octubre de 2010 / año 2 / nro. 8 Revista de distribución gratuita
PERONISMO EN MOVIMIENTO A 65 AÑOS DEL 17 DE OCTUBRE, REFLEXIONES SOBRE LA FUNCIÓN DE LOS TRABAJADORES, EL PAPEL DE LA JUVENTUD Y EL VÍNCULO CON LA CLASE MEDIA.
C
OPINAN
ADEMÁS
RECALDE, LARROQUE, GALASSO, ADAMOVSKY, MANZANO Y ETCHEMENDY.
CINE, ARQUITECTURA E ICONOGRAFÍA PERONISTA.
EDITORIAL Jorge Coscia Secretario de Cultura de la Nación
CULTURA ARGENTINA, POR EL MUNDO
Las revoluciones son como los volcanes: entran en erupción, modifican todo, hacen temblar la tierra, nublan el cielo, alteran el cauce de los ríos. Y de pronto se calman, están un tiempo quietas, hasta que vuelven a estallar. Así son las revoluciones: dejan de ser volcanes cuando cumplen sus fines, sus metas, y entonces recién ahí se apagan. Nuestro volcán, nuestra revolución, empezó hace 65 años. Y si está todavía en actividad, es porque no concretó sus metas. Está viva porque está pendiente la concreción de los sueños de una Argentina productiva que genere más y mejor trabajo, donde la riqueza se distribuya irreversiblemente, donde no haya pobres y haya justicia social plena. Donde no se imponga desde afuera la voluntad de ciertos sectores que jerarquizan el enriquecimiento por sobre todo lo demás y quieren ser hegemónicos, en desmedro de nuestra propia libertad. En los doscientos años de la Argentina, que todavía no termina de decidirse a estar a la altura de lo que puede dar, el peronismo representó un hito fundamental en la perpetua batalla de la democracia contra los poderes fácticos. La voluntad del pueblo, democráticamente constituida, enfrentó a los poderosos de su tiempo, y marcó a fuego una huella que no alcanzaría a apagar toda la represión y la violencia del sistema de los años que le siguieron.
León Ferrari, Luis Felipe Noé, Carlos Alonso, Marta Minujín, Rogelio Polesello, Gyula Kosice, Daniel Santoro, Marcia Schvartz, Jorge Macchi y Eduardo Iglesias Brickles son algunos de los más de treinta artistas que exponen en "Identidad del Sur. Arte argentino contemporáneo". Con curaduría de Alberto Petrina, director nacional de Patrimonio y Museos, y Andrés Duprat, director de Artes Visuales, esta gran muestra organizada por la Secretaría de Cultura de la Nación y Cancillería Argentina se exhibe desde octubre en Washington.
Todas esas banderas y esos sueños que nacieron con el peronismo son, me permito decirlo, sueños culturales. Son sueños de una cultura que se niega a ser genuflexa a otras culturas. Es, en definitiva, el sueño de construir una vida que valga la pena vivir. El número de Nuestra Cultura que el lector tiene entre sus manos es una contribución, modesta quizá, para reflexionar sobre las diversas modulaciones que fue adquiriendo el peronismo a lo largo de su historia y, particularmente, en la última década, que es también la primera del siglo XXI. Preguntarse por el peronismo es, desde hace años, preguntarse por el país todo, dada la centralidad inédita que ocupa el fenómeno al que tantas veces quisieron declarar muerto. Y en este número, tan propicio por su fecha de aparición, hemos querido aportar especialmente en torno a algunas áreas problemáticas: la relación del movimiento peronista con los jóvenes y la clase media, y del partido con los sindicatos. Resaltando la historia de estas relaciones, muchas veces conflictivas, pero siempre con un ojo en el presente. Queda en el lector la conclusión decisiva sobre la relevancia de estas contribuciones que ponemos a su consideración.
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La presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, encabezó en octubre la apertura de la Feria Internacional del Libro de Frankfurt, acompañada de Osvaldo Bayer, Elsa de Oesterheld y Juan Gelman. En la edición 2010 del encuentro más importante del mundo dedicado a la industria editorial, donde la Argentina es el país invitado de honor, también estuvo el secretario de Cultura de la Nación, Jorge Coscia, quien presentó las actividades que la Secretaría ofreció allí.
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AUTORIDADES NACIONALES
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Sumario
PRESIDENTA DE LA NACIÓN Cristina Fernández de Kirchner SECRETARIO DE CULTURA DE LA NACIÓN Jorge Coscia SUBSECRETARIA DE GESTIÓN CULTURAL Marcela Cardillo JEFA DE GABINETE Alejandra Blanco
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TRABAJADORES: DE REGRESO A OCTUBRE Escriben Héctor Recalde y Sebastián Etchemendy.
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JUVENTUDES, DIVINO TESORO Reflexiones de Andrés Larroque y Valeria Manzano.
DIRECTOR NACIONAL DE ARTES José Luis Castiñeira de Dios
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UN CENTRO PARA LA CLASE MEDIA Opinan Norberto Galasso y Ezequiel Adamovsky.
DIRECTORA NACIONAL DE POLÍTICA CULTURAL Y COOPERACIÓN INTERNACIONAL Mónica Guariglio
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LA ARQUITECTURA DE LA REVOLUCIÓN PERONISTA (1945-1955) Por Alberto Petrina.
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EL SUEÑO ARGENTINO, EN IMÁGENES Marcela Gené analiza la iconografía peronista.
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“EL PAÍS HA VIVIDO UN TSUNAMI CULTURAL” Diálogo con Osvaldo Getino, fundador de Cine Liberación.
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ESCUELA DE MÚSICOS Las orquestas infantiles y juveniles proliferan en el país.
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UN RECORRIDO GEOGRÁFICO-EDITORIAL POR LA ARGENTINA Ferias del libro provinciales.
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“EL GUETO ES UN AUTORREFUGIO PARA NO SER INSULTADO” La experiencia de Philippe Bourgois.
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CÁNDIDO LÓPEZ, AL TALLER Se restauran 32 de sus óleos.
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LA TELENOVELA, O EL PLACER DE ASISTIR A UNA HISTORIA Nora Mazziotti analiza el género en el tiempo.
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LO QUE EL TERCER CONGRESO ARGENTINO DE CULTURA NOS LEGÓ Hablan los participantes.
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UNA CELEBRACIÓN DE LA CULTURA Postales del encuentro de San Juan.
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AGENDA FEDERAL Actividades culturales por el país.
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NUESTROS ARTISTAS “Peronista”, por Marcia Schvartz.
DIRECTOR NACIONAL DE PATRIMONIO Y MUSEOS Alberto Petrina
DIRECTOR NACIONAL DE INDUSTRIAS CULTURALES Rodolfo Hamawi DIRECTOR DE ACCIÓN FEDERAL Juan Cruz Guillén COORDINADOR GENERAL DEL PROGRAMA AUDIOVISUAL DE CREACIÓN Y DIFUSIÓN DE CONTENIDOS CULTURALES Fabián Blanco COORDINADOR GENERAL DE LA UNIDAD BICENTENARIOS Julián Kopecek JEFE DE COMUNICACIÓN Y PRENSA Manuel Socías
Staff NUESTRA CULTURA ES UNA PUBLICACIÓN DE LA SECRETARÍA DE CULTURA DE LA NACIÓN. AV. ALVEAR 1690, (C1014AAQ) CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES. PRENSA@CULTURA.GOV.AR / WWW.CULTURA.GOV.AR REALIZACIÓN INTEGRAL: ÁREA DE COMUNICACIÓN Y PRENSA. STAFF. DIRECTOR: MANUEL SOCÍAS / REDACCIÓN: SOFÍA ARUGUETE, BETTINA BARBIERI, IRINA JOROLINSKY, PAOLA MOLINA, ALEJANDRO OBEID, LETICIA POGORILES, MARTÍN REYDÓ, BÁRBARA SCHIJMAN, FÁTIMA SOLIZ, LAURA SPINELLI, GABRIEL TRIPODI Y MARÍA JOSÉ VERNA / DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN: ORLANDO GOLDMAN, MARTÍN MAROTTA, GUSTAVO WALD Y ARIEL ZALECHAK / FOTOGRAFÍA: SILVINA FRYDLEWSKY Y MARIANA RUSSO / LOGÍSTICA Y COLABORACIÓN: SOLEDAD AMARILLA, MARCELO D'AMATO, ADRIANA DAOIZ, ALEJANDRO GIMÉNEZ, PABLO MALDONADO, NAHUEL MOROZ, SEBASTIÁN PEREYRA Y JUAN PABLO RUIZ NICOLINI / ADMINISTRACIÓN: GEORGINA IBARROLA / IMAGEN DE TAPA: "TODOS UNIDOS TRIUNFAREMOS", DE MARCIA SCHVARTZ. ISSN 1852-8651
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PERONISMO Y MOVIMIENTO OBRERO ESCRIBEN HÉCTOR RECALDE Y SEBASTIÁN ETCHEMENDY
Trabajadores: de regreso a Octubre
riquezas negativamente para los trabajadores, sino someter. Cambiar las pautas culturales. ¿Qué caracterizó al peronismo? En materia de inclusión, de unidad, de distribución de la riqueza, fue la cultura del trabajo. “Mi mejor amigo es el que trabaja”, decía el general Perón. Yo atendía las consultas de los obreros en los sindicatos. Discutimos un año y medio, con mucha participación, la Ley de Contrato de Trabajo. Participación, información tienen que ver con la impronta del peronismo, el conocimiento de los trabajadores de sus derechos. Me ponían en aprietos a veces. La ley estaba compuesta de 302 artículos; los compañeros que se acercaban sabían el artículo que correspondía al problema
ILUSTRACIÓN: Fernanda Bragone.
UNO ES ACTOR CENTRAL EN EL PROCESO DE RECUPERACIÓN DEL SINDICALISMO. EL OTRO, EL POLITÓLOGO MÁS ATENTO A LA EVOLUCIÓN Y ESPECIFICIDAD DEL PODER DE LOS TRABAJADORES ARGENTINOS EN EL CONTEXTO LATINOAMERICANO. AQUÍ, TANTO HÉCTOR RECALDE COMO SEBASTIÁN ETCHEMENDY COINCIDEN EN EL SORPRENDENTE EMPODERAMIENTO DE LOS ASALARIADOS EN LOS ÚLTIMOS AÑOS. LOS DESAFÍOS (POLÍTICOS), DE CARA A LAS ELECCIONES DE 2011.
Héctor Recalde Diputado nacional y abogado laboralista.
–¿Qué medidas implementadas durante el primer peronismo podría destacar? –En el campo de la estructura, la intervención de los trabajadores en la cosa pública fue revolucionaria. También la participación de dirigentes sindicales en el Congreso y el nombramiento de ministros como Ángel Borlenghi. A mí no me gusta decir, como suele hacerse, que el peronismo le dio dignidad a los trabajadores. Con el peronismo, se reconoció su dignidad. La ley fundamental fue la de organización sindical, un decreto de 1945 que brindó una organización al sindicalismo privilegiando la unidad de los trabajadores. Fue la primera norma sindical y se sostuvo a lo largo del tiempo, salvo en las dictaduras, y eso fue lo que las caracterizó. –Desde la izquierda, suele decirse que el peronismo aburguesó a la clase obrera. ¿Qué opina sobre esta crítica? –Por ejemplo, para el universo de los movimientos obreros de varios países, el 1.º de mayo era un hecho trágico. Conmemoraba la matanza de Chicago. Con
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el peronismo, fue transformándose en una fiesta. Fue una de las críticas de la izquierda. La recuperación de derechos, de presencia, de ciudadanía del movimiento obrero que significó el peronismo justificaba que fuera un momento de alegría. –¿Cuál fue la situación del movimiento obrero durante la última dictadura militar? –Creo que una de las cosas que buscó la dictadura de 1976 fue no sólo bajar el costo laboral y distribuir las
que tenían. En cambio, a partir de 1976, era el compañero jubilado quien recorría la city para ver en las pizarras qué tasa de interés a siete días le daba más para preservar su jubilación. Durante la dictadura militar, la primera manifestación, bastante desconocida, del movimiento obrero fue el llamado “decreto plebiscito”, una respuesta masiva a la medida que cancelaba las afiliaciones a los sindicatos. Pese al miedo, a las sirenas, los trabajadores se
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reafiliaron masivamente, por lo que el padrón resultó mayor al preexistente. Fue un acto de militancia. Y el 27 de abril de 1979, se realizó la primera huelga contra la dictadura. La hicieron los laburantes, no la UIA, la AEA o la Cámara de Comercio.
El retorno del Gigante
–¿Qué ocurre con el movimiento obrero en esta etapa del peronismo? –En 2003, con Kirchner, cambia la situación. A partir de ese momento, se genera una consustanciación entre el movimiento obrero y Kirchner, y ahora con Cristina. Creo que las paritarias son un instrumento fundamental para los trabajadores, porque tienen que ver no sólo con las mejoras en las condiciones, en los salarios, sino con su participación. Y esto es lo que promovió el Gobierno.
El sindicalismo peronista es hoy un actor central en la política y la economía argentinas. Es el actor económico más importante en la coalición de apoyo en los gobiernos kirchneristas. A pesar de que su influencia social no es la de antaño, y de un contexto económico menos favorable para la clase obrera que el anterior a la globalización, ningún movimiento sindical en América Latina siquiera se acerca al poder que administran los líderes sindicales argentinos. Es más, la distancia entre el poder sindical en la Argentina y en el resto del continente es, actualmente, más grande que hace cuarenta años. Entre los gobiernos que han protagonizado el giro a la izquierda en América Latina desde los 2000, sólo el kirchnerismo se apoya en una pata sindical de semejante calibre.
–¿Hay reversiones culturales en esta última época, más allá de los cambios materiales en el ámbito laboral? –Existen reformas estructurales muy importantes. Cuando se privatizó el sistema de jubilaciones, una publicidad de Máxima mostraba a un pibe de 12 años que decía: “Cuando sea grande, quiero ser rico, y por eso voy a ir a la AFJP Máxima”. En Colegiales, el barrio en el que me crié, tenía una noviecita que quería ser maestra, y algunos de los chicos querían ser jugadores de fútbol, bomberos o presidentes. Pero nadie pensaba en ser rico. Eso es subversión de los valores, de las pautas culturales; es todo lo contrario a la sociedad solidaria por la que trabajamos. La vuelta al sistema de reparto es un cambio estructural, así como también la Asignación Universal por Hijo y la nacionalización de Aerolíneas Argentinas, entre otras iniciativas. De estas medidas, no se vuelve atrás. –En el ámbito de la fábrica, ¿existe una recomposición de la famosa comisión interna, que fue también uno de los legados del primer peronismo? –Por supuesto. Por eso hay mucha responsabilidad de los dirigentes sindicales peronistas en esto, porque cuando se abandona la lucha por los derechos de los trabajadores, avanzan otros sectores de izquierdas. Los muchachos tienen que hacer autocrítica. El único problema es que la ideologización del conflicto provoca que, a veces, se frustre el reclamo, porque el juego sindical es un juego de avances y quietudes, nunca de retrocesos. Es la teoría del barrilete: en algún momento aflojá, que colea. Lo bueno es que no hay violencia. Yo la viví, a partir de mi ingreso en los gremios, en 1962. Ahora esa violencia está absolutamente mitigada. A mí, el conflicto no me asusta. –Actualmente, se observa un florecimiento en la juventud sindical. ¿Qué agenda novedosa trae consigo? –La nueva agenda está relacionada con una simbiosis entre los derechos humanos políticos y los derechos humanos sociales. Esta yuxtaposición, el sentimiento nacional y el sentimiento popular, nos garantiza un buen futuro.
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Sebastián Etchemendy Politólogo (UTDT).
