, este momento de objetualidad puede, a su vez, alienar al sujeto; es decir, el objeto puede tener la hegemonía en esta relación dialéctica con el objeto y dominar al sujeto. El sujeto debe tener la hegemonía sobre el objeto. Y por eso el sujeto crea el objeto y al crear el objeto se crea a sí mismo. Creamos continuamente algo que es novedad y al crear esa novedad nos creamos a nosotros mismos. Si nosotros podemos entender esto, entenderemos por qué el capitalismo es perverso: porque pervierte, precisamente, esta relación, la relación de creación del sujeto. Porque el sujeto, al crear el objeto, se crea a sí mismo. Lo que quiere decir que el objeto revierte sobre el sujeto. Lo que hace el capitalismo es, precisamente, hacer que el objeto no revierta sobre el sujeto, que el objeto se independice y que se crea como sujeto (el capital), que termine dominando al sujeto que lo ha creado. Ahí está la perversión del capitalismo: pervierte al sujeto en su mismo acto de creación. Y por eso, es que el sujeto en el capitalismo no puede menos que empobrecerse. El obrero puede enriquecerse, pero se empobrece como sujeto, porque cuando se refuerza más el capitalismo, más se refuerza el sujeto como capital que termina dominando al sujeto que lo va creando.
Cuando nosotros aparecemos en el mundo, cuando salimos del vientre materno, ahí comenzamos la lucha por el reconocimiento que es esencial. Un sujeto no se puede realizar sin ser reconocido y reconocer. Y en esta lucha es que aparecen dos categorías epistemológicas, sociales y ontológicas, propias de esta lucha por el reconocimiento: la del amo y del siervo. En esta lucha por el reconocimiento, uno de los dos polos, lleva la lucha hasta el final y éste es el señor o el amo, el otro retrocede y acepta esclavizarse, el siervo. Estas categorías nos permiten pensar no sólo la sociedad entre el patrón y el obrero. En la misma familia, cuando el sujeto se está construyendo –comenzó su construcción y no puede comenzar su construcción sin una estructura, porque tiene que comenzar desde él mismo–, hasta un determinado momento, el infante es más objeto que sujeto. Y esto no es que esté mal, es un proceso. Cuando el sujeto quiero comenzar a elegir, se produce una ruptura y esta ruptura causa dolor, causa angustia y entonces hay un movimiento de retraerse y aceptar finalmente la imposición. Entonces es en ese momento en que se produce la relación amo-esclavo, o sea, el hijo aparece como el esclavo y el padre o la madre aparecen como el amo. Para que realmente se produzca la realización del sujeto, el hijo tiene que producir la ruptura, no aceptar la imposición y por lo tanto ir hasta el final en esta lucha por el reconocimiento. Tiene que crear para ser reconocido él como sujeto. Se produce una ruptura ontológica, la ruptura no puede no producirse, si no se produce quiere decir que ese pretendido sujeto, ese hijo por lo tanto se objetualiza. Si se produce la ruptura, que es la primera negación después se puede producir la negación de la negación, que es la reconciliación. La reconciliación ahora es de mutuo reconocimiento en otro nivel: como sujeto; estamos hablando de democracia en sentido profundo, como mutuo reconocimiento de los sujetos, como una sociedad en la cual los sujetos realmente se reconocen plenamente y ese reconocimiento atraviesa todas las esferas del ser humano y todas las esferas sociales: lo económico, lo social, lo político, lo cultural, lo legal, lo religioso, etc. Porque el reconocimiento se tiene que producir como sujeto y el sujeto atraviesa entonces todas las esferas y ahí estamos hablando de revolución, estamos hablando de democracia, estamos hablando de plena realización del sujeto. SUJETO, CONTRADICCIÓN E IDENTIDAD
El sujeto es movimiento y siempre es un movimiento impulsado por la negatividad, por la contradicción. El sujeto es contradictorio. Nosotros somos contradicciones vivientes porque somos lo que no somos, no somos lo que somos; continuamente no somos lo que somos: si nosotros simplemente fuéramos seríamos objeto. Por ser sujeto continuamente no somos lo que somos, el “no” se nos atraviesa continuamente. Esta contradicción es vida y la vida no es orden. La vida es ese desorden que hay que ordenar continuamente. Este desorden es ebullición contradictoria. Siendo este movimiento, somos, por una parte memoria, por otra parte proyecto y por otra parte utopía. Y utilizo nuevamente sustantivos y ahora hay que ponerlos en verbo. Nosotros somos el memorizarnos. Hegel, en la Fenomenología del espíritu, cuando plantea la plena realización de la humanidad, la plantea como el memorizarse: el ir dentro