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la hora de mutilarle el dedo al gobernador”: Haddad López
.-- Debe de democratizarse la elección del rector en nuestra Alma Mater
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¡Si Guillermo Narváez Osorio, asumiera un papel más protagónico, más activo, con voluntad y decisión política e ir en busca, --con su experiencia, madurez, y su conocimiento—de la lucha por la autonomía de nuestra Alma Mater, no estaría sólo!”
“Si el rector de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, tuviera el deseo de romper las cadenas de la esclavitud—el presupuesto público, ata a las autoridades universitarias—y buscara un mejor entendimiento y relación con el Poder Ejecutivo de Tabasco, tampoco estaría solo”.
Miles de estudiantes, catedráticos, trabajadores y, hasta la sociedad tabasqueña, nos la jugaríamos con él en la lucha por una verdadera y real autonomía universitaria.
El de la voz es la de Nicolás Haddad López, catedrático de la universidad e investigador de la UJAT quién, en esta conversación con Vanguardia, está solo: “invité a otros colegas para hacer contigo una mesa de debate y comentar lo vertido por el rector, Narváez Osorio, pero desafortunadamente, tuvieron miedo de perder sus canonjías y prebendas”, confiesa.
Sin medir su verbo Haddad López, explica con claridad que nuestra universidad ha sido aplastada, no solo por los gobernantes en turno, sino por camarillas de políticos que se han beneficiado, interminablemente, insaciablemente de ella: “por eso hago un llamado a la razón y al actual rector para que asuma otra actitud y vaya en busca de la independencia, soberanía y autonomía de la UJAT,” insiste.
El mentor, con 38 años de servicio en las aulas universitarias, amplia sus puntos de vista manifestando que su amigo el rector GNO debe de dignificar a nuestra Alma Mater y también lo convoca a decidirse para trascender.
Recuerda: “el ofreció que no abría impunidad para los saqueadores de ayer: Llegó al cargo con grandes expectativas y se comprometió a presentar denuncia formal ante la fiscalía del Estado para deslindar responsabilidades. Algo pasó y no lo hizo. Esto—arguye—demerita la autoridad de su liderazgo”.
Agrega: “un estado donde no hay justicia, donde reina la impunidad, los liderazgos se debilitan. Los liderazgos—añade-- pierden autoridad, pierden respetabilidad.”
Sin entrar en brusquedades, afirma que Guillermo Narváez, en sus tres años que lleva administrando nuestra máxima casa de estudios: “nos ha quedado a deber” y sostiene que la UJAT está siendo gobernada—se negó a calificarla de camarillas—por una gran familia, de gente cercanísima a él y que han estado juntos desde hace décadas. Ese es el mismo grupo que hoy dirige a la universidad”.
Con el mismo matiz exige, el maestro constitucionalista, al gobernador de Tabasco a que saque las manos de la universidad y plantea que debe de mantener una voluntad política de respeto y de cooperación para que éstas generen condiciones para que nuestra Alma Mater se autogobierne.
Admite, el ex dirigente del PRI-Tabasco, que Carlos Manuel Merino Campos a violado flagrantemente la autonomía universitaria y para corroborar su planteamiento señala que, hace pocos días, cuando el sindicato de trabajadores administrativo, con motivo de sus justas demandas de aumento salarial, el que salió a responder no fué el rector, sino el gobernador del estado. “Esto es una violación clara a la autonomía universitaria”, remató.
Ante la intervención del Jefe del Ejecutivo estatal, Haddad López, reconoce que Narváez Osorio no solo ha sido un rector débil; tampoco se le ha visto voluntad política para no permitir que el actual gobernador avasalle a nuestra universidad. Asevera que la experiencia, indiscutible, que tiene GNO, debe de ponerla al servicio de la UJAT para que
Viene de la página 3 ... "Llego la hora de mutilarle el dedo al gobernador": Haddad Lopez ésta esté de frente al horizonte del siglo XX1.
Al referirse a la elección del rector, tajante exigió, que ya llegó la hora de mutilarle el dedo divino al gobernador para que no intervenga en la vida universitaria y peticionó a que sea la Junta de Gobierno de la UJAT la que cumpla realmente con su trabajo de elegir a un rector emanado de la comunidad universitaria,
“Si llega al poder un príncipe, cómodamente instalado en la borrachera de la victoria electoral, si decide poner de rector a su caballo, o a su yegua, sus caprichos se cumplirán. Esto pasa porque los mecanismos de control constitucional, son sumamente débiles, frágiles y dependen de la ética personal del credo democrático y constitucional personal del titular del ejecutivo estatal”, indica.
