Estuvimos allí – Noticias web
Índice
CONGRESO INTERNACIONAL ECONAT de Medicinas Naturales. Mes de Septiembre del 2008. Por Carmen Risueño Izquierdo. Biocultura – Octubre‐Noviembre – 2008. Por Carmen Risueño. o La Esencias Florales, el Eneagrama y la CREATIVIDAD. Conferencia impartida en el Centro de Salud “EL SOTO” de Móstoles. Por Carmen Risueño Izquierdo. Reunión en el Centro Cívico de Colmenarejo el 23 de Enero del 2009. Por Carmen Risueño Izquierdo. VII Congreso Nacional de Terapia Floral: “Terapia Floral: El arte se ser uno mismo y la evolución del alma”. Por Manuela María Menéndez Edward Bach: El hombre en el contexto de su tiempo; de la moral Victoriana al esoterismo de los años 30. Por Ricardo Mateos Desarrollo de la conciencia a través de la atención del mundo emocional. Por José Antonio Sande
CONGRESO INTERNACIONAL ECONAT de Medicinas Naturales. Mes de Septiembre del 2008 Por Carmen Risueño
Es el cuarto Congreso celebrado, y allí estuvimos representando a SEFLOR, las Voluntarias Estrella Jiménez, Nunilón Iglesias y yo, en el Palacio de CONGRESOS Y Exposiciones de Madrid, Paseo de la Castellana.
Fue toda una experiencia, nueva y muy gratificante. Nuestras actividades consistían en estar en una consulta cara al público, expendiendo terapia Floral gratuita a todo el que así lo solicitara. Colocaron nºs para la asistencia, es decir para hacer “fila” en orden riguroso, pues hubo numerosísimos interesados, conté unos 25 a 30 personas por cada día, y fuimos cuatro horas, en dos días distintos. Compartíamos despachos con otros profesionales de Medicina China, Digito presión, Naturopatía, Homeopatía, Psicología, y un largo etc. Me quedé con la sensación de que en general las personas se veían afectas sobre todo de estrés, ansiedad, estados angustiosos y miedos, pérdidas del apetito ó desajustes con la alimentación. Se les veía muy dudosos y desorientados, ésta fue la tónica. Y en general mayor afluencia de mujeres
que hombres, aunque destaco que la mayoría de chicos que pasearon por el despacho foral, eran de unos 23 a 27 años y en un 35%, ¿nada mal eh?. Nuestra misión, Escuchar, devolver a la persona lo “esencial” de ese momento y poner en unos vasitos de “cata floral”: 20cc de agua mineral + una, dos o tres flores, ad hoc de aquel momento, y sin duda “recordatorio” de algún patrón arraigado en lo personal; así salían cada persona, y lo bebían de a poquitos para que durase un tiempo en sus bocas y conciencias, aquellas las conversaciones confidenciales que sostuvimos, aquella energía y no otra. Hicimos todo lo que estuvo en nuestra mano, para difundir y hacer uso terapéutico con las Esencias Florales del Dr. Bach, haciendo alarde de SEFLOR, y de sus asociados. Tuve el placer de visitar el stand de las Esencias Florales Escocesas, las Findhorn, cuya representante ya se hizo socia de SEFLOR, y tenemos planeadas sus conferencias y talleres para dar a conocer y experimentar dichas Esencias, que como todos y cada uno de los grupos florales actuales, nada tiene que ver con las Esencias del Dr. Bach, aunque sabemos son el “origen” de todas las demás. También se habilitaron otros espacios de sumo interés y aquí expongo algunas de las múltiples e interesantes ponencias: • • • • • • •
Los apegos alimenticios - comprendiendo sus mensajes. Montse Bradford Bort Tratamiento holístico para el alzheimer. Profesor Hermano José Tratamiento profesional del insomnio mediante psicología ecológica. José Salmerón Pascual El tratamiento de las alergias con la homeopatía clásica. Dr. Frank Ohlenschlaeger Musicoterapia en el abordaje de los enfermos con parkinson. Cora Alicia Leivinson Parir en un hospital es compatible con las terapias naturales. Ascensión Gómez López Fribromialgia y candidiasis intestinal crónica. Dr. Domingo Pérez León
Algunas de las colaboraciones:
Flores del Mediterráneo Fue un gran placer estar allí y compartir con mis compañeras voluntarias, y con aquellas personas aficionadas en las Terapias Naturales. Muy agradecida Carmen Risueño Formación Información Voluntariado de SEFLOR.
Biocultura – Octubre‐Noviembre ‐ 2008 Por Carmen Risueño
Nuevamente otro ciclo que se cumple, otro año por otoño estamos visitando y participando en esta “Feria de culturas apoyadoras medioambientales y al hombre”. Se trata de Biocultura, los stands llenos de las alternativas pertinentes y plenos de sus representantes, trabajando de sol a sol, y con sus mejores propuestas para el bienestar, desde la infancia, lo personal, lo alimentario, lo educacional, los viajes y divertimentos, lo humanista, social, los animales, las plantas…en fin ayudando en el equilibrio terráqueo y espiritual…En éste año SEFLOR, a colaborado en la re‐plantación de árboles y arbustos, en el proyecto Mama terra. Para no extenderme descaré los Stands con las Esencias Florales: *José Salmerón y sus Gotas de flores, fruto de un trabajo armonioso, relajado y fructífero. También sus músicas, CD,s muy ilustrativos, y muy interesantes de escuchar, vibran sus acordes a modo de silbidos tenues, sutiles y cortantes en momentos de mayor hincapié, expresando y denunciando el “dolor de la Naturaleza”. *Nestinar Barcelona, allí estuvieron mostrando Esencias Florales convencionales, y las “novedosas”; Esencias de Gemas y piedras, un deleite para la vista, la imaginación y tentaciones para experimentar…. En la búsqueda y encuentros de la verdad interna y externa. *Recogí informaciones y hable cordialmente con Juin Gibson, socia de SEFLOR, y terapeuta y elaboradora floral, sita en un pueblito de Málaga. Despejando incógnitas y dulcificando a las personas que experimentan sus Flores…. Más, más y muchísimos más…
La Esencias Florales, el Eneagrama y la CREATIVIDAD:
También acudí para impartir una Conferencia‐Taller en nombre de SEFLOR, sobre La Terapia Floral y sus elaboraciones con el Eneagrama de la Personalidad, y la verdad es que para mí sorpresa, acudieron unas 25, 26 personas, y dado el horario que no era favorecedor (muy tempranito en domingo), impartí a mi estilo y manera, expresé unos cuantos matices que me parecieron relevantes, y los asistentes, que me devolvieron su interés, sus preguntas, y sus inquietudes ante los tiempos que corren… La tónica, armonizar, conocer, actuar con proximidad a nuestras conciencias y a nuestro corazón, no permitir que con publicidades subliminales, mensajes subterfugios, y reseñas controvertidas, vayan a confundirnos y desviarnos de NUESTRO GRAN PROPÖSITO de VIDA. Ahora es el Gran Momento, nos vemos inmersos en el Cambio de la Humanidad, Walnut y sus renovaciones en patrones obsoletos, para dejarnos acompañar de la novedad en todo momento; esto es nuestra historia, esto es donde hemos de ESTAR, para vivirlo, apoyarlo, experimentarlo y empujar a la evolución de nuestra especie, como cualquier otro animal ó ser vivo. Para esto, cada uno ha de conocer bien lo que hace y lo que hará, ya no más mentiras, ya no más justificaciones, ya no más postergar y dilatar, aquí y ahora, hay que ESTAR, hemos de ESTAR. Nuestra PRESENCIA, es lo REAL.
Lo creativo será conducirnos hacia la armonía entre ambos hemisferios cerebrales, derecho e izquierdo, utilizando el pensar, sentir y actuar, sincrónica y creativamente. ¿Que es la creatividad?, Unos dicen que es la inteligencia sentida, de los sentidos, y el sentimiento es el resultado de una emoción, a través del cual, el
consciente tiene acceso al estado anímico propio. El cauce por el cual se solventa puede ser físico y/o Espiritual; forma parte de la dinámica cerebral del hombre, que le capacita para reaccionar a los eventos de la vida diaria. La actividad creativa debe ser intencionada y apuntar a un objetivo muy particular. La creatividad es el principio básico para el mejoramiento de la inteligencia personal y del progreso de la sociedad, y es también, una de las estrategias fundamentales de la evolución natural. Es un proceso que se desarrolla en el tiempo y que se caracteriza por la originalidad, por la adaptabilidad y por sus posibilidades de realización concreta. Ahí van unos apuntes de integración entre rasgos Eneagramáticos y Esencias Florales que apoyen esto, solo alguna Flor de Bach y alguna Orquídea del Amazonas: Nos facilitará la no‐renuencia al cambio Wild Rose, Hornbeam, estar con optimismo, la Orquídea Amor, facilita la conexión con la comprensión y compasión oportunas, que ostenta el rasgo nueve. Rozar el Amor Cósmico y sentirse en paz ahí. Desechar recursos que quedaron ya obsoletos, rehabilitar el corazón con Willow, sin resquemores, sin recelos, con cariños, y Holly sin frustraciones, para unificar parcelitas de calor y confort dentro y fuera, al mejor estilo y originalidad del rasgo cuatro; la Orquídea Deva, que entre otras bonanzas, hace combinar las palabras clave con dibujos y colores y establece conexiones entre aquellas, materializa, lo pone en la tierra. Se OCUPA. Conciencia de las conexiones “neuronales en el cerebro”. Tal y como es dentro es fuera, y viceversa. Resulta que en el rasgo cinco, la curiosidad por “conocer” sin involucrarse, aislado y sin esperanzas, serán Water Violet y Gorse que le apoyan en propiciar su propia inquietud, para desarrollar fuerzas en contactar con otro u otros. Avanza hasta el encuentro con la certeza de su verdad, engranada con el compromiso de vivir. Orquídea Abundancia, la co‐creación, es la medida exacta, de la interrelación entre el individuo y Universo, y viceversa. La absoluta certeza de este intercambio, es la propiciadora de esta sensación y sentimiento de tanta generosidad y comprensión más allá de uno mismo. Una afianzada creatividad en muchos aspectos de vida. También es muy útil vivir sin esforzarse por el éxito, Oak, Narcisus (esencia de California, manifestación del ego); Entonces el rasgo tres, se da cuenta que existen otros estados de conciencia, de experimentar las cosas, a las gentes, a sí mismo, a la vida, conecta con la Orquídea Canal‐Conexión cuyo propio nombre indica, canalizadora de energías sutiles en la línea de pensamientos relacionados con la creatividad, y sus infinitas vertientes y variantes, tanto la suscitada en lo íntimo y personal, como en lo relacional, universal. Claro que cuando experimentamos en el rasgo seis, elevar su aspiración a “ser”, aquí Sclerantus facilita otra dimensión, relacionada con la relatividad, nada es absoluto, ni siquiera el miedo, el exceso de importancia que se le da al otro, a los otros, a las cosas se equilibra con Rock Water. Aprender a Fluir‐ flow, ese estado en que todo el ser está envuelto en una actividad, y la persona utiliza sus destrezas y habilidades llevándolas hasta el extremo. La Orquídea Chocolate, apoya a la persona
