K Bienestar Integral
Servicio: Valeria Pérez Fraga • Fotos de Alfonso Ruiz Soto®: Ana Paula Otegui
un vínculo de amor ¿De dónde partimos para entender el servicio? Tenemos que partir de un profundo sentido de identidad colectiva, de saber que no vivimos en aislamiento, que la visión del egoísmo y de la separatidad nos llevan a la envidia, a la violencia, a la competencia malsana, a la agresión y a las guerras.
Para Alfonso Ruiz Soto®, el servicio tiene muchísimas implicaciones, todas de una gran belleza. Te invitamos a descubrirlas.
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El servicio es comprender que tú y yo y él y ella somos uno, que la humanidad es una totalidad de conciencia en donde cada vez que alguien pierde algo, perdemos todos. Pero también donde cada vez que alguien considera al otro como a sí mismo y lo apoya, ganamos todos.
¿En qué consiste? Hay un aforismo que escribí hace años y constituye el lema central del Grupo Altía, I.A.P., nuestro grupo de servicio: “Transfórmate, transformando. Vuélvete otro, ayudando a otro”. A lo largo de estos años de impartir los cursos de Semiología de la Vida Cotidiana® –cumplí 24 años el 9 de septiembre–, me he percatado de que el gran motor de la transformación personal es cuando uno conecta empáticamente con las carencias del otro, cuando eres solidario con alguien y le aportas algo bueno de ti mismo. La satisfacción que experimentas es reveladora, porque en el momento en que decides dar se produce la experiencia del desapego, se eleva tu nivel de conciencia e inmediatamente experimentas el placer del vínculo. Esto es básico porque nadie se realiza en sí mismo ni para sí mismo: nos realizamos en los demás. El servicio se vuelve el motor de tu propia transformación, de tu propio crecimiento.
conciencia y capacidad ¿De dónde surge el servicio? El espíritu de servicio surge de tu nivel de conciencia. Cuando este nivel te permite una capacidad de amar cada vez mayor, surge el servicio. Con la misma naturalidad con la que nace una manzana de un manzano, de la semilla del amor brota la vocación de servicio. Es un acto propio del amor, que requiere elevar el nivel de conciencia para poder percibirte íntimamente vinculado al otro y experimentar el amor. Es decir, el anhelo de plenitud de ser. Este anhelo de plenitud se concreta,
en su forma más excelsa, cuando tú das lo mejor de ti mismo a los demás. El ser sólo se transforma cuando va dando lo mejor de sí mismo, pero primero tiene que ir logrando la mejor versión de su propio ser. ¿Qué pasa cuando se logra la empatía? La empatía va a despertar en ti la compasión, no la lástima. En un aforismo señalo precisamente que: “Nadie es digno de lástima, todos son dignos de mi amor”. La compasión no es ponerme a sufrir con el otro, sino comprender su situación y crear las condiciones propicias para que esa persona pueda salir adelante y trascender ese Punto de Fricción. Cuando se confunde el espíritu de la compasión con el apego emocional, con la subordinación afectiva, se genera el cáncer del sufrimiento: una persona sufre. Yo me percato de que ella sufre y, solidario, me pongo a sufrir con ella. Mis hijos, solidarios con mi sufrimiento, sufren conmigo, porque yo estoy sufriendo con esa persona; los amigos de mis hijos, solidarios, sufren con mis hijos porque ellos sufren conmigo porque yo estoy sufriendo con la otra persona. No queremos eso, queremos ser un filtro de luz frente al sufrimiento para rescatar al otro. La compasión no es echarte al pozo cuando una persona se cayó dentro, la compasión es tirarle la cuerda para ayudarle, pero ella es la que tiene que salir. ¿Hay pasos en el servicio? Sí. Primero, se ejerce el servicio a nivel individual, en todo lo que puedas hacer en tu vida cotidiana, empezando por tu propio ser: atiéndete, aliméntate, cuídate, mímate, crece, desarróllate; porque si no, no vas a poder apoyar a nadie. Después, desarrolla tu empatía al máximo posible, para ejercer la compasión, no la lástima y no generar más sufrimiento, sino resolverlo. Posteriormente, vincúlate a otras personas con el mismo espíritu, con los mismos objetivos.
