Revista De Cabeza Preliminar

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CONFLICTO EN MEDIO ORIENTE

CONVERSANDO DE FÚTBOL

SI ESA PELOTA ENTRA POR NICOLÁS VIDAL

CRÓNICA SOBRE UN CLUB ÚNICO

INCONDICIONALES DE LA INCERTIDUMBRE

GOLDBERG BURGOS CUENTOS DE CABEZA PALESTINO

EDICION N°1

ESCRIBEN EN ESTA EDICIÓN: Ina Groovie Leonardo Burgueño Sergio Castro Daniel Campusano Sebastián Santamaría Ezio Costa Diego Zúñiga Claudio García

BURGOS “ME PARECE BIEN GASTAR DINEROS PÚBLICOS EN TRANSMITIR EL FÚTBOL NACIONAL” p16

PATO HIDALGO


WWW.THEFMFORMATION.COM

EL REY BESA LA COPA PELÉ BESA LA COPA JULES RIMET 1958


EL FÚTBOL DE PANTALÓN LARGO EDICIÓN N°1 DE CABEZA DIC 2014

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HTTPS://MIRROR.ENHA.KR/WIKI

DOS LEYENDAS BECKENBAUER VS CRUYFF LEYENDAS DEL FÚTBOL


EDICIÓN N°1 DE CABEZA 2014

EDITORIAL EL PITAZO INICIAL

E

STA REVISTA EXISTE en nuestras cabezas desde hace años. Como un magma inconsciente, cultivado por miles de horas viendo fútbol sentados frente al televisor, en un tablón de madera, o ficcionándolo con la oreja pegada al transistor. Es, de esta forma, fruto de interminables tertulias con amigos que cuentan con el bendito don de escuchar. Hasta que llegó un minuto en que dijimos: “¡Tenemos que hacerlo!”. De Cabeza es la firme decisión de rebelarnos frente a la caricatura del hincha termocéfalo, cuya “sabiduría” consiste únicamente en repetir números y formaciones, y a asegurar - a quien quiero oírlo - que el suyo es mejor equipo que el Santos de Pelé. No pretendemos dictar cátedra ni ser líderes de opinión. La nuestra es una misión simple y quijotesca: demostrar, en la lectura de nuestras páginas, que la imagen del hincha no puede reducirse a lo que pretenden mostrar los medios tradicionales. Que también nos interesamos (porque nosotros también somos hinchas, y desde eselugar escribimos) por el arte, la política, el diseño y la sociedad en la que vivimos. Vemos con desánimo que los medios sobre fútbol subestiman a sus lectores, reduciéndolos a un puñado de bárbaros que sólo buscan que se les entreguendatos y resultados. En De Cabeza, en cambio, encontrarán un espacio de apertura, de honesta y respetuosa confrontación. Es una revista atemporal para amantes del fútbol que también se interesan por el cine, la literatura, la música, la política y la historia. Por las historias. Por esa maravillosa máquina de ficciones que es el fútbol. Aquí también encontrarán cariño y respeto por los llamados equipos chicos que no salen usualmente en las portadas. Con humildad, con una dedicación tremenda, con amor al fútbol más que a la camiseta, los invitamos a acompañarnos en este desafío de ponerle pantalones largos al fútbol chileno, rescatando sus raíces –sus olvidadas memorias–, y confiando en su futuro.

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SUMARIO EDITORIAL / p05

DE CABEZA. EL PITAZO INICIAL

GOLDBERG / CONFLICTO EN MEDIO ORIENTE / p10

TENGO MUCHA ADMIRACIÓN POR EL PUEBLO JÚDIO

CLAUDIO GARCÍA / p20

COLUMNA - PASIÓN DE MULTITUDES

TODO EMPEZÓ EN INDEPENDENCIA / P22

FRAGMENTOS - SOY DE CÁTOLICA POR DIEGO ZUÑIGA

BURGOS / P24

ME PARECE BIEN GASTAR DINEROS PÚBLICOS EN TRANSMITIR EL FÚTBOL NACIONAL

INA GROOVIE / P32

NO ES COSA DE GÉNEROS

11 IDEAL / P34

POR LEONARDO H. BURGUEÑO

COLECCIÓN CUENTOS DE CABEZA / P36

SI ESA PELOTA ENTRA... POR NICOLÁS VIDAL

INCONDICIONALES DE LA INSERTIDUMBRE / P42

COLUMNA - PATRICIO HIDALGO

CRÓNICA / P44

PALESTINO: UN CLUB ÚNICO

FÚTBOL, INGLATERRA Y NAZISMO / P54

HISTORIA - REVISTA UN CAÑO / ARGENTINA

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GARRINCHA

WWW.STORIEDICALCIO.ALTERVISTA.ORG

POSA ORGULLOSO A LA CÁMARA, ATRÁS PELÉ CON LA 10


MARADONA

FOOTBALLARCHIVE.TUMBLR.COM

EL 10 EN UN GESTO POCO HABITUAL


STAFF EQUIPO DIRECTOR

CRISTÓBAL CORREA (@CRISTOBALCORREA) EDITOR GENERAL

NICOLÁS VIDAL (@NICOVIDAL79) EDITORES

PATRICIO HIDALGO SERGIO MONTES (@SMONTESL)

