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Moderadora de Traducción Alysse Volkov
Alysse Volkov
Traductoras Nono
Kariza
Apolineah17
becky_abc2
JackieC
Fiioreee
NnancyC
EyeOc
Annie D.
florbarbero
Vanessa VR
Lore (:
Aleja E
Moderadora de Corrección Carolina Shaw
Correctoras Carolina Shaw
Dafne
florbarbero
Esperanza.nino
Victoria Ferris
Skylove♡
*Andreina F*
Paltonika
Andrea95
Alysse Volkov
Lectura Final
Alysse Volkov & Carolina Shaw
Diseño Aria
Sinopsis Prólogo Capítulo 1 Capítulo 2 Capítulo 3 Capítulo 4 Capítulo 5 Capítulo 6 Capítulo 7 Capítulo 8 Capítulo 9 Capítulo 10 Capítulo 11 Capítulo 12 Capítulo 13 Capítulo 14 Capítulo 15 Capítulo 16 Capítulo 17
Capítulo 18 Capítulo 19 Capítulo 20 Capítulo 21 Capítulo 22 Capítulo 23 Capítulo 24 Capítulo 25 Capítulo 26 Capítulo 27 Capítulo 28 Capítulo 29 Capítulo 30 Capítulo 31 Capítulo 32 Capítulo 33 Capítulo 34 Sobre el autor
Liv Evans
La estudiante de último año, tiene una regla: Sin Compromisos. Ella ha perdido bastante en su vida y se ha comprometido a hacer todo lo posible para asegurarse de que nunca más sienta el vacío de perder a alguien que ama. Los chicos son una distracción divertida, pero una relación seria es algo con lo que preferiría no vivir. Su determinación por un futuro libre de dolor y angustia se pone a prueba cuando conoce — y rápidamente se forma un lazo— con el inesperado
Logan Tanner.
Logan ha sido siempre un espíritu libre, pero desde que un evento tuvo lugar le cambia la vida, lo dejó dudar de la integridad de las personas más cercanas a él, que ha tomado este término a un nuevo nivel peligroso. Aprender de la manera más dura que la vida es demasiado corta para preocupaciones o trabajo y que en las mujeres no se puede confiar — Logan ha intercambiado el trabajo constante por las carreras callejeras. Cuando Liv entra en su mundo, todo lo que creía saber sobre la vida y las mujeres cambió.
The Fine Line
En , Liv y Logan descubrirán si es posible buscar el verdadero amor para tener un futuro, o si la historia está destinada a repetirse.
Traducido por Alysse Volkov Corregido por Carolina Shaw
lgunas personas llevan sus corazones en sus mangas. Aprendí hace mucho tiempo que preservar el corazón significa mantenerlo protegido. Resguardado. Mi corazón está oculto dentro de las capas seguras de mi alma, donde descansa tranquilo con el conocimiento de que nada puede penetrar su inmune carcasa eterna.
Doce años atrás
Gritando. Siempre gritando. El piso de dura madera en mi habitación enfría mis dedos mientras me deslicé fuera de mi cama para ver qué pasaba. No debería atreverme a dejar mi habitación, sin embargo. Lo sabía mejor. Mientras las puntas de mis dedos brillaban con la grieta de la puerta, algo se rompió en pedazos y apreté fuerte a Mamá Osa. ¿Está mami llorando? Mi mano encontró un lugar en la perilla del frío metal de la puerta mientras me asomé a través de la grieta. Traje a Mamá Osa hasta mi barbilla así ella lograría ver también. Su suave y peludo pelaje me hacía cosquillas. Mami estaba sentada en el piso con su espalda contra la pared del pasillo, con la cabeza en sus manos mientras papi estaba parado encima de ella. Sus hombros se levantaban hacia arriba y abajo mientras lloraba. ¡No, mami, no llores! —Quiero el divorcio —susurró. ¿Qué es el divorcio? Sea lo que sea, papi no parecía muy feliz con esto. Se agachó así sus ojos se encontraban frente a los suyos. Agarrando su camiseta, la jaló cerca de él. Con la otra mano, apuntó su dedo hacia ella, pinchándola mientras le hablaba. Se mantenía en voz baja, y no podía escuchar lo que le decía, pero sabía que era algo aterrador.
El pomo de la puerta hizo un ruido mientras accidentalmente solté de este, y ambas cabeza se giraron para mirarme. Mis ojos se ampliaron y jadeé. Corrí de vuelta a la cama tan rápido como pude, cubriéndome rápidamente con mi frazada. ¡Oh no, dejé caer a Mama Osa! Mi puerta rechinó mientras se abría, y la luz llegó a través de las costuras de mi frazada. —¿Olivia? —dijo papi suavemente. No respondí. Mami siempre me decía que tomara decisiones inteligentes. Elegí permanecer perfectamente inmóvil y a no respirar muy fuerte, pero no fue fácil porque mi corazón latía duro. No obstante, esta fue una decisión inteligente, porque después de unos segundos, rechinó la puerta al cerrarse. Estaba a salvo. Mami estaría muy orgullosa de mí. Miré hacia el piso, buscando a Mamá Osa, pero no estaba en ningún lugar a la vista. Papi debe haberla tomado. ¿Quién dormirá conmigo? Arrastré mis rodillas hacia mi pecho y las abracé fuertemente. Mami dice que soy valiente. Las niñas valientes no necesitan juguetes tontos. Las niñas valientes pueden dormir por sí mismas.
Ocho años atrás
Ha pasado un año desde que papá me dijo que no podía ser capaz de pasar más tiempo en su casa. Dijo que se estaba yendo para tener un nuevo comienzo. Al principio, sus correos electrónicos venían a diario y las postales venían semanalmente, pero no he tenido ni una por al menos un mes. Mamá dice que se ha mudado, con su nueva esposa y bebé, y que es lo mejor para todos nosotros. Estaba contenta de tener a Kevin. Me amaba y también a mamá. Felicidad ni siquiera empezaba a describir lo que sentí cuando mi madre me dijo que se mudaría con nosotras. Si vivía con nosotras, significaba que llegaría a ver los trucos de magia y reírme de sus historias todos los días. Mamá me dijo sobre el accidente la semana pasada. Kevin había sido atropellado por un conductor ebrio. Sabía que algo andaba mal cuando dejó caer el teléfono al suelo y comenzó a sollozar. La había visto llorar antes — pero nunca así. Me quedé con Nana durante cinco días después de esa llamada, y cuando volví a casa, mi madre me llevó a mi habitación, me sentó en mi cama, y me dio la noticia. El funeral había sido el día anterior. Mamá pensó que sería mejor si no asistía porque sería demasiado difícil para mí. Esa noche lloré hasta quedarme dormida. No podía sacar el pensamiento de Kevin, siendo enterrado en el suelo, fuera de mi mente. A la mañana siguiente, pensé mucho sobre cómo funcionan las cosas, y me di cuenta de que nada es para siempre. Nada. Tenía que ser fuerte.
Valiente. Odiaba estar triste. Odiaba llorar. Me prometí encontrar una manera de asegurarme de nunca sentir esa terrible sensación nunca más.
Tres años atrás
Miré alrededor a nuestra cochera con calefacción mientras Adam vierte el líquido ámbar en nuestros pequeños vasos. Todas las cajas de herramientas y suministros para automóviles habían sido empacadas y acarreadas. Llenó su vaso hasta el borde mientras que el mía sólo estaba una cuarta parte lleno. Me dijo que no podía tener un vaso lleno porque sólo tenía catorce años. Pasar el rato con Adam llegó de forma natural. Fue fácil. Era mucho más joven que mamá, pero tenía la errónea impresión de que estaban enamorados, independientemente de su edad. Normalmente, el whisky que compartíamos era en celebración de un logro. Un nuevo trabajo de pintura, la instalación de un nuevo motor, el arreglo del interior. Había pasado la mayor parte de mis noches y fines de semana durante los últimos tres años viendo a Adam restaurar su Pontiac GTO de 1968. Se jactaba con la gente sobre lo mucho que le ayudaba, pero en realidad, sólo lo veía trabajar y le pasaba las herramientas mientras hablábamos. Hoy, brindábamos un adiós. Sería la última vez que lo vería. Mi garganta ardió cuando el licor fluía por ella, pero le di la bienvenida a la sensación. Me recordó a los buenos tiempos. —Te extrañaré, cariño —dijo con lágrimas en los ojos—. Le pedí que se casara conmigo, sabes. Dijo que no. Ira inundó rápidamente mi sistema, eliminando la angustia. ¿Cómo podía decir que no? Me había llevado más de dos años bajar la guardia a su alrededor. Dos años para romper el juramento que había mantenido durante tanto tiempo y permitirme sentir nuevamente. Lo hacía irse. Era su culpa. Vi como Adam rodó su coche reformado por el camino de entrada y fuera de mi vida. Sin pensarlo, mi cuerpo irrumpió en la casa en busca de mi madre. La encontré mirando fijamente por la ventana de la sala. —¿Cómo pudiste decir que no? —grité. —Livie, ¿de qué hablas? —¡Me lo dijo, mamá! ¡Me dijo que te pidió que te casaras con él! Sus hombros se hundieron mientras dejó escapar un suspiro. Su expresión se volvió enojada. —¿Te dijo que estaba viendo a otra mujer? ¿Te dijo que me pidió que me casara con él justo después de que lo descubrí?
Mi corazón se detuvo. Mi mente apenas comprendió lo que mi madre me había dicho. No podía ser cierto. Adam nos amaba. Con pesar en los ojos, se apresuró hacia mí con los brazos abiertos. —No. —Extendí la mano—. ¡NO! —Lágrimas se derramaron de mis ojos mientras corría a mi habitación, cerré la puerta y me dejé caer boca abajo sobre la cama, sollozando incontrolablemente en mi almohada. ¿Por qué todo el mundo que amaba tenía que irse? Nunca más. He terminado. Esta es la última vez que tendré este sentimiento.
Traducido por Apolineah17 Corregido por Carolina Shaw
livia, ¿conoces a esa gente en el estacionamiento? —Mi jefa tenía una mirada preocupada en su rostro mientras se acercaba a mí. Acababa de pararme frente a los pasillos de la Farmacia de Frank, mi empleador durante los últimos nueve meses. Había conseguido el trabajo justo después de mi decimoséptimo cumpleaños. Había sido una lenta y monótona noche, y no podía esperar a salir del trabajo. Me acerqué a la puerta principal de cristal y miré afuera, donde vi un familiar Chevy Impala estacionado en la parte posterior del pequeño estacionamiento. Era un modelo antiguo, de hace alrededor de 6 años, pero aún se hallaba en perfecto estado. Mi mejor amiga, Melody, estaba apoyada contra él, con un cigarro en mano, mientras se reía de algo que uno de los chicos debió haber dicho. Como si lo hubiera adivinado, su novio Nate estaba con ella, y me percaté de que nuestro buen amigo Isaac también estaba aquí. Me pregunté si fue el hecho de que todos ellos fumaba lo que provocó el nerviosismo de mi jefa. —Ellos están aquí por mí, Stacy —le aseguré. —Oh… Bueno —contestó—. Ten una noche divertida. Me sentí bien de salir a la calle. Las luces fluorescentes y el estancado aire acondicionado me habían sofocado. Me acerqué al carro y sonreí mientras Melody corría hacia mí y me envolvía con sus brazos. —¡Oye, Liv! —dijo, mientras me apretaba y me sacaba el aire—. Ya es tiempo. Iremos a River Fest. Entra. Melody y yo nos metimos en el asiento trasero, mientras los chicos se quedaban en la parte delantera. Nate encendió el carro y subió el volumen de una canción de Rihanna mientras salía del estacionamiento. Después de todo, la pequeña farmacia en la que trabajaba estaba situada justo en lo que se conoce como “la pista”, una carretera donde los y las adolescentes
conducían rápido y le subían el volumen a su música. ¿Quiénes éramos nosotros para romper una tradición? —¡Jesús, Nate! ¡Baja el volumen! ¡Quiero hablar con Liv! —gritó Melody. Nate se volteó, pero sólo a la mitad, y se llevó la mano a la oreja como si dijera: ¿Qué? No puedo oírte. —Dije, ¡BAJA EL VOLUMEN! —gritó Melody. Nate se encogió de hombros como si no tuviera idea de lo que Melody decía y continuó manejando, dejando el volumen donde estaba. Sonrió y se giró hacia Isaac, y aunque no pude escucharlos debido al sonido del estéreo increíblemente alto, pude ver que ambos se burlaban de la pequeña broma de Nate. Melody yo nos miramos brevemente, y luego rompimos en risas. Claramente, no tendríamos ninguna conversación significativa durante este viaje, así que disfrutamos de la música, cantando y “bailando en el asiento” con la música de Drake e Imagine Dragons. A pesar de que Melody y yo éramos polos opuestos, nos sentíamos como si cada una complementara a la otra. Ella era extrovertida, mientras que yo era un poco más introvertida. No quiere decir que no pudiera divertirme… simplemente me tomaba un poco más de tiempo abrirme con las personas. Melody era hermosa con castaño cabello oscuro, ojos de color ámbar, y una figura curvilínea por la que los chicos morían. Pensaba en mí misma como alguien un poco más común… alta y delgada con ojos azules y un largo y ondulado cabello color rubio rojizo. Habíamos sido las mejores amigas desde el momento en que nos conocimos, y yo sabía que podía contar con ella para cualquier cosa. Llegamos a River Fest diez minutos después. Mientras conducíamos alrededor, tratando de encontrar un lugar de estacionamiento, Isaac bajó el volumen y sacó el celular de su bolsillo, llevándolo hacia su oído. —Oye, hombre… Sí, estamos aquí —dijo Isaac en el teléfono—. Lo sé. Lo siento, tuvimos que esperar a que Liv saliera del trabajo… Ella es la amiga de Mel… Está bien, nos vemos en un rato. Al parecer, llegábamos tarde. No me sentía bien siendo la razón por la que llegamos tarde. Demonios, ni siquiera sabía que iba a venir aquí esta noche. —¿Con quién nos vamos a reunir aquí? —pregunté. —Sólo con algunos amigos. Logan y Carter. Son geniales —respondió Isaac mientras salíamos del carro y comenzábamos a caminar hacia el festival. Podía escuchar una mezcla de risas y gritos provenientes de la gente en las atracciones y el bajo golpeteo de la música en la distancia.
—Te va a encantar Logan —intervino Melody—. Él es… —Miro a su novio y luego a mí y sonrió— Lindo. —Nate rodó los ojos. Ella bien podría haberme guiñado el ojo y darme pulgares arriba, por el amor de Dios. Esta chica no era sutil. Mel siempre estaba tratando de juntarme con chicos y eso nunca dejó de ser increíblemente difícil. Ella sabía cómo me sentía acerca de las relaciones—que son una pérdida de tiempo—pero nunca dejaba de intentarlo. Esperaba que este Logan no creyera que esto era una cita arreglada. Ella lo intentó con Isaac hace unos meses, y aunque él es un gran tipo y es extremadamente atractivo de una manera punk rockera, nunca hubo chispas románticas. Después de salir juntos un par de veces, llegamos a la conclusión mutua de que no divertíamos juntos—pero en una forma platónica de diversión y nada más. No tuvimos que caminar mucho antes de llegar a la carpa donde estaban reunidos los otros chicos. Había una banda de rock tocando, y parecía que a la gente le estaban pidiendo su identificación cuando entraban a la carpa. Me giré hacia Isaac, preocupada. —No me van a dejar entrar allí. No tengo una identificación falsa. Pretendiendo que herí sus sentimientos, él llevó las manos a su corazón y se inclinó hacia atrás mientras sonreía. —¿Es que no tienes fe, Liv? —¿Fe de que ellos dejarán entrar a alguien diecisiete años de edad a una carpa llena de cerveza? —Sonreí—. No, no, no la tengo. —Apuntando de ida y vuelta entre Nate e Issac, continué—: Al menos ustedes dos se ven un poco más viejos y probablemente pasarán por alguien de veintiún años. Especialmente Nate con su apariencia andrajosa. Mel y yo estamos un poco jodidas aquí. Ambos, Nate e Isaac tenían diecinueve años y habían completado su primer año en la universidad. Nate era un fanático de la “sombra de cinco días”, en oposición a la “sombra de las cinco en punto”1, pero se veía bien en él, y Melody pensaba que era caliente. Melody y Nate se conocieron hace un año en la pista y han sido inseparables desde entonces. Cuando llegamos a la carpa, el portero levantó el pulgar y señaló con el dedo índice al vacío, con una mirada de “No me importa” en su rostro, señalando que quería ver nuestras identificaciones. Estaba a punto de decirle “Te lo dije” a Isaac, cuando un joven con cabello negro color La expresión de “sombra de cinco días” hace referencia a una barba que se ha dejado crecer durante cinco días, mientras que la frase “sombra de las cinco en punto” indica la barba incipiente que un hombre bien afeitado obtiene al final del día, normalmente a las cinco de la tarde. 1
chocolate, medianamente largo y con los ojos más singulares que jamás había visto caminaba detrás del portero, asintiendo hacia Isaac y poniendo su mano sobre el hombro del portero. Entonces sus ojos se encontraron con los míos, como si él me mirara directamente. Nunca había visto unos ojos como los suyos antes. Eran de una mezcla brillante de gris y verde con un poco de color ámbar en medio. Supongo que eso se llama avellana. No era capaz de apartar la mirada, y él tampoco. Tenía la cabeza inclinada hacia un lado, mientras una sonrisa apenas perceptible se formaba en sus labios. Por alguna razón, desconocida para mí, mi corazón comenzó a latir con fuerza en mis oídos, sobre la fuerte música dentro de la carpa. ¿Por qué de repente estaba tan nerviosa? —Ellos vienen conmigo, Matt —dijo. Completamente inquieta por mi inusual reacción hacia él, me obligué a romper su mirada y comencé a enfocarme, en su lugar, en el portero. Era un tipo musculoso con la cabeza rapada y el brazo tatuado. Podía ver una vena resaltando en su cuello, justo por encima del apretado cuello de su camiseta negra. Parecía enojado. —Logan, vas a hacer que me despidan —gruñó el portero, claramente tratando de controlar su ira—. Es TODO, hombre. Nadie más entra después de esto. Mi mano agarró el brazo de Isaac cuando pasamos rápidamente al espeluznante portero. Nate y Melody se arrastraron detrás de nosotros, tomados de la mano. La carpa estaba más llena de lo que pensaba que estaría. Humo mezclado con el olor de la cerveza, y comida grasienta llenaban el aire. La banda tenía a la multitud y sonaba increíble, pero no reconocí nada de lo que estaban tocando. Me pregunté si ellos escribían sus propias cosas. —Liv, Logan. Logan, Liv —Isaac me presentó al chico de los ojos. Las esquinas de la boca de Logan se elevaron mientras me analizaba con un brillo en sus ojos. Inclinó la cabeza hacia un lado. —Así que tú eres por quien hemos estado esperando. Mis mejillas empezaron a arder. Odiaba llegar tarde. —No les pedí a ellos que me esperaran. —Traté de defenderme—. Ni siquiera sabía que íbamos a venir aquí esta noche. Él parecía divertido. —No te preocupes por eso, cariño. Tú vales la pena por la espera. —Con una ligera sonrisa, se dio la vuelta para caminar hacia el bar. Rodé los ojos, instantáneamente poniéndome molesta. —Oh, eso fue sutil. Él me miró, todavía divertido pero claramente sorprendido de que acabara de criticar su pobre intento de una especie de línea para ligar. No
debería de obtener eso con demasiada frecuencia. No podía imaginarme a las mujeres siendo mucho más que un reto para alguien que lucía como él. Después de un momento sus ojos se suavizaron. —En realidad, no es la gran cosa. No esperamos mucho tiempo —me aseguró—. Vamos, consigamos una bebida. En vez de eso, Melody agarró mi mano. —¡Preferimos bailar! —gritó y me llevó a la pista de baile. Melody y yo nunca teníamos problemas en soltarnos en una pista de baile, y esta vez no sería diferente. Había pasado mucho tiempo desde que habíamos salido a ver a una banda, y ésta estaba tocando canciones alegres con golpes de bajo. Disfrutamos plenamente del momento, balanceando nuestras caderas y azotando nuestro cabello alrededor, y antes de que nos diéramos cuenta, Nate e Isaac estaban bailando con nosotras. Nate y Mel, estando extremadamente cómodos entre sí, comenzaron a moverse con el ritmo de una manera más provocativa mientras que Isaac y yo seguíamos con nuestro baile divertido e inocente. Al compás de la batería y del rasgueo de la guitarra eléctrica, Isaac tomó mi mano y me dio la vuelta, para que mi espalda estuviera contra su pecho. En ese momento, mientras nos movíamos el uno contra el otro, eché un vistazo hacia el bar y vi a Logan, con quien supuse que era Carter. Carter parecía estar en un profundo… coqueteo… con la bonita barman pelirroja, pero Logan no parecía estar tan interesado en su conversación. Él estaba mirando hacia donde estábamos nosotros. Isaac me hizo girar de nuevo para quedar frente a él, y seguimos bailando. Algunas canciones después, habíamos agotado nuestra energía y nos dirigimos hacia el bar para unirnos a Logan y Carter. Después de conseguir nuestras bebidas, noté que Logan sacaba su teléfono celular del bolsillo y lo contestaba. Sus ojos se intensificaron, pero sólo ligeramente, mientras escuchaba. —Estaré allí en una hora —dijo en el teléfono, justo antes de regresarlo a su bolsillo. Se volvió hacia mí con una mirada de decepción en sus ojos. —Liv, fue un placer conocerte —dijo mientras extendía su mano. Cuando puse mi mano en la suya, una de las esquinas de su boca se elevó, y sus ojos parecían brillar. Levantó una ceja y continuó—: Tal vez la próxima vez no será tan breve. Asentí con la cabeza, diciendo algo entre líneas de “también fue un placer conocerte” y lo observé mientras se despedía del resto de nosotros y se iba con Carter. Una extraña punzada de decepción revoloteó en mi pecho mientras él se alejaba, y me encontré preguntándome si nunca volvería a verlo de nuevo. Negué con la cabeza para salir del extraño y desconocido
trance en el que me encontraba, recordándome a mí misma que no me permitiría ponerme nerviosa por ningún chico. Incluso si él tenía los ojos más increíbles que jamás había visto. Disfrutamos el resto de nuestra noche, jugando juegos de carnaval y paseando en las atracciones. Nate incluso ganó un descomunal unicornio de peluche para Mel, e Isaac se emocionó cuando anotó el número de teléfono de una chica. Después de llenarnos de churros y algodón de azúcar, terminamos la noche. Ellos me dejaron en la Farmacia de Frank para que pudiera recoger mi Ford Focus de color azul aguamarina y condujera a mi casa. Llegué a casa a las 12:25 p.m…. cinco minutos después del toque de queda. Ni siquiera estaba segura de por qué tenía un toque de queda ya que casi nunca había nadie en casa para hacerlo cumplir. Mi mamá y mi padrastro habían abierto un pequeño bar, y era muy raro que estuvieran en casa antes que yo en una noche de fin de semana. Por el “arreglo” que tenía con ellos, se suponía que tenía que llamar al bar cuando llegara a casa, así ellos podían comprobar llegué a tiempo a casa. No tenía sentido para mí porque, técnicamente, podía llamar desde cualquier lugar y ellos no tendría ni idea de ello. No querían que les enviara un mensaje de texto porque en realidad querían escuchar mi voz, y no querían que los llamara a sus celulares porque estaba demasiado ocupados para atender sus celulares cuando estaban atendiendo la barra. Cogí el teléfono y marqué el número del bar mientras entraba a mi habitación. —¡Bar Americano! —respondió un hombre. —¿Puedo hablar con Grace, por favor? —contesté. —¡¿Qué?! —gritó, tratando de hacerse oír por encima de la música de fondo. —¡Grace! ¡¿Está Grace allí?! —grité, con mi voz haciendo eco a través de la casa en silencio. —¡Espera! Caray, esto ya no iba bien. Debía haber sido una noche agitada en el bar. Esperé un momento, escuchando la risa y la diversión que los clientes del bar estaban teniendo. Finalmente, mi mamá estuvo en la línea. —¿Hola? —Hola, mamá. Ya estoy en casa. —¡¿Qué?! ¡¿Quién es?! —Mamá, ¡soy yo! ¡Ya estoy en casa! —¡¿Qué?! ¡¡No puedo escucharte!! Oh, Señor, aquí vamos, —¡¡¡YA… ESTOY… EN… CASA!!!
Hubo una breve pausa. —Livie, apenas puedo escucharte, pero gracias por llamar, cariño — dijo en un tomo más tranquilo y relajado. Debió ver la hora—. Te veré en la mañana —terminó. Ella colgó, y de repente estuvo muy oscuro y muy tranquilo en casa. El agotamiento del día me golpeó en ese momento. Me quité las sandalias, me dejé caer sobre mi cama, y cerré los ojos, haciendo una nota mental para sentarme con mi mamá por la mañana para reconsiderar la conversación de enviar-mensajes-de-texto-cuando-llegue-a-casa. Un siempre texto sería mucho más fácil.
Traducido por Fiioreee Corregido por Esperanza.nino
l dulce aroma a mantequilla de tocino y huevos mezclados con café, me agitó a despertarme a la mañana siguiente. Mis ojos se resquebrajaron como miré el despertador y vi una borrosa, verde "9:07 AM". Mierda, era tarde, y tenía un día completo de trabajo por delante. Salté de la cama, causando un mareo cegador. Una vez que me sentí normal, me vestí y fui a la cocina. —Buenos días, Livie —habló mi madre. Ella era la "madre" de todas las personas de la mañana. Me desconcertaba la forma en que podía ir a dormir más tarde que yo, y sin embargo, despertar antes. Parecía hecha sólo para conseguir unas seis horas de sueño por noche, pero, estar siempre tan enérgica en la mañana. Hubiera querido tener ese problema. —Buenos días —murmuré. —Oye, ¿quieres traer a casa mi celular desde el pub? Lo dejé allí anoche. —¿No vas allí más tarde? —No —ella echó un vistazo a mi padrastro, que estaba leyendo el periódico en la mesa de la cocina—. Jeff y yo estamos tomando la noche libre para ir a cenar y al cine. Mamá y Jeff habían ofrecido pagarme para limpiar el bar los fines de semana, y yo acepté con entusiasmo cuando me enteré de lo mucho que me compensaría hacerlo. Era un trabajo sucio, pero sólo me tomaba cerca de tres horas, y no podía dejar pasar la paga. Lo hice más agradable, poniendo la música y dedicando tiempo a practicar mi juego de billar. El pub abre a las 2:00 pm los sábados, que era al mismo horario que yo tenía programado para trabajar en lo de Frank hoy. Tuve que ir por lo
que tendría tiempo para ducharme antes de Frank. Rápidamente bajé el desayuno y me dirigí hacia la puerta.
Mel era la única esperándome en el estacionamiento cuando salí de Frank esa noche. Había pasado un tiempo desde que tuvimos incluso un poco juntas uno-a-uno, así que me sentía contenta de verla. Apoyada en el capó de su blanco Pontiac Grand Prix, ella envió un mensaje en su celular mientras me acercaba. Al oír mis talones golpear sobre el cemento, levantó la mirada de emoción en sus ojos y me dio una sonrisa. —¡Hola, Liv! Habrá gente en esta noche en Gavin. ¿Quieres ir? — preguntó. Me encogí de hombros. —Claro. He tenido un día muy largo. Me vendría bien algo de diversión. Gavin, un amigo de Nate e Isaac, era de mi edad, pero fue educado en casa y parecía tener un montón de tiempo libre, incluso durante el año escolar. Su casa, que era el lugar de reunión para nuestro grupo de amigos, tenía un sótano parcialmente terminado con una mesa de billar, bar, algunos sofás viejos y sillas dispuestas en círculo. Podríamos obtener ya sea locura o simplemente relajarnos allí. Uno nunca sabía hasta que llegamos allí. Por lo general, sus padres estaban desaparecidos, pero en las pocas ocasiones que estaban en la casa, se mantuvieron a sí mismos, sin decir nada de la gente extra o el ruido. Nos acercamos a la casa de Gavin y vimos Nate y Gavin justo fuera del garaje, de pie alrededor de un viejo auto amarillo canario impecable con la capota arriba. Nate se acercó a nosotros apenas nos bajamos del auto de Melody. —¿Sabes lo que es eso, cariño? —Sonrió a Melody con una mirada de emoción, entrelazó sus dedos con los de ella y la arrastró hasta el coche. Los sigo de cerca. —¿Un coche? —respondió ella, con sarcasmo. —Eso... es un Ford Mustang de 1969. —Luego recitó algo de información sobre el motor.
—De acuerdo... —dijo, claramente no con tanto entusiasmo como Nate había esperado. Al darse cuenta de su desaprobación, continuó con un poco más de ánimo—: Es un coche hermoso, bebé. —¿De quién es? —le pregunté Un ruido golpeando me distrajo. Comencé a caminar hacia la parte delantera del coche, y me percaté de que alguien debe haber cerrado el capó. Mi respuesta se paró frente a mí y me detuvo en seco. No era el perfecto bronceado, contorneados abdominales que me llamaron la atención. Y no era el pecho fuerte, musculoso y los hombros en forma sólida lo que me atrajo. Cuando mi mirada vagó hasta una sonrisa cálida y acogedora ojos color avellana me quede fija en el hombre delante de mí. No estoy segura de cuánto tiempo había estado de pie allí, mirando. —Te gusta lo que ves, Liv? —Un Logan sin camisa susurró suavemente con una sonrisa divertida, ya que por fin me quebré fuera de él y comencé a acercarme. ¡Mierda! ¿Acababa de decir eso? Lograba sentir mis mejillas enrojeciendo y mi corazón comenzó a latir. Por supuesto que me di cuenta de que estaba mirándolo. Los demás ya caminaban en la casa, así que no creo que ellos lo habían escuchado. ¿Qué demonios pasaba conmigo? No me pongo tan nerviosa por lo general alrededor de chicos, aunque sean excepcionalmente atractivos. Tuve un montón de diversión con algunos de ellos, pero nunca hubo expectativas de una relación, y así es como me gustaba. Había algo en Logan, sin embargo, que me dio... mariposas. Esto no era un sentimiento al que tenía cariño, y sentí una fuerte necesidad de hacer algo al respecto. —Cállate. —Me encogí internamente justo después de que mi respuesta salió. Oh sí, bonita remontada real, Liv. Sus ojos brillaban en lo que dejaba escapar una risita. Mi mirada buscó algo en cual concentrarse, cualquier lugar menos sus ojos, como trataba desesperadamente de llegar a algo ingenioso e inteligente que decir, pero nada vino a mí. —Hablaba sobre el coche —respondió, levantando una ceja. Sin dejar de sonreír, tomó su camiseta de la parte trasera de sus pantalones cortos y se lo puso—. ¿Mejor? —bromeó. Rodé los ojos, sabiendo muy bien que no hablaba sobre el coche. Claramente, a él no le faltaba confianza. En un esfuerzo por cambiar de tema, le pregunté—: Entonces, ¿de dónde sacaste eso de todos modos? El coche, quiero decir. —No estoy segura de por qué sentí que debía aclarar eso.
Su sonrisa se suavizó un poco, pero no todo el camino, y sus ojos se distanciaron. —Mi padre y yo pasamos unos cinco años restaurándolo. Él lo dejó para mí cuando falleció el año pasado. —Oh, Dios mío, lo siento mucho. —Me quedé anonadada. ¿Podría esta conversación ser peor? Debe haber notado mi pánico, y sus ojos se suavizaron. Enganchó su brazo alrededor de mi cuello y empezó a caminar hacia la casa donde los otros ya habían emigrado. —No te preocupes por eso, Liv. Estoy bien. Mi corazón estaba con él. Y me pregunté acerca de su vida. En el sótano, la fiesta ya comenzaba. Me di cuenta de que sería más de una noche de "volverse locos" que una noche de "relajarse". Empezar la escuela a partir del lunes significaba que este sería la última fiesta del verano. La música rock se encontraba a todo volumen. Nate y Mel se situaban en la mesa de billar a partir de un juego de dobles junto a Isaac y la chica que conoció en Río Fest, Gavin estaba en el bar mientras se servía una copa, y había varias personas alrededor de los sofás que no reconocí. Capté la mirada de Gavin al acercarnos al bar. —Liv —me señaló Gavin—. ¿Quieres el de siempre? Sonreí y asentí, encantada de que se acordó de mi bebida de elección. —Hola Logan. —Una chica con una figura delgada pero voluptuosa en ropa ajustada y botas negras de tacón alto hasta las rodillas, corrió hacia Logan y le echó los brazos al cuello. Rayas de color rosa brillante alrededor de la línea del cabello embellecían su largo cabello rubio y liso lejía. —Qué pasa Chloe. —dijo Logan simplemente, como si no esperara una respuesta de ella. Pareció inmutarse por su afecto, y se fue hacia el otro lado de la barra, donde él y Gavin golpearon los nudillos, dejándola atrás mirando decepcionada. Se sirvió una cerveza de la nevera, y luego se quedó detrás de la barra con Gavin y comenzó una charla sobre coches. Llegué a la conclusión de que eran amigos. Justo cuando que Gavin me entregó mi bebida, su teléfono se iluminó. Me acerqué a unirme a Mel por la mesa de billar. —¡Hey, Liv! Me preguntaba cuándo finalmente llegarías hasta aquí. — Melody en realidad hizo un guiño en esta ocasión. Entonces se acercó más y bromeó—: Tenía la esperanza de que hubieras tomado más tiempo. Mi mano instintivamente la golpeó en el brazo, y con una mirada de disgusto en mi cara, respondí—: ¡Melody! ¡Me conoces mejor que eso! —No podía mantener una cara seria, sin embargo, y las dos empezamos a reír. Le eché un vistazo al bar donde Gavin y Logan parecía tener una charla caliente. Por pura curiosidad, volví a la barra.
—Amigo, no es necesario. Yo sólo corrí anoche —dijo Logan, molesto. —Él quiere una revancha, hombre. Podrías tener el doble de lo que trajiste anoche —insistió Gavin. Logan se volvió hacia mí cuando se dio cuenta de que estaba escuchando. Él parecía estar contemplando algo mientras sus ojos se encontraron con los míos. Después de estudiarme por un momento, su expresión se volvió rápidamente a la excitación como si acaba de tener la mejor idea de su vida. Sin dejar de mirarme, sonrió y dijo—: Bueno, lo haré... Pero sólo si Liv viene. Gavin se volvió hacia mí con una mirada insegura en su rostro. —Liv... ¿alguna vez has estado en una carrera? —preguntó Gavin.
Traducido por Fiioreee Corregido por Esperanza.nino
o era mi primera vez en un coche viejo. Logan sostuvo la puerta para mí mientras me senté en el asiento del pasajero, cerrándola suavemente una vez que estaba dentro. El coche estaba muy bien cuidado. Los asientos de vinilo sin manchas, y no había una mota de suciedad o polvo que se pueda encontrar en el interior del coche. El olor de Armor All y vinilo de inmediato me llevó a mis años preadolescentes, y pensé en Adam. Mi mente se dirigió a lo que podría estar haciendo en estos días. Logan se sentó en el asiento del conductor y puso las llaves en el contacto. Al verlo girar la llave, mis ojos captaron un pequeño botón azul en el volante, pero antes de que pudiera preguntarle qué era, oí el sonido agudo de la rueda de arranque, seguido de un rugido fuerte y alto y un bajo estruendo. Cuando el coche se sacudió a la vida, sentí una ráfaga de adrenalina a través de mi cuerpo. Si acaba de poner en marcha el coche fue emocionante, me preguntaba cómo sería ser conducirlo. El tablero de instrumentos iluminado junto a lo que parecía ser un pequeño monitor de ordenador de pantalla táctil en el centro del tablero. Miré a Logan. Sus ojos estaban sobre mí, y tenía una pequeña sonrisa pícara en su rostro. Me pregunté si él estaba recibiendo una descarga de adrenalina de esto también. —Es posible que desees poner tu cinturón de seguridad —dijo con una sonrisa, y con una ceja levantada de nuevo. Me reí y cortésmente agradecida.
Retrocedió lentamente fuera de la calzada. Se sentía íntimo estar en un espacio tan estrecho confinado con él, la palanca de cambios en el medio de los asientos es lo único que nos separa. Una vez que estábamos en el camino, golpeó el acelerador. El coche se alzó a la derecha, mi cabeza se echó hacia atrás, y podía sentir el estruendo de las tablas del suelo de los gases de escape. Iba rápido. Quería decirle que baje la velocidad pero no lo hice de la emoción que sentía. Todo el mundo menos Gavin se quedaron atrás. Nos siguieron en su propio coche. Me reí entre dientes al pensar en lo irónico que era que todo el mundo menos Gavin estaba de fiesta en la casa de Gavin. Chloe estuvo increíblemente decepcionada cuando Logan se fue tan rápidamente después de su llegada, dándole un mohín al salir. Me pregunté cuál era su relación, pero luego dejé rápidamente de lado el pensamiento, diciéndome que no importaba y que no debía preocuparme. Nos acercamos a una gasolinera llena de lo que parecía ser veinte coches compactos diferentes en el lote, algunos con sus capó levantados, muchos de ellos viéndose increíblemente llamativos. Un grupo de personas rodearon a los autos, y como fuimos en coche, una chica señaló a nosotros y gritó algo, haciendo que las personas se esparzan nuevamente a sus coches y se dispersan de la estación de gas, siguiéndonos a nuestro destino. Llegamos a un parque industrial a los pocos minutos. Las personas bajaron de sus coches cuando se estacionaron, algunos permaneciendo cerca de nosotros, otros yendo por el camino más allá. —Quédate en el coche durante un minuto. Estaré devuelta —me instruyó Logan mientras salía del coche. Claramente, él no era consciente de que no recibo órdenes de nadie, y lo seguí, haciendo que se detuviera ante el sonido de mi puerta que se cerraba. —¿Qué demonios? —exclamó, mientras me miraba con una expresión confusa. —¿¡Qué!? Tú no eres mi jefe —le contesté con tanta elocuencia, causando que su confusión se funda en la diversión. Me reí en mi observación infantil. ¿No sabía que nunca he estado en algo como esto antes? No estaba a punto de sentarme, esperando en un coche mientras que había toda esta actividad. ¿Qué tan aburrido podría haber sido? —Bien entonces —respondió al tiempo que extendía su mano hacia mí. Puse mi mano en la suya, y caminamos hacia donde Gavin ya estaba en una negociación con otro chico, que parecía de más edad, a mediados de los veinte años, tal vez. La intensa mirada, ansiedad en los ojos del chico, junto con su balanceo e inquietud constante, hizo alusión al hecho de que
él no me hallaba aquí por diversión. Parecían terminar su negociación sólo cuando nos acercamos. —Todo listo, Derrick —le preguntó Logan a su competidor. —Sí, estamos bien, hombre —respondió. Logan se volvió a Gavin para su confirmación. Gavin asintió. —Vamos a hacerlo, hombre. Logan dio la mano a Derrick luego comenzó a caminar de regreso a su coche, tirando de mí con él. Vaya, eso fue rápido. Deben significar negocios. Logan me miró por un momento, contemplando algo, luego sonrió y se volteó, mirando hacia atrás a Gavin y al hombre. —Ah, y será Liv la chica de la bandera —anunció con una sonrisa gigante. —¿¡Qué!? —Mis ojos se abrieron y mi corazón comenzó a golpear—. ¿Qué diablos significa eso? ¿Qué hace una chica bandera? —No te preocupes, Liv. Será divertido —alentó—. Nos dirás cuándo ir. Todo lo que debes hacer es estar entre los coches, levantar tus manos por encima de tu cabeza, y cuando quieras que salgamos, las dejas caer hacia a los lados. —Su tranquilidad me asentó un poco, y mi pánico se disolvió en emoción. —Bueno, de acuerdo. Lo haré. —respondí con sólo una ligera vacilación. Él señaló un punto en el camino. —Ahí es donde estarás parada — dijo, y luego él y Derrick se metieron en el coche. Entré en el lugar, frente al Mustang de Logan a mi izquierda, y al azul Honda Civic del hombre a mi derecha. Los conductores aceleraron sus motores. Mirando a mi derecha, el hombre con el ceño fruncido profundamente, y una expresión preocupada enfocada, asintió que estaba listo para ir. Miré a mi izquierda, viendo la esquina de la boca de Logan aparecer cuando sus ojos se encontraron con los míos, y con una calma expresión exuda con una punzada de emoción, él asintió, indicando que estaba listo. Mirando lejos de mí y hacia la carretera frente a él, se enfocó más, pero aún parecía entretenido. La adrenalina comenzó un curso a través de mis venas. Todos los ojos estaban puestos en mí cuando levanté mis manos en el aire y las mantuve durante unos segundos. Motores aceleraron. Luego, en el mismo momento en que me obligué bruscamente a bajar mis manos a mis costados, los motores rugieron como leones, los neumáticos chirriaron y el viento caliente
de los coches que salen rápidamente pasaron volando, me dio un subidón increíble. El humo y la goma quemada de los neumáticos, en combinación con el caño de escape, llenó el aire mientras me daba la vuelta para observar la carrera. Pero no podía decir quién ganaba desde donde estaba. Sonidos de aplausos de la multitud por la carretera me alertó sobre el hecho de que la carrera ya había terminado, y antes de percatarme, los coches dieron la vuelta y regresaron. El Honda Civic aceleró hacia mí. Derrick pisó los frenos a cinco metros delante de mí y de inmediato saltó de su coche. —¡Vete a la mierda! —gritó mientras golpeaba la puerta con violencia. Debe haber perdido la carrera. Pisoteó fuerte hasta un grupo de mujeres y agarró a una de ellas por el brazo—. Nos vamos... ¡Ahora! —exigió. —¿Qué demonios, Derrick? —argumentó la mujer, arrancando su brazo fuera de su alcance. Su rabia se atenuó pero sólo ligeramente. —Vamos —dijo con ambas manos levantadas en el aire como si fuera a decirle que sabía que no debería haberla agarrado. Ella suspiró, pareciendo sentir pena por él, ya que tomó su mano y se despidió de sus amigas, mientras que entró en su coche. —Entonces, ¿cómo se siente? —La voz de Logan entró detrás de mí. Rápidamente me di la vuelta, incapaz de contener la enorme sonrisa en mi cara, y antes de que pudiera controlarme, envolví mis brazos alrededor de su cuello y lo besé en la mejilla. —¡Eso fue increíble! —Brillaba cuando di un paso atrás, haciendo mi mejor esfuerzo para ocultar la vergüenza que sentía de mi pantalla impulsiva de afecto—. ¡Felicitaciones! ¡Has ganado! Dejó escapar una risa, a continuación, sin dejar de sonreír y con una expresión curiosa, como si intentara averiguar, él negó con la cabeza un poco y dijo—: Vamos, salgamos de aquí. —¿Qué? ¿Ya? —le pregunté mientras caminamos de regreso a su coche—. Todas estas personas parecen estar aquí para ti. ¿No quieres quedarte por un rato? —No estoy aquí para ellos, Liv. Ni siquiera lo haría esta noche, hasta que... —¿Hasta qué? —Me detuve y miré directamente, mirándolo a los ojos. Parecía estar buscando que decir. —Hasta que te encontré espiando en mi conversación con Gavin —bromeó con una sonrisa—. Pensé que podrías tener diversión con esto... y parece que lo hiciste, así que mi trabajo aquí está completo.
—Oh, está bien, lo hiciste por mí... —disputé con sarcasmo, recordando la mirada de emoción en su rostro justo antes de la carrera—. Estoy bastante segura de que te divertiste más que yo. ¡Y no espiaba! Me acababa de pasar a ser permanente el oído-alcance. Sacudió la cabeza y se echó a reír. —Si me quedo por aquí, otras personas querrán correr, y he terminado las carreras por la noche. Volveremos a Gavin y pasar un buen rato. Concordé y luego de decir adiós a Gavin, que estaba con un grupo de hombres en busca bajo el capó de un rojo Toyota Celica, nos montamos en el Mustang y me dirigí a la casa de Gavin... Sin Gavin.
Traducido por Annie D. Corregido por Esperanza.nino
a fiesta había decaído al momento en que regresamos. Suave música reggae sonaba y sólo unas pocas personas estaban sentadas en el círculo de sofás y sillas. Chloe se había ido. Melody, quien siempre se emborrachaba fácilmente, se encontraba ya dormida con su cabeza en el hombro de Nate. No estaba lista para desacelerar. La adrenalina de antes aún seguía en mi sangre, y estaba increíblemente decepcionada cuando vi a todo el mundo relajándose. Dejé salir un suspiro y me incliné contra el bar. Logan me miró, luego a la mesa de billar. Entonces se acercó y agarró un taco de billar. —¿Alineas o rompes? —Rompo. —respondí con una sonrisa, encantada de que hiciéramos algo además de estar sentados. —Oh, en serio ahora —dijo mientras me miraba y me daba el taco de billar—, ¿juegas? Sacudí mi cabeza y me encogí de hombros con una sonrisa. Lo miré de cerca mientras él alineaba las bolas de billar. Atractivo sería quedarse corto. Este hombre era hermoso y podría poner a cualquier actor de la lista A en peligro por su dinero. Me miró un par de veces mientras alineaba, sus ojos iluminándose cada vez que se encontraban con los míos. O tal vez eran mis ojos iluminándose. Pero lo que sea que era, enviaba un pequeño escalofrío a través de mi columna cada vez. —Muy bien, Liv. Veamos lo que tienes. —Desafió.
Tomé el taco de billar y lo coloqué justo en el medio de la marca. Luego de ver mi tiro, me incliné, apunté e hice mi movimiento. Dos lisas y una de rayas fueron a las troneras cuando rompí. Toda esa práctica en el bar mejoró mi juego de billar increíblemente. Saber que Logan me estaba viendo me daba mariposas, pero me mantuve calmada lo suficiente como para meter dos más lisas antes de fallar un tiro. —Impresionante. —Sonrió—. ¿Dónde aprendiste a jugar? Le dije acerca del bar de mis padres, y como lo limpiaba los fines de semana, mientras él metía tres de rayas, empatándonos. El juego estaba cerrado hasta el final cuando solo quedaba la bola ocho. Me incliné para hacer el tiro, tratando de bloquear el hecho de que Logan estaba claramente echándome vistazos, y después de un momento de calcular, metí la bola ocho en la tronera de la esquina. Los aplausos emanaron del área del sofá, y observé, sorprendida al ver que teníamos espectadores. Luego giré hacia Logan, quien estaba sacudiendo su cabeza con una sonrisa, y una expresión que era casi… de orgullo. —¡Mierda! Liv, tenemos que irnos, estamos retrasadas. —Gritó Melody mientras miraba la hora en su teléfono. Los aplausos la habían despertado. —No conducirás —anunció Nate mientras levantaba su brazo, con su dedo índice levantado—. Te llevaré a casa. Mel lucía pensativa. —Oh, eso significa que Liv necesitará un aventón a casa, también. —Sonreía de oreja a oreja mientras me miraba, y luego a Logan, y me pregunté si había planeado esto—. Logan, la llevarás a casa, ¿verdad? Enviándole a Mel mis vibras de desaprobación contesté—: Él no necesita hacer eso, Mel. Yo solo… —Estaría contento de llevarte, Liv —interrumpió Logan. Lo observé, procurando medir sus intenciones. La verdad era que disfrutaba de su compañía y a una parte de mí no le importaría pasar más tiempo con él. Me sentía atraída. La otra parte, sin embargo, se sentía ansiosa por el extraño efecto que tenía sobre mí. Mi guardia fuertemente sellada ya tenía la tendencia de vacilar alrededor de él. Y sabía lo que pasaría si dejaba mi guardia caer. El punto final era que al final, ellos siempre se van de una forma u otra. Ese solo recordatorio eliminó mis reservaciones y me trajo de regreso a mis sentidos. Estaría en control de mi propio destino. Un poco de diversión, aunque temporal, no dañaría a nadie. Y sabiendo que necesito un aventón a casa de alguien, acepté la oferta. —Está bien, gracias. Seguimos a Mel y Nate afuera y vimos a Gavin caminando hacia la casa.
—Buena fiesta, hombre. Tal vez la próxima vez me les una —dijo Nate en lo que Gavin nos pasaba. Gavin se rió entre dientes y abrió la puerta de tela metálica. —Hasta luego, chicos. Durante esperaba que Logan desbloqueara la puerta del carro, Mel enganchó su brazo con el mío y atrajo mi oreja a su rostro. —Me llamas mañana, ¿sí? Quiero los detalles. No habría detalles para compartir, pero le sonreí a su mente que solo tenía una idea en su cabeza. —Sabes que lo haré, Mel. Logan y yo nos despedimos de Nate y Mel y nos subimos al Mustang. Él giró la llave, trayendo el motor a la vida con un bajo rugido poderoso. El olor débil del tubo de escape mezclado con los pesados retumbos me hicieron sentir extrañamente en casa y sentí las puntas de mi boca levantarse. Giré para mirarlo mientras sacaba el carro de la entrada y lo llevaba al camino. Su mano derecha sostenía el borde del volante mientras miraba hacia el camino. Cada vez que una farola iluminaba su rostro, notaba un nuevo rasgo increíble. Su cabello chocolate se levantaba hacia arriba pero estaba alborotado lo suficiente para decirle al mundo que no le importaban cosas como su cabello. Sus labios gruesos estaban completamente cerrados con su labio superior siendo ligeramente más largo que el inferior. Su camisera era roja oscura, pero no tenía hoyos, y era justo del tamaño correcto para decir que él tenía un cuerpo, pero no necesitaba hacer alarde de él. —Lo estás haciendo otra vez. —dijo con una sonrisa sobre esos labios y sus ojos entretenidos giraron hacia mí. Mierda. Lo estoy mirando fijamente. Rápidamente giré mi rostro al camino. —¿Hacer qué? —Hacerme la tonta fue la primera cosa en la que pensé, pero de repente me puse nerviosa de que se daría cuenta de ello. Dejó salir un resoplido. —Nada. —Por el rabillo de mi ojo, lo noté girar hacia mi rostro nuevamente, justo antes de regresar su mirada al camino y golpetear sus pulgares en el volante—. He sido amigo de Gavin por un tiempo, y nunca te he visto en su casa antes. ¿En dónde te has escondido? Me encogí de hombros. —No me escondo en ningún lugar. He estado en casa de Gavin en ocasiones. Respondió girándose hacia mí mientras levantaba su frente, señalando que buscaba más detalles. —Supongo que solo he estado ocupada con el trabajo. Planeo mudarme una vez termine la escuela, y quiero asegurarme que puedo mantenerme a mí misma.
—¿No irás a la universidad? —No lo sé, tal vez. Ya veremos —respondí. No me gustaba hablar sobre mí, y la mayoría de las personas se desalentaban por el hecho de que no quería ir a la universidad. Aprendí a mantener esa pieza de información para mí misma—. ¿Qué tal tú? ¿Estás en la escuela? —Nah, me gradué de la secundaria el año pasado y después de que mi padre falleció, decidí tomar un año libre antes de empezar la universidad enseguida. Estoy bien con como la cosas son. La universidad no es para mí en estos momentos. Encontré interesante que fuera tan cándidamente abierto sobre su padre. —¿Trabajas? —pregunté, queriendo saber que hacía todo el día si no iba a la escuela. —Supongo que puedes decir eso. —Sonrió, con sus ojos en el camino. ¿Qué tipo de respuesta era esa? Siguiendo su ejemplo de antes, lo miré en broma, dejándole saber que quería me explicara. Cuando me vio observándolo de nuevo, y a propósito, se rió. —Mi trabajo es mantener mi carro en las mejores condiciones y estar al tanto de las últimas tecnologías. —Continuó—. La mayoría de los carros los cuales compito son pequeños y livianos, y con un carro viejo y grande como el mío, debes hacer… modificaciones… para que se mueva rápido. Aparte de ello, reparo los carros de las personas aquí y allá. ¿Gana su dinero competiendo? —¿Para qué es el botón azul? —pregunté mientras observaba el volante. Me miró con una sonrisa, y por consiguiente miró el camino. —Eso es para los nitros2. Recordé ver los nitros en las películas de Rápido y Furioso. —¿No es eso peligroso? No estallaremos, ¿o sí? —dije, repentinamente preocupada. —No te preocupes. Pasé mucho tiempo buscando información acerca de la seguridad y la instalación adecuada. Tienes razón, es peligroso, si no se trata con propiedad. —Oh, genial. Estoy montada en el vehículo de la muerte. Me observó mientras me movía en mi asiento, y luego soltó una risa. —Es solo para la velocidad, Liv. No nos matará. Ansiosamente mordí mis uñas por el resto del camino a casa, y di una respiración de alivio al llegar a mi entrada sanos y salvos, y en una pieza.
Nitro u óxido nitroso (n2o) componente que funciona aumentando instantáneamente la potencia generada por el motor en funcionamiento, acelerando la velocidad del vehículo. 2
—Parece vacía. ¿Hay alguien en casa? —preguntó Logan mientras miraba la casa oscura. —No, están en el bar —respondí. —¿Cuál cuarto es el tuyo? Me incliné hacia él y señalé—: La del balcón de ahí. Creo que le di lastima a mi madre la última vez que nos mudamos, y obtuve el mejor cuarto por ello. —Giré mi cabeza para mirarlo y me di cuenta cuán cerca me incliné. Al ver sus ojos en mí y no en el balcón, me congelé. La reacción apropiada hubiera sido alejarme, pero existía algo sobre sus ojos que me mantenían atrapada. Nunca nadie me miró de la forma en que él me miraba ahora mismo. Era como si me viera… viera quien realmente era. El pensamiento de eso, a pesar de fascinante, era inquietante. Quería inclinarme de nuevo hacia mi asiento, correr, pero no podía moverme. Sus pupilas se oscurecieron y mi corazón comenzó a latir con fuerza. Manteniendo sus ojos en los míos, con una expresión seria, lentamente comenzó a inclinarse hacia mí. Mi piel ardía y el espacio entre sus labios y los míos comenzó a cerrarse. Este hermoso hombre iba a besarme. Cerré mis ojos y tomé una respiración profunda, tratando desesperadamente de mantener el control. —Gracias por traerme —susurré con voz ronca, agradecida de que mi voz funcionó. Abrí mis ojos para ver una pequeña sonrisa y una expresión de diversión en su rostro. —Cuando quieras. Mi cuerpo reaccionó y me incliné de regreso a mi asiento, tomando un momento para recoger mi ingenio. Nunca había sentido algo como esto con los chicos a los que he besado antes… y esto ni siquiera fue un beso. Fue casi un beso. Completamente confundida con mi reacción, abrí la puerta y giré mi cabeza para mirarlo. —Adiós. Salí del carro, dándole una rápida sonrisa antes de cerrar la puerta y comencé a caminar en dirección a casa. —Oye, ¿qué harás mañana? —preguntó a través de su ventana abierta. Saber que quería verme otra vez prendió una explosión de entusiasmo en mí. Mis ojos se iluminaron y una sonrisa inmediatamente se formó en mi rostro en respuesta. Afortunadamente, pude mantenerla bajo control, a un nivel moderado, antes de girar a responderle—: Limpiar el bar, trabajar en Frank’s, luego prepararme para la escuela el lunes. Será un día ocupado. — Me encogí de hombros. Me sentí decepcionada, aun así aliviada al mismo tiempo, que no sería capaz de verlo. Estaba preocupada por el hecho de que podía sentirme
bajando la guardia alrededor de él. El sentimiento que me daba cada vez que me miraba, la forma en que la temperatura de mi cuerpo aumentaba al más ligero toque, y el aleteo en mi estómago cada vez que decía mi nombre, eran todas validas razones para mantener mi distancia. Esta atracción no deseada que sentía hacia él necesitaba estar bajo control, y no sería justo para ninguno de los dos si lo atentaba a seguir. Con lo que percibí que era una mirada de desánimo en sus ojos, asintió y sonrió—: Que tengas una buena noche, Liv.
Traducido por Apolineah17 Corregido por *Andreina F*
l primer día de clases llegó y se fue. La mayoría de los chicos se afanaban con energía sobre el regreso, pero yo no. Para mí, la escuela no era nada más que un elemento en la lista de cosas por hacer. El cambio de escuelas durante el tercer trimestre de la primavera pasada, después de que mamá se casara con Jeff, y se mudara a una ciudad increíblemente opulenta, había sido un reto. Nuestra casa era modesta, en una pequeña modesta parte de la ciudad, pero algunos de los chicos de la escuela vivían en mansiones. Al menos, eso es lo que eran para mí. Tal vez sólo era yo, pero los chicos parecían más “elitistas” aquí. No eran, quiero decir… Simplemente no deambulaban lejos de sus manadas, y la única persona que hizo un esfuerzo para hablarme cuando vine aquí fue Melody. Nos llevamos bien enseguida. El último día del año escolar fue un alivio, y el verano una maravilla; pero ahora que el verano terminó, no sentía nada, excepto aprensión. Mi rutina, que consistía en escuela, trabajo, tarea y sueño, se estableció en los primeros días de clase. Ya había conseguido lo tedioso para el jueves, por lo que me sentía eufórica cuando Melody sugirió que tuviéramos algún tiempo de chicas esa noche después del trabajo. Su relación con Nate se convirtió en algo serio durante el verano y la mayor parte de su tiempo libre la pasaba con él. No me importaba. Mel tenía un corazón de oro, Nate la trataba bien, y ella merecía ser feliz. El carro de Mel se detuvo en el estacionamiento justo cuando salía de Frank’s. Rápidamente subí al asiento del copiloto, y Mel arrancó en el momento en que mi puerta se cerró, dejando mi coche detrás en el estacionamiento como de costumbre.
No teníamos ningún plan específico sobre adónde ir o qué hacer, así que condujimos hasta la avenida principal un par de veces con las ventanillas abiertas y la música alta mientras decidíamos. Nos hallábamos en la tercera vuelta cuando la atención de Mel se desvió a Milo’s, un sitio popular de hamburguesas y una heladería. —¿Es ese el coche de Logan? —gritó Mel por encima de la música. Mi atención se volvió inmediatamente hacia el estacionamiento de Milo’s, donde un carro amarillo clásico descansaba bajo una luz tenue de color naranja. Había varias mesas en el exterior, frente a la avenida, ocupadas por un número considerable de adolescentes y adultos jóvenes… pero no vi a Logan. Mel no esperó mi respuesta antes de dar una vuelta en U y entrar al estacionamiento. —Siento como que quiero un poco de helado, ¿tú no? —me preguntó Mel retóricamente después de que ya se había estacionado y apagado el carro. Rodé los ojos y me reí. —¿Tengo opción? Entramos a Milo’s y posterior a un rápido escaneo en el interior del restaurante, era claro que Logan no se hallaba dentro de estas paredes. Una combinación de alivio y decepción se apoderó de mí. Pasó menos de una semana desde nuestro casi beso y mi reacción hacia él aún me sacudía lo suficiente como para querer mantener la distancia, mientras que al mismo tiempo… quería verlo otra vez. Pedimos nuestros helados y nos dirigimos afuera. Todas las mesas estaban ocupadas, y varias personas se encontraban sentadas en la cornisa de ladrillo que rodeaba la zona de estar. Otras estaban de pie. Entonces, una cabeza conocida de cabello rubio, ojos azules y rostro amigable atrajo mi atención. —Ahí está Isaac. —Le di un codazo a Melody. A medida que caminábamos hacia su mesa, me di cuenta de que estaba con la misma chica que conoció en RiverFest. Chloe se hallaba sentada junto a ella… y fue entonces cuando vi que el hombre que se sentaba de espaldas a nosotras en realidad era Logan. Isaac levantó la vista cuando nos acercábamos y nos dio una cálida sonrisa. —Vengan aquí. Haremos un poco de espacio para ustedes —dijo Isaac. Su acompañante sonrió y comenzó a moverse hacia un lado para hacer algo de espacio. Sin embargo, Chloe parecía como si acabáramos de matar a su gato. Por el rabillo del ojo, vi a Logan girar su cabeza y vernos, pero me encargué de no mirar en su dirección. Aún desconcertada por el efecto que tenía en mí, me preocupaba por lo que sus ojos podrían hacerme. Isaac me presentó a Jess, su nuevo “interés”. La había visto en RiverFest desde la distancia y en la fiesta de Gavin, pero oficialmente no la había conocido. Me di cuenta por su comportamiento que era el tipo de persona que podría llevarse bien con cualquiera, al igual que Isaac. Con el
cabello recogido en una coleta alta, con el flequillo corto y un anillo en la ceja, tenía el estilo punk que coincidía con el de Isaac, a pesar de que su cabello negro contrastaba estrictamente con el cabello rubio claro de él. Ella extendió la mano y me dijo “hola” con una genuina sonrisa amistosa. Chloe nos dio una no tan genuina sonrisa y se aferró a los bíceps de Logan cuando nos la habían presentado formalmente. Finalmente miré a Logan, quien parecía estar completamente a gusto con ella en su brazo. Me pregunté si ellos tenían algo. Cuando me senté frente a él, me miró y asintió con una sonrisa, como diciendo hola. No sé por qué, pero me molestó que no dijera hola… verbalmente. La gente en la mesa de al lado empezó a levantarse de sus asientos. —Chloe, anda, vámonos —le llamó una de las chicas de la mesa. —Daré un paseo con Logan —respondió Chloe, dándose la vuelta para hacer frente al grupo. —Lo siento, Chloe, no puedo esta noche —dijo Logan, mientras casualmente apartaba su brazo de ella para beber de su soda. Ella le hizo un mohín por un momento, luego me disparó dagas con los ojos. —Está bien. Diviértanse —dijo mientras su mirada hacía un agujero en mi rostro. Entonces se levantó y se fue con su grupo, lanzándome una última mirada malvada durante caminaba hacia el estacionamiento. —¿Ella no está contigo? —Pensé en voz alta antes de que pudiera detenerme—. Chicos… ¿No está con ustedes? —Intenté recuperarme, pero no sonó tan bien. —¡Desea haber estado con Logan! —bromeó Isaac. Miré a Logan, pensando que estaría avergonzado por el comentario de Isaac, pero en cambio, se rió y asintió con la cabeza. —Ustedes apestan. ¡A esa pobre chica realmente le gustas! No deberías darle falsas esperanzas de esa forma —regañé a Logan. ¿Por qué la defendía? ¿Y por qué les daba algún tipo de sermón moral? ¿Por qué las palabras simplemente salían de mi boca? —¿Darle falsas esperanzas? —repitió Logan como si lo hiciera con el fin de asegurarse de que me escuchó correctamente—. ¡Todo lo que hago es estar sentado aquí! —dijo, fingiendo escandalizarse. Rodé los ojos. —Ajá. Una expresión entretenida se apoderó de él. —Chloe sólo es una amiga, y lo sabe. Eso despertó mi interés, y me pregunté si él había tenido una conversación con ella sobre eso. Si lo hizo, era obvio que eso no la detuvo para intentar conseguir más de él que una amistad. Me recordé a mí misma
que esto no era mi asunto, y sumergí mi cuchara en mi helado de caramelo, lo dejé pasar. Isaac, Jess y Logan terminaron de comer, y comenzaron a levantarse para irse. —Oigan, volvemos con Gavin. ¿Quieren venir con nosotros? — preguntó Isaac. Melody y yo nos miramos, le di un encogimiento de hombros y un rápido movimiento de cabeza, indicando que no tenía muchas ganas de ir. Ella parecía concordar. Ambas teníamos escuela en la mañana, y era difícil pasar el día con pocas horas de sueño. —No, tenemos escuela mañana, ¡pero vamos a ponernos al día este fin de semana! —respondió Melody.
