LINEAMIENTOS PARA UNA EDUCACIÓN DE CALIDAD QUE APROVECHE COMPONENTES PRESENCIALES Y NO PRESENCIALES

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LINEAMIENTOS PARA UNA EDUCACIÓN DE CALIDAD QUE APROVECHE COMPONENTES PRESENCIALES Y NO PRESENCIALES



Lineamientos para una educación de calidad que aproveche componentes presenciales y no presenciales Diciembre, 2020 Documento del Consejo Nacional de Educación elaborado por la Comisión de Trabajo Educación a distancia (mayo-agosto del 2020), conformada por las y los consejeros: Hugo Díaz Díaz María Isabel León Céspedes Lea Sulmont Haak Mario Rivera Orams Rosario Valdeavellano Roca-Rey Equipo técnico de apoyo a la Comisión: Silvia Alvarado Cerdán Yanina Lema Martínez Fidel Rojas Luján Diseño y diagramación: Agencia Solution Fotografías: Minedu y CNE Consejo Nacional de Educación Jr. Sánchez Cerro N° 2150. Jesús María. Teléfono (511) 615- 5966 www.cne.gob.pe

LINEAMIENTOS PARA UNA EDUCACIÓN DE CALIDAD QUE APROVECHE COMPONENTES PRESENCIALES Y NO PRESENCIALES


ÍNDICE

Capítulo

1

El Proyecto Educativo Nacional, la educación a distancia y el uso de la tecnología digital

Capítulo

4

Los desafíos educativos para el 2021 pág. 23

pág. 7

Capítulo

2

Características de un modelo de educación con componentes presencial y a distancia

Anexo. Marco de competencias digitales para docentes pág. 32 Referencias bibliográficas pág. 33

pág. 11

Capítulo

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La educación y la emergencia sanitaria Pág. 17

Lineamientos para una educación de calidad que aproveche componentes presenciales y no presenciales

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Capítulo

El Proyecto Educativo Nacional, la educación a distancia y el uso de la tecnología digital

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El Proyecto Educativo Nacional (PEN) define a la educación como un derecho humano fundamental y un bien público, que aporta al desarrollo de una ciudadanía plena y mejora la calidad de vida de todas las personas. Refiere a una educación en sentido amplio, que valore la flexibilidad y la inclusión de modalidades de educación abierta (formas no tradicionales de aprendizaje) o no presenciales en todos los niveles educativos, tanto en momentos de emergencia como en momentos de sosiego y quehacer regular. Se debe aprovechar los diversos componentes de la educación presencial y no presencial, en especial las tecnologías digitales, para brindar una educación flexible de trayectorias diversas a todas las personas a lo largo de la vida, desde sus contextos, necesidades y formas de aprender particulares y colectivas.

Define a la educación como un derecho humano fundamental y un bien público, que aporta al desarrollo de una ciudadanía plena y mejora la calidad de vida de todas las personas.

El PEN plantea como el quinto de sus impulsores del cambio, el uso universal e intensivo de los medios digitales basados en tecnologías de la información y la comunicación como recursos educativos para potenciar las labores de enseñanza-aprendizaje, de aprendizaje autónomo y de investigación, gracias a las posibilidades que ofrecen para mejorar la gestión y para ajustar las actividades a la disponibilidad de tiempo y al ritmo de progreso de cada persona que aprende.

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El uso de las tecnologías de la información y comunicación (TIC) y las modalidades de educación a distancia que aprovechan la radio y la televisión, el cine, el teatro, los diarios, las redes sociales, etc., cobran sentido en tanto están al servicio de los propósitos de la educación que plantea el PEN, es decir: (i) para asegurar que la educación de las personas en todas las etapas de la vida contribuya a construir una vida ciudadana; (ii) para eliminar la segregación y crear igualdad de oportunidades, superando las brechas que aún tenemos como país (equidad); (iii) para asegurar una vida emocionalmente saludable que nos permita lograr nuestros proyectos de vida individuales y colectivos (bienestar socioemocional); y (iv) para asegurar que todas las personas estén equipadas para desarrollar labores productivas sostenibles y aporten a su prosperidad (productividad).

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Para alcanzar esos propósitos, el PEN plantea diez orientaciones estratégicas dirigidas a los actores educativos y al sistema, al interior de varias de las cuales identificamos algunas ideas referidas al uso de las TIC y la educación no presencial: La educación no empieza ni termina en las instituciones educativas. Los medios de comunicación deben asumir su responsabilidad por la educación de las personas. El acceso a las tecnologías digitales puede favorecer la inclusión, potenciando la participación y promoviendo el encuentro, el diálogo y la valoración intercultural. Todas las personas aprenden a lo largo de sus vidas, y pueden hacerlo de modo pertinente, oportuno e

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inclusivo, a través de las tecnologías y diversas formas de validación de los aprendizajes. Se requiere la renovación docente en el manejo de las TIC y a través de ellas, así como formadores y capacitadores especializados en el uso de las TIC. Fomentar la ciudadanía digital, garantizando las condiciones óptimas de conectividad y acceso a las plataformas de información y comunicación en las instituciones educativas. Los procesos de mejora deben descansar en un uso intensivo de tecnologías digitales y gestión de la información para la toma de decisiones en todos los niveles e instancias.

El sistema educativo debe nutrirse de la innovación y de la tecnología para desplegar el potencial creativo y la generación de conocimiento. Dada las limitaciones actuales de la infraestructura tecnológica, se debe valorar otras tecnologías masivas como la radio y la televisión para favorecer aprendizajes. Las TIC abren un universo de posibilidades, sin embargo, también abren nuevas exclusiones que la propia política pública debe anticipar y contrarrestar.

