Divercine treinta años

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1992, 2021: treinta años de festival



La búsqueda del tiempo perdido y encontrado 5 Divercine en mi vida 16 De aquí hasta allá 18 Sobre el origen del Festival 20 Algunas apreciaciones sobre cine y educación 22 Una espectadora 28 Veinte años es un montón 30 Una nueva dirección 32 Antecedentes de nuestros talleres y presentaciones especiales 36 ¡Capítulo aparte merecen las sub-sedes de Divercine! 39



La búsqueda del tiempo perdido y encontrado En Uruguay 30 años equivalen a una generación, tal vez en el mundo a dos. Decimos que todo demora en llegar, a veces pareciera que llega cuando ya no es necesario, pero llega. Y nos referimos aquí al cine y tv para niños y jóvenes, también a esta aventura que ya tiene 30 años vividos y se llama Divercine. Nuestro festival comenzó casi simultáneamente con el Kinderfilmfest de Berlin, la sección niños del famoso festival, que ahora se llama Generation y con Renate Zilla, su directora, hicimos causa común, sobre todo en el respeto por niños y adolescentes y sus sensibilidades. En Sudamérica teníamos el ejemplo de Cineduc, el festival de Rio de Janeiro y nuestra gran amiga Marialva Monteiro. Siempre la formación de los niños se puso en manos de las mujeres, parece que en Uruguay había una diferencia. Y el éxito de Divercine fue inmediato porque la Cinemateca Uruguaya era una plataforma muy adecuada, desde sus contactos internacionales hasta la sala La Linterna Mágica, la primera equipada con proyección de video. Pero sobre todo la capacidad de reconocer la calidad artística, algo que no se aprende fácilmente en las universidades y que es la clave para llegar directo al público menudo. Niñas y niños no son tontos, si un film no les gusta empiezan a correr por la sala, a gritar jugar, algo que no ocurre en Divercine. En 1992 sólo había, en las vacaciones de invierno, Disney y Divercine. La sala del festival tenía 600 butacas y se llenaba, quedando gente sin localidades. Es por eso que el segundo año aumentamos de una a dos semanas, de esa forma llegábamos a más niños. En definitiva el principal motivo del festival es permitir el “acceso a los bienes culturales”, en este caso cine y TV de calidad. Desde un comienzo tuvimos el apoyo del Institu-

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to Interamericano del Niños, oficina especializada de la OEA con sede en Uruguay, y UNESCO, que entendió la propuesta rápidamente se sumó al proyecto. Es que desde la primera edición tuvimos todo lo que debe tener un festival internacional, con jurados y premios, buenas salas de exhibición, una gráfica adecuada y suficientemente clara para difundir la propuesta en todos sus términos. Promoción suficiente para que los niños y adultos se enteren y puedan acceder al festival. Así lo hicimos!! El intercambio con otros festivales del mundo, con realizadores, productores y distribuidores fue fundamental para conseguir esa programación de mucha calidad que siempre buscamos y encontramos. Sobre todo debemos destacar la gentileza, básicamente de directores y productores, de cedernos gentilmente los derechos, copias y todo el material promocional de sus films. Sin ellos Divercine no existiría.

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Los vínculos con festivales colegas, sobre todo de la región fueron y son un apoyo muy grande, sobre todo moral y de amistad, compartimos con ellos muchas instancias y festejamos, siempre que podemos, nuestra existencia y vigencia. Y aprovecho a recordad a Susana Velleggia, de Argentina, con la que vivimos muchos sueños hechos realidad. Incluso creamos una asociación entre los festivales, le dimos en llamar “Ciniño”, nombre que nos sugirió Marilia Franco en el Summit de Río de Janeiro, 2004 o 2005, cuando apostamos a un mayor intercambio, sobre todo de listados de diálogos traducidos al español, algo que generaba un trabajo y un costo siempre difícil de cubrir. La asociación no prosperó pero nos gustó apostar a la unión. Siempre nos planteamos que dentro de un festival internacional real debíamos organizar eventos especializados para llegar no solamente a niñas y niños, también a distribuidores, educadores, periodistas, autoridades nacionales y departamentales. Para ello organizamos varios encuentros con expertos internacionales. Recuerdo el taller de animación que hicimos con el argentino Víctor Iturralde, en la entonces sede del Instituto Goethe. La magia que transmitía Víctor con los niños era ejemplar y nos inspiró para continuar con la tarea.


Luego invitamos a una mujer también muy involucrada en el trabajo audiovisual para el público que nos ocupa, la brasileña Beth Carmona que nos había fascinado con su serie de TV Cultura: Castillo Ra-Tin-Bum. Un programa paradigmático en la televisión latinoamericana, un mojón de lo que se debe hacer. Luego siguió viniendo y ahora vamos nosotros al ComKids, el encuentro de TV infantil que ella organiza en Sao Paulo, donde además del Prix Jeunesse Latinoamericano tenemos una persona de consulta permanente y de confianza absoluta. Junto a la Alianza Latinoamericana Audiovisual, creada para intercambiar contenidos de calidad entre los distintos productores de la región, colegas y amigos muy queridos. Capítulo aparte fue nuestra relación con Plan DENI, plan de cine para niños, que surge a partir de una iniciativa de OCIC en esa época, ahora SIGNIS, la Oficina Católica Internacional del cine y un grupo de gente con la que compartimos objetivos como formar a niñas y niños en el lenguaje audiovisual. Si bien Divercine es absolutamente laico nunca tuvimos problema en juntarnos con gente bien intencionada y que trabaja buscando siempre la felicidad de nuestra infancia. Desde María Blanca Pígola a Carla Lima son muchos los colegas y amigos que cada año colaboran, tanto formando jurados como brindándonos buenos consejos y puntos de vista. Y llega el primer cambio. Es que a fines de 2004 renuncié a Cinemateca Uruguaya, llegando justamente a los 30 años de trabajo intenso, desde distintos frentes, en la institución. Fueron años más fecundos donde aprendí casi todo lo que sé pero considero que se debe dejar lugar a los jóvenes, no atornillarse a ninguna butaca. Pocos días después me llamó Martínez Carril a una reunión en el boliche de Soriano y Salto, donde, junto a Carlos Rehermann, me planteó que siguiera haciendo Divercine desde mi casa, aparentemente nadie de Cinemateca iba a continuar con el proyecto. Acepté y seguimos con el festival en La Linterma Mágica, pero en 2005 esa sala se cerró. Así que desde 2006 quedamos a la intemperie, buscando salas adecuadas para tan sensible propuesta, situación que se continúa hasta la actualidad. Luego empezaron a llegar los premios, uno los iba a buscar pero en realidad son de todo el equipo del festival, que no son pocos y son muy

