Editorial

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¡La democracia te necesita!

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na de las características más importantes de la democracia es la existencia de partidos políticos representativos y adecuadamente motivados ideológicamente. Sin ellos la democracia sin duda cojeará, pues estará mutilada de una de sus extremidades más fundamentales. La definición más universalmente aceptada de partidos políticos es la de instituciones encargadas de agrupar las preferencias políticas de una sociedad para construir el interés general1. Así, autores como David Easton plantean que los partidos políticos son “canales de transmisión hacia los poderes públicos de las demandas de la población, mediante los cuales se decide qué políticas públicas deben efectuarse para garantizar la convivencia pacífica y el progreso social”. La función de los partidos, por tanto, es transformar las distintas preferencias de los ciudadanos en plataformas programáticas donde las diferentes dimensiones de lo público se agrupen y se traten en forma más o menos coherente. En este proceso, los partidos reducen las dimensiones de la decisión colectiva a una dimensión –izquierda a derecha–, facilitando que las decisiones colectivas sean transitivas, y por tanto, estables. En dicho proceso, los partidos políticos apelan a ideologías universales e imaginarios colectivos en el proceso de representación y construcción del interés general. Sin embargo, en la práctica se ha visto que este no siempre es el caso. De hecho, muchos críticos de los partidos políticos, empezando por Madison en Los documentos federales2, consideran que los partidos no solo no facilitan la agrupación de intereses individuales, sino que además se constituyen en un escollo a la construcción del interés colectivo. El que esto suceda, sin embargo, dependerá de las reglas electorales y del sistema de gobierno que determine los incentivos de los políticos a representar intereses más o menos generales. EDICION 3 / 2014

Si partimos de la base de que luego de duros y sangrientos esfuerzos encaminados hacia el desarrollo político en Latinoamérica, hemos optado por instaurar sistemas políticos democráticos presidencialistas, será interesante evaluar hasta dónde esa opción se está aplicando adecuadamente.

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l panorama político actual en nuestro hemisferio nos muestra una gran crisis en el sistema de partidos. El surgimiento de liderazgos unipersonales de corte populista, y por qué no decirlo, autoritario, sin fundamento ideológico claro y sin una organización política estructurada que los respalde, nos lleva a asegurar que algo está funcionado mal. Los partidos políticos efectivamente no están cumpliendo con su tarea. A pesar de lo anterior, los partidos políticos deben constituirse en el pilar fundamental para un adecuado funcionamiento de la democracia, sistema político que debe defenderse por encima de cualquier otro existente. Sería un gran error desconocerlo, puesto que es el único sistema que defiende los principios de la libertad, derecho fundamental para la pacificación y justa convivencia de nuestra civilización. Populismos personalistas como el de Hugo Chávez en Venezuela son muestra de un evidente e inadecuado funcionamiento de los partidos políticos en nuestro hemisferio. Es por ello que en este dossier de la revista Perspectiva quisimos recoger algunos aportes importantes con la colaboración de autores reconocidos (Fernando Mires, de Chile; Francisco Nieto y Rodrigo Uprimny, de Colombia; Herbert Koeneke, de Venezuela; Enrique Cebrián, de España; Francisco Aguirre y José Fabián Ruíz, de México son algunos de ellos) para evaluar cómo están nuestras democracias, pero más importante aún, qué debemos hacer para que funcionen mejor.

Marcela Prieto Botero Directora

NOTAS 1. Epstein, L. Political Parties in Western Democracies. New Brunswick, NJ, Transaction Publishers. 1979; Katz, R.S.A. Theory of Partisans Electoral Systems. Baltimore, MD, Johns Hopkins University Press. 1980; Lipset. Ob. cot.; Klingeman, H.-D.,R.I. Hofferbert, etal. Parties, Policies, and Democracy. Boulder, CO, Westview Press. 1994, p. 42. 2. Madison, James; Hamilton, Alexander; Jey, John. The Federalist Papers. 1937 (1787):41.

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