EL ÁGUILA Y EL DRAGÓN Juan Carlos Vega Solórzano
EL ÁGUILA Y EL DRAGÓN Juan Carlos Vega Solórzano
El Águila y el Dragón Juan Carlos Vega Solórzano México: Silla vacía Editorial Primera edición, MMXXII www.sillavaciaeditorial.com Características gráficas y tipográficas Natalia de la Luz Romero Castellanos Corrección de estilo Julissa de la Torre Bucio Maquetación Rodrigo Treviño Pintura en portada elrotre@gmail.com Noé Martínez Diseño de forro Derechos reservados conforme a la ley Colección: Estudios Sociales ISBN: 978-607-99608-2-7 © Juan Carlos Vega Solórzano © Silla vacía Editorial Miguel Cabrera 88a, Centro Histórico CP 58000, Morelia, Michoacán, México Esta publicación se enmarca en el 50 Aniversario del establecimiento de las relaciones diplomáticas entre México y China Impreso en México - Printed in Mexico
Contenido
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Prefacio
11
Prólogo Alfonso Araujo
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Capítulo I
15
El comienzo de la aventura: Programa Nacional de Formación de Negocios México-China
17
Sinergia
21
Reto inicial: chino mandarín
23
Simpósium de inversión turística China 2006
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Shanghai, la otra China
28
Capítulo II
29
Comportamiento del consumidor chino
33
Cultura de negocios en China
37
Diplomacia consolidada
41
Primer semestre, balance positivo
45
Regreso a la realidad
49
Mayo, mes clave para negocios mexicanos en China
53
Alimentando al Dragón
57
Sincronización de tiempos
59
Productiva reunión con el cónsul general de México para Hong Kong y Macao
61
Vida urbana
65
El momento actual
67
45 días de enlace en México
69
El aguacate michoacano en China, la gran interrogante
73
Graduación de la segunda generación de becarios michoacanos en China
75
Última entrega desde suelo mexicano
77
1º de octubre: 58 Aniversario de la Fundación de la República Popular China
79
Noche mexicana en Shanghai, China
83
Restaurante mexicano “Panchos”: radiografía del sabor
87
Una semana, tres eventos de clase mundial
91
Fin de semana especial para becarios en China
95
102.ª edición de la Feria de Importaciones y Exportaciones de Cantón, China
99
Ferias otoñales
101
Exposición internacional de la industria del esparcimiento China 2007
105
Reflexiones
108
Galería
120
Capítulo III
121
De México a Beijing en 24 horas: postales de una olimpiada
125
Hong Kong, civilización del futuro respirando en el presente
129
Grito de Independencia en Shanghai: entre el patriotismo y la angustia
131
Ascenso chino otoñal y presagios de un crudo invierno
135
Centro Internacional de Productos en China: China International Commodity Center
139
La Feria de Cantón o el mito del negocio redondo
142
Capítulo IV
143
Año del Buey y nueva generación de michoacanos a China: perseverancia
145
Desayuno Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior, Inversión y Tecnología, A. C.: mercado de consumo de alimentos y bebidas en China
149
XIX reunión plenaria Comité Empresarial México-China
151
Michoacán y China, ¿qué podemos esperar?
155
Expo Shanghai 2010, primeras pinceladas
157
Capitalismo comandado: China y la crisis económica actual
161
Inversiones en tiempos aciagos: ¿mesura o arrojo?
165
Imágenes de gastronomía china
167
Primer Congreso Internacional de Turismo China-México 2009
171
México, país invitado de honor de la Feria de Alimentos y Bebidas SIAL 2009 Shanghai
175
Reflexiones a propósito del periodo vacacional
177
Visas a turistas chinos
179
Doña Amalia Solórzano y China
183
SIAL 2009 Shanghai, cuenta regresiva
185
Absurdo empañamiento de relaciones entre México y China
189
Secuelas nocivas: hacia la normalización de las relaciones China-México
193
Esperando el amanecer
197
El Águila y el Dragón: recuperar confianza mutua
199
Control cibernético
203
A poco más de un año del terremoto de Sichuan
205
Crónicas del pasado y presente
209
Shanghai, radiografía actual
211
El día más alto
215
“Cantina Agave”: el arte de poner un negocio exitoso
219
Shanghai, en proceso de remodelación
223
Diálogo económico y estratégico China-Estados Unidos: reunión bilateral al más alto nivel
225
Construyendo sinergias: construyendo el pabellón mexicano
229
Epílogo
Prefacio
El Águila y el Dragón nace en febrero de 2022, justo en el mes y año en que se cumplen 50 años del establecimiento de relaciones diplomáticas entre México y China. No es casualidad, sino causalidad, que este compendio de colaboraciones nazca justo en esta coyuntura histórica, eterna entre México y China, como un puente, una conexión que permita solidificar aún más las relaciones entre ambos países y profundizarlas. Cooperación, colaboración, entendimiento, historia en común y amistad, son términos coincidentes y reiterados en el andar a lo largo de cinco décadas entre ambas naciones, con la esperanza y la promesa de que la amistad perdure a través de la confianza y entendimiento mutuo. El Águila y el Dragón es sólo un instante en esta gran historia. Ojalá que contribuya a acercar al lector a descubrir el fascinante enigma que entraña la República Popular China y se apasione tanto como al autor.