que está en flow cuando se pierde la noción del tiempo, disfruta y enriquece con esto a la sociedad. Y es en el rasgo dos, que se dará la Resiliencia, las personas resistentes tienen un gran sentido del compromiso, una fuerte sensación de control sobre los acontecimientos y están más abiertos a los cambios en la vida. De lo contrario quedaría en un típico Chicory, burdo e infantil manipulador para obtener afectos. Propongo Orquídea Venus, conexión con la parte mejor desarrollada en la feminidad nutritiva y sincrónicamente la fuerza, vitalidad y direccionalidad de lo masculino(hemisferios‐intercomunicados, finalmente encuentra su leitmotive). En el rasgo siete, es Heather la Flor estrella, ¿la autoimagen?. Sentimientos de que uno es el centro, quiere que le miren, que le admiren, de lo contrario cae en una profunda tristeza…sentimiento de soledad extrema. Gentian, favorece la creatividad en el levantarse de nuevo, tras la caída anterior. Orquídea Ángel de la Guarda, faculta en percepciones y sensaciones hacia nuestro bienestar, sintiendo una protección acompañante, facilita confort y seguridad internos. “No estoy solo en esto”. Sentido del humor y risas, provocan una tremenda liberación de hormonas, las endorfinas conocidas merecidamente como las hormonas de la felicidad. Además, liberamos serotonina, dopamina y adrenalina. Experimentar estos estados aporta vitalidad, energía e incrementa la actividad cerebral. Cuando nos invade la risa, muchos músculos de nuestro cuerpo que permanecían inactivos se ponen en funcionamiento. Es un estímulo eficaz contra el estrés, la depresión y evidentemente, la tristeza. Ahora le corresponde al rasgo uno, latente el daño no reconocido, aunque sí experimentado, en cuanto es provocado por el exterior, ahí se suscita la ira, Walnut propicia un ajuste real de patrones, sin dejarse llevar de antiguos esquemas, para los “no enganches”, y mantenerse cercano a sí. ¡Quiere tener siempre la razón¡ Bienestar y felicidad, no se puede ser feliz sin las experiencias del “flow”. Tocar la serenidad donde se incluye alegría, pero también otras muchas emociones, algunas de las cuales son necesariamente potenciadoras, compromiso, lucha, reto, incluso dolor, han de experimentarse, de lo contrario nos encontramos limitados. Adquirir una disposición: La motivación, la actividad dirigida a algo, el deseo de ello, su búsqueda, y no el logro o la satisfacción de los deseos, es lo que produce en las personas sentimientos positivos más profundos. La Orquídea Corazón, nos acerca al experimento de nuestras estructuras más radicales, facilitadoras de la generosidad y el amor. Limpieza y liberación de los diferentes miedos, egoísmo, apegos. El lujo, la lujuria, del rasgo ocho y la apreciación de la falta de conciencia de sí, y por ende de los demás, Vine, originado por un intenso y profundo daño‐dolor Star of Bethlehem, que provocó en su momento una escisión, una “herida” una “huella”, con la que con‐vivimos, hasta ir acumulando experiencias de vida, regenerando curando aquella herida, hasta el punto de conectar con la genuina inocencia y plenitud, que suscita la propia curiosidad por la vida, generando un estado placentero y creativo, enlazado a una solidez y fortaleza digna de aquel, que estuvo desestructurado y se
rehabilitó con la ayuda del destino a posicionarse en el mundo, absolutamente armónico, con lo que experimenta en cada momento LA VIDA. Orquídea Sol, relaciona el plexo solar y el raíz. Ego armonizado, ego tranquilizado (las multidimensionales facetas egóicas). Energías masculinas en acción, hacia el Amor Universal. Se llega a experimentar, ya no solo la fuerza de voluntad, aunque SÍ a la fortaleza del compromiso con uno mismo y con el entorno. Sinceridad, perseverancia y la facultad de no perderse en la mundaneidad. Humildad como acceso a la sabiduría del Alma. Para terminar, decir que este boceto es una invitación al experimento, que son infinitud de emociones, sentimientos, arquetipos florales en el sistema Bach y en otros grupos florales como Mediterráneo, California, Áureas, Australianas, Orquídeas Amazónicas, Europeas; Atlántida, San Germain, Cactus, etc. Decir que al mantenernos curiosos, provocamos lo creativo, emerge del experimento con el OTRO, lo OTRO con la vida. Caerán todas las “imágenes”, solo prevalecerán las energías transmutadas desde el CORAZÖN. Nos acompañaremos de Esencias como Heather arquetipo del niño abandonado. Chicory arquetipo de adulto abandonado. Agrimony para la negación de la evidencia. Sweet Chestnut armonizando las angustias hacia estados reversibles, ante la oscuridad y el estrechamiento de mente y emoción. Cherry Plum para la sensación del “no‐control”, una persona sí podrá controlar aquello que se propone, basta con poner conciencia y dirección en la energía. Y por descontado Walnut, el gran apoyador en los GRANDES CAMBIOS con ductilidad, espontaneidad, direccionalidad… Sin dejarse influenciar. La pregunta es la más creativa de las conductas humanas, y esto nos lleva al origen del tema de hoy, sin interés, con pereza, acidia y desconexión, no existe la creatividad, en ningún campo. Movimiento es vida, la vida es movimiento. Ah… ¿Recuerdas lo creativa / o que eras de peque?... Pues ahora mejor. Inténtalo... Te vendrá a tu disposición. Tuve la fortuna de sentirme acompañada de algún compañero de fatigas seflorianas, tuve la gran suerte de poder ESTAR y compartir con las personas que les levantan interés las Flores, las conductas humanas y la mejora ante los CAMBIOS favoreciendo la creatividad. Hasta pronto y muchas gracias Carmen Risueño representando a SEFLOR
Conferencia impartida en el Centro de Salud “EL SOTO” de Móstoles.
Por Carmen Risueño Izquierdo
Una trabajadora de allí, cuya labor es de psicóloga clínica, desde la Asociación Española contra el Cáncer de Madrid, que también es socia y compañera nuestra de SEFLOR (prefiere quedar en el anonimato), fue la persona que propició este asunto. Conferencia en el Centro de Salud “El Soto”, que está concertada para las 14 horas del día 22 de Mayo de 2008. Se establece desde la Dirección del Centro este horario, combinado con mis tiempos libres, y para coordinar a los trabajadores de ambos turnos: mañana y tarde. Nº de trabajadores, unos 30. ¡Centro de Salud en Móstoles‐Madrid. 14 horas. Tenemos no más de una hora de sesión!. Comenzamos a las 14:30 horas y terminamos a las 15:50 horas, y gracias a la experiencia que me precede, tomo bases y doy continuidad al desarrollo Floral cuyo soporte es fotográfico y teórico práctico. Quedó cerrada la sesión dado a que me tenía que marchar para impartir otra conferencia en SEFLOR. El interés si estaba suscitado y se prolongó el coloquio un poco más del tiempo establecido. Distribuimos un manual pequeño con extracto de información Floral: datos, fotos, laboratorios‐distribuidoras, bibliografía, direcciones de interés, folletos informativos de SEFLOR. Power –Point, y libros en materia Floral‐Bach. Estamos en una sala mediana / grande, con mucha luminosidad natural, olor a nuevo, mobiliario sin estrenar, cantidad de aparatajes cerrados, colateral a sala de juntas, me parece un sitio que le dan importancia y al que cuidan. Si tuviera que referenciar mi sensación en cuánto a un Arquetipo Floral, sin duda que le daría la connotación de Water Violet, frío, distante, modélico. Asistentes: Unos 16, entre trabajadores de enfermería, auxiliares de clínica, celadores/as y administrativos/as. 4 Médicos especialistas, varios Médicos de familia, precisamente uno de los Médicos de Familia quedó muy interesado, le informo directa y personalmente, con págs. web al respecto y contacto con el Dr. José Mª Calvo, elaborador e investigador Floral, más concretamente de Orquídeas Europeas, y Medico de Familia en la Seguridad Social Española, seguro que entre colegas…todo marcha sobre ruedas. Es este Médico, el que ya en este Centro de Salud, está dando comienzo a formar un grupo de “meditación” entre los trabajadores. Y es que la velocidad se demuestra “andando”…y “participando”… Desde el comienzo observo en las personas, una prudente distancia que poco a poco se transforma en expectación y atención, se
levanta interés, preguntan, se acercan, ponemos ejemplos, se ponen en el lugar de otro/otros. Lo observo en sus ojos, en sus maneras de estar sentados, en su atención. Lo siento en mi expresión, y expresividad, va todo muy fluido, sin forzar… El ambiente es distendido, atento. Algunos toman notas por escrito, otros preguntan sobre sus curiosidades y dudas. Aproximadamente en este Centro de Salud, habrá unos 28 ó 30 trabajadores en total. Se suscita animación, al hacer referencias curiosamente con el cuarto grupo: la SOLEDAD, y el séptimo: HIPER‐PREOCUPACIÖN por los DEMÄS, comentamos las cantidades de actitudes habituales al respecto (comentarios de casos específicos, en salas de espera, enfermos habituales), de lo que solemos “proyectar” en los otros, sin reparar que probablemente en ocasiones, sea en parte algo “nuestro”, la falta de conocimiento, re‐conocimiento y responsabilidad personal y social. Comentarios aludiendo a enfermedades que están llenas de síntomas, siendo éstos nada menos que las llamadas de atención de aquello sucedido en el individuo, en su máxima intimidad y dignos de ser escuchados, revisados, para su posterior entendimiento, asimilación e INTEGRACIÖN, y esto se efectúa practicando el compromiso, y no delegando en otro u otros. NOS llama “poderosamente la atención”, cómo el típico enfermo p. ej. con un tumor, además llamado por la medicina: “maligno” o de células malignas, quiere erradicarlo de su cuerpo, sin más; y su curación hospitalaria pasa por la erradicación sin más. Es tratada la enfermedad como un “algo marginal”, está como separado del cuerpo; no aceptada, no revisada desde otros ángulos en perspectiva, solo temida y excluida, no valorada como un “signo” de atención, como si fuera una guía…y el proceso curativo... el camino hacia... estados diferentes, observando sus “simbolismos”. Para esto es preciso adquirir conciencia, concienciación de los hechos, de los pensamientos, sentimientos, sensaciones, actitudes; y desde luego no marginar, se trata de entender, compre‐hender, asimilar, e INTEGRAR. Hablamos de la repercusión Floral en este “campo” personal, interpersonal, social. Damos un vistazo a la Sociedad actual, con marginales, marginación, poca integración. Gracias a que conocemos también la Esperanza que nos habla de ir paso a paso, y momento a momento, comprometidos haciendo, pensando; por siempre estamos en los comienzos de algo, y más que probable, nos lleve hacia un algo diferente, novedoso, sin final, un todo continuado… Me siento muy bien atendida, bien acogida, entendida, apoyada con tecnología punta, y personal cualificado con expreso interés en mi comodidad. Al finalizar, se acercan varias personas; se suscita interés en recibir terapéutica floral, que yo sepa, demanda realizada y materializada concretamente por parte de una enfermera con desajuste orgánico, directamente provocado por la medicación paliativa suministrada a su enfermedad degenerativa, que la preocupa, que ignora el origen, y hasta ahora se somete al tratamiento convencional ‐ sanitario, dice estar ¡harta!.