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buenos! El primero recuerdo que fue en Fortaleza, Brasil, un festival joven que nos entregó un caleidoscopio de metal, que veremos en la exposición de los 30 años, junto a varios premios más recibidos en estos años, siempre rodeados de niñas y niños. Más que objetos son demostraciones de cariño que uno guarda en el corazón, un reconocimiento al cine y televisión para público menudo, a un festival que se dedica totalmente a presentar las calidades por sobre todo. Así llegamos a los 20 años y aprovechamos para hacer un libro, sobre todo con los hermosos afiches de Sebastián, lo imprimimos en A3 para que esos afiches quedaran en un tamaño grande como para adornar las paredes de muchos niños. Se distribuyó gratis como imaginarán.

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El tema Cine y Educación siempre nos preocupó, básicamente porque en la currícula de la educación de Uruguay se enseña literatura, dibujo, música, a veces hasta teatro, pero no se ocupa del lenguaje audiovisual, algo que los niños y jóvenes más consumen. Y Pierre Frémont, director de la Femi, fue el primero de una larga lista de invitados que nos ayudan, hasta hoy, a motivar un cambio positivo en la educación de nuestro país. El tema siguió siendo tratado año a año, tanto es así que creamos, hace ocho años, en el otro festival que dirijo “Atlantidoc”, lo que dimos en llamar la Mesa de Cine y Educación, integrada por Cineduca, Bachillerato Artístico, Universidad del Trabajo del Uruguay, el ICAU y otros agentes culturales que ya estaban trabajando en el tema, cada uno en su chacra, desde entonces con un ámbito de encuentro esporádico. De allí salieron proyectos muy buenos como “Filmadoc”, que produjo una serie de documentales de 10 minutos, por estudiantes y docentes de varios departamentos del país, muy recomendables. Por esa época, 2006, hicimos un programa de televisión que se llamó La Banda. Fueron 40 horas de un espacio de niños y para niños, en Televisión Nacional, que los hizo trabajar mucho y también aprender lo complicado que es producir algo de calidad en nuestro bendito país. Un desafío que quedó grabado y que pronto veremos online. Con respecto al afiche y toda la gráfica del festival (catálogo, sitio web, redes, avisos, spot de


TV, libros, etc.) teníamos el apoyo de UNICEF para su financiamiento. El problema es que cada año se hacía un llamado y se elegía el mejor oferente. Con este mecanismo cada año cambiaba notablemente la presentación pública de Divercine, algo que no ocurre en un festival internacional estable. Fue al cumplir 10 años que pedimos a UNICEF tener un diseñador estable y, por lo tanto, una gráfica identificatoria. Ahí apareció Sebastián Santana y no dudamos en encomendarle la tarea. Fue un placer reconocer su talento, tanto gráfico como en el fino dibujo, y seguir trabajando con él todo este tiempo. Y debemos reconocer en el proceso a Pilar Perrier que fue un gran apoyo mientras integró el plantel del Organismo aquí en Uruguay. Felizmente otras visitas nos demostraron que los realizadores de cine que conocimos en Divercine no solo son talentosos, también son buenas personas, tan íntegras como los personajes de sus films. Me refiero particularmente al francés Michel Ocelot, amigo de Divercine y, a través del festival, de varios artistas uruguayos. Lo hicimos trabajar en las dos oportunidades en que nos visitó, haciendo talleres de animación en el interior del país, con niños que no tienen oportunidad de conocer un maestro tan de cerca y aprender de él. Por entonces fuimos invitados a Bogotá, por Adelaida Trujillo y Patricia Castaño, a un encuentro de televisión de calidad donde participamos también de la firma de un documento importante, se llamó “Compromiso por una TV de calidad para niños y jóvenes”. Y vimos como ese documento firmado con mucho protocolo se convirtió en un cambio cualitativo fundamental en Colombia. Intentamos hacer algo similar en Uruguay, hablamos con el director del Instituto de Cine y propusimos la fecha de 8 de agosto, de 2011, aprovechando que estarían en Buenos Aires Maya Gotz, Secretaria general del Prix Jeunesse Internacional, y Beth Carmona para traerlas a participar del acto, que fue en la Presidencia de la República, con representantes del gobierno y de los organismos internacionales acreditados. Se firmó el “Compromiso” pero los resultados no fueron los mismos, todavía los estamos esperando. Tal vez la maestra de ceremonia lo recuerde porque es “Amiga de Divercine”, actualmente Directora de Cultura de la Intendencia de Montevideo, María Inés Obaldía.

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Y la danza de invitados siguió, nos dimos el lujo de traer para el Jurado Internacional a Juan Pablo Zaramella, de Argentina, y Jesús Pérez, de Bolivia, dos de los mejores animadores de América Latina. Y de paso hicimos una charla en el taller de Walter Tournier sobre animación para niños, mostrando el último trabajo del amigo boliviano. Ya que teníamos acceso a la Presidencia de la República aprovechamos su infraestructura para hacer una conferencia presencial y virtual sobre Medios y Violencia, con la ayuda de Guilherme Canela (UNESCO). Trajimos de Argentina a Tatiana Merlo Flores, de Uruguay a Gonzalo Frasca, y por videoconferencia a Divina Frau-Meigs, desde Dublin, y desde Perú a Rosa María Alfaro. http://archivo.pre¬sidencia. gub.uy/sci/proyectos/2013/05/ cons_min_682_anexo.pdf Lo curioso de toda esta historia es que los latinoamericanos que trabajamos en audiovisual infantil y juvenil, desde diferentes ángulos, nos conocimos en Munich. Fue por los años 90 en que su Secretaria General, Ursula von Zallinger, nos invitaba gentilmente a participar del festival, cada dos años, a todos nosotros. Una experiencia fantástica porque participábamos, durante una semana, de exhibiciones, discusiones y presentaciones de todo el mundo, siempre relacionadas a TV de calidad. Yo aprovechaba a traer una selección para la programación de Divercine. Luego se creó el Prix Jeunesse Iberoamericano, primero en Chile para continuar en Sao Paulo, un evento bienal ineludible y de rico intercambio, sobre todo de televisión de calidad para niños, organizado por Beth Carmona.

