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Lactancia

empleadas a jornada completa o parcial”, señaló. A partir de esa definición es que les cobijan los derechos de lactancia, que dependen de la jornada de trabajo diaria. Por cada cuatro horas de trabajo consecutivas, la persona lactante tiene derecho a 30 minutos para extraerse leche o amamantar. Si trabaja más 7.5 horas, puede dedicar periodos que sumen una hora para extraerse leche. Esa hora no sustituye el periodo designado para almuerzo y cualquier tiempo de descanso con el que cuente el resto de los compañeros.

“Ahora, los derechos son más amplios, pero también es más difícil ser empleada”, señaló. La abogada se refirió a que muchos trabajadores son considerados como cuentapropistas y no acumulan vacaciones u otros beneficios, aunque tengan jornadas laborales similares a las de un empleado. Indicó que constituye un reto para las personas lactantes o embarazadas reclamar esos derechos porque su estatus laboral no es claro.

“Hay un gran temor a perder sus trabajos y a reclamar sus derechos”, indicó Pellicier.

Un patrono que no cumple con las leyes de lactancia se expone a multas y a compensaciones a las madres afectadas.

Estadísticas del 2017 de la Secretaría Auxiliar de Salud Familiar, Servicios Integrados y Promoción de la Salud indican que, al momento de registrar a sus bebés, el 82.7% de las madres los estaban lactando. El periodo de pandemia, en el que el proceso de parto y primeros cuidados en el hospital se vio alterado por las restricciones en los hospitales y la red de apoyo, pudo haber causado un retroceso en los esfuerzos por que más bebés reciban leche materna, al menos, durante sus primeros meses de vida.

“El conocimiento de la ley y la educación de las mujeres es lo que va a cambiar esto. Es un buen momento tras la pandemia, porque los trabajadores se han dado cuenta que tienen mucho poder en sus manos”, expresó la educadora en lactancia.

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