placer de dar ¿Cuál es el gran beneficio? El beneficio se vive en el momento de dar, la experiencia de servicio es la reciprocidad entre dar y recibir. Es exactamente igual que el acto
amoroso. Cuando una mano acaricia una espalda, ¿quién acaricia a quién: la mano a la espalda o la espalda a la mano? En el momento en que das la caricia, la recibes; la reciprocidad es inmediata. El servicio no es dar para sentir placer, es el placer de dar: una convicción amorosa. ¿Aquí, entonces, estamos hablando de compartir? La experiencia de compartir tiene una repercusión psicológica y espiritual extraordinaria. Hay una visión sobre esta experiencia que proviene de una de las regiones más pobres del país, la tarahumara. Entre ellos se dice: “Ese, es un comesolo”, para designar a un egoísta. Técnicamente, a un miserable. ¿Por qué es un miserable? Porque sólo le alcanza para él. Por eso el tarahumara, aunque sólo tenga un pan, te comparte medio pan. Así, de ser una persona que sólo tiene un pan, se convierte en una persona que le sobra medio pan. Es decir, está en la abundancia. Cuando una persona comparte, no importa cuánto tenga,
se ubica en la abundancia. Esto es hermoso poder ratificarlo: comparte.
Realizar el planteamiento correcto
¿El servicio es puro placer? El servicio mal entendido o mal planteado puede generar culpabilidad. Hay una historia hermosa del gran escritor Robert Musil. Se trata de un hombre que está en la playa descansando y ve a un escarabajo patas arriba. Se le queda viendo y dice: “Este escarabajo se va a morir si no lo volteo, a mí no me cuesta nada y le salvo la vida”. Voltea al escarabajo y de repente ve que el insecto se va en una dirección donde hay otros ocho escarabajos. Los voltea y descubre que tiene una satisfacción enorme. Los escarabajos se van hacia una duna, él se estira y descubre que hay como 70 más.
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Servicio: Valeria Pérez Fraga • Fotos de Alfonso Ruiz Soto®: Ana Paula Otegui
un vínculo de amor ¿De dónde partimos para entender el servicio? Tenemos que partir de un profundo sentido de identidad colectiva, de saber que no vivimos en aislamiento, que la visión del egoísmo y de la separatidad nos llevan a la envidia, a la violencia, a la competencia malsana, a la agresión y a las guerras.
Para Alfonso Ruiz Soto®, el servicio tiene muchísimas implicaciones, todas de una gran belleza. Te invitamos a descubrirlas.
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El servicio es comprender que tú y yo y él y ella somos uno, que la humanidad es una totalidad de conciencia en donde cada vez que alguien pierde algo, perdemos todos. Pero también donde cada vez que alguien considera al otro como a sí mismo y lo apoya, ganamos todos.
¿En qué consiste? Hay un aforismo que escribí hace años y constituye el lema central del Grupo Altía, I.A.P., nuestro grupo de servicio: “Transfórmate, transformando. Vuélvete otro, ayudando a otro”. A lo largo de estos años de impartir los cursos de Semiología de la Vida Cotidiana® –cumplí 24 años el 9 de septiembre–, me he percatado de que el gran motor de la transformación personal es cuando uno conecta empáticamente con las carencias del otro, cuando eres solidario con alguien y le aportas algo bueno de ti mismo. La satisfacción que experimentas es reveladora, porque en el momento en que decides dar se produce la experiencia del desapego, se eleva tu nivel de conciencia e inmediatamente experimentas el placer del vínculo. Esto es básico porque nadie se realiza en sí mismo ni para sí mismo: nos realizamos en los demás. El servicio se vuelve el motor de tu propia transformación, de tu propio crecimiento.