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Y entre el grupo de latinoamericanos apareció un holandés que se integró como uno más. JanWillem Bult fue uno de los invitados, en 2015, para hacer un seminario taller sobre “Producción de contenidos para televisión para público infantil”. Una experiencia en la sede del Centro Cultural de España que seguramente muchos colegas recordarán. Cuando cumplimos 25 años de Divercine invitamos a los colegas de la región, con el apoyo de la Organización de Estados Iberoamericanos, particularmente su director del momento Ignacio Hernaiz. Vinieron Beth Carmona, Cielo Salviolo, Aldana


Duhalde, Susana Velleggia y Jan-Willem Bult. Y aprovechamos para hacer en Encuentro de Productores de Contenidos de la región. Luego hicimos una reunión de talleres de cine para niños y jóvenes con dos invitadas especiales: Irene Blei de Argentina y Karen Garib de Chile, en el Espacio Cultural Tribu, mostrando la experiencia de cada uno y compartiendo con los uruguayos que también incursionan en el tema. Continuando con nuestro desvelo que es Cine y Educación, convocamos a una Conferencia sobre el tema, que realizamos en la Sala Zitarrosa, en 2019, con expertas uruguayas y una invitada que siempre admiramos, desde que la conocimos en Rosario, Argentina, en su momento Ministra de Cultura de la Provincia de Santa Fe, conocida como Chiqui González. Una hermosa experiencia que hemos transcripto y publicado en nuestro sitio web, en la sección Noticias: www.divercine.com.uy. En este sentido podemos mencionar que se creó una Mesa de Cine y Educación, integrada por Cineduca, Bachillerato Artístico, UTU, ICAU y el festival Atlantidoc, entre otros, con el objetivo justamente de plantear y resolver el tema. Y llegó la pandemia, la inseguridad se instaló en todos nosotros, la incertidumbre, pero Divercine no podía parar. Hicimos una serie de diálogos virtuales, por el Instagram del festival, con colegas de América Latina, todas ellas dedicadas a organizar festivales de cine para niños y jóvenes. Una experiencia muy linda que quedó grabada para cualquiera que la quiera consultar. Pero el desafío mayor fue mantener la programación y su acceso a los niños uruguayos! Ahí fue como comenzamos con este nuevo estadio, llamado “híbrido”, con parte de la misma en salas y otra parte online. Felizmente tuvimos la posibilidad de emitir una buena parte de la programación en Vera TV, una plataforma de streaming de la empresa de telecomunicaciones del Estado, con lo que, además, pudimos llegar a todos los niños y niñas del país. Una nueva situación que debemos pulir para mantener en el tiempo y llegar a más público en las mejores condiciones. Algo que previmos en 2019, en una reunión de la Red de Muestras y Festivales del Uruguay, ahora una realidad.

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Lo cierto es que un festival no lo hace una persona sola, el cine es un trabajo de equipo y Divercine es la demostración cabal. Si Divercine ha tenido una actividad constante, ininterrumpida y conservado el nivel de festival internacional, con todo lo que eso implica, es que ha demostrado un poder de adaptación y superación de obstáculos evidente. Hay amigos y expertos que nos han acompañado desde siempre, aportando su pienso, su tiempo y su cariño al proyecto. Amigos como Carla Lima, representante de Signis, aportando el jurado especializado y participando de todas las locuras que cada año le proponemos. A Sebastián Santana ni hay que mencionarlo, en esta oportunidad podrán ver una exposición en el Centro Cultural de España con su trabajo admirado dentro y fuera de fronteras. La técnica del festival que empezó en Tajam y sigue en Multimagen, un apoyo de Hernán y ahora de Carlos absolutamente imprescindible. Los traductores desde Inés Trabal hasta Andrea Cruz y Daniel Díaz. Los funcionarios del ICAU y del Montevideo Audiovisual que cada año deben dar trámite a las imprecisiones del suscrito. Hay directores de salas de cine, ahora también de plataformas virtuales, que tratan de entender de qué se trata Divercine, habilitando sus espacios para que los niños puedan conocer la programación cada año. Popi!! Enrique Pereira, que anima el afiche y nos brinda cada año un hermoso spot de televisión, con todo su talento. Toda la gente que nos ha ayudado en la comunicación del festival, desde su tiempo libre, tiempo voluntario y nunca suficientemente valorado. Los jurados que dan sus conocimientos para otorgar los premios, también generosamente, que son expertos de gran nivel internacional. Recuerdo desde Ana María Bavosi y Natalia Trenchi hasta Lala Severi, pero en 30 años hay un sinnúmero de aportes que debemos reconocer y agradecer, sobre todo a los miles de realizadores que han enviado sus obras para participar de esta aventura. Que cada año termina bien si llegamos a la cena en casa de Walter Tournier, un lugar muy especial, donde habitan todos los duendes del cine de animación y los propios amos de casa, que hacen muy buenos films y también cocinan muy bien!



Divercine ha transitado estos primeros 30 años con alegría y disfrute del público menudo, por algo se llama como se llama, por lo “diverso” de su propuesta artística y lo “divertido” de su programación en general. Hemos visto pasar muchas cosas en este tiempo, gente e instituciones que pasaron y el festival permanece. Por algo será, no sólo la tozudez de su director mantiene vigente tantos años un proyecto cultural. ¡¡Viva el cine, viva Divercine!!

