Un póker de equipos
E
l futbol americano es un deporte casi exclusivo de nuestro vecino del norte, los Estados Unidos de América. Sin embargo, con el pasar de los años, gracias al alto nivel de competitividad de la liga, un excelente trabajo de mercadotecnia y quizás ayudado por ser prácticamente un monopolio deportivo a nivel mundial, la NFL ha ido impulsando este deporte más allá de las fronteras de ese país, hasta rincones de Asia y Sudamérica donde poco a poco la popularidad de éste es notoria. Pese a tener más de 100 años de historia colegial, no fue sino hasta 1920 que la primera liga profesional de este deporte se conformó bajo el nombre de American Professional Football Association para que en 1922 adoptara por fin el nombre que ahora se mantiene vigente, National Football League (NFL). Sin embargo, pese a tener una rica historia en las consecuentes décadas de los 20, 30, 40 y 50. No fue hasta finales de los 60, 1966 propiamente, que comenzó la llamada etapa moderna del futbol americano profesional con la creación del ahora mundialmente famoso, Superbowl. Jugado a mediados de enero de 1967, el “Primer Campeonato entre la AFL y la NFL”, que fuera el nombre oficial del encuentro, tuvo lugar en una sede neutra con respecto a los dos equipos que se veían las caras, Green Bay Packers y Kansas City Chiefs. Con Green Bay como el primer campeón de la nueva era profesional, la más adelante fusionada NFL daba inicio a las hasta ahora 5 décadas de Superbowl que ha visto a 4 dinastías dominar la liga.
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Curiosamente los Packers no están en esta baraja de equipos, y es que a pesar de que, gracias a su dominio en la era previa, bajo la tutela de Vince Lombardi, es que se crea este mágico evento anual, han sido otros, los equipos que han tomado por asalto la historia de la era moderna, dejando a los Packers y Vince, el no menos valioso honor de bautizar el trofeo que se le da al ganador, así como un gran legado de frases que dan forma a la filosofía que todo aficionado al deporte profesa. A lo largo de los 52 Superbowls jugados, 4 son los equipos que han dominado sus respectivas décadas. Con estilos diferentes, aportes únicos al juego, todos conformados con hombres que se volvieron héroes y trascendieron como leyendas, ganando la gloría para ellos y sus respectivos equipos. Steelers, 49ers, Cowboys y Patriots, el póker de equipos que han marcado el ritmo al que se juega en la NFL desde los años 70 hasta la 2da década del siglo XXI.
“REAL GLORY IS BEING KNOCKED TO YOUR KNEES AND THEN COMING BACK. THAT’S REAL GLORY”
Vince Lombardi
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Década de
Acero. L
os Pittsburgh Steelers, conocidos en también, por costumbre de esos años traducir cada nombre como: Los Acereros de Pittsburgh, eran un equipo de muy bajo perfil que no aspiraba a trascender más allá del estadio donde se les vio recibir grandes palizas. Fundado en 1933 en la ciudad de Pittsburgh, Pensilvania por Art Rooney, el equipo tradicionalmente de oro y negro, se llamó originalmente “Los Piratas de Pittsburgh”, tomando el nombre del equipo de las Ligas Mayores de Baseball de la misma ciudad, una costumbre regular de la época. Esto se mantuvo hasta finales de la década, cuando antes de la temporada de 1940 adoptaron el nombre en honor a la industria más productora de la ciudad, la de acero. Desde entonces, la familia Rooney ha sido propietaria del equipo, al que han construido desde sus cimientos hasta ser el equipo más ganador de la NFL y el primero en alzarse con 6 trofeos Vince Lombardi, dando lugar así a la creación de la famosa “Steelers Nation”. Sin embargo, sus inicios fueron tan atropellados como las temporadas que hoy le vemos a equipos como sus acérrimos rivales, los Cleveland Browns. Debutando ante los New York Giants con marcador de 23-2, los entonces Pirates, dieron inicio a una larga racha de temporadas perdedoras, donde su mejor record se registró en la temporada de 1936 con un puntaje de .500, alcanzando así por primera vez el segundo lugar de su división, puesto al que no volverían pronto. Como a muchos equipos de la liga, el conflicto bélico de la década de los 40, la 2da Guerra Mundial, se vio mermado por la escases de talento, que ante el deber patriótico partían a combate. Esto obligó a los ya acereros a fusionarse en dos ocasiones con otras franquicias para poder mantenerse vivos en la liga. Primero, durante la temporada de 1943, con el hoy campeón, los Philadelphia Eagles, formando los “PhillPitt Eagles” y conocidos por la afición como los “Steagles”. Al siguiente año, la fusión se dio con los Cardenales, que en aquel entonces jugaban en Chicago, por lo que fueron conocidos como los Card-Pitt, o a manera de burla como los Carpets, la palabra para alfombra en inglés.
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En una época donde se jugaban únicamente 12 juegos por temporada, no fue sino hasta 1947 que los Steelers alcanzaron los playoff al terminar con record de 8-4. Sin embargo, con record empatado con los Philadelphia Eagles, se vieron obligados a jugar un juego de desempate que perdieron 21-0, quedando fuera de la carrera hacia el título. No volverían a jugar un partido de playoff por los próximos 25 años.
Calificaron a un tazón de playoff en 1962, como el Segundo mejor equipo de la conferencia, pero no se consideraban oficialmente playoffs. Llegada la década de los 70, el Superbowl tomaba su nombre y la AFL y NFL se fusionaban para dar paso a la actual NFL. En el marco de la década del boogie, los Steelers estaban en la antesala de darle un cambio a su destino. El primer paso fue mudarse a la casa que viera las más grandes glorias de la franquicia hasta ahora, el famoso “Estadio de los Tres Ríos” y pasaron a formar parte de la ahora llamada AFC, siendo unos de los 3 equipos de la vieja guardia de la NFL en completar la lista de equipos de la conferencia roja. La mudanza de estadio significó una multa de 3 millones de dólares, suma que para la época era alta y que los marginó de armar por muchos años un equipo contendiente. Acostumbrados ya a la mala racha, la afición acerera no esperaba que los cambios llegaran pronto, sin embargo, una nueva era estaría por comenzar, con la llegada de un nuevo Coach en jefe, que le dio otra cara a este golpeado equipo. Los Steelers verían su destino cambiar de rumbos, ese entrenador fue, Chuck Henry Noll (1932 – 2014), nacido tan solo un año antes que el mismo equipo al que estaba por entrenar. Chuck Noll, marcó un antes y un después de su pasó por esta franquicia de NFL. Viejo jugador profesional con 23 años de experiencia y de naturaleza liniera, Chuck Noll se había desenvuelto como guardia y apoyador del acérrimo rival acerero, los Cleveland Browns en la década de los 50. Como entrenador había pasado por San Diego, en dos puestos diferentes, Los Colts de Baltimore del 66 al 68, para finalmente en el 69 debutar como entrenador en jefe del equipo de oro y negro. El oriundo de Cleveland, Ohio, ganó en total, como jugador y entrenador, 6 títulos de NFL y accedió al salón de la fama en la generación de 1993 en su primer año de legibilidad. Para muchos, el talento más connotado de Chuck Noll fue su capacidad de reclutamiento, teniendo un ojo privilegiado al haber seleccionado grandes nombres del salón de la fama como: “Mean” Joe Green en 1969, el famoso Terry Bradshaw y Melt Blount en 1970, Jack Ham en 1971, Franco Harris en
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1972 y finalmente en 1974, una larga lista encabezada por Lynn Swann, Jack Lambert, John Stallworth y Mike Webster. Siendo este año de selección, el mejor, ya que hasta la fecha nadie ha seleccionado cuatro futuros salón de la fama en un solo año. Ni siquiera lo mismos Acereros que en esa misma década pudieron seleccionar hasta 2 jugadores futuros salón de la fama en un año. Formando así la base de la Primera de cuatro dinastías de nuestra lista. Los acereros han gando la AFC 8 veces, ganando 6 ocasiones. Pero fueron 4 de esas 6 las que marcaron la historia. Tras las grandes selecciones de Chuck Noll en el inicio de la década de los 70, los acereros de la jugada doble cero quedaron en el pasado, una nueva era estaba por comenzar donde la gloria fue principalmente lo que llenó las vitrinas de este equipo. Liderados por Noll en la banca y Terry Bradshaw como Qb del equipo, nacería la mítica cortina de acero que permaneció vigente de 1969 hasta 1981.
Moderna Rivalidad. Con el primero título en las vitrinas los acereros comenzaron la temporada con un solo objetivo, defender el título hasta la última instancia. Convencidos de quienes eran, los Steelers alcanzaron nuevamente el Superbowl, esta vez para enfrentarse a quienes se volvieran sus nuevos rivales, los Dallas Cowboys. Con sede en la ciudad de Miami, Florida, el Superbowl X, tuvo lugar el 18 de enero de 1976, siendo el primer Superbowl en enfrentar a dos equipos que habían ganado previamente uno. Steelers el año previo y Cowboys 4 años antes.