Será la persona socia de SEFLOR, psicóloga clínica y trabajadora en el “Centro de Salud” sito en Móstoles, apoyada por la Asociación contra el Cáncer, la que se hará cargo de esta enfermera, y sus demandas en el ámbito de tratamiento Floral complementario. Estaremos en contacto directo, a partir de este momento, vía telefónica y vía e‐mail, por cualquier duda, y cambios pertinentes. Al día de hoy en Mayo, ya hemos realizado la primera supervisión‐revisión a este caso personal. Resultado de la misión, muy satisfactorio. Se quedan los asistentes con información global y completa, y el apoyo tanto de nuestra compañera de SEFLOR, como el mío propio. Salgo de allí contenta, captando finalmente mi sensación calmada, humilde, y silenciosa, combinada con ligereza en mi cuerpo(estuve tiempo en mi cabeza), y también con el sentimiento de tranquilidad ante el hecho, de que esto es solo una porcioncita muy pequeña, para lo grande que es el Universo‐Sanitario, y eso sí, también soy muy consciente de lo pequeñita que es mi personalidad si la comparo con la magnitud de mi Alma, todo esto es sin duda alguna, gracias a Bach, a sus Esencias y legados, y por descontado a que existe un apoyo sin condiciones del ambiente, que quiso que esto se materializara. Carmen Risueño Izquierdo. Socia nº 9 de SEFLOR. Voluntariado Social– Formación, Información; 22 de Mayo del 2008.
Reunión en el Centro Cívico de Colmenarejo el 23 de Enero del 2009 Por Carmen Risueño Izquierdo
En esta ocasión me corresponde compartir, difundiendo y configurando un taller de dos horas en el marco de una Asociación sin ánimo de lucro, llamada ACERVO Inter‐Generacional, sita en Galapagar y cuya promotora y Gestora es la psicóloga y gerontóloga, María Luisa Forniés que es su Presidenta. Tel: 605 824 204 mlf@acervointergeneracional.com mlfornies@mityc.es Nos reunimos en el Centro Cívico de Colmenarejo, pueblo cercano a Galapagar‐ Madrid, en una tarde fría, sombría, muy ventosa como corresponde a la fecha, es pleno invierno y estamos cerca de los bajo cero. Comenzamos muy puntales, y entre los asistentes están dos mujeres de unos 80 años, y en el resto del plantel femenino, oscilan entre los veinte y tantos y los cuarenta y tantos, somos 15 personas, una de ellas compañera de SEFLOR; un lujo, exponer y tratar el tema “emocional”, con “nuestras conocidas y apoyadoras” Esencias Florales del Dr. Bach.
La mayoría de las asistentes vinieron de Guadalajara, tienen, tenemos mucho mérito y valor, las personas que estamos reunidas, en realidad es el interés común lo que nos mueve hacia pasar ésta tarde juntas, y junto a las energías benéficas que irradian las Flores. La mayoría no las conocen, algunas sí, y en su momento las tomaron, las toman, es la curiosidad, lo que las trajo y atrajo.
Damos comienzo a las presentaciones, diciendo nuestro nombre y correlativamente el / los de las personas anteriores a cada una de nosotras, un satisfactorio ejercicio de atención y memoria; hablo de SEFLOR, cómo se formó, y para qué, hablo de sus socios, y de lo que queremos desarrollar, la fuerza la da el “grupo”, uno solo hace muy poco. Se inicia un coloquio abierto, y seguido de la exposición de fotografías de las Flores correspondientes a los “Doce Curadores”; se desata mucho más la curiosidad, comentamos acerca de sus “poderes curativos”, en base al contacto saludable de la energía que irradian, no sólo desde el plano fotográfico, hablamos de la signatura de la planta, su enraizamiento y sus similitudes personales al respecto, hablamos de las elaboraciones florales, se levanta mucho interés, hablamos de habilitar en la próxima primavera una excursioncita para que cada quién elabore extracto de una planta en particular, así sea. También estamos muy interesados en compartir experiencias de dolencias crónicas y de estados agudos, hay personas muy interesadas en esto, establecemos marcadas diferencias entre unas flores y otras, por ejemplo: Gentian‐Genciana, nos habla del desánimo y la falta de fe, no persevera, no se da oportunidades, repite su desconfianza una y otra vez, no cuenta con su propia creatividad, y su valía. Gorse‐ Aulaga, nos habla de un estado latente, cronificado donde la persona claudicó, no tiene “esperanza”, no cuenta con que se pueda curar, son demasiadas veces ya sin ánimo ante la adversidad, y además no cuenta ni con la ayuda ni apoyo del otro, del médico, del amigo, nada ni nadie acude en su mejora…. Sin embargo tenemos que Sweet Chestnut‐Castaño Dulce, es buenísima acompañando las crisis de angustia, lo angosto del camino, la travesía desértica de una transformación, ya no se puede seguir
“sujetando lo mismo, hay que soltar, y ¡saltar!”; mientras que Cherry Plum‐Cerasífera, palia un temor específico a la ¡“pérdida del control!”. Vamos canalizando las diferencias, los matices, la vida está llena de ellos, de lo contrario, se establece un conjunto excesivamente indiferenciado, empobrecido, sin colores, sin formas, sin notas musicales, sin creatividad. Las “mamás” del grupo aluden a la Flor Achicoria‐ Chicory, la trampa de los chantajes, ésta benéfica planta, es para curar el egoísmo, el egocentrismo del llamado adulto, que no es sino aquel o aquella, que se quedó sin construir unos afectos sólidos y firmes, necesitando manipular de un modo burdo y subterfugio, infantil… como puede…. Tenemos en cuenta el aprendizaje de los niños (hay en las asistentes una profesora de infantiles). Procuramos “estar” muy presentes en aquello que nos ocupa, disfrutamos. Las preguntas se dilatan, se abren a infinitud de curiosidades… Pasamos un rato muy agradable, nos reímos, debatimos, comentamos momentos en la actualidad con similitudes en las Flores de Bach, en España, en cada país, le vamos añadiendo una Flor que lo caracteriza; las guerras, las trabas, la paz. Para terminar, hacemos ingesta floral, cada una de las asistentes se acerca para prepararse en un vasito con agua, añadiendo dos gotitas de la flor elegida, no al azar, tras haber recibido la información y en respuesta a sus demandas. Quedamos en mantener contacto, y para dentro de mes ó mes y medio, re‐encontrarnos, para nuevas incursiones, y para revisar las “tareas”, a saber: investigar vía Internet, en un par de páginas Web‐florales, elegir una flor ad hoc, y hacer un resumen folio DINA‐4, totalmente personal. Ya saliendo del recinto, visito a la bibliotecaria, hablamos y también elige “su flor”, para toma de contacto en el vasito con agua, lo irá degustando mientras acaba su jornada… La persona encargada del Centro Cívico, también hace su participación, toma contacto floral, y me hace partícipe de su contento y curiosidad.
Iré contando más y mejor, según vayamos entre muchos haciendo el camino, llano, colorido, ancho, blandito y experimentando la realidad, con ojos de niño curioso, desenfadado y experto en el conocimiento del vivir… Gracias y hasta pronto, Os espero en el Voluntariado de SEFLOR. Carmen Risueño Izquierdo – Coordinadora Formación‐Información‐Voluntariado en SEFLOR
VII Congreso Nacional de Terapia Floral: “Terapia Floral: El arte se ser uno mismo y la evolución del alma”
Por Manuela María Menéndez
El VII Congreso Nacional de Terapia Floral se ha celebrado en el año 2008 en la malagueña localidad de Benalmádena, durante los días 22 y 23 de noviembre.
Esta séptima edición ha estado dedicada al objetivo de mostrar la esencia de lo que hoy conocemos como Terapia Floral, persiguiendo profundizar en los postulados filosóficos que, preconizados por el Dr. Edward Bach, constituyen los cimientos sobre los que se asienta toda la estructura de la Terapia Floral. Con esta finalidad, el Comité organizador ha realizado un llamamiento a relevantes terapeutas florales, así como a personalidades que aunque se declaran amantes de la terapia floral no se definen como terapeutas florales, siendo sus campos de actividad más afines a la filosofía clásica y hermética para, entre todos ellos, contribuir a la labor de profundización en la obra del Dr. Bach.
Este texto bachiano, es el que ha servido de base para centrar la línea temática del Congreso: “Sufrís de vosotros mismos. Desde el momento en el que hayamos concedido la completa libertad a todo lo que nos rodea, cuando ya no deseemos más atar y limitar, cuando ya no esperemos nada de nadie, cuando nuestro único pensamiento sea dar y dar y nunca tomar; en ese momento encontraremos que nos hemos liberado de todo el mundo; nuestras ataduras desparecerán; nuestras cadenas se romperán y por primera vez en nuestras vidas vamos a conocer la exquisita alegría de la libertad perfecta. Libres de toda restricción humana, dispuestos a servir con alegría solamente a nuestro Yo Superior”. Desde esta sabiduría primigenia se puede desarrollar el comprometido arte de ser uno mismo, evolucionando hacia la armonización del conflicto entre alma y personalidad que define al hombre de nuestro tiempo. La Multiplicidad en las Visiones y los Enfoques. Como no podía ser de otra manera, la multiplicidad fue el rasgo distintivo en las visiones y enfoques bajo los cuales se abordaron los objetivos del Congreso. Para Lluis Juan Bautista, resulta mucho más necesario en el recorrido espiritual “Callar para escuchar, dejar de mirar para ver, dejar de buscar para dejarse encontrar y dejar de hacer para permitir que se haga”. En su ponencia La floreciente búsqueda del Ser, incidió en el miedo a perder la individualidad, la pérdida del yo que impide todo progreso en el conocimiento, asociando este miedo a la experiencia de la esencia floral de Rock Rose .Esta esencia, una gran desconocida, según el autor, reducida al ámbito de la urgencia y del remedio transitorio , tendría un importante papel que jugar para enfrentarse a la muerte del ego y al renacimiento a una nueva vida, sin tener miedo de tener miedo ya que todos podemos considerarnos grandes luchadores. María José Mas trató sobre “El contacto con el Ser en el último tramo del camino” Un nuevo caso clínico aportado por Mas, que recoge el testimonio entrañable y el proceso terapéutico de una mujer de avanzada edad que acude a la consulta para ser ayudada, preparada, para morir.
