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Protegiendo la salud frente a olas de calor, sequías e inundaciones

La Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres de Naciones Unidas lo expresa claramente: “Reducir el riesgo y la vulnerabilidad frente a los fenómenos meteorológicos extremos exacerbados por el cambio climático es un factor de primer orden.”

Es necesario proteger la salud de las personas y las comunidades y los sistemas de salud contra los impactos de un clima desbocado con muchos extremos meteorológicos.

Siempre ha habido fenómenos meteorológicos extremos, como olas de calor (periodos con temperaturas muy superiores a las habituales para un momento dado), olas de frío, episodios de fuertes precipitaciones que pueden provocar inundaciones, periodos de sequías intensas y/o prolongadas con ausencia de ellas, o fenómenos como tormentas y ciclones tropicales (con sus otras denominaciones, huracanes y tifones según donde se desarrollan, Atlántico y Pacífico Oriental los primeros y Pacífico Occidental- Asia los segundos). Pero con el cambio climático de origen humano y un mundo más cálido, esos fenómenos aumentan en frecuencia, intensidad, duración y distribución espacial o temporal (por ejemplo apareciendo fuera de su temporada habitual o con nuevos patrones), cada uno de manera diferente, y por tanto sus impactos se incrementan. El IPCC indica que desde 1950 se han observado cambios en muchos fenómenos meteorológicos y climáticos extremos. Entre ellos se encuentra la disminución de las temperaturas frías extremas, el aumento de las temperaturas cálidas extremas, la elevación de los niveles máximos del mar y el mayor número de precipitaciones intensas en diversas regiones. La intensidad de la actividad de los ciclones tropicales ha aumentado en el Atlántico Norte desde 1970. El IPCC establece en su evaluación que los riesgos relacionados con el cambio climático derivados de episodios extremos, como las olas de calor, la precipitación intensa y las inundaciones costeras ya son moderados en este momento y que con un calentamiento adicional de solo 1 °C, los riesgos pasan a ser altos. Además considera que los riesgos asociados con algunos tipos de episodios extremos (por ejemplo, el calor extremo) aumentan progresivamente a medida que aumenta el calentamiento. The Lancet en sus informe recoge que el cambio climático altera significativamente la probabilidad de que las condiciones meteorológicas extremas se den con mayor frecuencia en la dirección que tiene consecuencias peligrosas para la salud, otorgando mayor peso y certeza en su impacto en la salud a las olas de calor prolongadas y frecuentes. En otros riesgos, como las lluvias intensas o las inundaciones, estima que su efecto es menos evidente, pero las predicciones advierten de que es preciso tenerlos también en cuenta.

28 |CAMBIO CLIMÁTICO Y SALUD • OBSERVATORIO SALUD Y MEDIO AMBIENTE 2016

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