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LA CRISIS CLIMÁTICA

Obliga a Considerar al Agua como Causa de la Migración

Por Iker Sandoval Gutiérrez

A veces puede pasar desapercibido que una de las causas que propician la migración es la falta de oportunidades o la poca calidad de vida que las personas pueden tener en su lugar de origen. Con gobiernos que implementan medidas como la militarización de las fronteras o leyes que criminalizan a los migrantes, demuestran la manera tan deshumanizante en que se trata cualquier solución. Entonces ¿qué factores debemos tomar en cuenta para tomar medidas que realmente solucionen el problema?


Hablemos sobre qué tendrán que ver el agua y la agricultura

El cambio climático ha generado en México un periodo de sequía que ha afectado tanto a poblaciones urbanas para poder tener acceso al agua, como a poblaciones rurales donde el problema se extiende a la falta de ésta, dejándolas en condiciones aún más precarias para poder subsistir, afectando su capacidad de cultivo (principal medio de trabajo) y sus posibilidades de venta. Según datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) más del 80 por ciento de México enfrenta problemas por la falta de agua y más de la mitad del país está en estado de sequía.

Desde el Banco Mundial y la ONU se ha hablado sobre el impacto de las sequías en el flujo migratorio, desarrollándose desde ahí y otros lugares el término “migraciones climáticas”, siendo “el traslado de una persona o grupos de personas que, predominantemente por cambios repentinos o progresivos en el entorno debido a los efectos del cambio climático, están obligadas a abandonar su lugar de residencia habitual u optan por hacerlo, ya sea de forma temporal o permanente, dentro de un Estado o cruzando una frontera internacional“ (OIM, 2019).

La falta de agua termina siendo una de las razones principales que provocan este tipo de migración, con informes que señalan que de los millones de migrantes estimados en el mundo, por lo menos un 10 por ciento se ven obligados a moverse por la falta de agua en su población de origen.

La mayoría de la información que vincula el tema de la falta de agua y su vinculación con la migración habla de la zona norte de África, pero podemos tomar como referencia estos estudios para poder analizar tanto a Latinoamérica como a México y la actual crisis migratoria que enfrentamos como países en vías de desarrollo.

En México el recurso del hídrico es administrado municipalmente por constitución, siendo Conagua la única institución federal encargada del agua, pero esta dependencia ha sido incapaz de afrontar el mejoramiento y administración de la infraestructura necesaria para atender la crisis de manera integral.

A pesar de que el actual Gobierno preparó un decreto que permitiera al Presidente otorgar nuevas concesiones de agua para uso industrial en zonas con escasez como un intento por centralizar el poder sobre el agua, sigue siendo incapaz de solventar la problemática. No podemos pensar que la salida sea concentrar el poder de decisión en una sola persona.

La crisis del agua afecta directamente al campo mexicano, el 2023 dejó al descubierto el momento tan difícil en el que se encuentra éste, con la producción del maíz cayendo un 40 por ciento (siendo el grano importado el que cubre esa demanda faltante) por factores como el aumento al precio de los fertilizantes, la sequía, la extorsión del crimen organizado a agricultores y la falta de apoyo a estos por parte del Gobierno Federal, siendo el principal señalado.

La eliminación de apoyos como la prestamista Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero (FND) y el aumento de inversión extranjera centrada en productos agrícolas como el café con la nueva mega planta en Veracruz, ponen a la población rural en una situación complicada al no tener la posibilidad de competir contra estas trasnacionales y por lo bajo que éstas compran sus productos, viéndose obligados a producir únicamente para su consumo o migrar en búsqueda de oportunidades.

Tratar de raíz la crisis migratoria no se trata de implementar medidas coercitivas o punitivas en las fronteras, se trata de analizar de manera integral qué factores se ven involucrados para poder atender los más posibles y darle una perspectiva más humana. Para esto no podemos ignorar el papel de las crisis climática y agrícola que atraviesa México, ni dejar de señalar la incapacidad de este gobierno y los anteriores para dar una solución real.

*  Iker Sandoval Gutiérrez estudia la licenciatura en Derecho, en la Universidad Autónoma Metropolitana, plantel Azcapotzalco.

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