DIRECTOR DE ARTE

NICOLÁS PARRAGUEZ

COLABORADORES INA GROOVIE

EZIO COSTA

LEONARDO BURGUEÑO

DIEGO ZÚÑIGA

SERGIO CASTRO

CLAUDIO GARCÍA

DANIEL CAMPUSANO

ANDREA FUENTES

SEBASTIÁN SANTAMARÍA

PEDRO HARTARD

(@INAGROOVIE)

(@LEOBURGUENO)

(@SERGIOCASTROSM)

(@EZIOCOSTA) (@DDZUNIGA)

JAVIER ECHEVARRÍA (@MATADOR11)

FOTOGRAFÍA CLAUDIO POZO (@CPOZO)

DISEÑO

COLABORADORES


EDICIÓN N°1 DE CABEZA 2014

RODRIGO GOLDBERG COMENTARISTA DEPORTIVO

TENGO MUCHA ADMIRACIóN POR EL PUEBLO JúDIO 10 pag


FOTOGRAFÍA: CLAUDIO POZO

HABLAMOS CON EL POLACO EN BUENOS AIRES SOBRE SUS RAÍCES JUDÍAS Y EL CONFLICTO QUE DESANGRA EL MEDIO ORIENTE. Por Cristóbal Correa (@cristobalcorrea), Nicolás Vidal(@nicovidal79) y Pedro Hartard.

E

L NOMBRE DE RODRIGO GOLDBERG quedó anotado en la historia del fútbol chileno al formar parte del plantel que ganó el bicampeonato con la Universidad de Chile en los años 94 y 95 y llegó a la semifinal de la Copa Libertadores en el año siguiente. También se vistió de rojo, con la selección chilena. Y de verde y hasta de cruzado,sin olvidar sus tiempos con la “V” negra del Morning. Actualmente, sigue ligado al fútbol como comentarista en Fox Sports y en Televisión Nacional de Chile. Pero, si quiere saber sobre todo eso, vaya a Wikipedia o lea otra entrevista. Cuando le preguntan si es judío, simplemente sonríe. Ha dado la misma explicación cientos de veces: “Mis dos apellidos son judíos, tengo ascendencia judía, mis bisabuelos eran judíos, pero yo soy católico.” Un católico que vivió cuatro años en Israel, cuando jugaba en el Maccabi Tel Aviv y que tuvo muy poca relación con su ascendencia judía. Sólo ha podido reconstruir, parcelada y fragmentariamente, algunos trozos de ese origen. Sin embargo, la sangre tira.

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FOTO GENTILEZA: AGENCIA UNO

FOTOGRAFÍA: CLAUDIO POZO

RODRIGO GESTICULA, es que cuando habla de fútbol se apasiona. El comentarista nos regalo una mañana de sesión fotográfica, y claro no paró de hablar de la pelotita.

1. ¿Cómo te recibieron en Israel? Les llamaba mucho la atención de que yo no fuera judío. ¿Un Goldberg no judío? Era raro para ellos. Como católico viviendo en Israel tienes acceso a mucha información. Conoces la percepción que tienen de la religión. Compartí todas sus fiestas religiosas y participé en celebraciones familiares, invitado por algunos compañeros judíos. Pasaba todos los shabbats con mis amigos judíos, celebrando el viernes en la noche el inicio del descanso. Conmemoramos Tubishbat, YomKipur. Hasta mi hijo vivió estas fiestas en el jardín. Lo hicimos como una forma de integrarnos a la sociedad israelí y conocer cómo viven realmente. La gran mayoría de las celebraciones tienen que ver con una cuestión histórica, no necesariamente religiosa. Mi generación es la primera nacida en Israel, ninguno de los padres de mis amigos eran israelíes. Venían de Rusia, Turquía, Yemen. La única manera de crear conciencia de patria era celebrar sus fiestas. 2. Cuando te insertaste de lleno en la sociedad israelita ¿identificaste algunos rasgos de tu ascendencia judía en ellos? Honestamente, no muchos. Te doy un ejemplo: los israelitas son muy gritones, y parece que fueran violentos. Por cualquier cosa se gritan, pero no se van a las manos. Y terminan a veces sus discusiones con un

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abrazo y un beso. Un día, a mi entrenador en el Maccabi se le ocurrió gritonearme fuerte en un entrenamiento, tuve que pararle los carros. A mí, ni mi papá me gritaba. Me llamó después a su oficina para decirme que tenía que entender que ellos eran distintos. Fue ahí que me di cuenta que se gritan por todo y uno no está acostumbrado. El hablar fuerte no es necesariamente un insulto, es su forma de ser. 3. Justamente en este sentido, de conservar sus tradiciones y su forma de ser para reafirmar sus propios valores, ¿Qué elementos de la ética judía crees que son rescatables en la sociedad de hoy? Lo que voy a decir es curioso, cuestionable incluso. La vida del prójimo por sobre todas las cosas es un valor judío que rescataría. Pero cuando ves la reacción que tuvo el Estado de Israel en el último ataque a Gaza, uno podría decir que no es así. En Israel hay dos cosas que son sagradas: los niños y los viejos. Si un niño necesita un trasplante por ejemplo, se le hace la operación y después se verá quién paga. Los viejos llegan a su edad de jubilar y tienen salud gratis, viajes, todo. Uno los ve temprano en la mañana frente al mar Mediterráneo, jugando cartas. Rodrigo nunca ha escondido su admiración por el pueblo