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Capítulo

2

Características de un modelo de educación con componentes presencial y a distancia

En función de la ubicación de los actores educativos durante el proceso de enseñanza-aprendizaje se habla de una educación presencial y de una educación no presencial:

imprenta y el servicio postal. Luego, con la evolución de la tecnología, desde los medios impresos, la radio, la televisión y el Internet, este tipo de educación no presencial se ha configurado bajo la modalidad de educación a distancia.

La educación presencial es aquella en que la interacción entre estudiantes y docentes requiere la asistencia de ambos en un determinado lugar y en el mismo tiempo, es decir, implica una presencia física y síncrona. Este es el modelo que tradicionalmente adopta la escuela.

La educación a distancia (EaD) es el concepto utilizado a nivel académico para describir las prácticas educativas que tienen como característica fundamental la distancia temporal y espacial. El diseño de una propuesta de formación en la modalidad de educación a distancia combina estrategias de acceso, metodologías, recursos y una distribución del tiempo y espacio adaptados a las necesidades de la formación, los individuos y el contexto.

La educación no presencial es aquella en que la interacción se caracteriza por producirse de manera flexible, sin requerir la presencia física y síncrona de estudiantes y docentes, que pueden interactuar de manera directa desde diferentes lugares en distintos momentos temporales o que se hace en forma automática o inclusive no existe. El modelo de educación no presencial tiene sus orígenes en la educación por correspondencia que emerge a finales del siglo XIX tras el desarrollo de la

Dependiendo de cómo se combinen estas variables se habla de una educación semipresencial, en la cual una parte de la experiencia formativa se desarrolla de manera presencial y, la otra parte, de manera no presencial o remota. A su vez, existen diferentes términos utilizados para nombrar las variantes de esta modalidad, como formación a distancia, formación abierta y a distancia, educación híbrida,

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e-learning (aprendizaje electrónico), blended learning (aprendizaje combinado entre clases presenciales y virtuales), educación online (en línea), educación virtual, educación remota, por nombrar algunas. La mayoría de estos términos reclaman una cierta novedad en la configuración de la oferta educativa, y aunque si bien es cierto, no se trata de modalidades completamente nuevas, la incorporación de tecnologías digitales en un sistema de formación aporta a la innovación de las prácticas pedagógicas y a la gestión del proceso educativo para flexibilizar, diversificar y extender las opciones de formación.

Áreas

Concebir, desarrollar e implementar propuestas educativas bajo la modalidad de educación a distancia, en sus diversas variantes, es un campo de especialización orientado a integrar diversos sistemas: administrativos, académicos, materiales y humanos requeridos para el funcionamiento de la formación. Involucra también la integración de los recursos tecnológicos para apoyar eficiente y efectivamente los procesos de gestión académica-administrativa, de gestión del conocimiento y de gestión del proceso de enseñanza y aprendizaje (Sulmont, 2004). A continuación, se detallan las principales áreas involucradas en una modalidad de EaD:

Gestión financiera: financiamiento y presupuesto. Recursos humanos: contratación de personal. Gestión logística: compras. Gestión comercial: marketing, comercialización y comunicación. Gestión del ciclo de vida y servicios al estudiante: matrícula y cronogramas.

Gestión curricular: programas de estudio y convalidaciones. Gestión de títulos y grados: promoción y certificación.

Académico

Principios: autónomo, autorregulado, acompañamiento, adaptativo. Diseño metodológico: contenidos, evaluación y actividades. Gestión docente: capacitación y acompañamiento. Acompañamiento del estudiante: tutoría y servicios de apoyo.

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Gestión de la propiedad intelectual. Gestión de recursos: repositorios, suscripciones y licencias.

Soporte tecnológico

Infraestructura: integración de plataformas tecnológicas e integración (intranet, LMS, CMS, etc.) y desarrollo de soluciones a medida. Monitoreo: auditoría, seguridad, mantenimiento y respaldo. Soporte técnico: atención a usuarios y capacitación.

Sistema de calidad

Sistema de evaluación de la calidad y monitoreo de indicadores. Acompañamiento del sistema en general.

Intervenciones Marco legal: normatividad y reglamentos.

Administrativo

Recursos educativos

Diseño instruccional: diseño de contenidos, diseño gráfico, producción del kit (programación, filmación, edición, corrección de estilo, etc.) y publicación.

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Una mirada desde los sistemas formales de aprendizaje La educación a distancia permite plantear diferentes alternativas de aprendizaje, por lo tanto, no es una modalidad uniforme. La combinación de diferentes variables, como formador, acceso a Internet, público objetivo o enfoque de aprendizaje, da lugar a sistemas formales de aprendizaje (Blandin, 2000) que responden a las necesidades de la formación, los individuos y el contexto. Las soluciones de formación existen con poco o mucho uso de los métodos de tecnología digital, desde la educación tradicional a la virtual o digital. También pueden ser desde aquellas modalidades con foco en el proceso de aprendizaje, con ayuda de un facilitador y aprendizaje grupal, hasta aquella con foco en el

contenido de aprendizaje sin facilitador y estudio individual o autónomo. En el siguiente gráfico se observan ejemplos de sistemas de formación agrupados en cuatro cuadrantes formados con las dos dimensiones antes indicadas: A: grupos pequeños, con capacitador y foco en el proceso de aprendizaje. Da lugar a sistemas de formación como la clase presencial o talleres. B: grupos grandes, sin capacitador y foco en el contenido de aprendizaje. Da lugar a sistemas a distancia tradicionales como la educación por correspondencia, la radio y televisión educativa.

