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Elecciones en Estados Unidos Podrían Afectar Política Migratoria Internacional

Por Dra. María Guadalupe Ramírez Mondragón

El 5 de noviembre de este año se realizarán las elecciones de Estados Unidos, y en ellas tenemos como candidatos el actual presidente Joe Biden, y el expresidente Donald Trump, representando a demócratas y republicanos respectivamente. 

Ambos incluyen temas importantes en sus agendas, uno de los más relevantes es el de la migración, un tema que también es relevante para el gobierno de nuestro país. Hasta el momento, la moneda está echada pero no hay un claro ganador.

Según la Current Population Survey (CPS), el equivalente norteamericano al INEGI, aproximadamente 38 millones 500 mil residentes en Estados Unidos son de origen mexicano; es decir, nuestros compatriotas representan el 60% de los latinos en Estados Unidos. Por lo tanto, considero trascendente exponer ¿Qué plantea cada candidato? y ¿Cuáles son sus propuestas e implicaciones para los migrantes? 

Para empezar, es necesario mencionar que las posturas de ambos candidatos, al menos en el discurso, son totalmente diferentes. En sus campañas electorales (la de 2019 y la del año en curso), el actual presidente ha manifestado una postura que puede interpretarse como favorable a los migrantes, pues sabe que son una “minoría” considerable que puede marcar la diferencia en las elecciones y en su mandato. Mientras que Donald Trump se ha dirigido a sus electores con discursos incendiarios plagados de racismo y xenofobia que le han conseguido la simpatía de los republicanos y los conservadores más extremos.

A pesar de las dificultades y descalificaciones por su estado físico, la campaña de Biden ha avanzado y durante ella ha impulsado dos acciones en materia de migración con las que probablemente espera ganar votos de migrantes, sus familias y partidarios, sin perder los de la población “nativa”. Dicho de otro modo, Biden busca apoyar a los migrantes, sin dejar la puerta completamente abierta. 

Muestra de ello es que en su campaña presidencial anterior se manifestó en contra de prohibir la entrada a Estados Unidos a cuídanos musulmanes y posibles asilados políticos. Sin embargo, el pasado mes de junio limitó el acceso a los asilados. 

Paradójicamente, como parte de su segunda acción, aseguró que busca proteger a los hijos de inmigrantes indocumentados que han pasado toda su vida en ese país y que se abrirá una opción para concederles la ciudadanía, lo mismo que a cónyuges indocumentados de ciudadanos estadounidenses. 

De esta manera, podrán solicitar su residencia legal permanente sin tener que abandonar el país, sin separarse de sus familias. En palabras simples, esto significa que podrán obtener su “green card”, y vivir y trabajar, con una estancia legal garantizada, con lo cual captaría los votos de los ciudadanos beneficiados.

Por su parte, para Donald Trump el tema de la migración ha sido pieza clave desde su campaña electoral en el 2016, cuando algunas de sus principales propuestas eran frenar la inmigración ilegal, limitar a los ciudadanos con asilo político y construir un muro con nuestro país para terminar con el paso de migrantes, propuestas con las cuales atrajo los votos de los ciudadanos más conservadores. Además, no podemos olvidar que desde los primeros meses de su anterior mandato muchas familias “ilegales” fueron separadas porque se deportó a algunos de sus miembros, incluyendo niños, antes de hacerlo muchos de ellos pasaron días en centros de detención que resultaron controversiales por el trato brindado.

Su campaña actual no parece ser muy diferente, en un mitin realizado en Iowa, en septiembre del 2023 afirmó: “Vamos a ejecutar la mayor operación de deportación en la historia de Estados Unidos”.  Siguiendo esa línea de ideas, el pasado mes de abril declaró a la revista Time que deportaría “entre 15 y 20 millones de personas”. Es decir, esta no es una propuesta nueva, sino la continuación de las políticas implementadas en su mandato anterior con las que afectó a migrantes indocumentados y también a ciudadanos estadounidenses de origen mexicano, porque separó familias, acinó a miles de personas en centros de detención y comenzó a utilizar procedimientos militares para controlar la migración.

En síntesis, los planes de Trump, en el caso de que gane la presidencia, pondrían en riesgo no sólo a los compatriotas mexicanos sino a los derechos humanos de todos los migrantes a los que se cuenta por millones y que en muchos casos han vivido en ese país por años, incluso décadas. Sabiendo esto hacia qué lado se inclinará la balanza, parece obvio, pero la moneda sigue en el aire. 

* María Guadalupe Ramírez Mondragón.  Doctora en sociología por la UAM Azcapotzalco, profesora de asignatura de la FES Cuautitlán.

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