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El séptimo acusado del crimen de Agustín Ávila tiene 13 años

Un adolescente de 13 años se convirtió en el séptimo joven señalado por la Justicia como parte integrante de la patota que atacó brutalmente a Agustín Ávila y a su familia, durante la madrugada del 8 de enero pasado en las inmediaciones del an fi teatro José Hernández, mientras adentro se desarrollaba el Festival de Doma y Folklore.

Los seis restantes acusados tienen entre 14 y 18 años y todos viven en Jesús María. Seis están acusados del homicidio, entre autoría material y participación necesaria, y la restante acusada del robo.

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Durante la noche del crimen, se comportaban como patota y ya habían cometido otras agresiones en las inmediaciones del anfiteatro.

Al pasar por donde estaba Agustín con sus familiares, le pegaron un puñetazo antes de arrebatarle una gorra y darse a la fuga. Agustín con un amigo decidió enfrentar la agresión y salió a recuperar su gorra, sin saber que le esperaría minutos más tarde la muerte.

La patota volvió tras sus pasos y atacó ferozmente a Agustín, como así también a varios de los que lo rodeaban. Incluso, su madre fue agredida.

La escena incluyó trompadas, patadas, botellazos y una navaja que apareció de la nada. Con esa arma blanca terminaría asesinado el adolescente.

Fue un puntazo directo al cuello.

De inmediato, los pandilleros escaparon corriendo delante de decenas de testigos que no daban crédito a lo que sucedía, mientras esperaban que Soledad Pastorutti saliera por la puerta de artistas.

A metros de ese ingreso, el adolescente de Guiñazú se moría ante la incredulidad y la de - sesperación de la familia. Unas horas más tarde, la Policía informaba que una veintena de adolescentes habían sido demorados en la Comisaría. Tenían las ropas con sangre. Tras el registro de los datos personales, los dejaron en libertad. La nómina de acusados

La búsqueda de los responsables del crimen de Agustín avanzó rápido gracias al trabajo de los investigadores que recopilaron decenas de testimonios, y analizaron teléfonos móviles y comunicaciones, entre otras medidas de prueba. Como resultado de la investigación -que dirigió primero por la fiscal de feria Carolina Elías y luego su par Fabiana Pochettino- se terminó señalando a siete jóvenes.

Por un lado, se acusó a cuatro varones por el delito homicidio simple (hay dos de 15 años que son inimputables; el tercero tiene 17 y sí debe responder).

A su vez, hay una joven de 18 que también está imputada por homicidio simple. Está presa.

Por otro lado, hay dos adolescentes señalados por robo: otra chica de 18 años (presa) y el chico de 13, que fue identificado recientemente.

Salvo este último -que seguiría con su familia-, los demás menores fueron enviados al Complejo Esperanza, que depende de la Senaf.

¿Qué es la ininmputabilidad?

La edad de imputabilidad es el límite inferior a partir del cual los adolescentes pueden ser juz- gados por la Justicia e ir presos a una cárcel. En Argentina, según el Régimen Penal de Minoridad promulgado en 1980 durante la dictadura militar, esa edad se estableció en 16 años, es decir, que los menores de esa edad no pueden ser juzgados. Sin embargo, los adolescentes de entre 16 y 18 años tampoco son juzgados por el mismo sistema que los adultos. Sólo son punibles (es decir, que merecen castigo) aquellos que cometan delitos con penas mayores a dos años (por ejemplo, homicidios dolosos) pero recién a los 18 pueden empezar a cumplir su pena en una cárcel.

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