Cuentos de navidad 2013

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El lío de los regalos. Un día en el Polo Norte sucedió algo terrible, que nadie se podía imaginar, el caos que se podría montar: -¡Como has podido equivocarte en repartir los regalos! Y ahora ¿qué vamos a hacer?-dijo Santa Claus enfadado. -Lo siento Santa, me equivoqué de direcciones y me di cuenta cuando ya estaba de vuelta, de verdad lo siento mucho ¿Me podrás perdonar Santa?-dijo un duende muy arrepentido. -Claro Pichi, claro que te perdono y, ahora, ve a preparar los renos que nos vamos a cambiar los regalos antes de que amanezca. –dijo Santa Claus más tranquilo. Cuando salieron, fueron a América a cambiar los regalos: -Vamos a ver este es de… España, pero bueno Pichi, no solo te has equivocado en las casas ,que también en los países –dijo Santa Claus malhumorado. –Venga vamos a España a cambiar el regalo. Cuando llegaron a España vieron que no era de España si no de Francia: -Genial, este es de Francia y este de España es de China, venga vamos que va a amanecer – Dijo Santa Claus súper enfadado con Pichi. Cuando llegaron a Francia pusieron el regalos en su casa pero, en la casa estaba de Japón, así que volaron hasta China y luego hasta Japón y claro pasaron por muchos más sitios. Hasta que por fin acabaron pero…….. -Pichi, sabes de qué casa es este regalo, no tiene nombre ni dirección. –dijo Santa Claus. -No lo sé Santa pero… Ah sí, es de África, de una casa cerca de un lago, es una familia muy pobre que no tiene casi para comer y nunca recibe ningún regalo el niño. –dijo Pichi. - Pues, este año Pichi se va a llevar una gran sorpresa, si señor.-dijo Santa Claus muy pero que muy contento. Fueron África y vieron la casa ,se metieron por la chimenea y le entregaron el regalo, pero además de eso decoraron la casa muy navideña y una suculenta cena muy grande. -Bueno, Pichi hemos cumplido con nuestro trabajo y ahora a descansar, que nos lo merecemos. –dijo Santa Claus muy feliz. FIN. Cristina Almarcha Cortijo. 6ºA.


LA NAVIDAD PERFECTA

Yo un chico normal que hago cosas normales y como a cualquier persona normal le gusta que la Navidad se celebre en condiciones. Pero eso depende… Para un niño: estar nevando todo el día, con la nieve ,los amigos y al final de la jornada una par de pizzas. Pero para una madre la Navidad perfecta es que todo esté limpio, rico y a gran escala. He aquí la Navidad perfecta.

Veinticinco de diciembre la nieve ha cuajado ,mil y un niños pulen las cuchillas de sus trineos para ser los mas rápidos de la calle. - ¡Si! Navidad ,mamá me voy a trinear-dije. - No ,me respondió ella, tú me vas a ayudar. - Porfa… un par de carreritas con Pedro y Fran y vuelvo . - No ,ponte a fregar platos. Estaba yo limpiando platos cuando Fran y Pedro tocaron en la ventana -

¿Qué queréis?.-les pregunté. Tío me dijo Pedro se ha formado un charco de hielo en la curva de la muerte (o sea, en la esquina). Lo siento estoy liado ¿Tuneando el trineo?-dijo. No ,bueno adiós-respondí.

Eran eso de las ocho y empezaron a llegar los invitados ,mis tíos ,mis primos. A eso de las nueve empezaron a comer. Pavo, pollo pescado, albóndigas, etc… Por fin los regalos: un coche, un avión ,todo lo que había pedido .Entonces comprendí que una Navidad perfecta es estar ayudando y con la familia. Antonio Bellón