Enseñar a morir, es el desafío que se plantea en este caso, desde una perspectiva terapéutica que postula que la muerte no existe: “Si estás aquí no estás allí y si estás allí no estás aquí “. Una hermosa crónica de un acompañamiento floral en el proceso de abandonar este plano de existencia. De la personalidad a la Esencia .Un camino a la libertad a través de las flores de Bach, es el título de la ponencia de Mari Carmen Gallego, que presentó una interesante sistematización de los pasos en el recorrido hacia la esencia del Ser: Me intereso por conocerme Me busco Me encuentro Me acepto Me decido a cambiar Me comprometo Y…florezco Cada una de las etapas de este proceso acompañada con las esencias florales de Bach más adecuadas para el tratamiento de cada estadío de conciencia, teniendo siempre en cuenta que nuestra flor es el arquetipo del alma individual. Con Las Doce sales del alma o el camino del discípulo, Luis Jiménez aportó una idea ligada al retorno del Ser a la Fuente a través del mandala zodiacal que Bach ya Estas doce sales o tipologías serían como las doce llaves de la filosofía o los doce trabajos de Hércules, “míticas puertas de una Jerusalén enclavada en el corazón de aquél que ha decidido dar, en lugar de tomar”. Jiménez recuerda la importancia de la personalidad emocional en este camino, que viene dada por la posición de la luna en el momento del nacimiento y la individualidad que vendrá marcada por la posición del sol. El autor reivindica así la trascendencia de las doce tipologías representadas por los Doce Curadores del Dr. Bach, en la evolución del alma o en el “camino del discípulo”, ante la tendencia a convertir a los doce curadores en doce remedios más. Desarrollo de la Conciencia en la niñez a través de la atención al plano emocional es el trabajo desarrollado por José Antonio Sande, que parte de la propuesta de trasladar a niños y niñas en su vida cotidiana, los principios fundamentales de la filosofía floral para que puedan aprender a conocer su mundo emocional, como parte fundamental
en su crecimiento para después poder avanzar hacia el desarrollo de la conciencia y con ello a un modelo de desarrollo integral desde la niñez. Ricardo Mateos presentó un interesante trabajo de investigación sobre Edward Bach: el hombre en el contexto de su tiempo .De la moral victoriana al esoterismo de los años 30. Se trata de una visión histórica basada en un profundo análisis de la obra del Dr. Bach, relacionándola con los principales acontecimientos de su tiempo, presentando teorías sobre distintos aspectos de la misma, dignos de ser tenidos en consideración. Andreas Korte, volvió a ponernos en estrecho contacto con la Naturaleza: La Naturaleza, el espejo de nuestra alma es el título de su ponencia .Para Korte, la Naturaleza representa un estado natural de perfección, cuyo mayor tesoro es la biodiversidad. Todo en ella es adecuado para la sanación: plantas, animales, cristales... “Te vas a la Naturaleza si estás enfermo y encuentras las informaciones que necesitas de ella. Te cargas con su energía sanadora gratuitamente”.
Las esencias florales representan así la información de luz que está en las flores y lo mismo es aplicable para todas las esencias. Korte habló también sobre las esencias de los Círculos de Trigo y desde luego sobre los trabajos con esencias de Orquídeas, Delfines, Ballenas y otros animales, para despertar la conciencia, que es el gran trabajo de la Humanidad. Se refirió a la Amazonía como el gran laboratorio o la gran farmacia para el futuro de la Humanidad y por otro lado a la facultad que esa misma Humanidad tiene para trabajar por el medio ambiente a través de las esencias medioambientales elaboradas a raíz del accidente de Chernóbil y tantas otras ya conocidas como la esencia de Epilobio para tierras devastadas o la esencia de Delfín para limpiar las aguas.
El botánico alemán aludió asimismo a la continuidad de los trabajos de las Casas de Salud y a los trabajos de las Academias Florales creadas en Suiza y Japón, así como al trabajo de investigación que se está realizando en San Petersburgo en relación con las esencias de las Orquídeas. Un amplísimo espectro de interesantes actuaciones e investigaciones fue lo que una vez más ofreció Korte al auditorio del Congreso. “Seamos nosotros mismos”. Ser nosotros mismos es para Guillermo Amable aparcar a nuestro padre crítico y darnos permiso para reír y para que el estado niño del yo busque, investigue y trate de responder a las preguntas básicas de la vida. Amable consideró que “no podemos pasar por el congreso de terapeutas sin hablar de la crisis en la que nos hemos visto envueltos. El trabajo para los Terapeutas Florales en esta situación es enorme.” Despedida y Cierre La ponencia final del Congreso corrió a cargo del maestro Eduardo Grecco que disertó acerca de: La prescripción como fórmula y proceso. Para Grecco, la atenta lectura de los textos de Bach permite descubrir cinco rasgos esenciales o cinco pasos clínicos en el proceso de la prescripción floral, para poder ir progresivamente desvelando las resistencias de la personalidad a la luz del alma. Esta aportación de Grecco constituye un nuevo elemento enriquecedor para la práctica de la Terapia Floral. El VII Congreso Nacional de Terapia Floral planteó un objetivo ambicioso: profundizar en la filosofía de Edward Bach, en sus verdades fundamentales y en su papel en el marco de la terapéutica floral de nuestros días, proporcionando un espacio de reflexión para todo terapeuta floral que se permita surcarlo, que conducirá probablemente a apreciar la diferencia, el abismo existente, entre hacer auténtica Terapia Floral o limitarnos a la práctica conocida con el término “dar flores”. Recordemos que para Bach, el terapeuta floral “deberá ser un gran estudioso de las leyes que rigen la humanidad y de su propia naturaleza humana, para que pueda reconocer en todos los que acudan a él aquellos elementos que causan un conflicto entre el Alma y la personalidad." Manuela Menéndez Terapeuta floral Periodista y Pedagoga.
Edward Bach: El hombre en el contexto de su tiempo; de la moral Victoriana al esoterismo de los años 30.
Por Ricardo Mateos Cuentan los biógrafos de Edward Bach, que toman la información de la propia Nora Weeks, que entre el verano de 1935 y el verano de 1936 nuestro famoso doctor encendió una gran hoguera en la que quemó incontables papeles y huellas de sus investigaciones de seis largos años, que le habían llevado al descubrimiento de las esencias de flores como forma única y absolutamente nueva de sanación de forma sistematizada. ¿Se trató acaso de un mero impulso inconsciente?, ¿de un acto inquisitorial? O quizá, y como todo en la obra bachiana, obedeció a causas más profundas que ni él mismo ni sus colaboradores quisieron nunca revelar… Ciertamente todo es posible, pero se hace difícil creer que Bach decidiese desprenderse de tanto trabajo de años únicamente por un mero impulso. Por tanto no nos queda más que especular en relación con las razones para acto tan misterioso y, en ese contexto, yo entiendo que hay cuatro elementos que pueden permitirnos atisbar cuales fueron las motivaciones profundas que le llevaron a ello.
comienzos de los años 30.
El primero, darnos cuenta de que con aquel acto su trabajo quedó incontaminado de toda otra huella que no fuera la suya. El segundo, que como consecuencia de ello su trabajo no podría ser manipulado de forma alguna por sectores o grupos de opinión ajenos a él. El tercero, comprender que el desprenderse de toda otra huella documental le permitía presentar su sistema y sus descubrimientos de la forma más sencilla posible, de manera que éstos pudieran ser utilizados por cualquier persona sin necesidad de que ésta tuviese una formación académica previa. Y el cuarto, que el asomarnos al contexto de su vida y de su tiempo puede permitirnos buscar otras posibles motivaciones que fuesen fruto de las excepcionales circunstancias históricas que concurrieron en Europa a
La extensa literatura existente sobre las esencias florales de Bach, y sobre eso que posteriormente hemos venido en denominar terapia floral, apenas si presta atención a la vida y el pensamiento de este hombre singular, cuya mayor aportación fue el presentarnos un paradigma completamente nuevo, y ciertamente muy avanzado para su tiempo, un paradigma que recupera el concepto de alma, casi perdido en la noche de los tiempos, y que devuelve nuestra mirada a la naturaleza como fuente última de sanación y de comunión con el cosmos. Por otra parte, apenas se ha prestado tampoco atención a las importantes circunstancias históricas que concurren en aquellos años en los que transcurrió su biografía. La biografía de un hombre cuya vida discurre entre cambios sin igual entre los que destacan dos de aquellos descubrimientos que Freud denominó heridas narcisistas de la humanidad: la formulación de la teoría de la evolución por Charles Darwin, a mediados del siglo XIX; y la formulación de la existencia del inconsciente por Sigmund Freud, a comienzos del siglo XX. Una época, sin duda alguna, paradigmática. Edward Bach nace en 1886 en un lugar llamado Moseley, a las afueras de la por entonces industriosa ciudad de Birmingham. Era un tiempo de consolidación de la pujante revolución industrial británica, que tuvo un enorme costo social y emocional para la sociedad inglesa de los cuales el propio Bach fue testigo directo. Y la ciudad de Birmingham era por entonces conocida por ser uno de los centros industriales más importantes del país, hecho por el cual solía representarse con la clara marca de las enormes nubes de humo que cubrían sus cielos. Allí su padre era propietario de una fundición de latón, lo cual ubica a la familia Bach en el contexto de la por entonces pujante clase media alta británica, un grupo social en ascenso y con sobresalientes medios materiales que coloca de partida a nuestro personaje en un estatus social sin duda elevado en una Inglaterra rígidamente estratificada en términos de clase.