de sí mismo, el sí mismo que tiene sus raíces en el principio, en la memoria. Como sujetos somos memoria, somos memorizarnos. Pero como hemos dicho, el sujeto es en la medida en que se crea, entonces, esta memoria es también creación. La memoria es creativa. Pero la creación tiene siempre este momento anterior, por eso que ex-ponerse es al mismo tiempo anteponerse. Uno no puede ponerse sin anteponerse, como no puede anteponerse sin ponerse. El existir no es un mero existir, el existir es un anteponerse. Al anteponerme –el anteponerse es memorizar– yo me pongo. Porque no me puedo anteponer sin ponerme y no me puedo poner sin anteponerme. Esto es la memoria. Todo esto tiene una enorme importancia tanto si consideramos el sujeto individual, como el sujeto político. Por eso, la enorme importancia que tiene la historia. Porque el ponerse del sujeto actual argentino, o sea el preguntarnos por qué país queremos, este ponerse, es el anteponerse. El anteponerse es nuestra historia. Cuando leemos la historia de una determinada manera nos estamos anteponiendo de una determinada manera; es decir, nos estamos poniendo como sujetos de una determinada manera. Por eso es que los vencidos no pueden tener historia, porque si se anteponen, si recuerdan su historia, comienzan a ponerse y al ponerse dejan de ser vencidos o están peleando por el reconocimiento, están peleando por otro país. Entonces, este momento de la memoria es fundamental en la construcción del sujeto, y por lo tanto es fundamental en la relectura de la historia. Cuando después de la Batalla de Pavón, en 1861, Mitre toma finalmente el mando, comienza a escribir la historia del país. Esta historia tiene que ver con el país que se quiere, es decir, con el sujeto que se quiere.
RECONOCER Y SER RECONOCIDO
Tenemos el movimiento de ponerse a sí mismo, movimiento de crearse, movimiento de reconocer y ser reconocido: la lucha por el reconocimiento.
UTOPÍA Y PROYECTO
Lo fundamental, entonces aquí es el memorizarse, o sea, el historizarse, el repensar la
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historia. Este ir a las raíces es para tomar envión para ir hacia adelante. Y ese adelante está señalado o está atraído por una gran utopía: qué país queremos. La utopía no tiene límite, la utopía siempre está más allá: ¿qué país quiero?, quiero un país donde todos podamos realizarnos plenamente, donde nadie tenga hambre, donde todos tengamos trabajo, donde se realice la democracia plenamente, donde nos reconozcamos plenamente como sujetos. Ésta es mi utopía y no se la entrego a nadie. Pero tengo que ver qué me implica a mí esta utopía en este momento; es decir, qué es lo que puedo hacer en este momento. Porque si la traslado directamente, caigo en el utopismo y el utopismo viene a ser la negación de hecho de la realización concreta: qué proyectos concretos puedo llevar adelante. En la utopía funciona ampliamente la imaginación, los proyectos requieren el uso de la razón. En este momento político, qué es posible hacer, qué es lo más conveniente que hay que hacer; en este momento de mi vida qué es lo que yo tengo que hacer como proyecto para mi realización personal, enmarcado en la situación general del proyecto colectivo. La historia, entonces es la rememoración, el anteponerse del sujeto colectivo, es la encargada de darle sentido a la construcción del sujeto actual. Por eso es que en los distintos proyectos de país siempre hay distintas miradas de la historia. Por eso hay una mirada de historia oficial, o sea, de historia liberal o mitrista; una mirada de la historia de un determinado revisionismo, del revisionismo histórico; la mirada de la corriente nacional y popular. Son distintas miradas que describen de distinta manera el anteponerse del sujeto colectivo. HAY OTRA HISTORIA
En la Argentina ha habido siempre dos proyectos que pelearon entre sí, dos proyectos de país que nosotros conocemos como “la pelea de los unitarios y de los federales”: dos proyectos antagónicos. El proyecto de los federales que miraba fundamentalmente a la administración del mercado interno y, otro proyecto que miró siempre hacia fuera, centrado en la Pampa Húmeda y en el Puerto de Buenos Aires. Estos dos proyectos atraviesan toda nuestra historia. Ya desde la Revolución de Mayo aparecen estos dos proyectos, lo podemos ver en la lucha entre el morenismo y el saveedrismo. Pero aparece con claridad ya con Artigas. Artigas, en carta a French, dice: “La libertad de América es y será siempre el objetivo de mi anhelo. (…) Sólo la unión puede poner sello a nuestra obra, fijemos la garantía de esta unión”. También le escribe a Simón Bolívar: “Unidos íntimamente por vínculos de naturaleza y de intereses recíprocos luchamos contra tiranos que intentan profanar nuestros más sagrados derechos”. Este proyecto, que es el de los federales, es el proyecto de la Patria Grande, es el proyecto latinoamericano. La lucha entre estos dos proyectos tiene una derrota fundamental en Argentina en la Batalla de Pavón que Urquiza entrega a Mitre en 1861. A partir de entonces, comienza la elaboración del proyecto que mira hacia el exterior. El derrotado está representado por los caudillos del interior, fundamentalmente por “Chacho” Peñaloza y por
