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LA RUTA MÁS MORTÍFERA DEL MUNDO
Imponen escalofriante designio para la ruta migrante
Por Dhc Nancy Gutiérrez Herrera *
La vulnerabilidad humana es la condición más devastadora y mortífera a la que enfrenta el sentido común delante de la condición migrante. Más doloroso se torna si agregamos debilidades específicas, como condición de género, salud y la edad. Y aún más si se viaja en soledad, abandono, sin identidad y no se han cumplido ni 14 ni 10 años de vida y se reúnen todas las condiciones descritas previamente. Escalofriante.
Además del factor mortífero, habría que agregar que los desaparecidos en tránsito no son tomados en cuenta, sólo buscados por quiénes los extrañan y los quieren de vuelta, o vivos o al menos en cuerpo para darles destino y paz. Sin embargo, los desaparecidos que nadie busca, son un pleonasmo innombrable, pero los desaparecidos que no tienen nombre, vulnerados en su derecho a la identidad o patria potestad, esos menores en tránsito que desaparecen, mueren, son vejados, son violentados, son enjaulados, privados de todos sus derechos… esa atrocidad es ya un crimen de lesa humanidad que se fragua día a día.
Preguntas sin respuesta
¿Cómo recuperar la calma sabiendo que aquí estamos como testigos mudos de la ruta migratoria más mortífera que existe en el mundo? Según Organización Internacional de la Migración (OIM) entre EUA y México mueren o desaparecen más personas que en cualquier ruta migratoria del mundo. Seiscientos ochenta y seis desaparecidos sólo en la frontera y eso simulando no tener registro preciso de migrantes en tránsito que ingresan al país ni de mexicanos desaparecidos. La ruta de las pesadillas rumbo al sueño americano cobra al menos uno de cada 25 migrantes y “se calcula”, “se infiere”, “se estima”; también hay cálculos de “aproximadamente”, “probablemente”, “esencialmente”… pero ahora se les “descarriló” la crisis migratoria que circula por las arterias de este país.
Discursos y notas periodísticas se concentran en decir “al menos”, “cerca de”, “cientos”; quizá decir “varios miles” permita un cálculo, pero no de cantidad, sino de magnitud del soslayo inducido para desdibujar la realidad que señala el poco compromiso con el tema migrante. Basta retomar la escandalosa confesión del Director Regional de la OIM para América del Sur, Marcelo Pisani: “El hecho de que sabemos muy poco acerca de los migrantes que desaparecen en las Américas, es una realidad muy desalentadora” ¡Realidad desalentadora!
¿Qué responsabilidad social, humana y humanitaria deben aprehender, sentir o comprender los agentes institucionales que son designados al tema migrante? Partir de la realidad como un hecho aislado, genera este tipo de declaraciones que evidencian que no se entiende la responsabilidad social, histórica y humanitaria que se tiene con las personas en situación migrante. En realidad la sociedad sí sabe mucho de los migrantes; sabemos dónde están, cómo están, y qué viene para ellos. Por eso el brazo fuerte que sostiene, abraza y guía el andar de los migrantes, siempre es la sociedad civil sin más recursos que los propios, y sin más diagnóstico que la empatía, sororidad e intuición para “ayudar de paso”.
¿Qué entonces deben las tres órdenes de gobierno para detener esta atrocidad y ser parte de las soluciones y no sólo de los soslayos y las atrocidades que cometen con sus malas decisiones? Los intentos, los programas y los discursos son inútiles. Legislar, invitar a comparecer y exhortar al cumplimiento de los derechos mínimos, además de reglamentar todos los ´cómos´ posibles para hacerlos una realidad instrumentada, son apenas obligaciones básicas para cumplir. Sin embargo transformar los sistemas, la realidad y la vida de los migrantes es una vocación que no anda entre curules, anda entre los suyos y los nuestros, codo a codo, brindando esperanza a los más vulnerados.
Las malas decisiones, las peores y las abominaciones.
¿Quién sostiene los principios éticos, morales y humanitarios para decidir que los riesgos de transporte son menores a los riesgos andando? “Ante el notable incremento de migrantes concentrados en diversas regiones del país y el severo riesgo que representa para la integridad de ellos la utilización de trenes de carga para transporte. Ferromex tiene detenidos temporalmente 60 trenes, equivalentes a la capacidad de mil 800 camiones en rutas hacia el norte del país, en las regiones impactadas por esta problemática social y humanitaria”, informó la empresa por escrito. ¡Flamante ocurrencia luego de contar “más de 4 mil migrantes”! Y qué bueno que ahora no hay marcha atrás pues aunque detengan a los migrantes por esa vía, ellos no dejarán de marchar, ni de pedir acciones de Gobierno.
El pasado miércoles 20 de septiembre un diario cabeceó su nota: “Coahuila: viajaban casi 2 mil migrantes en techos de trenes”[i] y en ello había indeterminaciones para un contingente tan grande, así que contaron mal un rango de mil 80 a 3 mil… esta suma ´incalculable´ fue el resultado de la colaboración y esfuerzo institucional de la policía local, algún asesor del Ayuntamiento de Monclova y autoridades del Instituto Nacional de Migración (INM) que unieron manos para contar con los dedos y las cuentas aún no salen.
Lo que sigue saliendo por cada sitio donde voltea la prensa es la fuerza migrante que ya no cabe en las portadas, en los refugios, ni en las bestias (trenes también)…
Que el bienestar alcance un día su andar.
[1] La Jornada impresa del 20 de septiembre del 2023 tiene de portada, una vez más el tema migrante y al interior encontramos esta cabeza.
https://issuu.com/sextacircunscripcion/docs/6a_circunscripci_n_25/10?fr=sMmNkNDY2NTEyMzE