Primera campanada. Los Steelers de los 70 marcaro el ritmo de la NFL, jugando los Superbowls IX (1974), X (1975), XIII (1978) y XIV (1979), terminando la década con record invicto de 4-0 en el juego de enero, convirtiéndose en el primer equipo en alcanzar este record de campeonatos, record que no sería batido sino hasta la década de los 80 por la que será más adelante la 2da dinastía de la NFL, los 49ers de San Francisco. El primero de estos títulos tuvo sede en New Orleans, el en viejo estadio, Tulane. En aquel enero 12, de 1975, los Acereros de Pittsburgh enfrentaron al campeón de la NFC, los Minnesota Vikings. Este juego tuvo la peculiaridad de enfrentar a dos Qbs futuros miembros del salón de la fama, Terry Bradshaw de los Steelers y Frank Tarkenton de los Vikings. Los acereros llegaron a ese juego con record de 10-3-1, habiendo pasado por encima de los Raiders de Oakland y los Bills de Buffalo previo a jugar el Superbowl IX. Por parte la famosa marea púrpura que ostentaban record de 10-4 habían vencido a los Cardenales que jugaban en San Luis en aquellos años y los Rams que estaban en unas de sus etapas en la ciudad de Los Ángeles. En una primera mitad de batallas defensivas, el marcador erewba un solitario 2-0 al medio tiempo que determinó el primer “Safety” en la historia del juego, cuando los Steelers capturaron a Tarkenton en su propia zona de anotación. Para la segunda mitad, tras recuperar un balón suelto, Franco Harris anotó en un acarreo de 9 yardas el primer touchdown del partido, que puso cartones 9-0. El marcador perduró hasta el 4to cuarto, donde temprano en el periodo La Marea Púrpura, acortó distancias, 9-6 tras recuperar una patada de despeje bloqueada. Sin embargo, una ofensiva de 66 yardas que terminó con un touchdown de Larry Brown puso el inalcanzable y definitivo marcador de 16-6 que dio a los Steelers su primera gloria Vince Lombardi.
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“Steelers: equipo que más jugadores ha impulsado al salón de la fama con 27 inmortales en Canton”.
La temporada 78-79 fue la primera que se jugó a 16 juegos. El partido fue dominado durante 3 cuartos por los Cowboys, empezando el último cuarto ganando por marcador de 10 – 7. Esto obligaba a los Steelers a venir de abajo si deseaban conservar el título ganado un año antes. Con dos estilos diferentes, por un lado “la cortina de acero” y el juego terrestre de Steelers y por otro la famosa “flex defense” de los Cowboys, que había vencido a los Vikings estaban en la antesala de unos de los mejores cierres de la historia del Superbowl. Con dos series ofensivas impecables de parte del vigente campeón, incluyendo una serie de 64 yardas que culminó con un touchdown de Lynn Swann, los de oro y negro anotaron 14 puntos sin respuesta, que a pesar de ser acortados por 7 más tarde, darían paso a un marcador final de 21-17 que le dio a Steelers su segundo título, que además los convirtió en el tercer equipo en lograr títulos consecutivos (Packers y Dolphins previamente).
De vuelta a la cima. Tras dos años de ausencia en el juego grande, los Steelers volvieron a éste. Con la base del equipo conformado a inicios de la década, el equipo de oro y negro con dos títulos en su haber, enfrentaba de nuevo a “La Estrella Solitaria” que buscaba revancha de lo sucedido 3 años antes en el Superbowl X. El encuentro tuvo su sede nuevamente en la ciudad de Miami, Florida, el 21 de enero de 1979 y fue la primera vez que se daba una posible revancha en el juego final. Sin embargo, con una excelente actuación del comandante ofensivo de los Steelers, completando 17 de 30 pases, con 318 yardas por aire y el record de 4 pases de anotación, Terry Bradshaw eclipsó totalmente el record previo del legendario Bar Starr de 253 yardas, dejando el marcador al medio tiempo de 21-14 el equipo de Pittsburgh. Con unos Cowboys inoperables, que nunca lograron establecer su ritmo y sobreponerse de las entregas de balón. Los Steelers lograron alzarse nuevamente con el título de NFL con un marcador final de 35 – 31. La destacada actuación de Bradshaw le valió el MVP del partido.
Póker de Lombardies. Con tres títulos ganados en 5 años los Steelers accedían a la Elite de la joven NFL moderna, ejercían su hegemonía ante unos Cowboys que año tras año competían por ser el mejor, pero que no habían podido vencer en el juego grande al equipo de Chuck Noll. En la temporada 79 – 80 los veteranos acereros que habían llegado hacía casi 10 años al equipo de los 3 ríos, tenían el colmillo retorcido que les daba un estatus de equipo respetado en la AFC y la liga en general. Como vigentes campeones una vez más, llegarían a los playoffs con record de 12-4, ganando en post temporada a los Miami Dolphins y a sus archi enemigos de división, los Houston Oilers, accediendo nuevamente a un Superbowl, esta vez contra el equipo de Los Ángeles Rams, el 20 de enero de 1980 en la ciudad de Pasadena, California, en el mítico estadio del “Rose Bowl”. El partido fue un juego cerrado por tres cuartos, donde incluso los Rams lideraron el partido con marcador parcial de 13 – 10 al medio tiempo, justo antes de que Bradshaw conectara con Swann un pase de anotación de 48 yardas. Los Rams conectaron una optativa con McCutcheon para una anotación de 24 yardas.
“Lynn Swann, MVP del Superbowl X”.
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Sin embargo, la experiencia de Terry y los suyos, condujeron el partido a 14 puntos sin respuesta de los Steelers, incluyendo un pase de 73 yardas del “Lázaro” a Stallworth y un acarreo de Harris de 1 yarda para touchdown. A pesar de lanzar 3 intercepciones, Bradshaw terminó el partido con 14-21, nuevamente más de 300 yardas por aire (309) y dos pases de anotación que le valieron ser el MVP del Superbowl XIV y el 4to título de NFL a los Pittsburgh Steelers en 6 años. Convirtiéndose así en la primera dinastía de la liga, recordada para siempre como la legendaria Cortina de Acero.
Pasarían 15 años para que los Steelers llegaran nuevamente al juego grande, está vez de la mano del HC Bill Cowher, cayendo ante “La Estrella Solitaria” con marcador de 27 – 17, perdiendo así su calidad de invicto en Superbowl y no sería sino hasta la temporada de 06-07 que se alzarían con un Vince Lombardi nuevamente, en esta ocasión contra los Seattle Seahawks, 21 años después de la era de Noll y Bradshaw, repitiendo en el Superbowl XLIII ante los Arizona Cardinals, aunque ya comandados por Mike Tomlin.
Terry Bradshaw, lanzó un pase de anotación de 75 yardas, empatando el record del 8
pase de anotación más largo de Johnny Unitas en el Superbowl V.
Franco Harris será por siempre recordado por la mejor jugada en la historia, no solo de los Steelers, sino por muchos como la mejor jugada en la historia, la “Recepción Inmaculada”.
El último Superbowl que jugasen los Steelers, fue el XLV. Efectuado en Cowboys Stadium, en Arlington, Texas, cayendo 31-25 ante los Green Bay Packers.
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Asoleados
superbowls. L a década de los 80 empezaría con el primer tetracampeón de la NFL vigente, los Pittsburght Steelers, quienes al cerrar la década de los 70, vencieron en el Super Domingo a los Rams. Sin embargo, la veteranía y las lesiones no fueron ajenas a la dinastía de acero que vio su ocaso en esta rockera década, dando paso al eventual surgimiento de la siguiente dinastía que reinaría la liga, no solo marcando el ritmo al que la liga profesional de futbol americano jugaría, sino revolucionando completamente el juego de la mano del legendario Bill Walsh y su Ofensiva de la Costa Oeste que revolucionó el deporte del emparrillado. Walsh es para muchos el arquitecto de la liga de nuestros tiempos, un hombre adelantado a su época que ha influenciado en menor o mayor medida la mayoría de los libros de jugadas con los que los equipos juegan hoy en día semana a semana. Walsh puso alma, corazón y vida en sus diseños, la gente de su alrededor declara que era impresionante ver el esmero que ponía en cada detalle de las jugadas que diseñaba para sus ofensivas, ofensivas contundentes y explosivas. Walsh se retiró de San Francisco tras 10 años como entrenador y haber ganado su tercer Superbowl en enero de 1989.
Expertos aseguran que de no haber habido huelga en 1982 el equipo de la Bahía habría dominado aún más la década de los 80. La famosa Ofensiva de la Costa Oeste basa su éxito en el ritmo y precisión de las rutas, lanzamientos y mecánicas de pase. “El juego aéreo abre el juego terrestre”, era el principio básico. Esta ofensiva es el inicio de las ofensivas que vemos hoy en día domingo a domingo, lecturas rápidas y pases de 3, 5 y 7 pasos que tras mantener a la defensiva en constante movimiento lograban poner de rodillas a cualquiera que estuviera enfrente. Detalle que, sumado a la gran capacidad de Walsh para detectar los errores del rival, la frialdad y precisión de su QB estrella, Joe Montana, los “Niners” fueron imparables, no solo durante las 3 temporadas que Walsh se alzó con el Vince Lombardi, sino que armó tal equipo para que incluso sin él y sin Joe Montana más adelante, el equipo se coronara dos veces más, convirtiéndose en el primero equipo en hacerse con 5 títulos de campeón y con marca invicta en el juego grande. Bill Walsh llegó a los 49ers para la temporada de 1979 – 1980, junto a un nuevo dueño, Edward J. DeBartolo Jr. Juntos estaban dispuestos a cambiar el destino de un equipo que desde su fundación en 1946 y anexo ala NFL en 1949 no
había tenido precisamente una historia de éxito. Incluso en nuestro país aficionados declaran que previo a la era Walsh – Montana, nunca habían oído siquiera de ellos. Esto aunado también a que las transmisiones de NFL en nuestro país eran muy limitadas.
