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ÉXODO DE LA POBREZA
Obedece a Políticas Binacionales Incongruentes
Por Dr. Emilio Coral García
El 24 de diciembre inició una caravana migrante de alrededor de 7 mil personas desde Tapachula en Chiapas. Esto, unos días antes de la reunión entre el Secretario de Estado de los Estados Unidos, Anthony Blinken, y el Secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, con el presidente Andrés Manuel López Obrador en la Ciudad de México, ante la situación de emergencia en la frontera con los Estados Unidos, debido a la presión de oleadas de miles de migrantes que tratan de ingresar a ese país.
La caravana migrante implicó que miles de personas, entre las cuales se incluían mujeres y niños durmieran en el piso, en cartones, en condiciones en las que tuvieron que enfrentar las inclemencias del tiempo, a medida que buscaban avanzar hacia el norte de México.
La caravana, autodenominada como “Éxodo de la pobreza”, incorporó principalmente a personas provenientes de Honduras, Haití y Cuba. Se dice que parte importante del origen de tal caravana tuvo que ver con que la frontera entre México y Guatemala en Tapachula extrañamente sigue abierta, y varios miles de migrantes se acumulan en esa ciudad fronteriza mexicana, sin clara noción de cómo las autoridades mexicanas podrían apoyarlos para gestionar su asilo o documentos. Entre 800 y mil migrantes cruzan esta frontera en diariamente, sin que las autoridades mexicanas hagan gran cosa al respecto.
Mediante la caravana, los migrantes han buscado protegerse de la extorsión de las propias autoridades mexicanas, así como de integrantes de bandas criminales y de trata de personas, para presionar a las autoridades mexicanas para resolver su situación, que básicamente los mantiene en el limbo jurídico.
El presidente López Obrador hace unos días afirmó que la caravana había sido organizada principalmente por tratantes de personas, a fin de ejercer presión sobre los gobiernos de México y de los Estados Unidos.
Sin embargo, esto no ha sido comprobado. Por otra parte, también aseveró que la caravana se fue desintegrando conforme avanzaba en su recorrido hacia el norte.
Luego de recorrer más de 100 kilómetros dentro del Estado de Chiapas, en la zona de Mapastepec, las autoridades del Instituto Nacional de Migración (INM) lograron convencer a los integrantes de la caravana de entregarse y de abordar autobuses preparados para ello, con la finalidad de trasladarlos hacia el centro de México y tramitar la formalización de su estadía en el país y permisos provisionales de trabajo. Esto pareció corresponder al interés de la mayoría de los migrantes en la caravana, pues muchos eran mujeres y niños en condiciones de alta vulnerabilidad en su marcha a pie por las carreteras chiapanecas.
En la reunión de Anthony Blinken y Alejandro Mayorkas se de habló de una estrategia que permita contribuir a detener en México el flujo masivo de migrantes que llega a la frontera norte.
Con estas medidas, el gobierno mexicano dice poder resolver la crisis en la que ha entrado la frontera norte con los Estados Unidos, adonde las detenciones diarias de migrantes que cruzan sin documentos la frontera han llegado a ser de hasta alrededor de 10 mil personas.
Sin embargo, cabe cuestionarse si el gobierno mexicano cuenta con la posibilidad real de brindar las mismas ventajas a todos lo demás migrantes extranjeros que decidan cruzar por el Estado de Chiapas en caravana, sin tener que llegar a cerrar o regular de manera más estricta los ingresos de migrantes por la frontera sur de México. Es una disyuntiva muy fuerte en la que se encuentra la actual administración del gobierno mexicano, a fin de cumplir con los compromisos que se hayan generado en la reunión entre el presidente López Obrador, y los altos funcionarios estadounidenses Blinken y Mayorkas, en representación del gobierno del presidente de los Estados Unidos, Joseph Biden.
*Emilio Coral García es doctor en historia (graduado con distinción) y maestro en estudios latinoamericanos por la Escuela de Servicio Exterior “Edmund A. Walsh” de la Universidad de Georgetown en Washington, DC. Es licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, adonde participó en el proyecto El México de fuera: la comunidad mexicano-americana en los Estados Unidos. Entre diversas publicaciones, es cocoordinador, junto con Claude Heller, del libro El impacto sociocultural del fenómeno migratorio en Michoacán.También es co-autor junto con Heriberto Galindo Quiñones del libro Drama y odisea de la migración mexicana. Se encuentra afiliado al Instituto para el Estudio de la Migración Internacional (ISIM) de la Universidad de Georgetown.Ha impartido múltiples conferencias y talleres en materia de relaciones internacionales y educativa tanto en México, como en los Estados Unidos, Argentina, Brasil, Chile, Francia y Puerto Rico.
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