Amar en el extranjero Gerardo de la Fuente Lora

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ENEL


G ERAltOO OltLA FUENTE LORA

(Méxlco.l960-),Doctotcn Filosofia por la Universidad Nacional Autónoma de Mé~ico. Q\sa de estudios en la

que impart.c la -cátedra de Lógic-..t de las Ciencias Sociales y que lo distin¡u16 e11 ¡q9K con la medalla ~lfonso Olso» por su investigación dedodora.lo. Ha ~el peritXfu.mo y·se ha descmrcñado como investipOOr en el Centro de lnvestigat"Ítmcs

I11terdisciplinarias de la UNAM. Es miembro del Sistemu Nacional de Investigadores y, además de publicar en revistas t:spccializadas , de su área, colabora regularmente en Mt•mnriiJ y en Mt•diiJ Cvmunicadón. Actualmente es el coordinador de

la Licenciatura on FiJosotia que imparte ellnstituto de Ciencias de la Educación de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos.

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Diseño de portad.•: l!lt~kfJ, ~ÜIJtJ f>.lltlc7C!J Disci\o de intenorts y (."uid.tdo de: 1.1

Ptiii/J

c:dt~:tón· MtÓJtJ <.MIItiÚ,JliÓfl

D.R. © GerardodelaFuentelcra 1a ed1o6n 1999

D.R. ©

Media Comricaaón. S A de C V Sauzales 43-~502 Col. Granjas Coapa Deleg Tlalpan 14330 México. D.F. Tel. 671-0492

ISBN: 968-7608-04-8

Impreso y hecho en México

Printed a1d made in Mexico


INTRODUCCIÓN


Introducción: escritura, ficción, seducción

llornc1o OJi,•e•rn, inm~.:r:;o t.•n la magia dd jazz <.k Bcssi ~: ~mith y Cokmnn Hawkins, reflexiona en el capítulo 12 de Rtfylldu: la verdad estaba L't1 eso, en que Bcs~ic y 1fawkins fueran ilu~iones, porque sobmcnte las ilusiones ernn C<lJY.lCCS J<.· mon:r a sus fieles, las ilusiones y no Jag verdades.•

Una vieja sabiduría recohra<h pm Cortázar: a..:¡udlo capaz de mo''er, de impulsar a la acción, no es lo adecu.,J c' a los ht.chos, ni In analítico o tnutolúgico, lu consensual o lo que responda a alguno de los ccitcri<.IS que hnn propuesto l.1s disúnt.1s teoría..; de la vcr&td. Muc\"C lo q ue afecta a la imaginactón, la seduce, mci<.le en la r.,nrasía: b t.lu."tón que ilusiona. Pcm hay algo má~ en 1.1 rnyuela, pues O linlr.l n~> se limna a enunciar en otra forma una variaciún de un an tJb-uo tema: el dt. las pasiones como motor Je b accif"»l frente a la inm•>,·ilidí\d de la razón r sus ''crdadcs. Aunado a Ju anterior, en un pliegue o rctcuécanu. se no:> habla de otra rcl:tciún l'lltrc lo ilusm Ío y l() \'Crda<.kr<.~: 1cla ,-erd:td ct:taba <.'fl eS<.»•. p recisamente ~n ese «c~m• que e~> el ser un.1 ilusión de Jos ja:r.zistas. ¿((L:\ verdad estaba en la ilu¡;t(m)), podríamos resumir, yui:r.:is? ¿Cómo tomar tal en unciado? Tal W7. la ,·cc<hd ~'guardaba ahí, solapada, c:\tnulbda, 1 Julil> Cort~hmr,

&.tl'llri.J,

l.t t>dt~.:•vn, J•:sp.lñ:l, C;ítedr.i, 1984, pp. 17'J IHII.


Amar en el extranjero

escondida <.'n lo fant:tsioso de Sn:uth y 1Iawkim; tal ,·cz era transportada por ese..: medio y dcsdc ~~~ guatida ob~t:n·:lm d mm·imicnto ocasionad() en los fic..:ks. () hicn l:t \'t:rdad cslaba en la ilu~i(m c..:n d sentido de ser clh mism:1. una fantal\Ía, acaso cscncialm~:ntc tal, lo ilusorio de la ilusic'>tl misma. ¿St: trata de una s<:cucnci:t, o..k un:1. transu~lanciaci~'m por la "'lU~' lo verdad(·ru, a Lt h()ra í.kl mcn·imicnto de los adeptos, se metamorfosea, mur:1. en ilusíún sin perderse a si mi:;ma? A poco ~uc !.1 música Cct11~(.'1ltr<.' la lltcncic',n, probabkmcntc S(.' acc~-dcní a cx¡x·ricnci:ts en c.tu~· bs n<>Cion<:s «n:nl:ll.l» e «ílusi(,nn, así comn la :;educci~m -el moYim.il'l1to de los fides por clbs procn:ados-. danz:u;\n en complicadas combinatorias, en ambí~rücda­ dcs y cn~rtn:ts tfUC o >laborarán :t l:t intcnsificacíim dd arrobamiento. ¿Se trata :;obmcntc de algo referido a los sonidos, o es posible hallar episodios de tipo music:tl corta:t.ari:Hw l'l'l ntro~ úmbitos? Seguramente sí. Quizá sea pc):>iblc eH toda~ aquelb~ situ:~ciont·s \:11 la:; ~uc un cnca<.knamit·nto de :signo~ materiales -k·tras, colores, figuras, formas- aft:clc a los rt·ct•pture::; cot-porah:s ofrl'cicndo y rcchmando una interpretación, ~tn:t ejecución, un !<entído. Leer entonces como s<: escucha a lks:>k Smith; apreciar la pintura o la danza como se palndc:1. el ja:.~z; filosofar o narrar <:n el mo\'Ímicnto de la ilusí<'m r h Ycrdad CCinl( J lo ~U!:,rierc Coleman 1hwkins. ¿Una prueba de todo t:sto?: Nietzsche. Sin ambages, o >m<> :t golpl' de martill< '• no!< dice el autur de 1~c<·c [lomo lJUC él es el m:1s intelig\:ntc «porc¡uc sabí: oír".~ Y sabe, como Olín·ira L)LU.: un siglo dcspué~ repetirá el gesto, LJUC d c~cuchar no puede ~t:r !lÍno una na\'egaciém por el intersticio de la n:rclad y la ilusión, por lus mll"ÍmÍt:ntcJs dr.: los lides ,·cnbt.knuncnte ilusionados. Fcro Nict'l.schc no sc'>lo t l}'C cll h música, sino que en b filoso tia misma capta la musíca1id,lll, descubre los tonos y Jos timbres, lus silcncitJS. Escuchando al cs<.:ribir, c~<:rib1<:ndo c•>mo ~uien escucha, no distin6>ut' únicamente la pauta mclódic.t de las categorías del pensamiento u hL cultura; su oír excede los límttes del código tle la partitura simple, t'n d yuí.' st· rcgjstm la altura de lo> sonidos, :;u Yolumen y ticmpc '· Nictz~c.:hc oía también, sobre todo, las rcsonan-

Hélo aquí al inicio de su escucha del ,·q~ifr¡ cartesiano. Junto al «pienso, luego cxisto1>, resuena

1-lvmo, 9•< l'UICIÓn, .\Ltdrid, :\li,utz.t Fdttnml,

u

C{1. Fnednch l':!etz!'che, hw l'Jl-!S, fl· 21-:l(,,

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Introducción: escritura, fícción. seducciótl

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cín~, los ecos, los armóttko.r. 3

~1ue yo soy quien piensa, <.JUC tiene <.¡uc cxi~tir en absoluto algc' que piensa, que pensar es una actÍ\·ic.hd y el efecto de un ser qLte es pensado como causa, gue e;o.;Ístc un «yo» y, ftn:tlmcntc, t¡uc est:i establecido qué es lo <-}UC hay <.JUt..: designar con h palabra pensar -yue yo s1.: qué es pcnsar. 4

Y así, de oír en oy<:ndo, de la atención a lo~ ecos de cada rcsnn.mcia, Uchrar::í a pcrcíbirsc un bajo continuo vinculado al juego de lo vcrd:u.lc:ro r lo ilusorio: que tras la verdad -en ella, en su ilusiónha>· una ,·oluntad de verdad, utu voluntad de poder.s Un oír así, un leer de esa forma, una escritura cuando menl)~ inspirr~da, ~educida por la apreciación musical nietzscheana," es lo que ~e intenta en este ensayo en relación al discurso de la econo· mía. 7 Un n:pnrar y demorarse en las ilusiones que mucHn a los fieles, en lo¡; armónicos c¡ue traen aparejados las palabras, en los 3 Sobre: la l't'l.lc.:ión oír-filosof,¡r, v¿:lst' Gt·r.U'do dl· b hu:nt(' l.c•r.l, «Nit't7sdlc, Datnille y >-!n~otros : Escuchar y D.m~at)>, en 1.1 rcvi~ta (.a>'a de!'J le111po, 1\t{·.xic<J, üni\'crsidad ,\utónnm.t l\lctropoli1.ma, Vol. IX, ~o. 90 (occulm: de 19R9),pp. R3...,¡.¡<,, 4 Frwdrkh ~it:tzsche, Mdr u/id rld bim.J dd Jllcl/, 6<1 e<lio.:ión, Madnd, Altan;:,, Edilon.1l, 191{0, p. 37. Continúa t:scu~:h,1ndo Nir::tzs..:ht': •<¿DI:' dóndt· s<t<.:<J yo el conc~pto \lc pcm.tr? ¿Por llUé c;rc:o t'n la ~:<~usa y e-n el eft<.:to? ¿Qu~ m~: da ;¡ mí dtte(ll'J .1 lubl.ir de un yo, e inclmo de un yo como causa, y. en lin. incluso de un yo ..:.m~.l de pensamientos?... Y culmin:t d p:m1grat"o que hemos v~nido citand('): "(por ~¡ué t.uui11C:·u la wrdad .1 tod.t ..:n~ta?», l/Jjd,•m. ' ,.r_;¡ tilu,<Jti.t e< (...) l.t rn.i.< e::~pmhJ.tl \'oluntad dt, podt:r, de \rc,tr mundo'. dt ser c:,uJS.• prim:l>>. [l,td, p. :!9. 6 GiJII.':t Dl·l~u;-t· ha propuc:stu un:1 lcctur.l en b misma IL~itur.1: .. lTn;¡ bu1:n.1 mancr:~ d"' k·ct, h..,y en di,l, scri.1 tf.lt.tt un hhro de la nll.'<nt.l mmtc:m qm.· se cscu,ha un di<C<• ( .) Los c<mccptos son c:xJ.ct.unLntc como los somdos. los colon:s o 1:1< lm,igtn...s: 111t<:I1Sill.•d...s que o-; c;on\·icncn o nü. que pas:m o no paslll'•. ()ilil-:- lJcku· Z<! y Cl.un· P.trl\('1, /)¡Jf,~, •• b <·dic.:iún. r~p.lli.l, Prt:-Text•.•.~. 19~1. p.¡;, 7 En b cntcev1St:\ que le real.zb P.aolo C1ruso sc:ñ:tl.l Michd Fouc.tult~ ••( .. ) dc:sd... l'tt:~~c:hc ¡,, fílowtí.1 tiene l.t mtseón de diagnosticar, y ya no se ~ledic.e sola· mente a prodamlr verdades que pued.m 'alce par:t todos y para stcmprc.•• Y m.1~ adt>l,tnlt·: "En t•l fc)nclo, ¿c.¡ur stgnific 1 .tcntJimentc tilosof,ll'? l•.n t'l',llid.td ~tgnihl';l t'jern•r 1111.1 ;\c'tl\'ld.td, un,t cwrt.t fnrm,t de a..:ti\·itbd, más <}lit <.:onstn.nr un r.t:o:on;t· rnit-nt" subrt: ],¡ tot.1lidad, un r,c7.o.m.1m1ento tn el 'lll(' se enc,\rnt." l,¡ totJlid.1d dd mundo. l.::n \111,\ p.tl.lhr,t, h o y !..1 fllosoth es una <Ktivid.td lJUe sc pm:dc.: c:jacit'Jr c:n un (,Unpro o c:n vtro». P.tolo C.uuso, CiJIIrenacio~~eJ' m11 Leri-JtrtJIIJi, Fo/lamll,l' L'ttll, la edtccón, Bm·cclon.t, An;cgrAm:t, 1969, p. 73-7-1 y 80-81.

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Introducción: escrotura, ficción. seducción

timbres y contrapuntos de un discurri.c que, si fuese reducido a una «verdad» -v fuera leído en comecuencia- dc:jaóa en el enigma la cuestión ac~rca de por qué, <.h: uno o quizá varios siglos para acá, lo cconómíco parece haberse expandido de tal forma, gue a su vocabulario parecieran poder traducirse todos -o ca:ü todos- los ámbitos de la experiencia. ¿Qué arbr.1masa snnora de verdad, ilusión, !>educción se teje en los tcxt<•S dt Smíth, Marx, Kcynes, o en la!> formulaciones contemporáneas sobre la ccsociedad del conocimiento», «post-industrial» o <<informática»? ¿Qué hay ahí capaz de generar oscilacionel;, desplazamientos de los adeptos, o ioclu.<>o de producir a los fides mismos en cuanto creyentes? Oír música es, en buena mt.'<.lida, atenerse a bs notas. Todo lo que baya está ahí, en esa enunciación, en csa ejecución. No hay manera de separar un «contenido>•, un significado, del molde en que aparece. Incluso no hay fom1a de di:~uciarlo de la particular ocasión, del contexto o barullo en que hagan :;u aparición los sonidos y la~ escabs. La música, su ejecución, es, si algo, un acontecimiento: irrepetible como un rdámpago en la n<.IChe, por usar una imagen empleada en algún sitio por BataiUc. No una desconexión, pues lo que se oye es la cita de otras frases y otrfl!i figuras tocadas antes: su actualización, recuerdo y rcalh:ación presente. Pero las resonancias vuelven siempre de manera singular, ln11 referencias que recoge la ohm, aungue fuc$en lns mismas, se articulan y modulan de formas disímbolas, caleidosct)pícas. El humor de la escucha, el ambiente, el talante de ejecutantt:s y auditorios (y die; aún en el caso de la música grabada) son detcnninante~ p<~• a aquello que se oiga, o pierda, en cada ocasiún. La música transmit<: un /uno, y lo hace no sólo en cuanto a la indicación de la tesitura, sino también como la expresión de una fuef'/.a o turgencia -como en el caso de la tonalidad muscular-. o un:l v:lriaciún de color. Si hubiera que leer musicalmente a las filosofias, habría que detectar el tono de sus textos, su tesitura, pero a la vez su complexión y sus ubicaciones en el espectro de la luz. Jacques Derrida, liuicn se ha demorado t:n l:t deconstrucción de esta polisenúa de la tonnlilbd, señala en n:hción a esto: ¿Qué e~ lo que marca un tono, un cambio o una ruptura dt· tono? ¿Cómo rcconuCi.'r una diferencia tonal en el interior de un mismo corpus? ¿En1.1Ué m:;go:; fiarse para anali-

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:t.ar, en qué sei'ial.ización t]U<: no sea 1Ú estilística, ni retórica, ni cvidt·ntcmente temática o semántica? La extrema dificul t:ld de esta cu~stión, o más bien de: e:;t:l tan:a, se acusa también cuandn se lrala de lilnsofia. Hl suci1o o d ideal del discurso filosilficu, de h alocución filosófica y del escrito encargado de representarla, ¿no con8Ístc aca~o {:11 hacer inauJiule la diferencia tunal, y con dla todo un <.ksco, un efecto o un:t escena guc trabajan el concepto a redro¡xln? La neutralidad o al menos la serenidad imperturhabk que debe :ecompañar la rclaci(m con lo \'Crdadcro y lo UIÚ\'CCsal, debe garantizarlas tambi¿n el discurso fdosófico mcdi:entc lo que IIJmamos In ueutraltdad dd tono.•

Prc 'P' mcrsc percib1r las tonalidades -<> al menus iniciar d camino hac1a •.:llo, yue es 1,, m:ís que prc::tcndemos en este escrit<.>-, implicaría, com<J ni oír música, attncrsc a las palnbras, a las nuta:- en cuan to tales, ~n su ejecución. Sería leer cnn:;idcrando a bs fi.J¡ >Se >fías y a otms textns como encadenamientos Jc: signos materiaks en los <.JUc e:;to:; último~, en su rcali7.ación, en su impresión, tienen efecto:; SllHtantivo:> respecto al decir que enarbolan y yue son cll• >S mismos. Oponerse puc:;, tratar de Jcslindarsc con respecto a una postum c.:¡uc considcrn.rfa lo lilosólico precisamente: como ac¡udlo que no c¡;tá en las palabras, en lo~ grafos concn.:tos, en las tint:ts que habitan las páginas. Derrida critica a esl a noción sei'lalando <dos malos efectos» que produce: Estos resithrían en ese h>csto tan corriente y apar1.'11t<.1'Tlcntc 1:111 profundamente filosófico: pensar lo yuc quiere decir un concepto en sí nusmo, pensar lo que C$ la rcprcscnlaciún, h c::cncta de la repn:scntaciún L'tl gcncr:1l. En primer tl·rmino t.-stc ¡.,resto llt"\·a la paJabra a su mayor oscuridad, de forma muy arúficial, haciendo abstracción de todo conttxto y de todu ,-alor de uso, como si una palabra se regula:<e sobre un concepto al mugen de todo funcionamiento conccptualizado y, en d límite, al margen de toda frase.? 11 J;lcquc~ Dcrrid~, Joln~ "" ·rol/ti -'1f1<ufípltco _,1dnptu,Jo lv.itltftm,·¡lf( ~~~ Nlmqfia, la edicu'•ta, .Mé~kn, Sigln x:-:1. 19'.>4, pp. 17- IS.

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Amar en el extran1ero

lntroduccoon: escrrtura. focc•oo. $edUcc•on

La filoso fin, partimos de ese supuc~to, nu está al margen <.k la frase, lo mismo "lue b Yerdad nu es ~tjcna a la ilusiún. Lull textos -y no sólo los filosc'>ficos, también los económicos, por ejt-mplo- atlguiercn tonm, pn.>,·ocan movimientos en el entrcjtlcgo de concepto y letras. Y no hay una presencu a l:l yue 1()~ <.'11unciado~ pudieran reducirse: un kngu:tjc del concepto que estaría aotcs, como m:mo invisible, qui:ds, orJcnando d curso de las sihmi Ílcacione:> y lo~ ~Í&>nos. Atrás no habría uno -d último- sino siempre má~ lenguajes. Por lo menos habría llJs dos que Gillt's Deleuze Jescubrc yn en el Cratilo de Platón:

posible ofr~ccr el medio de contraslL: p.ua yuc las reson~ncias incorporadas en lns pnlabras tuvkr,m ocasión d~ destacarse, para yuc.: se orcmn las otras ,·cx:cs. Nict~schc.: sabía oír. ¿Pero no lo supieron también otros ftlósofc;s, ant~s y despU<:!s, aún cuando su agude:t.a aut.liti,·a no akan:~.ara a veces la excelsitud y delicadeza túctzscheanas? Tambtén Platón, llobbcs, Rous:seau, Hume, Kant, 1 legel, por no mc:nc11mar más yuca uno~ cuantos, aft.l:tron d oído v escucharon sin duda, /11 tfllt' rsf,¡f,u r11 }11~~0 -las resonancia:-; yuc bailote~b~n- e~ los discun;us que los rodc:tban, yuc con~tituían su cultura y el Corpus de l:t historia de In tilmmfia a tJUC' caJa curu SC enfrcnt6. Todos ellos fueron pri,·ilcgiados auditores. Y a la n:z todos (.'fltrctejicron ficciones yuc como sillones, plateas, o audífonos especiales, les pu~ibilitaron una acústica mejor de las melodías filosófica:;. Seres, relatos, fabulaciones, escenas, animalc.:s fantástico~ y todo tipo de creaciones lit<:rnrias pueblan d discurso filosófico: cavernas y carmajcs, buho:;,lobos y camellos, lechu:r.as y caballos, m• >nstruos bíblicos, :l\'CS Can ingenuas como paca pensar que sin volarian tnCJOr, sah·ajcs buenos ymalos, cspírirus r fantasmas, manos invisibl~:-;. Apariciones de la literatura que, lejos de cumplir :lÚI•> una función ejcmplificador,'\ Jc los conceptos, están ahí en intrincados dispo~itivo~ por los yuc transitan y :;e:: nfectan mutuamente la vcnbJ, la ilusiún, y lo~ mm·inúcntos de los fieles. Lo «literario)) o ficcíonal c.:n filusofia, no C()nsistc sólo en figuras, emblemas o met:lfoms dispcr.;as aquí o all;1. También tuma la forma de relatos cfcctiv,'\ )' compkjamcntc estructurad os; incluso, a \'cces, de ar!,>umcntaciones basadas pur completo en la fubulaciún. ¿Es c.:ste un síntoma de c.¡uc no po~lria habt:r cscuch:t de ntra formn? 'l'omc.:mos una mancr:1. peculiar tk construir b filosofía desde un,1 argumcnt.'lciún ficcional: el contractualismo cl:lsico. Pretendiendo ,·eral hombre 11tai como rcalmcnt<.· es>) -es io <.JUC.: Jccla!3 Roussl·au al comcm:w d (ollfrulo Sotiu~ se le despOJa de dnculos soctalcs y st lt: coloc:t t'l'l una sttuaciún origmal a partir de b Cual cabria dilucidar klS proCeSOS yue dieron Jugar a Ja rormacir'm de la sociedad. 1•:1 IICSt:td(> de naturaleza» permitiría aprehender lm componentes de la dotaciún humana en cuanto tal, prev;a a CU<llquier condicionamienlu o adquisición posterior. 1.:1 relato es poderoso. De él se dcspn:ndcn, entre ntra.o; cosas, una tcutia dc la accit'm según b cu:tl son hs pasiones el motor del actu.lr de los l11 •mhn:ll:

¿podrían existir dos lenguaje~ y dos clases Je <<nombres)>, unos dc:;ignando 1.\s pat·adas y dcscans• •:l l¡uc recogen la acción de la Idea, pero expresando los otro~ lo¡; movimientos e> los dcvcnírcs n:bcldes? 111 El discurrir de las ideas y sus n.-:!'on:mcias inevitables dcriYada!i dd h1.:chn de que las nociones se ejercen en palabras, eso. ese lcnh'Uaje vario -y lo!! efectos de moYimicnto 1.1ue provoc:t entre los adeptoses lo qu~ no~ gustaría escuchar en los textos de la economía.U ¿Basta con proponérselo para acceder n b escuchn? Nietí'sche scgurament<: era mur inteligente porque sabía ,fr. Sin embnrgo, d que haya percibido tonos }' armúnicos no dependió únicamente Jc su dotación natural, de su agudeza o instinto. Fut: necesario que construyera t.1mbién una serie de relatos, de ficciones -la mi.-; notable: Zaratu~tra-, que formar;tn el ambil"l1tC adecuado para 1.1ue Jo .mtes inaudible deviniera perceptible. P.trecicra qut solammte desde el contrapunto, desde b articulación de otra~ melodb~. st-ría 9

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dt la 1-ikmjia, 1.1 t:dtci(,n,

111 Gillc$ Dclcuzt:, uJ~'"' dd SmtidtJ, 1:\ cdic¡Ón, E~p.1ña, Pl;o.ncta-Agostini, 1'l9-4,

P· 2C>.

11 l.a bú~qu~:d,\ y e;;cucha de c<tt·snnanci.ls» conw propósito de lccn•ra y tl:tlt·xi•'•n, plwdc encontrarse y:t en Didl·mt, lllliCil :J. decir de mi~~bcth (lt: r(tflfl:nay 'lt•t• t·~tudi.l .11 c:ditnr de l.t b!lrid~r•·drtJ t:ntcr.uncnte dc~dc cst~ pt:rspcctiv:~- ..h.l C<llllprcndl~lo lul·n b homomm1.1 tic 'r.tZtmJr' }' rcson.tr' y lt ha permitido d!!S.t· rmll.•rsc... El1qh~·fh de f'"onn:n.t)·, l)ukrlll o ti .\lutmlliJJNIO T:.lloUNftlllo, la ediCIOO, Mi·xt.:n, Fontiu \le Cultura Econnsmc.l, 191:18, p. !.t. Yé:lnsc t,tmbsén los c<~pítulns :\XI)' XX\'111 dd milllllfl textr,.

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lntroducc•ón: escritura. ficción , seduc.ción

Amar en el extranjero 1W

ns1gna un lugar a la ra:t.ón cunductora y guía,

y se establece sólida-

mente el precepto de l]Ue é l fundamento de la ~ocicd ad ha de se r el e• 1nscn~o. 1 ~ Mucha~ elaboracíonc:; mis se Mticul:tn alrededor d el estadio presocial: epi~tcmologías, ontologías, fiJ¡ >wfbs del lenguaje florecen en l'l den~a construcción narrativa. Y sin <:ml>argo, después de haber escrito cit>t\ti)S de páginas en que h hip:,t..-sls dd estado de naturileza ha ju!,Y.~do un papel crucial t:n argumentos y ra:wncs, David H ume declara: si los filósofo" así lo desean, pueden extender su razonamÍeJ1to ha.o:ta un presunto ulu,/o de lltJ/IInJI(!:;Jl, siempre yue recono7-enn q\.tC se trat"' de una ficciún filos1'>fica que ni tuvo ni podrá tener nunca realidad. 11 Una ficciún fil4 >~/,fica ~uc simplemente no puede scr real. Como si después de un bboriiJSO erigir las columnas fundamentales y fundamentadoms sobre hs cuales colocar d techo de lo ~ocial, de pronto se q uitaran lm ~oporte~ y el nucw1 nivd quedase flo tando m el aire. 14 ¿Se tr:tt:t de un modo hipotético dt' rcflcxion:u, la introd ucción li'>gíca d e una premisa en un:1 deducción? Sí, pero también mucho má:;. P uel'l l<1 ficcional aport:t al iusnatllr:tlismo un filo critico, un vocab ulario y una dotación mernfóric;\, una textum, en dcfiniti,·:t una colomci(m y una tonalidad que no pueden reducirse sin m:is a un procedimiento formal. I -'l fueo.a pcrsu.'lsiva, la seducción, el efecto culturnl de los textos no pueden desligarse de su escritura, como tampoco son dcsgaj:tbles de la construcción conccptu;¡J <.JUe cnc:tr1~ Cfr. _\lbc-rt ( ), lltr~dHn.lll , 1ü> J>usion~• -~ los Tnttma, la edición, :\'li-x"'"· f<ondo de Cultur.l fl.t·o uc•mi<:.t. I'J7K; \' t.•mhu~n Bohbio uEI.:\loddo lusnatur:•hst.t•. en Norlxrto llobb1o y .:\IKhd.m¡~d¿ Bc"cro. (h~~·ll)' fHitd.mJ(Ii/•lf dd l'od,·• PuúltiP. L1 edición, 1\fi·xit:o, l;nj.tll>t •. 1?8S. 13 Jlurrn: D.IVId. J;,,,,,d, tk 1<1 Nulllrü&-:;,u HlfiJIOJIII, 2.'1 l!dkión, M.tdrtd, F.{ht•>r:l ~.\ClOna!. Tomo JI, 1981, p. 71?. l-4 Deho a S;mtl.lgo R.11nírcz lo~. ~·bscr\•.t.aón de 4.1ue en d T1u..t.Uw \X1 llt~11St<'in p.U:CCC SUbtenr ,ti¡;{• ~undJr. m . ~: 1\(.s prop•JSICÍ<'>Il~ S<lll <:s.:breccJor.IS de <·ste modo; que qu•~n me .:omprcnde .tob.t por rccont.Ker que c.Jrcccn de sentidú, sr{'mprc que el que C4>mprcndól h.1ya salido 3 tmvé~ de cll.ls fuera de ell:tS. (Debe. pues, por .1sí dt<cirl(l, tír:tr b cscder.1 dc~pué~ de habtr ~ubido}. Debe superar est.1s propu~icione:;, cnroncc~ tiene l.\ ¡u~t.1 vi~ión del mundo ... Ludw1g \'\'mgen~tcm, Tr,J<'Iatur Lo.,ll,im-pht/QJophkm, 1.1 edktún. Ha n:unpres16n, ~[é:xicn. Ali.tnz.1, 1987, p. 203

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nan. Jlusinncs y Yerd ade:;. Kant mismo reconoce lo literari( >-ficcional del filosofar y lo pre:>cntn nsí al iniciar su ensayo S( 1h rc el «Comicn:t.o Prc~unto de b Ilistoria H umana»: pretender que un,\ historia sr11ja por entero de presunciones no part'Cc diferenciarse mucho del proyecto de una noYcla. Como <.JU<.: tampoco llenria el titulo de histuria prmmta, sino de pur:~ invención. Sin embargo, lo \.}UC no puede usarse en d curso de la historia de las acciones humana~. puede intt•ntarse ~n sus or{~etlt:.l', 1:11 In mctlida en que se deben a la Naturaleza. 15 Si rcfcnda a los orígenes, e~ttonccs, la filosofb podría dabomcse, válidamente, de una fom1a no muy distinta a una novela. Ello no seria admJsíblc si el tem:~ fuese el «cuo;o J<: la histona de las acciones humanas)> como taks. ¿Pero es q ue en algún momento ]m; filosofias se ocupan sin m:ís de esto último? ¿No es siempre su quehacer una escucha dirigida a los «orígenes>>, :t los armónicos y no sólo a lo guc part!ciera t:star dc~ nudamcntc ahí, sin rcsonancin alguna; no e~ su vocación precisamente captar lo <.1uc j u~ga en lo guc aparentemente serían sot'ltdos sordos -y nad:t más? Seria tentndor recorrer la historia del fll.osofar como un género del novelar. Repar:tr en las imágenes e hipótesis ficcionalcs, en el bestiario, personajes y situaciones, ttamas }' resoluciones, en los sentidos de los finales. Observar, por ejemplo -como se intenta aquí, al menos inicialmente, en «La casa tomada 2>}-- cómo una estrategia narrati,·a similar a b del iusnatur:.tllsmo reaparece en Ji/ Captúl de M:u-x y cómo, en gcnc:cal, la posibilidad del mctzscheano oíc en filosofía -del ejeccc::r la crítica, Jirí.ln otros en o tro vocabuhuio- está estrechamente asociad a a la capacidad de:: ficcionnr. Pam imentar una kcrura-escucha atema del discurrir de l:ts tt:QCÍas económicas, para percibir los tonos, acnrdl'~ y ecu$ qm· ocasionan el mm•tmicnto de los ftek>S -<¡ue seducen y constituyen adeptos- ebbor:tmos y propom:mos aquí, en «l .a tentación de abandoca O>, una hipótesis ficc1onal S(.1,>Úo la cual los hombres cst."'ffi<Js 15

"·'nt,

((Comien:u, Prt!~untn de la 1Iistoria Hum,\n.u•, Fdmqfia tlt /u Historia, l.t ed1c16n. 3a reimpresión, México, hmdo de Cultura Económíc<~. 198 1, p. 67.

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...