conciencia y capacidad ¿De dónde surge el servicio? El espíritu de servicio surge de tu nivel de conciencia. Cuando este nivel te permite una capacidad de amar cada vez mayor, surge el servicio. Con la misma naturalidad con la que nace una manzana de un manzano, de la semilla del amor brota la vocación de servicio. Es un acto propio del amor, que requiere elevar el nivel de conciencia para poder percibirte íntimamente vinculado al otro y experimentar el amor. Es decir, el anhelo de plenitud de ser. Este anhelo de plenitud se concreta,
en su forma más excelsa, cuando tú das lo mejor de ti mismo a los demás. El ser sólo se transforma cuando va dando lo mejor de sí mismo, pero primero tiene que ir logrando la mejor versión de su propio ser. ¿Qué pasa cuando se logra la empatía? La empatía va a despertar en ti la compasión, no la lástima. En un aforismo señalo precisamente que: “Nadie es digno de lástima, todos son dignos de mi amor”. La compasión no es ponerme a sufrir con el otro, sino comprender su situación y crear las condiciones propicias para que esa persona pueda salir adelante y trascender ese Punto de Fricción. Cuando se confunde el espíritu de la compasión con el apego emocional, con la subordinación afectiva, se genera el cáncer del sufrimiento: una persona sufre. Yo me percato de que ella sufre y, solidario, me pongo a sufrir con ella. Mis hijos, solidarios con mi sufrimiento, sufren conmigo, porque yo estoy sufriendo con esa persona; los amigos de mis hijos, solidarios, sufren con mis hijos porque ellos sufren conmigo porque yo estoy sufriendo con la otra persona. No queremos eso, queremos ser un filtro de luz frente al sufrimiento para rescatar al otro. La compasión no es echarte al pozo cuando una persona se cayó dentro, la compasión es tirarle la cuerda para ayudarle, pero ella es la que tiene que salir. ¿Hay pasos en el servicio? Sí. Primero, se ejerce el servicio a nivel individual, en todo lo que puedas hacer en tu vida cotidiana, empezando por tu propio ser: atiéndete, aliméntate, cuídate, mímate, crece, desarróllate; porque si no, no vas a poder apoyar a nadie. Después, desarrolla tu empatía al máximo posible, para ejercer la compasión, no la lástima y no generar más sufrimiento, sino resolverlo. Posteriormente, vincúlate a otras personas con el mismo espíritu, con los mismos objetivos.
placer de dar ¿Cuál es el gran beneficio? El beneficio se vive en el momento de dar, la experiencia de servicio es la reciprocidad entre dar y recibir. Es exactamente igual que el acto
amoroso. Cuando una mano acaricia una espalda, ¿quién acaricia a quién: la mano a la espalda o la espalda a la mano? En el momento en que das la caricia, la recibes; la reciprocidad es inmediata. El servicio no es dar para sentir placer, es el placer de dar: una convicción amorosa. ¿Aquí, entonces, estamos hablando de compartir? La experiencia de compartir tiene una repercusión psicológica y espiritual extraordinaria. Hay una visión sobre esta experiencia que proviene de una de las regiones más pobres del país, la tarahumara. Entre ellos se dice: “Ese, es un comesolo”, para designar a un egoísta. Técnicamente, a un miserable. ¿Por qué es un miserable? Porque sólo le alcanza para él. Por eso el tarahumara, aunque sólo tenga un pan, te comparte medio pan. Así, de ser una persona que sólo tiene un pan, se convierte en una persona que le sobra medio pan. Es decir, está en la abundancia. Cuando una persona comparte, no importa cuánto tenga,
se ubica en la abundancia. Esto es hermoso poder ratificarlo: comparte.
Realizar el planteamiento correcto
¿El servicio es puro placer? El servicio mal entendido o mal planteado puede generar culpabilidad. Hay una historia hermosa del gran escritor Robert Musil. Se trata de un hombre que está en la playa descansando y ve a un escarabajo patas arriba. Se le queda viendo y dice: “Este escarabajo se va a morir si no lo volteo, a mí no me cuesta nada y le salvo la vida”. Voltea al escarabajo y de repente ve que el insecto se va en una dirección donde hay otros ocho escarabajos. Los voltea y descubre que tiene una satisfacción enorme. Los escarabajos se van hacia una duna, él se estira y descubre que hay como 70 más.