Salvando la Navidad: El día anterior a la Navidad, un chico de siete años llamado Pablo estaba muy contento con la llegada de Papá Noel. Preparó la leche y las galletas para él, y dejó verdura para los renos. Al filo de la cama puso un calcetín para que le metieran golosinas. Por último se puso el pijama y se durmió pensando que le iban a traer muchos juguetes ya que ese año se había portado muy bien y había sacado muy buenas notas. Unas horas más tarde Pablo se despertó por curiosidad por si le habían traído ya los juguetes. Bajó y la comida estaba entera y en la chimenea no había regalos. Mientras se subía muy desilusionado pensando que no iba a ir Papá Noel ya que era muy tarde oyó caer algo de la chimenea. Un señor gordo, vestido de rojo se hallaba al otro lado de la puerta y estaba murmurando: “me parece que esta Navidad no habrá juguetes para todos los niños, ya que mis elfos se retrasaron”. Al oír esto Pablo se puso muy triste. Ya casi llorando oyó unos pasos de Papá Noel que se dirigían hacia él. Pablo se escondió rápidamente y Papá Noel entró en la sala, terminó de comer y se marcho de la sala para coger sus renos y que comieran. Pablo era alérgico a la piel de animal y estornudó. Papá Noel lo oyó y empezó a dirigirse al sitio de donde provenían esos ruidos. Abrió la puerta de la despensa y allí estaba Pablo. Este del susto chilló. Sus padres lo escucharon y empezaron a bajar las escaleras. Papá Noel cogió a Pablo y se fueron juntos en su trineo tripulado por sus renos. Allí Pablo preguntó por lo que había dicho Papá Noel en la chimenea. Este le contestó que la única manera era ir al Londres para parar el gran reloj Big-Ben. Pablo se quedó confuso y Papá Noel le dijo que si paraban el Big-Ben en la noche de Navidad antes de las seis de la madrugada se paraba el tiempo y así poder repartir todos los juguetes pero necesitaría un ayudante. Pablo se ofreció como tal, y juntos pusieron rumbo a Londres. A pocos km de la frontera de Inglaterra se alzaba una gran tempestad. ¡Era un tornado! Pablo se asustó mucho. Papá Noel le dijo que la única manera era creer lo suficiente y tener muchas ganas de salvar esa desastrosa Navidad. Entraron en el tornado y una capa de fuerza protegía el trineo. “Has creído suficiente y tus ganas

han sido insuperables” Poco después se avecinaron contra el suelo. Papá Noel dijo que para frenar había que creer que lo iban a hacer. El trineo frenó y Papá Noel dijo “ tu imaginación

puede alcanzar grandes límites. Eres digno de ser mi ayudante”. Entraron en el interior del Big -Ben. Pasaron los engranajes y allí estaba un gran monstruo que impedía que pasaran. El monstruo dijo “si queréis volver a disfrutar


de la Navidad tendréis que superarme”.El mundo se volvió negro y dos intensas luces cubría a Pablo y al monstruo. Papá Noel dijo hasta aquí he llegado, solo puedes salvar la Navidad tú. ¿Qué debes hacer? Pablo cerró los ojos y muy nervioso y pensó en esa pregunta. De repente empezó ha recordar todos los momentos que ha estado con personas y amigos que siempre le han apoyado y entonces recordó por lo que había pasado con Papá Noel. Por lo que le había dicho. Se dio cuenta de que era un chico especial y solo él podía salvar la Navidad y todas la siguientes. Con mucha confianza abrió los ojos y gritó: ¡NO PERMITIRÉ QUE LE QUITAS LA NAVIDAD A LA GENTE Y SOBRE TODO LA FELICIDAD! Dejó de gritar y un aura luminosa amarilla lo rodeó. Papá Noel dijo: “Eso es chico, ¡ESE ES EL AUTENTICO ESPÍRITU NAVIDEÑO!” Cuando Papá Noel terminó de decir aquellas palabras el monstruo desapareció y el tiempo se paró. Papá Noel dijo:

“¿Qué has aprendido? Mi trabajo no es tan fácil. Muchos niños son malos y esa es la causa de los monstruos que quieren destruir la Navidad. Tú puedes acabar con este catástrofe”. De repente todo Pablo se encontró en la cama. Bajó pensando en que era un sueño y había muchos regalos. En la ventana se alzaba un trineo y desde allí se escuchó: “Jou, jou, jou ,feliz Navidad chiquillo y gracias por todo”. Al oír eso, Pablo no estaba seguro de si había sido un sueño. En las noticias anunciaron que habían más juguetes de lo habitual. Pablo se puso muy feliz, eran unas Navidades que nunca olvidará.


