1 minute read

Ascesiscuaresmal uncaminosinodal

AsítitulaelPapaFranciscosumensaje para la Cuaresma 2023. Aunque está fechado el 25 de enero, no fue hasta este viernes 17 que pudimos conocerlo, a escasos días de la práctica de la ceniza con la que se inaugura este tiempo de la cuaresma que no se queda en sí mismo, sino que nos conduce directamente a la celebración de la Pascua de Resurrección.

El Santo Padre nos habla de nuestra vocación de transfigurados al decir que el Señor Jesús nos toma consigo para llevarnos a un lugar apartado, a subir al monte elevado para que a través del esfuerzo que implica la “ascesis” podamos vivir la experiencia de Dios.

Advertisement

Hace muchos años el corazón se quedó fascinado con la frase que repetía un sacerdote, eco de los santos padres de hace siglos, “la oración es un pájaro que remonta su vuelo hasta la presencia de Dios, impulsada por dos poderosas alas, la penitencia y las obras de misericordia”.

Así, con estas tres prácticas que se convierten en el trípode sobre el que descansa la acción de la Iglesia durante la cuaresma, podremos “impulsados por el Espíritu”, como dice el capítulo cuatro del evangelio de san Mateo, “dejarnos conducir por Él a un lugar desierto y elevado, distanciándonos de las mediocridades y de las vanidades. Es necesario ponerse en camino, un camino cuesta arriba, que requiere esfuerzo, sacrificio y concentración, como una excursión por la montaña. Estos requisitos también son importantes para el camino sinodal que, como Iglesia, nos hemos comprometido a realizar. Nos hará bien reflexionar sobre esta relación que existe entre la ascesis cuaresmal y la experiencia sinodal” dice el Sumo Pontífice, haciéndonos caer en la cuenta de que el Señor Jesús se hizo acompañar de tres discípulos para que la experiencia no fuera solitaria sino hombro con hombro con los compañeros de viaje.

Emprendamos la marcha que arranca cuando, humildes y reverentes, inclinamos la cabeza para recibir un poco de ceniza. Hagamos el recorrido, seguramente con tropiezos y caídas, pues acompañando a Jesús al desierto, también nosotros conoceremos nuestras tentaciones. Para encontrarnos en la Pascua de Resurrección invitados a ser eternos en la casa del Padre.

This article is from: