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Boyas de la Ignominia Atraviesan el Corazón de México

Una bilateralidad brutal que rasga arteramente lo humano de la política, de la lógica y de la razón

Por Dhc Nancy Gutiérrez Herrera *

Más que metafórica tenemos unrealidad histórica; Texas es un apéndice simbólico del México de antaño que primero fue mutilado y ahora es atravesado con una manifestación devastadora de la extinción del más mínimo sentido de responsabilidad que se le debe a los migrantes en su calidad de seres humanos. Greg Abbott comete un soslayo criminal: es responsable de todo los migrantes que van a perder la vida ahí y quienes permanecen sin hacer algo también.

El sentido bilateral de una misma nación queda aquí manifestado de manera nítida y no sólo por el constante flujo de ciudadanos de ambas naciones, redundantemente mexicoamericanos de ida y vuelta consolidando legalmente este circuito ciudadano que no tiene división entre su vida cotidiana y el intercambio comercial que provee millones de razones y de dólares para fortalecer el flujo migratorio en vez de la brutalidad que emerge de las vísceras.

¿Qué más ha sido bilateral? La indignación de ambas naciones que se manifiestan sin resolver, la presencia de dos millones cuatrocientos mil mexicanos en Texas, y otros más que nacieron a la condición de estadounidenses pero que vienen de la mexicanada genética que en las entrañas se queda a pesar de las generaciones desde 1846 cuando Texas cambió de nación, pero no de origen ni de destino.

Tal es el estigma de quienes se empeñan en agudizar la criminalización de los migrantes y en ella se convierten a su vez en perseguidores criminales de la naturaleza humana que migra en todo el mundo, y que tanto irrita a aquellos que se sirven a manos llenas de sus beneficios y desmantelan cualquier reciprocidad cuando la mitad de México sigue viviendo y multiplicándose desde el pretexto Texas con el río a la mitad de pecho y ahora atravesado con las boyas de la ignominia en ese espacio simbólico que un día partió a la mitad esta nación y se hizo líquido el corazón.

Lo único Bravo es el río

Desde esta provocadora decisión al más puro estilo texano, sobre el agua, también las buenas intenciones giran igual que las boyas frente a Eagle Pass y Piedras Negras y ante los 11 consulados, y delante de los mexicanos que viven siendo testigos de brazos caídos como quienes escriben crónicas de una muerte anunciada; indignados, feroces, vociferantes… pero sin cambiar la realidad de quienes avanzan a su destino frente a esta línea infame.

A casi un mes del atentado a la vida, a la soberanía y a la compasión, los pronunciamientos, las impugnaciones y las opiniones de opinadores y poderes de Gobierno no hicieron diferencia ante el inicio de los decesos; ni la protesta de la Secretaría de Relaciones Exteriores… ¿Qué pasa con la cancillería cuando una decisión “viola nuestra soberanía y tiene un impacto en la seguridad, integridad y derechos humanos de los migrantes, y que es acción que no corresponde a la estrecha relación que tienen los gobiernos de Estados Unidos y México”?

La ambivalencia entre el gran triunfo de plantarse con mirada ya mojada frente al río y mantener la apuesta firme de sumergirse y desprenderse de sus fauces, ahora se reviste de una condición aún más devastadora: toda la realidad que rodea a los migrantes es flotante, las barreras de sus derechos, de sus convicciones y de sus sueños los acompañan siempre flotantes, pero esto supera cualquier fantasía y se materializa nítido frente al último paso que los despoja del camino.

Querido México, ocúpate, no sirve que te preocupes, las boyas flotantes son la ocurrencia de la tortura, no son politiquería, ni tratados, ni derechos, y tampoco tiene que ver con el caudal del agua… Las Boyas, Abbott, Republicanos y las fobias inhumanas atentan contra el caudal de la vida y la política bilateral solo da vueltas entre ambos mandatarios y mueve el agua de sus demás poderes de gobierno.

¿Y cuándo la transformación de la realidad migrante? Siguen esclavizados e invisibilizados desde su trayecto y en su destino; caminan y viven sin ley ni gobierno que les dé garantías, los vacíos legislativos dejan en desamparo a los niños y adolescentes en medio del despojo de su identidad ante una orfandad institucional imperdonable. La revolución de su caminar abre arterias por todo el continente y se desangra sin hallar cambios…

Y si la cuarta llega “al cuarto para las doce” ojalá haya vida para vivirla primero, y en prospectiva, hacer una revolución que reforme la obscenidad de las fronteras del mundo y que logre la independencia del andar y del derecho de los seres humanos al libre tránsito que se les ha negado por siglos a quienes nacen en un lugar distinto al que pertenecen y que tienen derecho de llegar allá y construir un mundo mejor y una sociedad del cuidado y la bondad.

* Nancy Gutiérrez Herrera, es Académica de la FESC UNAM. Directora de la Comunidad Internacional de Ética y Responsabilidad Social, CIERS

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