Felipe Varela, que es el gran caudillo que levanta nuevamente la bandera de la unión americana y que lucha en contra de la destrucción del Paraguay. El Paraguay tal vez fue la organización más digna de este proyecto federal: un proyecto autocentrado, que miró en primer lugar al mercado interno y que logró la industrialización con la participación hegemónica del Estado. Fue destruido absolutamente porque era una tentación para los otros países y por eso se lleva adelante la terrible guerra denominada de la Triple Alianza, que en realidad es de la Triple Infamia. LOS SECTORES POPULARES COMO SUJETO
En la década del ‘80 y ‘90 se impone el proyecto neoliberal, se construye el Estado moderno, el Estado moderno oligárquico dependiente del Imperio Británico que perdura hasta 1945. El 17 de octubre se produce la gran pueblada con la cual el peronismo llega al poder y recupera nuevamente el proyecto de los federales: el proyecto autocentrado, el proyecto que mira al mercado interno, que mira la patria latinoamericana. Por eso eleva los salarios; la clase obrera, o sea, los sectores populares vuelven a ser sujetos, vuelven a ser protagonistas, nuevamente luchan por su reconocimiento. En primer lugar, se promueve el desarrollo del mercado interno; en segundo lugar, la intersubjetividad con el mutuo reconocimiento. A diferencia del proyecto oligárquico, son los sectores populares lo que pasan a ser reconocidos. Se recupera el sujeto pueblo. Nosotros no somos pueblo por estar juntos, somos pueblo si nos construimos como pueblo. Pero además, ésta es una categoría no solamente de las luchas populares, sino también de la sociología tercermundista y por lo tanto de nuestra filosofía. Recuperar la categoría pueblo en contra de otras categorías, como por ejemplo, la categoría multitud en lugar de pueblo. Y se nos ha dicho que llamarnos pueblo es “someternos a una limitación” y “encorsetarnos”. Una multitud de individuos no puede producir transformaciones si no se construye. Insisto en este concepto de pueblada: hubo tres grandes puebladas: el 17 de octubre del 45; la pueblada del 29 de mayo del ‘69 expresada como Cordobazo y finalmente la del 19 y 20 de diciembre de 2001, con la cual se quiebra el neoliberalismo. Tres grandes puebladas, además de otras grandes puebladas o puebladas menores, que siempre significan hitos históricos, en los cuales el pueblo se recupera como sujeto. PONERNOS, REPENSARNOS
Después de haber soportado esta ofensiva de la derecha, expresada sobre todo por las corporaciones agrarias con la lucha contra “la 125”, estamos en un proceso de recuperación en sectores populares y en sectores medios. Aquel gran sujeto popular que tenemos que recuperar tiene dos columnas fundamentales: la primera columna es propiamente popular, la columna pueblo. Y la otra columna es la columna de la clase media. Es importante que la clase media se recupere como pueblo. No hay posibilidad de un sujeto popular fuerte sin un buen componente de la clase media. Nos necesitamos mutuamente. En este momento, se está dando esta congruencia. Hemos visto convocatorias populares fuertes como la última que se hizo en Ferro, en Buenos Aires, y convocatorias de clase media que se están haciendo por nuevos canales. Me estoy refiriendo al programa “6, 7, 8” que ha convocado a miles de ciudadanos de clase media que se están incorporando a esta construcción del sujeto popular. Nos encontramos en esa etapa. Lo que tenemos que hacer pues es comenzar, ponernos, tenemos que repensarnos, reflexionar, repensar nuestra historia, reescribirla. No tenerle miedo al debate, debatir. No es necesario que estemos plenamente de acuerdo. Al contrario, la lucha por el reconocimiento significa que hay diferencias, pero reconocernos en esta diferencia, reconocernos es fundamental. Hemos vuelto al pensamiento político, hemos vuelto al debate político, estamos en un momento de reconstrucción del sujeto. Este Bicentenario nos mueve a eso. Estamos en un momento de recomposición y es una suerte poderlo vivir luchando, peleando, construyendo, pensando, creando. *Entrerriano-chaqueño, profesor en Filosofía y Ciencias de la Educación. Licenciado en Teología e investigador. está señalado o está atraído por una gran utopía: qué país queremos. La utopía no tiene límite, la utopía siempre está más allá: ¿qué país quiero?, quiero un país donde todos podamos realizarnos plenamente, donde nadie tenga hambre, donde todos tengamos trabajo, donde se realice la democracia plenamente, donde nos reconozcamos plenamente como sujetos. Ésta es mi utopía y no se la entrego a nadie.