Considera que hay que generar condiciones para que haya un ejercicio autonómico pleno en la universidad, Si en el discurso dices una cosa y, en la realidad haces otra y generas tensión y generas amenazas de que si no cooperas, si no condesciendes puedes perder la beca, puedes perder tú tiempo completo, puedes perder cualquier otra prebenda que hallas logrado dentro de tú trayectoria en la universidad. En esas condiciones no puede haber un proceso democrático.
En este punto el ex diputado local, pondera que hay que reflexionar con todo detenimiento y lealtad hacia nuestra institución para beneficiarla. El tema de la selección del rector de la universidad es, debería ser, sumamente importante.
Y levantando la voz exige: “que se democratice la elección del rector. ¡Y que haya transparencia!”
.--¿Cómo se debe transparentar la elección del rector, Nicolás?, se le inquiere. Y el mentor universitario resalta:
“Primero tienen que revisar el perfil. Que se dé a conocer el perfil de los que aspiran a la rectoría. Que presenten una carta de navegación de cuál es la visión que tienen de la universidad del siglo XXI”.
“Llevamos ya avanzada un tercio de este siglo XXI, José Luis, y seguimos atrapados en el pasado. Seguimos atrapados en las inercias. Es muy difícil hablar del futuro, atrapados en las inercias del pasado”.
Añade: “evidentemente tenemos que buscar una figura que pueda, como dije antes, dar a conocer a los que aspiren a la rectoría, y que se haga una consulta, ya sea en un Congreso Universitario, en una validación interna de la autonomía de la universidad, para conocer cuáles son los perfiles. Porque de pronto te desayunas que hay una terna de uno solo, con dos que le están haciendo el juego para ser el nuevo rector”.
Y esto—ataja—es una simulación, digo, que me disculpen. No trato de ofender a nadie, pero si seguimos jugando así, bueno, pues, ¿qué cosa va a pasar? El que resulte rector va a seguir siendo un incondicional, un empleado del ejecutivo y no va a jugar un papel autonómico, respetuoso, de colaboración, de cooperación y de respeto con los decisores de la cosa pública.
Se enfoca en que la elección del rector le compete a los universitarios y señala, en concreto, que se debe de democratizar el ungimiento de la máxima figura de la UJAT.
En este sentido—resalta—que la Junta de Gobierno también vive en una inercia total en el proceso de selección de sus miembros. La forma en cómo seleccionas a los miembros de un órgano son los que te van dando la pauta del grado de autonomía que tiene un órgano. O sea, si tú nombras a los miembros de la Junta con el mismo procedimiento que vas a nombrar al rector, pues el resultado va a ser el mismo. O peor.
¿En dónde queda la libertad de elegir a los miembros de la Junta de Gobierno? Se le cuestiona. El ex candidato a la gubernatura del PVEM externa que se tiene que revisar responsablemente. Esto no es debilitar al ejecutivo; ni tampoco crear un sentimiento de extraterritoriedad en el ejercicio de la autonomía universitaria. Yo no estoy hablando de eso. Yo lo que estoy diciendo es que a la soberanía se le dé otro contexto. Otra conceptualización.
Aclara que la Junta de Gobierno no sólo es un aparato decorativo sino un órgano que no cumple con sus estrategias por las que fue fundado. Y, argumenta, que los vicios de origen, del procedimiento para elegir rector, están viciados y, esto—abunda-- se convierte en una faramalla para validar y legitimar al hombre que el gobernador manda a la rectoría.
Ante los acechos del poder no se debe permitir—asegura—que la universidad se mantenga en la inercia de siempre, por ende, una vez más, le solicita al rector, —se lo pedí, una vez, en su despacho de rectoría—espacios de diálogos, de cooperación con todos los miembros de la UJAT para, de esa forma, aprovechar la experiencia de cada uno de nosotros.