Ricardo Casas Creador y Director de Divercine

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Divercine en mi vida Esta es una carta de amor a Divercine y también significa una carta de amor a Uruguay y una carta de admiración y gratitud a Ricardo Casas. Por suerte para los niños de América Latina, que han disfrutado de las obras expuestas en este Festival. Fue a través de Divercine, que se desarrolla en el país más austral del mundo, un país pequeño pero muy grande en todo lo que hace y representa, que conocí mejor el alma uruguaya de los poetas, los escritores y Jorge Dextler. En Uruguay, los habitantes son increíbles, inteligentes, creativos, atentos y con un humor especial. Inolvidable. Los paisajes uruguayos tienen un color, un aspecto y un olor muy especiales. País frío, pero acogedor, lleno de calor humano. ¡Y con buena y sabrosa comida! Vino, pasta, carne y alfajores. Con Ricardo Casas conocí a Divercine, luego a Walter Tournier y a Lala Severi, Sebastián Santana, Alfredo Soderguit, Florencia Donagaray, Florencia Forne, Enrique Popi Pereira, Leonardo Croatto, Hernán Rodríguez, Melina Sicalos y muchos otros amigos. Divercine en sus 30 años ha hecho mucho más que un Festival para Niños. Ha formado personas, promovido encuentros, coproducciones y horas agradables de una comunidad de amigos con fuertes lazos. Larga vida al Festival Divercine, ahora bajo nueva dirección, pero con la presencia única y eterna del gran uruguayo Ricardo Casas.

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Beth Carmona Festival ComKids



De aquí hasta allá -”Hace frío pero no tanto”, escuché y me dio gracia sentir que mi nariz se helaba, pero seguí de largo, llegaba justo. Menos mal, porque cuando entré estaba destartalada la carpa y Ricardo intentaba enderezarla con una mano, en la otra sostenía librillos o algo así. Enseguida la cola de niños se esparció por la sala mientras alguna madre pasaba por boletería, la mayoría entró a la exhibición como quien llega a su plaza el domingo. Al lado en el hall terminé de acomodar la carpa; ella había sido la idea de uno de los chiquilines que antes había propuesto esa posibilidad para mostrar dispositivos sobre el cine y su magia. La idea se hizo realidad, al salir de la sala de exhibición, entre cortos y largos se metían a la carpita solo para hacer un dispositivo artesanal móvil. Aquellos visitantes jugaban con materiales para crear su taumatropo original. Salían y entraban zumbando con hojas para dibujar, bastante mal recortadas. Ni me acuerdo qué año sería, pero me gusta revivir ese momento y algún otro, como cuando se deliberaba para votar por una peli. Una vez una niña venida en jurado me dijo “es como que de aquí hasta allá donde se hizo esa peli es muy lejos, pero lo que a esa le pasó a mi me pasa igualito”. Protagonistas cinéfilos, a veces de 8 años pero generalmente un poco más grandes, pasaban de moverse en estampida a enfocarse atónitos ante la vida de un personaje desconocido. Eran las vacaciones de julio y había Divercine. Hoy, varios años después me asalta esa alegría infantil y al mismo tiempo se activan penas vividas en películas que degusté junto a enjambres de chiquilines con los que lloré o enmudecí, ante culturas en apariencia distantes que no se fueron más de nuestra experiencia íntima. Y van a estar con nosotros como 30 años más, no por haberlas visto a oscuras dejan de brillar en lo que somos. 18

¡Larga vida al cine!

Carla Lima Plan Deni



Sobre el origen del Festival Cinemateca Uruguaya, dirigida por Manuel Martínez Carril y el Instituto Interamericano del Niño (OEA) cuya dirección estaba a cargo de la Dra. Eugenia Zamora, efectuaron dos muestras de cine para niños “Mañana Serán Grandes” (noviembre 1990), y “El Niño y su Entorno” (junio 1991). A partir de 1992, Cinemateca Uruguaya y el Instituto Interamericano del Niño (OEA) comenzaron a realizar en las vacaciones invernales de julio, un Festival Internacional de Cine para Niños, Divercine. Durante las dos semanas de duración de cada Festival se presentaron cortos, medios y largometrajes de varios países incluido, lógicamente, Uruguay. El Festival fomentó la participación de películas realizadas por niños quienes tomaron parte en varias creaciones. También los niños fueron uno de los jurados, votantes y ganadores en Festivales. En el primer Festival, 1992, fue exhibido, entre los cortometrajes realizados por niños “Mensaje del Dr. Talice a los niños”. Preocupación ecológica (Uruguay 1992) de la Asociación Scout-Profauna (15´). El Profesor Dr. Rodolfo Talice fue médico, docente, investigador en parasitología y eco-etologia. Su enorme interés por la cinematografía científica le abrió el sendero para la creación del Instituto de cine, aprobado por la Universidad de la República, ICUR (Instituto Cine Universidad República) en 1951. Este Instituto dirigido, honorariamente , por el Dr. Talice realizaba, en su mayoría, películas científicas así como también películas artísticas, sociales, históricas. ICUR fue cerrado, lamentablemente, en 1974 por el gobierno militar. Al estar ya retirado de las aulas, el Dr. Talice, se dedicó , con relevancia destacada, a ser un comunicador social. Divulgó por radio, TV y también cine de temas sobre el cuidado del ambiente, rol que tuvo gran impacto en varias generaciones. Con “Niño y Ambiente” se relacionaban las películas exhibidas en cada Festival, en lo familiar, escolar, geográfico, de diferentes culturas y lenguas.

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La sede central de los Festivales siempre fue Montevideo. Ya desde el Primer Festival se realizó en Colonia. En el Tercer Festival también en la ciudad de San José. En el Cuarto Festival en Rosario de Santa Fe (Argentina) y Sao Paulo (Brasil). El Quinto Festival (1996), también en Melo , y en Buenos Aires (Argentina) y Porto Alegre (Brasil). Y así siguió en distintas sub sedes. Durante todo el año 1996, Montevideo fue Capital Cultural de Iberoamérica. Y entre los meses de julio, agosto y setiembre , fue “Ciudad abierta a los niños” y el -Festival - inauguró esa programación, según el Departamento Cultural de la Intendencia Municipal de Montevideo. Divercine se fundó, realizó durante 30 años y la propuesta es que siga renovándose.