Mis padres ya dormían cuando llegué a casa. Debieron haber tenido la noche libre en el pub. Me deslicé en unos cómodos pantalones cortos y una camiseta sin mangas y me metí a la cama. Después de conectar mi iPod en el altavoz de la mesita de noche, me acurruqué debajo del edredón y me dormí con mis baladas de rock favoritas. Al poco tiempo en mi estado de sueño, comencé a oír algo que sonaba como un trueno. Era constante, nunca silenciaba, y se mantenía cada vez más fuerte. Desperté agitada, con los ojos abiertos, y me di cuenta de que había un ruido de golpeteo proveniente de la puerta del balcón. Alguien golpeaba la ventana. Mi cuerpo saltó a una posición sentada. Gas pimienta. Abriendo el cajón de mi mesita de noche, agarré una botella de gas pimienta que había comprado una semana después de que mis padres abrieron el pub. A pesar de que vivíamos en un vecindario seguro, aprendí que cuando estás solo en tu casa a altas horas de la noche y te has quedado dormido después de ver una película de terror, el repiqueteo de los animales correteando por el techo puede sonar más como asesinos y violadores tratando de arañar para entrar. El gas pimienta me hacía sentir más controlada. Además, nunca se puede estar demasiado seguro, y las cosas malas suceden en cualquier lugar. Incluso en vecindarios seguros.
Miré hacia la ventana del balcón y vi la silueta de un hombre en la luz de la luna a través de la cortina escarpada. Vi que una mano se levantaba y tocaba la ventana de nuevo, y agarré el gas pimienta con más fuerza. —¿Quién está ahí? —dije. —Es Logan. Liberé el aire que estuve conteniendo en mis pulmones, después de un momento de recuperar la compostura, puse el gas pimienta de regreso en el cajón. El ruido del trueno debió haber sido su carro. Esperaba que no hubiera despertado a mis padres. No estarían felices con un chico en mi balcón. Me levanté de la cama y abrí la puerta para verlo inclinado, con una mano contra el marco de la puerta. Nuestros ojos se encontraron de inmediato. Los suyos brillaban en la luminiscencia, y sus rasgos se encontraban ensombrecidos en todos los lugares correctos. Puede que incluso me haya quedado sin aliento ante la visión de él y antes de que me diera cuenta empezaba a contener la respiración de nuevo. —Hola —dijo simplemente. ¿Hola? ¿Vino aquí a decir hola? —¿Qué estás haciendo aquí? —regañé en un medio-grito, mediosusurro mientras mantenía la puerta abierta—. Estoy durmiendo. Mis padres están en casa. Estoy durmiendo. Sonrió, y asomó la cabeza por la puerta, mirando a su alrededor. — Así que esta es tu habitación, ¿eh? —Oye, ¡fuera! —Le di un codazo. Manteniendo mis ojos en él, escaneé mi cerebro para asegurarme de que no hubiera nada embarazoso en mi habitación que pudiera estar a su vista. No creía que hubiera algo—. ¿Qué quieres? Se rió entre dientes, entretenido. —Tendré carreras esta noche. ¿Quieres venir? —Entonces bajó la vista hacia lo que llevaba puesto, y de inmediato crucé los brazos dándome cuenta de que no llevaba sujetador. —¿Me despertaste por eso? —La última carrera fue emocionante, y quería ir con él, pero tenía escuela por la mañana. Mirando hacia el resplandor verde del reloj junto a mi cama, me di cuenta de lo tarde que era—. ¿Irás a una carrera a medianoche en un jueves? ¿Acabas de decir que quieres correr y encontrar gente que corra contigo? ¿Así de fácil? Se encogió de hombros. —Más o menos. Tengo un montón de ofertas, así que no es difícil encontrar una carrera cuando quiero una. —Sí, bueno, algunos de nosotros tenemos responsabilidades. —Me burlé—. Tengo escuela en la mañana. No puedo, ¿Por qué no vas y le
preguntas a Chloe? Estoy segura de que estaría feliz de ser tu acompañante. —Salió más amargo de lo que pretendía, pero no pareció perturbarlo. —Chloe es genial, pero… tú lo haces impresionante como una chica de bandera… —Levantó una ceja—. Vamos, será divertido. —Entonces me dio una sonrisa coqueta que derritió mi irritación. Suspiré. —De verdad no puedo, Logan. Tal vez la próxima vez. — Comencé a cerrar la puerta. Levantó la vista hacia el cielo por un momento, y luego me miró de nuevo. —Oye, ¿saldrías aquí un minuto? Lo miré a los brillantes ojos. ¿Por qué tenía que ser tan irresistible? Se suponía que no haría daño pasar unos minutos afuera con él. Fui a mi armario para tomar un suéter mientras él esperaba en la puerta. Una vez que estuvimos en el balcón, nos apoyamos en la barandilla con vista hacia el vecindario. No dijo nada, y me pregunté cuál era su verdadera intención en venir a mi casa. No podía ser posible que tuviera algo por mí. Era demasiado ordinaria para alguien como él. Por no mencionar, que él no parecía del tipo de tener que perseguir a las chicas. Parecía ser del tipo que tenía a las chicas tocando su puerta a altas horas de la noche, no a la inversa. Por si acaso, imaginé que me gustaría aclararlo desde el principio. —Logan, hay algo que tienes que saber. —Temía lo que diría a continuación. La verdad era que me gustaba, y la idea de alejarlo tan pronto era… extrañamente inquietante. Con suerte, aceptaría lo que tenía para ofrecer. Tal vez incluso fuera lo que él también quisiera. —Oh, de verdad. ¿Y qué sería eso? —Su interés claramente había sido despertado. Tomé una respiración profunda. —Yo no hago la cosa de novio/novia. —Antes de que pudiera decir algo más, una risa ahogada escapó de él, y se dio la vuelta para mirarme, pareciendo genuinamente interesado en lo que diría a continuación mientras se inclinaba hacia un lado contra la barandilla del balcón. Parecía forzarse a sí mismo para dejar de reír, pero no podía deshacerse de esa sonrisa y de la mirada de asombro en sus ojos. No dijo nada, así que continué—: Me gustas, y me divertí contigo la semana pasada, pero no busco más que una amistad… ¡¿Qué es tan gracioso?! —Para ahora, varias risas se le habían escapado. —Nada, lo siento —respondió mientras negaba con la cabeza y dejaba escapar unas cuantas risas más—. Es sólo que… ¿sabes cuántas veces he dado el discurso “no quiero una relación”? Esta es la primera vez que he estado en el extremo receptor de uno. Es un poco irónico. Créeme, estoy completamente bien con ser amigos. —Se frotó la barbilla, dándome una mirada pensativa—. Ya que estamos siendo tan abiertos, tal vez deberíamos definir nuestra amistad.
Dijo “nuestra” amistad. ¡Está de acuerdo con esto! Mi alegría por el hecho de que no hubiera estado resentido o no hubiera huido por lo que le acaba de decir ensombreció sus palabras. — ¿Qué quieres decir con definir? —Bueno, no tienes relaciones, ¿verdad? —Arqueó una ceja—. ¿Qué es lo que haces? Entonces supe por su tono exactamente lo que quería decir, y procedí a darle un golpe en el brazo. —¿Qué demonios? ¡No soy una puta, Logan! Frotándose el brazo con un dolor fingido, se siguió riendo. —Bueno, es por eso que hablamos de ello, ¿no? No queremos ningún malentendido. —No estoy hablando de amigos con beneficios. Hablo de algo más que amigos. —Indignada por mi referencia a Paula Abdul3, suspiré y rodé los ojos. Este tipo de vergüenza era nueva en mí. Algo sobre este chico sacaba cosas en mí que nunca antes experimenté. Me dio una sonrisa tranquilizadora. —Bueno, amigos entonces, Olivia Evans. —Y se extendió para darme la mano. Me sorprendió que él supiera mi nombre completo. Puse mi mano en la suya, tratando de ignorar lo que me pasó cuando lo toqué. —Amigos, Logan Tanner. Se dio la vuelta para bajarse del balcón, pero antes de hacerlo, me miró una última vez. —Sabes, la carrera de esta noche sólo era una excusa. Pensaba en venir aquí para despertarte y encontrar una manera de besarte apasionadamente bajo la luz de la luna. —Señaló hacia arriba, dirigiendo mi atención hacia la brillante luna llena de la que no me había dado cuenta hasta ahora. Mi atracción por él parecía haberse intensificado en el simple momento en que me llevó mirar hacia atrás de él—. Pero creo que esto será mucho más interesante. —Sonrió antes de darse la vuelta y alejarse de mí. Mis piernas eran bloques de cemento mientras lo veía bajar del balcón. El hombre tenía agallas, eso es seguro. Mis codos apoyados en la barandilla y mi mano encontró su lugar en mi barbilla, lo cual era algo bueno porque mi mandíbula necesitaba ser levantada del piso. Justo antes de entrar a su carro, se dio la vuelta y miró en mi dirección con una expresión que no me esperaba. Fue decepcionante al principio, pero luego cuando lo vi observándome, se fundió en calor. Me quedé de pie en el balcón durante varios minutos después de ver su carro alejarse. Finalmente, entré de nuevo a mi habitación, y con la imagen mental de la intención de Logan aún fresca en mi mente, me dormí.
3
Coreógrafa de la industria del espectáculo de Estados Unidos.
Traducido por Lore (: Corregido por *Andreina F*
e alegré de tener los viernes libres en Frank´s. Mel y yo nos situamos en nuestras casillas al final del día de escuela, rellenando nuestros bolsos. —¿Trabajas esta noche? —preguntó Mel. —No, ¿por qué? —respondí. —¿Hagamos una parrillada en tu casa? —¿Qué? Mel, no sé. Con mi mamá y Jeff desapareciendo por las tardes, mi casa era el lugar perfecto para una reunión, pero había llegado a un acuerdo con ellos de que no tendría más que un par de personas en casa el tiempo que ellos no estuvieran ahí. —Vamos, Liv. Solo serán unas pocas personas, no la gran cosa —dijo, como si leyera mi mente—. No te preocupes, te ayudaré a limpiar. Lo hizo sonar divertido. —Bien, pero no puede ser una gran fiesta, y tenemos que estar en el patio. No quiero la casa destrozada. Mel sonrió de oreja a oreja, incapaz de controlar su entusiasmo. Saqué el teléfono de mi bolsillo y empecé a mandar invitaciones por mensaje de texto cuando Logan me vino a la mente. Quería que viniera, pero no había conseguido su número. Mel notó mi vacilación. —¿Que está mal?
—Nada. —No quería que pensara que tenía una cosa por Logan, así que permanecí callada sobre eso.
Nate fue el primero en llegar a mi casa, y luego vino Isaac con Jess y su amiga Hailey, quien inmediatamente tomó simpatía por Nate. Melody y yo estábamos en la cocina, preparando comida, mientras los chicos asaban las hamburguesas en la parrilla en el exterior. Cada vez que Hailey soltaba una risita, Me levantaba la mirada con cara de asesina. —Mel —dije—. Nate te ama. Tú amas a Nate. Él no se preocupa por nadie más. —Lo sé —jadeó ella—, estoy siendo estúpida. Es sólo que… esas perras ni siquiera ofrecen ayudarnos. Solo están sentadas allá afuera, coqueteando con mi hombre. —Oye, si quieres que las eche, lo haré. Es mi casa, tu sabes —dije levantando mis cejas. Se rió, poniendo sus manos en el aire, el cuchillo que usaba seguía en una de sus manos. —Oooh, no necesitas irte a los extremos. Jess parece agradable, en realidad no causaré drama por Isaac. —Apuntó con el cuchillo hacia mí—. ¿Sería justo echar solo a Hailey? —Sólo di la palabra, hermana. —Señalé lo que sostenía y sonreí—. Tal vez deberías dejarme cortar los tomates ahora. Mi atención divagó con el sonido de un ruido sordo en la distancia. En el segundo que lo oí, sabía que era. Las esquinas de mi boca se curvaron hacia arriba mientras bajaba mi cabeza para que Mel no pudiera ver mi entusiasmo. El estruendo se acercó hasta que lo podía oír en mi camino de entrada, entonces paró. ¿Cómo supo? Miré a Mel. Una enorme sonrisa se extendía a través de su cara. Escuchó el estruendo. —¿Le dijiste a Logan sobre esto? —pregunté. —Tal vez se lo mencioné a Nate, que le podría haber contado a Logan sobre nuestra pequeña reunión de esta noche. —Se encogió de hombros.
—En serio, Mel, debes dejar de ponerme trampas con las personas. Eso no va a pasar. —Bueno, ¿entonces con quien iré a una cita doble? Necesito que consigas un hombre para que podamos salir juntos. Rodé los ojos mientras me dirigía a la puerta, capturando los ojos de Logan a través de la puerta, ambos nos acercamos al mismo tiempo. Gavin estaba con él. Abrí la puerta. —¡Hola! Entren. La parrillada está en el patio trasero, sírvanse ustedes mismos, las bebidas están en la nevera. Nate e Isaac están atrás. Agarren una silla, un trago y siéntanse como en casa. El baño está por allá. Mel y yo estaremos justo acá. —La información salió disparada de mí a la velocidad de la luz. Necesitaba hablar y apuntar las cosas para evitar hacer el ridículo por mirar esos ojos de infarto color avellana y su perfecto rostro. En realidad, necesitaba tener el control y dejar de pensar en la imagen de Logan dejándome la noche pasada. Logan miró alrededor, y luego sonrió. —Tienes un bonito lugar aquí, Liv. ¿Cuándo consigo un recorrido? —No estoy segura. —Me molesté inmediatamente por el tono de su insinuación, el nerviosismo paró—. ¿Cuándo dejes de usar líneas para ligar? —¡Oh! ¡Demonios! —Gavin río mientras se dirigía a la puerta trasera para disfrutar con los demás. La expresión de Logan era de confusión al principio pero luego se transformó en una de diversión. Miró hacia la cocina para asegurarse de que Melody no estuviera escuchando y luego se inclinó hacia mí. —Liv, no trataba de entrar en una habitación contigo. Sólo somos amigos ¿recuerdas? —Los amigos no usan esas líneas con amigos. Rió. —Me tienes. No más frases para ligar, lo prometo. —Gracias. Cogimos los platos con los aperitivos y condimentos y nos dirigimos al patio. Melody dejó salir una risa sarcástica cuando vio en el banco del patio a Hailey sentada al lado de Nate, tan cerca que sus brazos se tocaban, mirándolo con una sonrisa coqueta. Al más puro estilo de Mel, colocó las cosas en la mesa, entonces casualmente caminó hacia Nate y se sentó en su regazo. —Hola, bebé —le susurró justo antes de envolver sus brazos alrededor de su cuello y darle un beso apasionado. No pude dejar de reír mientras miraba a Hailey mirar hacia abajo en señal de derrota, luego se puso de pie y se sentó al lado de Gavin, transfiriendo hacia él todas sus atenciones. No pasó mucho tiempo antes de
que se sintieran cómodos el uno con el otro, y la próxima vez que miré hacia ellos, Hailey se hallaba sentada en el regazo de Gavin. Después de que comimos, la brisa de verano comenzó a enfriarse, y la sombra envolvía el sol al atardecer. Los chicos comenzaron una fogata, y para el tiempo en que la fogata estuvo lista ya había oscurecido. Todos nos sentamos alrededor del fuego. Logan se sentó a mi lado. Gavin sacó a Hailey de su regazo para sacar el teléfono de su bolsillo trasero. Después de responderlo, miró a Logan. —¿Estás dentro esta noche, hombre? —Infiernos, no, idiota —respondió Logan. Gavin le respondió a Logan con cierto dedo en el aire. —Nah, no esta noche —dijo Gavin por teléfono.
La noche terminó rápidamente. Hailey se había vuelto odiosa, lo más probable era porque había consumido mucho vino como si estuviera pasando de moda. Melody había estado haciendo observaciones inteligentes, diciéndole a ella y Gavin que “consiguieran una habitación” disparándole a Hailey miradas malvadas toda la noche. El ambiente se sentía tenso. Isaac, Jess y Hailey fueron los primeros en irse, y Gavin fue con ellos por petición de Hailey. Los dos se habían vuelto bastante amistosos. Jess me dio un abrazo amigable antes de irse. —Gracias por invitarnos, Liv. Perdón por Hailey. No sé cuál era su problema esta noche. —No te preocupes por eso, Jess. Todos tenemos nuestros momentos. ¿Quién soy yo para juzgar? Quizás Hailey solo tenía una noche dura. Melody me ayudó a limpiar, luego ella y Nate caminaron al patio. Logan seguía sentado alrededor del fuego, el cual, cuando regresé de la casa, se había reducido a cenizas y un par de pequeñas llamas. A la luz baja color naranja sus rasgos eran impresionantes. Me miró y sonrió, causando que mi corazón revoloteara mientras pasaba por delante y me sentaba en la silla a su lado. —¿Te quedarás allí? —pregunté, un poco sorprendida de que no se fuera junto con los demás.
—Puedo irme si quieres. Me encogí de hombros. —Los amigos son siempre bienvenidos aquí. —Bien, si vamos a ser amigos, probablemente debería quedarme y llegar a saber un poco más de ti. Empecé a jugar con un hilo suelto de la silla de cáñamo. Había algo en él que me hacía querer compartir todos mis secretos. —No hay mucho que saber. —Lo dudo. Cuéntame sobre tu familia… ¿tienes hermanos o hermanas? —No, sólo yo. —¿Qué quieres hacer después del colegio? —No sé aún. Sólo ser feliz, espero. Y la única manera en independiente. Sin compromisos.
que
eso
suceda
es
manteniéndome
Miró a la casa vacía y luego a mí. —¿Quién tiene tu compañía? —Bueno, justo ahora, tu. Se detuvo un momento y me miró de reojo. —La mayoría de las chicas aman hablar sobre ellas mismas. —¿Qué se supone que significa eso? Hablemos de ti. Dime sobre tu familia. —Entonces recordé sobre su padre, e inmediatamente deseé tener más filtro. Logan se movió en su asiento con la mirada perdida en el fuego. Suspiré, regañándome interiormente por hacer cosas torpes. No quiero, pero estoy segura que se irá ahora. Pensé que le gustaría que me adelantara a sus pensamientos. —Mis padres estarán en casa pronto… Su mirada se fijó en mí, su expresión seria y reflexiva al mismo tiempo, como si estuviera tratando de decidir si iba a decir o no la siguiente cosa. — Aún es temprano. ¿Vienes conmigo? Quiero mostrarte algo. Sí. —No lo sé, Logan. Debería dar por terminada la noche —dije mientras tomaba un palo y comenzaba a empujar las brasas alrededor del fuego. —¿Qué edad tienes? ¿Ochenta? —Rió, aligerando el ambiente—. Vamos, es temprano. Prometo no aburrirte. Cada parte de mi subconsciente gritaba que era una mala idea tener a este chico tan cerca. ¿Por qué tenía que ser tan adorable? —¿Enserio, Logan? ¿Quieres mostrarme algo? —Sonreí.
Quedó boquiabierto cuando fingía estar sorprendido. —Nada inapropiado, amiga —bromeó—. No me harás rogar ¿cierto?, porque yo no ruego. No estaba segura de que intentara ser gracioso, o cortés, pero la exagerada mirada de cachorrito que me dio me provocó unas carcajadas involuntarias. En realidad, era más un bufido, pero la expresión de victoria en el rostro de Logan después de saliera eso de mi boca —y nariz— hizo que la vergüenza valiera la pena. Empezaba a dudar de que pudiera aburrirme. Mi subconsciente podría creérselo. Sólo por esta noche. Tenía que tener más de este chico. —Bien, Zoolander, llévame lejos. Apagando las brasas con la manguera del jardín, nos subimos a su Mustang y condujo fuera.
Traducido por Apolineah17 & Kariza Corregido por Carolina Shaw
staba oscuro, pero todavía lo suficientemente caliente para tener las ventanas abiertas, la brisa se sentía refrescante en mi piel. El resplandor de los colores de las luces de la ciudad se reflejaba en el interior de carro a medida que avanzábamos. Una canción de blues sonaba en el esteró del carro mientras manejábamos a través de la ciudad. Las ondas del viento empujaban contra mi mano mientras la mantenía fuera de la ventana. Los dedos de Logan daban un golpecito en el volante al ritmo de la música, entonces me miró y rompió a cantar las palabras de la canción. Me reí de la cara que hacía mientras cantaba. Estaba en ello. Las palabras eran algo sobre “cabalgar con el rey”. —Oh, ¡ahora sé lo que realmente piensas de ti mismo! —bromeé.
—¡Es B.B. King4, Liv! ¡Él es el rey, no yo! —Se defendió, pretendiendo estar herido. Me pareció intrigante que alguien de mi edad escuchara blues. Logan parecía tan diferente de las otras personas de mi edad, y por primera vez en la historia, estaba interesada en saber más acerca de este chico. Cuando la canción terminó, Logan bajó el volumen. —La llamada telefónica que Gavin tomó antes… Era para una carrera, ¿no? —pregunté. Logan me miró y asintió. —¿Por qué llaman a Gavin? ¿Por qué no te llaman a ti? Se encogió de hombros. —Gavin es mejor con las negociaciones. Yo soy mejor manejando. Funciona bien para ambos. —No fuiste anoche. Me miró y sonrió. —Creo que tenía mejores cosas que hacer. —¿Qué pasa con la policía? ¿No es carrera callejera…? —Decidí no terminar. Ambos sabíamos que no era exactamente legal. Se rió entre dientes. —No tengo nada contra los policías. La policía es buena. Simplemente no queremos verlos durante una carrera… antes o después de ella, para el caso. —Sin embargo, ¿no es un poco arriesgado? Nunca sabes cuándo se podrían aparecer. —Tomamos precauciones. No compito a menos que haya observadores alrededor para dejarnos saber si la policía se aproxima. Cambiamos el lugar tanto como sea posible. Pero, siempre hay riesgo. — Hizo una pausa—. El verdadero riesgo es lidiar con algunos de los idiotas que quieren correr. —¿Qué quieres decir? Se removió en su asiento, empezando a lucir incómodo. —Nunca sabes si el otro chico está en algo o si sabe cómo manejar su carro. Entre otras cosas. La policía es la menor de mis preocupaciones. —Me miró—. Casi cancelo la carrera de la semana pasada. A la que viniste. —¿Por qué? No respondió de inmediato. En su lugar, comenzó a golpear el volante de nuevo. —Derrick estaba más nervioso de lo normal. No tuve un buen presentimiento sobre ello. Riley B. King más conocido como B.B. King es un músico, cantante y compositor estadounidense. Es ampliamente considerado uno de los músicos de blues más influyentes de todos los tiempos, ganando el apodo de “el Rey del Blues” y el renombre de “uno de los tres reyes de la guitarra blues” junto con Albert King y Freddie King. 4
—Bueno, ¿por qué no la cancelaste, entonces? Su expresión se volvió seria mientras sus ojos se fijaron en la carretera. —No lo sé. Él sabía por qué. Simplemente no quería decirme. —¿Por qué lo haces si es tan arriesgado? Meditó la pregunta por un momento como si en realidad nunca hubiera considerado esa idea antes. —Es fácil. Y divertido. Y malditamente mejor que trabajar de nueve a cinco, seis días a la semana. Nos detuvimos en un edificio comercial de dos pisos, que tenía cuatro puertas arriba de garaje en el frente y una puerta de entrada a un costado. El letrero por encima de las puertas decía “Automotriz Tanner”. Aparcamos en el estacionamiento de enfrente y caminamos hacia el edificio. —Esta es mi tienda. —¿Tu tienda? —Me pareció difícil de creer que un chico de diecinueve años fuera dueño de su propio edificio. —Sí, mi tienda. Mi papá me la dejó a mí y a mi tío. Mi tío dirige el negocio. Yo lo ayudo cuando lo necesita, y vivo en el apartamento de arriba. —Caray, debe ser agradable —bromeé. —En realidad es bastante agradable —me sonrió de nuevo. Lo observé mientras abría la puerta lateral. Entramos a un pasillo que tenía escaleras a nuestra izquierda, y el garaje se situaba enfrente. Entramos al garaje, y Logan encendió las luces fluorescentes, revelando un objeto de tamaño considerable por debajo de una cubierta gris de lona en la primera área de estacionamiento. Las otras tres áreas estaban vacías, haciendo que la habitación pareciera enorme. Contra las paredes había estantes y tableros de clavijas surtidos con herramientas y suministros de carros. Cada área de estacionamiento tenía su propia estación de herramientas que incluía diferentes cajas de herramientas. Nos trasladamos hacia la parte de atrás del garaje, y Logan arrojó sus llaves sobre un escritorio de metal. Me senté en una silla giratoria frente al escritorio y me quedé mirando con curiosidad un cartel de una película de antaño que colgaba de la pared. —Es John Wayne5 —explicó Logan, notando mi interés en el cartel—. Mi papá era un gran fan de John Wayne. Siempre ponía esas películas cuando yo era pequeño. Teníamos una habitación en nuestra casa designada especialmente a todos los objetos de John Wayne que él había coleccionado. Conocido popularmente como The Duke (El Duque) fue un actor estadounidense que comenzó su carrera en el cine mudo en la década de 1920. Fue el símbolo de lo rudo y masculino, y fue un ícono durante muchos años. 5
Se recostó contra una alta caja de herramientas Crafstman dirigiendo su atención hacia la gris cubierta de lona frente a nosotros. Su expresión se volvió aprensiva, y se quedó mirándola en silencio por un momento. —¿Por qué me trajiste aquí? —pregunté en voz baja. Se giró hacia mí, mirándome a los ojos. Lentamente negó con la cabeza como si no estuviera seguro de que supiera la respuesta. Mi corazón dio un vuelvo. ¿Qué era lo que estaba viendo en sus ojos que me hacía sentir tan… tranquila…y tan emocionada al mismo tiempo? Dio un paso hacia la cubierta de lona y luego retiró lentamente la tela, enrollándola para revelar un enorme carro blanco con tiras negras que viajaban desde el parachoques delantero hasta el parachoques trasero. La condición de este carro no era tan inmaculada como la del Mustang. El acabado era soso con varios cortes y rasguños, y unas pocas pequeñas manchas de herrumbre se alineaban en la parte inferior. —Es un Nova 72 —reveló mientras caminaba alrededor del coche, tomando la vista del como si fuera la primera vez. —Debe ser tu proyecto actual. —No realmente —se encogió de hombros—. Ha estado suspendido por un tiempo. A penas lo he mirado desde… —No terminó. Su cara se tornó seria, y permaneció en silencio por un momento. Después su expresión se derritió en calor y me miró, ladeando la cabeza a un lado—. Oye, ¿quieres ir arriba y conseguir algo de beber? Fruncí el ceño con suspicacia. —¿Es por eso que me trajiste aquí? No tendrás suerte conmigo. Dejó escapar un risita y inclinó su cabeza hacia abajo sacudiéndola, tratando de contener la risa. No pudo contener la enorme sonrisa en su rosto, sin embargo—: No te preocupes. No intentaré nada contigo. Pienso que eres genial, Liv. Eres alguien con quien podía pasar el rato, eso es todo, nada más. Los amigos toman algo junto, ¿verdad? Asentí, sintiéndome avergonzada de saltar a conclusiones. Me levanté de la silla. —De acuerdo, vamos. —Usualmente es la mente del hombre la que está en ese canal. — Bromeó mientras caminaba hacia arriba de las escaleras de su apartamento. —¡Oh, por favor! Tienes que admitir, sonó un poco lanzado. — Contraataqué. El apartamento era sólo la mitad del tamaño del garaje en la planta baja. La decoración consistía en algunos posters sobre las paredes, un sofá con una mesa de café enfrente, una gran silla de mimbre redonda en una esquina, y una televisión gigante. Había una barra americana que separaba la cocina y la sala de estar. Me quité los zapatos, me senté en el sofá y subí mis rodillas apoyándolas en el cojín.
Logan me dio una cerveza, se sentó junto a mí y levantó una ceja. — Ahora es mi turno de hacer las preguntas. No preguntó nada demasiado profundo ni personal, y estaba agradecida por ello. Gastamos las siguientes horas riendo y hablando sobre todo desde nuestra comida favorita y música, hasta los momentos vergonzosos, lugares en que habíamos estado y queríamos ir, una ronda extendida de “qué prefieres….” Me enteré que prefería tener un corte de papel entre los dedos que ser pinchado en el ojo. Y le informé que prefería beber el jugo de los pepinillos que la leche agria. No hubo silencio incomodo ni pausa en las conversaciones. Le mostré que podía caminar a través de la habitación con una botella de cerveza en la cabeza sin derramarla y él me mostró que podía girar un bolígrafo entre sus dedos tan rápido que parecía que se movían como las hélices de un helicóptero. Hacia el final de todo, nos comenzamos a cansar, le pregunté sobre la música de Blues que tocaba en el auto antes. —Hay una emoción tan cruda detrás de la verdadera buena música de Blues. La guitarra habla de una manera en que no lo hace en ningún otro género —explicó. —Entonces, vamos a escucharlo. Tócame tu canción favorita de Blues —desafié. Lo encendió, y después me miró con una pequeña sonrisa. Se acercó al sofá y se sentó a mi lado, una vez que la canción comenzó. Era una canción suave sin voces. No esperaba que tuviera un efecto en mí, pero él tenía razón. La voz de la guitarra tenía una manera de tirar la emoción fuera de mí, y yo estaba enganchada treinta segundos luego de que inicio. Volví la cabeza para mirarlo de frente, un poco sorprendida de que esta hermosa música me movía en un modo tan intenso, hipnótico. Él se quedó mirando al frente, a nada en particular y con una expresión seria en su cara. Lentamente volvió su cabeza hacia mí, y nuestros ojos se encontraron. Nos miramos el uno al otro por un momento, tomando el uno del otro. La amigable sonrisa desapareció rápidamente y la intensidad en sus ojos incremento. La atmosfera se convertía en mucho más que amistosa. Sus cejas fruncidas mientras su mirada se deslizaban por mis ojos, mi cabello, mis labios y de vuelta. No estoy segura si me apoye en él, o si él se apoyó en mí, pero nos estábamos acercando lentamente, hasta que pude sentir su aliento a menta en mi cara, su nariz con mi nariz, y mi corazón comenzó a latir en mis oídos. Algo me decía que esto no podía ocurrir, pero no pude detenerlo. ¿Era la música que me hacía perder el control, o era solo él? El calor emanaba de sus labios en lo que tocaban suavemente los míos, vacilando en su lagar por unos momentos, y encendiendo una oleada
de incendios a través de mí sangre. Cuanto más el beso se demoraba, más mi piel comenzaba a arder, y cuando mis labios se separaron y su lengua descubrió poco a poco la mía, mi cuerpo palpitaba. Mis manos se movieron lentamente a su cara, luego hacia atrás de su cuello, y lo acerque más a mí. Su mano tocó mi cuello, y él me atrajo más cerca. Mi control se había ido. Estaba embelesada con el momento. Esto pasaba, y aunque iba en contra de mis planes, había algo bien al respecto. Comenzó a recostarme sobre el sofá cuando se detuvo bruscamente alejándose y poniéndose de nuevo en la posición sentado. Siguiendo su ejemplo, me senté de nuevo. Sus ojos me enfocaron por un momento con una expresión confusa en su cara que combinaba con mis pensamientos… Santa Mierda, eso fue intenso. Me tomó por detrás del cuello y me aproximó a él, sus labios no más lejos que una pulgada de los míos. Entonces, justo cuando pensé que me besaría, cerró sus ojos y puso su frente contra la mía, tomando una profunda respiración. Mi latido del corazón era casi ensordecedor, ya que golpeaba por todo mi cuerpo, mi pecho moviéndose hacia arriba y abajo, intentando recuperar el aliento y tratando de recuperar la compostura. Apartándose, abrió los ojos y me miró con intensidad, pasión, y… confusión. —Esto no es por lo que te traje aquí, Liv —susurró—. No se supone que esto pasaría. Entonces me besó suavemente en la frente y lentamente se recostó en el sofá. Tal vez fue la música, tal vez fue la bebida, pero una mezcla de emociones inundó mis sentidos. Me sentía agradecida y decepcionada de que se detuviera y confusa sobre porque yo no pude. Estaba enojada conmigo por ser tan irresponsable, pero al mismo tiempo no podía negar el sentimiento de paz y emoción que él me dio. Mi cabeza encontró un lugar para descansar en el rincón de su pecho y su hombro, mientras mis brazos lo sostenían. Cerrando mis ojos, me perdí en la música.
Traducido por JackieC & Alysse Volkov Corregido por Carolina Shaw
l coche gritaba familiaridad. El tejido suave y acolchado del asiento del pasajero que ocupaba era más cómodo que la de los coches de hoy en día, y me pregunté por qué las empresas decidieron hacer nuevos coches con asientos firmes. Esa fue una mala elección. Con el motor apagado, y sola en el auto, era tranquilo. Casi demasiado tranquilo. Dando un vistazo alrededor, me di cuenta que era un coche que yo conocía bien, pero no había estado en al menos ocho años. La porta CD estaba en la visera del conductor descansando en su lugar. El cazador de sueños en miniatura aún estaba colgado del espejo retrovisor. La mancha de café todavía marcaba el asiento del conductor de cuando Kevin había pisado de repente el freno porque lo distrajo el reírse de una broma que yo había hecho. Mirando por la ventana, una espesa niebla rodeó el coche, por lo que no había buena visibilidad. Era por la mañana, pero todavía era noche, y un brillo de color naranja de la farola iluminada la niebla. La puerta se abrió, dejando entrar el aire fresco, brumoso. El coche rebotó ligeramente mientras Kevin se sentó en el asiento del conductor, y cerró la puerta una vez que estuvo dentro. A pesar de que sólo lo vi anoche, me sonreí con alegría por el hecho de que se sentó a mi lado, y mis ojos se llenaron de lágrimas.
Le había echado mucho de menos. Una fina capa de rastrojo cubría sus mejillas, y su enmarañada melena que le llegaba hasta los hombros se recogía en una coleta baja con las partes más cortas metidos detrás de sus orejas. Vestía la misma camisa de franela que tenía en la noche anterior. Se convirtió en una rutina para que me conduzca a escuela en las mañanas después de haber pasado la noche en nuestra casa... que se volvió más frecuente últimamente. No podía esperar a que se mude con mamá y yo. Aprecié la sensación cercana de familia me dieron cuando los tres estábamos juntos. Después de arrancar el coche, se volvió hacia mí con una sonrisa amable que desapareció rápidamente cuando se dio cuenta de mis lágrimas. —¿Qué te pasa, cariño? Fue la voz de Logan la que salía de la boca de Kevin. Negué con la cabeza. —Nada. Sólo tuve un mal sueño la noche anterior, y no puedo dejar de pensar en ello. —¿Quieres decirme al respecto? De ninguna manera. Diciéndole que murió en mi sueño —que se había ido y enterrado bajo tierra— podría hacerlo realidad. —No, Está bien. Lo superaré. —No me gusta que su voz sonara mal, y me puse aprensiva. Pero su rostro irradiaba calidez, y verlo me hizo sentir... bien. Él asintió como si comprendiera, y luego dirigió su mirada hacia el cazador de sueños. Extrayéndolo del espejo retrovisor, me lo entregó. — ¿Sabes cómo funcionan estas cosas? Negué con la cabeza, distrayéndome por el pequeño círculo de luz blanca que se acercaba más allá de la ventana del lado del conductor. —Es un cazador de sueños —dijo la voz de Logan a través de la boca de Kevin—. Si lo cuelgas por encima de tu cama, filtrará los malos sueños y sólo dejará que los buenos sueños entren en tu mente. La luz era cada vez más grande... más brillante. Me habia hipnotizado, y no pude elevar mi mirada. Con mis ojos entrecerrados, intenté obtener una mejor visión a través de la niebla. La voz de Logan continuó hablando pero no podía distinguir ninguna palabra. Sólo ecos amortiguados. Entonces la luz se separó, convirtiéndose en dos círculos brillantes, a medida que se hicieron más grandes, comenzó a moverse de forma esporádica de lado a lado. Fue entonces cuando me di cuenta de lo que pasaba, y tenía que detenerlo. Tomé el brazo de Kevin, pero no era su brazo ya; era Logan. —¡Hay que salir del coche! —Le rogué—, ¡Hay que salir! Eran los ojos color avellana de Logan los que me devolvieron la mirada, pero él siguió hablando con calma como si no me hubiera oído. — Tu mamá significa el mundo para mí, Livie, y tú también. Te prometo que siempre podrás contar conmigo. Para cualquier cosa.
—Por favor, ¡fuera! tienes que darte prisa —La luz estaba demasiado cerca. Tendría que conseguir que saliera por mi lado. Empujé la puerta y tiré de su brazo, lo que le hizo mirar hacia abajo a mi mano. La fracción de segundo que nos tomó mirar nuestras manos para mirarnos el uno al otro, una bocina sonó y los faros me cegaron. El cristal se hizo añicos y metal chilló, todo convirtiéndose en negro. Los cazadores de sueños son un mito. Las pesadillas son inevitables.
Mi teléfono sonó en mi bolsillo trasero, rasgándome fuera de mis sueños. Mi cuello estaba rígido, y me di cuenta de que estaba sentado en posición vertical. Obligué a mis ojos cansados a abrirse y centrarse en lo que se hallaba justo en frente de mí. Una enorme televisión como un culo ¡Mierda! todavía estaba en el apartamento de Logan. La música aún sonaba, pero no era blues. Mi cabeza se volvió lentamente a la izquierda para ver el aumento del pecho de Logan bajando con cada respiración profunda que tomó mientras dormía. Cuando levanté la cabeza de su hombro, saqué mi teléfono de mi bolsillo trasero para mirar la hora. Todavía estaba oscuro, por lo que no podría haber sido demasiado tarde... o temprano dependiendo de cómo se viera. La pantalla de mi teléfono dice que es 03:01 AM. Dos horas y media después del toque de queda, y tenía una llamada perdida de mi madre. Ella y Jeff debieron haber llegado a casa desde el pub y se dieron cuenta que no estaba allí. Queriendo evitar una desagradable conversación, decidí textearle, en vez de llamar. Me quede dormida en casa de unos amigos. Estaré en casa pronto. ¿De qué amigo? Nadie que tú conozcas. A casa, AHORA. Estoy yendo. Irritación me invadió mientras pensaba en cómo increíblemente estúpido era un toque de queda realmente para alguien quien tendría dieciocho años en unos pocos meses. Los ojos adormilados de Logan ya estaban conmigo cuando me giré para despertarlo.
—¿Estas en problemas? —murmuró. —No, pero tengo que irme a casa. Ambos nos quedamos en silencio cuando salimos por la puerta. Cuando nos metimos en el auto y comenzó nuestro viaje, reproduje toda la noche en mi mente, cada vez mas irritada mientras pensaba en como acabó. No podía creer que había engañado la mierda de Logan. Solté una sola carcajada y sacudí mi cabeza al darme cuenta de cuan crédula había sido. —¿Estás bien? —preguntó Logan. —Oh, seeh, estoy bien —repliqué. Me dio una mirada dudosa. —¿Estás enojada? —No. No estoy enojada —resoplé—. Es simplemente que… —traté de mantener la calma, pero no era el tipo de persona que guardaba silencio cuando algo estaba en mi mente—. ¿Qué demonios fue lo de anoche? —¿Qué fue qué? —preguntó como si estuviera completamente ajeno al evento al que me refería. Probablemente hizo ese tipo de cosas con todas las chicas, y era solo una más de muchas que sentía atraída de su estúpido encanto. Y sus hermosos ojos. —¿Estas bromeando? —pregunté. Entonces, como si ya no estuviera suficientemente enfurecida, él sonrió—: ¿Estas enojada porque comenzó, o enojada porque paré? Mi mandíbula cayó. Estaba sin palabras por un momento… pero no por mucho tiempo. —¿Qué clase de pregunta es esa? ¿Es esto lo que haces con las chicas? ¿Llevarlas a tu apartamento y luego joder sus mentes? Dijiste que estabas bien con ser amigos. Me dijiste que no ibas a “hacer tus movimientos” en mí —dije esa última parte con los dedos en el aire haciendo comillas. Su humorística expresión se convirtió en frustración. —No. Liv, cuando las chicas vienen a mi apartamento, es bastante sencillo. ¡Sin jodidas “mentes” involucradas! —Ahora sus dedos estaban en el aire haciendo comillas. Eso me hizo callar. Dejó escapar un profundo suspiro y corrió sus dedos por el cabello, manteniendo sus ojos en el camino. —Mierda, eso salió mal. —Detén el auto. —¿Qué? —Me escuchaste, detén el maldito auto. Caminaré. —¿Qué demonios estaba mal conmigo? No quería caminar a casa. Este hombre me volvía loca. O tal vez solo estaba cansada y aún algo borracha.
—No vas a caminar. —No puedo creer que me engañó tu mierda, Logan. Tengo que admitir, la ultima parte, con la música, fue muy sutil. Apuesto que eso consigue que las chicas vayan a tu habitación todo el tiempo. —¿Qué demonios? Liv… ¡no tenía ninguna intención de entrar en tus bragas anoche! ¿Soy el único que lo detuvo, recuerdas? —Tomó una profunda respiración para calmarse. Paramos en una luz roja, y coloqué mi mano en la manija de la puerta, lista para saltar en cualquier momento. Él continuó—: Lo que quise decir era que… lo siento. Tienes razón, no sé qué pasó anoche… cuando nosotros, sabes… pero no era mi intención — Me miró a los ojos y tomo mi mano—. Creo que eres divertida, Liv. Me he divertido contigo anoche y realmente quiero que seamos amigos. Tanto como quisiera seguir enojada, dijo exactamente lo que necesitaba escuchar, exactamente en el modo que necesitaba escucharlo. Me sumí en los pensamientos mientras la luz cambiaba a verde y el carro avanzó. Esto tomó el resto del viaje a casa, pero me calmé y sentí normal otra vez para el momento en que estacionamos en mi entrada. Pensé en nuestra noche juntos. Me había divertido con él también. De hecho no recuerdo haber sentido algún tipo de conexión con otra persona. Ni con Melody. —¿Cual era tu intención, Logan? —pregunté cuando su auto se apago frente a mi casa—. ¿Por qué me llevaste allí? Llevó su mano a la barbilla y la recorrió hacia delante y hacia atrás mientras contemplaba lo que diría. Luego me miró a los ojos con una expresión nerviosa. —Por favor no lo tomes a mal. Sólo parecía un poco… aislado. Pensé que si veías un poco de mi mundo, abrirías el tuyo. —¿Tu apartamento es tu mundo? Una sonrisa se le escapó mientras sacudía su cabeza. —¡Nunca planeé llevarte a mi apartamento! Anoche me preguntaste por mi familia, y la primera cosa que vino a mi mente fue la tienda. Mi papá y yo pasábamos mucho tiempo juntos. Suspiró, luego su expresión se tornó seria. Su mirada era intensa, con tristeza detrás de ellos, cuando me miró. —No sé por qué, pero te quería mostrar el Nova. No le había quitado la cubierta desde…La última vez que lo vi fue con mi papá parado al lado mío. —Oh… —No sabía cómo responder a eso, y por primera vez desde la fogata, hubo un silencio incomodo. —Oye, ¿estamos bien? —Me dio una mirada esperanzadora. —Yeap, estamos bien. —Y esto era la verdad.
Traducido por Alysse Volkov Corregido por Carolina Shaw
ogan y yo realmente estábamos bien posterior a esa noche. Genial, en realidad. En cuanto pasaban los días, comenzamos a pasar más y más tiempo juntos. Nos veíamos cada fin de semana, y si no nos veíamos durante la semana, hablábamos por teléfono o nos enviábamos mensajes de texto cada día. Algunos días me recogía después del trabajo y me llevaba por un helado a Milo’s. Otros días lo veía en la casa de Gavin donde él y Gavin trabajarían en sus autos mientras yo hacia mi tarea en uno de los sofás en el garaje. Cuanto más tiempo pasamos juntos, mas fácil se hacía sacudir la atracción que tenía por él, pero la electricidad que sentía cuando me tocaba nunca se iría completamente. Le mencioné a él una sola vez que odiaba hacer mi tarea en una casa tranquila y vacía, y él había hecho todos los intentos desde entonces para asegurarse de que no volviera a pasar nunca más, invitándome a “estudiar”. Su versión de estudiar era trabajar en autos o leer los manuales de instrucciones, mientras lo mío eran verdaderas tareas de la escuela. Hoy, ya que no tuve que ir a trabajar después de la escuela, tenía planes para ir a su tienda. No había estado allí desde la noche que me quedé dormida en su hombro, hace casi cuatro semanas. Cuando entré en el
estacionamiento, noté el contraste con la última vez que estuve aquí, todas las puertas de garaje cuatro estaban abiertas y varios mecánicos estaban ocupados trabajando en diferentes autos. Estacioné mi auto y comencé a caminar hacia el garaje. No veía a Logan al principio, así que no sabía si tendría que entrar a través de la puerta lateral o unas de las enormes puertas delanteras. Me decidí por esta última. Varios de los hombres cubiertos de grasa detuvieron lo que hacían y giraron sus cabezas mientras me acercaba. Uno de ellos silbó. —Cállate Carter. Vuelve al trabajo —gritó Logan mientras apareció por detrás del Nova cubierto y empezó a caminar hacia mí. Había estado sentado en la mesa detrás de la tienda—. Idiota. —Muestra a la dama algo de respeto, hombre. Jesús… esto es un negocio —dijo otro tipo. Carter se rió y los hombres volvieron a lo que hacían. Únicamente me tomó un segundo darme cuenta de que Carter era el único con Logan la noche que lo conocí. Lo miré fijamente y me di cuenta de que el otro tipo quien salió en mi defensa era el mismo que pedía identificación a las personas frente a la carpa de la cerveza esa misma noche. —No te preocupes por Carter —me aseguró Logan cuando nos encontramos dentro del garaje—. Es inofensivo. Me encogí de hombros. —No pasa nada. —Mi mirada cambio de Carter al otro tipo, quien asintió hacia mí con una sonrisa amigable—. ¿No es el gorila del River Fest? —señalé. El hombre se acercó, limpiando sus manos en un trapo mientras se aproximaba. Se veía mucho menos desagradable en su ropa de mecánico. —Soy Matt. Estrecharía tu mano, pero probablemente no te gustaría demasiado. —Alzó sus manos ennegrecidas y grasientas—. Rebotar a las personas es mi trabajo adicional. Sonreí. —Lo siento, estoy imaginándote físicamente rebotando — respondí. Se rió—. Soy Olivia. Y gracias. —Haciendo un gesto a sus manos aceitosas. Logan señaló individualmente a cada uno de los hombres. —Carter el saboteador de traseros. Ese es Casey, James. Jimbo y Steve. —Cada uno de ellos detuvo lo que hacían para darme un saludo amistoso cuando fueron presentados. Caminamos hasta la parte trasera de la tienda, y dejé mi mochila en el escritorio de metal. —Puedes hacer tu tarea aquí —señaló el escritorio—. Mi tío no podía estar aquí hoy, y la tienda está sobrecargada de trabajo, así que lo ayudo. —De acuerdo, déjame saber si estoy en el camino. Puedo irme en cualquier momento —dije. Me miró con una sonrisa tranquilizadora. —Tú nunca estás en el camino, Liv. Me gusta tenerte cerca. Trabajo mejor, en realidad.
Le di la bienvenida a los ruidos tintineantes y el zoot—zoot de las herramientas eléctricas, acompañadas por la música hard rock/heavy metal que se reproducía en el fondo. Cualquier ruido de fondo era mejor que la tranquilidad. Luego de terminar mis tareas una hora más tarde, caminé alrededor para ver a los hombres trabajar en los autos. Rápidamente me di cuenta que Logan era la persona para acudir por preguntas. Fue de auto en auto, motivando a los mecánicos y dando instrucciones alentadoras, mientras daba una mano cuando y donde alguien la necesitaba. Los manejaba bien, y claramente tenían respeto por él, a pesar de que la mayoría de ellos eran mayores. Carter comenzó a luchar con el auto en el que trabajaba. —¡Maldita sea! Me detuve a echar un vistazo. Yo había visto ese modelo de auto antes. De hecho había pasado una cantidad considerable de tiempo en mi pre adolescencia observando la reconstrucción de uno. —Oye, Carter —dije. Él gruñó en respuesta, luego parecía sentirse mal por ello—. Oye, Liv. —¿Todo bien? —Joder no. Mierda. Lo siento. Quiero decir no, no está bien. Estoy estancado. Reemplacé el motor de arranque y el switch de ignición y este bastardo todavía no mal… todavía no arranca. Todos los cables de arranque parecen estar bien. La batería bien. La radio, las luces, todo funciona cuando giro la ignición, solo no quiere arrancar. —Me miró, recordando que era una chica—. Lo siento. Solo estoy divagando. Agarré una linterna pequeña que se situaba en la caja de herramientas de Carter Craftsman y miré debajo del capo, al instante recordando todos aquellas veces que ayudaba a Adam. La familiaridad del motor trajo recuerdo de nuestras conversaciones. Quizás podría ayudar a Carter. Quién sabe, quizás algo acerca de la verdadera reconstrucción del auto de Adam se quedó en mi mente. No estaría mal intentar. La cara de Carter se encendió cuando me vio estudiando la maquinaria bajo el capó. Claramente entretenido, se rió entre dientes. — ¿Salvarás el día, princesa? Los ruidos de las poderosas herramientas en el lugar junto a nosotros se detuvieron, y percibí cabezas girar hacia nuestro lugar por el rabillo del ojo. Rodé mis ojos hacia él y continué examinando debajo del capó. Incliné mi cabeza para ver mejor la parte posterior del motor, alumbré con la linterna la parte de atrás y noté un blanco, corroído alambre de línea de tierra unido a él. Me acordé de Adam hablando de estos mismos alambres
cuando reemplazaba el motor de su auto, e instantáneamente me di cuenta de que esta era la razón de que el motor de arranque no funcionará para Carter. —Tienes el alambre de línea de tierra corroído, Carter. Su expresión divertida rápidamente se transformó en una expresión de ¡Qué Demonios! —¿Huh? —Se acercó a mi lado y vio el lugar donde alumbraba con la linterna. Inclinándose para agarrar el alambre, hecho pedazos de sus manos. —Bueno, vete a la mierda. Tienes que estar bromeando —dijo un estupefacto Carter, sacudiendo su cabeza mientras lo soltaba—. No puedo creer que no miré allí atrás. —¡Oh, ahora lo he visto todo! —gritó James, mientras caminaba hacia nosotros con una sonrisa de oreja a oreja. —¡A Carter le dio cátedra una chica! —gritó Casey, botando una carcajada. Carter estaba parado y apuntó hacia Casey. —¡Jodete, pedazo de mierda! En el otro lado de la tienda, Logan dejó de revisar debajo del capó de uno de los autos y se aproximó hacia nosotros. —¿Qué está pasando? —¡Tu chica sabe de autos, eso es lo que está pasando! —Se rió Jimbo—. Ella sólo le dio una lección a Carter. Logan me estudiaba atentamente mientras una sonrisa se arrastro sobre su rostro. —¿En serio? Me encogí de hombros. —No, no realmente. No es la gran cosa. —A la mierda si no es gran cosa —interrumpió Casey—. Carter estaba todo “¿oh ahora que hago? ¿Qué toco?” luego Liv paseó alrededor y dominó su culo en ¡cero punto dos segundos! Ella fue todo “es el alambre de línea de tierra, ¡imbécil!” —Usó una voz femenina para representar a Carter y una profunda, masculina voz para mí. Todos los demás se rieron histéricamente a sus observaciones. Logan sonrió y sus ojos estaban ligeramente entrecerrados mientras me miraba como si estuviese procesando la información. —Literalmente tomó sus menos de 30 segundos para darse cuenta de esa mierda, amigo —continuó Casey entre risas. Negué con la cabeza. —Por mucho que me encanta esa interpretación, Casey, era sólo un cable corroído, cualquiera podía haberlo pasado por alto. ¡No es la gran cosa! Las carcajadas de Casey se filtraban a una risa moderada. —Si tú lo dices cariño.
Después de varias puñaladas más a Carter, la conmoción, finalmente se calmó, y los hombres volvieron a su trabajo. Logan se quedó junto a mí. —Maldita sea, ¿una jugadora profesional de billar y conoces de autos? ¿Alguna otra sorpresa que debería conocer? —Nop, eso es todo —le contesté—. ¡Y no sé mucho acerca de autos! Derrotado, Carter me miró, luego Logan. —Eso fue jodidamente genial. Para una chica. —Le dio una palmada en la espalda a Logan—. Es un buen partido —Luego se excusó para ir a tomar un cigarrillo en el estacionamiento. —Sólo somos amigos. —gritamos Logan y yo al unísono. Carter se dio la vuelta y echó a reír, y luego siguió caminando. —¿Te importaría explicar? —preguntó Logan. Rodé los ojos. —¡No hay nada que explicar! —No todos los días alguien como tú —me miró de arriba abajo—, puede darle cátedra a un mecánico con experiencia en las técnicas de reparación de automóviles. Suspiré. —Fue sólo un cable corroído —le dije por enésima vez—. Carter lo hubiera visto con el tiempo. Permaneció en silencio, esperando a que continuara. Miré hacia el suelo. —Alguien con que mi mamá salió por algunos años consideraba un vínculo maravilloso el tenerme verlo trabajar en su auto. Resulta que es el mismo modelo que aquel. —Señalé el auto en el que Carter trabajaba. Logan esperó a que yo continuara. Me encogí de hombros—. Digamos que terminó dejándonos por un modelo más nuevo. Sus ojos se estrecharon. —¡Qué imbécil! —Es lo que es. Nada es para siempre. Estudiándome, se apoyó en la caja de herramientas, cruzando los brazos y moviendo ligeramente. —Sí. Supongo que tienes razón. Ese es el por qué es importante vivir el momento. Sonreí. —La vida es para vivirla, ¿no? Sin remordimientos. —Sin remordimientos —repitió. Nos quedamos en silencio por el siguiente momento. Miré hacia la cubierta de lona gris del Nova. —¿Oye, Logan? —¿Sí? —Sabes que tienes un auto bastante impresionante ahí abajo ¿no? — dije, señalando a la cubierta de lona. —Sí, supongo que lo es. —Miró el auto cubierto, luego a mí con una pizca de ansiedad detrás de esos hermosos ojos color avellana.
—¿Que si hoy es el día en que quitas la cubierta y empezar a arreglarlo? Apartó la vista de mí para ver el Nova y miró fijamente por un momento. —No lo sé, Liv. —Vamos —dije, tomando su mano grasienta, caminando hacia el coche—. Un auto como este no es para estar debajo de una cubierta. ¡Escucha, te está llamando! “Logan, arréglame. Condúceme. ¡Arréglame, por favor!” ¿Cómo puedes decir que no a eso? Se rió entre dientes. —Esta noche no puedo, tengo que ayudar a los chicos... —¡Estamos bien, hombre! —gritó James—. Estábamos terminando. —Sí, lo tenemos cubierto, Logan —intervino Jimbo. Deben haber escuchado nuestra conversación. Me senté en la silla giratoria y giré mí alrededor. Cuando me detuve, enfrentaba el póster de la película de John Wayne. Logan se sentó a mi lado en la parte superior de la mesa. Miró el cartel, a continuación, el auto. Sus ojos se quedaron clavados en el auto cubierto por varios momentos. Me incliné y puse mi mano sobre la de él. —No hay mejor momento que el ahora —dije, dándole una sonrisa alentadora. Con aprensión mezclada con calidez en sus ojos, me miró. Obligando a las comisuras de la boca a sonreír, negó con la cabeza y tomó respiró. Se deslizó de la mesa y se acercó al auto y luego comenzó a retirar la cubierta. Después de que estaba completamente retirada, lo colocó en el suelo junto a la mesa, se apoyó en el escritorio y cruzó de brazos, mirando al Nova. Con una sonrisa tranquila, me miró con una expresión que era como si un enorme peso se había quitado de sus hombros. —Tendré que empezar a pedir piezas. —Amplió su sonrisa—. ¿Sabes lo que eso significa, verdad? Eso significaba que necesitaría dinero para las piezas... lo que significaba... ¿Más carreras? —Más carreras. —Logan... —Oh mierda, ¿qué he hecho?—. ¿Estás seguro de que es una buena idea? ¿No hay una forma mejor? —¿Otras maneras? Sí. ¿Una mejor manera? En realidad, no. —Le entusiasmaba ahora. Odiaba la idea de él poniéndose a sí mismo en riesgo. —Solo ten cuidado, ¿de acuerdo? Agarró el brazo de la silla y me giró para mirarlo. —Siempre soy cuidadoso, Liv. —Luego, con un brillo en sus ojos, agarró ambos brazos de
la silla, me puso más cerca y rápidamente me besó en la frente. Una risa se le escapó mientras soltó la silla, dio unos pasos al Nova, y levantó el capó.