EL RENO MAREADO. Horacio, así se llamaba, era un reno muy curioso y movedizo que jamás se podía quedar quieto. Era famoso en el Polo Norte por ir de aquí para allá mirando todo y poniendo sus patas donde podía y donde no también. Era la época de Navidad y todos en el taller trabajaban sin parar para llegar a tiempo con todos los regalos. No sólo trabajaban los duendes, sino que también lo hacían todos los renos entrenando todo el día para estar en forma y poder volar por todo el mundo entero sin problemas. Horacio era el fiel compañero de Rodolfo, juntos eran los dos primeros renos del trineo y quienes dirigían a los que iban detrás, siguiendo las indicaciones de Papá Noel. Jamás había habido problema alguno durante el viaje más maravilloso y mágico del año. Sin embargo, esa Navidad, las cosas no serían igual. En el Polo Norte crecían unas flores de un aroma muy rico, pero si uno se acercaba mucho a olerlas acababa muy mareado. Pero Horacio que en todo metía su hocico y además no sabía leer acabó mareado. Justo el día antes de Navidad, se detuvo frente a las flores y olió cuanto pudo y pudo mucho pues su narizota era realmente grande. Al principio, el efecto del perfume no se sintió, pero a las pocas horas, justo cuando el trineo debía levantar el vuelo, Horacio empezó a sentir el efecto del perfume. No habían ni siquiera repartido los primeros regalos cuando Horacio empezó a sentirse tan mareado que el mundo entero le daba vueltas a su alrededor. Ya no sabía para dónde iba, no importa para que lado Papá Noel tirara de las riendas, parecía que el reno había enloquecido y se movía de un lado para otro. Rodolfo y los demás renos trataron de sujetarlo, pero el pobre Horacio, era víctima del perfume. Tanto se movía que intentando subir una montaña, el trineo no pudo hacer la maniobra acostumbrada y volcó. Todos los regalos quedaron desparramados por el suelo. Papá Noel fue a parar a la ladera de otra montaña, y los demás renos quedaron patas arriba y Rodolfo ya no tenía roja su nariz, sino blanca del susto. Tan rápido como pudieron, juntaron todos los regalos y siguieron camino. -¿Estás bien? Preguntó Rodolfo a Horacio. -La verdad que no, me siento algo borrachín para ser sincero. Contestó Horacio tratando de fijar la vista que se le iba de un lado para el otro.


-¿Tomaste alcohol? Sabes que no debemos. -¡Qué alcohol ni alcohol amigo! Estuve oliendo las flores del cerquito. -¡Que reno desobediente habías resultado! -¡Sabías que no se puede! Ahora mira lo que pasa, estás mareado. -No te preocupes Rodolfo, trataré de recomponerme. Horacio no terminó de decir esa frase cuando casi estaban en el lago. Pero gracias a los reflejos de Rodolfo no acabaron mojados. Reincorporado del mareo, los renos decidieron repartirse por todo el mundo y llegar a tiempo para repartir los regalos. El objetivo que tenían los renos y Papá Noel lograron cumplirlo. Horacio aprendió que no tenía que ser tan inquieto y que tenía que ser más prudente con lo que hacía. Francisco Cortijo