Ana Sineiro Cofundadora de Divercine



Algunas apreciaciones sobre cine y educación La celebración del 30mo aniversario de Divercine conjuntamente con la retirada voluntaria de su creador y director Ricardo Casas, genera múltiples emociones y merece varias reflexiones. Desde el rol de educadora audiovisual, durante mi desempeño como tallerista y luego como formadora de formadores en pedagogía audiovisual, tuve contacto con Divercine y conocí sus cambios y devenires en el correr de los años, siendo testigo del incansable interés del Festival en servir a la formación de las infancias y juventudes, así como establecer lazos estrechos con la educación formal de nuestro país. En sus primeros años, no solo tuve la oportunidad de participar de alguno de los Jurados del Festival, sino que además compartí con mis hijas pequeñas esos momentos de iniciación al cine. Fui testigo de las largas matinés en La Linterna mágica, repleta de niños y adolescentes, en las que podía observarse a aquellos que vivían sus primeras experiencias cinematográficas hasta los más grandecitos que consultaban sus catálogos con curiosidad para ver “cuál viene ahora”: allí se respiraba el más puro aire cinéfilo. Un acontecimiento colectivo transformado en celebración, acompañado de propuestas de juego, de pequeñas creaciones, en el que se hacía presente el arte y el encuentro. Como describe Augustowsky1 “se trata de una experiencia física, potente en términos sensoriales y afectivos, simbólicos y materiales” y que pasados treinta años, cobra aún más vigencia para la formación de niños y jóvenes.

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Divercine ha permitido que miles de niños tuvieran la oportunidad de ver cine de la mejor calidad, juntos. Porque si algo debe decirse de este Festival es el rigor y profesionalismo con que se organizaron cada una de las treinta programaciones que el público infantil tuvo a disposición. Es en este cuidado por los contenidos seleccionados con criterio estético, atendiendo los intereses de niños y jóvenes, y asegurando diversidad de formatos, géneros, procedencias, temáticas, que reside uno de sus principales valores formativos. Así miles de niños tuvieron oportunidad de conocer películas maravillosas de destacados directores de todo el mundo, entre las que recuerdo vivamente desde largos de ficción como El cortaplumas (Ben Sombogaart, Holanda, 1993 ), hasta animaciones como Kirikú y la hechicera (Michel Ocelot, Francia, 2000); desde animaciones de la National Film Board de Canadá como Los derechos del corazón (1996) hasta las extraordinarias historias que Walter Tournier nos fue regalando en el correr de los años; admirables películas japonesas, nórdicas y



latinoamericanas entre otras. También muy tempranamente llegaron los mejores programas de TV para niños que se estaban realizando en el mundo, aquellos de TV brasileña como Castillo Ratimbum o los mejores materiales de canal Pakapaka, los premios Prix Jeunesse que han acompañado el festival durante toda su existencia. Desde un punto de vista de formación de espectadores, este cuidado por la calidad artística de las películas hace que el festival se vuelva un lugar para la imaginación, la sensibilidad y la emoción, y sobre todo para la apertura hacia la diversidad cultural y social. En el actual contexto de oferta audiovisual dominada por las industrias culturales, que responden preponderantemente a intereses comerciales, en el que las nuevas formas del consumo digital, conduce a niños y jóvenes a contactarse cada vez más solos y con una programación más homogénea, propuestas como Divercine se hacen fundamentales para hacer accesible la diversidad existente en el arte audiovisual. El contacto con esta diversidad estética, cultural, lleva a los niños a conocer distintos mundos y distintas formas de narrarlos, a problematizar los estereotipos que plantea el audiovisual industrial y a reflexionar sobre distintas realidades. Desde la pedagogía de la creación Bergalá2 valora el encuentro con el cine como encuentro con la alteridad, con lo diferente y extraño, como forma de contactarse con la naturaleza del cine y potenciar la apertura de pensamiento y la imaginación, la capacidad de integración y la sensibilidad.

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La conciencia del valor formativo del cine ha sido una constante en Divercine y este interés llevó a adecuar la propuesta para que pudiera ser aprovechada por niños y educadores en espacios de educación formal. Desde el campo de la pedagogía audiovisual numerosos autores señalan la importancia de que la educación formal se ocupe de la educación de la mirada, estableciendo la necesidad de que la institución educativa destine tiempos y espacios para experiencias con el cine. Desde el área de formación docente en la que me desempeño, la preocupación de la formación específica de los futuros educadores en la cultura cinematográfica y en su importancia para una formación integral, se promueve el desarrollo de competencias y saberes para que los futuros maestros y profesores cuenten con las herramientas necesarias para trabajar con sus alumnos en cine en la escuela. Uno de los problemas que más se discute en este ámbito es la necesidad del acceso a materiales de calidad para lo que Divercine realiza año a año un aporte fundamental. Este compromiso con la educación movilizó a Ricardo Casas, a promover la creación de la Mesa de Cine y Educación que desde 2013, convocada por el ICAU y las asociaciones y organizaciones del sector audiovisual, trabajó mancomunadamente con instituciones y diversos grupos de trabajo de la enseñanza para generar intercambios y promover la avances en la educación audiovisual. A partir d e esta experiencia surge el Compromiso Audiovisual que establece la importancia de la formación de espectadores y la necesidad de la elaboración de un Plan Nacional de Educación Audiovisual que atendiera las necesidades de disponibilidad y formación como parte del derecho a la educación en la sociedad contemporánea.



El apoyo de Divercine a las experiencias educativas audiovisuales también se manifestó en espacios de formación para docentes, mediante conferencias y workshop con especialistas internacionales. Pero también la consideración de las actuales prácticas de creación de niños y jóvenes tuvieron un lugar de exhibición para cortometrajes realizados en contextos educativos. Fue el caso entre otros, del corto documental Siguiendo la música realizado por estudiantes de Cineduca del Instituto de Formación Docente de San Ramón con los niños de su práctica docente, que recibiera el premio a mejor producción nacional. En el momento de la celebración de sus 30 años, resulta muy relevante que Divercine se prepare para continuar su valioso aporte a la cultura y educación del país y la región. Esto es posible gracias a que su director ha tenido la inteligencia y generosidad de formar a un equipo de jóvenes que continuará sosteniendo este Festival que es referencia cinematográfica en lo internacional y aporte fundamental para la educación. Sin duda resulta un gran desafío para los nuevos gestores. Pero debe insistirse sobre la responsabilidad de las instituciones nacionales de desarrollar los apoyos necesarios a las necesidades de esta propuesta que es de enorme valor en lo cultural y educativo. Desde el campo de la educación audiovisual uruguaya acompañamos este festejo y deseamos larga vida a Divercine, que continúe iluminándonos su ardiente antorcha, su pasión por el cine y su compromiso con los derechos de la infancia y juventud.

