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Ayudando a llevar las cargas de los otros Gálatas 6:2 Dr. Sergio E. Mijangos El manejo de las Tensiones El problema que las personas encuentran en cuanto a las tensiones no es que no sepan qué son un problema, sino más bien que no entendemos su naturaleza y el daño que causan en el organismo. Debido a eso no sabemos como prevenirlas ni cómo manejarlas. En el corazón del problema de las tensiones está el estilo de vida que llevamos. Todos nosotros vivimos a un ritmo para el cual no fuimos creados lo cual deja muy poco o nada de tiempo para relajarse o para descansar. ¿Qué es el stress o la tensión? La palabra tensión o stress significa diferentes cosas para diferentes personas. Es la multiforme respuesta que incluye cambios en percepción, emoción, conducta y funcionamiento físico. Muchos piensan que la tensión es lo único que se ve afectado con el stress y lo ven como algo negativo, sin embargo, todos necesitamos cierto nivel de stress para funcionar, sin embargo, el abuso de éste se convierte en dañino. Todas estas situaciones nos provocan tensión o stress, y es interesante ver que la última no es necesariamente mala, es una oportunidad que Ud. ha estado esperando por mucho tiempo. Por error tendemos a pensar que el stress es siempre negativo, sin embargo esto no es cierto, el stress y la tensión muchas veces nos permite alcanzar metas que no lograríamos de otra manera. El problema con el Stress es que se ha convertido en un estilo de vida y no una forma de reaccionar ante emergencias. Veamos como funciona esto en el ámbito fisiológico: El sistema de alarma del cuerpo: El Señor diseñó nuestro cuerpo de tal manera que tiene la capacidad de reaccionar de formas increíbles ante emergencias. Este mecanismo de respuesta está compuesto por hormonas y por reacciones instintivas que nos ayuda a sobrevivir frente a un peligro. Algo importante de recordar es que este mecanismo se activará frente a un peligro real o ficticio.
Cuando esta reacción de emergencia se activa, varios sistemas fisiológicos son bañados en adrenalina lo cual interfiere con el funcionamiento normal de nuestro organismo y nos coloca en un estado exagerado de alerta. En esta respuesta de stress el corazón palpita mucho más rápido, el sistema digestivo se acelera, y varias hormonas se liberan en la corriente sanguínea. Todo eso sucede con un solo propósito, ayudarnos a reaccionar ante la emergencia. Cuando somos amenazados física o psicológicamente, una cadena de respuestas se ponen en acción y nos preparan para pelear y enfrentar la amenaza o para huir de ella. El sistema que pone en funcionamiento el stress se llama “sistema de emergencia”. Su propósito es alertarnos de cualquier peligro para que así estemos más listos a enfrentarlo.
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Este mecanismo nos prepara para la acción como respuesta a la alarma que ha sonado. Este sistema mantiene la adrenalina circulando en nuestro cuerpo y nos prepara para la respuesta de luchar o huir. Esta etapa nos moviliza a la acción. Físicamente nos volvemos más fuertes y podemos hacer cosas que normalmente no hacemos, mentalmente nos sentimos más despejados aunque no nos convertimos en más creativos. Tomamos decisiones más rápido, estamos en un estado de emergencia y actuamos con rapidez. Desdichadamente somos más propensos a cometer errores. Esta etapa nos ayuda en emergencias, sin embargo, no hemos sido diseñados para estar todo el tiempo en esta etapa. Si estamos demasiado tiempo en esta etapa, entonces el stress nos causa daño. La dificultad surge cuando estamos bajo constante peligro o cuando vivimos constantemente en un estado de emergencia. Cuando esto sucede lo que fue diseñado para protegernos principia a dañarnos. Es aquí en donde el stress principia a afectarnos negativamente. La mejor forma de ilustrar esto es a través de una banda elástica, un hule. Si lo estiramos con nuestros pulgares y prontamente lo soltamos, la banda regresa a su posición normal, relajada. La respuesta de stress de nuestros cuerpos también es “estirada” cuando estamos en una situación de emergencia o de constante demanda. Idealmente debe de regresar a su posición normal cuando la emergencia ha pasado. Sin embargo, si la banda elástica se estira y se mantiene estirada por mucho tiempo, principiará a perder su elasticidad y no regresará al estado relajado. Luego principiará a tener agujeros y eventualmente se reventará. De forma similar funcionan nuestros cuerpos cuando se encuentran constantemente bajo presión, principian a perder su elasticidad y principiamos a desarrollar síntomas de stress físicos o emocionales. Sistema de defensa del cuerpo: El cuerpo también fue diseñado por el Señor con un importante sistema para protegernos del stress. Este sistema tiene tres componentes: 1. El sistema de alarma: diseñado para informarnos que algo está funcionando mal. El dolor juega un papel muy importante en este mecanismo. Este sistema nos avisa cuando estamos en alto riesgo y que debemos de tomar precauciones. Este sistema tiene como propósito informarnos que nuestros cuerpos están bajo presión más allá de lo normal. El cuerpo está equipado con distintas formas, algunas veces de dolor, de informarnos esta presión que está experimentando. Desdichadamente nos hemos hecho a la idea de que el dolor es un enemigo y casi nunca pensamos que el dolor es un mensaje que nos está enviando nuestro cuerpo. Generalmente lo que hacemos cuando tenemos algún dolor u otra molestia avisándonos que estamos bajo tensión, tomamos un analgésico y seguimos adelante. Es importante recordar que existen Alarmas mayores y menores. 2. Sistema de recuperación: Este provee la oportunidad de sanar, recuperarse y revitalizar nuestro cuerpo. Cuando este mecanismo es ignorado nos puede llevar a desarrollar problemas cariacos prematuros y otras consecuencias del stress. Este sistema es el más ignorado de los tres debido a que no cooperamos con él. Cuando nuestro sistema de recuperación está tratando de funcionar, nosotros nos sentimos culpables si tomamos tiempo para descansar
