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POBRE MÉXICO
Tan lejos del progreso y tan lleno de políticos populistas
Por Héctor Calderón Hallal
Lejos se aprecia aquella frase del Presidente de México, Porfirio Díaz, en un recuento retrohistórico sobre nuesto país: “Pobre México: tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos”.
La frase aún retumba en la conciencia de muchos historiadores, hombres y mujeres nacidos en la primera mitad del siglo XX; de los mexicanos nostálgicos de aquella vida bucólica, aunque ciertamente injusta y antidemocrática.
Y evoca a los políticos insensibles al frente de aquella administración a cuya cabeza estaba otro hombre con ideas viejas que logró al final de su administración establecer una relación frontal y riesgosa contra los Estados Unidos de América, nuestros vecinos y socios comerciales del norte…. nuestros vecinos de siempre.
La historia, esa disciplina del conocimiento a la que le endilgan el atributo de ser cíclica e impertinente, se ha constituido ya en nuestro país, en la memoria fiel que compila todo aquel acto soberbio y frívolo, registrado durante el porfiriato y reproducido –increíblemente- durante el actual período de gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador y sus colaboradores e incondicionales en el poder.
Del “¡Mátalos en caliente!” de Díaz al “¡Abrazos no balazos para los criminales!” de López Obrador, la población mexicana, auténtica víctima de gobernantes insensibles, ha padecido en carne propia los efectos del agravamiento de cuadros demenciales en el poder, padecidos por quienes ostentan el poder gubernamental.
Pero también, por quienes aspiran a sucederlos en el poder máximo y magnánimo de la República: Marcelo Ebrard sale retratado con un sombrero manchado de estiércol, aprendiendo a ordeñar en un establo de Mazatlán o aprendiendo a “lanzar la atarraya” con los pescadores, en otro punto del pacífico mexicano. Adán Augusto en Tamaulipas, epicentro de la violencia más cruenta del país, dando consuelo y pidiendo que “no pierdan la fe a los seguidores de Morena, pues habrá 4T por muchos años más”. Y Claudia Sheinbaum siendo abucheada en la propia Ciudad de México, por vecinos enardecidos y humillada en restaurantes de Monterrey.
Hoy por ejemplo, la reivindicación humanitaria de los migrantes y en general, su reivindicación cívica en los Estados Unidos de América, debiera ser un tema principalísimo en la agenda nacional.
Los 5,693 millones de dólares enviados en remesas de dólares estadounidenses a nuestro país en mayo pasado, y así aproximadamente mes tras mes, algo deben significar para nuestra economía… vaya que sí.
Son un incremento anual de 10.7% en el ingreso de divisas al país; un incremento de 7.4% en el número de envíos de dinero y un acumulado de alrededor de 60 mil millones de dólares en el último año, de acuerdo con el Banco de México; constituyéndose hoy por hoy, en la principal fuente de divisas para nuestro país, por encima del turismo, las manufacturas y las exportaciones de hidrocarburos.
Rubro por cierto, al que ni el efecto relativo y temporal “súperpeso” le han provocado absolutamente ninguna merma.
Pues ni aún así…
Ni una sola mención de gratitud durante la 'Conferencia Mañanera', espacio pagado con los impuestos de la gente -pero destinado a polarizar, mediante la denostacion y la descalificación- a estos héroes mexicanos que, desde el extranjero, están logrando romper la barrera de los 60 mil millones de dólares enviados al territorio nacional.
No se habla por ningún lado desde el Gobierno, de buscar implementar políticas para devolverles servicios y trámites de calidad desde los consulados mexicanos en Estados Unidos; para defenderlos y representarlos con decoro y eficiencia desde las propias sedes consulares y la Embajada allende el Rio Bravo; para avanzar en el proceso de fotocredencialización del Instituto Nacional Electoral (INE) allá en EU; para modernizar los trámites que entorpecen una expedita integración de niños y jóvenes migrantes al sistema educativo estadounidense, eliminando barreras legaloides absurdas, como el “apostillamiento” y otras más.
No, durante las últimas semanas, el Jefe del Estado Mexicano, parece que busca desunir a su Nación; no escucha y no respeta a sus detractores; no los exhorta a que prevalezca el espíritu nacional.
Trae una “cacería declarativa” contra críticos, periodistas, políticos, empresarios, y líderes sociales opositores... como si no hubiera otros problemas realmente graves en el país.
Héctor Calderón Hallal es un abogado mexicano, con experiencia en el servicio público en las áreas de seguridad pública y los derechos humanos. Con experiencia en el litigio en las materias familiar y penal. Actualmente practica el periodismo en diferentes portales noticiosos electrónicos. Cursa la Maestría en Derechos Humanos por la Universidad Iberoamericana, Campus Ciudad de México.
https://issuu.com/sextacircunscripcion/docs/6a_circunscripci_n_20?fr=sMTgyZjYyMzY2MDE