La mineria en colombia un reto multidimensional

LA MINERíA EN COLOMBIA: UN RETO MULTIDIMENSIONAL La minería en Colombia ha sido un tema de constante discusión puesto que el desarrollo de esta actividad tiene repercusiones importantes en materia ambiental, cultural, social, política y económica para el país. Para empezar, el desarrollo de la minería constituye una puja por territorios entre mineros artesanales, grandes empresas mineras, indígenas, afro descendientes, sociedad civil y Estado, debido a que la tierra concentra diferentes tipos de valor para cada uno: puede contener valor cultural y ancestral, valor económico o valor político, lo cual cambia la interpretación de la exploración y la explotación de los recursos naturales dependiendo del lugar desde donde se mire.

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Por otro lado, el desarrollo de políticas mineras ha estado asociado históricamente al proceso de descentralización, buscando focalizar la capacidad de la actividad minera de producir riqueza, en la generación de desarrollo local, expresadas en mejoras a la calidad de vida de las poblaciones que habitan las zonas de extracción2.

En definitiva, la minería representa una forma de orientación productiva que enmarca y delimita las posibilidades de desarrollo de otros sectores de la economía.

Esta paradoja que representa la actividad minera es alimentada además, por el enfoque centro-periferia que adoptó la CEPAL a mediados del siglo pasado, donde se privilegió la explotación de recursos naturales como elemento catalizador de la economía en Latinoamérica.

Sin embargo, está comprobado que centrar el desarrollo económico en la explotación intensiva de recursos naturales arroja impactos negativos sobre el crecimiento económico; esto se ha llamado en la literatura “enfermedad holandesa” y es causada por la concentración del capital en el sector extractivo (lo cual a su vez conlleva a la disminución de oportunidades de otros sectores y mayor vulnerabilidad dada la volatilidad de los precios internacionales), la insuficiente respuesta del Estado, la dificultad de traducir de manera efectiva la riqueza del sector primario en reducción de la pobreza y el aumento de conflictos internos a causa de disputas por las rentas.

En este sentido, entendiendo los problemas de diferentes naturalezas que arroja la explotación minera en el país, se ha buscado centrar el modelo de implementación de minería en Colombia en dos temas fundamentales: el esquema de imposición de regalías y su distribución, y la necesidad de consultar a las regiones sobre el inicio de proyectos de minería en sus territorios. Sin embargo, este modelo no se ha visto representado en una reducción significativa de la pobreza. Es resaltable por ejemplo, que el oro se ha concentrado históricamente en Antioquia, pero desde 2009 el Chocó ha llegado a representar, hasta 2012, el 39% de la producción nacional, y aunque el crecimiento económico es significativo, esta situación no se ha traducido en desarrollo social para la zona. Chocó continúa siendo una de las regiones con mayores niveles de pobreza representada en la insatisfacción de las necesidades básicas y un precario acceso a servicios de educación, salud, agua potable y saneamiento básico.

A pesar de esto, en las bases del Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018, cuyo proyecto de ley hace tránsito en el Congreso de la República, la minería representa una fuente de ingresos central para el financiamiento de los planes de reducción de brechas de desigualdad, paz y equidad, reconociendo la importancia de la contribución de la minería a las finanzas públicas junto con el recaudo del IVA, los impuestos de renta y un aporte específico que constituyen las regalías.

Sin embargo, Darío Restrepo, docente de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional, llama la atención sobre la forma en que se concesionan los territorios, mencionando la preocupante centralización y afirmando que: “el PND profundiza esta tendencia mediante la centralización en la nación de la declaratoria de áreas de reserva estratégica minera, también de utilidad pública e interés social a los proyectos mineros que tendrán prelación sobre otros usos del suelo, como restitución de tierras a los desplazados, reservas forestales o áreas estratégicas de protección ambiental”. De igual forma, se ha cuestionado sobre el PND la prórroga de concesiones mineras sobre los páramos, que deberían ser reservas naturales, y por lo cual se ha llevado a preguntarse sobre las prioridades que se tienen sobre el uso del suelo y la voluntad real de incluir la voz de los habitantes de los territorios en la adjudicación de tierras para grandes proyectos mineros.

2 “Minería en Colombia: Institucionalidad, paradojas y conflictos”. Contraloría General de la Republica.

Noviembre de 2013. URL: http://www.contraloriagen.gov.co/documents/10136/182119332/MineriaEnColombia-Vol2.pdf/6cc33e0c-29e9-4a65-8561-1215fa8d07a0

Foto : Alejandro Arango El reto es grande en la definición de las posibilidades y capacidades de la minería para impulsar el desarrollo económico del país, pues está determinado por intereses de diferentes índoles sumado a los significados simbólicos, políticos y económicos de la tierra en un país rico en biodiversidad, multicultural y con una importante tradición rural.

Se debe tener en cuenta que Colombia es un país con capacidad competitiva, ocupando un lugar intermedio entre los principales países mineros de la región en cuanto a su potencial geológico-minero, por debajo de Chile, Perú, Brasil y México, y por encima de Argentina, Bolivia y Ecuador. Sin embargo, es necesario tener presentes las condiciones que llevan a la inestabilidad del sector, como lo es la caída de los precios internacionales del petróleo que han golpeado fuertemente la economía y la tendencia de la expansión de la minería a generar disputas ambientales, políticas y culturales.