GOLDBERG / EL CONFLICTO EN MEDIO ORIENTE

judío. Sin embargo, como si tuviera que desmentir el tatuaje de sus apellidos, reitera que no es judío. Lo recibieron con los brazos abiertos, hizo amigos que mantiene hasta el día de hoy, conoció una cultura que lo dejó maravillado, pero no se siente parte de la comunidad judía. Pero su admiración se le nota en el tono vehemente, en la forma en que cambia su mirada cuando habla de Israel. Para Goldberg es impresionante cómo un país tan pequeño ha sido capaz de sobrevivir a guerras, invasiones, matanzas, y están ahí como una nación potente, desarrollada. “Israel es un país que se ha desarrollado bastante, tiene grandes avances tecnológicos, la mayor parte de ellos lamentablemente en temas bélicos, pero también en agricultura e ingeniería. En pleno desierto, por ejemplo, ves un manchón verde, un kibutz. En esas comunidades producen tomates, pepinos tremendos. Sorprende que lo saquen del desierto. Son brillantes.” Advierte, asimismo, que hay muchos prejuicios y visiones erradas sobre lo que está pasando en Israel. Por ejemplo, recuerda el día en que llegó Mauricio Aros a Israel, en el 2002, cuando Rodrigo ya llevaba un par de años ahí. Aros venía de jugar en el Feyenoord de Holanda, donde había salido campeón de la Copa UEFA, y había fichado por el Maccabi Tel Aviv, equipo del Polaco. “Lo fui a buscar yo al aeropuerto. Todo el camino a su hotel, Mauricio se fue mirando por la ventana, maravillado con la modernidad de Tel Aviv. Le pregunté si lo que estaba buscando eran tanques. Me contestó que sí, y que además quería ver donde estaban los edificios derrumbados. Le dije que

esas cosas no las iba a ver, porque no las hay. Quedó muy impresionado con la ciudad.”

VIDA BAJO FUEGO

4. Rodrigo, durante tus días en Israel hubo una serie de atentados y represalias de Israel hacia territorios palestinos. ¿Cómo fue tu experiencia? Muy buena, muy tranquila, yo en general no tuve problemas allá de ningún tipo, me acostumbré a la vida de ellos, a la forma como llevan el conflicto. Ellos tienen otros tipos de problemas, es impresionante como se adaptan a vivir con el conflicto. Lo viven todos los días como algo normal, recurrente, constante. En los cuatro años que viví allá solo pasé un susto. Estaba con unos amigos chilenos, en un típico café de Tel Aviv. Nos despedimos y me subí al auto. Al rato se sintió una explosión. Fue un ataque suicida en el mismo café en que estuvimos un poco antes. Murieron 4 personas. Cualquiera toma sus cosas y se devuelve. Pero si lo ves en perspectiva, sólo sentí miedo esa vez. 5. Desde afuera se ve de otra manera el conflicto, pero desde dentro, como dices,parece ser algo ya normal. Exacto. Por ejemplo: cuando fue el terremoto en el norte de Chile este año, mis amigos israelitas me escribieron correos preguntándome cómo podía seguir viviendo en Chile con tantos terremotos. Me invitaban a regresar a Israel, a juicio de ellos, mucho más seguro que lo que vivimos en Chile. Mientras esto pasaba acá, las imágenes que

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P R O N T O LANZAMIENTO 11 DE DICIEMBRE WWW.DECABEZA.CL

Desde el 11 de diciembre a las 23hrs, estar谩n disponibles los contenidos completos de nuestra primera edici贸n.



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en el partido por el tercer puesto ante el italiano DinoZoff en el Mundial del 78 es un recuerdo imborrable. Siempre quise pegarle así después. Me conformé con ver el video.

3. FRANCISCO LOMBARDI. El director

de cine peruano tiene estatura de marcador central y una gran vinculación al fútbol: fue presidente delSporting Cristal subcampeón de la Libertadores en 1997. Pantaleón y las visitadoras justifica cualquier elección. DANIEL PASSARELLA. Mi ídolo de niño. Era tanto, que en 1982, cuando lo compró la Fiorentina, vi una foto suya en

L

A

MPES

El Gráfico donde estaba en el Ponte Vecchio de Florencia, y quise conocer esa ciudad en mi primer viaje a Europa.

5.

BRANCO. ¿Cómo no acordarse de la historia del bidón de Bilardo en 1990? ¿O la patada de Jorge Omeño? ¿Cómo olvidar sus subidas por el lateral y sus disparos? Tiene que estar.

6. EDUARDO SACHERI. Un hincha de

Independiente que en cada libro recuerda su infancia ligada al fútbol y a su padre. La transmisión de sentimientos de una generación a otra. Lo imagino como un 8 pensante.

7. FITO PÁEZ. Lo ubico de volante cen-

tral, de esos con mucho talento y poco sacrificio. Un canalla que va al estadio y después lo lee en el diario de Rosario, como cuando dice: “la tribuna grita gol el lunes por La Capital”.

8.