El sindicalismo argentino, aquel “gigante invertebrado” al que se refería Juan Carlos Torre en un trabajo clásico, aludiendo a su centralidad en la política de posguerra, pero también a sus divisiones internas, ha retornado, resurgido como el Ave Fénix, después de los años de ajuste y neoliberalismo que pusieron al trabajo organizado a la defensiva. Conviene resumir un poco su historia para entender el presente. Desde los orígenes, el partido justicialista-peronista tuvo un componente sindical que no era comparable a otras experiencias de populismo incluyente latinoamericano. Esto por dos razones clave. La primera es que el sindicalismo fue, en el armado político-electoral original de Juan Perón, un actor central como no lo era en el PRI mexicano o en el varguismo brasileño, que contaban con otros apoyos sociales más vastos. Segundo, porque la Argentina, gracias a la introducción temprana de una producción agraria capital intensiva, carecía de un campesinado masivo y, por lo tanto, del llamado ejército de reserva. Después del golpe del año 55, un factor de índole política se agregó para construir poder sindical: el movimiento obrero se erigió en la fuerza que amalgamó al peronismo cuando los partidos estaban ilegalizados. Así, las instituciones laborales fundadas por el primer peronismo –la negociación colectiva centralizada, el sindicato único por sector y las obras sociales sindicales–, un mercado de trabajo cercano al pleno empleo, y su rol como interlocutores políticos del establishment bajo regímenes autoritarios y semidemocráticos se combinaron para configurar el movimiento sindical más fuerte de América Latina. Los años 80 y 90 fueron menos gratos para el sindicalismo tradicional. Por una parte, los varios intentos de estabilización monetaria, reforma financiera y liberalización económica desde mediados de los 70 minaron los sectores que habían albergado a las organizaciones de mayor envergadura –especialmente en el sector metalúrgico y en las empresas públicas–. Por otro lado, la consolidación de la democracia y el ascenso de la renovación peronista los despojó de su papel de mediadores políticos privilegiados. Se vieron relegados por instrumentos más aptos para la política electoral, como son las organizaciones territoriales, las intendencias y las gobernaciones. El cenit de las políticas de ajuste neoliberal a mediados de los 90 encontró al viejo sindicalismo más a la defensiva que nunca, horadado por la desindustrialización y el desempleo, abandonado por su partido de siempre, que optaba por tecnócratas formados en Chicago, y lejos de los órganos de decisión partidaria. El grueso del sindicalismo peronista eligió negociar con el neoliberalismo para no perder las instituciones laborales básicas. Para algunos fue una actitud claudicante; para otros, la única forma de capear el temporal y conservar las organizaciones. De este modo, para inicios de los 2000, los movimientos de desocupados habían reemplazado a los sindicatos como vanguardia del conflicto social, y pocos auguraban que el viejo gigante siquiera volvería a ser una sombra de lo que había sido. Una vez más, las tradiciones políticas y las instituciones demostraron ser mucho más fuertes de lo que tantos observadores intuyeron. De la mano de un gobierno amigo que apostó por la expansión económica y restituyó muchas de sus prerrogativas, hacia mediados de los 2000, el sindicalismo peronista resurgió nuevamente como una fuerza social determinante. Galvanizado por la revitalización de la negociación salarial, por obras sociales con nuevos recursos, y por la creación de trabajo registrado, el sujeto que renace, no obstante, no es idéntico al de los viejos años de gloria. Representa ahora alrededor de la mitad de la fuerza de trabajo. Nuevos sectores ganadores en la economía más abierta y posfordista, como los de transporte, alimentación, comercio, automotriz y los petroleros privados, han reemplazado las viejas vanguardias en la metalurgia y las empresas públicas. El sindicalismo peronista es, hoy, más un actor central en la gobernabilidad económica que árbitro en la disputa electoral y partidaria. Sin embargo, en franca ofensiva al calor de una economía que no para de crecer, y en vistas de la reorganización del PJ, sus líderes miran el terreno político y avisan: vamos por más.
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PERONISMO Y JUVENTUD REFLEXIONES DE ANDRÉS LARROQUE Y VALERIA MANZANO
Juventudes, divino tesoro
A la vez, el peronismo está viviendo una refundación, si se quiere. Por ejemplo, el kirchnerismo agregó en la agenda del peronismo el tema de los derechos humanos, un elemento que, pese a que la violación de estos derechos en el país cayó fundamentalmente sobre sus militantes, durante los 80 y los 90 había estado ausente. Por otra parte, al caer el socialismo dogmático, y el liberalismo mostrar lo que es, el peronismo, como doctrina, demuestra que la tercera posición es la que se impone. En la Argentina, el resto de los planteos políticos han quedado obsoletos y abstractos. Ahora, la discusión de un modelo productivo en función de la justicia social que propone el peronismo es la pelea que se está dando. Por eso todavía tiene vigencia.
ILUSTRACIÓN: Fernanda Bragone.
PARA NUESTRA CULTURA, ANDRÉS LARROQUE ARGUMENTA QUE HOY, CUANDO LA POLÍTICA NACIONAL HA RECUPERADO DENSIDAD, LOS JÓVENES ARGENTINOS VUELVEN A RESPONDER AL LLAMADO DEL PERONISMO: SUMARSE A LA CONSTRUCCIÓN DE UN “MODELO PRODUCTIVO EN FUNCIÓN DE LA JUSTICIA SOCIAL”. Y RECORDANDO IMÁGENES DE LA JUVENTUD EN LAS PLAZAS, EN LAS CALLES Y EN LAS UNIVERSIDADES, VALERIA MANZANO RETOMA LA HISTORIA DE UNA RELACIÓN INQUEBRANTABLE CON EL PERONISMO.
Andrés Larroque Secretario general de La Cámpora y subsecretario para la Reforma Institucional y Fortalecimiento de la Democracia.
–¿Hay un reverdecer de la relación entre militancia y juventud, entre juventud y peronismo? –El primer punto es que volvió la política. En 2003, sobre todo a partir de la voluntad transformadora de Néstor Kirchner, la política se pone por encima de la economía. Y después, en la etapa de Cristina, creo que se consolida ese proceso; se busca cambiar el modelo, o sea, comenzar a transformar la estructura productiva y distributiva del país. De alguna manera, eso hace que los sectores juveniles vuelvan a sentirse identificados con un proyecto político. Lo extraño hoy es que sea el oficialismo el que logre interpelar a los jóvenes, y eso ocurre porque está enfrentado con las verdaderas estructuras de poder del país, que son las corporaciones, desde la Sociedad Rural hasta Clarín, pasando por la UIA y demás.
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–¿Por qué cree que se da esta novedosa conjunción entre la Juventud Peronista y la juventud sindical? –En los 70, hubo una pelea entre la conducción de la CGT y, por supuesto, la conducción de la JP que asumieron las organizaciones armadas, y ese fue el gran error del campo popular y el gran acierto del enemigo, es decir, generar una división donde no tendría por qué haberla, ya que más allá de los matices que podían existir entre los puntos de vista, los dos sectores defendían lo nacional, en principio, y estaban de acuerdo con las tres banderas. Ahora, evidentemente al haberse superado aquella situación, transcurridos ya muchos años, hoy podemos verlo desde otro lugar. Y obviamente, la aparición de nuevos dirigentes propicia que pueda darse. –¿Cómo hacer para que el discurso peronista llegue a la clase media, sobre todo, a sectores progresistas importantes para el proyecto? –Quizá desde el lugar épico, en los 70, sí logró conquistarse parte de ese sector, sobre todo a los estratos juveniles. Y hoy me parece que estamos recuperándolos, pero a través de lo que significan las herramientas más modernas de comunicación, en las que hay muchísimo más debate. Por ejemplo, antes, para hablar con un dirigente, tenías que ir a una reunión, y por ahí te atendía. Hoy, con el fenómeno de Internet, Facebook y los debates virtuales, se transversaliza y se horizontaliza mucho más la discusión. Creo que esa herramienta nos permite, no diría “desgorilizar”, pero sí mostrar algo que estaba oculto o que los medios masivos no exhiben. –¿Cuál es la agenda de la juventud para aportar al proyecto kirchnerista? –Un punto claro es avanzar en la redistribución del ingreso. Ahí ya no hay vuelta atrás. Es necesario analizar seriamente la forma y la manera, pero el objetivo tiene que ser profundizar la distribución del ingreso, alcanzar el 50-50, o como quieran llamarlo. Con eso, ya se establece un marco para la discusión. En 1976, Martínez de Hoz dijo que venía a romper con toda una etapa de estatismo generada a partir de la sustitución de importaciones, y el kirchnerismo hoy debe venir a romper con todo lo que se abrió entre 1976 y 2003. Nosotros tendríamos que terminar de desmantelar la situación de injusticia gestada a partir de ese modelo, y desde ahí, empezar a soñar cosas nuevas. Pero si nosotros no recuperamos el mínimo piso de dignidad que se llegó a tener en el país en los años 50 y en 1974, no podemos fantasear con otras cosas. En el plano de la práctica política, podemos hacer otro gran aporte. Hay que empezar a demostrarle a la sociedad que es posible hacer política de otra manera, que los compañeros tienen un compromiso y una entrega superior a la de la media, y que están dispuestos a representarla.
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Peronismo y juventud, 1950-1970: nace un vínculo perdurable Valeria Manzano Historiadora (UNSAM). Las memorias de la historia argentina de los tempranos años setenta están ligadas a contingentes juveniles vivando a Perón en las calles o, más trágicamente, abandonando la Plaza el 1.° de mayo de 1974, después de que el líder silenciara a “esos imberbes que gritan”. Esas imágenes son constitutivas de uno de los momentos más intensos en la relación entre el peronismo y la juventud iniciada ya en la década de 1950. El peronismo fue el primer movimiento en la historia argentina en interpelar masivamente a la juventud. Si bien los partidos Socialista, Comunista y Radical tenían brazos juveniles, durante las primeras presidencias de Perón, el llamado a la juventud se articuló desde el Estado. Tal fue el caso de la más exitosa de las iniciativas, la Unión de Estudiantes Secundarios (UES), que atrajo a 100.000 adolescentes –o la primera generación de “privilegiados”, según Perón–. En la crisis que llevó a su derrocamiento, las imágenes de las chicas de la UES manejando una motocicleta funcionaron como evidencia de la supuesta corrupción del régimen. Fue en ese contexto en el que diferentes expertos en temáticas educativas y psicológicas iniciaron una sostenida conversación pública sobre los significados de la juventud y, con ella, sobre el futuro de la Argentina. Para muchos, la preocupación más inmediata era “remover el virus” que amenazaba a la juventud, como sostenía la comisión que produjo los programas de la materia Educación Democrática, pieza clave del proyecto de desperonizar la sociedad, de la autodenominada Revolución Libertadora. Una prueba más de los límites de ese proyecto, en los diez años siguientes, se expandieron los grupos juveniles autoidentificados como peronistas. Aunque durante los primeros gobiernos peronistas ya existían algunos grupos no estudiantiles que se cobijaban bajo algún rótulo de “juventud peronista”, estos proliferaron durante la Resistencia (c 1956-1960). Y fue en el marco de las disputas con la “burocracia” que Perón renovó su apelación a la juventud: en una carta de octubre de 1965, habló de la necesidad de un “trasvasamiento generacional”, convocó a los jóvenes a desarrollar una línea “antiimperialista, anticapitalista y antioligárquica”, y les encargó luchar contra “los explotadores dentro y fuera del movimiento”. Así, posicionaba a la juventud como una categoría biológica y política: sangre nueva que también aportara una renovación ideológica al peronismo. Ese cortejo de Perón a la juventud se profundizó con el correr de la década de 1960, y la intensificación de una dinámica de politización y radicalización. En los medios estudiantiles, los inicios de esa dinámica datan de las postrimerías del golpe de 1966 y la subsecuente intervención militar en las universidades, que ilegalizó las viejas federaciones de corte reformista. En ese contexto, nuevas formas asociativas y núcleos de ideas ocuparon el centro de la escena. Muchos entendían que ser universitario en Latinoamérica era ostentar un privilegio, y que imperaba ir “en búsqueda del pueblo”. Ese también era el horizonte para muchos estudiantes que habían militado en la izquierda marxista, como quienes formaron la Federación de Estudiantes Nacionales y colaboraron, desde 1968, con la antiburocrática Confederación General de Trabajadores Argentinos. Enrolado en cualquiera de esas vertientes, el activismo universitario estuvo en el epicentro de las revueltas populares de mayo de 1969. Desde Madrid, Perón comparaba la revuelta en Córdoba con la de París y sentenciaba que “la hora de la juventud” había llegado. Fue el peronismo la fuerza que, desde 1972 –cuando se creó la Juventud Peronista ligada a los Montoneros–, mejor catalizó y más se benefició con la politización de la juventud. El peronismo revolucionario se ofrecía como un puente para que los jóvenes, especialmente los provenientes de familias de clase media, se vincularan con ese pueblo imaginado. La identificación de los grupos revolucionarios del peronismo con la juventud tuvo efectos importantes en la escena política y cultural. Uno de ellos fue que los conflictos ideológicos se codificaron en términos generacionales. Al entrar al movimiento peronista como “juventud”, aquellos grupos ingresaron en un escenario donde estaban en juego relaciones de poder y autoridad modeladas con los ejemplos de las relaciones familiares. A diferencia de los “viejos”, que aceptaban la verticalidad de Perón, los “muchachos”, que habían forjado su identidad en el contexto de la lucha armada, se negaban a aceptar su autoridad. La asonada contra los grupos revolucionarios –peronistas o no, jóvenes o no– iniciada una vez que Perón retornó definitivamente al país dio pie a un proyecto más abarcador de reconstrucción de la autoridad y las jerarquías, que se continuó, amplificándose, con la imposición de la última dictadura.
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PERONISMO Y CLASE MEDIA OPINAN NORBERTO GALASSO Y EZEQUIEL ADAMOVSKY
Un centro para la clase media
ser usada por la clase dominante y arrastrada para su política. Ocurrió en 1945, en 1955, y también en 2008 con motivo del conflicto con la Sociedad Rural. Pareciera que, últimamente, hay sectores de las clases medias que están replanteándose cosas. En este momento, están desmitificando creencias que tenían. –¿No piensa que el primer peronismo también cometió errores en materia educativa y cultural que limitan más aún el acercamiento de la clase media? –En una carta de 1944, Arturo Jauretche le dice a Perón que no hay que irritar a los sectores medios, que existe una tradición e historia de luchas estu-
ILUSTRACIÓN: Fernanda Bragone.
ENTREVISTADO POR NUESTRA CULTURA, NORBERTO GALASSO DEBATE SOBRE EL SER Y EL NO SER DE LA CLASE “SÁNDWICH” DE LA SOCIEDAD, SU LÓGICA DE FUNCIONAMIENTO Y LAS CHANCES DE REEDITAR UNA ALIANZA PLEBEYA, MIENTRAS QUE, EN SU TEXTO, EZEQUIEL ADAMOVSKY CITA EL ALUMBRAMIENTO DE LA IDENTIDAD DE CLASE MEDIA COMO FENÓMENO RELATIVO AL PERONISMO Y OPUESTO A LA PLEBE POLITIZADA.
Norberto Galasso Historiador.
–¿Por qué cree que la mayor parte de la clase media fue adversa al primer peronismo? –La clase dominante difunde un conjunto de ideas a través de los medios de comunicación, de la escuela, de los académicos y los intelectuales a su servicio, con el cual intenta legitimar sus privilegios, el orden constituido con esas ideas. Dan una versión de la historia. Se han volcado especialmente sobre la clase media, que está más ligada a estos medios. Entonces, el obrero está menos influenciado por lo que aparece como el sentido común, que es la superestructura cultural creada por los sectores dominantes. Y la clase media está muy afectada por eso. Concibe el orden como si fuera producto de un consenso general, como si fuera el único orden posible. La clase media es una clase sándwich. No está asentada en el gran poder económico de la clase alta, pero tampoco en la clase trabajadora, que posee el cable a tierra de su vínculo con otros trabajadores de la fábrica, con los problemas concretos. Juan José Hernández Arregui decía sobre la clase media: “Es mitad cobarde y mitad valiente, es mitad ignorante y mitad sabia”.
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A su vez, cuenta con varios sectores: la clase media más popular, que tiende a jugar con los trabajadores; la clase media alta, que en general, lo hace con la clase alta; y la clase media media, que es más fluctuante. No pisa fuerte en la tierra, cambia de posiciones. Es el llamado “electorado independiente”. Esta última suele dejarse llevar por algunos lemas, que pueden ser “la institucionalidad”, “la corrupción”. Una serie de cosas que la clase dominante le tira para apropiarla, para llevarla hacia su lado. Otro de los factores de la adversidad es que la clase media, a veces, no tiene ingresos muy alejados de los de algunos sectores trabajadores, pero sí sustenta su estatus; se construye superior a ellos en algunos principios éticos que cree que la clase trabajadora no tiene y que ella, sí. Por eso, puede
diantiles que debe ser recogida por el gobierno. Subraya, además, que no deben designarse en cargos oficiales figuras de derechas, que eran “piantavotos”, como el mismo Perón decía. Entonces, evidentemente hay errores. Existe una cuestión que resulta dual: el gobierno peronista aumenta como nadie la matrícula universitaria. Por el ascenso social, la gente se incorpora a la universidad a mares. A pesar de eso, lo que ocurre es que el peronismo se enfrenta con un elenco de profesores liberales, del viejo régimen. Y en gran medida, es cierto que carece de planteles nacionales y populares. En algunos casos, pudieron haber sido rectores de la universidad o directores de una cátedra tipos como Jauretche o Scalabrini. Pero por los acuerdos de Perón con la Iglesia, lo que se produce es un avance del nacionalismo católico.
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Entonces, la actitud de Perón irrita a veces innecesariamente. Este fenómeno cambia en la década del 70, cuando la juventud universitaria peronista gana en casi todas las universidades. –¿Por qué se da el cambio? –Creo que porque, en el 45, los jóvenes lo tenían a Perón enfrente, lo veían. En el 70, no lo conocían. En ese momento, Perón aparece como una gran figura frente a las reiteradas traiciones e incapacidades, impotencias y fracasos de toda la dirigencia política. Consideraban que la única persona en la que podían confiar era la que estaba lejos, desterrada. Un chico que en el 70 quería un mundo mejor se encontraba con que, en el 55, sus padres habían apoyado la llamada “revolución fusiladora” o “libertadora”, según quien mire. Todo esto hace que muchos jóvenes hasta cuestionaran el mundo de sus padres. Es un fenómeno muy común: jóvenes peronistas hijos de gorilas. –¿Cómo explica el acercamiento de un conjunto importante de intelectuales a este Gobierno peronista? –Esto, que surge con Kirchner, nace en un momento de reivindicación de los derechos humanos, por ejemplo, que no ocurría en el otro peronismo. Es un factor que influye. Carta Abierta es un fenómeno inimaginable durante el primer peronismo. En el 45, los intelectuales que entendían la cuestión nacional eran pocos, eran los hombres que venían de FORJA, con los cuales Perón tenía bastante desconfianza, y Evita también. Esto se relaciona, además, con el carácter verticalista en la mirada de concepción de mando que tenía Perón como caudillo. –¿Hay posibilidades de triunfo sin la clase media? –Ese es el problema que, de un modo u otro, hemos abordado, fundamentalmente quienes fueron nuestros maestros, que dieron una política de irradiación de ideas sobre los sectores medios: Jauretche, con Los Profetas del odio y la Yapa, especialmente; Rodolfo Puiggrós; Hernández Arregui, con La formación de la conciencia nacional; Ramos, con Crisis y resurrección de la literatura argentina. Todos esos hombres del 55 en adelante hicieron una tarea importante e influyeron sobre aquella juventud.