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Prólogo
China: ese país eternamente exótico. Al mismo tiempo fascinante y estigmatizado, evocador de sueños románticos y de vagas amenazas, fue tocado por Occidente desde hace más de un milenio y permanece aún, con el resto de Asia, tras un velo de otredad proveniente del activo desconocimiento. Parece increíble que fue en 1565 cuando la primera Nao llegó de Oriente al puerto de Acapulco: 456 años de comunicación que fue interrumpida durante un par de generaciones (de principios del s. XX hasta 1972) para que nos olvidáramos el uno del otro. Y si bien las relaciones se han restablecido poco a poco, y en este 2022 celebramos 50 años de ese reencuentro diplomático, el desconocimiento del Reino del Centro por nosotros, su “Oscuro Hermano del Oeste” (como se dice “México” en chino) sigue siendo generalizado. Esto es en verdad una lástima, ya que ambos países gozaron de más de tres siglos de una polinización cultural de dos vías que trajo a nuestras tierras cosas tan mexicanas como las peleas de gallos, la talavera de Puebla y muchos coloridos estilos de bordar vestidos. Mientras, México aportó el tomate, el maíz y el cacahuate que se convirtieron en parte fundamental de la cocina china, y para el s. XIX había introducido el peso mexicano de plata como moneda estándar en el antiguo imperio oriental. La historia de los ires y venires de la Nao, también llamada Galeón de Manila, es larga y riquísima: pero a ambos lados del Pacífico, tan sólo un puñado de gente está consciente de este maravilloso y largo intercambio. En pleno siglo XXI, quienes conocemos a China debemos seguir despejando las dudas de que en China no hay samuráis, ni geishas, ni sushi, ni sumo. No hay teriyaki, kamikazes, sake, kimonos, ni señorita Cometa. Esto no es tan trivial como pudiera parecerlo: cuando llegué a China en el año 2000, no había sino un puñado de mexicanos en todo el país, estudiando o trabajando. Desde entonces China ha explotado en el escenario mundial y las relaciones con México han 11
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llegado a ser cada vez más importantes tanto en lo comercial como en lo cultural pero, aunque los medios de comunicación hablan cada vez más de ella, el desconocimiento del que hablo continúa siendo muy parecido y sigue causando problemas tanto en las situaciones culturales más sencillas como en las más delicadas misiones comerciales. No tener un mínimo de sensibilidad cultural en un país que se visita puede ocasionar desde molestia ligera hasta problemas catastróficos. Volviendo al ejemplo anterior, para chinos y japoneses (dos países muy cercanos, pero con una historia plagada de fricciones), ser confundidos unos con otros no es ningún asunto menor. Siendo ésta la situación y siendo China-México una de las más significativas relaciones entre Oriente y América, que seguramente será cada vez más importante para ambas regiones en el siglo XXI, es una delicia contar con textos como el que aporta Juan Carlos Vega: accesible pero detallado, y abarcando una enorme variedad de temas, desde lo cultural y lo histórico hasta lo comercial y lo político. Juan Carlos es uno de “ese puñado” de mexicanos que conoce al gigante asiático: que lo ha experimentado en carne propia y lo puede traducir: más allá del mero idioma, traducirlo para hacerlo entendible. Él llegó a China un buen día de 2006 y durante los siguientes dos años estudió no sólo su idioma, sino su forma de ver el mundo: viajando de Beijing a Hong Kong, participando en ferias culturales y comerciales, explorando lo que se puede hacer y sobre todo el cómo se puede hacer. Junto con otros pocos pioneros de esos años, su misión fue observar, aprender y descubrir oportunidades: no sólo en los temas triviales del comercio, sino formas estratégicas de hacer compaginar a ambos países, mientras entendía cómo desarrollar ese delicado arte de ser un intérprete cultural que se sitúa entre dos personas que ven el mundo de formas distintas. En El Águila y el Dragón vemos a China explicada para lectores mexicanos, por un mexicano que es más que un simple viajero: una persona que ha entendido y no sólo recogido fotos y afiches; alguien que se ha convertido en guía y asesor, y no mero guía de turistas. A lo largo de sus textos podemos visualizar China de la mano de sus experiencias en la medida que evolucionaban, desde quien recién ha desembarcado en tierra exótica, completando su arco hasta ser quien explica los porqués que aún maravillan o confunden al recién llegado. 12
El Águila y el Dragón
