Juan José Arreola

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Salvador Rogelio Ortega Martínez Gobernador del Estado Libre y Soberano de Guerrero Rafael Tovar y de Teresa Presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes Arturo Martínez Secretario de Cultura

Núñez

Antonio Vera Crestani Director General de Vinculación Cultural Citlali Guerrero Morales Subsecretaria de Formación y Vinculación Cultural Antonio Salinas Bautista Director de Formación Artística y Fomento a la Lectura


Juan JosĂŠ Arreola, el narrador que se revela en el poema

Yelitza Ruiz


Juan José Arreola, el narrador que se revela en el poema Yelitza Ruiz

Ruiz, Yelitza Juan José Arreola, el narrador que se revela en el poema / Yelitza Ruiz 28 p. 14 cm


Primera edición, 2015 © Yelitza Ruiz

Editor: Walter Jay Portada y formación: Jetzabel Selene Solano Jandete Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, la fotocopia o la grabación, sin la previa autorización por escrito. Impreso en México / Printed in Mexico

Ganador del Premio Estatal de Cuento, Poesía y Ensayo Literario Joven 2012 en la categoría de ensayo


Para Julio, mi abuelo el siempre joven, que un día me enseñó que Arreola salía en la tv.


Este hombre no nomás nos enseñó a escribir, primero nos enseñó a leer Juan Rulfo a Juan José Arreola

Como católico que soy siempre he creído que en el principio fue el verbo Juan José Arreola


Hay obras que registran una variedad de voces, una resonancia en los personajes más allá de un determinado contexto o época. La permanencia de los personajes a través del tiempo es el principal síntoma de que las historias se quedan en el imaginario colectivo, ya que la construcción de sus personajes ha encajado en el lector de disitntas generaciones. Algo parecido sucede con Juan José Arreola (Zapotlán el Grande, Jalisco, 1918, Guadalajara, Jalisco, 2001), narrador que aprendió el oficio de construir personajes atemporales, el cuentista que desata con brío el lenguaje, que desfila con malicia a través de las palabras; es su prosa aquella que no necesita inventarse un contexto, porque lo irreal de la ficción es lo primero que emerge, es como si el autor se refugiara en la imaginación para crear un mundo alterno, por ello se inventa y recrea a manera de personaje en un cuento. Lo seductor de la obra de Juan José Arreola radica en esa relación que existe entre su obra narrativa y la poesía, esto nos hace pensar que para Arreola, toda buena historia nace y crece en la poesía; algunos autores han llegado a la conclusión de que Arreola es un poeta que decidió un camino distinto, aquel donde la poesía mantuviera un espacio dentro del género narrativo, y es evidente que lo consiguió. Todorov enfatiza en el


concepto de los géneros, sin embargo, para un narrador como Juan José Arreola, las teorías no son más que meros actos inocentes que pretenden poner camisa de fuerza a la construcción de las historias para desestabilizar la percepción del lector. Para abordar con más claridad este planteamiento es importante acotar que Arreola se mueve libremente dentro de su prosa poética, pero esa libertad de movimiento que refleja en su narrativa la desarrolló al inicio de su carrera –como él lo afirma–, esta relación nos hace ver que Juan José Arreola se delata en alguno de los anteriores supuestos que cité, debido a que en ocasiones aparece un Arreola meramente poeta, y en otras se deja ver como un prosista. Aquí nos encontramos un dilema, a decir de Antonio Alatorre: “En el poeta, la creación tiene un carácter absoluto”1. Atendiendo a lo anterior, es la obra de Juan José Arreola un trabajo que prescinde de la idea del género, para mostrar que la literatura es en sí sola es un elemento con carácter absoluto, en este sentido lo podemos entender como pequeñas unidades de misterio, o dicho mejor por Jean Cohen, la mínima unidad de la poesía a la 1

Antonio Alatorre, Ensayos sobre Crítica Literaria, CONACULTA, 1ª Edición, 1993, México, DF. p.18.


que damos nombre de poema. Lo anterior es el principal objeto a relevar, el misterio de lo poético en la narrativa de Juan José Arreola. La arista poética del narrador La obra de Juan José Arreola se encuentra en el punto medio de la realidad y la ficción, algo que la teoría literaria puede llamar metaliteratura o que la academia puede darle el nombre de posmodernidad. En Bestiario (1972) se encuentra la ficción fantástica que el autor evoca en la representación con los animales, esa reunión de cuentos es un interesante hilo conductor de la narrativa de Arreola, por el juego que hace en la relación que existe entre el animal y el hombre; así surge el siguiente fragmento con evidencia poética en “Aves de rapiña”, de Bestiario: “¿Derruida sala de armas o profanada celda monástica? / ¿Qué pasa con los dueños del libre albedrío?/ Para ello, la altura soberbia y la suntuosa lejanía han tomado bruscamente las dimensiones de un modesto gallinero, /una jaula de alambres que les veda la pura contemplación del cielo con su techo de láminas/”. 2

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Juan José Arreola Narrativa Completa de Arreola (Bestiario). Alfaguara 1ª Edición, 1997, México, DF. p 83.