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C: grupos grandes, sin capacitador y foco en el contenido de aprendizaje, con uso de tecnología digital. Da lugar a sistemas de formación como los cursos autoinstructivos, tutoriales interactivos o los MOOC, que es el acrónimo en inglés de Massive Online Open Courses (cursos online masivos y abiertos).

D: grupos pequeños, con capacitador y foco en el proceso de aprendizaje. Da lugar a sistemas de formación como los cursos colaborativos virtuales, las teletutorías, comunidades de aprendizaje y los MOOC interactivos.

Grupal A

D Clase presencial

Grupos pequeños

Comunidad de aprendizaje virtual

Makerespaces

Grupos pequeños

Teletutoría Talleres

Tradicional

Curso virtual colaborativo MOOC

Curso por correspondencia

Virtual

Webinars Curso virtual autoinstructivo

Grupos grandes

Teleformación: Radio/ televisión educativa

Grupos grandes

Tutoriales interactivos

B

Enseñar y aprender en una modalidad de educación a distancia El desarrollo de competencias digitales se ha vuelto necesaria para el aprendizaje permanente de cualquier profesional. Es indispensable para un educador del siglo XXI, para promover mejores aprendizajes en sus estudiantes y como herramienta para mejorar la competitividad y empleabilidad de la carrera docente. Es evidencia de ello que a lo largo de esta última década se han desarrollado diversos marcos de competencias digitales docentes, en los que se puede observar una evolución de un uso instrumental de las tecnologías hacia un uso más estratégico (Anexo 1. Marco de competencias digitales docentes). Desarrollar una educación por competencias como la que define el Currículo Nacional de la Educación Básica (CNEB) y propuestas educativas en la educación superior requiere un alineamiento entre los planes institucionales (Proyecto Educativo

Institucional-PEI y Plan Anual de TrabajoPAT) y la comunidad educativa para implementar modalidades formativas con metodologías adaptadas al enfoque de competencias y al escenario digital. Su desarrollo no debe considerarse en función de las limitaciones y brechas del entorno actual, sino en función de las potencialidades que ofrece el escenario virtual en el futuro. El siglo XXI nos desafía a construir una sociedad que refleje principios democráticos en el acceso universal a escenarios digitales para un ejercicio activo y responsable de nuestra ciudadanía en el plano físico y virtual. Por ello, el desarrollo de competencias digitales es fundamental para ejercer nuestros deberes y derechos en entornos digitales, construyendo una identidad digital, accediendo y participando en redes locales y globales, promoviendo interacciones sociales éticas, seguras y responsables.

C Individual Sin capacitador Foco en el contenido de aprendizaje

Fuente: Elaboración propia

Esta mirada desde los sistemas formales de formación permite diferenciar una gama de sistemas a través de los cuales se puede transitar dentro de una modalidad de educación a distancia, combinando más de un cuadrante, para dar una respuesta adaptada a cada necesidad. Por ejemplo, las propuestas desarrolladas por las universidades e

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institutos que evolucionan hacia modelos mixtos combinan sistemas del cuadrante A, C y D. Desde esta mirada, la estrategia “Aprendo en casa”, lanzada ante la emergencia sanitaria por el Minedu, ofrece alternativas en diferentes cuadrantes (B, C y D), dependiendo de las condiciones de acceso de cada usuario y su contexto.

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Capítulo

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La educación y la emergencia sanitaria

La respuesta A mediados de marzo de 2020, el Gobierno dispuso la suspensión de la educación presencial en las instituciones educativas públicas y privadas de todo el país, En su reemplazo, y por un periodo no definido, las clases que reciban los estudiantes serán a distancia. El retorno a la educación presencial depende en gran medida de la evolución de la pandemia y el acceso masivo a la vacuna que le haga frente. Para brindar el servicio a distancia, en la educación básica estatal se organizó el programa Aprendo en Casa. Este programa, dependiendo de las condiciones de acceso a las tecnologías en los hogares de estudiantes y

profesores, ofrece clases mediante alguna de estas tres modalidades: televisión, radio o tecnologías digitales. No existen cifras precisas, pero la mayoría de los estudiantes recibe clases por radio o televisión, mientras que el porcentaje de los que utilizan las herramientas digitales varía entre el 15 % y 20 %. El porcentaje de estudiantes que no tendrían acceso a ninguno de estos dispositivos sería entre el 5 % y 10 %. Estos últimos están supeditados a lo que sus profesores puedan hacer para que reciban clases. Cada institución privada de educación básica y de educación superior públicas y privadas, definieron sus estrategias de enseñanza a distancia, predominando el uso de tecnologías digitales.

Limitaciones e inequidades La pandemia desnudó las diferencias de desarrollo digital en los hogares de estudiantes, entre docentes y en la educación superior. Hay quienes cuentan con el equipamiento necesario en casa para aprender o enseñar mientras que otros no. En muy pocas áreas urbanas y rurales existe conexión a Internet de banda ancha; además, en la mayoría de esas áreas la conectividad es deficiente

o no se tiene acceso. La conectividad es esencial para la retroalimentación que el docente pueda hacer al estudiante, porque esta sirve como herramienta de comunicación, motivación y tutoría virtual. Las instituciones que más habían avanzado en uso de las tecnologías antes de la pandemia han sido las que estuvieron en mejor condición de hacer frente a la educación no presencial.

