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REFLEXIONES SOBRE LA GUERRA
En la Tierra Originaria de la Migración
Por Heriberto M. Galindo Quiñones *
El flujo migratorio de México a Estados Unidos y del mundo en general ha sido, es y será eterno, por razones de injusticia en todos los órdenes: familiar, social y político, vinculados con la profunda disparidad social entre los países desarrollados y los subdesarrollados. Así ocurrió desde el éxodo, encabezado por Moisés, que duró 40 años en el desierto.
En la migración que está entrando a nuestro país por la frontera con Guatemala se registran algunas personas originarias de Oriente Medio, y seguramente el número se incrementará debido a la guerra fratricida entre Hamas e Israel.
Luego de un mes del infame ataque que la secta ultra radical extremista y terrorista palestina llamada HAMAS le propinó a Israel en su territorio, bien vale reflexionar y tomar en cuenta la expresión de que “no hay humo sin fuego”, al recordar el título de aquella gran película francesa de cine político de los años setenta, que nos enseñó que todas las cosas que suceden en la vida tienen su razón de ser. Es decir que los sucesos ocurren por algo, y no por casualidad.
El origen de la furia de Hamas tiene su por qué, o su lamentable razón de ser, en las luchas milenarias entre judíos y palestinos que vienen de cuando por determinación de Sara, la esposa legítima de Abraham, fue expulsada de la casa Agar, la esclava egipcia trabajadora doméstica madre de Ismael, -hijo fuera de matrimonio engendrado por Abraham a quien Sara le permitió tener relaciones íntimas y hasta lograr un primogénito-, habida cuenta de que ella a sus más de ochenta años de edad no estaba en condiciones de darle un hijo, como tampoco se lo dio en su juventud o en sus años de fertilidad.
El grupo extremista y radical islámico Hamas nació como oposición radical en la población palestina, y se le rebeló al líder palestino Yaser Arafat, quien luchó hasta la muerte por la creación del Estado palestino y por un territorio legal y definido.
Hamas consideró que Arafat involucionó en sus afanes guerrilleros y lo acusó de haber abandonado el rigor contra la comunidad judía y también de negociar en condiciones indignas y desventajosas con Israel y con los países occidentales encabezados por Estados Unidos y por las naciones europeas.
Hamas inclusive atentó contra Yaser Arafat y lo repudió con o sin razón hasta su muerte.
La perfección no existe y menos en el desempeño político, pero Yaser Arafat hizo lo mejor que pudo y tiene un lugar en la historia, a pesar de lo que Hamas ha divulgado contra él.
Entre las comunidades del Oriente Medio han sucedido cruentas batallas en muy distintas épocas a lo largo de siglos, mucho antes de la constitución del Estado de Israel en 1948 y más aún después de ese acontecimiento establecido por la ONU tras el fragor de la lucha diplomática encabezada por David Ben-Gurión, y hasta la fecha, como ocurre hoy en día desde hace poco más de un mes, en que diariamente la sociedad mundial ha visto los estragos de una guerra infame, injusta y devastadora: De una parte la invasión de Hamas a territorio israelita, la cual tomó por sorpresa al otrora famoso y eficaz sistema de inteligencia judía; y de otra parte la atroz e inhumana respuesta de Israel al mando del trastornado ultra derechista y belicoso Primer ministro como lo es Netanyahu, a quien no le remuerde las conciencia de atropellar y de disparar y asesinar inocentes ubicados en Gaza, so pretexto de combatir el terrorismo ciertamente engendrado por Hamas.
Aunque hoy por hoy pareciera que la solución política y diplomática no se ve cercana, es precisamente lo que se hace indispensable y es lo que hace falta con urgencia, para poner un alto al fuego, y parar los asesinatos de tanta gente inocente de ambos lados, aunque a decir verdad la mayoría de los muertos y de los heridos, hombres y mujeres, niñas y niños, ancianas y ancianos son de origen palestino, y lo más grave es que solamente una notable minoría es integrante de Hamas, y la gran mayoría es gente palestina inocente que no es culpable del atentado original y que no son terroristas ni asesinos; pero eso no le ha importado al terrible e infame Netanyahu, quien seguramente pronto será depuesto y enjuiciado, pues desde antes del ataque islámico, fue muy cuestionado por su conducta extremista y por supuestos actos de corrupción y de frivolidad, y ahora en todos los países del mundo se le está acusando de genocidio y de ser un criminal de guerra, como también lo son los verdaderos integrantes y los líderes de Hamas.
Ni el pueblo judío ni el pueblo palestino quieren esta guerra fratricida, ni son terroristas, luego entonces ¿cómo parar la guerra y lograr una paz duradera?
Es la vía política y diplomática de la buena fe, del diálogo, de la conciliación, del acuerdo y de las negociaciones para lograr una solución pacífica a tantas controversias y contradicciones, que deriven en el reconocimiento del Estado palestino con delimitaciones territoriales reconocidas y aceptadas, la solución integral que debe buscarse y lograrse, antes de que otras fuerzas extremistas y radicales como Hamas, se sumen y se expongan al terrible exterminio, que pueda devenir una guerra generalizada en aquella región del mundo, con la posibilidad de que se convierta en una conflagración que se vuelva una tercera guerra mundial.
Nosotros proclamamos a la buena negociación política y diplomática para lograr la paz en Oriente Medio.
* El Lic. Heriberto Galindo Quiñones ha sido Cónsul General de México en Chicago, Embajador en Cuba, además de diputado federal y senador en recientes legislaturas, así como coordinador del grupo parlamentario del PRI.
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