Catástrofes Naturales y Consejería
En esos tiempos será muy útil aferrarse a su fe POR: DR. SERGIO MIJANGOS
E
s muy probable que esta generación nunca antes haya sido testigo de la cantidad de catástrofes naturales que se han presenciado recientemente. Tres huracanes afectando a muchos países, varios terremotos afectando los países de México y Japón, además incendios forestales en el noroccidente de los Estados Unidos. Tal parece que los fenómenos naturales han sido más frecuentes recientemente y tienden a sorprender a todos.
En tiempos así es difícil saber cómo reaccionar y más aún cómo ayudar a los directamente afectados. La ayuda más urgente y obvia es la material: alimentos, agua, vivienda, ropa y es hermoso ver cómo la iglesia juega un rol importante en esto. Se reportó que los afectados por el huracán Harvey recibieron mucha ayuda de las iglesias locales. Pero cuando estas necesidades físicas han sido suplidas, existe un sinnúmero de emociones y preguntas existenciales que surgen, que son importante enfrentar. OCTUBRE 2017 | 2
En esos tiempos será muy útil aferrarse a su fe. Esta puede ser una fuente de fuerza y consuelo. La fe puede también estimular acciones que beneficien a la comunidad, lo cual traerá significado y propósito en medio de la situación. La fe puede proveer también respuestas eternas a las dudas que surgen por el evento y puede convertirse en un recurso que traiga una perspectiva diferente. Si la fe del individuo no provee respuestas, ésta puede contribuir a la crisis misma y el individuo sufrirá no sólo debido a las pérdidas materiales sino también debido a su fe. En estas situaciones los afectados necesitarán expresar su dolor y sus dudas y en muchas ocasiones las comunidades religiosas no dejan margen para ello. Los consejeros deberán proveer un lugar seguro para expresar y dialogar sobre estas
inquietudes que no tienen respuestas fáciles. Preguntas como “¿por qué permitió Dios esto?” serán frecuentes y en la mayoría de ocasiones una respuesta intelectual no será la mejor. El individuo necesitará sentirse entendido en su dolor y las respuestas que conecten con ese dolor serán mucho más efectivas para ayudarles a atravesar por el proceso de pérdida. Ofrecer respuestas a un nivel sencillo será mucho más efectivo que profundizar en formas demasiado complejas. En ocasiones sólo una palabra de apoyo será lo mejor, ya que la mayoría de personas, después del desastre, no estarán listas para discusiones intelectuales.
En la multitud de mis pensamientos dentro de mí, Tus consolaciones alegraban mi alma. Salmos 94:19
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Debido a que en los desastres naturales no hay alguien a quién se pueda culpar directamente, el enojo del sobreviviente se torna en contra de Dios, y éste será un tema a tratar sin necesariamente defender a Dios, pero conectando con el dolor que experimentan. A una afirmación como: “Si Dios fuese justo no habría permitido que esto sucediera” una respuesta como “entiendo que esto es muy doloroso, que sacude todas las bases de nuestra fe”, será más efectiva que enfrascarse en ese momento en una defensa teológica de Dios. Cuando estas situaciones no se procesan es muy probable que surja depresión por la pérdida de la fe que se tenía antes y ésta puede acompañarse de culpa y total alejamiento de su fe. Los sobrevivientes de este tipo de tragedias también necesitan
narrar repetidamente lo ocurrido y les ayuda a asimilar y procesar la pérdida. Para ayudar a niños en estas circunstancias el ministerio Enfoque en la Familia publicó en su página un excelente recurso en inglés: https://www.flipsnack.com/Focus/parenting-in-th e-midst-of-tragedy.html
¿Un lugar en dónde puedo estudiar consejería? WWW.SETECA.EDU admisiones@seteca.edu Teléfono: 2462-5858 Seminario Teológico Centroamericano Avenida Bolívar 30-42 Zona 3
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