Amar en el extranjero

po~CÍUC!S por un::t

lntroduccl6n. escritura. ficcion. seduccoon

d:

Tt!fllaáfÍII cft. .·ll)o/1/(ll!lloJr. un :tnhdo d<.: irse.::, ~kjar ateí.s <::1 mundo y la propia tinirud; un dc'seo de sup<.:mr ln c::tonco )' dt:son.lenndo; un ánimo de ~~~ln1cit'•n y expiaciún, de bú~qucda <.k lo ab~oluto; un af:í.n d~ UtopÍol, de Hcin,> de¡,,:; Fines, de..:· Cmd::td de Dios. de leJanía en b cual po<l~:r, lllll embargo. umrse ::t lus Jemás, amarlos; un marcharse p:tr:a qucd;tn>C en un mundo por fin habitable; una inquietud por Uq.,·~u ;\ sc..:p:u:u~c inclu:;n de.: l.t inquidud de separarse, latirían <..:n el fondo, ~<:rbn la m:ncria mi:;m.'l de.:· bs :tcciom:s de los h< 1mbres. 1 ~ 1.a tentactt'nl de ab:mdun:u o;cnn b ~lUía del< 1s afectos, rccum¡x:nsa pmmcuJn :l los apt.:gos, fuco Je los ::ttrm:tin,;; varios qoc o >frt·cctl di~cun;t 1s, sttu~c.:i•mc.:s t. insútucio 11\C~. 1.. >s hum.tlll•' quicn.-n trs.: y1~ 1r eUn qlllstct.\11, er, ~ ,.t...,, h~ s.tlid.,s prt. fi¡..,•ur.ttbs r •r todas parlt.-:1 en :-:istt.ma:,: }' !Ct1!Í::ts. 'liKio ••quello) '-)Ut. ~·duce.¡)(!n;uaJc, que parL'CI..' n·cu::;ímil, e::;t.Í. rd::tcumadc, C• '" l:t pro ~11\·td.~J :ll :tb::ttlllc ,. 110 : ¡:::; su p.rcmuniciún. su promc~a. Las prnpt<l~ hlo:mt1:1s ar~unwn­ t:tn dt::>dc figums de 1:1 p:trtid:t, 1 com1, ((el <!8t:luo de n::tturalcz:\>1 L¡ue cmbl~m:lliz.l una ::;ituación en l::t que nos habríamw; dest·mbaazaJ"• dejado atrás, buena parte de lo Lluc socmlmcnte somo 1s. ·Por qué o;cJuce la cconomíil? l'llryuc comn cltrn:; discur::;os e . . 1 . no-; ofn:cl·, <.:n intrincada~ comhinacinnl·~ de ;\rmontCOl', u: amastjos de ilu~ion~s \' verdades. ramino~ par,\ 1.1 t'l'tirada; pn_nJm· no-; prometl' yu~ éstt' sí es d ~cndcrn ~.-¡uc conduce ::t b saltda. Pew desde la Man~> lmi~tblc de Ad:tm Smtth, <.(Ul podri:1 leerse Ct>mn d progcam.l lundaciooal de toda la dt~ctplina, lo <.'C<mÓ.mtco no' pr~­ pon~: -y ést:\ e~ la ba..-.e Jc su.; puJucs Jc ct~ca.n.t~tntl'lll<.)- un pltt'hruc de mi-;, una ,·udta de tm:n.:<l, un.l r.ldtc:tlll:\cton dd tmpubo de p~\rtldn: la eCOOomÍo\ tlcciona, L.J:lbora d rdlt•) Jd :tbandotlll hastl Jc b propia h:nctción d<.· ::tb.mJnn.u. 1:s:~ t:~ su cfic~l<-1:'1, <.'S.l 'u potl'flcia :;c:Juctom.

1<· &r

hombre <:S 110 s.:r rctl'IH\1<) p<•r nin~an.t C'"'to..n(t.l dtllrmtn.Klt». oiJ;er-

n ¡..,01 cn.•11 .ul.lhl.tr la dMit:o.:ttc.l dd :mw ) d ,.~,J."·' • ~n 1h:~d . ~lcx.ln,lrc Knwvc L..- f)iuNdil'l tM. lmo J' ,¡ 1;¡,'f<l'll t'JI 1h-;d. la cd1uón. u,,, 1111~ , \trt"'.i, l ..1 l't...y.llk·, 1975, 1'· .Í h. . • 17 ,:L.1 t.-nt.ICIÍtn de :~b.mdon.1r ordt:ll.lt,\ tudu~u 1.1~ reL1et111le~ de un.ts hl.,sntc.os -o til;;snfc>s- <:•111 otr.1s? Y é:J$C, fHJr c(l'tnplo, S:1nrt.1g., ltun!rt:l ~~ .• .,,\l:tr~ y ..,¡ Conccprn de I:A:k•$Jt.n Dist-ur..I\."Vt, cn 1.1 re;-v1~ra J(r,,¡,¡, .'1111/r/fTn 1k 1-t/.JJ'!Jiu, !\.lc:-m;o, t•awlt.td dt: Filo,;.)ti.l r l.c:tr.ts-l':-.1\M, ,'\ti o l. '-!o~ ' · 191111: dond ..· ~e \',tr:ICit.'rl~.l .1 1.1 rd.I<:ir•utk ~t\1')( con d rom:mtü1.~mo cum•l un.1 "':'o..lo ·~ti'm" )' se dt·scnl •t a c;t;• ulhm.l. t'll dll~rt·nt~:s 11K•nlt'rltn,;. cnn r~nncnus .;o uno¡ ••lb.tih.lonr,o, "t''<\11'1:"· ••<:\·asión...

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De~pués Jc Í11 troducir e intentar hacL"r plausible la hipótesi!! ficcion::tl de la Tentncic'm Je Abandonar, con base ~n ella se cnmiemm, en cJ capítulo ccT .a casa tomada 1», a e:::cuch::tr cuu.ladosamcntc el decir de: l::ts teorías ecnnc'Jmicas cnn el ánimo Jc descubrir en ella~. c~pccialmente en 1\U construcción de la noción de Mercado, las rcson;\nct::tl',los ecos, imá~"l'nc..:~. figuras}' presupuestos que, entr~­ tcjidos con hs 1<\·crdades,. v~m mnntando el aparato de ilusione:; diri~..jdo a mon•rnt>s. intt>rpd::trnos, constituimos en seguidores, enc::tnt::trnc 1S. T~'l ~>uÍ::t Jd oídn está dada por la metáfora de la Mano lnvistbk de SmJth, qut• :-;e ex:tmina en d apartado cun el mi:;mo) nombre. J..1 conocnci::t de bs p;tl.tbms de este ::tutor, su concepción de la.o; lt."~ m.ls, n<J st'>lc 1 b :'U\ ·t su1o 1 te x.bs, como C• •n:;rruccion.:s unen tudas n tr:myuili l;u :t 1:1 mugin::tcic'm y a producir admimción, s<.' dt!st:\C:ln como prcmis::ts p::tr:t dar d adccu:tdo peso a los t~múnos que constituyen su mctñfom y yut: hacm de ésta última un índice de la prnblcm:\tic::t, rcsum<.·n y prngr.1ma dt: lus propósitos y dificultades que t!nfrcntará b ccont>min en adelante. La porcncia evocati.va, encantado•~' de esos cinco <.lc.·d< >s in\'isibles que, sorprendc:ntcm<.'fltc, sin emharg-c 1, n:mos, no dcjnr:l de producir, como el mi~mo Smith esperaba, sínu ::tdcmane:; dt: reconocimiento. l•:ll.trgc > apart::tdo <iP.I c:nc::tnto del mercadtm recupera los tema:> y prohkm.inc.1s 1>htenid11~ dd cx::tmcn dl' la mct:ífora smithiana y se dedica a descubrir los :trmómco:; del decir contt.-mporáneo sobr~: d Merc::tdt, Buscnndo ubicarse desde la mayor cantidad de posiciones de escucha posibles, se mtcnt::trá descubnr por qué el espacio en que dge la le) <.k 1.1 demanda _.<el indi,·iduo clegir.í d mayor beneficio } d menor co'lllll>- pron>ea url:l peculiar seducción cn nuestro tiempo. Se descubrid ahí, entre otras cosas, la postulación de una concepción del prc~cntc como tu:mpo único y extL'fldido; la constnn:cióo de utu forma de individualidad compleja y ocbraniz.'Kl'\ en turno a b dl·C't pw'111: una serie de t.~tr::ttcgias narrntÍ\';Is basadas en la pmn::;icon:~hd.t~l de lo que se P" 1p< me y, L'fl fm, se dt:sracará cómo lo~ discursos últtmos de lo merc.1n1tl cbboran una teorí::t de la ~oberna­ hllid:\J basada c.:n 1:1 :tdministmci(m, gesti(m, manipulaci<',n de expcct:~tivns. La conclu!lil>n dL· c~tc :.parlado, y dd capítulo en :>u conf\lllto, mostrará, por un !:Ido, qu<: probablemento..: b seducción dd mercado, h:ts:1Ja como lud:t c::tp:tctd::td de enc:.mtamiento m la tcn1.\t·i,·n, de :tbnndonar, :tdquit·ra su fuer:.ra dt: la radicaltdaJ y vudt:1

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lntroducc•ón: escntura. ficcion. seducooro

de tuerca que propone: dejar atni~ por f111, hasta el anhdo de dejar atrás. Por ntr.l parte, se abrid una problcmáttc¡\ inquietante: que probablemente lo mercantil, que para ll~gar a ser huhu de contar nccesari.lmenrc con nuc::str:l ct>laborlción, con nu~stro apt~o y liCducción, tal ,·cz no .requiern, ahom, ya m:í.s de nosotros y pued:-~ repnx.lucirsc sin ~u e importe tlt nc 1S encanta o n~>. «La c:1sa tomada 2» con tinuaó lot escucha del decir económico, bas:l<.l:l tambi~n c:n las temátk:ts abiert'\s por la i\f;'lno ltwisible, peco ahor:t enfocando otra Clll'sti•'m: Ll prcsu1cia fanrasm.:1tica -sólo C<>rn< 1 resonancia, n eco lejano-, o de pbntJ l:t a\L->Cocia del Trabajo l'fl la esfera dl lo económico contempocinco. 141 primer apartado iruciar:í recuperando un ""ic1o tema, a saber, el nexo entre trabajo, hommi¿;u;u'•n y cmancipa~..~t'ut, e intentará mostr:tr que, sal'"n elaboraciones como hs d~ E1t~<:b, pot lo general los filósofos han examinado rl 1:\borar dcsdl.' la ~ospecha de <.1ue tal conexión de términos no tl!nga lut,>ar o haya dejado de t~nerlo. Fspccinl nt<.·nción :le prestar:\ a las elaboraciones de M:\l'x ""'l 1~1 ( :UpiluL En ella.o.; se t:nfati'l.aci cómo, enhebrando una nrgumcnucu)n ficci1 n1:U scmeiante a b dd Íusnaturahsmo, el autor u-á dcvclandu progrcsÍ\''4 )' p:tcicntl.'ffiCtlle la retimda dd trabajo en la opernciún <.Id capitali:;mu: en nuc~;;tras sucic:uades, scdn b conclusión, d trabnjo no existe. Mnrx cxaminnm In.-; mecanism()s de csa f.'tlta y clnbe IC;Id una compleja teoría del c:1pítal como c.lispmiti,·o de crc.1ciún )' articubciún de tcmpornlidadcs. Y :~in cmbarg<.,, ~tcspm.~ de h:abu llcmostrado su au~encia. el autor aún emplcn.r:i el t~rmino ((tmbn¡o» ct~mu componente de sus catcgoóa.-; centrales. J.a persistencia de c.:!lte eco de lo laboral, y con ello de los temas de la hnnúnizactún y lit em.mcip:tcu)n; 1.1 imp< 1SibilidaJ de ab;\ndonar una pabbm que nombr;\, yue n o puede deJar de hacer rt:snnat consigo ana~>t11..•s tdealc:; y ~ueno~. scci t1b¡c:tu de mu:strn rdlc.xu)n. El s\.-gun..iu .l[Y.lrtado J<.· <:~1~: c.1pítulo busc;tr.\ lk\':\c mi-. :tlk·l.tntc.: el cxam<.'fl rc..-:tliz.'ldo sobre la ,\\L~ttet3 del tcab..'\f<' l'fl d C!lptt:ili~mo, hrtst:l alcan%ar una nucra tesis, a ~t:tbcr,yue si en nuc;:<tr:ts socied:u.ks no se laboro, tampoco ::e dn lt\ ellas, yn más, lo que antes hubic!:;cml)s con$idcrado como tTJIIOtimri:nlo; o blt!ll qul· d c.:st.\tuto y crtracteríst icns de In que c~e término dc:;igna se han mc¡Jificado raJicalml·nte. '1'.11 es el resultado de la escucha atenta Jd discurrir c:conúmico Sl)bre c:l cambio tecnológico. P.tc:t rcaltzadrt, ex:uninamo:; b propuesta fumlaci• .n.'\l de Abn M. Tunllg sobre d prngram:l de l:t lntcligcnct.l

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Artilici.ll, :tsí wmo el «juc¡..,'O de Lt simulación» que la mismn cntnlñn, y tr:Uamo~ de relacionarla con el discurso sobre In organización de la prnducciún y ln socicJ:td {¡uc se conOCl' como llt'f!/OrtliwJo. Par,\ recon~truir el vínculo entre tecnología y economía, entre conoctITUent< 1 Cll'ntífico e instal:tci•'nl fabril desde una pcrs¡x-cti'\":t que vaya m:i:; 111;i de la Jcscripción externa o casuística. arriesgamos :tlt,>ttnas pauta:; de le • gu~ serí::~ una nadcnte <<ccnnnmia Jc la inform:~cVm» yue ~ntr:u'larfa una nut,-a ,·ucltn th: tul'rca por la yue los hombrt~. ~i antl'!l h.tbhn ~idn txcluiuus de b esfera pruJuc iÍ\·a en t:tiH<J cntidadc:. de tr:lU:IJO, ahora lo sc 1n dl la societbd <.·n gencr.tl en totntt 1 ser<::\ dt' Cllllc>eimicnto. L:J. forrn.letÚn de grandes l'ÍSttmn..-: tecnológicos aut•Jrrl-h"Uladt•s y O."tr.ldos,yue incoq>ornn no a las personas sinu :t cnnstructns de sujeto comn componentes de su funci onamienw, scci la unagcn con b que eulminan:mos el l'Xamcn rcaliz;tJo l'll <::He tercer c:tpítulo. Y ~in embargo, a todo lo largo de este camino por el que lo~ he1mbrcs nn sienJu {·xcluido~ de cada ''C:I. m:ís :ímbitos dt la l'l>eicd:td, se suceden, un<> tras otro, dispo:~ttl\'Os e im:í.gem·s Llc scducctún, ofertas encantadoras, resonancias dirigid:'IS a la tentac11 tll <.le ab:utdcmat, capa.ccs de mti\Tr y con~truir scbruidr)rcs. En buc.:nn mc.:diJa, se trata de nuc.:\·as ejecuciones de lt >S mismns temas >'' .lctualizndo~ por el Mercado, pc:rr, :thnm interpretados (.'fl tuda su fuc:rn y paro~asmo: el anhelo de pnrtir culmina, en efecto, L'l1 d hech•• de haber ya abandun.Kio. Como en el cuento de Juüo C.ort:í.:r.ar -es lo que intentan mostrar cd .:t C:\:la te )mada l v 2- b c::tsa h:t sidt> ttJmaJn. 1·:1 mcrcao..h 1 v los SIStl'tnas tccnolú¡..,>i..:c~s 111 >s han dejado fut:m de la sockJad, ex'· tranjcrns ~·n cJ nlllndo, y lo hall h<:ch<J ~in ljU<.', :\\ rarcccr, apena~ nos hayamo~ d:tth 1 cuenta, d:tusuranJo p lll'rta tr.1~ ru~·rt:l, atr.tn cando chap:a '' ·'-" ch::~pa, contandl) con la fidchJad, el ap~w-> ~u~.· nuestl'a tl'tll.tcinn de abandonar st· mucscr.1 dlspl.)(.-sta a brindar a todo ~•~1udl11 que p••rczca ofrecer un:t :~:tlid,t . Lt scJucci•'m de- la econ<JtllÍ:l 'l' <.:umpk <.'fl un.l rt.\lliJacJ sist.:mica t:n la que el cnc.mto )':1 no import;l. Estamos fuera Jc b sncit•dad )' lo cstam•··~ poryuc guerí:lmo~ irnos. El C:lpítulo <((/\mar en el cxtranjeru?n, concluye -o tal \'l'Z in· concluye- pamnnJu uu fresc<J dd munJn del C\l;ll }'n no forma m<~~ pnrtl y preguntándose, tr;lt;utdo de cscuchJr en el silenou, cúmu 1crá, o es, la údn para los yu~: h.\bitatnos l'n el cxtr.tnJero, l'lliiT

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Amar en el extranjero

desconocido~, dc~cunocido~

pam no~otros mismn¡;. Lo más notabk es b fot"t1'l.ación de esferas sociales excluyentes, 1:t contracción de núcleos duros a través de los cuales parece cumplirse una máxima: que los diferentes no han de \'Ívtr me.t.clados. Como en Sarajevo. Y como esa ciudad, nuestro ttempo apar<.'Ce como un p:üsajc después de la batalla. Tal es el t<.ma del pnmec aparu<.lo. La sigut~.:nte parte, y final <.le hbro, rccapttub y evalúa en rclaciún a b lenmción de abandonar, en el sentido Jc que si el anhelo era dejar atcis, m:trch::me, partir. St en el'e :tf~n los dtscursos económicos ejercieron seducciones múlttplcs y acabacon dej:índono~ fuera; si, en fin, el hecho es que ya nos hemos ido, ¿podremos realizar lo <.¡ue buscábamos? ¿podremos ;\hora sí en el cxtr:lnJero amarnos? ¿O c:u:íl ser:i d dc!'ttno de nue;:strc • .tnlcnor cmpdio en la partida? ¿llabrá tal vez pam nosotros, los que h:m S;tlido, los lejanos, otro motor pasional, <.JUi~:\ ya no la tcntaci/m Ul' ab.mdonar sino L-. nos!algitJ dt: la tmta.ión d( tJhúndflntJr -sobre l:t yu~ se constmpn nut'\'.1S seduccionc:; y también nuc,·n~ ficciont!s? Puede tfUe con b tentnción <.k abandon:\1' ocurra como con el estado de nntumlcza: que se trate de nlgo a lo que los filó~ofos pudieran cxtL•ndcr su ra%onamicntr>, siempre y cuando, como ad\'Írtió l Jumc, no olviden que ~e tmta Jc un cMndo que no ha tenido ni podría tener re;:alidad. ¿Una ilu~ic'm? Pc:ro tal ,·cz b \'crd:\d estaba ahí, cc>mo sospechaba 1Iorncio Oh\' tira. En todu caso, espero que d deseo de pacti.da haya fungtdo Ct.>mO una licciún suficimtc para oír al discurso ~'COOÓmico y, ojal~, l'mulando a Nietzsche, para acrcccntólr nuestm inte.lsgcncia.

LA

TENTACIÓN DE ABANDONAR

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La tentación de abandonar

Un desen Ul irse, un afán po r d~j:1r atrás, rccnrrc las daboracioncs tcócicas y discursi\·as mis disímbobs. Lo encontramos lo mismo en C!'<:ntus cconúmicns guc en cr~actonc:; literarias o políticat~. Desde luego t:tmb1én :tparccc c·n las fi lu~•>fias. James Buchan:m, por ejemplo, h:t propu<.·st1> lo 'JUC denomina E,-o,wmíú J>flll~l..cJ (on.rtürt.:ÍIIIIúl. unn tcnria que tendría p<Jr objctn b Ra:.-/m de 1:\s Reglas (y no de l:t rcgL'l d1.· b mzón) y yu<.; preguntaría por los crit<·nus para evaluar cnn,untc•s normatÍ\'<)S, e!' dectr, por lns basu; sobre las yue podria afirmarse ~U(' un sistema de r~glas <.'S mt·jor lJUC otrn. La teurb p:trtc dl' un pt)Stul:u.lo (chobl:x.~i:mnn: la ra%ún fundamental de las reglas e~ el dcrcchc 1 de los im)i,;uuns a la

vida: Al ni\'d m.Í!> func.lamcnt:ll, In~

rq~l.1~

l.'fl<'ucntran su rnzón en el

fX't\'tlOt dt'sco de b g1.'t1tc d1. 'Í\'1r 1untacn pat y armonía, sm la

conhmu gut'rra hnbi>C~11na d1. tndo~ contra todo-: 1

Previ:uncnt<.; ;\ la instnuracic'm de cuall¡lllL'C conjunto normatin1 específico, los homhn:~ han dcctdtJc 1 1-\icmpn.: ya qu~ es mejor vivir con r~:~:u1 '1uc sin ellas. Es:t primera •1pcit'1n constituye a caJ:t m.>Jo~mcs Duch:unn y Gt:o>ftrt'y Br~·nn;m. 1 ü Ht.JftlJI uf Rtt!tJ. Com/llltfioll,li J>uliti,u! b•l111011f}, l.e c:diuón, l'St\, Cunhr•dgt< l lnivm>lty Prcss, 1985. p. IX. 1


Amar en el extranjero

La tentación de abandonar

mento la comunidad humana: no se trata de una elección guc haya sido, ~ino que c~tá siendo. En cuanto a b evaluación de las normas, la Economía Política Constitucional establece una diferenciación bá:;ica respecto a las decisionc:;; <-JUC enfrentan lo~ indí,•iduos, pue:> ¿stos pueden reali:r.ar dccciont:s dmtm de hs rcgb~, o bien rnlr.· dlas. Súlo el segundo tipo de opción es obícto propio (.k h\ ter 1Óa. Ahora bien, ¿quién decide atlr1' las reglas y <.Juién c\·alúa las bondades de los di\'en:o::: conjuntos normativos propuestos o que pudíer-.an proponerse? r,a respuesta de Buchan::m es tajante: únicamente los índi\·íduos deciden } ~·\'alúan. y ell•' a tr;n·és de la consideración de sus propios intereses. No pul·(l~· haber ningún pacimctr<• exógcno, nin!,>una tabla d~ valo res o finalidades, comtruidas, po stuladas o deducidas por cuak¡uicr medio, ~1ue sustituyan la en\luación por parte de cada une'· Sorprcndcntcmcnrc -y es esto lo que Íntt'rcsa destacar aguí-, a pesar del punto de partida he 'bbc:>iano sobre la razón y la necesidad de las regla:-;, Buchanan ~e siente atraído, en un accc:-;o de lirismo al empc~ar su The 1iHIÍIJ ~~ 1Jbcrty, por In imagen de una organización social en (¡ue no existieran reglas o normas in~titucíonalízadas, ni dispositivos ccnrr:-~lizados para vigilar su aplicación y cumplimiento. Arguye <.JUC, a fin de cu<.'ntnli, toda posición individualista consecuente se: YC tentad¡\ por un itlcal anarquista:

Para Buchanan, pues, los hombres han decidido ~icmprc ya que: es mejor vivir con reglas yuc sin ella:;, y, sin <:mbargo, la situación óptima sería aquella en que no hubiera normas, o al menos no Cut:ra necesario decidir por algún procedimiento formal las deccioncs entre hu; mismas. ¿E:o posible encontrar alguna situación 'JUC brinde asidero al ideal del individualista-anarquista? ¿Se podrá identificar algún C::l.S(> en qut.: los humbres convivan sin necesidad de normas explícitas e institucionalizadas? lluch:man sei1ala un contexto en que su \"Ísíón parecic.."rn a punto de cump.li.rse: Ja conversación. J~n ella. afirma, los individuos ~ adhieren a .reglas no formalizadas de rc:spcto mutuo y la comunícaciém se descm·uckc, pacíficamente y sin rérmino, m.icn· tras se.• respete la no rma mínima de.: que no hablen todos :11 mismo tiempo. La 'l()rre de Babel se habría critado si los hombres ((hubi~ ­ ran intentado hablar cada uno a su tumo».' Pero cuando la norma de ínrcrnmir sólo uno cada Yez dejó de cumplirse, fue necesario establecer regla:; explícitas y tomar decisiones entre lal> mismas. En caso de que el indh·idualista, por un apego demasiado fucrtc a su ideal, rchusam d establecimiento de normas instituciunalí,.:ldas, el dcsnrdcn derivado del cntn:veramiento de las alocucioncs tendl'ia comc.1 rc~ultado la aparición de algún soberano encargado de imponer orden, de detener la gu(:rra. La descripción buchaniana de la conversaciÓn parece poco \"C· rosínul cn vtsta de la experiencia común, cotidiana, del intcrcnmbio en que todLJS hablamos al mismo tiempc;, aunguc sea intermitentemente:, ~in que ello pruJu:tca, en la mayoría de los ca~os, conflictos qu~ puednn ser calificados de «guerra de todos contr:. todos)), dificultades no resolubles en el procc::Sl> de la convcn:aci<'>n misma. El escen:uio propuesto por Buchanan no es prupi.:uncnte d de la phítica, sin<• el (.le una comunicación ritua.li:f.ada o mediada por algún disposÍU\'o técnico, por ejemplo los radios en que habl.mtc y oyente tienen que utilizar el canal por tumos. Pero más que rcpamr en b. consistencia de la situaciún. de chad" en que piensa Buchan:111, nos interesa el hecho mi::;mo de c.¡uc pw-

Para el individualista, el mundo ideal o utópico es nccc:;ariamentc anarquista en algún :$Cntido filosófico básico. Es le mundo está poblado exclu~ivamentc por personas gue cumplen con el conjunto mínimo de normas dictado por d rl'spcto y la t1 ,lcrancía m u tuall Den t m de esos limites, los tndiYiduos ¡x:nn.\necen libres <<pal'a hacer sus propias cosas» y las empresas conjuntas $Oil exdu:>i\·amc:ntc ''o! untarías. J.as personas poseen la libertad de abandonar cualquier acuerdo compartido del que formaran part<.-. Ningún hombre posee poder coercitivo sobre cuak¡uicr otro y no cxtstc burocracta impersonal, militar() ci,·il, 'J. U<.: imponga restricciOnes externas. En Ycrdad, en esta utopía. el 1~stado dcbcrí:. desaparecer y cualquier establecimiento de formas gubernamentales resultaría inic\.to. 2

:! j,Lmt'~ Buch.m:m. ·n~ 1 imih <?f Uber~. Belll•em A11ard!J llllfllLt•it¡ftJII, la l'dl ció11, liM, Thc Cnivcrsiry of Ch~ea~o Prc;;;s, 197">, pp. 2-3. .~ lbitl, p. S.


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AmM en 1'1 extranjt>ro

La te.l'lta.:ton de abandonar

ponga esa Ytsión utópicll. Hay una p~culiar lentaciún de abandonar cn un:1 teoría c¡ue, dispuesta :\ ex~)) icar la ctzón d~ las reglas, sugiere que tal YC7. lo mejor sería no tl'nerbs -si dln fut-·rc posible. El mismo anhelo de de¡ar atr:ls puede encontrarse en 1.1 im:tgen buchaniana del mundo dest:nblc. Ahí loR hnmbn:s interactúan sin necesidad de ser Yi¡_,>iladm:, nhsen·ados n coaccionados por in:o>tanci:t~ cxternas: ningún dispositin> gub~rnamcntal media cntrc dios. Pero lo que vucl\'c Yemsínúl esta ima~en no Cl' ninguna nurma de intervención por turnos, sino otro ra$gn que también forma parte de la descnpción, a saber, que lO$ indl\;duo!1 est:\n sicmpn: en posibilidad de retirnl'Se; tcxtu:tlmente, ((poseen la hlxrt:td Jc ab:10donar cualquier acuerdo compartido del que: formaran p;1rtc». Lo ideal scri:t, pues, que los homhrcs tuv1c:r:-~n la posibilidad de irse. Este mismo deseo de ccuro que en l3uchan.tn teje el 'inculn entre individualismo y anarqu i ~mo e:~ el que llcrmann Broch, en d segundo volumen dt· su rrilogta Los Sofflímbt~lo.r, ha explorado a profundidad . Esch, el pcrsonajc centml, contador c¡uc renuncia a su trabajo en la ciud:td de Colrmia por haber descubierto que sus supcrion:l'i manejaban fmudukntamcnte los reportes fin:mctcros de;la empresa, asistl' tiempo dc~pués, en otra localidad a la que llega para hacerse cargo de un nuevo empleo, a un c~p~:ctáculo circense en que la atraccic'm principal e:~ el núnwrn de un ma~o gue boza cuchillos en dirección a un:~ mujer, Jlon:t, !lostcnicla contra un tablón. 1•:!>eh siente el deseo de intcrp( ,ncrse t'tl el c:uninl) de los cuchillos; enClJentra en b situación t}UC hace:- pdigrn.r a Jlona algo insoportable, un símbolo Jel de~ordcn dd mundo, dc la pérdida de inocencia de b \·ida. Esch ~e imrxmc: la tarea de salvar a Jlona, de restablecer d orden: denunciar a quienes C()mcticron d fraude en su anti¡.,ruo trabajo; obligar al cmprc:s:uio qut: ha mandado encarcelar a su amigo el dirigente sinJical Víctor, :t llt.>l·raclo. Estas y otras acciones s..connerten en mcdiq~ par:\ det~nc:r los puñ.1les. Pero como simb<Jio Je bmoccncta, Jlona es cqukoca: se entrega en fasrid1adn :tctitud, cun negligencia, en bra:ws d e un repugnante inspector de adun.nas. Y de igual forma el líder laboral respeta, incluso justifica, al cmprcs:~rio respon~ablc: de su cncarcdamientn Lo bueno y lo malo se confut1den. Para Esch las personas son ambiguas, incoherente~, a partir de ella~ no hay manera de localinr lo~ parámetros d<.·la bondad y In maldad, del orden y d desorden. Con

todl>, la redención l':; aún posible, pues ~¡ no se puede decir incyui· Yucamc:ntc lJU~ lus indiYiduos sean buenos o malos, sí gc pucJL· afirmar -piensa Esch- que txistc <~algu» que es, lJUe d eb<..· ser, bueno

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o maln: [ Ja~t:l ciertO punto, reflcxtotla eJ pcrson:tjc, neo ÍmpL)ftaban ya los hombrt's, pues todos eran iguales y bim poco importaba que uno se fundiera en otro d que unu ocupara el ~itio de oteo; no, ya no podí:t establecerse un orden t:n d mundo partiendo de la división entre hombres buenos y malos, sino <.¡ue habí l que h;tct:rl( 1 según dt:terminadas fuerzas hu(.·nas y malas} El orden buscado se vuelve entonces abstracto, tr.tsccndcnrc ces· pccr. , .' l hombre-s movidos por fuen:as descunociJas para ellos. Y sin cmbargn, <<aun~uc no dependa de l.t persona, aunque un Sl'r se funda en CJtm, aum¡uc ~ca im¡xJsible dtstinguir a un homhr<..· dt: utro, la ÍllJUt~ticta extstc, tmkpcndicntcmcntc de qwen la cumcrn, y la injust:J.ci.t debe $er \·~piada)).' Sólo guicr1 asume la tarea de impont~r mdcn n.prchende lus turbdlinos, b confusión que l:tt<.· cn d f<mdo de todo. Para librar al mundo de los cuchillos <.¡uc penden t~obre Ilonn., hace falta yuc E~ch se vudn abstracto como bs fuer:t.at~ but:nas o mala:~ que rigen l.t Yi<.b. .Es necesario abandonar el L'sccnario de lo mund01n1). Esch debe sacrificarse, ofrcndarse a bs fucrZall sub· tcrrám·:1~ p:tm que al fin la org:-~nizaciém Ínt:yuívuca dd mum.h, ~e restabk:tnl. \<Un hombre cabal se sacritica, punjuc de lu contrarill no exish.. d Prdc:n». Quwn desespera dd desorden, pues, sale:, intenta salil', ~e ct>n\'ICrtl' t n d extranjero ~uc en la distancia trata de rt.-cupcrar d sencitfo del espat."lo que ab:tndona. Viaje:, extranjería y \·crd.td se unen pues <cla verd:1<.1 no tiene nada que YCC con el mund1 ,___ nc, t 1C11c nada que \·e e con este \'U:~) mundo»." El cooucimic.nto, la pa:t., el viaje y el ncnftn• 1: ,¡¡ o'J forasrero nunca sufre, cst."Í d<:sligado; sólo sufre a'tud tJ\1<.' permanece arado>>. 7 ·l llcrm.um Bwdo. Err/1 o/,¡ A11cm¡11Íú, 2a cdictón, &p.<ña. l·:doton.ll Lum<•n, 1986,p 117. \ f/¡¡¡/, p. 1Ht 6 lb/d., p. to 1

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Amar en el extranjero

La tentación de abandonar

Quien desea orden busca saber. Por l'so viaja, se mueve, construve el sueí'ío del Nuevo Mundc.>, la utopía de América, lugar de dc;lino nunca alcan:.mdo por E~ch. 'lhdo lo yuc le rodea, piensa el viajero, son obra~ de ht especie humana, «hijas todas ellas de la esterilidad». Y elLlUc ~e va de~cubrc, al reconocer su ámbito como ::limp1e producto de los hombres, que sus perspectivas en alejamiento, en creciente distancia, <do dev:m por encima de lo cotídiano».8 Cu:mdo sube al vagún en 1110\'Ímicnto. cu:tndo inicia su marcha, el que parte monta en Ct)lcra «COntra toJo lo L]UC se;\ obra humnna, contra los ingenieros que cunstruren los pcldm1ot- así y no de orro mcxlo, contra los <.h.magogos que dcspotricm sobre íusticia, orden y libertad como si pudieran e~.liticar un mundo acorde con su~ propias ideas; conh-:1 ayucllos <.¡uc wdo l() sabt-n se dirigt: también la ira de este hombre en quit.'ll alborea el :>;lbcr de h\ ignorancía»:

1•:1 que se impone In obligación de abandonar, de salir para redimir al mundo, de sacrificarse para <JUe lm cuchillos regresen a la mano del mago, intuye horizontes abierto::;, mnres que le rodean, y en medio del océano descubre que todo es porvenir, guc todo es adelante pues :~hí no hay sino mar. JJa búsqucd:~ de orden, el dc:;co de saber qut: la ncnmpmh, wn afán de futuro, aún cuando el gue se marcha viaje mirando hacia la popa, aún cuando conciba qU<.' ~u ;tnhclo es cnc(lntr:lr lo eterno inamm·ible. Y precisamente d viajero c;tc en In CUt:nta de l.jUC, l'tl d mundo, todo está quieto, nada se tnllt:\'1.: }" cJ nóm:-.d;l desespera: ¿cómo lograr la redención si lo fijo asalta por todas partes? ¿cómo si al imos se qut.>tlan allí los muros y las ciud:tde~? Esch rcOexíona sobre la nue,·a Yída <.]ue desearía, como sacrificio. al h\do de la cantíneríl, la señora Hentjcn. Vida para b que seria ncce:;.\rir) abnndonar la casa, contratar una hipoteca a fin de emprender d viaje :1 América, para de una vez por todas arrancar a <<man1:t f Icntjen» de su pasado:

Una dolorosa libertad se 11tluncia proclamando que todo podría ~er distinto. Las ~abbras con l}Ue :-;e revi!ltcn lascosas pasan mndvertidas y :~e lh.:~lizan en la incerttdumbre; se diría yuc la~ palabrns son huérfanns. El viajero :wanza inseguro por el largo corredor del ,·agón, un tanto extrai'iado de que haya ventanillas con cristales como en las ca~as, y palla 1~ mano por su fría superficie. Y de este modo d hombre que Ya de vtaje cae fácilmente en un estado de falta de respon::;abílidad ¡;Ín compromisol\. Y cuando el tren, ya en plena marcha, parece pcr~l'guir implacable :;u objetivo, parece tender hacia h lrrc:;punsahilicbd, y su marcha desenfrenada sólo pudría I'Cr d e ll'nid:~ a lo sumu mediante el freno de emergencia, cuando d viajero es :~rrastrado velozmente por debajo de su::; pies, él, qut: no ha perdido su concit'ncia bajo b dolorns.t líl)(;rlad de la luz del día_ ÍnK'Ilta caminar en dirección contraria. Pero no puede llegar n nin1-,>u11a parte, pue!: a"JUÍ fOdO C~ futuro.''