Una Inglaterra en la que nacer en un estrato social le condenaba a uno de por vida y en la que el ascenso social era algo extremadamente difícil. Por tanto, no nos imaginemos a un Edward Bach campesino y desposeído de medios materiales, pues en aquellos tiempos solamente los poderosos podían acceder a estudios universitarios como él cursó desde comienzos de siglo. Aquel era el gran imperio británico, centro de aluvión de ideas y de culturas muy diversas, que solo unos meses después del nacimiento de Bach celebraba con enorme pompa las bodas de oro del trono con la reina Victoria, que por entonces ya era emperatriz de la India. Por ello no es curioso que muchos años más tarde él mismo escribiera haciendo referencia a la espiritualidad oriental: “Cuán lejos nosotros en Occidente nos hemos ido de esos hermosos ideales de nuestra Madre India de los tiempos antiguos, cuando el amor por todas las criaturas era tan grande”. La universidad británica acogía por entonces a los hijos de las fuerzas vivas del país, y Edward Bach tuvo una formación completa que le permitió trabajar en el Hospital del Colegio Universitario Y también en el Hospital Homeopático de Londres. Por ello no es extraño que desde fechas tempranas Edward Bach entrase a formar parte de las filas de la masonería, un grupo exclusivo al que no entraba cualquiera. De que Bach fue masón no hay duda, como así lo afirman quienes se han asomado a su biografía, y como puede rastrearse en sus propias referencias al “Gran Arquitecto”, un término claramente masónico. Pero entrar a formar parte de la masonería no era cosa sencilla por entonces, sino que se precisaba de padrinos socialmente bien ubicados en este grupo de poder que, tradicionalmente, en Inglaterra siempre ha tenido como su máximo representante a un miembro de la familia real británica. Por aquel entonces el jefe supremo de la masonería británica no era otro que el príncipe Arturo de la Gran Bretaña, duque de Connaught e hijo de la reina Victoria. Un hombre de sólido prestigio tanto social como militar que ocupó cargos muy altos en la compleja estructura del imperio. Por tanto, no veamos a Edward Bach como un mero hombre de campo, o como el hijo de una familia obrera, sino como un exitoso profesional de la medicina, que era un ámbito del saber muy valorado socialmente en aquel tiempo, como un hombre de conocimiento profundo y como una persona bien ubicada socialmente y con ciertos contactos en las alturas de la rígida sociedad
británica. Prueba fehaciente de ello es el dato probado de que fue en la hermosa villa “The Pleasaunce”, en Cromer, donde él encontró por primera vez la flor del Cerato. Esta magnífica propiedad, con sus bellos jardines, pertenecía por entonces a la acaudalada dama Constance de Rothschild, hija de una de las más ricas familias de Inglaterra, que estaba ya viuda de Sir Cyrill Flower, primer Barón Battersea. Allí había llevado las primeras semillas de Cerato la famosa jardinera Gertrude Jekyll, amiga de la señora Helen Willmott, cuyo nombre botánico, Ceratostigma Willmottiana, se había dado a la nueva especie vegetal. Por otra parte, y para mayor abundamiento, aquella residencia señorial había sido diseñada a fines de siglo por el prestigioso arquitecto Sir Edwin Lutyens, cuya esposa y cuya hija fueron dos de los grandes apoyos de la larga andadura de Krishnamurti en Occidente. Lord Battersea, dueño de la casa, había sido persona muy influyente en el gobierno y en la política del imperio británico hasta su fallecimiento en 1905 y su esposa, Lady Battersea, que falleció en 1931, trabajó sobre estudios del Antiguo Testamento y acaso podamos imaginárnosla conversando con Edward Bach sobre espiritualidad y religiones comparadas. Por otra parte, es muy significativo el hecho de que lady Battersea fuese también gran amiga de la princesa Luisa de Gran Bretaña, hermana del citado duque de Connaught. Esta hija de la reina Victoria, esposa del liberal duque de Argyll, solía visitar a lady Battersea en Cromer y era la más liberal y aperturista de las princesas británicas de su generación. Ello nos da una medida de los altos entornos a los que Edward Bach había llegado antes de abandonar su vida londinense para retirarse al país de Gales en 1929. De hecho Bach no era un revolucionario de clase, sino de paradigma, como nos informa su siguiente afirmación: “Un príncipe del reino, con todas las glorias del palacio, puede ser un enviado de Dios y una bendición para las gentes de su país, e incluso del mundo. De hecho, cuánto podría perderse si ese príncipe imaginase que su deber fuese el entrar en un monasterio”. Así pues en la vida de Edward Bach nos encontramos reunidos la universidad, el prestigio, la masonería y la aristocracia en la Inglaterra de los años 20. También cabe decir aquí que su consultorio no era un lugar cualquiera sino que estaba ubicado en la
prestigiosa Harley Street, en el buen barrio londinense de Marylebone, donde desde mediados del siglo XIX se habían ido instalando los mejores y más reputados consultorios de la práctica médica. Tanto es así que toda aquella zona de Londres era propiedad del aristócrata Lord Howard de Walden, a cuyos administradores había que solicitar puntual permiso para abrir un consultorio médico en aquellas calles. Por desgracia no sabemos con quien más coincidiría Bach en aquella o aquellas veladas en casa de Lady Battersea, pero no hay duda de que allí se darían cita muchos de los notables de su tiempo y no solamente de Inglaterra, sino también de Francia donde la familia Rothschild tenía un poder y una presencia social sobresalientes. Por otra parte, es significativo ver como el pensamiento de la sociedad británica, y en particular el de sus clases dirigentes, con las que Bach estaba en contacto, había ido evolucionando conforme la era victoriana tocaba a su fin en los últimos años de la Belle Epoque. Durante el largo reinado de la reina Victoria la sociedad británica había seguido marcada por la tradición puritana de la Iglesia Anglicana de Inglaterra, la llamada Church of England, a la que la familia Bach perteneció sin duda alguna, y por tanto no es extraño que en su obra él mismo haga mención a términos como “Chispa Divina”, que procedían del pensamiento del liberalismo protestante de su tiempo. Esta era una corriente de pensamiento que negaba los milagros, que apostaba porque todo hombre lleva dentro de sí una chispa de divinidad, y que postulaba el principio de unidad de todas las cosas. Además, en la obra de Bach puede a momentos verse presente ese punto de severidad propio de las iglesias reformadas del norte de Europa en frases como “Sois responsables de vuestros propios sufrimientos”, y también otras menciones de corte claramente cristiano como su referencia a lo que él denomina “la Hermandad Blanca de los Santos y los Mártires”.
En lo tocante a lo esotérico, la época victoriana se había interesado por aspectos de naturaleza fenomenológica como las sesiones de espiritismo, las apariciones y la búsqueda del contacto con aquellos que ya se habían ido. Por ello durante la segunda mitad del siglo XIX habían imperado las corrientes de tipo espiritista entre las clases altas, que convivían cómodamente con la moral victoriana de corte cristiano. Prueba de ello es la obra de autores como William Stead, un puritano victoriano muy versado en estudios bíblicos que pretendía luchar contra el mal, entendido éste como la encarnación de lo diabólico. Stead, que era amigo de Annie Besant, figura puntera de la Sociedad Teosófica, dirigía sesiones de espiritismo y su influencia llegó tan alto como para trabar amistad con el príncipe Cristóbal de Grecia, sobrino de la propia reina Alejandra de Inglaterra. Curiosamente sería este mismo príncipe griego quien en 1917 introduciría en la corte griega el libro “Los Grandes Iniciados”, obra del francés Eduard Schure, a quien volveré a referirme. Pero con el nuevo siglo las cosas estaban cambiando e Inglaterra se vio literalmente inundada por nuevas visiones de lo esotérico y con nuevas corrientes espirituales muy pujantes que llegaban desde los confines del imperio y en particular de la India. Estas nuevas visiones del hecho religioso‐espiritual fueron bien acogidas por las clases altas y, en particular, por ciertos sectores de la poderosa aristocracia que, como veremos, ejerció una labor de mecenazgo. Por otra parte, aquel fue también un tiempo de revolución en el campo de las humanidades con el desarrollo de la antropología, y también en el de las ciencias con el descubrimiento de la estructura del átomo y la formulación de la teoría de la relatividad en la ciencia física. Sin olvidarnos, por supuesto, de que el periodo más creativo de la obra de Bach, el que transcurre entre 1929 y 1935 coincide con la gran depresión económica de occidente, una época de severa crisis económica, y con el periodo de entre guerras, tan importante para Inglaterra y para todo el mundo occidental. Un tiempo en pleno auge de los fascismos en Europa y una época en pleno desarrollo del surrealismo en el arte y en la literatura, en el contexto de los llamados “años locos”, en los que la rígida moral victoriana que desde mediados del siglo XIX rigió el comportamiento de todo el imperio británico, dio pasó a una moral laxa tanto en lo sexual como en lo amoroso y en los usos y las costumbres. ¿Acaso nadie se
preguntó nunca sobre la particular relación existente entre Edward Bach, su amante Mary Tabor, su asistente Nora Weeks y su amigo Victor Bullen? Pero vayamos por partes. En su excelente libro “Forma y Función” Julian Barnard, que ha investigado con minuciosidad la obra de Edward Bach, escribe lo siguiente: “En cuanto a la propia búsqueda vital y el desarrollo espiritual de Bach, muy poco puede decirse con equidad, pues fue cuidadoso de evitar referencias específicas a religión o filosofía alguna. Abrazó una enseñanza espiritual universal que incluye a Buda, la Madre India, Cristo, los Grandes Maestros, y el gran grupo de la Fraternidad de la Hermandad Blanca. Sus referencias al “Ser Superior”, el “Guía Divino”, la “Vida Inmortal”, el “Alma”, y el “Gran Arquitecto”, pueden dar claves sobre la escuela exacta o tradición a la que pertenecía. Algunos se preguntan si se encontró con Rudolf Steiner. Otros ven una conexión con los teósofos. Nos han dicho que tenía una fuerte conexión con la Francmasonería. Pero incluso un análisis minucioso de sus escritos no logra dar una indicación definitiva de su adscripción. Sin embargo, las afirmaciones están ahí, en casi cada párrafo, indicando que el foco principal de su pensamiento era el contexto espiritual de la vida humana”. Y en Cúrate a ti mismo el propio Bach hace referencia a “una cierta Hermandad” que nos anima a que “busquemos el sosiego para nuestro propio malestar al extender el alivio y el consuelo a nuestras criaturas hermanas en la hora de su aflicción”. El término “Fraternidad de la Hermandad Blanca” citado por Julian Barnard hace referencia directa a la Sociedad Teosófica, fundada por la famosa Madame Blavatsky, que por entonces estaba guiada desde Inglaterra y particularmente por ciertas damas de la alta sociedad como Annie Besant o Lady de La Warr, quien durante algunos años llegó a ser la guardiana del propio Krishnamurti durante su larga estancia en Gran Bretaña. La Sociedad Teosófica, que dejó honda huella en ciertos círculos de pensamiento, importó a occidente nuevos conceptos y reavivó otros antiguos como el de reencarnación, que cientos de años atrás ya había estado presente tanto en la cultura druídica como entre ciertos formuladores de la Iglesia Anglicana de Inglaterra, como es el caso de Henry More, que allá por el siglo XVII ya había hablado de la inmortalidad del alma. Por otra parte, no podemos obviar la pertenencia de Rudolf Steiner a la Sociedad Teosófica, ni tampoco la relación que con ella tuvieron otras figuras importantes del esoterismo de comienzos de los años 30 como Gurdjeff y Ouspensky. Pero, una vez más, Gurdjeff fue un paniaguado de otra aristócrata, Lady Rothermere, que le dio todo su apoyo financiero para la creación de su “Instituto del Desarrollo Armónico del Hombre”.
En cuanto a Ouspensky, también vivió bajo el mecenazgo de la influyente Lady Rothermere. Si continuamos aún más, todavía nos quedan expresiones como “Grandes Maestros”, también presentes en la obra de Bach. Ésta última expresión, “Grandes Maestros” recuerda de forma clara a la por entonces famosa obra de Eduard Schure titulada “Los Grandes Iniciados”, que publicada en 1917 tuvo gran influencia en ciertos sectores del pensamiento religioso y esotérico. En ella Schure exponía la teoría de que todas las religiones son básicamente la misma y que hay una sucesión de grandes iniciados a través de los cuales se transmite la sabiduría de los tiempos. Allí se mencionaba a figuras tan importantes en el desarrollo de la humanidad como “Buda” o “Cristo” y otros “Grandes Maestros”, que son justamente los mismos que aparecen en la obra de Bach, que en un momento dado escribe en Cúrate a ti mismo: “También así lo enseñaron el señor Buda y otros grandes Maestros que han llegado al mundo de tanto en tanto para indicar a los hombres la forma en la que alcanzar la perfección”. ¿Mera casualidad? Por otra parte, Schuré daba primacía a Jesucristo entre todos ellos, cosa que cuadra con los postulados de corte cristiano que recorren toda la obra escrita de Bach. Por último, y por lo que toca al concepto “Alma”, tantas veces repetido en la obra de Bach, en él se rastrea la influencia de otro pensador notable, Emmanuel Swedenborg, quien ya en el siglo XVIII había buscado insaciablemente la sede del alma y había apostado por una espiritualidad de corte racional. Curiosamente la obra de Swedenborg tuvo una enorme influencia sobre el homeópata James Tyler Kent, cuya obra sobre homeopatía fue fundamental para Edward Bach en sus años de formación como homeópata. Vemos pues como desde comienzos de siglo la influencia de la Sociedad Teosófica, la llegada a Gran Bretaña de Krishnamurti, y también la aparición de la obra de Steiner, y el surgimiento de figuras como Gurdjieff y Ouspensky habían transformado de forma completa la vivencia de lo esotérico y sus interpretaciones.