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Además de las limitaciones de conectividad que enfrenta la estrategia de educación a distancia, se tuvo que superar otras limitaciones; entre ellas, la ausencia o limitada capacidad de las plataformas de los repositorios de recursos digitales o la falta de capacitación, tanto para docentes como para estudiantes. En el caso de los docentes, porque no han tenido capacitaciones en metodologías de enseñanza a distancia y los estudiantes no estaban capacitados para aprender sin tener al frente a su profesor o profesora. No cabe duda del esfuerzo de la gran mayoría de docentes para enfrentar la imprevista situación vivida, que, no obstante, al no estar preparados para el cierre de las escuelas, sacaron a flote su creatividad y mostraron muchas ganas de ejercer de la mejor manera su labor. Por otro lado, el desempleo o la reducción de los ingresos familiares, a causa de la pandemia, ocasionó que muchos estudiantes de instituciones educativas privadas se trasladen a la escuela pública, a una privada más barata o dejen de estudiar. Hasta mediados de junio el Minedu informaba sobre el pedido de alrededor de 110 000 traslados (sin tomar en cuenta lo que estaba sucediendo en instituciones de educación superior). Entre los más afectados se encuentran los niños de educación inicial, los que recién empezaban su alfabetización, los que están por concluir la secundaria, los que iniciaban estudios superiores, los adultos mayores y otras personas que no podían acceder a diversos planes de protección. Las estrategias de educación a distancia han implicado el involucramiento de los padres, madres y familias en general. Para ellos también hubiese sido deseable establecer metodologías de apoyo para los trabajos en casa, eficaces y diferenciadas según el contexto. Es importante tomar

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en cuenta las limitaciones de brindar ayuda en hogares donde prima el bajo nivel educativo, donde los espacios físicos son limitados, donde no existe una buena educación emocional, por lo que las habilidades cognitivas y socioemocionales de los estudiantes son precarias. Esto es una barrera para un aprendizaje sin la presencia física del profesor. La adopción o no de las tecnologías digitales en las instituciones educativas ya no está en discusión; más bien, se valora el potencial que tengan como factor de equidad y herramienta pedagógica con ventajas mayores a la televisión o la radio, debido a que las tecnologías digitales podrían permitir un mejor seguimiento y retroalimentación del docente a sus estudiantes. El tema por resolver está en la población más pobre, que carece de los recursos necesarios. Para favorecerlos, el gobierno emprendió la licitación de 840 000 tabletas para estudiantes y casi 100 000 para docentes. Se espera empiecen a ser distribuidas antes de fin del año escolar 2020. Sería aconsejable que la estrategia de desarrollo pedagógico y tecnológico que se aplicará sea ampliamente explicada, en especial, en cuanto a lo siguiente: El papel que jugarán las tabletas en los años siguientes en los espacios de formación y su aporte a la reducción de desigualdades. Su impacto deberá medirse en función a su contribución a la transformación educativa y la mejora de los resultados de aprendizaje. Su inserción y articulación con lo bueno que vino funcionando en el sistema educativo previo a la aparición de la pandemia.

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Su carácter como proyecto sostenible, lo que significa incluir no solo los costos de equipamiento sino los de un proyecto integral que asegure la democratización de la conectividad y la tecnología en todo el sistema educativo. Con relación a este aspecto, el gobierno ha expedido en el mes de setiembre un decreto de urgencia que permite el acceso a un plan de telefonía y datos para los docentes y personal vinculado directamente a la educación básica no presencial o remota. Esto, para su utilización en el desarrollo de sus funciones en el marco de la estrategia Aprendo en Casa. En el caso de las universidades públicas, se ha

expedido un decreto de urgencia para financiar la contratación del servicio de Internet, con sus respectivos módems externos, USB o chips, para ser utilizado por los estudiantes de pregrado de dichas universidades, que cuentan con matrícula vigente durante el año 2020 y se encuentran en situación de vulnerabilidad económica, así como también por sus docentes ordinarios y contratados con carga lectiva vigente. Permitir el acceso a un plan de datos para los docentes de la educación básica es un paso positivo que en el futuro debería complementarse con que ese beneficio sea extensivo a los estudiantes.

Gestionar las oportunidades ¿Cuánto más de inversión se necesita para llegar a la población más pobre y vulnerable? ¿Las inversiones en tabletas son suficientes? ¿Requieren complementarse con inversiones en políticas mínimas de aseguramiento del Internet y de un celular en los hogares de las familias más pobres que no tienen acceso a estas herramientas? ¿Se requieren de potentes plataformas y recursos impresos y digitales ฀interactivos y audiovisuales suficientes? ¿Se requiere de una dotación de capacidades al estudiante y al docente para la enseñanza y aprendizaje a distancia? Estos son aspectos ausentes en la estrategia implementada. ¿Es posible la preparación de contenidos para la diversidad de regiones y de la interculturalidad? ¿Cómo se logrará el acompañamiento profesional a los estudiantes y familias? ¿Qué opciones habrá para los escolares más pequeños? Parte de los niños aprenden apoyados por sus profesores y familias, otros lo hacen con un acompañamiento

muy limitado y un tercer grupo demasiado solos. ¿Están las instituciones educativas preparadas para adaptarse? Habrá que reorganizar los servicios educativos bajo esta nueva realidad desarrollando una mayor y gradual autonomía institucional y, en la perspectiva de una necesaria transformación de la institución educativa, evaluar si el acceso a Internet para fines de enseñanza debería convertirse en un derecho y servicio básico para todos los peruanos, cuyo costo para el caso de las familias imposibilitadas de financiarlo, lo asumiría el Estado. Organizar modalidades de educación no presencial ha servido para apreciar que aún es largo el camino que debe recorrerse para fortalecerla en imagen, calidad y buen complemento de la educación presencial, que sigue teniendo un rol clave como espacio físico de cuidado y de nivelación social, objetivos difícilmente trabajados con la tecnología. No obstante, bien implementada y

