Alicia Caldera - Misantropías - Sueños Breves 2

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/ un proyecto de A LICIA CA LDER A

Catálogo de la exposición Misantropías en la Galería sb-: http://www.sebastian-bejarano.com/galeria.html del 29 de julio al 21 de septiembre de 2012

MISANTROPÍAS

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/ un proyecto de A LICIA CA LDER A

Catálogo de la exposición Misantropías en la Galería sb-: http://www.sebastian-bejarano.com/galeria.html del 29 de julio al 21 de septiembre de 2012

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texto introductorio de la colección

[SUEÑOS BREVES] Galería sb- es un espacio dedicado a la muestra de trabajos invitados. La escogencia de éstos, se debe a que encuentro en ellos un lugar literario... un lugar de sueños breves. El origen de este nombre se halla en la lectura de Jean Cocteau, quien escribió: El desintoxicado experimenta sueños breves, y despertares que quitan las ganas de volver a dormirse. Parece que el organismo salga de una hibernación, de esa extraña economía de las tortugas, de las marmotas, de los cocodrilos. Nuestra ceguera, nuestra obstinación en juzgarlo todo según nuestro ritmo, nos hacían considerar la lentitud de las plantas, como una serenidad ridícula. Nada ilustra mejor el drama de la desintoxicación que esas películas aceleradas que revelan las muecas, los gestos, las contorsiones del reino vegetal. Sin duda el mismo progreso en el terreno auditivo nos permitirá oir los gritos de una planta. sebastián


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Para ver exposiciones anteriores, por favor sigan la siguiente direcci贸n: http://issuu.com/sebvastian

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Pues el muro es una palabra. Y no hay palabra que ĂŠl no cuente como una piedra en el muro. Paul Auster


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a partir de Alicia Caldera y sus Misantropías

[CLASES DE MUROS]

EL QUE MIRA DESDE EL MURO: se peina el cabello alborotado por el viento, se pone la mano sobre los ojos para protegerse de la luz, mira a lo lejos y extiende la otra mano hacia delante: ¡Mirad qué hermoso! Peter Handke

Un día, de noche, encontré a una mujer ordenando muros. La conocí por azar. El mismo azar del viento. Llegué a ella como si un despliegue de inquietudes me hubieran remitido a su escondite. Yo solo estaba ahí una noche de junio y ella apareció. Es una mujer particular. Por ejemplo, en lugar de colocar los libros en su lugar, las hojas sueltas en un sitio habitual o los marcadores de página en la página actual, ella ordena y vuelve a ordenar su interminable colección de muros. La muroteca, decía. No me pregunten dónde guardaba tanta pared de concreto, tanto grafiti pintado o tanto ladrillo escondido detrás del enchapado. Al parecer era un espacio abierto, sin puertas ni ventanas, una especie de laberinto inventado, pero real, es decir: creado. Y digo inventado por la sencilla razón que no existe tal laberinto, y sin embargo puede que uno se pierda fácilmente en él. Aquella vez me comentó sobre un muro maracucho que se quedó mirándola fijamente, bloqueando totalmente su camino, como diciéndole que cambie su ruta. Ella tenía la posibilidad de saltarlo, de treparse en lo más alto, de mirar a lo lejos y encontrar el tan anhelado panorama de lo que está más allá. Una vez arriba, pasará de ser la mujer que mira el muro, a la que mira desde el muro. Podrá entonces —y solo entonces— peinarse, tapar el sol con la mano y levantar la otra diciendo: ¡Mira qué hermoso!

Pero esto no parecía importarle. Ella veía aquel panorama hermoso en el muro de enfrente, sin necesidad de saltarlo o de evitarlo. Nunca intentó subir en él. Sin duda hay muros que cambian los caminos. Decide: por acá o por allá; otros buscan ordenar los caminos: este hacia allá, este otro hacia acá. También los hay de colores, de toda la gama de estériles y olvidados. Ohh… los olvidados, cuidado con ellos, son los más hermosos, pero también son de los que creen cambiar el camino, sin ser esto cierto. Son muros… digamos… mentirosos. Están ahí, a duras penas sosteniendo su pesado cuerpo craqueado, esperando que pase el tiempo. Ya el camino estaba decidido antes de alzarse. Pero quien sabe, tal vez, de pronto, podremos ver el anhelado panorama. Algunas veces —pocas veces— es nuestro deber derribar un muro. Y todo esto lo digo porque aquel que mira desde el muro dijo algo más a su frase, algo más que ¡Mira qué hermoso! Dijo: ¡Mirad qué hermoso! Ahora mismo hay paz aquí, en el interior del país, y por eso puedo decir esto. Peter Handke


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[¿QUÉ HAY DEL OTRO LADO?]

