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Saavedra. Barrio verde, tango & arte
Abril se despidió con uno de los eventos más importantes para el barrio: su aniversario 147. Este año no habrá festejo en el Parque Saavedra, pero seremos miles de personas quienes estaremos celebrando desde un lugar activo.
¿Qué sería homenajear al barrio? ¿Quién o quiénes celebran su cumpleaños? ¿Para qué? No es que el barrio tenga vida propia (aunque Saavedra parece tenerla…), es que los y las vecinas lo habitamos, lo llenamos de nosotros mismos al punto tal de hacerlo parte de nuestros sentimientos.
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Amar el Parque Saavedra es extrañarlo en cuarentena, es anhelar volver con la lona y el mate a abrazar el atardecer debajo de los tilos. Dicen que el Parque es un pulmón para el barrio, y así lo creo. Las raíces de nuestro barrio están hechas de tango, de Polacos, de Fantasmas de Luna, de libros, de Garabatos y de calamares. En cada fibra de sus cuellos hay rastros de abrazo milonguero, y en la cofia, punta de la raíz, vive intacta la poesía, que se filtra en adoquines, eucaliptos y Tipas. Un aniversario en cuarentena nos invita a reflexionar qué vecinos y vecinas seremos en este momento y después. Ya no habrá una vuelta a lo mismo, porque nada será igual después de una pandemia. Pero si lo nuevo perdura sobre lo logrado en tiempos de cuarentena, entonces bienvenido el cambio desencadenado. En estas semanas de aislamiento obligatorio la solidaridad se hizo moneda corriente. Se armaron grupos para ayudar a quienes no les alcanzaba para comer se pensó en todas las personas que estaban en la calle, se les buscó lugar, se les alcanzó comida. A quienes la soledad los apremiaba se les acercó un hombro, una sonrisa y una conversación.
A nivel mundial, político y social, por primera vez en muchos años, la alimentación y la salud luchan por el espacio que les fue quitado en el podio de los derechos humanos. No puede ser un privilegio comer, tener donde dormir, y gozar de buena salud. Las personas somos las que le tenemos que poner un límite a la desigualdad.
En Saavedra y Nuñez las necesidades básicas están insatisfechas en un porcentaje bajo de la población, pero en el resto de la Argentina la pobreza y la indigencia está por encima del 35% de la población. Es decir que más de 16 millones de personas luchan por tratar de satisfacer necesidades que deberían ser derechos.
Que la solidaridad se quede para siempre. Que el cuidado del medio ambiente empiece una nueva era. Que el barrio esté hecho de unión y diálogo. Que la indiferencia muera con el virus. Que el dinero no alcance para coimear derechos. Que el amor reine por encima de todo. Si los sueños no incluyen al otro, ¿qué tipo de sueños son?
Soledad González Alemán @solegonzalezaleman