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La fiebre del oro… y el rojo. Los “Niners” basaron su nombre en los pioneros que llegaron en 1849 al norte de California con la llamada “fiebre del oro”. La primera casa del equipo de oro y rojo fue el Estadio Kezar, hasta que en 1970 se mudaron al mítico Clandestick Park, estadio que vio los mejores años del equipo hasta ahora y, finalmente en 2014 a Levi’s Stadium, ubicado en la ciudad de Santa Clara, California. Al ser uno de los primeros equipos deportivos profesionales instalado en la costa oeste de la unión americana, los “Niners” se unieron a los Rams, que jugaban en Los Ángeles y en la liga rival, como uno de los primeros “4 grandes profesionales” en jugar en la Costa Pacífica en 1946, para a la postre unirse también a la NFL en 1949. Durante esa década el equipo comenzó a ver buenos años, fueron conocidos como “El backfield del millón de dólares”, al estar conformado por 4 futuros Salón de la Fama; El quarterback Y. A. Tittle y los corredores John Henry Johnson, Hugh McElhenny y Joe Perry. Se convirtieron en el único backfield en ser inducido a Canton de manera completa. Por los siguientes 13 años el equipo apenas pudo mantener un promedio de partidos de .490, con desastrosos resultados de 2 – 12 y 4 – 10, en las temporadas 63 y 64 respectivamente. Durante estos años, los “Niners” instauraron por primera vez la ahora famosa formación escopeta, que consiste básicamente en alinear al Qb 7 yardas detrás de la línea ofensiva, esto con el objetivo de ganar tiempo antes de lanzar, ofensiva revolucionaria para la época (1960) y que les ayudó a vencer a los Colts de la ciudad de Baltimore que no estaban familiarizados con la formación. No fue sino hasta la temporada de 1970 que los de oro y rojo, en la última campaña jugada en el Estadio Kezar, consiguieron su primero título de división hasta la última semana, tras un conjunto de resultados, accediendo así a la post temporada para más adelante sacar al campeón de la NFC reinante los Minnesota Vikings y caer en el juego de campeonato ante los Cowboys con marcador de 17 – 10, para darle a “La Estrella Solitaria” su primero título de conferencia y el pase al Superbowl. Por las siguientes dos temporadas los de oro y rojo volvieron a ganar su división, convirtiéndose en el primer equipo en ganar 3 títulos de división consecutivos tras la fusión de las ligas. Las tres veces que San Francisco ganó la división, eventualmente se cruzó con los pupilos de Landry, los Cowboys, equipo al que nunca lograron vencer, dos veces en el juego de campeonato y una en la ronda divisional, esta última siendo la más dramática, pues tras ir ganando 28 – 16, Landry alineó al futuro salón de la fama Roger Staubach quien con contundente actuación trajo de atrás al equipo de Dallas y sacó el partido con marcador final de 30 – 28. Tras tremenda derrota el equipo no volvió a ser el mismo, por las siguientes temporadas las lesiones y la irregularidad se adueñaron de la alineación y vieron de lejos los playoffs, esto aun a pesar de haber sumado buenos corredores a sus filas.
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Joe Montana; leyenda de la NFL y los 49ers.
Las leyendas crean revoluciones. Al final de la década dominada por los Steelers y el desastroso cierre de los Niners en la misma, la afición veía con buenos ojos la llegada del nuevo dueño, Edward J. DeBartolo Jr. Que traía consigo al ex entrenador de la Universidad de Stanford, Bill Walsh, quien para ese entonces ya era conocido por su ojo de águila a la hora de reclutar jugadores y parchando equipos con la adquisición de agentes libres. Además de ser quien, como ya mencionamos, impulsor principal de la Ofensiva de la Costa Oeste. Desde su llegada a la NFL, Walsh marcó diferencia, trayendo al Qb de la Universidad de Notre Dame, la futura leyenda Joe Montana, quien llegaba con el cartel de dramáticos regresos en el marcador, cerrando su carrera universitaria con la más grande todas, en el clásico del Tazón del Algodón en 1979. Donde en medio de una nevada, jugando con gripa, lideró al equipo a un regreso de 34 – 10 que ganó 35 – 34. Sello que marcaría incluso su carrera profesional.
“La clave era la precisión, correr rutas de 7 yardas, no de 6.5 ni de ocho (…) La perfección que demandaba Bill Walsh todos los días se veía reflejada en cada jugada”. 13
San Francisco es el mรกs grande regreso de un equipo. Que tras dos temporadas perdedoras termina campeรณn.
Las leyendas daban su primero paso hacia la historia de la NFL. 1981
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Domando al tigre. El equipo comandado por Walsh ya contaba con una ofensiva impresionante, para la temporada de 1981 el entrenaodr en jefe se enfocó en rearmar la defensiva. Con una secundaria completamente de novatos que no habían sido probados previamente, y la adquisición del veterano apoyador Jack Reynolds y una línea defensiva veterana especialista en capturas, se convirtieron en un equipo perfectamente balanceado, ofensiva y defensivamente, que pese a haber arrancado 1 – 2 terminaría con record de 13 – 3. Siendo el mejor record de temporada regular de la historia hasta ese momento. El equipo liderado por Joe Montana llegaría al juego de conferencia tras vencer a los Giants 38 – 24, para enfrentar una vez más en el juego de campeonato a los Cowboys a quienes históricamente nunca habían vencido en playoffs. El partido fue apretado por tres cuartos, forzando a seis entregas de balón por parte del equipo de la bahía, lo cual obligó a los “Niners” a arrancar en su yarda 11 con el marcador en contra 27 – 21 y solo 4:54 minutos en el reloj, sin embargo, la magia estaba por comenzar. Fiel a su tradición Joe Montana mantuvo frío los ánimos y condujo 89 yardas a su equipo para culminar con un pase desbalanceado a Dwight Clark quien se alzó para atrapar a las alturas el balón que terminaría en anotación y empatando el marcador a 27 puntos, jugada conocida como “The Catch”. Más tarde el punto extra le dio la ventaja a los de oro y rojo, ventaja defendida por la defensiva, que en el último intento de Dallas forzó y recupero un balón suelto dándole así a San Francisco su primer pase al juego grande, en donde enfrentarían a los Cincinnati Bengals, también debutantes.
Este Superbowl se caracterizó por ser el primero en que el equipo con más yardas a la ofensiva perdió. Bengals 356 yardas El Superbowl XVI tuvo lugar el 24 de enero de 1982 en la ciudad de Pontiac, Michigan. Y por primera vez en 23 años ambos equipos hacían su primera aparición, Cincinnati habría terminado con record de 12 – 4. Tres entregas de balón pusieron a Cincinnati 20 – 0 al medio tiempo. Los Bengals comenzaron su regreso en la segunda mitad arreglándoselas para anotar 14 puntos sin respuesta en la segunda mitad, pero una serie de error defensivos le dieron 6 puntos más a San Francisco inclinando la balanza de manera definitiva. Cincinnati volvería a anotar, pero a falta de 20 segundos el equipo de la bahía tomaría el balón y se coronaría por primera vez campeón de la NFL. Montana fue el MVP.
Arriba, Montana ganando yardas en la linea de golpeo.
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Superbowl XIX, fue el primero en el que ambos Qb titulares lanza ron por arriba de 300 yardas. 16
Consolidación. Tras la temporada negativa de 1982 y la derrota de playoffs de 1983, fue 1984 una de las mejores temporadas para los Niners, que terminaron 15 – 1 estableciendo un nuevo record de partidos ganados y perdidos. En los playoffs tras vencer a Giants y Chicago alcanzaron el Superbowl XIX, adonde enfrentarían al joven equipo de Miami comandados por el novato y futuro salón de la fama, Dan Marino. El Superbowl XIX tuvo lugar en Stanford, California el 20 de enero de 1985 y fue el primer Superbowl jugado en el área de la bahía de San Francisco, así como el segundo que se jugaba coincidentemente en el mercado local de uno de los participantes desde el Superbowl XIV. Miami llegaba a su quinto Superbowl con record de 14 – 2 en temporada regular, mientras que San Francisco llegaba con 15 – 1, Marino y Montana prometían un gran espectáculo. San Francisco comenzaría perdiendo 10 – 7 en el primer cuarto, pero en los siguientes 15 minutos de tiempo regular San Francisco anotaría 3 touchdown, que, sumados a los 10 puntos sin respuesta de la segunda mitad, le darían una ventaja definitiva de 38 – 16 sobre su rival de la costa de Florida. Con 24 de 35 pases y un record de Superbowl de 331 yardas y 3 touchdown, Montana fue nombrado nuevamente MVP. Rompió también el record de más yardas terrestres para un QB en Superbowl (5ac – 59yds – 1td). San Francisco ganó así su segundo título.