La máxima autoridad universitaria—plantea—debe de honrar a nuestra Alma Mater; además, subraya—que el lema de nuestra universidad es estudio en la duda acción en la fe. Si tenemos fe y creemos en los derechos humanos, en la autonomía de la universidad, en la división de poderes, en la libertad de cátedra y, en ésta colaboración institucional que puede darse entre gente preparada, inteligente con el ejecutivo, con el legislativo, con el judicial, con la sociedad y con los grandes problemas que afectan a la sociedad de hoy, yo no le veo ningún problema, José Luis. Aquí el reto es dar el paso para dignificar y honrar a la universidad.
Más adelante condenó la falta de comunicación de la universidad con la sociedad y dijo que ese silencio es grave dado a que ese es un rezago que daña a la UJAT:
“Este divorcio, este distanciamiento, esta enajenación de nuestra Alma Mater con la realidad social, ofende la inteligencia. He tratado de insistir en este punto. Hay algunos maestros que dicen: es que la universidad no tiene la obligación de participar en la resolutiva de los problemas sociales. Esos son sus puntos de vista que yo no comparto. Además son criterios obsoletos”.
Mientras—plantea-- que no se trata de pelearse con el ejecutivo estatal, si—reconoce— que tampoco se puede seguir viendo que el híper presidencialismo siga siendo una vía o una solución para el estado moderno de la actualidad de México ni de ninguna otra democracia. Aquí—añade--se requiere de estados fuertes, de instituciones constitucionales fuertes, de una división de poderes eficaz, autonómica en cada una de sus atribuciones.
Reflexiona sobre la Ley orgánica universitaria y asegura que ésta es obsoleta, por lo que deberían, las autoridades competentes, revisarlas.
Hay que crear un nuevo contrato social en la universidad, en donde se replanteen los nuevos derechos y obligaciones, tanto de los estudiantes, de los trabajadores, de los académicos, como de los órganos de gobierno de la universidad. “De esa forma podemos darle a la UJAT oxigene y viabilidad”, acota.
Refiere, más adelante, que la universidad tiene que involucrarse, con voluntad política, en la búsqueda de cómo enfrentar estos nuevos desafíos, estos nuevos retos, que representa visualizar hacia donde debe de ir la universidad en el siglo XXI.
Pienso—continua diciendo-- que al gobierno, no creo que le interese más de lo que le puede interesar a los académicos, hacia dónde debería de ir la UJAT. Nosotros podemos seguir instalados en nuestra zona de confort, escribiendo libros para ganar puntajes en nuestras calificaciones de re categorización o en el sistema estatal de investigadores.
“… Pero, finalmente, si no impactamos, si estos conocimientos ordenados, y los nuevos conocimientos que se estén generando no los ponemos en la mesa, en un marco de respeto e inclusión deliberativa con los decisores del gobierno, de la política pública y de los ejercicios presupuestales, pues entonces, lo que vamos a hacer es que vamos a seguir viendo una universidad que va en paralelo con el gobierno y que no está influyendo en forma importante, en forma decisiva de cómo mejorar la calidad de vida, la calidad de la gobernanza, la calidad ambiental, la productividad”.
Ante el planteamiento que formuló, Haddad López, describe que todo esto se lo planteó a su amigo, Guillermo Narváez, para que puedan ir adaptando y adoptando, en nuestra universidad, campos del conocimiento que han venido funcionando en forma unilateral. El campo del derecho, de la sociología, de la historia, de las ingenierías, de la medicina, el medio ambiental, el campo económico, de la filosofía, que pudiéramos ir proyectando un espacio común de intercambio y de retroalimentación de estos campos de conocimientos en forma multidisciplinarias,
“Por citarte el caso del agua, no tenemos, por ejemplo, una política pública de agua en Tabasco. No tenemos una institución local en ejercicio de un federalismo actualizado, moderno, vigoroso, eficaz, democrático, en la periferia del centro; ni de abajo hacia arriba”.
“No veo que hayamos podido influir, desde la académica, para que se definan políticas públicas en materia de agua”.
“Y, aquí, estas ramas del conocimiento que estoy mencionando, si tú observas, cuando hay inundaciones pues se pone de moda el tema de la inundación. Todo mundo empieza a hablar de agua, todo mundo es experto en materia de agua. Todo mundo conoce los niveles mínimos y máximos de prevención del agua. Todo mundo habla de los niveles de prevención de las presas; pero no tenemos una política, en este momento, en materia de agua”.
.--¿Qué está fallando? ¿A la universidad no le dan participación? ¿La excluyen en la transformación de Tabasco?
El politólogo sostiene: la experiencia política que tenemos muchos maestros investigadores u otros actores, se está desaprovechando.
