Distribución y comercialización
La legalización de las drogas como estrategia de lucha contra el terrorismo
Joseph M. Humire estados unidos
Graduado en Economía y Asuntos Globales por la Universidad de George Mason. Experto en Seguridad Global y especialista en el nexo entre seguridad, defensa y libertad económica. Ha sido investigador de la Fundación Educativa Internacional por la Libertad, y exdirector del instituto de relaciones de la Atlas Economic Research Foundation. Actualmente es director ejecutivo del Center for a Secure Free Society y de la consultora Cordoba Group International.
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on los años, el tráfico de drogas en América Latina y el Caribe ha crecido a tal grado que logra satisfacer un mercado internacional que se estima ha alcanzado los US$ 500 mil millones a nivel global1. Esta suma astronómica ha llegado a superar la riqueza generada por el libre comercio entre algunos países de América Latina. El peligro que produce este tipo de actividad ilícita es enorme, y como prueba de ello América Latina tiene altísimas tasas de homicidios que en algunos países alcanzan más de 90 por cada 100,000 habitantes2. En Centroamérica, “El Triángulo del Norte”, principal zona de tránsito del narcotráfico, ha sido catalogado como la zona más peligrosa en el mundo, sin estar en guerra3. Esta crisis de seguridad regional ha impulsado a cierto número de líderes latinoamericanos a considerar la legalización de las drogas como nuevo camino a recorrer en materia de política de control de drogas y estupefacientes. Así mismo, a demandar que Estados Unidos considere la legalización o despenalización como alternativa estratégica en la lucha contra el narcotráfico. Durante la 43 asamblea general de la Organización de Estados Americanos (OEA), en junio del 2013 en Antigua, Guatemala, se
convocó una discusión alrededor de la legalización de las drogas, que fue censurada por el secretario de estado de Estados Unidos, John Kerry, quien anunció: “Les diré, a los que hablan de legalizar y hacer cambios, los desafíos van mucho más allá de un solo ingrediente”4. Cabe anotar que Estados Unidos provee más del 50% del presupuesto de la OEA, lo que incidió para que la declaración final de la asamblea en Antigua no hiciera mención alguna a la legalización o despenalización de las drogas ilícitas. Un creciente número de presidentes latinoamericanos se encuentran frustrados con Estados Unidos por ignorar el tema de la legalización de las drogas como parte de un debate de política regional, pero vale decir que ellos mismos tienen una parte de la responsabilidad. Cuando se trate de vender cierta prescripción de política regional a los políticos estadounidenses, sería útil entender las prioridades de la política de Estados Unidos, al tiempo que transmitirles el sentido de urgencia de la situación. De igual manera, cuando un médico quiere que su paciente cumpla con la receta prescrita, debe asegurarse que él entiende la gravedad de su enfermedad.