Orígenes y ADN de la clase media Ezequiel Adamovsky Historiador (UBA) e investigador del CONICET. Al contrario de lo que suele pensarse, en nuestro país, sólo surgió una identidad de clase media en los años marcados por la irrupción del movimiento peronista. La presencia y el protagonismo que la parte más plebeya de la sociedad argentina adquirió a partir de 1945 generaron una reacción de rechazo, a la que se sumaron tanto personas de clase alta como muchas personas de lo que hoy llamamos sectores medios. Lo que más irritaba a unos y a otros no eran tanto las mejoras salariales que rápidamente comenzaron a obtener los trabajadores, como el hecho de que las jerarquías sociales tradicionales se vieron profundamente alteradas. El vendaval del peronismo sacudió varios de los pilares que definían el lugar de cada cual en la sociedad. De pronto, todo aquello que había sido invisibilizado, silenciado o reprimido por la cultura dominante se había hecho presente y, para colmo, se había vuelto político. El 17 de octubre de 1945, los hombres y mujeres pobres que vivían en los márgenes de la coqueta Buenos Aires invadieron esa ciudadela blanca y de “buena presencia” que de mil maneras les hacía sentir que no era suya. Y como ese día la victoria fue suya, en adelante ya nunca más pidieron permiso. El mero hecho de ocupar la Plaza de Mayo con sus humanidades pobres y despreciadas se convirtió para ellos en un gesto político, un ritual que repitieron una y otra vez en los años siguientes. La misma actitud desafiante se reiteró con todas y cada una de las normas de respetabilidad y “decencia” que venía inculcando desde hacía décadas la cultura dominante. Durante años, los pobres habían tenido que escuchar sermones sobre la limpieza y la forma correcta de vestirse, y ahora resulta que ser un “descamisado” y un “grasa” tenía un valor positivo. Durante años se había venido moldeando un ideal de la conducta culta y “educada”, y ahora se había llenado el Congreso de “brutos” sin educación. Los ideales de decencia y de jerarquía familiar también fueron, en alguna medida, puestos en cuestión por la multitud. Los jóvenes peronistas colmaron el movimiento de ese espíritu festivo, irreverente y soez que desde entonces le es tan típico. Las mujeres peronistas se presentaban sin ningún recato cantando “Sin corpiño y sin calzón / Somos todas de Perón”. La plebe también politizó con sus gestos la cuestión del origen étnico y el color de piel, desafiando el mito de la Argentina blanca y europea. De pronto, allí estaban ellos, exhibiendo sus pieles oscuras o atreviéndose a hablar en quechua o guaraní en la ciudad porteña –como reseñaba asombrado el diario Clarín–, o trayendo una inédita caravana de kollas desde el Noroeste con la esperanza de que Perón hiciera algo para que sus tierras les fueran devueltas, durante el famoso “Malón de la paz” de 1946. En fin, la plebe se había hecho presente sin pedido de disculpas. Fue el rechazo a las políticas de Perón, sí. Pero, por sobre todo, a ese nuevo protagonismo que habían adquirido esos “cabecitas negras” lo que terminó de aglutinar a un vasto sector de la sociedad que, finalmente, adquirió una identidad de “clase media”. En efecto, es recién en los años 40 cuando aparecen indicios de que un grupo social importante hizo propia la identidad de clase media. Nunca había habido hasta el momento una coalición tan amplia y una coincidencia de reclamos tal entre los diversos sectores de lo que desde entonces se llamó la clase media. Sólo el horror al peronismo había conseguido juntarlos. Esta identidad nació así marcada a fuego por las condiciones de su alumbramiento. Por omisión, la clase media fue antiperonista. Y buena parte de su identidad quedó constituida por el mito de una Argentina blanca y europea, la Argentina de los abuelos inmigrantes, por contraposición implícita o explícita al mundo criollo y mestizo de la clase baja. Así, la identidad de clase media contribuyó a dividir y enfrentar profundamente a dos sectores de la sociedad. Esta fractura social marcó de mil maneras la política nacional desde aquel entonces. El enorme apoyo social que acompañó a la “Revolución Libertadora” que derrocó a Perón en 1955 (incluso cuando en 1956 fusiló a decenas de personas) es impensable sin considerar el respaldo de ese sector.
En la historia argentina, la alianza entre la oligarquía y la clase media se quiebra, por ejemplo, con el Cordobazo en 1969, cuando los estudiantes del barrio de Clínicas se juntan con los obreros de las empresas más poderosas de la provincia. Se da un fenómeno que, en la teoría clásica del socialismo, se llama la alianza plebeya, que es lo que conmociona porque deja sola a la oligarquía.
Pero la imagen de la clase media y su lugar en la Nación también sufrirían severos cuestionamientos. En los años 60, un creciente giro hacia la izquierda, protagonizado tanto por los peronistas como por diversas agrupaciones marxistas, afectó a todas las áreas de la vida nacional, incluyendo las identidades. Las ideas que se vieron fortalecidas con este giro izquierdista buscaron volver a colocar al trabajador en el lugar de personaje central del desarrollo argentino y de la nación socialista que se intentaba construir. Aunque una gran proporción de los militantes de izquierda pertenecía a los sectores medios, la clase media fue atacada por su incomprensión de los problemas nacionales, por su desprecio a los más humildes y por su alineamiento con los poderosos, entre otros males. Por supuesto, esto no significó la desaparición de la identidad de clase media, que resistió los embates y permaneció firme en su arraigo.
Hay que ir quebrando esa alianza con la clase dominante. Desde el Gobierno, hoy por hoy, se intenta reconocer la importancia de los sectores medios.
Aunque con mutaciones, la contraposición entre una imagen positiva de la clase media como baluarte del progreso nacional y otra de sentido contrario, que la considera un factor políticamente retrógrado, nos sigue acompañando hasta el presente.
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PERONISMO Y URBANISMO ESCRIBE ALBERTO PETRINA
La arquitectura de la Revolución Peronista (1945-1955) “LA ARQUITECTURA ES UN TESTIGO INSOBORNABLE DE LA HISTORIA”
Aeropuerto Internacional Ministro Pistarini, Ezeiza (1950).
OCTAVIO PAZ
A MODO DE NOTICIA Cuando hace treinta y cuatro años la última dictadura militar culminó el largo proceso de desmantelamiento de las universidades nacionales iniciado en 1955 y perfeccionado en 1966, toda una generación formada en la fragua del pensamiento nacional y americano se despidió forzadamente, en el mejor de los casos, de los claustros, o en el peor, de la vida. La Cátedra en la que me había formado e integraba –la de mi querido maestro y amigo Héctor de Ezcurra– fue cesanteada en su totalidad, y un grupo de investigadores y docentes nos encontramos con que teníamos tiempo libre extra a nuestra disposición. Es entonces cuando decidimos utilizarlo en una investigación que, debido a las urgencias académicas, habíamos venido postergando. Se trataba de relevar la arquitectura producida por el Estado durante la primera (1946-1952) y la segunda (1952-1955) presidencias del general Perón. El tabú instaurado por el golpe gorila del 55 –que había decretado la prohibición absoluta de todo símbolo ligado al justicialismo, y aun la sola mención pública de los nombres de Juan Domingo y Eva Perón– cubría con un manto de sombra las realizaciones del período en materia de planificación, urbanismo y arquitectura. Los primeros resultados de aquel trabajo pionero –realizado junto con María Isabel de Larrañaga– fueron oportunamente publicados en la revista Summa y, tras el retorno de la democracia y nuestra reincorporación a la UBA, en los Anales del Instituto de Arte Americano e Investigaciones Estéticas “Mario Buschiazzo”. Por razones de espacio –ya que no de oportunidad–, no nos referiremos aquí al tema de la planificación de Estado instaurada por el peronismo a través de los dos Planes Quinquenales que acompañaron las acciones desarrolladas durante sendas presidencias, de las cuales el urbanismo y la arquitectura serían parte fundamental. Pero sí debemos apuntar que ese solo gesto colocaba a la Argentina entre los pocos países del mundo que poseían políticas similares, grupo en el que apenas cabían las potencias ganadoras o perdedoras de la Segunda Guerra Mundial –los Estados Unidos, la Unión Soviética, el Reino Unido, Francia, Alemania, Italia y Japón– y, entre los países emergentes de la región, México y Brasil. Será esta opción estatal la que permitirá el despegue verificado en materia de industria, transporte, y energía hidroeléctrica y atómica, y es ella misma la que enmarca y explica buena parte de lo realizado en el campo aquí tratado.
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Teatro Municipal San Martín, Buenos Aires.
Barrio 17 de Octubre, La Matanza (1948-1954).
Hospital Presidente Perón, Avellaneda.
INTRODUCCIÓN A UN TEMA DESCONOCIDO Si el presidente Yrigoyen había incorporado a la vida institucional del país a los “gringos” inmigrantes y a su prole, el presidente Perón completará la democratización social de la Argentina con la inclusión de los postergados hijos del país, aquellos “cabecitas negras” segregados y despreciados desde la Conquista. Consecuentemente con los nuevos tiempos, el acento urbano-arquitectónico estará puesto en lo colectivo. La obra realizada durante una década en infraestructura, vivienda, salud, educación, asistencia social, cultura y deporte asumirá proporciones gigantescas que no volverán a ser repetidas por los gobiernos posteriores (desde ya, no por la sucesión de dictaduras, pero tampoco por los gobiernos constitucionales, ni aun por aquellos de signo peronista), y para volver a aproximarnos a aquellas cifras habrá que esperar hasta las gestiones iniciadas en 2003. Si nos enfocamos sólo en el área habitacional, deberemos consignar la construcción de 500.000 nuevas unidades, un tercio del total de viviendas dignas existente
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en la época. Estas responderán a un alto rango de confort y calidad constructiva, que se expresará a través de dos estilos arquitectónicos bien definidos: el Pintoresquismo y el Racionalismo. El primer modelo será el de la ciudad-jardín y el conocido popularmente como “chalet californiano” (Barrio Presidente Perón, en Saavedra, o Ciudad Evita, en La Matanza), mientras que el segundo se caracterizará por el monobloque igualmente rodeado de verde, en la tradición urbanística moderna alemana (Barrio Los Perales) o corbusierana (Barrio Simón Bolívar, en Parque Chacabuco). La Modernidad se expresará asimismo en una obra de rasgos anticipatorios –el espléndido Teatro Municipal General San Martín (1953)–, en la sede central de los Teléfonos del Estado (1951), en el Autódromo y el Velódromo, en el Aeropuerto Internacional Ministro Pistarini (1950) y en el edificio del ex Mercado del Plata (1947) –hoy oficinas municipales–, todos en Buenos Aires, así como también en un conjunto extraordinario de obras repartidas por el país, desde la Municipalidad de Córdoba (1953) y la Ciudad Universitaria de Tucumán (1946-1952) –inaugurada parcialmente e inacabada desde entonces– hasta la imponente serie edilicia de Correos y Telégrafos, entre los que –además del edificio Movimiento (1949), en Retiro– sobresalen los de Córdoba, Mendoza, Santa Fe, Mar del Plata y San Juan. Otra temática de primera importancia será la hospitalaria, abarcada por el plan que lideraba Ramón Carrillo, brillante neurocirujano, médico sanitarista y ministro de Salud de Perón. La acción estatal en este punto, que llegaría a ubicarse a la avanzada del mundo desarrollado de ese entonces, cubría la totalidad del territorio nacional, pero con un mayor énfasis en zonas históricamente relegadas, como el NOA y el NEA. El plan comprendía toda una serie de centros sanitarios (Jujuy, Salta, Tucumán, Santiago del Estero, Catamarca y Corrientes), también resueltos en clave moderna (1948-1950), y un conjunto de nuevos policlínicos construidos en cada una de las capitales provinciales y en las ciudades-cabecera de región (como el Gran Buenos Aires, Rosario o Mar del Plata). La escala mayor, de envergadura regional, llegaba a la llamada Ciudad Hospital, como la levantada en Horco Molle, Tucumán, también inacabada tras la caída del peronismo por el abandono total de estas políticas. Párrafo aparte merece la obra desarrollada por la Fundación Eva Perón, fundamentalmente dirigida al campo de la asistencia social –aunque también tenía incidencia propia en vivienda, salud y educación– y supervisada en forma personalísima por Evita. El alcance del plan de construcciones escolares abarcaba la totalidad del país, desde la Puna jujeña hasta Ushuaia, a la par que se abría todo un panorama de temáticas arquitectónicas inéditas: colonias de vacaciones (como las de Chapadmalal, en la costa bonaerense, y Embalse Río Tercero, en Córdoba); hogares-escuela (en todas las capitales del NOA, NEA, Centro y Cuyo); hogares de ancianos, de empleadas y de tránsito; ciudades estudiantiles e infantiles (como la de Buenos Aires y la de Gonnet, en La Plata), etc. En cuanto a la estética adoptada por la Fundación fue, casi invariablemente, la del Pintoresquismo. Otro tópico destacable será el del urbanismo. Durante la gestión municipal de Emilio Siri (1947-1949), se pondrá en marcha el Plan Regulador de la Ciudad de Buenos Aires, y se retomarán trabajos preliminares realizados por Le Corbusier y sus discípulos argentinos; también cabe mencionar, en tal sentido, el nombre de otro gran intendente porteño, Jorge Sabaté (1952-1954), asesor de la Fundación Eva Perón y uno de los más importantes arquitectos racionalistas de la época. El plan de reconstrucción de la Ciudad de San Juan, arrasada por el terremoto de 1944, es quizás el más relevante de los emprendimientos urbanísticos modernos del período, al que asimismo pertenecen el nuevo poblado de Las Cuevas –que reemplazará al anterior, destruido por un alud, en la frontera mendocina con Chile–, y la iniciativa proyectual del Centro Cívico de Santa Rosa, en La Pampa. Agreguemos, para finalizar, que la masa construida durante el período de referencia –en cantidad y calidad– equivale aproximadamente a la produ-
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Barrio Los Perales, Buenos Aires (1946-1952).
Colonia de vacaciones de la Fundación Eva Perón, Chapadmalal (1952).
Casas de Profesores, Ciudad Universitaria, San Javier, Tucumán (1946-1952).
cida desde 1880, en el inicio de la primera presidencia del general Roca, hasta 1945. Reiteramos, por si no se hubiese entendido bien: se trata de una acción de Estado concretada en apenas nueve años, que iguala a la de un período de sesenta y cinco. Este dato contundente encierra, en sí mismo, una de las posibles respuestas al interrogante que revela la curiosa “desaparición” de esta obra del panorama arquitectónico moderno analizado por la teoría, la historiografía y la crítica locales. Aunque desde nuestros textos iniciales hasta hoy se han registrado innegables avances, y el tema ha ido ganando lentamente un nuevo espacio de atención y visibilidad, aún se le debe la publicación exhaustiva y orgánica que por su trascendencia amerita. En eso estamos.
Prof. Arq. Alberto Petrina Director Nacional de Patrimonio y Museos. Vicepresidente 1.º de la Comisión Nacional de Museos, y de Monumentos y Lugares Históricos. Profesor Titular de Historia de la Arquitectura (FADU-UBA).
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PERONISMO Y ARTE POLÍTICO MARCELA GENÉ ANALIZA EL REPERTORIO ICONOGRÁFICO DEL PRIMER PERONISMO
El sueño argentino, en imágenes EN 1955, UNA SOMBRA MILITAR SILENCIÓ NOMBRES Y VOCES, Y PULVERIZÓ LOS SÍMBOLOS DE UNA AVENTURA INTERRUMPIDA, LA DE LA MODERNA ARGENTINA PERONISTA Y SUS ESTRATEGIAS VISUALES DE AUTORREPRESENTACIÓN. A 55 AÑOS DE LA PROSCRIPCIÓN, EN DIÁLOGO CON NUESTRA CULTURA, LA HISTORIADORA DEL ARTE MARCELA GENÉ RECONSTRUYE LA ICONOGRAFÍA QUE RETRATÓ VIDAS, TRANSMITIÓ NUEVOS VALORES Y MENSAJES, Y MOLDEÓ LAS ESPERANZAS DE UNA SOCIEDAD EN TRANSFORMACIÓN, TAL COMO APARECE EN SU LIBRO UN MUNDO FELIZ. IMÁGENES DE LOS TRABAJADORES EN EL PRIMER PERONISMO (1946-1955), INVESTIGACIÓN PIONERA EN EL CAMPO DE LAS PIEZAS GRÁFICAS IMPRESAS.
