Peritaje científico pudo desmenuzar la responsabilidad de los ocho acusados de matar a Agustín Ávila

La Fiscalía de Instrucción utilizó tecnología para identificar cuadro por cuadro el material fílmico que registró un domo que estaba muy cerca.

A través de diferentes técnicas, la Fiscalía de Instrucción de Jesús María viene profundizando el análisis del material fílmico recopilado y que forma parte de la prueba sobre el crimen de Agustín Ávila.

Y los sospechosos de haber participado de la pelea que concluyó con el homicidio fueron registrados esa noche por diferentes cámaras y domos.

Del análisis entrecruzado de ese material es que se los pudo identificar como el grupo primigenio que mantuvo esa noche, cuando menos, tres peleas en diferentes lugares.

Por el momento, los que están apuntados por el fi scal Guillermo Monti son ocho, pero la lista no es definitiva y no se descarta que puedan añadirse algunos más.

Convicciones y descartes

La secuenciación cuadro por cuadro del material fílmico le permitió a la Fiscalía determinar cómo fue la participación de los integrantes de la patota en el momento de la pelea.

A Monti lo mueven algunas convicciones: en primer lugar, no fue una vendetta específica contra Ávila, más allá de que hay rumores que aseguran que había “pica” entre la patota jesusmariense y otros pares de General Paz y de Guiñazú.

Tampoco cree Monti que hayan salido a matar, aunque sí cree que salieron a buscar pelea, a marcar territorio, y a defender la localía.

El fiscal intenta profundizar el motivo por el que Agustín concluyó con una navaja clavada en el cuello.

¿Hubo algún hecho que cambió las reglas de la pelea? ¿Hubo reacción después de que uno del grupo agresor concluyera con una puñalada en la es - palda?

Monti también tiene claro que la gorra de Agustín no fue la única que la patota robó esa noche y cree, además, que era la manera de invitar a la pelea. Imputados e inimputables

Que quede claro: de los ocho identi fi cados como presuntos autores del robo y posterior homicidio, solamente tres pudieron ser imputados

Se trata de una mujer de 18 años que está imputada por lesiones leves y sobre la que se creyó que tenía alguna participación en el crimen, pero esa hipótesis no tiene sustento probatorio hoy.

También, un joven de 22 años al que se le imputó el robo de una gorra, pero que no está en los registros fílmicos del momento del crimen.

Ambos fueron indagados y después de pas ar unos meses en el penal de Bouwer recupe - raron la libertad.

El único que permanece encerrado en un Instituto de Minoridad es un menor de 17 años al que sí se lo ubica en la escena del crimen y con cierta participación.

Los cinco menores restantes, -de 13, 14, 14, 15, y 15, respectivamente- no pueden ser imputados porque son menores de 16. Tampoco atravesarán un juicio ni tendrán condena.

Y de todos ellos, el único al que se le podría atribuir participación en el homicidio es a uno de 14 años. A todos se les receptó exposición informativa.

Mientras prepara una manifestación frente al shopping Patio Olmos de la ciudad de Córdoba para el 19 de este mes, a las 18.30, la familia hizo un dolorido posteo en redes sociales.

En la invitación a la marcha del 19, la familia de Agustín adelantó que quiere pedir la modificación de la ley 22.278 que establece la edad de imputabilidad de los menores.