Julio Cortázar menciona en una carta, con fecha del 20 de septiembre de 1954: “Arreola es poeta, y no puede ver las cosas más que con los ojos del poeta”3. Debido a la necesidad que Julio Cortázar observa en Arreola, al recurrir a la poesía. Un elemento que se encuentra de forma intrínseca en los cuentos de Bestiario, por el uso recurrido de figuras retóricas, la creación de las imágenes a partir de la metáfora y las analogías que lo componen, sin dejar por un lado la musicalidad y el ritmo de los textos. Por eso comenta que sus cuentos están repletos de una fuerza poética que expone en cada oración la realidad alterna que el narrador construye. En los temas recurrentes de la obra de Arreola figuran las situaciones cotidianas que muestran la paradoja de la vida y la irrebatible complejidad del hombre. Juan José Arreola adquirió una influencia directa de la literatura extranjera, lejana al contexto de su pueblo natal (Zapotlán el Grande, hoy ciudad Guzmán), pero que padecía los mismos dilemas que el resto de la sociedad del siglo XX. La relación similar que encontró en la literatura extranjera le ocasionó una intrépida necesidad 3

Carta reproducida en Orso Arreola, El último juglar. Memorias de Juan José Arreola, Diana-FONCA, México, D.F, 1998, p. 291.


por conocer lo que habita en otros mundos, y lo retrata en “Confabulario” (1952), en el In memoria: “El reducido grupo de antropólogos especialistas niega a Bussenhausen el nombre colega. Pero los críticos literarios le otorgan su mejor fortuna. Todos están de acuerdo en colocar el libro dentro del género novelístico, y no escatiman el recuerdo de Marcel Proust y de Jame Joyce”. 4 Juan José Arreola siempre manifestó que Giovanni Papini5 fue determinante en su prosa, es por ello que la naturaleza de su historia se centra en lo brutal, en un desfile de anécdotas que regala al personaje para maquilar su historia, es ahí donde radica su fortaleza narrativa. Esto define la madurez que encuentra con el paso de los años en una función poética que desempeña a través de la psicología del personaje, por más inverosímil que esto parezca, es capaz de construir una sombra para el personaje, labor que pocos cuentistas logran.

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Juan José Arreola, Narrativa Completa de Arreola (Bestiario). Alfaguara 1ª Edición, 1997, México, DF. p 230. 5 Ibidem, p 18.


Lo característico en la obra de Arreola es la relación de su escritura con el uso de un lenguaje popular, pero con la esencia de lo barroco; un hombre que describe atmósferas con el afán de encontrar en ellas un recuerdo que evoque su lugar de origen, Zapotlán el Grande, como lo hace en “La Feria”6 (1963). Juan José Arreola fue un escritor con el conocimiento de los recursos estéticos, lo anterior es evidente en cada párrafo, sin perder la conexión con el lenguaje cotidiano, lo que dota a su escritura de una evidente tradición literaria, cercana a todo lector. Arreola, en “Prosadia”7 (1997), cuida la estética del lenguaje que juega con el sentido narrativo y conduce al ejercicio semántico, que en ocasiones el lector pasa de largo. “Prosodia” es una obra que respalda el argumento que he citado y que varios críticos toman como base para afirmar que la narrativa de Arreola son poemas en prosa; uno de los que comentaron lo anterior fue Marco Antonio Campos: “Arreola buscó que cada línea de su obra no se pareciera a ninguna otra y que cada pieza expresara más por sus silencios y sugerencias que por lo dicho en ella”.8


La cercanía de Arreola con la poesía se da en sus primeros años de ejercicio literario, donde el autor revela una necesi-

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Juan José Arreola La Feria, Ed. Joaquín Mortiz, 1963, México, DF. 7 Juan José Arreola, Prosadia, Fondo de Cultura Económica, 1997, México, D.F. 8 La poesía y el prestidigitador, “Arreola en sus 80 años”, en La Jornada Semanal, núm. 185, suplemento de La Jornada. México, septiembre 20, 1998, pp. 10-11.