LA MEJOR CARTA DE NAVIDAD Había una vez un niño llamado Iker. Era un niño bueno, pero un poco avaricioso, y como se aproximaba la Navidad ya estaba haciendo la carta para Papá Noel y para los Reyes Magos: “Este año me he portado muy bien, así que quiero: una bici nueva, porque la mía ya no me gusta; un ordenador, dos tablet, una tele de pantalla plana, un caballo, un furbi …......”, y bastante más. A la cena de Nochebuena de sus padres acudieron muchos famosos, ya que eran unos grandes actores, y se lo pasó muy bien. Como estaban viendo la tele, Iker, vio a un niño que era pobre y para Navidad no pedía más que un sólo peluche. A Iker le tuvo pensando toda la noche en esa pobre imagen del niño, hasta que decidió dormirse de una vez. Parecía ya dormido, pero no estaba seguro de ello. De repente apareció un ser parecido a un gnomo o algo así, que le dijo: Hola Iker, soy Kiro, y creo que necesitas venir conmigo. ¿Por qué? - dijo el niño un poco asustado. Sé que ese niño de la tele te ha llamado la atención, y tanto a él como a ti os gustaría conoceros. Aunque no lo parezca, sois parecidos. - contestó Kiro. La verdad es que si que me ha tenido paralizado un tiempo, y estaría bien conocerle, pero no sé qué dirá él. Además no creo que seamos parecidos. dijo Iker. Ven conmigo y lo descubrirás tú mismo.- dijo Kiro. Apareció un portal en medio de la habitación, y Kiro junto a Iker se adentraron en él. Es una extraña sensación la que sienten al entrar, y en un abrir y ojos están en un sitio con temperatura bastante fuerte. Kiro le informa a Iker: Estamos en África, en el país de Friz, el niño de la tele, al que conocerás enseguida. Qué bien, ¿cuándo lo veremos? - le dijo Iker. Pronto, tú ten paciencia... - contestó Kiro. Vieron el paisaje del pueblo de Friz, e Iker pensó que era tan pobre como aparecía en las imágenes. Al fin encontraron a Friz, y bajaron de la burbuja en la que habían ido, y se presentaron a Friz: Hola, soy Iker, pero no soy de aquí, soy de España. Hola yo me llamo Friz, ¿Por qué habéis venido? - dijo Friz. Hemos venido a verte para que te conozca Iker, que cuando te vio en la tele quiso conocerte.- se interpuso Kiro. Es verdad, cuando te vi me paralicé y no pude moverme, fue muy raro, y además luego apareció Kiro, éste que viene conmigo, y me dijo que si veníamos a conocerte. Lo que no entiendo es por qué ocurre en Navidad y


contigo, y no con otros que he visto en la tele el resto del año... - dijo Iker. Vamos a cambiar de tema, que ya que estás aquí vamos a hablar de cosas alegres – dijo Friz interrumpiendo a Iker. Como se acerca la Navidad ya he hecho la carta de Navidad y me voy a pedir un montón de cosas. ¿Y tú qué quieres para Navidad? - dijo Iker. Yo quiero un peluche. - respondió Friz. Un peluche..., yo tengo un montón de peluches, y es mejor una tablet, o un ordenador. ¿Por qué no te pides otra cosa?- dijo Iker. Yo no tengo juguetes, y quiero tener aunque sólo sea un peluche. Además me gustan mucho. - dijo Friz. Que no tienes juguetes, ¿a qué se debe? - pregunta Iker. Mi familia es pobre, y casi no tenemos dinero para comer, por eso no nos podemos permitir ni un solo juguete, si queremos sobrevivir. Pero hay algunas campañas con personas para ayudarnos con dinero y juguetes, pero todavía no nos ha llegado nada a nuestra familia. Pero sigo teniendo esperanza. - explicó Friz. Cuando vuelva a mi casa, cogeré mis juguetes y los mandaré para África, sobre todo para tu familia, y el año que viene también. Para daros un regalo de Navidad todos los años. - se propuso Iker. Muchas gracias, eres muy generoso, además harás feliz a muchos niños de este pobre país. - agradeció Friz. Vamos tenemos que irnos Iker, enseguida se hará de día y antes tenemos que estar allí. - le dijo Kiro a Iker. Adiós, Friz, te echaré de menos, y acuérdate de asegurarte de que llegan mis juguetes a ti. - se despidió Iker. Adiós Iker. Siempre que vengas acuérdate que tienes sitio aquí conmigo. dijo Friz. Ya se despidieron y se fueron Kiro e Iker. Cuando llegaron enseguida se fue Kiro, e Iker se quedó rectificando la carta par Papá Noel y los Reyes Magos por esta: “Queridos reyes magos, este año me he portado bien y he hecho un nuevo amigo en África al que quiero que les lleves estos peluches, juguetes y un poco de dinero para que viva mejor. Y para mí, quiero que mi familia esté más conmigo y no con sus películas, para que les cuente mi gran historia” Aquí acaba la historia con este final tan bonito al que se le tiene que añadir que la carta de Iker se cumple, e Iker comprende que para Navidad se puede ser más solidario que avaricioso.