“ Somos parte de la comunidad universitaria—y hemos acumulado, a lo largo de nuestra formación, tanto académica como política-- suficiente conocimientos para ponerlo al servicio de la colectividad que, finalmente, es la que nos sostiene; o de lo contrario, si no nos toman en cuenta, seguir dejando, patear el bote, seguir escribiendo publicaciones, artículos científicos, libros para seguir ganando puntitos en el sistema de investigadores y prebendas egoístas para uno mismo y, al final, el problema del medio ambiente a los 48 grados a la sombra que hay en Tabasco, y en todo el país, van a seguir creciendo, se va a seguir agravando”.
En ese tenor externa que la UJAT, como ente inminentemente político, da origen a que los rectores sean una representación del poder del estado lo que dá pie a que nada de lo político escapa de la vida de la universidad (sic).
A los ojos de Nicolás Haddad, se tiene, obligadamente, que redirigir a la universidad en el siglo XX1. Ese es el reto. El desafío. Porque observamos a la UJAT en una encrucijada. Añade: “Si a cambio de las asignaciones presupuestales nos doblegamos, perderíamos autonomía e independencia universitaria y eso sería una vileza política la cual nos llevará a arrepentirnos”.
Y con tacto define que a diferencia de la educación privada, la educación pública fomenta la igualdad, fomenta la cohesión social. No polariza. No divide el pensamiento universal. No se ve como una debilidad sino como la mayor riqueza del homo sapiens. Como la mayor riqueza del hombre pensante.
En su argumentación señala que en lugar de tenerle miedo a la libertad de expresión, de tenerle miedo a la liberta de cátedra, de tenerle miedo a la libertad de investigación, eso debe ser una de las aportaciones que la universidad pública, en estos nuevos desafíos del siglo XXI, puede aportar para la toma de decisiones, para que los decisores enriquezcan sus políticas públicas.
Puntualiza que en la UJAT, en todos los niveles, existe un auto amordazamiento o auto exclusión por temor a que reaccione el Príncipe en turno. Se cree, en nuestra Alma Mater, que si no es uno condescendiente, incondicional o si no se es ciego o mudo, se puede dejar de recibir el presupuesto que tiene asignado el poder ejecutivo. A esto—afirma-- lo veo yo muy mezquino.
Insiste de nueva cuenta en los miedos de los rectores y plantea que al leer la entrevista que Vanguardia le realizó a Narváez Osorio se entiende que el temor del rector es perder los privilegios del presupuesto que le suministran a la universidad pero, les recuerda: “es dinero público, no es dinero del gobernador en turno.” Y, externa. que no se puede seguir viendo la política como un botín, no podemos seguir viendo el presupuesto como un botín de los ganadores.
Mientras que asegura que la política no es cosa de querubines o de ángeles Haddad López, admite que a la universidad, muchos la han visto como un botín, pero eso—indica-- no justifica que tengamos que seguir siendo presa de esas inercias, y que sigamos postergando la incorporación de nuestra universidad pública a los desafíos y los retos del siglo XXI, que son cruciales-
“Yo le digo a mis alumnos que si esta generación de universitarios le falla a la nación, esta- mos en riesgo de romper, de trasgredir la última frontera de la inteligencia para resolver los problemas nacionales”.
Tras considerar que hay que quitarles a los rectores, todos los privilegios y canonjías de la que gozan, Nicolás Haddad López, piensas que en estos retos los “usos y costumbres” de ese tipo, deben de desaparecer.
Observa que mientras todo esto sucede en la cúpula de poder, la sociedad cada día está hundida en condiciones de desigualdad, de impunidad, de inseguridad, de falta de garantía a los derechos humanos. “Y, esto, no se vale”, ataja.
“Si seguimos titubeando por miedo o por indecisión, ese tipo de liderazgo realmente no nos sirve. Lo digo con el mayor respeto, sin el ánimo de polemizar. Es mi opinión. Como decía un amigo, es mi opinión mía, como animal político y como conocedor de cómo funciona, en lo local, toda esa maraña de excesos y abusos.
Insiste: “si nosotros seguimos condescendiendo con el ejecutivo para que este nos siga mirando con buenos ojos cuando está de buen humor, y nos maltrate cuando algo malo padezca, pues entonces, la autonomía, José Luis, no está siendo ejercida con una ética de responsabilidad. La universidad, en lugar de ser una universidad autónoma, pues es una dependencia de gobierno. Y, en esas condiciones, no le sirve a la sociedad”.