Juan Carlos nos presenta un rico mosaico de escenas que van desde la vida diaria en el sistema educativo, crisol por excelencia donde compartimos y departimos con “los extranjeros”, hasta las dificultades que enfrentamos en ambientes comerciales, la inacabable alegría de eventos biculturales e incluso anécdotas provenientes de la historia de su propia familia, que dan un toque de extraordinaria candidez y profundidad a las estampas que vemos sucederse. El Águila y el Dragón no es un libro para entender tendencias mercantiles ni cifras de inversiones: esa información la podemos consultar diariamente en medios especializados y es algo que está sujeto a cambios repentinos en las relaciones políticas internacionales. Éste es un libro que es más atemporal: bitácora de navegante y diario de viaje: íntimo, sí, pero también objetivo y minucioso para describir las partes importantes de cada escena, las partes que un observador al otro lado del mundo puede conservar para sí, siendo siempre válidas. Hoy hay cientos de mexicanos en China, muchos de ellos trabajando aquí de forma permanente. Hay estudiantes, comerciantes, empresarios, representantes de firmas internacionales... y sin embargo en perspectiva seguimos siendo “un puñado”, mientras la gran mayoría ven a este país desde lejos, entre fascinados y atemorizados, romantizándola y demonizándola como desde hace siglos. Acerquémonos un poco a ella, que vale la pena. Somos su Hermano Oscuro del Oeste y tenemos mucha historia en común: abracémosla. Seguramente el siglo XXI tendrá mucho espacio para el desarrollo de la relación entre ambos países: tomemos de Juan Carlos Vega esta breve, amable guía. Alfonso Araujo Mexico-China Center Hangzhou, China
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CAPÍTULO I
El comienzo de la aventura: Programa Nacional de Formación de Negocios México-China Ciudad de México, agosto de 2006. A lo largo de los últimos dos años y dos meses se ha podido conjuntar una serie de esfuerzos de diversos actores, tanto del sector público como del sector privado nacional, para llevar a cabo un proyecto que innova y promete, que pretende evolucionar las realidades de un México insertado en un mundo en constante interdependencia y que exige a las naciones ingresar de lleno en las dinámicas que emanan del mismo. Con base en este planteamiento, los países deben encontrar soluciones que permitan acceder, mediante diversas formas, a niveles de crecimiento y desarrollo que tengan como fundamento programas y proyectos estructurados y homologuen criterios con miras a un objetivo en común. El Programa Nacional de Formación de Negocios MéxicoChina es precisamente el esfuerzo que ha aglutinado, con base en una perspectiva de mediano y largo plazo, a las autoridades nacionales, estatales, asociaciones y a instituciones como Bancomext y Cámaras de Comercio e Industria, con el firme propósito de insertar a México de forma competitiva e inteligente en el escenario internacional, a partir de una economía sólida y un comercio ascendente y diversificado. Ante tal reto, el crecimiento de China en los últimos veinte años significa, más allá de una amenaza (como en muchas ocasiones se pretende percibir), un desafío que estimula a llevar a cabo el aprendizaje de un idioma y una cultura milenaria, esto inicialmente para después participar en sinergias comerciales, económicas y políticas que puedan llevar a México a entablar una balanza comercial favorable y una relación perdurable y cooperativa con el denominado gigante asiático. Bajo tal premisa, la idea del Programa Nacional de Formación de Negocios México-China nace en el seno de la Asociación Mexicana de Secretarios de Desarrollo Económico, encontrando eco inicialmente 15
Juan Carlos Vega Solórzano
en el gobierno del estado de Michoacán y, posteriormente, en siete estados de la República: Aguascalientes, Colima, Durango, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa y Tlaxcala. El programa pretende llevar a cabo, por una parte, el aprendizaje del idioma chino mandarín, así como cultura, economía y sociedad china. Por otra parte, igualmente interesante, el llevar a cabo investigaciones en proyectos de inversión, turismo, exportación de productos mexicanos y tropicalización de los mismos, entre otros, así como investigación de mercados, difusión de los productos nacionales y presencia en ferias comerciales y turísticas. Lo anterior es con el fin de formar especialistas en tales áreas que sean capaces de cristalizar las oportunidades de negocios, favoreciendo a las industrias mexicanas y con ello impulsar el crecimiento económico nacional. Ante tal empuje y decisión, el Gobierno Federal ha puesto en marcha el pasado 