Queralt Criado Ocaña


Érase una vez Matilda era pobre y su familia no tenía dinero para comprar regalos para la Navidad, pensó que si le ponía leche y galletas Papa Noel vendría pero no vino y salió al balcón cantando una nana triste, Papa Noel vino. Vio a Papa Noel poniéndole los regalos en el árbol de Navidad se coló en su trineo, se escondió entre los sacos de regalos para que no le viera. Papa Noel se notó raro porque había más peso de lo normal, Papa Noel se dio la vuelta y vio a Matilda, le dijo que quería ir al Polo Norte, Papa Noel le llevó. Le dijo que podrían jugar a algo en la nieve .Por el camino se encontró una lámpara y se lo dijo a Papa Noel le dijo que esa lámpara tenía una leyenda “Quien encuentra esa lámpara 3 deseos tiene pero no tiene que abusar de ellos” ella dijo que ella nunca abusaba de nada .Entonces Matilda dijo que si le podría llevar a su casa al llegar le dijo que le perdonara por esconderse en su trineo entonces, se tumbó en la cama y se estuvo pensando de los deseos de la lámpara entonces, ya sabía que pedir el 1ºQue su familia tenga trabajo. 2ºQue no se burlasen de ella. 3ºDijo que ese deseo fuese para Papa Noel que lo eligiera él. Le llego la lámpara entonces le escribió una carta a Matilda diciendo que “Gracias por el deseo que tengas felices Navidades” Matilda al despertarse tuvo muchos regalos y toda su vida cambió, su familia trabajaba y sus compañeros no se burlaban de ella. Paso unas Navidades espectaculares, nunca las olvido.

Maura Beatrice David


Los chicos de sexto: El milagro de Navidad. Los chicos de sexto tenían menos misiones que nunca, no tenían nada que hacer. Estaban el día de antes a la fiesta de Navidad del colegio sin saberse el villancico y el baile. Habían intentado hacerlo en recreos pero no lo habían conseguido ya que si no era uno era el otro ,el que no se quería quedar o no podía. En un último intento las chicas de la clase intentaron hacer algo antes de salir hacia la residencia para actuar: -Venga chicos todavía podemos hacer algo en esta clase somos expertos en improvisar, pero si lo tenemos que hacer todos a la vez hay que ponernos de acuerdo en como organizarnos para bailar y lo de cantar no es problema, solo bailamos. -Es imposible que hagamos algo en diez minutos-dijo Samuel menos optimista que nunca. Llegó Teresa y les preguntó por qué no tenían nada preparado, intentaron explicárselo pero no podían. Diez minutos después salieron hacia la residencia sin ninguna esperanza. Cuando llegaron tuvieron que esperar mucho tiempo y de repente un anciano les preguntó: -¿A que se vienen esas caras de pena, ni que estuviéramos en un funeral?-dijo con tono de burla. Nuria le respondió: -Estamos así porque enseguida vamos a salir a bailar y no tenemos nada preparado. El anciano le respondió sorprendido: -¿Eso desde cuando es un problema? Que yo sepa eso no es inconveniente para que hagáis la mejor actuación de vuestras vidas. Todos los chicos le preguntaron sorprendidos: -¿Cómo que eso no es inconveniente? Es al mayor problema al que nos podemos enfrentar hoy. El anciano se mosqueó bastante ya que el no estaba de acuerdo: -En esta residencia lo que nos gusta es mover las caderas jajajaja-rió, todos los chicos quedaron muy impactados; salieron a bailar y recordaron lo que les había dicho aquel anciano “En esta residencia lo que nos gusta es mover las caderas” .Los chicos sin ser conscientes de sus actos levantaron a un par de ancianos de las sillas y los pusieron a hacer un baile improvisado con ellos. Todas las enfermeras y profesores estaban escandalizados, pero la verdad es que resultó ser un éxito, todos los ancianos se levantaron, incluso los que estaba dormidos o enganchados a aparatos para poder respirar, todos estaban bailando con ellos . Cuando terminó la actuación todos les felicitaron por su éxito pero los chicos estaban preocupados, no veían a aquel anciano pero de repente Queralt lo vio y le preguntó: -Usted señor ¿Cómo se llama?. El anciano le respondió: -Me llamo Miguel. Y se fue andando con su bastón, todos se fueron muy contentos con su actuación, pero todavía no sabían quién era aquel anciano ;todos se fueron a casa y no comentaron nada, hasta que al día siguiente Nuria llegó sobresaltada y dijo a sus compañeros: -Nadie ha oído hablar de aquel anciano en la residencia, no lo conocen ni los ancianos. Antonio le respondió: -Sería algún visitante. Nuria ya algo más tranquila lo negó: -Que no, que ningún anciano ha oído hablar de él, solo lo hemos visto nosotros. Carlos de repente gritó: -¡Ha sido un milagro, un milagro de la navidad!. Antonio enseguida dijo:


-Tú qué dices ,como va a ser un milagro de navidad. Al segundo llegó el anciano y les dijo a los chicos: -Vaya habéis descubierto mi secreto, ahora os tendré que detener para que no digáis nada. Todos los chicos temblando de miedo le respondieron: -Pero señor Miguel no nos haga nada si nosotros le queremos y no vamos a decir nada, pregúntele a nuestras madres ,no se enteran de nada de lo que nos pasa. El anciano rió y les dijo con una gran sonrisa: -Jajajajaj como se nota que todavía sois unos niños, os creéis cualquier cosa que os digan jajajaj. Los chicos lo miraron y rieron con él hasta que los profesores salieron.De repente no había nadie riendo con ellos pero vieron una nota en el suelo y se pusieron todos a leerla y decía:

Para mis chicos de sexto: Estos días juntos han sido maravillosos, pero todo lo bueno se acaba y yo me tengo que marchar. Recordarme siempre, pero guardar el secreto, espero volver a veros pronto pero prefiero que aunque vuelva a ser en el mismo sitio y a la misma hora tengáis el villancico preparado y con baile, pero dejar al final un tiempo para bailar con los ancianos, estoy seguro que les hace muy felices. Atentamente, Miguel.

Los chicos quedaron impresionados y juraron no contar el secreto y para el año que viene tener un baile preparado, pero por mucho tiempo que pasar nunca podrían olvidar aquel maravilloso día de Navidad.

FIN

Ángela Gallardo Lara


El poder de la Navidad Un día de Navidad, el frío desgarrador, los carámbanos colgando… El poder de la Navidad no fluía, la oscuridad y la sombra gobernaba la Tierra de tal forma que ningún niño podía jugar al temer al horrendo paisaje oscuro que seguía fluyendo y agotando el poder de la Navidad pero de repente un foco blanco de esperanza se veía desde la oscuridad y era… Un señor con barba y traje rojo que venía a salvar la NAVIDAD. Cuando Santa Claus estaba allí divisó un pequeño copo de nieve que iba cayendo y deshaciéndose pero de tal forma que antes que se desiciese el copo de nieve una mano negra atrapó ese copo y Santa Claus empezó a oír una vocecilla atontolinada que decía ´´No saldrás de aquiiiiii…``esa voz una y otra vez hasta que Santa Claus dijo ´´Poder de la nieve`` Y una gran avalancha de todos los tejados atraparon a un, a unnnn… Duendecillo de la noche al que cuando Santa miró a los ojos a ese pequeño diablillo se hipnotizó convirtiéndose en una criatura de la noche. Gracias a Santa Claus el poder de la noche resurgía, las luces lucían y la oscuridad se iba yendo, pero Santa estaba en peligro por eso los muñecos de nieve, los carámbanos de hielo y el hielo escarchado cobraron vida para ayudar a Santa Claus y cogieron al duendecillo y lo condenaron a congelarse por los daños hechos a la Navidad y por maldecir a Santa Claus, por eso el poder de la Navidad ayudó a liberar a Santa de la Muerte.

