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El búnker secreto que John F. Kennedy construyó en Palm Beach

Justo debajo de la superficie de Peanut Island, en Palm Beach al norte de la ciudad de Miami, se encuentra un búnker nuclear. Fue creado para el entonces presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy, su familia y personal en caso de un ataque durante la Guerra Fría.

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Pero antes de entrar en detalles, recorramos un poco la historia. En noviembre de 1957, el jefe del Partido Comunista Soviético, Nikita Krushchev, se jactó durante una rueda de prensa sobre la efectividad de los misiles a largo alcance de su país y lanzó un desafío al gobierno de Estados Unidos. Cuatro años más tarde, en 1961, la amenaza de una guerra nuclear se cernía sobre el país. Una situación que alertó al equipo de trabajo, de un recién llegado presidente electo John F. Kennedy, en una coyuntura política internacional bastante complicada.

En mayo de ese año, Nelson Rockefeller, entonces presidente del Comité de Defensa Civil de la Conferencia de Gobernadores, alentó a Kennedy a iniciar un programa nacional de refugio contra lluvia radiactiva. Después de obtener $207 millones en fondos, el gobierno federal comenzó a inspeccionar las escuelas y otros edificios públicos para determinar su idoneidad como posibles búnkeres.Una vez identificados, estos refugios fueron marcados como tales y abastecidos con suministros. En el momento de la construcción del búnker, las tensiones entre Estados Unidos y la Unión Soviética eran altas. Pronto, esta desconfianza mutua culminó en la crisis de los misiles en Cuba, un enfrentamiento de 13 días en octubre de 1962 por la instalación de artillería de guerra con armas nucleares por parte de los soviéticos en la isla.

Ante este contexto, Kennedy alentó, pero no subvencionó, la construcción de búnkeres privados en la nación. Entonces inició una redada en el país, para crear «lugares seguros» en caso de una guerra nuclear, en casas de familia, escuelas y lugares públicos.

Respecto a la Casa Blanca, decidieron construir dos búnkeres. Debido al riesgo de seguridad, los funcionarios hicieron uno en las cercanías de Nantucket, una isla ubicada en Massachusetts. Además, un segundo búnker en Palm Beach, cerca de la casa de vacaciones de los Kennedy. Ambos con el fin, de que si sucedía algo, el presidente podría tener un lugar seguro desde donde continuar dirigiendo el país.

El búnker, de nombre Detachment Hotel, está ubicado en la 6500 Peanut Island Rd Riviera Beach, Florida y fue construido para albergar 30 personas. Tuvo un valor de construcción de $90,000 y tardó 10 días en construirse. El lugar «super secreto» era a la vez un centro de mando y un refugio antiaéreo. En su interior había camas para 30 personas, con el fin de albergar parte del aparato de seguridad nacional estadounidense. También contaba con válvulas de aire y agua ajustables, por lo tanto mantendría a salvo a las personas adentro de la radiación en caso de un ataque nuclear. Tenía un sistema de generación de energía autónomo.

Fue enterrado bajo 10 pies del suelo y construido sobre un techo de plomo. Contaba con una ducha de descontaminación y un sistema de filtración de aire de dióxido de carbono. Tenía una sala de reuniones de emergencia, una sala de comunicaciones y un comedor que podía servir comidas para un máximo de 60 personas. El búnker nunca se usó durante una emergencia real, pero se mantuvo en secreto y en operación hasta 1992. Finalmente se convirtió en un museo y abrió sus puertas al público en 1999 hasta el 2017.

Entre el olvido y la historia

Después de la muerte de John F. Kennedy, el búnker quedó en el olvido y se deterioró, absorbiendo agua y detritos naturales. No fue hasta mediados de los 90 que el lugar fue arrendado por museos y comenzó a trabajar en su restauración.

El lugar a cargo del Museo Marítimo de Palm Beach permitió a los visitantes recorrer el refugio en desuso, conocer la historia y entender el contexto de aquella época. Sin embargo, cerró sus puertas en el año 2017, ya que mantener una estructura de ese tipo aumentó prolongadamente su costo pero las autoridades están decididas a salvarlo y recuperarlo para el público.

El director de planificación y desarrollo del Departamento de Parques del condado de Palm Beach, Bob Hamilton, dijo a EFE que el lugar necesita una gran restauración. «Estuvo expuesto al ambiente marino y a impactos que modificaron su estructura».

Se prevé que el costo de mantenimiento y operación de las instalaciones, una vez restauradas, ascienda a unos 250.000 dólares anuales, más los costos totales de reforma del búnker, «que podrían superar los 8 millones de dólares», asevera Hamilton.

El condado de Palm Beach ha avanzado en un plan de restauración del lugar, con la finalidad de abrir las puertas nuevamente a los visitantes.

El búnker es un pequeño pedazo de historia de Estados Unidos, por lo que han considerado vale la pena la inversión. Además, podría ser declarado parte del patrimonio histórico del país.

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