15 de agosto el Programa Nacional de Formación de Negocios México-China, con la presencia de los secretarios de Economía, Sergio García de Alba; de Educación, Reyes Tamez; de Relaciones Exteriores, Luis Ernesto Derbez, así como funcionarios de Bancomext e invitados especiales. Es así como viajaremos a la República Popular China, con 120 jóvenes profesionistas mexicanos como parte de este programa, no exentos de responsabilidades y obligaciones, de retos y desafíos individuales, de proyectos personales y colectivos, divididos en las ciudades de Beijing (Pekín), Shanghai y Hangzhou. Ante tal circunstancia, un servidor pretende comunicar a la sociedad michoacana y mexicana los diversos escenarios de interés en diversas áreas, haciendo énfasis en la vida diaria china, así como en su cultura y sociedad, con el fin de acercar más a nuestra sociedad esta cultura milenaria y tratar de entender qué es la verdadera China, la China actual. Todo lo anterior sin dejar de lado el pertinente análisis de nuestra participación en los distintos eventos del programa como ferias, eventos especiales, visitas a sitios de interés, entre otros. De esta forma, damos por iniciada esta colaboración, esperando poder continuar detallando aspectos del programa, así como eventos que ya se están llevando a cabo con la participación de los jóvenes becarios. 16
Sinergia
Hangzhou R. P. China, septiembre de 2006. Esta no es la sistemática y repetitiva descripción del fenómeno que actualmente ocurre en la República Popular China que aparece frecuentemente en las editoriales. No es tampoco un compendio de las características que llevaron a China a consolidarse como una potencia emergente, ni tampoco se encontrará aquí la receta numérica y estadística para crecer económicamente al 9% anual, ni cómo le hace el Gobierno chino para sostener un legado histórico-cultural de más de 3000 años en un territorio de más de 9 596 960 km2, con más de 1 321 851 888 habitantes. Todos los datos para las interrogantes anteriores se encuentran ahí, navegando por los vaivenes de la red, en los servidores de silicio de las dependencias gubernamentales, en los centros de información estadística, en los archivos mentales de los académicos y en las publicaciones especializadas sobre el tema. Lo que aquí plasmaremos es la esencia inherente de esas interrogantes, el olor a China, el sabor de su sociedad, el color de su presente y los matices de su futuro. Analizaremos la conciencia de sus habitantes, el material de su desarrollo galopante, pero también reflexionando sobre su legado histórico y filosófico. Trataremos juntos de entender al Dragón. A lo largo de toda esta descripción del Dragón, animal mítico enraizado en lo más profundo del folclore chino, lo acompañará en su vuelo el Águila azteca, símbolo mexicano por excelencia, para atestiguar y describir lo que ocurre con relación a México desde este lado del mundo. Redactaremos el retrato del vuelo del Dragón y del Águila juntos, como socios comerciales, como aprendices el uno del otro, como naciones hermanas cuyas diferencias tan marcadas solo se traducen en una necesidad mayor de comprensión mutua, con el fin de lograr una 17
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sociedad común, una sinergia. Tal sinergia se traduce en acuerdos, negocios, similitudes, en lugares comunes pero también en diferencias, en admiraciones y entendimiento. Desde el territorio del Dragón estaremos narrando lo que para México tiene importancia en rubros como el desarrollo turístico chino hacia México, la presencia de productos y empresas mexicanas en suelo chino y una buena parte del espectro comercial, económico y cultural que ocurre en China de interés para nuestro país. Ciertamente, el fenómeno chino acapara gran atención actualmente. Lo que proponemos es llevar a cabo el análisis desde un horizonte real en tiempo y espacio, con acontecimientos reales benéficos para las provincias mexicanas, para México. A lo largo de las próximas semanas se estarán llevando a cabo importantes exposiciones internacionales en las cuales empresas mexicanas, cuyas características no necesariamente tienen que ver con su capital o su dimensión, estarán participando y difundiendo sus productos con el objetivo de concretar enlaces y posicionarse poco a poco en el mercado más grande del mundo. El conjunto de situaciones para las empresas mexicanas, que con visión y perspectiva han decidido emprender la aventura asiática, es favorable en el entendido de la coyuntura que se vive actualmente en los mercados globales, en esta era en la cual los costos de comunicación y enlace son marcadamente