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trazándose un objetivo y estrategia de reducción de la segregación, la educación no presencial no debería ser considerada como intrínsecamente de calidad inferior a la presencial, como fue la percepción inicial de muchos ciudadanos y continúa siéndolo para muchos actores. Así, por ejemplo, en el caso de las instituciones educativas privadas de educación básica y superior, declaraciones oficiales argumentaban que el monto de las pensiones de enseñanza debería disminuir porque la educación a distancia significa menores costos para sus promotores. Esta experiencia ha servido para reflexionar acerca de las fortalezas y limitaciones de las estrategias curriculares, la formación inicial y el servicio de los docentes, los materiales de enseñanza y el apoyo de la gestión. Podría decirse que lo imprevisto de la emergencia sanitaria obligó a implantar una educación de emergencia en donde la realidad hizo que cambie lo que había sido programado antes de iniciarse el año escolar. Para la implementación de los contenidos curriculares el Minedu emitió normas complementarias y organizó la programación de Aprendo en Casa en función de la disponibilidad de materiales para implementar las sesiones de clase. No obstante, a pesar de esos esfuerzos, la realidad ha demostrado que los estudiantes de educación básica estatal (regular, alternativa y especial) tienen, en promedio, una jornada laboral que representa alrededor de la quinta parte de lo que recibían bajo la modalidad presencial. Además, no siempre la programación de sesiones de clase ha respondido al desarrollo de las habilidades previstas en el currículo nacional. Por un lado, por lo reducido de la jornada escolar y, por otro lado, porque

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ante la insuficiencia de recursos de enseñanza muchos docentes optaron por trabajar otras habilidades igual de útiles para la formación integral, que forman sus competencias para la vida. La situación de las instituciones educativas de educación básica privada, si bien heterogénea, muestra que, en especial, las que atienden a sectores de clase media y alta, tienen una jornada escolar similar a la que realizaban bajo la modalidad presencial y tratan de ajustarse más a la programación curricular. En la educación superior tecnológica la situación es también variada, con una limitación adicional: las dificultades de realización de las prácticas profesionales, a causa del irregular funcionamiento de las empresas y del cierre de los institutos, lo que impide el acceso a los talleres y laboratorios. La decisión del Minedu de evaluar el ciclo y no el grado educativo, fusionando la evaluación de este y el siguiente año escolar, parece adecuada; no tanto así el temprano anuncio de esta medida que ha podido convertirse en un factor de pérdida de interés de los estudiantes por sus aprendizajes, debido a que la motivación estudiantil aún está muy incorporada a la calificación. Por el lado de la administración, la pandemia mostró que se requieren políticas públicas distintas, en las que se deposite mayor responsabilidad y confianza en docentes e instituciones educativas públicas y privadas. La insistencia en querer normar casi todo desde la dirección del Minedu, que en la práctica no funciona en realidades tan diferentes; tampoco que los centros educativos y sus directores sigan teniendo débiles capacidades de decisión. La pandemia nos hace ver la necesidad de un

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trabajo más cercano con otras disciplinas y actores sociales; así como aprovechar la colaboración público-privada, que por ahora sigue siendo un tema pendiente e invadido de desconfianza y tensiones agravadas. ¿Cómo concluirá el año escolar 2020? Las condiciones que en la mayoría de los estudiantes y profesores desarrolla el año escolar difícilmente permitirán el cumplimiento de las metas propuestas por las directivas ministeriales. Muchas prácticas docentes buscan reproducir lo presencial, en consecuencia, prima mayormente el voluntarismo antes que la efectividad pedagógica. También se detecta cierta resistencia a pensar en metodologías que les sirvan para trabajar en el nuevo contexto que está surgiendo. Se están dando casos de profesores que, siendo apreciados por su trabajo en el aula, enfrentan muchas dificultades para hacerlo fuera de ella. De allí su necesaria capacitación y acompañamiento. Los padres y madres son una valiosa herramienta de apoyo, aunque los menos instruidos tampoco saben cómo lidiar con el encargo que tienen. No se divulgaron las necesarias orientaciones para la participación de padres y madres en las estrategias iniciales de Aprendo en Casa, que habría que programarlas para poder aprovecharlas en el inicio del siguiente año escolar. Se hace relevante

fortalecer la comunicación y el vínculo del Estado con los docentes, las instituciones educativas, los estudiantes y las familias, y establecer un sistema de alertas e información educativa. Los sondeos que el Minedu realice en los siguientes meses deberían indagar sobre el comportamiento de variables como el compromiso, la motivación y el esfuerzo de docentes y estudiantes. También se debe indagar sobre las variables cognitivas y afectivas vinculadas al autoaprendizaje y las capacidades digitales que han puesto los estudiantes y profesores en sus aprendizajes bajo las modalidades no presenciales. De igual modo, se tiene que valorar el esfuerzo de los padres y madres de familia. Otro indicador por estudiar es la magnitud del abandono escolar, que no solamente crecería, sino que, de no existir políticas compensatorias, repercutiría en el futuro de esta generación de estudiantes y de la sociedad en general. Declaraciones del ministro de Educación estiman que el 2020 podrían haber dejado la escuela unos 300 000 estudiantes. Ello, sumado a lo que realmente han aprendido los estudiantes, debería ser objeto de una gran preocupación y atención en las políticas educativas pensadas para lo que resta del año y el año que viene.