Pero tengo que ver qué me implica a mí esta utopía en este momento; es decir, qué es lo que puedo hacer en este momento. Porque si la traslado directamente, caigo en el utopismo y el utopismo viene a ser la negación de hecho de la realización concreta: qué proyectos concretos puedo llevar adelante. En la utopía funciona ampliamente la imaginación, los proyectos requieren el uso de la razón. En este momento político, qué es posible hacer, qué es lo más conveniente que hay
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Nosotros somos contradicciones vivientes porque somos lo que no somos, no somos lo que somos; continuamente no somos lo que somos: si nosotros simplemente fuéramos seríamos objeto. que hacer; en este momento de mi vida qué es lo que yo tengo que hacer como proyecto para mi realización personal, enmarcado en la situación general del proyecto colectivo. La historia, entonces es la rememoración, el anteponerse del sujeto colectivo, es la encargada de darle sentido a la construcción del sujeto actual. Por eso es que en los distintos proyectos de país siempre hay distintas miradas de la historia. Por eso hay una mirada de historia oficial, o sea, de historia liberal o mitrista; una mirada de la historia de un determinado revisionismo, del revisionismo histórico; la mirada de la corriente nacional y popular. Son distintas miradas que describen de distinta manera el anteponerse del sujeto colectivo. HAY OTRA HISTORIA
En la Argentina ha habido siempre dos proyectos que pelearon entre sí, dos proyectos de país que nosotros conocemos como “la pelea de los unitarios y de los federales”: dos proyectos antagónicos. El proyecto de los federales que miraba fundamentalmente a la administración del mercado interno y, otro proyecto que miró siempre hacia fuera, centrado en la Pampa Húmeda y en el Puerto de Buenos Aires. Estos dos proyectos atraviesan toda nuestra historia. Ya desde la Revolución de Mayo aparecen estos dos proyectos, lo podemos ver en la lucha entre el morenismo y el saveedrismo. Pero aparece con claridad ya con Artigas. Artigas, en carta a French, dice: “La libertad de América es y será siempre el objetivo de mi anhelo. (…) Sólo la unión puede poner sello a nuestra obra, fijemos la garantía de esta unión”. También le escribe a Simón Bolívar: “Unidos íntimamente por vínculos de naturaleza y de intereses recíprocos luchamos contra tiranos que intentan profanar nuestros más sagrados derechos”. Este proyecto, que es el de los federales, es el proyecto de la Patria Grande, es el proyecto latinoamericano. La lucha entre estos dos proyectos tiene una derrota fundamental en Argentina en la Batalla de Pavón que Urquiza entrega a Mitre en 1861. A partir de entonces, comienza la elaboración del proyecto que mira hacia el exterior. El derrotado está representado por los caudillos del interior, fundamentalmente por “Chacho” Peñaloza y por Felipe Varela, que es el gran caudillo que levanta nuevamente la bandera de la unión americana y que lucha en contra de la destrucción del Paraguay. El Paraguay tal vez fue la organización más digna de este proyecto federal: un proyecto autocentrado, que miró en primer lugar al mercado interno y que logró la industrialización con la participación hegemónica del Estado. Fue destruido absolutamente porque era una tentación para los otros países y por eso se lleva adelante la terrible guerra denominada de la Triple Alianza, que en realidad es de la Triple Infamia. LOS SECTORES POPULARES COMO SUJETO
En la década del ‘80 y ‘90 se impone el proyecto neoliberal, se construye el Estado moderno, el Estado moderno oligárquico dependiente del Imperio Británico que perdura hasta 1945. El 17 de octubre se produce la gran pueblada con la cual el peronismo llega al poder y recupera nuevamente el proyecto de los federales: el proyecto autocentrado, el proyecto que mira al mercado interno, que mira la patria latinoamericana. Por eso eleva los salarios; la clase obrera, o sea, los sectores populares vuelven a ser sujetos, vuelven a ser protagonistas, nuevamente luchan por su reconocimiento.