Cecilia Etcheverry CineEduca

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Augustowsky, G. (2017) La creación audiovisual en la infancia: De espectadores a creadores. Paidós BsAS

Bergalá, A. (2007) La hipótesis del cine Pequeño tratado sobre la transmisión del cine en la escuela y fuera de ella. Barcelona: Laertes.

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Una espectadora Hola Ricardo, vos no me conocés, pero yo te veo desde niña. Te escribo para contarte que fui, junto a mi hermano, jurada de cine del Festival Divercine, durante muchos años de mi vida. Recuerdo cuando El Cortaplumas (película que me marcó) salió premiada y hoy me entero que era en el ‘93, yo solo tenía siete años -no se si iba de colada o ya era jurado- pero allá pasábamos las vacaciones de julio en La Linterna Mágica, desde la mañana con la planillita marcando puntuaciones de películas muy distintas a las que el cine comercial o la tv nos mostraban. Además tuve el placer de participar de Plan Deni como niña, en el colegio, otra alegría, con mi profe Victorio, al que todavía recuerdo. ¡Hoy con veintinueve años estoy profundamente agradecida de haber crecido viendo tanto y tan buen cine! Me dedico a dar talleres de plástica y dibujo para niñxs pero sigo siendo amante de la pantalla :D Me imagino que debe costar muchísimo realizar este festival año a año y quería decirte que es una alegría que siga habiendo gente haciendo lo posible por mostrar cosas distintas a lxs niñxs. Nada, quería manifestarte lo mucho que vos tenés que ver con mi vida sin saberlo, así que ¡gracias! El sábado fui a ver los cortos al CCE y ver el librillo de los 25 años me despertó la necesidad de decirte esto. Saludos y de nuevo ¡gracias! Mariana

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Veinte años es un montón Es tiempo suficiente para que pasen muchas cosas. Necesariamente, incluso aunque uno no quiera, aunque incluso no parezca. Es un quinto de siglo, cuatro lustros, dos décadas, unos siete mil trescientos días. En veinte años se aprende a dibujar. O, mejor dicho, se empieza a aprender a manejar algo de lo que quizás ya se sabía: se aprende algo de luz y de iluminación, de perspectiva, de color, de forma, de composición, de balance y de equilibrio. Se mejoran algunos trucos, se abandonan otros y se reconocen algunas soluciones como suficientes: no hay que hacer todo visible para que algunas cosas estén presentes en un dibujo; muchas veces alcanza con sugerir; hay que dejar ser lo que el dibujo empieza a ser una vez que se rompe el silencio de la hoja vacía; hay que ver qué pasa si se deja de lado al negro; no está nada mal meterse con un color de fondo inextinguible para encontrar qué sentido le da a lo que uno había pensado; hay que confiar en quien mira para que el dibujo tenga sentido. Y en veinte años se puede pulir una forma de pensar. Se le puede dar forma a la manera en que se arman o encuentran las ideas, los conceptos, las uniones caprichosas que sostienen lo que luego se dibujará. Hablo en condicional acá porque, para que el pensamiento crezca y se haga más complejo, mas completo, hay que trabajarlo como con el acto de dibujar, como con cualquier cosa que se haga. Hay que darle espacio y tiempo, hay que ocuparse de eso. No es algo que suceda por sí mismo. Ni lograr dibujar un poco más cerca de lo que se imagina, ni lograr pensar ordenadamente, ampliamente, tratar de pensar mejor son cosas que sucedan solas, incluso en veinte años. Entonces, en veinte años se aprende, entre otras cosas, a hacer carteles. Se aprende qué cosas que se sabían hace cuatro lustros estaban bien y se comprueba eso con la práctica pero, mejor todavía, se aprenden, se ven, se leen y se sienten muchas cosas, y con todo eso, y un espacio generoso y fiel como Divercine, se aprende a hacer carteles. Seguir teniendo este trabajo todos los años desde el 2002 es un privilegio, una alegría, algo para festejar. 30

Ya veremos dónde estamos en veinte años y cómo será el cartel del Divercine 50. Ahí vamos.

Sebastián Santana Ilustrador y diseñador de Divercine desde 2002



Una nueva dirección 32

Hola. Somos Florencia, Pablo, Camila y Alvaro. Trabajamos en cosas relacionadas a la comunicación y las infancias. Nos gusta crear audiovisuales para pequeños seres, hemos dado forma a festivales, nos hemos aventurado a escribir e investigar sobre el tema. En fin, hacemos muchas cosas. Pero tal vez lo más importante para contarles es que somos los adultos que cuando éramos niñas y niños fuimos a Divercine. Tal vez lo más importante, o lo más lindo, para contarles acá, son algunos de los recuerdos de esas salidas mágicas en medio de vacaciones de invierno a ver películas. Divercine era una fiesta en aquellos años, una fiesta en la pantalla donde veíamos luces asombrosas que no veíamos en ningún otro lado. Y veíamos en cantidad, para una época donde no había tanta oferta como hoy. Pero también era una fiesta la aventura de llegar al cine. El Festival era un pretexto que los adultos que nos llevaban tenían para compartir con nosotros el viaje por la ciudad para llegar al santuario de la sala oscura.



Hoy somos esos adultos en los que ese cine plural marcó huella. Hoy somos profesionales que hemos decidido jugar a crear imágenes. Y nos gusta pensar que ese niño y esa niña que disfrutó Divercine habita en nosotros. Hoy somos los adultos que contamos con el honor y la responsabilidad de dar continuidad a este hermoso legado que es el Festival de Cine Infantil Divercine. Uno de los primeros del continente, y probablemente, uno de los de mayor trayectoria. Tomar esta posta es un enorme desafío, pero también es un sueño que soñábamos sin saber que lo hacíamos, y que se hace realidad de pronto. Y estamos agradecidos por la confianza. Y estamos imaginando a toda máquina como seguir con este sueño que se empieza a materializar. Queremos que Divercine siga siendo esa fiesta para las infancias. Queremos que niñas y niños vivan el cine como una experiencia amplia y diversa que les aporte sentido a sus vidas, además de entretenimiento. Que la pantalla sea ventana a otros mundos, y que también se vuelva lienzo para imaginar más mundos todavía. Queremos que el cine siga siendo una excusa para salir del sofá e ir al encuentro de otros y reconocernos. Pero no paramos ahí. Queremos que Divercine también sea una oportunidad para que nuevos realizadores se aproximen, se enamoren y decidan especializarse en la creación audiovisual para las infancias. En fin, queremos que Divercine crezca y siga siendo un espacio y tiempo de disfrute y crecimiento para las infancias. Nos vemos.

Florencia Donagaray

Camila de los Santos Pablo Maytía

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Álvaro Adib



Antecedentes de nuestros talleres y presentaciones especiales 1995 · Conferencia sobre “Percepción pública del impacto de los medios sobre los niños”, a cargo del Economista Alberto González Ramagli. 1996 · Seminario Taller sobre “Programación de TV para niños”, a cargo de la experta venezolana Fina de Sapene. 1997 · Taller de animación de los expertos canadienses Eliane y Pierre Troudeau. 1999 · Taller “Cuentos audiovisuales creados por niños”, a cargo del animador argentino Víctor Iturralde. 2004 · Conferencia sobre “Televisión de calidad en América Latina”, a cargo de la experta brasileña Beth Carmona. 2005 · Conferencia en el MEC sobre “Educación del lenguaje audiovisual en la educación normal”, a cargo de Pierre Frémont, director del Femi (Francia).

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2006 · Producción y realización del programa de Tv “La banda”, en TNU, con 40 horas emitidas, actualmente en el Archivo General de la Universidad de la República. 2007 · Presencia del animador Janno Poldma, de Estonia, para presentar su largometraje y dialogar con colegas de la región.


2008 · Taller de Beth Carmona sobre Televisión de calidad, destinado a funcionarios de televisión, realizado en el Instititu de Cine y Audiovisual del Uruguay. 2009 · Taller de animación para niños de Pueblo Aznares, a cargo del animador francés Michel Ocelot, y presentación de su film “Azur y Asmar”. 2011 · Apoyo a la firma del “Compromiso por la formación de público infantil y juvenil”, aprovechando la visita de Beth Carmona y Maya Götz (Secretaria General de Prix Jeunesse Internacional), en Presidencia de la República. · Exposición “20 años de Divercine”, en el Punto de Encuentro del Ministerio de Educación y Cultura. Libro Divercine 20 años. 2012 · Reunión de animadores uruguayos con los invitados Jesús Pérez (Bolivia) y Juan Pablo Zaramella (Argentina), en el taller de Walter Tournier. 2013 · Conferencia internacional sobre “Medios y violencia”, realizada en Presidencia de la República con invitados en sala y otros por Skype, emitida por Internet de Presidencia, con el apoyo de UNICEF. 2014 · Taller de animación para niños, en la Casa de la Cultura de Maldonado, a cargo del experto francés Michel Ocelot. 2015 · Seminario Taller sobre “Producción de contenidos de televisión”, donde participaron representantes de todos los canales de televisión del país, a cargo del experto holandés Jan-Willem Bult. 2016 · Encuentro de Productores de Contenidos audiovisuales para niños y jóvenes, a cargo de Beth Carmona, Jan-Willem Bult, Cielo Salviolo, Mariana Loterzpil, Aldana Duhalde y Susana Velleggia. 2017 · Exposición “25 años de Divercine” en la sala de exposiciones del Ministerio de Transporte y Obras Públicas. Libro Divercine 25 años.

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2018 · Reunión con talleres de formación audiovisual para niños y jóvenes, a cargo de Irene Blei (Argentina) entre ellos los dirigidos por Florencia Forné, Carolina Deveras, Carla Lima y varios más. · Conferencia de formación de públicos con Irene Blei y Karen Garib. · Taller de producción de televisión para y con niños, a cargo con la representante del Consejo Nacional de Televisión de Chile: Karen Garib. 2019 · Conferencia sobre Educación Audiovisual. Participó Mag. Cristina Hernández (Directora de Institutos Normales), Carla Lima (Directora del Plan DENI), Cecilia Etcheverry (Directora de CINEDUCA), Chiqui González (Ministra de Cultura de Rosario – Argentina). · Taller de Giovanni Princigalli sobre realización de un cortometraje por niños de un barrio de contexto crítico de Montevideo, con apoyo de Carla Lima, responsable del Plan DENI. 2020 · Diálogos sobre cine y educación con los representantes de festivales colegas y productores de contenidos para niños. Realizamos una por semana, por Instagram live, quedaron grabadas para que cualquiera pueda escucharlas, con: Beth Carmona – ComKids – Brasil, Liset Cotera – La Matatena – México, Claudia Rodríguez Valencia – Preciosa medios – Colombia, Liliana de la Quintana – Colibrí – Bolivia, Cielo Salviolo – Pakapaka – Argentina, Marialva Monteiro – Cineduc – Brasil.

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2021 · Conferencia sobre “Cine y Educación proyectando futuro”, panel integrado por Carla Lima de Signis Uruguay, Divina Frau-Meigs de la Sorbona de París y Omar Rincón de la Universidad de los Andes de Colombia. · Exposición “30 años de Divercine”, en el Centro Cultural de España. · Libro “Divercine 30 años”.