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Transición a la vista… el nacer de una leyenda. 1988 fue una temporada de altibajos para el equipo de oro y rojo, el veterano Joe Montana sufría de una lesión en el codo y se veía obligado a alternar puesto con su futuro suplente Steve Young. Con record de 6 – 5 al borde de la eliminación, una reunión interna de jugadores le cambió la cara al equipo, con un Montana completamente recuperado San Francisco terminó 10 – 6, abriéndose camino a través de los playoffs hasta el Soldier Field de Chicago, sede de juego de campeonato en donde salieron victoriosos 28 – 3. El Superbowl XXIII sería escenario de revancha. Jugado el 22 de enero de 1989 en la ciudad de Miami, Florida, Bengals y Niners se volvían a enfrentar. Contrario a lo sucedido en el Superbowl XVI, el partido fue apretado, dominado por las defensivas que mantuvieron el marcador empatado a 3 al medio tiempo, siendo este el primer Superbowl en la historia que se iba empatado al medio tiempo. El segundo medio del partido estuvo más suelto que la primera mitad, dando paso al hecho histórico que nos hace recordar con gusto (mientras no seas aficionado de Bengals) aquel Súper Domingo. El equipo de San Francisco perdía hacía el final del partido 16-13, Joe Montana tomó el balón con su acostumbrada frialdad en su propia yarda 8 y tan solo 3:10 minutos en el reloj, cuentan que la frialdad de Joe era tal, que acercándose a la primera reunión de la ofensiva piso a su compañero en el pie y señaló al otro lado del estadio la presencia del actor John Candy, detalle que relajó considerablemente a una ofensiva que tenía la titánica tarea de revertir un marcador en tiempo record. Si alguien podía hacerlo, eran los “Niners”, era Joe Montana. Fue así como tras una serie de 92 yardas y con solo 34 segundos en el reloj, Montana conectó con John Taylor el pase de anotación ganador. Montana y Walsh ganaban así su tercer anillo, el tercer Vince Lombardi para la ofensiva de la costa Oeste y que veía la consagración de dos futuras leyendas y el nacer de una tercera, Jerry Rice, quien fuera nombrado MVP del partido, con 11 pases recibidos y un record de Superbowl de 215 yardas y una anotación e incluso un acarreo que le dio 5 yardas de ganancia a los 49ers.
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Entre leyendas se entienden. Joe Montana se había, sin duda consagrado como un grande de la NFL, dejando claras las posibles dudas ante las comparaciones con Qbs como Dan Marino, a quien ya le había ganado un Superbowl, dominando a la liga de la mano de Bill Walsh, quien, tras haber ganado su tercer anillo en 10 temporadas al mando de San Francisco, había decidido retirarse y dejar el mando al HC novato George Seifert. Para la temporada de 1989 – 1990, los “Niners” eran el equipo defensor, había venido de atrás una temporada antes donde estuvieron al borde de quedar fuera a la mitad de la misma. Caso contrario a lo que en 1989 vivieron, pues esta vez, como campeones vigentes terminaron la temporada nuevamente con record 14 – 2. Llegando así hasta la última instancia posible para defender el título, ni más ni menos que el Superbowl XXIV.
Montana estableció el record de 13 pases completos de manera consecutiva durante el Superbowl XXIV.
Habiendo ganado 3 títulos, pero nunca de forma consecutiva, era la primera vez que San Francisco ganaba la conferencia de manera consecutiva y tenía la posibilidad de conseguir la gloria hasta ahora de unos cuantos, un bicampeonato. En frente, los Denver Broncos, el equipo de la creciente leyenda John Elway, la sede, El Superdomo de Nueva Orleans, la fecha, 28 de enero de 1990. Mucho era la expectativa al respecto, Denver trataría de evitar igualar el terrible record de cuatro derrotas en Superbowl de los Minnesota Vikings, sin embargo este Superbowl es recordado no solo como la consagración de la dinastía de San Francisco, sino también como el Superbowl más inclinado hacia uno de los dos lados, pues San Francisco anotó 55 puntos, la mayor cantidad de puntos anotados por un equipo con un margen de 45 puntos fue la victoria más aplastante en la historia del súper domingo. Joe Montana fue nombrado una vez más MVP, el tercero en sus cuatro victorias de Superbowl. El contempló 22 de 29 pases, 297 yardas e implantó el record de 5 pases de touchdown, por si fuera poco, corrió15 yardas, y su porcentaje de pases completos de 75.9 es el segundo más alto en la historia del juego final. Montana se convirtió en el tercer jugador en ganar: MVP de Superbowl y MVP de temporada regular el mismo año, honor compartido ni más ni menos que con Bart Starr y Terry Bradshaw, quienes lo hicieron en el 66 y 78 respectivamente. San Francisco y Joe Montana, se adueñaban de la década de los 80, empatando a los Steelers como los máximos ganadores del Superbowl con 4 títulos.
Jerry Rice; Una leyenda que nació junto a otra leyenda; Joe Montana
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Transición y gloria. Para la temporada de 1994, Montana había dejado al equipo de la bahía, mudándose al centro del país para jugar con Kansas City Chiefs, dejando por fin la titularidad indiscutible a Steve Young, quien tenía la misión no solo de preservar el legado de sus predecesores sino también de salir de la sombra en la que una leyenda como Montana lo había metido. La temporada de 1994 fue por fin el escenario en el que este QB con el número 8 se consagraría. Originario de Salt Lake City, Utah Young lideró a los Niners hasta su quinto juego de campeonato en 6 años, dominando la liga con 324 de 461 pases y 3,969 yardas anotando 35 veces y siendo interceptado únicamente 10, por si fuera poco corrió 58 veces, ganando 293 yardas y anotando 7 touchdowns, estadísticas que le valieron el MVP con records de 13 – 3, San Francisco se metió hasta el Superbowl XXIX, para enfrentar a su vecino de la Conferencaia Americana, los San Diego Chargers, quienes llegaron con record de 11 – 5. Con San Diego como el equipo ceniciento y San Francisco el favorito, el Superbowl XXIX tuvo 75 puntos combinados que junto con los 10 touchdowns totales fueron un record de Superbowl. San Francisco dominó de principio a fin, anotando en sus primeras dos ofensivas y, aunque San Diego respondió con 7 puntos, nunca pudieron frenar a loa de rojo y oro. Steve Young fue nombrado MVP del partido lanzando un record de Superbowl de 6 pases de anotación y completando 24 de 36 pases para un total de 325 yardas. El Superbowl XXIX consagró a los San Francisco 49ers como el máximo ganador de la NFL, superando con 5 títulos los 4 que Steelers ganó con Chuck Noll y la cortina de acero. El equipo de la bahía había revolucionado el sistema de juego que sentó las bases para la NFL del siglo XXI y el sistema de juego de una de las dinastías de las que hablaremos más adelante. Bill Walsh y su ofensiva de la costa oeste llegaron para dominar, quedarse y transformar la liga.
Steve Young brilló con la luz propia de un Qb estrella de NFL.
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Los 49ers son el Ăşnico equipo en haber anotado ocho touchdowns en un Superbowl (su Ăşnico error fue fallar un punto extra).
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RECORD D
48 - 11 - 1 .816
6 años
65 - 5 - 0 .812 13 años
Primera dinastía de la agencia libre.
DE IMPERIO
37 - 11 - 0 .770 4 años
48 - 11 - 1 .816 15 años
Década de
Estrella. Terminada la década de los 80 y acercándonos a la primera mitad de los 90, dos de nuestras dinastías coexistieron prácticamente, los “Niners”, que había dominado la liga durante la década de los 80 y los Cowboys que estaban por regresar a la cima de la liga. El primero, los 49ers de San Francisco marcaron el ritmo al que la liga jugaba en la década de los 80, (1981, 1984, 1988 y 1988). Un equipo tan bien armado que, pese a su transición, le alcanzó para repetir 6 años más tarde, en 1994, el 5to título que en su momento lo colocó como el equipo más ganador de la historia moderna de la NFL. Su ocaso, empezados los 90, vio nace a la 3ra de nuestras dinastías, que,
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aunque quizás no fuera tan dominante como la cortina de acero de Noll o la Ofensiva de Costa Oeste de Walsh, previamente descritas, tuvieron logros únicos en la liga. Los Cowboys de la última década del siglo XX veían a la distancia los años 70 donde habían alzado sus 4 títulos de la NFC y los dos Superbowls. Tras una década de los 80 difícil, donde compitieron, pero nunca lograron recuperar el estelar de la NFC, iniciaban un periodo de transición cuyo único objetivo era regresar a los lugares estelares que cuando menos ofrecieron competencia a la dinastía de los Steelers en los 70, ganando incluso 2 títulos de Superbowl en esos años.
“22 + 88 + 8 = TD” Se podía ver impreso por parte de la afición las gradas del mítico Irving Stadium. Aunque fueron solo 3 anillos los colectados por “La Estrella Solitaria”, Dallas se convirtió en el único equipo en ganarlos en un periodo de 4 años, 1992, 1993 y 1995, dejando lugar únicamente para el título que el Qb salón de la fama Steve Young logró con San Francisco en 1994. El equipo de plata y blanco de los años 90, tuvo entre sus filas, cuando menos en uno de los 3 títulos a un total de 6 futuros salón de la fama, dentro de los que destaca el Qb Troy Aikman, el WR Michael Irving y sobre todo el HB Emmitt Smith, quien tras 12 años en los Cowboys migró a los Arizona Cardinals donde culminó una brillante carrera de 3 títulos y suficientes yardas por tierra para adjudicarse el corredor con
más yardas terrestres de todos los tiempos con un total de 18,355, promediando 4.2 por acarreo durante su carrera. Esta tripleta de ofensivos estaba perfectamente balanceada con una férrea defensa donde a lo largo de la dinastía destacaron jugadores como Russell Maryland, Erik Williams, el safety Darren Woodson, Nate Newton, Kate Norton Jr. Mark Tuinei, Jim Jeffcoat y los veteranos, Jay Novacek y Charles Heley. Una defensiva que sometió en el juego grande dos veces a los Buffalo Bills y a los Steelers en la tan anhelada revancha.
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Dominando al búfalo.