Apunta que la división de poderes debe de existir, ser real. Y los hombres deben legitimarla. Cumplirla. No podemos—indica—seguir viendo que la división de poderes, la autonomía del poder legislativo o que la autonomía del poder judicial, generen ingobernabilidad para el ejecutivo.
Esto no fue diseñado, ni fue pensada que la división de poderes era para generar ingobernabilidad, o para generar golpes de estado al ejecutivo. La Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, es autónoma. Soberana. Independiente, Y, en esto, todos lo debemos de respetar. Empezando por el rector y, luego, por el Ejecutivo estatal.
Refina sus argumentos manifestando que la división de poderes y los organismos constitucionales autónomos han sido una evolución del perfeccionamiento orgánico del estado constitucional y democrático; esto—agrega-- para evitar la concentración de poder, para tener controles del poder, y para tener mayor transparencia, para que no se concentre tanto poder en un solo hombre.
Aquí, en Tabasco, pasa lo contrario y todo se viola.
Recreando su mente en los derechos constitucionales, como todo buen catedrático, sabe manejar la filosofía del Saber, Haddad López, habla sobre los estados débiles, y de que tenemos unos híper presidentes extremadamente fuertes que se convierten en el estado, soy yo; que se convierten en la constitución, soy yo; que se convierten en la ley, soy yo. Y que atropellan al legislativo o que lo desaparecen a discreción como estamos viendo en Perú; o desaparecen los derechos humanos indefinidamente como sucede en México.
“Todo esto es consecuencia de este híper presidencialismo y de esta debilidad del estado. Si el ejército, en Perú, le hubiera dado el respaldo y el gabinete no le hubiera renuncia a Pedro Castillo, la entronización de una dictadura en Perú, como está en Nicaragua, como está en Venezuela, se hubiera consumado.
El reportero le recuerda que lo invitó a hablar de la UJAT, no de dictadores.
Corrigiendo el rumbo de la conversación, Haddad López asegura que los rectores siempre han estado subordinados al ejecutivo. Y se hace estas preguntas: “¿En donde estuvo la universidad en las inundaciones?¿Donde ha estado la universidad en las sequías? ¿Donde ha estado la universidad en la falta de agua potable en las colonias? ¿Cómo se justifica que en un estado como el nuestro en donde el principal recurso natural es el agua, sigamos teniendo la peor calidad de agua entubada que pudiera llegar a donde llega y que no siga llegando a muchas casas? ¿Cómo debió ser el derecho humano de acceso al agua?
¿Todo esto a quién le corresponde? Pues a la universidad, José Luis. Te estoy mencionando que tan importante es el papel de los organismos autónomos constitucionales como complementarios de la división de poderes para mejorar la gobernanza democrática del país y de los estados.
Haddad López, plasma sus ideas más profundas e indica: —desviándose nuevamente de los temas primordiales que nos ocupa—“¿Estamos tomando en cuenta los indicadores del INEGI y Coneval para la construcción de políticas públicas como lo marca el artículo 26 de la constitución? No los conoces ni los toman en cuenta”.
.--***Insistedenuevacuentaenlosmiedosdelosrectoresyplanteaqueal leerlaentrevistaqueVanguardialerealizóaNarváezOsorioseentiendeque eltemordelrectoresperderlosprivilegiosdelpresupuestoquelesuministran alauniversidadpero,lesrecuerda:“esdineropúblico,noesdinerodel gobernadorenturno.”Y,externa,quenosepuedeseguirviendolapolítica comounbotín,nopodemosseguirviendoelpresupuestocomounbotíndelos ganadores.
“¿A quien le consultaron hacer el malecón de Gaviotas? ¿A quien le consultaron hacer el malecón Carlos A. Madrazo? ¿A quien le consultaron los puentes? Yo no digo que esté mal, pero si no consultas a la sociedad, a los usuarios, si no consultas a los gobernados, a los que pagamos impuestos, que finalmente es el dinero nuestro, que se están gastando en eso, pues entonces, José Luis, no estamos hablando de una política pública”.
“…Estamos hablando de una política gubernamental y, esto, ¿qué significa? Que ahí la universidad podría jugar un papel importante en un marco de cooperación, de respeto, no de generar enfrentamientos, ni polarizaciones si no, de respeto y cooperación con el ejecutivo y con el legislativo y con el poder judicial”.