Traducido por Lore (: Corregido por Carolina Shaw
as mujeres codiciaban a Logan donde quiera que fuera, y aunque se había atenuado un poco cuando estaba cerca, el coqueteo estaba en su naturaleza. Lo había acompañado a él y a Gavin a muchas carreras y aunque Logan siempre insistía en que fuera la chica de la bandera, el no tenía problemas en mezclándose con sus admiradoras antes y después de sus carreras. Mientras Logan coqueteaba con un grupo de tres chicas, yo estaba de pie cerca de Gavin mientras él hablaba con otro hombre sobre la siguiente carrera. Usualmente Logan corría al menos tres o cuatro veces por noche. Un atractivo hombre con un cuerpo atlético, ojos azul cielo enmarcados por oscuras pestañas, y un cabello color caramelo medianamente largo, se me acerco. —¿Te estás divirtiendo? —preguntó. Debo haber tenido una expresión aburrida en mi rostro mientras esperaba que Gavin terminara su negociación. —Estaba divirtiéndome antes…esta es la parte aburrida —respondí. —Te he visto cerca un par de veces. ¿Eres la chica de Logan? Aparentemente, todos conocían quien era Logan. Una inquietante sensación se apodero de mí al pensar en que corría el rumor que Logan y yo estábamos involucrados en algo más que una amistad. Miré por encima de
Logan quien tenía un brazo alrededor de una chica mientras coqueteaba con las otras dos, usando una sonrisa encantadora. Él me miró, luego su mirada se movió al hombre que estaba conmigo, y su sonrisa se desvaneció. Le di una mirada tranquilizadora que le dejara saber que estaba bien, entonces volví a mirar al hombre con el que me encontraba. —¿Ahora qué diría eso de mi si lo fuera? Rió y extendió su mano hacia mí—: Soy Evan. Eso provocó mi interés. Tomé su mano. —Hola Evan, soy Olivia Evans. Sonrió, no dejando ir mi mano. —Si eso no es el destino, no sé que es. —¿Estás corriendo hoy, Evan? —Me divertí con la coincidencia, quería decir su nombre otra vez. —Nah, no corro, solo estoy aquí con unos amigos. Yo corro eso. —Dejó ir mi mano y apuntó a una motocicleta que estaba estacionada en el borde de la calle—. En realidad eso no califica en una carrera de coches. Hizo una corta pausa. Y continuó—: ¿Vives cerca de aquí? —Sí. ¿Tu? —Soy de aquí, pero he estado viviendo en Denver por lo menos los últimos dos años. Volví para ayudar… con cosas de mi familia. Sentí un brazo enganchado en la parte de atrás de mi cuello. —Hola hombre —Logan extendió su mano hacia Evan. La mano con la que no tomaba mi cuello—. Logan Tanner. ¿Corres? Evan lo miró a él y a mí con una expresión confundida, luego sacudió la mano de Logan. —Evan Phoenix. Y no. —¿Evan Phoenix? Amigo, eso es malditamente asombroso. Suena como el nombre de una estrella porno. —Logan rió. Intencional o no, su tono pareció despectivo. —Bueno, puedo asegurarte que no. No soy una estrella porno. — Tratando de hacer una conversación amistosa. Evan continuó—: Te he visto correr un par de veces. Eres bueno, hombre. ¿Cuál es tu truco? —No hay trucos. Cuando lo tienes, solo lo tienes. —Me acercó. ¿Qué mierda? Evan retrocedió después de eso. Por la manera en que Logan me sostenía, el debe haber pensado que éramos algo. —Bien —dijo Evan—, fue un placer conocerte Olivia. —Puedes llamarme Liv —lo interrumpí. —Bueno, Liv —dijo con una cálida sonrisa. Luego miró a Logan, su sonrisa se desvaneció un poco—. Es tarde. —Se dio la vuelta y caminó en dirección a su motocicleta.
Cuando estuvo fuera del alcance del oído, agarré la mano de Logan y saqué su brazo de mí y volteé para verlo. —¿Qué demonios fue eso, Logan? Él era amable. Me miró confundido. —Solo estaba asegurándome de que estabas bien. No conoces a ese tipo, Liv. Podría tratar alguna mierda contigo. Deberías ser cuidadosa. —¿Hablas estupefacta.
en
serio?
Solo
hablábamos.
—Estaba
totalmente
Gavin se acercó. —La próxima carrera es ahora, ¿estás listo? —Sí. Vamos Liv. Vamos. —Logan respondió tratando de tomar mi mano. Moví mi mano fuera de su alcance. —No creo. Su expresión se volvió de enojo. —¿De qué están hablando? Necesitas empezar la carrera. —No necesito hacer nada, Logan. Pregúntale a una de tus chicas — apunté a las tres chicas que estaban mirando fijamente nuestra disputa. Estaba enojada también. No me gusta que me digan qué hacer. Giré mi cabeza para ver si Evan seguía cerca. Lo vi en su motocicleta, hablando con otro tipo. —Evan —llamé. Evan giró para mirarme, y empecé a caminar lejos de Logan, pero mis brazos dieron un tirón hacia atrás. Miré hacia mi muñeca para ver la mano de Logan agarrando la mía. Me conocía bien ahora como para saber mi intención. —Liv, no vayas con él. No conoces a ese tipo —declaró, todavía molesto pero con un poco de miedo en sus ojos. —Tú tampoco lo conoces, Logan. El parecía amable conmigo. —Tiré mi brazo de su agarre—. Y deja de decirme qué hacer. Corrí a través de la calle hacia Evan, quien estaba montándose a horcajadas en su motocicleta, y me miró con una sonrisa divertida. —Hola —dijo —Hola ¿te estabas yendo? —Sí —asintió en la dirección de Logan—. Ya no me siento muy cómodo en este lugar. —Ni yo. —miré a mi alrededor nerviosa y me di cuenta que no era normal seguir adelante con la gente—. ¿Hay alguna posibilidad de tomar un paseo contigo? Sus ojos se iluminaron y una pequeña sonrisa cruzó su cara. —Creo que puedo manejar eso.
—Bien. Pero nunca he estado en una de esas cosas antes —apunté su motocicleta—. ¿Hay algo que debería saber? Sonrió mientras se agachaba y apuntaba un pedal de la motocicleta. —Esas son las estriberas. Asegúrate de mantener tus pies ahí. Si los mueves, podrías lastimarte. Colocó sus manos fuera para ayudarme a subir a la motocicleta. Después de cruzar mi bolso de tamaño modesto con la correa en diagonal y afirmada en mi hombro derecho y la bolsa en el lado izquierdo de mi cadera, me monté en la motocicleta. Él continuó—: Cuando gire a la derecha, mira a la derecha. Cuando gire a la izquierda, mira a la izquierda, tu cuerpo naturalmente se apoyara donde necesita ir. —Se volvió hacia mí y puso su casco en mi cabeza, ajustándolo para que se adaptara. Tomó mis manos y las colocó en sus caderas, y volvió a mirar hacia adelante—. Mantente cerca de mí, incluso cuando nos estemos moviendo. Trata de ser una extensión de mí cuando corramos —dejé escapar una risita emocionada. —Bien, creo que eso es todo —dijo—. ¿A dónde vas? Mi auto estaba estacionado en Frank, y le dije donde estaba, arrancó la motocicleta, creando un fuerte y poderoso rugido que causó que muchas cabezas giraran y miraran en nuestra dirección. No miré hacia Logan. Dependiendo de su expresión, podría causar el sentirme culpable o herida. No solo el efecto que tenia Logan sobre mi se estaba volviendo un problema, no quería arruinar la emoción que sentía. La emoción solo crecía mientras salíamos a toda velocidad por la carretera, y cuando habíamos alcanzado la interestatal, una tensión excitante se esparcía por mi cuerpo. Y herméticamente me agarré a Evan, temiendo un poco por mi vida, mientras que al mismo tiempo, pero sin barreras entre los elementos y yo, me sentí verdaderamente libre. Y libertad era exactamente lo que necesitaba. Llegamos al estacionamiento de Frank’s, se tiró al lado del único carro en el estacionamiento… el mío. Después de apagar el motor, saqué el casco de mi cabeza y se lo tendí a él. —Eso fue increíble. Gracias —dije. —Cuando quieras —sonrió mientras desmontaba su motocicleta—. Tal vez podríamos hacer esto otra vez algún día. —Sí, quizás podríamos hacerlo. —Sonreí mientras sacaba las llaves de mi cartera y pulsé el botón de las puertas, desbloqueándolas. Abrí mi carro e hice una pausa, volviéndome para mirarlo—. Adiós Evan. Él continuó sonriendo mientras se ponía el casco. —Hasta luego, Liv. Su motocicleta gruñó cuando la encendió. Después de darme la ultima sonrisa, el salió del estacionamiento y se dirigió hacia la calle. Mi teléfono
vibró cuando me acomodaba en el asiento de mi auto. Tres mensajes de texto y una llamada perdida. Todas de Logan. El último texto decía: Por favor solo dime si sigues viva. Un largo suspiro salió de mí. No había sentido alguno en hacerlo preocuparse toda la noche, así que le respondí. Evan se fue. Estoy en mi carro, sigo viva. Necesitamos hablar. Un momento después, mi teléfono vibro otra vez. Lo sé. Perdón por ser un idiota. La conversación nunca llegó. He estado tres días sin llamadas ni mensajes de texto de Logan. Tampoco traté de contactarlo. Habíamos estado compartiendo mucho tiempo juntos, y lógicamente, sabía que ambos necesitábamos algo de espacio. El problema era que lo extrañaba. Requirió toda mi fuerza no tomar el teléfono y llamarlo. Se convirtió en un buen amigo para mí y para Mel, y en las últimas semanas desde que lo conocí, se ha convertido en una ocurrencia natural el hablar con él al menos una vez al día. Y mientras más tiempo pasaba sin una palabra de él, mas pensaba en él. —Hola, Liv. —La voz de un hombre llamó. Saqué mi atención de las botellas de acondicionador y champú que reponía y me dirigí a la voz. Instantáneamente me iluminé cuando vi a Evan parado detrás de mí. —Hola. —¿Todo bien? Parecías metida en tus pensamientos. —preguntó. —Reponer la estantería es un negocio serio. Tú sabes —respondí con una cara seria. Sonrió. —Bueno, odiaría mantenerte en un asunto tan serio. ¿Cómo te sentirías sobre hacer algo un poco menos serio cuando salgas del trabajo esta noche? —¿Qué tienes en mente? —He estado pensando… una casa embrujada. Si crees que puedes manejarlo. Sonreí. Melody y yo habíamos hablado de ir a una serie de casas embrujadas este año. —¿Puedo llevar amigos? —pregunté. —Sí, no hay problema. Mientras más mejor. —¿Cuál casa embrujada? Me dio la información. —Te recogeré después del trabajo. —Te veo entonces. Después de que se fue, me tomé un pequeño descanso para textear a Mel. Como lo esperaba, ella amo el plan, e iba a decirle a Nate, Isaac, y Jess
sobre esto. Planeaban encontrarnos a Evan y a mi allá. Mi mente viajó a Logan. Quería que fuera, pero él no había hecho ningún esfuerzo para llamarme últimamente, así que alejé rápidamente el pensamiento. Evan estaba inclinándose al lado de un Nissan Altima gris oscuro, fumando un cigarrillo, y salí de Frank’s después de cerrar. Una ráfaga fría había pasado, y el aire de otoño se había vuelto muy fresco para estar manejando una motocicleta. Una capucha gris estaba en el cuello de su chaqueta negra de cuero y una sonrisa se formó en su rostro cuando me vio acercarme. Le di un abrazo. —Hola. Tomó mi mano y me hizo señas para que me inclinara contra el carro a su lado. —Hola. Antes de que vayamos a cualquier parte, solo necesito ponerme al tanto contigo acerca de algo. —¿De acuerdo? —dije más en forma de pregunta que de declaración. —Necesito dejarte saber que tengo una novia en Denver. —Me observó para ver mi reacción. Permanecí neutral y quieta. Él continuó—: Hemos decidido intentar tener una relación abierta antes de que me fuera, así que ella está bien con que tenga citas… pero… le hice un compromiso. No voy a involucrarme en cualquier otra relación seria… emocionalmente. Dejé salir una risita. La risa era mi mecanismo de defensa inadecuado para situaciones incomodas —y esto era incómodo. —Estoy totalmente bien con eso, Evan. No te preocupes. —Sonreí. Él me observó tan incómodo. Eso fue algo tierno. —Pareces genial, Liv. Solo que no quiero que tengas algunas… expectativas. Oh, la ironía. —No tienes idea. —Murmuré. —¿Qué? —Nada. Está bien, de verdad. —Rocé mi mano en su brazo—. Creo que es genial que estés aclarando todo ahora mismo. Más chicos deberían hacer eso. —¿Aun quieres salir? —¡Sí! ¡Vamos a asustarnos hasta morir! Durante el viaje en carro, me enteré de que antes de dejar la escuela para ayudar a su familia, él se licenció en insectos. ¡Insectos!. Él tenía una larga palabra científica para eso, pero el punto era que él estudió insectos. A pesar de que me impresionó que fuera increíblemente atractivo y extremadamente inteligente, tenía un problema con la cosa de los insectos. Me asqueaba. Pero él era genial y divertido, así que podía intentar pasarlo por alto.
Cuando llegamos, inmediatamente vimos al resto de nuestro grupo por el puesto de concesión. Ellos no nos vieron de inmediato, así que me escurrí detrás de Melody y la pinché en sus costados. —¡Buu! —Grité. —¡¡¡AAAHHH!!! —Su refresco salió volando y aterrizó en el suelo cerca de Isaac. Todos estallamos en risas. Melody no estaba tan entretenida. Instantáneamente me sentí culpable, así que le di un gran abrazo oso. —¡Aw, lo siento Mel! —Dije mientras la apretaba hacia mí—. No quería que botaras tu refresco. Te conseguiré uno nuevo, lo prometo. —¡No me hagas eso a mí! ¡Ya estoy alterada! —Ansiosamente rió—. Mira. —Dijo mientras señalada la salida de la casa embrujada. Las personas saliendo tenían una mirada de terror en sus rostros—. Todo el mundo que sale de allí luce como si se hubieran ensuciado sus pantalones. Nadie se está riendo. ¡Estoy teniendo algunos graves problemas de ansiedad aquí! Nate vino detrás de ella y envolvió sus brazos alrededor de ella. —Aww, nena, estaré allí para protegerte. Isaac se metió en la conversación. —Se supone que esta sea la casa embrujada más escalofriante del estado. Vi en las noticias que alguien si se orinó sus pantalones. Todos lo fulminamos con la mirada. Su comentario no ayudaba. —¿¡Qué!? ¡Es verdad! —se defendió Isaac. Jess se rió nerviosamente, luego enganchó su brazo en el brazo de Isaac, y comenzó a dar palmaditas en su hombro. —D.I6, Isaac, D.I. —Dijo ella, con un tono exagerado. En un esfuerzo de cambiar el tema, presenté a Evan. —Chicos, este es Evan. Evan conoce a Mel, y este es Nate, Isaac, y Jess —Hola. —Dijo Evan, saludando con los nudillos a los chicos y dándole un apretón cortes de manos a las chicas. La casa embrujada tenía un sistema de números, así que no tuvimos que esperar en fila. Nate y Mel fueron los primeros en llegar, así que habían conseguido las entradas para todos antes de que llegáramos. Teníamos unos pocos minutos libres antes de que llamaran a nuestro número, así que las chicas fuimos al baño de mujeres. —¿Has hablado con Logan últimamente? —preguntó Mel mientras retocábamos nuestro maquillaje en frente del espejo del baño. —No, él no ha llamado. ¿Por qué? —respondí. Jess se unió. —Isaac dijo que él ha tenido un palo metido en el trasero por los últimos días. No es el mismo. —Melody y yo la miramos, impresionadas y encantadas por su elección de palabras. Ella puso sus 6
D.I.: Demasiada. Información.
manos en el aire con su base de maquillaje aun en una de ellas—. Terminología de Isaac, no mía. Melody y Jess se rieron, pero mi corazón se hundió al pensamiento de Logan pasando por algo que lo pondría en tan mal humor. —Nate dijo que no ha sido el mismo desde que perdió esa carrera. — divulgó Melody—. Pero apuesto que te extraña Liv. —Espera, ¿qué? ¿Qué carrera perdió? Y él tiene dedos. Que puede presionar en el teléfono. Si me extrañara, hubiera llamado, o al menos escrito. —Él perdió la carrera en que lo dejaste. —Mel continuó—. Era contra un novato también, que acababa de obtener su licencia la semana antes. Se suponía que sería una victoria fácil. Todo el mundo habla de eso. Dicen que eres su amuleto de buena suerte y que no puede ganar una carrera si no das el banderazo. —Eso es loco —dije, poniendo mis ojos en blanco—. Ha estado sin derrotas por más de un año. Mucho antes de que llegara. —Cierto. Pero piensa en esto. Desde que lo conociste, has dado el banderazo en cada una de sus carreras. En la única carrera que no estás… él pierde. Suena como si él se está apegando. —Mel me dio un empujón con su hombro. Luego, como si una bombilla se encendiera en su cabeza, me observó—. Hablando de apegos, ustedes dos están prácticamente atados por la cadera. Lo que me recuerda… ¿por qué no estás con él? Jess se detuvo de aplicar rímel y me miró directamente. —Ese es un buen punto. Ambos parecen tan felices alrededor del otro. Estarían bien juntos. Me encogí de hombros. —No nos sentimos de esa forma acerca del otro. —¡Oh, por favor! He visto la manera en que te ve. —Mel refutó—. A ese chico le gustas. Y he mantenido mi boca cerrada por mucho tiempo, pero tú lo miras de la misma manera. ¡Él es guapísimo! ¿¡Por qué resistirse!? Suspiré. —Jess, ayúdame aquí. —Lo siento, cariño —dijo Jess—. Ella tiene razón. —Ciento treinta y nueve. —Escuchamos sobre el altoparlante. —¡Oh mierda! ¡Somos los siguientes! —Gritó Mel frenéticamente. Jess y yo guiamos a Melody fuera del baño con nuestros brazos enganchados a los de ella por los codos. Nos reencontramos con los chicos enfrente de la entrada de la casa embrujada. El empleado tomó nuestras entradas para que entráramos.
—Buena suerte. Nos vemos pronto —dijo el empleado. Luego bajó su voz dramáticamente—. Si salen vivos. —Todos reímos. Excepto Mel. Mis manos firmemente agarraron el brazo de Evan mientras atravesábamos un pasillo oscuro. Música espeluznante sonaba, combinada con los sonidos de electrocuciones y gritos. —¡Liv, voy a matarte por hacerme hacer esto! —gritó Melody a unos pocos metros delante de mí. Ella tenía los brazos envueltos en la cadera de Nate y las manos juntas al otro lado de él antes de que entráramos. Asumí que aún estaba aferrada como si su vida dependiera de ello. Por lo que recordaba, ambas queríamos hacer esto juntas. Pero si necesitaba culparme en su estado actual de temor, estaba bien con eso—. ¡Lo siento, Mel! ¡Te quiero! —Le aseguré. Entramos a un gran cuarto donde una calavera mecánica comenzó a decirnos las reglas entre electrocuciones. No correr o empujar. Sin linternas o encendedores. No tocar a los monstruos, y ellos no te tocaran. Cada regla era dada de forma muy horrible, dramática pero aun así cómica. Después de que toda la información fue dada, entramos al pasillo iluminado por luces estroboscópicas7. Un zombi apareció de la nada en frente de mí. —¡Aaarrrgggh! —rugió. Puse el grito al cielo y salté a los brazos de Evan mientras él reía. Jess e Isaac estaban disfrutando de esto también. Ellos parecían mucho más entretenidos que asustados. —¡Sera mejor que ellos no me hagan esa mierda a mí, Liv! —Melody estaba cerca de la histeria—. Mejor que no lo hagan. ¡No estoy bromeando! ¡Necesitan mantenerse lejos, Liv! —No lo harán, nena. —Escuché a Nate tratando de consolarla—. No los dejaré hacerlo. Entramos a un cuarto donde estaban haciendo un exorcismo. Un actor con vestimenta de cura sostenía una cruz en frente del rostro de una mujer. Ella yacía en una cama gritando como si tuviera un insoportable dolor. Queriendo atravesar la casa tan rápido como sea posible, Mel inmediatamente comenzó a moverse al siguiente pasillo. No tenía interés alguno en presenciar un exorcismo. El resto del nosotros la seguimos con Nate a otro pasillo oscuro. Un monstruo salió de repente y le chilló a Jess e Isaac, pero solo causó que se rieran histéricamente. —¡Joder! ¡Soy la siguiente, bebe! ¡Vienen por mí! —le gritó Melody a Nate. —¡Cielos, Mel, el lenguaje! —provoqué. 7
Luces estroboscópicas: luces que iluminan mediante destellos.
—¡Estoy malditamente demasiado asustada para tener un filtro de mi cerebro a mi boca ahora mismo! —contestó. Evan me atrajo hacia él. Aun en la oscuridad, sentí su nariz por mi oído. —Tu amiga está bastante asustada —susurró—, ¿estará bien? —Es más fuerte de lo que aparenta —respondí en voz baja—. Lo logrará. Atravesamos el cementerio, la tienda del carnicero, y el cuarto de terapia electroshock. Jess y yo nos asustamos con los monstruos y los zombis unas pocas veces, pero Melody se las arregló para escaparse de ellos, lo cual solo intensificaba su ansiedad a la anticipación. Los chicos y Jess no estaban tan asustados como yo, aun así yo no estaba ni cerca de lo aterrorizada que Melody estaba. Parecía como si hubiésemos estado aquí por siempre, y ya estaba lista para que terminara. Entramos a otro pasillo que estaba iluminado con luces negras. —¡Roooaaarrrrggg! —Un monstruo apareció, en frente de Mel. —¡¡¡AAAAHHH!!! —Mel saltó frenéticamente en el aire, y luego abofeteó al monstruo directo en el rostro. —¡Auch! —El monstruo… quien realmente era solo un actor, gritó. Aún aterrorizada, Mel repetidamente golpeó al monstruo en el hombro. Todos comenzamos a estallar en risas. —¡Ahh! ¡Oye, eso duele! ¡Sin tocar! —El pobre actor gritó—. ¡Oye, Joe! ¡¡¡Tenemos a una golpeadora por aquí!!! Dos actores vestidos de monstruos y zombis salieron de las sombras. No había nada de terror o miedo acerca de la forma en que se acercaron. Molestos, ellos amablemente le pidieron a Mel que los siguiera, para salir de la casa embrujada antes de tiempo. Ella y Nate los siguieron a través de una puerta en el pasillo. Sabiendo que Mel estaría a salvo con Nate, Jess, Isaac, Evan y yo decidimos terminar. La última escena era un laboratorio científico donde un actor vestido como Dr. Jekyll y Sr. Hyde8 estaba haciendo experimentos locos. Jess e Isaac se rieron entre dientes brevemente y siguieron caminando. Evan y yo nos quedamos y vi al actor beber su posición y convertirse en el loco Sr. Hyde. Una vez que perdimos el interés, nos dirigimos a la puerta del final del pasillo, la cual estaba iluminada con una serie de luces de neón rosadas en el techo. Dr. Jekyll y Sr. Hyde: personajes de una novela de Robert Louis Stevenson, donde se representa el trastorno psiquiátrico que hace que una misma persona tenga dos o más identidades o personalidades con características opuestas entre sí. 8
—Dedo admitir que eso fue bastante asombroso. —Confesé. Justo antes de que estuviera a punto de empujar la manija de la puerta de salida, mi mano fue alejada. —Liv, espera. —Susurró Evan mientras me jalaba a la esquina, no fácilmente visible para los transeúntes. La fuerza en su agarre causó que mi cuerpo se presionara contra el suyo. Confundida, subí mi mirada. Su expresión era una mezcla de juego y deseo. —Hola —susurró.. Mierda, él luce bien en esta luz. —Hola —respondí suavemente, mientras mis brazos hacían su camino alrededor de su cintura. Con una leve sonrisa, sus dedos tomaron mi mentón, y sus labios bajaron a los míos. Su mano se movió detrás de mi cuello para traerme más cerca. Él era un buen besador, y disfruté el momento plenamente hasta que mi mente me llevó al beso entre Logan y yo. Fue la única vez en que había sentido tanta electricidad, así que me molesté al pensamiento de que no estaba sintiendo la misma clase de intensidad con Evan. Sonreí mientras se alejaba. Incluso sin la intensidad, fue bueno. Tal vez incluso genial. —¿Eso está permitido? —pregunté, recordando su confesión de antes. Sonrió. —Sí, eso está permitido. Le di un último beso rápido en los labios antes de tomar su mano y guiarlo a la puerta donde los demás nos estaban esperando. Isaac tenía su teléfono en su oído. —¿Viste lo que esos idiotas me hicieron? —preguntó Melody cuándo me vio—. ¡Debería tener un reembolso! No pude evitar reírme. —Chicos, ¿quieren ir donde Gavin? —preguntó Isaac, su teléfono aun en su oreja. Todos nos miramos, encogiéndonos de hombros y asintiendo con la cabeza. Él se alejó, hablando en el teléfono—. Sí, estamos dentro, hombre. Estaremos dentro de un rato. Giré hacia Evan. —¿Quieres ir? —Seguro, ¿por qué no? —respondió.
Traducido por Kariza Corregido por Carolina Shaw
l auto de Logan fue lo primero que noté cuando llegamos al camino de entrada de Gavin. Una parte de mi estaba preocupada por volver a verlo desde la última vez que estuvimos juntos, discutimos sobre la misma persona que resulta ser la que está sentado en el coche a mi lado. Pero sobre todo, me sentía emocionada de verlo. Hice una nota mental para hablar con Logan esta noche y poner fin a nuestra estúpida disputa. Podía escuchar la música pulsando con fuerza antes de entrar a la casa. Gavin, Hailey, Logan y Chloe estaban en el bar haciendo tragos mientras bajábamos las escaleras. Matt se sentó en uno de los sillones, mirando su teléfono. Me reí de la cara agria que hizo Chloe después de que tomó su trago. Debe haber sido algo fuerte. Logan sonrió mientras la observaba, y mi corazón cayó. Después, se volvió hacia mí. Juré que vi alivio en sus ojos, pero rápidamente volvió a frustración cuando miró más allá de mí, viendo con quien estaba. Su sonrisa se desvaneció rápidamente. Chloe notó su cambio de expresión, entonces me miró con sus ojos de diablo loco. —Hola, extraño —dije, ignorando a Chloe, mientras me acercaba a él. —Hola —contestó fríamente. —Tomaré uno de esos. ¿Qué es? —pregunté. —Whiskey, ¿estás segura? Debe haber pensado que era una especie de peso ligero. Supongo que todavía había algunas cosas que tenía que saber de mí. —Es So-Co, Liv, tu favorito —divulgó Gavin. Era agradable que el siempre recordaba mi bebida. —Bueno, entonces sí, estoy dentro ¿Cómo podría decir no a eso? —le dije.
—¡¡¡Tragos!!! —llamó Gavin. Pasé los tragos para todos mientras Gavin los servía, dándole un rápido abrazo a Matt durante el proceso. Él era menos espeluznante cada vez que lo veía. Teniendo en cuenta que había estado pasando tiempo en la tienda de Logan, el terrorífico carácter de Matt era casi inexistente. Casi. Una vez que todos tuvieron sus tragos, Gavin brindó—: ¡Por los amigos! —Por los amigos. —Todo el mundo repitió, y entonces bebieron sus tragos. El licor bajó quemando levemente, pero era una quemadura dulce que no había probado en mucho tiempo. Se sentía bien. —¡Mierda, eso es asqueroso! —se atragantó Melody. Nate se rió hasta que Melody lo miró. Luego se detuvo abruptamente. —Sí… el Whisky es repugnante. —Estuvo de acuerdo. Mel puso los ojos y miró hacia la mesa de billar. —Vamos a jugar dobles. Evan, Liv, ¿Quieren jugar? —Yo, juego —dijo Evan. —Estoy dentro —le dije. —¿Una ronda más, primero? —llamó Gavin, sirviendo más tragos. Logan, Chloe, Gavin y yo fuimos los únicos que hicimos la siguiente ronda. Hailey se sentó en el sofá y comenzó a coquetea con Matt. Demonios esa chica estuvo aquí. —Nunca había visto a una chica tomas un trago sin pestañear. Creo que podrías se la chica más genial que conozco. —Logan me miró con asombro y un poco fuera de foco. Me pregunté cuantos tragos nos tomaría antes llegar ahí. Chloe dejó escapar una risa sarcástica. —Por las chicas demasiado geniales —brindé. Choque mi vaso con el de Chloe con una sonrisa, intentando ser amable, entonces nosotros bebimos nuestros segundos tragos. —Eh, esperen. No soy genial —Bueno, ¿que eres? —él se rió. —Solo una chica. Solo una chica en el mundo. —Le sonreí a mi cita de Gwen Stefani. Él asintió en la dirección de Evan. —Veo que estás con la estrella porno. —No soy una estrella porno —llamó Evan, mientras empolvaba su taco, completamente desconcertado por la observación—. Liv, ¿quieres romper tú, o lo hago yo?
Quería un minuto para hablar con Logan y limpiar el aire, pero Chloe se quedó firmemente pegada a su lado. Parecía que tendría que esperar el momento adecuado. —Yo romperé —le dije a Evan, dejando a Logan con Chloe en el bar. A medida que el juego de billar avanzaba, también lo hizo la cercanía entre Logan Y Chloe. Los vi tomar al menos dos tragos juntos. —Muy buena, Liv —dijo Evan mientras hundía mi segunda raya. Evan era bueno para el billar también, y teníamos una fuerte ventaja. —¡Esto es tan injusto! —dijo Melody—. ¡El próximo juego será de chicos contra chicas! Perdí mi siguiente tiro de billar, pero no a propósito. —Buen intento, nena —dijo Evan mientras me acerqué lentamente a él, actuando mucho más decepcionada de lo que realmente estaba. Por el rabillo del ojo, vi a Logan voltear su cabeza hacia nosotros. Evan acabó el juego en nuestro siguiente turno, metiendo las últimas dos rayadas y la bola ocho. Fui a darle un abrazo de felicitación, y cuando puse mis brazos alrededor de su cuello, me tomó de la cintura con una mano, y del cuello con la otra, empujándome hacia abajo, plantándome un inesperado beso en los labios. Me reí mientras me levantaba de nuevo hasta la posición de pie, aferrándome a él para mantener el equilibrio. Esos tragos de Whiskey claramente me habían pegado. —Está bien, Liv, Vamos a patear el culo de algún chico —dijo Mel. Me recosté contra la pared, esperando que iniciara el próximo juego y miré por encima del bar. Los ojos de Logan estaban sobre mí con una expresión que no pude averiguar. No estaba feliz. Su intensa mirada hizo que mi corazón aleteara. Durante unos segundos, el mundo parecía fuera y éramos solo nosotros dos, mirándonos a los ojos. ¿Qué demonios está pasando por su mente? Un momento después, miró hacia el suelo, rompiendo la mirada. Sus hombros se levantaban con una risita mientras negaba con la cabeza, rompiendo de ello… lo que sea que fuera. Girando hacia Chloe, se acercó su cara cerca de su oído y le susurró algo. Sus ojos se abrieron y ella asintió con una sonrisa. Las esquina de la boca de Logan se levantó mientras la miraba y levanto una ceja. Oh no. Él la tomó de la mano y la condujo a la habitación de atrás. Un nudo se hizo en mi garganta. Lo que típicamente ocurría en la habitación de atrás no era ningún secreto.
—Logan —llamó Matt desde el sofá, donde Hailey, Jess, Isaac, y Gavin también estaban sentados. Sus cabezas se volvieron hacia Logan. Logan se volvió para mirarlo. —Solo piensa, hombre, piensa en ello. Dándole a Matt una expresión que decía “Lo que sea” —Logan levanto su dedo medio y se dio la vuelta, tambaleándose al cuarto de atrás con su brazo alrededor del cuello de Chloe, cerrando la puerta de golpe. Matt bajo la mirada y movió la cabeza. Mel y yo nos miramos la una a la otra al mismo tiempo. —Tenemos que irnos —dijo Mel—. Vamos, podemos ir a buscar algo de comer. Nos detuvimos por comida de camino aquí. Sabía que no tenía hambre. —Mel, no te preocupes, está bien. ¿Te gustaría romper o lo hago yo? —¿Estás segura? —Sí —conteste—, por supuesto. No hay razón para irnos. Mel asintió. —De acuerdo. Puedo romper. El Señor sabe que necesito practicar. Fue entonces que me di cuenta de las miradas. Parecía que todos en la sala volvieron sus cabezas en mi dirección, tratando de medir mi reacción. ¿Cuál era el problema de todos? Logan se permitió tener diversión, y todos sabían que no era su novia. Estaba aquí con otro hombre por el amor de Dios. Mi mente me decía que Logan estaba haciendo lo que tenía que hacer —para confirmar nuestra amistad. Lo que no entendía era porque mi corazón de repente estaba en mi estómago y porque las lágrimas exigían escapar de mis ojos. Mientras Mel tomaba su tiro, ruidos de risas salieron de la habitación de atrás. Gavin fue al equipo de música y subió el volumen, mirando hacia mí antes de regresar al sofá. Me dio la sensación de que sintió la necesidad de protegerme. Mientras Gavin se sentó, Matt se levantó del sofá y camino hacia mí. —Liv, saldré a fumar un cigarrillo, ¿Quieres venir conmigo? — preguntó Matt. —No fumo. Es desagradable —contesté. —Está bien, ¿entonces puedes salir un momento? ¿Para hablar? No es que necesitara permiso, pero me volví a Mel, que me miraba fijamente al igual que todos los demás. Suspiré. —Está bien, Oye, Jess, ¿Puedes cubrirme?
—De acuerdo, cariño —respondió Jess. Me volví hacia Evan. —Ya vuelvo. —Sí, no hay problema —se encogió de hombros. Una vez que estuvimos fuera, Matt encendió su cigarrillo. Esperé pacientemente mientras parecía estar encontrando las palabras adecuadas. Después de unos momentos, por fin habló. —No me lo tomes a mal, pero sabes que lo que Logan está haciendo es para probar un punto, ¿no? Todos los músculos de mi cuerpo se tensaron. —El sexo para probar un punto ¿eh? Eso siempre es una buena idea. —Lo pensé por un momento. No quería preguntar por qué, pero tenía que saber—. Exactamente, ¿qué es lo que está tratando de probar? Después de una pausa, se volvió hacia mí. —Que no está enamorado de ti. Me sentí como si el aire fuera sacado de mí. Mi mente se imaginaba todas las cosas que Logan y Chloe podrían estar haciendo en el cuarto de atrás. Quería dejar de pensar en los detalles gráficos de los actos que tenían lugar ahí. Estaba haciendo revolverse. ¿Porque mi mente se concentraba en eso? Odiaba que había llegado a estar tana afectada por otra persona. Lo odiaba tanto que no estaba dispuesta a admitirlo. —Bueno, entonces te equivocas —le contesté, tratando de mantener la calma—. Porque no “está enamorado de mi”. Así que no hay nada que probar. Matt le dio una calada a su cigarrillo. —He conocido a Logan por más de diez años. Él es como una familia para mí. Confía en mí. Él lo está. Y lo está rompiendo porque… Negó con la cabeza y dejó caer su cigarrillo al suelo, pisándolo para apagarlo. —¿Ha hablado Logan alguna vez contigo de lo que sucedió después de que su padre murió? —No, nunca hemos hablado demasiado a fondo acerca de nuestro pasado. —Logan y yo teníamos un acuerdo tácito de que hablar de nuestras “historias tristes” estaba fuera de los límites de nuestras zonas de comodidad. Suspiró. —Hay algunas cosas que necesitas saber de él… pero no es mi asunto para decir nada. Pero tienes que saber que él está herido, Liv. Por no menos que su propia familia. Permanecí en silencio. Esta conversación parecía ser difícil para él, y yo quería asegurarme de que tuviera la oportunidad para decir lo que tenía qué decir.
—Desde que te conoció, he visto los cambios que nunca pensé que sucederían. Con excepción de los últimos días, así es. Sólo pienso… puedo decir que eres una persona fuerte, Liv. Simplemente espero que puedas ser fuerte por él, ¿sí? Matt era, obviamente, un buen amigo de Logan, y me hizo sentir bien saber que el cuidaba las espaldas de Logan. Era dulce. De repente me di cuenta de que no importa que, Logan se había convertido en una parte de mi vida, también. El era —antes que nada— mi amigo… y perderlo asustaba el infierno fuera de mí. —Logan es mi amigo, Matt. No lo abandonaré si eso es lo que te preocupa. No sé por qué el mundo está actuando tan extraño esta noche. Logan puede tener diversión. No soy su novia. Él no es mi novio. Nosotros solo somos amigos. Nada cambiará eso. —Enganché mi codo en el suyo. Necesitando el cambio de tema—. Y, por cierto, oficialmente no eres espeluznante. —¿Cuando fui espeluznante? —¿Es una broma? Me asustaste hasta la mierda cuando te vi por primera vez en Rio Fest. Tenías venas abultada en el cuello. —Me reí—. Pero no eres tan malo. Supongo. Me miró con una sonrisa amistosa. —Eres buena para él, Liv. Espero que te quedes. Me eche a reír. —¿Porque no habría de hacerlo? A medida que nos dirigíamos de nuevo al sótano, oí un portazo. Chloe irrumpió fuera de la habitación de atrás, con el rostro enrojecido y los ojos húmedos. Cuando me vio, una mirada de furia inundó su cara, ella camino hacia mí, y me dio una bofetada duro. —¡¡Ay!! Q... q... ¿Qué por el amor del infierno? —grité. Como si esta noche no era lo suficientemente rara ya. —Necesitas despertar de una puta vez y darte cuenta de lo que tienes, perra estúpida. —Gritó con enojo cuando Matt llegó rápidamente entre nosotros. Entonces, su furia se fundió en tristeza cuando comenzó a llorar incontrolablemente. Tomó su teléfono celular y las llaves de la barra y pasó como cañón delante de mí, hacia las escaleras. Mire a Matt. —Ella no está conduciendo, ¿verdad? —Estoy en ello —dijo Matt y siguió rápidamente después de ella. Confundida más allá de la creencia, me acerqué y me senté en el sofá junto a Gavin. Mel se acercó y se sentó a mi lado. — Santa mierda, Liv ¿Estás bien? —Sí, solo… Ugh ¿Qué demonios? —le contesté.
Mientras me frotaba la mejilla dolorida, Gavin buscó su teléfono, que se iluminaba en la mesa de noche, y respondió—: Sí, ¿Qué pasa?... esta no es una buena noche. —¿Quién es ese? —preguntó Logan desde detrás de nosotros. No lo había escuchado salir de la habitación, y su voz me sobresaltó. Gavin, Melody y yo nos dimos la vuelta para ver a Logan mirándose completamente desaliñado con el pelo despeinado y ojos inyectados en sangre—. Si se trata de una carrera. Yo voy. Gavin asintió y comenzó su negociación. —¿Me estas tomando el pelo? —le pregunté con incredulidad. Había estado bebiendo toda la noche. Logan me miro pero no dijo ni una palabra. No lo necesitaba. Me di cuenta de que me culpaba de todo lo que pasó en esa habitación con Chloe. En su lugar se volvió y tomó sus llaves del bar justo antes de quitarlas de encima de la escalera. Terror se fijó en mi sangre al pensar en el conduciendo en su estado. Sin pensarlo, me puse de pie. —Que Dios me ayude, Logan si das un paso más voy a azuzar a Matt en ti.—grité con voz de pánico—. No te atrevas a conducir esta noche. Mis ojos se llenaron de lágrimas, y todo mi cuerpo comenzó a temblar. No sé lo que haría si algo le sucediera. Se detuvo en medio de la escalera. De espaldas, con la mano en la barandilla, dejó caer la cabeza y luego los sacudiendo los hombros ligeramente. ¿Se estaba riendo? Pareció tomar una respiración profunda para calmarse. Cuando se dio la vuelta, su intensa mirada se encontró con la mía inmediatamente. Tenía una expresión de desconcierto en su rostro. Incluso borracho hasta la mente, él era perfecto. —¿Vas a azuzar a Matt en mí? —Luego lo dijo otra vez como si necesitara asegurarse de que me oyó con claridad—. ¿Vas a azuzar a Matt en mí? —Negó con la cabeza y dejó escapar una sola risa cuando comenzó a caminar hacia mí, con los ojos fijos en los míos. Se detuvo a unos centímetros de mí, haciendo que mi cabeza se inclinara ligeramente hacia arriba para mirarlo a los ojos—. ¿Quién dice eso, Liv? ¿Quién… en el infierno… dice cosas como esa? Avergonzada, busqué algo más en que concentrarme, pero no quería mirar a nadie tampoco, así que únicamente bajé mi mirada al suelo, haciendo todo lo posible para luchar contra las lágrimas que se arrastraban hacia afuera. Mi compostura se calmó en su mayor parte, a excepción de los temblores, pero luego pensé en lo importante que él se convirtió para mí en realidad. Si conducía borracho esta noche, la posibilidad de perderlo era enorme. Y el pensamiento del enterrado en el suelo, al igual que Kevin, era demasiado para soportar.
Con todas mi fuerza, levante la mirada y me encontré con sus ojos confusos —vidriosos. Me ardían los ojos, y ya no podía contener la lágrima que se escapó de mi ojo derecho. —Solo no conduzcas esta noche, ¿de acuerdo? —le susurré, lo bastante alto para que escuchara—. Por favor. Nuestros ojos se encontraron por un momento, la mía suplicando a la suya. Su expresión se suavizó mientras llevaba su mano a mi mejilla y limpió mi lágrima con el pulgar. Mis ojos se cerraron instintivamente ante la increíble sensación de su tacto. Finalmente, tomo una profunda respiración. —Bien —dijo, derrotado. Mis ojos se abrieron mientras quitaba si mano de mi cara y apuntaba a Gavin—. Me estoy quedando en tu habitación. —De ninguna manera, ¿dónde voy a dormir? —replicó Gavin. Isaac lanzó una almohada del sofá hacia él, mientras todos gritaban palabras de protesta hacia él. Al parecer, todos habían estado observando nuestro intercambio—. Está bien, imbécil, duerme en mi cama. No lo disfrutes demasiado, el pensamiento. Logan se pasó los dedos por el pelo, exasperado, se dio la vuelta y se dirigió a las escalera. Vi cómo se volvió a la habitación de Gavin cuando llegó a la parte superior, en lugar de salir al exterior. Alivio se apoderó de mí, a sabiendas que estaba a salvo. Tomó todo de mí no perseguirlo. No quería nada más que recostarme a su lado y quedarme dormida junto a él, envuelta en su cálido abrazo. Mientras miraba las escaleras, me di cuenta de que significaba más para mí de lo que me permití creer a mí misma. Pero había visto esta historia suceder más de una vez. Lo vi pasar varias veces, cada final es tan devastador como el ultimo, si no es que más. No había manera en el infierno en que lo dejaría pasar de nuevo. Sabía en mi corazón que si me acercaba demasiado sería el primer paso para la destrucción de nosotros. Si quería retenerlo, tenía que dejarlo ir. Mi atención se dirigió a Evan. A pesar de la situación, parecía increíblemente tranquilo. Apoyó su taco de billar en la pared y se acercó a mí, poniendo su mano en la parte baja de mi espalda. —¿Quieres salir de aquí, nena? —Sí —asentí—. ¿Te importaría llevarme a casa? —No hay problema. Nos despedimos y subimos al coche de Evan. Mantuvo el humor ligero y se guardó la conversación fuerte. Después de hablar con él unos minutos mi espíritu se alzó. Me gustaba Evan. No estaba segura de haber conocido a alguien tan relajado. Su actitud durante toda la noche había sido notable y sentía que lo debía abordar para el final de la noche. —Siento que las cosas se pusieran raras antes. —Dije mientras nos deteníamos en una luz roja.
—No hay problema. Me divertí mucho —respondió. —¿Enserio? ¿Incluso en la última parte? Se rió. —Sí, supongo que esa última parte fue interesante. Pero estoy bien con eso. —Me miró—. ¿Estás bien? —Sí, ¿porque no habría de estarlo? —No lo sé. Solo comprobaba. —Bueno, me divertí también. Hasta la última parte. —Le sonreí. Sus ojos brillaban mientras me miraba. —La diversión es buena. —Me gusta la diversión. Su sonrisa se amplió cuando el semáforo se puso en verde. Sus ojos volvieron a la carretera mientras conducía hacia adelante. —Ya que ambos nos divertimos, y es bueno divertirse, tal vez podríamos divertirnos de nuevo algún día. Me eche a reír. —Suena divertido.
Traducido SOS por Alysse Volkov Corregido por Andrea95
a música estaba a toda potencia en el bar la mañana siguiente, igual me gustaba esto. Mi mente no dejaría de pensar sobre las cosas que tuvieron lugar anoche. No me gustaba lo que estaba pasando con Logan y mi persona. Definitivamente no éramos iguales, pero no sabía cómo arreglarlo. Me aseguré de escoger canciones más optimistas en la consola, en un esfuerzo por mantener mi humor ligero, así que cuando mi canción favorita de Katy Perry empezó, tome un descanso de mi trabajo de limpieza para saltar encima de la barra y fingir que era ella. Mi cuerpo se trasladó a la música mientras apretaba mi micrófono invisible y soltaba las letras desde la cima de mis pulmones. Entonces escuché un golpe en la puerta. Esto no era inusual para los clientes del bar tratar de entrar, pensando que el bar estaba abierto más temprano. Salté al otro lado de la barra y miré alrededor para decirle a quien fuera que estábamos cerramos, pero cuando eché un vistazo a través de las puertas de cristal, vi a Logan con una sonrisa divertida en su rostro. Pero tenía un indicio de… algo más en sus ojos. Claramente me vio bailando. Bajé mi mirada hacia lo que usaba… una vieja camiseta, pantalones de yoga y zapatillas. Encantador. Levanté la mirada hacia él y me sonrió, luego se encogió de hombros. Fui hacia la puerta, mirándolo brevemente antes de abrirla. Había una mirada de preocupación detrás de su expresión divertida. Las cosas habían ido cuesta abajo con nosotros últimamente y tenía miedo de lo que sucedería. Abrí la puerta. —¿Que estás haciendo aquí?
—Estaba pensando en ti limpiando los asquerosos baños, y vine a ayudar —respondió, aun sonriendo levemente—. Alguien como tú no debería hacer un trabajo como ese. —¿Alguien como yo? —pregunté, poniéndome a la defensiva—. ¿Que se supone que eso quiere decir? Soy una chica grande, Logan. Puedo manejarlo. —Lo sé. No, eso no es lo que quise decir —suspiró—. Solo déjame ayudarte. Por favor. Los baños eran la peor parte del trabajo, y odiaba limpiarlos. —¿Y qué, exactamente, consigues por ayudarme? —pregunté. —¿Que, no puede un chico hacer una buena obra? No espero nada a cambio, Liv. Lo prometo. Se supone que no le haría daño. —Bueno, si tú insistes. Le mostré donde estaban los suministros y qué hacer. Me di la vuelta para empezar mi trabajo cuando tomó mi brazo, obligándome a darle la cara. —¿Oye, Liv? —¿Sí? —Lo siento por lo de anoche. —Sus ojos esperanzados aguardaban mi respuesta mientras sostenía mi mano. No podía alejarme de ellos. Pero si los miré por un momento, seguramente me rompería. Así que, me obligué a mi misma a bajar la mirada hacia el suelo. —No hay nada que lamentar, Logan. Estamos bien. —Tomando un profundo respiro para recomponerme, levanté nuevamente la mirada con la más tranquilizadora sonrisa que podía evocar. Esperaba que fuera creíble. No parecía muy seguro de mi comentario, así que continué—: No lo volvamos a hacer nunca, ¿Está bien? —¿Hacer qué? —esperaba mi respuesta, pero no dije nada. No sabía que decir. Sabía que quería que todas las cosas regresaran a la normalidad—. Liv, dime, ¿Que no quieres que volvamos a hacer? —Dejar de hablarnos por tanto tiempo. Te extrañé. Esto apesta. —Lo jalé por la mano y envolví mis brazos alrededor de su cintura, descansando mi mejilla en su pecho. Si sólo pudiera mantener este sentimiento de estar en sus brazos. Suspiró y apretó su agarré sobre mí. —Seeh, apesta demasiado maldita sea. Lo prometo. No volverá a suceder. El alivio me envolvió.
—Bien. Ahora tengo mucho trabajo que hacer —dije, alejándome—. Algunos de nosotros tenemos trabajo, sabes. Sonrió. —Seeh. Imbéciles. Me di la vuelta para empezar en el área del bar. —No pasó nada —dijo. Me di la vuelta para darle la cara, sin estar segura de que estaba hablando. Él continuó—: Con Chloe. Solo nos besamos. —No es de mi incumbencia, Logan —dije, mientras me alejaba de él con mis manos en el aire. —Y solo hubo algún toqueteo. Giré mi rostro otra vez para verlo sonreír como un idiota. —¡¡¡LOGAN!!! —¿Qué? No me la follé, ¿Está bien? —Oh. Mi. Dios. —Me di la vuelta con mis dedos en mis oídos y fui detrás de la barra para subir la música. Lo puse al tope. Cuando volteé la mirada hacia Logan a través del bar, todavía tenía una sonrisa en su rostro. Cuando intento decir algo, acuné mi mano detrás de mi oreja y vocalicé—: No puedo escucharte. —Luego me encogí de hombros. Su cabeza se incliné hacia atrás cuando se rió y luego entró en el baño de hombres y se puso a trabajar. Pasamos por lo menos una hora de trabajo separadamente. Cuando termino, salió con una mirada de asco en su rostro. —Eso es todo, estamos contratando gente para hacer esto —dijo. Había algo en su voz y su comportamiento que me hizo sentir que realmente estábamos bien. Que realmente volvimos a la normalidad. —Seeh, soy la persona contratada, ¿Recuerdas? No estoy haciendo esto por mi salud. Me pagan por hacer esto. —Bueno entonces, lo haré por ti. No estás haciendo este trabajo nunca más. Mis ojos rodaron y le tendí un vaso de agua, y se sentó en un taburete del bar. Observándome mientras terminaba con los platos en el otro lado de la barra. Sentí agua goteando en mí desde algún lugar, y levanté mi mirada para ver una sonrisa picara en su rostro. Entonces lo vi poner sus dedos en el agua y salpicarlos en mi rostro. —¡Oye! —grité. Luego lo hizo de nuevo, así que tomé el dispensador de agua debajo de la barra y lo apunté—. Detente si sabes lo que es bueno para ti.
Vio la pistola de agua, luego a mí. —No lo harías. —Pruébame —desafié. Me estudió por un momento, como si estuviera tratando de decidir si o no era una mentira. Luego, lentamente, puso sus dedos en el vaso de agua y deliberadamente salpicó el liquido en mi cara otra vez. Presioné el botón de sólo una fracción de segundo, pero eso era todo lo que necesitaba para empapar su camiseta con el agua. Sus ojos se ampliaron y se quedó boquiabierto al bajar la mirada a su camisa empapada, luego me miró mientras negaba con la cabeza. —Oh, eso es todo. Vas a conseguirlo —advirtió con una sonrisa juguetona, y saltó por encima de la barra a mi lado. —¡Atrás! ¡Todavía estoy armada! —Me reí. —Yo también lo estoy —respondió mientras tomó su vaso de agua y lo tiró por encima de mi cabeza. —¡Oye! —Apreté el botón del dispensador de agua, esta vez lo mantuve pulsado, por buen rato, asegurándome de que estaba tan empapado como yo. Me persiguió, haciéndome chillar y retroceder rápidamente. De repente, perdí pie y tropecé en un esfuerzo para evitar caer. Logan me agarró justo antes de que lo perdí y me atrajo hacia él con tanta fuerza que causo que ambos cayéramos al suelo. Después de la conmoción inicial se disipó y me di cuenta de que estaba bien y no había nada roto, rompí a reír, a su vez lo llevó a iniciar una risita. Una vez nos sentamos, me di cuenta de la forma en que aterrizamos. Estábamos cerca. Muy cerca. Y empapados. Había caído encima de él, con sus brazos a mí alrededor. Sus ojos se clavaron en los míos, y las risas cesaron. Su toque me dio una sensación de comodidad. Se sentía bien, y me di cuenta de que no quería dejarlo ir. La sensación de sus latidos en mi pecho causando que mi propio corazón empezara a golpear duro. Poco a poco, levanté la cabeza, tratando de alguna manera de alejarme y vi que sus ojos se oscurecieron. Su aliento hizo cosquillas en mi cara, y cuanto más tiempo nos quedamos mirando el uno al otro, más débil me sentía, a pesar de todos mis sentidos aumentaron. —¿Estás bien? —susurré. Él me dio un ligero movimiento de cabeza, con los ojos fijos en los míos, mientras me levantaba con cada respiración que tomaba. Estábamos congelados, inmerso en los ojos del otro. Su mano avanzó lentamente su camino desde mi espalda baja, y hasta la parte trasera de mi cuello, haciendo que mi cuerpo pulsara. Luego cerró los ojos y dejó caer la cabeza hacia atrás al suelo. Él tomó una respiración profunda y se mantuvo así por
un momento. Cuando abrió los ojos, parecían tener un brillo y una sonrisa maliciosa cruzó su rostro. Había recuperado el control. —Será mejor que te levantes para que pueda limpiar el desastre que hiciste —bromeó. Entonces me empujó suavemente y se puso de pie, tirando de mí a una posición de pie como si fuera ligera como una pluma. Respiré profundamente. —Sólo me estaba defendiendo. —Mi voz había salido más entrecortada de lo que esperaba. Debe haber llamado su atención, ya que le hizo volver la cabeza para mirarme con una expresión pensativa, justo antes de que se convirtiera rápidamente en una leve sonrisa. —No te preocupes Liv —dijo, mientras me dio un abrazo—. No voy a dejar que lo hagas por tu cuenta. —Entonces me besó en la frente y me soltó.
Traducido por Apolineah17 Corregido por Andrea95
a cabeza me palpitó fuertemente mientras me levantaba de la cama. Después de seis estornudos consecutivos y de varias veces de sonarme la nariz, me di cuenta de que estaría fuera de servicio hoy. No había manera en el infierno de que fuera a pasar el día sentada en la escuela sintiéndome así. Demasiado perezosa para moverme, alcancé mi teléfono y le envié un mensaje a mi mamá para que llamara a la escuela. Sabía que estaba abajo preparándose para ir a trabajar, pero no podía conseguir salir de la cama. Sabiendo lo raro que era que faltara a la escuela o al trabajo, ella me contestó el mensaje. No hay problema. Que te mejores. Después de llamar a Frank’s para hacerles saber que no iría a trabajar esta noche, me dejé caer de nuevo en la cama y me quedé dormida. Una melodía familiar me despertó unas horas más tarde. Era la canción de B.B. King que Logan cantó en su coche dos meses antes. Él había programado la canción y su foto en mi teléfono la noche que me quedé dormida en su apartamento. En su teléfono, esa misma noche, había programado una foto mía con mis dedos en un símbolo de paz enfrente de mi rostro con la canción de Katy Perry “Last Friday Night”. Sonreí mientras tomaba el teléfono y veía la demasiada sexy cara que él había hecho para mi foto del celular. —Hola. —Contesté —Hola… ¿Quién es? —respondió con un tono confuso en su voz. —Soy yo. ¿Cómo es que no sabes a quién estás llamando? —Traté de reír, pero salió como una tos. —Mierda, no suenas como tú. ¿Estás bien?
—Estoy enferma. En casa, revolcándome en mi propia miseria por el momento. —Mi voz sonaba como un hombre. No me extrañaba que no me hubiera reconocido. Él hizo una pausa por un momento, y me pregunté si realmente estaba preocupado por mí. Si lo estaba, se aseguraría de no dejar que lo supiera. —Faltando a clases ¿Y no me dijiste? —bromeó. —Sí, hay una gran fiesta aquí. Te la estás perdiendo. —Tomé mi vaso de agua de la pila amontonada de pañuelos de papel y de envoltorios de pastillas para la tos y traté de tomar un trago. Mientras sostenía el teléfono en mi cara con mi hombro, mi otra mano fue a mi iPod, tratando de poner algo de música. —Sólo estoy bromeando, Liv. Iba a preguntarte algo, pero voy esperaré hasta que te sientas mejor. —¡MIERDA! ¡MALDITA SEA! Logan, me tengo que ir. Me acabo de derramar agua encima. —Colgué, salté de la cama, y me dirigí hacia el baño para conseguir una toalla. Mi mano se aferró al marco de la puerta mientras un enorme mareo tenía lugar, y me recordé a mí misma nunca volver a hacerlo de nuevo. Nunca te derrames agua encima. Nunca te levantes tan rápido cuando estás enfermo. Pensé que ya que estaba empapada, podría también tomar una ducha. E infiernos, se sentía bien. Dejé que el agua caliente me masajeara y el vapor limpiara mis fosas nasales hasta que el agua caliente se terminó. Mientras salía de la ducha, escuché el timbre de la puerta. Aún relajada y no queriendo apresurarme, lo ignoré. Entonces se oyó un golpe. Molesta, ya que no estaba de humor para apresurarme y las únicas personas que llamarían a la puerta a mitad de la semana eran vendedores o repartidores, envolví rápidamente una toalla alrededor de mi cabello mojado y una bata de baño en torno a mi cuerpo, saliendo de mi propia sauna al aire frío del pasillo. La piel de gallina erizó mi cuerpo, y un escalofrío me recorrió mientras me asomaba a través de la persiana cerrada para ver quién estaba en la puerta. Logan estaba de pie bajo la lluvia helada, esperando, sosteniendo una bolsa de papel blanco en la mano y una bolsa de plástico en la otra. Una sonrisa se formó en mi rostro mientras mi molestia instantáneamente se convertía en alegría. Cuando abrí la puerta, él miro lo que llevaba puesto, y luego volteó hacia mi cabeza, y recordé que tenía una toalla en la cabeza. Rápidamente me la quité, dándome cuenta al instante de lo horrible que tenía que lucir con mi cabello mojado ahora enmarañado en mi rostro. Por no hablar de mis enfermos, hinchados y desmaquillados ojos.
Logan se me quedó viendo, haciéndome sentir aún más consciente de mí misma. Me señaló de arriba hacia abajo. —No deberías abrir la puerta así. Podría haber sido cualquiera. Hay un montón de cretinos por ahí, sabes. —¿Qué quieres decir? ¡Estoy completamente cubierta! Él suspiró y sacudió la cabeza. —Lo sé, no importa. —Su expresión cambió a compasión, y entró por la puerta, pasándome, y dirigiéndose hacia la cocina. Después de poner las bolsas sobre la mesa, comenzó a vaciar la de plástico. Una gran variedad de cajas y botellas quedó alineada sobre la mesa, diferentes tipos de medicamentos para el resfriado, la tos y la gripe. La última cosa que sacó de la bolsa fue una caja de pañuelos. —Si no estás con los fármacos, también hay un montón de basura hecha de hierbas aquí. —Me informó mientras señalaba las vitaminas no farmacéuticas y los remedios—. La señora de la tienda de vitaminas fue increíblemente servicial. Estoy segura de que lo fue. Logan nunca tenía ningún problema en conseguir que las mujeres “lo ayudaran” con cosas. Miré hacia abajo para ver suplementos de equinácea, saúco y tomillo al lado de una caja de té “Respira Fácil”. En silencio, miré el surtido, sorprendida, y no muy segura de sí debería reír o llorar. Podía haber sido lo más bonito que jamás alguien había hecho por mí. —¿Qué es eso? —Susurré, señalando la bolsa blanca de papel. Él abrió la bolsa y sacó un recipiente de poliestireno con una tapa de plástico en él. —Esto… —Lo levantó y lo señaló con orgullo—. Esto es la mejor sopa de fideos con pollo en la ciudad. —Entonces empezó a hablarme de un restaurante al que su familia solía ir antes de que su papá muriera y cómo su mamá conseguía sopa para llevar de fideos con pollo de ahí cada vez que él estaba enfermo. Era la primera vez que hablaba de su madre. Tal vez fue que me sentía como una mierda lo que me hizo tan emocional, pero las lágrimas comenzaron a brotar detrás de mis ojos mientras pensaba en lo increíblemente considerado que era por hacer todo esto por mí. Me había acostumbrado a cuidar de mí misma. Había pasado un largo tiempo desde que alguien cuidaba de mí. Rápidamente empujé las lágrimas de regreso y caminé unos pasos hacia Logan, poniendo mis brazos alrededor de él, dentro de su chaqueta abierta de cuero. Con mi cabeza en su pecho, lo apreté con fuerza. —Gracias —dije con voz ronca, mi voz aún varonil.
Él no me devolvió el abrazo al principio. Su mano aún sosteniendo el recipiente de poliestireno en el aire, pero yo no lo solté. Él era cálido. Deseé poder oler su embriagador olor, pero mi nariz estaba demasiado obstruida. Tal vez fue la combinación de mi dolor de cabeza, mi congestión y mi dolor muscular lo que había provocado este momento de debilidad emocional. Fuera lo que fuera, sólo necesitaba estar cerca de él. Lentamente puso la sopa de pollo de nuevo sobre la mesa y envolvió sus brazos alrededor de mí. Apoyó su mejilla sobre mi cabeza y exhaló, dejando que su cuerpo se relajara. —De nada, Liv. Un momento después, me soltó. —Ahora que tienes todo lo que necesitas, espero una completa recuperación dentro de veinticuatro horas —instruyó, mientras me soltaba y comenzaba a caminar hacia la puerta. —¿Te vas? —pregunté. —Sí, iba a… —Quédate —lo interrumpí—. Quiero decir, te puedes quedar si quieres. Iba a ver una película para chicas, pero podemos ver otra cosa. O hacer algo más. —Él arqueó una ceja y sonrió. Sabía lo que significaba esa mirada. —¡Jesús, Logan! Eres un maldito coqueto. No importa, vete si es necesario. Él se echó a reír. —Oye, tú lo dijiste, no yo. —Me refería a jugar cartas o algo así, tonto. Como si tú incluso consideraras hacer algo con alguien que luce así. —Señalé mi rostro libre de maquillaje—. Toda ojos hinchados y enferma. Sus ojos se abrieron, mientras su sonrisa se desvanecía. Luego, con una expresión seria, su intensa mirada se fijó en la mía. —¿Es una broma? —Hizo una pausa y empezó a mirar alrededor de la habitación como si estuviera luchando por decidir si quería decir lo que estaba pensando. Entonces, dio un paso hacia mí y puso los dedos debajo de mi barbilla, obligándome a mirar sus contemplativos ojos. —Créeme, Liv. Te miré un montón cuando vine contigo. En realidad, te miro cada maldito día. Y te ves malditamente caliente como el infierno justo ahora lo que desconcierta la mierda en mí teniendo en cuenta que estás enferma. De hecho, tú en esa bata de baño, con el cabello mojado me está haciendo considerar el tomarte jodidamente justo aquí.