La temporada de 1992 fue el preámbulo del Superbowl XXVII que se jugó el domingo 31 de enero de 1993 en la ciudad de Pasadena California, en el mítico Rose Bowl, que aunado a los detalles deportivos fue el escenario del legendario show de medio tiempo de la leyenda musical, Michael Jackson. Espectáculo que es recordado hoy en día por propios y extraños año con año. Es sin duda el punto de referencia para muchos cuando de espectáculos de medio tiempo de Superbowl se habla. A este Superbowl, llegaron por tercer año consecutivo los Buffalo Bills del futuro salón de la fama, Jim Kelly. El equipo del estado de New York, llegaba al Superbowl XXVII con el objetivo de por fin alzarse con el Vince Lombardi que por dos años consecutivos se le había negado de manera dramática en el Superbowl XXV y XXVI. Sin embargo, para su mala suerte, los Cowboys del Coach Johnson venían inspirados y con ritmo de campeonato, forzando un record de 9 entregas de balón que lapidaron totalmente a sus rivales. Con 4 intercepciones y los inolvidables 5 balones sueltos, le dieron 35 puntos a los Cowboys. Para colmo de males, Bills se vio obligado a alinear para el segundo cuarto a su Qb sustituto Frank Reich tras la lesión del titular Jim Kelly, quien con un pase de 40 yardas logró acortar el marcador a 31 – 17. Pero el equipo de Dallas no sufriría ante esto y en el 4to cuarto del partido, anotaría tres touchdowns más sin respuesta, poniendo punto final a un Superbowl totalmente inclinado al equipo de “La Estrella Solitaria”. Pudo incluso haber un 4to TD más en el último periodo de no haber sido por la gallardía del receptor Don Beebe que le quitó el balón de las manos a Leon Left que casi anota tras regresar un balón suelto hasta la zona de anotación de los Bills. Con un Troy Aikman inspirando, que fue nombrado MVP del partido al completar 22 de 30 pases, 273 yardas y 4 pases de anotación, sin olvidar su rating de 140.6 y sus 28 yardas por tierra. Dallas ganaba su tercero anillo de Superbowl en su historia, el primero en 15 largos años de sequía.
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Jimm Kelly accediรณ al salรณn de la fama. Pero sus 4 derrotas al hilo en el juego grande, marcaron su carrera. 27
Ningún búfalo fuera del corral
Con el equipo de Dallas campeón la liga se preparaba para arrancar la temporada que culminaría con el Superbowl XXVIII, cuya sede había sido designada en Atlanta, Georgia en el mítico estadio del Georgia Dome. La fecha, 30 de enero de 1994. En esos años la liga daba a sus equipos dos semanas de descanso por equipo durante la temporada regular y el Superbowl XXVIII era apenas el tercero que se disputaría tan solo una semana después de haberse jugado el juego de campeonato de conferencias. Los otros fueron el Superbowl IV y el XVII. Por si fuera poco, esta la primera y hasta ahora única, que por años consecutivos, el súper domingo recibe a los mismos actores. Cowboys vs Bills. El campeón defensor llegaba a este escenario con record de 12-4 a pesar de tener una larga lista de jugares en la lista de lesionados durante la temporada. Por su lado los Bills, alcanzaban su 4to Superbowl consecutivo, un record en la AFC que hasta la fecha nadie ha podido igualar. Sin embargo, no es un record que la afición pueda presumir con mucho gusto ya que en ninguno de esos logro coronarse campeón y algunas de esas derrotas fueron desastrosas. Para el Súper Domingo XXVIII el equipo de la ciudad de Búfalo tenía la peculiaridad de hacer series ofensivas sin reunión, algo novedoso para la época. Sin embargo, la historia no fue muy diferente, a pesar de que los Bills ofrecieron mucha más resistencia que un año antes, el resultado no terminó siendo favorable. Aun con la ventaja al medio tiempo de 13 – 6 y haber blanqueado a los Cowboys en el 2do cuarto, la segunda mitad terminó siendo una pesadilla para ellos.
Dallas y Bills jugaron la única serie de consecutivos Superbowl.
Cowboys
se llevaron ambas ediciones.
La poderosa tripleta ofensiva de Dallas entró en ritmo para 3er y 4to cuarto, anotando 24 puntos sin respuesta alguna de la ofensiva roja que se vio maniatada completamente por la férrea defensiva del equipo de Texas. Ya que a tan solo 45 segundos de haber iniciado el 3er cuarto, la defensiva de Dallas bateó un balón que fue recogido por el safety James Washington quien lo regresó 46 yardas hasta la zona de anotación del rival, comenzando así el camino a la gloria. Desde ese punto hasta el final, el corredor, Emmitt Smith, quien sería nombrado MVP del partido tomó el juego bajo su control, anotando un TD con un acarreo de 64 yardas y más tarde otro de 15 yardas y uno de 1 yarda en el 4to cuarto. El legendario corredor de los Cowboys tuvo una tarde excepcional con 30 acarreos y 132 yardas para 2 TD, mientras también vio actividad por aire, al atrapar 4 pases para 26 yardas. Su combinación de 158 yardas y tremenda actuación le valieron el MVP del Superbowl. Dallas conseguía así el ansiado bicampeonato y su 4 anillo histórico de campeón al vencer por marcador de 30 – 13 a los Bills.
Emmit Smith es el corredor más prolífero de la NFL, acumulando un total de 18,355 en 4,409 acarreos a lo largo de su carrera, lo que lo lleva a promediar 4,2 yardas por corrida. Su carrera más larga fue de 75 yardas. Brilló tanto como con Dallas como Arizona. En total timbró en la zona de anotaciones un tota de 164.
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Dominado la historia; revancha y gloria. Con 4 títulos históricos y dos conseguidos de manera consecutiva recientemente, la temporada de 1994 vio una pausa en la gloría de “La Estrella Solitaria”, dejando la bandeja de campeón para la consagrada dinastía de los 49ers que le cedían la estafeta de líder a Steve Young. Dallas no había podido implantar record de 3 Superbowls ganados de manera consecutiva en la NFC. Perdiendo en la última instancia, el juego de campeonato contra el futuro campeón. Con ese bache en lo que hubiera podido ser su tercer título de NFL consecutivo, Dallas iniciaba con una espina clava la temporada 95 – 96 en la que buscarían a como diera lugar consagrarse en el Superbowl que festejaba sus tres décadas de existencia. El Superbowl XXX, programado para jugarse en el Sun Devil Stadium, Tempe, Arizona, el 28 de enero de 1996 y, traerá para todo aficionado al deporte una de las más grandes rivalidades que la NFL ha dado, Dallas Cowboys contra el archienemigo de la era moderna Pittsburgh Steelers, con quienes ya había perdido dos juegos grandes en la década de los 70, época de la famosa cortina de acero de Chuck Noll. Veintiséis años habían pasado para que ambos equipos se volvieron a ver las caras nuevamente en el juego grande, mucho había pasado desde la era de Chuck Noll y Tom Landry, viejos lobos de mar, de Terry Bradshaw y Roger Staubach. Esta vez, Bill Cowher vs Barry Switzer (quien sustituyó a Jimmy Johnson tras sus diferencias con Jerry Jones), Neil O’Donnell vs Troy Aikman, eran los personajes que darían color al 30 aniversario del Superbowl. Ambos equipos llegaban a esta instancia tratando de empatar el record de más campeonatos ganados que los 49ers habían logrado el año anterior con 5. Dallas llegaba con Record de 12 – 4 y Steelers con record de 11 – 5. Así como querer mantener su invicto en el juego grande para mantenerse en la lucha a la par de la supremacía histórica con San Francisco. Dallas por su lado llegaba a su 8vo juego por el campeonato de NFL.
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El Superbowl XXX fue el tercer encuentro entre dos equipos, la mayor cantidad de enfrentamientos entre dos equipos.
La afición de Pittsburgh no perdona a O’Donnell. Se cree que haber apalabrado con los Bengals para el siguiente año, lo distrajo del juego.
En un partido apretado que empezó ganando Dallas en el primer cuarto con marcador de 10 – 0, la tensión estaba a flor de piel. Al medio tiempo, que fue ambientado por la cantante Diana Ross se veía un marcador en favor de los Cowboys 13 – 7, gracias a que Pittsburgh anotó con solo 13 segundos en el reloj un Touchdown que le daba un panorama diferente a la 2da mitad. Dallas lucía concentrado, como si tuviera presente las dos derrotas previas que definitivamente no quería repetir, con esto, una enfocada defensa tomaría por asalto en manos Larry Brown dos intercepciones que a la postre terminarían en 14 puntos para los de “La Estrella solicitaría”. Con el marcador en contra, Steelers lograrían acortar cartones 20 – 17 y con el balón en su posesión la esperanza estaba del lado del equipo de acero. Sin embargo, el destino brillaría a favor de su rival cuando en su intento por venir de atrás, Neil O’Donnell lanzaría el balón al aire para terminar en manos nuevamente de Larry Brown, quien esta vez regresó el balón 33 yardas hasta las diagonales y así poner marcador final de 27 – 17 en favor de los Cowboys, la revancha y la dinastía estaban consumado. Dallas se convertía así en el primero equipo en ganar 3 títulos de Superbowl en tan solo 4 años. Las dos intercepciones le valieron le valieron a Larry Brown el MVP del Superbowl XXX. La dinastía de los Cowboys fue quizás la que menos títulos se llevó a sus vitrinas, pero bien ganados en tiempo record. Los próximos años para Dallas fueron difíciles, el tema de la agencia libre y el tope salarial le cobraron factura al equipo y aun hasta nuestros días, Dallas se reestructura para competir. Han pasado 22 años desde que el Superbowl recibiera a los Cowboys de Jerry Jones.