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¿Cuáles son los efectos del Stress? Una de las principales consecuencias del stress es el debilitamiento del sistema inmunológico o sistema de defensas. En otras palabras demasiado stress reduce las posibilidades de nuestro cuerpo de defenderse de virus o bacterias extrañas y por lo tanto nos volvemos presa fácil de enfermedades. Es interesante que una de las formas en que se está ayudando a víctimas de SIDA es ayudándoles a reducir el stress en sus vidas para poder así fortalecer el sistema inmunológico. Aunque el origen del SIDA no necesariamente obedezca a causas de stress al ayudarles a fortalecer su sistema inmunológico están alargando sus días de vida. Se ha encontrado también que algunas formas de cáncer pueden combatirse si se reduce el nivel de stress en el cuerpo. Otras consecuencias físicas son ulceras, gastritis, constantes indigestiones, dolores musculares, dolores de cuello, de espalda, dolores intensos de cabeza o migrañas. Incrementa la producción de colesterol, constriñe las arterias y vasos capilares lo cual afecta el buen funcionamiento del corazón ya que su irrigación se hace dificultosa e irregular. El exceso de adrenalina en el organismo debido al stress también da como efecto una disminuida habilidad en el cuerpo para remover el colesterol, incrementa la posibilidad de desarrollar coágulos en la sangre. Otra forma menos evidente en la que el stress nos afecta es reduciendo la posibilidad de descansar. Nos hace creer que tenemos menor necesidad de sueño y también crea pobres hábitos alimenticios. Nos afecta psicológicamente en el sentido que estamos irritables, necesitamos mayor espacio personal etc.
Algunos síntomas de Stress 1. Cerebro: Generalizada sensación de pánico y ansiedad, dolores de cabeza, migrañas. 2. Corazón: Taquicardia, incremento en la presión sanguínea, ligera sensación de mareo, se siente la cabeza como vacía, palpitaciones. 3. Estomago e intestinos: En general problemas gástricos, nausea, agruras, diarrea, indigestión, estreñimiento. 4. Músculos: Dolor de cuello y espalda, dolor de cabeza, rechinado de dientes, dolor en la mandíbula, dolor en la espalda, dolor generalizado en los brazos y las piernas. 5. Manos y piel: Extremidades frías, incremento en sudoración, alergias. 6. Problemas respiratorios: Algunos tipos de asma, dificultades para respirar, hiperventilación. 7. En general: Sensación de temblor, sensación de que algo terrible va a suceder, incapacidad de sentarse por largo tiempo, constante movimiento, movimiento constante de los pies, constante fatiga, baja energía, irritabilidad y enojo, distracción, dificultad para tomar decisiones, problemas para dormir.
Como manejar las Tensiones Sobre la base de lo visto se puede concluir que para manejar la tensión debemos aprender a manejar el nivel de adrenalina de nuestros cuerpos. Hay varias formas de reducir nuestro nivel de adrenalina. Algunas técnicas funcionan mejor para unos y otras mejor en otras personas. 1. Cambie sus diálogos internos: Recuérdese a Ud. mismo que este no es el fin del mundo. Cuando esté consciente que su nivel de adrenalina está alto deténgase y analice
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la situación. Por ejemplo evalúe qué es lo peor que puede pasar en esta situación. “Ok, cálmate, que sucede si llegas tarde a esta reunión, bueno, van a pensar que fui irresponsable, bueno tal vez tienen razón, fui irresponsable al no levantarme a tiempo.” “Bueno, más vale que llegue tarde y entero y n que tenga un accidente en el camino, el precio por llegar a tiempo es demasiado alto”. , “Cuál es el apuro, ¿por qué voy tan deprisa?” 2. Vea a la gente que le rodea, como se ven peleando o estando tensos, eso le puede ayudar a no hacer lo mismo. 3. Haga ejercicios de relajación: Su mente no puede permanecer tensa si su cuerpo está relajado. Respiración, Incremento de la tensión, lista mental de las partes de su cuerpo. 4. Planifique para tiempo de recuperación: Si sabe que al final del trimestre tendrá un tiempo muy tenso, planifique tiempo antes y después del tiempo de tensión, tiempo para recuperarse. Esto lo puede hacer a través de: † † † † †
Duerma un poco más Reduzca el número de actividades en que se involucra. Haga sus ejercicios de relajación constantemente. Planifique las actividades efectivamente. No permita que las personas a su alrededor le impongan cargas mayores de las que Ud. puede o quiere tomar.
5. Asegúrese que está comiendo y durmiendo bien. Las personas adultas también necesitan 8 horas diarias de sueño. Muchos creemos que eso es para niños o para ancianos, sin embargo, si dormimos bien somos capaces de manejar de mejor forma la tensión y el stress. Material tomado del libro “The hidden link Between Adrenaline & Stress” por Archibald Hart, Ph.D.