Por: Samuel García Ocaña


EL VERDADERO SIGNIFICADO DE LA NAVIDAD. Érase una vez hace muchísimo tiempo en una pequeña cabaña, que nadie, sabía que era la Navidad. Para la verdad solo lo sabía un hombre viejo con unos 110 años. El hombre estaba muy enfermo y decidió contarle la historia a una niña pequeña de unos 5 años. Voy a empezar desde los años a.C le dijo el hombre. Cuando una mujer joven y guapa quería mucho a su esposo. Un día el hombre se fue a trabajar como un día cualquiera a su carpintería y de pronto vio una luz resplandeciente ¡Era un ángel! Que le avisó a él y a su mujer de que iban a tener un hijo que le deberían de poner el nombre de Jesús. Cuando la mujer, dio a luz a Jesús lo hizo en un establo donde había una mula y un buey. Fin El hombre mientras que tosía y tosía le dijo que la Navidad no son los regalos, sino estar siempre con tu familia y al decir esas palabras murió, la niña les contó la historia a mucha gente familiares, amigos/as… Y por eso ahora en los años d.C se sigue celebrando la navidad, aunque no se le hace mucho caso a la verdadera importancia que tenía y sigue teniendo la Navidad, que es estar con tus seres queridos, pero algunas personas lo intentan. Encarni


UNA NOCHE INOLVIDABLE

Era la noche de Reyes, y Alberto estaba en su casa preparándose para ir a ver la cabalgata con su hermana Andrea y sus padres, Blanca y Eduardo. Por fin se fueron y vieron las carrozas de su pueblo y también a los Reyes (aunque no eran los de verdad). Acabó el desfile y cuando llegaron a su casa, apenas cenaron con muchos nervios. Pero antes de irse a la cama prepararon algo para que sus majestades, los Reyes Magos pudiesen comer y beber. Alberto no creía mucho en ellos y su madre le dijo que si se despertaba que se tapara la cabeza con las mantas e intentara dormirse. Y si oía algún ruido no se levantara ni se asustara. A las cuatro de la madrugada, Alberto se despertó y no conseguía dormirse. Entonces decidió ir al cuarto de sus padres y les dijo: -Papá, mamá estoy muy nervioso y me hago pis. -Venga ve al baño pero no hagas mucho ruido no sea que los reyes de asusten y no os dejen regalos ni a tu hermana ni a ti –le contestaron sus padres. Alberto se asomó al árbol pero no había nada de nada, entonces cuando volvía vio algo que se movía en el salón, se asomó y le pareció ver una capa. Se escondió detrás del sofá y cuando se giró vio que era negro, se le escapó un gritito: -¡Baltasar! Se asustó al ver que se le acercaba y le dijo: -Alberto no tengas miedo de mi no te voy a hacer nada, soy Baltasar y soy mágico. Me pensaba que eras muy dormilón pero va a ser que no. Ja, ja, ja. Ahora vé a tu cama y duérmete que ya son las cinco. No te preocupes, no pasa nada porque me hayas visto pero iré con más cuidado e intentaré que no me vean más niños para no asustarlos como a ti te ha pasado. Espero que os gusten nuestros regalos y disfrutéis con ellos. Adiós, me alegro de haberte conocido. Alberto se volvió a dormir y cuando se hizo de día sus padres lo llamaron. Cuando se despertó recordó todo lo sucedido y se lo contó a sus padres y a su hermana.


-Todo lo que nos has contado tiene que haber sido un sueño y no puede ser realidad porque los Reyes no se dejan ver por los niños ni tampoco por los mayores, ellos son mágicos -decían sus padres, que no lo creían. Lo más sorprendente fue que entre sus regalos Alberto encontró una nota en la que ponía: “Alberto espero que recuerdes esta noche tan mágica y especial en la que nos conocimos. De tu amigo Baltasar. Un beso y hasta siempre” Alberto empezó a sonreír y sus padres al verlo tan contento le preguntaron: -Alberto, ¿por qué sonríes de esa manera? Pero no les prestó atención y siguió sonriendo con gran satisfacción. Más contento por haber conocido a Baltasar que por los regalos que le habían hecho. Y de esta manera terminó esa noche inolvidable.