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Patrióticos
Superbowls. “Esta noche todos somos patriotas y, esta noche los Patriotas son campeones”.
Fueron las inmortales palabras de Robert Kraft, dueño de los New England Patriots desde 1994 a la fecha, en la ceremonia de premiación del Superbowl XXXVI, jugado en el Superdomo de la ciudad de Nueva Orleans el 3 de febrero del 2002, un Súper domingo especial, cuyo medio tiempo fue el escenario para uno de los espectáculos más emotivos de la historia del deporte de las tecleadas, un homenaje a las caídos en el atentado del 11 de septiembre en el World Trade Center de la ciudad de Nueva York a cargo de la banda irlandesa U2. La temporada del 2001 podrá ser recordaba por muchas cosas y estadísticas, entre ellas el primer título de los Patriotas, el primero de Tom Brady cuando apenas jugaba su segundo año en NFL y le “robaba” la titularidad a un veterano lesionado que bien hubiera podido ser él, el campeón ese año si digámoslo de una manera, no se lastima la pierna, Drew Bledsoe. Pero más allá lo deportivo esta temporada es memorable por lo sucedido a tan solo 2 semanas de haber comenzado, un hecho que le cambió la cara al mundo y que se volvió noticia a nivel mundial; la caída de las famosas Torres Gemelas de Nueva York. El atentado del 9/11. Justo cuando Drew Bledsoe se lesionara y fuera sustituido por siempre por el futuro lo salón de la fama Tom Brady. El orgullo norte americano y el temor mundial se veía sacudido por un par de aeronaves comerciales que se estrellaban fatídicamente en el World Trade Center, el luto nacional y ciertamente mundial, obligaba a la NFL a parar dos semanas por respeto a lo sucedido. Tras el paro de 2 semanas la liga se reanudaría y obligaría a un ajuste de calendario que haría que por primera vez el Superbowl se jugara en el mes de febrero y no, en el último domingo de enero, como ya era una costumbre de la liga. En ese año los Pats arrancarían con record de 0-2 y, en esa segunda derrota el rumbo del equipo cambiaría por los próximo 18 años al menos. El Qb Drew Bledsoe sufriría una lesión que lo marginaría por lo menos hasta la semana 10, con todo y las dos semanas del paro debido al atentado, esto abría las puertas al joven Qb Tom Brady que tan solo había lanzado 3 pases profesionales
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un año antes. Sin embargo, ese año, el destino de la temporada, del Qb y la liga cambiaría para siempre. Brady lideró a los Pats hasta la postemporada con record de 11-5, completando 63.9% de sus pases y sumando 2,843 yardas más 18 touchdowns contra solo 12 intercepciones, número que lo llevó a ser seleccionado a su primer probowl y, que tras perder su 5to juego en la semana 11 contra los Rams y quedar 5 -5 no volvieron a perder un juego más, asegurando así el descanso de la primera semana de playoff y dándoles la oportunidad de jugar en casa el juego divisional contra un candidato a Superbowl, los Oakland Raiders, en un juego que causó polémica y que hasta la fecha es motivo de debate entre los aficionados y enemigos del equipo de Boston. Una polémica jugada en la inclemente tormenta de nieve, donde para muchos es claro el balón suelto de Tom Brady recuperado por los Raiders y para otros, los menos, es un anunciado y decretado al final del día, pase incompleto, hecho que les valió la posesión del balón y la eventual suma de puntos que mandaron al equipo al juego de campeonato de la AFC contra los Steelers en el Heinz field. Donde ya motivados vencieron con más defensiva que ofensiva 21 – 17 a unos Steelers que entregaron dos balones en los últimos 3 minutos mientras buscaban la remontada.
La tercera es la vencida.
Ya en el Superbowl, los patriotas tenían en frente a los St. Louis Rams del Qb Kurt Warner y el HC Mike Martz, un equipo ampliamente favorito, principalmente por el circo aéreo que eran capaces de desplegar partido, implantando record de puntos y yardas ofensivas dos años antes, año en el que se alzaron con el Vince Lombardi por primera vez ante la última yarda de los Tennessee Titans.
Dos años antes los Rams habían vencido a los Titans con una contundente tacleada en la yarda 1, que evito el empate por parte del equipo de Tennessee.
El partido comenzaría con una casi inmediata ventaja para los Rams, pero tan solo de 3 puntos, siendo estos los únicos puntos del 1er cuarto, sin embargo, una pronta respuesta de los Pats, tanto a la defensiva como ofensiva, le dieron ventaja de 14 – 3 al medio tiempo al equipo de Boston. Al volver del medio tiempo la ofensiva de los Rams seguiría en blanco sumando así, su segundo cuarto sin puntos. Para el 4to cuarto, el equipo de la Puerta del Oeste parecería despertar anotando los 14 puntos que le faltaban para empatar el juego, llevando el partido al borde del tiempo extra por primera vez en la historia del Superbowl, estando el marcador empatado a 20, y aunque para propios y más aún extraños, el tiempo extra era inminente, la última palabra la tendría Bill Bellichick desde la banca y el joven Qb Tom Brady en el campo. Una serie ofensiva en el ocaso del juego, de manera casi inmediata empezaría a dar resultados. Con pequeños avances por parte sus receptores debido a una displicente defensa de los Rams con respecto al terreno corto, un excelente manejo del reloj por parte de Tom Brady que demostró ser un Qb con la mente fría, haciendo olvidar a propios y extraño que tan solo jugaba su 2do año, condujo al equipo a lo largo y ancho del equipo hasta la posición ideal para un gol de campo, dejando el plato servido para que un joven Adam Vinatieri, cortara las ilusiones Rams de un regreso en tiempo extra y dándole a los Patriots su primer título en su tercera incursión al juego grande 23 a 20. Robert Kraft veía por fin consumado su anhelo de recibir en manos propias el trofeo que acreditaba a los “casacas rojas” campeones de la NFL. La leyenda había nacido.
Mike Martz y los Rams vencieron a los Pats de Billichick en temporada regular, tras el juego el HC de los Rams declaró que los Pats tenían madera de campeón.
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La banda irlandesa U2, ofreció un emotivo espectáculo de medio tiempo, en honor a las vítimas del ataque 9/11.
Hasta ese momento los Pats no conocĂan otro estadio para jugar Superbowl que no fuera el Superdomo de la ciudad de Nueva Orleans.
Los Pats sacaron un resultado de Ăşltima hora gracias a la estrategia de Billichick, la frialdad del joven Tom Brady y la precisiĂłn de Adam Vinatieri.
El siglo XXI poco a poco iba tomando forma, había traído consigo nuevos campeones, Rams, Ravens, Patriots, Buccaneers y para la temporada del 2003 las cosas no parecían fáciles de predecir, aunque se esperaba que el último campeón, Tampa Bay Buccaneers repitiera el título de la mano del HC Jon Gruden después de dar tremenda demostración en el Superbowl XXXVII, luciendo imbatibles. Para el Superbowl XXXVIII, jugando ya de manera habitual el primero domingo de febrero y debutando en la sede de la recién añadida franquicia de Houston, el Reliant Stadium, llegaba un debutante más por parte de la NFC, también desde la División Sur como el equipo de Tampa Bay. El equipo de Carolina Panthers, tendría la titánica tarea de demostrar que la NFC aún tenía el empuje que lo llevó a dominar la década de los 90, contra un ya experimentado equipo de Patriots, quienes eran favoritos en todos los aspectos por 7 puntos, pues tras dejar ir el título un año antes, para la temporada de 2003 llegaban con record de 14 – 2 y sin la polémica de dos años antes. El Súper domingo fue a la postre considerado por muchos escritores deportivos como el mejor Superbowl jugado en la historia del mismo, ambos equipos jugaron defensivas cerradas durante el 1er cuarto, manteniendo el empate a ceros en el marcador. Juntos produjeron un total de 868 yardas y 61 puntos. El primer cambio en el marcador llegó hasta el minuto 26:55 del partido, cerca del final del primer cuarto, lo cual es un record vigente del primero medio más cerrado en la historia del juego de campeonato de NFL. Después de esto, el partido combinó 24 puntos dejando el marcador al medio tiempo 14 – 10 en favor de los de Boston. Al volver del medio tiempo tras la nunca olvidable polémica de Janet Jackson y Justin Timberlake al medio tiempo, las defensivas se volvieron a hacer presentes, dejando todo para el último cuarto del juego. Durante el último cuarto el partido tuvo 37 puntos combinados, dándole un dramatismo único en el Superbowl. El equipo de los “casacas rojas” se fue adelante y con el partido aparentemente resuelto, con más de dos posesiones de balón arriba, lo mejor estaba por venir. Jake Delhome, Qb titular de Carolina, no se daría por vencido y tomaría por asalto la tranquilidad de los Pats para empatar el juego con el final cerca, nuevamente el tiempo extra y la remontada de los Panthers, el milagro parecía más que posible y como dos años atrás, parecía inevitable. Sin embargo, un giro del destino nos enseñaría que como bien decía el jefe Vince Lombardi: “esto no se acaba hasta que se acaba”.
