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Perpetua para el femicida al que delató su amor por otra mujer
from Primer Día Nº 609
by Primer Día
Jeremías González fue condenado a prisión perpetua por la Cámara 5ª del Crimen -en forma unánime con jurados populares- tras haberlo encontrado culpable del homicidio agravado por violencia de género contra su esposa Juana Valdez, con quien había contraído matrimonio en 2020.
El veredicto fue leído este viernes por el presidente de la Cámara, el juez Guillermo Lucero Offredi, y difirió la lectura de los fundamentos de la sentencia para dentro de 15 días. Ni bien se conoció el fallo, los poquitos familiares de Juana que se encontraban en la sala rompieron en llanto, especialmente su padre.
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Antes de eso, la última palabra cedida a los deudos de la víctima fue ofrecida a Claudia Alejandra Quinteros, hermana de Juana, que se limitó a decir: “Le agradezco al tribunal. Sólo pedimos Justicia. No sé merecía la muerte que tuvo. No era una persona tan mala como para que le pase esto”.
Y cuando se le ofreció al acusado, se limitó a decir: “Soy inocente”. Después de un silencio incómodo, de casi 20 segundos y mientras González se frotaba con sus manos la falda, Lucero
Offredi lo invitó a sentarse y comenzó la deliberación de los jurados populares que se extendió por casi tres horas.
Fiscalía satisfecha
El fiscal de Cámara, Marcelo Fenoll, se mostró satisfecho por haber obtenido una sentencia de manera unánime: “Sobre todo porque la prueba indiciaria es más intrincada de interpretar, y porque el defensor de González tuvo un brillante desempeño e intentó la mejor de las defensas que podría haber intentado”.
Fenoll reconoció, además, la tarea del fiscal instructor de Je - sús María, Guillermo Monti, y de su equipo de trabajo. El fiscal de Cámara no dejó de mostrar su sorpresa también con la trama argumental de la causa que tuvo en sus manos.
“Una nueva demostración de que la realidad supera a la ficción porque si hubiese sido una novela tendría todos los componentes. Nadie hubiese sabido qué fue de la víctima porque a nadie le interesaba demasiado. Podría haber quedado desaparecida para siempre. Nadie la buscaba, nadie preguntaba por ella”, detalló Fenoll.
“Fue el propio acusado –completó- quien, d esesp erado en sus intentos de conseguir un certi fi cado de defunción para volver a casarse, ‘casualmente’ encontró el cuerpo de Pancha y eso fue lo que condujo la investigación, primero de manera indiciaria, pero luego cada vez más contundente a acusarlo como autor del crimen”.
Indicios Contundentes
Nadie vio a González matar a Juana, nadie lo vio cargarla y trasladarla, nadie lo vio cavar en el baldío en que la ocultó. Ni un familiar, ni un vecino. De hecho, Juana estaba desaparecida desde hacía tres meses y nadie había salido a buscarla.
La mujer fue “hallada” el 13 de septiembre de 2020. En apariencia, se había casado en febrero de ese año y su asesinato se habría producido a mediados de junio durante los complicados meses del con fi namiento por el Covid.
Si hubo mieles del amor, fueron pocas y efímeras. Lo ex- traño es que para septiembre, González ya llevaba un tiempo largo buscando contraer nuevas nupcias. Se lo había implorado al intendente de Sinsacate, al párroco de Jesús María, y hasta el pastor de una iglesia evangelista.
En todos los casos, recibía la misma respuesta: “Traé el certificado de defunción”. Y la búsqueda desesperada de ese documento, le hizo cometer el único y grosero error. Podría haber sido el crimen perfecto. Y Juana convertirse en una de tantas personas desaparecidas de las que más nadie sabe nada, nunca.