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El estado de salud del expárroco Julio Aguirre no le permitiría afrontar un posible juicio penal
from Primer Día Nº 615
by Primer Día
Después de haber perdido su investidura como sacerdote, Julio Aguirre se deterioró física y mentalmente y estuvo internado en un geriátrico y también en un instituto de salud mental.
El expárroco de Jesús María, Julio Aguire, afronta en la justicia penal una investigación por un presunto abuso sexual con acceso carnal en contra de una mujer cuando ésta era menor de edad.
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En esa investigación, vale remarcar, Aguirre no está imputado. ¿Qué quiere decir? Que el fiscal Guillermo Monti no encontró hasta ahora el nivel de certeza requerido para convertirlo en sospechoso del delito que le atribuyen.
En la causa que maneja la Fiscalía de Instrucción de Jesús María se han concretado unos pocos actos.
Aguirre fue noti fi cado de la investigación que pesa en su contra, y debió fijar domicilio y nombrar abogado. No atravesó aún ningún peritaje ni tampoco fue citado a declarar.
La presunta víctima, en cam- bio, ya concluyó el peritaje psicológico y el contenido de los hechos que refiere se encuentran en la denuncia penal que formuló.
Delicado estado de salud
Aguirre cosechó una buena cantidad de amigos en Jesús María que le ofrecieron su apoyo en el momento de la primera denuncia que no fue penal sino ante la misma Iglesia.
Por boca de ellos, se pudo saber que el exsacerdote se encuentra en un delicado estado de salud y que en diciembre estuvo internado en una institución geriátrica.
De allí, pasó al Sanatorio Morra de la ciudad de Córdoba que es una institución privada ubicada que se especializa en Psiquiatría, Psicología y Salud Mental en general.
Quienes pudieron verle en el mes de diciembre pasado refirieron que lo encontraron muy decaído, apagado, con signos de no estar del todo lúcido, y disperso en la conversación.
En apariencia, a Aguirre le estaba pasando factura vivir en soledad, más allá de que quienes están al corriente de su situación de salud son sus familiares.
También se supo que el excura recibió el óleo de los enfermos, el mismo que se recibe du- rante la extremaunción, sólo que en este caso para fortalecerlo y reconfortarlo en su enfermedad.
La familia de Aguirre ha sido muy reservada con su situación, al extremo tal que casi nadie sabe si todavía se encuentra internado, si retornó a su casa, o si se encuentra en casa de alguno de sus hermanos.
Todo parece indicar que quien fuera párroco de Jesús María durante 29 años no está en condiciones de afrontar un proceso penal y, eventualmente, un juicio. Al menos, no en este momento.
Sin los hábitos
A Aguirre ya se lo despojó de su investidura como sacerdote en un juicio canónico, y tampoco pudo revertir la sanción en la apelación.
La Iglesia encontró que había “certeza moral suficiente” para encontrar al expárroco de Jesús María responsable de la falta de la que lo acusaban.
Aguirre apeló esa primera decisión de noviembre de 2020, pero perdió también allí.
Y, en julio de 2021, la Agencia Informativa Católica Argentina (Aica) publicó una noticia escueta en la que informó: “El Vaticano rechazó la apelación interpuesta por Julio César Aguirre, por lo que su dimisión del estado clerical es definitiva”.
Terminado el proceso canónico, fue denunciado penalmente.