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TIEMPO PASCUAL
dimensión de eternidad.
La Iglesia, presencia de los misterios del Resucitado
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Toda la vida cristiana es mistagogia, experiencia de la gracia que nos ofrecen los misterios. La vida sacramental de la Iglesia es simplemente vivir lo que se nos ha dado una vez para siempre en el bautismo y la confirmación a través del misterio de la Eucaristía, en su dimensión cotidiana o en su referencia dominical.
San León Magno nos confirma el sentido de plenitud que tiene la Iglesia comoCuerpodelResucitadoylugaren el que se han acumulado todo los misterios del Redentor, ya que “todas las cosas referentes a nuestro Redentor que antes eran visibles, han pasado a ser ritos sacramentales” (PL 54,398). Lo que pocos elegidos pudieron ver y experimentar en el tiempo de los acontecimientos salvadores de Cristo, ahora se hace nuestro en el don de la liturgia, que nos hace revivir todos los misterios, las palabras y los gestos salvadores del Señor. Todo ello en virtud de la Pascua.
Tiempo de María, Virgen de la Pascua y de Pentecostés
Tiempo del Espíritu
Como indica Jn. 20,19-23, el mismo día de Pascua es ya día de la efusión del Espíritu Santo, porque es la glorificación de Jesús y de la salvación escatológica para la Iglesia que nace.
En esta perspectiva la Iglesia lee los Hechos de los Apóstoles, que son el evangelio del Espíritu Santo, durante todo el tiempo de Pascua; el Espíritu actúa ya en los bautizados para completar en la vida, como expresión de conducta de culto espiritual, cuanto ha sido recibido en la fe.
Tiempo de la Iglesia
La liturgia pascual subraya la novedad bautismal de la vida cristiana, la continuidad con la novedad de la vida como culto espiritual, con la potencia de los dones y frutos del Espíritu.
Son las obras de la Resurrección, el testimonio de la vida contra el instinto de la muerte, la irradiación de la vida en una cultura que afirma la posibilidad, desde aquí abajo, de una humanidad nueva y renovada por el dinamismo del Espíritu.
La plenitud de los dones
La pascua es vida y la vida es pascua. El primer aspecto, fundamental, nos orienta hacia la presencia y el don de Cristo Resucitado, que llena con el esplendor de su luz la vida de los cristianos. Todo está contenido en Él, el pasado, el presente y el futuro. Todo se concentra en su humanidad gloriosa, sacramento de todas las bendiciones y de todos los dones celestiales y terrenos.
La vida del cristiano participa ya de la eternidad en la que Cristo vive y actúa. La vida es un paso, una pascua gozosa en la que los momentos pasajerossevanincrustandoenlaeternidad, porque las obras del cristiano, cumplidas a impulsos del Espíritu, tienen ya
Sabemos que la Virgen participa de la Pascua del Hijo, en la alegría de su Resurrección, y como Mujer nueva quehavivido,comoningúnotro,junto al Hombre nuevo, el misterio pascual. María está presente en Pentecostés, en la oración común (Hech 1,14), como Madre de Jesús.
Oramos:
Dios nuestro, que llevaste a cabo el sacrificio pascual para que el mundo obtuviera la salvación, escucha las súplicas de tu pueblo, y haz que, intercediendo por nosotros Cristo, nuestro Pontífice, por su humanidad, que comparte con nosotros, nos reconcilie, y por su divinidad, que lo hace igual a ti, nos perdone. Por Jesucristo, nuestro Señor, Amén.
Compromiso:
-Adquiero un cirio y lo enciendo en el cirio pascual parroquial para colocarlo y usarlo en mi altar familiar.
-Rezoconmifamilialasecuenciade Pentecostés para pedir, en este tiempo pascual, los dones del Espíritu Santo.
Domingo De Pascua De Resurrecci N
CICLO A Jn 20, 1-9 intuye lo que ha sucedido. Pasa de la realidad que tiene delante a otra más escondida, llega a la fe, aunque se trata aún de una fe oscura.
El primer día después del sábado, estando todavía oscuro, fue María Magdalena al sepulcro y vio removida la piedra que lo cerraba. Echó a correr, llegó a la casa donde estaban Simón Pedroyelotrodiscípulo,aquienJesús amaba, y les dijo: “Se han llevado del Sepulcro al Señor y no sabemos donde lo habrán puesto”. Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos iban corriendo juntos, pero el otro discípulo corrió más a prisa que Pedro y llegó primero al sepulcro, e inclinándose, miró los lienzos puestos en el suelo, pero no entró. En eso llegó también Simón Pedro, que lo venía siguiendo, y entró en el sepulcro. Contempló los lienzos puestos en el suelo y el sudario, que había estado sobre la cabeza de Jesús, puesto no con los lienzos en el suelo, sino doblado en sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro, y vio y creyó, porque hasta entonces no habían entendido las Escrituras, según las cuales Jesús debía resucitar de entre los muertos.
Palabra del Señor
Repasar El Texto Le Do
¿A dónde fue María Magdalena el primer día de la semana? v.1 ¿A quiénes va a buscar y qué les dice?
v.2 ¿Cómo reaccionan Pedro y el otro discípulo? v.3 ¿Quién corrió más aprisa y llegó primero? v.4 v.8 ¿Qué fue lo que en ese momento comprendieron? v.9
¿Qué vieron Pedro y el otro discípulo? v.5-7 ¿Quién entró al final?