EL QUE MIRA DESDE EL MURO: Nos hemos metido a hacer preguntas, y sin preguntas ya nunca más podremos salir de hacer preguntas. Peter Handke

Y dale con las preguntas… Pero, estoy seguro de que acá también se dijo algo más. En la cita, claro. Siento que la idea está incompleta, no se por qué, pero ese azar interior e imaginado que llamamos intuición, me dice que hay algo más… Pero ¿qué? ¿qué otra pregunta debo hacer para calmar la duda? ¿qué color tiene una pregunta? (silencio) (silencio) Las cortinas ya no sienten el viento, y la ventana se adelanta en el juego. (silencio) (silencio) La débil barrera del silencio, se trazan los locos, se mide con miedo. Sí, pero, ¿qué se mide con el miedo? ¿El límite necesario para entenderse? ¿La llegada de la noche? ¿estar seguro en casa, cerrando las puertas, sintiendo los muros? Se sube la escalera para llegar a la ventana, y lo que encontramos es un muro entre cristales.

Tranquilo, todo tiene su respuesta. Pero dónde, ¿afuera o adentro? Qué importa, lo que interesa es el Cuándo, ¿no? EL QUE MIRA DESDE EL MURO: Nos hemos metido a hacer preguntas, y sin preguntas ya nunca más podremos salir de hacer preguntas. AGUAFIESTAS: Pero, ¿con preguntas sí? EL QUE MIRA DESDE EL MURO: Sí, con preguntas de vez en cuando sí. Peter Handke


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Personalmente yo sigo teniendo una sensación de lo que está del otro lado. Y… sigo buscándolo. Julio Cortazar


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[PARA COMPLETAR EL MUNDO] If a had a hammer, I would have tried to ship off more from that stucco and uncover the entire precious fresco underneath. But I only had a camera. Wim Wenders, Wall in Paris, Texas.

Son mundos aparentemente planos que se ocultan allí. ¿Allí dónde? ¿Detrás o delante? ¿Acaso importa? Lo realmente asombroso es que existe alguien que colecciona estos mundos. Pensemos por un instante en todos esos pequeños universos atrapados entre las capas de los muros. ¿Atrapados? Esa palabra no parece ser la adecuada. Estaría mejor decir ¿delimitados? Sí, mundos delimitados suena mejor. Imaginemos —ahora que ya está definida la palabra correcta— que para visitar estos mundos delimitados, será necesario buscar un agujero por el cual quepa por lo menos uno de los dos ojos, el que se prefiera. En mi caso personal no tengo un ojo preferido, los dos me gustan por igual; tiende a molestarme más el derecho, pero solo por eso no pienso privarlo de echar una buena mirada por aquel agujero. Habrá que recordar que los ojos no son capaces de quitar tantas capas acumuladas de tiempo: aquella casa verde de los años sesenta, aquella blanca inmaculada de los Novoa, o la blanquiazul de los Herrera. Salir a caminar para contemplar los mundos ocultos, los que están detrás y los que aun permanecen escondidos: las marcas de agua que bajaban por las canales torcidas, el grafiti indeseado, el deseado, la mancha que nunca quitó. Salir a caminar para completar los mundos. Los que están detrás y los que aun, sin ser del todo desconocidos, permanecen escondidos.


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[EL JARDÍN]

Y él contará de cada cosa que vea en este espacio, y se lo contará al muro mismo que crece ante él. Paul Auster

Y qué sucede si está del otro lado. Una pila interminable de ladrillos custodiando lo que parece ser la razón de encontrarme parado delante de este muro. Y qué si del otro lado hay más de lo mismo, otro yo parado mirando otra pared. Otro jardín vacío. Otro juego encerrado. Hay una pausa en la obra de la nada, el tigre es un jardín que juega1, y demuéstrame que me equivoco. Por favor, descubre algún huequito diminuto que me permita mirar al otro lado. Se puede escuchar, claro, se puede recordar aquel juego que consiste en poner un vaso vacío contra la pared y escuchar en él todo lo que pasa del otro lado. Pero, verlo es otra historia. El viento golpeando con fuerza es también otra historia. Ahí entra el muro, impidiendo conocer las verdaderas historias. Es un muro. Y el muro es muerte. 2 Y allí termina todo. Sí, es un muro, pero los muros también florecen. Son las pausas que dividen nuestras vidas, y por lo tanto, un lenguaje de piedras, pues sabe que en el total de la vida una piedra dará cabida a otra piedra para hacer un muro y que todas esas piedras formarán la monstruosa suma de pormenores. 3

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Una monstruosa suma de vidas.