Marcela Gené Licenciada en Historia de las Artes (Universidad de Buenos Aires) y magíster en Investigación Histórica (Universidad de San Andrés). Desde 1997, es profesora titular de Historia de la Comunicación Visual I y II, de la Carrera de Diseño Gráfico (Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo, UBA), y docente de la Maestría de Diseño Comunicacional (UBA). Además de Un mundo feliz. Imágenes de los trabajadores en el primer peronismo (1946-1955), escribió Víctor Rebuffo y el grabado moderno, y compiló, junto con Laura Malosetti Costa, Impresiones porteñas. Imagen y palabra en la historia cultural de Buenos Aires.
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–¿Cuál fue el papel que tuvieron las representaciones iconográficas del peronismo en la construcción de la identidad política del movimiento en sus primeros años? –Una de las principales preocupaciones del movimiento que comenzaba a organizarse era crear un conjunto de símbolos que contribuyera a otorgarle identidad. El poco tiempo que medió entre los acontecimientos del 17 de octubre y el llamado a elecciones para el verano de 1946 resultaba insuficiente para dar forma a un repertorio emblemático capaz de caracterizar la nueva fuerza política, con masivo apoyo popular, pero sin la tradición del Partido Socialista o la Unión Cívica Radical. Lograr la cohesión de las masas bajo signos comunes, claros e interpretables fue uno de los primeros objetivos.
Para el peronismo, las imágenes fueron un recurso privilegiado de la comunicación política, por la inmediata apelación visual que suponían, sin otras mediaciones que demoraran la recepción de mensajes. Una vez asumido el Gobierno, la reorganización de un ente como la Subsecretaría de Informaciones fue crucial para el diseño, producción y distribución de la publicidad estatal. Los equipos de dibujantes e ilustradores respondían a la alta demanda de folletos, afiches y avisos de prensa, dando lugar a una verdadera usina de creación de imágenes. –¿De qué figuras preexistentes y tradiciones de representación se valió esta iconografía en cier-
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nes? ¿Cuáles fueron los aspectos innovadores de su propuesta? –El peronismo apropió figuras que ya tenían una amplia circulación en la gráfica de los grupos y partidos locales contestatarios en la Argentina de los años 30 y aun previamente –el socialismo, el anarquismo y el espectro ideológico más amplio de la izquierda–, así como aquellas iconografías de los regímenes totalitarios y democráticos del período de entreguerras. En este sentido, el “descamisado”, ícono del triunfo popular, héroe romántico del origen del movimiento, se deriva de la figura de la alegoría de la libertad, cuyos orígenes se remontan a la “Marianne” de la Revolución Francesa. Asimismo el “trabajador” industrial o rural, o la “familia” no fueron “invenciones” –en la medida en que no se parte de un campo simbólico “vacío”–, sino iconografías preexistentes que fueron resignificadas por el peronismo como expresión de sus políticas. Esta operación de apropiación y reelaboración es válida tanto para las imágenes del peronismo como para cualquier otro repertorio gráfico-político. La innovación consistió en que los “trabajadores” se constituyeron en representaciones del Movimiento y del Estado a la vez, desplazando la tradicional simbología republicana. – En su libro, usted sostiene que la propaganda peronista se emparenta con las imágenes del New Deal y de la gráfica soviética, y no con la iconografía nazi-fascista, como se dijo mucho tiempo. ¿Cómo aparece esta relación en las piezas analizadas? –La identificación de la propaganda peronista con la nazi o la fascista fue un lugar común en los estudios posteriores a 1955. Pero en lo que concierne a los aspectos icónicos, estas afirmaciones demandan ciertos matices. Al incorporar las producciones soviéticas y estadounidenses de los años del New Deal como variables comparativas, se encuentran mayo-
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res similitudes de estas imágenes con la gráfica peronista que con las de los regímenes con que solía compararse. Mientras que en la Alemania nazi y en la Italia de Mussolini, el arquetipo del trabajador era el “agricultor” –una construcción mítica que evocaba el ideal de la vida pastoral–, en la gráfica del New Deal y en la soviética revolucionaria, se pondera la imagen del trabajador de la industria, visto como símbolo del progreso. El “trabajador industrial” se constituye en el ícono central de la gráfica peronista, expresión no sólo del take off económico, sino también de los alcances de la reforma social. Este es un rasgo compartido con los repertorios elaborados durante la administración Roosevelt que se confirma en numerosos ejemplos. –¿Por qué caracteriza esta iconografía como “un mundo feliz”? ¿Cómo aparece aquí la dimensión temporal? ¿En qué radica su excepcionalidad? –El registro de la temporalidad es una característica común a toda la gráfica política. En la del peronismo, el presente pleno de realizaciones se torna indiscernible del futuro. Las conquistas de los trabajadores, promovidas y garantizadas por un Estado protector, permanecerían inalterables en el porvenir. Así, las imágenes ponen en escena una nueva realidad, dejando definitivamente atrás los tiempos de la postergación y la desigualdad. Se reduce la distancia entre lo representado y lo vivido. En este sentido, entre imaginería y vida cotidiana parece existir un circuito constantemente retroalimentado en experiencias concretas de un presente integrador, eliminando la conflictividad políticoideológica existente. Las imágenes conllevan una polaridad de sentidos: para amplios sectores, describen un mundo que fue, en términos materiales, concretos, cotidianos, “más feliz”. También en el proceso de construcción
y consolidación de sus representaciones quedaba excluido el disenso. Para otros, significó una urticante evidencia de la irrupción de las masas en la historia, cuya presencia efectiva en las calles se multiplicaba en las siluetas de los trabajadores en los afiches, en la prensa y en los libros de lectura. El título del libro pretendió, en este sentido, expresar esa ambigüedad. –¿Qué eficacia simbólica tuvieron estas imágenes en la primera década de gobierno peronista? –Las imágenes, como los rituales políticos en el espacio urbano, tuvieron por finalidad la generación de un consenso unitario y de legitimación del movimiento llegado al Gobierno. Esto, como es sabido, no logró tal unidad en una sociedad políticamente escindida. Pero las intervenciones en el plano simbólico, sustentadas en políticas que efectivamente se llevaron a cabo, robustecieron los lazos de pertenencia a una “comunidad peronista”. –¿La furia iconoclasta que siguió al golpe militar de 1955 logró desarticular esta imaginería por completo? –El primer decreto de gobierno de la “Revolución Libertadora” fue la prohibición del uso de cualquier “símbolo que evocara la tiranía depuesta”, así como la mención de los nombres del “tirano” y su esposa. Esto pone de relieve el poder de las imágenes y el enorme temor que despiertan. La caída de un régimen genera episodios de violencia simbólica: se derriba una estatua para enarbolar sobre ella la bandera del vencedor, como aún hoy vemos por televisión. Sin embargo, muchas piezas han sobrevivido a pesar de los operativos de destrucción llevados a cabo en 1955 y luego con la dictadura militar. Los símbolos pueden aniquilarse materialmente, pero no pueden borrarse de la memoria colectiva. La historia ha demostrado la imposibilidad de la censura de clausurarlos a largo plazo.
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PERONISMO Y CINE ENTREVISTA CON EL REALIZADOR OCTAVIO GETINO
“El país ha vivido un tsunami cultural” COFUNDADOR DEL GRUPO CINE LIBERACIÓN, OSVALDO GETINO SE CONVIRTIÓ EN REFERENTE DE CINEASTAS, INTELECTUALES Y GESTORES CULTURALES. ES QUE, JUNTO CON SU CARRERA CINEMATOGRÁFICA, HA DESARROLLADO IMPORTANTES TRABAJOS SOBRE EL CINE, LA CULTURA Y LA COMUNICACIÓN. ACTUALMENTE, COORDINA EL OBSERVATORIO DEL CINE LATINOAMERICANO, DE LA FUNDACIÓN DEL NUEVO CINE LATINOAMERICANO QUE PRESIDE GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ, Y PARTICIPA EN INVESTIGACIONES SOBRE CONSUMOS CULTURALES. EN ESTA NOTA, DESGRANA IDEAS SOBRE LA RELACIÓN ENTRE EL PERONISMO, LA CULTURA Y LOS INTELECTUALES, Y ESBOZA, ADEMÁS, ALGUNOS DIAGNÓSTICOS SOBRE LA PANTALLA NACIONAL. –¿Qué papel cumplió el peronismo en la esfera cultural? –Creo que su papel no deviene tanto de una política puntual hacia la cultura como tal. Incidió en la medida en que avanzó en un proceso de industrialización, de desarrollo económico, de distribución de la riqueza y de mayor acceso a los bienes culturales de los sectores hasta ese momento relegados. Esos cambios afectaron, fundamentalmente, los imaginarios colectivos, es decir, la cultura. –¿Se produjeron cambios específicamente vinculados al cine? –Sí, en dos sentidos. En el aspecto económico-industrial, el Gobierno peronista convirtió en ley los decretos de exhibición obligatoria de cine argentino que databan del gobierno militar de 1943. Esto ayudó a estimular la producción en momentos de relativo retroceso, frente, entre otras cosas, a la competencia del cine mexicano. Estados Unidos había privilegiado a México en la entrega de celuloide, porque había sido su aliado en la Segunda Guerra Mundial. En cuanto a los contenidos, el Estado tuvo fuerte presencia en los noticiarios. No tanto así en los largos de ficción, en donde hubo una libertad de expresión relativa. Hay que recordar que, en esos años, acá y en América Latina, los sectores más conservadores de la Iglesia Católica tenían gran poder tanto en la educación como en la cultura. En el cine, la única entidad que regulaba, recomendaba o intentaba prohibir películas era la Iglesia. Era la misma época en que, en Estados Unidos, la censura tenía un alcance enorme con el Código Hays, que persiguió a artistas sospechados de comunistas. A pesar de todas las limitaciones, en la Argentina, se podían hacer películas que, en otros países, hubieran sido cen-
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suradas, como “Las aguas bajan turbias”, de Hugo del Carril, basada en la novela de un comunista que estaba preso, con guión de un anarquista exiliado español. Una limitación importante del Gobierno peronista es que no tuvo una respuesta clara ante el surgimiento de la televisión, que impactó negativamente en el consumo cinematográfico nacional. –¿Cómo era la relación de los cineastas de entonces con el Gobierno? –Diría que fue la hora de los “logreros”, porque se aprovechaban del proteccionismo estatal, no para hacer películas de propaganda peronista (que no hubo), sino para hacer filmes rentables, como comedias musicales e historias sobre el mundo del trabajo o el tango. Fue la época de grandes estrellas, como Tita Merello, Luis Sandrini, los Cinco Grandes del Buen Humor, Amelita Vargas, Blanquita Amaro. Hubo cierta diversidad de expresiones y géneros con un público de masas. Creo que se prohibió una sola película, aunque sí había recortes de desnudos, o se hablaba más del pasado que del presente (“Las aguas bajan turbias” es un ejemplo de eso). Pero existió una libertad de expresión que no había en otros lugares y, sobre todo, que no continuó después de Perón. –¿Y qué ocurrió tras la caída de Perón? –A partir de 1955, floreció una nueva generación de cineastas, formados en cineclubes e influenciados por el cine europeo. Al mismo tiempo, se dificultaba la situación económica y se reducía el número de salas, de producción y de espectadores. En consecuencia, el cine se focalizó cada vez más en las grandes ciudades, y se dirigió a la clase media o media alta. La temática que se instaló, en general, fue más intimista, más pequeñoburguesa, a gusto del público que iba
al cine. Ahí entraron en escena directores como Leopoldo Torre Nilsson, Rodolfo Kuhn y Leonardo Favio. Mientras tanto, los sectores populares se volcaron al consumo de televisión. En ese proceso, también se dio una situación política distinta. Frente a los gobiernos autoritarios dictatoriales, que no resolvían los problemas económicos de ningún sector social, la clase media comenzó a inquietarse y buscó referencias distintas. La única fuerza política que aparecía de manera consistente fue el peronismo. Esto se tradujo también en el cine y la cultura. Influenciados por pensadores como Juan José Hernández Arregui, Arturo Jauretche, Pepe Rosa o Raúl Scalabrini Ortiz, los cineastas empezamos a trabajar en otro tipo de cine. Pero no sólo nosotros buscábamos un pensamiento nacional, sino toda una generación de jóvenes artistas que se expresaba en espacios como el Instituto Di Tella. En ese marco, surgen los grupos Cine Liberación. La propuesta, más que hacer algo totalmente peronista, era formar un frente de realizadores que participaran de un proceso de democratización y cambio político. –¿Cuándo surgió la noción de Tercer Cine? –Luego de “La hora de los hornos”, tuvimos que legitimar lo que estábamos haciendo. Ahí elucubramos documentos teóricos que tuvieron circulación en casi todas las escuelas de cine del mundo. Cine Liberación fue la referencia de un movimiento latinoamericano, del que formaba parte el Cinema Novo, en Brasil; Tomás Gutiérrez Alea y Santiago Álvarez, en Cuba; Jorge Sanjinés, en Bolivia, además de compañeros chilenos y uruguayos. Creo que, desde entonces, no hemos sido capaces de elaborar ninguna reflexión teórica o crítica sobre el futuro de la cinematografía en general.
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¿CINE PERONISTA? Getino: “No soy partidario de poner al cine un calificativo político. Se puede hablar de un cine de temática peronista, en el que algunos realizadores aborden el peronismo como peronistas o desde una visión
–¿Por qué sostiene que no hubo más reflexiones teóricas sobre el cine argentino? –Pienso que el país ha vivido un verdadero tsunami cultural, que se terminó de desencadenar con la última dictadura militar. Hubo un tsunami económico, que es muy visible, pero de esos ciclones la gente se recupera. El otro tsunami que vivimos fue político: se mató a 30.000 compañeros, militantes o no, y luego vino la democracia, que permite resolver esos problemas. Esos dos tsunamis se conjugaron en un tsunami cultural, que es muy difícil de resolver. Son cambios que repercuten en los procesos identitarios. La dictadura obligó a la gente a replegarse, golpeó la autoestima y la seguridad de los argentinos, a lo que se unió el desempleo de los años 90. Todo eso incidió en la formación cultural. Y en el cine, se tradujo en un proceso de concentración territorial y social del consumo cinematográfico. El cine ha ido concentrándose en espacios de clase media acomodada que, además de ver películas, consume lo que está alrededor. El 60% de las salas se ubican en zonas comerciales y no en los barrios. Este fenómeno territorial se vincula a lo social. El consumo de cine en el país no llega a una vez al año por persona. Hoy el consumo mayor pasa por el video, Internet u otros medios. –¿Cómo tomó el Partido Justicialista estas iniciativas? –Nosotros nos organizábamos como cineastas. Hay que pensar que el Partido Justicialista siempre fue la derecha del movimiento peronista. El verdadero sector dinamizador fue el movimiento obrero organizado, las 62 Organizaciones o la CGT, con conducciones buenas o malas. Nos vinculamos también con algunas figuras muy solitarias. El peronismo nunca supo legitimar a sus mejores intelectuales, como Leopoldo Marechal o Jauretche. Cuando murió Arregui, por ejemplo, en el entierro, había un dirigente telefónico y solo catorce personas más. Y era septiembre de 1974.
no peronista. Son películas hechas con ideas que se corresponden con la vocación de servir a la comunidad en términos democráticos y solidarios. Acá se llamó peronismo; en Cuba, castrismo; en Nicaragua, sandinismo; en Venezuela, chavismo; y en Brasil, tal vez se llame lulismo. Lo que tiene de interesante el peronismo es que no representa sólo a los peronistas: guste o no, trata de representar los intereses del conjunto de la humanidad”.
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–¿Por qué se da esa relación conflictiva con los intelectuales? –Creo que, en general, los poderes políticos nunca han tenido una relación muy sana con el sector intelectual (no hablo del apologético). Me parece que el intelectual debe tener un pensamiento crítico siempre, y si ve que las cosas andan bien, debe decir que tendrían que andar mejor. Esto no significa ponerle freno a los procesos. A veces, este sector entra en tensión, no ruptura, con el sector político, que, en democracia, está más preocupado por las elecciones o la coyuntura. Hay que tratar de superar esta relación tensa, porque si el poder político es democrático, nacional y latinoamericanista, como uno desearía, debe advertir que hay un sector de la sociedad que puede aportar a este proceso desde las artes y el pensamiento. Esta tensión es una constante. El intelectual piensa a largo a plazo y siempre con sentido crítico, pero es necesario que dialogue con el poder político, que se mueve con otro tipo de lógica, más cortoplacista. Aparecen situaciones de coyuntura a las cuales tiene que dar respuesta inmediata, como fue el intento de golpe contra Correa en Ecuador. El intelectual es más lento para este tipo de situaciones.
–¿Esta situación también afectó la producción de películas? –En los últimos tiempos, las posibilidades técnicas y de financiación, sumadas a la gran cantidad de festivales, han incrementado la producción y también la difusión entre públicos selectos. En consecuencia, muchos jóvenes descubren que el cine se alimenta a sí mismo, sin necesidad de conectarse con la gente. –Con la Ley de Medios y la posibilidad de difundir documentales en la televisión, ¿habría mayor feedback con el público? –Sí, si la Ley de Medios se aplica cabalmente. Esto puede ayudar mucho, sobre todo, porque los medios de comunicación no transmiten imágenes de la realidad, sino de una virtualidad que ellos inventan. –¿Qué papel tiene el cine en el nuevo contexto regional? –Debe tener un papel fundamental. Hay que formar nuevos realizadores en el país con una idea de región más que de nación. Algo de eso está ocurriendo con iniciativas como Telesur, Televisión América Latina o DOCTV. Lo audiovisual (el cine y la televisión) es el medio que, tal vez, más ayudó en los procesos de intercambio. Quizá en muchos países de Latinoamérica no conozcan a Jorge Luis Borges, pero sí a Guillermo Francella. Además, el cine ayuda a revertir problemas económicos: es una industria. América Latina representa un mercado enorme, entonces, el realizador debería concebir sus productos en función de sus espectadores (su gente, su pueblo) porque, en la historia, no ha habido ninguna cinematografía en el mundo que haya traspasado sus fronteras si, previamente, no interesó dentro de las propias.
