5 minute read
Mientras Envejece la Infancia Migrante
Por Dhc Nancy Gutiérrez Herrera
Y el tiempo no perdona, ni la historia; sólo las personas perdonamos las infamias que el Estado tolera por incapacidad de sus instituciones fallidas, que llenan de pura buena voluntad, en el mejor de los casos, las páginas del ejercicio de gobierno ante la migración. El tiempo está ocupado en el olvido de un marzo trágico para los migrantes, está preso en ese instante eterno en que un migrante cruza la línea de su propia frontera para hacer del norte un destino; el tiempo es implacable y nos hace tanta falta para resolver los pendientes que tenemos con los niños en condición migrante.
No hay espacio para distinguir a un niño en condición migrante de un niño que migra; en este mundo 'adultocéntrico' los niños mexicanos fuera de su comunidad de nacimiento y en sinergia con niños nacidos en otro país mimetizan una sola población: niños sin nacionalidad, con experiencias de adultos, sobrevivientes en sumisión, ajenos a su destino en lo que no está considerado como una de las peores formas de maltrato, sometimiento y abandono de la responsabilidad del Estado. Ni el grito internacional logra transformar esta realidad más allá de sus escandalosos números de siempre.
Por ejemplo, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que considera que “todo trabajo que priva a los niños de su niñez, su potencial y su dignidad, y que es perjudicial para su desarrollo físico y psicológico” tiene que ser erradicado del planeta. Debería ser buen referente para identificar como una responsabilidad ineludible del Gobierno, local, estatal y federal, en sus tres formas de poder, para considerar tolerancia cero a toda circunstancia que priva a los menores de su niñez, potencial, dignidad y que resulta perjudicial para su desarrollo físico y psicológico… justo eso hace en los menores la experiencia migratoria. Y más aún.
Sólo cuando esta forma de destruir la vida de un niño está vinculada a la explotación nos indigna; como si el beneficio económico recibido por un adulto “cuidador” hiciera diferencia en la historia personal y genealogía psíquica de un niño sin estructura social, sin acompañamiento de las instituciones básica como salud y escuela, sin asideros de seguridad construidos de manera autónoma, sin más vínculo que con quien les salva la vida sin salvedad.
¿Quiénes constituimos al Estado?
Sí, nosotros; tú y yo, quiénes permanentemente o por una temporalidad específica recibimos una encomienda solventada con recursos de la Nación y no hallamos qué hacer para transformar la realidad de quiénes más lo necesitan. Estamos obligados a ello no sólo por el componente moral, ético o humano, sino porque la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes lo señala con énfasis sobre las medidas especiales de protección que deben ser adoptadas para institucionalmente garantizar los derechos menores, acompañados, no acompañados, separados, nacionales, extranjeros y repatriados. No señala condiciones ni variables asociadas.
Las autoridades de todos los órdenes de gobierno tienen el mandato, de conformidad con sus competencias, de proporcionar los servicios correspondientes a niñas, niños y adolescentes en situación de migración, independientemente de su nacionalidad o su situación migratoria: con mayor énfasis son el Instituto Nacional de Migración en sinergia con el Sistema Nacional Desarrollo Integral de la Familia (DIF) o sistema de las entidades, según corresponda, los responsables explícitos de brindar la protección que prevé esta Ley y demás disposiciones aplicables…(1)
Resultados del vacío en el Cañón del Alacrán (2)
Sí, hay resultados. Niños migrantes provenientes de El Salvador, Honduras, Guatemala, Colombia, Haití y también de Michoacán y Guerrero se graduaron a principios de agosto de un colegio con validez oficial que les ha brindado condiciones para que juntos construyan una comunidad educativa internacional, multicultural, diversa, multigrado, para construir juntos los andamios de una realidad en el contexto de movilidad humana.
Que más de esos 130 niños graduados estén estudiando la primaria o la secundaria, vuelve a este plantel una posibilidad Intercultural que suple la responsabilidad que el Estado no cumple.
Es una forma de convertir la migración en una formación para la vida con una estructura para dialogar, intercambiar saberes mientras el tiempo que no pasa para los niños, se queda puesto en el aprendizaje dirigido; aquí llegan niños sin saber leer ni escribir, con muchos saberes que compartir, deconstruir y fortalecer esta etapa chiquitita de casi 12 años en que se consolida la 'teoría del mundo' con la que vivirán el resto de su existencia, en cualquier país.
Se entretejen cada una de las partes que forman su personalidad, su desarrollo cognitivo y toda su estructura psíquica; aquí ellos tienen oportunidad de construirse como ciudadanos para el mundo y ciudadanos sin fronteras.
No todo se restringe, la espera que es desespera, para quienes tienen avidez por vivir lo que está por venir y que no necesariamente codifican negativamente toda la experiencia que viven desde que salieron “de casa” lo que sea que eso signifique ahora en la “Ciudad de Dios” que cubre insumos, sueldos, alimentos y brinda una mano a quiénes tanto han caminado por este territorio que no reconocen como suyo y que les grita su implacable reciprocidad.
Larga vida a ésta y a otras iniciativas que sí “hacen la tarea” y dan resultados ciudadanos con la misión muy clara: servir. Si ellos pueden, las instituciones ¿por qué no? Cuáles son los porqués para no cumplir con la ley.
1 Recuperado de: https://www.gob.mx/sipinna/articulos/derechos-de-las-ninas-ninos-y-adolescentes-migrantes?idiom=es
2 Es aquí donde se ubica este resguardo educativo para niños migrantes de entre 6 y 16 años cursando primaria y secundaria en seis aulas, cuatro profesores, dos turnos y una sola esperanza colectiva. La escuela se encuentra en el albergue “Embajadores de Jesús” en Tijuana. Ojalá hubiera un albergue en cada cruce fronterizo.
* Dhc Nancy Gutiérrez Herrera es Académica de la FESC UNAM, Directora de la Comunidad Internacional de Ética y Responsabilidad Social, CIERS. Coord. UNAMos Manos por la Responsabilidad Social Universitaria.
https://issuu.com/sextacircunscripcion/docs/6a_circunscripci_n_44/10?fr=sMGJkNTc3Mjg0NTU