Me agarró por detrás del cuello y me acercó con una sola mano, mientras usaba la otra para agarrar el lazo de mi bata de baño. Su cara estaba a pocos centímetros del mío. Su voz era baja. —Pero no voy a hacerlo porque sé que eso no es lo que quieres. — Vaciló y tomó una respiración profunda—. Eso no es lo que quieres… ¿Verdad? Mierda. Mis mejillas ardían mientras veía sus ojos oscurecerse. Mi piel quemaba, y las lágrimas que había empujado de regreso comenzaron a asomarse de nuevo. Los pensamientos no se estaban formando en mi mente, dejando a las palabras solas. Todo lo que podía hacer era sentir, y nunca me había sentido tan necesitada. Mi cuerpo deseaba al suyo. Él no lo estaba dejando pasar, y yo no lo quería, ¿Pero estaba lista para esto? ¿Incluso sabía lo que quería? Sabía que él me importaba demasiado como para herirlo, o ser herida por él. Pero la manera en que me estaba mirando eliminaba el poco sentido que tenía. Respiré y me mordí el labio mientras ponía mis manos sobre su abdomen, entonces los deslicé a sus costados, debajo de su chaqueta de cuero y por su espalda. Él poco a poco comenzó a tirar del lazo de mi bata de baño mientras llevaba mis labios más cerca de los suyos. Entonces, estornudé. Tres veces. Una expresión de remordimiento se apoderó de él mientras me soltaba. Rápidamente tomó la caja de pañuelos sobre la mesa, la abrió y me dio uno. Estornudé en el pañuelo dos veces más. Entonces, justo cuando pensé que se había terminado, estornudé de nuevo. Cuando el ataque de estornudos finalmente terminó, miré hacia el rostro angustiado de Logan. Ambos sabíamos que el momento se había ido y que no había retorno hacia él ahora. Sin saber qué decir ni qué hacer, sentí una sonrisa formándose en mi cara, y luego una pequeña risita salió de mí. Era mi típico método subconsciente inapropiado de escape para las situaciones incómodas. Su expresión se convirtió en fascinación mientras sonreía. —Oh… lo siento… ¿Esto es divertido para ti? —bromeó. —Vamos, tienes que admitirlo, es un poco gracioso. —Levanté mi dedo pulgar e índice mientras hacía referencia a “pequeño” a medida que me seguía riendo—. Debí haberme visto como una tonta con todos esos estornudos. Él tomó mi mano y me dio un abrazo. —No creo que alguna vez pudieras verte como una tonta, liv. Adorable, sí. Tonta, no.
—Entonces, ¿Te quieres quedar o no? Hizo una pausa. —Ha pasado un tiempo desde que vi una película para chicas. Si aún quieres que me quede, estaría feliz de ver una contigo. Levanté la vista hacia él con una sonrisa y asentí con la cabeza, luego nos dirigimos hacia el sofá. Se quitó la chaqueta y se sentó mientras yo hurgaba a través de los DVDs. —Dices “mierda” un montón. —Le informé, sin saber en realidad por qué sentí la necesidad de soltar eso en este momento en particular. Él dejó escapar una carcajada. —Bueno, suenas como una rana —respondió. Después de insertar Dirty Dancing en el reproductor de DVD, fui a mi habitación a vestirme, decidiéndome por una enorme sudadera y unos pantalones deportivos. Peiné mi cabello húmedo en un moño. Cuando regresé, me detuve y me reí por dentro. La expresión de Logan mientras veía los créditos iniciales de la película era una mezcla de molestia con aburrimiento. Él claramente no era del tipo de películas para chicas, y eso calentó mi corazón, el saber que vería una conmigo. Me senté al sofá junto a la base de la televisión que había sido abastecida con la caja de pañuelos, la sopa de pollo, sin el recipiente de poliestireno, sino uno normal, y un vaso blanco de refresco. Logan debió de haberlo puesto mientras me ponía ropa. Él estaba cuidando de mí. —Oye, ¿Logan? Se dio la vuelta para mirarme. Con miedo de decir lo siguiente, dudé. —Tú… tú significas mucho para mí. Lo sabes, ¿Verdad? —Pregunté. Sus penetrantes ojos miraron dentro de mi alma en ese momento. Él podía mirarme de una manera que nadie más podía hacerlo. Las palabras eran irrelevantes. No importaba lo que dijera, sabía lo que necesitaba, lo que necesitábamos. Y necesitábamos mantener nuestra relación intacta a cualquier costo. Era demasiado importante para estropearla. Él simplemente asintió, no dijo nada. —Gracias por esto. —Hice un gesto hacia la sopa y la televisión, pero significaba mucho, mucho más.
Traducido por JackieC, & Kariza & Alysse Volkov Corregido por Carolina Shaw
l viento helado de invierno quemaba mis oídos mientras caminaba a mi auto. Aliviada de que la escuela por hoy había terminado, me desplomé en el asiento del conductor y tiré mi mochila en el asiento del pasajero, cerrando rápidamente la puerta. Di vuelta a la ignición, pero lo único que escuché fue un clic. Lo intenté de nuevo, y nada. ¿Qué demonios? Reflexioné sobre lo que podría estar mal durante unos minutos, pero no se me ocurrió nada. Logan sabría qué hacer. Le envié un texto. El auto no arranca ¿Qué hago? Después de un momento, la canción B.B. King sonó en mi teléfono con la foto de Logan, iluminando la pantalla. —Estoy varada —le contesté. —Pensé que eras una experta en autos. —¡Solo supe una cosa acerca de un auto! Eso es todo, ¡Ayúdame! —¿Qué sucede cuando giras la llave? —Nada. Hace clic una vez, y después de eso, nada... —Luego, mientras miraba a la pequeña perilla al lado izquierdo del volante, me di cuenta de cuál era el problema—. Oh, ¡MIERDA! —¿QUÉ? Mis mejillas empezaron a arder de vergüenza cuando me di cuenta del problema. Giré la perilla a la posición de apagado y dejé escapar un enorme suspiro. —Dejé mis luces encendidas todo el día. —Tienes que estar bromeando —Hizo una pausa, y luego preguntó—: ¿Hay alguien ahí que pueda hacer un puente contigo?
Miré a mí alrededor. Había algunos chicos caminando rápidamente a sus coches. Di un paso y salí del auto, mi cabello inmediatamente se batió mientras una ráfaga helada de aire picó en la cara. Me acerqué a una persona tras otra, mientras que Logan estaba todavía en el teléfono, pero nadie tenía cables para hacer un puente. Logan parecía estar perdiendo la paciencia. —Liv, sólo espera allí. Estaré en unos minutos —resopló. —No tienes que... —Colgó antes de que pudiera terminar. Mis dientes castañeteaban mientras estaba sentada en el auto, donde podía estar protegida del viento, esperando a que Logan llegue aquí. Finalmente, su auto se detuvo junto a la mío. Me acerqué a saludarlo y vi como él inmediatamente abrió el capó de su auto y luego se fue a su baúl para obtener los cables de arranque. Sin una sola palabra para mí. Cuando finalmente me miró, sus cejas se arrugaron juntas, y él me miró como si yo hubiera hecho algo para molestarlo. —Liv, entra en mi auto, te estás congelando. —No, estoy bien. Te ayudaré. —Comencé a caminar hacia él. —Tus labios están jodidamente azules. —Señaló a su coche, exigente—. Entra en mi auto —desconcertada por su tono, lo miré de reojo, confundida—. No, te ayudaré. —Por el amor de Cristo, te dará hipotermia —espetó—. Puedo manejar un puente yo solo, entra en el puto auto y caliéntate. Preguntándome de donde en el mundo vino ese arrebato, decidí dejarlo ir, y entrar en su auto. Sólo tomó unos minutos que Logan lo hiciera arrancar. Cerró el capó de mi auto, y luego el de él, entró y se sentó en el asiendo del conductor a mi lado. —Quédate aquí por unos minutos hasta que el auto se caliente — ordenó, mirando directamente hacia adelante. ¿Por qué estaba tan enojado conmigo? —Logan, lo siento, no era mi intención que esto sucediera. Sé que es estúpido. Me miró con culpabilidad. —No estoy enojado contigo. Puedes llamarme en cualquier momento que necesites ayuda. Con cualquier cosa. Suspiré. —¿Eso quiere decir que estamos bien? —Sí, estamos bien. —Entonces, ¿qué diablos pasa contigo? Se echó hacia atrás y apoyó la cabeza en el asiento. —Nada es lo que pasa. Lo miré fijamente, esperando una respuesta real. Sin embargo, permaneció en silencio. —¿Oye, Logan?
—Sí. —Estoy aquí para ti, también, lo sabes —Cogí la mano que descansaba sobre el muslo y sostuve con fuerza—. ¿Qué pasa? —Tus manos están heladas, Liv. ¿Por qué no esperaste dentro de la escuela por mí? —Se apoderó de las mías, que parecían dos pedazos de hielo y las cubrió con sus lindas, calentitas y tostadas manos. —Deja de cambiar de tema. Un rincón de su boca se elevó, y su humor se relajó visiblemente. — No lo sé... Mi mamá está dando una cena de cumpleaños para mí esta noche, y realmente no quiero ir. —¿Es tu cumpleaños? —No hasta la próxima semana. —¿Qué día? —15 de diciembre, ¿por qué? —Cállate. Él soltó una carcajada. —Bueno, esto lo tengo que escuchar. —El mío es el 13. —Vete a la mierda, ¿hablas en serio? Asentí. —Esto significa que eres casi dos años más grande que yo. ¡Viejo! —Por lo menos no soy un viejo sucio —luego miró hacia el techo del coche, como si estuviera contemplando su afirmación. Una idea vino a mí, y solté sus manos para tomar sus brazos con emoción. —¡Vamos a dar una fiesta! ¡Para los dos! —¿Una fiesta de cumpleaños? —se preguntó, como si la idea fuera ridícula. No me gusta la idea, Liv. No he tenido una fiesta de cumpleaños desde que era un niño. —¿Qué es esta noche, entonces? A mí me suena, como una fiesta de cumpleaños para la familia. —Más bien como mi propio infierno. Confundida, le di una mirada inquisitiva. —¿Por qué no quieres ir esta noche a lo de tu madre? —Debido a que su marido estará allí. No me agrada el gilipollas. —¿Su marido? Creí que tu padre... Espera, ¿cuándo...? ¿Eh? —Sí, exactamente, No cuadra ¿no? Resulta que ella estaba con él cuando mi padre estaba muriendo...
—Oh, Dios mío, Logan. Lo siento mucho. —Mi padre tenía una forma rara de cáncer. Falleció tres meses después de que nos enteráramos que lo tenía —dolor mezclado con la ira estaban en sus ojos mientras su mirada se encontró con la mía—. Mi mamá había estado con este idiota durante mucho tiempo. Los cortaría de mi vida por completo si no fuera por mi hermana. —¿Tu hermana? Logan, ¿por qué nunca me dijiste que tenías una hermana? —Nunca preguntaste. Estaba en lo cierto. Era una amiga terrible por no saber esas cosas. —Bueno, ¡cuéntame de ella! —Tiene once. Por mucho que lo odie, Robert es realmente bueno con ella. Patearía su culo si no lo fuera. —¿Eres cercano... con tu hermana? Él asintió en silencio. Tomé un momento para dejar que la inesperada, nueva información y el hecho de que él estaba ahora compartiendo conmigo, calará en mi. —¿Quieres conocerla? —preguntó. —¡Sí! Me encantaría. Vaciló. —Ven conmigo esta noche. ¿Para conocer a su familia? Tenía que trabajar esa noche. Mirando a sus afligidos ojos. Noté que necesitaba apoyo. Y no quería nada más que asegurarme de que lo tuviera. —Está bien. —Estuve de acuerdo, sonriendo—. Te cubro la espalda. Se rió de mi observación. —Sé que lo haces. La cena es a las seis. Voy a por ti a las cinco. ¿Suena bien? —Me parece bien. Nos vemos entonces —empujé la manija de la puerta y entré al viento helado. Antes de cerrar la puerta, bajé mi cabeza para poder verlo—. Por cierto, gracias por rescatarme. Me miró con una expresión que no pude leer. ¿Fascinación? definitivamente compasión. —No hay problema, Liv. En serio, quiero que me llames si algo como esto pase de nuevo, ¿sí? —Está bien —sonreí—. Te veo más tarde —cerré la puerta y de inmediato salté a mi auto, agradecido de poder entrar en calor. Tomé una respiración profunda y marqué el número de Frank, con la esperanza de que mi jefe no se enojara mucho conmigo por faltar esta noche. El timbre sonó mientras ponía los toques finales a mi maquillaje. Había decidido pantalones de mezclilla oscuros y un jersey negro borroso.
Sin tener idea de cómo era la familia de Logan, me imaginé que un estilo casual sería apropiado. La parte superior de mi pelo recogido con un Clip con algunos mechones gruesos colgando en la línea de mi cabello. Agarré mi abrigo en el camino a la puerta, envolviéndome en el antes de girar la perilla. Logan sostuvo la puerta abierta mientras yo cerraba mi abrigo. Subimos al Mustang y sonreí al ruido sordo que hizo mientras se ponía en marcha. —¿Estás lista para eso? —preguntó Logan como si fuéramos a una batalla —Es tu familia, Logan. No puede ser tan malo. —Le aseguré. —Sólo espera. Ya lo verás. El viaje fue más largo de lo que había anticipado. Después de saltar a la carretera interestatal el número de luces de la ciudad disminuyó gradualmente hasta que no había ninguna en absoluto. Finalmente salimos a un camino rural. Grava crujió bajo los neumáticos mientras rodábamos a lo largo del camino de entrada al hogar de la infancia de Logan un par de minutos más tarde. Después de salir del auto, levanté mi mirada hacia el cielo, atónita por la multitud de estrellas que se podían ver. El viento se había calmado y solo había quedado una pequeña brisa. —No sales mucho de la ciudad, ¿cierto? —preguntó Logan. Por su tono, me di cuenta que estaba al borde. —Es hermoso. —Contesté, aun mirando hacia arriba—. ¡Nunca había visto tantas! Enganché mi brazo con el de él. Dándole un apretón de apoyo antes de que me hiciera pasar a la casa. La casa había sido renovada recientemente. El olor de alfombras nuevas y madera mezclada con la cocina casera llenaba el aire. A mi derecha había una gran sala de estar y a mi izquierda una escalera. Avanzamos por el pasillo hacia enfrente hasta la cocina. —Logan esta aquí. —Una voz joven gritó. Una chica adolecente, quien asumo que era la hermana de Logan, saltó de la silla y corrió hacia nosotros, reunidos en el pasillo. Su cabello lacio hasta los hombros era del mismo color chocolate que el de Logan, pero sus ojos eran esmeralda pura. El parecido entre ellos era inconfundible. Ella sería una rompecorazones en unos pocos años, si no lo era ya. —¡Oye, Squirt! —la levantó en un enorme abrazo de oso. Sus pies colgaban de ida y vuelta mientras el juguetonamente se tambaleaba con ella. Bajándola, él puso la mano en su cabeza y desordeno su cabello. —Logan, Alto. —Ella se rió dándole un codazo.
Dirigió su atención a mí. —Lanie, esta es mi amiga, Liv. Me sonrió y me dio un fuerte apretón. —Hola, Liv. —Es un placer conocerte, Lanie. —Me reí. Esta chica era irresistible. —Estamos en la cocina. Mamá está haciendo tu favorito. —Dijo Lanie. Mientras seguíamos a Lanie hacia la cocina, noté varias fotografías en las paredes, y me detuve a mirar uno que me llamó la atención. Era de Logan y un hombre enfrente del Mustang. Parecían felices. —Es la única foto en la casa de mi padre. —Dijo Logan detrás de mi— . Mi madre tomó el resto de ellas cuando Robert se mudó. Fue tomada el día en que terminamos de restaurar el Mustang. —Luces exactamente igual a tu papa. —Dije. —Sí, tenemos mucho de eso. —¡Ahí estás! ¡Feliz cumpleaños! —Gritó un hombre que caminaba a la cocina del patio trasero. Llevaba una bandeja con algo enorme en ella, envuelto en papel de estaño. El aroma de una parrilla de carbón lo siguió dentro. Sonreí ante el pensamiento de una parrillada en el invierno. Era algo que Adam solía hacer. La madre de Logan estaba en la estufa, revolviendo algunas papas rojas en un sartén. —Hola, Cariño. —Hola. —Respondió con frialdad, manteniéndose a mi lado. Tensión lleno el aire por su falta de afecto. Después de lo que me dijo, no me sorprendió que no le mostrara la misma calidez que con su hermana. Ella continuo sonriendo, pero la indiferencia de Logan causó decepción en sus ojos. Su mirada se volvió hacia mí, y su expresión se iluminó. —Trajiste compañía. —Liv, conoce a mi madre. —Dijo Logan —Puedes llamarme Jen. —Ella sonrió, y amablemente le estreché la mano—. Y ese es Robert. —apuntó al hombre que había puesto el plato en el mostrador y lo salude con la mano. —¿Puedo ayudarla en algo? —pregunté. —Ustedes dos simplemente relájense. Nosotros nos encargaremos de todo —respondió Jen. Un teléfono comenzó a sonar con una canción de Justin Bieber que había escuchado frecuentemente en la radio. Lanie saltó. —Ese es Cody — Corrió hacia la cocina donde estaba el teléfono y contesto—: Oye, Cody. — Dijo con voz coqueta.
Jen y Robert compartieron un sonrisa de complicidad y sacudieron sus cabezas mientras Lanie caminaba fuera de la habitación, haciendo girar el pelo con su dedo. Me giré hacia Logan, viendo su enojo construirse detrás de su fachada de calma que trataba mantener. —Por favor dime que un niño de once años de edad no tiene su propio celular. —Dijo Logan con una voz demasiado tranquila. Jen le miró con una expresión incierta—. Y por favor dime que ese no era su novio. Después de un momento incómodo de silencio, Jen habló—: Ella está creciendo, Logan. Robert y yo hablamos con Lanie, y estuvimos de acuerdo en que mientras ella mantuviera su trabajo escolar y el trabajo de casa, podría tener el privilegio de un teléfono. —Jen tomó una profunda respiración—. Y sí, Cody es su novio. Pero sabes cómo son los niños a esa edad. Los llamados “novios” cambian rápidamente, y apenas si se comunican entre sí. No es nada serio. —Claramente, ellos se comunican entre sí, ahora. —Contestó Logan— . Espero que al menos hayas conocido al chico. Oh, esto no es bueno. —Tiene una casa hermosa, Jen. —Dije, tratando de cambiar el tema. Logan contestó con un tono sarcástico. —Sí, está completamente remodelada. Apenas la reconocí. Un ruido de movimiento ensordecedor, vino de donde Robert estaba de pie, captando nuestra atención. Las palmas de Robert estaban en el mostrador. Dejó caer la cabeza mientras tomaba una respiración relajante. Se volvió hacia Logan. —Tu madre y tu hermana han estado esperando esta noche por semanas. Independientemente de cómo te sientas sobre nosotros. —Dijo, apuntando de él a Jen—. Creo que estás de acuerdo en que sería mejor para el bienestar de Lanie que todos tengamos un buen momento esta noche. Oh querido. La cara de Logan se volvió de un tono rojo mientras su furia se comenzó a construir. No tenía idea de cómo se mantenía bajo control. Sin dejar de mirar a Robert, Logan contestó con los dientes apretados. —¿Liv, te gustaría un recorrido por esta hermosa casa? —El extendió su mano hacia mí y se volvió hacia mí. El momento en que sus ojos se encontraron con los míos, comenzaron a pedir ayuda. Le di una sonrisa tranquilizadora. —Sí, Logan, me encantaría un recorrido. Me llevó a través del pasillo y arriba de las escaleras. Entramos a una habitación con paredes negras y azules, una cama con un edredón gris, y
aparadores del mismo estilo. Debe haber sido la antigua habitación de Logan. Empezó a pasearse mientras cerraba la puerta. Si esta noche había sido planeada por semanas significaba que Logan había tenido semanas para acumular esta aprehensión. Agarró su cabello. Se sentó en la cama, después al instante se levantó y comenzó a pasear de nuevo. —¿Qué demonios fue eso? —Medio gritó, medio susurró. Se volvió hacia mí—. ¿Quién demonios se cree ese imbécil que es? ¿Lo escuchaste, Liv? —Apuntó hacia la puerta—. ¿Escuchaste esa mierda? —Lo sé… —comenzó. —Hemos estado aquí dos minutos. Dos minutos. —Logan… —Quiero decir, ¿porque cree el que estoy aquí? ¡Seguro como el infierno que no por el!. Y ahora no es por mi tramposa madre. No puedo creer que ese imbécil esté viviendo en la casa de mi padre, quiero decir… —¡¡Logan!! —… ¡por supuesto que estoy aquí por Lanie! ¿Sabes lo mucho que quiero poner mi puño en su cara de suficiencia justo ahora? —Su ira se intensificó. Intenté de nuevo. —Estaba fuera de lugar, yo… —Ella es la única razón de que este aquí. Yo NUNCA haría nada para molestarla. —Logan, Lo sé… —¿Qué diablos crees que lograrán con esta estúpida cena de todos modos? ¿Piensan que van a hacernos una familia? Mi padre nunca permitiría que su hija de once años tuviera un novio. ¿Qué demonios están pensando, Liv? —Suena como que… —¿Desde cuándo está bien, para que una niña de once años tenga un novio? Continuó hablando con angustia en sus hermosos ojos. No soportaba la idea de que luchaba de esta manera, pero no puedo decir una palabra para siquiera intentar ayudarlo. Sin pensarlo, lo agarré detrás del cuelo y lo empujé hacia mí para que así sus labios se presionaran firmemente con los míos. Al principio, no se movió. Le tomó un momento darse cuenta de lo que sucedía. Entonces, cuando nuestros labios se separaron sus manos tomaron mi cintura, presionando mi estomago con el suyo, intensificando nuestro abrazo.
Al instante me arrepentí de mi acción irreflexiva, pero necesitaba calmarlo. Cuando su mano se desvió a la parte posterior de mi cuelo, su ira se desvaneció. Un leve gemido retumbo en lo profundo de su garganta, lo que hizo que mi propio corazón comenzara a latir fuerte, e inmediatamente me acordé de lo que su toque me hace. Antes de perder todos mis sentidos, lo alejé e instintivamente traje mis dedos a mis labios por la sensación de hormigueo. —Lo siento. No sabía que otra cosa hacer —tomé una bocanada de aire, tratando de fingir que no estaba desorientada por lo que ocurrió—. No me escuchabas. Me miró fijamente con intensidad por varios segundos. —Esa es una manera interesante de llamar mi atención. Tímidamente respondí—: Estaba entre eso o una cachetada. Y no soy una persona violenta. Una de las comisuras de su boca apareció, pero sus ojos no estaban detrás de esa sonrisa. Sus ojos coincidían en cómo me sentía. Conmocionada. Confundida. —Bueno, ahora tienes toda mi atención. Mientras me miraba fijamente, esperando para que hablara, mi mente estaba en blanco. No sabía que decir. Todo lo que sabía era que estaba envuelto en una montaña de dolor aún llorando la muerte de su padre. Tan irracional como imposible esto era, la única cosa que quería hacer era que su dolor desapareciera. Tomé sus manos. —¿Estás aquí por Lanie, cierto? —pregunté. Él asintió, sus ojos se quedaron profundamente concentrados en mí—. Entonces no importa nada más. Pon toda tu energía esta noche en ella. En hacer una gran noche para ella. Nada de lo que Robert o tu madre digan importa. Solo Lanie importa. Es una situación de mierda, Logan, simple y llanamente, pero Lanie está en medio de todo esto y te necesita. —Permaneció calmado así que continué— : Reaccionar con Robert no vale la pena. Tomó una profunda respiración, mirando a nada en particular. Le di una sonrisa reconfortante. —Y así que ya sabes, cuando tengo que mantener la calma, electrocutó personas en mi mente. Robert puede conseguir caerse por las escaleras. Una carcajada brotó de su garganta, y reí a su reacción por mi comentario. Tirando mis manos, me acercó y plantó un pequeño en la coronilla de mi cabeza. —Estoy tan contento de que estés aquí, Liv. Salimos de la habitación, dirigiéndonos hacia abajo. La expresión nerviosa de Jen cuando entramos a la cocina retrocedió cuando vio que Logan se calmó. Logan y yo nos unimos a Lanie para poner la mesa, mientras que Robert y Jen terminaron con la comida. Después de la comida en la mesa, todos tomamos asiento.
Jen y Robert habían hecho un gran esfuerzo con la cena. Bistec de ternera a las brasas y papas acompañadas con una ensalada, panecillos y espárragos al vapor, todo acentuado por las servilletas de tela y vajilla de fantasía. El aroma me hizo agua la boca. El ambiento empezó un poco incomodo pero se convirtió mucho mas respirable a medida que avanzaba la cena. En su mayoría, escuchamos a Lanie hablar de su novio. Era el común denominador. La única cosa en la que todos tenían interés. Si Logan tenía algún tipo de problema con el novio de Lanie, se lo guardaba para sí mismo, escuchando atentamente con una encantada sonrisa mientras ella hablaba de él. Después de la cena, Logan y Lanie comenzaron a jugar Guitar Hero. Robert fue a su oficina y comencé a lavar los platos mientras Jen levantó la mesa. —Logan y tú parecen muy felices —dijo Jen. —Oh, no es así —respondí—. Solo somos amigos. —Si tuviera una moneda cada vez que decía eso… —Oh, ¿en serio? —vaciló—. Los dos parecen tan… cercanos. —Creo que somos cercanos. Él es mi mejor amigo —dije sin pensarlo. Es la primera vez que lo decía en voz alta. Esto era verdad. Logan era mi mejor amigo. Jen me dio una Mirada curiosa y luego sonrió. —Bueno, pareces una chica muy agradable, Liv. Me alegra de que te tenga. Miré hacia la sala de estar y vi a Logan con su hermana, y un calor me invadió al ver su devoción por ella. Se me ocurrió que realmente me importaba profundamente por él. —No sucedió como Logan piensa que fue —dijo Jen. —¿Eh? —pregunté, no teniendo idea acerca de lo que estaba hablando. —Mi relación con Robert. —Oh —Me tensé. Esta conversación estaba tomando una curva muy cerrada. ¿Por qué ella me decía esto? Esto no era de mi importancia de cualquier manera. —Robert siempre ha sido un buen amigo para nosotros. Para el papá de Logan también. Él estaba alrededor de los niños mientras crecían. Estaba devastado con lo que le pasó a Andrew, igual que nosotros —suspiró—. Logan mal interpretó algo que vio, y ha odiado a Robert desde entonces. Y a mí. Solo deseo… —No terminó. Cuando coloqué un plato en el escurridor, le di una sonrisa tranquilizadora. Ella se tranquilizó, entonces soltó una risa
nerviosa—… Lo siento Liv, estoy segura que es la última cosa que quieres escuchar. —Está bien. En serio —dije. Jen parecía agradable. Ella y Robert parecían verdaderamente amarse y a Lanie. Hicieron un esfuerzo increíble con esta cena para Logan que estaba claro que él les importaba—. A veces las cosas solo toman algo de tiempo. Logan entró en la cocina con una expresión asesina. —¿Cuándo ibas a decirme? —Echaba chispas hacia su madre. Jen dejó escapar un suspiro. Sabía exactamente de lo que hablaba. — Esperaría hasta después de tu cumpleaños. Logan, lo siento. —Mentira. Tus disculpas no significan nada para mi, mamá —Volteó su rostro hacía mi—. Vámonos. Sequé mis manos con una toalla, dándole una mirada de disculpas a Jen, y seguí a Logan hacia la sala de estar. Levantó a Lanie del suelo en un abrazo. —Nos vemos, mocosa. —Lanie, eres genial —dije mientras la apretaba—. Tenemos que salir en algún momento. Sus ojos se ampliaron cuando la dejé ir, y asintió vigorosamente su cabeza. —¡Eso sería asombroso! Después de deslizarnos en nuestros abrigos, salimos de la casa a la brisa fresca del invierno. Cuando nos sentamos y cerramos las puertas del Mustang, Logan dejó escapar un suspiro. —Jodidas gracias que eso terminó. —Puso el motor en marcha y esperó un momento para que el auto se calentara. —¿Está todo bien? —pregunté. —Lo está ahora —Inclinó su cabeza y miró por la ventana, echando un vistazo a la casa—. Están vendiendo la casa. No tenían las pelotas de decírmelo ellos mismos. Tenían a una niña de once años haciendo el trabajo sucio —se rió sarcásticamente—. ¿Puedes creer esa mierda? Tomé su mano. —No, no puedo. —Es mi hogar. Crecí allí. Ahora se va a ir. —Es solo una casa, Logan. Es solo un montón de paredes de yeso y vigas de 2x4. Un hogar es mucho más que un lugar construido. Es donde estás… más cómodo… más tranquilo… libre para ser tu mismo. Un hogar es donde perteneces. —Levanté la mirada, tratando de pensar en cosas que hacen un hogar o algo así—. Y esa casa parece estresarte. —Junté mi pulgar con el dedo índice—. Solo un poquito. —Cuando lo volví a ver, su mirada estaba fijada en mí.
—Liv, gracias por venir esta noche. No sé qué hubiera pasado si no estabas aquí. Eres un ángel. —Entrecerró sus ojos hacia mí como si se había dado cuenta de algo. —Confía en mí, no soy un ángel. Sacudió cualquiera que sea el pensamiento que tenía, puso el auto en reversa, y salió de la entrada. Mientras aceleraba hacia la interestatal, jugueteé con la radio, intentando encontrar alguna buena canción. —Me besaste —espetó. Me congelé. Estaba esperando que lo olvidara. —Seeh. Creo que lo hice. —Esperé que esto no fuera a cambiar las cosas. No quiero que nada cambie. Las cosas entre nosotros estaban bien que la forma que eran. —Fue un poco genial. Deberías hacerlo de nuevo alguna vez. —Oh no. De ninguna manera. Uh-uh. Te lo dije, fue solo un método de distracción. Pensé que se reiría ante mi comentario o burlarse de mí sobre usar mi “método” en él en cualquier momento, pero en su lugar frunció el ceño y se perdió en sus pensamientos. Después de un rato, mientras nos acercábamos a mi casa, comenzó a tamborilear el volante. Luego se volteo hacia mí con una sonrisa. —Así que, sobre esa fiesta de cumpleaños… —dijo. —¿Qué fiesta de cumpleaños? —La nuestra. Todavía es temprano. Matt está trabajando en Rain esta noche… Vamos a celebrar. Solo seríamos nosotros, tu y yo, pero… —¡Sí! ¡Vamos! Hizo una vuelta en U y se dirigió al centro de la ciudad.
Traducido por Fiioreee & Nono Corregido por Carolina Shaw
l bajo golpeando podía oírse a una cuadra. El sonido aumenta mientras más nos acercábamos, el envío de un sentimiento de emoción a través de mi cuerpo. Una cola formada delante de la puerta de entrada, pero Logan me llevó a la parte delantera de la cola donde Matt anotaba personas bajo una lámpara de calor. No tener que esperar en la cola era una ventaja definitiva desde que salimos de nuestros abrigos en el coche. Me estaba congelando. Logan y Matt intercambiaron un apretón de manos de hombres. Sabiendo Matt necesitaba mantener su distancia, chico malo, imagen espeluznante, me abstuve de darle un abrazo. En lugar de ello, simplemente sonreí, suavizó sus ojos por sólo una fracción de segundo. Él me dio un guiño amistoso mientras caminamos junto a él y entramos al club. Seguí a Logan por el corto pasillo oscuro y en el club. Gente rebotaba al unísono en la pista de baile oscura al frente. Luces láser y estroboscópicas se posaron en el golpe del bajo. Sólo unas pocas risas y gritos de los asistentes al club se escuchaban sobre la música. Cada latido golpeaba duro en mi corazón, lo que sólo aumentó mi euforia. No queriendo perder Logan en la multitud, tomé su mano. Él me hizo pasar a la barra a través de los grupos de personas. En el camino, varias mujeres volvieron su cabeza, valorando el hombre con el que estaba. Me pregunté si Logan se dio cuenta de sus miradas lujuriosas. Se apoyó en la barra y me miró con una enorme sonrisa. —¿Qué vas a tomar, cumpleañera? Déjame adivinar... So-Co. Asentí y saqué a mi bolsillo. Logan tomó mi muñeca y llevó sus labios a mi oído. —Ésta la pago yo. —Está bien, voy a la siguiente —le grité sobre la música. Puso los ojos en un no-verbal "lo que sea".
Levantamos nuestros tragos delante de nosotros en un brindis silencioso, y luego los dejamos caer, colocando los vidrios de tiro duro en el bar cuando los habíamos terminado. Logan tomó mi mano en un intento de llevarme a otra parte. —¡Espera! Es tu turno —le grité—. El nombre de tu veneno. Claramente divertido, Logan puso el dedo en la barbilla fingiendo que tenía que pensar en ello. —Patrón —dijo con una ceja hacia arriba. —Oh, en serio ahora. —rodé los ojos, siguiendo su ejemplo anterior. El camarero vierte la última palabra, pero cuando traté de darle mi dinero, él negó con la cabeza y señaló a Logan. Riendo, Logan se inclinó hacia mí. —Tengo una cuenta pendiente aquí. —¿Qué? ¡Eso no es justo! ¡Quería pagar! Se encogió de hombros, entretenido con mi derrota. Después de los tragos, él nos ordenó algunas bebidas. —Dieciocho años es un bastante gran cumpleaños, ya sabes —dijo. —Supongo que sí. Por fin voy a ser legal —Pensé por un momento—. ¡Puedo tener mi propio apartamento! Parecía estar en sus pensamientos por un momento antes de sonreír ampliamente. —Podrías comprar tabaco. Arrugué mi cara como mi palma juguetonamente golpeó el brazo. — Grosero. —Pensé por un momento—. Yo podría morir por mi país. Me miró como si yo fuera ridícula, pero cambió rápidamente de tema. —Podrías comprar algunos boletos de lotería. Apenas lo escuché antes de agarrar el brazo como la mejor idea jamás me llamó la atención. —¡Podría hacerme un tatuaje! ¡Vamos a hacer eso! Él me miró con suspicacia, como si él no pensaba que me volvería a hacer algo tan atrevido. Riendo entre dientes, continuó. —Podrías casarte. Sonriendo, le di una mirada 'lo que sea'. —Y divorciarme. —¡Puedes ir a la tienda de porno! —Se rió. Rodé mis ojos y miré el barman, ocupado en el trabajo, mientras no hice caso de su comentario. —Podría servir copas. —Podrías ir a un club de striptease. —¿En serio? Pensé que tenías que tener veintiuno por eso. —Uno que no sirve alcohol. —Oh, bueno, suenas como un experto. Sonrió. —Por qué, ¿te interesa?
—¡No! ¡Por supuesto que no! Mirando fijamente a nada en particular, su sonrisa se ensanchó. —¿Qué? —Le pregunté. —Nada. Sólo estoy planeando lo que haremos en tu cumpleaños. Será un día que nunca olvidarás. —¡No voy a ir a un club de striptease, Logan! Mientras estábamos en nuestra segunda copa, nuestra atención se desvió a un sonido de cacareo. En el segundo que lo oímos, nos miramos, para pensar con claridad lo mismo. ¿Qué mierda fue eso? Los dos nos volvimos a enfrentar el ruido, pero todo lo que vimos fue una morena joven atractiva con su grupo de amigas. De repente, el ruido cacareo salió de ella. Era su versión de una risa. Nuestra primera reacción fue de sorpresa que tal ruido puede provenir de una persona. Una vez que la sorpresa se disipó, nos miramos el uno al otro con la misma expresión confusa, y luego arrestado inmediatamente en carcajadas. Entonces, ella lo hizo de nuevo, lo que se intensificó nuestra diversión. La próxima vez que lo hizo, me agarré del brazo de Logan para sostenerme mientras me reí sin control, y el tiempo después de eso, estuve a punto de caer al suelo. A Logan no le fue mejor. Se estaba riendo tan duro como yo. Entre risas, él se inclinó hacia mí. —Eres terrible. Riéndote de esa pobre chica. Tenía razón, pero no pude evitarlo. Fue divertido, y las bebidas habían pateado. Sin dejar de reír, tomó mi mano y me condujo a través de la multitud para la pista de baile. —¡Me encanta esta canción! —Proclamé cuando empezamos a bailar. El cuerpo de Logan se flexionó y se movió al ritmo perfectamente. Su movimiento fue leve, sin exagerar. Era sexy. Mirando a su alrededor, me di cuenta de que yo no era la única chica mirándolo. Unos momentos más tarde, la música me tomó. No se oía el ritmo. Cerré los ojos mientras me movía al ritmo, el latido de graves a través de mi cuerpo. Cuando los abrí unos momentos más tarde, la primera cosa que vi fue los ojos desconcertados de Logan quemando dentro de mí. Le sonreí, tratando de difundir la intensidad, pero no funcionó. La forma en que me miró mientras se movía de forma tan impecable hizo que mi corazón salte, y mi sonrisa se desvaneció rápidamente como nuestra mirada se hizo más profunda. Me tomó la mano y poco a poco me acercaba a él como nuestro movimiento era más lento, ya no siguiendo el ritmo de la música. Cuando nuestros ojos se encontraron, teniendo entre sí, colocó mi mano en la parte baja de su espalda, y puso la suya en la mía, tirando de mí tan cerca que
nuestras piernas se entrelazaron y nuestros cuerpos se presionaron firmemente contra el otro mientras seguíamos a bailando. Él trajo la otra mano a mi cara, moviendo delicadamente el cabello húmedo detrás de la oreja con los dedos. Mis ojos se cerraron cerca de su toque embriagador como mi mejilla, instintivamente se enterró en su mano. Necesitaba detener esto, pero no pude. Yo quería tan mal que sucediera. Su mano se movió de mi mejilla a mi barbilla, tirando hacia arriba de modo que podría verlo. Nuestros cuerpos se detuvieron, a pesar de que la música continuó. Su mirada se movió a mi boca, mientras acercaba lentamente su rostro más cerca y presionó sus cálidos y húmedos labios ligeramente sobre la mía. A pesar de que era sólo un ligero toque, envió un escalofrío por mi espalda y uno a través de mi estómago. Un momento después, nuestros labios se separaron y comenzaron a moverse en armonía. ¿Qué había en su toque que me dio una sensación de euforia? Quería seguir besándolo tan mal que una ola de dolor se lavó a través de mi pecho ante la idea de tener que parar. Pero él ya se había vuelto demasiado importante para mí que perder. Mis ojos fuertemente cerrados, y un gemido escapó de mi garganta cuando lo empujé de encima. Mi cuerpo temblaba mientras mi pecho se elevó hacia arriba y abajo de cada pesada respiración rápida. Tomó todo lo que tenía empujarlo. Al ver el dolor en sus ojos después de que lo aparté bruscamente le trajo lágrimas a los míos. Negué con la cabeza para decirle que no, y su dolor fue sustituido por la ira. Me cogió del codo, tirando de mí fuera de la pista de baile y hasta un rincón del club en el que era un poco más tranquilo, aunque la música aún latía en mis oídos. Con una mezcla de impaciencia y confusión, me miró por un momento. —Diré algo. Y es la única vez que lo voy a decir porque no quiero que las cosas sean raras entre nosotros. —Él me miró a los ojos—. Me gustas, Liv. Mucho. Y sé que tenemos algo aquí. —Logan, por favor, no lo hagas. —Sólo escúchame. Hay algo aquí. Entre nosotros. ¿Por qué estás tan empeñada en permanecer como amigos? Tragué saliva, tratando de conseguir el nudo de mi garganta. Amigos significaba tener un futuro con él. Si cruzamos la delgada línea entre la amistad y el... más que la amistad, la posibilidad de que tengamos algún tipo de futuro juntos sería prácticamente inexistente. Odiaba lo que diría a continuación, pero tenía que hacerlo si quería retenerlo. —Porque eso es todo lo que siento, Logan. La devastación en sus ojos me mató. Sabía que él se preocupaba por mí, pero yo no sabía cuánto hasta este mismo momento. Fue una sensación horrible de saber que era la que estaba haciéndole sentir de esta manera.
Me di cuenta de que quería decir algo, pero él simplemente suspiró y sacudió la cabeza. —Está bien. No puedes ser más clara que eso. —Lo siento, yo... —No... ¿Sabes qué? No está bien. Sé que lo sientes, también, Liv. ¿De qué tienes miedo? —¿Qué quieres decir? Yo no tengo miedo de nada. Te lo dije, no tengo relaciones. —¡Mierda! Eso es una excusa. Besas otras personas, ¿por qué no puedes darme un beso? —Qué demonios, ¡eso es una cosa grosera que decir! Se pasó los dedos por el pelo, exasperado. —Dime. Ayúdame a tener sentido, porque yo no entiendo una mierda! Dices que quieres ser una amiga, pero la forma en que me miras cuando te toco no es sólo amigable, Liv. ¿Sabes lo difícil que es para mí controlarme a tu alrededor? Eres hermosa, inteligente, tienes agallas. Y maldita sea, eres divertida. Nunca he conocido a nadie como tú —Me tomó la mano—. Podríamos estar bien juntos. ¿No crees que vale la pena intentarlo? Estaba en lo cierto. Estaríamos bien juntos. Estaríamos fenomenal. La idea se me ocurrió hacer lo que cada parte de mi cuerpo y alma quería hacer... dar. Ser suya y que él fuera mío. Pero yo sabía que si lo hacía, sería sólo una euforia temporal. La historia ha demostrado que, para mí, tener un mutuo amor por otra persona significa tener que decir adiós. Era como una especie de defecto genético cruel. Al ser más que amigos nunca duraría, y una vez que cruzamos la línea, no habría forma de volver atrás. Estaríamos listos. Y la idea de perderlo me aterrorizó. —¿Y luego qué? —Saqué mi mano de la suya y di un paso hacia atrás—. ¿Qué sucede cuando termina, Logan? Porque así será. Siempre lo hace. Me preocupo por ti. Yo no me preocupo por Evan o cualquier otro muchacho. Es por eso que está bien para mí que los besara. Se quedó en silencio durante unos momentos mientras miraba a mí. —¿Sabes cuan estúpido es eso? —Lo siento. Estar en una relación simplemente no está en las cartas para mí, ¿de acuerdo? Nunca sucederá. No quiero que lo haga. Ser amigos es todo lo que tengo que ofrecer. Me estudió por un momento, la derrota devorando lentamente su expresión. —Está bien. Lo entiendo. Comprendo. Lo prometo, no lo mencionaré otra vez. Se alejó de mí y se dirigió hacia el bar, pero le agarré la muñeca. — ¡Logan, detente! —Se volvió hacia mí con la esperanza en sus ojos—. ¿Estamos bien?
Bajó la mirada hacia el suelo. —Sí, estamos bien. Era la primera vez que mentía esas palabras para mí.
No pasó mucho tiempo antes que me diera cuenta cómo no éramos buenos. Salí del cuarto de baño de mujeres y vi a Logan en el bar bebiendo shots con dos hermosas rubias de pie a cada lado de él. Su mirada captó la mía cuando me acerqué, y me sonrió como si estuviera teniendo el mejor momento de su vida. —Liv, estas son Kelsey y Candace —nos presentó amablemente Logan. —¿Este es tu novia? —preguntó una confusa Candace. —No, cariño —me miró con una sonrisa—. No es más que una amiga. La llamó cariño. Cortésmente sacudí sus manos perfectamente cuidadas, luego, me puse de pie a un lado, no muy segura de qué hacer conmigo misma ahora que Logan estaba ocupado. Pasaron varios minutos mientras las chicas se rieron y se arrullaban, permaneciendo atentas a cada palabra de Logan. La música estaba muy alta, y yo no estaba lo suficientemente cerca de ellos para formar parte de la conversación. —Vamos a bailar —me informó Logan mientras las chicas lo empujaban lejos—. ¿Quieres unirte a nosotros? Mi corazón se hundió ante la indiferencia en su voz. Incapaz de hablar, negué con la cabeza. Por un momento, me pareció ver una punzada de compasión en sus ojos, pero rápidamente la alejó mientras era empujado a la pista de baile. Traté de no mirar, pero parecía no poder detenerme. Mientras Candace tomaba su lugar detrás de él y Kelsey delante, se balanceaban al unísono con él, sus manos explorando cada parte suya. Por la divertida, lujuriosa expresión en su cara, me di cuenta que estaba disfrutando cada momento de eso. Mientras Candace llevaba las manos al estómago de Logan, debajo de su camisa, él tomó a Kelsey por la parte baja de su espalda, llevándola más cerca para que sus piernas chocaron unas contra otras. Con su otra mano,
le colocó el pelo detrás de la oreja, luego delicadamente levantó su barbilla y acercó su rostro al de ella. Ahí fue cuando aparté la mirada. Le hice señas al barman y pedí mi shot favorito. Metí la mano en mi bolsillo para pagar por ello, pero de nuevo, no tomó mi dinero. —Es suyo —dijo el barman mientras señalaba a un hombre magnífico, que parecía estar en sus tempranos veinte, en el otro lado de la barra. Su cabello castaño claro estaba escondido detrás de las orejas. Sonreí y levanté el shot para decir gracias, luego me lo tragué. Mi zumbido aumentó, al igual que mi aburrimiento. Esto se suponía que era nuestra celebración de cumpleaños. ¿Por qué Logan era el único que tenía permitido divertirse? Tomé una decisión consciente para dejar de revolcarme y comencé a moverme sutilmente con la música mientras permanecía en el bar, en busca de algo para entretenerme. Eché un último vistazo a la pista de baile y me encontré con los ojos de Logan. Se dio la vuelta en el mismo momento en que ocurrió. —¿Es ese tu novio? —dijo una voz detrás de mí, en mi oído. Me di la vuelta para ver al hombre que me había comprado el shot. —No, al parecer, soy más como su colega9 —le contesté. Se echó a reír. —Bueno, entonces, ¿quién es tú colega? —Una vez más... yo. —Sonreí. —Obviamente eres alguien que no necesita un colega. O cualquier ayuda para el caso. Lo miré, confusa. —Ya eres muy hermosa —aclaró mientras sonreía, mostrando un hoyuelo en la mejilla izquierda y dientes blancos y perfectos. Normalmente ese tipo de línea me desanimaría. Pero este hombre tenía una confianza tentadora, y yo estaba aburrida. Extendí mi mano. — Soy Liv. Puso su mano en la mía, con la cantidad justa de firmeza. —Tyler. Nos pusimos de pie, ninguno de los dos quitando nuestras manos. —Así que, Liv, ¿qué amas hacer? —Bueno, esa es una pregunta muy amplia, ¿no lo crees? —le contesté, finalmente soltando mi mano.
En el original Wingman. Se refiere a la persona que ayuda a su amigo para que este pueda conseguir mujeres: flirteando con la amiga fea, etc. 9
—No lo creo. Sería amplio si te preguntara lo que te gusta hacer. Te he preguntado qué amas hacer. Eso reduce las opciones drásticamente. Mientras pensaba en su pregunta, la única cosa que me vino a la mente fue Logan. Me encantaba pasar tiempo con él. Me encantaba la forma en que se reiría de mi estúpido humor. Me encantaba la forma en que me miraba y lo que sentía a su alrededor. Miré hacia abajo al suelo mientras pensaba en el hecho irrefutable de que las cosas podrían no ser las mismas con nosotros nunca más. La reconfortante mano de Taylor tocó mi hombro. —Hey, es sólo una pregunta. ¿Qué tal si te digo lo que yo amo en su lugar? Sonreí. —Está bien. —Amo los lugares tranquilos. —¿Eh? —Confundida, miré a mí alrededor a nuestros entornos ruidosos. —Hay una cafetería al lado. ¿Quieres ir? —¡Oh!, no sé, vine con... —Sólo un café. Te traeré en media hora. Te lo prometo. Tu amigo parece ocupado de todos modos. Miré de nuevo a la pista de baile, donde los enojados ojos de Logan estaban sobre mí, o tal vez Tyler, mientras las manos de Candace y Kelsey estaban sobre él. —Claro, ¿por qué no? —le dije, encogiéndome de hombros. Tyler me ofreció su brazo, y aferré mi mano alrededor de este. Por mi mente cruzó el pensamiento de decirle a Logan que me iba, pero eso seguramente causaría una escena con la que no quería tratar. Sólo le diría a Matt en su lugar. Cuando nos acercamos al pasillo de salida, fui tirada hacia atrás por un tirón en mi suéter. —¡Oye! —grité. —¿Qué estás haciendo? —La expresión de Logan destilaba furia. Y miedo. —Logan, ¡este es mi suéter favorito! —¿Hay algún problema? —dijo Tyler en una voz autoritaria. —Sí, lo hay. Ella está conmigo —lo desafió Logan, acercando su cara a la de Tyler. —No lucía así —respondió Tyler, condescendiente, luego se volvió hacia mí—. Liv, esto depende de ti. Pero te diré esto. Con quien quiera que
‘estés’ debe tratarte como su primera elección. No su última. —Se enfrentó a Logan—. Cualquier idiota puede ver eso. Los puños Logan se apretaron firmemente a cada lado de él. Sus ojos se estrecharon justo antes de que se abalanzara sobre Tyler, agarrando su camisa y dándole un puñetazo en la mandíbula con el otro puño. Tyler dio un paso atrás, confundido y perdiendo el equilibrio por un momento, y luego inmediatamente devolviendo un golpe en la cara de Logan. —¡BASTA! —Grité, tratando de interponerme entre ellos. Un codo me golpeó en la boca, empujándome hacia atrás unos pocos pasos. Mis dedos examinaron mis labios que estaban húmedas al tacto, y cuando los aparté de mi cara, eran de color rojo brillante. Me encogí ante el sabor de óxido en mi boca. La acción continuó frente a mí. Logan y Tyler se mantuvieron en ello, lanzándose golpe tras otro hasta que ambos estuvieron en el suelo. —¡Sepárense! ¡Sepárense! —Una voz familiar se acercaba. Alivio se apoderó de mí cuando vi a Matt. Cogió a Logan, tirando de él hacia arriba del piso, mientras que otro gorila agarró Tyler. Tomó un momento para que los dos se calmaran. —Joder, ¡realmente muy maduro, imbécil! —gritó Tyler—. ¿De verdad crees que esa mierda va a impresionarla? —Forcejeó, empujándose a sí mismo fuera del gorila y metió la mano en su bolsillo, sacando una pequeña tarjeta blanca. Se volvió hacia mí y me entregó la tarjeta—. Liv, mereces algo mejor. Llámame si alguna vez quieres pasar el rato. —Luego se volvió y se fue. —Sí, ¡sigue caminando, imbécil! —gritó Logan. Tyler siguió caminando, pero levantó su dedo medio en el aire en respuesta al comentario de Logan. —Santa mierda, Liv —dijo Matt mientras soltaba a Logan. Tomó unas servilletas de cóctel del bar y las colocó en el labio ensangrentado. —Estoy bien, no es nada —mentí. Mi cara estaba latiendo. Mientras Matt me limpiaba el labio, mi mirada se encontró con la de Logan. Completamente inmóvil, estupefacción mezclada con pesar en sus ojos, me miraba. Una gota de sangre le corría por un lado de su cara proveniente del corte en su ceja izquierda. Incluso maltratado y golpeado, estaba impecable. Tomé la servilleta de cóctel de Matt y la sostuve en mi mano. Sin dejar que mis ojos dejen los de Logan, me moví hacia él, deteniéndome pulgadas delante suyo. Llevó una mano a mi cara y me rozó la comisura de los labios con el pulgar. —Lo siento tanto. El dolor en sus ojos mientras miraba hacia mí trajo lágrimas a mis ojos. Tomé la servilleta y limpié la esquina de su ceja y sus ojos buscaron los míos. Mi mano cayó a mi lado, y dejé que la servilleta se cayera de mis
dedos. Sin pensarlo, mis manos encontraron un lugar en sus costados, que sólo causó más angustia en su rostro perfecto. Con cautela moví mis manos a su espalda y puse mi mejilla en su pecho. Sus respiraciones pesadas y profundas, me llenaron mientras mi cuerpo se apretaba contra el suyo. Mis ojos se cerraron mientras respiraba su olor embriagador, una mezcla de desodorante, sudor y sangre. Después de un momento, me agarró cuidadosamente y llevó sus labios a mi oído. —Lo siento tanto, Liv... Él está en lo correcto, soy un idiota. —Alejó su rostro para que pudiera mirarme. —Eres mi primera opción. Eres mi única opción. Sus ojos suplicaban por perdón. Pero yo sabía en mi mente que no hizo nada malo. Yo no le pertenecía, y él no me pertenecía. Él era libre de hacer lo que quisiera. —Sólo vamos a dejarlo ir, ¿de acuerdo? Él asintió, luego tomó mi mano y comenzó a llevarme hacia la puerta. Matt se paró frente a nosotros. —Oh no, ninguno de los dos está conduciendo. Llamaré a un taxi.
Traducido por Apolineah17 Corregido por Carolina Shaw
speré junto a Matt bajo la lámpara de calor mientras Logan sacaba los abrigos de su coche. Estaba agradecida de llevar puesto una camiseta y unos vaqueros. Algunas chicas en la fila llevaban nada más que mini vestidos. Deben haber estado congelándose. El taxi se detuvo en la acera, justo mientras Logan regresaba. Le di a Matt un abrazo y un rápido beso en la mejilla antes de recordar que se suponía que era un tipo rudo esta noche. —Gracias, Matt. Por todo. Sonrió sin ningún indicio de que mi afecto irreflexivo lo hubiera molestado. —Cuando quieras, cariño. Cuida de ese labio. Logan sostuvo la puerta del taxi abierta para mí mientras asentía un adiós hacia Matt. Me deslicé dentro y me moví al otro lado entretanto Logan entraba detrás de mí. —¿A dónde? —preguntó el taxista. Logan le dio mi dirección, y el taxi comenzó a andar por la carretera. Sin radio y sin ninguno de nosotros hablando, el único sonido que se escuchaba era el de las rejillas de ventilación del radiador y los neumáticos sobre la carretera. Me giré hacia Logan. Su mirada estaba demasiado concentrada en nada que no fuera ver hacia el frente, con el codo en el borde de la ventana y los nudillos en la sien. Las luces de la ciudad iluminaban su rostro a medida que avanzábamos, cada vez haciendo el brillo en sus ojos más aparente. Sabía que lo estaba viendo, pero no iba a encontrarse con mi mirada.
—¿Logan? —susurré. —¿Sí? —dijo, sin dejar de mirar hacia adelante. Dudé. Quería preguntarle si estábamos bien, pero tenía miedo de la respuesta que podría ser. Tomó una oportunidad esta noche. Se puso a sí mismo allí afuera sin obtener el resultado que esperaba, y parte de mí sabía que después de esta noche, nunca estaríamos bien otra vez. Al menos no en la forma en la que estábamos. Esta noche fue un punto decisivo. Por primera vez, me cuestioné mi decisión. Pero no podía decirle lo que pensaba sin darle señales confusas. Él se merecía algo mejor que eso. Suspiré. —No importa. Miré al frente mientras las lágrimas comenzaban a depositarse en mis ojos y una enorme roca se formaba en mi garganta. Teníamos que estar bien. No había otra opción. Todos mis intentos para conservarlo no podían haber sido en vano. Esta situación necesitaba ser rectificada. Puse mi mano, con la palma hacia abajo, al lado de mi muslo y tomé una profunda y esperanzadora respiración. Poco a poco, moví mi mano al centro del asiento, entre nosotros dos, esperando, rezando que me encontrara a la mitad del camino. Logan permaneció inmóvil. Los minutos pasaban. Lo miré en un intento de conseguir algún tipo de reacción, pero lo único que noté fueron sus cejas acercándose cada vez más, su pecho levantándose hacia arriba y hacia abajo con pesadas respiraciones, y su mandíbula apretada con fuerza. Sabía que sentía mis ojos sobre él. Y sabía que veía mi mano entre nosotros, esperando a que la tomara. Aun así, siguió mirando al frente. Cada momento que mi gesto de reconciliación seguía sin respuesta, mi esperanza lentamente se disipaba, hasta que finalmente, desapareció por completo. Lo que teníamos se había ido. Nunca sería lo mismo. Mi cabeza se agachó mientras mi mano encontraba su camino de regreso a mi muslo. En lo que intentaba organizar mis sensaciones, un sollozo involuntario salió de mi nariz. Por el rabillo del ojo, vi a Logan girar su cabeza hacia mí. Me volví hacia la ventana para ocultar mis ojos brillosos de él. Era tarde y las calles estaban libres de otros coches. Vacías. Sabía que el vacío era como un amigo viejo al que había empujado lejos hace años. No importa cuánto lo intentara, siempre parecía escarbar su camino de regreso a mi corazón. Logan tomaba la decisión de dejarme ir. ¡Maldita sea! Una calidez inesperada cubrió mi mano y la apretó firmemente. Miré hacia abajo para ver la mano de Logan sobre la mía. Mi mirada se movió hacia su brazo extendido y sus húmedos y rotos ojos. ¿Cómo era eso, que
una sola mirada de él pudiera hacer que todo lo demás en el mundo desapareciera? Las comisuras de sus labios se elevaron ligeramente en un intento de una sonrisa compasiva. —Ven aquí —dijo mientras tiraba de mi mano. Un sollozo de alivio se me escapó, sacando una lágrima, mientras desabrochaba mi cinturón de seguridad y lo acariciaba en la mejilla. Con mi cabeza en su pecho, alisó mi cabello hacia atrás con sus dedos en un movimiento repetitivo. Dejó escapar un suspiro. —Me estás volviendo loco. No puedo encontrar la manera de superar el desorden de mierda en mi mente cuando estás cerca. —Parecía estárselo diciendo a sí mismo más que a mí. —Lo siento —susurré. No sabía que más decir. —No lo sientas. No vuelvas a decir lo siento por la forma en que me haces sentir —suspiró y luego apoyó su mejilla en mi cabeza—. Si ser amigos es lo que necesitas, te prometo que lo intentaré. Por ti, voy a tratar. Se mantuvo en silencio por el resto del viaje a casa. Empecé a pensar que esto realmente podría funcionar. De verdad podíamos ser capaces de salvar nuestra amistad. Mientras doblábamos en mi calle, mi teléfono sonó. Era un mensaje de texto de Evan. ¿Estás en casa? No tenía ningún interés en responder. Mientras ponía el celular en mi bolsillo, nos detuvimos en la entrada. —Oh, tienes que estar malditamente bromeando conmigo —gruñó Logan. Levanté la vista para ver un Nissan Altima en mi entrada y a Evan en mi balcón. Oh, mierda. Evan y yo habíamos estado pasando tiempo juntos de vez en cuando desde que nos conocimos. Aunque ninguno de nosotros tenía ningún tipo de interés romántico en el otro, y a pesar de que tenía una novia muy lejos, en Denver, nuestra relación no era exactamente platónica. Mi mente se dirigió a nuestro último encuentro hace una semana. Él vino a ver una película, y aunque la película se reprodujo por completo, nuestro tiempo lo pasamos haciendo algo más que verla. —Mmm —gimió Evan en lo que estuve a horcadas sobre él en el sofá y chupaba el lóbulo de su oreja. Me hallaba completamente vestida, pero su camisa estaba fuera, revelando sus musculosos brazos y pecho. Mis manos se convirtieron en imanes para su abdomen. A medida de que mis labios se
movían hacia la línea de su mandíbula, mis pulgares trazaban cada valle de cada músculo en su estómago, haciendo que gimiera de nuevo—. ¿Qué tan lejos vamos a llegar hoy, Liv? No me encontraba segura de lo que quería decir con eso, me detuve y lo miré a los ojos. —Quiero decir que respetaré lo que sea que quieras hacer —suspiró—. Pero si no podemos llevarlo más lejos, tenemos que parar ahora. Porque si no lo hacemos, no seré capaz de detenerme después. —Oh —dije en lo que me apartaba de su regazo—. Está bien. Me senté en el extremo opuesto del sofá y até mi cabello en una coleta con banda elástica de mi muñeca. Tomé el tazón de palomitas de maíz de la mesa y comencé a triturar el contenido mientras veía la televisión. Después de que encontró su camisa y se la puso de nuevo, sentí su mirada sobre mí. Cuando lo miré, negaba con la cabeza hacia mí con una sonrisa. Rodé los ojos. —No voy a tener sexo contigo. Tienes novia. Pero esa no era la única razón. La verdad era que no le iba a dar mi virginidad a alguien que realmente no se preocupaba por mí, o a alguien en el que no me sentía interesada. Claro, Evan y yo éramos amigos, y me ayudaría si alguna vez me encontraba en un aprieto, pero nunca se apartaría de su camino por mí. Y el sentimiento era mutuo. Tal vez era la cosa molesta, pero no me veía haciendo nada más que besarme con él. —Te lo dije, tenemos una relación abierta —explicó por milésima vez— . He hablado de eso con ella, y está de acuerdo con ello. —Está bien, para empezar, eso es raro. Y en segundo lugar, eso no cambia el hecho de que tienes novia. Y tercero, no voy a ser la amante secreta de alguien. —Sin prestar atención, me metí otro puñado de palomitas de maíz a la boca y me concentré en la película. —¡Pero no eres un secreto! Lo miré, sonriendo por la forma en que se irritaba. Dejó escapar una risa derrotada y negó con la cabeza de nuevo. Luego se puso el abrigo y se acercó a mí, apoyando su rostro en mi cuello. La humedad de su lengua detrás mi oreja me hacía cosquillas, y dejé salir una risita. —Quien sea que te atrape va a ser un bastardo con suerte. Le lancé palomitas. —¡Oye! ¡Sé agradable! Se rió mientras caminaba hacia la puerta. —Nos vemos después, Liv. Ahora Evan estaba aquí en mi casa, apoyado sobre la barandilla de mi balcón, esperándome en el peor momento posible. —Déjame adivinar por qué está aquí —dijo Logan sarcásticamente. —Logan, no tenía idea de que estaría aquí. Lo siento.