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Julio Cortazar. Paul Auster. ibíd.


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[EL AGUJERO] En su lugar, una expansión sin límite aparece en la falsa perspectiva de las emisiones lumínicas de las máquinas. Paul Virilio

[…]

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Nota: el presente capítulo, El agujero, contiene un no texto. La presencia de la ausencia de texto se debe a un problema de perspectiva temporal. Hace ya mucho tiempo, el tiempo sufrió una particular anamorfosis que solo se podía percibir desde un punto específico del espacio. El no texto menciona la pérdida de este punto. Ofrezco disculpas por la ausencia de un capítulo. 1


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Un amigo, que tenĂ­a al otro lado del Muro su vivienda y su lugar de trabajo GĂźnther Grass


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Más tarde pensé, como si despertara de un sueño y entendiera lo que en él pasó, que los muros severos y blancos habían cruzado sus miradas a través del aire y el silencio que alumbraban los focos de sombreritos ridículos. Felisberto Hernández


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[PROHIBIDO FIJAR CARTELES] en uno de los muros había quedado la cicatriz de un fósforo. Felisberto Hernández

Hay otro tipo de muros en los que está prohibido pegar cierta parte de la historia. En este caso, no se permiten pegar carteles al muro, y lo dice claramente. Sin embargo, no aclara si está permitido fijar otro tipo de cosas, como por ejemplo pedazos de madera, bombillos, tuberías, cables, manchas de fósforos y otras cosas, llaves, etc… Al parecer todo esto sí está permitido.


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y la palabra que construirĂ­a un muro a partir de la piedra mĂĄs interna de la vida. Paul Auster


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Un paralelepĂ­pedo de luna ponĂ­a un rectĂĄngulo azul en el encalado del muro frente a su cama. Roberto Arlt


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[LA COLECCIONISTA] Mientras nosotros vivíamos ya con conciencia de la época sin Muro que se avecinaba. Günther Grass

Escuché el caso de una casa a la que le robaron un pedazo del muro de la fachada principal, dejando al descubierto parte de la sala y del comedor. Otro caso sucedió hace unas semanas nada más, donde una mujer fue vista cargando en la espalda un muro de antejardín, uno de sala y comedor, un pequeño murete de balcón, uno de garaje y otro que parecía de la alcoba principal de un apartamento. Hasta el día de hoy se han reportado más de 167 muros desaparecidos en la ciudad, y todo parece indicar que aquella mujer…


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ÂżY por quĂŠ hablaba como si el silencio fuera un muro y las palabras colores destinados a cubrirlo? Alejandra Pizarnik


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biografía

[ALICIA CALDERA] EDUCACIÓN 2010 UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA. Bogotá-Colombia Especialización en Fotografía 1999 UNIVERSIDAD RAFAEL URDANETA. Maracaibo-Venezuela Licenciada en Ciencias Políticas EXPOSICIONES 2010 “Al fin y al cabo cosas”. Galería El Nogal. Bogotá - Colombia 2010 “Visiones y Ficciones de la Imagen Fotográfica”. Museo de Arte del Tolima. Ibagué - Colombia 2010 Tercera Promoción Especialización en Fotografía. Museo de Arquitectura LEOPOLDO ROTHER. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá - Colombia 2006 Arte Unido 9. Museo de Arte Contemporáneo del Zulia. Maracaibo - Venezuela 2004 III Sesión Experimental de Arte. Teatro Baralt. Maracaibo - Venezuela 2003 VII Bienal Salvador Valero de Arte Popular. Museo de Arte Popular Salvador Valera. Trujillo - Venezuela 2002 IV Salón de Fotografía Seguros Catatumbo. Museo de Arte Contemporáneo. Maracaibo - Venezuela 2002 “Velado Develado”. Universidad Cecilio Acosta. Maracaibo - Venezuela 2001 “AD LIBITUM”. Escuela de Fotografía Julio Vengoechea. Maracaibo - Venezuela [CONTACTO Y MÁS INFORMACIÓN] www.aliciacaldera.com acaldera28@gmail.com www.flickr.com/photos/aliciacaldera


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agradecimientos especiales

[ALICIA CALDERA y GALERร A sb- agradecen a:] las ciudades de Maracaibo, Duitama, Cabimas, Bogotรก y Tunja. Sebastiรกn Bejarano Isidro Lรณpez Julia Bejarano

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ediciones: [SUEÑOS BREVES] Fotografías: Alicia Caldera Diseño: Sebastián Bejarano www.sebastian-bejarano.com

Textos: Sebastián Bejarano Bogotá, 2012 Todos los derechos reser vados c.


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