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MÚSICA
LAS ORQUESTAS INFANTILES Y JUVENILES PROLIFERAN EN EL PAÍS
Escuela de músicos LA MÚSICA CONMUEVE, INSPIRA, MOTIVA Y, POR SOBRE TODO, ABRE PUERTAS. POR ESO, LA SECRETARÍA DE CULTURA DE LA NACIÓN GENERA ORQUESTAS Y BANDAS INFANTO-JUVENILES EN LAS PROVINCIAS, PARA INCENTIVAR LOS VALORES ARTÍSTICOS Y ESTRECHAR LAZOS CON LAS COMUNIDADES. El Programa Social de Orquestas Infantiles y Juveniles apunta desde 2004 a la integración sociocultural de los chicos y jóvenes en situación de vulnerabilidad. No sólo provee de instrumentos a las orquestas, sino que, además, estimula la formación de los docentes a través de encuentros y jornadas pedagógico-musicales. Así, unos 2850 chicos ya se convirtieron en intérpretes de bajo, violín, chelo, flauta, entre muchos otros instrumentos, mientras que sus padres, familiares y vecinos los acompañan con entusiasmo en las clases y conciertos. El bombo, los charangos, las congas, la guitarra y el cajón peruano son los pilares de las orquestas de instrumentos latinoamericanos que el Programa Social “Andrés Chazarreta” impulsa desde 2006. En total, se crearon catorce orquestas a lo largo del país, de las que participan 850 alumnos.
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Los sonidos de los tambores, bombos y cajones peruanos invaden las calles del Barrio ATE, de San Miguel de Tucumán, cada vez que la Orquesta “Rolando Chivo Valladares” se prepara para los conciertos.
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La orquesta “Ciudad Luz” de música latinoamericana funciona en la villa 15 desde octubre de 2008. Unos 45 alumnos de entre 6 y 15 años de edad la integran. “Con estas actividades logramos sacar a los chicos de la calle”, apunta una vecina del barrio sobre el proyecto.
La Orquesta “El Tambo”, del barrio de La Matanza que lleva el mismo nombre, es la pionera del Programa “Andrés Chazarreta”. Está integrada por 65 niños, y un equipo docente que trabaja en la enseñanza de los instrumentos, en la función orquestal y el repertorio.
Chicos de Villa Zagala y Ciudad Evita, en la provincia de Buenos Aires, forman esta orquesta juvenil que coordina el Consejo Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia.
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LIBROS
FERIAS DEL LIBRO PROVINCIALES PARTE I: CENTRO Y CUYO
Un recorrido geográfico-editorial por la Argentina EN RESPUESTA A LAS NECESIDADES DE ESCRITORES, SELLOS EDITORIALES Y LECTORES, CADA AÑO, LAS PROVINCIAS GENERAN ENCUENTROS FERIALES DEDICADOS AL LIBRO, QUE HOY PERMITEN CONFIGURAR UN MAPA DE EVENTOS CULTURALES Y EDITORIALES, EN LOS QUE CONFLUYEN NUEVAS IDEAS, DIÁLOGOS, DEBATES Y ESPECTÁCULOS. AQUÍ, RESEÑAS DE MENDOZA, CÓRDOBA, SAN JUAN Y SANTA FE. Algunos puntos para destacar de este evento: los escritores de Mendoza presentaron 36 libros este año; muchas de estas ediciones fueron financiadas por los mismos autores, y la feria funcionó como ámbito gratuito para su difusión. En la misma línea, el espacio Indy-gentes mostró un proceso cultural emergente, con las producciones literarias independientes de más de veinte jóvenes expositores.
La Feria Internacional del Libro de Buenos Aires se enaltece ante una ciudad que la observa como el hecho cultural de la temporada. Y, muchas veces, lo es. Posee historia, convocatoria y prestigio. Iniciada en 1975, hoy es epicentro para editores, autores consagrados y por consagrar; y pasarela por la que desfilan figuras internacionales de las letras. Con el tiempo, se convirtió en visita obligada –este año, acudieron más de 1.200.000 personas– y ya hay lista de espera para conseguir un stand en la próxima edición, que prevé un espacio de 45.000 m2. Pero ¿qué sucede en el resto del país? Mucho: la Argentina se despliega como un mapa plagado de eventos editoriales que refuerzan la identidad y la diversidad de pueblos y comunidades. Todas las provincias generan sus propias ferias, con distintos lemas y temas; los autores locales presentan sus producciones; escritores de pluma reconocida en el ámbito nacional se suman a mesas redondas; las editoriales apoyan fuertemente estas iniciativas, que, en su mayoría, coorganizan con las provincias anfitrionas; y las programaciones tientan con actividades artísticas. En esta edición de Nuestra Cultura, la primera parte de un vasto recorrido geográfico-editorial, que se anima a cruzar la General Paz. En esta nota, un viaje por la región de Cuyo y Centro del país.
La Feria del Libro del Cuyum finalizó con mucho éxito a comienzos de octubre. Hubo homenajes, mesas redondas, debates y presentaciones de libros de autores mendocinos.
Cuyum también hizo hincapié en los debates. Temas como la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, el casamiento igualitario, la controversial práctica minera, Maradona en la simbología popular y la televisión actual se abordaron a través de múltiples voces. Hubo conciertos de Jorge Marziali, Rosario Bléfari y Palo Pandolfo; homenajes a escritores mendocinos que dejaron su huella, como Miguel Guzzante e Iverna Codina, y la visita de Diana Bellessi, Rodolfo Braceli, María Sáenz Quesada, Sylvia Iparraguirre y Horacio González. Las actividades sobre “cine y literatura” y “la escritura del cómic” pisaron fuerte, con Jorge Zuhair Jury, director de cine y hermano de Leonardo Favio, y Diego Parés y Esteban Podetti, respectivamente.
PARADA INICIAL: CUYO
breros, lectores y artistas. Ideada para generar pertenencia entre los ciudadanos, más de 50.000 visitantes recorrieron las tres sedes donde se desarrolló.
Escala por la tierra del sol y la luna. En San Juan, la Feria de la Cultura Popular y el Libro es una experiencia reciente. Este año –y en paralelo al Tercer Congreso Argentino de Cultura–, se celebró la segunda edición de este encuentro todo a pulmón.
Mendoza surge imponente en esta cartografía imaginaria. Este año, el encuentro que se realizó en la capital mendocina amplió el concepto de lo “provincial” y fue por más: la región. La Feria del Libro del Cuyum, tal su nombre, se celebró del 28 de septiembre al 5 de octubre, con el lema “Leer desde las raíces”, y contó con la activa participación de San Juan y San Luis, que reforzaron la significación territorial. Esta feria fue escenario de múltiples propuestas culturales, y punto de reencuentro de escritores, li-
“En esta Feria del Libro del Bicentenario, la apuesta fue hacer foco en la regionalización, la multiculturalidad y la inclusión. El entrecruzamiento cultural y la convivencia es una realidad enriquecedora que debe apoyarse desde el Estado. La idea es proyectar nuestra identidad hacia el mundo. ¿De qué serviría una pequeña feria que tome exclusivamente a Buenos Aires de modelo? La cultura no tiene ni techo ni quien le baje la bandera de llegada”, afirma Ricardo Scollo, secretario de Cultura de Mendoza.
Organizada por la Biblioteca Popular Sur, con apoyo estatal, la feria surge como “la posibilidad de democratización de la cultura”. “Es mucho más que una muestra de exposición y venta de libros, es un verdadero encuentro con la comunidad, que permite reivindicar nuestra identidad sanjuanina”, cuenta la directora de la biblioteca, Lucía Muñoz Guilbert. Bajo el lema “Seamos parte de la historia, escribamos juntos el Bicentenario”, la feria contó con más de cien stands, bibliomóviles, y alrededor de 10.000 personas la visitaron.
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EL LIBRO SOCIAL Y POLÍTICO DEL BICENTENARIO
La Feria de la Cultura y el Libro es la única en su tipo en San Juan. Los niños son grandes protagonistas, con talleres y stands dedicados a ellos.
DOS POTENCIAS EN EL CENTRO Terruño de Roberto Fontanarrosa y Juan José Saer, Santa Fe es considerada la tercera provincia del país en producción editorial. Anualmente, se celebran cuatro ferias en la Ciudad de Santa Fe (coorganizadas por la Universidad Nacional del Litoral, la Municipalidad de Santa Fe, el Gobierno de la Provincia y el Centro Comercial), y en Santo Tomé, San Lorenzo y Villa Constitución, estas últimas, realizadas por los municipios, junto con las librerías y editoriales locales, y con el auspicio y apoyo del Gobierno provincial. Además, desde la provincia y a través del programa Espacio Santafesino, del Ministerio de Innovación y Cultura, se estimula la producción editorial, discográfica y audiovisual. En ese marco, a comienzos de cada año, se abre una convocatoria a sellos musicales y a los autores independientes, para armar un stand –devenido en muestra itinerante– que viaja a las distintas ferias del libro provinciales y llega a Buenos Aires. En el último año, se exhibieron alrededor de seiscientos títulos de
sellos y más de doscientos textos de autores independientes, surgidos de las cinco regiones de la provincia. Semillero de grandes de la literatura nacional, como Arturo Capdevila y Juan Filloy, Córdoba es una estación obligada en materia de encuentros con libros mediante. La Docta se engalana durante 18 días al año y es sede del mayor evento cultural de la provincia. Nelda Abed, directora de Ferias por CALIPACER (Cámara de Librerías, Papelerías y Afines del Centro de la República) e integrante del Comité Ejecutivo de organización, explica: “El encuentro se gesta respondiendo a las necesidades de editores, autores y lectores. Para promover las editoriales cordobesas, la Municipalidad creó el Fondo Estímulo, mientras que la difusión y la distribución es una tarea de las ferias”. Presente en el calendario cordobés desde hace 25 años, la feria se convirtió en una actividad clave de la literatura nacional. En 2010, se desarrolló junto con la 3.a Feria Infantil del Libro Córdoba, auspiciadas por la Secretaría de Cultura de la Nación y organizadas por la Municipalidad, el Gobierno provincial, la Universidad Nacional de Córdoba, la Sociedad Argentina de Escritores filial Córdoba y CALIPACER. Participaron 78 expositores en un circuito de 2500 m2; hubo 300 actividades culturales, más de 200.000 visitantes, y 30% más ventas que en la edición anterior. Además, la provincia mediterránea organiza encuentros en Cosquín, Río Ceballos y, en noviembre, la flamante 1.a Feria del Libro del Noreste Cordobés. Para el escritor cordobés Fernando López, la feria es “una posibilidad de concentrar a editoriales y libreros de la ciudad, y de acercar autores y lectores para dialogar”.
La Mona Jiménez su sumó a la feria cordobesa. En la última edición, firmó ejemplares de La Mona: Una biografía del cuartetero, de Jorge Cuadrado, editada por el sello local Raíz de Dos.
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En el número de noviembre de Nuestra Cultura, este mapeo hará escala en Misiones, pionera en materia de ferias, el Tinkunaco riojano, y las reediciones fueguinas. Una industria editorial pujante comienza a tomar protagonismo en distintos puntos del país, y con la premisa constante de producir, debatir y difundir a nuevos autores, continúa tejiendo esta topografía del libro.
Con la mirada puesta en la integración, el intercambio y el crecimiento intelectual de América Latina, del 17 al 20 noviembre, se realiza en la Biblioteca Nacional el Encuentro Latinoamericano del Libro Social y Político. Destacados pensadores participarán de foros y mesas redondas, y brindarán conferencias magistrales. Jorge Coscia, Ricardo Forster, Osvaldo Bayer, Federico Schuster, Horacio González, Norberto Galasso, Atilio Borón, Tristán Bauer, José Pablo Feinmann, Eduardo Rinesi, Milagro Sala e Ignacio Ramonet son algunos de los invitados. Además, durante las cuatro jornadas, se celebra la 4.ª Feria del Libro Social y Político: habrá stands de exhibición y venta de ejemplares, y conferencias de editores nacionales y extranjeros. Esta propuesta, organizada por la Dirección Nacional de Industrias Culturales de la Secretaría de Cultura de la Nación, incluye muestras de fotografía, espectáculos musicales y obras de teatro.
FERIA DEL LIBRO PERONISTA Unas 3000 personas recorrieron los 24 stands de editoriales, universidades y organizaciones que dieron marco a la Segunda Feria del Libro de Temática Peronista, desplegada en septiembre, en el Museo Evita de la Ciudad de Buenos Aires. El Movimiento obrero, la Resistencia, y Cultura y comunicación fueron los ejes abordados. Para la edición de 2011, los temas serán Estudios del Estado peronista y sus reformas, Pensadores latinoamericanos, y Estudios sobre la Fundación Evita. + info: www.museoevita.org.ar
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CULTURA Y SOCIEDAD
ENTREVISTA CON PHILIPPE BOURGOIS, ANTROPÓLOGO ESTADOUNIDENSE
“El gueto es un autorrefugio para no ser insultado” A MEDIADOS DE LOS 80, EL ANTROPÓLOGO ESTADOUNIDENSE PHILIPPE BOURGOIS SE INSTALÓ EN EAST HARLEM, UNO DE LOS BARRIOS MÁS POSTERGADOS DE NUEVA YORK. ALLÍ PASÓ CINCO AÑOS ESTUDIANDO LA SEGREGACIÓN RACIAL Y LA POBREZA QUE CASTIGA AL GUETO LATINO, PUERTORRIQUEÑO SOBRE TODO, EN UNA DE LAS CIUDADES MÁS RICAS Y EMBLEMÁTICAS DEL MUNDO. DE VISITA POR BUENOS AIRES PARA PRESENTAR SU ÚLTIMO LIBRO, EN BUSCA DE RESPETO. VENDIENDO CRACK EN HARLEM (SIGLO XXI EDITORES), BOURGOIS CONVERSÓ CON NUESTRA CULTURA. LAS ENTRAÑAS DEL EAST HARLEM, EL SURGIMIENTO DEL CRACK, Y SUS EFECTOS DEVASTADORES ENTRE UNA POBLACIÓN MARGINADA Y SIN OPORTUNIDADES SON SÓLO ALGUNAS DE LAS CUESTIONES QUE LO LLEVARON A ADVERTIR SOBRE LA INSTITUCIONALIZACIÓN DEL APARTHEID Y DE LA INJUSTICIA.
Philippe Bourgois Es profesor y jefe del departamento de Antropología, Historia y Medicina Familiar y Comunitaria en la Universidad de Pensilvania, Estados Unidos. Realizó trabajos de campo en varios países de América Central y en zonas urbanas de Estados Unidos. Sus temas de investigación son la antropología urbana, la inmigración, el abuso de sustancias prohibidas, la violencia y la etnicidad, el sufrimiento social, el apartheid y la institucionalización de la discriminación y la segregación.