EL NEGRO FONTANARROSA. Otro hincha de Rosario Central. Con sus re-

BASTE

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2. NELINHO. El tiro libre de tres dedos

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UBALDO MATILDO FILLOL. No solo porque me hizo emocionar con sus atajadas en la final del Mundial del 78 y por ser el mejor arquero que he visto, sino porque un hombre que cargue con esos nombres merece mis respetos eternos.

4.

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latos de los clásicos rosarinos. Con su homenaje-cuento a la palomita de Aldo Poy. O como miembro de la OCAL (Organización Canalla Anti Leprosa).

9.

MARIO KEMPES. El Matador. Un héroe casi olvidado en Argentina. Un jugador que no tocó la copa del mundo cuando fue campeón en 1978. Un tipo al que le hicieron seis bypass, uno por cada gol de aquel Mundial.

10. DANIEL CASTRO. Mi ídolo de Dou-

glas Haig. El 9 que todas las chicas iban a ver cuando no había botineras. Un gran amigo que la rompió en su paso por Bolivia. No sólo como goleador, sino como modelo. Un adelantado a las épocas.

11. MARCO VAN BASTEN. Basta con

un recuerdo: el gol ante Rusia en la final de la Eurocopa 1988. Un ángulo imposible. Jugaba casi en puntillas, hasta que le rompieron los tobillos en Italia. Duró poco. Alcanzó de sobra para este espacio.

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fútbol, inglaterra y nazismo EL 14 DE MAYO DE 1938, LA SELECCIÓN DEL PAÍS EUROPEO QUE MÁS SE OPUSO A LA ALEMANIA DE HITLER LEVANTÓ EL BRAZO DERECHO PARA SALUDAR EN UN ESTADIO DE BERLÍN. Por Pablo Cheb. Revista Un Caño, Argentina.

A

UNQUE ES MENOS célebre de lo que cabría suponer, el fútbol inglés guarda en su fuero íntimo una postal nefasta: unos años antes de la Segunda Guerra Mundial, el seleccionado de Inglaterra ejecutó el saludo nazi en un amistoso ante Alemania, disputado en Berlín. Qué ironía, justo los ingleses, posiblemente el territorio europeo que se opuso con más fuerza al régimen de Hitler, y el que pudo resistir desde Londres los embates que amenazaban con dominar un continente, se plantó en el estadio más famoso del partido más odiado por su gente a lo largo de la historia, para homenajear a su líder con un gesto plástico. Sin embargo, allí está la imagen indeleble de los once hombres de la reina con el brazo derecho en alto. Los propios británicos lo recuerdan como el día más infame en la historia del fútbol del país que inventó el fútbol. Y todavía no perdonan del todo a sus jugadores.

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De hecho, ni siquiera sus jugadores se perdonan del todo. “Pateé una pelota a los pies de Mussolini en Roma y experimenté el peor referato de mi vida en Milan; estuve en Suiza, Rumania, Hungría, Checoslovaquia, Holanda, Austria, Bélgica, Finlandia, Francia, Noruega, Dinamarca, Suecia y Yugoslavia. Comí ajo hasta no querer probar otra cosa en mi vida… estuve en un naufragio, en un choque de trenes y a centímetros de un accidente de avión. Pero el peor momento de mi vida, y uno que no repetiría por propia voluntad, fue cuando dimos el saludo nazi en Berlín”, escribió el capitán de aquel conjunto, Eddie Hapgood, en su libro de memorias de 1945. El libro se llama FootballAmbassador, y lo rescata el periodista SimonKuper en una publicación propia: Ajax, The Dutch, TheWar. Ese día hubo 110 mil fanáticos alemanes en la cancha, y la historia oficial siempre marcó que los jugadores habían cedido al protocolo de propaganda germano para apaciguar un poco los ánimos de un público hostil. Desde el inicio -cuenta Kuper- se trataba de un amistoso inusual. Inglaterra no jugaba demasiados partidos fuera de casa, enfrentaba a la Alemania nazi en un contexto político bastante agitado y ni siquiera se aseguraba dinero a cambio de su excursión: los locales se quedaban con lo recaudado por las entradas y los visitantes debían hacerse cargo de sus propios gastos de viaje. Puede parecer cerca, pero en aquel momento el traslado en tren, ferry y nuevo tren tomó aproximadamente 24 horas. Unas semanas antes, Hitler había anexionado Austria, e incluso un jugador del Rapid Viena, Hans Pesser, tuvo minutos en aquel encuentro. La guerra no parecía demasiado lejos, todo lo contrario. E Inglaterra no quería aparecer como provocador. La decisión de hacer el típico gesto del Tercer Reich fue tomada por Stanley Rous, un secretario de la FootballAssociation (la FA, asociación de fútbol de Inglaterra fundada en 1863 que sobrevive hasta hoy). Se creía que era un gesto de apaciguamiento para no generar rispideces políticas entre los países y para no enervar a los asistentes al estadio.