Ahora ya no interesaba tanto lo fenomenológico como el movimiento de objetos en las sesiones mediumnisticas sino el estudio de lo insondable, de los grandes misterios, y la búsqueda de una experiencia espiritual directa. Sincrónicamente, desde 1910 Steiner se había segregado de la Sociedad Teosófica buscando las bases del esoterismo europeo, había formulado la Antroposofía o ciencia del hombre, y su obra había cobrado gran difusión en Austria y en Alemania llegando a interesar, incluso, a personas tan encumbradas como el príncipe Max de Baden, último canciller del imperio alemán. Su obra había influido notablemente en la de Eduard Schure y sin duda debió de ser conocida por Edward Bach. Hacia 1928 parece producirse un gran cambio en Edward Bach. Sin que sepamos los motivos, parece querer romper con toda su vida anterior. Abandona Londres, cierra su consulta, y se dedica a viajar en busca de plantas sanadoras encontrándose tan pronto en Cromer, como en Abergavenny, o en las cercanías de Oxford. Pareciera como si hubiese deseado desprenderse de algo pesado, o como si quisiese alejarse de personas o grupos de opinión con cuyas actitudes ya no comulgaba. Por ello, y de a poco, disintió abiertamente de los planteamientos de la medicina oficial y se alejó de la homeopatía. Buscó algo nuevo, incontaminado, alejado de sectarismos y grupos de presión y de opinión. Sincrónicamente, en 1930 Krishnamurti, que había llegado a Gran Bretaña de la mano de las grandes damas de la sociedad británica, decidió también romper completamente con los planteamientos sectarios de la Sociedad teosófica comenzando un camino en solitario en momentos tan difíciles para Europa. Entre tanto, Gurdjieff en Francia y Ouspensky en Inglaterra, también de la mano de la alta sociedad británica, difundían sus doctrinas y traían a Europa enseñanzas como el Eneagrama. En este contexto Edward Bach se encontraba en plena producción de su obra y alejándose cada vez más de planteamientos dogmáticos y sectarios. Bach quería ser libre y que su obra no quedase contaminada por corrientes ni escuelas de pensamiento. Quizá por eso ya en 1934 escribía desde Cromer: “La forma en la que la Hermandad Blanca trabaja entre nosotros no es mediante milagros, ni apariciones, sino simplemente conduciéndonos, si es que queremos ser conducidos, por los asuntos cotidianos”.
Pero algo más grave ocurría en la Inglaterra de mediados de los años 30, algo que ya se venía larvando desde mediados de los años 20. Una notable parte de la alta sociedad británica, muy imbuida de antisemitismo, mostraba cada vez un mayor interés por el fascismo entonces imperante en Alemania e Italia y que anunciaba terribles consecuencias, pues ya en el verano de 1935 el ejército italiano había utilizado el gas mostaza en su campaña de conquista de Abisinia. En Londres, el hijo de Lady Rothermere, la mecenas de Gurdjieff y Ouspensky, se afiliaba a la ultra derecha fascista. Y hasta el duque de Kent, hijo del rey Jorge V y pronto gran maestre de la Masonería británica, era acusado de ser filo fascista. Por no hablar del príncipe de Gales cuya cercanía a postulados fascistas le llevaron a una súbita abdicación del trono británico convenientemente tapada por sus míticos amores con la señora Simpson. De hecho, el fallecimiento de Bach tiene lugar justo en los meses de la llamada crisis de la abdicación, que puso patas arriba no solo a la familia real británica sino a la propia clase política inglesa que no podía tolerar posiciones tan cercanas a los fascismos. Un año más tarde el ya duque de Windsor, recién apeado del trono inglés visitaba a Adolf Hitler en Alemania por ser buen amigo del fundador de los camisas negras, el movimiento fascista británico. El polémico creador de este movimiento no era otro que Oswald Mosley, un hombre de la crema social inglesa cuya esposa era hija de uno de los virreyes británicos de la India. Por otra parte, hasta el mismo Steiner, figura muy establecida en Alemania, se había dejado llevar por la idea de la superioridad espiritual alemana. Como escribe Peter Washington en su libro “El mandril de Madame Blavatsky”: “Con el fin de preservar a Jesús de sus innegables orígenes judíos, Steiner y el teórico racial Houston Stewart Chamberlain coincidieron en señalar que Jesús tenía rasgos semíticos y arios […] El siguiente paso era negar que Jesús tuviera algo de judío, y fueron muchos los dispuestos a darlo. Incluso los Maestros Himalayos de la Teosofía disimularon su hermoso aspecto indio bajo una piel sospechosamente blanca y rasgos europeos”.
Por ello quizá no sea meramente fruto del azar el que Bach, que como queda probado era buen conocedor de la alta sociedad británica y de su poder, y tenía
grandes dosis de sentido común, abandonase todo en 1928 y se retirase al campo en Gales y en Cromer. A mí personalmente, y esta es la hipótesis que hoy os presento, me parece que tiene mucho sentido pensar que hacia el final de su vida Bach quiso alejarse de toda doctrina y de toda corriente de pensamiento que pudiese afectar a su obra. Como él mismo escribe, para tener libertad hay que dar libertad. Y no hay duda de que las libertades andaban muy restringidas a mediados de los años 30: en Italia, en Alemania, en España, en Austria, en Hungría y en tantos otros lugares. La vieja aristocracia se dejaba seducir por el fascismo como única fuerza capaz de poner freno al comunismo, y junto a la aristocracia podían caminar todos sus paniaguados los dirigentes de las distintas corrientes esotéricas. Así, como vemos, el mundo de lo esotérico, el mundo de lo espiritual, corría peligro de bascular hacia posiciones de corte filo‐fascista de la mano de sus propios mecenas ¿Será por eso que Bach quemó sus escritos para no dejar rastro de sus filiaciones previas? Él sabía que gran parte del mundo del esoterismo de su tiempo estaba patrocinado y financiado por una aristocracia peligrosamente tendente hacia el fascismo y nada debía de generarle más temores que esa circunstancia. ¿O acaso no hemos oído tantas veces hablar del enorme interés esotérico del propio Canciller Adolf Hitler? Curiosamente, Lady Battersea, la dama de Cromer amiga de Bach, ya fallecida en 1931, se había ubicado en el polo opuesto de los fascismos, era de origen judío y había trabajado por la descriminalización de los judíos en Gran Bretaña. Por eso Bach tomó toda precaución para presentar al mundo su obra como algo sencillo y asequible para cualquiera, sin necesidad de ser masón, o de tener conocimientos de naturaleza esotérica. Quiso expurgar de su obra toda traza de pensamiento esotérico espiritual, de toda filiación a una u otra familia de pensamiento. Como él mismo escribió en una de sus últimas conferencias, unos meses antes de morir, el 21 de mayo de 1936: “Y el Señor Buda nos enseñó que todos estamos en el camino de la auto realización, una vez que ya nos hemos desprendido de los sacerdotes y de los libros”. Y aún mas tarde, en octubre de aquel año, en plena crisis política en Gran Bretaña, añadía: “Descartemos todas las convenciones, todas las reglas, todas las regulaciones, y con nuestra mayor fortaleza entremos en la Cruzada y asumamos la misión de llevar esperanza a las personas. Para así mostrar al mundo, y enseñar, que ocultos en la naturaleza están los gloriosos remedios que son más poderosos de cualquier otro mal”. Tres años más tarde Hitler invadía Polonia y comenzaba la cruenta Segunda Guerra Mundial. Estos son los hechos. Estos son los datos. Ahora, juzguemos por nosotros mismos. Ricardo Mateos Terapeuta Floral
Desarrollo de la conciencia a través de la atención del mundo emocional Por José Antonio Sande
En el congreso del año pasado, en Barcelona, os presenté el inicio de una línea de trabajo de Terapia Floral y niños vinculado a la Teoría de las Estructuras de Luís Jiménez. Todo ello se concretaba en unas fichas, las Fichas florales para niñas y niños, editadas por Índigo a quien agradezco la confianza puesta en este proyecto. Este congreso os presento los avances realizados en dicho proyecto en esta ponencia titulada Desarrollo de la conciencia a través de la atención al mundo emocional. La aplicación práctica de las Fichas florales, los cursos impartidos a maestros, psicólogos, terapeutas y padres y madres sobre mundo emocional, Terapia Floral y Teoría de las Estructuras, me han permitido profundizar en las carencias de la atención al niño como un ser integral, holístico, con conciencia. Estas carencias son grandes a todos los niveles. Socialmente, educativamente y familiarmente se tiende a la atención de los planos físico y mental, pero se dejan de lado los planos emocional y trascendente, quizás pensando que “eso no es cosa de niños” o “¡qué problema va a tener un niño!”. Pienso que esta actitud ante los niños es inhibidora de su profunda naturaleza emocional. Por eso, con la perspectiva de muchas horas formando a otras personas para que atendiesen al mundo emocional de sus hijos, alumnos y pacientes, os traigo mi reflexión sobre la necesidad de considerar a los niños desde una mirada diferente, que si bien ya se empieza a hacer, creo que hace falta un salto cualitativo y cuantitativo si queremos que nuestros niños se desarrollen y afronten su vida actual y de adulto de
manera saludable tal y como lo entiende la Terapia Floral, como la consecuencia de atender y mantener la coherencia entre el propio alma y la personalidad. La atención al desarrollo de la conciencia en las niñas y niños no es una idea nueva, ha estado presente a lo largo de la Historia en aquellas personas y grupos en los que el mundo de las emociones y la trascendencia formaban parte de su vida. Baste como ejemplo las siguientes citas: “Sin lugar a dudas, es importante desarrollar la mente de los hijos. No obstante, el regalo más valioso que se les puede dar es desarrollarles la conciencia.” John Gay, poeta (1685‐1732) “La conciencia es la presencia de Dios en el hombre.” Víctor Hugo, escritor (1802‐1885) Desde esta perspectiva, he vinculado el desarrollo de la conciencia en el niño a la atención y vivencia ión de una serie de cualidades en los diferentes planos del ser. El plano físico‐etérico es, como sabéis el cuerpo con sus células, órganos y sistemas, todo lo que lo conforma. El plano etérico es la energía que anima a la carne. El plano físico‐etérico es el cuerpo y su energía, el vehículo que permite la experiencia encarnada del ser. Es la manera que la Totalidad ha concebido para posibilitar la vivencia, la experiencia en este planeta. En el caso del ser humano, esa experiencia vital que es la vida creo que tiene como sentido y finalidad el aprendizaje y la comprensión, para lo que es necesario el desarrollo de la conciencia de Sí, paso previo según Jung para el desarrollo de la conciencia del Sí Mismo. En la obra publicada recientemente “Clínica y Terapia Floral. Teoría de las Estructuras” se asemeja “conciencia de Sí” a “conciencia” y “conciencia de Sí Mismo” a “consciencia”, de esta manera lo expresaré ya que este trabajo está fuertemente vinculado a dicha Teoría.