7 1/Jid, p. 202. 8 9

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1/Jid, p. I'J l. Thid, p. 192.

No, co11 pel1ueños medios, con \'ariantcs ÍnsÍh'llific:mtcs, l:fll impostblc construir una vida nueva, no se podía reedificar d estado de inocencia. r,() inmutable, lo terrenal, a~luello yuc algunn vez ha sido realidad, no eran fáciles de alcanzar. La casa permanecía inmutable y no se notaba en ella ninguna seiial de la mcZlluina hipoteca. Las calles estaban inmutables, inmutables se cr¡,•uían las torres en tomo a las yuc soplaba d vicnlc) dt· otoño, y ya no Sl: percibía en absoluto el aliento del futuro. Y es qu~.: en realidad hubiera sido necesario incendiar Colonia por lo!( cuatro costados, dejarla arrasada y llana como un plato,l¡tu: no quedara picJra sobn: piedra, a fin de dcspcrt:lr d ra~ado y los ~cuerdos de mamá JIen~c;n. 10 Y habría sido necesario mccndiar toda la tit:rra, cada uno Je los rnK.Iuctos de los hombres, para lograr por fin soltar b:-; am:uras,lo tl\lt' nc ,s at;\ aún en nuestro sueño de partida. Extmiia situaciún. Ptn·s b libcraciún supone despertar, sacudir al pasado, es decir, pcr~ 111111r libre mov1miento precisamente a los demonios que nos han 'ncnrcclndn. 111

lllid. p. :.!47.

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Amar en ~1 extranjero

La tentactón de abandonaz·

Pero el que busca el orden sabe, o ac:1.so dcst:o creer -Esch s<.: pregunta: <~Tendrá que destruir~<: todo, antes de que el mundo pueda ser redimido y conducido al t::>tado de inocencia? ¿'l'endd que estallar de nut:\ o el diluvio um,-cnd? ¿No sería Sllllcicntt: que S<: sacrificar:~ uno solo, qut: uno solo Jcíara sitio?»11 ~uc ni aún :urasaodo la tierra podría llegar~e al :~abt:r y la inocenci.1. Ya que asi como lo bueno y lo malo 111) se cncuentr:m incquívoc;lmcntc plasmados et\ las personas, sino que a través Jc ellas se ejcrct:n fuerzas abstractas de bondad y maldad, tampoco es la materialidad de edificios y plazas lo l)tW no •s ancla. La libcrnciún consistL' en separarse, no de estos ladrillos. tk l'St,l" losa:. y t.'sp.lctn~. sino de In lJUt: di, 1s lun ,¡Jo y aún los hab1ta :1h• •u li¡:índolos. Si h:1.y algt, o..¡uc impide :ll na1L·m ioit·íar su marcha son \(1S mu<::rtos c¡uc muran d mundo: son dln~ la~ fucr:ta~ trascendentes a c.¡uicncs hay c¡uc sacrificarse para evitar el Jcsordcn. Y d anarquí!'ta descubre tlU<-' es d pasado, lo yuc da estabilidad, lo ~1uc pro\'oca la ambigüedad. la perversión, lo c¡uc impulsa los cuchillos sobrt: Ilon:t:

sean al mismo tiempo detener lo~ cuchillos y que <:stos se claYcn 1.'11 d cuerpo de Ilona, en lus cuerpos de todos, en los techos, en lm:: propi:ts hojas de bs dagas; que los metales se imcrten en rcfkxíún sobre si mismos y sobre cualquier cosa; que las cosas se diluyan com·irtiéndose en espejo de cUas mismas. Al ofrcml:trsc a la muerte, d viajero, d que se retír;l, el yuc abandona, quien: fijarst: en su estado númada, empotrarse en su moYimicnto liin tin, hundir:>e en el océ<\no de un futuro indet<.:rminado. Aspira aL mismo tiempo :t Yiaíar y a naufr:~gar. Anhcln, en su Yiaj<: irrefrenable, estnr eternamente quieto, cornu d mundo terrenal in.1mu' iblc yuc abomina. Por eso Esch, el que busca el orden, el que intenta interponerse entre.' los cuchillos e llana, el que quiere Yiaj:u, abandonar el caos de la mumhnidad, quiere sobre todo quedar:>c, ser tanto o más caótico aún que lo que le rodea. Por eso, también, en la frase recién escrita -«el que quiere Yiajao>-, la traY<.:sÍa pierde su significación y sé>lo qucJ:'I el tJucrer. En todos sus gestos el anarquista quiere porqu<.· occcsira, pmquc le falt.'\, pc.:ro también <.¡uicrc porqm: ama, pon¡uc le sobra. 1~~ anaR-JUÍsmo t:s un acto amatorio que afirma en boca de E::och: «El amor s/Jio es posible en el extranjero. Si uno quiere :mur de Ycrdad, tiene.; que cmpe;.:ar tma nue\·a vida y dt:struír tudu lo viejo. Súlo en una nucya vida, lutalmcntc cxtrat1n, en b que todo el pasad« • e:~ té t:m mucrt• > <.}UC ni nccc~ttc ~c:r olvidado, pueden dl>S seres unin>c ha:>ta tal punto que para ellos deje de existir d ticmpu pasado y deje de existir d tiempo c..·n sÍ»." Sóln se puede amar en el extranjero. La::; formas que adopta la huida, o aL menos la intención de abandonar, pueden ser muy din:t:sas y vestir ropaíes de poesía, de novela, de -<:omo hemos vistoestudio sobre Economía Política Constítucíonrtl, o incluso Jc tratado ~obre los valore~. Con~t.'Cuentc con d cxatnen realizado en I::.sdJ o la Anarqrtír.1, 1 l~:rmann 13roch, escritor pero también ftlúsofo, se refiere -en su <:nsayo Ji/ Mal e!J ~/.fúte~~JtJ ,/,: 1 'aloro tld ..Arit<- a b comtrucciún de si.~temas axiulógicos en lus mismos t(·rminos en ()Uc el anarquista concibe su retirada del mundo: como una lucha contra lo muerto:

Súlo los muertos sou fuertes (...) sólo aquello~ a los que.· nun<::t sc ha conocido, atjucllos qut: mJnc;¡ han ,;.vido, son los lnllS f uc.:rtcs.' 2 Sacrificio, purgaciún, CY:tsión. Controlar d pasado, kvantM de su sueño a los muertos y dominarlos, seria alcanzó\r el orden negando paradójicamente todo ort.lc:namicnto: t.'ll última instancia, el :tn:uquista -y lC:\~tJ t;)mbién d {X>Cf<l- buscan Utl deSc)fdcn tlUeYo. 1)~·11 1/Jid,

p. 221. !bid, p. 1112. En término~ Cii~Í ídéntiw> ,1 los de 1h:rm.ann Hroch, olN:rv:~. Ir) siguicntt: Harnld Bloom al t>stucii,u 1.1 hastun.1 de h pocsÍ;I u«xidc.:ntal: c<Los mu,·r l:!

tos fucrtt>S r~gro..-s;m, tanto en los poemas c.:omo en nUt:str.t~ \'ulls, y no rct<~rll:\11

si.n oscur~.;.-r .1l• os \'Í\·os.• H.trold Dloom. l..a .-INf,JIIfJJ tf.. L11 1tff/11o•llo7clf. lJJJo Tr:olltl tlr !a p,lt'>JtJ, 1~ edición, C:ar:\c:~s, l\fontt· :\yjJ.¡ Editor'"'• t 'J77, p. 163. ¿Sed acasr.• <JU<: e~o~te una cnnexiún, una mlcrrextu.thd.,d entre el vi.ti~. la cxtrnnjcri.t y la r<'ftr:ul.l .marquast.l, pe~r un lado, y la crcactón poetlr.• -o t.tl \'t>7 la c·scmum mt~rn.t- pot 0tro? Si ha:mc1s de crt"er ;a Bloom, d gest0 de Esch post:t• un 1,1Lmtt: y una totulídad muy ~imil,art·~ ,1 los de lüs pvt'!ot~: <<.A.un cu.tndn hay:'ltnos itlt-aliz.tdco l.l poc~i.l on:tdcntal ca'c .!c.:~de ~us orígene~ (siguiendo o::n e~tn .1 los poct:IS mismo~. que dcbc:rün h:tht·r J.L:tuJ.do dt- .-otro moJo), b e~crinam y l.t lt·ctur::t dt· pnem.'l<; <.-.; un proceso so1o.:ritici.1l. una purg.u::t•'m que vací.1 mucho m.b Üt' lt• que: llcn.t. Tod<.> poema es una ev.tscón no solamente con respecto a utro poema. sino ta.mbi~n con rcbciún .t sí mtsn1o (.. .)>>. Ifml. p. l 18.

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Hcrmann Oroeh. Escb u la A 1/tll'lJIIÍa. op. dt., p. 1(,J.

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Mlv en ef

El curso de La creación Jt· valore~ ,.n ~iemprc Jc lo informe a lo modelado o, al menoll, mejor modelado, y lo informe o deficiL·ntcmcntc modelado es sit·mpre lo irrncional: lo irracional, sc.1 cual fuere el mornl<J1lo y b forma en l¡ue se pre:;entt. es t-n su O!>cuciu::td Idéntico :l la oscumh\d de b muerte, es, :U mismo tiempo, el ,·chículo de b muutc, }' su modehctún y supcraci.t'm cqul\·ak :;Ícmprc a 1:'1 supernciún de la mucrtt:, de,•icnc un pcd:\71 • de futuro iluminadc1 }' arrancado a la muerte, se cotwit•rt<: en cnnoetmiento por de,·enir y en conocimiento dcn:mdo, ~ comi.crtc en ractc>n;llidad y ('1\ mundo visible, dcntru de cura rncion:~lid:tJ modd:tda y comprensible el ,·alor se mue:-tr.l y conslituyc. 14 1 entaciún de abandonar como d~seo de orJen, repudio de lo caótico trracional, como constcucciún de sistemas, c• •rno apuc~ta por b racionalichd, como nx;aciñn dt• ab~oluto, taks :;on algunas de bt> formas por bs yuc Esch dejad ~entir sus ccwn::tnci:u; <:n d discurso de las filosofhs. A '·cces, con frecuencia. 1:'1 lej:mín, b cxtmnjeri:t ap.m:ccn cxplicitamcntl' ~n l:l.s argumentacicmetl ftlosóficas. y en ellas cumplen una funci•'Ht critica }' Jc \'Cro~imilitud al misn1o tiempo. Como ~¡ pan ju;ogar las sociedades o el mundo actual, o p:tra ddttH.:ar mH:va~ organi1.aciones del cosmos, huhit•sc yue p:lrtir de un distanciamiento sim1lnr ~ Je Esch: un allende en que pud1ésemos ;\llYtr en el sentido de, por lo menos. concebir un orden ¡usto. Tal es el caso obno, por eJemplo, de la t<:oria que nos propone John Rawls. En ella. quiem."ll pactan h..-: rc¡;b~ de b ju:~ticm han de hacerlo desde lo que el autor llama b f'l'SÜirín urt,wn.JI. que lo!! colocada tras un (C\·clo de ignornnet.11>. Ourá." de esa corttna las pen.unas «No saben cómo las dinrsa..; .lltent:ltin.; aft.'Ct:tr:ín su~ pwpios C:l1'()$ p.1rttcul.m.'S,' Jéndose ac:í obli1:,-adas a e\·aluar In~ pnncJptvs únicanx:nte sobre la base de consideraetoncs gener.IIC:tll" .M:ls aún, los contratante~ desconocen ~u lugar en la !lociedad, su posición o clase social; ignoran su ~ucrtc en la distribuciórt de ralenros natur:\le~; no conocen su propia 14 1-lt'rm:mn lJroch, ,.J?J M.1l en d ::it~t<rn;l de V,tloro::< del Artt:.,, Pouitu lm'fsl{r,arrón, l:t <'d•ci,)n, fl.m:don.1. U:trr.tl, 1974, p. 3%. l5 John lt"l\vls. TrmitJ Jt/.;Juslrt1t1, \,1 cd1ctón, Ml!:.:icn, ri>ndo dl' C11ltur:.• J?.conó·

mic.t, 197\1, p. 163.

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32

!..1 1en1aoón de ab.vldonar

IXtr.llljerO

~onccpc~(Í!l del bien; no sabm dd niYcl de su cultura o ei\·ili%acicín, tgnornn mclum In gcnernci<)n a Llut· pertenecen. Llnicamcnt<: ti~:nen ncctso ~los IH:chos gencmil::; Jc la sociedad r la psicolngia humanas. '· ~n un contexto así, nos di el· lbwls. lm partic1pantes •lcorJarían precJsamtnte los dns Cl>noctdos princip10s de justicia que él

f't'OJ?one.• La estructur:t, v;~lidez, fórmaliJ:td y u ni\ Lrsalidrul de est~s ~!timos poJria d•scutir:>l',) de hecho h;ttbdo lub>ar a una amplin btbhografi:l. Pero lo que 111 •s lntucsa dcst:tcar ayuí c:s la tmt:tc!l·lfl de ~bandonar l..jUC late lrn.'i la argumentación r.twh:iana. PlJL>s si alguiu1 ~-torau su posición (.:tt la sociedad, su clase, su lugar en la distribuaon de los ral~ntos_ inclus•> b ci,·iJización a Jaque pcm.-ncce, ¿no habna (¡uc dt'Clr qu<: se tr:ua Jc un ser que, de hecho, ya !lC ha tdo, que rll>:; fu dc:pdo, t¡ue C!l como un Esch que habb desde el e >trc 1 ladc 1dd m:tr o, al menos. en mc:dio dd océano, en d tr:~nce de hu1r? Sólo ¡;e puede ser justo en el extranjero, podría parafrasc~\rsc n 1 le~m;lnn Brc lCh. Y la pregunm ;lyuí no e~ 11i la f'o.rti:íó11 orie.i11a/ e~ reali;-abk· o ~¡ se intmducl· :ldecuadamcnte en Ja cnostrucciú~1 teñcica, liÍno ~uc habrí.1 qut· int<.:rroboacse por qué ~uicnes se colucnran lms d ccvclo oc incertidumbre>) tendrían en wdo caso guc pactar algo, lo ~uc fuese, o simplemente regresar postcriormentt· a t·~rc ~u~dc '· Si In distancia, el ab:tnJc mo Je sí b brinda la pmibilidad de ~nst~tuust t•n l'ercs ético:; lk suy1 •, par:t ~uC: hnrian falta regla~ dl· JU!it1CJ.t

o de cu.lkJuier tipo. 1 hbrían nlcm%adu un1 pol'ición ~ctmibr

la utoria .lnarlJUtsta de Buchanan: no baria falta coerciún de ningún tipo. ni msritucu·m J..'tlbt•rn:tmenr:tl ait,.'>tlna. Lo yue habrin yul .t

prcguntuk n lbwls, en todo c::t~. c:s dónde rr.v·tr los límttes dd J-oceso de dc~conocimiento, es decir, con yué cmcnn e!ltablcccr lo 4JUc nun sc,..'l.nrían sabtcndo los conrrat:tntes, pnr yué no llc\':tc In fKOOra~Lta hasta el fanal, Sl es que lo hubicn:. ¿POfC.JUC después d~ Ck'rt1l lurutt se dt¡:uú de ser p(:n:ooa, hum.1no? rY si uno olnda su r::ci(m en d mundo, ~u époc.'l }' su cultum, c.:n qué scnudo $i~t: En . 1.lt.IL>OC:l, los pnnd¡w.o~ s<•n lo~ ~tguu:ntcs: ,.Jln . un.tl1~·~u' prun<:r:c~ lormu p<:r~nn.t h.t de tt:nt·r un dcrt·thn tgu.tl .11 c~qwmJ m.1; exte1b•, de lth~r ltdt·~ h.ISit:.\~ •w1.1l~s t¡ut· St'.l c•,mp.ttihlc ccon un c.~t¡u~:m.\ ~emq.mlt: de hhert ~o Ir~ r~r.¡ In< dcm.k \¡'1!11111{,1' T~~~ dc~igualtflJr< $11Ütl<'S \' ~·cnll!ÍI)lJCI~ h 1hr:ín UC .~t-r rronfnr111ad lS dt' ftlodn tJ I IJUC .1 I:J VC.:Z qut•; .1) SI: npt'fc r.m.>n:thlctlltllt<: que WJil \'CntJjosa~ p.1r.1 tr-.lt,., h) ,,. ,,,.~,•k·~ " t•mpiM( ) tdl~'·'" a~quibl<'$ p.tr,J codn,._ Tl'lt/, p. 82. ll:t!:t:t l.t tu ha R.twl, h~ ~<'IHdro COS.l)~Utdo modlti~ .• ~ifm~s r 1dCt:U.t.:Ío)JI(.'' a Nh pnnt:ipin,. ll•

l/ltlfJ.

<..~d.1

33

...


la renr~clón de abandon;v

siendo un hombre? ¿Qué tipo de sujeto ~e construye en la teoría mwlsian:t que ya no e~ como nosotros, aunque funde unas reglas que después ~e nos apliquen, a los lJUC sabemos tantas cosas sobre nosotros mismc>s y ~ubre nue~rm tiempo? Es ramos .:tqui, prob::tblcmcote, ante b aporía pnmcm de la tent.1aón de ab::tndonar, a saber, que no podemos irnos }' sl,..'l.llr siendo nusotros. Y acaso tíUTlbic!n <:stamos frente a una postbk consl"Cucncia de ello: que cada ,,b,lndono incompleto, fallido, produce su¡etos, parctahdades de bs personas. ignorancias no totales, recortes Jc rc;lhdatl en que bs teorías o discursos se efectúan, se rcabzan, se ponl'O a sí mi.-;mos como acciones y pdcticas, como órdcnl"l' e instltUCÍe>nes. quiz:í. A qutcn no logra scp::unrse del todo se le sujeta l'O el último momento. m:ís aún, su huida pOllóa ser d di~:;posiuvo que: procrea. tal \-e:r., todos los sujetamicn t1 >S. No sólo en d caso de Rawls, desde luego. sucede que sólo se pueda ser justo en d extranjero. P:\recc ~cr \ln:t car::tctcrística general de los discursos ttlcos, la proposiciém dl' ai¡..,>Ún tipo d<· nh:jamtcnto de sí, de ignorancia, de distanct.l con lo que uno cs. Como ~¡ue hiciera falta otra mirada, otro talante, otra altura <-¡uc pcrmit1cs~· rx·rctbtr horizontes amplios. lnc\u~o un autor tan marc;\tlamcntc indi\'tdualista como Robcrt Nozick suspccha, por momentos, algC> a~í: Dtstanct:tr~e

uno mi~mo de 1:1 situación, rnirnr d panunma jmpcrson.1lmr..'Ote, n< • scmpkmt::'l\1<.: mtrarlo desde una pcn;pccu,-a rcmpor.1l dct..-rminada, poJÓ.\ S\.:r una \""Í:l p:tr;l clud1.r la ,\tracción de: una rt."Cumpens:l ciertamente cer-

can., (pero en definith·a, pL~uet1a). Tal procedimiento requiere una capacidad P•lra contemplar impersonalmente un:l situación l'tl la que ustedes se hallan y para pensar que el mtsmo princtpto de decaón que vale par.1. otros dcbcril valer para ustec.ks, que ustedes deberían emprender la mií:ma acctÓt1 que dcbc.:ri1n emprender otros en <::;a snuaciún. 'ICner \.lila fuerte predispwución a una actituJ tmparcial dc <.'~te tipo rcsuk:uía cxtremadam~.:ntc Úttl (...) para maximi?.ar la recompensa tntnl de una persona. Y esa misma dil>pusición c<>nstituye un componente de juicio ético; aplicar los mismo~ princapao~ a h conduct.'l propia }' a la ajcna. 17

..

34

Poner~l' l'll la :~ituacic'm dt:l otro, por lo menos figurarla, serín, ~i lit.: pudiese hnccrlo, cr1mo duplicnrsc a sí mismo, como estar en dot~ siti()S a la '·e;,, y con ello alargar nuestm mimdn al adicionark In ópticn de alguien m~\s. 1'1 juic1o ético partiría. cnmo hipó test~ ni m~:nr 1s Cicc.:mnal. del sut1'10 }a cumphdo: salir de nuestra.'\ fronrcms, de los hmitcs de b epidermis, y :;m dejar J~: csl;"lr .1 pesar de die) en uno mismo, incorporar al r>tr•' <:n b dclimtt:tctón del territono propio, de lo yue a uno pertenece. Jo:l texto de No~tck es partlcul:trmcnte interesante porque no~ muestra 9ue esta condición dd Ja¡¡currir de b énca, se requeriría también aunque sólo se tratara de pt.·nsar F · no la C(Hl\ 1n:ncia reg.Ja por valoa-s, sino unacamcnre el .lgrandilmacnto de la~ rccompt:nsa!l para un indinduo, definado, ÍeJn!' de todr, romnntJcismo, prcci~amcntc COfJlo maxtmizat.ior dt su~ bcn~·­ ficio!', dt: su propio interés. Alh'lma ~uerte de abandono sería nt'c<:sarifl p.1r.1 no ~ucumhir al premio cercano, inclu:;o inmediato, pero pcqul"t\1 • comp:m1do con d que en un lapso mayor podría l(lgrar~c. ¿Las teorías de b acción y de b elección ractonalc~ -que No;,ick discute en su libro- pvdcí.ln verse corno intento~> para lut,tt:lr la m:Lyor amplitud de la mirada sin imponer a ws :;ujctos el rcllUisito de alcjnr~c de liÍ, ~ino yuc I'IÍendo tal como son, e~ decir no snncu~ ni vi~innarios, alcammscn l.lt1 m:\xirno de sati:;fncción, de utilidad? Alin si cierta~ pnl'itura:; filosMic;\S SL :&maran en nn recurrir a In huiJ:1, n la fantal'it:t Jc: la salida dd mundtJ -a dorar a sus suJetos de capacidades umYen;nh!>tas, por ljcmplo- aún en t:sc: ca~o. digo, la cc:ntacu 111 de abandnn::u- continu:uía laticndt • en c~>as reflexiones, :tsi fuera come> fantasma o :>ombm. como contraparte, comr' cspqo de contr:'lstactc'>n 1 aún de sentido: su t-sfueoo, la oricnt.'lción de su seduccir"m, irían pot la scnJn del persuadimos Jc yue. por fin, abandonámmc >1'1 nuestra tcotac•<'>n de ab.mJwur ¿De cuántas nuneras puede cjt."rccr.;e el dt.-<;<.-<• de parrir;l l' o;t de ella.~. <)U•Ó :..empn. la primcr.l,cs b hú.'ilJut:da de la fdictJ.ld. ,\naltl.lnlk> est2 úlhm;t Kant mostrad lo Q\lc sc:h"l...r:lml·ntc constiture el molor dd anhelo dl· 1r'c en todas sus mantfc~tactunes: la finttud.

-

Ser fdi%, es nccl·sannmcntl: la exig;cncta Jl· todo ente rac1nna! aunyul: finitc.> y. l"O consecu~ncia, inevitable mottvn del? Robe-rt ;"\lozick, /.a NcJtltl.ú~tJtl~ ¡., Ra,7oJJcJ/idad. 1.t cdtctmt. lhn:don:t_ l~ml•·t~.

t 9CJ'i, p.

-'R.

35


Lól terotiiCI6n de abandon¡v

termimmt<.: de 11t1 facult;\d ap~titi\';1. l::n efecto, el <.:!>tar contento cun toda la propin eli.ÍStencia, no e~ que dig:uno~ posc:si1)n original y felicidad ~u~: prcsup< ,nga una conciencia autárquica dt:pcndic:ntc, 11ino problema impuesto a ese ente . d o (-·)JI por su misma natumlcz:t fimt:'l, porque esta• ncccsna

Por~ue <."S f¡n¡fo, porque esto\ tWC<.:Út.1t!u, el en k limit.lc.:h' y consciente nve d e~lnr satisfecho consigo mismo com•J un pn 1bknu. Su lll J hallarse, su no pudcr pcrm:u11..Ccr cn su propio .ímlllto. cst:Ín rt:hcionados con lo cerrado de ~us fr•mter<Ls. 1" ¿~i pudter.l dCJar de estar aque,aJo por la fimtuJ, el ser 'onscientc.: sena fd¡z por lin? Esa al mL'll"s p .1 n:cc ser su tLill":lCu' nl. su apuesta. Pero se trat:l de un albur t)JrJJójícu en la m ...-didn 1..'11 que la fueo:a de su anhelo, su

conJi~ion anhelante mi~rnn, (.kpenden. son, ese:· carácter no infinito de Jos limites. Fs necesario rcpar<lr un momc.:nto en este poder, en csla fu(:!'%:\ Jc In Yocaciim de huida. Pues un primee acercamiento, tal ve~ ingenuo, nos dióa yue d ftnit4 > quiere et~cnpar de s~ epidermis, dejar ~.le ser un ente piel adentro., porqut· su carencta, su no durar m:\t\ I.)Ut' un lapsO de tiempo )' He> <:Xtcmfer~C más C.JUC Cll t;¡\ peómetro, si¡...,üficarían para él una debilidad: querría irse~ entu1;ces, para fof'talcccrsc, para pownciart~e, paca endmcccr!lc y dc¡ar atr:~:> w tcxturo gdalint >sa, su desmnwn:unientu. Las cos.ts no son tan sencillas. sin cmb:ugo; al grodo de yu<: podrían constituir la situ:lcu'm um.:fl'a, a saber, lJUC ~~ ente fm~~~~ fuese dem:t:;t:ldo poderm;o )'su hutd:t stgntficam Wl afan por dcbtlttarse. Exarrunando algunns d~ las pnmcras formulaciones sistcmaticas dd ab:tndono como aq.,TOmentu -formuhcionl..'s de la~ que ~ed heredero, ~ntr1.· otros, R.nvls-, las d<: 1-lobLt·s y H.uus:;1..~1u, 1Iartmut kliemt, intuye l'StO. s, c::mprcndiér:~mus b marcha r huyéramos lnn kjos de la socit:lbd y Je nosotros. que alc~IO:t.;1mmos d l ~taJCJ de t~ Jnm.mud 1\.,mt, Criltou tk bJ 1~11 pfiJ.-fto'J. ·h c:tllciÓn. Bu<.-no~ .>\tr<.-s. t-:(hlori.ll ] ..(.•:;.ltl.l, 11)71' p 30. . . 1'1 En el joven! k~t·l :~p:trt..:t un.l pcrspct:tl\',l ~cmt:¡;\ntc . ..¡ ~• mnm:um dd amor lltn.1 al part•ccr b txtgcnci>~ de plenitud. ~in tmh.lrgo. ~ub'i~tc e? tll.l un.1 ..:nnrr.l· d 1.;c1ún: aquéltJUt' intu)·C. qut" rcprt~tllt.\ .1lp,n, es un 't'r •llll' dthmlt.l. un ser" t.:U)'.I rc.:cpttvttbJ e-< hnut.1d.1, mu.:ntm.~ que d nh¡c::to c:s :tlgc• prctcnthd:¡mcn.tc ~nlm•t• ': I..u mfmtto, nv puede ser cont~:mdo en e-ste:: rcupecntt·"· 1lcF.d...El 1•-,ptnru dtl C:nst1,mesmo y ~u Dcsrinr..., l!.trnlo• tk}Nl'tllltul, la edíceón, M(~J.:t•, Fondo de C:ul tur.1 F.conómíc:1. 197K, p. 3-l.f.

..

36

Naturak-;m, descubnrí:unns t}Ue allí, e::n cst· estar cach uno ~c:p:wtdo, nuc:slnt finitud serh tan pmlcrn~a que: no podrínmo~ otorgar n loR dcm:l~, en l.1 ncntunlidnd de proponerse In rt'ali?.nci/>n de un pnctlJ, ninguna garantía de que cumplióamos nuc.::strc JS compromisos: se-

óam¡ '" demasmdo fuertes: ~i cnd.t individuo actúa librado súlo a sí mi~mu. ningún

indh·tduo puede proporcu mar a otro, a trílvés de una promt:s:t, ~araniÍ:t~, p( ISibihdaJcs de sanciÓn() seguridadC!>, que clntrn 1mll\ iduo 114) LU\'i<:rn p de antemano. E~to SÍ!,'Tlifict (.¡uc n .tdw puede.' ub4o:trse :1 $Í núsmo de m;\nt:ra tal que sus obh~:tc1onc~ )' pmme:;as pucd;m dar scgunc.:laJ a los dcm:ís. Para ello !lcrh lli..'CC~arl:\ unn instancia c.¡uc pudiem h:tcer efecuva la promc~a.:-1 .cQuit·n pide justicin ptc.k t:1mhién un justictl'CO,I, sci1alcJ en :~.lgunn ocasiún Jioucnult. ::-;¡ 1:~ hwda no pudiera proporcionar un dcbilit:\mientl •. st ~o.·l correr de la marcha no logmm l'ino h acerla aún m.h impcrios.l. desaforada. habría C.JUC buscar, tal parece haber stdc> la intuicu 1n dc los contractunli~tas, imtancias dt·bilitadoras: la m1~mn co n strurcit'ul social, con todo su engranaje de contnJl, cocrcit'a1 y g obierne'· sería la crcaciún de la huida, la manifc.·srncu',n Jd anhch 1 de dejar de ser In potencia yuc: se es.11 Por csla vía d abandone• s~ dobbn.l ~obre sí mismo: p!1rqu1..' partir. irse en \'crdad, podría stgnilicac qucJarse, inmi.-;cuir..c, m~..·tcrsc lo m:í.."' adentro, cmpc~ucñt"C<:rse un pocll mñs. dcs;~parcccr de ser posible c.11 los sll;ternas y en ht hctl..'ronc uní:\. Que la cnsa. -In sociedad de los hombres, por ejemplo- fut•r.t tomada por completo ya por dispo~itirm auturri..'!,TObdos. ~uc ~e nos dq:ua afuen ~p< ....lna ser un:l forma de J.tr cumplirmcnf<l al d tseo qut· pro,·oca en nosotros nucstr.t finttltd? ,.:Seria una forma tic calmar, por cumplimiento, la Fuc.·rza r d des<l..~sit-gu crc.:-cicntt:s t¡uc nos t>torb>a h no tnfinitud ni etc.:mid.td? lrs1..· par;l fort;\leccrsl.., irse para <.kbilit:~r.>c. l•:n cualt¡uier C:\:\4 > la tcnraciún de abnndonar p:tri..'Cl' ser si<.m p rc, hncin nrciba o hacin aba ) o 1bruncu ..:liemt,l'lloJojitt tkl T!.Jtudo.r C.tilt11tl\ di! 1-t:.<'limul.ld, 1<~ cd•ción. J :...~r:~ · ft.l. l;tltlv11.1l t\11':1, l9R3, pp. (13-(,-1. :u ¡:·''·' no !ICn.'\ . 1.1 po!H<:tr.ln . .. de: ~¡,moz.e. . . !'ero ¡ust:unentc <::>te: .1u1or n.. <."! un Cn ntr.lCI\1 th~t.l oortndnxt•.

37

..