FIN Ana Márquez


Felicidad total Un día cerca de Navidad ,día 22 de diciembre ,un niño llamado Tom un huérfano que perdió a sus padres,tuvieron un accidente de coche y no tenía a ningún familiar más, vagabundeada por las calles y se escondía de la policía. Se puso a pedir en la calle una viejecita le pidió comida y le dijo: -¿Tienes hambre? ¿Quieres venir a calentarte a mi casa? Y Tom le dijo: -

Vale no puedo quedarme mucho tiempo.

Llegaron a la casa de la viejecita que se llamaba Eugenia. De repente sonó el teléfono y era el hijo de la abuelita que no podía ir en Nochebuena. Eugenia se puso a llorar y colgó el teléfono. La única compañía que tenía era Tom. Como todas las abuelitas le empezó a sacar información. Sin darse cuenta Tom empezó a contarle todo lo que le había pasado con una taza de chocolate caliente en la mano y un buen fuego delante de él y mirando la ventana que caían copos de nieve. Empezó Tom a llorar porque no sabía que iba a ser de él. Eugenia empezó a consolarlo y le empezó a contar un cuento y Tom se quedó durmiendo. Empezó un nuevo día y Eugenia le propuso que se quedara en su casa hasta Navidad. Luego pensaremos que hacer. Empezaron a adornar la casa de adornos de navidad y se cogieron mucho cariño. Por fin llegó Navidad y le tenía un regalo preparado Eugenia a Tom. Tom le iba a regalar un reloj de su padre que le dio de su abuelo, era una joya única . Eugenia le entregó el regalo a Tom que era que tenía la custodia provisional de Tom. Lloró de felicidad y de repente llamaron a la puerta ,era su hijo con regalos y cenaron todos felices y contentos cantando villancicos .

Feliz Navidad TOM Carlos Molina Moya


UN DÍA NAVIDEÑO DE VERDAD

Estaba yo sentada en mi cama, mirando la ventana a ver si nevaba, pero nada, y justo en ese momento mi gato entró por la puerta y se sentó encima de mí .Un tiempo después mi gato o mejor dicho Garfield no dejaba de mirar la ventana tan intrigadamente, entonces yo miré también y no me lo podía creer estaba ¡NEVANDO! Me puse muy contenta , me levanté y corrí al patio, al salir me dio un escalofrío porque hacía mucho frío, poco a poco fui tocando la nieve, hasta llegar a la puerta que daba a la calle ,abrí la puerta y ahí estaban todos, eran los de mi clase, y me puse aún más contenta, entonces cogí unos guantes y una chaqueta y me fui con ellos, hicimos un montón de cosas guerra de bolas de nieve, igloos… Luego cerca de las seis de la tarde ya quedábamos menos gente, o para ser exactos mi amiga Ana, mi prima Victoria , mi amiga Ángela y yo, en ese momento mi madre me llamó, íbamos a poner el árbol . A mi me dio mucha alegría, así que invité a mis amigas y a mi prima a que pasaran e hicieran el árbol de Navidad conmigo, ellas también muy contentas pasaron. El árbol estaba montado pero no adornado y ese era nuestro momento ,las cuatro cogimos unas cintas y unos espumillones, y de repente ya no estábamos allí, estábamos perdidas en algún lugar donde la gente era pobre y no tenía nada para celebrar la Navidad, entonces las cuatro nos olvidamos de que estábamos allí y ayudamos a la gente, cuando toda la gente celebraba la Navidad, una niña estaba en un rincón, y nosotras le preguntábamos qué le pasaba y resultó que era huérfana y no tenía a nadie con quien celebrar ese día .Nosotras tan contentas la llevamos a una casa donde no tenían hijos y fue muy bien acogida. Era ya media noche y de repente en el cielo vimos a un hombre de rojo y blanco, que bajó junto con seis renos y dijo:- Subir ,os llevaré a casa, os lo merecéis- y nosotras tan contentas subimos, y en enseguida estuvimos en casa, preparando el árbol .Mientras lo preparábamos resultaba que nos acordábamos de esa niña, de repente mi madre trajo un libro de Navidad en el que aparecía la niña y nosotras, entonces ¿habíamos sido protagonista de un cuento? Nos miramos y dijimos¡ no es posible!.

Nuria Muñoz



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