Como dije anteriormente, cada uno de los planos que conforman al niño tiene una cualidad a la que es imprescindible atender si se quiere propiciar el desarrollo de la conciencia. La cualidad del plano físico‐etérico para el desarrollo de la conciencia es LA LIBERTAD. La libertad entendida no como la posibilidad de hacer cualquier cosa en cualquier momento y con cualquier consecuencia. La libertad entendida como la posibilidad de vivir las experiencias vitales en la niñez sin el continuo “estar encima” de los padres, los maestros y la propia sociedad, permitiendo que los procesos naturales de exploración y aprendizaje hagan su función en los “cachorros de humanos”. Cuando en un documental de la segunda cadena de televisión, esa que todos vemos cuando hacen estadísticas en la calle, vemos a unos cachorros salvajes jugar entre ellos, pelearse, caerse, revolcarse o morder las orejas de sus padres nos encanta, nos enternece, nos conmueve, pero cuando son nuestros niños la cosa cambia. Entonces todo es “ten cuidado no te caigas”, “a ver si dejáis de pelearos y jugáis en silencio”, “¡pero hijo, no te revuelques en la arena!”. ¿Por qué estas acciones en los niños no nos enternecen?, ¿por qué tantas veces frenamos la expresión natural de la naturaleza infantil? Cuando hablo de la libertad hablo de permitir la expresión natural no sin límites, pero sí sin permanentes limitaciones, fruto de las proyecciones del mundo interior adulto, de las “buenas costumbres” o de modelos repetidos durante generaciones que no responden a las verdaderas necesidades de los niños sino de los adultos. Es en el ámbito del cuerpo donde la experiencia física, emocional o psíquica es posible, ya que si no existiésemos como seres con cuerpo la vivencia de la experiencia, tal como se concibe, no se daría. Sin embargo, ¿de qué sirve esa posibilidad del plano físico‐etérico si no se permite su expresión? La dimensión física propicia y permite la vivencia, sin ella no podría ser, así que la LIBERTAD en el plano físico es la cualidad necesaria para la exploración, el aprendizaje y la comprensión que llevarán al desarrollo de la conciencia.
El plano emocional lo conforma todo lo relacionado con las emociones, que son un elemento principal de atención para la Terapia Floral, sin embargo no hay que olvidar que la emoción está vinculada al cuerpo pues en él se materializa como química en las hormonas, en los neuropéptidos y en otros soportes físicos‐químicos. El plano emocional acompaña de manera inseparable a la vivencia. Es a través del plano emocional que el niño experimenta la vivencia en todos los matices que le es posible. Es el acto vivo. El plano emocional del mundo de cada uno es el que diferencia la interiorización de la vivencia y el que la dota de los matices que la hacen diferente. Podría hacerse la metáfora de que el plano emocional es la paleta de colores con que cada uno colorea la experiencia en el mundo interno, en el propio mundo, y esa paleta de colores nunca es igual para todos, sino que se conforma con infinidad de tonos y matices. La cualidad que considero necesaria para que el plano emocional propicie el desarrollo de la conciencia en el niño es LA EXPERIENCIA y, a poder ser, la vivencia completa y plena de la EXPERIENCIA. Pero no estoy aludiendo a la experiencia externa, sino a la experiencia de la piel hacia adentro, de la experimentación interna de las vivencias con la mayor gama de matices posible. Esto implica que los esquemas, los modelos desde los que el niño percibe la experiencia externa, para convertirse en experiencia interna, han de ser amplios, flexibles, abiertos, cambiantes, demandantes de nutrición, no esquemas restrictivos, inhibidores y mutiladores de la propia naturaleza. Creo que está en la voluntad de los adultos y los sistemas que rodean al niño la posibilidad de permitir una mejor nutrición del mundo emocional. La dimensión emocional acompaña y matiza, consciente o inconscientemente a las vivencias. Cuanto más consciente se sea de la propia vida emocional, de los colores con los que se pinta la vivencia interna de la experiencia, más conciencia se tendrá sobre la
propia naturaleza, cuestión que Bach proponía como elemento fundamental para la coherencia y la salud. El plano mental está relacionado con la mente, cuyo soporte físico no debe restringirse solamente al cerebro y el sistema nervioso sino a aspectos mucho más profundos de la naturaleza humana. El plano mental es la mente, tiene como función, además del mantenimiento operativo de la vida, la gestión de la experiencia y la recogida de la información para crear nuevos modelos de relación interior y exterior. Según ciertas líneas de pensamiento, el plano mental es el primero que se desarrolla en el sujeto tras la intervención del plano causal. Esto le confiere una naturaleza más sutil que los otros planos vistos hasta ahora y una homeostasis quizás más compleja. Sin embargo, la atención que actualmente se mantiene sobre el plano mental restringe sus capacidades a aspectos concretos y limitados, empobreciendo sus posibilidades y su potencialidad. La cualidad que considero natural en el plano mental para el desarrollo de la conciencia es La Responsabilidad. Si bien pudiera ser que el conocimiento no necesariamente vaya acompañado de responsabilidad, la comprensión sí conlleva en su naturaleza la responsabilidad. ¿Cuál es la diferencia que hago entre conocer y comprender? La respuesta, sencilla de conocer, quizás sea algo más compleja de comprender: conoce la mente, comprende el alma. La responsabilidad en el ser, en el niño, viene dada por la comprensión que aporta el conocimiento cuando éste ha sido integrado en la propia vida, como diría el maestro Eduardo Grecco: “cuando el conocimiento ha sido encarnado”. A mayor comprensión mayor responsabilidad se adquiere respecto a la vivencia y futuras experiencias en el mismo campo de información, lo que no quiere decir que dicha responsabilidad se asuma.
Conozco muchos adultos que dicen comprender, sin embargo no veo que asuman la responsabilidad que conlleva. Mi impresión es que, o bien no comprenden, o bien no son adultos. Me inclino por esta última opción. La Dimensión mental gestiona y extrae el conocimiento con el fin de proporcionar información al proceso de desarrollo de la conciencia. El plano trascendente, tal y como aquí se valora, tiene que ver, como la propia palabra expresa, con algo que trasciende a la naturaleza física, emocional y mental, pero no a la naturaleza humana, ya que el ser humano no sería tal sin su naturaleza trascendente. El plano trascendente o causal es el alma. Es importante no olvidar que el alma es una entidad de naturaleza procesal y que su permanente proceso se configura en virtud de la experiencia del ser en el que habita. Los niños son almas en proceso y lo que alimenta ese proceso son las relaciones y las experiencias. De esta forma la libertad, la experiencia y la responsabilidad son nutrientes fundamentales tanto para el cuerpo como para el alma. Pero… ¿cómo definir el alma relacionándolo con el desarrollo de la conciencia? Alice Bailey en su obra “El Alma: la cualidad de la vida” dice lo siguiente:
“Se puede definir al alma como ese aspecto significativo en cada forma (creado por la unión del espíritu y la materia) que siente, registra percepción, atrae y repele, responde o no, y mantiene todas las formas en una constante actividad vibratoria.” El Alma posee actividad vibratoria, el Alma es vibración, es ritmo, es proceso y todo ello forma parte de la naturaleza del niño, que en su tránsito hacia la consciencia precisa de la conciencia como vía de acceso. La cualidad del alma es, en una parte del proceso hacia la trascendencia, LA CONCIENCIA. Desde la conciencia y la conciencia de sí, consecuencia del proceso de individuación, el alma aprehende el conocimiento de la mente y lo torna sabiduría para mantener en marcha su proceso de completud, respondiendo a su naturaleza procesal y a las finalidades últimas de la vida, el aprendizaje y la comprensión.
Como podéis ver en la imagen los diferentes planos tienen sus características y le he añadido la cualidad que propiciará el desarrollo de la conciencia y, posteriormente, hacia la consciencia.
En el Plano físico‐etérico las características son el cuerpo, la sensación, lo encarnado. La cualidad es LA LIBERTAD. En el Plano emocional: la emoción, el sentimiento, la vivencia, la cualidad LA EXPERIENCIA. En el mental: la gestión, el conocimiento, la cualidad LA RESPONSABILIDAD. Y en el causal: el alma, la sabiduría, la cualidad LA CONCIENCIA. Todo ello, como proceso y en el plazo de muchos “días de colegio” llevará hasta la consciencia, El Espíritu, LA TOTALIDAD UNA. Pero los planos que hemos estado definiendo en el niño, con sus características y cualidades, no se relacionan entre ellos de manera lineal, sino que están relacionados en un orden integral y fractal hasta iniciar el tránsito hacia la Totalidad. Al relacionar de manera integral todos los planos resulta una figura que, a muchos de nosotros, nos será familiar. Como podéis ver, lo comentado hasta ahora se puede vincular al triángulo de la personalidad del árbol sefirótico, el árbol cabalístico de la vida. Sin embargo, en principio, el trabajo para el desarrollo de la conciencia no estaba inspirado en ello, solamente a posteriori me pude dar cuenta que estaba utilizando el mismo concepto que la cábala para el desarrollo del ser. ¡Vaya causalidad!
Atendiendo al triángulo de la personalidad y vinculándolo al alma como elemento central podemos crear la imagen del ser con todos sus planos (cuerpo, emoción, mente y alma), y al sustituir cada plano por la cualidad que precisa para el desarrollo de la conciencia nos queda lo que ahora podéis ver en la imagen.