dad interna que lo liga al verso, esta necesidad es demasiado obvia en sus primeros textos, como en el cuento “Sueños de Navidad”6, publicado en 1940, en un periódico local. Acerca de esta fijación que tenía Juan José Arreola por el verso, Fernando del Paso escribe:

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Ibídem, p.19


“El primer impulso literario fue poético y aunque no le terminó de cuadrar la fórmula del verso, nunca dejó de intentarla”7 Juan José Arreola, como buen conocedor del soneto y de la décima, sabía de la responsabilidad de cuidar el lenguaje para tener un resultado armónico. En este ejercicio literario, su visión poética encuentra libertad en la narrativa, una narrativa que parece tener una gran influencia de la fábula, pero en ningún momento intenta inducir al lector a una moraleja o mensaje subliminal producto de su lectura. Octavio Paz también se había referido a la obra de Arreola como: “Verdaderos poemas en prosa”.11 Esto dio como origen que Juan José Arreola apareciera en la antología Poesía en Movimiento, compilada por Octavio Paz, Alí Chumacero, José Emilio Pacheco 8y Homero Aridjis, en 1966. En esta tesitura podemos citar a otro par de escritores, Raúl Bañuelos y David Huerta, que coinciden en que 7

Fernando del Paso, Memoria y olvido, Vida de Juan José Arreola (1920-1947) contada a Fernando del Paso, 2ª Ed. México D.F. CONACULTA, 1994, pág. 74. 8 “Poesía en movimiento”, en Generaciones y semblanzas. Dominio mexicano. Obras completas, t. 4, p. 127.


Arreola logra el poema en su narrativa, lo que hace que pertenezca a la generación más destacada de poetas del siglo XX.9 Lo cierto es que el mismo Juan José Arreola llamó a su género: “Híbrido del poema en prosa”. 10 La prosa de Arreola surge intrépida, con una musicalidad que expone el instinto poético que el autor desnuda en su historia –jamás con la intención de continuar el texto en forma de poema–, con el conocimiento de causa de ser un narrador que alcanza la madurez en su lenguaje por medio de la poesía. Es así como nos revela una narrativa que nos conduce a lo poético –no para analizar el cuento como si fuera un poema–, sino para comprender desde la narrativa la estructura del poema. Juan José Arreola nos ha dejado en sus textos el prodigio de concebir el drama de estar vivos, de sentir por medio de la narrativa el fenómeno de la realidad y la ficción, el espejismo de la infancia reflejado en un cuento, así lo aseveró en una entrevista que confió a Raúl Bañuelos, “La poesía en la prosa de Juan José Arreola”, en Luvina. Literatura y Arte, núm. 14. México, Universidad de Guadalajara, diciembre, 1998, p. 57. 10 Juan José Arreola, Narrativa Completa de Arreola (Bestiario), Alfaguara 1ª Ed. 1997, México, DF. p 15. 9


Emmanuel Carballo, cuando dice: “Debajo del literato aparente, he sido siempre el payo jalisciense, el niño que fui y que pasó su vida en el campo viendo el desarrollo de las labores agrícolas y escuchando los dichos y las canciones de los campesinos, el niño afligido por el drama de la conciencia y del erotismo”.11 La intención de abordar la obra de Juan José Arreola desde el sentido poético está animado por la sensibilidad que el lector tiene por el género de la poesía, en esa sensación de encontrar en Arreola a un narrador seducido por el ritmo y la medida de las palabras, que distingue y reconoce en el verso la universalidad de las emociones, resultado de la tradición hermética. Comparto la misma intuición de los otros al afirmar que la obra de Juan José Arreola es un gran poema en prosa, esta tesitura se unifica a la opinión de otros autores que se han dedicado a su estudio y a poner atención a las pausas y tonos que marcan su lectura. Es Juan José Arreola el hombre subversivo con el que aprendimos a distinguir el binomio de la ficción y lo real, y a leer su obra en forma de poema. Emmanuel Carballo, “Juan José Arreola”, en Protagonistas de la Literatura Mexicana, Porrúa 4ª Ed. 1994. México D.F. 11


Juan José Arreola, el narrador que se revela en el poema De Yelitza Ruiz, Se terminó de imprimir en mayo de 2015 en los talleres de Guevara impresores s.a. de c.v. México, Distrito Federal. En su composición se utilizaron fuentes de la familia candara y arno pro. el tiro consta de 500 ejemplares. Servicios editoriales De otro tipo. www.deotrotipo.mx



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