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Tras empatar el juego a 29, habiendo anotado 19 puntos en el último 4to, Carolina tendría que despejar de kick off. Bien, casi nunca se menciona a los pateadores en estas jugadas, salvo que sucedan dos cosas, una estupenda tacleada que evite el gran regreso de quien tomó la patada o, que realice una mala patada que otorgue letal ventaja al equipo rival. Que fue precisamente lo que le pasó al pateador John Kasay. Al realizar la patada de salida con tan solo 1:08 en el reloj, ésta abandonó ilegalmente la banda, dándole automáticamente 40 yardas a los Pats, que, con la frialdad de Tom Brady, avanzarían por el campo y lograrían poner con solo 4 segundos todo en pies de Adam Vinatieri nuevamente. Con la concentración de 2 años antes, efectuó una patada de 41 yardas que pasó entre los tres postes, dándole a los Pats su segundo título en 3 años al poner el marcador final 32 – 29. Ante la mirada atónita de Jake Delhomme, los Panthers y toda su afición, los Pats eran campeones nuevamente.
Primera
consagración. Tras haber ganado los Superbowl XXXVI y XXXVIII, ambos por tres puntos, los Pats de Billichick y Brady entraban a la temporada de 2004 con la posibilidad de igualar lo hasta ahora solo logrado por los Cowboys de los 90, ganar 3 títulos de campeón en 4 años. La cita sería en el Alltel Stadium de la ciudad de Jacksonville, Florida el 6 de febrero de 2005, ciudad que recibía por primera vez en su historia el juego grande. La temporada fue una gran temporada para los Patriots, quienes liderados por el indiscutible titular Tom Brady, ya en su quinto año como jugador profesional, terminaron la temporada regular con marca de 14 – 2, ganando la semana de descanso de la AFC solo sembrados detrás de los Steelers que ese año terminaron con record de 15 – 1 y al mismo tiempo veían el inicio de la carrera ni más ni menos que de Big Ben. Sin embargo, pese a ser favoritos a llegar al Superbowl XXXIX, los campeones vigentes, no se darían por vencidos tan fácilmente. Patriotas avanzaron eliminando a los Colts de Manning, quienes tenían una dominante ofensiva de records aéreos, por marcador de 20 – 3. Y más tarde a los Steelers en Heinz fiel con un apabullador marcador de 41 – 27. La experiencia sobre el talento. Llegado el gran domingo, los Patriotas eran ligeramente favoritos ante un equipo de Philadelphia que, tras caer 3 años consecutivos en el juego de Campeonato de la NFC, por fin alcanzaban el juego grande liderados por el Qb Donovan McNabb y Andy Reid como su entrenador en jefe. McNabb tuvo ese año sus mejores números, al completar un total de 300 pases de 469 que lanzó y acumulando un total de 3,875 yardas, 31 Td y solo 8 intercepciones, números que lo convirtieron en el primero Qb en alcanzar más de 30 Td y menos de 10 intercepciones el mismo año. Por si fuera poco, corrió 220 yardas anotando 3 veces, un poder ofensivo que se complementaba con el recién llegado WR Terrell Owens, que tras 8 años en el equipo rojo y oro de la bahía, llegaba con el objetivo de impulsar a los Eagles al Superbowl, tarea que logró contribuyendo con 77 recepciones, 1200 yardas y 14 Tds. Eagles no parecía pan comido. El juego comenzó reñido y cerrado, con el marcador a ceros durante el primer cuarto del mismo y no fue sino hasta el minuto 9:55 del 2do cuarto que McNabb conectó un pase de anotación que le dio ventaja a los Eagles, sin embargo, Pats no tardó en responder y cerca del final de la primera mitad empató el marcador, enviando así el juego al medio tiempo. En la segunda mitad, los Pats se adelantarían por siete en el marcador, pero los Eagles responderían empatando el juego a 14, nunca más volverían a estar empatados.
Los Pats tomarían más tarde ventaja de 7 puntos y con el marcador 21 – 14 en favor de Brady y compañía, McNabb no podría seguir el ritmo y vería más tarde como los de Boston tomaban el control del juego con un gol de campo, 24 – 14. Con poco más de 8 minutos en el marcador la tarea de remontar 10 puntos para enviar a tiempo extra parecía difícil, le tomó mucho tiempo a los Eagles acercarse en el marcador quienes no lograron poner cifras hasta después de la pausa de los 2 minutos. Con el marcador 24 – 21 Eagles recuperaría la patada y trataría de cabalgar por el campo desde lo profundo de su territorio para buscar el gol de campo que empatara el juego. Hazaña que no llegaría y dejaría a los Pats con definitiva ventaja y un tercer Vince Lombardi en 4 años, igualando a la dinastía de los Cowboys establecida en los 90. Los Patriots entraban a la historia de los grandes equipos y ponían su record de SB 3 – 2. Brady ganaba su 3er anillo y las comparaciones con los grandes como Montana y Bradshaw eran inevitables. Teníamos dinastía en el siglo XXI.
Adam Vinatieri
se convirtió en el primero pateador en definir favorablemente
3 Superbowls.
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Larga fue la espera. Diez años es suficiente tiempo para que muchas cosas cambien, para que una generación entera de futuros jugadores sepa más por lo que les platican o incluso leen que por lo que ellos mismos han visto. Para todo jugador que iniciaba su juvenil carrera en el 2014 los Patriotas no eran más que un equipo competitivo que se había quedado en la historia de la primera década del siglo y en el borde de la gran hazaña de la temporada perfecta en el formato de 19 juegos y más tarde con la revancha de SB ante los Giants. Tom Brady era un grande pero no le estaba alcanzando. Para los fanáticos del equipo de Boston eso no era problema y tres títulos en los primeros 6 años de la carrera de su Qb bastaban para presumirlo como uno de los más grandes, incluso por encima del “acérrimo rival” Peyton Manning, quien para ese momento solo había logrado ganar 1 anillo en tres viajes al juego grande. La disputa era clara, o eras Pro Patriot o Anti Patriot. La temporada de 2014 era el décimo aniversario del último título de unos Patriots que durante ese tiempo hay dos cosas que no se le pueden discutir, compitieron todos los años por ganar más títulos, llegando a dos súper domingos, aunque perdiendo los dos y, que causaron suficiente polémica sobre lo limpio de su juego, envueltos en problemas como el robo de señales, el robo de jugadas y jugadores así como eventualmente en desinflar los balones en un partido de playoff para facilitar el agarre del mismo. Detalles que para muchos, mancharon el título de dinastía que habían logrado. Pues muchas de estas acusaciones provenían de ex colaboradores de Billichick quienes ahora, fuera del sistema acusado, sufrían de estas “trampas”. Con la afición de la NFL dividida, la temporada que culminaría con el Superbowl XLIX y que se jugaría el 1ro de febrero de 2015 en la ciudad de Phoenix en el estadio de la universidad de esa ciudad daba inicio. El súper domingo tendría como actores principales a los Seattle Seahawks y nuevamente a los New England Patriots, una versión inédita del juego grande, pero que traía consigo detalles singulares. Uno de ellos recaía en los entrenadores en jefe de ambos equipos. Por un lado, estaba Billichick, entrenado en jefe de los Pats, ganador de 3 superbowls en la primera década del S. XXI y artífice de la competitividad innegable del equipo. Y, por otro lado, Pete Carroll, vigente campeón que además de su pasado como exitoso entrenador colegial contaba con historia en el equipo de Boston. Carroll había tomado las riendas del equipo de los Pats a finales de los 90 cuando el legendario Bill Parcells decidió dejar el equipo y era el predecesor inmediato de Bill Billi-
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chick quien llegó para quedarse en el año 2000. Pero que ahora con los Seahawks llegaba a su segundo Superbowl consecutivo con record de 12 – 4 en esa temporada, ganando la división Oeste de la NFC. Además, el Superbowl LXIX significa el 8vo viaje al juego grande para los Pats, igualando record de visitas con Steelers (6-2) y Cowboys (5-3). Con un record histórico de 3 – 5 en el juego grande, Billichick y Brady buscaban su 4 anillo igualando a la dupla de los 70 conformada por Chuck Noll y Bradshaw, mientras que Brady buscaba igualar también a Montana como el Qb más veces campeón. El partido sería un partido cerrado, no tendría puntos en todo el primer cuarto y se mantendría hasta el 9:47 del segundo cuarto cuando New England anotaría por la vía aérea, poniendo cifras de 7 – 0. El empate por parte de Seattle vendría cerca de la pausa de los 2 minutos con un acarreo de Marshawan Lynch, the Beast. Sin embargo, no sería lo último pues con 31 segundos en el reloj los Pats volverían a conectar por aire para poner el marcador 14 – 7 en lo que parecía el marcador al medio tiempo. Pero Chris Matthews y Russell Wilson tendrían la última palabra, pues a falta de 2 segundos en el reloj empatarían el marcador dejando el momento anímico del lado del equipo de la NFC. Tras volver del medio tiempo Seattle parecía más conectado con el partido, anotando 10 puntos sin respuesta en el 3er cuarto, para un total de 17 puntos sin que Pats metieran las manos. Wilson entraba al último cuarto con ventaja de 10 puntos, 2 Td
y un Marshawn Lynch con sed de título. Sin embargo, en frente tenían a un entrenador que no se da por vencido y un Qb con sed de gloria. Para el 4to y último cuarto del Súper Domingo LXIX, Brady conectó dos pases de Tds con Danny Amendola y Julian Edelman respectivamente, colocando el marcador hasta el momento 28 – 24 a su favor. Russel Wilson y los Seahawsks se veían obligados a cerrar el juego, la última ofensiva parecía que sería la suya y podrían poner el partido a su favor por tres puntos al final del partido. La suerte parecía estar de su lado cuando Wilson lanzó un pase profundo que cerca de ser incompleto, inexplicablemente con J. Kearse en el suelo, tras hacer contacto con el mismo balón 5 veces antes de que por fin se quedara con el balón, se levantó y tuvo que ser empujado por la banda en la yarda 4. New England, jugando en el mismo estadio donde habían perdido el invicto contra los Giants veían sus aspiraciones esfumarse con una atrapada milagrosa como la de Tyree de años atrás. Pero la última jugada aún no se corría, la defensa de Pats necesitaba detener a “la bestia” que llegaba con cartel de imparable en yardaje corto. Primero gol, el reloj se consume y aunque el TD de Seattle solo pondría a los Pats 3 puntos abajo, era suficiente para perderlo porque el tiempo no sería suficiente para revertir el marcador. La jugada se corrió y contrario a lo que todos esperaban ver, Carroll decide sorprender lanzando el balón a su número 33 Lockette, pero el sorprendido fue él, la defensiva parecía haber esperado la sorpresa y Buttler se anticipó perfectamente al pase, interceptando el balón que la vuelta a lo más alto a los Patriots de Brady y Billichick. Patriots alzaba su 4to título de NFL.