El triángulo conformado por la LIBERTAD, la EXPERIENCIA y la RESPONSABILIDAD, vinculado a la CONCIENCIA como proceso del alma en la búsqueda de la CONSCIENCIA para la transmutación espiritual. Este proceso no se da de manera lineal, sino en una dinámica espiral de niveles de complejidad creciente u holones. Cada giro ascendente de la espiral marca el despertar de una versión más elaborada sobre lo que ya existe en un momento dado. La espiral ascendente y ampliable del niño consiste, por tanto, en una cadena enrollada de sistemas de valores, visiones del mundo y actitudes que son, cada una, producto de su momento y condiciones. Si constantemente se repite lo mismo, la vida se transita en una suerte de trayectoria circular en la que el final vuelve a ser el principio. Desde la libertad, la experiencia y la responsabilidad la trayectoria sigue siendo circular pero en un proceso permanente de ampliación en el que el final no coincide con el principio sino que se ha desplazado ampliando la superficie experiencial y convirtiendo al círculo en una espiral, la espiral de la vida, pero esta vez con un poco más de conciencia. Esto es algo que se puede aprender, igual que se aprende a estar limitado. Las etapas de desarrollo de la conciencia en el niño son similares a las del desarrollo de las sociedades. En la interesante teoría de la Dinámica Espiral de Clare Graves, en cuyo trabajo se fundamentan algunas de las reflexiones de Ken Wilber sobre el desarrollo de la conciencia se establecen, al menos, ocho etapas del desarrollo de la conciencia en el individuo en base a los siguientes valores:
Nivel 1. Instinto de supervivencia, en la imagen relacionado con la conciencia arcaica. Nivel 2. Protección y magia, relacionado con la conciencia tribal. Nivel 3. Impulso y poder, relacionado con la conciencia guerrera. Nivel 4. Propósito y orden, relacionado con la conciencia tradicional. Nivel 5. Razón y éxito, relacionado con la conciencia modernista. Nivel 6. Sensibilidad y relativismo, relacionado con la conciencia postmoderna. Nivel 7. Integración y responsabilidad, relacionado con la conciencia integral. Nivel 8. Holístico y planetario, relacionado con la conciencia postintegral. En la línea de trabajo de la Teoría de las Estructuras, este desarrollo en espiral está relacionado con la Ruta Solar, es decir, con el tránsito ampliador de la conciencia a través de los siete grupos, tal como Bach clasificó las tipologías, y a través de cada una de las treinta y ocho estructuras que los componen, en las cuales Luís Jiménez ha profundizado como se pone de manifiesto en su obra. Cada vuelta de la espiral es un transitar por todas y por cada una de las 38 estructuras, teniendo la oportunidad de explorar el territorio psicoemocional, atendiendo más a aquellas estructuras en las que hay mayor necesidad de avance y aprendizaje, siendo éstas las que, en un momento dado, pueden ser identificadas como predominantes por la limitación, tensión o conflicto con que se viven. Esta tendencia al aprendizaje en las estructuras implica una dinámica de autotrascendencia dual, ya que la exploración del campo de información de dicha estructura propicia la vivencia de sus contenidos en todo el espectro, es decir, desde lo más limitado a lo más evolucionado, desde lo más instintivo a lo más trascendente y en todos los planos. Partiendo de la premisa de que la vida tiene como finalidad última el aprendizaje y la comprensión, y que la misma vida se expresa y desarrolla en un ámbito de estructuras que permiten la exploración y experimentación, la actitud o intención con la que el niño impregna sus experiencias puede favorecer o limitar el proceso de evolución. Además, cada uno de los planos tiene su propio ritmo, así como cada niño o niña. Hay que tener muy en cuenta los ritmos ya que tanto el defecto como el exceso se alejan de la virtud, y por tanto de la armonía y el equilibrio.
Ciñéndonos al ámbito de lo humano se puede definir una estructura como:
“El campo de información experiencial, emocional, energético y vital que cada persona transita, a lo largo de su vida, en una dinámica de evolución personal que, de manera consciente o inconsciente, es realizada como respuesta a la finalidad última de la vida, el aprendizaje y la comprensión”. Esta definición de estructura aparece en la página 117 del libro “Clínica y Terapia Floral. Teoría de las Estructuras” de la Editorial Índigo. De la vivencia nace el conocimiento, del conocimiento, tras su reposo, nace la sabiduría y de ésta la ampliación de la conciencia en la estructura. La actitud vital y los aprendizajes favorecerán (o no, según se vivencie) un mayor grado de conciencia, responsabilidad y libertad. El reconocimiento de las estructuras psicoenergéticas‐emocionales que propician la exploración, la experiencia y el aprendizaje, en el proceso vital del niño, es un factor fundamental en la consecución del objetivo de aprendizaje y evolución. “El individuo, sin embargo, es generalmente tan ignorante que desconoce en absoluto sus propias posibilidades de elección y por esta razón busca siempre angustiosamente las reglas y leyes externas en que poder confiar en su desorientación. Visto desde la insuficiencia humana general, una gran parte de culpa reside en la educación, que se orienta exclusivamente a lo que se sabe en general, pero no trata de lo que es experiencia personal del individuo”. (“Recuerdos, sueños, pensamientos”, pág. 386. C. G. Jung, Editorial Seix Barral, 2008) La educación actual de las niñas y niños atiende, fundamentalmente, a los planos mental y físico, dejando de lado el plano emocional. Esto implica no sólo ignorancia sobre el propio ser, sino un desarrollo no armónico del niño que, el día de mañana, se convertirá en un adulto ignorante de su mundo emocional y de la vía que puede suponer para ampliar la conciencia sobre su vida.
En palabras de Osho: “La profundidad y el sentido de tu vida serán proporcionales a tu nivel de conciencia”. Edward Bach, a través de su Terapia Floral, y de la filosofía que en ella subyace, invita al ser humano (también a las niñas y niños) al autoconocimiento, es decir, a dotar de “profundidad y sentido a la vida”, atendiendo al mundo emocional y al trascendente, a la desarmonía y a la congruencia entre Alma y personalidad.
La idea aquí presentada tiene como intención trasladar a las niñas y niños, en su vida cotidiana, de forma sencilla y práctica, los principios filosóficos fundamentales de la Terapia Floral y de la Teoría de las Estructuras, para que, poco a poco, aprendan a conocer y transitar por su mundo emocional como hecho fundamental en el desarrollo de su personalidad, su conciencia y su Alma. La atención permanentemente centrada en los planos físico‐etérico y mental no sólo permiten el desarrollo del yo como parte de un proceso más amplio en la evolución del niño, sino que, a menudo, lo densifican de tal modo que se impide el proseguir del propio proceso dejando de lado la dimensión emocional, impidiendo la atención y el desarrollo de las cualidades propias de esta dimensión, fundamentales para el desarrollo de la conciencia. Una vía para el desarrollo de la conciencia es la atención, reconocimiento, comprensión y equilibrio de las experiencias del propio mundo emocional. ¿Por qué atendiendo al plano emocional se puede desarrollar la conciencia?
Desde la perspectiva planteada en la Teoría de las Estructuras la conciencia es el reconocimiento del “sí mismo” en la personalidad, es decir, el autoconocimiento. Pero este autoconocimiento ha de abarcar, para el niño, las dimensiones física, emocional y mental, y más tarde, cuando tenga capacidad para ello, la trascendente. Las experiencias son vivenciadas en función del grado de desarrollo de la conciencia del niño. Por ello, la experiencia nunca es percibida de manera completa, sino filtrada y limitada por el grado de conciencia. ¿Cómo ampliar el marco de vivenciación de la experiencia?, atendiendo al ámbito emocional que la acompaña, la matiza, la colorea y le da un tipo de contenido. La emoción pone de manifiesto aquellas estructuras que predominan durante la experiencia, aportando información e indicando si el tránsito por el espectro psicoemocional de la estructura se realiza de manera fluida o se produce algún tipo de bloqueo emocional que dificulta la integración de la experiencia. Aprender para comprender, comprender para trascender la conciencia en el tránsito hacia la consciencia es el objetivo del autoconocimiento. Desde una perspectiva de tránsito y exploración de la estructura, la emoción acompaña a la experiencia dotándola de matices, valor y significado. En el caso de no completar la experiencia la emoción permanece como huella de lo no completado, de lo no aprendido, afectando hasta tal punto que se puede convertir en una actitud, en un hábito que dé forma al carácter. En palabras de Krishnamurti: “Cuando vivís una experiencia por completo, totalmente, ¿os habéis dado cuenta de que no deja ninguna huella? Sólo las experiencias incompletas dejan su marca, dando continuidad a un recuerdo que se autoalimenta.” Así, la experiencia incompleta se desvanece en el proceso temporal del consciente pero la emoción que acompañaba a la experiencia queda anclada como huella de lo no aprendido. Este anclaje puede ser inconsciente o consciente. En el plano inconsciente el tiempo no existe como proceso, no hay posibilidad de pasado, todo es ahora. Es esta huella emocional, en la
atemporalidad del inconsciente, la que pone de manifiesto lo no aprendido como demanda del proceso de desarrollo. Antes de continuar quizás sea necesario aclarar la diferenciación que, en esta línea de trabajo, y dentro de la Teoría de las Estructuras, se hace entre conciencia y consciencia. La conciencia es el reconocimiento del “sí mismo” en la personalidad, la sensación de yo que nos permite sentir la vida y contemplarla. Podríamos decir que la conciencia es lo que implica la presencia de la identidad, del Yo, manteniéndose el Alma identificada con la “conciencia de sí misma” de la personalidad. Y, como anteriormente señalé, se manifiesta en diferentes grados que en la Dinámica Espiral de Clare Graves se denominan “niveles de subsistencia”. La consciencia “Es” por sí misma, no necesita “yo personal”, individual y separado que la contemple para “Ser”. Podríamos decir que la consciencia y Dios, para el hombre, son la misma entidad. Y, según la Dinámica Espiral, se manifiesta en los niveles del Ser. “Cuanto más consciente se es de las capas conscientes, más emergen a la superficie las ocultas; si las capas conscientes están confusas y perturbadas, entonces las capas de la conciencia no pueden proyectarse a la conciencia, salvo a través de los sueños”. Krishnamurti. En esta afirmación del gran maestro Krishnamurti queda constancia de la necesidad de atender, armonizar, equilibrar y tomar conciencia de la propia conciencia, no de manera superficial y para la simple subsistencia, sino de manera profunda, para poder desarrollar el Ser. La atención a todos los planos en la infancia, la niñez y la juventud es fundamental para el desarrollo del yo como centro, es decir, para
desarrollar la conciencia de sí, paso fundamental para la individuación, el nacimiento del individuo como ser indivisible y completo. Desde la perspectiva aquí presentada, toda experiencia va acompañada, consciente o inconscientemente, de un marco emocional. En el ámbito de la Teoría de las Estructuras se establecen 38 campos o estructuras emocionales organizadas en 7 grupos tal y como Edward Bach lo estableció y ya señalé anteriormente. Cada uno de los grupos contempla un tipo concreto de emociones enmarcadas en un espectro psicoemocional y experiencial dual, de modo que la vivencia de la emoción implica la exploración del contenido en todo el espectro. Todo ello invita a vivir la vida en un continuo acto exploratorio en el que el tesoro a descubrir es la conciencia de sí para más tarde, a medida que el proceso avance, alcanzar la consciencia y reconocer el sentido trascendente de la vida como elemento fundamental de armonía, alegría y salud. Para terminar, no he querido resistir el impulso de añadir estas cuatro citas de Jung, pertenecientes a su libro de memorias ya citado anteriormente y que siempre es de gran inspiración para mí. “Mi vida es la historia de la autorrealización de lo inconsciente. Todo cuanto está en el inconsciente quiere llegar a ser acontecimiento, y la personalidad también quiere desplegarse a partir de sus condiciones inconscientes y sentirse como un todo”. (17) “Vosotros no sabéis que Dios quiere que yo haga incluso lo injusto, que piense en lo prohibido para poder participar de su gracia”. (59) “Existen hechos que ciertamente ignoramos, pero que influyen en nuestra vida y ello tanto más cuanto más ignorados son”. (114) “… hay que suponer que, al igual que lo inconsciente actúa en nosotros, también el incremento de nuestra consciencia influye en el inconsciente”. (382) José Antonio Sande Terapeuta Floral Maestro