¡Capítulo aparte merecen las sub-sedes de Divercine! Apenas finalizada la primera edición del festival apareció Horacio Ríos por la Cinemateca, estaban creando en Rosario (Argentina) un Centro Audiovisual con el amigo a la cabeza. Ya nos pidió Divercine para exhibirlo allá y resultó relativamente fácil desde el momento que es un festival que armamos totalmente con copias video. O sea que en 1993 empezaron a aparecer las “sub-sedes” de Divercine en el exterior, en este caso con los vecinos argentinos. Y seguimos en Rosario hasta que Horacio, ya en un cargo mayor en el gobierno, lanzó su propio festival, Ojo al piojo, y se independizó. Pero amigos y colegas empezaron a pedir nuestro festival para organizar otras sub-sedes como Guadalajara, en principio en la Universidad de esa ciudad, a cargo de Gustavo Domínguez, luego saliendo del ámbito universitario con Jorge Triana. También la Cinemateca de Venezuela lo pidió, al mismo tiempo, y tuvimos esa sede desde entonces hasta 2006, año en que ya fue imposible organizar un festival tan delicado con autoridades tan dispersas. Pero seguimos por varios años en San Juan de Puerto Rico, con Luis Echeverría y su mujer, hasta que esta murió y la isla entró en Default. Otro día apareció por la oficina de coordinación de Cinemateca, en el sótano de Lorenzo Carnelli, Ricardo Ramón, en ese entonces director del Centro Cultural de España en Lima y allí se selló otro convenio que duró varios años y vimos como una institución bien dirigida era un bello lugar para acercar Divercine a más niñas y niños. Luego vino Chile con la Universidad Católica de Valparaíso, donde organizamos el festival y también Santiago y alguna ciudad del sur de ese país cordillerano. Fueron lindas experiencias que no duraron mucho pero dieron sus frutos. Ahora vemos como ya tienen sus propios festivales.

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En Argentina crecieron las sub-sedes y una muy sureña y que no tuvimos oportunidad de conocer personalmente presentó el festival durante años, San Martín de los Andes. Que luego se replicó en Mendosa y Santa Fe. Pero Brasil no quedó al margen de Divercine! Durante la dirección de Bia Barcellos en la Dirección del Audiovisual de la Usina del Gasómetro, en Porto Alegre, pudimos replicar el festival allí, con su propia traducción al portugués con actrices de primer nivel. Y hasta pudimos llevar esa versión a la Cinemateca Brasileña de Sao Paulo, institución colega y hermana que tanto admiramos. Colombia no quedó al margen, hicimos el festival en la Cinemateca Distrital de Bogotá un par de años, aprovechando una pasante alemana que allí estaba y se ocupaba de gestionar Divercine. El proyector de video no era lo mejor pero los locales eran suficientemente céntricos como para acercarse a muchos niños.

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El interior del país fue siempre un dolor de cabeza! Llegamos a casi toda Iberoamérica y no podíamos exhibir el festival en el interior de Uruguay. Doloroso. Hasta que una socia de Cinemateca se animó a organizar el festival en Trinidad, Flores, durante tres años. Con Roberto Elissalde hicimos un convenio para llegar a varios pueblos a través de los Centros MEC. Durante algunos años pudimos llegar a muchos niños del interior, hasta un par de años después de la salida de Elissalde del Ministerio. Un año tuvimos 5000 niños en Paysandú, en oportunidad de contar con la Inspectora de Primaria de ese departamento. En Maldonado tuvimos apoyo de la Intendencia durante algunos años, pero ya se perdió esa posibilidad hace tres años. Un año presentamos Divercine en Florida, gracias a una gentil invitación del director de cultura de esa Intendencia. Y tuvimos sub-sede en Colonia durante tres años. Sin olvidar un par de años en Salto, en las instalaciones de la Universidad del Norte. En Canelones lo presentamos un par de años, en el Espacio Cine, organizado por Rubén Martínez. Y en La Paloma también estuvimos dos años en un Centro cultural y gracias a un cinéfilo de la zona. También llegamos a República Dominicana, Costa Rica, Ecuador pero en esporádicas presentaciones, sin lograr una gestión que asegurara continuidad, aunque vimos como otros festivales colegas se fortalecieron.


Y finalmente tuvimos una sub-sede en Zaragoza, durante dos años, con la gestión de una uruguaya que vive allí y una francesa que hizo su pasantía en el Divercine de Montevideo y luego se radicó en España donde trabajó en el festival de Pamplona y luego en nuestra sub-sede. Las vueltas de la vida que benefician finalmente al público infantil, un público que merece y necesita algo más que Disney y colaterales. En Montevideo tuvimos la suerte de presentarnos en la sala Héctor Tosar, del Auditorio Nelly Goitió, del SODRE, durante algunos años, con buen éxito. Y en varias salas de Montevideo, tratando de cubrir todos los barrios, desde la Zitarrosa hasta la sala Movie del Nuevo Centro Shopping, también con éxito de público y la alegría en el corazón de llegar a todos los públicos, sin exclusiones. Una historia digna de recordar y dejar constancia, las fotos no me dejan mentir, un orgullo más que tiene no solamente este gestor cultural sino el Uruguay y sus instituciones. Fueron años duros, en los que tuvimos que adaptarnos a todo tipo de dificultades, desde la pandemia de la gripe H1 hasta la del Covid-19, pasando por muchas administraciones, cambios de salas y procesamientos técnicos diferentes. Lo que nunca faltó a la cita fueron las sonrisas de los niños, niñas y unos cuantos adultos que también ingresaron a Divercine.

Ricardo Casas Bagnoli

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Gracias a Beth Carmona, Carla Lima, Ana Sineiro Cecilia Etcheverry, Mariana, Florencia Donagaray, Pablo Maytía, Camila de los Santos, Álvaro Adib, Carlos Rodríguez (de Multimagen), Enrique Popi Pereira, Michel Ocelot, Víctor Cunha y al Uruguay por ser “tolerante”...


DIVERCINE Festival Internacional de Cine para Niñas, Niños y Jóvenes Director Ricardo Casas Producción del Festival La Compañía del Cine Canelones 2226 ap. 102 C.p. 11.200 Montevideo, Uruguay +598 2401 98 82 +598 99 204 182 contacto.divercine@gmail.com lacompaniadelcine@gmail.com www.divercine.com.uy facebook.com/divercine.cineparaninos www.instagram.com/divercine_festival Diseño gráfico e ilustraciones Sebastián Santana Camargo Montevideo, Uruguay Setiembre, 2021


Final abierto El final de este libro queda en tus manos. Acá te dejamos uno de los bocetos del cartel para la edición n° 30 del Festival, como para que lo puedas colorear, respetando o no los bordes. Como prefieras, como quieras, como puedas. También lo podés rayar encima, o en los costados. O quitar personajes. O agregar algunos. O cambiarlo todo. Hacer, en definitiva, lo que quieras con él. Es para vos, como lo ha sido el Festival durante todos estos años :)

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