—¿Sabes qué? —dijo, empujándome lejos de él—. Ve. Diviértete. Supongo que como tu amigo, voy a tener que acostumbrarme a esto en algún momento. —No quiero. —¿No quieres qué? ¿Ir y pasar un buen rato? Bueno, te puedes quedar aquí en este taxi toda la noche. Si salía del taxi e iba con Evan, sería como poner una barrera entre Logan y yo que nunca podría romperse. No podía permitir que eso pasara. —Ven conmigo. Su rostro confundido me miró. —No estoy seguro de lo que quieres aquí, pero no me meto con chicos. Dos chicas están bien, pero… —¡No! Oh, Dios mío. No voy a “divertirme” con nadie. —Usé mis dedos como comillas—. Logan, ven conmigo. Quédate conmigo esta noche. Le voy a decir a Evan que se vaya. Se quedó en silencio por un momento. —¿Qué hay de tus padres? —Ellos no lo sabrán. Cerraré mi puerta. De todos modos necesitas a alguien que te lleve a recoger tu carro mañana. El taxista se impacientó. —¡Vamos! ¡El reloj está corriendo! —¡Denos un minuto! —respondimos Logan y yo al mismo tiempo. Logan miró por la ventana hacia Logan, y luego de regreso a mí. —Liv, quiero hacerlo. Créeme, es todo lo que quiero hacer ahora mismo. Sólo que no creo que sea una buena idea. Mi corazón se detuvo. ¿Por qué? Tal vez esta era su forma de mantener la distancia. De no acercarse demasiado. O de no confundir las cosas más de lo que ya estaban. Entonces me di cuenta de que se encontraba en lo cierto. Hacía lo correcto para nuestra amistad. —Está bien —susurré—. Entiendo. Su mandíbula se apretó. El conflicto en sus ojos era evidente. Miró hacia Evan de nuevo y sacudió ligeramente la cabeza. Estiré la mano y lo abracé. —Adiós, Logan. No dijo nada cuando lo solté, pero sus afligidos ojos permanecieron centrados en mí. Bajé la mirada para romper el contacto y salí del taxi, hacia el frío, cerrando la puerta suavemente detrás de mí. Evan ya había bajado del balcón y se quedó esperándome en la puerta principal. Escuché al taxi marcharse mientras me acercaba a él. —Evan, ¿qué estás haciendo aquí? —pregunté.
Me miró con aprensión. —Veo que mi elección del momento oportuno apesta ahora mismo. Lo siento. —Me miró de soslayo—. ¿Qué te pasó en el rostro? Dio un paso por delante de él y empecé a abrir la puerta. —Nada, estoy bien. Mis padres estarán pronto en casa, así que no puedes quedarte. —Lo sé. ¿Puedo entrar un momento? Sólo un minuto. Hay algo que quiero decirte. La ansiedad en su voz me tomó por sorpresa. Normalmente era muy tranquilo. —Sí. Claro. Vamos, entra. Después de quitarme el abrigo y pasarme dos pastillas Tylenol con un vaso lleno de agua, me senté en el sofá junto a él. Fue entonces cuando vi los círculos oscuros debajo de sus ojos y la mirada de tristeza en su rostro. —¿Estás bien, Evan? —pregunté. Se giró hacia mí. —Mi abuela falleció hoy. —Mierda, lo siento mucho. —Inmediatamente extendí la mano y tiré de él en un fuerte abrazo. La tensión que sostenía se relajó casi al instante. —Está bien. Es lo mejor —dijo mientras me soltaba—. Había estado sufriendo durante un largo tiempo. Está en un lugar mejor ahora. —Al ver la mirada incrédula en mi rostro, continuó—: Es la razón por la que estoy aquí, Liv. Cuando te dije que estaba aquí ayudando a mi familia, me refería a ella. Había estado en el hospital para enfermos terminales por varios meses. Mi mamá no podría hacerlo por su cuenta, así que regresé para ayudar. Ahora que se ha ido… —Te vas —terminé. Me miró y asintió. —Sólo quería despedirme. El vuelo de Cassie llega mañana por la mañana. Va a estar aquí hasta el funeral, luego regresaremos juntos a Denver. Esta era la única oportunidad que tenía para verte. —Su expresión se volvió nerviosa de nuevo—. Sé que es un momento de mierda. ¿Jodí las cosas para ti? Vi a Logan en el taxi. Me removí en mi asiento. No estaba segura de que esto fuera algo que quería discutir con Evan. —No lo sé. Algunas cosas locas sucedieron esta noche con nosotros. Me dijo algunas cosas. Me dio una mirada de complicidad. —Te ama, sabes. Puedo decirlo por la forma en que te mira. Y no es que me queje porque he disfrutado cada momento que he pasado contigo, pero siempre me he preguntado por qué no estabas con él. Su declaración me sorprendió. —Él es mi amigo. No voy a arruinar eso. —Esta conversación se ponía demasiado personal. Asintió, pareciendo que quería decir algo más, pero decidió no hacerlo. Me levanté del sofá y le sonreí—. Voy a extrañarte, Evan. Cuídate, ¿de acuerdo?
Se levantó y me tomó por la cintura, abrazándome con fuerza. — Cuídate, Liv.
Traducido por Kariza Corregido por Dafne
on los ojos bien abiertos, me quedé mirando mi reloj despertador. Una hora había pasado desde que había ido a la cama, y mi frustración había aumentado porque no podía dormir. Todo lo que podía pensar era en los eventos de esa noche y las cosas que Logan me había dicho. Oí la puerta de la planta baja abrirse. Mi mamá y Jeff habían regresado del bar. Después de algunos tintineos de platos para alguna comida y los sonidos de abrir y cerrar el botiquín del baño, todo estuvo en silencio de nuevo. Aun así, mis ojos permanecieron abiertos. Otra hora pasó. Me imaginé a Logan en su apartamento. ¿Era capaz de conciliar el sueño después de todo lo que pasó esta noche? La expresión de dolor en su rostro cuando me fui del bar con Evan causaba un nudo en mi garganta que no desaparecía. Me pregunté qué pensaba que ocurrió entre Evan y yo esta noche. Después de otra media hora y ni una pizca de somnolencia en mi sistema, me senté en mi cama. Necesitaba hacer algo para detener esta desgarradora sensación en mi estómago. Así que me puse mis zapatos y mi abrigo, agarré las llaves y salí de mi casa.
Dudé antes de tocar el timbre del apartamento de Logan. ¿Qué si no estaba solo? ¿Qué si necesitaba algo, o alguien, para llevarse lejos lo que
sea que estaba sintiendo? Me preparé para lo que podría ver y toqué el timbre. Un irritante ruido fuerte sonó. Unos momentos después, la puerta se desbloqueó, y la puerta se abrió. Logan estaba de pie con la mano sobre la puerta, y su mirada cansada y molesta se derritió cuando me vio. —Hola—respiró con alivio. Estaba sin camisa, vistiendo solo pantalones que colgaban lo suficientemente bajo para ver su V en lo bajo de su abdomen. Quería recorrer mis dedos por su cabello perfectamente desordenado. La forma en que me miré de soslayo desde la luz del pasillo creó una expresión que era irresistible. —¿Estás bien? —preguntó. Asentí. —No podía dormir. Continúo mirándome a los ojos, de la forma en que él lo hacía, manteniendo la distancia, su mano aun sosteniendo la puerta y su expresión inalterable. No tenía planeado que iba a decir y ahora desearía haberlo hecho porque estaba completamente en blanco. —Yo tampoco—murmuró como si estuviera hablando consigo mismo. Bajó la mirada hacia lo que llevaba puesto y las comisuras de su boca se levantaron levemente. Yo no había pensado en cambiarme de ropa antes de dejar mi casa. Aún estaba en mi pijama—. El atractivo de la decisión del momento, ¿no? Me encogí de hombros. Abrió la puerta un poco más y me hizo señas para que entrara. Me siguió escaleras arriba dentro de su departamento. La luz de la estufa de la cocina y las farolas viniendo a través de la ventana de la sala de estar eran las únicas cosas que iluminaban el espacio. Tomé mi abrigo y lo puse en el brazo del sofá mientras él cerraba la puerta, luego se dirigió hacia mí, deteniéndose a un paso. Nos miramos el uno al otro por un momento. —Nada pasó con Evan —solté. Sus cejas se juntaron. —Está bien. —No sé por qué estoy aquí —confesé—. Supongo que solo sentí como si necesitase estar aquí ahora. Inhaló. —Está bien. Tomó todas mis fuerzas el reunir el valor para decir lo siguiente.—No quiero perderte. Si las cosas cambian, si nosotros cambiamos… —Las lágrimas inundaron mis ojos al pensar que eso sucedería—. Es solo que no puede pasar, Logan. —Estar tan cerca de él, y ver la forma en que me miraba, no pude mantener el control y comencé a temblar. Había sido capaz de mantener mi integridad bastante bien hasta ahora. Algo sobre estar cerca
de él hizo que mi fuerza se desmoronase. Mi cabeza cayó mientras las lágrimas brotaban por mis ojos. Él me tiró dentro de sus brazos y me sostuvo mientras dejaba salir todo lo que había estado reteniendo. Después de unos momentos me liberó y acunó mis mejillas con ambas manos,dirigiendo mi mirada hacia él. Sus ojos brillaban mientras sus pulgares secaban mis lágrimas.—No llores — susurró—. Me mata verte llorar.—Se inclinó y besó suavemente mi frente por un momento. Después gentilmente besó mis parpados, uno después del otro. Mis lágrimas cesaron, y mi respiración se volvió superficial. Su toque se sentía sorprendente. Él se apartó y me miró con una sonrisa compasiva cuando vio que me había detenido. —Hablaremos más tarde. Estás exhausta. Necesitas dormir algo. Agarró mi mano y me llevó a su habitación. La música se reproducía por el altavoz de su mesita de noche. Me sentó sobre la cama, levantó mi pie, me quitó el zapato, y repitió el proceso con el otro pie. —Esa canción es hermosa —le dije. Él dudó. —Me hace pensar en ti. No pude evitar la sonrisa que se formó en mi cara por sus palabras. Cuando vio mi expresión, se relajó—. Haría cualquier cosa por esa sonrisa. —Tiró hacia abajo las sábanas—. Recuéstate. Descansa un poco. —Se levantó y comenzó a caminar hacia la puerta, volviéndose hacia mi justo antes de salir de la habitación—. Te veré en la mañana. —¿Dónde vas a dormir? —pregunté, confundida. —En el sofá. Está bien. No me importa. Sabía cuan egoísta era la siguiente cosa que iba a decir, pero no pude evitarlo. —Por favor quédate aquí. Su expresión se volvió aprensiva.—No debería. —Suspiró y bajó la cabeza, sacudiéndola ligeramente—. Pero me parece que no te puedo decir no a ti. —Me miró de nuevo a los ojos—. No quiero decir no. —Entonces di que sí —le supliqué. Mientras miraba sus ojos melancólicos y esperaba por su respuesta, la canción se repitió desde el inicio y las letras gritaron la pregunta no formulada. Preguntaba sobre el futuro. Preguntaba sobre la pertenencia. Hablaba de que todo el mundo irá por un camino, y encontrará consuelo en la persona que amas. Su expresión se volvió decidida, y caminó de regreso a la cama. Lentamente abrió las sábanas y se metió bajo ellas, a mi lado. Acerqué mi cabeza en el suave espacio entre su pecho y su hombro, y envolví mi brazo alrededor de su cintura, metiendo mi mano fría entre su caliente cuerpo y el colchón.
Su corazón latía fuerte en mi oído y sus brazos me rodearon. Estar tan cerca de él… el hecho de tocarlo excitándome, mientras que al mismo tiempo, me sumergí en un sentimiento de tranquilidad. Su calor me consoló y en unos minutos me llevó a dormir.
—Liv, despierta —susurró Logan suavemente. Un murmullo salió de mi garganta cuando me moví de su hombro y me alejé de él, hundiendo mi cara en la fría almohada a su lado. La suave tela olía como Logan. Di un profundo suspiro al celestial aroma. ¿Cuánto tiempo he dormido? Basado en mi actual estado comatoso, no mucho. Su mano casualmente frotó arriba y abajo mi brazo—. Tienes que ver esto. Intrigada, mis ojos se abrieron ligeramente, solo lo suficiente para ver el borroso color naranja y reflejos violetas sobre las paredes de la habitación de Logan. Sus dedos cepillaron el cabello de mi cara, hacia atrás de mi oído. —Abre los ojos, bebé. Es hermoso. Me llamó bebé. Volteé mi cara hacia él mientras abría los ojos, confundida e inesperadamente encantada por su expresión de cariño. Cuando finalmente mis ojos se enfocaron y vieron su hermoso rostro iluminado por los colores del amanecer, mi desconcierto creció increíblemente. Sus ojos brillaban mientras me estudiaba. Nunca había visto la mirada pacífica y contenta en su cara. Sonrió al ver la expresión en mi rostro y entonces dejó escapar una carcajada. —Se me escapó —dijo como si leyera mi mente—. Supéralo. Se movió fuera de la cama y tranquilamente caminó hacia la ventana, colocando en el marco de la ventana su muñeca por encima de su cabeza y la otra mano en su cadera, mientras miraba con una expresión contemplativa. Entonces se volvió hacia mí y las esquinas de su boca se curvaron un poco hacia arriba. Me tendió la mano, un gesto para que me uniera a él. No necesitaba ver el amanecer. La belleza de este hombre de pie delante de mí, con el torso desnudo y pintado en colores fue suficiente. No podía apartar mis ojos de él. Su sonrisa se desvaneció mientras dejaba caer
su brazo, y me miraba fijamente por un momento. Lentamente, mientras la melancolía crecía en sus ojos, su respiración se hizo más pesada.—No sé qué demonios pensar cuando me miras así, Liv. Todo lo relacionado con esa mirada dice que me quieres, que me necesitas, como yo a ti. Pero algo me dice que te asustaré si intento algo contigo en este momento. Nunca he estado tan jodidamente confundido en mi vida. Mierda. Traté de alejarme de él, pero aun no podía apartar mi mirada. Estaba siendo injusta con él. Se merecía algo mejor que yo, mucho mejor. Se merecía el mundo. Se merece algo que no podía darle. Me senté con mi pie caído hacia el piso. Merecía una explicación. Me puse de pie y caminé hacia él, resistiendo la urgencia de envolver mis brazos alrededor de él y ceder a la pasión que encendió en mí. En cambio, mis dedos encontraron los suyos y los entrelazamos. —No hay finales felices, Logan. Alguien saldrá herido. Es inevitable. —Luché contra el nudo en mi garganta con una sonrisa artificial—. La única manera para prevenir el dolor… es no empezando. No puede terminar si no comienza, ¿verdad? Sus dedos rozaron mi mejilla. —¿No crees que es muy tarde para eso? Ya empezó, Liv. Empezó el día en que puse los ojos en ti. ¿Cómo puedes no ver eso? Lagrimas brotaron de mis ojos. Cuando vio mi expresión, dejó caer su mano a su lado y resopló. —Me encantaría poner mis manos en el imbécil que te hizo daño. Finalmente miré por la ventana. Nunca había visto una amanecer así antes. Fue mágico. La sombra azul de los edificios industriales contrastaba con el sol naranja que se elevaba sobre ellos. El naranja estaba rodeado por un rosa oscuro, con un cielo morado más arriba. Finalmente lo miré. —Es perfecto —suspiré—. Dime por favor que no terminará. Prométemelo. —Sabía que estaba forzándolo a hacer una promesa que no podía mantener. No me importaba. Quería escucharlo. —¿De qué estás hablando? ¿Prometerte que no terminara qué? —Esto… nosotros… solo prométeme que se quedara así. Vi la resistencia en sus ojos. Tomó mi cara en sus manos.—Te prometo que haré cualquier cosa para hacerte feliz, Liv. —Esto me hace feliz. La forma en que estamos en este momento. La angustia en su rostro se intensificó. Después de un momento, me jaló hacia él, envolviéndome en sus brazos. Besó la cima de mi cabeza.— Entonces sí, te lo prometo, no terminará. Sabía que era una mentira. Todo termina de una forma u otra, pero no creía que él lo supiese aún. No me importaba, no en este preciso
momento, porque era todo lo que necesitaba escuchar. De la manera exacta en que necesitaba escucharlo.
Traducido por becky_abc2 Corregido por Victoria Ferris
a puerta sonó cuando entré en la cafetería en la calle de la escuela. No dormía mucho últimamente, y necesitaba la cafeína para poder sobrellevar esta mañana. Habían pasado unos días desde la noche que me quedé con Logan, y aunque nos manteníamos hablando todos los días, no podía evitar sentir que algo faltaba. Existía una distancia oscura entre nosotros que no podíamos desaparecer. En un estado como zombi, deambulé hasta el final de la línea para esperar mi turno. Me di cuenta vagamente que el hombre delante de mí, avanzó un paso, e instintivamente lo seguí. La puerta volvió a sonar. Por el rabillo de mi ojo, me di cuenta de que el hombre frente a mí dio la vuelta para mirar a la puerta. Entonces sentí sus ojos en mí. Mi mirada viajó desde sus pantalones oscuros hechos a la medida, hasta su abrigo negro. Un cuello blanco y corbata sobresalían de la parte superior. Entonces me di cuenta de una sonrisa blanca con hoyuelos que se me hacía familiar y el cabello castaño claro escondido detrás de las orejas. —Veo que tus labios están mejor —dijo Tyler suavemente.
Asentí, todavía en estado de shock de que estuviera él aquí. No podía creer como su largo cabello contrastaba perfectamente con su estilo empresarial. Debería verse completamente fuera de lugar pero para él funcionaba. —Sí, no era gran cosa, realmente. Después de un momento de incómodo silencio, continuó en broma—: Nunca llamaste. —¡Oh, sí! Lo siento, perdí tu tarjeta! —Eso fue una excusa razonable, ¿no? Miró a su alrededor a nuestro entorno. —Parece que tenemos una oportunidad para ese café, si estás interesada. ¿Tienes prisa para llegar al trabajo? No tenía idea de lo joven que era. Pensé por un momento. —Quieres decir a la escuela. Y no, tengo un par de minutos. Pedimos nuestro café y luego nos sentamos en una mesa junto a la ventana. Me miró por un momento, apoyando los antebrazos sobre la mesa y con las dos manos alrededor de su taza de café. —Siento haberme alejado de ti esa noche. Tuve un mal presentimiento después de que te dejé con ese... chico. —Logan es un buen amigo. Nunca haría nada para lastimarme. —Le di una sonrisa tranquilizadora. Asintió. No parecía que creerme, pero lo dejó pasar. —Así que, ¿cuál es tu especialidad? Oh mierda. Miré a mí alrededor nerviosamente, mientras trataba de decidir cómo decirle que no estaba especializándome en nada. Me recosté en mi asiento y me encontré con su mirada. —Voy a la escuela preparatoria, Tyler. Justo arriba de la calle. Sus ojos se abrieron, pero sólo momentáneamente. Se echó hacia atrás, se cruzó de brazos y soltó una risita. —¿Me estás tomando el pelo? Negué con la cabeza. —No estoy bromeando. Me estoy perdiendo el primer período en este momento. Soltó una carcajada. —Voy a asumir que no fuiste retenida cuatro o cinco veces. Negué con la cabeza y sonreí. —No, lo siento. —Bueno, eres una caja de sorpresas, ¿no es así? —preguntó, todavía conmocionado pero con un toque de diversión en su tono. Se inclinó hacia mí—. ¿Exactamente cuántos años tienes? —A partir de hoy, dieciocho años. —¿Hoy es tu cumpleaños?
—Sí, lo es. —Y ni siquiera compré tu café. Me siento como un idiota. Sonreí. —¿Qué hay de ti? Te ves como si estuvieras viviendo en el “mundo real”. ¿Eres el pez gordo de alguna gran compañía? —No, sólo una pasantía en un bufete de abogados. Estuve sentado en la segunda silla en un ensayo hoy. Tratando de buscar alguna pieza. —Bueno, te ves muy guapo. Sonrió, luego sacó su celular zumbando de su bolsillo. Su rostro cayó cuando leyó el mensaje. —Mierda, me tengo que ir. —Me miró y sacudió la cabeza—. Dieciocho, ¿eh? Me encogí de hombros. Puso su teléfono sobre la mesa y lentamente lo deslizó hacia mí. — ¿Te puedo llamar? Sonreí. —Eso depende. ¿No estás en los treinta? Porque eso sería extraño. Negó con la cabeza. —Veintidós. —Eso no es tan malo, ¿verdad? —Tomé el teléfono y programé mi número. Luego me llamé a mí misma para que pudiera guardar su número y así sabría que era él, siempre y cuando él llamará.
Llegué a la escuela hacia el final del primer período. Cuando me acerqué a mi casillero me detuve en el lugar. Una sonrisa ridícula se formó en mi cara cuando vi el exterior envuelto en papel de regalo, globos y serpentinas. Tendría que agradecerle a Mel cuando la viera. Cuando lo abrí, un sobre blanco con un lazo morado en la parte superior me llamó la atención. Me di cuenta cuando lo recogí que había algo dentro, distorsionándola. Deslicé mi dedo debajo de la tapa y lo abrí. Dentro del sobre había una hoja de papel y un bolígrafo. Tomando el bolígrafo blanco en la mano, lo examiné y me reí cuando vi el hombre sin camisa de Chippendale en él. Le di clic, y sus pantalones cortos se fueron, dejándolo vestido sólo con un tanga.
Instintivamente como si habría alguien en el pasillo en medio de la clase, y como si pudieran ver algo tan pequeño, miré alrededor para asegurarme de que nadie podía ver lo que estaba mirando. Tomé la hoja de papel del sobre. Puesto que no vas a hacer novillos hoy para ir al club de striptease (y otros asuntos), pensé que sería todo lo que tendría de ti. Feliz 18vo cumpleaños. Logan Oh, bien ¿en qué estaba pensando? La campana sonó y los chicos comenzaron a llenar los pasillos. Un momento después sentí unos brazos estrechándome por detrás. —¡Feliz cumpleaños, Liv! —chilló Melody—. ¿Dónde estabas? ¿Te has perdido el primer período? Me di vuelta y sonreí. —¿Tú hiciste esto? —Señalé la decoración del casillero. —¡Sí, tonta! Estaba esperando poder ver tu cara cuando lo vieras, y nunca llegaste. —Lo siento, me encontré con Tyler cuando me detuve para tomar un café esta mañana. Nosotros estuvimos hablando durante unos minutos. Acabo de llegar. Su sonrisa se desvaneció. Le había dicho a Mel todo sobre la noche que conocí a Tyler. La misma noche que Logan me dijo cómo se sentía. La misma noche que me quedé dormida en los brazos de Logan. Mel rodó los ojos y se paró en su casillero. —¿Qué pasa? —pregunté, perpleja por su repentina separación. Se volvió hacia mí, molesta. —¿Estás loca? —¡No! ¿Y tú lo estás? Resopló y sacudió la cabeza. —Pensé que te gustaría empezar a abrir los ojos ahora que Evan está fuera de la imagen. —Mel, no tengo ni idea de lo que estás hablando. —¿Cómo es que no ves lo que está justo delante de ti? —Su expresión cambió a la piedad, que me puso al borde—. No engañas a nadie, ya sabes. He visto la forma en que miras Logan y cómo te mira. ¿Qué estás esperando? ¿Por qué jugar con estos otros tipos? Es estúpido.
—¿Juzgando mucho? Logan no es exactamente el Sr. Compromiso bien sabes. Nunca ha estado en una relación seria antes. Pasa por las chicas como... —¿Al igual que tú vas con los chicos? ¡Viste! Son perfectos el uno para el otro. La miré. Sabía muy bien que tenía mis límites. —Creo que es un poco diferente con él. —¡Oh, por favor! Él haría cualquier cosa por ti y lo sabes. Y no ha estado con otra chica durante meses. —No que nosotras sepamos de cualquier forma. Me sonrió. —Puedes cambiar de opinión al final del día. —¿Qué quieres decir? Su sonrisa se ensancho. —¡Nada! No importa. He dicho demasiado… —Cerró su casillero—. ¡Nos vemos más tarde! El segundo período en psicología avanzada y tercer periodo español se prolongaron por siempre. Dado que las dos clases eran en los lados opuestos del edificio de mi casillero, no había tenido la oportunidad de detenerme ahí entre períodos. Me quedé a la espera de lo que podría encontrar en el interior de mi casillero cuando le di vuelta la perilla y abrí la puerta de metal. Una gorra militar de camuflaje de mujer estaba en la parte superior de mis libros. Tomé la nota de la parte superior de la gorra y la abrí. Por favor dime que nunca vas a morir por tu país. Me moriría si te perdiera. Logan Mientras miraba su nota, sonriendo como una idiota, leyéndola una y otra vez, Mel se acercó. —Teniendo segundos pensamientos ¿verdad? —dijo. Metí la nota en mi bolsillo, tratando sin éxito de eliminar la enorme sonrisa de mi cara. Me reí cuando vi su expresión entretenida. —Tú estás detrás de esto, ¿no es así? —le pregunté. —No, él está detrás de esto. Yo solo sé lo que tiene tu casillero. Me senté en el cuarto período de química, la clase que menos me gustaba, soñando con amaneceres y las banderas de carreras y un Mustang amarillo, y casi besos bajo la luz de la luna, y la sensación de su cálida piel
sobre la mía, y por primera vez en años, me entretuvo la posibilidad, sólo la posibilidad, de cambiar de opinión. Vi un destello de esperanza. Una luz potencialmente alcanzable al final del oscuro y flemático túnel. Sus palabras acerca del club se repitieron en mi cabeza. “Podríamos estar bien juntos. ¿No crees que vale la pena intentarlo?” Un deseo irresistible de hacer precisamente eso me supera. Por él, tal vez podría intentarlo. Observé Mel cerrar la puerta de mi casillero cuando me acercaba allí después del cuarto periodo. Se volvió hacia mí con una sonrisa. —Justo a tiempo. Eso estuvo cerca. —Deberías saber simplemente que solo lo debería abrir yo —bromeé. Después de que mis manos juguetearon nerviosas por varios segundos con el candado, por fin abrí mi casillero. Una pequeña caja roja con un lazo blanco de inmediato me llamó la atención. Quité la tapa de la caja y arrugué la cara cuando vi lo que era. —¡Repugnante! —El teléfono de Mel hizo clic, cuando me tomó una foto. La miré con curiosidad—. ¿Para qué fue eso? Ignoró mi pregunta y miró el contenido. —¿Qué es? —Su rostro crujió cuando lo vio—. ¿Estás hablando en serio? —Miró a su alrededor con nerviosismo—. No dejes que nadie vea esto. Un frasco de tabaco para masticar de Skoal descansaba dentro de la caja con una nota blanca en la parte superior. —¿Qué es en lo que estaba pensando? —le pregunté disgustada. Entonces me acordé de una de las sugerencias que le dio a una joven de dieciocho años y sonreí. El tabaco para mascar nunca cruzó por mi mente. Tomé la nota y la abrí. Me gustaría poder estar ahí para ver tu cara. Espero que Mel esté por encima de eso. No te preocupes. Ábrelo. No es lo que piensas. Giré la tapa del frasco de Skoal. Estaba vacío salvo por otra nota blanca, y... algo más. Una imagen de algo. Unas Alas y un halo, ¿Era una estampa? La risa se escapó de mi garganta cuando me levanté y me di cuenta que era un tatuaje temporal. Lo puse en la caja y leí la nota. Siempre serás un ángel para mí. Logan P.D. Estaré ahí contigo cuando quieras hacer esto de verdad.
Después sexto período, en mi casillero estaba esperado un boleto de Powerball y dos boletos de lotería con una nota que decía: No te olvides de mí cuando te ganes el premio mayor. Dios sabe que yo nunca te olvidaré. Al final del día, Mel observó con atención mientras abría mi casillero por última vez. Por su enorme sonrisa, sabía que iba a ser algo bueno. Los pasillos se afanaban con chicos que cargaban sus mochilas para terminar el día. Mi barra de chocolate de coco favorito descansaba en la parte superior de mis libros con un arco en él y una sola rosa roja colocada al lado de él. Mi sonrisa se desvaneció de inmediato. Y allí estaba. Miedo. Una rosa roja tenía significado. Un significado que de inmediato me di cuenta de que no estaba preparada. Tomé la nota y la abrí. Sé que esto no tiene nada que ver con que hayas cumplido 18 años. También sé lo mucho que amas este chocolate; que no puedes conseguir bastante de él. Y soy feliz cuando tú estás feliz. Ven. Voy a esperar por ti. Logan ¿Ven? Mi corazón empezó a acelerarse. ¿Por qué quiere que vaya? ¿Qué esperaba que suceda si voy? ¡Mierda! —Pensé que te gustaría estar segura —dijo Mel sorprendida por mi reacción—. Parece que como si te estuvieras enfermando. —Me gusta, solo es que estoy un poco abrumada, supongo. —Le entregué la nota—. Él quiere que vaya. La leyó y me miró, todavía confundida. —¿Cuál es el problema? Vas todo el tiempo ahí. —Lo sé, pero... Nunca había hecho algo así por mí antes. —Levanté la barra de chocolate—. Es como si estuviera haciendo una declaración o algo. ¿Qué pasa si...? ¿Y si...? —suspiré—. Siento como si voy por allá... Es sólo que no quiero. No quiero que nada cambie. Mel rodó los ojos. —No puedes vivir tu vida basada en los “qué pasaría si”, Liv. El cambio es inevitable. Es la única cosa que con la que siempre
puedes contar. Deja de preocuparte por lo que podría o no suceder y sigue a tu corazón. ¿Cómo puedes esperar a ser feliz si no lo eres? Cerramos nuestros casilleros y empezamos a caminar por el pasillo. —Además, ¿no te parece que todo ha cambiado? —No —le mentí. Mel resopló. —Ugh. ¡Eres imposible!
Traducido por NnancyC Corregido por Paltonika
e quedé con la mirada pérdida en el volante, contemplando mi próximo movimiento, mientras el automóvil permaneció en un punto muerto de la entrada. ¿Salgo y entro en mi casa? ¿O voy a la de Logan? Estuve tan absorta en mis pensamientos durante el viaje a casa, que apenas recordaba cómo llegué aquí o cuánto tiempo pasó desde que salí de la escuela. Miré el reloj digital en el tablero para ver que ya eran las cinco y dieciocho de la tarde. Logan sabía que tenía la noche libre en el trabajo, ya que le comenté que solicité el descanso por mi cumpleaños. Odiaba el hecho de que me estuviera esperando. Tomé el teléfono del bolsillo de mi chaqueta y comencé a escribirle un mensaje. Gracias.
Mi dedo pulsó el botón de enviar. Entonces mi palma me golpeó la frente. ¡Mierda! Después de todo lo que hizo por mí hoy, ¿eso es todo lo que podía decir? Con el teléfono todavía en la mano, crucé los brazos sobre el volante y apoyé la cabeza en ellos, mientras que me regañé por dentro. Mi mano zumbó, indicando un texto entrante. De nada. ¿Eso es todo? Supuse que no debería esperar mucho más después del mensaje breve y frío que le enviara, pero por alguna razón, su respuesta me enfureció. Entonces me di cuenta de que mi ira no tenía nada que ver con su texto. Odiaba esta incomodidad. ¿Era así como que sería entre nosotros a partir de ahora? Todo lo que quería era a mi amigo. La idea de darme por vencida vino a mi mente, pero si lo hiciera, sabía que sería el comienzo del fin. Y no podía soportar la idea de perderlo. De repente, furiosa y decidida, puse el automóvil marcha atrás, retrocedí el camino de entrada, y me dirigí hacia Logan. Mi teléfono sonó en el camino a su casa y sin mirar para ver quién era, respondí—: ¿Hola? —¿Cómo fue tu cumpleaños? ¿Conseguiste todo lo que querías? —¿Tyler? —Miré el teléfono y vi que se trataba de él—. Um... sí... Fue bueno. ¿Cómo fue el juicio? —Largo. Todavía estoy en la oficina, y probablemente lo estaré por un tiempo, pero mañana tengo la noche libre. Estoy planeando ir a ver a una banda con algunos amigos. Debes venir. —Oh. Sí. De acuerdo. ¿Dónde es? —Eagle’s Ballroom. Te gustarán... al menos creo que lo hará. Es una banda local. ¿Te gusta el rock? —Sí. —Entonces pasarás un buen momento. Empiezan a las ocho. ¿Quieres que te recoja? —¿Y si te encuentro allí? Te puedo llamar cuando llegue. —Me parece bien. Te veo mañana. —Está bien. Adiós. Aparqué en el estacionamiento de Tanner Automotive mientras colgaba el teléfono. La distracción momentánea que Tyler proporcionó me atrapó por sorpresa, pero no perdí mi concentración. Puse el automóvil en un lugar vacío y entré furiosa por la puerta abierta de arriba de la tienda. Los mecánicos con los que crecí tan unida me dieron la bienvenida con un saludo amistoso y masculino. La mitad de ellos aulló un bajo gruñido—: ¡Liiiivvvv! —Mientras que los otros dieron un solo asentimiento.
Saludé con la mano y me dirigí arriba al apartamento de Logan, y llamé a su puerta. Un momento después, se abrió. —Viniste —dijo Logan. Los seductores ojos avellana inmediatamente cautivaron mi atención. La forma en que me miraban con tal intensidad debilitó cada parte de mí, y vacilé. Recién duchado, el cabello desordenado, todavía húmedo, brillaba mientras que el leve olor a champú mezclado con colonia, y al verlo, me quitó el aliento. Causó que mi corazón se acelerara. El cuello en V de su camiseta gris manga larga con capucha, mostraba únicamente una pequeña parte de la clavícula y de su pecho, pero fue lo suficiente para recordarme la calidez debajo de ella. Tomé una respiración profunda, en un intento de bajar el ritmo de mi corazón, y enfurecida pasé a su lado para entrar al apartamento, obligándome a permanecer enfocada en la razón por la que vine. —¡Deja de hacer las cosas raras entre nosotros! —ordené. —Tampoco quiero que las cosas sean raras, pero no puedo seguir... —¡No soy tu novia, Logan! Suspiró, frustrado. —¡¿No crees que ya lo sé, Liv?! —Te dije lo que tengo que ofrecer. Pensé que tú, de todas las personas, lo entenderías. —Confía en mí, lo hago, pero algo cambió... —Me miró directamente— . Ha cambiado al segundo en que te conocí. —Dio un paso hacia mí. —¡No! —No quería oír nada más—. ¡¿Por qué no puedes ser sólo mi amigo?! Su rostro enrojeció, retorciéndose en ira mientras daba un paso hacia mí. —¡Debido a que no somos amigos! —gritó—. ¡Nunca fuimos amigos! ¡Y nunca podemos SER sólo amigos! ¡¿Qué diablos va a tomar para hacer que entiendas eso?! —¿POR QUÉ? —grité, sorprendida. —¡Me lo prometiste! Gruñó, pasándose los dedos por el pelo. Entonces, me tomó por los hombros y me miró, furioso, con el rostro a centímetros del mío. —¡¿No es jodidamente obvio?! ¡ESTOY ENAMORADO DE TI! Y estoy malditamente seguro de que también me amas. Quedé boquiabierta cuando me soltó y dio un paso atrás. Parecía estar sorprendido por lo que él acababa de decir. La profunda agresión en su voz me sobresaltó, pero no tanto como el significado detrás de ello. Mis mejillas ardían, mi ira intensificándose con rapidez, y antes de que supiera lo que sucedía, mi mano le golpeó la cara con tanta fuerza que tuve que sujetarla
inmediatamente con la otra para aliviar la sensación de escozor en la palma. Su rostro giró a un lado debido a la fuerza de mi golpe, entonces lentamente regresó a mí con una expresión de sorpresa. Se quedó quieto y me observó en silencio mientras se calmaba antes de hablar. Su pecho se alzó con cada respiración dura que tomó. —No me importa cuánto te moleste, Liv. Es hora de dejar de fingir. —Con cautela se acercó a tomar mi mano, pero la retiré y di un paso atrás. Cada posible emoción fluyó a través de mí, y todas fueron lideradas por la furia, que era mil veces más fácil que la tristeza o el miedo. —No. No estoy fingiendo. La única razón por la que me quieres es porque soy la única que no puedes tener. ¡Y acabas de arruinar todo! Di fuertes pisotones al pasar junto a él hacia la puerta. La abrí de un tirón, luego la cerré de golpe detrás de mí y bajé corriendo las escaleras. Mi ritmo se aceleró cuando oí sus pasos detrás de mí. Salí súbitamente por la puerta de salida lateral y corrí hacia mi auto, aliviada cuando fui capaz de entrar y cerrar la puerta con seguro antes de que Logan me alcanzara. —¡Liv, detente! —gritó, la voz ahogada de Logan mientras golpeaba la ventana y jalaba de la manija de la puerta, tratando de entrar—. ¡Sólo espera! ¡Lo siento! —Giré la llave en el contacto y puse el auto en marcha atrás, asegurándome de no mirar en su dirección—. Maldita sea —gritó con un último golpe en la ventana. Mi cabeza se volvió para que pudiera ver donde retrocedía, y vi a Logan corriendo a su coche. ¡Oh, mierda, me va a perseguir! Presioné el pie en el acelerador, haciendo que los neumáticos chillaran mientras retrocedía el resto del camino fuera de mi lugar de estacionamiento. Entonces, puse el auto en marcha y salí disparada del lugar directo a la carretera. Cuánto más rápido, mi corazón latía con fuerza, y más presionaba el pie en el pedal del acelerador. Al no tener un plan para dónde ir, zigzagueé dentro y fuera del tráfico, en busca de una vía de escape, manteniendo los ojos en el espejo retrovisor. No pasó mucho tiempo hasta que Logan me alcanzó. En cuestión de minutos, permanecía justo detrás de mí. Por supuesto que lo estaba. ¿Realmente pensé que podría perderlo? Hice mi sensibilidad a un lado y seguí apresurándome hacia adelante hasta que vi una luz roja por delante de mí. ¡Maldita sea! ¿Y ahora qué? Mi auto bajó la velocidad. No tenía más opción que detenerme detrás del coche en frente de mí, lo que causó que Logan se detuviera directamente detrás de mí. Eché un vistazo en el espejo retrovisor y lo vi salir de su Mustang y empezar a trotar hacia mi coche. ¿Está loco? Hice clic en el botón de bloqueo para asegurarme de que todas las puertas se encontraran cerradas con seguro justo antes de que llegara a mi ventana. No iba a ceder ahora.
—¡Liv, por favor, detente en algún lugar para que podamos hablar de esto! —gritó por la ventana. Cegada por la ira, me puse las manos sobre las orejas y dejé la vista al frente para sacarlo de foco. El semáforo se puso en verde, y le oí gritar algo justo antes de que corriera de vuelta a su coche, pero no pude entender lo que dijo. Un cartel de la interestatal me llamó la atención, y decidí que es adonde tenía que ir. El tráfico no sería tanto problema en la interestatal. Me asombré cuando llegué al carril de entrada de la autopista. Se sentía liberador estar lejos de la congestión del tráfico de la ciudad. Era justo después de la hora punta, por lo que todavía había un montón de coches, pero era fácil maniobrar alrededor de ellos. La conducción de Logan imitó la mía, casi de forma instantánea, manteniendo su coche pegado a la parte posterior del mío. Dejé escapar un suspiro. Esto era ridículo. No existía manera de que fuera a escaparme de él de esta manera. En realidad no quería hacerlo, de todos modos; sólo necesitaba tiempo para pensar. A medida que mi adrenalina se calmó, mi automóvil redujo la velocidad a poco más del límite. No había modo de que pudiera detenerme aquí en la interestatal. Tal vez si seguía conduciendo, se cansaría y daría la vuelta. Mi indicador de gasolina dijo que el tanque permanecía medio lleno. Tenía un montón de combustible para conducir sin parar por un tiempo. Me pregunté cuánto tenía Logan. La canción de B.B. King desvió mi atención hacia el teléfono. Lo tomé del bolsillo de mi abrigo, apagándolo, y luego lo arrojé en el asiento del pasajero.
Mis párpados se sentían como ladrillos. Les tomó toda la fuerza que tenía para mantenerlos abiertos. Mi espalda baja palpitaba, y mi pierna derecha empezaba a sufrir calambres. Conduje, durante lo que pareció una eternidad. ¡Qué manera de pasar mi cumpleaños! No tenía ni idea de dónde me encontraba, pero a juzgar por la falta de vehículos y farolas, me hallaba en el medio de la nada. Eché un vistazo al
espejo retrovisor y vi dos conjuntos diferentes de faros, pero no sabía si alguno pertenecía al auto de Logan. Dejé de seguirle la pista cuando la necesidad de centrarme en mantenerme despierta empezó a tomar toda mi energía. Cuando las ganas de salir del automóvil para estirarme se hicieron demasiado difíciles de soportar, salí en el carril más cercano. Unos faros me siguieron y cuando llegué a una parada por la señal de alto al final del carril, pude ver claramente que era Logan detrás de mí. Respiré hondo y me preparé. Entrando en la gasolinera más cercana, aparqué en una de las bombas y apagué el motor. Logan hizo lo mismo. Revolví mi bolso por varios minutos tratando de encontrar la tarjeta de débito, pero permanecía en ninguna parte de ser encontrada. Revisé mi cartera para encontrar sólo dos dólares en efectivo. ¡Por favor, dime que tengo dinero para la gasolina! Eché una ojeada arriba para ver la bomba de gasolina junto a la mía, con su manguera conectada al coche de Logan, y él apoyado en el metal amarillo. Tenía los brazos cruzados mientras me observaba atinado. Su expresión era difícil de leer. Sobre todo, se veía exhausto. Continué buscando en mi bolso sin ninguna suerte. Por último, lo volteé, dejando que todo su contenido cayera sobre el asiento del pasajero. Después de analizar todo y no encontrar lo que buscaba, me acordé que dejé la tarjeta de débito en el bolsillo de mi otro abrigo. El que actualmente colgaba en el armario de mi dormitorio. Se me hundió el corazón en el estómago. Me encontraba en “vacio”. Necesitaba gasolina para llegar a casa. Levanté la mirada hacia Logan, que estaba en el proceso de quitar la boquilla del coche y devolverla a la bomba. Después de agarrar los dos dólares de mi cartera, di un paso fuera y bombeé el valor de dos dólares de gasolina en mi coche. —Eso no va a llevarte muy lejos —anunció Logan. —Gracias, Capitán Obvio —refuté mientras caminaba a la tienda para pagar, tratando desesperadamente de encontrar un camino a casa que no implicara la ayuda de Logan. En el camino de regreso a mi auto, por el rabillo del ojo, vi a Logan todavía apoyado en su coche, mirándome. —Deja de seguirme —le dije mientras abría la puerta. —Alguien va a necesitar rescatarte cuando se te acabe la gasolina. —No necesito ser rescatada. No necesito nada. —Me senté en el asiento, cerré la puerta y arranqué el motor. No quería hacerlo, pero no podía dejar de mirar de vuelta a Logan. Con su cabeza gacha, se pellizcó el puente de la nariz mientras negaba con la cabeza. Entonces, me miró, molesto, lo que habría alimentado mi propia irritación si no estuviera tan malditamente cansada.
La sensación de estar atrapada y vulnerable provocó mi frustración. —¡Maldita sea! —dije para mí misma cuando agarré el volante con tanta fuerza que los nudillos se pusieron blancos—. ¡Ugh! —Apagué el motor y salí, cerrando la puerta de golpe detrás de mí. Me acerqué a pisotones a donde Logan permanecía de pie. —¿Por qué estás siguiéndome, de todos modos? —grité. Entrecerró los ojos. —He estado tratando de averiguar eso durante horas. Eres la persona más testaruda que he conocido, ¿lo sabías? —Bajó la mirada, perdida en la nada, como si estuviera tratando de averiguar qué decir. Justo cuando se hallaba a punto de discutir, trajo su mirada avellana, intensa y hermosa a la mía—. Pero por alguna jodida razón, no puedo tener suficiente de ti. Cuando no estoy contigo, te extraño. Nunca me he reído como lo hago cuando estoy contigo. Cuando algo increíble sucede, eres la primera persona a la que quiero contarle, y cuando pasa algo terrible, lo mejoras. Me das fuerza para atravesar toda la mierda, Liv, y quiero decirte cosas que nunca le he contado a nadie. —Exhaló bruscamente y dio un paso hacia mí hasta que no permanecía a más de treinta centímetros—. Pero sobre todo, te estoy siguiendo porque me vuelves jodidamente loco. Me agarró por la nuca y presionó sus labios sobre los míos. Mis ojos rodaron hacia atrás, y un pequeño murmullo se me escapó mientras todo mi cuerpo se debilitó por la euforia que estalló cuando su lengua entró en mi boca. Pasaron varios segundos hasta que reuní la fuerza para apartarlo de mí. Su cuerpo golpeó en su coche, debido a mi empujón. —¡Basta! No hagas eso otra vez. —Lo señalé cuando lo dije. Cuanto más intentaba sonar fuerte, mi voz temblaba débilmente. De inmediato, me di la vuelta para volver corriendo a mi coche, pero su mano me agarró del brazo. —¿Adónde vas a correr ahora, Liv? Estás en el medio de la nada. No tienes gasolina en el coche. El hecho de que tenía razón me enfureció. Era demasiado tarde y me encontraba demasiado lejos como para llamar a alguien más por ayuda. —Necesito que me prestes dinero para el combustible —exigí—. Te lo devolveré mañana. Volvió la cabeza hacia un lado mientras sus cejas se juntaron. —No. —¿Qué quiere decir con “no”? ¡No puedes dejarme aquí! —Comencé a devanarme los sesos, calculando lo que haría si me dejara aquí—. ¿Sabes qué? Bien, déjame, dormiré en el coche. Mel vendrá a buscarme en la mañana. —Mis labios comenzaron a temblar. Me dije que era por el aire frío del invierno, pero muy en el fondo, sabía que era porque se trataba de él. Este era el momento en que me dejaría.
Me miró con cautela mientras las lágrimas comenzaron a irritar mis ojos. Dio un paso hacia mí y retrocedí, mirando a todas partes menos a él. —No voy a dejarte aquí —me aseguró—. ¿Por qué pensarías eso? ¿Estás completamente ciega? ¿No has oído ninguna jodida cosa de lo que te he dicho? —¿Entonces vas a prestarme dinero para la gasolina? —No, Liv, no lo voy a hacer. —¿¡Qué demonios, Logan!? ¡Estás hablando en círculos! ¿Me estás dejando aquí o no? Su rostro era una mezcla de confusión y preocupación. —Estoy enamorado de ti, Liv. No te seguí todo este camino sólo para dejarte aquí... sola y varada. Nunca haría eso. Era la segunda vez que me decía que me amaba. —Bueno, entonces, ¿de qué estás hablando? —Girabas como loca en la carretera. Estás cansada. No puedes conducir de esa manera. Te matarás. Vi un motel no muy lejos de aquí. Aparca tu coche aquí. Vamos a ir a dormir un poco. Conduciremos a casa por la mañana. —Una habitación de motel, Logan... ¿En serio? —dije con sarcasmo— . No lo creo. —Bien, entonces dos habitaciones. Incluso puedes obtener tu propio cuarto a tu propio nombre. Tienes dieciocho, ya sabes. —Sonrió, con cuidado. Tenía sentido. Mi cuerpo exhausto no podía aguantar el viaje a casa. —Voy a tener que idear algo que decirle a mi mamá. Pensó por un momento. —¿Puedes decir que estás con Mel? —Sí, supongo que sí. —Odiaba mentirle, pero no podía decirle exactamente que estaría quedándome en un motel con un chico. ¿O sí? Era una adulta legal ahora. Y era bastante indulgente la mayoría del tiempo, y por alguna razón, sentí la necesidad de hablar con ella. Sólo quería escuchar su voz. Después de aparcar el automóvil en el lugar más lejano del estacionamiento, tomé el teléfono del asiento del pasajero y marqué el número del pub. —¡American Pub! —contestó mi madre. Inmediatamente, oí la música martillando de fondo y a los clientes del pub. No debería haber esperado algo diferente en una noche de viernes en este momento. —Hola, mamá. No voy a estar en casa esta noche. —¿Hola?
Oh, tienes que estar bromeando. —¡Mamá! ¡Soy yo! —¿Qué? Suspiré y colgué. Tendría que enviarle un texto.
Traducido por florbarbero Corregido por Alysse Volkov
unque tenía la calefacción al máximo en mi habitación de hotel, mi cuerpo se estremeció bajo las sábanas. El olor a polvo quemado llenó el aire desde las bobinas del calefactor, pero el aire frío que se filtraba por la ventana que se encontraba encima del calentador parecía sobreponerse al calor. De a ratos, un fuerte golpeteo metálico provenía de él, sobresaltándome. Mi mente vagó al beso de Logan. No podía dejar de pensar en él. Mis dedos se movieron a mis labios, sintiendo el hormigueo que aún persistía en ellos. Me hizo sentir cosas que nunca sentí antes. Me hizo sentir viva, a pesar de que trataba duramente de mantenerme neutral... a todo. El molesto golpeteo metálico me distrajo de mis pensamientos. Me puse la almohada sobre los oídos para evitar el ruido, pero nada parecía ayudarme con el frío de mi cuerpo. Me moví y retorcí, tratando de sentirme lo suficientemente cómoda como para conciliar el sueño, pero después de un par de horas de intentándolo, me di cuenta de mis esfuerzos eran completamente inútiles. Demasiado cansada, frustrada e incapaz de dormirme, me senté con la espalda recta en la cama y miré la habitación vacía. Mis ojos gravitaron hacia el abrigo que colgaba de un gancho en la puerta de salida. Sin pensarlo, me levanté y lo agarré, deslizando mis brazos en el, mientras mis pies resbalaban en mis zapatos y caminé hacia fuera, al frío. Me detuve frente a la habitación número tres y llamé sin dudarlo. Si dudaba, podría volverme atrás. El cerrojo se desbloqueó justo antes de que la puerta se abriera. —Oye —susurró Logan. Sus ojos brillaban a la luz de la luna. ¿Cómo es posible, que una mirada suya me derritiera por completo de esa manera? —Hace mucho frío en mi habitación —suspiré, repentinamente nerviosa. Mi corazón empezó a latir fuerte y rápido—. No puedo dormir.
Manteniendo sus ojos en mí, abrió más la puerta, haciendo un gesto para que entrara a su habitación. Entré y cerró la puerta detrás de mí. La luz azul de la TV bailaba en las paredes, pero no había sonido proviniendo de él. Me volví hacia él. En silencio, nos miramos el uno al otro durante unos momentos. La apasionada mirada de anhelo creciendo lentamente en sus ojos era una tortura. Estaba segura de que coincidía con la mía. ¿Qué estás haciendo aquí? En realidad no tenía una explicación lógica. El simple hecho de que necesitaba estar donde él se encontraba. Necesitaba sentir su tacto. Luego, algo cambió en su expresión. Lo sabía. Sabía por qué estaba aquí. Era increíble cómo me podía leer con solo mirarme, como si fuera un libro abierto. —¿Liv? —Su voz era baja y profunda. —¿Sí? —Tienes que decirme por qué estás en mi habitación. —Tengo frío —respondí en un susurro apenas audible. Vaciló con una expresión severa. —Tienes frío —repitió—. ¿Y quieres que te ayude con eso? Oh Dios, ahora me siento como un idiota. Rodé los ojos y suspiré. —Sí, supongo que sí. Caminó hacia adelante, deteniéndose a pocos centímetros de mí. — ¿Vas a abofetearme? Negué con la cabeza. —¿Vas a alejarme? —Tal vez —susurré nerviosamente. Hizo una pausa, pensando por un momento, y luego puso sus manos en mi cintura, acercando lentamente mi cuerpo al suyo. Con su anterior beso aún vivo en mi mente, respiré fuertemente mientras me mordía el labio. Sus ojos, a pocos centímetros de los míos, suplicando, casi como si estuviera pidiendo permiso para continuar. Me quedé en silencio. Sus dedos rozaron mi mejilla y acomodaron mi cabello detrás de mi oreja. Instintivamente, teniendo los ojos cerrados, mi mano cubrió suavemente la suya, y mis labios besaron la carne áspera de su palma, y luego se trasladaron lentamente hacia su muñeca. Dudé y lo miré cuando me di cuenta de lo que había hecho. Solté su mano y di un paso atrás. La angustia en sus ojos cuando lo solté me mató. Me quedé congelada, mirando fijamente sus ojos, incapaz de moverme. ¿Y ahora qué? ¿Por qué él no podía dejarlo ir? ¿Por qué yo no podía dejarlo ir? No sabía si me encontraba preparada para esto.
Era el momento de la verdad. Mi corazón latía con fuerza en mi garganta mientras deliberaba... como si tuviera elección. Cuando se trataba de Logan Tanner, ¿tenía una opción? A pesar de mis esfuerzos, la atracción que sentía por él crecía a cada momento de cada día, ya sea que estuviera físicamente con él o no. Pero tenía miedo. Mientras daba otro paso hacia atrás, su expresión se volvió enojada. —¿Qué quieres, Liv? ¿Quieres sentarte en la cama conmigo toda la noche como si no significara nada? Mis ojos ardían mientras las lágrimas se deslizaban en ellos. Sólo lo quería a él. Para siempre. El problema era que no podía encontrar la manera de hacer que eso suceda. —Quiero que seamos amigos —suspiré, con mi mente corriendo. Mis palabras provocaron que su ira se intensificara. —Mierda. —Se acercó a mí y me agarró por la cintura, presionando su cuerpo sobre el mío— . Los amigos no hacen lo que nosotros hacemos. Los amigos no sienten lo que sentimos. ¡No puedes esconderte de mí, Liv! Te conozco condenadamente demasiado bien. ¡Deja de mentirme! ¡Deja de mentirte a ti misma! Su rostro se encontraba a centímetros del mío. Mi respiración se hizo más rápida, pesada, mientras mi corazón latía con fuerza en mis oídos y mi cuerpo comenzaba a debilitarse. Quería a sus labios. Lo quería a él. Me tomó detrás del cuello. —La forma en que me miras cuando te toco... —Aumentó la presión sobre mí, su pecho subía y bajaba con cada pesada respiración. Su voz se hizo más profunda, ronca. Sensual—. Como me estás mirando ahora mismo... no lo estoy imaginando. Sé que me quieres. Lo puedo ver en tus ojos. Me quieres tanto como yo quiero. Traté de empujarlo fuera de mí, pero era demasiado fuerte. Su agarre era demasiado apretado, y no me soltaba. Me retorcía y luchaba tratando de escapar de sus garras. —¡Suéltame! Al instante, me soltó, dio un paso atrás y me miró, confundido. —Lo siento, no quise hacer eso. Dios, ¡sólo quiero que este maldito juego PARE! —Agarró su cabello y se alejó de mí, yendo hacia el otro lado de la habitación. Colocó las manos en sus caderas y miró hacia abajo, moviendo la cabeza. Luego, se giró y me miró directamente a los ojos. —¿Entiendes lo devastador que es para mí cada vez que haces esta mierda? ¿Qué diablos se supone que voy a pensar cuando me dices que quieres que te mantenga caliente? Luego, cuando me acerco demasiado, ¿me empujas lejos? ¿Me estás jodiendo? ¡Tú NO eres mi amiga! Porque una amiga no me haría eso. Es como si un cuchillo se clavara constantemente en mis entrañas. ¡Y no puedo aguantar más mierda! Todo lo que quiero es...
El dolor en su voz me destruyó. No tenía ni idea de lo mucho que significaba para mí. ¿Y quién podía culparlo? Antes de que pudiera decir una palabra más, puse mis dedos sobre su boca. —Shh. Por favor, detente. Se quedó paralizado. Mi mano ahuecó su mandíbula mientras mi pulgar se movió lentamente a través de la barba en su rostro. Mientras me miraba a los ojos con recelo, mi mano se deslizó detrás de su cabeza y lo tiré hacia mí, presionando mis labios suavemente sobre los suyos. Mientras nuestras bocas se abrían, y mi lengua encontraba la suya, todos mis miedos y ansiedad quedaron olvidados. Lo único que importaba, lo único que existía, éramos nosotros, ahora mismo, en este momento. La pared alrededor mío, que construí durante dieciocho años, se derrumbó en cuestión de segundos. Finalmente me permití sentir la intensidad de la electricidad entre nosotros. Y se sentía mejor de lo que jamás imaginé. —Lo siento —dije con la voz áspera entre nuestros besos—. Por favor, no te enfades conmigo. No quiero hacerte daño. Significas mucho para mí. Suspiró pesadamente, como si esas palabras explicaran todo. Agarrándome con fuerza, me quitó el abrigo. Sus suaves labios en mi cuello enviaron una oleada a través de mí. Mis manos se deslizaron bajo su camisa y lentamente la levantaron hacia arriba y sobre su cabeza, dejando al descubierto su abdomen perfecto, que estaba exquisitamente ensombrecido por la luz azul. Sus ojos se oscurecieron mientras me miraba, pero la forma en que me miraba mostraba algo más que lujuria. Me necesitaba. Necesitaba cada parte de mí. Mi mente, cuerpo y alma. Lo sabía, porque no era una expresión que solo pudiera ser fabricada, era una mirada que hacía juego con mis más profundas emociones internas. Nos necesitábamos el uno al otro. —Dime —dijo con voz ronca, mientras sus labios húmedos bajaban por mi cuello—. Necesito saber que esto es real. Dime lo que quieres, Liv. —A ti —jadeé sin dudarlo. Su cálido aliento rozó mi oreja mientras exhalaba—. Tú, Logan. —Me miró con una mezcla de sorpresa, incredulidad y esperanza—. No puedo sacarte de mi mente. Todo lo que pienso es en cuando nos veremos de nuevo. Sueño contigo. —Mi filtro se ha ido. Cualquier tipo de pensamiento racional se volvió inexistente, en el momento en que mis labios tocaron los suyos y mi muro se vino abajo. Ahora que lo pienso, nunca he sido racional cuando se trata de Logan Tanner—. Y sí... Quiero tu toque. Más que nada. Te quiero a ti. Sus manos ahuecaron mis mejillas y cuando sus cálidos y húmedos labios consumieron cada parte de mi boca, un gemido escapó de mi garganta. Luego, se alejó hacia atrás y me miró a los ojos. —¿Tienes alguna idea de cuánto he esperado oír eso?