“La fotografía de Inglaterra entregando el saludo nazi apareció en los diarios de todo el mundo al día siguiente, para la vergüenza eterna de cada jugador y de toda Gran Bretaña”, aseguró Stanley Matthews, que también estuvo presente en aquella jornada. Los dos, Hapgood y Matthews, concuerdan en que habrían sido muy mal tratados por la hinchada alemana en caso de no haber accedido al famoso Heil Hitler. Sin embargo, Hapgood asegura que la FA les avisó a los jugadores lo que tenían que hacer bastante antes del partido, “Somos parte del Imperio Británico y no veo ninguna razón por la que debamos dar el saludo nazi”, dice haber respondido. Aunque después accedió y contó la decisión de los directivos al resto de los jugadores. Matthews lo recuerda diferente. Sostiene que los jugadores fueron anoticiados de la cuestión en el vestuario, para el descontento general. “Todos los futbolistas ingleses estábamos lívidos y nos oponíamos completamente a hacerlo, yo incluído. Todos gritaban al mismo tiempo. Eddie Hapgood, normalmente respetuoso capitán, le mostró el dedo al dirigente en cuestión y le dijo lo que podía hacer con su saludo nazi, que incluía ponerlo donde el sol no pega”. Sí coinciden en que cuando entraron al estadio, era un hervidero. Y ambos sostienen que ni siquiera el saludo

típico los calmó. El silencio parcial sólo arribó con el primer tanto de Inglaterra. “Que saluden eso”, dijo al convertir LenGoulden, el autor del 1-0. Inglaterra terminó ganando el partido por 6-3. Las crónicas de época, sin embargo, no reflejan tanta saña de la tribuna o los jugadores alemanes. Más bien todo lo contrario: se veía a Inglaterra como el modelo a seguir. Como un equipo de superdotados. Recordemos que ningún combinado de Alemania pudo vencer a un seleccionado inglés hasta 1968. La noción de que los fanáticos germanos eran monstruos maquinales que podían enloquecer por los colores y cuya única voluntad era ver a su nación imponerse tiene que ver con lo que quedó de la guerra. También es una manera de atemperar la vergüenza que aún genera aquel gesto grabado en la memoria colectiva.En aquel momento, la caballerosidad deportiva era norma en Europa, al punto que el fairplay fue más celebrado al día siguiente por los medios de ambos países que el propio resultado. Un año más tarde, en un amistoso en Milán, Inglaterra dio el saludo fascista a las cuatro tribunas del estadio. Volvió a hacerlo después del partido. Podría haber sido un escándalo histórico de proporciones similares lo que pasó en Berlín.Extrañamente, en Inglaterra, nadie parece recordarlo.

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Burgos FOTO GENTILEZA: AGENCIA UNO


EDICIÓN N°1 DE CABEZA 2014

Jorge Burgos, Ministro de Defensa

“Me parece bien gastar dineros públicos en transmitir el fútbol nacional” EL MINISTRO MÁS FUTBOLERO NO DEJÓ LA PELOTA PICANDO: FUE A TODAS.

Por Cristóbal Correa (@cristobalcorrea).

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ORRÍA EL AÑO 1998 y Jorge Burgos era el embajador chileno en Ecuador. Su fanatismo por el fútbol lo llevó a hacerse amigo de Rodrigo Paz, en ese entonces Presidente de la Liga Deportiva Universitaria de Quito. Sus conversaciones, lógicamente, no giraban sólo en torno a la diplomacia, sino a la pelotita. En una de ellas fue que Paz le preguntó si es que conocía a algún entrenador chileno que pudierallegar a Liga,que se había quedado acéfala. Y Burgos no dudó en recomendar a Manuel Pellegrini, un tipo con talento que venía de una traumática experiencia en Universidad Católica. Sólo entonces, gracias al consejo de Burgos, comenzó la fulgurante carrera de Pellegrini en el extranjero, que ahora lo tiene como campeón vigente de la Premier Ligue con el Manchester City. Conocido fanático de la Universidad de Chile, Burgos es abonado y va regularmente al estadio con un amigo. Antes iba con sus hijos, quienes por distintas razones han ido decayendo en su asistencia. Pero no su padre, que sigue firme en el tablón: “He ido varias veces solo al estadio, no me complica para nada”.

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CRÉDITO: MATÍAS PARRAGUEZ

EL MINISTRO, nos regaló una hora, en el café del GAM para hablar de fútbol.

1. ¿Cómo ves a la U como club? A la Universidad de Chile, al contrario de otros clubes, le hizo bien la llegada de las sociedades anónimas, aunque sé que es un tema discutible. Dejó atrás un período de inquietud permanente, de altos y bajos, de endeudamiento. Ojalá que los dueños fueran otros, eso es un tema distinto, pero no puedo dejar de reconocer que a la U le fue bien. 2. Fuiste uno de los impulsores de las sociedades anónimas deportivas. Hay algunos que se arrepintieron después, como Francisco Vidal. ¿Cuál es tu evaluación de la ley? Vidal fue un impulsor desde el Ejecutivo, yo lo hice desde la Cámara. Es más, voy a hacer una confesión: uno de los lobbies más brutales que he hecho, un lobby bueno a mi juicio, fue para que la Universidad de Chile, a través de la Corfuch, pudiera entrar a la ley de sociedades anónimas deportivas. Ahora, sobre cómo ha funcionado en la práctica, creo que ha sido mejor que lo que se vivió en los 30 años anteriores a su entrada en vigencia. Me gustaría que hubiera más capitalismo popular, pero bueno, así es la vida. 3. Volviendo un poco en el tiempo: ¿A tú papá le gustaba el fútbol? ¿Desde cuándo eres hincha? Mi afición por el fútbol viene de la época del colegio. Era muy pichanguero en el barrio. No era un crack, pero tampoco era malo. Definitivamente, el amor por el fútbol no viene por el lado