–¿Por qué eligió Harlem para realizar su trabajo de campo? –Crecí en Nueva York, precisamente, en la frontera entre el barrio más rico y el más pobre, East Harlem. Eran años de protestas, pero no de las protestas como se las conoce aquí, sino protestas de desesperación, en las que se quemaban y saqueaban tiendas por rabia. Mi calle era la ruta por la que los bomberos debían pasar para ir a Harlem. La gente rica, para llegar al campo o a la playa, tenía que transitar por ahí. Cuando iba a jugar al fútbol con la escuela, pasaba por ahí. Estaba prohibido bajar, ir a Harlem. Me crié viendo que la gente tomaba eso como algo normal. Mi papá, que es francés, me decía al pasar por allí: “¿Cómo es posible que este país deje a su población tan pobre?”. Por eso, como antropólogo, quise hacerlo visible. Primero, romper con el tabú del blanco que no entra al barrio; segundo, tratar de humanizar y no tomar como normal el fenómeno del gueto. Claro que tenemos guetos en todas las grandes ciudades de Estados Unidos, pero el de Harlem es el de mi pueblito. Lo que quería era conocer el día a día en Harlem, ver cómo sobrevivía la gente. –¿Y cómo era el día a día? –Las estadísticas oficiales mostraban cifras que no eran reales. Hablaban de un 40% de la población por debajo de la línea de pobreza. A pesar de eso, se veía gente vestida y relativamente funcionando. Entonces, tenía que haber una economía subterránea, que no estaba siendo censada. Quería conocer la economía informal. En ese tiempo, no había crack todavía; sí, cocaína y heroína. En marzo de 1985, alquilé un departamento. Poco después, en otoño de ese año, surgió el fenómeno del crack y golpeó con mucha
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fuerza. Mis amigos y vecinos empezaron a caer en la venta o en el consumo, o en ambos. Mi investigación tuvo que enfocarse en eso, porque era lo que daba empleo a los jóvenes desocupados en las esquinas. Ray, uno de los protagonistas del libro, era dueño de tres puntos de venta, uno de ellos, muy cerca de mi casa. Así fue como entré en su red social, que era una red de parentesco. Mi objetivo pasó a ser indagar la experiencia de segregación racial y pobreza que golpeaba a Harlem. –¿Qué imágenes se le presentan cuando recuerda sus primeros instantes allí? –Es increíble el tiempo que ha pasado, y nada cambió. Durante el día, es un barrio muy sociable y alegre. Gran parte de la población tiene trabajos legales, otra está desempleada y permanece en las escaleras de los edificios. Hay niños que juegan en las calles, los domingos hay partidos de dominó; todos se conocen de nombre o de vista. En el barrio burgués donde crecí, en cambio, ni siquiera intercambiabas un “hola” con tus vecinos en el ascensor. En Harlem, los niños fueron los primeros que me buscaron; ellos son lo que mejor cruzan las barreras de clase y etnicidad. –Los chicos no tienen los prejuicios del adulto… –¡Claro! En un momento, fue un problema, porque yo quería hacer algo por ellos, entonces, había comprado crayones para que dibujaran. Venían a dibujar a mi cocina. Que los niños fueran a la casa de un hombre solo daba miedo. Luego me casé, y ahí se normalizó todo. Al principio era un bicho raro, un blanco. Después empecé a hacer lo que hacían los vecinos: reparar mi auto feo, trabajos de plomería…
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HEY, WHITE BOY –¿Y qué sucedía cuando le preguntaban qué hacía allí? –Un joven desempleado fue el primero que me preguntó: “Hey, white boy, oye, blanquito, ¿qué es lo que haces aquí?”. Entonces le expliqué que era antropólogo y que estaba escribiendo un libro. Este chico, a veces, conseguía trabajo en una morgue. Luego cayó en el vicio, hasta que desapareció en la pesadilla del consumo crónico. Yo no podía escapar a la realidad del crack porque había un puesto de venta a dos puertas de mi casa. Para ir a cualquier lugar, tenía que pasar por ahí y saludar. Al principio tenían miedo del blanco, después les daba curiosidad. Primo, uno de los vendedores, también protagonista del libro, me preguntó si era policía, pero un vecino suyo, que iba al puesto de venta, ya me conocía de vista, y eso permitió que me trataran con normalidad. Primo terminó siendo mi mejor amigo entre los vendedores.
prema tiene que decidir si están en contravención con la Constitución o no. El problema ahora es que hay media docena de Estados que siguen el ejemplo de Arizona. Los políticos de derecha y extrema derecha están aprovechando esta situación para ganar votos. Lo curioso es que a los industriales y a los terratenientes no les gusta esta ley, porque necesitan de la mano de obra mexicana. Tampoco a la burguesía, que da empleo a las mujeres que cuidan los niños de los ricos. Es una gran hipocresía, y nadie la admite. Son las contradicciones y tragedias de este modelo.
–En el caso del libro, el respeto se logra entre pares. ¿Cómo es la relación con el “afuera”? –Esa es la tragedia, es lo que hace tan fuertes las barreras visibles del gueto. Por un lado, la sociedad las impone con alquileres, con la segregación de los barrios o de los dueños de departamentos, que no los alquilan a quien no es blanco. Por otra parte, el gueto es un autorrefugio para no ser insultado. Por ejemplo, tomo a César, uno de los protagonistas del libro. Él no sabe ni caminar de manera normal, camina tratando de dar miedo. Eso sí tiene credibilidad y poder en su territorio. Pero afuera, no.
–¿A qué se refiere? –Primero, el fenómeno del gueto segregado, el apartheid; segundo, esta relación de explotación tan desgarrada de las poblaciones inmigrantes, a las cuales no damos papeles. Hay gente que ha vivido treinta años en Estados Unidos… ¡y no tiene papeles! Entonces, se quedan con miedo de ser deportados, y eso los convierte en trabajadores disciplinados.
–¿Cuál es el concepto de “progreso” en el gueto? –Ellos hablan del “dinero loco”, de ganar dinero rápidamente vendiendo crack, dinero que no les queda en la mano; hablan de derrochar dinero. La mayoría no logró pasar de la economía ilegal a la economía legal. El único que salió del ámbito de la droga fue uno de los vendedores que ahora trabaja de portero en un edificio de lujo en el centro de Nueva York. Y algunas mujeres pudieron terminar la secundaria.
–¿Cómo fueron los inicios de la inmigración latina en Harlem? –Harlem es el barrio históricamente puertorriqueño de Nueva York y el antiguo lugar de la mafia italiana. Después de la Segunda Guerra Mundial, los puertorriqueños llegaron buscando trabajo en las fábricas de telas, donde reemplazaron a los obreros italianos y judíos. Era una migración de mano de obra barata que venía del campo y de los suburbios de Puerto Rico. Al arribar, sufrieron los primeros conflictos con los italianos, que eran muy racistas con los puertorriqueños, como toda la sociedad estadounidense, en realidad. Los editoriales en los periódicos señalaban la invasión de los puertorriqueños; no eran bienvenidos, tenían que vivir en ese gueto.
–¿Qué manifestaciones cotidianas de la violencia y la marginalidad pudo identificar? –En esos años del crack, la violencia aumentó muchísimo. Había una lógica pelea por el control de las es-
–Hablando de inmigración, recientemente, se instaló un debate en torno a las nuevas leyes migratorias en algunos Estados de su país… –Sí, otra vez estamos pasando por una ola de xenofobia contra los mexicanos, y eso ocurre o empeora durante las épocas de crisis económica, casi como una ley social. Siempre hay hostilidad. Estados Unidos es un país que tiene una preocupación –podría decirse– “neurótica” por el color de la piel. Por el lugar central que ocupó la esclavitud en el sistema económico durante el siglo XIX, por el genocidio y luego la conquista de la parte mexicana en el Sur, todo esto se justificaba en términos racistas, de superioridad cultural sobre la base de lo genético, todo eso ha entrado muy profundamente en el sentido común de la población y se reproduce. Aunque dependemos de la mano de obra latina para todos los trabajos mal pagos en nuestra sociedad (de hecho, la economía no podría funcionar sin la llegada masiva de mexicanos), la gente desprecia a los migrantes; es una hipocresía estructural. Ahora se está debatiendo la ley de Arizona, que permitiría a la policía detener a cualquier persona por el color de su piel y deportarla, de inmediato, sin necesidad de que haya cometido algún delito. Ojalá que la Corte Suprema la anule. Como en mi país las leyes se hacen por Estados, la Corte Su-
quinas. Por otro lado, el consumo de crack despierta mucha violencia y activa la paranoia. Además, la violencia de la calle incrementó las matanzas entre los jóvenes. Había que aparentar poder para tener credibilidad y para que no te agredieran. A mí me decían: “Mirá, Felipe, no puedes ser tan gentil con la gente, tienes que mostrarte fuerte, te van a hacer daño…”. Con el tiempo, vieron que yo no era así, entonces, empezaron a protegerme.
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EN BUSCA DE RESPETO VENDIENDO CRACK EN HARLEM Publicado en 2010 (Siglo XXI Editores. 422 páginas), este libro del antropólogo estadounidense es un diario de investigación que explora el sufrimiento social de su tiempo.
–¿De ahí En busca de respeto…? –A mi entender, el fenómeno de la industria del crack, de la violencia en torno al crack y a su adicción, tiene que ver con la frustración de las poblaciones marginadas, que no pueden ascender socialmente. Los vendedores de crack persiguen de manera clásica el sueño americano, es decir, buscan pasar de pobres a ricos en el transcurso de su vida, ganar dinero y plasmarlo en bienes materiales. Eso es el sueño americano: llegar a Estados Unidos como migrante y salir rico. No es una realidad, es un sueño, porque no encuentran un trabajo legal y nunca dejan de ser considerados parias inferiores, entonces, invierten en la única industria que les permite ganar dinero y tener poder local. Claro, cuando salen del barrio, se sienten mal, la gente los mira mal.
–¿El apartheid es crónico? ¿Es reversible? ¿La violencia se ha institucionalizado? –Creo que aceptamos la segregación como si fuera normal, hemos olvidado que no siempre fue así. Perdimos de vista la posibilidad de construir una sociedad donde no debería existir el apartheid de clases. En todos los países latinoamericanos, hay grandes barrios como Harlem, con violencia y droga, donde la gente rica vive con miedo a ser agredida. La violencia se ha normalizado. Y se les echa la culpa a las víctimas, al adicto en la calle, cuando, al analizarlo más profundamente, uno advierte que esas industrias de la droga, que destruyen barrios determinados, se enraízan por falta de oportunidades en la sociedad mayor. –Su padre fue prisionero en Auschwitz. Eso habrá influido en usted para que se abocara a estudiar la irracionalidad, la persecución, la humillación… –Me di cuenta de eso con el tiempo. Esencialmente, quería entender la experiencia de mi papá como deportado a Auschwitz. Él no era judío, estaba en la parte de trabajadores esclavos, a quienes apenas se les daba suficiente comida para mantenerlos con vida, para que trabajaran parados. Era un trabajador, podría decirse, “privilegiado”. Mi papá y sus compañeros estaban detrás de los alambres de púa. Lo más horroroso es que, desde ahí, los domingos veían a los civiles yéndose de picnic al río, a 500 metros del campo de exterminio. En El superviviente de Auschwitz, Primo Levi hace un análisis de la zona gris, y nos advierte que Auschwitz fue una aberración caricaturizada de la crueldad y de la institucionalización del genocidio. En menor escala, eso se da dentro de todas las instituciones que imponen niveles de injusticia y falta de oportunidades entre las poblaciones. En los guetos, las oportunidades de progresar y de desarrollarse son limitadas. Creo que no deberíamos tomar por normales fenómenos como los guetos.
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PATRIMONIO
EN EL MUSEO HISTÓRICO NACIONAL, SE RESTAURAN 32 ÓLEOS DEL PINTOR ARGENTINO
Cándido López, al taller EL LABORATORIO DE CONSERVACIÓN Y RESTAURACIÓN PUESTO EN MARCHA POR EL MUSEO HISTÓRICO NACIONAL Y LA SECRETARÍA DE CULTURA DE LA NACIÓN, CON EL APOYO DE LA FUNDACIÓN YPF, ES UN NUEVO ESPACIO DISEÑADO PARA EL ESTUDIO Y LA PRESERVACIÓN DE GRANDES OBRAS DEL PATRIMONIO ARGENTINO. Es indiscutible la riqueza que puede surgir del trabajo colectivo, en el que voces provenientes de múltiples disciplinas intervienen con un fin común. En el Museo Histórico Nacional, de la discusión interdisciplinar, brotó el impulso por rescatar la memoria. Los resultados no tardaron en aparecer, y el Taller y Laboratorio de Conservación y Restauración ya está en funciones: se trata de un espacio definitivo, que hará perdurar las obras clave de artistas que conforman el patrimonio cultural argentino. Las primeras en desfilar son 32 óleos de Cándido López. El taller está equipado con un laboratorio, una oficina, una sala de registro fotográfico, una cámara de barnizado de obras, un archivo de imagen (para el material más sensible y vulnerable del museo, que incluye ambrotipos, ferrotipos y fotografía en papel, entre otros soportes) y un sector de digitalización de documentos. Las dos ventanas por donde entra la luz natural convierten al taller en un ámbito óptimo para el trabajo: los retoques de color, por ejemplo, necesitan de esta iluminación para evitar las distorsiones que suele causar la luz artificial. Para idear este espacio, se siguió una experiencia acreditada: el taller de TAREA, el Centro de Producción e Investigación en Restauración y Conservación Artística y Bibliográfica Patrimonial, de la Universidad Nacional de San Martín. “Esta institución, creada por la Fundación Antorchas, representó el inicio de un movimiento de modernización y profesionalización de la conservación en nuestro país”, subraya el director del Museo Histórico Nacional, José Antonio Pérez Gollán.
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En la práctica, ¿de qué hablamos cuando hablamos de conservación? Vilma Adriana Pérez-Casalet, jefa del Área de Conservación del Museo, la define como el conjunto de operaciones y técnicas que tienen por objetivo prolongar la vida de los bienes culturales. “Para conservar los objetos, hay dos caminos: la prevención del deterioro (conservación preventiva o preservación), y la reparación del daño (restauración) respetando el paso del tiempo”, explica. Se trata de una tarea sistematizada: desde el área de Conservación, se define una política para el cuidado del patrimonio, y se promueve su aplicación. Un reglamento de conservación preventiva y un protocolo determinan funciones, criterios, metodología y técnicas por utilizarse, sello que garantiza el trabajo profesional realizado. Una mínima pero fiel intervención alcanza para salvaguardar la esencia del objeto restaurado. “Conservar el patrimonio histórico de un país permite construir su identidad –explica Pérez-Casalet y
agrega–: La restauración no anulará los signos del paso del tiempo entre el momento de creación del objeto y el presente, pero sí aportará nuevas cualidades creativas y hará posible conocer los aspectos originales e históricos que pueden transmitirse al futuro”. “No basta con tener patrimonio, hay que poder y saber conservarlo. La conservación es un aspecto fundamental en el funcionamiento de estas instituciones complejas y dinámicas que son los museos históricos”, destaca Pérez Gollán. En la etapa inicial, el equipo de Conservación del Museo trabaja en la documentación de las obras, a lo que siguen el examen técnico y las tareas de restauración, que ocuparán los próximos doce meses. “Primero se realiza un registro fotográfico del estado de conservación y una ficha técnica donde, como en una historia clínica, se asientan los estudios, análisis y antecedentes que permiten reconocer la obra, sus valores y su contexto”, detalla la especialista. A partir
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CONSERVACIÓN EN VIVO El taller abre sus puertas para quienes quieran conocer más de esta labor. Hay que concertar la visita llamando al (011) 4307-1182. Museo Histórico Nacional. Defensa 1600. Ciudad de Buenos Aires.
COMPROMISO CON LA CULTURA NACIONAL Las empresas privadas tienen un verdadero deber social. En nuestro caso, la Fundación YPF pone de manifiesto el compromiso que la empresa tiene con la sociedad, llevando adelante programas de gran alcance desarrollados especialmente en las zonas en las que la compañía opera. Creemos firmemente en la articulación entre el sector público, privado y civil. Por eso, desde la Fundación, apuntamos a la gestación de proyectos que implican un trabajo conjunto, haciendo hincapié en la calidad, la continuidad y la consistencia de esos proyectos. Bajo esa línea, muchos de nuestros programas son de formación y capacitación, los cuales contribuyen a lograr, a lo largo del tiempo, una mejora en la educación y en el mundo del trabajo. Asimismo entendemos que la cultura cumple un rol sustancial en la construcción de ciudadanía e identidad. Por ese motivo, uno de nuestros principales objetivos es su promoción, impulso y fortalecimiento.
de allí, el conservador, en un trabajo interdisciplinario con historiadores y químicos, evalúa los informes, emite un diagnóstico y realiza una propuesta de tratamiento particular para cada obra. Aunque los criterios adoptados sean subjetivos, la mira está puesta, siempre, en respetar al máximo la autenticidad de la pieza y su antigüedad. Este trabajo también reconoce modas en los métodos de intervención: en los años 70 y 80, era común utilizar la técnica del reentelado, empleando cera como adhesivo (los óleos necesitan un soporte rígido para evitar que se quiebren; por eso, se les aplicaba una segunda tela de soporte durante la intervención, de ahí el término “reentelado”). Hoy, producto de la evolución de las técnicas en el campo artístico, se piensa, en cambio, que el reentelado con cera invade el tejido y genera daños. “Por este motivo –argumenta Pérez-Casalet– es importante trabajar junto con especialistas en ramas afines, como historiadores del arte, para dar cuenta de por qué se utilizaron ciertos métodos en etapas puntuales”.
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Sobre la elección de las obras de Cándido López para inaugurar el taller, la conservadora-restauradora sostiene: “La propuesta es estudiar, documentar y preservar una de las colecciones pictóricas más importantes del patrimonio nacional”. Y explica que los óleos de este pintor argentino, que forman parte del patrimonio del Museo Histórico Nacional, poseen deterioros notorios que desvirtúan las imágenes originales. “Remediar esto exige una intervención inmediata, respaldada por los medios y técnicas científicas más avanzadas, y con la participación de especialistas de trayectoria y experiencia reconocida”, afirma. Para Pérez Gollán, “la serie de 32 cuadros que pintó Cándido López sobre la Guerra del Paraguay o de la Triple Alianza es un patrimonio invalorable sobre los significados de la construcción de la Argentina en la segunda mitad del siglo XIX: hablan del desarrollo de una memoria histórica, del contexto de producción del arte nacional, la recepción de las obras por parte del público, y la relación entre arte y política”.