Amar en el extrlllljero

La tent<terón de abandonar

ju, una vocación de ahs()luro. Porl.luc si el problema dd rnte es ()UC es finito, entonces ninguna ftnitud poddn satisfacerlo: si hubiera una muralla culminando el camino desde aquí hasta donde se termina de ser. por más yuc esa frontera cslu,·icra muy le jana, aún scrb un perímetro dd que habría que mnrch·use, una limitación que implicaóa que d estar sati!'ft:ehCI co nl'igo co ntinu:ua siendo un problcm.l. Si -y cst:l el' una manen clásic:~ de clnbur.tr en ftlc>s<>fi.'l b tcnt:tciún de ab.lndonat- pudiérnmos pM~\r del Yo :~1 Nosotro:;, es dccir, salir de la epidermis. ¿yué debui,t incluar c~c ftu.rtJiros? A todos los que se pueda. una unh·ecsalaJ:\d c~tncta M:rí:t lu mCJOC. 1~ lo que nos SUJ.,'lefC Habcrm::ts cu:10do afirma yue la ética supone algún Principio de LJm\·crsalJ7:lCIÚO:

excluyente. Es el tema de lo intcrcultural, o según otros, <.!el c<choc.¡ue de las cidlizacionestt.!' Aún cuando d <<todwm fuera efectivamente incluyente y nu se dejase ningún resquicio por d que alguien quedara fuera, cabe preb>untnrsc ~>i el «consenso)). el nsentimiento raxonado, dial~co y argumentado como lo ptcnsn Habermas, podría formar ;tlgo así come> una eumunid,\d -t;\l yez b Jc lo~ hablantes o de lo~ seres mctnnale~ yuc :;:uisr.,ciem l.1 nccc.:saJaJ del finito Je ~alir m;'Ís allá Jc 1m:; mcmbrnnl~. ¿Jo:s el ámbato del di:ilugo ractunal -h situaci(m iJc.:al de habl:1, otra expresión Jclabandono como :ugumento- una suertl' de absoluto yuc podrin colmac en algún sentido el deseo Je parear? 'Jal ''CZ, l condtctoo de yue fuésemos c:apacl-s de ol\'td:tr muchas co:;:~:;. por crcmplo. d que la fimtud está relacionaJa con el c:\rác..:ter corporal de las pcr~onas. E .., lo que sosp<.'Cha Dcrrid:1. al rcAcxton:tr sobcc 1:\ concepctón de la ley moral en Kant:

El pnncipul mor::tl se conc•lx de t.ll modo que excluye como 1m :ílidas .tqudb" norm.ts ~¡ue nc• ~-:• 111sigurn la :\prob:H.:íún cualific~Ja de t• lUll~ lo~ po~thk' dc~llr\.ltanm Vor lo tanto, d principiO pumtc que posibilita el consenso ticm: yu~ asegurar LJU~ únicamentt: se nc<:ptcn como v:ílidas aquellas normns LJUt.: c~­ prcsan una voluntad general: esto es, como st"ibla Kant una y otra vez, L\lll' han Lh.: poder convcrtÍr!>c en lr)•,~rllcrul. El imperativo c.ltq~t·>rico pue¡k entenderse como un principio L(Ue fomt:nta la capaciJnJ de gcncrali:tación de formtlf dt aniá11 y de 111Jsima..-, así ce •mo lo~ lflll'tc'\cs a \1Uc M.! atiende (J que también se íncorpuran en las normns de acción) ~ Los probkmas ~c acumulnn 31.JUÍ. ¿Qué ocurre ~i c~todos Jos posibles destinat:.oos•> ou !'Oo estrictamente «trx.los•, u bien si ese dominio se constriñe a una clase de sujetos y excluye a otros? En ta] caso habría uno o ,-años uoi\·ersos fmitos. en que los mdi,·iduos. aÚfl C!\-p:tndidus los unc1-; en los otros. pcrseguu:ian toda,•ía el abandono. Además. dan está, dt" que l;\s rclaciom·s entre los unin:rsos parricubn:s., c:n lo~ que ngcn sc.:nd.l!> le)'eS ~t:ncraks yuc ' mcul:m a un «todos)) específico c.:n cada caso. :ulyutririan yutzá un cnrácttr muaético, que rel.lucriría un principio de meta uni:n:rsalización, para. ::;i acaso, snln·ntar lo:; nexos entre diferente:; l'Sferas de vinculación ::!:: .JurRt'n Jhbl·rm.u:, .. l 1.(1c,\ dt'l Discurso,., COIIdtii<YII i'rlu1'a~ y Arció11 Co!!llilikcJiim. la t<dn:ión, B.tr.:dnn,t, Ediciones l'eninsul.l, 1985, p. 113.

..

38

he ayui un motim dccisi,·o p:tra el pcns:tmicnto de In ley o de la ética en la actu:tlidad, Kant llama a poner 1:1. lq por encima y m:\:; allá, nn de la persona, sino de la personificacil·m )' del cuerpo, así como de la vo;r sensibk que habla l'll nosotr()s, la sinh'Ubr que O! JS habla en pri,·ado, la \'OZ que podrin decirse L'n su lcnguajt· (<patolóh>Íco» por oposicié>n n La \'OZ de la ra:tt)n. J.a ley p<Jr encima del cuerpo (...) un logos no em:tsculado supone alguna exclusión. (...) supun<.: al~o tnaJmisiblc. 11:\y un tercero excluido (...) 2• Si nos ulvid:íscm!>S Jd cuerpo, sí requiriéramos hacerlo y l.'fl algún sentido nr ts c•mn·naémmos Je guc In hemr JS hecho, toJa\'Í:-~ estarÍ:l por \'C~c l)UC.: no~ fuua accc.:~tblc la su¡><:rncíún de la timtud. En el lcnJ..ru:lJC, por l'jemplo. Voh·amos a H:abcrmas. ¿Un l"DtW!n.,o.yué es? ~Es el c.:SI:lbkcimientu Je alJ..tÚn tipo de comunid:td? ¿La de.. l()s hablante$ rncionalcs) ¿De los h~bitantcs Jc la r:tcionalit.lad Jialúgica? ¿En ,·erd:td ('O b acción comuoicatiYa seríamos capaces de t;SCUchar. comn sugiere Dernd,,, no la vo~ particular nuestra, finita y CIJo ~ 1 C'Ji: Snmucl P. flunrmgtnn, ..Thc Cbsh • ,f Ctvth;.o:ttlon~ ... rl'vt~t.l 1-ot({~" .-1/)ítm. 11',\, Vol. 72, No. 3 (ver.1no de: 1?9:\), pp. 22-49. M )cques Derrida, S obre 1111 'L OliO ApociJiíptürJ AtlopttJdo ll..rtWI/c'lllt:Jift tli Filflrojlu, op

Jj. p. 45.

39

"'


L.' centaaon de abandonar

timbre reconocible, :~ino C>tm

\'O:t.,

la general, la

~1uc

funda b k:y?

¿Cuando nos rdacionamoll comunicn li,·amcntc, damos cumplimiento a nuestra tl'ntación de abandon,1.r b finitud d~.: nm·stro phonoJ parti-

cular? Quizá si, comu ~luitücrn ] labcnnn~. d lenguaje fuera un medio de cntendimit·nt' 1:

d cnnccptl> de ncciún comunicati\'·a pet:supnnc el k'llgu_.'ljc como un medio ~k l'Otcndimicnr<• sin m:\~ abrc,·iatur.ts, en que h<lbl.mte:; y op:nt~:s se refieren, desde el horizontt.· prcíntt:rprctado yuc su mundo c.lc b ,;Ja rcprc:;cnta, simult.1nc.uncntc a ~lgo l ' l\ d mundo obJtll\'<), cn el munc.lo soci:tl y en el mundo sub¡cfl\·n. pam n~(lo:u· dd1nicioncs de la ~ituxiém yuc JlUl·dnn liCf comp:utid:u; por todos.3 1~s el círculo hcrmcn~utlc• '· 1k'dc <. 1he ,rimnlc pRrcOexl\ o c1uc e• •mlituye el mundo 'JUC de hl'cho hahstamo:~ y :\ parru· dd cual hnn dl' surgir nuestras dif~.:rcncÍJs, aq.,'1.Jmcntamm cua11Jo hacl· fnlta y acordamos sobre cucstionl's yue fl'YIC:rttn a e~c mund<') d<' la v1J:t. 1.o hacemos a tr:'l''él> del len¡.,•uajc con yuc no~ c.:nll.'mkmos de ordinJrin y, cuando esto último no ucurrl', rc:currimos n él pam ofr~.:c~r y descargar prw.:bas de 1:1 \·alídcz de nucsl ras ptetell~ion~.:~. Ar¡.,rumentando una y otra veL, Cl'Spct.andc, csert,\S e< mdtcÍtltlC::. -pe 1r lo Jcmas en alguna mt·did:l. annorístiea:. estamos en pos1bilidaJ tilo pom:rnos J~.: acu~.:rJo. Pero ¿yué pasaría si el lengua1c n< • fucm, s1n mas, un mcdto Jc ~.:ntendimicnto. ~1rH 1 que: ~.:stu­ \'lese atravc..sado pur \':\CÍo~. di<~locac1ont:s o formas de cstrucrumción que produicran. mcntnblcmcntc, des\1acmnc:s :;istcm:\ricas en la cumunicaciím:> Analí7ando la teoria dl· 1-bbennas, Martm Jar sugiere esto. El lengua¡e para d ;~ul•>r alem~n. nos dice Jay, podria ser \'isto como un cerco contra la irracionalic.l.lJ, contra el lado «naturnl» que aún persiste: en lo humano; pero ¿y si no fuera a~i? ¿y "lué si el k'1lgu.\je tl c• focra visto como d antídoto a la absorción Jd h(Jml>re en la narurnleza, sino m-ls bil.'11 como, :1! m<.:ncls en pact1.., untl exptl'MÚn Jc: h cn :;Í 'naturalcz:t' irraci~ lll:ll del humbrt:?:o ~- Jül);t'rt ll.lhcrm.t~. Tt'llllll di lú. !t't'ión ( .fiiiiiiiiÍ«Ifitll, l.a <.:d•<:t~'>n. i\bdnd. ·cturu~ Turn•l 1, I!JH7, p. B7-13B.

Edio.:ac.n(·~.

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No 11e tratn de discutir ayui los YÍnculos cuncc ptur~lcs entre lo c<naturnl~> Y Jo ccÍrrncion:th), SÍI10 :IÓ]o de sugerir (IUC Hl menos r odrín ~CI' ~w, a diferencia de lo yul' piensa Habermas, d lcnt.,rtta je fucm ()tl'1t cosn yuc un «mt.·dio>> Je ~ ntcndimiento o incluso de comunicacic'm. ¿PoJlinmc IS paRar cntonccs, en cualquier situaci/llt ímagmnbk ~le habla, de nut.stra Hu a la dc toJoú éPodrín cxislir cntoncc~ una «t·o~ tlf nlr-ruien, atrihuiuk a cualquier L'lltiJnJ. mJiYidu:tl o um,·ersal, al k1tgua¡c mil'm(.? . Tamp<.lCO st· trata de Ji:.culir en si la prc>p~.X.'!'ta h:thermasi:tnn y mU<:ho m" nos de rcfugiarl'c en un.'l critict externa a la m 1Sill:\. Pue:; Cli perfectamente 1ceprablc que en t'!'a teoria, para su o b,cco y sus finl':>, d knguajc sc:1 pensado precisamente de.' la nuner.l en <.JUe :;e lt• concabc, 1·, mi."mo yul. <.n otr.ts daboracionl.-s podría Ctmsidcdracclc ~k dn·crsas formas. Y '-':; muy probable, incluso, qul.' h descripción ~uc h:tcc l hbcrmn~ del tipo de acción que sl. c.k::;arrt 11la cuan Jo los mdi\'iduo:; pcr~iguen d (:tlf(:lldímil'lltl) ~ca atinacb, rcrtill<.~n­ tc, adec.:uad.1. Lo llue me int<:resa resaltar :tliUÍ. ~ugcrir :11 mcnn:l, c.:~ t¡u~t l:l \'<:re >similitud de 1.1 teoría, la ¡x:rsuasic'm ~.-¡uc ejcrcm tt1picos ccnnn b cc:~Huación idc:tl de habla>), el cdcngu:-~je cnmn ml..'dio de t•ntendimicntcm, las <cpretcn:Üoncs de ''alidcz>~, entre: otras, mi v<.·~ pro \'cnga dt· ~uc en dla:~ ~e ej~.:rcc, ~e cristali:t.a, un:-~ cierta tt·ntaci(m c.k· 1\bandc •n;u: huil' dd Indo •I:>Curo dclle11guajc, superar b finitud t.:n el llcntidc 1 de .1lcam:ar In tr:tnsparencia y la daridnd de: b:~ palnbl·ns: dej:u atr:i.~ lu~ <:(¡uh·ocu:~ yuc nuestra singularid,lJ irrcbas'lble introLiuc~. en las oraciones qut. ~.:mitimos, la d iferencs.a yue htendt d c~­ pacin et\trc lcnt-rua ) h;ll>la. ¿No seria digno Je anhelo \{Ue hl llituación itktJ! de h;tbla fucm en n:rd:td núl? ¿No ~uerríamos pnrtsr )'3, ~ Esch, de esta confu:~ic'm Jc las p:tlabct..s, de c:sm turre babdiana <.1<.· mtr:tduc.:ttlnlnl:td de los <.lccjrcs? ¿Podria scc que la ten t:lCt('m de.: ab:uKiuu.lr, m:ís yuc un rcsort<. :ti que se Jtngier.t b n:rúnc:-~ de la kuri.1, :;u forma de prc~"Ot:trsc, fuera su ob¡ctn mismo, su m:lt<.·na. u al mcntll- su fantasma? lr.-c, dc:jar atrá,, lJU11;Í ~kbilitarse pnra podcr t¡ucdarse, pues ~n el ~rramicnto de la tinsnad :il' es dema..,indo fuerte como para acc..ptar el como Ctl, y lograr (]UC el c.:star satisfecho de sí no represente un pro*