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de mi papá. A él no le gustaba, más bien lo despreciaba. Me llevó una sola vez al estadio y resultó fatal. Era un partido amistoso de la selección contra Argentina, que terminó empatado a uno. Un partido tenso que empató Chile al final. Mi papá era medio pituco y compró entradas bajo marquesina. Nos tocó en la última fila. Como todo personaje que no sabe de fútbol preguntaba mucho, cualquier pelota que iba cerca del arco decía que era casi gol. Cuando hizo el gol Chile, mi papá se paró de la emoción y se pegó un tremendo cabezazo contra el techo. Se rompió la cabeza y decidió nunca más ir a esa “pelotudez”. El tío de un amigo mío, que además era mi dentista, Sergio Troncoso, fue el que me empezó a llevar al estadio. Me llevaba a mí y a Cristián Maturana (hoy profesor en la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile). Fue el 68. Tenía como 11 años. 4. ¿En qué posición te gustaba jugar? ¿Tenías algún jugador en el que te fijaras? Hasta los 26 años, jugué de 9. Cabeceaba bien. En ese tiempo admiraba mucho a Sandrino Castec. Me gustaban jugadores que a nadie le gustaban, que solo yo les encontraba condiciones. Por ejemplo, muchos delanteros argentinos que llegaron a la U, como Luca, Ramos, Silvani… También algunos anteriores, en la época en que se buscaba un reemplazante de Carlos Campos. Trajeron a muchos: un ecuatoriano que se llamaba Félix


“HACE SENTIDO QUE EL ACCESO AL FÚTBOL NO SEA SOLO EN FUNCIÓN DE LO QUE PUEDAS PAGAR” Lasso, otro de apellido Camargo, y el checo Daucik. Pero el mejor de todos fue El Flaco Spedaletti, campeón con la U en 1969. Era muy fino para jugar, aunque medio lagunero. 5. ¿Ser hincha se hereda, se inculca? Mis hijos son todos de la U. Los dos mayores son muy hinchas. Ahora bien, a mí me parece que el fanatismo se adquiere. Obviamente que ayuda la transmisión de los padres y del entorno. Pero ir al estadio con la familia tiene un sabor especial y seguro te marca. De hecho, con lo que más he vibrado fue con la U que comienza a jugar bien con Markarián, que sale campeón el 2009, porque eso lo viví con mis hijos. Y también guardo lindos recuerdos del título del 95 porque ellos me acompañaron toda la campaña, y también mi señora

PAGAR POR VER

6. Ese míticotorneo del 94 se vio completo por televisión abierta ¿qué opinas de que solo se pueda acceder al fútbol pagando una suscripción? Comparado con lo que sucede, por ejemplo, en Argentina, donde es la televisión pública la que transmite todos los partidos. A mí me parece bien lo que se hizo en Argentina. No todo tiene que ser rentable socialmente. Supongo que en Argentina habrán invertido dineros que podrían haber sido destinados a cosas más importantes, pero al final tiene que ver también con la alegría de la gente. A mí me parece bien gastar dineros públicos en transmitir el fútbol nacional. Al comienzo reaccioné mal, porque me pareció que era una manipulación, pero creo que hace sentido que el acceso al fútbol no sea solo en función de lo que puedas pagar, me parece bueno e interesante el tema. 7. ¿Es aceptable usar el fútbol como un vehículo para acercarse al público, con un fin político? El fútbol le puede servir al Gobierno como vehículo oficialista, como creo que pasa en Argentina. Eso yo no lo haría. Creo que es labor de los Gobiernos entregar entretención, no solo cultura. Estas sociedades cada día son más estresantes: exceso de trabajo, largas horas en el transporte público, necesidad de progresar, en fin. Yo lo miro desde esa perspectiva, no como una agencia de propaganda. Ahora, se corre un riesgo. Pero las cosas se pueden hacer con más elegancia, no hay para qué acompañar la transmisión

con slogans burdos tipo “esto se debe a que el Gobierno piensa en ti”. Pretender la manipulación del fútbol como un elemento de propaganda política encuentro que sería bastante desastroso y en Chile, en general, hemos sido cuidadosos con eso.

EL FÚTBOL CON PINOCHET

8. ¿Ibas al estadio en dictadura? Iba mucho, con mi polola de ese entonces, actualmente mi señora.A mí me pasaron cosas con la política en esa época, en el estadio. Presencié las primeras protestas políticas en el estadio.De hecho, tuve un incidente sobre eso en el Santa Laura. Acompañé a un amigo mío, que era fanático de la Católica. El partido era un sábado en la tarde. El arquero de la UC era Julián Coronel, paraguayo. Había poca gente, estábamos en la galería y empecé a gritarle a Coronel: “tal por cual”, “eri como las pelotas Coronel y la...”, “saquen a ese Coronel de m...”. En el entretiempo se me acerca un tipo y me dice: “¿Oiga amigo, usted cree que somos huevones nosotros? Córtela. Un grito más y se va preso”. ¡El segundo tiempo no abrí la boca!