Una muestra de ello es el proyecto de conservación y restauración de las obras de Cándido López, patrimonio del Museo Histórico Nacional, impulsado por la Secretaría de Cultura de la Nación y la Fundación YPF. La primera etapa de este programa se ha cumplido con la inauguración del taller y laboratorio de conservación y restauración en un espacio especialmente acondicionado para este fin. Este taller permitirá posteriormente trabajar en el resguardo de obras de otras colecciones de nuestro país, y parte de las tareas de conservación se realizarán a la vista del público. Tenemos en marcha más de veinte proyectos, que incluyen programas de difusión de la producción nacional en artes visuales, musicales y escénicas. Además, contamos con planes para la formación de artistas jóvenes, muestras itinerantes y programas de extensión realizados junto con museos y escuelas, entre otras instituciones. Contribuir a dar a conocer nuestro patrimonio y compartirlo, es valorarlo y participar en su cuidado. Creemos que es muy importante que otras empresas e instituciones vean el trabajo realizado para que muchas de ellas también se sumen a este tipo de esfuerzos que permiten fortalecer y estimular la cultura nacional. Ezequiel Eskenazi Vicepresidente de la Fundación YPF
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TELEVISIÓN
ENTREVISTA CON NORA MAZZIOTTI
La telenovela, o el placer de asistir a una historia LA EXPERIENCIA DICTA QUE ESA PAREJA –PLACA FINAL MEDIANTE– VIVIRÁ FELIZ Y COMIENDO PERDICES. PERO EL PÚBLICO SIEMPRE QUERRÁ SABER (MIRAR) CÓMO HARÁN LOS PROTAGONISTAS PARA, DESTERRANDO LOS TRAJES DE ROMEO Y JULIETA, ESCAPAR A UN DESTINO QUE SE PRESUME TRÁGICO Y AFRONTAR LOS OBSTÁCULOS QUE LES TOCARÁ VIVIR, TODOS LOS DÍAS, DURANTE SEIS U OCHO MESES, A LAS NUEVE DE LA NOCHE O A LAS TRES DE LA TARDE. PARA LA INVESTIGADORA Y DOCENTE UNIVERSITARIA NORA MAZZIOTTI, ALLÍ DESCANSA LA PASIÓN QUE DESPIERTAN ESTAS HISTORIAS DE TEVÉ. Y PORQUE EN LA VIDA, A VECES, LAS COSAS “SALEN MAL”, LAS TELENOVELAS CONTRARRESTAN EL SABOR AMARGO DE LA REALIDAD: “UNO ESPERA QUE, POR LO MENOS, ESE PROGRAMA QUE TE ACOMPAÑA DURANTE ALGÚN TIEMPO TERMINE BIEN, TE ALEGRE, TE DÉ UNA GRATIFICACIÓN QUE, QUIZÁ, NO SE TIENE EN OTROS ASPECTOS DE LA VIDA”, EXPLICA.
–¿Cómo caracteriza la telenovela argentina? –A pesar de que el género nace con la televisión, está muy emparentado con el radioteatro y con la novela de folletín del siglo XIX, que ofrecía, por entregas, historias llenas de vicisitudes. En este sentido, una matriz melodramática y el triunfo del bien sobre el mal caracterizan la telenovela. En todo melodrama, existen dos componentes fundamentales. Uno es la concreción del amor de una pareja que se enfrenta a enormes imposibles para lograr la unión. En el juego tan bipolar propio del género, es inadmisible que se reúnan, ya sea porque sus miembros son de distintas religiones, porque pertenecen a diferentes clases sociales o porque, supuestamente, son hermanos, por ejemplo. Familias enfrentadas existen desde “Romeo y Julieta” hasta “El clon”, la tira brasileña emitida en 2001 en la que sólo ella es musulmana. Hoy, los impedimentos son otros, como la edad: vemos parejas en las que las mujeres son mayores que sus enamorados, algo impensado en épocas pasadas. El otro gran componente del melodrama es la búsqueda de la identidad. Suele haber alguna identidad oculta, y alguien a quien le fue usurpada que, por distintas razones, quiere recuperarla.
Nora Mazziotti Investigadora y profesora universitaria. Autora, entre otros títulos, de Telenovela: industria y prácticas sociales y Soy como de la familia (conversaciones con Alberto Migré); y compiladora de El espectáculo de la pasión y Las telenovelas latinoamericanas.
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–¿Cómo se dio la inclusión de temas sociales en las telenovelas argentinas? –En los últimos años, se realizaron algunos programas con contenido social. La historia argentina es muy pesada, lo ocurrido en los años de la última dictadura militar todavía no está saldado y cuesta elaborarlo. Surgieron telenovelas que involucraron temas lacerantes de la realidad, a los que el melodrama se presta absolutamente. “Montecristo” puso sobre el
tapete este tipo de problemáticas, y fue una excelente elección. Le siguieron los unitarios de “Televisión por la identidad”, y “Vidas robadas”, en la que se abordó la trata de mujeres. Estos programas sirvieron para darle visibilidad a temas conflictivos. En Colombia, por tomar otro ejemplo, actualmente se producen las “narconovelas”. La propuesta es controversial, ya que el tema está muy naturalizado, y no hay ningún tipo de condena sobre eso. En este caso, el melodrama no funciona señalando “lo correcto”, sino que presenta “lo que hay”. Aquí no existe el esfuerzo de la heroína, algo que mostraba, en la Argentina, “Simplemente María”. En esta telenovela, la protagonista, primero, se alfabetizó, y luego estudió costura. En ese
momento, en toda América Latina, se vendían máquinas de coser a lo loco. En Lima, cuando emitieron la novela, se agotó el stock. Y, además, las personas se inscribían en cursos de alfabetización. Esto ya no sucede: ahora, las chicas quieren hacerse las “lolas”. –¿Por qué miramos telenovelas? ¿Qué se exige de este tipo de programas? ¿Qué se espera ver? –Entre los sectores medios, se pide que la novela eduque, informe, sirva. Creo, en cambio, que el objetivo está cumplido si el espectador la pasa bien y se entretiene. Si hay plus, mejor. Pero se reclama ese “usar la novela para…”. Este merchandising social se impulsa ampliamente en Brasil, donde circula información médica. En México, existen las “telenovelas con causa”, y los guionistas se asesoran antes de tratar alguna enfermedad. –¿Los finales siempre deben ser felices? –Puedo mencionar algunos casos de finales no felices, pero se trata de programas que fueron muy criticados en su momento. Un ejemplo de esto es “Piel naranja”, de Alberto Migré, una propuesta muy transgresora en 1965. Relataba la historia de una pareja: la mujer estaba casada con un hombre más grande, enfermo y obsesivo. Se va con su amante, y el marido los encuentra, los mata y tiene un ataque al corazón. Migré me contó que, cuando terminó de emitirse el último capítulo, salió a la calle, y una vecina le tiró un balde de agua desde un balcón mientras le decía: “¡Asesino!, ¿por qué los tuviste que matar?”. Luego de reflexionar mucho sobre eso, llegó a la conclusión de que una novela no debe terminar mal. –¿Cuáles son los condimentos para el éxito de una tira?
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AMÉRICA LATINA, CAPITAL DEL MELODRAMA
–Cuando un programa se vuelve masivo es porque allí se cruza una historia con un momento particular de una sociedad. En la Argentina, esto ocurría con Migré, quien tuvo un romance con el público durante muchos años. Era el autor para ese momento. En “Rolando Rivas, taxista”, una novela de 1972, sus propuestas eran de una vanguardia increíble: el protagonista miraba a cámara, monologaba, por ejemplo. Además, al taxi subía gente real, y hablaban de situaciones reales. El mismo Migré viajó en el taxi en el último capítulo de la tira para decirle al personaje: “Se acabó tu recorrido”. –¿Qué piensa del “nuevo” rubro infantil y juvenil en las telenovelas? –En la actualidad, hay propuestas para niños y para jóvenes que, en gran medida, son mérito de Cris Morena. Este mercado no existía en Latinoamérica, y su productora lo generó. Antes, las novelas eran para todo público, aunque los adolescentes se les escapaban como espectadores. Pero ella los captó: encontró ese nicho, lo maneja muy bien, y lo alimenta con títulos que tienen un éxito increíble. Es quien inventó y desarrolló el merchandising alrededor de un programa. Y a eso hay que añadir las presentaciones en el exterior, las ventas con Disney, Televisa… También realiza la versión para teatro e invierte en la obra. Invierte enormemente en su público. De todos modos, sus mensajes me parecen llanos. Y aunque siempre triunfe la buena, hay algo demasiado esnob en esos niños.
"Pasión de Gavilanes" (Colombia).
"El Clon" (Brasil).
En “Patito feo”, en cambio, hubo algo que, al principio, pensé que se les había escapado, pero después me di cuenta de que había sido hecho a propósito: “la mala” era mucho más atractiva que “la buena”. Disney también viene haciendo a las malvadas mucho más interesantes. En este caso, la mala tenía más capacidades actorales que la buena, y la impunidad del malvado siempre es llamativa. –¿Considera que el rol de la mujer en las telenovelas ha cambiado? –Al contrario de lo que mucha gente piensa, no creo que las protagonistas de las telenovelas de antes fueran tontas, y que las de ahora sean más vivas, sino que siempre sostuvieron una gran lucha. Esas protagonistas llegaban del campo a la gran ciudad, se quedaban solas o eran engañadas. Pero con el transcurrir de los capítulos, las historias mostraban su esfuerzo por salir adelante, encontrar su identidad o el amor, ascender socialmente. Nunca la mujer fue la princesa del cuento. La telenovela no es eso, sino que muestra a mujeres que podían ser brutas, salvajes o tontas –como tantos personajes que interpretaron Verónica Castro o Thalía, por ejemplo–, pero que no eran rescatadas por un príncipe. Ellas hacían su propio esfuerzo. Ahora tampoco se dejan manipular. Son ingenuas hasta un momento, y luego toman las riendas. No hay mujer más esforzada que “Betty la Fea”, que hasta salva la empresa del tarado del galán.
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MÉXICO “Allí se produce el melodrama clásico y exagerado. Hoy, es la novela más anacrónica. Es increíble que todavía sigan haciendo programas de tanto patriarcalismo, con mujeres tan peinadas y maquilladas a cualquier hora del día”. Según Mazziotti, su éxito en el mundo se explica porque ese país incursionó en la exportación de telenovelas al mismo tiempo que comenzaba a producir: “Sobre el mercado de distribución del cine, montaron la industria de la televisión”. Aunque en los últimos años genera programas en los Estados Unidos con actores hispanos y para el mercado latino –de unos 40 millones de personas–, la cadena Telemundo propone historias clásicas, de estilo mexicano, pero –acota Mazziotti– suma otros ingredientes, como desnudos. “Pasión de gavilanes”, “Doña Bárbara”, “Sin senos no hay paraíso” son algunos de sus títulos que siguen esa línea. BRASIL La innovación es marca registrada cuando de novelas brasileñas se trata. “En la Argentina, la clase media se fascina cuando pasan las novelas de Brasil –analiza Mazziotti–. Y entonces reconocen que siguen programas como ‘El clon’ y ‘Lazos de familia’, de mucho éxito aquí”. En Brasil, se invierte mucho dinero para producir telenovelas. Pero, en América Latina, las novelas brasileñas jamás serán muy exitosas: el doblaje es una traba, aclara la investigadora. “El problema no es que doblen la novela, sino que lo hacen actores brasileños, que no son hispano parlantes. Y eso se nota en la construcción sintáctica, lo que genera una distancia. En cambio, el oído se va acostumbrando al doblaje mexicano, y hasta causa gracia”.
"Doña Bárbara" (México).
"Montecristo" (Argentina).
COLOMBIA “Sin tetas no hay paraíso” y “Los caballeros las prefieren brutas” (una coproducción con Estados Unidos) son algunos de los títulos colombianos más vistos en la Argentina. “Tienen la música, esa cosa sensual y una modalidad en el hablar que a los argentinos nos gusta mucho. Colombia es tremendamente innovadora. Allí no adaptan ni copian nada, y están produciendo muchísimo, entre diez y doce títulos por año”, precisa Mazziotti. “Pasión de gavilanes”, coproducida con Telemundo, trascendió las fronteras. En la mirada de la especialista, se debe a que “tienen un genio que es Fernando Gaetán, autor de ‘Café con aroma de mujer’ y ‘Betty la Fea’”.
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TESTIMONIOS DE LOS PARTICIPANTES
Lo que el Tercer Congreso Argentino de Cultura nos legó EL ENCUENTRO MONTÓ UNA VIDRIERA CULTURAL DE LA ARGENTINA VIVA, PROLÍFICA, EN MESAS REDONDAS, FOROS DE DEBATE, CHARLAS ABIERTAS AL PÚBLICO Y ACTIVIDADES CULTURALES DE TODO TIPO QUE GANARON LAS CALLES SANJUANINAS. “Este Congreso, celebrado en San Juan, fue uno de los eventos más grandes que la cultura argentina ha tenido en mucho tiempo. Hará historia, porque generó los cimientos para que la política del área se consolide, se federalice, se latinoamericanice”, sentenció el secretario de Cultura de la Nación, Jorge Coscia, en el acto de cierre. Finalizaban así cinco días a puro intercambio, en los que miles de asistentes, y pensadores, académicos, gestores, artistas, referentes políticos, escritores, músicos y funcionarios de la Argentina y del exterior se reunieron para sembrar las bases de las políticas públicas en la materia, bajo el lema “Cultura y federalismo en el Bicentenario; por una cultura federal en el camino hacia la integración latinoamericana”. Ahora, las conclusiones enunciadas en la Declaración de San Juan se elevarán a la Cámara de Diputados.
CULTURA Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN Alberto García Ferrer Secretario General de la Asociación de Televisiones Educativas y Culturales Iberoamericanas y del Programa TEIb de las Cumbres Iberoamericanas. “LA LEY DE SERVICIOS DE COMUNICACIÓN AUDIOVISUAL ES UNA INNOVACIÓN ABSOLUTA QUE CONTRIBUYE A LA TRANSFORMACIÓN DE LAS RELACIONES HUMANAS. HABLA DE UNA SOCIEDAD QUE ORGANIZA DE MANERA DISTINTA SUS MEDIOS DE COMUNICACIÓN. Y EL MODO DIGITAL CONSTITUYE UN CAMBIO QUE PERMITE LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA EN LOS CONTENIDOS, ABANDONANDO EL CARÁCTER UNIDIRECCIONAL DE LA TELEVISIÓN”.
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Juan Falú Guitarrista, compositor y docente tucumano. “EN NUESTROS PUEBLOS, LOS DESENCUENTROS HAN SIDO TERRIBLES. DE ESTO HAY QUE HABLAR, DE LOS PROCESOS DE FUSIÓN, Y DE SUSTITUCIÓN Y ANIQUILAMIENTO DE NUESTRAS CULTURAS. LA MEJOR MANERA DE CREAR CULTURA ES PENSAR EN UNA SOCIEDAD MEJOR, DIGNIFICANDO A LOS PUEBLOS, TENIENDO MEMORIA, TRANSFORMANDO PARA EL FUTURO. Y PUNTO”.
ECONOMÍA CULTURAL IDENTIDAD LATINOAMERICANA
En términos de gestión, se analizó el nuevo paradigma que entiende la cultura más allá de las bellas artes, y como herramienta de inclusión y transformación social; se debatió la jerarquización del área y los fundamentos de la futura Ley Federal de Cultura, que será una construcción colectiva y consensuada; y se profundizó el diálogo entre economía y cultura, y la transversalidad de la cultura respecto de las demás áreas del Estado. Los expositores también reflexionaron sobre el avance de los derechos culturales; examinaron el papel de los medios de comunicación y las TIC en la planificación y el desarrollo, y pensaron la cultura y la identidad de Latinoamérica en perspectiva histórica y con vistas a consolidar un proyecto común de integración.
ARTE Y TRANSFORMACIÓN SOCIAL
Manuel Garretón (Chile) Sociólogo y docente. “LUEGO DE DICTADURAS Y MODELOS NEOLIBERALES, NOS ENFRENTAMOS A UNA RECOMPOSICIÓN DE LA RELACIÓN ENTRE EL ESTADO Y LA SOCIEDAD EN CADA PAÍS. ESTO TIENE UN GRAN COMPONENTE ÉTICO: HAY QUE PREGUNTARSE EN TORNO A QUÉ SE RECONSTRUYE UNA SOCIEDAD. Y LA DECISIÓN ES POR LA ACEPTACIÓN RADICAL DE LOS DERECHOS HUMANOS Y POR LA COMPRENSIÓN DE QUE ESOS DERECHOS HUMANOS NO SE VIVEN DE IGUAL MANERA, YA QUE IMPLICAN DERECHOS IDENTITARIOS”.
Edna Dos Santos (Brasil) Economista. Jefa del Programa Economía Creativa, de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD). “CADA DÍA, EN TODAS PARTES DEL MUNDO, SE CONSUME CULTURA. EN TIEMPOS DE CRISIS, LA DEMANDA DE CULTURA SE MANTIENE ELEVADA. POR ESO, LA ECONOMÍA CREATIVA (O CULTURAL) ES UNA OPCIÓN FACTIBLE, QUE HOY SE UTILIZA COMO ESTRATEGIA DE DESARROLLO. HAY QUE CONTAR CON UNA POLÍTICA CONCERTADA Y MULTIDISCIPLINAR, QUE INVOLUCRE LAS DISTINTAS ÁREAS DE GOBIERNO: CREACIÓN, INNOVACIÓN, CIENCIA Y TECNOLOGÍA TIENEN QUE CAMINAR DE LA MANO, CONCILIANDO LOS PROCESOS NACIONALES CON LOS INTERNACIONALES”.