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K Bienestar Integral Asegúrate de que si llegas al límite de tus posibilidades, no te destruya, que no te cause daño. No quites el pan de la boca de un hijo para dárselo al de otro. En el Grupo Altía, I.A.P., no nos contamos el cuento de que hacer servicio es la forma de resolver el mundo, entregando sillas de ruedas o prótesis o pan o cobijas. Es una ayuda magnífica, sin duda, pero por más que entregues, las playas siguen llenas de escarabajos. Las grandes soluciones económicas son otras. Pero el propósito de fondo en el servicio es transformar la conciencia de las personas a partir de dos emociones fundamentales: la generosidad por parte del que da y el agradecimiento por parte del que recibe. Estas dos emociones son los engranajes de una cadena amorosa de servicio que transforma el mundo ida V e de quien lo vive: lo humaniza. d r o d a nd elázquez, fu Dr. Alfonso Ruiz Se descubre el sentido de dar Santiago V l e , A.C. y . te .P n A ie I. d , n y de recibir: se da en un acto ía e lt p A Inde rupo dador de G labor de servicio. n fu de generosidad, y se recibe , ® to o S ran lizan una g en un acto de agradecimiento, Juntos rea no de exigencia. Se genera un gran espíritu de convivencia humana que Los voltea y cuando termina, todos se apuntala una nueva esperanza. dirigen a una duna mayor. Él descubre que toda la playa está cubierta de escarabajos patas arriba. Empieza a voltear a todos los que puede y a las 6 horas está deshecho, ya no tiene fuerzas y no ha asistido mas que a una pequeña franja de la playa: “Ya no puedo más, ya hice todo lo que pude, pero son demasiados Háblanos del Grupo Altía. escarabajos, no puedo con tantos”. El Grupo Altía, I.A.P., es una Se va y ve a un escarabajo patas arriba, institución que se llama de segundo al lado de su pie: “No puedo voltear piso, porque no quisimos tomar a todos, pero ayudar a éste que está una sola causa. Descubrimos que al lado mío no me cuesta nada”. las personas se vinculan a causas Lo voltea y lo salva, pero al lado de muy diferentes, dependiendo de ese hay otro y al lado de ese otro historias personalísimas relacionadas y otro y otro. Entonces, comprende con algún tipo de experiencia que la tragedia: la capacidad de ayudar es los sensibilizó en esa dirección. Nos limitada y toda la impotencia cósmica dedicamos a apoyar a instituciones recae sobre el último, que está a un de primer piso, con todas las causas lado tuyo pero ya no lo puedes ayudar. imaginables y un gran espíritu de ¿Cómo se supera eso? servicio. Hemos llegado a apoyar a Doy una capacitación de distancia más de 130 instituciones, a más de 500 crítica, de comprensión de la empatía comunidades indígenas, tenemos un y del correcto planteamiento del banco de alimentos que en su mejor servicio. La pregunta no es cuáles son época llegó a repartir 30 toneladas de las necesidades del mundo, porque comida. Todo esto con la mística del hay miles de playas con millones de “Granito de Arena”, con la respuesta escarabajos patas arriba. La pregunta de los estudiantes de Semiología es yo qué puedo darle al mundo. de la Vida Cotidiana®, con su amor
La mística del granito de arena
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y su generosidad. Y con el decidido y muy entusiasta apoyo tanto de los trabajadores como del patronato. A través de la experiencia con el Grupo Altía, I.A.P. –que precisamente el 30 de octubre acabamos de cumplir 18 años en vida de servicio–, miles de personas han participado a lo largo de este tiempo y se han concretado acciones extraordinarias. Hemos apoyado hasta el momento, de muy diversas maneras, a más de 6 millones de personas. ¿De qué vive el Grupo Altía? De las donaciones, de los donativos de las personas que comparten esta causa. Instauramos la filosofía del Granito de Arena: “Todos podemos dar algo sin perder nada, y alguien puede salvar su vida por esa nada que tú le das”. Todos contribuimos y todos ganamos en realización personal y comunitaria. ¿Tienes algún proyecto de servicio? Sí, creamos un proyecto que se llama “México: País de Luz”. ¿Cuál es esta luz que queremos en México? La luz del amor y del servicio, de la generosidad y el agradecimiento. Queremos que los mexicanos trasciendan las barreras del egoísmo y que comprendan que sólo vinculados como si fuésemos un solo ser, podremos salir adelante, sumándonos al bien común. Es nuestro gran sueño, nuestro gran objetivo. ¿Cómo pueden participar las lectoras de KENA? Pueden pedir información en el Grupo Altía, I.A.P., a los teléfonos 56.33.06.26 y 56.33.08.00 o en la página Web www.grupoaltiaiap.org. Es un gran proyecto en donde nos encanta tener a niños, a adolescentes, que vienen con sus padres, que contribuyen y colaboran en las entregas de sillas de ruedas, de alimento para viejitos, o en el apoyo a niños quemados, enfermos, con cáncer o con Síndrome de Down. Es una fiesta familiar extraordinaria, una celebración. Invito a todas las personas que quieran participar en el Grupo Altía, I.A.P. No necesitan haber tomado los cursos de Semiología de la Vida Cotidiana®, sino simplemente tener la disposición del servicio, de ofrecer la mejor versión de sí mismos a los demás. * Todos los conceptos son propiedad del Dr. Alfonso Ruiz Soto®. Si deseas más información, visita la página www.semiologia.net.
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