Negué ligeramente con la cabeza, provocando que una leve sonrisa se formarse en su rostro. Rápidamente se desvaneció y la intensidad de su expresión creció, mientras estudiaba todas las partes de mi cara y cabello. Saboreándome. Apreciándome. Amándome. Deslizó sus manos debajo de mi camisa, sacándola lentamente, mientras sus manos rozaban la piel desnuda debajo. Levanté mis manos al aire, permitiéndole retirarla y dejarla caer al suelo. Mi piel se erizó por todo mi cuerpo debido al contacto del aire frío sobre mi piel. Sus manos se movieron por mi espalda y con un suave movimiento, me levantó como si no pesara nada. Mis piernas se cerraron alrededor de su cintura y mis brazos alrededor de su cuello. Se acercó a la cama y poco a poco, sin esfuerzo, me acostó sobre ella. Empezó a besarme el cuello y el pecho, y luego suavemente me desabrochó los pantalones y los quitó, como si lo hubiera hecho mil veces antes. Mientras hurgaba en su cinturón, me empecé a preocupar de cantidad de experiencia que él tenía y yo no. Empujé sus pantalones hacia abajo todo lo que pude, y luego los quitamos el resto del camino por nuestros pies. Su cálida mano en mi estómago se movía lentamente debajo del dobladillo de mi ropa interior, e instantáneamente, ya no tenía frío. Mi piel estaba en llamas. Sentía que mi corazón salía del pecho. Lo necesitaba, pero había algo que él necesitaba saber en primer lugar. Mi mano agarró su muñeca. —Nunca he hecho esto antes —solté. —Nunca has hecho, ¿qué? —respondió distraídamente mientras continuaba besándome. Un segundo más tarde, se detuvo cuando la comprensión del significado de mis palabras se extendió por su expresión. Me miró, confundido más allá de lo creíble—. ¿Hablas en serio? Pero pensé... ¿En serio? Asentí. —¿Eso es un problema? Me examinó como si me viera por primera vez. Su mirada se movió desde mi cabello, a mis ojos, mis labios, y luego paseó por la habitación. — Sí, lo es. No podemos. Tenemos que parar. Comenzó a alejarse de mí, pero yo lo tenía apretado. —¿Por qué? —Mira este lugar. Tu primera vez no puede ser en un hotel de mala muerte, Liv. Te mereces algo mucho mejor que esto. —No importa donde suceda, Logan. —Llevé mis labios a su oreja y ligeramente besé el lóbulo—. Me importa con quien suceda —susurré mientras arrastraba un camino de besos por su cuello—. Y te quiero Logan. Quiero que sea contigo. Ahora mismo. No te detengas. Exhaló fuertemente, perdiendo completamente el control. —Ahh, joder.
Sus impacientes labios se presionaron contra mi cuello mientras desabrochó y me quitó el sujetador para luego arrojarlo a alguna parte. Tiré de sus bóxers, y los quité el resto del camino. Luego se apretó contra mí a través de la fina tela de mi ropa interior. Jadeé fuertemente, esperando a que la retire, pero para mi sorpresa, se detuvo. —Quédate aquí —ordenó. ¿Dónde exactamente creía que iría? Vi como se levantó de la cama y se acercó a su abrigo. Sacó un pequeño paquete cuadrado del bolsillo, y oí como lo abrió. ¿Había planeado esto? Cuando terminó, volvió hacia mí, y retiró rápidamente mi ropa interior. Esperé impacientemente mientras traía su cuerpo sobre el mío. Debería sentirme más nerviosa, con miedo, pero era como si todas las estrellas se hubiesen alineado en el cielo, esperando que este momento suceda. Todo lo que sentí fue anticipación. La mezcla de amor y deseo en sus ojos penetrantes, mientras su rostro se cernía sobre el mío, mezclado con la sensación de su cuerpo caliente alojado entre mis muslos hacía que mi estómago se estremeciera. —¿Estás segura? —susurró. Asentí. —Sí. —Nunca quise a algo más. Estudió mis ojos, mi pelo, mis labios, saboreando cada parte de este momento. Su mirada se mantuvo enfocada en los mía, cuando suave y cautelosamente me penetró. Tomé una respiración profunda y apreté mis uñas en su espalda, adolorida. Sus ojos se inundaron de calidez cuando se inclinó hacia abajo y empezó a besar mi cuello. —¿Estás bien? —susurró con la voz baja y ronca. —Mmm —susurré—. Por favor, no te detengas. A medida que continuaba lentamente, el dolor comenzó a disminuir. Entonces, después de unos momentos, se le unió un intenso y erógeno placer. La mezcla de placer y dolor se sentía increíble. Un débil gemido escapó de mi garganta cuando empecé a dejarme ir. Cuanto más nos movimos, más pesadas se volvieron mis respiraciones. Finalmente relajada, dejé de contenerme, solté mis manos y las moví a sus caderas, instintivamente ayudando a guiar el ritmo de nuestro movimiento. —Oh... Dios... Liv —Logan se vino abajo mientras sus embestidas se aceleraban. Sintiendo mi falta de restricciones, se impulsó en mí aún más duro, y rápido, mientras su propio autocontrol se disipaba. Seguía sintiendo un poco de dolor, pero no me importaba. La sensación de él estando finalmente tan cerca, lo superaba un millón de veces más. —Necesito verte —instó—. Abre los ojos.
Miré sus exquisitos ojos y cuando vi su intensidad, no pude contenerme. —Oh Logan —gemí cuando la tensión acumulándose dentro de mí finalmente estalló. Con un último movimiento, se deslizó dentro de mí y se quedó allí por un momento, sus brazos temblando mientras dejaba escapar un último gemido. Cada músculo de mi cuerpo se relajó cuando nuestro movimiento se enlenteció. Por último, se desplomó encima de mí y apoyó su cabeza húmeda en mi pecho. Ambos respirábamos rápida y pesadamente, esperando que nuestro corazón regresara a un ritmo normal. Quería que se quedara así de cerca por siempre. —Santa mierda —declaró. Se apartó y trasladó a mi lado, mirando hacia el techo—. Santa mierda —repitió, haciéndome sonreír. —Sí —suspiré. Después de varios minutos, continué—. Dices mucho la palabra mierda. Sonrió alegremente mientras tomaba mi mano, la llevaba a sus labios y besaba suavemente mis dedos. —Sí, bueno, nunca he sentido algo así antes. Conociendo todo acerca de sus pasadas hazañas, mostré una expresión curiosa. —¿Ah? —Nada como esto —repitió—. Lo digo en serio. Después de un largo momento de silencio, se colocó de costado, colocando su brazo debajo de la almohada sobre la que su cabeza descansaba, y me miró con los ojos serios. —Liv, nunca me he sentido así antes. Nunca he querido a otro ser humano tanto como te quiero. Y no me refiero sólo a esto. Quiero hacerte feliz. Se levantó a sí mismo de modo que descansaba en su codo. Con la otra mano, trazó sus dedos desde mi mandíbula a mi barbilla, sosteniendo mi mirada con la suya. —No sé porqué, pero estar contigo siente bien. Se siente correcto. Es mejor que cualquier jodida cosa que jamás haya conocido. Mi cuerpo se giró de lado para poder mirarlo. —¿Por qué eres tan bueno conmigo? He sido muy mezquina contigo. Dudó. —Porque te amo. Y no eres mezquina, no vuelvas a decir eso. Eres jodidamente increíble. Era la tercera vez que decía esas tres palabras. Nuestros ojos se encontraron, y acercó su rostro al mío, rozando suavemente mis labios con los suyos. Sonreí mientras descansaba su cabeza en mi almohada y me besaba en el hombro. —Gracias por el regalo de cumpleaños —le dije. —¿De qué estás hablando?
Me eché a reír. —¡Regalos! Quiero decir, todos ellos. En la escuela. Significaron mucho para mí. Sonrió. —¿Puedo hacerte una pregunta? —Acabas de hacerlo. Rió entre dientes. —Sabelotodo. ¿Por qué creíste que iba a dejarte en la gasolinera? Tienes que saber que nunca haría eso. Mi sonrisa se desvaneció mientras me giraba de espalda y me quedé mirando fijamente al techo. —No lo sé. Era sólo una sensación, supongo. — Quería contarle que todo el mundo se va al final; que sólo es una cuestión de tiempo. Quería decirle que no hay manera de evitarlo, que sin importar lo mucho que nos gustaría intentar luchar contra eso, sabía que se terminaría—. Tenía la sensación de que tu tiempo conmigo estaba terminado. Por alguna razón, mi estómago se revolvió cuando lo dije. Lo espié antes de girarme hacia él. Me miró, perplejo. —Mi tiempo contigo nunca se acabará. No importa lo que pase. Nunca acabaré contigo, Liv —suspiró—. No te ves feliz. —Estar contigo me hace feliz, Logan. —Me moví para que mi cabeza descansara sobre su pecho, medio abrazándolo—. Soy feliz contigo. —Era sólo una media mentira. Verdaderamente, estar con él me hacía más feliz que cualquier otra cosa. Pero era una felicidad agridulce porque a partir de ese momento, estaría eclipsada por la espera y la incógnita de cuándo y cómo nuestra relación se disolvería.
Traducido por NnancyC Corregido por Alysse Volkov
a habitación vibró. El golpeteo de los cuadros en las paredes me sorprendió, sacándome de mi estado de sueño. El tren se sintió como si estuviera directamente detrás del motel. No recordaba haber visto ninguna vía anoche, pero por otra parte, se hallaba oscuro y mi mente estaba en otras cosas. Mientras yacía aún con los ojos cerrados, el estruendo y el rugido se disiparon hasta que desaparecieron por completo. Poco a poco, mientras evolucionaba en un estado de conciencia, me vuelvo consciente del calor que irradiaba el abdomen de Logan en mi espalda, el brazo cubriendo mi hombro y las piernas enredadas en las mías. Su piel desnuda sobre la mía me sumergió en la serenidad. Aspiré el aroma de la colonia, el sudor y de Logan mismo mientras me estiré, y cuando exhalé, un pequeño murmullo salió de mi garganta. Podría acostumbrarme a esto. Superpuse sus dedos lánguidos en los míos y los llevé a mis labios. Desde la tenue luz azul clara que entraba por las grietas en los bordes de las cortinas de la ventana cerrada, parecía ser justo después del amanecer. —Mmm —gimió mientras besaba suavemente cada dedo. —Buenos días —susurré. —Buenos días —murmuró justo antes de que colocara un beso suave entre mis omóplatos. Me besó en el hombro y luego apoyó la cabeza sobre la almohada. Llevé su mano a mi mejilla y suavemente presioné su brazo a mi pecho. Estar tan cerca de él era mejor que cualquier cosa que había soñado,
y nunca quería dejarlo ir. Mis ojos pesados se cerraron, y volví a mis sueños. Nada podía arruinar este momento perfecto.
Me despertó Bear Grylls dando consejos de supervivencia en la TV. El champú fresco y el vapor saturaron el aire. Totalmente descansada, abrí los ojos y di la vuelta para ver a Logan sentado en la cama junto a mí, con el cabello mojado y nada puesto, excepto una toalla envuelta alrededor de la cintura. Las grietas de luz brillante vinieron a través de las cortinas y miré que el reloj digital en la mesita de noche decía 9:23 AM. Se agachó y tocó sus labios suaves y cálidos en mi frente. —Buenos días, dormilona. Sonreí y luego me giré para mirar la TV. —¿Qué está comiendo ese tipo loco esta vez? Logan se rió entre dientes. —No quieres saber. —Te duchaste. —Lo hice. Iba a despertarte para que te unieras a mí, pero parecías tan tranquila, no me atreví a hacerlo. —Oh. —El calor emanaba de mis mejillas. ¿Por qué estaba avergonzada tan de repente? —¿Sabes lo hermosa que eres cuando estás durmiendo? —¿Quieres decir silenciosa y dócil? Muchas gracias. —Eso no es lo que quise decir, y lo sabes. —Levantó la mirada, pensando—. En realidad... ahora que lo pienso... —¡Oh, por favor, silenciosa y dócil te aburriría demasiado! —me defendí. Se echó a reír. —Sí, tienes razón. Tus agallas es una de las razones por las que te amo. Era la cuarta vez que me decía que me amaba. Mi sonrisa se desvaneció. ¿Por qué no podía decírselo? La preocupación se unió a su expresión divertida.
—Está bien. No tienes que decir nada —me aseguró como si leyera mis pensamientos. Su mano cálida se deslizó bajo la mía, y llevó mi mano a sus labios, besando cada uno de mis nudillos mientras sus ojos increíbles miraban mi alma. —Quiero que me beses —susurré. Las comisuras de sus labios se elevaron mientras acercó su cara a la mía y cerró su boca alrededor de la mía, causando que respirara con brusquedad a través de la nariz. —Mmm, hueles bien —dije en un susurro. No creí que alguna vez pudiera conseguir suficiente de su aroma embriagador. De repente, dejé de besarlo—. Y probablemente yo apesto. Debería meterme en la ducha. —Hueles asombrosa —dijo mientras me besaba el cuello. Ignorando su comentario, me senté derecha y empecé a envolver la sábana alrededor de mí, pero él estaba sentado en ella. Le di un tirón cuando le mostré una sonrisa. —¿Me permites? —No necesitas esto, ¿verdad? —bromeó, apuntando a la sábana. —Sí, la necesito. Se quitó de mala gana de la cama permitiéndome envolver la sábana alrededor de mí. Sentí sus ojos en mí cuando caminaba por la habitación en busca de cada prenda de mi ropa. Una vez que encontré todas, me dirigí al cuarto de baño. —Te puedo ayudar allí, ¿sabes? —anunció. Sonreí cuando me di vuelta para enfrentarlo. —Creo que lo puedo manejar. —Mi sonrisa se desvaneció y mi corazón se saltó un latido cuando vi la forma en que me miraba mientras se ponía de pie con el pulgar metido dentro del pliegue de su toalla. Esos ojos. Cualquier pensamiento que tuve de estar en cualquier lugar que no sea en sus brazos inmediatamente desapareció. Se dio cuenta de mi vacilación. Una esquina de su boca se elevó mientras caminaba lentamente hacia mí. Me quedé paralizada hasta que sus dedos en mi barbilla encendieron la chispa familiar que sólo él podía encender. ¿Cómo hace eso? Con sus suaves labios moviéndose en perfecta armonía con los míos, sus manos rozaron mi cuello y se movieron hacia abajo por mis hombros, finalmente posándose en mis dedos delicados que sostenían mis prendas en una mano y la sábana a mi cuerpo en la otra. Mi ropa cayó al suelo cuando tomó el control de la mano que las sostenía y la movió a su espalda baja. Mi respiración se intensificó con anticipación de lo que sabía que él haría a continuación.
—Pero ya tomaste una ducha —logré decir. Lo sentí sonreír contra mis labios, pero no dijo nada en respuesta a mi comentario. En cambio, tomó mi otra mano, haciendo que la sábana flotara suavemente hasta el suelo y me condujo a la ducha.
Entristecida por el hecho de que nos teníamos que marchar tan pronto, me puse los zapatos, y luego observé a Logan mientras se vestía. —¿Podemos quedarnos aquí para siempre? —pregunté. Sonrió. —Podemos hacer lo que sea que quieras. —Se puso la camisa y luego miró alrededor de la habitación—. Sin embargo, ¿podemos elegir un lugar diferente para quedarnos para siempre? —Se puso una mano en la boca como si estuviera a punto de decirme un secreto—. Este lugar es un poco sórdido. Me eché a reír. —No me importa dónde vayamos. Voy a ir a cualquier parte contigo. Mi teléfono sonó desde la mesa del final, indicando un mensaje de texto. —¿Vas a alcanzarme eso? —pregunté—. Probablemente es mi mamá. Lo recogió y lo miró antes de entregármelo. —¿Quién es Tyler? Oh, mierda. Agarré el teléfono y miré el texto. Cambio de planes, no estaré allí hasta las 9pm esta noche. —Liv, ¿quién es Tyler? Mi corazón se aceleró. No iba a mentirle. —¿Me prometes que no te vas a enojar? —Sólo dime quién es. Me recordé que él me amaba y la única manera de que esto funcionaría era si los dos éramos honestos con el otro. —Es el tipo de Rain. —Me miró, confundido—. Con el que te metiste en una pelea. Apretó la mandíbula con fuerza. —¿Cómo consiguió tu número?
Oh, mierda. —Yo se lo di. Me choqué con él ayer por la mañana en la cafetería cerca de la escuela. —¿Qué quiere? —Sus puños se apretaron con fuerza por sus costados. —Pareces enojado, Logan. —Caminé hacia él con nerviosismo y envolví los brazos alrededor de su cuerpo. Mi mejilla encontró un lugar en su pecho—. Por favor, no te enfades conmigo. La tensión en sus músculos se relajó. —No estoy enojado, sólo dime por qué te está enviando mensajes. —Tenemos planes para esta noche. Acaba de dejarme saber que el horario ha cambiado. Dio un paso atrás y me apartó suavemente de él. —¿Por qué querrías hacer planes con alguien que trató de matarme a golpes? Tomé una respiración profunda. —Logan, tú fuiste el que se le lanzó encima, ¿recuerdas? Me miró como si fuera una demente. —Está bien. Excelente. Sólo dile que no puedes hacerlo. En realidad, dile que no serás capaz de verlo. Nunca. El tono controlador en su voz me tomó por sorpresa y me puso de inmediato a la defensiva. —¿Qué? ¿Por qué? —Porque estás conmigo ahora. —Así que, ¿eso significa que no se me permite tener amigos? —No sin son hombres. —¿Qué pasa con los amigos que son hombres? —De ninguna manera —dijo, irritado. —No puedes estar hablando en serio. ¿Qué hay de Matt? ¿O Isaac? —¡No, Liv! ¡Nadie! Ahora me estaba enojando. —No puedes decirme qué hacer, Logan. ¡Estás actuando como un loco! —Liv, no vas a pasar el rato con chicos. Los hombres no quieren ser tus amigos —dijo con aire de superioridad—. Los chicos te quieren follar. Mi mandíbula cayó al suelo. Totalmente sorprendida, no tenía nada para dar en respuesta a su comentario brutal e insensible, a excepción de las lágrimas que escocían en mis ojos. Oh, Dios mío, ya está comenzando. ¡Por favor, dime que no está sucediendo tan rápido!
La realidad instalada en ese preciso momento podía ser el principio del fin. Cuando vio mi expresión, el remordimiento se extendió a través de la suya. —Mierda, no quise decirlo de ese modo. —Sí, lo hiciste —susurré—. ¿Eso es lo que piensas de mí? —La ira creció dentro de mí como un mecanismo de defensa, llevándose la tristeza, y mi voz incrementándose—. ¿Eso es lo que soy para ti, Logan? ¿Una conquista? —No, por supuesto que no. Lo siento. No tenía intención… —Ahórrate las disculpas. ¡No te creo! —Tuve suficientes disculpas de mi padre para que me duraran toda una vida. Cuando era más joven, venían con frecuencia, pero ahora sólo venían una vez al año en forma de una tarjeta de cumpleaños. Las disculpas eran nada más que palabras vacías. Tomé mi abrigo y me envolví en él justo antes de salir precipitada. Corrí a mi habitación para agarrar mi bolso. Entonces, me acordé. No tenía a donde huir. Al no tener razones para perseguirme ya que los dos sabíamos que lo necesitaba para llegar a casa, Logan se quedó en su habitación. —¡Ugh! —Me dejé caer en la cama y me quedé mirando el techo, tomando varias respiraciones profundas y calmantes, tratando de encontrar una manera de hacer esto bien. Por mucho que entendía la causa profundamente arraigada de su necesidad de control, nuestra relación nunca funcionaría si tratara de controlarme a un grado tan alto. A pesar de la historia con sus padres, sus peticiones eran excesivas. Veinte minutos pasaron mientras continué acostada inmóvil en la cama, cuando un golpe en la puerta interrumpió mis pensamientos. Reuní mi fuerza y abrí la puerta, donde Logan estaba esperando. Inmediatamente me di cuenta de sus ojos hinchados y enrojecidos, y las mejillas rojas. ¿Había estado llorando? —Me equivoqué —dijo en voz baja—. Eres mi mejor amiga. Eso es lo que significas para mí. Sé que no puedo decirte qué hacer. Tienes que tomar tus propias decisiones. Lo siento mucho, Liv. Te juro que no quise decir lo que dije. Por favor, perdóname. Otro tren vino a toda velocidad por detrás del motel. El estruendo que hizo ahogaba todos los demás ruidos. Estaba agradecida de tener el momento extra para pensar. Lo miré fijamente mientras lo contemplaba, y mantuvo sus ojos en los míos. Cuanto más nos miramos a los ojos, más el resto de nuestro entorno se deterioraba. Por último, el rugido se disolvió y sólo el sonido de la autopista interestatal y los latidos de mi corazón quedaron. —El sentimiento es mutuo, ya sabes —dije. —¿Qué quieres decir?
—Me vuelves jodidamente loca también. —Jalé su abrigo y presioné los labios en los suyos, y todo lo demás en el mundo se desvaneció.
Traducido por Kariza Corregido por Victoria Ferris
e necesitaron tres horas para llegar a casa desde el medio de la nada que siempre sería un lugar para mí. Tuve el tiempo justo para detenerme en casa y cambiar mi ropa antes de reportarme con Frank. Todo mi turno había pasado en un sueño. Olivia, ¿puedo tener algo de ayuda aquí? Inmóvil en la isla de dulces, mis ojos se enfocaron en la nada en lo que mi mente absorbía cada momento de los últimos dos días. Necesitaba encontrar una manera de que mi relación con Logan funcionara, pero mientras más pensaba sobre eso, más dudas tenia. —Olivia —llamó Stacy, e inmediatamente volteé mi cabeza en su dirección. Una larga fila de clientes alineados detrás de la caja registradora. —Lo siento, Stacy —dije mientras me movía hacia la segunda caja registradora—. Puedo ayudar a la siguiente persona aquí.
Inconscientemente atendí cliente tras cliente. Perdida en mis propios pensamientos, me escuché a mi misma responder automáticamente a los comentarios que hacían. Ah, Hola. Estoy genial, ¿y tú? ¿Le gustaría una bolsa para eso? Que tenga una buena noche. Salí de cualquier mierda en la que estaba cuando mi caramelo de chocolate favorito apareció en mi mostrador. —Estas cosas son sorprendentes. Alguna vez has… —Levanté la mirada para ver un par de notables ojos color avellana mirándome. La sonrisa que se deslizo en mi cara no pudo ser contenida—. Oh, Hola. —Una vez alguien me dijo que estas cosas era como un pedacito de cielo en sus papilas gustativas —dijo Logan. Mis mejillas se calentaron mientras pensaba sobre todo las cosas celestiales sobre el que eran mucho mejores que esa pequeña barra de chocolate. Le entregue la barra con su recibo. —Suena como una chica inteligente. —Es para ti —dijo mientras me lo entregaba a mí—. ¿Terminaras pronto? Mi sonrisa vacilo. Sabía que tenía planes esta noche que no cancelé. Hasta el momento, de todos modos. —Sí, terminó en quince minutos. —Bien. Esperare por ti. —Sonrió un adiós pero algo en sus ojos me puso nerviosa. Era algo que se parecía mucho al miedo. Y era la primera vez que lo veía en el en tal grado.
El humo flotaba fuera del tubo de escape del poderoso auto amarillo de Logan en el estacionamiento, el vapor del agua contrastaba con el frio viento congelado. Crucé mis brazos delante de mí, cuando caminé afuera, preparándome para el frio… y para cualquier cosa que podría suceder cuando hablara con Logan. Tonos profundos de otros autos pasando la avenida mientras caminaba hacia su auto.
Me dejé caer en el asiento del pasajero. —Brrr. ¿Por qué el invierno tiene que ser tan largo? Sólo medio sonrió. Y no dijo nada. Tampoco me miraba. —Logan, ¿estás bien? ¿Qué está mal? Se volvió hacia mí, pero bajo la vista hacia la palanca de cambios en vez de mí. —¿Aun vas a salir con un chico esta noche? Oh, es sobre eso. —No he cancelado aún —dije suavemente. Me miró, suplicando, rogando, escrutando. Su expresión me sorprendió. —¿Vas a ir? —No lo sé, Logan. Se quedó en silencio por un momento, después dejo caer su cabeza en su mano. —¡No sé si puedo hacer esto! Mis ojos se ensancharon. —¿Hacer qué? Sacudió su cabeza ligeramente. —Logan, por favor dime que no puedes hacer. —No pude esconder la ansiedad en mi voz. —¿Por qué no has cancelado? —Me miró—. ¿Por qué quieres salir con otra persona? —No quiero salir con nadie más. Tú me dijiste que puedo tener amigos. Honestamente, Logan, no estoy dispuesta a dejar de tener amigos. —Novios, Liv. No puedes tener novios. Pienso que es justo, ¿o no? —Tyler no es mi novio, entonces, ¿cuál es el problema? Sacudió su cabeza de nuevo, a continuación, la realización se extendió por su rostro. —Tú estás haciendo esto para probar un punto. Mi Dios, eres tan terca. ¿Por qué no puedes solo cancelar los malditos planes? Por nosotros. —Logan, ¿y si te pidiera que dejes las carreras? Por nosotros —dije, irritada. —¿Qué tienen que ver las carreras con todo esto? ¿Eso es lo que quieres que haga? ¿Qué salga de las carreras? ¡Sí! ¡Deja de ponerte a ti mismo en peligro! —No, no, nunca te pediría eso porque se lo que significa para ti. Necesito que confíes en mí. Tienes que saber que nunca haría nada para hacerte daño.
—Solo para aclarar, Vas a salir esta noche con otra persona y ¿quieres que confié en ti? —Bueno… si… pero no suena correcto cuando tú lo dices. —¡Eso es porque no es lo correcto! ¡No está bien! —dijo mientras corría sus dedos a través de su cabello—. Maldición, he estado pensando en sobre eso todo el día. Es solo que no sé cómo demonios actuar alrededor de él. No sé si pueda. El choque de sus palabras me silenció. No sé cuánto tiempo nos sentamos en callados Finalmente, Logan rompió el silencio. —No puedo — dijo como si acabara de descubrirlo. Me miró—. Liv, te quiero, te quiero ¿no entiendes eso? No puedo sentarme y ver mientras sales con otros chicos nunca más. No puedo jodidamente hacerlo —suspiró y llevó sus temblorosos dedos al puente de su nariz—. Y también sé que no puedo cambiarte. Y no debería querer. Oh por Dios. No ahora. No todavía. ¡No después de lo que hemos pasado! —Logan, por favor no me hagas esto. —Casi no podía respirar por la enorme roca en mi garganta. Lágrimas se acumularon en mis ojos nublando mi visión. —Pensé que la otra noche por fin significaba que eras mía — continuó—, no puedo creer que me tomo tanto tiempo darme cuenta de que eso nunca sucederá. Nunca serás mía, ¿verdad? Una lágrima rodó por su mejilla izquierda, mientras sus ojos rotos me rogaron para detenerla. ¡Siempre he sido tuya! Petrificada por el miedo de perderlo, mi mente se quedó completamente en blanco mientras hasta el último átomo de mi cuerpo trató de encontrar la manera de hacer que se quedara sin perder mi independencia. No había que reconocer que de hecho necesitaba el control, y podría nunca ser feliz bajo el control de alguien más que no sea mi misma. Todo esto fue sucediendo demasiado rápido. Mi cuerpo entero comenzó a temblar. Lágrimas brotaron de mis ojos como las náuseas se deslizaron por mi garganta y un pequeño gemido salió de mí. —Oh joder, Liv. Por favor, no llores —dijo mientras se alejaba de mi— . Lo siento mucho. No puedo. No podemos. —No me miraba—. Lo siento, pero no puedo verte más. No puedo hacerlo. No así. Mi mandíbula cayó abierta. Pero dijiste que me amabas. Dijiste que nunca terminarías conmigo. Lágrimas calientes rodaron por mis mejillas, pero me mantuve en silencio. Este era el momento que temía desde aquel casi-beso. El momento
para el que tomé toda clase de precauciones posibles para evitar. El momento que era inevitable, no importa cuán duro intente detenerlo. Quería tocarlo. Quería besarlo. Quería que me envolviera en sus cálidos brazos sobre mí y me sostuviera. Quería cambiar de opinión, pero ya había tomado la suya. No quería intentarlo. No me quería más. No me quería lo suficiente. Estudié su perfecto rostro, memorizándolo, devastada que fuera la última vez que estaría cerca. Después, lentamente, comenzó a patear. El entumecimiento. Insensibilidad. La barrera que se había deteriorado hasta casi nada comenzaba a reconstruirse. Respiré profundo, y finalmente mi cuerpo se calmó a un punto de vista funciona y las lágrimas cedieron. Gracias a Dios estaban retrocediendo. —Entiendo —dije robóticamente. Era verdad. Entendía por qué nunca funcionaria. No confía en nadie. Incluso en mí. No confiaba en nadie tampoco. Incluso en él. Después de mirar por última vez el interior de su auto, pero no a él — necesitaba permanecer fuerte y mirarlo me habría roto fácilmente—, abrí la puerta y salí. En el momento en que cerré la puerta del auto, los neumáticos chillaron mientras salían del estacionamiento y a la avenida principal. Observé hasta que no pude ver el coche más. Entonces vi un poco más. Mi último rayo de esperanza se desvaneció cuando la pared continuó construyéndose a sí misma a mí alrededor. Él nunca iba a volver. No me di cuenta que estaba fría hasta se desplomaron las llaves de mis dedos. Cuando intente recogerlas, mis dedos congelados se negaron a tomarlas —Mierda —grité—. Mierda. —Mi pie pateó el neumático delantero de mi coche—. Maldición. —Olivia, ¿está todo bien? —me llamó Stacy mientras se acercaba frente a la puerta principal de Frank’s. Avergonzada, giré la cara hacia ella. —Sí, estoy bien. Solté mis llaves, y no podía recogerlas. Mis manos están congeladas. —Oh, por dios, cariño. ¿Cuánto tiempo has estado aquí afuera? — Tomó mis llaves del suelo y me las entregó. Cuando vio mi cara de cerca, una mirada de preocupación vino sobre ella—. ¿Está todo bien? ¿Has estado llorando? ¿Qué pasó? —Estoy bien, solo he tenido un mala noche. Esto no era algo que quisiera discutir con mi gerente. —De acuerdo, bueno, sabes que estoy aquí si necesitas hablar. Tienes mi número de celular, ¿verdad? —Sí, Gracias, Stacy. Realmente, estoy bien.
—Está bien, cariño. Caliéntate. Nos vemos mañana. Forcé una sonrisa y asentí. Reunirme con Tyler era la última cosa que quería hacer, de hecho, perdí todo el interés en Tyler en el momento en que recibí la pluma con la bailarina exótica masculina de él. Ahora que lo pienso nunca he tenido un interés real en Tyler. Nunca he estado realmente interesada en nadie. Hasta Logan. Me senté en el asiento del conductor de mi auto, esperando para que mis manos se descongelaran, me di cuenta donde necesitaba estar. Después de esperar unos cuentos momento, solo lo suficiente para asegurarme de que mis dedos aun funcionaban, tome mi teléfono y escribí un texto. Te necesito Mi teléfono vibro después de un momento, y mire un mensaje. Estoy aquí. Ganaré tiempo.
Traducido por Alysse Volkov Corregido por florbarbero
on mis manos metidas profundamente en mis bolsillos, troté por la puerta delantera del bar. Dos hombres y una mujer se encontraban parados junto a la puerta, fumando. Cuando abrí la puerta, fui golpeada por una versión fuera de tono de la canción “Me and Bobby McGee”. Entonces me acordé que esta noche había Karaoke, lo cual siempre atraía a una multitud muy grande. Me asomé más allá del grupo de personas en el bar y divisé la cola de caballo rubia de mi madre detrás de la barra. Hacía mezclas con una botella de patrón. Jeff se hallaba allí también, tomando órdenes y haciendo cocteles. Mientras se reía de algo que un cliente dijo, vio en mi dirección. En el momento que mis ojos la encontraron, deje ir todo lo que cargaba, y las
lagrimas empezaron a rodar por mis mejillas otra vez. ¿Por qué no pude mantener la calma? Me dio una sonrisa reconfortante, después de decirle algo a Jeff, se acercó y me envolvió en sus delgados brazos. —Lo siento tanto, cariño —susurró en mi oído. Mi única respuesta fue enterrar mis ojos en su hombro mientras un sollozo salía. Me abrazo por unos cuantos minutos, frotando mi espalda mientras lloraba, luego alejó su cara. —Vamos a algún lugar tranquilo —dijo. Avergonzada por mi arrebato, mantuve mi cabeza abajo mientras la seguía a través del bar y por la puerta trasera del pasillo. Me llevó por las escaleras al apartamento en el que ella y Jeff dormían algunas veces, cuando no era seguro que condujeran a casa. Aún podía escuchar la música del karaoke debajo del piso en lo que me dirigía a través de la cocina vacía, hacia la sala de estar donde un solo sofá descansaba contra la pared. Era la única pieza de mueble en la habitación. —¿Quieres contarme que pasó? —preguntó cuando nos sentamos. —No realmente —Ambas sabíamos que le iba a contar de todos modos. Tomé una respiración profunda en un intento por detener las lágrimas—. ¿Conoces a mi amigo, Logan? —¿Es ese chico realmente lindo con el auto? ¿Quién te trajo la sopa de pollo? Lo había visto de pasada en varias ocasiones. Asentí mientras más lágrimas salían de mis ojos ante su recuerdo agridulce de cuán increíble mi amistad con él es en realidad. No es... era. Se ha ido ahora. Escuchó en silencio mientras lo conté todo. Excepto las carreras. Le dije cómo nos conocimos y la tranquila, sin embargo eléctrica sensación que tenía cuando me miraba. Cómo chispas se encendían en mi sangre cuando me tocaba, y cómo nunca había experimentado nada igual. Le hablé de su historia con su familia y sobre mi promesa, la cual hice cuando Adán se fue, y le dije cómo una relación con Logan nunca funcionaría. Sabía que era la única que lo entendería, y era liberador ser tan abierta con ella. Pacientemente me observó mientras le conté lo que sucedió en los últimos días, incluyendo dónde pasé la noche anterior y la forma en que terminó, con él diciéndome que no quería verme más. —¿Cómo sólo se dio por vencido así, mamá? Me siento engañada. Siento como si me hubiera engañado para que me enamorara de él, y ahora que lo hice, no me quiere más.
—A mí me suena como si estuviera confundido. Suena como que está enamorado. Las personas no siempre son racionales cuando están enamorados, cariño. —¿Eso crees? —dije sarcásticamente. ¿Por qué tomaba su lado? Se suponía que debía estar de mi lado. Se encogió de hombros. —Piensa cuanto tiempo te resististe. Tal vez él está un poco asustado, ahora que eres una cosa real, tangible. Suena como que se siente de la misma manera que te has sentido todo el tiempo. —Pero me dijo que no me quería. Todo lo que pensaba que iba a pasar, pasó. —Dudé antes de decir lo siguiente. No me encontraba segura de cómo iba a reaccionar—. No entiendo por qué sigues haciéndolo. —¿Qué cosa? —¿Por qué sigues dejando que la gente entre, cuando sabes cómo va a terminar. ¿Cómo haces eso, sabiendo cómo te sentirás cuando se vayan? Pensó en silencio durante unos momentos. —Porque siempre hay esperanza de que tal vez no lo harán. Y si puedes dejar de preocuparte por lo que pueda pasar, te prometo que algo maravilloso sucederá, y nunca nada se puede comparar a la sensación que tienes cuando lo hace. Estar enamorado vale la pena el riesgo. —Ya ni siquiera importa. Es demasiado tarde ahora. Se ha ido. Sacudió la cabeza y sonrió. —Deja de pensar tanto y haz lo que te dice tu corazón. —Rodé los ojos. Sonaba igual que Mel. Su mano dio unas palmaditas en mi rodilla—. Consúltalo con la almohada. Las cosas son siempre mucho más claras de la mañana. Pero primero, vamos a tener un poco de diversión. No me gusta verte triste. Forcé una sonrisa mientras tomaba mi mano y me empezó a llevar a la planta baja. Sabía exactamente cuál era su intención, y me acordé inmediatamente de las fiestas de bailes de las princesas que tuvimos en nuestra sala de estar durante varias semanas después de que mi papá se fue. Era una maestra de la distracción. Y la amaba por esto. —Mamá, no estoy haciendo karaoke. Me empujó por las escaleras y se detuvo a hablar con el DJ por un momento justo antes de que me dirigiera a la barra. Me senté en un taburete mientras tomaba su lugar detrás de la barra. —¿Todo bien? —preguntó Jeff. Me encogí de hombros. —Ah. Mi madre me miró con simpatía. —Si quieres dormir aquí esta noche, Livie, puedes tomar una copa o dos. Pero no chupitos. Y no vas a conducir. Sonreí. —Está bien, mamá, estoy tranquila.
—¿Tú estás tranquila? Jesús, Olivia, creo que eres tan genial para mí —bromeó—. ¿Qué vas a ser? —Oye, Gracie, ¿ella es tu hermana? —gritó algún tipo desde unos asientos más allá—. ¡Se parece a ti! —No estaba segura de si me miraba a mí, o a través de mí, o a su propia nariz. Mi madre sonrió de oreja a oreja mientras le fruncía el ceño. Se volvió hacia mí, sin dejar de sonreír. —Cree que somos hermanas. —Está un poco ebrio, mamá. —Me volví hacia él — ¡Es mi madre! Con una expresión confusa, miró hacia otro lado, pareciendo estar sumergido en sus pensamientos tratando de averiguarlo. —Voy a tener un Southern Comfort en las rocas —le dije. —Qué tal una SoCo y Sprite —No era una pregunta. Decidió por mí. Vi como expertamente vertió la bebida y la dejó en la barra frente de mí. El DJ habló por el micrófono. —¡Las siguiente son las chicas Evans! —¡Somos nosotras, cariño! —¡Te dije que no lo voy a hacer! —grité mientras corría alrededor de la barra por mí. Mi corazón empezó a latir con fuerza, y mi estómago se revolvió. No quiero levantarme delante de esta gente y cantar. Tomó mi mano y tiró, pero me quedé en mi silla, manteniéndome firme. —¡Oh, vamos! ¡Es nuestra canción favorita! —Trató de convencerme. Suspiré y tomé mi trago. Si iba a hacer esto, necesitaba un poco de valor adicional. Mi madre me frunció el ceño mientras empujaba la pequeña pajilla a un lado, puse mis labios sobre el vidrio, y tragué toda la cosa. Me limpié la boca con el dorso de la mano y sonreí cuando terminé. —Está bien, estoy lista. —No es divertido, Olivia. No. Es. Divertido. Me reí internamente mientras subíamos al escenario. Mi madre se puso delante del micrófono. —¿Todo el mundo está teniendo un buen rato esta noche? —Aplausos, gritos, y silbidos vinieron de la multitud—. Gracias a todos por estar aquí. —Se volvió hacia mí, pero mantuvo la boca en el micrófono—. Esta es mi hija, Olivia. Es su primera vez en el escenario, ¡así que vamos a darle una cálida bienvenida! Saludé con la mano, tímidamente, a medida que más aplausos, gritos y silbidos llenaron el aire. Me relajé cuando la intro de “Girls Just Wanna Have Fun” comenzó. El sonido me llevó lejos del escenario y de regreso a nuestra vieja sala de estar. Era nuestra canción en esos días. Mi madre bailaba hacia mí, me entregó un micrófono, y tomó mi mano para girar alrededor. De inmediato acepté el hecho de que la gente iba a ver
una fiesta de baile de las chicas Evans, y dejé que mi cuerpo se moviera con la música.
Traducido por Aleja E & Nono Corregido por Alysse Volkov
ensé que estaba despierta, pero no podía mover los brazos ni las piernas. Mis ojos se encontraban cerrados, pero había un brillo en frente de ellos. Me di la vuelta, para enterrar mi cara en... alguna tela incómoda que no podían ser mis sábanas. Cuando finalmente los logré abrir, me cegó una luz, disparando una ráfaga de dolor a mi cabeza. Los mantuve abiertos sólo el tiempo suficiente para caer en cuenta que estaba en el sofá del apartamento de arriba del pub. ¿Eso fue un ronquido? Entrecerré mis ojos mientras miré a mí alrededor. En el suelo junto a mi descansaba un vaso de agua, una botella
de Tylenol, y una servilleta con unos garabatos en ella. Después de frotar mis ojos y mis sienes, poco a poco me obligué a sentarme. Mi cabeza se resistió a la acción de estar en posición vertical con venganza, por lo que dejé caer mi cabeza entre mis manos. Después de varios minutos sin moverme, agarré el vaso de agua y el frasco de Tylenol y me tomé las pastillas junto al vaso lleno, luego fui a la cocina para volver a llenarlo y bebí eso también. Mi cabeza cayó hacia abajo mientras me inclinaba con mis manos sobre el mostrador, esperando que el Tylenol y la hidratación surgieran efecto. Sin el conocimiento de mi madre, algunos clientes del bar me ofrecieron bebidas la noche anterior, y con mucho gusto las acepté. Ahora desearía no haberlo hecho De repente, un ronquido que podría despertar a los muertos llegó desde el pasillo, lo que me hizo resoplar una carcajada. Sólo existía una persona que roncara así. No tenía ni idea de cómo mi madre podía dormir al lado de ese ruido cada noche. Mi mente regresó a la noche anterior, cuando les había dado las buenas noches a ella y a Jeff después de que el bar cerrara, justo antes de que ellos se estrellaran en el dormitorio y yo en el sofá. ¿Qué hora era? Busqué mi teléfono en los bolsillos de mi abrigo, pero no lo encontré. Después de buscar en los cojines del sofá, me di cuenta que tampoco estaba ahí. Me senté y miré a la brillante habitación vacía. Tomé la servilleta del suelo y leí los garabatos en ella. La claridad de la mañana: ¿Qué harías si no existiera el miedo? Lo digo en serio. Deja de pensar. Escucha a tu corazón. Te ama, Mamá (Continúa) Le di la vuelta. P.D.: Tómate el día libre de limpieza. Jeff y yo podemos hacerlo hoy. Descansando mi cabeza en el respaldo del sofá, mi dolor de cabeza comenzó a disminuir, y empecé a pensar en lo que dijo Logan anoche—: ¿Por qué quieres salir con alguien más? Mentalmente me pateé por ser tan increíblemente estúpida. Había estado forzándome a hacer algo que no tenía absolutamente ningún interés en hacerlo, sólo para demostrar un punto sin valor. Estaba en lo cierto. Era demasiado terca para ver que mis acciones le dolían. Mi estómago se volcó a la conclusión de que cometí un terrible error.
Me puse a pensar en la emoción que sentí cuando Logan me sonrió. Lo tranquila que me sentía al caminar con él tomados de la mano. Qué fácil era simplemente estar cerca de él sin tener que forzar una conversación. Qué reconfortante me sentía cuando nos acostamos juntos, con sus brazos envueltos alrededor de mí mientras apoyaba la cabeza en un rincón de su hombro, escuchando los latidos de su corazón en mi oído. Su olor. La electricidad de su toque y la forma en que podía mirarme a los ojos y desnudar mi alma. Estar cerca de él me traía una sensación de paz y alegría al mismo tiempo. Él era el único que realmente me conocía... Veía mi lado malo, y todavía me amaba... hasta anoche. ¿Qué había hecho? Arruiné todo. Su amor era incondicional, y lo empujé a la basura. Se me hizo difícil respirar mientras el nudo en mi garganta crecía. Me ardían los ojos mientras trataba de contener las lágrimas. Mi mirada vagó de nuevo a la nota de mi madre. Estaba cansada de luchar. Tenía que tomar una decisión. Mis ojos se cerraron mientras tomaba una respiración e hice una elección deliberada de bajar la guardia. Era la única manera que podía traer a Logan de vuelta. Casi de inmediato, mientras mis ojos se abrieron de golpe, todo cambió. Tenerlo de vuelta era lo único que quería. Tenerlo en mi vida era lo único que importaba. Era como si por fin hubiera visto una brillante luz que se escondió de mí durante años. Fue una bofetada mi cara, una bombilla de luz que se prendía mi cabeza; como si alguien me hubiera dado un poco de sentido. Lo quería. Quería estar con él, y haría lo que fuera para hacer que funcionara. Nunca tuve una epifanía antes. Era una sensación extraña y ajena a conocer... y estar tan segura de algo y no tener dudas. Logan y yo tenemos esa dichosa relación que la gente busca toda su vida. Sería una idiota si lo dejara ir... Mi único temor era, que me di cuenta demasiado tarde. La necesidad de hablar con él se hizo insoportable. Necesitaba tocarlo y ver su cara cuando le dijera cómo me sentía realmente. Me puse el abrigo y me dirigí hacia la puerta. Los dos únicos coches que quedaban en el estacionamiento eran el mío y el de mis padres. Cuando abrí la puerta de mi coche, mis ojos captaron mi teléfono en el asiento del acompañante, y lo alcancé mientras cerraba la puerta detrás de mí. Decía 07:24 a.m. En el nombre de Jesús, ¿qué estaba haciendo despierta tan temprano? Ah, sí, los ronquidos... Para mi sorpresa total, mi teléfono estaba inundado de llamadas perdidas, textos y mensajes de voz de Logan. Lloré lágrimas de felicidad cuando los revise. Eran cerca de un millón de maneras diferentes, diciéndome que cometió un error. Antes de este momento, las disculpas no
tenían ningún valor para mí. Pero Logan era diferente. Nosotros teníamos algo especial. Y quería creerle. Las llaves tintineaban mientras encendí el auto. Su apartamento no se encontraba muy lejos. Podría estar ahí en diez minutos. Cuando llegué, me sentí eufórica al ver a su Mustang aparcado en el estacionamiento. Dado que el taller permanecía cerrado los domingos, la mayoría de la calle estaba vacía, con sólo otro coche el cual aparcado junto a la de él. Abrí el maletero de mi coche para tomar su regalo de cumpleaños. Un día después de la cena con su madre y su hermana, las había llamado por una idea que tuve para su regalo. Juntas, clasificamos los recuerdos de John Wayne de su padre y creamos una cajita de recuerdo con algunos de los artículos más pequeños que encontramos y colocamos la foto de él y Logan en el centro. Caminando hacia la puerta lateral de la tienda, apenas podía contener la emoción que sentía al pensar en que gran peso se levantaba de mis hombros. Mi dedo el molesto timbre, y esperé. Después de un rato, volví a timbrar de nuevo. Finalmente, la puerta se abrió. Cuando los ojos de Logan se encontraron con los míos, una expresión de confusión y tristeza se apoderó de él. —Liv... ¿Qué estás haciendo aquí? —me preguntó. —Feliz Cumpleaños. —Di unos pasos hacia delante, entrando, y luego puse su regalo en el suelo contra la pared del pasillo mientras cerraba la puerta detrás de mí. Tomé su mano, acercándolo más, luego envolví mis brazos alrededor de su cuerpo, poniendo mi cabeza en su pecho y aferrándome a él como si nunca lo quisiera dejar ir. Su olor me trajo una sensación de paz. Su toque provocó una luz dentro de mi alma. El corazón le latía con fuerza en mi oído. Después de un momento, rompí el silencio. —Tú eres mi mejor amigo —le confesé mientras lo abrazaba. Luego saqué mi cabeza de su pecho y lleve mis manos a su cara, mirando esos hermosos ojos color avellana, con mis labios a centímetros de los suyos, y susurre—: Te amo, Logan... Estoy enamorada de ti... —Tomé una inhalación profunda y prolongada—. Dejarte ir sería el mayor arrepentimiento de mi vida. Sus ojos se cerraron, su cabeza y sus hombros cayeron, hundiéndose como si todo el aire se le hubiera salido de su cuerpo. Él me miró con súplica, con sus ojos vidriosos. La mirada de tristeza seguía ahí, pero mucho más intensa. ¿Por qué estaba triste? Debería estar feliz. —Liv —susurró mientras las lágrimas brotaban de sus ojos, y comenzó a mirar alrededor—. Lo siento mucho... hay algo que tengo que decirte...
Fue entonces cuando oí la puerta de su apartamento abrirse en la parte superior de la escalera. —¿Quién es, bebé? —preguntó Chloe con su habitual y excesiva voz fingida. Los ojos de Logan se cerraron fuertemente mientras su rostro se encogía como si tuviera dolor físico. Mis grandes ojos miraban a lo alto de las escaleras donde ella estaba sólo con su camiseta, destellando una sonrisa diabólica. Su decolorado cabello rosa estaba todo enredado. Di un paso atrás de Logan quien usaba solo sus bóxers, a juego con su cabello desordenado. Al ver la mirada de horror y de disculpa en sus ojos era la única explicación que necesitaba. —Oh, Dios mío —le susurré mientras me tapaba la boca con mis dedos. Entonces le di una bofetada, me di la vuelta y me alejé. —¡Liv, espera! —suplicó, pero seguí mi camino sin mirar atrás hasta que su mano me agarró del brazo y me jalo hacia él, fue ahí que me di cuenta que me había perseguido afuera solo puesto bóxers—. ¿A dónde fuiste anoche? —me preguntó. —¿Qué diferencia hace eso? ¡Dijiste que me amabas! ¿Sabes lo que eso significa? —grité—. ¡Seguro que no te tomó mucho tiempo seguir adelante! ¡Eres un mentiroso! —¡Sí te amo! ¡Maldita sea! Por favor, Liv, déjame explicarte... —¡Vete a la mierda, Logan! ¡Te odio! —grité mientras me daba la vuelta, tratando escapar otra vez, pero su mano me agarró del brazo, deteniéndome de nuevo. Me dio la vuelta, tomándome de ambos hombros por lo que no podía huir esta vez, y miró justo dentro de mi alma, con determinación en sus ojos . —No te pude encontrar, Liv. Me di cuenta de que cometí un error, y traté de encontrarte. Llamé a Mel para averiguar a donde fuiste con Tyler, y fui hasta ahí —¿Hiciste qué? —No podía entender todo esto. —Lo vi a él, y me dijo que lo plantaste. Luego manejé por todas partes tratando de encontrarte. Tu casa, la de Mel, conduje de arriba hacia abajo por toda la calle, con la esperanza de encontrar tu coche. Me pasé cada luz roja. Llamé a todo el mundo que podría saber cómo encontrarte, pero tú no contestabas tu estúpido teléfono. —¿Por qué pasaste la luz roja? ¿Estabas tratando de matarte? —¡No! ¡Sólo quería estar donde estabas! Quería decirte que cometí un error. Cuando no pude encontrarte, regresé y comencé a beber. Pensé que te habías ido, Liv. Pensé que nunca volvería a verte. Estaba enojado… no creo que nunca me lo perdone. Me desmayé y desperté con ella a mi lado.
—Una mirada de disgusto se apoderó de él—. Joder, ni siquiera recuerdo lo que pasó. Por favor, Liv. —Trató de tomar mi mano, pero la alejé. —Logan, no puedo... —Lloré mientras mi corazón se rompía en mil pedazos al pensar en él despertando junto a otra chica sólo un día después de que él despertara a mi lado. ¿La sostuvo de la forma en que me sostenía? ¿Pensó en mí en absoluto, mientras estaba con ella? —No, Liv, ¡podemos hacer que esto funcione! —¿Cómo puedo confiar en ti? —Lo miré, con náuseas al pensar... ella... aún sobre él—. ¡Hay una chica en tu cama! —¡No recuerdo cómo llegó a mi puta cama! —¿Se supone que eso me hará sentir mejor? ¡Sólo déjame ir! —Salí corriendo hacia mi auto. —¡Deja de huir de mí, maldita sea! —Su voz era profunda. Autoritaria. Entonces, se suavizó—. Por una vez. Deja de correr. Sus palabras tocaron una fibra sensible en mí y mi mano se deslizó de la manija de la puerta de mi auto, vacilando. Estaba en lo cierto. Siempre corría. Y había tomado una decisión esta mañana de cambiar. Me volví a encararlo. Sus brazos cruzados frente a él, con las manos metidas debajo de ellos, su mandíbula se apretó con fuerza, y piel de gallina cubrió su cuerpo. Niebla blanca salió de su nariz mientras respiraba con dificultad. Miré más allá de él, al edificio. —No voy a entrar ahí. Alivio se apoderó de él. —¿Puedo entrar a tu auto? —Deberías vestirte primero. Negó con la cabeza. —De ninguna manera. No me voy a alejar de ti. Me aseguré de no mirarlo mientras deliberaba. Una mirada de él me derretiría. —Está bien. Entra. Corrió hacia el lado del pasajero cuando me senté en el asiento del conductor. Después de cerrar su puerta, juntó las manos y sopló en ellas. No tenía idea de lo mucho que quería llevar sus manos a las mías y calentarlos de la manera que él había hecho por mí tantas veces. Pero todo era diferente ahora. Me había traicionado de una manera imperdonable. Esas manos habían estado en ella. —¿Qué quieres decir, Logan? —pregunté mientras giraba la llave en el contacto, resistiendo el impulso inquebrantable de descomponerme. —Lo siento. ¿Era eso?
—¿Qué es exactamente lo que sientes? ¿Romper mi corazón la noche anterior? ¿O destruirlo completamente esta mañana? ¿O simplemente sientes que te haya descubierto? —Finalmente lo miré mientras las lágrimas caían de mis ojos—. ¿Por qué no me escuchaste? Te dije que esto iba a suceder. ¿Por qué no podías seguir siendo mi amigo? —Enterré mi cabeza en mis manos, mientras un sollozo se abría camino fuera de mí—. Ahora se acabó. —Por favor, no digas eso. Por favor no digas que se acabó —susurró mientras colocaba su mano sobre mi hombro. Me saqué su mano de encima mientras lo miraba, enojada y confundida por su comentario. ¿Cómo podría no haber terminado? —¿Crees que este tipo de cosas es aceptable en una relación, Logan? Porque no lo es. Su actitud cambió en un instante. —¿Crees que es aceptable salir con otros chicos cuando estás en una relación, Liv? Porque no lo es. Mi boca se abrió. Me estaba imitando. —¡No lo hice! —No, sólo me hiciste pensar que ibas a hacerlo. ¿Había entrado en una especie de realidad alternativa? ¿Le permití entrar a mi auto para esto? —¿Me estás diciendo que soy la razón por la que te acostaste con alguien más? —Al principio me sentí herida por sus comentarios, pero luego me di cuenta de que sólo reforzaba el hecho de que éramos incompatibles. Suspiré—. Sólo vete Logan. Sal. Sus manos agarraron su cabello. —¡No, no voy a ningún lado hasta que resolvamos esto! —Su puño golpeó duro el salpicadero, sorprendiéndome—. ¡Mierda! —¡Deja de maldecir! —grité, involuntariamente. —Lo siento. Lo siento tanto Liv, he jodido todo. Estoy diciendo todas las cosas incorrectas. Todo lo que sé es que te amo. Soy mejor cuando estoy contigo. Te necesito —suspiró, derrotado—. De cualquier forma que desees. Voy a empezar de nuevo. Voy a respetar lo que quieras y si eso significa ser sólo amigos, voy a encontrar una manera de vivir con eso. Trataré con ello, Liv. Lo que sea que quieras, prometo que te lo daré, solo... No te alejes de nosotros. Mi mente se llena con nada más que visiones de Logan y Chloe. Juntos. ¿La tocó de la forma en que me tocó? ¿Era mejor que yo? ¿Estaba ella en la parte superior, o él? ¿Le sonrió de la manera que me sonrió a mí? ¿Lo hizo reír? ¿Alguna vez realmente me amó? Me sentía como si estuviera a punto de vomitar.
—Logan, estabas en la cama con otra chica. —Simplemente decir eso empuja las lágrimas fuera de mis ojos—. ¿Cómo te sentirías tú en mi lugar? Algunas líneas sólo no pueden ser cruzadas. Sus hombros cayeron y los ojos se cerraron mientras inclinaba la cabeza hacia abajo y la sacudía suavemente. Lo sabía. Sabía lo que era estar en mis zapatos. Sabía exactamente cómo me sentía. Pasó los dedos por su cabello, apoyó la cabeza en el reposacabezas, y cerró los ojos. Con el codo en el marco de la ventanilla, dejó caer su frente en su mano, cubriendo sus ojos. Su pecho se levantaba hacia arriba y abajo con cada respiración pesada mientras se quedaba en silencio. Minutos pasaron, y no dijo nada. —Es demasiado tarde para ser amigos. No hay más nosotros. Es demasiado tarde. —Pensaba en voz alta, completamente desconcertada acerca de cómo pudimos llegar a esto. Se frotó los ojos con los dedos, y una exhalación salió de su nariz. Tan enojada como estaba, y tan herida como me sentía, odiaba verlo de esta manera. Pero no podía evitar cómo me sentía. Y me sentía traicionada. Aún así, no importa lo que pasó, la conexión entre nosotros nunca desaparecerá. Apenas podía resistir el impulso de consolarlo, y quería que me consolara. Lo observé mientras volvía a permanecer en silencio, cubierto de devastación. Sin pensarlo, tomé su mano de su muslo y entrelacé mis dedos con los suyos. Se volvió hacia mí con esos profundos, hermosos ojos avellana llenos de lágrimas, y nos miramos el uno al otro por un momento antes de que me atrajera hacia él y envolviera sus brazos alrededor de mi cuerpo, apoyando su frente en mi cuello. Nuestro tiempo terminó. Ya era hora de despedirse. Nos abrazamos en silencio durante varios minutos, y luego me miró a los ojos mientras llevaba la mano a mi cara, rozando lentamente mi mejilla con el pulgar. —Por favor, di que no ha terminado. No puede haber terminado — suspiró. Deseaba decirle lo que él quería oír. Quería besarlo y abrazarlo para siempre, pero había estado con esa chica que todavía estaba en su apartamento. Puso su frente en la mía y llevó la mano detrás de mi cuello, evocando mis lágrimas, que escaparon a pesar de que estaba tratando desesperadamente de contenerlas. Entonces me obligué a alejarme, causando una expresión de angustia en su hermoso rostro. —Necesitamos un poco de tiempo —le susurré. Besé su frente, saboreando la sensación de su cálida piel en mis labios por un momento. Luego, con toda la fuerza que tenía, lo dejé ir. Eché una última mirada a sus
ojos rotos, y luego me volví hacia el tablero y puse ambas manos sobre el volante. —Adiós, Logan. —Me quedé mirando al frente, obligando a todos los resistentes músculos de mi cuerpo a permanecer inmóviles. —Liv, no. No lo dejes así. —Extendió su mano y la colocó en mi brazo. Apreté mis manos en el volante. —Por favor no me toques —susurré mientras cerraba los ojos. Las lágrimas caían silenciosamente por mis mejillas. Tomaba todas mis fuerzas el no romperme por completo. Sentí sus ojos en mí, pero no me inmuté. Mis párpados permanecían cerrados mientras esperaba. Varios momentos pasaron. —Dijiste que me amas —dijo, como si acabara de darse cuenta de ello. Sí, te amo. —El amor no es suficiente. —Tomé aire para juntar fuerzas—. Por favor, sal de mi auto. —Lo siento tanto, Liv. Necesitas saber que te amo. Nada cambiará eso. Esperó una reacción, pero me encontraba demasiado herida y terca para dar una. ¿Cómo iba a conseguir superar a él y Chloe estando en la misma cama juntos cuando se supone que me amaba? Nada de esto tenía sentido para mí. Finalmente, abrió la puerta y salió. Miré por el espejo retrovisor mientras se dirigía hacia el edificio. Una vez que llegó a la puerta, se dio la vuelta, mirando hacia mi auto. Después de un momento, abrió la puerta y desapareció dentro. Me fui del estacionamiento y me dirigí varios bloques más abajo hasta que mi corazón empezó a latir con tanta fuerza en la garganta que pensé que iba a explotar. A pesar del frío, me sentía como si me estuviera sofocando. No podía respirar mientras el temor de lo que sucedería a continuación inundó mis pensamientos. Aparqué el auto junto a la acera tratando de prepararme para la sensación que había estado esperando durante años a que me consumiese de nuevo. Puse el auto en el estacionamiento y esperé, a sabiendas de que estaba a punto de suceder en cualquier momento. Por último, atacó. Miré mis manos golpear el volante y oí mi voz gritar. Se hizo aún más difícil respirar mientras los sollozos comenzaron y mi cara se empapó de lágrimas. Pensé en lo increíble que me sentía, durmiendo en sus brazos... hace menos de veinticuatro horas, y me volví completamente abrumada por la pérdida de él. Es curioso cómo la vida puede cambiar por completo en un
instante. Se acabó. Nunca llegaría a tener esa sensación de nuevo. Mi mejor amigo... el único y verdadero amor de mi vida... se había ido.