per

~~~ M~rtua Ja¡•. 11.1111/'tN<JI, 1,¡

tlltll':l.itllt "'',/ TotufJt¡, 'L'!Jt' ."lrl11mfiii~J o[ ú <CJJt•~/'f l•'rrJ))J Lltk.ín ff.l c,1ici•'>ll. Jl.l 1A, Ulli\'C~II)' of C.lhtorni.t Prc:;s, 19~. p. sm:.

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ArnN en el extranjero

La tentación de abandonar

blcma. ¿Cómo lograrlo? o, al menos, ¿cómo concebirlo? 1•'ilosofando, yuizá. Abriendo salidas Cl\ ámbito~ rcgide)s por la razón o por el lenguaje. Superando c::n el camino al cucrpt), o acaso a la oscuridad del lenguaje mismo. f:i,n cualquier caso sabll'ndo 'JUC no será sulicicntc, en la huida, con alcanzar una nue\"a fmitud, aún cuando fuera más amplia, aún cuando fuese un universal particular: no se podría parar sino en el absoluto. 1lasta haber abandonado, y haberse abandonado, en un c<todo» yuc pudiera recibir ese nombrL:. ¿Hf'lbrá alguna forma de dejar atn1s hal<ta la ansiedad de partir? Tal \'C:t no. Pero un c<recurso~> parecicn quedar a los que huyen: oh·idar. ¿El< el olvido el refugio para los que son tan fuertes que tienen un impulso c:xccsÍ\'n hasta pam mnrch:~rse, para los guc simplemente son liniws?. En demanda <.Jc absolut(), fati~o,>ada )':1 b marcha, podría postular~c <.¡m· la meta se ha alc:uwadn en algún l'ntc, y o h-idarse de seguir huyendo. Es el tema de llcidcggcr, resumido en los siguientes términos por Lyotard:

sí inolvidable-: puede ~er enmascarable, pero es de ella yuc ('tnana d olvido que la en\'udve. Por das semejante~ a las del razonamiento heideggeriano, hemos de subrayar <.}UC olvido y abandono desde luegl• t'lu son sinúnimos, y um1 no es un !>ubconjunto del otro. M:ís aún, podrí:l. tratarse de nocione~ directamente.: contrarias. I>ue~ c,lYido y linitud sun comustancialt:s d unu a la otra, y es de ello dl' lo yuc anhela alcjar~c la tentación de abandonar. LlJ~ ~en:~ que no s1>n ilimitados en el espacio ni eternos en el tiempo, aquellos rode:\dc ~~ por membranas 9uc los acotan, necesitan ol\'idar poryuc no puc:llen recobrar todn lo de ello::- mismos. porque sus capacid;\· des son restringidas como b propia ddinicic'm de su cnudad. Lo~ finitt•~ 1 ,h·idan -n; decir, seleccionan fral,>mcntariamcntc SU$ recuerdos. rccupcr:1n la hi~toria parcialmente, no tienen accc::o a 1;, narra ción inrc:~ra de si- y no pueden dejar de hacerlo: olvidan p:ua ser, para seguir siendo. Es, acaso, una de las t:nscñanzas fundamcntale$ del psicc•an:ílísís. Por eso el ,·aciamicnto de la memoria, a pc::;ar de lo que su~ manifcstacione~ pudiesen hacer pensar en un primc:r momento, no implica huida dd ~:ncerramiento en los propios muro~; al contraw •, supone su reiteración, ~u reconsrrucción en cada 11LIC\'a lnguna dd relato de sí mismo. Paradójicamente, irse, marcharSl', deJar atrás, podría muy bien querer decir recordar. ¿Pero cúmo huir efecrivamt'lltc si s1.: recuerda, si se tiene: pre!lente? O, ¿cómo saber t¡uc t>C oh'lda si no se rememora? Los ncll.ns cntn: oh·ído y abandono no se juegan l'n una rclaCiéln simple de conrrndicción; tm1s bien se teje: en ellos una espiral dl· aporÍ\1~ }' cm¡.~m.ts. Pues olvido, yue no destrucci(m, arrasamiento, IIÚio es aqud t¡uc se sabe, pero~¡ se sabe, si se recuerda, cnruncc:s no t'~< amnesia, es abandm1u. ¿Qué término funda. al otro, sí es ~uc ludada pudic:m hablarsL: :llJUÍ de fundación y fundament.1ciún? Por eso tiene r:vún ) ,yo )t:ml: las filosofias, dispositivos par:1 d olvido del ~er, ~on ;\1 mismo tiempo, sÍl'mprt: ya, te~timonios dd anhelo de paaír. Y IOn tamb1~n d1scur~m. con~truccioncs, pruducliYidade~ dd afán de: parllda o d<.: la necesidad de olvido: son poblamientos del mundo, amueblam1cntos, yul· vamos dejando atrás en ht huida y lJLH: a cada ulstantc h:w t¡uc: Yo\n.:r a dL:cunstnur -oh idar y recordar al m1smo ticmpcJ,¡,.¡ como l·.sch tendría (¡uc inc1:ndiar Colonia para podtr marcharst. ¿Cúmu superar el nh-ído dd Ser sino re.: memorando a la propia Cilosn fh C.JUc lo ha olvidado, rcitcrándola, repitiendo a cada ocasi('mla sustítuciém

Se trata entonces para IJcidcgger, según esta senda perdida en el bust¡ue de la tradición, de hacer entender que en la medida en yue toda filosofia da rc¡;puest~l a esta demanda, se extravía al mismo tiempo <luc presta testimonio. Extravío por la ilusión según la cual el ser de todo ente no puede significar~c y designarse, y no se lo puede hacer responsable, má~ qm: convirtiéndolo en algún ente supremo. Y se borra así la miseria del pensamiento al darle una jurisdicción. Se sofoca su reclamo y ::;e di~ipa su inc¡uictud. Se determina ::~quello que no tit•nc determinación ni terminación: Se falsifica lo Absoluto al representarlo en la escena de lo presentable, según forma y concepto.! 7 Las filosoñas, discurrir de conceptos y formas, darían testimonio de

la prosecución del absoluto al precio de o lvídar al ser, de sustituirlo por tal o cual ente. Pero borrar dt la memoria la diferencia entre ~er y ente, no puede ser dispositi,·o para (talcan:tar)) el primero, nos cnsei'ia llcideggcr. En buena m~dida, porque esa diferencia es de por 27 Jcan Fr:~ocois Lyntard, Hfid(~~tl: y rcitJJ /11díos•,_ 1a edición, Argentina, La Marca, 1995, p. 62.

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La tentaoón de abandonar

del ente? ¿Cómo, en otra lím·a p:tmleb, rebasar el okido dd cuerpo en d len¡.,~t•nic y la raz()n, sino recreando, recon~ truyendo sus edificios, los mismos lJUe dt:iaron fuera a la camc -y al mismo tiempo la constiturewn? ¿Es ~¡ue acaso no hay salida? Probablemente no la haya. Pero un.1 sugerencia interesante que también nos ofrece l Jeidegger, nos indicaría que no hay forma de abandun:u, en efecto, porque nunca estuvimos dentro, porqut: el pensar es ya, de suyo, lo que sólo puede acontecer desde una extranjería· Es ella (b auténttca meditaciún) la que hunde al hombre en aquel entre en que [ll:rtcnccc :ti l>cr y. no obstante, sigue siendo un cxtmi1o en lo existente.!• No sólo la «auténtica mcditaciún» no:: Yuclvc extraños. Porque en cualquit:m de bs furmns dd meditar, aún cuando fuesen té<:nicns, derivadas, in:;tnlada~ en el pleno nlvidn dd ser, bte el pc::nsamil·nto como la apertura prim:uin sdJrc la que intenta rdk·xionar Heidegger en sus obras. En nlgún grado todo pensar es una extrañc~a. o mejor, es la rcnli%ación de una extmnjcria. 1J finito es d extranjero y la extranjería es su no-lugar, su desasosiego y su d<.:scontcnto. El 'JUC' tiene hmitt's es d provisiom.l que no e~ de aquí y nunca podrá serlo; d 'Jlle 111> e:> micmbn 1 Jc la comunidad; el ~¡uc YÍcne de lcjo~ y nadie snbe bien a bien como llegó; d que ostenta como su origen un papel arrubr.tdo t: ilegible y como su identidad un ·ácjo retrato, una antigua imitación de sí mismo. Es d que habla b lengua, cuando lü hace, con una :.centuación extrni'la: es un bárbaro que tlt> entiemk y todo le parece caótico. Por eso quiere poner orden, regn:sar. o simpk·mente to;c. Es el que se fue. El <:¡uc cxtr.lt1a: c.1usa ~xtr:lik'%a, v ttcne no:;talgta: cuenta historias, sien1prc las trusmas, en que las situaciones cambian y se confunden. Es :~.qucl cuyo n11mbrc no puede cnunciarsc corrt:ct.lmcnt<:, el que corrcctnmente nadie COI11)Ce, el c..le:;conocidu Pero es a quien se asombra pu!;'S todo k1 <JUC le r<xlcíl presenta \Jil aire de ajenidad. hasta él, en sí y para ~i El extr-anjero es dtJUC ftlosnfa, y la filosofin es su no-lugar, ~u de~a~o:¡iego y su descontento.~·~

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Martm HeiJt>ggcr, t<L1 l :pt~<..t de b1 lmJg~n df'l ~4undt> ... JmtitJJ· J>etrlidtiJ , 3.•

cdiCif>n. Bul:Jl(>$ .'\ir<'s. 1~·~ac.l.l. 1971J, p. R'i.

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Sobre tut.lu, d ~xtranjero es d seductor, el \.jUl.: atrae y c.:ncanta, d qut• infonna de lo t)UC no es d<.: at¡uí sino de los otros m undos, d portndor del c:u·tcl dt! América y dc.: la Ciudad de Dios, Je la convtrsaci,·,n sin mcc..lüu.:iuncs ¡.,rul.x:rnamcntales, de los re-inos domk rige una Mm1u lnvisiblc y omniscien1c. Es d c¡ue "icnc d~ regreso con la noticia tic que h:w otro!\ ámbitos t•n los t.lue ~e pLH:dc amar, esfera~ infinitas donJc las fue¡zas sc dctintn )' los ,·alon:s no son rdatíYos, donde lo!> muL·rtos n•, regresan -puc:" L¡uc L1 muerte n~_, tiene, allá, C;lbid.-.. l •.s d guc ~e ,·a, sin embargo, ,¡n habernos daJo el secreto, pue!; no puJimos comunicarnos con él, S\1 kn¡.,rua nos fue ajena. El que nos Jeja una nostalgia J<.· extranjería, una twtaciún Jc abandonar. 1:1 que nos dC'icoloca -no~ hac~: ser, quizá, pe 1r ~.:jcmplo, indi\-idualistas que no pueden e\'ttac scc anan¡uil'Cas-, n os hace ~cntir nue~tras hahit.tcioneo; -construcciones, Jiscur~os, tco· tÍas, sc:nodus- com1) da"tl!;tros, como c::."tcriuri:-.aciont-:. Jc la propta finttud. ns d que no~ confundl' y deja confundidos. l ~n toJo caso, l'l' el yu~· permttt- k·cr y cscuchM dt' otra manera, el que nos da de prt·stado un hori~ontl.' distinto, el 'llK' marca una diferencia frcntt a nuestro mundo. El cJ.tmnjcro, su condición, e~ lo que se quiere cncuntrar; lo I.JUe con fr<.·cuencin se crcl.' tener ra en la mnno; lo yuc los discur:>os nfn·c~:n pam atran, lo que antt:; o dcspué:; de: b "crdad, pl'rliuadc o :tbrc a ht persuasión. J<:n cit'rta forma la scducciún, la pasic'm n d aura dt' In ajeno, l<.'jano, es lo qu~.· engaí'ia: lo y m: !CJgm c.¡ u e al.m\mc ·~ las puertas de c:tsa a instituciones, discurs1 ~~ y econc unías pen~and1, ~~U(' Con c.:llas n\can%arcmo:; la l"Xtranjc:Ón }' a final de CUCIH:Il', un día 11ns dc.:jan fuera, coJUt·mplando de:;dc:: d exterior l'l pícapurtc. Sí. Pcw la ~educción tambí~n podrin ser lo yuc, como .ltll.ltlll.S anhelante!\, no!' \·nh·kra cxigcntu; y no!' lle\·ara a despertar y, por <.JU~ no, a demandar t:tlC:tntamicntl lS mcje >rc:s, m:ís profundos, mene ll> \'e>l:ittks o efim~:rc 1s

Querer alcanzar la cxtr:mjl.'tÍa, t::1l es b tcntactc'm dc ahandonar. l.a llcduccil'lll, :;us espejismos, son las guia..~. bs l'l't:tcioncs tic es:~ r:1s1ún. ¿Pero d>mo cncontr:u la cxtran¡cnn y dt',ndc buscarla? 'l:tl \'O no haya parador,t m<.'flor: 111 •Sotros somos, lo.-. ~1ue y~.«:rcmos unn.;,lus que otorg:1mos, :uributmos al guc 011 es de ayuí b cundi'l Cicorgc ~tCI!lCr ldl'lltttic:tcn d .1~1 ombru. dc<dt: Art~t,"¡td~_:..;, el t,ll.lrltc l'.\r,u.. k ' '" " <> de L't tilmoti.l. C¡í: Gcorgc :'teincr, H tidt;f!gtl. 1:1 ctuctñn, !.1 rc101prcstn n. lo ~tCII, 14mdo d~ Cultur.l F..:onumu.:.t. Jl)S(,, tspt-..:t.tlm~ntt pp. -11 -17.

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ción, 1:\ cualidad q ue infntignblcmentc buscamos. ¿Y quién es, cntonce:; el extraño? ¿Quién el que no tiene lugar? ¿Quién el que ya S<' ha ido? ¿Qucrnnos su cxtrai\ci'.n para dcjnr atr:Í!~ la nuestra? ¿Tcntnción de abandonar para abandon:u nuestra propta tentación?

lA CASA TOMADA 1

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La casa tomada 1

El disposÍU\'n litn:uio d~ Atbm Smith, la mano espectral yuc con,luce la distribuciún de los bienes, r<.sumc en sí el progrnma de la f'uturn discipltn.l cconúmsca, no sólo en cu:mto a sus tcm.ls ct:ntmletl, sino sobre roJo a lo~ moth·os de su scduccu'm. En ~nmh cnrm:ntra su:; mzoncs seminales el encanto de lo mercantil.

La mano mv1sible

fil:! 1 de enero de 179, :m re la Real Sociedad de Edimburgo, Dugald amigo v biú~rafo de Adam Smith, evaluó de b ssgutcntc fmma la cscntura dd :tutor de Ll Riqur.;:.a dr {,¡r NtltYOfl~.r.

l~vart,

Al comumc:tr idea~ cxrremaJamcnte abstnctns y sutiles, acerca Je las cuales es dificilmt:nre posible ra:rnnar corrccramentc sin el uso escrupuloso de los térmtnns apropindos. él alh>unas \'CCes O()S prc:.enta un abantco de palabras, de ntngúo modo estricmm~tc sinómmas, como para de~wiar 1:\ atencJÚn de un.t concepción precisa y c~table de su prop<>sición; y un efecto similar es producido, en otros casos, por la t:h~·cn;id,,d de form.1s que insensiblemente :l::tun~..· la mism:t verdad, en d cur~o de !'U copiosa y seductt>ra com posiciún. Cuando el nbjcto Je su trabaJo lo llcv:-~ a dingirsc


Amar en el extT311JffO

la im:lgin:tción y al cora:~.ón, la ''am:J<LJ y (cliciJaJ 1.k s.~s ilustucioncs; la nyuo.t y flu1tlez dl' su elocuencia,}' la hnhJltdaJ ~· 11\ 4\LI'- ~tn.\ b atcnciún y Jiri~c las p:t~ioncs de sus lcctn1 rc~ lo lkjan :'lll nval entre nuestros morruistas inv;ksc,.

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¿llasta <.lUt punto CS Cill'Uü!la scit-ccic'm Jc \"t >C:tblos )' b Cor\C:ttcnaciém de.· los mi~mos con que alguien cce"prcsa>; su pcn~amll·nto? ¿En qut: medida Ót\'ltgt•n o connuycl\ los pro('li'Jsitos Jd ra.zonamic.:nto y el C<Jswencimicnto? J,a «flwdc.·z de b d• JCUI.'nct:l» y l:l «habilidad para g:tnar la akncic'm y diri~r las pn.-;iones>J de In:; lcctnrc~ ¿son únic:~­ mcntc yestimcntas con yuc se cubre un ~.:ntmmaJo concL-ptual trenzado wbre sí y l}Ul' sólo n.:curn: n bs palabras como ,-chículo eventual, intcrcambinble? ¿Pudría ;tcontcccr I.{UC no toJo decir fuese ya, de suyu. un persuaJir, un ~eJucir? ¿Seria dlido lli::cutir a un :tutor desde l:l perspectiva del c•'m1u dice: lo c¡\1(; afirma, in<.kpemli~nte­ mcnt~: (casi) Jd contenido de su pcop• •t'ICÍ<Ín? ¿! lasta d(md~. pues, d cnnct:ptu es escritura? l.os probkmas se ag• ,lpan a<.JUÍ. 1.a~ relaciones y prioridades entre sint:lxts, s~'fTl~ntica y rctúnca ~e punen en h~a; la materiahdad o C\'ancsccncm dd lenguaje t.tmbién, al igual que la posil>11t~lad de historias parciales rccupcrndorn~ Je din:lmi~;\s prc >pias para lo t<.·úrico y ¡mrn lo l':"prt·sl\·o. f nclusr > nene a Cl>lactun el nexo. como obst:n·ara Derrida, ~:ntrc phnnos )' logos, y entre el sÍh>nO como m.trca y como :tlcx:ucic'm. Y aún podría rastn:~usc cn d p$icnan:\IÍ$ÍS b :;1.11da uscur,\ qut n:corn: b cleccic\n de palabrns -y los vaóns en cllas y cntre ellas- c.k yuicn tocurn.: en el neto :;tmplc d<. habbr o escribir. Por mt p;trt<: crt·u que toda habla o escritura es pcrsu.tciún, scducci<'m. Pero tmkpcndient<.mcntc de ~IU'-' Utl<;llunctadn así de gcncml podrí.t debattrse en nrgum<.ntaciOnes prob.lblcmentc stn término, ¿no podri.t suceder que hubicra por lu mt'110S al.,runos C;\sos, Cll'ttos autores, para los yuc d afán de encantar fuese a 1.11 gr.1d• • ~n prupr)Wo explícito y consciente que ninb>una de ~us p.tbhr.ts, aun n:firiéndose a t~:tmls t:m ap:trt·ntem~:ntc poc•> .Ottuariosu como la Cctmomín, llcg:\rn a ser advcnl•ci.'l, frutu del azar? ¿Autores pnm los que tn:Ís allá <.Id tcori~ar :;ohce tal o cual materia, el objeti,·o, b tan·:t

'1

1 Dug.tld :-t<w.lrl...A.:o:ount .,f the l.1tc antl Wcitíngs o i :\d.tm Smith, L. L.~"· AdJm Sm1th, ~k!>' rm Ph¡/q¡op/w,;/ Juf,jufl. 1.1 cdi~tón. Gr,\n Un:tañ:'l, 0:-.:t.-.rd t:ntv<!rttf}' Jlres" 1<»;;, PI'· 2'l 1-292

L'll

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del sc:>ducir fuesen siempre el mnlt\'0 y l:l tinaliJad? ¿Valdrí;l en c::stos casos, si los hubiera, examinar las ubras d<'Slk 1:t per::;pcctwa básica del cúmo y no del qué de un deor? Adam Smith c..-s un buen candtdato. Campeón en pcrsuaciún entrl.' los moralistas ingkses a d1.'CÍr de Skwart, su obm es rcl<;ric:t desde su claboraciún misnu- a diti:rcncsa de su amigo l);n-id r fume. cuyos tntns :~:tlieron siempre directamcnlc Jc su mano, Smtth producía «camm.lnJo arrib:t y abajo tn su depart.1mtnto, dictand• 1 a unn s~·crctari.·w2. Cna escritura n:tcida comn una clocucnci:t, como un dirigtr la •ltl'nci\m de un auditMtC>; un.\ prt·• JCupaciún p<.'rmancntc ¡f el lengu.ljc }' por h sekccic'm de sus pnlabr.l~. Jo:n el ms~cno \·olumt:n t'11 lJUC ~e c.:ditú por ,·cz primt·ra la Tum;., d( /o, Jm¡;,111;•nfn, Mom!t•,,, nn~ informa el bic'lgrafo, Smith publicú también ::u ccDJscrtacic'm sobre el Origen de las 1.enguas y sobré d Oífe rente: ( icnit, de aqudbs 'JUl.' son OriAin:tlcs y Cumpuest:tS>>. FiJ(,sofo fundadc>r de la ccc momí:l pr>lítica -y de In economía sin más-, desde su JU\'Cntud brindr'>mucho tiempo :1 la tmduccicm de t<..o.xtos, cspccialmcnk Jet franct·s. Y cuandn nccc:di<'l a un:t cátedra de Lógica <.'n (;]a::;gow, dedJC.Ib:l Un br<.Te lapso :\ t.'llSCñ:tr Jas rcgi:Js de I.'Sa discipJinn, }' de inmedi:ttu pasaba a ocupar el rc ~tu de su cur~o con la cxposiciún de «Un ssstcma de retc'mc:t }' bellas lctr;l.o;)). Dug;\)d Stewuart rtcuerda lo que al rcspt'Cto afirmaba d proft:;or Snmh:

El mt:JOr métoJo para explicar e ilu:;trar los \'anos poder~s de la mcntt..:· hum,1na., la parte m:ís útil eJe b met.1fisica, emerge del examen de la~ much:ts formas de comunicar nut'stros pensamientos por In p:thbrn, y de la atcnci/m a los principiOs de aqudlas cotnp<Jslcioncs litcrnrias <¡uc cuntribunn a la persu:tct<Ín '1 al cntn..:t\:nimiento. Por e!ltas artes, cada cosa lJUe f)CrCibimns O St..:lltlmOS, Cada Clflt'raCÍÚn de llliCStf,l!. m~:nt<::; es expresada y delint·a<.b uc.: tal m:tncra, t¡uc.· puctlt· ~cr clammcntc distinguida y rr..:Ct>rdadn. Al mi ~mo tiempo. nt 1 h:ty nmguna rnma de b hrcr:ltura más atlccuad.1 yuc ésta, para los jt'l\ enes en su pnmcra entrad:~ a la ft!osofta.'

l 3

lbtd, p. ~26. 1/ud, p. 2U.

SI

...


lvnaT en el extranjero

Una proliJt<lld singular con r<.-spccto a las palabms. Y cnn tudo, ¿no cst.ucmos hablando sólo de un estilo pusonal, Je una ¡m:ocupaciún o manía did:ícricas, independientemente dd penllar mismo, como tal? Sm dmb, se trata de mucho m:is que esto. Algunos :t~pcctos dt.· la teoria dd cunocimtcnto de nuestro autor, apuntan a t.¡uc, p.lra él, h retórica. l:u; arte~ de h pccsuación )' seducciún, poscian fundamentos y consecuencias de gran alc:lllce. 'lixlos los hombres, señala Ad:tm Smuh en su cnsayo c<l~'\ I liston;\ de b Astronomia» c.:sdn dotados de ciertas f:tcultades, talc.:s como b rnzón, la rcfkxiún y b imaginacir111. Pero esta dotacic."Jn está mntiyada, par.t su puc~ta en :lctrJ. p u el d~:scc, Jc obtener placer y cYitnr d dolor. t•:n c:.:t~: marc1 >, el plan·r c1 >rr~o.spt utdt. •l un estado de h imaginnciún: ayucl de.: <<tran<.Juiltlbd y compo~Huca~>. Cu:mdo los objetos y t.:\Tntos se con~:ct.1n Ouidam~:ntl: en h fnnttsía, Je forma que b idt: ,, de uno parece trace, llamar de suyo ,\ la Jd otro, ti «Ímaginadt ,r m, encuentra e!ldmulo~ para pcn~nr baj1 >egas condiciones,,, comcnt:u1 Raphncl A$. Skinncr.~ t-:1 mm·imicnto del conocer ~e inicia cuando las ccaparil·ncmsn obscrvad:ts :;e mucstmn como inesperadas: a pMtir Jc ahí d sujeto se siente, primero, sorprendido ante d hecho de t.¡uc nlgo no corresponda a un parrl!n reconoc1do~ a cunttnU<lC1/1n sc ~enrici intrigado. como resintiendo un fr<:no en la ímaginactón por el "acío o mtervalo que percibe entre obíctos di.,.juntos, no cmll!ctadc')s. JM'l reacción n esta situaeiún :>erá In húsyucda de als.tUna cxplicaciún, con el propósito de ltb~:r;H a la mente del ~:stado Jc dcsequilibrio L"fl que se cncu~:ntra. Se tmta de un .teto lhrigido a dinunar el sentimiento de intrig-.t proveyendo algún ort.!cn apropiado a los obJetos o al1:,>Ún «recuento plausible de las ligas entre diferentes objetos». Si tttnc éxito al prower una explicación, el sujeto senltr:Í admtracion: mcn.:mcntar:l su aprlci:tcion por las apariencias yuc le c.:mpujaroo a iniciar el conocun1c.:ntu. 1•:lmotoc del conocer <:s, entonces, un sennmicnto subjeli\'O Je mcomodidaJ. al tkmpo yuc lal' u:pli(·:\cionc~ producidas ~e dm~~:n a restablecer d bicnc~lar de la ml:t~n:\ciún. El reposo y la trant.¡uihdad de l'sta úhima son los tines dd sabt.·r, l'O t::\pccial dd lilosof.-tr:

nn

y

I ~'l filosofía cs la ciencia de los principios conccl! >rl'S de la n:uumlc;,a (...) b filomtia, al rcprcs<:ntar b~ cad~nas Ín\'isibles yuc manncncn juntos tr><.l()s <.-sos objeto~ disjuntos l'<: e~fuen:a por introducir orden en este caos de nparicncia~ Jtscordantcs y c..lispen;as; por aqUietar t.-sle tumulto de la imagin;~cic'm, y por r~staumrla, cuando examina las grandes rc,•oluct~>ncs del umvcr~o. en ese tnnn de tranquilidad y c;Jm~)ostum, e~ cual es, nlmtsmn Lic.:mpo, m:is a¡;rndablc c.·n st mtsmo, y mnK ndccuado n su n.ltumlc:t.<l. J.a filoso tia, por lo tanto, pu<.'lk: ~~:r cumiJcrnJa comu una dl' esas art~.:s l)UC.: se dirigl'n ellas nusmas a b imaJ.,,.¡o:tcum (...)~

]>ero ~11J ~úlo la ti.l~>so~n, sioo cu:1k¡uicr tcoria, constituyen cspcctcs ~e ma~umas tmaJ.,'lt~:'lnas ~nxluctr>cas tkl'cripcicml·s y relatos Jing¡dns a calmar In ms:ttlslacctún subjcti\ ,, l)UC se produc~ cuando lat~ co~as .lr.trcntemcnte no se l1g:tn h:; unas a lns nw11~ en un procello fl~td1•, l'll h forma acostumbrad:'!. lnclusn b astronomía tocla, poclna ser cx:unmada dc!lde un cnfOt.¡ue yuc no ~e propusiera indagar por b Vt.·n.l.td de tal o cunl de l'lJS ~1stcmas, sino por l:1s ma1wr.u; ~n qut• l~~n bu.o;~ado, c~m mayor o ment '' ~xito, tr:myuilizar :1 h 1~31-ttnacu 111. Ast. a~unaa Smith almici.·u su ensayo. lfll<. ,.3 n ~:stu­ d!ar los d1fer~:nt<.'s ststcmas de la natumlcza yuc se h:tn succdidt>,

uc

sin considLr:.tr lt' absurdos yuc S<.':ln e> su pmh:tbtliJ:td, ~u acuerdo o tnconsJstmcia con la 'crd.td y b rL':tlidad; \'nm1 1s :t considt.:rados súlo cn l'Sc parucubr punro de \'Íst:t yuc pcrt<:nccc a nuestro tema y a cont<.1ltarnos con mqumr qu{ t<~n tt '.:aJa unt, tk dl1 1s fue ad<.'Cuado para cal mM a la ímngtnacton }' ,-nlvcr cltcntrc, de In natumle:-.a m\s coh~:rcntL' y, por tanto, un cspcct;Íeulo m:\s magnífico yuc lo que de otro modo hubicr.l parcctdo. • «TOO.os los sistt.:~:ts. liltJSI·,~cos son n.1cras lllH."flcioncs Jc la tmnginacton~>, afirm,l Snuth c.t!lt al concllllr ¡;u 111.1/oria d, /11 .·1.flrv110,¡11,

S

~

DD R:1phad y A S. Skinnfr, ~Gcnrr:tl lntmdttcnon», rn Smnh !ld;un, Esr.!tl 011 PJri/JJJgp/IÍilll .\11/;¡nU, la cdie1ún. Gr.u\ Hrd.tñ:l, (.hf• •rd UntvCI'>tly Prch, 19!10, p . .J.

~m ;-rmrh, ,;J~c lh~t<>'j' ~f .htrt)nnmp•, en Jl,.hcrr 1lttlhrnrwr L

Tk b 6

lrltfl<lt. 1ti.JAt J1111fh,

Ibió, !'· 32.

(cd.), 1,\ c:diCIOil, t ISA. ( h:fnnl Unf\·crsity Prc~~ 11)1)( 31 . .. · ), 1'· ·

53

~


Arro;,r en el extran¡oro

la casa tomada 1

Pc::ro si c.·sto c11 así, ~¡ b proposición de tcorb~ y l;l prosecución mi~1Tl:l del conocinúc:nto, no til·nen otro fin c.¡uc brindar tranc.¡uilidad pnr C< m trape ~~ición a b im¡uietud ocasi()n:tda por Jo inespcraJc, y lo caboco; s1 b cxposioc'>n Jc <•C:ldcnas uwlslbk~'' c.¡ue ligan a una:; cosas con otras. mdepc.'t1dicntc.'1nl.ntc.· de su \'cnl:ld. es un recuc-c • imagin:tno dirigido a pruporcion:u- ~rcotd:tJ; :>l, en f:n, el rcsultldo del conocer, cuando la articuhctón tk lig.ts no ,-j~iblc~ ha calmado por fin a la imaginación, trne aparejado el scnunucnlo dt: admir.1cíón, si todo esto es así, ¿cnbrí:l pen~:1r l) UI! para ~mith la ~educción de bs pnlabms haya sido un adit,\meoto, un Rimple co~mético? ¿{,2ul h admiraciÓn cogouscitiYa pud~ese <:~tar lej:ma c.k la persuasión, sc.·duccll'>n y ducuencia <JLW ~C!-rtll1 su btógmfo 1\) car,1ctcrizaron? La concict,cia de las palabras. Segurnmcnte la C\'ocación de Smith trnt: con11igo. inmediatamente.\ la remt:miJf:\Cinn dl' do •S frasl's: <<la nYmo invisibl<.·'> y ~~la m.¡ut::t:l de las nacionc:-~•>. Y sin t.mbargo. b mct:lfom qu<: h:\ ~.-bdo lug.lC a disc•plinas cmcms•.11 gmdo dc <.:jUC Robcrt No:.-ick, por ejemplo, hlbla dl' ((explicaciuncs ttpo mano io\rtsiblt:»; no ap.lrecc m."Ís que una sola YeZ a todo lo largo Jd inmemo libro fundador de la economía política. Se trata dd si¡..,>uicnl~.: párrnfo:

al perseguÍ( su propio interés, promut!n~ el de la sociedad de una manera m;\s t'ft:ctiva yue si t:l'to cntmra c.·n su~ dcsi¡.,'11Íos. No St 111 muchas las c~s:ts buenas C.)UC , cmos ejecutadas {Ylt ayucllfls lJUC presumen de sen ir sólo d intcrt!s púb!Jco. Pero esta es \lila afectación <.:jUl.' no c.':' muv cc>mÚn entre COmerCiantes, ) ba~tan mur pocas paJ:tbr.lS para dil'Ual.hrlos Jc L'S:l :\Ctitud.•

Ahora bien, como cualquier individuo pon<: todo su empeño l.'tl emplear su capttal en su:; tener la indu~tria duméstica, y dtn~rl:t a b consccuaón del pnxlucto qul: rimk nús \":1lnr, n:sult:t c.¡uc cad1 uno Je eUos colahor:l de un.1 rrnncr.t nl.'CtS:tn:t cn la obtt'flción dd mgreso 31lU:tl mi.... tmo pam la SUCiedad. Nmguno s~ propone, por J, 1gt..•nc;ral, pro >m1 Jvcr d interc.•s puhitco, ni sa~ hasta lJU~ punto lt • promuc.Tt:. Cuando pn:fil·re b. actividad ec~.-m(múca de l!u paí:~ a la c;l..traojcra, Úntc\mentc considera su segurid:td, y cuando di rige la primera de tú iorm.L yuc: su producto rc.:pn:sentc el may<Jr '·alor posible, !'Ó!o ptensa en su gananci;~ propia; pero en este como t>n otr11s muchos cas,;s, es conducido por una mano ÍIWJsiblc.- a prnmm·cr un fin que no entraba t>tl sus iotencumes. 1\hs no 1mplica mal alguno p:1r:1 la st~cíedad que t.\1 fit, ll•J t"Tllrc.- a fi>rmar p.utc de su~ propósitos, pues

1'

..

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¿P uede la dicacia :;L'Juccor.t de uu discurso ba.snrsc t•.>da dla en una sola fmsl', tn una únic;\ m t:dt(,m yuc, como s~cciunnda del cuerpu conceptual c.11 que vio llu origen, adquiriese ,·ida propia y clb, por sí, fue~·~ capa% de pro\'ocar 1:~ :tdmimciún, la trnnquilidaJ de la imag¡.nactnn ·~U<.: propugn:1ba ~u autur? ¿Qué m•stcric>s, ~1ué t":lnt:-.smas h abitan cn una cnuncmc1ún poseedora Jc tal poder. de tal fucr:.-a y pott:nc1a?

Lu:; intcrroganW$ se multiplican si pemamc 1s

los ce •ntc"l< ,:_; c~ncrcto~ en lJUl' hn tt:nído Ju~r la scducciún, l'Í con:IÍder;unus, por qt.-mplo, h>s :watare:; de.: l:t rcccpcic'u\ de la ()brn dt.. Smith en nuestro país. Pues si la Mano lm isiblc súlo se prcsc::ot~l una \'t'% en Lll Htqllc'trl de: lu.i Nmiaflc'J, la formulaci/m más famosa de la imagen smith i:m:-~ e!' la que se cncucntt·a en In Parte 1\' capítulo 1 dt: b ·¡ (un~l de Jo.•· JtnlilniMior Mnmlc•,c. Ahom bien, el Colegio tk J\li-xic11 publicú t'll l 'J4l un~t traducc•<'>n <.1<: cst:-~ úlrima obra, I.JUc ~L' ha Ycn1dn mmprimi<."Tldn posteoormentc bajo d sello editun.1l Jd Fondo dt· ( :Wtur.l EctH1Ómtca, y 'tll<.' constituye sin Jud:l d mc.•tlio m.~ st:ncillo parn acccut.-r ll tr;U.ldo ~obre moral dl' Smirh Pnu I.'Sta YL'rsit'llt en tSp:lñc ,1 no • incluye:. prt:cisaml.nte, el tt:xto c.·n yuc se enuncr.1n. explícttamt·ntt:, l:ts pal.\bras 111.111u im·i.ri!J/e. ¿Put:dc cnlonccs una mt:tiforn sc:r 1.111 p<xk-m~:t yue qcr;.a su a tr.\ccio·lll aún sin necesidad tlt· ser leído\? ¿O scr cnpa% dc t.ncantar aún cuaoJu ~<u habitar n•, ~c.~t In obra en l¡ue fut• escnt:l po r su a utor, ~111<> (jllt' ''injc ms<.·nad.l ut d '-'llcadcnatnll'nto <.k- otra~ )1:llabras, <.k otro~ d1scursos? ¿Será yuc la m.1nu mnstblc ~>e conoce, encanta, seduce. piJn.¡uc.·. nu cst.mJo in ' luso :l 't."Ct.'l' dundc c.Jcbcóa, está sin emlxu~-,•u ror t<.•dos lados. t¡uict\

~

\darn $mrth. llll't!ol(<:rMÚII Jo/m· !J ;'\,;/muk:;a.r C,ut;o~¡ ,¡, /,¡ IIJo¡Jw;_J ,¡,·/,¡; ;\!,¡,1,1 L1 cd•.:•<)n, 1!.1 rcitnpr1.'111C·,n. M<-,~<:t•, l·i,ntlo dt- Cuhur.o U:on•'•mio.::1, t'J'I f, f'· 111 1 El suhr:cy:.do es mío, t>l·l .

5)

..


Amar en e l excranJero

la casa cornada 1

:r.á por todos lo~ textos de la economía? ¿Ocurrirá que el decir de lo económico adquiere su persuasión y las fuentes de su admíraci¡')n de una :>ola mct!Íf(Jnt; que todo texto de economía no es sino de~en­ tmí1ar, y por lo tanto reproducir, la fuer:r.a de bs palabras originales? ¿Una sucrtl.: de dbab ejercida sobre un párrafo, realizada como