De esta forma—abunda-- todos estos campos orgánicos de la aplicación de la políticas publica, se vean enriquecidas con el conocimiento acumulado de nuestros académicos”.
Al externar que si se sigue perdiendo el tiempo en esta relación institucional de colaboración y cooperación que debe de haber entre universidad y de gobierno, no estamos enfrentando los retos y desafíos de la universidad del siglo XXI.
Lo que vamos a seguir haciendo—analiza-- es que vamos a seguir siendo un estado premoderno, que va a ofrecer pocas expectativas de inversión extranjera directa e inversión nacional directa.
¿Y eso a donde nos va a llevar? Bueno, pues a donde van a contratar a nuestros egresados de la UJAT si no tenemos generación de nuevos puestos de trabajo, si no tenemos una reputación de competitividad y si no tenemos una reputación de ser egresados de una universidad que tenga una reciedumbre en la formación metodológica y científica de sus egresados.
Vamos a seguir observando deficiencias graves en el tema de estado de derecho y, esto, demerita la enseñanza de nuestra universidad.
La universidad—reitera-- debería ser un factor de cohesión, de construcción de la nación, un factor de igualdad social, de igualdad de género, pero, podemos potenciar a la enésima potencia, si le damos a la universidad una rienda suave pero, al mismo tiempo autonómico; en donde pueda corresponsabilizarse de la construcción de nuestro destino común.
“No podemos seguir sosteniendo o viendo bien una universidad que se mantiene en su zona de confort académico y de investigación; al mismo tiempo que estamos viendo que la procuración de justicia está en un 94% de impunidad, al mismo tiempo que estamos viendo que los organismos encargados de la administración de justicia, pues por lo mismo, no pueden sentenciar a los responsables porque están mal armadas las carpetas de investigación”.
Y, si seguimos viendo que el nuevo sistema penal sigue en proceso de instalación, pero no acaba de instalarse porque se siguen usando las viejas prácticas de castigar al más débil o de castigar al más feo o de castigar al más pobre. Y, todo esto, es culpa de la universidad”.
Ante este panorama, Nicolás Haddad, afirma: “nuestra Alma Mater está ante una encrucijada.”
“Tenemos que reconocer—subraya-- los males que nos aquejan. Si nosotros no reconocemos que tenemos males que nos pueden llevar a una metatarsis que pudiera ser mortal para la universidad, la UJAT se estaría hundiendo”.
“El ejemplo es claro—puntualiza—hace poco, al inicio de la administración federal, intentaron desaparecer a la Comisión Estatal de Derechos Humanos por falta de resultados y que no se le asignara presupuesto. Así puede ocurrirle a nuestra universidad”.
“Los enemigos de la educación pública, o los que lleguen con esa borrachera que causa el poder y no están preparados para ejercerlo, sino que lo toman de forma sorpresiva, los asalta, los atropella el poder y caen hacia arriba, decidan que ya no se le va a dar presupuesto a la universidad, o que se le va a ir reduciendo presupuesto a la universidad, ´podrían causar daños terribles a nuestra Alma Mater.
En ese sentido y respondiendo a la pregunta del reportero, el ex hombre fuerte del PRI-Tabasco, ve que el actual rector, la parte que sabe hacer, la ha venido haciendo, que es la parte de administración financiera de la universidad.
La parte política, que el rector está capacitado para hacerla, --ya fue alcalde, ya fue diputado, ya fue presidente del Tribunal Superior, ya sabe cómo funciona la división de poderes, ya sabe cómo es la relación del poder judicial con el poder ejecutivo-- él tiene claridad de lo que se tiene que hacer para que haya una relación de cooperación y de respeto entre la autonomía de la universidad y con el poder ejecutivo.
La UJAT—apuntala—sigue siendo cantera de futuros profesionistas e insiste que, desafortunadamente no están siendo aprovechado de la mejor manera por los que mandan en Tabasco; es así, por esas actitudes de soberbia y arrogancia de poder, que estamos ante un estado fallido mostrándose ineficiente en niveles de incompetencia máximos.
Gobernar hoy —cincela-- no es como se gobernaba en tiempos de Manuel Piñera. Ya no se puede gobernar a sombrerazos. No se puede gobernar así. Teniendo al tesorero municipal al mismo tiempo que presidente del partido en el poder. Como era antes.