A la fecha se sigue viendo en las gradas de Seattle carteles de aficionados diciendo: Si sabemos que debimos de haber corrido.
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Toda dinastía será medida meticulosamente para avalar su legado, es algo a lo que los Pats no han sido ajenos, menos aún, con lo que muchos consideran, manchas indelebles en su haber. Comparados eternamente con el equipo de Bill Walsh y Joe Montana, Tom Brady y Bill Billichick necesitaban reafirmar su paso por la liga y la historia y, la temporada de 2016 sería el escenario perfecto. El Superbowl LI, daba inicio a la 2da mitad del siglo de historia de los súper domingos, jugado el 5 de febrero de 2017 en el NRG Stadium de los Texans en la ciudad de Houston, sería el escenario ideal para que el equipo de Boston repitiera el título como lo había hecho 13 años antes contra Carolina. Esta vez, en frente tendrían a los Halcones negros de Atlanta, como último rival del año, quienes llegaban, con record de 11 – 5, a su segundo juego grande tras 18 años de ausencia cuando en el Superbowl XXXIII cayeron ante los Denver Broncos de Elway. Para este Superbowl, los Pats se metieron con record de 14 – 2 en temporada regular, siendo el equipo con mejor record de la AFC y NFL. Además, establecieron un nuevo record de apariciones en el juego grande al llegar a su 9no juego grande, superando la marca de Steelers como el equipo más ganador de la AFC. Era el 2do en 3 años y el 7mo bajo el comando del Coach Billichick y el Qb. Tom Brady. Cómo parece costumbre en los Superbowls que los Pats juegan, el marcador permaneció inmóvil en el primer cuarto del juego y no se abrió hasta el 2do del mismo donde Atlanta dio cátedra como jugar una primera mitad ante un equipo tan poderoso como el de Nueva Inglaterra, consiguiendo detener a la ofensiva de Brady en tan solo 3 puntos, pero sobre todo aún mejor, anotando 21 puntos sin respuesta antes de que los Pats pudieran siquiera anotar esos 3 puntos con dos segundos antes de finalizar el primero medio del juego. Regresando del medio tiempo, Atlanta tenía el ímpetu del juego de su lado y con 8:31 por jugar en el tercer periodo Ryan conectaría con Coleman para un touchdown de 6 yardas que pondría el marcador 28 – 3 en favor del equipo del estado de Georgia. Todo parecía resuelto, la NFL tendría un campeón inédito y Ryan, el Qb del que se esperaba que dominara la liga, por fin aclararía las dudas sobre su lugar en liga y se alzaría con un anillo de campeón. Pero “esto no se acaba hasta se acaba” dijo un viejo entrenador y lo sabía muy bien Bill Billichick y los suyos. Nueva Inglaterra lograría conectar un Td cerca del final del tercer cuarto para acortar distancias, que con el punto extra fallado el marcador apenas quedaría 28 – 9. El 4to cuarto estaría por empezar, Brady tenía una tarea de antología si quería ganar ese anillo que lo pusiera como el mejor Qb de la historia de este deporte, por lo menos en cuanto a títulos se refiere. Con una actuación de leyenda y una serenidad que pocos o nadie ha demostrado como él, Brady condujo a los Pats a la travesía de 25 puntos sin respuesta, 19 de ellos en el 4to cuarto del partido, conectado con White, acercando a Gostkowski a un gol de campo de 33 yardas, lanzando a Amendola para poner el marcador 20 – 28 y volviendo a conectar con White para que aunado a una conversión de dos puntos el partido se empatara a 28 puntos con 57 segundos por jugar. Tiempo que no le bastaría a los Halcones negros y por primera vez viéramos un Superbowl irse a tiempo extra.
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Con el primer tiempo extra de la historia del Súper Domingo Brady tomaría el balón con la firme intención de consumar el más grande regreso en la historia del Superbowl, por lo que a tan solo 3:58 de transcurrido el veterano Qb conectó con White para un TD de tan solo 2 yardas que le valió a los Patriots el tan anhelado 5to Vince Lombardi, el marcador (al ya no ser necesaria el punto extra) marcaba un final de 34 – 28 en favor de los de Boston, que se volvió en el más grande regreso en la historia del Superbowl. Con el Superbowl LI, los New England Patriots empataron en record que entre la década de los 80 y 90 los San Francisco 49ers establecieron con 5 títulos. Solo superados por los Steelers, que entre la dinastía de los 70 y los obtenidos en el Siglo XXI suman la hasta ahora imbatida cifra de 6 trofeos Vince Lombardi. Cuestionados, amados u odiados, nadie puede retirarle de la mano los 5 anillos a la dupla de Tom Brady y Bill Billichick, que aún a pesar del éxito logrado, el hambre de gloria no cesa y su historia podría tener mucho más que escribir para gusto u odio de los aficionados al deporte del emparrillado.
Confirmación; la dupla más ganadora.
Brady levanta su 5to título de Superbowl
“El Superbowl LI fue el primero en jugarse más allá de 4 cuartos regulares”
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Duelo de
dinastías.
Antes del éxito. Los de oro y rojo aparecieron en 1946 y por los próximos 34 años, únicamente jugaron 5 veces post temporada, logrando 3 victorias en esa instancia y claramente 5 derrotas. El equipo ha sido tradicionalmente de la familia DeBartolo, pero no fue sino hasta que DeBartolo Jr. Tomó el control del equipo en los 80 que la historia cambió de rumbo. Los de azul y blanco llegan como equipo de expansión en 1960 y por los siguientes 26 años el equipo tan solo jugó en 4 ocasiones playoff en la vieja AFL. El actual dueño, Robert Kraft es el 3er dueño del equipo que ha sufrido dos diferentes crisis financieras que obligaron a vender el equipo.
Del póker de dinastías que ha tenido la NFL resultan las más ganadoras en sus respectivas épocas aquellas que fueron comandadas por los dos más grandes Qb de la historia de la NFL, Joe Montana y (a pesar de muchos) Tom Brady. Que aunque están empatadas en muchos de los rubros, es el equipo de la Costa Oeste el que se lleva las palmas como la mejor de todas. Principalmente desde el hecho de adjudicarse 5 Superbowl sin haber perdido uno solo, caso contrario a lo que pasara con el equipo de la costa Este, quienes perdieron 3 en su haber y dos de ellos contra, los New York Giants. (Pats suma 5 derrotas en el juego grande, una en los 80 y otra en los 90, previo a la dupla Brady – Billichick, dos más ya bajo el mando de esta dupla).
En un “frente a frente” podemos denotar que ambas franquicias expanden su dominio a lo largo de una década y un poco más. Para el momento que los “Niners” consiguieron su quinto y hasta ahora último Vince Lombardi, habían pasado 13 años y oficialmente no se consideró el final de la dinastía hasta 1998. Sumó en ese tiempo 16 temporadas ganadoras al hilo quedando fuera de playoff únicamente en las temporadas 82 y 91.
Ambos equipos se ganaron un imborrable lugar en la historia de los 52 años que tiene la era moderna del futbol americano profesional. Los de oro y negro marcaron la década de los 80 y de la mano de Walsh revolucionaron el sistema de juego con la famosa Ofensiva de la Costa Oeste que influye notoriamente en el juego que ha llevado a los Pats a dominar su época, pases cortos de 6 o 7 yardas que abren a la defensa para facilitar el juego terrestre.
A esto, los Patriotas responden con buena carta, su dinastía potencialmente empezó en 2001 con el título ganado a los Rams en Nueva Orleans, el primero de los ahora 5 de Brady. Desde entonces, han logrado 17 temporadas ganadoras, jugar 8 Superbowls y ganar 5 de ellos. Contrario a los “Niners” a los Pats les tomó 17 años obtener los 5 campeonatos, 3 derrotas más (49ers estuvo invicto hasta la temporada 2012 que cayeron contra Ravens).
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Última jugada planeada por las leyendas Bill Walsh y Joen Montana. 1988.
*Ambas dinastías muy similares, Patriots ligeramente arriba. *Pats logró sus números bajo la existencia de la Agencia libre lo cual complica a los equipos armarse. *49ers logró sus números con dos entrenadores y Qbs diferentes.
Montana Vs Brady
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DinastĂas
NFL