Esta e~ la eficacia Jc la metáfora: en medio de.: h'l oscuridad, Je la imposibilidad de wr, distmguimos, vemos una mano; '-llle no se puede mirar, una mano im·isiblc. Ahí <:stán e!'os dedos, sin cmbargo, inaprchcnsibles. Y comt) la imagen permitt: n:rla., nv St: cnpta simplemente una m:-.no <¡uc cstU\·icra ahí como si cualquier cosa. No. Se la distingue en un abanico Jc posturas especificas y posibles: se la ,.e que traza y proyecta, que t ml:r.1ja, una mano c¡uizá fuerte (1rganízand(, d mundo y, en esta corncntc.: J c la mt..:táfora, cinco dedos en los qu~ se puede confiar porque parece.: o scr el miembro de un hábil artcs:tnn. ¿O ~e trala más bien de la mano enh>1.1antada de un mago, de la extremidad con quc culmitl<l su posicic'm una bailarina? ¿Lígcreza y despreocupación en ycz de trabajo? l·:n cuak¡uicr caso, sea cual sea el talante de su ~esto y postura, esos dedos dibujan una im·itación, un adcmán lJllc nos conmina :1 mirar atrás, allug<lr del rcsro del cuerpo invisible. Y entonces ¿qué e:; lo que lograremos distinguir ahí? ¿Acaso a la Providencia de acuerdo a alguna ilustración de vieja Biblia? ¿O tal ve;- una pt:r~ona ~omo nosotros? ¿O un aurc'11nara <:narbolanJn el diagrama dd t1uj.' dd mundo? ¿() nada?¿ Cn vacío hahil<tdo sin embargo por «alg< m, p( ,r la prcsem:ia mi~­ ma, en cuan tu tal, cscncial, ~tn la distracctón ya de nin~un a de sus manifestaciones? Nada se dice t'll d texto acerca de lo '-JUC se encuentra detrás de los cinco dedo¡;, pero la potencia de la metáfora yue:: pt.:rmitc vt::r lo invisible, posee la virtud de scii.alar, de rccort:tr, un lugar para yuc loque-sca aparc;-ca, pam yuc ~e lo sospeche en la in:;inuación Jd nidl<> que lo ha de albergar, de la forma en que habria de emerger. La Mano Invisible nos llc\·a, nos pt·rs~l:;(k de (]UC ahí hay algo, 1\oo; hace sentir la presencia mi~ma -b c u:~lídad de lo ~:¡u e aparece- índdinida, pura, lo '-Jllt: Jacc¡ucs Derrida llam.u.i la ti •nll.l-fo rmal, propiamcnt~· la form.1lidad:

«ciencia social»? La aparición de b M:mo Invisible en la ·¡¡.,,.ÜI & lo.f i\Jor.ilcs es la siguiente:

.ft.'IIIÍHJÍmft,.f

El prod ucto del ~udo mantiene siempre casi d n\lmem de habirantc~ que t:s capaz <.k mant<:m:r. l.os rico¡¡ súlo sdcccíonan <.kl montc)n lo l)UC cs tnás precioso y <tJ!:mdablc. Consumen poco más lJUI.: el pnbrc, y a pesar de su natmal l'goísmo y rapacidad, aum.¡uc buscan sólo ~u propia conv<:nícncia, aunque d ÚnÍ('o fin \¡tu: se proponen lo!-,>rar dd tr;lbajo Jc los miles a quíene~ emplean sc::t la gmtific:tción dc su propia ,·anidad e insaciable~ deseo!>, dlns dividen con los polm·~ el producto de todos ~liS mejoramientos. Son conducidos Jf llll.l mane) im·isiblc a rcaliz:tr casi la misma distribuciún de \o.; hicm:s neCl'Sarios para la \'Ída, que si la misma hubiera sido hccha h:tbic.:ndo dividido la tierra en porciones i¡._>uab cntn~ todos sus habitantes; y así, sin pmpnnl:rsdo, sin sabc.:rlo. impulsan d ltllcr(·s de la soci~dad y proporcionan mc.:dios para la multiplicación de la~

especies.'' Un eco de utilitarismo tipo Mili o Bcotham aparece at¡uí: en últtrn;\ 1nstancia en cu;'lniO a felicidad o bienestar subjctÍ\'O, el intercambio t,"lJÍado por la Mano 1nvísiblc proporcionaría distribuciones ígu:J.litarias cntrc lt JS homb rt::-. Ln Prm•idencía, seguirá diciendo Sm.ith :t rcngl/m scguído dd texto t¡uc hemos citado, no se oJyiJc'J de los pob re:; al concentrar la ríqucr.a }' c:l c:lpital en unos cuan Los se1ic.m:s. Pero n1' cs pm· csta resonancia utilitaria, o no únicamente por clb, que la mc.:táfor.l smithiana persuade y encanta. Es por d conjunto casi inacabable Je ecos yuc acompaña a cada ocurrencia ti<." <.·sos cinco tk·dos.

'> ·\d.un '\nuth, uThcory of \lor.1! Scnt1ment~"• en 1ltilhn orH.:r Rnhc rt L. (ed.). TJ·~ E.o.c(ll/ial.-ld,Jm .'inut!J. 1,¡ tdu:tún, l'S.\, ( h:fnrd U111n:r:;i~y Prc.;~s. 1')8h, pp. 122-12J.

..

56

t':Stl: concepto (forma) no :.:e: Jeja, nunca .•e ha dejado disucia.c dd apar<.·cer, dcl sentido, :;c)lo una forma tiene o es una esencia, sól~> una forma se prc~enta cumo tal. Es este un punto de.: ccrtc:t.a que ninguna interpretación de la conceptualiJ,td platónica o anstotélica puede de:.;plazar. Todos los conceptos por Los cuales se ha podidt ~ trnduc1r y

en verd:td

determinar cido:.: <) morfc conducen al tema llc b presencia en gene mi. La forma es la prest::ocia mi:>ma. La f( m;ulidad es at¡udlo t¡uc se pn:scnta de la cosa en gencL·al, lo <.]UC se deja ver, !'e da a pensar. 111

57


11

Amar~" ol extranjero

La casa tomada 1

El sentido como aparecer, mo~trarsc, cumu presencia y f<)rtna formal, es una de bs rcwnancías que conYocan los cinco dedos guc no Yemos. ¿Podría reducirse esta forma yue se Í1lsinúa en la oscuridad, esta ~tb:::tracción de la formalidad de la presencia, a la entidad igualmente inaprchensiblc y ~in embargo m:í::: concreta, de un:t divinidad, de la Prm·kkncÍ.l ~uc S(: mtroc.lucc:: líneas abajo en el texto <.k· Smith? ¿Es la .Mano Jnvi~ible uno de lus nombres de Di0:;? 'EJ.l ve;-. Esta es la intcrprctaciúo que propone Rubert lleilbront..:r, por ejemplo, para quien esos dedos no ,-ísualizabks no son m:is que «el nombre que da Smith a la inten·cnción ~:ncubierta de la Deidad en los asuntos de la hum::midad>}.' 1 J>cro queda b conncnci:l ~muhiana dt·las palabras. ¿Por ~u.; habbr de <mumt> Ítwisiblc» y no dtr\·ct:tmcntt: lk: Dios? Algo m~~ ,. algo menos se quiere decir al emplear una expresión y no la otra. 1~llo es aún más evidente si se cump:-~ran bs dn~ nraricinncs principales Jc la metáfora. En el texto Ul' La Riqllf':;}l de /;u Nüáou~s el \·ocabulario rcligíoso prácticamente se ha esfumado y s6lo permanece d «interés», el «capital» y términos análogos. Además, en el párrafo de 14 'J'eoriu dr los Sentimimf(IJ Mora!cJ la inserción de la «Divinidad» c:tmbíaría el talante irúnico, afilado, <.1uc posee el discurso. Se habla <lhi de <<rapacidad» y «egoísmo», y parece desecharse toda ilu~ióo respecto a las bondades de la naturaleza humana, por lo menos la de los cornerciant(.·s. ¿Si no de Dios, podría tratarse entonces de la Razón, la M:tno 1nvisibh: setí:t el 1~spíritu hegeliano? Otra vez, quizá. Pero irúnícmm:nt~.: :;e rrataria dt.> una razón (.lliC no osaría decir su nombre. Ironía y dl·ccpci<)n12 recorren, pamdújicamcntc, un decir de Smith que, por otra parte, pareciera ser tmm1uilizador e incluso optinústa respecto a los resultados de la convivencia entre los hombres. La manu ~:; un indicador, un sí'ntuma de la presencia -un anuncíador del hecho de 4ue todo lo que acontezca se dará en el presentarse y en cl presente, t'tl d «CSI> de lo que se muestra, de lo que c.:st~\ ahí13- , es aquello que la forma velada -una especie de fantasm.~- da im·isiblemente de sí.¿ Pero qué es lo que concrct:tmcntc se nos brinda en c~a extremidad? ¿Cuál es la acci<)n ~o¡ue desarrollan esos dedos

c¡ue a fin de cuentas acaba salvaguardando el interés Jc la socÍl'lbd )' produciendo J:t dÍl>tl'ibuci<'m <')ptima de bÍCI1l'S )' bicnc:;tates? l•:s algo tí\tl cvlll1l$CctHl' como la formalidad de la LJ lle emana. E¡;, de hecho, no una acción, sínu la abstracci(jn, la im·isibilitbd yu~ habita el :Ktuar: e~ un;t suertt· dc Jispo~ítivo extractor de la formali~lad de la$ ;lctu:tcionc:>. Por ejemplo cn d ca:>o dc la corriente de rc:;unanct:t:; que se teje alrededor dd tema dd trabajo.' Lvs empleados t¡m· pruduct'n beneficios gratos a la rapacidad }' egoísmo de los rico:;, explícita y dcfinitixamcntc tmb:1jan: y ayuí al término poJrian asign:in>dc significaciom:s dura:; de tmn~form;t cíAn Jc b naturalc:ra, csfucr.t.n, gasto de músculo y cerebro. Jh'l man( •· en conc r.lpumo, en rclaci/n1 especular con d quehacer lk yuícn~:s laboran, «conduce,>, b'UÍa, encarrila, acomp;tña ~· des\'Í;\ haci;\ d lo· gro de un resultad(>.¿ Ve ro est( 1 ~ue haced miembro inaprdu:n~iblc, nr, forma parte ya de suyo de la noción de trabajo? ¿No es la m.tn" un símhol<), un emblema dc la relación hominii:adura dd hombrl' con la nntumh::-:a? 14 J..t figura escogida incorpora de inmcdi:tt() ccttS de h<.:trolmicnt;ls y dcstre:t.as \arias asociadas con ellas. Y aún el mismo ((conducir>> que se atribuye al ~esto de lm dcdns, ¿no es un.t cualidad propin de cierta noci(m del trabajar? Et' el conducir dd alfaren • l}UC gllÍ:t el barro a devenir cerámica, o de quien dirige un tornillo a 1\ll posicit'm. Pero :tquí aparece una disyuncíc)n, porqul' a pc:;ar de tudo la Mnn• 1 1n\'isiblc no tmb:tja. Su hacer es como un laborar delyuc ~e hubie~c eliminado el csfuer:.-u, <.:1 cuerpn mí:;mn: cs el cumplimicnto dd trahajll etl su forma, en su idc.tl de ser un mcdi" par.t logr.lr rlsulrados sin camancitJ, sin t,>astn algunu. 1•::; b de~apnrici• ·~n Jc la corporeidad, sus restos.}' por tanto d espectro de un trabaj" :;in tr;tb:tju. En ese semidn <:s nut:stra pwpi.l tentaci(·tn d<.· aba1ldot\;\r d cuerp(, y su l.tbor lo que aparccc, lo yul' n·-:tp:lft'C(' ~" la atribuci(·,n \¡U<: haccmo:; de nm.-stro d~sco a la forma de 1<l prescnCÍ:t <.JUl se insinúa l:ll la oscuridaJ. J;tcyu~· s Durid:t lu descnto la cspcctrahdad en la obra c.lc Shakcsr~·.llL' y l n ciertos p;t:::aj<.·s de Mar:\.. Sus palabras podrían aplicnr~v tambu: n :\la mctáfum de Smíth:

¡n jJct¡ut's Dl'rrid.l, .. L,¡ fo rm.1 y el qu('rf'r dcctr. Nnt,¡ sohre la fenomenología dd kngu.1jc», :\Jd!.~l'llt:r dt ÚJ 1-'ilrHt!firJ, la. cdu:tAn. M:tdritl, C:itedr.t, 191!9, p. 196. 11

Roht·rt L. 1kilbroncr, «Thc Thcory

uf i\l,)ral

Scntnncnt~». t::n Robt:rt L.

Hetlhroner (ed.), TI•( 1~H<'IIIi11l Ati<~IH .'i~ttilh. ''/'· rit., p. 57. 1:! Véa~c el si,t~,uicntc apartado.

...

58

1\ \·é.1$r.: el :>IP.,\Ücnlt: ·•1'·1r1:1do. l-1 Vt\ISI.: m.i~

.1dd.tntl' «1..1

l'.IS.L

tum,llh 2u.


La casa tomada 1

son la carne y b fenomcnalidnd l:ls l.jUC dan ni espíritu su aparici(>n espectral, aum.¡uc de~apnreccn inmediatamente en la aparición, en la venidn misma dd (re);1p~rl!cido o ~:n retorno del espectro. 1by al~o de dcsaparcct~o en ~a ap~­ ción misma como reap;lrictún lk lo dcsaparectdo. EI espmtu. d espt.-ctro, no son la mi~ma cosa (...) respecto a lo que tienen ln común, n< 1 st.• sabe lo que es, lo que es presentemente. F.s algo que. justamente, no ~e sabe, y no se salx sí precisamente l.'S. si cxist~. si responde a algún n~mbre y corresponde a alguna l"l>l.'tlCta. No se sabe: no por ll,l'florancia, ::.1no porque ese n<>-objcto, ese pr~nte. nc> presente, ese scr-ahí de un ausente o de un de<~atyJrccrdn no depende \'a dd saber. i\1 mc..·nos no de lo que :;e cree: saber bajo el ~ombre de saber. No se sabe st et~t:l vivo o muerto. He aquí -<> he ahí, allí- algo 111nombublc 4, c::N mnombrnble: algo entre al¡_,'lma cno;a y al¡~uicn, ;,.luicnqtut>ra e, cu;\l~¡uÍ('f:l, al¡_,'lma co~a. esta cosa, this thing, esta cosa ~in t>tnbar~o V no otra, esta cosa t}Ue nos mira v1em: a dc~afinr t:lnto n la semántica como _a la ontología, tanto al psicoannli~ill como n la fi!Clsoth (... ) 1.a Cosa es aún invisible, no es nada ,o1sible (...) en t:l momento en yuc se habla dl· ella v para pre~1ntarst: :;i ha reaparecido. No es aún nada '"]Ue s<.: v~a cuando se habla de ella. u

:t

En tant< 1 inJicc de b dcsap:urci•'m-n·;lp.lnci•'m fnrmal del cuerpo, or ser una suerte de prc 1mcs.1 dt.• aham\4101 1dd bbc >r,\r en la scparaP - lt. 1 cióo de la actividad humana del proycctar que la t\COmpan~ a Mano Invisible podáa simbolic.u tnmbién la liberación de los movimientos respecto a las limJtacioncs que impone la mate~a, la ~atura­ lcza: e:; entonces el anuncio de los g1..-stos libres y al rrusmo Ucrnpo, transformadores, conductores del mundo. Es lt\ formalidad performatiYa.'"' J.n que hac<: la m:tnl> podría ser, cntonct.-s, u~ gt.~to JX.>ftcocciente ;\ otr.l cm:;\Jen.1mtt.·nto t.le reson:tn<.'tas: bs m.ocmdas a la magia y sus poderes, el pase del prestidigitador. Pues algo m:igicu debe hab(!r en una figura que a 1.\ ,-e:t que 15 Jacques Dt'rrida, I:..<ptdms dt Mm:\', 1:-a t·¡,\&dón, ~f.1dm.\, 11.duori;tl Trott.t, 1995, p.20. 16 VéJ~c .1dcbntc el pnmcr ~lpattndo dcll·.,pírulo ,J ..1~:ls:t tomad.l 2>•. 17 y é.,se .1dclante el ~cgund•> ap;~rt.ldn dd mtsrno c:1p1tulo.

...

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l"nuncin lll1.\ promc:~a de justicia futura -un:< rci\·indicación por venir para In:. emple:tdos en e-1 St'ntido de que sus suf1imicntns serán compensado~; una ~ut:rtc: de ironía anticipatorin respecto a los ricos, :;erinl~ndnles que a pesar d~ sí colaborarán al bien común- c:s ella misma el a ... i~o de su rcali%;\cir'm actual. La Mano ltwisihlc do\rn cumpltmtentn al mtc:r~s de b sociedad, pew a la ' 'e% ) a cst:i cumpliendo siempre su prnmcs:t: los dedos son b afirmaciún dt.• ~uc lo que 11crñ, lo que nn ha sido, :;in embarg<' p es. l.o prometido c~t:i pr<.-sente, tndo In :tb.trca l:t presencia. ¿(_)ué cu.tlidaJ l'ttC;Ultadnr:t poseed tiempo en la metáfora de -\d:tm Smith? FJ gt.~to por d que la m:tno t,'UÍ:l a 1~ intereses del capiuli:;ta a mejor scrvtr a lns dem:1s, cen c.¡ué lapso se desnrwlb? ¿Qué distancia hny t't\lrc d dcsphlllte de r:tpacidad ahora y d bient.·star que vendr.i? ¿O una y mra situ:tCH.H\ acontecen ya, ahora mismo. y son p<lmdójicamente indtstm~uiblcs? La imagen '-]lle extrae del trabajar su forma, ~u lado formal, pmycctiv(), p:trccc de~eovolvcr tambicn un tiempo abstrae to, Cl\ttai11"J, en el lJlW el orden cutiJíanu de hs sucesiones se rcsucl ve t•n \ma et~pccie de :;in tiempo, m :tlguna forma de giru matc:m~tl ­ co por el ~¡ut.· lo templ>ral ~t.· reduce a una operación lógica, al gc::~to de tlll mago. ta ¿Y el c~<pacio? ¿Qué cs d df>ndc en que se desarrollad relato de la m:mr1 y su acctcm conductora? ¿Dónde está la presencia ~.¡ut.· ~e insinúa c:n un ambihruo ttdt"trá:m de: los dedo:;? La t.•xtc:nsrún de 1:\ mano podría estar aquí crm nusotms, en nuestr.t vida eondiana, duplicando, reescribiendo, reh;tcit·mln los suceso,., releyéndolos: lo que aparenta ser rap:tcid::td es trJduodo a factor rcll\':tnte para el bien común, lo mismo yuc el t-sfuerm del tr.tbajo y el cgoísm<> del capitalista.. Como sombra Jd aqui. pc1o a fin de cutnta~ tcKI:wía t.•n nut.-stro :unbito ¿Pero no podn;L scr al te\•és, yuc fuC:ramos nosotros los que n os encontr.unos <.11 cl~.~p;l­ cio dt.· ella -y de la presencia de la que db es índice? Ocurnna, entone<.':>, que serian nuestfl 1-; haccrcs los que la replicarían. los l.jUC S<:Ó:tn cjempliticacloncs de su mt>ddo. Ese espacio, el suyo. ¿tcndn<~ algún limite, alguna d1vtS1Ún t(:rntori:tl? 1~1 :tsunto es problemáttco porque en la primera aparición de la Mano, en la 1/:oní.t df lo.,. J,.,,¡_ fltitnfo.r Mqru/t!.~, no hay ninguna referencia a frontcr:t!l o :;cccionam.it.•ntc) IM Vr~Rc, m;\s ~clcl.mtc, scgtucnlc .lp.lrt.tdo )' el c.1pítuln ctt.1dn.

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La casa tonnda 1

lvnar en el extrMij@f"O

;\lguno. En lA Jvq11e;_a dt las NL1,7tJI1t'.•, (..Jl cambtu, lae~ accioncll cgoístal' son de capitales «domésticm)l <.)Ut: pueden dirigir sus ÍtW(..'tStoncs al p:tís u al extranjero. ¿l.a 1\lano ngc para t<xlos, h:ty una ~ob o muchas. una p;lr.l. cada rL1ción? ¿1bbria inc\us11 lln:t jcr:m¡uh de manos? ¿O en todos lados se trata de mana fc:;t.Ktonc~ lk In mtsmo? ¿Qut· garnnti)\:trb <.JUC entre tod:ts ::u:; expresiones se 1( •gr:mt un metaordcn tan cfic:tz comn d y u(.' l'l :mccd~· :ti primer "" el, al de 1:\~ accio•tcs de tal o cual comcrct:mtt? Existen muchas matwu~ de cnticar a Smith y de it'\tcnt:tr aprehcm.lcr o tnclu~o desmantelar :;u seducciún, sobre todo cuandc > In misma se ejerce como una <"~pnlogia con tcmpocine!l de: los mercados auto rrchrulados. Podría buscan:c, como chgc hacerlo Karl Pobnyi, demostrar ~¡uc lo:; supuestos de lo~ <.JUe parte: el conjunto de la tcnóa -la p ropensión innata dc los hombres a intercambiar. por CJcmplo- son falsos o se han mostrado tales a p;utir de l:ts im·cstignciune:; antropnlúgicas. ( J bien podría tntcntar~~ dc:~\·incuhr a los cconomi!'las de hoy respecto a su ilut~trc pcccur~or, sc11alando cÍimo, en la economía matcm.lttnJn de 11Ul.'~t n ~~ tlías, aun<..¡uc se invo~uc a Smlth. ~ t!¡ercc por lo gcncrnl un:t rcducc1Ún drástica de la riyu<.::r..t de sus rcfcrcnctns, temas y prcocupnctOnc:s. Dd Adam Smith filoso fo, (l(;Osador de 1:\ retórica, la astronomia y las pas1onc..s hum.\ll;tS, sólo queda un t~cnico de lo..; ajustes algchr.Ücos. ,., F..:nas e>pcto ncs de kcrur;\ ~~m \ .ilidas y pruducrivas t•n much11s casos. Pero ¡unto a las mtsmas., en di:üogo con ellas, tambtén scri:l postblc cn.;.war , >tro camine •, a saber, tDm.lf co scnn la profundidad de l:l stducc..1Ún c¡crcllla por b metáfora Je la Mano Jn,·isibk, como tal, en lot~ p~rrafos concretos de !<U apariciún; recupcr:lf, c..scuchar

cuidadosamente, h plétora Jc reson::10cia.-. e inntaciom:s a b fanmsía que ahí confluyen, y Lxtmer de dio un inJicc Je lccturn Jc la.-; rcotías económicas posreriure:.. Partiendu adc..111..1s de la propia su· ~c..rt·ncia smttlu:ltla Jc ~ue lns prndu(tn:; d el cnotl<:lmlcnlo con,..IIIU· yen dtspo::tlii\'OS para tram¡uÍIÍ\''lr o\ h Ímaganacic'•n, p:lr,l lh_.v:trl,l '\ Ul\ estado de :;crl'llÍ<hd a rravés d e 1:\ pmposicion de C.'\Úcnas im•tstblc:: -<<nnn b l\-lano misma- í.)\IC brind.1rían las concccionc!! f:tltantc~ 1'> Gfi. ~:tri P(ol:myt, I-t~ (;nm 1i.mc(tu!Hclitíll I.JJt ()¡(~rlfrj PolíllciJ(.f 11ru!lol111• 111 d• ."-.:nr.•ln~ 'llrMf'U. 1:1 t·dictón, ~lél:iro, Fnmll• d<' C ul hlr,J Et:• utnm1.:.1, 1'J'J2, PP· _, '1, S'i. 118 y ss.

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entre lo." suceso-;. Sería como leer a Smtth -y a la:; teorías económicas- dt:sdc Srruth; y recrear d nu:;mo prnp:,sito ~UL' Jo guiú al estu diar las conc<.:pcioncs de b ,\str(lnomín: cnlu.lf el éxito o las ltmitadonc..-s con yuc l:ls difcn.:ntcs teorías buscaron calmar la sorpresa, la intriga, d <.ksnsosicgo de la mcntc y llevarla a un estado úc: admiración. Si In. conciencia Jc 1:\¡; palabras de AdJm Smith se propo nía explícitamulte hl :~educción, y si las suhrcrencias, profundidades y apo das de su metáfora se hao diseminado, ;\surrucndo di,•er~as ,·estimen las, por todo d cuerpo de In tcorí.1 cconómic<l, bien haó.ln\Os ffi tumar scnam~:ntc el tt.:ma Jclc..-nC;lnt:lmKnttJ. Pues ¿cu:ü .:~. en últimn instanci.t. el mcn~aj(..· yue nos tnmmit~: la 1\.i.tno lnnsiblc' Que ya no tcncmos que irnm, que no es nccc:;;t· río <.JUl' no~ vnyamo:; a construir un mundo mejor por<.¡uc, tncluso ~n salx·rlo n• >sotros, ese mundo ya ct~t:\ a<.juÍ. No se rc..·quicrc, nt siquacr:t, <.}UC nos dcj<.·mos a no~otro~ mism~>s, nuestra finitud, d limitad•1 alcance de tlUl'~tra$ capacid ades para cuidar de los dcm~¡¡, la \'Írulcncia y descontrol de nuestr:u; pa~iones: t• ,do ello, así de parcr.u y tosco como es, recibe la guía de unns dedo~ l!UC conducen a Ll armonín. No hace falta <.JUC nus cmpci\cmc,:; l.'n un \'Íajc :1! ex tr:lfiJCrn en el inlc..'llto de amamos, de con:;truir por tin la comuntdad. N .ld<t se no~ exige en cu..-mto a brinc.1r las barn:ms de la epidermis y entrar en la intimid.'ltl dd oteo. Así en b dístancin y el encerramiento en liUc habitamos, construimos invísiblemt.:tltc una suerte de ((Comuntdad» en lo formal, por lo mene >s en la forma de lo (..]UC se ansmua trns los cinco dedos intangtble~ La po derosa seducción d e la m ct;\f,ll.t ... mllhMn.t raJtc:t, me p.ucn·, en <.¡uc la misma ímtaura una prolong.KtÚn, un lltuclm Jc mác. t·n nuestro pcn:nm· dt~to de partir y nns da b m:himn ufc:rta: que abandmlcmos ha~ta nuestra t<:ntaci•'m de ¡tbandonar. GwaJus pur c:sa ~L...Iuccic)n poderosa, ul \'(..'Z, LO efecto ya n os hayamos S<.lo ~eshaciénJonos m d camin o ha-"ta Jc nue:.tra huida mt.;mn- y dejado ards toJo: b c:conomía, la comuniJad, la $UCit'daJ, a nmotru..; mis mm. <~ui.z.í d encantamicnru llegó a ser l,ln fuerte, lJliL' sin darn' ~~ t ucnta, l.t ca~.t ful: t1 Jtn:ld:t, nuestn , munJo S<' C<.:rrú IC'ól-" d (11(':tporte, r huv, como sin sen tirlo, lo cotHt·mpla mos de..;Jc: fu(..'l":l. Y que baya l>cJucc1Ún o no, ahom t¡uc nos hl'mm. instalado en esta c:xtranjc:rin, aca..;, 1 dc¡c de ~cr rdcntntc. ·1'nl vcl' hayamos negado aJ til'mpo dcJ CU:\OUO ya no tmpmte -por U$:1r una frase y una sospecha <.le Onc:m

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El encanto del mercado . l , ~t)tac t'esottand n en l:l no los tema:: l¡uc acab amos e e c. . d. , . . . , 1 l tl mno \' c1 cspacto e su . hi nano im·H>thk.)) e\ c.u·,,ctn e e e r· , . !'<m1t ::m:~ ((1 , l l . l e1 lnd uccióm> nt >r con trapost.fi · · . lgcsroespcctra 1..4.: a« t" csccm c:tcton. e . . 1 d . l seducciones v t<.-nta-

Uno

:t

u

ción al exp\ÍctlO trabapr de losl cmp ca ."!lo,leasl~ me)·or distribución · 'O'O por a prom(.-sa e · cwoes pucst:ls en ¡uc,., . d' pc<.arama fYlr:l -' • "C comu 10 tce o •t- • t·sible Jc \•>S btcoes- pounan sen • po 1 . teoría.' cconómtcas de nuestro ttt mpo. leer ~~:bria ~uc ~..-mpt:nr,l¡ui7·.í. prt-st:lmlc >• >Í~c' :tia:> fe';;;¡:.; ~~e a~~~~~ la rcsenci::t tn lo mcl'cantil. A patt · p< tan d. prcst•ntc: y p . 1 r •potente: t<.'Ot:\ción de aband• )• a nnc-o, :t pccu tac J . r·-- r-··. l c~do mtsmn d esb rozar.;'".. , noc:o nar que habita co~ que t.>S. que constJtuyc a met' • .

Encerrados en el presente . t: · h a ~e eh en simul.. . . ah ca. El tiempo en su tnllmta ::tnc ur. ' . • • . St algo es, e:- • o . . M . ambono enuncta t.'1l \os SJtaneidaJ, en csccnano umco.. 1 . arta . -·. , ·\ rcsente:

z

.

.

.

·t prcp<)ndcr.meta mc:ludtbk de.:

gutcnrcs rcrnunos c:s a .

r

da a bebt'r .;u inmensidad ncdtnica se

el ucmpo !';C nos • · ' ' . · 1 .· tt·s ~ u<.. • • • • ·e da a beber en un vas<> mtnuscu o, tnstrul. : \

-recoge ~ s . . n ,·islumbrcs, cntrc,·tstones, . no r """• ... "n • mstantcs <.tuc se \:t '· • modo d e respensamientos inasible¡;, Y otro ru~e y aun otro . f l . . . y el cáli1 clcl tiempo tncxnmbh:mcntt: o n:cc e puacton. . . h y i no es aboca. no es nunca, C!t a ora. s .. :ill' Presente.. Stcmpre . l ttemnn la muerte que no es un mas a es otra 'ez sm e t·-. 31

dd tiempo..

. . . . . ndensa c:n un \'at>o minúsculc ,, sta gran corocntc yuc :seco . . . 1 . ero en c. d de hacer dtnstoncs, separar as lo hum:\ltl>emerge como capaet a la d . w.~..-tado y futuro. d' . ir en lo único que hav paree s e , ....• aguas. tsongu • :\mbiws de Ío <.JUC seci. Stemprc es ~ora y regiones de lo que fu~ y : '\Ún así con nosotros, habita también lo s1 no es ahora nn es nunca. . . '. ' ll . . () al menos eso. es yuc ya no es y lo q~tc todavta no q!;:l a ~cr. . p

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::u M.ari.l Z2JT\hmno, l!IH~I>n.r!.Dm.o,

2a c:dKión Méxtco Pondo de Cultur.t ' '

nuestra posibilidad o nuesln> mandato. Y todn producción de los hombre:;. lo t~cpan ellos rnismos o no, asume :\lguna forma de repartición de p:tsrtdo, prL·scotc y pon•cnír, en el medio único de b simult<\1\<..·iJ;~d. J ,.\ tcc 1rÍ:\ cconc'mlica no es una excepción. Aún cuando hable, <.·n b supcrticie, de cualquier otr.l cosa, es ya siempre una prnpuesta de lo yuc el pn:scnrc es, de la mancr.1 en que lo ¡;Ímultám:o se dtsyunrn o se une, se extiende o rctcac, t~c nbrc o condensn. La tc.:c>rí.t del mercado:1 inicia recortando un lu~r para la utilidad, noción nunca del todo ddinida bajo la que cabria cnglolY..1r térmrnos t.'llcs como fdicKLid o placer, tan ambth'Uos come> d pri-

:! l Cl L'XAffiC11 Jc 1.1 tc:oria del nl<n.:.tdo que a COOtlllUJCIC>n se· prL"$Cilt.\ tltflt con'lo • rdcrcntc princip.ll 1..1." euoorxíoncs de Rjch1rd n. :O.kN:nzac: y Gordon TullclcL, ~n TM N(l •ll'Dn'.t t( l1iWIIOMii1. E...phmlirJIIS /11(0 tht llNJIIúll E.:.¡)(tirl/ct, nc .... Rt~:h.ml D. lrwm. 1981. 1·:0 un cnsa>'' .mtt:nor resumí y rccon§truí ht teoría .lrtscul,\(1.1 por c~to~ autnrc·s por medin de un conjunto de enunc1:1dos (qut s~ presentan ahor.t Clln alguna~ rnoditicacione:;): 1. La economi:l <'SnrdiJ JI indiVIduo; 2 PJ tnlitvtJuo c.~ quien püsee \",dores,. t>"•ma deci5ioncs y xnh; 3 . LIJ Ml.i~IOOc~ ~ntp<tlcs e: inshluuon.tks son et efecto de hs dcoo;1oc1~ lndJ\·1du:Ue~. de ltc'h" se t:nnsíder.m cmnu docisioncs mdrvrdu.!l~; ~. Los mdividuos ,t~,;tú,m busc.Uldn rnejonr su siruaci6n, ~in import.lr -tUc hayJ difercnct,,., ~ntrc: lv llue ~o:.tda \1110 dc.;t'.l .tlr.mz,tr; S. El qut Jc,s indivuluos tr.rncn dc:cisirmcs hhrcmcntc n no, cs rrrdcv.mrt>; 6. El ind1v1dtu) ~ilmprc digir.í m-.i..; dt· In qut: qurert· v mcno!l de:: lo 9ue 11'1 4111trc; 7. Elmdrvtduu no puede .tk.mt.lf un mundf) perfc::ct<>, P"r lo que: onttnl.l m.L>.tmt7,1r ~u ubliti.lJ: El. Ma.'l:tffill:tr b utJird.1<J I.ITiplir:,, tom:¡r dt·cisioncs entre: .rltern:uiv.l' relev:tntc~: 9. C<»tr• t's el v.tlor de la mejor .tltcrrwnva a lA que sr rtnuncl.l: \() , Co~ll > .\1,1/l,lfi.Ú CS d Cl):;tv dc: ( ,ltl.t llUC.'\'3 untd.\J de Uf\ bten consumido; C.Wol nue'-;¡ un1li.\J cw•~umtlh de un b1t·n nnplt...~t und rcnunl't,l m.ís cnstn>.l. JI. 1-t sum.1 de los cc..sto~ m.t~lll tic~ mdrvtduale~ cnn~tm1yc la c(t¡tcJ gl,lul; t2. Ufllitlad M<lf;guru/ t-:1 b utilid.1cl de: c.uh nue\'.t unu.l.td de un bien C'lll~umtdo¡ oda nuc~~.¡ umd:1d dt un hicn consumto.!u produCl' un.t uultll.tJ mcn..r; 1.\. l...1 ~um.1 dt las uhhd.1dcs m.,rwn.tlc~ rntlimlu.tks cun~lttuy..- l.t dt!Nulttlfl glob:ll: 14. Ler dt· lt dtm.m&t: clmd1vidu• 1 • •pt:t por b m tror unltd.1d y el rnt:nor cu~t·J: 15. Cundtel; •n dt ~ulthrn•: clln<h"tduo Ctonsumtr.í un hum h;!St.i que su utihd ld margm.tl ~e 1 1~1.11 .1 ~ costo rn.trglll.tl VéBe. Gl·r.cnlo de IJ Fu.-ntc: L -.r 1, Kl.l Sutcto} d 1\lt-rl .td u~. en i\l,¡ntltor .\g\1\l cr (coord.), Ctill<tl ,¡,¡ Juittu. 1.\ tdl~tún, Mextco, F.1cult.tJ dt lrl•1~nti.t y 1... tr.l(, 1 '1.'\.\t, 1990, pp. 1-13-1 'i~. L.1s c.tcorÍó'IS cconómu;as» -es mi hipcitesis- so11 di~cur~os que M construyen, en lo h:ísu:<.>, con refert'ncia a Lt teorl;¡ y al vucJhulario que: enhe tiran los cnun(oJdo~ cnhstJdos; y.1 w1 1¡ue lo h~ c:mpjtJc:unente -dcslrrolhm '~' cstt: núdtu tcónc()....., o l>~en polémtemlCD~ -proponiendo nx>dotic.KK•m·-;, fn.lll:r.mtlr¡ o rcch r/.tml" u1 o 1..'\l.tl ;upcetu pdrticular.

&onómica, 197~. p. t\.

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lvnw en ti extran¡tro

La casa cornada 1

mero. La u tilidad ~e localmt únic:tmente en determinado~ espacios, que Jl:tmarcmo~ en adelante inuivtduo:-~ cconómi~os. En esa ~ismn ubicnción exclusiva Ja teatí:t p<>nc toJ:t~ bs acctones y dectsJones posibles. Sólo los inJividuus <.-conúmicos, pues, poseen utilidade~. toman dcdsiont·s y actúan. Sólo ellos son los sujetos del mercado y d merc:tdo pmct· únicamente un tipo de ~ujeto. Los in~..\iyiJuos económico~ nn dd>Ln confundirse con las pcr~onas, que, como tale:;, no forman parte de h teoría. Lo~ hombres y mui<:res singubn:s sólo cuentnn en la medtda en que pucd:t c:;t'lblececsc que mcorporan t'll su seno mdt\ Jduos cconúmicos. r:J dispositivo pam n::tbi':-~r <.'Sta idt-ofitic.\CÍ.-n1, para d~brir M efectivamente un sujetu del mercado habita en nosotros, es lo que se conoce como <<reorh de la prefcrcnci:l rt:vel:tJ:l». Amnrty;\ Sen expone en los siguiente~ términos b puesta t.n ;\Cctc'm dL c:;t:t úhtma:

l:t rclcv:mcia, la no trivialiJaJ de esos acto:> mundanos por IoN que prcft·rimo::: ahor:\ un disco a un libn>, o quedamos de pie en , e/. dt• sen tunos: hace de l:t preferencia una rc,•claci!ln. . Los tnnos tenues y lo~ ritmr,s p:1usadns deJa..., inumer:thl~·s op-

Si se observa que usted escoge'\: y rechaza Y, se declara que tiene una prefcn.. nct.l «n:' cl:tda>) por X sobre Y. Su uriltdad persnn.u ~e Jclim· cllt< 1ncc:; stmplcmcntt· C•1mo una reprc:;cnt<tción numérica de c:~tn «preferencia», asih>nnndo unl utllidld mayor a un:\ opción 11prefcrida».l!

U!ltt:d

El b,·chn de 1.1uc las p~.·rsonas prefieran, elijan, ponhran en movimÍ\.."llto a lo:; H1¡ctos yuc incorpor.ln, aporta un factor dinámico, un soport1.. , ivn, 1 Jo qm: Jc otr.\ f< 1rma ~l ri.ln inc:rt1. ~ agrupamiento~ Jt· utihtlad; pcm :tdema~ hace que esa din:ímica se ,·uch-a importante, m:is aún, Jcscable, defendible: seductom. La preferencia revelada asign:1la utilidntl, localiza al individuo económico en nosotro:;, p~~o al mismo tiempo vuelve emincntc al hecho de optar; tr:J.c a coi:tcJon