La universidad no se puede gobernar de la misma forma. En la contribución que debería de tener la UJAT al desarrollo de Tabasco: “está dejando mucho que desear. La participación de la universidad en el combate a la desigualdad y a la resolutiva de los grandes problemas que aquejan a los tabasqueño, no hay nada. La UJAT está en la inercia absoluta.
“Y en todo esto --advierte y apunta—el que manda en la universidad es responsable”.
La experiencia también sirve. Guillermo Narváez la tiene. Pero no se le ve. No se le observan esos espolones que dice tener. Está fallando como rector.
Al hablar de su personalidad, de su vestidura académica y política, el magister de las aulas universitarias confiesa ser víctima de su propio Leviatán. Y revela que vive condenado al ostracismo.
Viéndose en un espejo, dice:” Me he preparado toda mi vida. Dedique mi vida a mi formación política. A mi educación política, de mis sentidos. Yo no soy ningún improvisado. Estoy hablando con los pelos en la mano. Conozco el Leviatán. Sé cómo funciona, La universidad es tan solo un órgano del Leviatán.
Luego entonces—esgrime—con ese conocimiento acumulado, lo que yo más quisiera, es que se reconociera que el mayor capital que tiene la nación, que tiene la república, son las experiencias acumuladas de sus miembros.
El reportero lo pellizca: ¿Te sientes realmente en el ostracismo político? El ex dirigente del PRI, reitera: “me siento en el ostracismo, Me siendo confinado. Me siento excluido”.
¿Por qué te sientes así? Se le interroga:
“Porque yo he tratado siempre de ser combativo, pero respetuoso; de ser propositivo. Soy producto de la educación pública del estado mexicano. Logré hacer carrera universitaria, porque soy producto de la educación pública, no me da vergüenza decirlo. Me siento orgulloso, porque recibí una educación para la libertad. Recibí una educación para la igualdad.
Para mi todos somos iguales. Lo aprendí, no solo en la escuela pública, sino también lo emané de mis padres que fueron los que me enseñaron a ser respetuoso y, de ver como iguales a los pobres, a los ricos, a los güeros, a los negros, a los de las rancherías, a los de las colonias. Así me formaron, en el viejo régimen, “Y por eso digo que la universidad es un campo donde se construye la nación. La igualdad, la libertad. Un centro de sabiduría.
“Y, hoy, con todo eso, me siento desaprovechado. Te lo digo sinceramente. No me da vergüenza decirlo,” remacha.
El Leviatán que conoces profundamente, has navegado en sus aguas ¿Te ha abandonado? ¿Te sientes sólo?
“He sido víctima de mi propio Leviatán”, reitera.
Profundiza sus pensamientos y sentimientos: “Lo digo sin temor a equivocarme. He visto que muchos de mis pupilos, a los que yo he formado, tienen 50 años que están en el gabinete, y desde el primer nombramiento que les dieron, les hicieron ver que era para castigarme a mí, por rebelde”.
“…Me siento orgulloso de todos mis ex alumnos pero te digo, como es esta incongruencia, como lo podemos tomar, que aquellos jóvenes que yo formé con amor, sin esperar nada a cambio y que hoy los veo que están en un cargo o en otro, gozando de las prebendas y los privilegios y ni siquiera se toman la molestia de ver si el maestro tiene para su despensa o si el maestro tiene para subsanar sus necesidades; todo es olvido”, apunta.
Ante estas revelaciones intimas del entrevistado, puntualiza con firmeza y sin egoísmo: “Me siento traicionado”.
Y recordando al gran Dante Alighieri en su último circulo de la Divina Comedia, subraya a su manera:
“La ingratitud y la traición, eso me parece lo más abominable en una persona; que sean ingrato y que sean, traidores.
Y, en la UJAT, no solo existen especímenes con estos defectos, sino muchas gentes malagradecidas y ególatras.
Por último, para cerrar la entrevista, dejó para la historia este mensaje que él lo denomina Un llamado a la razón:
“Mientras el Príncipe, inteligentemente, no se declare públicamente a favor de este concepto de Educación Superior, seguirá haciéndose una política de gobierno unilateral, miope, egoísta, contraria a la agenda social y a la agenda político—electoral--partidista que se ha venido siguiendo durante el siglo pasado y hasta la fecha”. Vanguardia.
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