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EL CONGRESO, EN NÚMEROS
7000 INSCRIPTOS FUERON PARTE DE LAS ACTIVIDADES.
2000 INVITADOS, FUNCIONARIOS, EXPOSITORES Y PARTICIPANTES PRESENCIARON LOS ACTOS DE APERTURA Y CIERRE.
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PLANIFICACIÓN ESTRATÉGICA EN CULTURA Gonzalo Carámbula (Uruguay) Director de la Secretaría de Comunicación Institucional. “VIVIMOS UNA CONTRADICCIÓN ENTRE LA POTENCIA CREADORA DE LOS PUEBLOS Y LAS DIFICULTADES PARA DESARROLLAR ESA TAREA. SI TE VA BIEN, HAY MÁS DEMANDA CULTURAL, Y NUNCA ESTAMOS SATISFECHOS. EN MI OPINIÓN, EL OBJETIVO PRINCIPAL ES EL DESARROLLO CULTURAL SOSTENIBLE Y CÓMO GARANTIZAMOS QUE LA VIDA CULTURAL DE LOS PUEBLOS SE MANTENGA ACTIVA Y SE POTENCIE”.
CULTURA Y DESARROLLO Fabio Quetglas Especialista en desarrollo local y ganador del Premio Quinto Centenario. “NO EXISTE EL DESARROLLO, SINO LOS DESARROLLOS. NO HAY UNA ÚNICA RECETA, POR ESO, NO SÓLO SE TRATA DE LA PLANIFICACIÓN, SINO TAMBIÉN DE LA CULTURA. LA PLANIFICACIÓN REQUIERE PENSAR CÓMO LOS OBJETIVOS –QUE SON UNA DECISIÓN PURAMENTE POLÍTICA– SE DESARROLLAN. EXISTE PORQUE HAY UNA RESTRICCIÓN, SI HUBIERA RECURSOS, NO SERÍA NECESARIA”.
Pedro Molina Artista plástico riojano. “HAY UNA TENDENCIA EN EL ARTE A INTELECTUALIZAR TODO. DESDE UNA TORRE DE MARFIL, SE PIERDE EL SENTIDO DE LA VIDA REAL. SIEMPRE HAY QUE TOMAR ALGO DE ALGUIEN. LA CREACIÓN COMO HONGO ES IMPOSIBLE”.
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ESPECTADORES SIGUIERON LOS RECITALES AL AIRE LIBRE DE PETECO CARABAJAL, VÍCTOR HEREDIA, ESTELARES, TONOLEC Y LA BOMBA DE TIEMPO.
25 PANTALLAS CULTURALES MOSTRARON EMPRENDIMIENTOS Y TESTIMONIOS DE TODO EL PAÍS EN FORMATO AUDIOVISUAL.
60 PROYECTOS Y ACTIVIDADES DE ORGANIZACIONES SOCIOCULTURALES E INSTITUCIONES PÚBLICAS EXHIBIÓ EL BANCO DE EXPERIENCIAS.
PERSONAS PARTICIPARON DE LAS TRES CHARLAS DEL CICLO CAFÉ CULTURA.
Patricio Rivas (Chile) Sociólogo y doctor en Filosofía de la Historia.
IDENTIDAD CULTURAL
6000
300
MEMORIA, IDENTIDAD Y CULTURAS
“EL FUTURO DE LATINOAMÉRICA VA A SER VIABLE EN TÉRMINOS DE DESARROLLO, Y NO DE SUBSISTENCIA, EN LA MEDIDA EN QUE CONSTRUYAMOS DE MANERA ORIGINAL LA ARTICULACIÓN DE INTERESES COMUNES. ES NECESARIO TRABAJAR UNA IDEA POLÍTICA DE LA DIVERSIDAD LATINOAMERICANA QUE NOS PERMITA CONVIVIR Y PROYECTAR EN CONJUNTO”.
PERSONALIDADES DEL ÁMBITO CULTURAL DISERTARON EN 29 MESAS REDONDAS Y 6 CONFERENCIAS MAGISTRALES. Y 7 FOROS DE DISCUSIÓN ABRIERON EL DEBATE CULTURAL A CIENTOS DE INTERESADOS.
6 TALLERES PARA NIÑOS, ADOLESCENTES Y ADULTOS SE MONTARON EN LA PLAZA ESPAÑA, E ITINERARON POR LA PROVINCIA.
LATINOAMÉRICA: PASADO Y FUTURO COMÚN Osvaldo Bayer Historiador y escritor. “TODOS NOS HEMOS EQUIVOCADO. LA MISIÓN DE LAS NUEVAS GENERACIONES ES APRENDER DE LOS ERRORES PASADOS. EL ‘NUNCA MÁS’ PARA SIEMPRE A LAS DICTADURAS MILITARES. FORMEMOS UN PAÍS NUEVO A TRAVÉS DE LA CULTURA. QUE LOS PROTAGONISTAS SEAN LOS DOCENTES Y NO LOS MILITARES. QUE LOS INSTRUMENTOS PARA LLEGAR A ESO SEAN LAS ESCUELAS, LAS BIBLIOTECAS POPULARES, LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN PÚBLICOS Y NO LOS PRIVADOS. QUE HAYA MUCHOS CONGRESOS DE CULTURA. QUE SE HAGA CULTO AL FEDERALISMO Y NO AL PERSONALISMO”.
7 MUESTRAS DE HISTORIA ARGENTINA Y LATINOAMERICANA, FOTOGRAFÍA, VESTIMENTA DE ÉPOCA, HUMOR GRÁFICO Y ARTESANÍA ESTUVIERON ABIERTAS A TODOS.
24 STANDS PROVINCIALES PROPUSO LA FERIA FEDERAL, DONDE HUBO HOMENAJES Y CHARLAS, Y 30 ARTISTAS DEL PAÍS SUBIERON AL ESCENARIO CENTRAL DEL PREDIO.
10 OBRAS DE TEATRO DE GRUPOS DE DISTINTOS PUNTOS DE LA ARGENTINA COLMARON TODAS LAS NOCHES 4 SALAS DE LA CIUDAD DE SAN JUAN.
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A sala llena, el Auditorio Juan Victoria fue la sede elegida para despedir la tercera edición del Congreso Argentino de Cultura, que engalanó San Juan con objetivos y propuestas.
POSTALES DEL ENCUENTRO FEDERAL REALIZADO EN SAN JUAN
Una celebración de la cultura INSTANTÁNEAS DE LAS CINCO JORNADAS DEL TERCER CONGRESO ARGENTINO DE CULTURA, DONDE EL ARTE Y LAS EXPRESIONES CULTURALES TAMBIÉN COBRARON VIDA POR LAS CALLES SANJUANINAS. ADEMÁS DE LOS DEBATES Y LAS MESAS REDONDAS, LOS RECITALES, LA FERIA FEDERAL, LAS PROYECCIONES DE CINE, LOS ESPECTÁCULOS DE DANZA Y TEATRO, LAS MUESTRAS Y LOS TALLERES PARA NIÑOS Y ADULTOS SE CONVIRTIERON EN PROTAGONISTAS DE ESTE ACONTECIMIENTO, QUE CONGREGÓ A UN PAÍS.
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Las esculturas en madera realizadas en vivo se convirtieron en un show. En el Centro Cultural Conte Grand, artesanos sanjuaninos tallaron piezas a la vista de todos.
El público ovacionó a Peteco Carabajal, que brilló durante la última noche del Congreso. Antes, Víctor Heredia había ofrecido un concierto, también al aire libre.
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Miles de adolescentes y niños recorrieron el escenario de la Plaza Joven. Hubo talleres y espectáculos para toda la familia.
Talleres de fotografía para chicos, muestras y artesanías fueron algunas de las actividades que propuso este encuentro federal de la cultura en la Ciudad de San Juan y en localidades de la provincia.
El gobernador de San Juan, José Luis Gioja; el secretario de Cultura de la Nación, Jorge Coscia; y la jefa de Gabinete, Alejandra Blanco, en la inauguración de la Feria Federal.
Charo Bogarín es una de las integrantes del dúo chaqueño Tonolec, que, en la Plaza España, presentó su música, fusión de electrónica con ritmos tobas. “Crónica de la Nación Latinoamericana” es una muestra que recorre la historia de la región, y repasa hechos y procesos a lo largo de dos siglos. Unas 4000 personas la visitaron.
En centros de jubilados de San Juan, los adultos mayores disfrutaron de espectáculos de danzas folclóricas y música, como el concierto que ofreció Vitillo Ábalos.
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AGENDA FEDERAL
FIESTA PROVINCIAL DE LA LECTURA 2010 EN PLAZAS DE LOS 135 DISTRITOS DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES. 27 DE NOVIEMBRE.
"El Rati Horror Show", de Enrique Piñeyro.
Cine
MENDOZA 2010 El 2.º Festival de Cine Documental de Mendoza, que se realizará del 3 al 6 de noviembre, busca brindar a realizadores audiovisuales, oriundos o residentes de las provincias del Mendoza, San Juan, San Luis y La Rioja, un espacio de encuentro, difusión, desarrollo y competencia para sus obras. En el marco del encuentro, habrá un concurso de documentales dirigido a creadores de la región cuyana. La propuesta incluirá, también, una muestra de los trabajos de realizadores nacionales y de directores invitados, como Enrique Piñeyro, Edgardo Cozarinsky y Santiago Loza. Además, habrá un Concurso Provincial de Guiones para Cortos Documentales, capacitaciones en producción de contenidos para la nueva televisión digital, y una reunión de la Red Nacional de Documentalistas, entre otras actividades.
"El Hombre de al lado", de Mariano Cohn y Gastón Duprat.
V EDICIÓN DEL FESTIVAL TUCUMÁN CINE 2010 Con un homenaje al desaparecido cineasta tucumano Gerardo Vallejo, del 28 de octubre al 1.º de noviembre, se realizará la edición 2010 del Festival Tucumán Cine. En la apertura, que se llevará a cabo en el Teatro San Martín, estarán el realizador Fernando Birri, considerado el “padre” del Nuevo Cine Latinoamericano, y José Luis Castiñeira de Dios, director nacional de Artes de la Secretaría de Cultura de la Nación, quien presentará y dirigirá la banda sonora de la película “El rigor del destino”, de Vallejo. El tradicional encuentro, organizado por la Dirección de Medios Audiovisuales del Ente Cultural de Tucumán desde 2006, tendrá dos competencias oficiales: Largometrajes en 35 mm, con 18 películas participantes, y Formato Digital, con igual cantidad de filmes en concurso. Por primera vez, se entregará a los ganadores la estatuilla Gerardo Vallejo, en memoria del realizador, y habrá premios por $20.000. Además, se sumarán al Festival destacados artistas, como Graciela Borges (“Dos hermanos”), Diego Capu-
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sotto (“Pájaros volando”) y Érica Rivas (“Por tu culpa”), entre otros. Los filmes en 35 mm se proyectarán en los cines Sunstar Cinema, Solar del Cerro, y Cinema Center y Atlas. Algunos de los títulos más esperados son “Dos hermanos”, de Daniel Burman (con Antonio Gasalla y Borges); “25 miradas, 200 minutos” (se exhibirán los 25 cortometrajes que integran la serie producida por la Secretaría de Cultura de la Nación, la Universidad Nacional de Tres de Febrero y la Unidad Ejecutora del Bicentenario de Presidencia de la Nación); “Huellas y memorias de Jorge Prelorán”, de Fermín Rivera; “Pájaros volando”, de Néstor Montalbano; “Por tu culpa”, de Anahí Berneri; “Francia”, de Adrián Caetano; “El mural”, de Héctor Olivera y “El hombre de al lado”, de Mariano Cohn y Gastón Duprat. La competencia digital, en su mayoría de documentales, se exhibirá con entrada gratuita en el Teatro Orestes Caviglia. También podrán verse películas fuera de concurso, como “La casa de Bernarda Alba”, del tucumano Fernando Korstanje, y “Claudia”, dos producciones sobre la experiencia de mujeres recluidas en la cárcel.
"Liniers, el trazo simple de las cosas", de Franca González.
FESTIVAL DE CINE DOCUMENTAL Y ARTES AUDIOVISUALES SAN JUAN 2010 Luego de la exhibición de los trece largometrajes y los seis cortos en competencia, “Liniers, el trazo simple de las cosas”, de Franca González, recibió el primer premio a Mejor Largometraje Documental. A su vez, se otorgó un segundo premio en este rubro a “Parador Retiro”, de Jorge Leandro Colás. Paralelamente, el jurado, integrado por Carlos Aztaraín, Cristoph Behl y Gabriela Waisman, entregó menciones especiales a “Orquesta Roja”, de Nicolás Herzog, y a “Huellas y memorias de Jorge Prelorán”, de Fermín Rivera.
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SANTA FE BAILA 2010 DANZA EN ESPACIOS URBANOS. CIUDAD DE SANTA FE. 5, 6 Y 7 DE NOVIEMBRE.
3ER ENCUENTRO DE REVISTAS INDEPENDIENTES Y COMUNICACIÓN ALTERNATIVA
Cultura en todos lados
POSADAS. MISIONES. 19 Y 20 DE NOVIEMBRE. +INFO: WWW.IDENTIDADURBANA.COM
ACCIONES DE LA SECRETARÍA DE CULTURA DE LA NACIÓN
PROGRAMA DE SUBSIDIOS PARA EL DESARROLLO SOCIOCULTURAL
Teatro
Música II ENCUENTRO PROVINCIAL DE COROS, EN RÍO NEGRO En el Centro Municipal de Cultura de Viedma, del 21 al 24 de octubre, participan el Coro Estable del Centro Cultural Ítalo Argentino de Viedma, Coral del Cántaro, Coral Abesti Beti, Coro de la Legislatura de Río Negro, Octeto vocal “Bendita tú eres” y Coral Jubileo, entre otros. En simultáneo, se realizará una capacitación para los directores corales.
“200 AÑOS DESPUÉS”, EN LA RIOJA La obra “Túpac Amaru”, de Luis Ambrosio Morante, se pondrá en escena el 13 de noviembre en la sala del Nuevo Teatro Víctor María Cáceres, como parte de “Teatro: 200 años después”. Con mirada actual, el proyecto propone el montaje de piezas teatrales escritas durante la Revolución de Mayo. En esta ocasión, el director elegido fue Sacha Barrera Oro. Y César Torres, actor de distinguida trayectoria, actualmente director del elenco de la Comedia de la Provincia, encarnará al caudillo Túpac Amaru.
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CAFÉ CULTURA Fomentar el debate federal sobre temas relevantes para los argentinos es uno de los objetivos de este programa. Referentes de la cultura nacional, en rol de motivadores, se acercan a diversas localidades del país para plantear un tema específico de discusión. +info: www.cultura.gov.ar
PLAN FEDERAL DE GIRAS NACIONALES La propuesta impulsa la presentación de obras del repertorio del Teatro Nacional Cervantes en ciudades del interior del país. Esto permite el acercamiento del público a piezas de valor cultural, y a artistas de reconocida trayectoria, además de favorecer la circulación de bienes culturales. “El Bululú”, de José María Vilches, con Osqui Guzmán y dirección de Mauricio Dayub, sube a escena en noviembre en Santa Fe, Río Negro (Choele Choel, Río Colorado y General Roca) y Buenos Aires (Azul, Tandil y Tigre). Además, forman parte del Plan Federal las obras “Payasos en banda” y “El regalo de mamá”. +info: www.teatrocervantes.gov.ar
Ya se conocen los resultados de la primera instancia de evaluación de proyectos de este programa, destinado a financiar las iniciativas de base cultural presentadas por organizaciones sociales y comunidades indígenas. En total, se eligieron 24 propuestas, por un monto de $566.856,47. A través de esta iniciativa, se impulsan emprendimientos creativos o productivos de base cultural que promuevan la inclusión social, la identidad local, la participación ciudadana y el desarrollo regional en todo el país. +info: www.cultura.gov.ar
LIBROS Y CASAS
IX FESTIVAL INTERNACIONAL DE MÚSICA BARROCA “CAMINO DE LAS ESTANCIAS”, EN CÓRDOBA En las estancias jesuíticas, iglesias y museos de Córdoba, hasta el 31 de octubre, se presentan destacados directores, orquestas y solistas vocales e instrumentales, del país y del exterior.
XVI FESTIVAL GUITARRAS DEL MUNDO Bajo la dirección de Juan Falú, la edición 2010 presenta a más de doscientos músicos argentinos y extranjeros, llegados de Chile, Siria, Venezuela, Bolivia, Uruguay, Colombia, Francia, Brasil, Italia, Turquía, Cuba y España.
Este año, se editaron unos 900.000 libros para las 50.000 bibliotecas que se entregarán a las familias beneficiarias de los Planes de Viviendas Federales I y II, en Tierra del Fuego, Buenos Aires y Entre Ríos, entre otros puntos del país. +info: www.cultura.gov.ar
CASA NACIONAL DEL BICENTENARIO CÁTEDRA DE LOS LIBERTADORES Ciclo de pensamiento latinoamericano organizado por la Unidad Bicentenarios de la Secretaría de Cultura de la Nación. “Jornadas de Reivindicación de la figura de Artigas”: del 2 al 4 de noviembre a las 18. MÉXICO Y LA REVOLUCIÓN Ciclo de cine en el mes del centenario de la Revolución Mexicana. Miércoles de noviembre a las 19. Riobamba 985. Ciudad de Buenos Aires. +info: www.casadelbicentenario.gov.ar
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NUESTROS ARTISTAS
“UNASUR”, de Marcia Schvartz.
Peronista
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Marcia Schvartz Artista plástica.
| octubre de 2010 | año 2 | nro. 8