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BURGOS / HOY JUEGA DE DEFENSA

“MUCHOS DE LOS QUE DESTRUYEN ASIENTOS (…) SON LOS MISMOS QUE DESPUÉS DE UNA MARCHA ESTUDIANTIL SALEN A ROMPER LO QUE PILLEN POR DELANTE” 9. ¿Te pasaba algo yendo al Estadio Nacional a ver fútbol, sabiendo que lo habían usado como centro de detención, ejecución y tortura? La verdad es que lo pensé cuando ya era más grande. Incluso me he cuestionado cómo iba al estadio con tanto desparpajo. Yo era contrario a la dictadura bien al comienzo, desde que estaba en la universidad, a pesar de que venía de una casa típica de la clase media profesional chilena que no miraron con malos ojos el golpe. Incluso me acuerdo que fui a esa vergüenza en que Chile entró a la cancha del Nacional cuando Rusia no se presentó, en noviembre del 73. No fui a ver esa pelotudez, evidentemente. Fui a ver el partido que se jugó después contra Santos, y nos metieron la pelota por ahí mismo, fue un 5 a 0 inolvidable.Pero mi conciencia más brutal sobre la violación de los derechos humanos la adquirí recién el verano del 75, gracias al relato del papá de un amigo sobre lo que estaba ocurriendo con la Caravana de la Muerte.

LA VIOLENCIA

Jorge Burgos es un fanático, de eso no cabe duda. Uno de esos que hoy tanta falta hacen. Una muestra: entre los años 1967 y 2010 guardó, obsesivamente, cientos de ejemplares de la revista argentina El Gráfico. Además, disfruta compartiendo esta obsesión con otros como él. Hace un par de meses decidió donar su fabulosa colección, íntegra, al archivo periodístico de la Universidad Diego Portales. Una joya. Sin embargo, como reconoce el ministro, hay muchos que llevan su fanatismo a otros niveles. 10. ¿Qué opinas de la violencia en el fútbol?¿Cuáles crees que son sus causas? Creo que el fenómeno de las barras bravas es expresión de una sociedad que se ha puesto más violenta. También hay una fuerte vinculación entre esos hechos y el consumo de drogas. Se debe a un fenómeno de violencia social, en algunos casos de incon-

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formismo respecto de la sociedad en que viven, o falta de expectativas. Así hay que tratarlo y mirarlo desde el punto de vista de la prevención. Ahora, desde el punto de vista punitivo,hay que tratarlo como un delito simplemente. 11. ¿El fútbol debiera ser un catalizador de este descontento social del que se habla? Yo tengo la impresión de que sí. Además hay que considerar que en la masificación hay cierta impunidad. Creo que hay manifestaciones indicativas de que el fenómeno de la violencia en los estadios tiene que ver con un enojo social llevado a extremos. Muchos de los que destruyen asientos, golpean a adversarios, se tiran piedras, agreden a Carabineros, se agreden entre ellos mismos, están vinculados a un alto consumo de drogas y segundo, son los mismos que después de una marcha estudiantil salen a romper lo que pillan por delante. Creo que uno se podría encontrar con sorpresas si se hiciera un listado de detenidos porviolencia en los estadios con personas que son sorprendidas rompiendo semáforos después de una manifestación social convocada pacíficamente. 12. Entonces, si le adjudicas al fútbol un rol social, es el Estado el que tiene que hacer algo al respecto. La seguridad en los estadios, en los espectáculos públicos, sea el fútbol u otro, es un tema que no le corresponde solamente al organizador, sino también al Estado.Hoy sí hay una intervención del Estado porque le facilita los estadios a la ANFP, no olvidemos que la mayor parte de los estadios en Chile son fiscales. Me parece que el Gobierno debe exigir a un organizador la capacidad de entregar espectáculos seguros, pero hasta ahí no más.

PONERSE A LLORAR CON LA CANCIÓN NACIONAL ME PARECE UN EXCESO

13. Algunos entienden el fútbol como una manifestación de la guerra moderna. Para Rinus Mitchell, por ejemplo, el fútbol es la guerra. Al mismo tiempo hay otros, como el Papa Francisco, que llaman a partidos por la paz. ¿Qué es el fútbol, la guerra o la paz? No es ni lo uno ni lo otro, es un espectáculo, nada más, que convoca como ningún otro en materia deportiva, que pone en tensión a miles de personas en el mundo que quieren entretenerse. Puede servir como un instrumento para promover la paz pero también puede servir para, desgraciadamente, promover otro tipo de cuestiones como por ejemplo la xenofobia, o incluso la violencia. Tratar al fútbol como un instrumento de la paz o de la guerra no tiene sentido. El fútbol es un deporte que tiene millones de seguidores y que produce un atractivo notable.