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Capítulo

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Los desafíos educativos para el 2021

Innovar para mejorar: líneas orientadoras La transición de la situación de excepcionalidad que viven las instituciones educativas el 2020 probablemente continuará en parte o la totalidad del 2021. Ese debe ser el año de la construcción de criterios de calidad de una educación donde se combinen modalidades presenciales y no presenciales y que incluyan a todos los actores, procesos y resultados. Transitar hacia un proceso de transformación de lo que representa enseñar y aprender demanda el establecimiento de unas líneas orientadoras que guíen la formulación de políticas y estrategias. Entre ellas están las siguientes: Actualmente, resulta cada vez más difícil separar dimensiones como la analógica y digital, sincrónica y asincrónica, presencial y no presencial. La realidad las combina y cada una tiene sus virtudes y limitaciones. La educación presencial es probablemente insustituible, particularmente, para los primeros años de escolaridad y la población más desfavorecida. En el caso de la educación de adultos, técnica y superior lo es también en cuanto a algunas prácticas que requiere el plan de formación. Igualmente es clave para la socialización, el respeto a los demás

y otros aspectos de la relación humana. Lo expresado no excluye la posibilidad de aprovechar y seguir mejorando el empleo de las herramientas digitales en los procesos de aprendizaje. Las inversiones en herramientas digitales y acceso a Internet cobran sentido si se dirigen a cooperar en la transformación y mejora de los aprendizajes y al desarrollo de las instituciones educativas. Asimismo, los recursos didácticos de aprendizaje serán útiles en la medida en que consigan el objetivo de ayudar a que el estudiante aprenda. Todas las opciones de educación, desde la presencial total hasta la no presencial, deben ser posibles de aprovecharse. En especial, en educación secundaria y superior tecnológica y universitaria. La capacidad de decisiones de las instituciones educativas debe fortalecerse, ya que es en esa instancia donde se pueden identificar mejor los problemas y reaccionar más rápido con soluciones. Para ello, es necesaria una estrategia gradual de ampliación de dicha capacidad de decisiones, así como prever los apoyos correspondientes en cuanto a capacitación, acompañamiento, normatividad pertinente, entre otros.

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Las tareas impostergables a.Avanzar en los logros de aprendizaje Líneas orientadoras como las mencionadas podrán ayudar a plantearse tareas urgentes y necesarias. Una de ellas es implementar una estrategia integral de logros de aprendizajes que combine lo que se puede avanzar el 2020 y lo que podrá lograrse el 2021. Se tiene en cuenta que el presente año ha sido distinto a los anteriores y que, pese a los esfuerzos realizados por las instituciones educativas y los docentes, difícilmente se alcanzarán las metas de aprendizaje esperadas en gran parte del territorio nacional. Para conocer la magnitud de los resultados educativos, dos tareas indispensables durante el 2020 son: (i) la realización de investigaciones que, entre otras, midan e identifiquen qué aprendieron los estudiantes, los factores de logros de aprendizaje y los niveles de abandono estudiantil; e (ii) identificar qué aprendizajes fundamentales hay que procurar atender con mayor énfasis y con qué criterios se estarían seleccionando, así como cuáles serán los medios o las herramientas que se utilizarán para “enseñar” y procurar que alcancen. Ambas tareas facilitarían la formulación de una programación orientada a retomar los niveles de cobertura y de aprendizajes similares a los de antes de la pandemia; inclusive aspirar a que sean sustantivamente mejores.

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b.Promover y alentar nuevas formas de construir conocimiento y de relacionamiento entre los docentes y las familias Es elemental tomar en cuenta las experiencias de uso de herramientas de educación a distancia y su combinación con las presenciales. No obstante, las limitaciones enfrentadas, hay que reconocer que en el 2020 la educación no presencial abrió la posibilidad de organizar para el futuro una oferta más variada y rica en metodologías y recursos de aprendizaje en todos los niveles de la educación pública y privada. Asimismo, es importante evaluar cuánto se ha avanzado en el restablecimiento de relaciones de confianza entre los actores de la educación y sobre todo con la familia, actores de la sociedad civil, los municipios y otros sectores. Esto será primordial para reducir las desigualdades no solo de aprendizajes, sino también digitales y aquellas que van más allá de los dispositivos correspondientes. Frente a casos que han surgido de estudiantes que durante el 2020 se han sentido desprovistos de apoyo de algún miembro de su familia, sin las condiciones mínimas para aprender y con bajos niveles de motivación y autoestima será importante fortalecer la unidad familiar y comunal. En especial, familias o tutores deberían ser capacitados para aportar en la educación inicial y la de estudiantes de otros niveles educativos con mayores carencias.

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c. Descentralizar principalmente las decisiones académicas

El 2020 ha demostrado que el marcado estilo centralista requiere ajustes para atender las variadas necesidades en los que actúa la educación.

Una educación como la que viene surgiendo necesita de una organización más descentralizada de las decisiones, que, con una mirada principal en las instituciones educativas y los estudiantes, permitan soluciones únicas y efectivas en cada lugar. El 2020 ha demostrado que el marcado estilo centralista requiere ajustes para atender las variadas necesidades en los que actúa la educación. Por ello, una importante exigencia está en redefinir los roles de las diversas instancias administrativas. Para esto, es imperativo apuntar a que el Ministerio de Educación asuma tareas más orientadas a la promoción, mentoría y provisión de recursos para el fortalecimiento de la gestión, principalmente en el nivel de institución educativa. Se trata de retomar y profundizar la gestión pedagógica e institucional, depositar mayor confianza en el resto de los niveles de gestión y asegurar que servicios como el acompañamiento, la capacitación y la supervisión estén más cerca de las instituciones educativas. Asimismo, el Minedu debe regular la generación de normas y demandas de información para que las instituciones educativas, en función de sus realidades específicas, adquieran la capacidad de gestión requerida. La poca flexibilidad que produce la estructura de datos del Sistema de Información de Apoyo a la Gestión