Explicaci N Del Texto
Los discípulos, antes de encontrar al Señor resucitado, pasan por la dolorosa experiencia de la tumba vacía: constatan la ausencia del cuerpo de Jesús.
Los relatos de la resurrección se abren con precisiones cronológicas: El primer día de la semana, por la mañana y muy temprano, antes de salir el sol. Por la mañana temprano indica un momento en que todavía no hay luz; María va al Sepulcro todavía oscuro, creyendo que la muerte ha triunfado; alarmada, avisa a los dos discípulos y concluye que se han llevado al Señor. No entiende lo que es una señal de vida: el sepulcro abierto.
Este relato muestra a la comunidad desorientada, pero que busca una respuesta y María Magdalena es el prototipo de esta fidelidad. Al llegar al sepulcro captó con la mirada que la piedra que tapa la entrada había sido rodada. Y corre enseguida a denunciar la ausencia del señor a Pedro –cuya importancia en los acontecimientos pascuales es realzada por toda la tradición- y al otro discípulo a quien Jesús tanto quería, probablemente el mismo Juan a quien remonta la tradición del Evangelio. Este último fue el primero en llegar al sepulcro, pero no entró enseguida; también él captó con la mirada primero las vendas mortuorias de lino. Llega Pedro entra y se detiene a contemplarlas, lo que permite pensar que se habían quedado en su sitio, aflojadas por estar vacías del cuerpo que contenían y el sudario que cubría el rostro, enrollado en un lugar aparte.
Ante la mirada de pedro cada detalle particular dentro del sepulcro vacío crea un clima de gran Silencio, de expectante interrogación. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro. Vio y creyó. Ahora el discípulo, al ver
De esto se desprende que la fe no es, para el hombre, una posesión estable, sino el comienzo de un camino de comunicación con el Señor, una comunión que ha de ser mantenida viva y en la que hemos de ahondar más y más para que llegue a la plenitud de vida con él en el reino de la luz infinita.
Meditaci N Del Texto
(Cada uno comparte su reflexión)
En el día de Pascua, y a través del relato evangélico, el anuncio de la resurrección se dirige a todos los hombres por los mismos ángeles y, después de ellos, por las piadosas mujeres a la vuelta del sepulcro, por los apóstoles y por los cristianos de las generaciones pasadas, ahora vivas para Siempre en El que vive. María Magdalena va sin miedo a la tumba, empujada por su amor, un amor que le ha dado libertad.
Cristoharesucitado,estaspalabras son una invitación, una provocación, hacen resurgir en el corazón de cada uno de nosotros la pregunta fundamental de la vida: ¿quién es Jesús para ti? Ahora bien, esta pregunta se quedaría para siempre como una herida dolorosamente abierta si no indicara al mismo tiempo el camino para encontrar la respuesta. No hemos de buscar entre los muertos al autor de la vida. No encontraremos a Jesús en las Páginas de los libros de historia o en las Palabras de quienes lo describen como uno de tantos maestros de sabiduría de la humanidad. Él mismo, libre ya de las cadenas de la muerte, viene a nuestro encuentro; a lo largo del camino de la vida se nos concede encontrarnos con él, que no desdeña hacerse peregrino con el hombre peregrino. Él, el Inaprensible, el totalmente otro, se deja encontrar en su Iglesia, enviada a llevar la buena noticia de la resurrección hasta los confines de la tierra.
Enconsecuencia,sólohayunacuestión importante de verdad: ponernos en camino al alba, no demorarnos más, encadenados como estamos por los prejuicios y los temores de la desesperanza. ¿Por qué no habría de suceder todavía hoy que encontráramos al Señor vivo? El modo y el lugar serán diferentes, personalísimo para cada uno de nosotros. El resultado de este acontecimiento, en cambio será único: La transformación radical de la persona.
Pascua significa que podemos empezar aquí a experimentar la vida eterna, la vida nueva, que es don del Espíritu del Resucitado, esto supone luchar para que nuestra vida no esté centrada en nuestros intereses egoístas, temores y tristezas. Necesitamos un corazón, que ame con el amor gratuito de Dios.
Resucitar a la fe, a la esperanza, al perdón, al amor, a la paz a la alegría. No hay que celebrar solamente la resurrección que aconteció hace dos mil años si no hay que intentar que la pascua sea fiesta actual en la resurrección de los cristianos, que atestiguan ante el mundo que es posible morir y resucitar.
Compromiso Personal Y Comunitario
Leer la Sagrada Escritura para descubrir las riquezas de la Resurrección del Señor Jesús.
Estudiar la Sagrada escritura para conocer y profundizar mi fe de cristiano que da testimonio en el mundo.
Reflexionar la Sagrada Escritura para discernir la voluntad de Dios en mi vida, una vida que irradie alegría, gozo y esperanza, en mi familia mi trabajo en la sociedad.
Resucitar con Cristo dando muerte a todo aquello que se opone a la vida nueva.
Ser conciente de que todos los domingos del año son días de celebración pascual por excelencia.