#Domingo de Pascua Lectio Divina
II
PASOS A UTILIZAR: ORACIÓN INCIAL- LECTIO- MEDITATIO-ORATIO-ACTIO
Oración Inicial Ven, Espíritu Santo, Llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía, Señor, tu Espíritu. Que renueve la faz de la Tierra.
Oh Dios, que llenaste los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo; concédenos que, guiados por el mismo Espíritu, sintamos con rectitud y gocemos siempre de tu consuelo. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Oremos:
Lectio ¿Qué dice el texto? Lectura del santo Evangelio según san Juan 20,1-9 El domingo por la mañana, muy temprano, antes de salir el sol, María Magdalena vino al sepulcro. Cuando vio que habían retirado la piedra que tapaba la entrada, regreso corriendo adonde estaba Simón Pedro y el otro discípulo a quien Jesús tanto quería, y les dijo: “Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde lo han puesto”. Pedro y el otro discípulo fueron rápidamente al sepulcro, salieron corriendo los dos juntos, pero el otro discípulo se adelantó a Pedro y llego antes que él. Al asomarse al interior comprobó que las vendas de lino estaban ahí; pero no entró. Siguiéndose los pasos llego Simón Pedro que entró en el sepulcro, y observó que las vendas de lino estaban allí. Estaba también el lienzo que habían colocado sobre la cabeza de Jesús, pero no estaba con las vendas, sino doblado y colocado aparte. Entonces entro también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro. Vio y creyó. (Y no había entendido la Escritura, según la cual Jesús tenía que resucitar de entre los muertos). Palabra del Señor
Análisis del texto: El texto pone de manifiesto el acontecimiento de María la Magdalena, una mujer que no está presente durante la vida pública de Jesús. Es nombrada por primera vez entre las mujeres presentes en el Gólgota en el momento de la muerte de Jesús (19,25). La contemplación del desplazamiento de la piedra que cerraba la tumba le sugiere que el cuerpo de Jesús ya no está en el sepulcro. Sin embargo no se toma el tiempo de mirar y corre a advertir a los discípulos. Ella está sola y sin embargo, les habla en primera persona del plural: “se han llevado al Señor de su tumba y no sabemos dónde lo han puesto” (V, 2). Ante los discípulos, al usar el “nosotros”, conserva una dimensión comunitaria, pero, sola ante la ausencia del amado, habla como “yo”, mostrando así la dimensión necesariamente personal del amor. Volverá a pronunciar esta misma frase más tarde, cuando se encuentra sola en el jardín y se dirija a los ángeles: sin embargo ahí utilizara únicamente “mi” y “yo”: “se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto” V, 13). La lectura nos presenta dos discípulos alentados por María la Magdalena, ellos ocupan un papel de primera orden en el pasaje que se lee en la liturgia. Ante el anuncio de María, los discípulos se ponen en camino hacia el sepulcro. Parten y corren juntos, pero el discípulo amado llega primero. Aunque hay un camino que hacer, cada discípulo lo corre de forma diferente. Sin embargo, el discípulo no se aprovecha de su rapidez para entrar. Únicamente se inclina y ve las vendas por tierra. Después espera a que Pedro llegue para dejarle la prioridad (v.5) Estas figuras capitales de la Iglesia primitiva, presentes en los relatos de la resurrección, nos muestran la importancia que les concedió la comunidad jóanica: el discípulo amado. El primer episodio del relato de la resurrección no es una aparición de Jesús sino la constatación del sepulcro vacío. El evangelio pone así la prioridad en la ausencia del cadáver en el lugar de la muerte, el sepulcro, y por lo tanto en la palabra de dos representantes de la autoridad eclesial, pedro y el discípulo amado, más que en la visión del resucitado. Los dos discípulos no han visto a Jesús vivo, solamente los lienzos funerarios situados ahí donde había sido puesto el cuerpo que envolvían. Pedro ha observado y el discípulo ha visto y ha creído. Palabras claves: Ve la piedra retirada, ve desde dentro, Pedro penetra adentro y a su vez lo ve en el sentido de “observar, examinar, contemplar”, entonces entra el otro discípulo: vio y creyó” un ver que indica la comprensión (v 8) no ha visto al resucitado con sus ojos, pero ve el sepulcro vacío, y este “ver” le permite penetrar en el sentido del acontecimiento y le lleva a la fe. Meditatio
¿Qué me dice Dios en este Texto? Reconstruye el texto formulando los acontecimientos de María la Magdalena y los discípulos particularmente de Pedro y el amado.
¿Soy testigo de los acontecimientos de Dios en la vida? ¿soy capaz de ser reflejo de una vida inexplicable sin Dios en mis palabras, gestos, acciones…? ¿Vivo como precursor de Jesús preparando los caminos para que otros vayan al encuentro del Señor? ¿es una realidad en mi vida el acontecimiento de la tumba vacía? Que debería hacer para proporcionar (a los que me rodean, a los que no conocen a Cristo) la ocasión de tener la dicha de ser un testigo? ¿sé valorar y agradecer lo que recibo de la Iglesia? Qué compromisos debería hacer o reafirmar a este respecto? Oratio
¿Qué me hace decirle a Dios este texto? Haz Señor, que pueda hacer de tu Palabra un camino para mi vida, para así encontrarte en ella siendo siempre discípulo escuchándola constantemente. Abre mis ojos para verte y dar testimonio, mis oídos para escucharte y anunciarte. Dame tu fuerza para cumplir mis deberes. Con tu luz ilumine mi caminar, con tu pureza lávame y que tu sabiduría me guie siempre con la verdad que tu palabra me da y me consuela. Haz que Cristo sea la piedra angular sobre la cual mi casa construya. Tu que vives y reina por los siglos de los siglos. Amén. Contemplatio
¿Cómo es la mirada de Dios al meditar en este texto?
Dejese saborear por la mirada de de la asombrosa resureccion de Cristo. ¿a que compromiso concretos me lleva el acontecimiento de la palabra de Dios? ¿Qué quiero decir al Señor como respuesta a este su mensaje?. Actio
¿Qué me invita el texto a vivir?
Propósito: Hoy estaré muy alegre y feliz porque Jesús resucitó. Hablaré solo cosas buenas de los demás y daré testimonio de lo asombroso que es la vida con Cristo.