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de la Institución Educativa (Siagie) debería superarse y avanzar en organizar un sistema de gestión académica por niveles, que incluya una base de datos sobre recursos, resultados e información nacional de contactos con estudiantes y otros actores. Y que esto no solo sea de utilidad para la administración sino principalmente para las instituciones educativas. Afortunadamente, en el caso de las universidades se ha dado una norma que establece condiciones básicas de calidad para la autorización de programas bajo las modalidades semipresencial y a distancia. Normas con finalidad similar serían importantes para la educación de jóvenes y adultos y la educación tecnológica.

d.Fortalecer la institución de enseñanza La transferencia de mayores responsabilidades a las instituciones educativas supone incrementar su capacidad de gestión de manera progresiva, diferenciada y flexible, que reconozca la necesidad de variados tipos de instituciones, así como de las fortalezas y limitaciones que tengan. El director, como pieza clave en el funcionamiento, requiere que su autoridad esté respaldada y que sea capacitado para asumir los roles que implica implementar los renovados desafíos de la gestión. Entre esos roles está, por ejemplo, el tomar decisiones relacionadas con la flexibilización de calendarios, horarios y espacios de aprendizaje, en el entendido de que la jornada educativa no se restringe solo a las actividades dentro de la escuela. Debe también poder tener la prerrogativa de diversificar y contextualizar el currículo, adaptándolo a cada modalidad y contexto. En el caso de la educación rural, por ejemplo, de adaptar contenidos y metodologías en función de las características locales y tiempos imperantes. Hay normas al respecto, pero en lo que poco se ha avanzado es en brindar la asistencia necesaria para desarrollar las capacidades respectivas y probablemente requiera de un cambio de cultura. Otro rol que debe liderar el director en el nivel local es profundizar la coordinación intersectorial, especialmente para atender las necesidades de salud, alimentación, articulación con el mercado laboral y otras de estudiantes y docentes que favorezcan el logro de objetivos de aprendizaje, de retención escolar y de mejora de las

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condiciones de funcionamiento. Por ejemplo, mediante la disponibilidad de servicios de biblioteca y ludoteca para mejorar los servicios de educación no presencial. La mayoría de las instituciones por sí solas no podrán avanzar en incrementar su capacidad de decisiones. Para lograr una autonomía institucional, deberán tomar en cuenta los siguientes aspectos:

1. Combinar metodologías que, según el nivel y modalidad de enseñanza, califiquen para el desarrollo del aprendizaje autónomo de los estudiantes y la enseñanza a distancia de los docentes, para un adecuado aprovechamiento de las modalidades mixtas. De igual modo, si no se fortalecen las capacidades de la administración intermedia e instituciones de educación universitaria en planificación curricular, metodologías y evaluación para acompañar y supervisar el desarrollo de modalidades mixtas, tanto en educación básica como superior. Los diseños metodológicos, con la flexibilidad suficiente, deberán adoptarse con variantes para responder a los diversos entornos.

2. Estimular las prácticas de aprendizajes integrados, personalizados y colaborativos, el aprendizaje dual y la formación técnica, y el empleo de sistemas y herramientas que ayuden a la evaluación por competencias; por ejemplo, el uso de portafolios.

3. Propiciar

diversas formas de agrupamiento de estudiantes según el contexto y sus necesidades y potencialidades.

4. Alentar la innovación y el recojo, sistematización y difusión de las buenas prácticas, en especial las dirigidas a lograr mejores aprendizajes.

5. Aprovechar la experiencia actual de incorporación del celular como un recurso importante que está cubriendo la falta de acceso a Internet en algunas escuelas y hogares.

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e. Superar los principales problemas del pasado Avanzar en una educación que combina lo presencial y lo virtual (a distancia) supone superar la idea que la educación a distancia es de menor calidad, pero para ello es indispensable mejorar su implementación. Asimismo, superar algunos problemas del pasado que atentan contra la igualdad de oportunidades y avanzar en la atención de nuevos desafíos. Entre los pendientes que se arrastran principalmente en las áreas geográficas de más difícil acceso y escuelas de matrícula muy reducida está la urgencia de organizar para los estudiantes una red de medios de transporte adecuados a su localidad para que accedan a sus instituciones de estudio en el menor tiempo posible; por ejemplo, buses escolares, bicicletas. Igualmente, resulta indispensable invertir en la mejora de la infraestructura y la búsqueda de alternativas que disminuyan la gran cantidad de escuelas que carecen de los servicios más elementales, como luz, agua, desagüe, carpetas; y ahora, las de adecuación de los locales de enseñanza para atender las necesidades sanitarias y otras de tipo social, así como las propiamente formativas. Es el

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caso de construir o adecuar las aulas, laboratorios y otros espacios convirtiéndolos en espacios multifuncionales/ multimodales, de especialización, aulas móviles, entre otras opciones, adaptándolos para una educación por competencias y velar por cuidar los lineamientos de distanciamiento social. La tecnología ofrece muchas facilidades para organizar laboratorios a distancia y simuladores, crear y utilizar recursos educativos abiertos como los promovidos por la Unesco y difundir textos y otros recursos de enseñanza a través de plataformas educativas existentes u otras que se creen.

f. Emprender los nuevos desafíos La magnitud de la tarea a emprender es considerable y será urgente incrementar sustantivamente las alianzas intersectoriales e interinstitucionales. Así, se podrá desarrollar repositorios de recursos multimodales que puedan emplearse en las tres modalidades de educación a distancia que se implementan y que sean complemento en el futuro para la enseñanza presencial. Estas son: (i) fortalecer en el Minedu la estrategia de gestión de recursos, asignando el personal competente y especializado para el diseño instruccional, la curación de contenidos, su producción y distribución; (ii) incrementar la provisión de

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g.Alta eficiencia en el uso del financiamiento materiales educativos provistos por el Estado (textos, sistemas de préstamos, bibliotecas rodantes, etc.); e (iii) incorporar pautas para la implementación de los enfoques inclusivo e intercultural. La comunicación digital permite aprovechar e intensificar otra ventaja: que docentes destacados y cuidadosamente seleccionados de otros países puedan participar en la formación de estudiantes peruanos, tal como ya se viene haciendo en algunos centros de enseñanza superior.