Traducido por EyeOc Corregido por Alysse Volkov
usto cuando pensé que podía mantener mi compostura lo suficiente para llegar a casa, pensé sobre la mirada de Logan cuando Chloe salió, y otra ola de agonía se estrelló en mi con toda su fuerza. Tuve que detener el auto otra vez. Con mis manos cubriendo mi rostro, lancé gritos que rogaban escapar. Luego, pensé sobre la mirada en sus ojos la primera vez que me dijo que me amaba, y el dolor que me había consumido se hacía más insoportable. Mi mano alcanzó la guantera, y mis dedos tiraron para abrirlo. Melody siempre dejaba una cajetilla extra de cigarrillos en mi auto, en caso de emergencia. Agarré el paquete, tomando un encendedor y un delgado cigarro blanco fuera de él. Odiaba fumar. Nunca lo había hecho y nunca quise hacerlo. La idea me repugnaba profundamente. Pero tenía que hacer algo para deshacerme de este dolor punzante en mi corazón. Y en este momento de colapso, mi mente no podía llegar a una idea mejor que la de desviar el dolor a mis pulmones. Con convicción, puse el filtro en la boca y encendí el otro extremo. Mi pecho se contrajo el momento en que inhalé, y de inmediato solté varias toses, ásperas y consecutivas. Esta fue una idea horrible. Abrí la ventana y tiré el cigarrillo encendido fuera. Entonces procedí a tomar el resto de los cigarrillos del paquete, abrí la puerta, y los destruí en diminutos pedazos sobre la carretera. Resollé dentro y fuera, todavía tratando de recuperar el aliento. Me aterraba que nunca pudiera respirar normalmente otra vez, y mi boca sabía como un cenicero. Bien, estoy pensando en alguna otra cosa.
Al mover el engranaje a la posición de “adelante”, salí a la calle y terminé mi viaje a casa. Fue un corto trayecto en auto, pero para el momento en que llegué a mi casa, mi cuerpo se estaba ahogando en el agotamiento. Todo lo que quería hacer era dormir. Mis llaves tintineaban mientras abría la puerta principal. Una vez dentro, me dirigí directamente a mi habitación con la intención de dejar caer sobre mi cama, pero justo antes de que lo hiciera, mis ojos captaron un sobre estampado de color rosa en la parte superior de la colcha. La tomé en mis manos y miré a la dirección de retorno. La disculpa anual de papá. Ya sabía lo que decía. Las cartas habían sido cada vez menos personales cada año, sin embargo, el monto en dólares del cheque en el interior siguieron aumentando. Por este tiempo, el mensaje dentro, probablemente diría algo en la línea de: “Espero que tengas un buen regalo de cumpleaños” o algo igualmente genérico. Las tres últimas cartas incluyeron alguna forma de: “Lo siento, no tuve la oportunidad de verte este año. Con amor, Tu Padre.” Ni siquiera se llama a sí mismo “Papá”. No me importa su estúpida tarjeta o su estúpido cheque. Dejé escapar una risita sarcástica antes de extraer la tarjeta por la mitad y tirar al otro lado de mi habitación. Ni siquiera conozco a este hombre. La idea de aceptar su disculpa o su dinero me repugnaba. Dejando caer mi abrigo en el suelo, me quité los zapatos y me desplomé sobre la cama, inmediatamente caí en un estado de inconsciencia.
Traducido por Vanessa VR Corregido por Alysse Volkov
edazo. De. Auto. De. Mierda! —grité mientras mis manos golpearon el volante. Traté de girar la llave de nuevo por quinta vez y nada. Tendría que lidiar con mi coche después; tenía que llegar a la escuela. Metí la mano en el bolsillo de mi abrigo, agarré mi teléfono y marqué el número de Melody. —¿Qué pasa chica? —respondió. —Hola, mi auto no arranca. ¿Puedes darme un aventón? —Sí, de hecho estoy saliendo ahora. Puedo estar allí en pocos minutos. Gracias a Dios por Melody. Siempre estaba ahí para mí. Como prometió, llegó en menos de cinco minutos. Nuestro viaje por la mañana a la escuela fue silencioso. De hecho, no había dicho mucho de nada a nadie en la última semana. Apenas recordaba que los últimos días incluso sucedieron. El tiempo se sintió casi robótico. Me obligué a seguir en movimiento, pero era como si estuviera fuera de mi cuerpo, controlándolo desde otro lugar. Dormir se sentía bien, y mis sueños eran pacíficos... En su mayoría, eran de mí y Logan, juntos... felices. Deseé poder dormir para siempre. —Vamos, Liv. Tienes que salir de esto, chica —dijo Melody al aparcar su coche en el estacionamiento de la escuela—. Has estado caminando como un zombi durante toda la semana. Se está poniendo viejo. —Estoy bien, Mel. Realmente, no es gran cosa. —Rodó los ojos y me dio una mirada de “sí, claro”, así que traté de cambiar de tema cuando salí del coche—. ¿Cuáles son tus planes con Nate esta noche? —Hoy era su aniversario, y no había duda de que pasarían juntos. —No estoy segura. Él va a sorprenderme. —Sonrió ante la idea, y me sentía feliz por ella. Estaban bien juntos... bueno uno para el otro. Logan y
yo solíamos ser bueno uno para el otro también. Un aumento de la presión se extendió a través de mi corazón al pensar en lo bueno que Logan y yo solíamos ser.
La primera mitad del día se arrastró lentamente. No importa lo mucho que traté de concentrarme en mis maestros, la escuela, o cualquier otra cosa, mi mente seguía vagando a esa mañana. Lo último que supe de Logan fue el texto que me envió el día que lo dejé. Gracias por el regalo. Significa todo para mí. No había recibido una llamada o mensaje de él desde entonces. No lo esperaba, pero al mismo tiempo, me encontraba constantemente preguntándome por qué no llamaba. A pesar de la traición que sentí, había una pequeña parte de mí que quería saber de él. Ahora que lo pienso, una gran parte de mí aún lo quería. Lo extrañaba terriblemente. Nunca me sentí tan vacía antes. Nunca. No estuvimos separados durante tanto tiempo desde que nos conocimos. Tal vez finalmente renunció a mí. Tal vez por fin se enteró de lo que yo había estado diciendo todo el tiempo, y decidió que era inútil intentarlo. Era lo que presioné que hiciera. Era lo que él debía hacer. Era lo que yo debía hacer. Sin embargo, la idea provocó una oleada de tristeza por todo mi cuerpo. Su persistencia me daba esperanza. Independientemente de lo que vi esa mañana, quería creer que me equivocaba. Me dijo que no recordaba nada. Una pequeña voz en las lejanas profundidades de mi mente seguía diciéndome que tal vez nada sucedió realmente. Quería creer que no tiró lo que tuvimos juntos. Quería creer en él. Un chasquido me distrajo, y mi atención se centró en los dedos de Mel chasqueando en frente de mi cara. —¿Estás aquí, cariño? —preguntó del otro lado de la mesa del almuerzo. La cafetería de la escuela se había empezado a despejar cuando todo el mundo se dirigió a su próxima clase. —¿Ah? Sí. ¿Qué?
—¿Escuchaste algo de lo que dije? —Lo siento, Mel. —Las lágrimas comenzaron a picarme los ojos. Mierda, aquí viene otra vez. Desde que bajé la guardia esa fatídica mañana, he sido un lío caliente. Ayer me puse a llorar en clase de español, y el día anterior, en psicología. Nunca he estado tan jodidamente frágil en mi vida— . No sé lo que me pasa. Me miró con compasión. —¿Ya te llamó? Negué con la cabeza. El hecho de que no ha llamado todavía sólo podía significar una cosa. Había estado en lo cierto sobre lo que vi. —Lo hará. Ese chico te ama, Liv. Incapaz de hablar, asentí y apreté los labios con fuerza en una sonrisa forzada, mientras mantuve las lágrimas a raya. Tomé una respiración profunda al levantarme y miré mi bandeja llena de restos de comida. Mi apetito había sido casi inexistente la última semana. Mel sin duda hablaba sobre sus planes de vacaciones de Navidad durante el almuerzo. Sus padres la llevaban a ella y su hermano a Costa Rica. Incluso iban a dejarla traer a Nate, pero él tenía que pagar sus gastos. Mientras salíamos de la cafetería y entrabamos al pasillo bordeado de casilleros y otros chicos, se me ocurrió qué inconsciente había estado ignorándola. —Lo siento, Mel. Tengo muchas ganas de escuchar todo. ¿Has dicho que vas a nadar con delfines? Sonrió y empezó a contarme su itinerario. Escuché atentamente, como cualquier buen amigo haría, hasta que mi teléfono sonó justo cuando llegamos a nuestros casilleros. —¿Por qué Gavin está llamándome? —la interrumpí. Se encogió de hombros, irritada. Puse mi teléfono a mi oído. —¿Gavin? —Hola. Um. Mierda. No sé cómo decirte esto. —¿Qué acerca de sólo decirlo? —le contesté, fastidiada y un poco divertida. —Probablemente se enojará conmigo por decirte, pero de todas las personas, tú deberías saber. —¿Gavin? —¿Si? —Dime por qué estás llamando. Lo oí suspirar en el teléfono. —Logan está encerrado. Mis ojos y mi boca se abrieron. Mel me miró preocupada. —¿Qué pasa?
Negué con la cabeza y comencé a ponerme frenética. —¿Qué pasó? ¿Dónde está? —Fue arrestado en una carrera ayer por la noche... Bueno, esta mañana. Temprano. O tarde si consideras la noche anterior. No sé… me acabo de despertar. ¿De todos modos qué hora es? —¡Gavin, sólo dime lo que pasó! —Debería haber salido corriendo de ahí. Nunca lo habrían atrapado si lo hubiera intentado. —¡Gavin! Comienza desde el principio. —Los vigilantes no vieron a la policía a tiempo. Esos bastardos se acercaron sigilosamente rápido. Salieron de la nada justo después de que la carrera comenzó, y persiguieron a Logan de inmediato. Lo detuvieron seguida. Ni siquiera trató de escapar. Idiota. —¿Por qué está en la cárcel? ¿Por qué no simplemente no le dieron una multa por conducción temeraria o algo así? —No sé. No me quedé a averiguarlo. —¡Eso es de mierda, Gavin! ¡Se supone que debes ser su amigo! —Oye, Logan es uno de mis mejores amigos, pero no voy a ser arrestado por él. Dejé escapar una sola risa sarcástica. Increíble. —¿Dónde está? —En el departamento de policía del centro. Eso es lo que supondría de todos modos. No ha llamado para nada, así que estoy pensando que probablemente está ahí todavía. —Nos vemos allí en veinte minutos —le exigí. —De ninguna manera. No voy a ir allí. Ellos me conocen también, Liv. Quién sabe qué mierda dirán para encerrarme. Este es el Medio Oeste, Liv. No hay ninguna ley por aquí que podría haber conseguido que lo arrestaran por lo que hizo. Conducción temeraria y exceso de velocidad no son motivo de arresto. Debieron sacar algo de sus traseros. ¡Mierda! —Está bien. Lo averiguaré. —Tomé una respiración relajante—. ¿Oye, Gavin? —¿Si? —Gracias por decírmelo. —Sí. Por supuesto. Mantenme informado.
Alejé el teléfono de mi oído y miré a Mel. —Logan está en la cárcel. Necesito que me prestes tu auto.
Corrí a través de las puertas de entrada de la estación de policía y directo por el amplio pasillo de la ventana de recepción desocupada. Estaba tranquilo. Dos agentes de policía uniformados sentados ante escritorios ubicados en la parte posterior de la zona, riendo y hablando. Miré alrededor del escritorio para tocar un timbre pero no encontré nada. —Disculpe —dije en voz alta. Ninguno de los dos me notó. —Disculpe. —Levanté la voz más fuerte esa vez, y los dos se volvieron. Se miraron el uno al otro para averiguar quién iba a tratar conmigo, entonces uno de ellos finalmente llegó a la ventana. No dijo nada. Sólo me miró y esperó. —Yo... eh... me enteré que mi amigo está aquí. ¿Qué tengo que hacer para sacarlo? —le pregunté. El oficial miró la computadora en frente de él, aburrido. —Nombre. —Logan Tanner. Escribió el nombre con el teclado mientras esperaba ansiosamente. — Aquí está. Oh. Fue puesto en libertad esta mañana. Oh, gracias a Dios. —¿Por qué fue arrestado? —pregunté. Tecleó más. —Eh. —Me miró y entrecerró los ojos—. ¿Y quién es usted? —Olivia Evans. Soy una amiga. Asintió, luego volvió a ver el monitor. —Lo atrapamos por una segunda infracción de conducción temeraria, poniendo en peligro personas o bienes, y citaciones de vehículos de motor sin pagar. Dile a tu amigo que tenga más cuidado.
—Muy bien, gracias. —Me volví, caminé de nuevo por el largo pasillo y pasé por la puerta de salida. Al llegar al coche de Mel, tomé mi teléfono y marqué el número de Logan. Sonó dos veces. Cuando respondió, dudó antes de decir nada. —Hola, Liv. Escuchar su voz me hizo extrañarlo aún más. Tuve que tomar una respiración para mantener mi entereza. —Gavin me dijo lo que pasó —le dije en voz baja—. ¿Estás bien? Suspiró. —Sí, estoy bien. Podía decir por su tono que no estaba bien en absoluto. Sonaba completamente derrotado. Necesitaba ayuda. —Logan, ¿dónde estás? Hizo una pausa. —Liv, no necesito ninguna ayuda, ¿de acuerdo? — dijo como si leyera mi mente. Tenía una manera divertida de hacerlo—. Estoy bien. En serio. ¡Tienes que olvidarte de mí! Tenía que saber que eso nunca ocurriría. —Sólo dime dónde estás —lo persuadí. Esperé pacientemente mientras el teléfono se mantuvo en silencio por varios segundos. Finalmente, habló—: Estoy en la tienda. —Puedo estar allí en diez minutos. —¿No estás en la escuela? —No, estoy en el departamento de policía. Gavin me dijo que te hallabas aquí todavía. Vine a tratar de ayudar a... —¿Qué te dijeron? —casi gritó, súbitamente ansioso. —Me dijeron que fuiste arrestado por conducción temeraria y que fuiste liberado esta mañana. Suspiró. —Mierda. Liv, lo siento, no es una buena idea que nos encontremos ahora. Sólo regresa a la escuela. No puedes seguir saltando clases. ¿Por qué? Y entonces me golpeó... en realidad, me apuñaló... justo en la cavidad interna de mi pecho. No quería verme. —Oh. Está bien —le dije, tratando de mantener la calma, pero fallando miserablemente—. Supongo que nos veremos por ahí entonces. Justo cuando estaba a punto de colgar, dijo mi nombre. —¿Si? —le contesté. —¿Por qué te importa? Después de lo que hice... —¿Qué hiciste, Logan?
Después de varios segundos, suspiró. —Lo único que sé es que te extraño jodidamente. —Su voz se quebró mientras lo decía. Es asombroso cómo una simple frase puede romperte por completo. No tenía absolutamente ningún control sobre las lágrimas que comenzaron a caer por mis mejillas el segundo después de decirlo. —También te extraño.
Mel me encontró de nuevo en la escuela por una puerta lateral entre el quinto y sexto periodo. —¿Lo sacaste? —preguntó mientras caminábamos a nuestros casilleros. —Ya está fuera. Fui allí para nada —le respondí sin comprender mientras puse las llaves del auto en la palma de su mano. Me sentía como una completa idiota, corriendo y tratando de “salvarlo” de esa manera. Como si me necesitara. —¿Estás hablando jodidamente en serio? —Se apoyó en su casillero cuando abrí el mío—. Probablemente vas a ir a detención por eso también. —Realmente no me importa, Mel. —Agarré mis libros y cerré mi casillero—. Se nos hace tarde para la clase. Te veré después. Gracias por dejarme usar tu auto. —Por su expresión, me di cuenta de que estaba preocupada por mí. La abracé—. Tengo suerte de tenerte. Dio un paso atrás cuando la solté. —Tú sabes que cuentas conmigo, ¿cierto? Forcé una sonrisa. —Lo sé. —Entonces me giré y empecé a correr por el pasillo hasta mi siguiente clase.
Traducido por EyeOc & Kariza & Alysse Volkov Corregido por Skylove♡
pesar de que el día estaba por terminar, el resto tardó una eternidad. Prácticamente salté de mi asiento cuando sonó la campana. Fui al casillero de Mel y la encontré besándose con Nate. Sostenía un oso de peluche rosado, por lo que asumí era la primera parte de su sorpresa de aniversario. De todos modos, ¿cómo entró aquí? Ni siquiera asistía a la secundaria, por no hablar de esta escuela. Realmente necesitaban mejorar la seguridad. —Voy a esperar en el auto —murmuré, no sé sí me escuchó. Tan feliz como me sentía por ella, no necesitaba ver eso ahora mismo.
—¡Liv, ya voy! —respondió. Se separó de Nate y corrió hacia mí—. Oye —continuó—, estoy aquí para ti. No olvides eso, ¿de acuerdo? Asentí. Lo último que quería hacer era hablar de ello. Quería dejar de pensar en eso. Solo quería olvidar. —Está bien, ¡suficiente de no hablar de ello y de respuestas de mierda de una sola palabra! —Me detuvo en el pasillo y me miró—. Lo amas. Te ama. ¿Cuál es el problema? —¡El problema es que dijo que me amaba y luego se acostó con otra chica! —¿A caso deliraba? ¿No recordaba lo que pasó? Le di una mirada de disgusto y comencé a caminar rápidamente. —¡Tonterías! —argumentó Melody, alcanzándome—. El problema es que tienes miedo, estás poniendo excusas. Dijiste que ni siquiera lo recuerda, ¿verdad? Sabes qué no se preocupa por ella. —Mel, no lo sé, no puedo lograr superarlo —dije mientras caminábamos por las puertas delanteras de la escuela—. Además, ¿de qué lado estás, de todos modos? —Liv, estoy de tu lado. Quiero que seas feliz. Deja de torturarte por cosas que no puedes controlar, permítete ser feliz. —No puedes pensar que lo que hizo estuvo bien. —No, por supuesto que no. Si hizo lo que crees que hizo, absolutamente NO estaría bien. Pero si hay alguna posibilidad de qué no lo hizo, ¿no te gustaría darle otra oportunidad? Crees qué no recuerda, ¿verdad? ¿Por qué asumir lo peor? No le respondí de inmediato. No tenía una respuesta. Una parte de mí seguía demasiada enojada para darle una oportunidad, mientras otra rogaba por lo menos que lo escuchara. Desde que conocí a este chico extraordinario hace varios meses, mi corazón y mi cerebro no habían hecho otra cosa que atacarse el uno al otro. No tenía idea de cómo lograr un maldito acuerdo. Si esto es lo que era el amor, no quería tener nada que ver con eso. Me detuve al instante que vi a Logan con su trasero y palmas contra el capó de su Mustang, estacionado en la zona de no estacionarse. Tenía la cabeza inclinada hacia abajo, como si estuviera absorto en sus pensamientos. Una rosa roja colgaba en su mano derecha. —Olvide algo en mi casillero —anunció Mel, justo antes de huir rápidamente. Una ola de emociones me golpeó, mis ojos ardían conteniendo las lágrimas. Tomé una profunda respiración, obligando al nudo en mi garganta a cesar. Sería fuerte. No titubearía como lo hice más temprano. Esto no me perturbaría. Una oleada de dolor latió en mi corazón cuando me miró.
Dios, he echado de menos esos ojos. Su rostro se iluminó al verme, pero había una tristeza subyacente detrás de ello. Sonrió, note círculos oscuros alrededor de sus ojos, como si no hubiera dormido en días. Caminé hacia él, me detuve a medio metro de distancia. Esperé. —Esto es para ti. —Me entregó la rosa—. Quería darte... algo especial. —Gracias. —Nos quedamos en silencio por un momento, nuestros ojos trabados en los del otro. ¿Por qué me tengo que sentir tan en paz... como en casa cuando miro esos ojos? Me dije a mí misma, una vez más, debía mantenerme fuerte. Tomó toda la fuerza de voluntad que tenía para no saltar en sus brazos. Después de unos momentos, el silencio se hizo incómodo. —Está bien. Bueno. Supongo que nos veremos por ahí —le dije, me di la vuelta para alejarme, confundida como el infierno. —¡Liv, espera! Me giré para verlo. —¿Puedo llevarte a casa? Sé lo de tu auto. —¿Cómo? —Mel me envió un mensaje. Por supuesto que lo hizo. Miré a mí alrededor, jugueteando con mi mochila, tratando de sacar una excusa para no ir con él, pero nada llegó a mí. —Claro —asentí. Con un brillo de esperanza en sus ojos, abrió la puerta para mí, y me senté. Mi mochila encontró un lugar en el piso del auto entre mis pies, mis ojos se quedaron pegados viendo a Logan rodear el auto y deslizarse en el asiento del conductor. ¿Qué demonios estaba haciendo? El trayecto a mi casa fue silencioso. Sentada en el asiento del pasajero, el olor a limpiador marca Armor All mezclado con cuero y... Logan... me recordó todo lo que terriblemente extrañaba. Miré por la ventana, observando los árboles cubiertos de nieve y las casas pasar. Sintiéndolo tan cerca, con nada más que la palanca de cambios entre nosotros, sabiendo que no podía estirarme y tomar su mano, solo aumentó mi tormento. Lágrimas picaban en mis ojos al pensar en cómo las cosas entre nosotros nunca serían de la forma que solían ser. Mientras nos estacionábamos en la entrada de mi casa, mis mejillas empezaron a arder. Traté de forzar las lágrimas de vuelta para que Logan no me viera llorar, pero desde que mis compuertas se abrieron hace unas
semanas, había tenido problemas para poner mi pared de vuelta. Estar cerca de Logan era más difícil de lo que pensé que sería. ¿Por qué hacía esto más difícil? Me recuperé. —Logan, ¿qué quieres? —¿Todavía me amas? —preguntó sin rodeos. Desconcertada por el atrevimiento de su pregunta, me quedé en silencio. Por supuesto que todavía lo amaba. No es algo que solo se puede apagar. El amor no era el problema. Cosas malas suceden cuando amas a alguien demasiado. Ya había cometido el error de bajar la guardia una vez. No tenía ninguna intención de volver a hacerlo. El único problema era, que mi guardia había desaparecido. —Liv, por favor, necesito saber. —Su expresión se convirtió en frustración. Suspiré. —Logan, ¿qué quieres que te diga? Ya no importa. —¡Sí, importa maldita sea! —gritó al instante, golpeando sus manos en el volante. La explosión me hizo saltar en el asiento—. Es la ÚNICA maldita cosa que importa. —Descansando el codo sobre la ventana, se pellizcó el puente de la nariz. Tomó una respiración para clamarse—. Mierda. Lo siento. Por favor, solo necesito saber. —No... No puedo... —No podía sacarlo. No podía decirle que no lo amaba. Sería una mentira. Mi corazón me decía que fuera honesta, pero no era capaz de hacer eso. Toda la angustia en mi vida vino del amor. Todo al que amaba me había dejado o salido de mi vida de alguna manera, dejando un vacío. Sabía que si estábamos juntos, con el tiempo haría lo mismo, de forma deliberada o no. ¿No sería mejor cortar los lazos ahora que esperar hasta que estuviera entrelazado tan profundamente en mi vida, que no tendría ninguna manera de recuperarme? Ni siquiera podía soportar la idea de tener que superarlo ahora. En este punto, ¿cómo voy a manejarlo si me siento profundamente enamorada de él? ¿Y qué si me hiere de nuevo? Me giré para mirarlo pero aun así, las palabras no salieron. La esperanza en sus ojos se volvió poco a poco en angustia. Había tomado mi silencio como rechazo. Su cabeza inclinada hacia abajo. —Logan, lo siento... —Finalmente, mis cuerdas vocales cooperaron, pero todavía no podía decir lo que necesitaba. Mi mente estaba en quinta velocidad y todas las respuestas se encontraban revueltas. Nada era claro, no tenía una respuesta que darle. Se limpió los ojos con la parte carnosa de la palma de su mano, luego me enfrentó. —Liv, me voy por un tiempo. ¡No! Mi boca se abrió.
—Traté tan duro para no enamorarme de ti. Por no desearte... o incluso preocuparme. Pero cuanto más cerca estoy de ti, jodidamente más duro caigo. Estás en todas partes que veo. Todo me recuerda a ti. Tengo que salir de la ciudad hasta que pueda encontrar la manera de funcionar sin ti. Hay un gran juego de carreras en Miami. Están organizados, no como aquí. Hice planes para salir en la mañana. Solo pensé que tal vez... Lágrimas brotaron de mis ojos, esta vez no pude detenerlas. Un sollozo se me escapó. —Oh mierda, Liv. Por favor, no llores. —Reaccionó ante mi expresión estirándose hacia mí, tirándome hacia él, donde me sostuvo fuertemente. Olía tan bien. Una mezcla de cuero, loción después del afeitado...y él. La idea de no estar así en sus brazos de nuevo me destruyó. Se aferró a mí durante varios minutos—. Esto va a ser lo mejor. Para los dos. Sé que no puedes perdonarme. Confía en mí, lo entiendo. Tienes todo el derecho de no hacerlo. Esta es la única manera de seguir adelante. Sus palabras tenían sentido. Sabía que tenía razón. ¿Por qué se sentía tan mal? Lentamente me soltó, tomó mi barbilla, forzándome a mirarlo a los ojos, y limpió las lágrimas en mis mejillas con su pulgar. Su toque encendió la corriente eléctrica familiar que había estado deseando la semana pasada. —No podía irme sin darle a esto una última oportunidad —explicó—. Lo lamentaría si no lo intentara. Al menos ahora lo sé. —Llevó sus labios a mi frente, donde se demoró. Entonces, me miró a los ojos, forzando una hosca sonrisa—. Por cierto, tu auto está arreglado. Era el alternador. Después de unos momentos, suspiró, apartándose bruscamente, colocando ambas manos en el volante mirando hacia el frente. Era mi señal para salir del auto. Eso era todo. Nunca volvería a verlo. Lágrimas silenciosas corrían por mis mejillas mientras lo miraba por última vez. Sus mejillas rojas, su mandíbula apretada y sus nudillos blancos. Esperé por cualquier reconocimiento de su parte, pero no me miró. Devastada, abrí la puerta y salí del auto. Esperó un rato en la calzada hasta que estuve a salvo en la casa. Miré a través de la ventana de la sala, y vi su auto salir de la calzada, alejándose por la calle. Mis orejas estuvieron tensas hasta que ya no pude oír el estruendo. Mi cuerpo se desplomó como peso muerto en el sofá. Pensé en la sensación que tuve al estar con él. Felicidad. La forma en que miró mi alma como nadie más podría hacerlo. Sus fuertes brazos alrededor de mí. Su risa. Nuestros momentos íntimos juntos. ¿Cómo iba a dejar ir eso? Me sentí entrar en un estado mental de desesperación más brutal que la miseria que sentí después de mi padre, Kevin y Adam. De repente, comprendí que ya no contaba con la opinión de ellos. Nunca tuve la
oportunidad de luchar por lo que quería, como lo hago ahora. Mi única oportunidad se escapaba. Mi cuerpo comprendió y me senté. En un instante, me di cuenta que lo único que evitaría este dolor sería estar con Logan. Ya no me importaba acerca de Chloe. Sabía en mi corazón que no era más que un error para él. Para mí, era solo una excusa que usaba para evitar el abandono inevitable. No la amaba; me amaba. Pero lo inevitable estaba ocurriendo de todos modos. Y todo era mi culpa. El miedo a lo que podría pasar se desvaneció. Todo lo que quería era estar donde él estaba. Incluso si era breve, incluso si terminaba mañana, quería estar con él lo más que fuera posible. La única cosa que me asustaba ahora era perderlo. Tal vez podría perdonar. Me arrepentiría por siempre si lo dejaba ir así. ¡Soy una Idiota! Le había hecho pasar por tanto, solo deseaba que no fuera muy tarde. Esperaba que pudiera perdonarme. Sin otro pensamiento, salté y corrí impulsivamente por la puerta, agarrando mi celular y las llaves del auto del bolsillo de mi abrigo. Al llegar a mi auto, con mis dedos bajo la manija de la puerta, me detuve abruptamente. Mi corazón dejó de latir. Mis oídos se agudizaron con el bajo sonido de un estruendo distante. Un zumbido que se hizo más fuerte y profundo con cada segundo que pasaba. Giré mi cabeza hacia el camino con anticipación. Un momento después, un Mustang 1969 amarillo canario se detuvo frente a mí. Una media sonrisa, medio sollozo salió de mi interior al ver a Logan salir del auto. —Todavía te amo. —Lloré, mientras corría hacia mí, con sus ojos inyectados en sangre y una cara presa del pánico—. ¡Siempre te he amado! ¡Por favor quédate! Pensé que tiraría de mí en un fuerte abrazo, pero en cambio, sus fuertes manos apretaron mi cuello, y tirando de mi más cerca con impaciencia entrelazó sus labios firmemente con los míos, separándolos un segundo después, profundizando el beso. Absoluta euforia estalló en cada parte de mi cuerpo. Mi piel ardió y mi corazón golpeaba duro contra mi pecho. La lucha en mí se había ido. El aire frio del invierno fue remplazado por el fuego que irradiaba de nuestra piel. Todo lo demás en el mundo desapareció, cada momento era más intenso que el anterior. Deslicé mis manos por su espalda y lo acerqué a mí, aunque todavía no parecía lo suficientemente cerca. Dejó escapar un gemido ahogado mientras trataba de traerlo más cerca. Me levantó para que pudiera envolver mis piernas alrededor de su cintura, y enterré mis ojos en su cuello, apretándolos para contener las lágrimas, aferrándome más a su cuerpo. Me sostuvo durante varios minutos.
—¿Qué estás haciendo? enterrada—. ¿Por qué volviste?
—murmuré,
manteniendo
mi
cara
Lentamente me bajó al piso. Con una expresión que solo podía describirse como tortura, se quedó mirándome fijamente. —No puedo dejarte —admitió, como si no pudiera entenderlo—. Todo lo que podía pensar era en lo mal que se sintió. Malditamente no pude hacerlo, porque estaba asustado hasta la muerte de no tenerte en mi vida. No estar cerca de ti de alguna manera sería mi propio infierno. Sé que lo jodí. Y no hay nada que pueda hacer para cambiar lo que pasó. Estoy tan, tan apenado. Desearía que pudieras perdonarme, y sé que no debería, pero jodidamente no puedo dejarte. Sus ojos se llenaron de lágrimas, su cara formando una mueca de disgusto al pensar en lo que había hecho. —Dime qué necesitas, Liv. Te prometí que haría todo lo que tuviera que hacer para hacerte feliz, y eso nunca cambiará. No importa que… independientemente de cómo te sientas por mí… siempre te amaré. Sus profundas, genuinas palabras trajeron lágrimas y risa al mismo tiempo. —Solo dime que siempre estarás aquí. Conmigo —le supliqué, dejando ir todo rastro de mi estúpido orgullo. Tiré de él apretándolo hacia mí, descansando mi cabeza en su pecho—. Por favor, no vuelvas a dejarme. Dejó escapar un suspiro de alivio y me sostuvo cerca. —Nunca, Liv, te lo prometo. Nunca te dejare. —¿No iras a Miami? —Demonios, no. —Me miró. Gentilmente colocó mi cabello detrás de mí oreja, su mirada desconcertada choco con la desesperación de la mía—. No sin ti. El alivio me venció. Logan quería estar conmigo. Pero por mucho que deseaba que las cosas estuvieran bien, necesitaba respuestas antes de dejar atrás el devastador incidente que tuvo lugar con Chloe hace tan solo unas semanas. Necesitaba estar segura de que no volvería a ocurrir. Ahuecó su mano en mi mejilla, mis dientes comenzaron a castañear. Mi cuerpo ya no podía soportar las bajas temperatura por más tiempo. — Mis padres no están en casa… ¿quieres entrar un rato? —pregunté. Asintió. —Sí. Logan me siguió dentro de la casa, me observó con atención al quitarme el abrigo que dejé en uno de los asientos de la cocina. —¿Quieres algo de tomar? —pregunté, acercándome al armario buscando un vaso de vidrio. —No, estoy bien. —contestó, mirándome llenar mi vaso con agua. —Puedes quitarte el abrigo si quieres —le dije.
Lo miré de reojo, tomando un trago de mi vaso con agua. Sus ojos seguían en mí. Continué bebiendo agua, observándolo quitarse su abrigo. Sus ojos no me dejaron ni una sola vez, ni cuando colgó el abrigo en la silla, encima del mío. Se veía increíble, como siempre, a pesar de los círculos negros bajo sus ojos. Antes de darme cuenta me había tomado el agua, coloqué el vaso vacío en la encimera. —¿Sedienta? —preguntó. No estaba segura si bromeaba. No había ningún indicio de sonrisa en su expresión. —No realmente. Solo me estoy distrayendo. —¿Por qué tuve que dejar escapar mis pensamientos de esa manera? Continuó observándome intensamente, después me siguió a la sala de estar. Se sentó en un sofá mientras me encargaba de encender la radio. Busqué una buena estación, una donde tocaban música Blues, y me senté en el lado opuesto del sofá. Si iba a hacer las preguntas difíciles, necesitaba mantener mis sentidos, lo que significaba mantener cierta distancia entre nosotros. —Quiero que me digas lo que pasó. Asintió como si entendiera. Se quedó callado mirando hacia abajo, pensando profundamente. —No tengo una puta idea de lo que pasó. —Por favor, Logan, necesito esto. ¿Qué es lo que recuerdas? No tienes ni idea de lo mucho que quiero resolver esto contigo, pero necesito que me digas que sucedió. Sus ojos estaban llenos de remordimiento y nostalgia al mirarme. — No quiero que me odies. No soportaba la forma en la que me miraba. Se veía tan triste. Instantáneamente me deslicé a través del sofá, tomando gentilmente su mano en la mía, recargué mi cabeza en su hombro. —Por favor, solo dime lo que recuerdas. Apretó mi mano, mientras exhalaba. —Estaba tan enojado conmigo mismo por lo que te dije esa noche. Fui un estúpido al decir que no quería volver a verte, porque eso no pude estar más lejos de la verdad. Quería… Quiero verte cada minuto del día. No pensaba claramente y pensé que si te daba un ultimátum tú me escogerías. —Logan, no me diste la oportunidad… —Lo sé. —Se acercó y me beso la frente—. Sé eso ahora. Sé que me comporté como un fanático del control. Sé que cuando alguien te dice que hagas algo haces lo contrario. Solo me sentía tan malditamente celoso, no pensé bien. Me aparté un poco, haciendo que la mirada de remordimiento en sus ojos se intensificara. Tomó una profunda respiración y continuó—: Cuando no pude encontrarte, regresé a mi apartamento, no podía dejar de pensar
en cómo majestuosamente jodí todo. Estaba seguro de que nunca me perdonarías por dejarte de esa manera. No sé lo que pasó contigo Liv, pero no hace falta ser un genio para darse cuenta que no dejas entrar a la gente. Sabía que había perdido mi oportunidad contigo. Me odie por eso. Agarré una botella de Jack, la llevé a mi habitación, me desvestí hasta quedar con los bóxers y comencé a beber. No tardé en desmayarme después de eso. —¿No llamaste a Chloe? —No que recuerde. —Bueno entonces, ¿por qué estaba ahí? —A la mierda si lo sé. —¡Logan! deja de ser tan vago. Tienes que recordar algo. —Recuerdo ir a la cama. Sé que no desperté hasta la mañana. Después de que te fuiste. Esa mañana le pregunté cómo había entrado y me dijo que la puerta estaba abierta. Liv, entró sola. No olvidaría follar a alguien. Sus palabras pusieron esperanza en mi corazón. Me acordé de él diciendo que había llamado a todo el mundo intentando encontrarme… tal vez Chloe escuchó sobre nuestra pelea y lo utilizó como una oportunidad. Pero el remordimiento seguía en los ojos de Logan. Había más que escuchar. —¿Qué sucedió cuando despertaste? Suspiró y se frotó la frente. Lo que sea que estaba pensando le causaba un serio estrés. —Por favor, se honesto conmigo —susurré. Cuando me miró, supe que no iba a ser bueno. —Pensé que eras tú —dijo. Oh Dios. Sus ojos brillaron al mirar hacia abajo, una sola lágrima cayó de su ojo derecho. —Desperté con resaca, no abrí mis ojos de inmediato. Su espalda estaba contra mi pecho y mi brazo a su alrededor. Pensé que habías vuelto a mí. Le dije “Te amo” pensando que eras tú, y después tu… ella… se dio la vuelta y me besó. Me aparté completamente esta vez. No quería escuchar más, pero necesitaba saberlo. —¿Qué tan lejos fuiste? —No pude esconder el dolor en mi voz. —No muy lejos, te lo juro. Sabía que algo no iba bien al segundo en que desperté. Ella no se sentía bien como tú. No olía como tú. No sabía cómo tú. Joder, Liv, te quería tan mal, no me di cuenta de inmediato que no eras tú. Lo siento tanto.
El pensamiento de Logan probándola me daba nauseas. Pero estaba decidida a permanecer fuerte. —Todo lo que hiciste fue besarla. Y pensaste qué era yo. Con una mueca de disgusto en su cara, lo pensó por un momento. — No de acuerdo con Chloe. —Oh —mi corazón se hundió profundamente en mi estómago—, Bueno, ¿qué pasó de acuerdo a ti? Tomó mi mano con urgencia. —Nada, incluso aunque no recuerdo nada, sé que nada sucedió, porque borracho o no, sé que nunca te haría algo así. Te amo demasiado. Tú eres lo único que quiero. Herirte de esa manera me mataría. Pero no tengo ninguna idea de cómo se metió a mi cama, o por qué está diciendo lo que está diciendo, y no tengo manera de probarte que nada de eso pasó. Me miraba con esperanza. Pidiéndome que confiara en él. Aunque no sabía si podía confiar completamente, había una posibilidad de que no sucedió nada con Chloe. Y el fuerte vínculo que teníamos era tan importante para mí como para tirarlo a un lado, por algo que quizás incluso ni ocurrió. Quería que confiara en que él no lo había tirado a un lado. Alcancé sus manos y me levanté tratando de acomodar los desordenados pensamientos en mi mente. Froté mi frente. —Logan, No sé qué pensar. Descansó su codo en el brazo del sofá, sosteniendo su frente en sus nudillos. —No te culpo. Tienes todo el derecho a sentirse de esa manera. Su mirada sombría me hizo querer decirle que todo estaría bien. Pero la confianza no era algo natural para mí. No sabía si podía darle mi confianza después de todo lo que había pasado. —Simplemente no sé cómo hacer que esto funcione —dije frustrada. Necesitando un minuto a solas para pensar, me di la vuelta caminando hacia el baño. Justo antes de que entrara al pasillo, la familiar canción de B.B. King vino desde el equipo de sonido, deteniéndome de inmediato. Era la misma canción que usaba para su tono de llamada en mi teléfono. La misma que sonó en su auto la primera noche que me quedé dormida en su apartamento, al instante me llevó de vuelta a ese mismo momento y lugar. Esa fue la noche que me di cuenta que no era como los otros chicos. La noche que Logan llegó a ser la excepción. Fue la noche que me enamoré de él. Algo hizo clic dentro de mí. Tenía que seguir mi corazón. Y mi corazón estaba sentado en el sofá, miserable por algo que no sucedió. Nada ocurrió. No necesitaba ninguna prueba; solo lo sabía. Sin dudas, me sentía segura de ello.
Otra epifanía. Me di la vuelta para mirarlo. Con una mezcla de confusión y esperanza, levantó la cabeza de sus nudillos, moviéndola hacia un lado. Sonreí cuando el peso sobre mis hombros desapareció. Sus ojos se abrieron un poco mientras la esquina de su boca se levantaba. Caminé hacia él y le tendí la mano. —Baila conmigo. Cautelosamente tomó mi mano y se levantó. No dijo nada, yo tampoco. Lentamente envolvió su otra mano en la parte baja de mi espalda, atrayéndome suavemente más cerca. Con una mano en la espalda, y la otra sosteniéndolo, descansé mi cabeza en su pecho. Sus latidos golpeaban duro en mi oído. Tomé una profunda respiración a través de mi nariz. Había extrañado su toque, su hermoso aroma. Todo mi cuerpo se relajó cuando soltó mi mano, envolviéndome en sus brazos. Eran mi hogar. Nada se sentía mejor que sus fuertes y reconfortantes brazos alrededor de mí. Lentamente dimos un paso hacia atrás y adelante, sin dejar de sostenernos hasta el final de la canción. Luego a través de la siguiente canción. Entonces la siguiente. —Te creo —le susurré. Inclinó la cabeza ligeramente hacia atrás. —¿Qué dijiste? Miré a sus perfectos ojos. —Dije que te creo. Creo que me amas. Creo que no me harías daño así. Confío en ti, Logan. Me miró como si estuviera loca, luego su rostro se convirtió en pura calidez. —Eres increíble, ¿lo sabías? No te merezco. —Continuó estudiándome, completamente desconcertado. Sus dedos llegaron detrás de mí oreja, a través de mi cabello, hasta que apoyó el pulgar en mi mejilla. La intensidad de sus ojos hizo que mi corazón saltara. Sabía que la mirada que me regalaba, era la mirada que decía que me necesitaba. Todo de mí. Su pecho se movía arriba y abajo a causa de las pesadas respiraciones que tomaba al acercar su rostro lentamente al mío. Cuando nuestros labios se tocaron suavemente, la ola de calor me debilitó, causando que mis ojos se cerraran. También lo necesitaba. Todo de él. —Vamos a hacer un trato —suspiré a través de sus besos. —Cualquier cosa —respondió en una sensual voz baja. Di un paso atrás, sostuvo sus dos manos en las mías cuando lo miré fijamente. —No más huir cuando estamos asustados. Sonrió. —Puedo manejarlo. Tomé su mano y lo llevé por las escaleras hasta mi habitación. Me senté en mi cama mientras cerraba la puerta detrás de nosotros. Con la mano todavía en el pomo de la puerta, me miró por un momento con una
expresión de incredulidad antes de acercarse a mí y arrodillarse, de modo que su cara se encontraba solo un poco por debajo de la mía. Con los ojos fijos en los míos, me agarró por detrás de las rodillas y tiró con fuerza, obligando a mis rodillas a separarse, su cuerpo contra el mío. Me quitó el aliento. Sus suaves labios en mi cuello enviaron escalofríos en mi interior. Mis manos saborearon cada cresta y músculo de su abdomen al deslizarlas bajo su camisa, lentamente hasta sacarla sobre su cabeza. Acunó su mano en el lado izquierdo de mi cara, sus ojos explorando mi rostro y cabello como si me viera por primera vez. —Liv, eres hermosa. Instintivamente rodé los ojos, lo que hizo intensificar su mirada. Me tomó la cara con ambas manos, obligándome a mirarlo directamente. —Tú. Eres. Hermosa. Eres un ángel. Una sonrisa se formó en mi rostro por sus palabras. No me sentía como un ángel, pero sabía que estaba siendo honesto en cómo se sentía. Pareció complacido ante mi reacción. Las comisuras de sus labios se levantaron acercando su rostro hacia mí y rodeó mi boca con la suya. Mis manos subieron por encima de mi cabeza, y nuestros labios se abrieron mientras quitaba mi camisa. Con una mano detrás de mí cuello, me atrajo de nuevo a él, desabrochando el sujetador con la otra. Sus cálidas manos moviéndose firmemente en mi piel desnuda me dieron un escalofrío. Respondió a mi repentino escalofrío presionando su pecho caliente en el mío y me recostó bajo su cuerpo, tirando del edredón sobre nosotros. La urgencia se volvió en una necesidad por disfrutar de cada segundo que pasaba. Logan tomando su tiempo, con sus cálidos labios húmedos lenta y deliberadamente, siguió un camino de besos a partir de mi cuello hasta mi estómago. Saboreé cada momento dulce. Su lengua entró en mi ombligo, lo que provocó que escapara una risita de mi garganta por el cosquilleo. Reaccionó mirándome con el edredón en la parte superior de la cabeza con una sonrisa divertida en su rostro y una ceja levantada. Fue suficiente para que me volviera loca. No tenía idea de por qué este maldito hermoso hombre me amaba tanto. Pero lo hacía. Nunca lo dejaré ir otra vez. Incapaz de resistir, lo jalé de vuelta a mí, besándolo firmemente. Llegué a la hebilla de su cinturón, rápidamente la abrí, y desabroché los pantalones. Un gemido se le escapó mientras deslizaba la mano por debajo de la cintura de sus bóxers. Luego, se congeló. —Mierda. Liv, no tengo... No pensé que esto iba a pasar. No tengo ninguna...
—Todo está bien, estoy tomando la píldora —le susurré—. La tomo desde que tenía quince años para ayudar a regular... um... bueno... no te preocupes. Todo está bien. Exhaló soltando mi muñeca, aliviado dejó caer la cabeza. —Gracias, maldita sea. —Continué empujando sus bóxers con los pantalones, hasta sus pies quitándolos del resto del camino. Esperé a que desabrochara mis pantalones y se movió con el resto de mi ropa, hasta el final de la cama. Sosteniendo mi tobillo derecho desnudo en la mano, comenzó a besar lentamente su camino hasta mi pierna, deteniéndose en el interior de mi muslo, haciendo que mi respiración se volviera más pesada, aceleró mi ritmo cardíaco, haciéndome temblar en lo más profundo de mis entrañas. A partir de ahí, se trasladó a la pierna izquierda, repitiendo el proceso, cada cálido beso intensificaba significativamente mi necesidad de él. Besó su camino hasta mi estómago, mi cuello. Cada toque, cada caricia, aumentó mi sensación de felicidad. Con su cara sobre la mía, me miró a los ojos. Miré los suyos. Sin apartar la mirada, lentamente se deslizó dentro de mí, haciéndome inhalar bruscamente y cerrar los ojos. Cuando los abrí, sus ojos oscuros estaban todavía en mí, estudiando cada reacción. —Te amo, Logan —jadeé sin pensar, mientras nuestros cuerpos se movían lentamente. Abrumado por mis palabras, con los ojos cerrados, acercó su frente a la mía. —También, te amo —jadeó, simplemente. Nos trasladamos en perfecta armonía con el calor, la pasión y el verdadero amor que nos rodeaba. Este momento se sintió tan perfecto... tan correcto... y nos entregamos lentamente en cada momento del mismo. Sus labios besaron firmemente los míos cuando la intensidad entre nosotros incrementó. —Te sientes increíble —susurró, profundamente. Sus palabras imitaban mis pensamientos. Mis palmas lo exploraron, pasando de los hombros, por el pecho y el abdomen, luego alrededor de su espalda mientras se presionaba suavemente en mí una y otra vez. La sensación de su piel desnuda sobre la mía era increíble. No lo sabía hasta ese ahora, pero estar tan cerca, teniendo todo de él —mente, cuerpo y alma—, era todo lo que siempre había querido. Nunca me había sentido tan contenta en mi vida. La pasión entre nosotros aumentó hasta que ya no pude soportarlo. Mi respiración incrementó. —Logan, por favor. —Lo necesitaba para terminar esto. Gimió, nuestros cuerpos moviéndose más rápido, con más intensidad. —Oh, Dios mío. —Me oí decir, mi cuerpo palpitaba.
Con mis manos en su espalda, mirando sus oscuros ojos, me empujé por última vez. Un gemido se le escapó y cerró sus ojos. Acercó su rostro al mío, y una vez más me besó detrás de la oreja antes de que su cuerpo cayera a mi lado, con la cabeza apoyada en la almohada. Su mano seguía acariciándome mientras nos quedábamos allí, en silencio. Nunca había orado antes. Pero en este momento, mirando al techo, recé para que esto durara. Que nada volviera a separarnos. Que podría estar con Logan para siempre. —Liv, te lo prometo, la mierda se detiene aquí —dijo, como si leyera mis pensamientos—. Eres demasiado importante. No voy a meter la pata de nuevo. —Está bien. —Me moví a mi costado para poder verlo a la cara—. Pero sabes que vamos a meter la pata de vez en cuando, ¿cierto? Sacudió la cabeza con una expresión seria. —Ah, ah. De ninguna manera. Si tuvieras alguna idea de lo mucho que significas para mí... no hay ninguna manera de que voy a perderte alguna vez. Acerqué mi cara a la suya y cerré mi boca gentilmente alrededor de su labio inferior. Suavemente me devolvió el beso. —Vamos a prometer que siempre trabajaremos a través de la mierda —le susurré entre besos—. Incluso si es difícil. Se apartó de mí, estudiándome mientras sus dedos rozaron mi cabello detrás de la oreja. —Eso suena perfecto. —Sus intensos ojos miraban mi alma... como ellos lo hacen—. Te prometo que voy a tratar de no meter la pata. Lo que significa que prometo no perder la cabeza sobre estupideces. Y me comprometo a trabajar siempre a través de la mierda contigo. Te juro que haré todo en mi poder para hacer que funcione. Quiero hacerte feliz, Liv. Le creí. Por primera vez, creí que nuestra relación en realidad podría tener éxito. —Ya he terminado de huir, Logan. Sonrió, luego miró a la pared como si estuviera pensando en algo. — Entonces, ¿qué significa esto? Para nosotros. Sonreí ante la idea de que quería poner una etiqueta en nosotros. — Supongo que eso significa que oficialmente estamos en una relación. Respiró profundamente, y trajo sus suaves labios a mi frente. —Una relación. La única. Tú y yo. Acercándome, lo empujé suavemente hacia atrás y levanté su brazo para que pudiera poner mi cabeza en su pecho. El sonido de los latidos de su corazón en mi oído era una serenata. Su olor, mil veces mejor que las lilas frescas en un día de primavera. Su toque —el cielo. Podría permanecer así para siempre.
Traducido por Kariza & Aleja E Corregido por Alysse Volkov
abía que lo esperaban, pero no me importaba. Sus labios sabían demasiado bien. Su mano en mi mejilla era dulzura cálida. Quería mantenerlo conmigo. El auto de Logan se encontraba inactivo en el estacionamiento de un edificio industrial mientras se inclinaba en la caja de cambios, besándome suavemente. Esta noche sería diferente que el usual “libre para todos” de carreras. Era un torneo organizado por los cinco mejores corredores en el aérea. Y el ganador seria diez mil dólares más rico. Además de la ganancia de esta noche, todos los hombres que competían luchaban por tomar el lugar de Logan como corredor número uno. No era solo por vanidad, aunque era una parte de ello. Además, todos ellos sabían que alto era su rango, obtendrían más carreras, lo que significaba más ganancias que podían llevar a casa. Con una tormenta de nieve prevista para más tarde esta noche, esta sería probablemente la última carrera del invierno. Logan me había asegurado en varias ocasiones que no volvería a correr en pistas mojadas o con hielo. Hasta ahora el tiempo había sido fácil para nosotros con solo una caída de nieve que se derretía rápidamente en las calles en pocos días. Con un golpe en la ventana del lado del conductor, un grito amortiguado de Gavin atravesó el cristal. —Vamos, hombre. ¿Quieres un día de pago, carajo, o lo vas a hacer con tu chica toda la noche? Sin inmutarse, Logan continuó moviendo sus labios contra los míos. Mis ojos se abrieron para ver a Logan responder a él lentamente levantando su brazo con el dedo medio extendido de la mano. Gavin golpeó el cristal una vez más antes de marcharse. Pensé que le escuche murmurar: “idiota”, pero no estaba segura. —Creo que te están esperando. —Sonreí, alejándome.
—Déjalos esperar —replicó, acercándome de nuevo. Mantuve mi distancia y me reí. —Está bien, entonces, vamos a casa. Odio estar de afuera en el frio, de todos modos. Su expresión se volvió preocupada. —¿No quieres estar aquí? —No, no es eso. Es solo… tengo que abanderar todas las carreras, ¿o solo las tuyas? —Tú no tienes que hacer nada. Pensé que te gustaba hacerlo. —Su rostro se transformó a confusión. Sonreí. La última cosa que necesitaba antes de una carrera esta preocuparse por nada más que conducir. —Lo hago, Confía en mí. Me divierto. Supongo que solo estoy preocupada. ¿Se comprueban los caminos con partes de nieve? —Si, Gavin y yo exploramos la calle hoy en la mañana. Asentí. —Hemos estado en este lugar unas cuantas veces este mes, y han nevado solo una vez. ¿No están preocupados por la policía? —No, Gavin conoce a un chico. Señaló la pantalla de la computadora en el tablero. —Él ha pirateado su sistema. Si logran una pista de que estamos aquí, vamos a largarnos antes de que siquiera se acerquen a nosotros. Además, tenemos más observadores fuera de lo habitual. Confía en mí, estamos bien. Mis ojos se ensancharon. —¿Piratearon el sistema del departamento de policía? Logan, ¿estás loco? —No… me mantengo seguro. Inmediatamente sentí aprehensión. Nos miramos el uno al otro por un momento. Parecía como si él estuviera alcanzando lo más profundo. Había mucho que quería decir, pero el tiempo era el menos ideal. El necesitaba aclarar su mente para las carreras. Tendríamos que hablar de ello más tarde. Respiré profundamente y le di una sonrisa reconfortante. —Está bien. Confió en ti. Tomando mi mano, se relajó. —Dios. No tienes razones para no hacerlo. Lo prometo. Nos bajamos del coche y nos acercamos a Gavin y un grupo de varios otros hombres. Cinco hombres que debían estar en el torneo, incluido Logan, cada uno de ellos haciendo una apuesta de dos mil dólares. Mientras Gavin recolectaba el dinero de los participantes, me di cuenta vagamente de una figura aproximándose. Antes de saber que estaba pasando, Logan fue empujado hacia adelante por el hombre.
—Oh, lo siento amigo, no te había visto. —Un Derrick con los ojos vidriosos se rió. Un gorro de lana negro cubría su cabeza rapada. Solo lo había visto en otra ocasión… en mi primera carrera. Y esta noche se veía un millón de veces más cargado que aquella noche. —Mira donde demonios pisas, imbécil —desafió Logan. Derrick ignoró el comentario y tropezó su camino dentro del círculo, agitando un fajo de billetes en la mano. —¿Cómo es que ninguno de ustedes, hijos de puta me avisaron acerca de esta noche? ¿No es mi dinero lo suficientemente bueno para ustedes? Le entrego su efectivo a Gavin. —Bueno, estoy aquí ahora, imbéciles. Cuenten conmigo. Logan intervino y puso su mano en el hombre de Derrick. —Relájate Derrick. En un instante, Derrick giró y agarró el abrigo de Logan con ambas manos, acercando su rostro a una pulgada del de Logan. —¿Acabas de jodidamente tocarme? La expresión de logan se volvió furiosa. —Es mejor que retrocedas en este momento, Derrick. —Se mantuvo alto, desafiando a Derrick—. Quítate. Jodidamente. De. Encima. Después de un momento de deliberación, Derrick lo dejo ir y se echó a reír mientras sacudía el abrigo de Logan. —Eh, hombre, todo lo que quiero es correr. —Miró a los hombres en el círculo—. Nadie tiene un problema con eso, ¿verdad? Nadie dijo nada al principio. Todos se miraron el uno al otro, midiendo la situación. Entonces, uno de los hombres habló—: Lo siento, hombre, tienes que tener la cabeza clara para las carreras. Conoces las reglas. Derrick soltó una larga carcajada sin humor. —Oh no, tienes que estar jodiéndome. ¿Crees que estoy mal? —Sacudió su cabeza, se puso de pie con los pies juntos y sus manos extendidas—. Mira esto. —Cerró sus ojos y con su dedo índice toco su nariz. Primero la izquierda, luego la derecha—. ¿Eso es estar mal para ti? Mira. —Encontró la línea de la carretera y procedió a mantener el equilibrio sobre ella mientras caminaba siguiéndola, un pie directamente enfrente de otro—. Ves, Recto como una flecha. Logan señaló a Gavin. —Devuélveme mi dinero. No estoy corriendo con él. Derrick pisoteó hacia Logan con la rabia construyéndose en su expresión. —¡Al diablo con eso! ¿Tienes miedo, pequeño? —dijo cara a cara con Logan—. O si, eso es, ¿no es así? Sabes que puedes ganarle fácilmente a estos hijos de puta, pero no puedes vencerme, te voy a quemar.
—Eso quisieras, Imbécil —replicó Logan. El uso de drogas de Derrick era bien sabido en los círculos de carreras, y había muy pocos competidores que fueran lo suficientemente imprudentes para competir contra una bomba de tiempo como él. La mayoría tenía novias, esposas, o familias en casa y a pesar de no poder renunciar a la emoción de las carreras que había en su sangre, eran lo suficientemente sensatos para hacerlo lo más seguro posible… considerando las circunstancias. Derrick estaba aquí para probar su valor. Pero fallaba miserablemente. Tommy, un corredor frecuente, se acercó a Derrick por detrás. —Amigo, eres una responsabilidad. Arregla tus problemas y entonces tal vez hablaremos. Pero nada está pasando esta noche, hombre. Ve a casa. Tommy puso su mano en el hombro de Derrick, y después de que nadie supiera que estaba pasando, Derrick se arrojó alrededor, sacando un arma de fuego de alguna parte y apunto a él. —¡Quita tus jodidas manos de mí, Tommy! Nuestro círculo retrocedió, esparciéndose, con unos pocos de nosotros poniendo las manos al aire mientras otros gritaban una mezcla de: “Vaya, oh Dios, y Mierda”. Gavin se acercó lentamente hacia Derrick con las manos en alto. — Mira, hombre, todos somos amigos aquí. No hay necesidad de eso. Pon esa mierda fuera. Con el arma sacudiéndose nerviosamente en su mano, Derrick apunto de persona a persona. —Vine aquí a correr. —Se le quebró la voz y su rostro se vio corrompido por una combinación de furia y miedo. Apuntó frenéticamente su arma a cada uno de nosotros—. Yo solo vine aquí a correr. Determinado de repente, se volvió hacia mí, apuntándome el arma directamente a la cara. Mis ojos se abrieron, y mi respiración se detuvo completamente. —¿Qué pasaría si no tuvieras a tu preciosa chica bandera, hombrecillo? —se burló Derrick—. Tu amuleto de la buena suerte. —Si le haces daño, te matare. —Se enfureció Logan—. Te lo prometo. Los ojos de Derrick se estrecharon. Se volvió hacia Logan mientras su arma hacia clic con el gatillo. Di un grito ahogado. —¡NO! —He estado corriendo desde mucho antes de que vinieras —dijo Derrick a Logan—. Tú no haces las malditas reglas. Yo hago las reglas. —¡ALTO! —grité. Instintivamente me lance hacia adelante pero me contuvo un brazo fuerte alrededor de mi torso desde atrás. Luché para
sacarlo de mí. Vi a Gavin taclear a Derrick de un lado. El brazo alrededor de mi me jalo hacia atrás, causándome caer de espalda sobre al cemento. Al mismo tiempo, un desgarrador ruido seco vibro en mis oídos. El hombre que me sostenía amortiguo mi caída—. ¡NO! —Lloré con mis mejillas llenas de lágrimas—. ¡NO! Escuché metal raspar la acera, y sabía que era el deslizamiento del arma a través de ella. Escapé al agarre que me sostenía y me senté para ver a Logan encima de Derrick, golpeándolo en la cara una y otra y otra vez, mientras que Gavin y Tommy intentaban sin éxito sacarlo de él. El lado izquierdo de la cara y cuello de Logan estaban cubiertos de sangre. Derrick inmóvil en el suelo mientras Logan continuaba golpeándolo. —¡ALTO, LOGAN! —gemí mientras me ponía a mí misma de pie. Con el puño en alto, listo para otro golpe, Logan se detuvo e inmediatamente levanto la cabeza para mirarme a los ojos. Su expresión asesina se volvió al instante en pánico. Bajo la mirada al rostro que acababa de destrozar, después se llevó sus sangrientas manos delante de él, centrándose en ellas como si la vista de ellas hubiera traído a la realidad lo que acababa de estar haciendo. Me miró de nuevo, luego se retiró de Derrick y corrió hacia mí. Sus manos agarraron mis hombros, tirando de mí en fuerte abrazo. —Oh, por Dios, Liv, ¿estás bien? —Me empujó suavemente de él y comenzó a examinar mi cara y el cuerpo para detectar cualquier tipo de daño—. Lo siento, lo siento mucho. Mis ojos se enfocaron en el lado de su cabeza donde la sangre salía de su lóbulo de la oreja. —Mierda, estas sangrando. Logan volvió la cabeza, centrando su atención en otra cosa. Fue entonces cuando di cuenta del débil sonido de las sirenas a distancia. —Alguien los llamo por el disparo —gritó Gavin—. ¡Tenemos que salir de aquí! Logan tiró de mi brazo, —Vamos, tenemos que irnos. —¡Espera! —Tiré mi brazo de su agarre—. ¿Qué pasa con Derrick? ¿Está bien? Corrí hacia donde Derrick tendido en el suelo y me quedé sin aliento al ver su rostro, hinchado y cubierto de sangre. Él gimió y giró hacia un lado, escupiendo dientes y sangre. Tapé mi boca con la mano con mientras lo miraba fijamente, conmocionada y horrorizada. Gracias a Dios. Está vivo. Los neumáticos chirriaron mientras nuestro grupo se alejaban en sus autos, haciendo un carrara de ello. Las sirenas se hicieron más fuertes, y pude ver luces rojas y azules reflejándose en los almacenes en la distancia.