En primer lugar, se promueve el desarrollo del mercado interno; en segundo lugar, la intersubjetividad con el mutuo reconocimiento. A diferencia del proyecto oligárquico, son los sectores populares lo que pasan a ser reconocidos. Se recupera el sujeto pueblo. Nosotros no somos pueblo por estar juntos, somos pueblo si nos construimos como pueblo. Pero además, ésta es una categoría no solamente de las luchas populares, sino también de la sociología tercermundista y por lo tanto de nuestra filosofía. Recuperar la categoría pueblo en contra de otras categorías, como por ejemplo, la categoría multitud en lugar de pueblo. Y se nos ha dicho que llamarnos pueblo es “someternos a una limitación” y “encorsetarnos”. Una multitud de individuos no puede producir transformaciones si no se construye. Insisto en este concepto de pueblada: hubo tres grandes puebladas: el 17 de octubre del 45; la pueblada del 29 de mayo del ‘69 expresada como Cordobazo y finalmente la del 19 y 20 de diciembre de 2001, con la cual se quiebra el neoliberalismo. Tres grandes puebladas, además de otras grandes puebladas o puebladas menores, que siempre significan hitos históricos, en los cuales el pueblo se recupera como sujeto. PONERNOS, REPENSARNOS
Después de haber soportado esta ofensiva de la derecha, expresada sobre todo por las corporaciones agrarias con la lucha contra “la 125”, estamos en un proceso de recuperación en sectores populares y en sectores medios. Aquel gran sujeto popular que tenemos que recuperar tiene dos columnas fundamentales: la primera columna es propiamente popular, la columna pueblo. Y la otra columna es la columna de la clase media. Es importante que la clase media se recupere como pueblo. No hay posibilidad de un sujeto popular fuerte sin un buen componente de la clase media. Nos necesitamos mutuamente. En este momento, se está dando esta congruencia. Hemos visto convocatorias populares fuertes como la última que se hizo en Ferro, en Buenos Aires, y convocatorias de clase media que se están haciendo por nuevos canales. Me estoy refiriendo al programa “6, 7, 8” que ha convocado a miles de ciudadanos de clase media que se están incorporando a esta construcción del sujeto popular. Nos encontramos en esa etapa. Lo que tenemos que hacer pues es comenzar, ponernos, tenemos que repensarnos, reflexionar, repensar nuestra historia, reescribirla. No tenerle miedo al debate, debatir. No es necesario que estemos plenamente de acuerdo. Al contrario, la lucha por el reconocimiento significa que hay diferencias, pero reconocernos en esta diferencia, reconocernos es fundamental. Hemos vuelto al pensamiento político, hemos vuelto al debate político, estamos en un momento de reconstrucción del sujeto. Este Bicentenario nos mueve a eso. Estamos en un momento de recomposición y es una suerte poderlo vivir luchando, peleando, construyendo, pensando, creando. *Entrerriano-chaqueño, profesor en Filosofía y Ciencias de la Educación. Licenciado en Teología e investigador.