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A

CABA DE SUFRIR otro infarto, había escuchado a su madre en el teléfono, tratando de sonar indiferente. Era el segundo en menos de un año. El corazón de su padre, ya cansado, parecía buscar una excusa para no seguir trabajando. Francisco tenía la Revista Triunfo doblada bajo el brazo. Ya podía entrar. Odiaba los hospitales, ese olor a enfermo, a meado, a lágrimas, a muerte. ¿Por qué había tenido que ser justo ese día? Su padre dormía. Lo encontró pálido, mucho más que la vez anterior. Sus ojos cerrados se afirmaban sobre dos bolsas oscuras. El rostro inexpresivo le recordó al que tenía el tío Héctor justo antes de morir. Francisco se negaba a pensar que podía ser la última vez que lo viera. Sólo escuchaba los rápidos latidos de su corazón sano y los gemidos de los otros dos enfermos que había en la habitación, mezclados con los chillidos de las máquinas que los mantenían con vida. Se sentó junto a él. Hojeó la revista, aunque se la sabía de memoria. Después de 25 años, la Universidad de Chile estaba más cerca que nunca de ser campeón. Se sobresaltó al sentir una mano fría sobre la suya. Alzó la mirada y vio los ojos disminuidos de su padre. - Vargas, Castañeda, Delgado, Fuentes, Guevara, Musrri, Mardones, Valencia, Aredes, Ibáñez y Salas –dijo el viejo. A medida que recitaba la alineación de la U para esa tarde, se le iba acabando el aire–. ¿Juegan todos, cierto? - Sí, papá, juegan todos. - Necesito ir al estadio, Francisco –le dijo su padre, abriendo los ojos con vehemencia. - ¿Te volviste loco? ¿Acaso no te das cuenta de lo que te pasó? Si vas al estadio, te mueres. - Si no voy, también me muero. Y si no me llevas, voy solo.

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DE CABEZA / CUENTOS DE FÚTBOL

Por Nicolás Vidal del Valle

Francisco se quedó en silencio y bajó la mirada, sabiéndolo capaz de cumplir su amenaza. Lo había dejado hacía 14 años, cuando le faltaba una semana para cumplir los diez. Había cambiado a su madre por otra mujer. Y ahora venía a pedirle esto. Incluso podía meterse en problemas con la ley que le impedirían jurar como abogado. Su padre, como siempre, pensaba sólo en él. Levantó la mirada decidido a mandarlo a la mierda, pero no pudo hacerlo. Recordó el calor de su mano grande cuando se la tomaba para entrar al estadio, y quiso volver a sentirlo, una vez más. La mirada envejecida de su padre cobró vida cuando escuchó que lo llevaría al estadio. Eran las dos de la tarde y sólo quedaban cinco horas. No podían perder el tiempo. Cuando Francisco aceptó hacerlo, sintió un calor tibio y agradable en el pecho, una extraña sensación de bienestar que no se condecía con la locura que iba a hacer. Esperó tantos años la llegada de ese partido que no podría verlo solo. Ahora sería él quien llevaría a su padre al estadio, tomado de la mano. Lo que había pasado antes, esas heridas que parecen cicatrizar pero que no se olvidan nunca, e incluso lo que podría suceder esa misma tarde, ya no importaba. Le hizo un gesto con la cabeza a su padre como diciéndole ahora cállate y guarda fuerzas que yo me encargo. Cerró la puerta de la habitación y las cortinas que los separaban de los otros enfermos. A los pies de la cama, había una silla de ruedas, como si la hubieran puesto ahí a propósito. Tenía las manos empapadas con un sudor frío y pegajoso. Los chillidos de las máquinas lo tenían harto. Su padre lo observaba, sonriendo. Ahora venía algo difícil: los cables y tubos a los que estaba conectado. Sácalos, le dijo su padre. ¿Así no más, llego y los saco? Sí, huevón, ahora el corazón me volvió a latir, no nece-

sito ni una de estas máquinas de mierda. Francisco desconectó dos cables y una pequeña manguera. Contuvo la respiración, a ver si sonaba una alarma o si se encendían un montón de luces. No pasó nada. Observó a su padre durante unos segundos, porque si se empezaba a morir tenía que salir corriendo a pedir ayuda. Pero el viejo seguía respirando y le dijo: ¿Qué estás esperando? Apúrate, que el estadio ya debe estar lleno. Cuando lo levantó de la cama, se dio cuenta que su padre no tenía fuerzas para sostenerse. Pesaba como un saco de papas. Se dejó caer pesadamente en la silla de ruedas, dando un resoplido. Búscame una bata, le pidió. Cuando abrió la puerta de la habitación, se sintió como un fugitivo. Intentó caminar con naturalidad, con la vista al frente, pero no fue capaz de levantar los ojos del suelo. Sentía las miradas de enfermeras, doctores y auxiliares. Su padre seguía en silencio, tal vez muy cansado para hablar, y repasaba la tabla de posiciones en la Revista Triunfo, a la que se aferraba con ambas manos. Se alegró de estar en un hospital grande, donde el enfermo era sólo un número. Su padre lo guiaba por los pasillos, moviendo el dedo índice para acá y para allá, y Francisco conducía la silla de ruedas con presteza, como si no fuese la primera vez que lo hacía. Así llegaron al estacionamiento. Lo ayudó a subir al auto. Iba a dejar la silla de ruedas ahí botada, como quien deja un carro de compras en el supermercado cuando lo termina de usar. La silla se va con nosotros, le ordenó su padre. Francisco obedeció, resignado. A lo que ya había hecho, acababa de agregarle un hurto. En el auto, puso la Sintonía Azul, que llevaba transmitiendo la previa del partido desde las nueve de la mañana. Ellos hablaron aún menos de lo habitual. La ansiedad se comía a las palabras. Prefirieron es-

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EDICION N°1

siguenos EL FÚTBOL DE PANTALON LARGO


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