:\nucty..t Sen, ..l..o6 ·1;•ntO~ lu.:t<•n..tb: un.\ Crit1.:.1 J.: k•s Funcbmcnto~ Conductist.t.' de l.1 Trorí:l EcfJnt;m•~·"'· en f"r:ml; Hum y 1\brtm llolhs (t.:ds.), Pt/(lsnjÍ<ll J(fní.J T1v11ómic.J.. b c:dtetón, Móaco. _1986, pp IRO-IIH . .\Lis add:mt~ ..:ruu:., ::-en: o(&: ;~s¡gn.l un , •rden;lmu.-nt• • dt prctucn.:1as :1 uru pers01u, y cu:ando es ltC:.:c~ann se ,up•Jnc: que c:stc urd~namtento rcflt:J:l ~us mtcrcst:s, rcp~t-scnt.l su bicnc:$t.lr, n·~ume su idC'l de lo que dclJter,\ ha..:~:~c. y Je~c:nhe sus cle..:ct~1nts y su comport.tmttntn efccbvo. ¿Podr.i h .t~:er tltdl> cSh.J un un\c:rumrcntn de prcfcrcnCt.\S~ pl·rsOJu ;¡q dc:scrit.l put-dc ~cr «rncton.W. en el s~~tnl<.> l•m•t.tdo de.- que no re'·~lc IOl<•n~•~tcnci:\S en su cnmport.urucnto de eleccton, pc:m st no puede ::!:

ctom·s Chltdtan:ts adquieren una Intensidad p<.-culi:tr. Elcccionc:; que en la m:tyorí:t de los casos pas:trían des:tpercibtdas mientras se picn:;n en orr:t cnsa n en nad,1 ck pronto :-oc cunvicrt<.:·n en índtces, l'll inJic:tdcms de un a~pccto c~<.:nctal de In r<.·al: su impcrfeccil.lll. l ~n paL\br1~ dt.: Rtch,trd Mackcni'ic y Gordon Tullock: «en todo a~udlt> que se rdil-rt a los tndi,·iduo~. el Nin·aru nunca scr:í alcanzado (...) Fl tndi,·idun nunc.t obtendrá un mundo perfect<., y. por lo tant• )• dtbc ;lc<.·pt:tr b segunda mejor opciün, <.JUC c<u1:;tstc en m:tximtz.\r

:;u utilkhd n tra\'é~ de: su ccmducta.>)1.\ Pero e~ extr:u1a la forma t'n que a partir del t>ptnr se infiere alg~' aceren d(• h1 ttnpcrft·ccic'Jn dd mund• >. l 1:~tc punto llucda mejor ilu~ trad• • si ~e considera b t.ldinicirill de co~t•, ~1uc aporta h lt:uria dd mc~c:tdo: «El costo de h:1ccr o tener algCI es d ,·aJor de la propia mqor :thcm;ttlva ah que :;t• n:nuncia cuando se hace una eleecióm>. 24 ~Pc1r '-]lié elegir cualquier co~:t tiene un cc;sto? En b mavnrh de las deccinnrs nrdinaria~ la tntroJucciún de la palabra 1<co~to•1 -ln renuncta-, <"Oll sus r<.:~rmancias de pcn:t, csfueo~> v tri:-ott:za, de re· signacic'm t•n todo caso, estaría fuern de lugar. ;(:u:\l.sería el c•,~Ho de ir al cut<.' y no al teatro si fuer:t d caso de que 1<, yul· :;t· qUJcrc es n:r una pdicula? Sin duda existen situaciones en qu<: no poder re1tlizar algo c:llh,l pesar, ocasiones en lJue decidtr es un acto traumático y los vocablt ~~ !fCOSto» y ltrcnunri:l>> operan como buL·nas dc~cripcio­ ne~. Puo clln nu eltmin:t los múltiples momcnh 'l' en <.jlK se elbltc-llc guste•samtnt<. le • que se .tp<:tt'C<., al men• )S tcmporalmcn te, :-o•n sentir la carg:\ d1.· !.1 renunci:t.

Por J,, dun.1:', ¿c:·fh:¡ut 'l'ntido ,e n:nunct.t :\ lo ~r": ""se h.1 po'>l i.l••. tcnit.l< • o qt·r~tJn? Si :tlf.,'111tll di~ dcsarrnll,\T una \'ida acad~mJC.t v nu hacer C.lfrua tk l>nh<. m ir • en la mt'l~tc:t, cunnJ, r no salx: car~-or.tr Sl<.j;lltr:t un tnstrumentl>, ¿en Yl'rdad rcnunci,\ a la mú~ic:t? ¿'Indas las dct:tstonc:s empubr<.·ccn, aun<.¡ut· sólo fuera porL¡u<: hacc.:n parcntl:'" llls ((costosiJ, es decir, bs tl'nuncias yue el hecho de \'Íyir c.onllc,·a?

l.'""

utilizar e:;t:\s lh~tinóones entre c:oncc('tOS muy dtft:rent~ du·cmos que es un ton· to... Tbid, p. lU.l

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:!>

Ric:hJrd Mcku:m: )' <.ionlo" Tullocl., TI, Ntll' II'·Orl.f o/ E,.lHflll'llr<..•, '1'· .it, p. 10.

~ lhirl, p. 11

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Amar ~n el extranjero

Cuando el escoger se ilumina, se t1 ,rnn cxtn.•mndamentc relevante, adyuierc una urgencia tras la lJUL' resuenan los temas. de la fUlitud y de 1:\ muerte. Por<..JUe si bs opctones son de pronto ncuctantcs en el sentido de <..¡ue implican un ''costo» y obli~an a ma~tmizar la utilidad, ello se Jebe a yuc se cicne un tiempo limitado, a que se puede morir en cuak¡uier momento. $e nlor:m et~tonc~s hs nlternati\.·as, consumir esto o ayuctlo, pen~.mdo en <..¡uc st se dtgc una )'a no habrá tiempo para reali7.ar la otr.1: d f:llkcimicnto es b renuncia definitiYa, completa, el costo m:\x.imn yue revela }' es rcvdado por las decisiones. 1·:1 mercado v su temía se dirigen a dosilic;tr, ndminis1rar de lamanera más dica% posible, la amen ata de Jcsaparici•)n 'luc l-e cierne ~obre In \·ida humana .Maximtzar la utilidad, buscar las estrategias p.u.\ lograr la scgumla mejor opción, pues la primes;\ t·~t:l vetbJa, constituven d designio y la oferta. Pero hay d~:ma-;udo apn:suramiento en cs•l composiei(m de tonalidades opacas. Puc:s un htato st'p:1L\ la conslatactún de la linitud de la sistemática expectativa de la defunctún, esa yuc Yudve acuciantes las opciones, hasta las más tri\·ialcs. J•:n la teoría económica se pierde la posibili<.bd de.: huidn, de ruptura de los límites, aunque sólo fuera en la ficci1'm. J,a mLK'!'\e segura pasa de paisaje de fondo a obligacic'm dosificada en la neccstdau de Yalurar, de asi¡.,rnar 1<co~1os)) a todas las cosas, a las yue se tlt'nen y a las que nunca se temlr:ín. l•:sra propuesta de.: restgnactún, que podría ser calificad.t a vece; como r~li'Onablc, incluso sana para tramatar por la vttla obteniendo Jc¡s (sct,>untl• >') mejores n:sultados, guarda un.1 incómoda paradoja, pues :tl mismo tiempo yue ensalza 1:1 posibilidad de escoger, de realii';\r o alcan;~ar, itwoc:t. impon<.', obsesi\·amcntc, el fantasma Jc la finitud. L:t argumentación está basada en el supuesto Jc yuc cuandD optamos por algo renunciamos :tl mismo ti<.'mpo a otra cosa. Sin emb:u·go, ¿cu:\1 es el e:>tatuto ontulógicn de la l<~egunJa me11 >r alternativ;\ a la <..¡ue :.;e:: renuncian? Por lu mc.:nu~ <..:n algunos c;\sos lo no ekW,do no era: no se lo poseía, no se: lo h:tbÍo\ <:¡ercttlo, no se lo tc.;nín, nn extstía. Pero según la teoría, al¡ud No· ·Ser, era eminentemente un Ser, con un Yalor de n·alid:~d exactamente eqwvalente a lo yue se tuvn, a lo realizado, pur el hecho de.: haber optmlo efectivamente por ello. El pre~ente que impone la teoría económicn. St' vudvc así sobrepoblado, exahustivo, masivo. 1•:n d vaso mtnúsculo en que se::

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La casa tomada 1

da d tiempo todo, est:\n las cosas en una actualidad sin sombras. Todn es, en efecto. Tanto lu seleccionado como lo rechazado. Nada en d presente es cu~jctural o potencial. Cada ,-ez yue se selccctona, que se consume, un J:l.bún por ejemplo, es como si se hub1esen teotdo re~m.cnt<..' todo~ los jabones en los brn;w:;, y el hecho de comprar uno stgruficnra el doloro:-;n proceso -la renuncia- pur el que el cargam<:nto fue~e arranca~lo de las manos hasta d<..iar sólo una pieza. .Ahora bten, el merc;Kio no es st')l, > preferencia rc,-clada en el senttd~) de algo que s~ dcsc~bn· en una persona, sino que supone, ademas, un compro1111~o. un tm·olucramieoto: 1mplica poner t'tl juego 11prcferc.:ncias)) p<:ro también, y wbre todo, <untewscs». Ya lo dice el lugar ce nnún: el mercado ('S el espacio de coofluencta de los c1intercscs Índl\ H.Ju:tJcs». f .a (t Jrm,\ en lJUC 1 >pera Ja 11UC!Óil de <cÍnteréSl>, con su ~on¡unto de sus resonancias y di,·crsidad de cargas s~:mánttca~. result.l tlwntnadora en rchci1'>n al carácter del «presente» gue 111 >S ofrece lo mt'rcantil. . En la tcorí~ econ<'>micn el conccpto de 111tcré:.; ha llegado a t<:ncr una stgntficactun c~trechn, que lo tdcntificó con d deseo de lucro. Pero la histo.ria d~ la nocic'¡n es larga y su polisemia comple¡a. Ent1·e las resonanctns dtversns yuc aún convoca el vocablo, d interés pLlede a_prehenderse como mcncí1'm concentrada que supone un cálcu lo, cwrra aslucta. 1•:1 térmtno también podría implicar una ,·a\oración u. una dctcrm111atl'l tdacton con (•1 mundo: algunos ámbitos de la "'lda.' algunas co~as, reclaman una actttud especia], son merecedoras dc_«l?t~rC:s» en nedio ~fe otras acutudcs posibles. J.a nociún podría rctenr, tnclu~' a una cteru cualidad de lo dado yuc llama, atrae; es cuando se dtcc Jc algo que «CS intcrcsantcn. El in_t~r<..:;; j:th. Como cu:tndo st· otuq.,>a dc.;'<licacíón complct:t n la con.~ec~cton Jc algu, o h curit.>Si,lad se \'e atr.úda corno por un imán ha~a ctert~s cosas o nctividadcs. J•:n talt-s casos se p0ne tn juego un.1 a~~h¡J sena, gra,·e, a h n:i' yue Jcyemente vnluptuosa, una inclinaoon dcYoradota. Un cicrtr> cálculo hnce sicmprc su apariciún: queremos alcan%ar algo y tcm•rln comn quien acecha una presa.

En su \'Oluptur Jsidad )' dlcul( 1 el intl.'rés puede ser extrcmada~cntc diverso. St con~idcmramo~ lJUc hay Jtf<..·rcntcs cosa~ CIJn cua~ttlades que bs h~rínn intl'fl':i:tntt's de suyr¡ podríamos aprchcndt'r h tm:tgen de llldt\'!Uuos atr:tYesados por muchus intereses distintos j:tlo n ados h:tctn Jin:cciom·s Ji~imbulns. No es necesario que postu~

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La~ tomada 1

kmos que la uni!..bd de lus interese.:~ <:~t.1!Ín dada por In cakulabiliJad o la voluptuosidad. Pouria ocurrir 4u~ b~ fnrma~ de. calcular, de claburar ~:"trntcgin:;, fuc::;~:..n tudas llL\:; s•ngulare:;; lo trusmo qw: la p:t.">ión que cmbarhra :U lc:~r a Kant, n o ~e-ce :;imil:lr ~ ~ que ; rrobJ. en h c.:spl,r.Kiún de un.1 ptd .mhdaJ.1. Sm Jud:1 '\l' poJna tntcn1 ur cnco nt r.\1' lkn• >minado re.:.., CCitnUIH.''- 1-l.lbria <JUl t<")mar L'fltonccs dcci:.1onc:. rc:.pccto a la relc"ancia o al cJ.r.1ctc.:r accident<\1 Jc bs diferencias. De cu:tlc.¡uicr iorma, ello no dunituria l'in mi'> la comple¡td:t~ del término v aún habría que explicar h c~pt-cilicid.lJ aJ4uinda por ellnreri.-s l'fl c;Ja c:sf~.:m hacia \a lJUC se Jití¡e. 'í ('O rdJcit'• n a c-;tc, último, <:1 mtcrés :;upont.:, es cierto, una orienfación, una di~cc~ión,_ un mo";mil"ntu-hacia. Pero Jc ello n<"' se sÍJ-,1\lC que todas las tnclmaCIClncs, los <<ACStos-hacÍ:~>> SL':\!1 n.:Jucciblcs a uno solo, u que la$ Jirl·ccioncs apunten ;\1 mismo de~ tino. Podria ocurrir yuc la'i oncntac1ones no ~e ub1c:.uan en d mismo ph\110. Podria sucedt·r, inclusn, guc.: la din:cci~n no tu~·ie~a un lugar y que la voluptuosidad se e1m~umam y C<111S\IIn1cra en st m~sma; que se m:mífcstara, más que como afán dcvomdor, como arrobarrucnto en la sercntJ;\d F.l térmmo J'-ia ab~<.:rta b po:.'ibílidad de c.:¡uL toJns las din.:cciunc:;, c:ílculo~ y \'uluptuosidadcli fueran cttui,·alentcs en algún .sc~ti­ do. 1\.:nJ d~:ja abierta esa cvcntunlidad s1n clím.imu <.:nn dio b h_tpot~­ sis de 4u~.- cada intcré~ fuese inconmcn!>urablc cnn los dcmas. . En toJo Cl.W, 1:1 palabra. el iotcré>, cst1hkcc un~ tensiÓn .entre l_o p:u:ttcubr )' lo gl'flecal de cada ori~:..'fltacit'm, l~lrntcgL'l }' ;tpaslOt13nllCtltn . , Una últtma tl'Sooancia Jel interés. d cuid:u.ltJ, 1:\ procurncum. PorquL :tease> no sea tanto la calculabilJJad, el diseno de cstratebl"\;'~ ópttma:; para alc:mzar f111es, u la voluptuo~ndad, lo c.wc .;c pnn~ en uego smo más bit.:n la atención. los scntJdos alertas. N u t:tntc• d 1 pb~. !ñno líl ddicadt:t:•l x~:quenda, hl habilidad pam sTu >Yt.:rsc l'n d terreno, p:u:1 pisar LO los lu~rcs y con la fuerza ~li<.'Cuada, o>rnCi ¡.,>ato subre b repisa. Lo que nos jntcrcs:l r<:cb.m;\ cu1daJn Y com~ro­ m<.:tc. Un 11wolucramiento no neccsariamtntc fuerte 1:11 yuc no siem-

pre hí1~' jurnmmto de bam.lerns. El interés supone comprotni_so•. pcro l.'Stablcce una cntrega que, pu1· tln lado, c~t:i t>ujda n las vanactonl·~ de b volupruusu:.\aJ 4uc él mismo com'<>C:t -de tl\1 form:1. que podrían mmpcrsc promesas por cx~:~:sn o falta Jc celo- y, por otrn parte. Ol) hay nada L'fl el inrcrés yuc tmplíquc úmcanlt.'ntc pe~t.a m:nc1a 0 cstabilidad, que lu exima dl· c:.u c:1cictcr como afccCIIlll

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?umruu. Es ~r es~o úh1mn quc I fume o J\dnm Srnith ~iguieron tncluyendo al totercs en la li11ta de bs pasiones, tan cvanesn:ntcs ell.ts, a_ pesar de co.n~idemriC> más fuerte, predecible o estabk, que otros upus de apasJOruUTUento. L'l teoria t'Conómtc:t actual. sin embargo, reduce el interés, lo umfica en torno aJ desee> de lucro, y ,·ueh·e trnducibles a t-I :1 la.~ demás pasiones. Empobreced término, lo mut1la. Ltios de considerarlo una afección. un apasionamiento, lo convierte L'n una constan te: Postula <¡~e $Ó!o hay una ~i~ección, un dlculu y una ,.0 JuptumtJ&ld. Sólo hay.un mtcrc.-:;. De los IOICIOS de la Economía Política Clás1ca a las e~rnc1ones con~'tnpor:íncas, los hombres pasan de pletóricamcntc apastC\11:\Jos, :t umformementL· interesado~.

'!

~in embargo :U emplc:1r la mism:1 palabra y e\'ocar con ella armomc( 1s que refieren a conc~:..·pciooes m:\s ricas y diversas, c1 mu cado}' :>u teoria '':m l{'jicnd( >~u seducción. En bs reson:tnctas incorporadas --pt 1r mc~lit >d~ la teorí:1 .de la preferencia revelada- a lo que de otrn fc >rma scnan ~oJo Ofl\:rnc•oncs formales en relación <l. utilidades, se g<:sta la vcro~imlluud de un decir que en bu~:..'na medida conSlSk en un c.ílculo matem:.tico.. Cu:1ndo se pone de manifiesto b finitud, la amcna;o:a OL' muerrc -<uandn se sub~aya <¡ue todo tiene Ll11 costo, como si todo, h;1sta lo yuc no es, <.'!ltu~·~era presente y a la mano-, el clemcntn Jcl cuid,W<>, de la ~fL>eurn~tOI\ q~ late t.:n 1~ noción de interés. adqutcre una ~on peculiar. Se tletlc poco tiempo y hay que renunciar; es nccesarto, por t.lnto, agu:-ar h:tbilidad y dcstrc:-:1, extremar la atcnd<Jn ~fundtzar !.1 ddicadc:-.a. El compromi~o débil que supone c1 in te~ n.-s L't1 una de sus acepciont-s, s~ endurece: la cntrq~a se soliJitica por la finitud. Pero d mercado, :U mismo nernpo y~l' acrt.'CÍ<.'t\la la gravedad dd m\'olucrnmicnto, tl·cupcra la llgueza 4 uc re1úa el inte~s _c~andn e m considerado una pasión entre: otra~ Pon¡uc la m~no H\V1s1bk, o b suma aJgebraica llc la~ utihJ.tde:; indn idualcs, garantt zan qu_c lus dcctos. ~e las opc10ne:; !'er:ín filtrados, guiadiJs, por un m c:camsm_o automattco tnn ma~tble como saptcntc.:.

(<L~ ~·1rtud del mercado e~ que dispersa 1:1 responsabilidad pnr y ::us efcctoS>I -<:unstata Daniel Bdl. ~> Lo mcrcanlil

l:t!! dcctswocs

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La ~ tomada 1

produce una situación ambigua en la que ¡;e es .agudamente responsable y al mismo tiempo todo estaba ya cscrtto, o, en todo caso, depende de un dispositiV"o de aju~tc en ~~. que Sl: puede confiar, tener fe. J·" m.'lno inrisible, al dcsrcspon;r.abilizar, <U lugar al encerramiento solipsista del Ífl<ID•wun al m tenor de sus trontcr~~ Esto porgue las accionc..-s individualc::;,. ~~rsas, ca~tlc~s: producen orden a costa de eliminar la intersub~uv1daJ. Lo., andl\"tduos no se enfrentan unos con otros, sino cada uno con el sistema de precios. 1:n luh>ar de la palabra en comunicb~ _se pone en .rcác~ca un cálculo solitario de utilidaJ. No hay relacton con ;llgutcn !ano con algo que se presenta como exterior y objetivo, como la naturaleza no humanizada:

na1o competencia perfecta, afuma Spico l~'ltsis, lus p_arti-

cipante~ no compiten realmente uno~ . con otros. La ~ttua­ ción puede ser comparada a ln de un JUgador en un Juego de n-pl·rsonas, donde n es muy grande. Tale~ juegns son rcduetbks a Juegos de una pen.ona cnntca la tl.\t\lr.tk·;ra, donde el oponente no tiene ni ohjetivos ni estr.U<.'gÍ'l conoctJos.!<·

1•:n el paso del individuo a 1:t comunidad, del comumo particular a b tlcm.1 nJ:\ glob.ll. no hay, C4 lll'lO pndrí.l encontrarse en 1lobbc~. Rc~~.;scat~, tlumc o k.ant, d c..-stablt:Cimicnto de una esfera de la e;tlca.-poltuca. El orden se produce, pero de maoem e:ottema respecto a los 1~-iduus: d balance de los costos y beneficios de cada uno se rcallza mecamcamcntc y en silencio. Micotrns que tras la «mano im·isi.ble» tal como .la propone la metáfora de Smith toda\"Úl podría barrunrorsc la prt:s~:ncm de al rnenos una sombca de lo hum:uw; detrás de los !'unundos } operaciones que realizan las teorías c:conomicas sol:tmcnte queda una callada, Y sin figura reconocibl.c, furmali.dad m:ucm:itica. . El silencio de un cálculo. A todo lo largo de la teorJa contempociaea del mercado, está ausente la capacidad de las personas pam hablar y ello a pesar de que uno de los demcnt~~~ que •. sin duda, tienen mucho que ver con la seducción mercantil, cons1stc en los ecos de los pacl;\mt:ntos vivos, agitados, pacadigm:íticos de la cscen:\

com.unitaria, que tienc:n lugar en la pla:.:a, el mercado en ese viejo licnttdo en que el regateo ejerce ~u reino. Si los individuos de la teoría c~o~ó~nica tuviesen, cnn todo y su f;Íicncio, un lenguaje, éste coo~tann ulllc: ~mentc de componentes lógtcc>s, sería un esqueleto, un ststc:ma t:t'tnctruncnte formal que pennitiri;l rc::tlizar opc.racioo~s de cálculo y dc:Jucoón. Si se csrablccc un presente general subrccargado, las expresiones, los cnuncJ.adn::, adqwcrln l.t forma del indic-.ttivo presente del verbo St't'. Todo es: tan tu lo yuc se ttene o puéde alcanzarse como lo . , pma..; l~mdu }'a. ~o que se «rc:nunci:t>> pon¡uc en c:;t.· ámbito In I.JUl' no ha stdo tambu~n es. ¿O no es cicrto que sólo se puede renunciar a lo que: c:s? El copamicntu del espacio por la presencia sin vacíos, procr~-:t la prlcminencía de h oración indic:1th-:1, de b proposición. Al mtsmo ttc:mpo. com11 ~cn.tl.l Derrida en un textu sobre la fenon:cn<~~ngi.a d_e }.Jusscrl, ello abw lal! puertas para una formnhzacH m Slll tcrrruno. .1::1 domit1io de:! pre~cnte, afirma el autor de MdrJ!.t'l~r.,· dr la Filosojl1.1, supone «un núcleo de sentido lógico, en la fonna u_m,-crsal y pretc:ndic.l:lmcnte silenciosa de Jo que es presente»; y m.~ adclnntc. añade.. un1 co.nsiderac1ún (¡uc, aunque dmgida a b filusoha, es pertmcntc paca nuestro tema:

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Podt•mos entonces pcnsat yuc el sentido del ~er ha sido limitauo por la tmpostcu'nl tk la forma que, en su 'l'alor más abierto } dt.-sdc el ungen de la ft.lo..•;ofh. le habri.'l asigruJo, c~m Ja autonJad del Cll, el cierre de: la prescnci:t, la prc:::::c..'floa-en-la .forma, la ft >rma-prcscncia. Podcmus pensar, por d conlr.tno, yue la formalidad -o la formaliz:1ción- está limir.1d1 por d :sentido del ser que, Jc hc..-chu, en la totaltuad de su histona, nunca h1 Muo separado de 11u dcterminactr'm t.•n presencia, bajo b excelente: \'ÍJ..,>Ílaneta del c.·s (...).!7 Fl merc.1Jo Implica, pues, l:l1cl·rramiento en un presente s1n ck~garrac.lur:l~. en b form:t-prl:scncia del t<l'S>>. Pero rambién como au..,>Ícrc Dcl~uzc,la formali%:tción, ht reducd'u1 a lo l<'~t,'ico, ÍT~plic:m 'nclaustr:·unlcnto en un Yo:

:!6 Cit.1do por Ro~ O. Keoh.mc, "1Ptr llf!OOIOJ!)· Coopttr111io" 1111á Di.urml 111 1~ líolld r,Jii(/(1.1/ n.v.II011[1. la e~ltción, F.t.:A, Princct(IO Umvcnmy Prt~~. 198<1. p. 28

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Amar en el•xtranjero

nosotros como máximo "ivimos en una lógica de las relaciones (...) La disyunción la convertimos en un «O, o>>. La conexión erl un:t relación de cau~a efecto. o de principio consecuencia. Del mundo ñsico de lo11 flujos ;lbstraemos un reflejo, un doble exangüe, cc>mpucsto pt •r sujetos, objetos, pn.dtcados. rclaCJijnes lógica~. f' '\traemos de elote modo el ststcm::t Jel juicio. (...) Pero c."\da \"e7. <.¡ue una relación fisica sc:.l tr.lduoda en ,-incuhcioncs lógicas, el ¡;Ímbolo t:n imágenes, el flujO en SCb>mentOS, h:tbci <.{Ut: Uecir que d mundo ha muerto, y que el .1lm:t colC'ctiva a su vez está encerrada en un yo-.,.

Atrapados en la prcst.-ncia, porque todtj el~, y sobre todo. aherrojados en el cces», c.:n la presencia -sin fisuras- de un Yo: el propio cn primer lugar, encadenamiento en las proptall fronteras, sin (X>sibilid'ld de huir, de no ser algo. Encarccl:~miento en la.pre:,;cncia, prisión del presente y del sí mismn. A puertas cerradas. El mercauo restringe el futuro: la elección - lo indeterminado, lo que está poc consttuirsc, 'lue no ha sido o llegado a ser- se reduct: n selección pon.¡ue ya tndo c11. Cart:ce de sentido en el ámbitn de h prcsencin una afirmación como la de George Steiner: <da capacidad dd hombre para hablar de 'los combates navales de 9 mañana' posee el extrai1o poder de dar forma al mundo~ , porque el cosmos ya siempre tiene, y es, 1a forma mtsmil Donde falta b po~ibilidad de negar lo que es, de ubicarse en otro lug.u y no (!n la presencia-pre:.ente; Ahí dundc d enunciado indicativo absorbe y se rcaprop.ia. en un si~ tema lóg1co. lo conjetural y ficcional, lo falso, la mentira y el enrn:t.c;c:u::urucntu, el maquillaj<: de las palabra:;; ahí donde lo que es y lo lógico se 1dentific.-tn, los indiriduo~ terminan atrapados en sí mismo~~o Porque sólo <<gracL'\S :ti 'maquillaje' del lenguaje, d hombre: logra, al mt'nos en parte, salir de :;u propi.1 piel.».)() ¿Cómo puede :,;<.-ducir un mercado en el <.¡uc los indi,;duos se li1lk-s Dd~"7t'... '~•<·t-.t.~chc y S.tn I'Jhlo, l.:twrcncc y Juan de l...JtmOS... Gititu edición, B.m:\'k111,1, :\n.•b'~"·l!n.t, 11)'>6, p. 77. 29 ( icorgc Sr~uwr. De·,pm:, de• U¡¡/•~l , lif't'o'/111 ,¡..¡ 1.ti/~IIJJI' )' lú.1iu•III<.'Í•ÍII, !.1 ctlici6n. Méx1co, Fond11 d,. Cul1ur:1 EconOITIIC;I, 1YHO, p. 171. 3U /bid. p. 259. :!11

l' L'liNica, l.l

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L;~ casa comada

1

l

condcn~an :-~ikn.do~amcntc t·n si mi:;mo~. rdwncs de un presente i.rrcba~.1blc y de unos hrnitt:s propios no ~upcrablcs? ¿Qu~ <.·xtrañas sonorida<.le:; conn>ea un mundo de silenciosa~ soledades cuyos bal:mccs de u11lu..l.td producen •<'>rdem~? Sin duda, hay cn c:l :imb1111 de la presencia total, de b f<>rmalidad, un eco kj:mu lJUt" 11xb"ia :une al oido; la uni,·crsahdad de la form:t, 1:'1 h•>mogcnt:•dad Jd k·nguajc, tl antl·:; de lbbd. Nn commruyc una 1urad1>i 1 mc.:nor, Sin cmb,lcgo, d que la k·ngu:t gcn<.-ral, fnnca, :tisk-. sep:uc. Comu sl la purifico1CÍÓn h.1sta lo 1ó:4¡;,, se lJe, l se consig<"l l.1s puertas y \"ClHan:Ls Jc la...; mónadas,~ lt>t.bs las abcrnlras, dcjanJn sólo un mundo plenl', tcrnblcmc::ntc lkn1' de presencia, y call:ld c•." Pero el $Ílcnctt> cs. qué duc.la cabe, unn Jc bs •erlicntcs prim~n.t..o; dd ab.lnd()no, uno de los atr.lCtt>n.,; p:trn su tt."tltaciún.:t=

Revelación-as,gnac,ón l.a consi~tcnci:\ y tt'xtura Jcl prcsc:ntc, la finitud, b pluralidad Jc la~ lt"ngua~. d interés y las pasiones, b procuración <.le ~í, la n:nunci:t: 1:t me.~• •d•a de las prc.·~;.runta~ fundamentales fl'~UL'na bnjo cl 1imbrc sordo; dd mcrc:1do, aum¡uc minaJa, retorcida, mcté>dicamcntc cmpobrccid:t, aun'-luc apcnns audibk-. Su eco lejano es suficiente, sin cmbargc>, p:tr:t ~ec.lucir. Un:t :;educciún poderosa y ambi~ua .11 mism•> tiempo. Simibr en cuan te, a su capacidad de atr•lCCÍÚn y puttocial de frustrncuin. ;\l \Útigo que 1Jan •Id Bloom tJcntitica en los poetas Jl ="cJ1,1(., (;lO!);.: :'ICint'f. o,(".) d I"'JlltO csc:nó-.tJ es ésU;: l.l "ronfus><.;n• del Jcn. p;~JC, su Of".)~rm)n r.ldJC cl .cl:-•>tl m.t ordc.:n.td• • y l"torr.tdo de IL'I m.lft>m.ÍtK-:1.• o de: lt ll}~rc.l ir,rmal. 1.\ ¡•c•li~lmi.t ,ic nd.1 pJLcbra nn $t'•ll ni un ddc-cto 111 un r.1~~o

Juptrfio.tl (-.) U11.1 •mtJSI~ '.:crr.t.i.J'. un.1 Sl·m,\mi.::¡ form.1l su~<"ptihlt' <lt> ~tr 1:11~-r:nn•·11tt' ~1$lc.:nnu~.,,b. c;o>n,l!luirí.1 un u11in:rso cern•.k ..,.//wf. p. 2<:.2 \_ :\firm.1 M.,ri.l i'~u nur.mu: "'loJ.-, k· muti•J p.1rccc ~cr un~ l'nu~i(•n, un.1 t.rn.cnacivn pvr e• '"'L''''IIh' '1\ll" !U pn.,;;;ncn "'"'· f'• •r h •tu tJU•· <;(•,, ~~~ n:.lli&td. cou><, J.¡ llatuuJe7.1 ,·nh r.tmi•m .t. •r•~" p.m·n· ~rn.1oun;on de• un n·n1ro rt•moto .lnndL· n:,.idc la pabbr.• f.tU~-' l 1 ~"•l•wc )' lJUt: l.t <"1\'ÍI. L.1 mudc:.t. c:n d hombre re!~pond<' a es t.\ palabr.. yw <-1 cc:nrru de 111tlu ),'\l;trd<\, y qwt·n e~ en db S<: t¡ut·d.c sumcrpdr> tk-ntro de¡:,;,¡ ' ' ''·•l•d.cd que'' k pr,·~"'"'·' ~ tnc~n.rhlt:mtntc: 1 l1 cx¡x·ct oh'·' de un.1 pabhr.JI't'\'d,l\l•>r.l que lt· d('\ut h·.a, :al p1r, t ,.~, esp.1ci0 rmcrn •• ·' ,.~,· ,·,Ki:>, "'''"' l'r dttnde 1~ p.1l.thr.1 hum.Hu 11,11 <.., ¡,, qu<' prodri.l str t·nun.:..td•, tirlmc·n t<: dtctcndt>: OIIU libcrr.td. Elh.thcr cxp;;rulll'!ll.ld• • t•st.l especie de mutltz d<:~.:uhrC' tc·nt't p.tl.t· br.1 como libcrt.>d.l un t• •d.1' l.h rnLHttpl•·s ;;1 on,;ccu('llt:t:l~ yue lk ,.,, ..:mtsJgo... J\1;¡rÍ.t Z.unl,·.u,rJ, "Apunte~ ,,·,brc e-l Lcogtt.l)t' ~-~~o-,¡d, y las :\rt{'s... ·lle,1111uJ Lt~l:lf(,, de la '''"''"''· 1.• t:tliciún, M:tdnd, l 1.~p.1~.t C~tlpt·, 11JH'J, p. 102.

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Amar en eleJCrnnjef'o

La casa tomada 1

rC'SpeCt\J a su~ nntccr~nrL'S prc.:t'tigimo~ )' yuc bautt:t.:t con el nombre del «Querubín Pmtccloo>: la tentación de cobjiar!\c en d pa::;ado, dc enccrmr al prc~cnte en l:t continuidad yuc ofrece seguridad pero elimina b crc:ttividad, la t~upcrnción de lím.itcs:

costo!\ de las dcccioncs indiYiduaks, constituyen la~ redes neudlgicas de b ufcrta y la Ul'manda yuc com:ct:m, intcrrclaciunan todo!! los ámbitos de la acción social. Y justammtc, la de b preferencia e~< la teoría que dota al mercado del lente ncccs:~río para descubrtr d ~quclcto ~;ubyacente en los muros: pero nc.1 <•dL·svda» los cable~ sino que lo.~ revela, los n.o;it,>na y atribuye. Re\' elación, asignación) atribución, sr 111 nociones qut: marchan juntas. La revelación por antonomasia, el rt!pcntino alumbramiento de l:l p:tlabrn divina, supone una rclacíón constituyente de donador a dc~tlll:\t:lrio. Es un:t :td¡udicacióo a este último, una ofrenda que se le hace tic los dichos de un:t entidad sobrehuman:l, \' de un~ nuc.·,·a cuahd:1d p;lra su rx·n;onn. Lo mismo que Moisés no. descubre en sí mismo el J<.:cir ccl{'l;tial. smn que lo recibe, le es dado y ello k1 convtcrtc en un st·r t-specml, con un.1 misión, así la tcoria dd mercado, cuando «<.k:scubrc» al indi\ iduo L'Cunómico que hay en c:~da uno, m~s l>H.'tl lo cunsnt\l}'l' db mis m;\. J :l palabra, rc,·elaJa, re\ cl:t :\ 1\.lo¡~~~ <.·omo pcrson:tJL d~; h Biblia, lo mtsmo yuc la tcllría de la preferencia nos habihtn como prot:lgunista.o; de la narración mr:rc-mtil. Que d ccnnom.ista considere a las person:\s <.:om• > pott'flcialcs port:\dr >ra:; del indiYidun cconc',mico, y por t::lrlt•l cnfnqur: sobre ellas el lente, d mstrumc:nto indagatorio de su teoría de b preferencia, es algo quc acarren, sin dud:t, un.l serie ba::;tantL' nmplia de prt::~upues· los. ¿Por c.¡ué nn buscnr pn:fcrcncias reYdada~ en otrr>s integrante:> Je la dotacir)n ud mundo? ¿En los animaks, t:ll \'C%? La YÍncul:tci{m ~"1ttre sujetos dd mc.:rcado } hombres nn es llL'Ccs:u-ia. m Jl((:ct.l y transp:lfl'lltt·. L, catt-guría de utilidad prn;ct autonnmi.1 suliClt>ntc para dar sr >portt" a rc\·dacioncs-atribuclunl'S de prcfcrt'flctas en las ~ttdadu. mas dt,·en:as. El :m.11ists cconúm.ico ~c.· h:tcc posible: así, en todo~ los .\mbitos c.·n los que se puedan Jctt·ctar o describir ;\Ccionc:> comr' dt:cisir>nt'l\, p se trate de pcrson.ls o, según el c:tso, instituciones. rartidos político..<;, Estados Nacil}nales, cumunid~Jcs n, mduso, si. colonta~ :mtmaks. El punto cl:we rndtca <.·n que puedan 3tribuirse-rnd:uSt·, no ~~>lo indinactont.'s, dcsc.;os, orientaciones, uriltJadts en d m.'Í~ indefinido sentido, smo t.JUC las mtsmas se den a la teoría de h revdactún como prc:fcrcncia.o.; ordenadas. 1O:n

El Querubín Protector e-;. pues, un demonio de la continuidad; su fum:stn encanto apm1unn aJ presl.1lt~ en d p.lsado y reduce el mundo de.: las dif~:rencia.; n unn grr.- unifi>rmidad. l.a identidad del pasado y el presente es una "ola coo;a en la tdentidad esencial de todos los objetos. Este es el <runi\·cr.;o de la mucrt01 de Milton y con él la poesía no puede vi\·ir, v.l yuc 14 K.lo poeta t:iem. I.JUC saltar, IÍCill: t¡uc uhtc;u-.~· C:ll Ull UOÍH·r.:o di~contlllUO r tiene tjUC hacer ese UOÍ\'C(~(l (comu makc) !li no lo ru~.Jc encontrar. L'l di~continuiJad l'S lilx:rtad."