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danza
Ritmos afro, pueblos originarios y dictadura: tres propuestas para enriquecer la historia Texto Lucas Brito Sánchez. Dirección de Comunicación del Instituto de Cultura. Fotos María Kuhmichel
A
casi un año de su creación, el Ballet Contemporáneo del Chaco (BCC) recorre las rutas provinciales y nacionales con un repertorio cada vez más sólido y profesional. En las distintas instancias en que se mostró en público, el grupo de diez bailarines dirigidos por Mariela Alarcón y Lucas Garcilazo dio sobradas muestras de versatilidad, y demostró que el Ballet puede ejecutar coreografías complejas y delicadas como Haiku, Senderos o Urbano (esta último autoría de Leonardo Cuello). Pero el Ballet también aceptó el desafío de las discusiones del Bicentenario, muy cerca ya de los festejos a 200 años de la Revolución de 1810. Por esto, presenta tres nuevas coreografías que tienen a la historia como centro de discusión: Tabicados, Golpe originario y Tributo a Chelaalapi. Tabicados (con los ojos vendados) es una coreografía de Lucas Garcilazo que hace referencia a los hechos ocurridos durante la dictadura militar argentina (1976-1983). La obra presenta una particularidad: la sublimación del papel de la mujer, la exacerbación de lo femenino como madre, compañera y militante, evitando reducir el tema a la violencia o al fervor heroico. La exquisita pieza musical de Philip Glass atraviesa la obra y la parte en dos, empujando al espectador a momentos de éxtasis dramático. La técnica es agresiva pero también suave, con momentos de tensión (resaltados sobre todo en lo muscular) y de gran carga emocional. La última dictadura ha sido tratada extensamente en el teatro y la literatura chaqueña, pero debe decirse que es una de las primeras incursiones desde la danza, y particularmente, desde un Ballet Oficilal. Esta obra no remite a un hecho específico entre 1976-1983, y se opone a la versión de la “derrota”, abriendo un espacio que deja lugar a “la pasión” detrás de los hechos. Si bien la discusión del Bicentenario no se restringe a la dictadura, hay que reconocer que es ineludible en este debate, ya que forma una bisagra en la historia Argentina, siendo consecuencia de un modelo de nación ejecutado con tesón y crueldad. Con respecto a Golpe originario y Tributo a Chelaalapi, que rodean la identidad de las danzas chaqueñas, los directores del Ballet explicaron: “Nuestra mirada en composición y trabajo creativo refleja a un Chaco
tan joven y con una gran conjunción de culturas, entre ellas los pueblos originarios, la guaranítica, la afro-descendiente y la europea, que confluye en una identidad pluricultural y multicultural generando constantes dinámicas de movimientos. El Ballet, ante tales riquezas y diversidad cultural, está en búsqueda e investigación permanente, esto se puede apreciar en el amplio repertorio coreográfico que expresa la compañía”. Tributo a Chelaalapí (coreografía de Mariela Alarcón) es un trabajo conjunto con el Coro Toba, amalgama entre el cuerpo del BCC y melodías como “Mujer cazadora”, “Cacique” y la “Danza de la amistad”. Reinterpretando los aportes de los ritmos afro, Claudia Margosa montó la coreografía de Golpe originario, tratando de “encontrar el primer sonido que reconocemos, el golpe constante y sonante que nos dice que estamos vivos, y que está tan presente en el toque de un tambor, de un bombo, ese pulso que nos va dando también la cadencia, la belleza”. “Esta obra comienza con un grupo de inmigrantes africanos, que aportaron mucho a nuestra cultura; llegaron a nuestro país esclavizados, sin otra opción que permanecer y subsistir, y es allí donde comienzan a suceder la mixtura y el intercambio inevitable de las culturas por medio del golpe en el candombe que es tierra, luego nos encontramos con el malambo, danza masculina y de destreza que nos sigue conectando con la tierra a través del mismo golpe, hasta encontrarnos con el chamamé, que lo sostiene, lo acentúa y lo combina con su cadencia tan particular”, comentó Margoza. Entre la abundante producción de espacios de debate y bibliografía acerca del Bicentenario, el papel de las artes del cuerpo podría oscurecerse. ¿Qué puede aportar la danza a las discusiones del Bicentenario? es pregunta ineludible. Los coreógrafos Alarcón y Garcilazo aclararon: “Los bailarines del BCC tienen herramientas del Folklore, del Tango, de la Danza Clásica y Contemporánea, así es como nos encontramos ligados a los rasgos culturales del pueblo argentino y su historia. El Ballet busca afianzar la identidad chaqueña provocando intercambios entre artistas y públicos, con la idea de instalar pensamientos reflexivos en la comunidad”.