Las carencias de soporte tecnológico han mostrado ser considerables, pero es preciso avanzar en la reducción de ellas.

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Las carencias de soporte tecnológico han mostrado ser considerables, pero es preciso avanzar en la reducción de ellas. Un plan de desarrollo tecnológico debería establecer unas metas de mediano plazo para la provisión a todas las instituciones y los hogares más pobres del acceso a Internet de banda ancha con paquetes de datos gratuitos y/o el acceso al cableTV. Asimismo, para que los estudiantes, docentes y las familias puedan acceder a sistemas de créditos/ financiamientos para la adquisición de dispositivos digitales. Igualmente, implementar una plataforma con alcance nacional e incorporar protocolos y estándares de interoperabilidad con el Siagie y otros sistemas de gestión (de personal, presupuesto) que faciliten la disponibilidad de información por parte de los gestores de la educación, el acceso a repositorios de recursos y adaptar el uso de la plataforma según la modalidad. Además, realizar investigaciones sobre el impacto de los sistemas de educación no presencial y mixta en la mejora de los aprendizajes, así como aquellas que a nivel local y regional permitan validar experiencias innovadoras. Por último, el equipamiento digital existente y el que se adquiera en el futuro requiere del mantenimiento y soporte técnico correspondiente, lo cual debe estar bajo la responsabilidad de la UGEL, aprovechando en los casos necesarios las redes sociales para la comunicación.

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Como se ha mencionado, los desafíos son considerables, al igual que la demanda de recursos financieros para implementarlos. Pero no debe olvidarse que el 2021 será un año particularmente difícil en materia presupuestaria. La caída pronosticada del producto bruto interno (PBI) y la urgencia de atender múltiples necesidades de la población derivadas de la COVID-19, sin duda, afectarán las posibilidades de aumentos suficientes del presupuesto sectorial. A ello se añade que, en tanto no se supere la emergencia, las aulas tendrían que reducir el número de estudiantes atendidos con la consecuente necesidad de nuevos docentes, de adecuar la infraestructura y replantear la estructura de funcionamiento de las instituciones educativas. También hay que recordar que la matrícula estatal se verá incrementada por la presencia de nuevos estudiantes que el 2020 solicitaron su traslado de la educación no estatal. Frente a estas situaciones, la administración deberá ser altamente eficiente en la gestión y el uso del presupuesto, evitando por todos los medios y sobre la base de una adecuada y temprana planificación de los programas y proyectos de adquisición de bienes y de inversión, la devolución injustificada de recursos al tesoro público debida a una deficiente programación o ejecución del gasto.

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Anexo

Referencias bibliográficas

Marco de competencias digitales para docentes En el cuadro se destacan las dimensiones y áreas competenciales de cuatro modelos:

Facilitar e inspirar el aprendizaje del estudiante y su creatividad.

NETS-T ISTE (International Society for Technology in Education) (2008)

Diseñar y desarrollar experiencias y evaluaciones del aprendizaje en la era digital. Modelar el trabajo y el aprendizaje de la era digital. Promover y crear modelos de ciudadanía digital y de responsabilidad digital.

Blandin, B. (2001). Les dispositifs de FOAD, Essai de méta-analys, Etat des recherches sur les effets des TIC sur l’apprentissage et l’enseignement. Seminarie-SERIA. Consejo Nacional de Educación. (2020). Proyecto Educativo Nacional al 2036: el reto de la ciudadanía plena. Lima: Autor. Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura- OEI. (2020). Guía Iberoamericana para la evaluación de la calidad de la educación a distancia. Recuperado de https://www.oei.es/pt/Ciencia/ Noticia/la-oei-elabora-la-primera-guia-de-calidad-iberoamericana-educaciona-distancia

Involucrarse en el crecimiento profesional y en el liderazgo.

Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) (2011)

INTEF (Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y de Formación del Profesorado) (2017)

Entender las TIC en la educación. Currículo y evaluación. Pedagogía. TIC per se.

Sulmont, L. (2004). La Universidad en la era virtual y el desarrollo de dispositivos de formación. En: Revista Iberoamericana de Educación a Distancia (REID), 7,1/2. Recuperado de http://revistas.uned.es/index.php/ried/article/view/1081 Sulmont, L. (2007). Desarrollo de competencias digitales. Repositorio académico. Obtenido de Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas. Recuperado de https://bit.ly/2JIm7b4

Organización y administración. Aprendizaje profesional del docente.

Área 1: Información y alfabetización informacional. Área 2: Comunicación y colaboración. Área 3: Creación de contenidos digitales. Área 4: Seguridad. Área 5: Resolución de problemas.

Área 1: Compromiso profesional.

DigComEdu (Competencia Digital de los Educadores) (2019)

Área 2: Recursos digitales. Área 3: Pedagogía digital. Área 4: Evaluación digital. Área 5: Empoderar a los estudiantes. Área 6: Facilitar la competencia digital de los estudiantes.

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