Logan tomó suavemente mis hombros y me miró a los ojos, solo él me podía calmar con una sola mirada. —Él va a estar bien —dijo, luchando para hacer sonar su voz calmada—. No podemos quedarnos. Nos tenemos que ir. Ahora. Asentí. —Está bien. Tomó mi mano y corrió hacia su auto. En el momento en nuestras puertas se cerraron de golpe, Logan encendió el motor y piso a fondo. —¡Ponte el cinturón! —gritó Logan una vez que estábamos en el camino. Hice lo que me dijo y ni un segundo más tarde, apretó un botón azul en el volante. Mi cabeza giró fue hacia atrás chocando contra el reposacabezas mientras nos empujaba hacia adelante a velocidades impensables. El motor chilló. Mi pánico aumentó cuando un callejón sin salida se acercaba a nosotros, pero Logan giró el volante justo a tiempo, pisando el freno mientras imprudentemente giraba hacia la derecha, hacia otro camino. El coche derrapó salvajemente, y me agarré de todo lo que me mantendría firme. Mis manos se posaron en la puerta del tablero y en la puerta. Logan apretó el acelerador y estabilizó con pericia el vehículo controlándolo otra vez. Miré hacia atrás, por la ventana trasera, pero lo único que vi fue humo blanco. No había luces intermitentes. Ni sirenas oyéndose por encima del rugido del motor. Ni rastro de la policía. El coche frenó justo antes de llegar a una calle muy transitada de la ciudad. Di un suspiro de alivio cuando nos mezclamos en el tráfico. Estábamos seguros. Todavía en estado de shock, mi enfoque se dirigió hacia el coche a mi lado. Una mujer de unos treinta años manejaba con una sonrisa en su rostro mientras miraba en su espejo retrovisor. Dos niños pequeños en el asiento de atrás, un niño y una niña, parecían estar cantando una canción. Me preguntaba sobre la mujer. ¿Alguien como ella, que se veía tan bien y normal, habría experimentado algo como lo de ahora? ¿Sus seres queridos la habrían dejado ya sea por elección, por muerte, o el destino? ¿O venia de un hogar suburbano tradicional con dos padres amorosos? ¿Las cosas como estas alguna vez les suceden a personas como ella? Cuando el coche frenó para detenerse frente a una luz roja, mi atención se centró en las manos que agarraban con fuerza el volante. La sangre de ellas ya había comenzado a secarse, convirtiéndose en un crujiente un rojo ennegrecido Mis ojos viajaron hasta la cara de Logan manchada de sangre, que giró en mi dirección. Su pecho se movía arriba y abajo por la respiración rápida. Sus preocupados ojos buscaron los míos. —¿Estás bien? —me preguntó.
No tenía palabras que decir. Porque en ese momento, mientras los ojos de Logan me miraban inundados de amor y preocupación, me di cuenta que lo “normal” era un concepto que estaba abierto a la interpretación. Lo que sucedió esta noche fue un error. Una anomalía. Una ruptura de reglas. Y a pesar de las circunstancias, todavía estaba exactamente donde quería estar. Le di Logan una sonrisa tranquilizadora y asentí. —¿Estás herida? —continuó. —No, estoy bien —le contesté. Sólo completamente asustada. Llegamos a su tienda un par de minutos más tarde. A estas horas, estaba cerrada. Todos los mecánicos se habían ido horas antes, y estábamos agradecidos por ello. La última cosa que necesitábamos eran preguntas. Una vez en el apartamento, Logan echó su abrigo en el sofá y luego se fue directamente al baño a lavarse las manos. Lo seguí. Mirando hacia sus manos, frotó con fuerza, convirtiendo la espuma en rojo brillante. Cuando las puso bajo la corriente de agua, la sangre salpicó la porcelana blanca del fregadero antes de irse por el desagüe. Sus manos estaban limpias ahora. A excepción de los pocos raspones carmesí y cortes que se alineaban en los nudillos. Mis ojos se centraron en la oreja, al mismo tiempo que él se miraba en el espejo. La sangre seguía goteando de su lóbulo. Giró la cara hacia un lado para tener una mejor visión. —Oh, mierda —dijo en voz baja. —¿Tienes una gasa? —le pregunté. —Sí, está ahí —respondió mientras señalaba el armario de la ropa detrás de nosotros. Tomé el paquete y lo puse en el fregadero. —Déjame ver —le dije mientras llevé mi mano a su mejilla. Una mirada más cercana revelaba que la punta de la oreja se había ido—. ¡Oh, Dios mío, Logan, necesitas puntos de sutura! —Rápidamente arranqué la gasa de la envoltura y puse un pedazo en su oído, lo que lo hizo estremecer y quitarme la gasa. Examinó la herida en el espejo. —Nah. Está bien. —Eso es por la bala, ¿no es así? Te disparó. ¡Podría haberte disparado en la cabeza! No dijo nada. Sólo me miró, vacilante, sosteniendo la gasa en su oreja. —Te apuntó con un arma Logan. Podrías estar muerto ahora mismo. —Me zambullí en él, envolviendo mis brazos alrededor de su cintura—. ¿Por qué hizo eso? ¿Qué le pasa? —No tengo ni idea. Es un maldito psicópata —suspiró—. Dios, lo siento mucho. Me perdí cuando apuntó el arma contra ti. Me alegré cuando
se giró hacia mí. Si algo te pasa, Liv, perdería mi mente. Estuve muy cerca hacerlo esta noche. —Bueno, ¡tampoco puedo perderte! ¡Y estoy cansado de tener miedo de que pase! Se apartó de mí y tomó mis hombros, mirando directamente a mis ojos. —Lo sé. Es por eso que acabe con esto. Después de esta noche, después de ver la mirada en tu cara, no voy a poner a ninguno de los dos en peligro nunca más. He terminado con las carreras. Hay demasiados inciertos que vienen con eso. —Pero amas las carreras. —No. Te amo. Y no hay nada que se le aproxime. Nos miramos el uno al otro por un momento. En el fondo, sabía que él sólo actuaba por impulso. No había manera que pudiera dejar algo que llevaba en la sangre. Cambiaria de opinión. Tendría que prepararme para eso. —No creo que debes decidirlo que en este momento —le dije, dando un paso hacia la puerta—. Necesitas limpiarte. Toma una ducha larga y caliente. Piensa en ello. —Salí del cuarto de baño. —Liv —dijo. Me detuve y me enfrenté a él—. ¿Te vas? Mi corazón se hundió por el tormento en su voz. Pensaba que huía otra vez. Negué con la cabeza. —Por supuesto que no. Voy a estar aquí cuando hayas terminado. Asintió —Está bien. Me desplomé en el sofá, un momento después, dejando caer la cabeza sobre el reposabrazos. Mi atención se desviaba hacia el sonido del agua corriendo a través de las tuberías en la pared de la ducha encendida. Cerré los ojos sólo para ver visiones de Derrick sangrando y siendo golpeado. Sorprendida por la imagen, traté de pensar en otra cosa. No tenía ningún interés en ver la televisión o escuchar música. Tomé la revista Hot Rod de la mesa de café y la revisé. Antes de darme cuenta, había ojeado toda la cosa sin recordar nada de las páginas. No podía quedarme quieta, así que me fui a la cocina. Después de buscar en la nevera y armarios algo para comer, y luego darme cuenta de que no tenía ningún interés en comer algo, me encontré caminando de regreso al cuarto de baño. Llamé suavemente a la puerta y luego la abrí. —¿Puedo pasar? —Sí —respondió Logan desde el otro lado de la cortina de la ducha. Me recosté en la encimera y crucé mis brazos. —¿Y si vienen por ti? —¿Quién? —La policía. ¿Qué pasa si Derrick presenta cargos?
Hizo una pausa. —No lo hará. —¿Cómo puedes estar tan seguro? —Debido a que sería un idiota para hacer eso. —Has dicho que es un psicópata. Los psicópatas son impredecibles. El agua se apagó. Tomé la toalla que colgaba en el perchero encima del inodoro y se la entregué a Logan mientras abría la cortina de la ducha. Se secó la cara y el pelo, luego se envolvió la toalla alrededor de su cintura. Sus ojos me miraron de arriba abajo. —Todavía está usando tu abrigo. Mis ojos se estrecharon. —¿Por qué estás preocupado por mi abrigo? —Mis ojos se dirigieron hacia el color carmesí que aún goteaba de su oreja. Suspiré mientras tomé mi abrigo y lo colgué en la manija de la puerta—. Ven aquí. Todavía estás sangrando. Tomé otro paquete de gasa y lo abrí. Sentí sus ojos preocupados en mí mientras colocaba con cuidado el vendaje en la oreja. Su mano rozó el costado de mi cara. Sus dedos tocaron mi cabello detrás mi oreja. —Liv, mírame. Ligeramente irritada, hice lo que me dijo y me encontré con sus ojos magnéticos. —Te prometo que todo estará bien —continuó—. Nada malo va a suceder. Era lo que necesitaba oír. La manera compasiva en como lo dijo instantáneamente me tranquilizó. Creía en él. Confiaba en él. Apreté los labios en una sonrisa tensa. —Está bien. —Ya he terminado, Liv. No tengo que pensar en ello. No tengo que pensar en nada. Y no necesito correr. Pero a ti si te necesito. —Me levantó y me sentó en la encimera—. Y necesito que entiendas que tú eres lo que me hace sentir vivo. No los coches. No las apuestas. No las carreras. —Es sólo que no quiero que renuncies a nada por mí. Me miró como si fuera una lunática. —Renunciaría a todo por ti.
Traducido por EyeOc Corregido por Alysse Volkov
a vida volvió a la normalidad mucho más rápido de lo que esperaba. Logan quería que me quedara esa noche, pero tenía un toque de queda que cumplir, a pesar de que he tenido dieciocho años durante más de un mes. Cuando me desperté sola en mi cama la mañana siguiente, casi creí que había soñado todo el incidente con Derrick. Incluso me pregunté si realmente había sucedido. Los únicos recuerdos de esa noche eran las lesiones de Logan en la oreja y los nudillos, y el hecho de que rechazaba las carreras en las últimas dos semanas. Las heridas se curaron sustancialmente, pero todavía tenía una preocupada sensación de que iba a estar resentido conmigo por la elección que hizo para detener las carreras. Como Logan prometió, no habíamos sabido nada de Derrick, y estaba empezando a pensar que nunca lo haríamos. Me senté en la mesa de la cocina, viendo varios sitios de medios sociales en mi teléfono mientras mi madre preparaba el desayuno y Jeff leía el periódico del domingo. Hoy sería un día de trabajo. Primero limpiando el bar, después Frank’s. Mi teléfono sonó. Era un mensaje de texto de Logan. ¿Quieres tomar el desayuno antes de limpiar el pub? Tengo algo que decirte. Me encontré con él media hora más tarde en un pequeño restaurante familiar en el strip. Mi boca se aguó por el olor a tocino y panqueques mientras caminaba a través de la puerta. Ya esperaba en una cabina de la ventana cuando llegué. Me senté frente a él y sonreí a la sonrisa tonta en su cara. —Oh, así que esto debe ser una buena noticia —bromeé cuando me quité el abrigo y lo puse a mi lado—. Me tenías preocupada por un segundo.
—Creo que te preocupas demasiado. —Sus ojos brillaban mientras señalaba a una taza en la mesa delante de mí—. Te traje un poco de café. Negro. —Gracias. Miramos nuestros menús en silencio, pero sólo nos llevó un minuto para decidir. Habíamos estado aquí un par de veces antes y ya sabíamos nuestros favoritos. Una camarera de mediana edad se acercó y tomó nuestros pedidos. Un omelet para Logan y un waffle de arándanos para mí. —¿Eso es todo? —preguntó con toda su atención en Logan. Me miró, en silencio preguntando si necesitaba algo más. Negué con la cabeza. Sus ojos se posaron en su identificación una fracción de segundo antes de mirarla a los ojos con una sonrisa. —Estamos bien, Katie. Gracias. Su rostro enrojeció de un color rosa tenue antes de que asintiera y echara a correr hacia la cocina. Conozco la sensación, Katie. Con el brillante sol de la mañana alumbrando a través de la ventana, sus ojos prácticamente brillaban. A veces era difícil ver el ámbar en la mitad de su iris, pero hoy, brillaba. Levanté el café a mis labios mientras contemplaba los colores radiando hacia mí. —Me encanta cuando me miras de esa manera. —Sonrió, inclinándose hacia adelante con los brazos cruzados sobre la mesa. Un medio tosido, medio resoplido salió de mí mientras trataba de tragar mi café en vez de escupirlo de la risa. Me encantaba que todavía me ponía nerviosa. —No estaba mirando. Ve al grano, Tanner —bromeé—. ¿Qué quieres decirme de todos modos? Se echó a reír mientras se recostaba en su asiento. —Oh, ¿ahora soy Tanner para ti? No creo que alguna vez me hayas llamado así antes. Ahora que lo pienso, ninguna chica jamás me ha llamado así. Sonriendo como tonta, me encogí de hombros. Después de un momento, su rostro se puso más serio. —He estado pensando mucho en las últimas dos semanas. Desde aquella noche. Sé que tienes reservas acerca de que renuncie a las carreras. Y sé que es porque, por alguna extraña razón, crees que estaré resentido contigo por ello. —Me tomó la mano—. Lo que nunca ocurriría en un millón de años. No tengo ninguna duda de que podía vivir sin ello si lo necesitara. —Pero no lo necesitas. En especial, no por mí. Dudó. —Lo que pasa es que tienes razón. Me emociono por las carreras. No lo necesito, pero lo disfruto. Y también me gusta la
reconstrucción de coches. —Hizo una pausa por un momento para calibrar mi reacción. Mi corazón cayó a la boca del estómago. —Lo sé. Algo en la mirada en sus ojos me hizo sentir extrañamente tranquila, a pesar de las palabras que acababa de pronunciar. Me apretó la mano. —Sólo escúchame, ¿de acuerdo? Asentí. —Quiero abrir un negocio de restauración de carros. Voy a reconstruir los coches y venderlos en una subasta. Hay personas que no tienen ni idea de cómo reconstruir coches viejos que pagarían mucho dinero sólo para almacenarlos en su cochera y conducirlos de vez en cuando. Ya hablé con mi tío sobre ello, y está dentro. Está realmente pensando en mover la tienda lejos de mantenimiento básico y a una operación de restauración completa. —¡Logan, esa es una gran idea! ¡Es perfecto! —Hay una manera de correr legalmente a una hora de aquí. Será el lugar perfecto para hacer contactos para el negocio y correr de forma segura cuando llegue la tentación. Es completamente legal. Y a salvo. Una sonrisa se dibujó en mi cara. —¿En serio? —En serio. —Una mirada de orgullo se apoderó de él en reacción a mi expresión. Sin dejar de sonreír, me moví de mi asiento y en el suyo. Mis brazos encontraron su camino alrededor de su cintura, mientras mi cabeza descansaba sobre su hombro. —Eso suena perfecto. Gracias. Besó la parte superior de mi cabeza. —Trabajar a través de los problemas no es tan difícil, ¿verdad?
Traducido por becky_abc2 Corregido por Paltonika
ogan se sentó en el asiento del copiloto de mi auto mientras seguíamos a la compañía de mudanzas a través de una subdivisión residencial a la nueva casa de su familia. Mi asiento de atrás y porta maletas se encontraban cargados con cajas. Con todas las renovaciones que su madre y padrastro hicieron a la casa de la infancia de Logan, no pasó mucho tiempo para que consiguieran una buena oferta, incluso con el hecho de que el mercado inmobiliario actual no era ideal, y ellos tenían sus ojos puestos en esta nueva casa antes incluso de poner la suya en el mercado. Todo quedó en el lugar perfectamente para ellos. Miré a Logan, que tenía una expresión molesta en el rostro. Ayudó a su padrastro a guardar los objetos pesados en el camión de mudanzas esta mañana, mientras yo ayudaba a su madre y Lanie con las cajas pequeñas. Estuvo silencioso durante toda la mañana y acababa con toda la animación. Mientras acomodaba el codo en la ventana, apoyó la cabeza en el puño. Agarré su mano libre. —Estoy orgullosa de ti, ya sabes. Sin inmutarse, siguió mirando a través del parabrisas. —¿Lo estás, eh? Apreté su mano. —Sí. Lo estoy. Sé que esto no es fácil para ti. Estás haciendo lo correcto, Logan. Significa mucho para ellos que estés está ayudando hoy. Resopló. —Todavía no lo siento bien. —Sé que no se siente así. —Creo que nunca te dije esto pero, ¿sabes que ocurrió la semana que estuvimos separados? Pasaron dos meses desde esa semana, pero nunca lo olvidaré. —¿Te refieres a la semana del infierno?
Sonrió. Finalmente, una sonrisa. —Sí, esa semana. Hablé con mi mamá esa semana. Me dijo que no pasó nada entre ella y Robert hasta meses después de que mi papá murió. Dijo que lo que vi no era más que un amigo consolando a una amiga. —¿Le crees? —Quiero decir, no estaban haciendo nada. Pero lo que vi... la forma en que se sostenían el uno del otro... no parecía muy amigable. No del todo. Entonces, se casó con él con bastante rapidez. Fue un poco difícil de creer, supongo. —Se detuvo por un instante, luego giró su cara hacia mí—. Pero entonces, cuando dijiste que confiabas en mí, a pesar de lo que viste... me hizo recapacitar. —¡Oh! Bueno me alegro haber servido. Comenzó a reír. —La cosa es que, sé que tengo que dejarlo ir. Él es un buen tipo, supongo. Es bueno para Lanie. Me parece que no puede dejarlo ir. Le di una sonrisa tranquilizadora. —Vas a lograrlo, bebé. Algunas cosas llevan su tiempo. Levantó una ceja. —Sabes que me encanta cuando me llamas así. — Acercó la cara a mi cuello y empezó a hacerme cosquillas detrás de la oreja con la lengua. —¡Oye, estoy conduciendo! —Me reí— ¡Basta! Pisé los frenos, notando un poco demasiado tarde que el camión de mudanzas frenó en frente de mí. Por suerte no lo golpeé. —Caray, Liv, eres una conductora loca. Debiste dejarme conducir — dijo Logan con una sonrisa, sabiendo muy bien que fue su distracción lo que provocó la casi colisión. Respondí a su comentario rodando los ojos. Esperamos en medio de la calle mientras el camión se estacionaba en la entrada de la nueva casa. Era un poco más pequeña que la antigua casa de Logan, pero parecía muy bien cuidada desde el exterior. Me estacioné en la entrada mientras que Jen, Robert y Lanie salían del camión de mudanzas. De inmediato se dirigieron a la parte trasera del este para comenzar a descargar. Giré el encendido y agarré el pomo de la puerta cuando sentí un tirón en el codo derecho. —Oye —dijo Logan. Me giré hacia él, mirándolo a los ojos, fundiéndome de inmediato en ellos. Esperaba que su mirada siempre tuviera este efecto sobre mí—. Oye tú. —Gracias.
Al no tener idea de por qué me agradecía, lo miré como si estuviera loco. —¿Por qué? —Por estar aquí hoy. Haces que todo sea mejor. Sonreí con sus palabras. —No hay lugar en el que prefiera estar. Nuestros labios se tocaron suavemente justo antes de que un golpe en la ventana nos distrajera. —Consíganse una habitación, chicos —dijo Lanie mientras abría la puerta de Logan—. ¡En serio! —Lo agarró de la mano y tiró de él, tratando de sacarlo del auto—. Tienes que ver esto ¡No lo vas a creer! Logan me miró confundido, y se encogió de hombros. —¡Vamos, Liv! —gritó Lanie. Nos bajamos del automóvil y comenzamos a caminar rodeando el camino, hasta llegar a la entrada a la parte posterior del camión. Lanie tiró rápidamente de Logan por delante mientras yo, me arrastré detrás de ellos. Cuando el garaje quedó a la vista desde atrás de la camioneta, me di cuenta que la puerta de arriba permanecía abierta, que Robert y Jen se encontraban de espaldas a nosotros, con los brazos alrededor uno del otro, mirando algo en su interior. Cuando nos acercamos, un sollozo vino de Jen. ¿Estaba llorando? Robert giró hacia ella y la besó en la frente. Logan se detuvo junto a su madre, y como señal de lo que veía, empujó a Lanie más cerca de él, envolviendo el brazo alrededor de su hombro. Su madre pasó el brazo por la cintura de Logan. Me acerqué, deteniéndome junto a Lanie y finalmente vi lo que causaba todo el alboroto. En la parte trasera del garaje, colgando en la pared por dos clavos, se encontraba el mismo poster de la película de John Wayne, quedando encima del escritorio en la tienda de Logan. Éste, sin embargo, era más viejo, descolorido, y parecía que estuvo ahí durante años. Logan giró hacia su madre. —¿Tú has puesto eso ahí? Ella lo miró y sacudió la cabeza para decir que no. Logan volvió a mirar el poster. —Mierda. Por el rabillo del ojo, me di cuenta de que Lanie se giró hacia mí. Su mano tomó la mía, tirando de mí más cerca, entonces envolvió el brazo alrededor de mi cintura, mientras colocaba mi brazo alrededor de su hombro. Los cinco nos encontrábamos parados uno al lado del otro, abrazados, observando lo viejo que era el poster destartalado, lo maltratado que se hallaba. Logan se volvió hacia mí con lágrimas en los ojos. No se necesitaban decir palabras. Sabía que eso, para Logan, era la validación que necesitaba para seguir adelante. Para dejar atrás el
resentimiento del que se aferró durante tanto tiempo. Su padre le daba su bendición. Finalmente, Logan tendría un poco de paz. No estoy segura de cuánto tiempo nos quedamos ahí antes de que Lanie finalmente rompiera el silencio. —Esas cajas no van a llegar a sí mismas dentro de la casa, ya saben. Logan se rió entre dientes y desordeno su cabello. —Supongo que será mejor que vayamos a trabajar entonces, jefa.
Traducido por Kariza & Annie D Corregido por Alysse Volkov
abía estado lloviendo por días. La mayoría de los bancos de nieve fueron fundidos por las lluvias de la primavera, pero algunos todavía permanecían. Hoy era el primer día en un tiempo en que el sol se asomó un rato, y estuve atrapada dentro de Frank’s, admirando la brillante luz de las puertas frontales. Era de noche cuando mi turno termino. —Te veo mañana, Olivia —se despidió Stacy justo antes de abrir la puerta de su auto y arrojarse dentro del asiento del conductor. —Adiós, Stacy —me despedí y la miré estacionamiento y adentrarse en el flujo de tráfico.
conducir
fuera
del
Abrí la puerta de mi auto y tiré mi bolso en el asiento del copiloto cuando escuché rápidos pasos aproximándose y sentí algo duro golpeando mi costado. —Cierra la puerta. —Una profunda, desconocida voz rompiendo antes de tener oportunidad de voltear para ver quién era. ¿Era una especie de broma? Confundida. Moví mi cabeza para ver a mi asaltante. Mi respiración se detuvo. Todos los músculos de mi cuerpo se paralizaron. Excepto mi corazón, que latía violentamente contra mis costillas. —Derrick Una capucha gris obscura le cubría la cabeza, oscureciendo sus ojos. Mirando hacia abajo para ver que estaba presionando de mi lado, mis ojos se abrieron. Un arma. —¿Qué estás haciendo? ¿Qué es lo que quieres? Hundió más el arma en mi costado. —Cierra la maldita puerta y entra por el asiento del pasajero.
Hice lo que dijo, mirando a todas partes del camino hacia el otro lado de mi coche. ¿Podría gritar? ¿Me disparara si lo hago? ¿Alguien incluso me oirá? El estacionamiento tenía una tenue luz, hacienda más difícil percibir a los transeúntes percibir algo en el camino. Me deslicé en el asiento del pasajero y luego me escabullí hacia el lado del conductor mientras se deslizaba detrás de mí. Ambos abrochamos nuestros cinturones de seguridad antes de encender el auto. Puse ambas manos en el volante y miré a Derrick que todavía tenía el arma apuntándome. —¿De qué se trata? ¿Qué quieres de mí? Con su teléfono en su otra mano, hizo clic en una foto mía. —Conduce, Te diré a donde ir. —¿Acabas de tomar una foto? Derrick, dime que es lo que quieres. Su respuesta inicial fue solo un vistazo. Era una mirada que nunca había visto en nadie antes. Nunca. Era una mezcla con los ojos abiertos de furia y psicópata. Presionó más duro el arma en mi costado eso definitivamente dejaría un moretón. Con una voz excesivamente tranquila, pero mala, respondió—: Quiero. Qué. Conduzcas. De repente me volví muy consciente de lo que sucedía. Mi respiración se volvió superficial mientras mi cuerpo se tensaba. Cada terminación nerviosa puso mi cuerpo alerta. Seguí sus instrucciones y me dirigí a la carretera. Mientras seguía conduciendo, siguiendo sus órdenes para dar vuelta aquí y girar allí, mis ojos se movieron del camino, hacia abajo al arma, y hasta los poco compasivos ojos de Derrick. —Ojos en el camino —instruyó. Con mis ojos abiertos, hice lo que me dijo y me mantuve en el tráfico. ¿Qué es lo que haría conmigo? —Tu pequeño novio debe de estar abriendo un mensaje con tu foto mientras hablamos. Estoy llamando a ese pequeño hijo de puta. Esta vez no dirá que no. Después de lo que pareció una eternidad, llegamos a un parque industrial en el que nunca había estado antes. Almacenes nos rodeaban. Derrick me hizo estacionar al lado de otro auto en el estacionamiento de uno de los edificios. La misma mujer que había estado con él en mi primera carrera, salió del auto estacionado y esperó. Parecía nerviosa, con una mirada de preocupación en su cara. Los extremos de su desordenado cabello marrón llegaban a lo alto de sus hombros. —Sal —ordenó Derrick, y luego me siguió fuera de la puerta del lado del conductor. Se enfrentó a la mujer—. ¿Está listo el auto?
—Sí, cariño —dijo mientras se aproximaban—. Video-cámara también. Todo el mundo va a ver lo que puedes hacer. —Maldición, sí. Lo harán. —Luego se volvió hacia mí y comenzó a sacudir el arma hacia mí como si estuviera utilizando el dedo índice—. La única razón por la que tu pequeño novio no compite conmigo es porque sabe que voy a ganar. Todo lo que podía pensar era en la pistola disparándose. ¿Y si él la aprieta con tanta fuerza y accidentalmente jala el gatillo? Pude ver sus ojos ahora bajo la luz halógena unida al edificio industrial donde nuestros autos se encontraban estacionados. Estaban brillantes. Enrojecidos. ¿Estaba drogado? ¿O simplemente loco? Nadie había escuchado de Derrick en meses. Probablemente no tenía ni idea que logan estaba fuera de los círculos de carreras callejeras. —Logan no corre con nadie más ya —espeté, lamentándolo instantáneamente. Derrick me miró con odio. —¿Crees que soy idiota? Mi boca se cerró de golpe. Sacudí con mi cabeza un no, vigorosamente. No cabía lugar para las lágrimas. Demasiada adrenalina recorría mi sistema para las lágrimas. En su lugar era muy consciente de todo. El goteo del agua que cae del edificio cerca de nosotros dentro de un charco debajo. El zumbido de la luz en el muro de concreto. La aspiración constante de la nariz de Derrick. La niebla de nuestros alientos en el aire frio. Pero mayormente mi atención estaba enfocada en la oscuridad del cañón apuntándome. Después, un estruendo. —Está aquí —dijo Derrick, entregándole la pistola a la mujer—. Ya sabes que hacer. La pistola se sacudía en la mano de la mujer mientras temblaba, y la miro con preocupación. Se paró detrás de ella y rodeo su mano con la suya, ayudándole a apuntar el arma hacia mí. —Así —dijo el firmemente, calmando sus nervios visiblemente—. Como practicamos, eres una tiradora nata, Amber, no lo olvides. —Puso su otra mano en el estómago de ella—. No estamos haciendo esto solo por nosotros, ¿recuerdas? ¿Cómo vamos a mantener un bebé, si no puedo competir? Quería decir algo inteligente y listo, como hacen en las películas, para sacarme de esta situación. Algo como, no tienes que hacer esto, no es demasiado tarde. O tienes muchas otras opciones. Pero nada salió. ¿Qué si decía la cosa equivocada?¿Qué pasa si simplemente no les gustaba lo que decía?
Amber asintió, recobrando su confianza. —Tienes razón cariño. Nuestro bebé merece lo mejor. Y todos merecen saber que tú eres el mejor. Volvió la cabeza para mirarlo, pero el agarró su cabeza con ambas manos, obligándola a mirarme a la cara. —Nunca quites tus malditos ojos de ella, ¿me entiendes? Asintió ansiosamente. —Sí, cariño. Puedes contar conmigo, te lo prometo. No cometeré el mismo error de nuevo. —Si algo sale mal. Dispara. NO lo dudes, no pienses. Solo actúa. ¿Me entiendes? —Sí, cariño. —Bien. Ahora sígueme hasta la orilla del edificio y espera por mi señal. El ruido se hizo más fuerte cuando el auto de Logan se acercaba, pero no podía verlo porque el edificio estaba en el camino. Derrick se lanzó delante de nosotras y giró en la esquina mientras esperábamos detrás de la pared al borde del edificio. El gruñido del motor de Logan se silenció mientras apagaba el auto. —¿Dónde está? —Escuché a Logan gritar. —La tendrás después de la carrera, pequeña mierda —respondió Derrick. Escuché un ruido que sonaba como un cuerpo siendo golpeado contra una puerta de metal o la capota de un carro de metal—. Cálmate, chica. No querrás que nada le pase a tu preciada chica del banderazo. — Hubo un momento de silencio—. Sí, eso es lo que pensé. —Un Derrick todo engreído continuó—: Entra a tu auto. Tu pequeño amuleto de buena suerte dará el banderazo así todos pueden ver que es justo. Sí, es correcto. Todos sabemos que no haces una mierda si ella no da el banderazo. La pistola empujaba más fuerte detrás de mi espalda mientras la puerta del carro se abrió y se cerró de nuevo. —¡Sácala! —gritó Derrick. Amber me empujó con la pistola y mantuvo un fuerte agarre contra mi hombro. —Muévete. Ahora. Giramos a la esquina, y mi corazón saltó ante la vista del Mustang. Se encontraba estacionado al lado del carro de Derrick en el medio del camino. Ver el auto de Logan, y saber que estaba allí por mí, desencadenó una cadena de reacciones en mi cuerpo, como si pudiera liberar lo que había estado reteniendo. Mis ojos comenzaron a abrirse, mis mejillas quemaban, y comencé a respirar fuertemente. Algo acerca de él estando allí le estaba dando a mi cuerpo permiso para quebrarse. Pero no podía permitir derrumbarme ahora. Debía ser fuerte. Valiente. Necesitaba tomar decisiones inteligentes, y a pesar de que mi corazón latía
fuerte en mi pecho, escoger derrumbarme ahora sería la peor decisión posible. Nos quedamos cerca del edificio, y me pregunté por qué Amber no me había llevado directo hacia los autos. Luego, me detuvo. —No puedo ir más lejos, bebé. ¡La cámara me vera! Derrick se paró entre los dos carros. —Bien. Prende el láser. Escuché un chasquido detrás de mí. —¡Esta prendido, bebé! —gritó Amber. Él asintió. —Ahora camina hasta aquí… cariño. Me empujó hacia adelante. —Eso refiere a ti, perra. Hice lo que dijeron y comencé a ir hacia Derrick. Caminando desde atrás de los autos, vi que la ventana del carro de Logan estaba totalmente abierta. Furia absoluta se desprendía de cada poro de su cuerpo. Su rostro tenía un tono oscuro de rojo. Nunca antes lo había visto tan molesto. Nuestros ojos se encontraron mientras lo pasaba, y su expresión se volvió más determinada. —Ven aquí, chica amorosa. Tengo un trabajo para que hagas —ordenó Derrick. Me agarró y me giró así estaba enfrente de los autos, en lo que su mano permaneció firmemente en mis hombros mientras se paraba detrás de mí. —Baja la mirada, cariño —susurró en mi oído. Su aliento olía como a muerte y cigarrillos. Seguí su orden y bajé la mirada al piso, pero un brillante punto rojo en mi camisa inmediatamente llamó mi atención—. Ese es nuestra póliza de seguros que tú —y tu novio allá—, no intentaran hacer algo estúpido —habló más fuerte ahora, así Logan podía escuchar—. Mi chica ha sido instruida a disparar si alguno intenta hacer cualquier movimiento equivocado. ¿Lo entiendes? Mis ojos se entrelazaron con los de Logan. Ambos asentimos. —Bien —continuó—. Hay una cámara aquí. —Señaló a la acera, a unos pocos metros enfrente de los autos—. Y otra en la llegada. Todo el mundo va a ver que la única razón por la que no compites conmigo es porque sabes que ganaré y arruinaré tu preciada reputación. —Señaló a Logan—. Ahora enciende tu jodido motor. Logan inmediatamente trajo su auto a la vida. El alto rugido envió una onda de emoción a través de mí. Derrick quitó sus manos de mí y desde el rabillo de mi ojo, lo vi caminar a su auto. Un segundo después, encendió su motor. Logan articuló—: ¿Estás bien?
No sabía cómo me encontraba. Había estado haciendo todo lo que podía para mantenerme calmada. Así que supongo que estaba calmada. Asentí en respuesta. Su mirada dejó la mía y se movió a mi pecho: al punto rojo. Una expresión de dolor se apoderó de él. Sus hombros lentamente se levantaron y luego bajaron en una respiración profunda, y sus ojos regresaron a los míos. Mi rostro comenzó a decaer sutilmente mientras la enorme roca en mi garganta empujó contra todos mis sentidos, tratando de forzar un sollozo. Todo mi cuerpo temblaba. Cerré mis ojos y tomé una respiración tranquilizadora, recobrando mi compostura. Necesitaba permanecer calmada. Cuando los abrí, miré a Derrick a mi derecha. Su malvado rostro asintió que ya estaba listo. Giré mi cabeza hacia la hermosa y determinada mirada de Logan a mi izquierda. Me dio un asentimiento también, pero incluía una pequeña sonrisa tranquilizadora. Su gesto me mostraba que él, también, estaba listo. Y que todo estaría bien. Los motores vibraban mientras levantaba mis manos sobre mi cabeza. Cerré mis ojos y respiré. Luego forcé mis brazos a bajar. El alto rugido de ambos autos vibraron en mi pecho, y el olor del tubo de escape fue liberado en el aire. Rápidamente volteé y abrí mis ojos para ver. No podía decir con seguridad quién ganaba, pero parecía que Logan. Casi simultáneamente, ambos autos se impulsaron adelante por el nitro. De repente, el Honda Civic azul comenzó a derrapar y a chillar. La parte trasera se movía de lado a lado, al principio levemente, pero cada giro se volvía más errático hasta que estaba completamente fuera de control. La parte trasera del Civic giró a un lado. La parte delantera salió hacia adelante, directamente al lado trasero del Mustang de Logan. Dejé de respirar. Todos los pelos de mi cuerpo se pararon en las puntas. El Civic hizo un giro completo. Volando salvajemente, el lado del pasajero golpeó un poste de luz. El poste actuó como un mecanismo de corte, rompiendo completamente el carro de Derrick en dos, justo antes de destrozarse en el suelo. ¡Santa mierda! El Mustang chilló mientras se balanceaba a un lado, luego comenzó a girar. Vidrios rotos. Giró de nuevo. Metal aplastado. Y de nuevo, giró. Los autos estaban lejos ahora, pero el sonido del choque parecía estar en frente de mí, como uñas sobre una pizarra. —¡No! —Mi mente gritó, pero en el mundo salió como solo un susurro. Mi mano cubrió mi boca mientras el Mustang giró una vez más, luego casi otra vez, antes de balancearse de regreso sobre sus ruedas—. Oh mi Dios.
Estaba corriendo ahora. Todo permanecía en silencio excepto por el jadeo de mi aliento y mis pies pisando fuerte sobre el pavimento. El viento frio sopló entre mis ojos abiertos mientras corría, pinchándolos, causando que las lágrimas fluyeran fuera de los bordes de mis ojos. Vagamente noté los gritos de terror de Amber detrás de mí, pero eran constantes. Continué avanzando, pero todo pasaba en cámara lenta ahora, y no me acercaba lo suficiente ni rápido. Mis ojos borrosos no dejaban la versión aplastada del carro de Logan por un segundo. Y no había movimiento viniendo de su interior. Por favor sal. Por favor sal. Por favor que esté bien. Me encontraba más cerca ahora, casi llegando. ¿Estaban esas pisadas detrás de mí? Un disparo sonó justo después y fui herida por algo filoso en mi antebrazo izquierdo. Me tambaleé pero no podía mantenerme en mis pies. Intenté colocar mis brazos para que amortiguaran la caída pero solo uno de ellos funcionaba. Algo se quebró en mis dedos cuando golpeé el concreto, justo antes de que mi rostro siguiera. Recordé las últimas palabras de Derrick a Amber. No pienses. Solo actúa. Había seguido sus órdenes y mi brazo tenía una herida de bala como resultado. En un estado de asombro, estuve con mi frente en el pavimento por varios momentos, mientras el dolor en mi antebrazo aumentaba a un nivel más allá de la tolerancia. Mis dedos latían y mi cabeza palpitaba. Algo cálido y húmedo estaba fluyendo fuera de mi nariz y brazo. De alguna forma, me las arreglé para ponerme de lado, sobre el brazo que no dolía, pero no podía levantar mi cabeza fuera del pavimento. Miré el auto de Logan de nuevo, buscando por cualquier pequeño posible movimiento, pero no existía ninguno. Esperé, nunca quitando mis ojos de él. Luego, esperé algo más. —Por favor, sal —susurré, tratando de mover mi cuerpo para llegar a Logan. Pero no se movía. No puedes dejarme. Lo prometiste. Mi respiración era superficial. El dolor se convirtió en demasiado para soportar. Los bordes de mi visión comenzaron a oscurecerse, encerrándose en el centro de mi punto de enfoque —el auto de Logan. Por mucho que intenté combatirlo, la oscuridad lentamente se apoderó de mi visión hasta que estaba completamente negro.
Traducido por Alysse Volkov Corregido por florbarbero
ientras mi ojo era abierto a la fuerza, una linterna blanca brilló en él, provocando que lo entrecerrara. El otro párpado fue el siguiente en ser abierto, con la luz brillando en mi pupila. A medida que me colocaban en la cama, me levanté, oyendo el roce de los suministros en las paredes del gabinete a mí alrededor. —¿Cuál es tu nombre, querida? —preguntó una mujer detrás de mí. Parecía tan lejana. Continué entrecerrando los ojos mientras trataba de abrirlos solo un poco. Todo se encontraba borroso y mi cabeza giraba. Los mantuve abiertos solo lo suficiente como para darme cuenta que me hallaba en una ambulancia en movimiento. Un hombre con uniforme se sentó en el banquillo junto a mí y se colocó a mi costado, justo antes de poner sus manos en mi brazo expuesto. Aplicó presión entre la parte posterior y el frente del mismo y me recostó, manteniendo sus manos en las heridas. El dolor que me provocaba su toque me hacía sentir nauseas. —Está atravesado completamente por una herida de bala. Ha perdido mucha sangre —dijo la voz del hombre. Entrecerré mis ojos nuevamente. El hombre colgó una bolsa de líquido claro en un gancho encima de mí. Todo era demasiado brillante aquí. Mi cabeza no podía soportar la luz, así que me di por vencida tratando de ver qué pasaba y decidí mantener mis ojos cerrados. Algo pinchó la vena de mi brazo, en la curvatura interior. No podía evitar sentirme mareada. Todo mi cuerpo comenzó a temblar. ¿Por qué hacía tanto frío aquí? ¿Dónde está Logan? Traté de decir esto, pero no salió nada más que un débil gemido. Intenté otra vez, pero no salió nada. La mujer presionó un vendaje en mi cabeza. Luego, me sentí ir a la deriva. —Trata de permanecer despierta, cariño —la voz de la mujer hizo eco a la distancia. Pero me encontraba cansada. Me dolía todo. Necesitaba dormir.
Traducido por JackieC Corregido por Dafne
reen que uno de los autos golpeó hielo negro. —Escuché a un hombre decir entre dientes. Sonaba como Jeff—. El otro conductor ha muerto. Se sintió como si un torno me apretase la cabeza. Me quede inmóvil, incapaz de abrir mis ojos de inmediato. —Oh, Dios mío, si hubiera tenido idea de que estaba involucrada en... —Mi madre no llegó a terminar la frase. En cambio, se echó a llorar. Imaginé a Jeff sosteniéndola. Reconfortándola. La habitación olía estéril, al igual que los hospitales lo hacen. Cuando finalmente abrí los ojos, un quejido salió de mi garganta. Mi lengua se sentía hinchada por la sequedad. Golpeé contra el techo del paladar un par de veces para humedecerlo. —¿Livie? —Mi madre inmediatamente corrió a mi lado y me cogió la mano—. ¿Livie? Soy mami. ¿Estás despierta? ¿Mami? ... ¿En serio? Mi voz salió como un susurro. —No tengo cinco años, madre. Una media risa, medio sollozo, salió de ella. Sorbió su nariz. —Lo sé, dulzura. Mi cabeza palpitaba, y estaba irritada. Moví mi mano derecha hacia mi frente pero algo tiró desde el interior de mi brazo. —Ten cuidado, Livie. No debes tirar de la intravenosa —me advirtió Jeff. Mi mano se posó de nuevo en la cama, al lado de mi muslo. Fue entonces cuando me di cuenta que los dedos medio y anular de mi mano derecha estaban juntos en un molde de dedos. Miré mi brazo izquierdo, también habían sido rodeados con cinta adhesiva, y estaba fijado en un cabestrillo.
—¿Te acuerdas de lo que pasó, cariño?—preguntó mi madre—. Has estado desmayada todo el día. Recordé despertar brevemente cuando me llevaron a la sala de emergencias y el caos de gente hablando y pinchándome, justo antes de perder el conocimiento. Me acordé de la ambulancia. Recordé el pavimento golpeando mi frente mientras miraba por cualquier signo de... ¡Logan! —¿Dónde está Logan, mamá? —Mi voz era más fuerte ahora, pero aún no estaba en un sólido decibel—. ¿Está bien? ¿Dónde está? —Shhh, necesitas preocuparte por ti en este momento, Livie. —Frotó suavemente mi brazo bueno. Con todas mis fuerzas, poco a poco obligué a mi cuerpo a colocarse en una posición más vertical. El movimiento fue descuidado, y sentí una enorme presión en la cabeza. No me importaba. Si no me lo decían, lo encontraría por mí misma. —Olivia, detente ahora mismo. No puedes salir de esta cama. —Entonces dime dónde está. —Mi voz tembló mientras lágrimas comenzaron a fluir. Estaba demasiado débil para tratar de detenerlas. Un millón de pensamientos de lo que pudo haber pasado con él corrieron por mi mente, y la mayoría de ellos me asustaban como el infierno. Jeff y ella intercambiaron una mirada preocupada. Jeff asintió y ella suspiró. —Está en la UCI10, cariño. Se golpeó la cabeza muy mal y tuvieron que operarlo para aliviar la presión. Tiene algunas costillas rotas. Perdió una gran cantidad de sangre... como tú. —Sus ojos se humedecieron, y su cara se distorsionó, como si estuviera a punto de romperse. Jeff continuó por ella. —Ha estado inconsciente. En un primer momento, lo mantuvieron sedado, pero han bajado la medicación y también la hinchazón. Sólo tienen que esperar a ver si... Quiero decir, cuando... se despertará. Ambos estuvieron allí mucho tiempo antes de esa chica avisara a alguien... —¿Quiénes son esas personas? —interrumpió mi madre—. ¿En qué estás involucrada? Jeff puso su mano sobre su hombro. —Grace, ahora no. No es el momento. Mi madre y Jeff intercambiaron unas pocas palabras, pero no tenía idea de lo que estaban diciendo. Todo lo que podía pensar era en el cuerpo destrozado de Logan.
10UCI:
Unidad de Cuidados Intensivos.
Debía sentir mucho dolor. —Mamá, voy a pedirte tu ayuda en estos momentos —los interrumpí, y ambos volvieron la cabeza para mirarme—. Y necesito que digas que sí, no importa cuánto quieras decir que no. Me miró a los ojos y asintió. —Tengo que verlo. Apretó los labios en una sonrisa compasiva, pero sus ojos eran pura preocupación. Vaciló durante unos segundos antes de decir algo. —Muy bien, cariño. —Voy a buscar una silla de ruedas. —Jeff apretó el hombro de mi madre y salió de la habitación.
El timbre del ascensor sonó al abrirse la puerta. Mi madre me empujó a través de ella por el pasillo alfombrado hacia la UCI. Jeff había convencido a mi enfermera de tapar mi intravenosa hasta que regresase a mi habitación. Después de un chequeo de mis signos vitales, y estuvo de acuerdo. Satisfecho de que había podido ayudar, decidió quedarse, diciendo que tenía cosas que hacer. Nos acercamos a la zona de espera donde vimos a Robert sentado en una de las sillas, leyendo una revista. —Mamá, este es el padrastro de Logan —le dije. Me acercó a donde estaba sentado. Él levantó la cabeza cuando llegamos. — Liv. —Sus ojos se movieron a mi madre detrás de mí, y se puso de pie para saludarla—. Grace. Me alegro de verte. —Hola, Robert —respondió mi madre. —¿Ustedes se conocen? —le pregunté. Mi madre puso su mano en mi hombro bueno. —Nos conocimos ayer por la noche en Emergencias. Cuando la policía nos interrogó sobre... lo que ocurrió. —¿Cómo está? —le pregunté a Robert—. ¿Puedo verlo?
Robert asintió. —Jen está con él ahora. Aún no ha despertado todavía. Les mostraré en que habitación está. Lo seguimos hasta el fondo de la sala, deteniéndonos en cerca de la estación de enfermería. Robert llamó a la puerta. —Sólo dos visitantes en la habitación a la vez —dijo una enfermera desde detrás del mostrador. —Sí —respondió Robert, irritado—. Estamos al tanto de las reglas. —Es por el bien del paciente, señor. La puerta se abrió con Jen detrás ella. Cuando me miró, intentó sonreír. —Liv, estoy tan contenta de que estés bien. Te ayudaré a entrar. — Jen comenzó a caminar a mi alrededor para empujarme hacia adentro, pero no quería que Logan me viese así. Indefensa. —¡Espera! —dije—. Puedo caminar, quiero hacerlo... —Ni por casualidad, Olivia —mi madre interrumpió. —Mamá, mis piernas están bien. Caminaré. Lo siento, pero vas a tener que lidiar con eso. Después de algunos comentarios en contra y algunos suspiros exagerados, estuvo de acuerdo. Con la ayuda de Jen y mi madre, poco a poco me obligué a ponerme de pie, tratando intensamente de ocultar mi mareo. Jen tomó mi brazo bueno por el codo y caminó conmigo. Me tomó todo lo que tenía para no romperme completamente a la vista de él. Pero no fue porque tuviera la cara completamente hinchada o amoratada, como esperaba. Y no fue porque estaba siendo mantenido con vida por el respirador que salía de su garganta. En realidad, casi me derrumbo, porque a diferencia de mis temores, ninguna de esas cosas estaba allí. De hecho, a excepción de la gasa envuelta alrededor de su cabeza, realmente se veía bien. Como si estuviera durmiendo. Pero no dormía. Con una mano todavía en mi brazo, Jen acercó una silla cerca de la cama y me indicó que me sentara. —Tenía un hematoma subdural —me informó—. Hicieron un procedimiento para drenar la sangre. Su inflamación se redujo con bastante rapidez, por lo que le retiraron la medicación hoy al mediodía. —Lo miró, preocupada—. Debería estar despertando. No sé por qué no se está despertando. —¿Cuánto tiempo tomará? —No pueden decirlo. Las lesiones cerebrales son impredecibles. Todo lo que podemos hacer es esperar. —Se detuvo un momento y miró a su hijo—
. Puedes sostener su mano. Pero sus costillas están quebradas, así que ten cuidado con su pecho. Asentí. —Está bien. Me miró con tanta compasión, dadas las circunstancias. —El neurocirujano dijo que es bueno hablar con él. Hay una posibilidad de que pueda oírte... incluso si no puede responderte. —Su voz se quebró con esas últimas palabras, pero rápidamente se recompuso—. Él va a despertar. Tiene que hacerlo. —Lo miró, luego de vuelta a mí—. Si piensas que estarás bien aquí sola, voy a darles un momento juntos. Asentí. —Muchas gracias, Jen. Tomó el botón para llamar a la enfermera y lo apoyó junto a la mano de Logan. —Si algo sucede, o si necesitas algo, pulsa este botón. Estaré de vuelta en un rato. Con eso, salió de la habitación, cerrando la puerta suavemente detrás de ella. Lo miré fijamente durante un buen rato, sin saber exactamente qué decir o hacer. Normalmente, si estuviera en la cama para dormir, me arrastraría junto a él, envolviendo mis piernas a su alrededor y lo abrazaría. Con su condición actual, sin embargo, hacer algo así lo lastimaría. Traté de tomar su mano, pero fallé cuando mi dedo se interpuso en el camino. Me quedé allí, con mi mano sobre la suya, enredando mi pulgar con el suyo. Su pecho se levantó y bajó con cada respiración. La expresión de paz en su rostro me hipnotizó y no podía dejar de observarlo, esperando algún indicio de que en realidad supiera de que estaba allí con él. —Estoy aquí, cariño —dije con suavidad—. Estoy bien. No me hicieron daño. Ninguna reacción. Nada. Mis ojos comenzaron a arder mientras esperaba por la menor sacudida o movimiento. De repente, la idea no deseada de que nunca podría responder llegó a mi mente. Empujé rápidamente lejos ese pensamiento. Perderlo no era una opción. Estaba dispuesta a mantenerlo conmigo Después de varios minutos de observar su rostro inmóvil, finalmente le hablé. —Has cambiado mi vida, ¿sabías? Esperé, pero aun así, nada. Por favor, despierta. —No tenía ni idea de que el amor incondicional existiera en realidad hasta que te conocí, Logan. Nunca creí que dos personas podrían estar realmente destinados el uno para el otro... —dudé por un segundo, sin éxito, tratando de mantener mi entereza cuando terminé—... como nosotros.
Quité mi mano de la suya para limpiar mis ojos, respirando profundamente para calmar mis nervios. Di otro vistazo a su todavía inexpresiva cara. Necesitaba estar más cerca de él. Agarrando la baranda, me puse de pie y cerré los ojos, esperando a que el mareo cesara. Finalmente, lo logré, a pesar de que mi cabeza seguía latiendo. Apoyando mi cadera contra la baranda, llevé la mano a su cara y acaricié su mejilla con mi pulgar. —Tú me despertaste, bebé. Cuando estaba insensible a todo, me despertaste. Me haces sentir cosas... cosas maravillosas que no sabía que existían. Tú me hiciste creer que el amor puede soportar cualquier cosa, y que podemos tener un futuro juntos. Me hiciste creer en nosotros. Siempre me estás llamando ángel, pero tú eres el ángel, no yo. Siempre lo has sido. Quieto, sin ninguna reacción. La frustración se deslizó en mi sistema. A pesar de que era irracional para sentirse así, estaba enojada porque no reaccionaba a mí. —Así que no puedes dejarme ahora. Ya es demasiado tarde. No tienes elección. Estás atrapado conmigo. Me hiciste una promesa, Logan. Dijiste que nunca me dejarías, por lo que tienes que ser fuerte ahora. —Mi voz se quebró—. Porque no puedo imaginar mi futuro sin ti. Lo intento, pero es que... es que... —Traté de mantener el control, pero las lágrimas se filtraron fuera de mis ojos—. No puedo imaginarlo, ¿de acuerdo? No quiero. Mantén tu promesa. Tienes que hacerlo, bebé, no hay otra opción. Por favor. Como su rostro seguía estando inexpresivo, y mi cabeza comenzó a latir con tanta fuerza que pensé que podría desmayarme, me senté y enredé mis pulgares con los suyos. Mi cabeza encontró un lugar en la cama, al lado de nuestras manos, donde descansé. Hasta que me sentí deslizarme en sueños. Sueños de nosotros. Juntos. Felices. Jen me despertó después de un rato y me convenció de volver a mi habitación. Sólo accedí a dejar el lado de Logan cuando Jen me dijo que Lanie quería verlo, e incluso entonces, me retiré solo por una hora. Cuando regresé a mi habitación por ese breve periodo de tiempo, una oficial de policía estaba esperando para interrogarme. Con nada que ocultar, le di todos los detalles de lo que había sucedido. De acuerdo con las reglas de la UCI, sólo los miembros de la familia podrían pasar la noche, lo que significaba que estaba forzada a dejar su habitación y pasar la noche en la mía. Jen prometió que sería la primera en saber si había algún cambio. A pesar de que quería quedarme despierta escuchar alguna noticia sobre Logan, el sueño se hizo cargo, en el primer momento que mi cabeza se apoyó en la almohada de mi cama de hospital. Me desperté en la madrugada, en la habitación vacía, sintiéndome diez veces mejor que el día anterior. La náusea y el mareo aún estaban allí, pero muy poco. Lentamente me levanté hasta quedar sentada y até la parte
de atrás de mi bata mientras la presión en mi cabeza se disipaba. Independientemente del tiempo que me llevaría a caminar al cuarto de Logan, estaba decidida a hacerlo. Los pasillos estaban vacíos en su mayor parte, y me quedé a un lado, apoyándome en la baranda de madera de la pared. Cuando llegué a su habitación, llamé en voz baja. Después de escuchar por una respuesta, abrí la puerta y me asomé. A excepción de Logan, la habitación estaba vacía. Jen debía de haber necesitado un descanso. Me acerqué a su cama y lo observé durante varios minutos. Nada en su rostro había cambiado desde ayer. Todavía estaba inexpresivo. Ya echaba de menos su sonrisa. Sus ojos. Me incliné y presioné mis labios suavemente en su frente, quedándome allí un momento. —Te amo tanto, Logan —susurré—. Por favor, despierta. Cuando no respondió, me senté en la silla junto a la cama y tomé su mano. La levanté, besando suavemente cada dedo. —Mmm —se quejó. ¡Hizo un sonido! Levanté la cabeza y busqué su rostro, que aún estaba en blanco. — ¿Logan? Sus cejas se movieron ligeramente. Mis ojos se agrandaron, y me paré para poder tener una mejor visión de él. —¿Logan? Es por la mañana, bebé. Es hora de levantarse. Trató de respirar profundamente, pero se detuvo a mitad de camino a través de la respiración, frunciendo sus cejas. —Auch —susurró. Una media sonrisa, medio sollozo salió de mí. —Cuidado, bebé, tus costillas están un poco quebradas. Le tomó unos momentos pero abrió los ojos. Cuando lo hizo, su cabeza se volvió a mirarme. —Estás bien. Las esquinas de mi boca se elevaron. —Lo estoy ahora.
Traducido por Alysse Volkov Corregido por Carolina Shaw
os gritos de las atracciones y bajo de la música sonando en la distancia trajeron en una sensación de déjà vu. Una sonrisa se formó en mi rostro de la idea de estar aquí, hace exactamente un año. Coloqué mi brazo alrededor de Logan mientras caminábamos por la hierba para el animado festival. Logan casi se había recuperado por completo, a excepción de un ligero retraso en el reflejo, que sólo él y yo notábamos. Según el doctor, había una posibilidad de que se fuera en el tiempo. Por ley, no había sido capaz de conducir desde su lesión en la cabeza. Puesto que no había sufrido nunca ataques, sin embargo, podría volver a solicitar su licencia de conducir el próximo mes. Fuimos afortunados. Algo cambia cuando desafías la muerte. La vida se ve diferente. Más brillante. Aprecias cada momento que pasa y dejas de preocuparte por el futuro. Los “¿Qué si?” oficialmente se habían borrado de mi vocabulario. Habíamos decidido mudarnos juntos justo después de graduarme de la escuela. Aparte de los pocos dolores de cabeza por acostumbrarme a vivir con un hombre, nuestra relación estaba más fuerte que nunca. Podía lidiar con los trapos de cocina sucios empapados dejados en el fregadero y las huellas dactilares grasientas en las jambas de las puertas, tanto lo tuviera a él. Tomados de la mano, nos acercamos a la tienda de la cerveza, donde Mel, Nat, Isaac, y Jess nos esperaban. —¿No es esta la misma banda que tocaba el año pasado? —pregunté. —Te acuerdas de ellos, ¿eh? —respondió Logan. —Lo recuerdo todo de esa noche. —Todo lo que recuerdo de esa noche era tu sonrisa. Sabía que estaba en problemas al segundo en que me miraste. —Sonrió.
—¿Problema? ¿Soy un problema? Se echó a reír. —Tal vez los dos tenemos problemas. Pero juntos, funcionamos. El gorila de la puerta era alguien que nunca había visto, pero al parecer, conocía a Logan. Intercambiaron movimientos de cabeza, mientras lo pasamos y entramos en la tienda. Vi a nuestros amigos en la pista de baile y empecé a tirar de Logan hacia ellos cuando me echó hacia atrás. Confundida, me volví hacia él. —Nos encontraremos allí —gritó sobre la música. —De acuerdo. Nos separamos y me dirigí a la pista de baile. Cuando Mel me vio, me agarró la mano y me llevó a su círculo donde nos movíamos con la música. Cuando terminó la canción, el cantante de la banda habló por el micrófono. —Normalmente no hacemos algo como esto, pero tenemos un invitado especial esta noche. Alguien en la multitud silbó. El cantante continuó—: Liv Evans, ¿vendrás al escenario, por favor? Mi corazón se detuvo. ¿Qué dijo? Conmocionada y un poco confundida, me dirigí a Mel para ver si escuchó lo mismo que yo. Asintió y señaló hacia el escenario. —¡Ve! Mi corazón se reinició y empezó a golpear con furia en mi cavidad torácica. Severamente negué con la cabeza a Mel. —¡No! Una voz familiar se apoderó de los altavoces—: Vamos, bebé. Te prometo que no te haré cantar. Mi cabeza se volvió lentamente al escenario donde Logan estaba parado con una astuta sonrisa, sosteniendo el micrófono en la mano. Todavía no podía moverme. Las manos en mi espalda me empujaron hacia adelante hasta que mis piernas empezaron a trabajar por su cuenta. Una vez que llegué al escenario, Logan se inclinó y tomó mi mano, ayudándome a levantarme. Sorprendida y confundida, mis ojos recorrieron la multitud, donde encontraron a Melody sonriendo de oreja a oreja. Entonces me enfoqué mi mirada en Logan. Parecía nervioso. Su mano se mantuvo sosteniendo la mía, mientras con la otra mano tenía el micrófono. Entonces, habló—: Liv, nos reunimos aquí en esta tienda hace exactamente un año, hoy. Sabía que el momento en que te vi que mi vida cambiaría, pero en ese momento, no tenía ni idea de lo mucho que lo haría, ni por qué. Todo lo que sabía entonces era que tenía que conocer a la persona detrás de esa sonrisa magnética. Y lo que encontré fue una mujer
fuerte, inteligente, que me hace sentir más vivo lo que nunca me he sentido en mi vida. Me soltó la mano y metió la mano en el bolsillo de su vaquero. Lo que hizo a continuación me impactó por completo. Tomando una pequeña cajita negra de su bolsillo, se puso de rodillas en el escenario. Exclamaciones y silbatos sonaban desde el público, junto con algunos gritos de “¡Bravo!”. Abrió la caja, dejando al descubierto un anillo que brillaba de forma celestial contra las luces del escenario. Mi mano temblaba en su camino hasta taparme la boca abierta. —Te amo, Olivia Evans. Me encanta la forma en que me haces mejor. Me encanta tu fuerza, tu coraje, tu humor extraño. Me encanta la forma en que tu voz se vuelve nasal al cantar country, y la forma en que se vuelve todo gueto cuando tratas de hacer rap. Me encanta tu sonrisa, y te prometo hacerte sonreír cada día. Para siempre. Si me lo permites. Liv, ¿quieres...? —¡Sí! —grité me agaché y envolví mis brazos alrededor de su cuello, lo que le hace que caiga el micrófono—. ¡Sí! ¡Sí! Vagamente me di cuenta de la multitud aplaudiendo mientras besaba a Logan repetidamente en la mejilla y el cuello. —Ni siquiera has oído lo que iba a preguntar —susurró en mi oído—. Te iba a decir que, ¿me traerías una cerveza porque estoy muy sediento aquí parado. Me reí a través de mis sollozos. —Cállate, idiota. Se rió y movió su rostro frente al mío. —Sólo para estar en misma página aquí, ¿me harías el hombre más feliz del mundo y casarte conmigo? Mi sonrisa tomo toda mi cara. —Sí, Logan. Nada me haría más feliz. También te amo.
Alicia Kobishop
Alicia vive en el gran estado de Milwaukee, Estados Unidos, con su esposo y dos hijos. “The Fine Line� es su novela debut. Puedes seguirla siguiendo sus redes sociales.
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