bajos y con alto grado de eficiencia. Estaremos pendientes de los acontecimientos que se llevan a cabo y los proyectaremos por este medio para dar a conocer que México cuenta con empresas de calidad mundial, que la oportunidad es inmejorable para diversificar nuestra oferta comercial y que, efectivamente, se esta haciendo lo posible para equilibrar la balanza con el gigante asiático. Evidentemente existen rubros en los cuales difícilmente podemos ser competitivos por los conocidos bajos costos en mano de obra China, pero debemos aprovechar nuestras fortalezas en productos como el turismo y los alimentos típicos mexicanos: aguacate, tuna, café, entre otros, que pueden tener demanda de este lado del mundo. Una vez desarrollado el interés y el gusto por un determinado producto, la demanda va a ser insaciable. Los casos de éxito sobran y aquí estamos en contacto directo con ello. 18
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Mientras disfrutamos de vivir en este lado del mundo, de transportarnos en un camión atestado de chinos, de asombrarnos por la cantidad de plumas de construcción por todo Hangzhou y Shanghai, estaremos difundiendo todo lo anterior, con los pies en la tierra, trabajando arduamente y con la esperanza de que esta oportunidad y coyuntura sean favorables para México. Que el Dragón y el Águila vuelen juntos por horizontes comunes, hacia un futuro promisorio, equilibrado y benéfico para ambas naciones.
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Reto inicial: chino mandarín
Hangzhou, R. P. China, octubre de 2006. Después de cinco semanas de haber iniciado la travesía para nosotros, los 80 jóvenes que llegamos a unirnos al grupo de 40 que inicialmente había ya en China, los ánimos continúan expectantes y la confianza intacta. Atrás han quedado las incertidumbres iniciales, el jet-lag y los dolores de estómago por diferentes causas, para dar pie a una estabilidad generalizada, básicamente manifestada por la propia necesidad y convencimiento de iniciar la encomienda, la misión con paso decisivo y firme. Más allá de los objetivos planteados durante el lanzamiento del Programa Nacional de Formación de Negocios1, ante el Presidente Vicente Fox, los secretarios de Educación Pública, Reyes Tamez; de Economía, Sergio García de Alba, y de Relaciones Exteriores, Luis Ernesto Derbez, los becarios nos enfrentamos al más difícil de todos los retos: el aprendizaje del idioma más hablado del mundo, el putonghua, mejor conocido como chino mandarín. Pese a que hay diversas vertientes y dialectos en torno a esta lengua, el mandarín es el idioma mayormente extendido por toda la geografía china. Después de tres semanas de clases, en sesiones de 15 horas por semana en torno a la comprensión oral y escrita del idioma, podemos afirmar que es más complicado de lo que originalmente alguien puede esperarse del chino mandarín, ya que es similar al aprendizaje de cuatro lenguas en una. ¿Por qué tal afirmación? Porque no basta saber escuchar bien o pronunciar adecuadamente las frases o caracteres escritos en el denominado pin-yin, como se le conoce a la adaptación fonética de nuestros caracteres, sino que es verdaderamente una odisea aprenderse los caracteres chinos, que originalmente fueron pictogramas de expresiones de la naturaleza. La dificultad, entre muchas otras, es que 1
Llevado a cabo en la Ciudad de México, los días 14 y 15 de agosto de 2006. 21
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un caracter puede significar algo diferente dependiendo de su ubicación ante otros caracteres. Y más aún, existen cuatro tonos que definen el significado de un caracter respecto a otro. En conclusión, aunque se puede llegar a tener comprensión del pin-yin, con los tonos adecuados y su significado, aún hay que conocer el caracter chino, y más aún, ¡saber escribirlo! Y redondeando la idea, la pronunciación es esencial para que el interlocutor entienda perfectamente lo que se quiere expresar. Evidentemente la experiencia en estas latitudes representa varios aspectos de nuestras vidas; sin embargo, el que más requiere atención es el derivado del compromiso con México, por eso la importancia de la total aplicación en estos primeros meses al aprendizaje del idioma, para fundamentar con bases sólidas el conocimiento de la cultura china, y posteriormente traducir tales esfuerzos en la búsqueda de oportunidades de negocios que brinden los frutos por los cuales las diferentes instancias, tanto gubernamentales como de la sociedad civil organizada, han puesto dedicación y esperanza en esta generación de jóvenes.
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