j 11

l ~o tanto construcción de un espacto de presente único, de homogeneidad básic::~ c:otrc lo que e~. ha sido y ser:l, el mercado es la postulación dL una forma de integración, c<>ntinuiuad o unificación sociales. St hubiera que exptt't':lf esta uoiU;ld en t~rm.inos Jc mct:lfora arquitectónica, la mismn no referirla, como _en d caso de 1\br_x, a los cimientos, a los surcos ~obre los que se ::~stcnta la construccton social. No se Lrarn con lo mercantil d~ basamcntos que permitirian sólo un ranRO dcfinídr, de muro~ po~ible!! a ll'a\'~s de cspectftcacioncs estrictas, precisos pcso!l permitidos. d~.:tcrmtn:tths alturas del edificto; nu se tr;lta dt: pk-dm!i nodnh:s cuyllS reacomodos, giros. cn.·cimh.:ntos v reduccionc::, arrastrarían con~igo la edificación como conjunto -h;cia su mejor:untento por ni\'clación o hacia su caíd~ por el agudiz<lmicnto de la mcbnación. 1\Hs bien con el mercado habría que pensar en l:ts tubctias, L'tllas redes de cables que r<c< 1ucn intcriormt:11tC, incansables, las \'ueltas y ,·ericuetos de bs pan:Jt:s sin imponer límites a las foun:t." Je edificaciún posibles, a sus masas, medidas, long.tudc~ Como un diagrama de flujo subcutáneo, un.'l paut., sistérruca, baJO l:t cierr::1 siempre aunque se ubictra en el techo: cJa sociedad de mercado está contrl">lada por fuerzas subtt"· rrám~s con viJ:~ propia>> ha consmtadr> Rubcrt Heilbroner;"' L,, cumbinación, la ag~g.tción Jc los conJuntos de utilid:tdcs y

'H

Rohcn Ik!lhn.ut·r, r:l Clpitc~!ímto dt!Si!fo XXI, b t:thdón. U:trcdon.\, t''cnin·

1111,,, 11.1?6. p. 2tl.

...

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4


MlDT M

el extr~n¡ero

cualquier ca:~o, el hecho de c.tUt: b rc\·cbctón se:: ejercite primero e-n bs pcrt~nnas, o d yue en principit) pueda aplicarse cuamln se tr:tln de hombre~. cs lo yue nturgn vew:-utulitud a la tcori:l cuando extiende liU cobertura hncia otn\~ entidades pnm las gue no re~ultarí:t crdblt una narraciún en térrnmos de «~.icct~iooes» o «elc.:ccioncs». Una n::r. sal"::~Jn el probkmn Jc la \'cmcithd dd relato, la cue~tit'ut ch\\'e r:ldica. como dccíam• lS, en t]ue d preferir que re,• e la la teoría hn¿;.t patente u11 orden, una tran:;tundad en el sentido dc que si un imltnduo prefiere;\ a Y, y'\ a 'l, cntcmccs preferid X a L Sobre l'Sto comenta Pnul <)rmcrod:

I .a procl:unación :1:\-lom~tica Jc lJUe el mecanismo de mtrcado t'St:i satisfacicnd•l las ,·rnhdL·r•lS preferencias de los consumtdorcs sc: vt: cucstion:tda si In~ preferencias LO si mismas no son transilt\',ts. Las señales emttJJa$ por b p referencia revdada son entcH1Ces potencialmente contradictorias. L'ls cmpres:-ts rcctbcn <.'rll• mee~ mc.'nsnjes conflictivos sobn: b varic:d:td de bienes y ~cn·ictos 4uc dcbt·n ofn:ccr para s:uisfaccr sus ncccsid:.dcs.)S l·:n el ordenamiento de bs elecciones -<)\lC son lo~ indices de las prcférencias- se juc¡p todo. Nn por<.lUC la teoría suponga o im~ga determinado~ conjuntos de prefercr'\cias :;obre ntrn~: parn b atnbución-rcvelacic'm poco importa que los tndi\lduos gusten In dcstrucctón dt• Sllt> semejantes \> su ~ah··,tctcjn; y <.k~dc luego no incumlx: a In teoría. no fóLnta parte de su ob¡cto, el c.tul·las personas o bs cnuc.bdc$ que fuera e\ cru;o, tomen o no sus clecisinnc.:s autónomamt-nte: ((,'ir b t-,retltc: tc)ITl..'\ dcci~iont"S libr<..mcntc o si está 'progrnmada' para tomar dcosron~, es trrelnanre <k.'$dc el punto de ,·ista t'C(nlómtCO>), se1'lalan f\tckenzie y 'lullnck.>• El que las pn:fcrcncias ::e:1n ordenadas apunta h.1cia algunos carackn:s fundamcotaks Je la urilidnd qul la tcorh loc,,li?.a en d espacio que rc.-corta para sus sujetos. 1i,n primc:r término, es localizabk y com:rituti,·a de los individuos cconónucos st)lu m.¡udla utilidad

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}5 P.1u] 0rm~:rl!d, l'rJI'IIIitJ 11/ltl'tJ ~'mi/OI)I/tJ. l4Jr fi1lrmr1• rlt lrJ> Üt llt'ÍtJ! EtOI!IIIiiÍitl', l:.t edit:tón, Barcelona, An:t¡¡,ram.l, 1!>'>:'1, P· t.¡9 '16 Rld1:tnl \kkrn:d<.: yGonlon ·lullnd.. TI~Nm IJ~f ,f C.Wiflllfi.J... ,IIJI.•'' ·· p. 9

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la casa tomada 1

que sea dl\·i~i blc, que pueda ser organizada en unidades dtscrctas. Que la u tilidad sólo exista en In forma Je piezas recortadas, signifi ca

mnh>un:t de sus porciones puede, por m.Í..o; que se expanda, ~b~rcar lo útil por completo: yuicn tuvil"ra una sola preferencia de Jana de ser, en el ;teto, un indi,·iduo ecOflómico, desparecería o m él la propia ~tilt~ad. L<J mismo en el Gtso de ~¡uc nD poseyera nl11b'llna prcferencta. 1•.1 mercado acepta tc.x.las las inclin:tctnne:; morales. ]a.-; concepciones de la vida buena, todos los gusto~ in1.1ginabks, pero cxcluy~ Jcfinili\·amcttte la nbscsilm <JÓetllnda haci.l un ~olo objetu, los anhelos contradictorios, no trnn~ti,•os, a:;í como b falta total tk deseos o inclinaciunc:t 1~~tiJS últim,)s son la materia prrma de !cJ merc:~n1il, l:a mas.t sobre l:l tJUe cj<:rct: su proces.'lmienro. En l'egundo lu~r. el hecho de yuc sc: muestr~n como orc.kna das reYd•t yue las prcft'rcnctas, disímbolas cumu puedat'l ser, se ubi cnn t<Jd:ts c:n un nusmo plano c.¡uc la~ hace precisamente ordenabies: pueden <:star unas :tntcs yuc otrns porque camin~tn subre la misma línc.t. Y ello no sólo en cJ caso de un intlí\'iJuo, sino de sus rebciones consigo y cun los demi~. La11 utilidades sun U1tc::rcambt;tbles, comparables, constttuyen en conjunto un espacio común homo~­ neo c.:n d yut: acontl·ccn bs acewnes postulada:. por la teoría del m ercado. Si el contenido de hls preferencias es irrelevante, e~ por que los.~onjun~os ~Jrdcn:tdo.s de l~s mismas, en tanto tales, cumpk>rl la functon tk mdtcar la cxtstencta de un;¡ estructura formal, un:t paut:t sistémtca -los cables y tubería.-. ljUe n:corn.:n los muros t¡ue d a unidad e integración a la sucil·dad por dc:baju J d caos aparente. Cada uno Jc los sujctos <.¡ue prefiere ordenadamente e:;, de l'St:t forma, el tr.vo de un tcrritono t:n un continente común, un.t ptei':t de romJl<.·c:tbens <lUe sumac.b a In.-. dc:mñs colabora a la form:tcton de un;t ~upcrfietc.: -focrn.'ll- único~ y homo~>blca. No cxi:;te, sin c;mbargu, un connncntc !,'(.llCraJ de la utilrdad prt:\·~o al ddmeamtcnto de.· sus rcgtom.-s, como un gran blc >lJUc gcologrr1t lJUC.' ~e adi' mana ant~.:rior a la~ dtvistones tcrnturi~lcs del mundo. Son justamente la~ dcmarc~cioncs bs lJU<.: cnn~tituycn al C!lp:tcu' formal de la utrlid.tJ cnmo > ral, pues sin ellas nad:-t poc.láa dtstinguirSl' en d fondo. t¡lK'

. l:n tercer lug.u, el cacictcr ordenado dd pccf<.·rir, cn cuanto ind tc:t ~ue las elecciones, independientemente de su contenido, ~e dar:Ín l'Ccuencial y no contradictoriamente, una detr.is de otra, constituy<.·

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U casa tom3da 1

un elemento formal indi:;pensablc pam ~.¡ue b tcorí:\ del mercado ~e conYiert:\ en w1 di~curso cap~% tk describir no sólo la acción, ~inu, subre todo, b it1terncción de ~u~ sujeto~. El requiRitu ~bl'tmcto, vado. de la ordc:n:~bilidad, es suftcientc para hacer frente a una condición indilipcn~able a toda teoría dcltnteractuar, :1 saber, la e:üstencia Jc una minnn.1 pre,-isibiliJad de b conducta, ~~ lo meno~ de ~u forma. El h~o:chn general de pr~fL·nr, hrustar o codtctnr, y la extstL·ncta Jc un orden Je la codicia, abr~n la prenstún necesaria JY.lra b coordinacu)n mercantil de hu: cumluctas:

l~'l JY.IC:ldo}a de los mcrcadC>s no reside l'fl que producen ordL'fl a partir de un uot\crso de individuos que sólo bu..;can <<:tumc-nt.1r sus fortunas», sino yue s1·>lu funetoturí<l ~n un uni\'crso a~í. El pcoblemn p:ua cocmhnar una sociedad qu~: 110 cultiYase una ml·ntulidad wdiciosa es "tliC le. faltaría un cnmpo de fuer:r.a que ejerdcrn un efecto pccdectblc so1 bre la C1mducta de sus micmbrus.. '

En t:mto instrumento de ltlcalizacsón de la utitidnd, la teoría de la preferencia n~Ydada cumple la función cn~~ial de permití~ al discurso económico la alribución de rcspunsabilidade~, e8 dectr, de costos a loll diferentes imlidduos cncarnadlls en fK"rsonas. 1 lay en e~tu un 'trm;fondo humcano. En d cal'O de Tlumc, de b asociación realizada por la amaginación qUl' da }ug.u a la mfcrcnc1:t de la_nt:e<:siuad (<¡uc es el meollo de su doctnna de la causal1d:HJ). se Sfb>ue, l.'fl la esfera del actu<lr humano, qut las aCCLC}Ocs de los hombres pueden ser imputadru; a cada uno de ellos, es decir. que son rL<~ponsablcs de sus actos. Si ~e considcr:ll'<l qu<.: las acciones, tem{'llr:tles y efimems como son, no responden n una c.1usa -las moti,·aL;oncs r caractere!' de la persona que las renli:r.a-, entonces no podrían ser atribuida:' ~ ella. Si no hubiera posibilidad de comidcrar el c;trncter de algutt:n comu caus;l poJrían aprobarse o rLprob:u:se bs acetones, co~li~~e­ rarlas ccnsumble~ de acuerdo a 1:1:~ reglas J e la moral y In religtun, pero no podría achacnrse a nndil· responsabilidad por lo ~ctuadl>: «solamentt• ~obre la b:1se dt· principios Jc necesidad adt}uterc um persona mérito o demérito p<Jr ~us actosl+.:~~

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n RtJbtrt 1-lcílbroner. E.! (.4piftllitMo dd Stg!tJ XXI,

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op. dt.• p.

80.

I Iumt'~lnamcntc, pues, hl teoría de b preferencia conecta a las elecciones manifiestas, reali:tt\das cfccti,•amentc, con la~ utilidades discretas que lfl teoría postula que cxi~tcn, y establece <.'ntn: ellns \.111 lazo de caus:tlidnd. Si bien la din:imica de las preferencias no establece un comrort::tmknto regl:lmentado de por si -en el sentido de que permita anticipar cada acctón cspccifiCl-la conexión nccesana tntn.' acciones }' dcs<:os. y su correspondiente imput:tción de rcsponsabtlid;H.I :1 un determinado mdinduo, intr~xluccn una cierta legalidad. I .n t<:o ría no pcoporcionól un instrumento de prcd1cciún p;lr;l las sttuactones ,·cmdcr~l:; l'!;fll'Cificas, sino que nos dice que H:a cu:U fuere b conducta ocurridn. ésta se habci originado, necesariamente, en una configuración de utilidades. Desde luego que la ulfcrL-ncia fundamentnl entre bs propuc:;tas de Hume y ln teoría cont<:mpornnea del mercado mdtca \.'fl que p:tm el autor dd J'raladn de !u Naturui~\P I-T111nu11u el pnso de la acción a la inter.lcci~·,., de loR indiviuuos supone establc:ccr. por medio de un.1 convenctc'ln, una esfera Je C• lfl\'1\'encia ético-política l.} U<:, en .:;u dt's envoh·ímicnto, ac.tbar.í dando lug.u a las in~titucit>nc:$ del gobierno y dd Est:td.,, Para los teórico:; de lo mercanlil po!ltcriores a Admn Smith en cambto, la interacción lit: resucl\'c sin nt·ccsicbd U(.' c.:stabk cer un campo normatiw>-élico común, ni ningún acuerdo b;ísico: J c h convivencin Jc lo::: hombres se encarga, de la manem m:ls eficimtl', In umano in\'isibk,,. Voh-eré sobre esto m:ís ,\delante. J.o que :1hom me intc."t'\."Sa rccupcr.lt t'S la gnn variedad de funciones que cumple, l'fl la construcct•'>n Ul' un Jiscuf'So crdbk }' seductor sobre el mercado , la teiJria de la prdcrcncia rl·,·ebda. Lo que hace l>Ígnificati\'as a bl' pn::fc::renC1as de las pcrson:t~ t·s, en pnmc r lugar, la cxístt'ncia prc,·ia d~: b tcocí:t de l.l unlidaJ. Es ell.t la que pcm~itc n."t' el cableaJo cntrL' lo~ muml'. y la que YuclYc irrdc,·ame d hecho Lk qut· las personas prefieran <.'~*' o aquello, ya. ~<.-a el mal o d bienestar de sus semejantes: la tc.:oria nos gar:tntiza que todos, persiguiendo su propio intcrcs, indcpendtL'tHcmcntc de cu;\1 Sl',l éste, producirán un efecto urdl.!nado. El di$l1i ISÍlÍ\'( > indngatorio <.1<: la preferencia rcvdadn se mucsrr.1 en este puntu neutral, tan inocuu como pucJc ser cunk¡uicr ht'1'r:\micntn. r.o m.tsmo daría que los r~grupamit:ntos en paquetes dt: u ti\14

1rum~:, Tr.t/tldo dt la Na/trmley

HttMtJII.t,

Tomo "· op. dt., p. c. t.:!.

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La cas.t tomada 1

lidad pudiecan Jcscubrit":'c a u·.tvés de otros mccan~ smos: _o yuc se ·e t ar.. ... t1 por ., .,1·, .,~ 1· 0 mñR Pcw •se ¡..,roduce una 1tl\'erston en las manues • '· posiciones ¡ccárquicns <k la teoría y el instrumento tlc investigación en c1 inst:mcc.: en t.JUC el segundo aporta un elemento fundam.cntal para la primera, un componente :1l que no puede llcga~~e por,mnguna ñ.'l analítica 0 deductiva en d sólo terrL'tlo de In utilidad. Se trata del hecho simple de t.)Ue bs pcrl.I1Jtl:l!\ ~on efecto prefieren cosa:'•. optml por esto o por lo otro, mientras que los pa<tuete~ dL utlh~'l~ cst.-ío ah4 nada más, son sólo m:'lgnitudcs de bs que ntnguna dmamica, tÜn!:,runa elecciÓn cabe c:spc:rnc. , . . La hco:amieota ín<.lagaton:'l se rc,·ch a st nu.o;ma t~n ~portante: que sin dla la tcoria del mercado pcnkrí:t toda \'crostmilitud. ~<:1uc podría significar sin la pn:fcrenci:-~ rt:' cbda d n.)ucgo_de la.~ utilidades? ¿Qué scnttdo tendría, m:b allá del que pueda ast~arsc a cual~ quier aritmétic:t? ¿Y pon¡ué h·1brin lJUC ocupan;c de ella'! ~.qu~ m:1nera :;e ¡._'Uardarh en ella el m1~tcnt 111'1cfnbk de 1~ mnno ¡n~·:stble. Probabk1m·nte b conexión última entre l:t tco11a de b unhdad y el instrumento de In prcfcrenCJ:l rcveladn e~t:i dada poc la constitución de un csp ncio formal. de c< nl'p:uabtlidad, a par tic del hecho Je que las eleccil)nes, si han de ser atnhuíd~~ al s~jeto, tienen que estar necesariamente ordenadas. La urdcnabthdatl mstnura una caracteristica peculiar de las teorías eco1\Ómicas que bs h~cc particularmente seductoras, a saber. '\u con!ltrucción matcmattl.ada. Hay un aspecto obvio de la snlucción Yinculm.b co~1 esto: lal·con.o~ía ~oro­ parte, por d h~ho de fi.'Curnr a b m:-~tcmatt~. l_os prcsttgtos de las que en algún momento fucn.m llamnd~ etCtlctas «exactas» y qm: ahora son l\am.1Jas., con frccuench, ctenc1as <<durí\S>>. Pero no es cst.'l la cuestión más importante t:n relt'letÚn :U car:lcter matem:i~:o de b teoría Jd mercado. Lejos dt simplemente cumplir una f unc1un agregada, idcológtca, c.~tcrna a b teoría nú~ma, la m:uemati:~.ación es fund'lffi(:otal para lJU{' el dascurs•.., econúnuco pos"-a un donuruo d<. empuic1d.t.J. de htcho '· pcrnlitl.' la comtnst:'ICÍo)n de hs. noctoncs ~tsu~ jeti,•as)) po~tubdas. De aquí que medie la uciltdad s~.l un requcnmicnto básico pam la npcrnu,idnJ de ht teoría. La mncemntización se n·yuierc pnm yuc l:t t<:uría tenga senttdo. Pues si no fuera por b [>I)Stbilidad de meJir, ¿dwno podría dats<: Yisus de n~rosimilituJ ;\ la comparación de ••utihd:1.<.lum yuc supunt: el mercado? ¿Cómo decir qUl una:; preferencias -p.1rl:lcubrcs, pro-

Jo

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pia~. inacc~:~iblc~ desde e l nfu<:ra sino sólo ascyuiblcs p.:~ra cada

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~c!ldc ~u 'nd~ntro'- son similares, parangonnbk~ a otms y ~ 11 con JUnto c~n!lt~t.uycn ((.lo económico»? ¿Cúmo, si no fuera por 1a m~~cmatt:.-aclon. dcctr nl~o. con sentido cuando se.: afirma que una utihtbd (gu~to, placer, feüctd:~d, o b noción subjeti,·a que fut:re) es

mayc 1r que otra? Que medir b ~~uriliJad>> constituya una dificultad epistLmológica y conccptu:~l pr1cncamcnc~ trrel:oluble, no implica que su lll'Cesidad •M.'::l Ol<:?nr. f nJcpwdu:ntcmcntc de b fnrma en lllle lo haga, la te<>~l:l .<'COI"'omtc:-~ neces!l;l asumir que ha podido medir lo «útiJ.,, lo sub¡<.'ll\'t 1 y u~ consntuye d contL'tlido de las prcft'rcnci.1s revdad 3 ~, SI es yut• todo el resto de su arb>umentacióo ha de llcnrse a efecto." Si _al atnbuir-rc,·chr preferencias en \"aria..'\ pen;onas pudiera conclutr~c..· <JUt: son compnr,lblcs L"'l algún scntiJn y yuc post"<.:ll un ordw. entonces se habd dot:tdn de cmpiricid:td al ámbito h)l'mal que c~m~>! Huvc..n lo11 p:u.¡ul:tt'l' de utilidad con c..¡ue la teoria juega su c:o~bmnt• 111:1. Pero el espacio puro del mercado, ~n tan tu repres~:n­ t~et~n sobre In que .se 11uponc que, ::1 través de determinados procedimtcnto~> y.llt'rt.lnuenta¡; ~xl~~ dotárselc de un refcn:nte cmpínco, nr' ncept.l ntngunn ?ttermtnnclon de cnnteniJo: su posibilidad c.•stn dndn pnr su fmmaltdad. En otms p:1.labm!', no hnv nacl.t en Ja const~ucci,·,, pura de lo ll"ll."rcantll yuc.· permita con5id~r:u, por pon~.:r u.n eJemplo rdc,·antL·, d espado regido por las cun·as de Dferta v demand.l prcctsam~:ntc como un ;Ímbiro ~macionah>; en este caso. de:~­ d~ un punt• > de.: '-isla ri~;,'Uroso, la construcción teórica :;upun~ yue ~JC>Io ex•~ h.' un mercado global: o1quél const1tuido por la suma de las 'un·;t:- r~o•sulcant<.·s de las clecctoocs intli>iduaks sin ninguna otra alific3d•''" El carácrcc específico de un mercado particular no pr..xJria estar dado, desde. lucgt •. J'< 1ryut. c. n (-1 ;1c, ontccicr-.tn conductas eco'"' 1rruc,1s ,d1~ns.1~ a bs ~¡m J""-lli)ll observarse cn otros c.~spacios: \.TI cu:ü-

~p~ter lug.1r Jo l:- llldl\ IJU< '' :lCtU;\C:Íll buscando d mayor beneficio}' e{

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Am111: en el e.xtranjero

U. can toma.tb. 1

menor costo y e~tc axioma no puede: ~ustentar una tL•orb <.k la diYersidad de los mercados. Las difcr~ncias sólo ~e cncontrarínn en b~ regulaciones, en los patrones de medida de Lns ~tilidades y lus costus; pcn1 se tendría c.¡ue suponer siempre, prenamt:nte, lfUC todos los parámetros es¡x-cíficos de funcaon:unicnto mercannl, son susceptibles de reducción, de wnmensurabtlidad r:~tu ·~o SÍ!,rtli~ca, d<..-:;dc luego, que la teorí:~ no h.1p Jes:u:rutlado claboracaoncs abtgarradas aceret Jd comcrCtf) intem.act<Jnal, o intcr-mercados, únic."lmente quiere decir c.¡ue 1.\s mism.'ls, cu.mdu aparecen, o~> se ubican al ui,·el del núcleo c:ttcgonal b:Í~iiCO Ol b teoría } por ello son intrínsec:lmeote problemátic•ls. Por sL-ñaJ.'\r st',lo un aspecto de est.t cuestión, L'S claro que p•tra b univen;ahd,,J Jd compoctamientu c.¡ue busca el m:hm10 beneficio, l01 melhcitm de l:ts utilidades subjt:ti\-as requiere Jc <.¡ue l'O un primer momentt• las mtsmas n<J sean tasadas en térmmos de tal o cual mon(.;Ja parttcular, sino de un parámetro gencral nwnérico pero no especifico de un silltl·ma mom:tario: pam que todos los mdi\;duos puedan coocebir.>c_cn términ~ls de con~ucta

por medio de ella se: logrn d efecto de incorpornr, tnrltt> a la una CLlmO a la otra, b hucl1.1 del gran tema ele la ckcción, Jcllibrc: albedrk), Jc la libertad esenc1nl a los hombres, de su construcción permanente, siempre por ccalizncse, que son toJos ellos ecos l]Ue emanan de la.~ pcr!ionas, de Jo¡; entes singubres con nombre prnpio }' biog~fia intran!it~·rible. O <..notros h~rminos: Lt tcori.l d~· la pccferencin r~ daJa prowlCa un jucgo de ambigüedades por d que In autocrc:taún que cat':lcteri%:t '' la im.1boeu usual de Jo hun1:1no, viste a la construcoón del sujeto tconbmico.. F.ste último es sólo un disJX>:'1tivo de c:íJculn En h perspectiYa de bs teorias económicas. han dichn Bcn\.\rJ Wsllsam:; y '\m;lrty:t Sen, <das personas cuentan cumo uJJi, iduos de fnrma similar a ce 1me) un h:unl individual lo hace t'tl el ú1dtcc nacionnl de commmo de ~tróko)>! 1 Y sin embargo. :U poder ser loc:tlizad<>-<:nnfundtJIJ con las pcrs1>nas, el sujeto L'Coni'¡rrueo adlJulecc un:l cu.tlJdaJ cspecml I.JliC persuade y seduce: poryue ¡¡j cs:t cnttdad calculadora habita en tlOS()tros, cuak¡uier cosa que le :tCtlllh!,.C:t no.~ afcct.\. En cierto sentido, él pc·><lri.'l ser cada uno. E~ c:;tc juegu de rc:~on.tncias mutuas eotn indinJuos económicos y persona~ el yuc cxplic;t, me parece, el constnlltl' imcrés que la crítica a la t•conomín y al cconomicismo ha puesto L11 denunciar el cacáctt:r cgní~ta, limitado, cnlculadnr, de las entidades y formas conductualts que propone el mercado. J.a rt>cu~ncil>n u~unl dd homo econon-:ueus pnrte de la premisa alarmante de que él pcxlríamos ser nosotrol\. J·:1 CUl'stionamienrf) es cntunce:; unn especie de exns:cismiJ,

c:conúmica es necesario que a sus pcefercncm.s sean :l..<:tgnados numcros, órdcm·s, indepcrtdientc:mcnte de cualquier ststcma especial qw: después pue::da hacércdc:s corresponder. llnieamcntc pot\¡ue se asume que las elecciones de lus inJividuos re11ponden a un ordc~1 matematizabk puro c.!S pu~iblc, en un sq,rundo momento, concebtr esas dcccinncs en términos J c un sisrcma pecuniario o Je mt.UiJa particuhu. 1~n utros términos, para cnn:.trutr un mercado en I.JUe quepan todos lns indivsduos sujetos Jc: b tcoria, t~ ncccsan<_> que .etl d mismu no mtcn ~.-nga ninguna rnt>ncd:t o p;ttrnn n·:tks sum solu la condición gLnt:r:ll pccvia de: cualquier <.lanero o l<l:mcirin: la conmeosurab1lid.\J Jc loda~ bs pn fl'l"cncs.t:. posibles. Existe un<t teoría que postula b t:'i~tenci. dt: un campo homo~énco de p:tl¡udes de uuliJ,d, cnm11t-tl~urabk~ todos, que .tl sum;tr~c y cest01rse producen sic:mpre re~ultado~ ordenados. A dicha teoría se agn:ga una hl·cr.unienta, b t~oría dl l.t pcef~rt:nCla revelada que, al obserYat que una pcn;ona elige ~ l.ll lugar de Y, le atribuye _la poscsión-inc•>rpomci0n de un suj~.: to tcnnÚmtcn Pero,_hcm0s vtsto. d instrumento :><.· rc,•cb a si rrusmo r:\dJcalmcntc amportante, tanto que sin él 1:\ teoría perdería toda credib•hJ;\u.•" Lo rclcYant~ de la im•crsión Jerárquica entre la impoctancia rdatt\·a de bs teorías de b utilid;u] y de ht preferencia rc\'eblb, e~ que

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40 lA t¡uc: m<: intt:~t ~es b ~t'dtk:lt/on, l.l vcn.sumltrud. Nn sl· tr.tla ,t(jUÍ, p.>r lo llnto. de: h posrurJ propul'l\l.t <·n ~~~·ru ti J. ·~·li.t .11•.díhl:.t d~: 1.t l:tl·nnlt n rqrno al.1 lltr\Jo;tur.t d..- lt" ll~>ri,b, <JIH.. p.trr.· de IJ ,.k,, lk ~uc en últun.t on;t,trl.;l.l l;¡s coon~­ truccioncs ft->Xtl'.l~ ~cm 'li,lt·m.l~ l;x-m:\b tnltrprrt.tdos. O~..;dc dtdl.l ("CI'!-J>CCiin podrí:t .Uirnur.<c: liUt: l.a l•mi.1 1k lapn:lc.rcnc•J rcwl.td.t .tpo •rl.l un:. mn:rpr~.:t.~iñn J un:\ smo: d<· prinopto' ('Ul'l\lt: p.tr.tl:t C(lrorr.¡st.u.:IÚn dt: .1lg•• llllc', 1k nrr:t rnmr:r.l, petm.ano:~<'ri.t ''" po$ththd.,,)r, d1· l:'•mpH•h.an,·,n unpíric.t. \ dt ~dt· llllw:.o no o:sl:l en juego .lljUÍ <11~(\l~i·~ll :tlguru ,l(lf(,l de ~1 t!xt~tl! :tlgo ;lSÍ ~~ mc• t~tC:rmJn'.•S observ.lcton.>lr:'" <'()n k>s c.-u.1lt'11 pudi,•r,m l"•lllfronr:m.c, dtrect.l o md•rlct.tmo.;ntco, los conc~:rtt'' rco>ricn~. con \'1~1.1~ ,, unJ p<•~•hle ,.('flti.:.tctún o t:tl~al'1Ún. l·nJ rcviIIÓn ~cnt•r.tl <k 1~ l·Vl•luniollll«: las postur.ts .Ul,tlitic.-:ts subrc t-xpln::IC~llll"' y tt-(JrLts aentJfic:•~. <:~p•·• ulrn,·ntl' ccntr:1d.1 t<n IJs tCf)fÍ.I.< c:cc•u•··mic.t~. puede r:nC•1ntr.u,, rn Brucc C:lldwdl, Rf¡wtd l'mt/tmm, T!.v•:om:; .\l,•tl'f1dologt IH lhc 1u r .ti'/)• ( rllftt•1. 1.1 alic10n, Londrc,., <.i~:ro~t .\llcn & Um\lll 1\18-l. · ~· nl'm.tr.l \'\ .tllt.uns .y ·\m.trt}':t Sen. •lntroducunnoo en lkru.~rd \\ lllt.un' t\m.trty.t Sl·n (cds.). 1r¡,flf.nttlflflfll <Jiuf 13~rmd. l:i edición. Cr.u1 Brt"t.tñ.t, C.tmbruls•.t Unl\·ero.tty Pre~s. 19R2, p....

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, U. casa tomada 1

una llamada dl: alerta. Y en ~ncrn.l és correcta. Pero la crítíc;\ ddx·na reparar en quc c:l fantasm~ contr.1 d <-lUC se dc:batc es much0 m:ís compltcado de lo <.¡uc <.'11 gco~·r:tl se cr<..-c. No ~e tr:tt.1 simplt:mc..'ntt: de que los economjsta~, p<>c un pcejuicic, tdcc •lógicr> acendc:ldo, gusten de conccbtr a Jos hombres cotm) cutidade:; pn.:t1CUp.1d:t.s sólo por sí mismas y. aún en esa tesitur:l, pendientes súlo Jc su beneficio lucrann>. 1:\mbtén l·:>iskn razrmes. aq.I'Utlll'tHos par.t b posntbción de sujeto que se realiza y algunos de l'ilos 110 s• •n destkibblcs. Es el caso de b «Economía Política Clmsmucion;1l>> dahomda por James Hucbanan. J•:n ella la clc:cciún de sujctn no obcdCCt.' --Q no solamente- a nlguna inclinact•'> n idec.M>g\cl. sine> que ..;e trata de un:t categoría ~leccioo.ada conscit:nr<:mente par.:1 C\ ttar trocar el tlrn.l de ht te()(i<\ -la razón dt: bs rc.>glas- en d del ccmejoramtcnto mor~ dd hombre». Buch:uun cscohot: <\1 llflml' m•IIIJII/fcll.r p:~r:t mostrar yuc: aún partiendo de los prcsupucstc>s m:i~ d~:sfa,r.>rJblc:; t:n cuantn :1! caractcr de: los indi,-iduos, b transf•,rmaciún Jc l:t.s rc~las pucJc:: dar lugar a formas dt.: cotwivencia no vtoh.:ntas cn la~ que tndo~ los partu.:ípant<" alc,lnccn en m,\}01 m<..·dit.b sus pmpaos fines -Jo qm. sin duda, de probar~c. constituiría u11 argumento muy s{>lido en favor tk la tcorí:t propuesta.'~ En igual sentJtk, .ut,'tunenmrían Ja., teorías contemporáneas del mercado: aún :-tpoy:\mlc>sc en las propícdndt·s m~:nos prornisona:.- o laudables de la nnlurnlc: t.a humana, d lfUt:h,\cer tk b •cmann inv1sibbl renJiria sus frutos. J.a justificación Jd SUJLto cg1>Ísta sería así muy fuerte. Y seductora en un M.11tiJu pecultar: nos haría la oferta Jc un mundo mw:naJo sin tt:ncr qU<..' ...oport:-tr carR.t moralizador,, :UJ..run:t. Accptamlo el dL•safio, la criti~a no debería deslizar..e por d sendero de las aJmoniciom:s subrc laviJa buena. Por lo dem:í~, la construcción mercJ.ntil no ncc<:l'ita presentar .l sus sujetos Cc)mt• .:w:uos un·el(;rado s: dentr( • de líls inclinaciones inJJ\'tJuak~ d dnr la vid:.t por los demás podría st·r unn prefercnci:t alt.\mc..11tc \·alor;lJJ y selc.:ccion;ui:l cfcCtl\ .uncmc. f'll•>nu implicaá.-. que la cunJucta n:ali~nJn, si M~ hubo ba:~aJo en un c:\kulo de utilidades sobre un urdco de cosas deseada$, pcn.lie•·a su carácter cconómicu.. El problemJ cCJn d sujeto del mc:rcado no !,'ÍCol ~n tomo a b dicotomía eguísmo-ahruismo, stno qu~~ su rct•' ni pcns:unient(l se ubica en otm parte, mis pmbh:m:\tica y más fund:lmental. Fri~:Jrich

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<.:y. J..tmcs Buchamm y Gcnftrl"\' Brcnn.u1, Thr Rt.HOI7 o( lVi/u, •if>· •'ÍI., pp. 4!1--SO

Hayek e"'presa, adecuadamt:ntc desde mj punto de vista, lo que realmente est:í en juego:

e~ de importancia menr)r si los fines pur los que cualquier pcn;ona se ocupa comprenden sólo sus propias necesidades individuales o si comprenden l:ts necesidades de sus m-ls cercanos o aún más lejanos compañeros; e:;rn es, si e:s Chroísta o altruista en el sentido ordinano de estas palabras. El pumo que es tmporb.ntc es el hecho b.ísico de que es imposible para cualquier hombre examinar más yuc un limitado terreno, ser consCÍ<..'fltc m.'Ís que de un limitado núffil' CU de nccl..'sid:tdcs (...) Los fines a los que él (cualt.tuicr hombre) puede estar abocado, serán solamente una frllcción infinitl·simal de l:ls necesidades del hombre...} De acuerdo con l layek, el mercado actúa coffio dístribuídor de informacic'm y cutlocimic:nto entre y para entidadc~> limitadat>. Si hubiese con( ;c1mit:ntc > c1 Hnplet• >, uni\"crsal, no haría f.,Jta d ml·rcado y, consecucntcmenll', pudria pensarse en entídaJes, cuasi-sujetos, infinüus o ilimitados. \' llayck es radical en este punto: el comJCimient', rckvantc para el funcionamiento de la economía no c:s totaJi~ablt·, unÍ\ crsalt~able, pur nm~-,>tJn ente. Y no lo es pe >re.¡ u e: se trata de un conocimiento disperso que sólo pude estar disperso, pues es el saber que corrt.-spcmde a sucs fmitos, mortales: es el conocimiento de oportumdnd de los pequeños y miri:ídicos cambtos que se producen en la sttuación de c.\da uno y cuyo acceso ¡xrmite a cada quién apron·chnr de b mejor m:mcra su est:mcia en este mundu. No hay gt:ncrnlt~ctóo, no se puede acccd<..'r al todo Jc:l eapacio SOCI,ll o hununc ~ No hay huida Je la finitud . Ni por la via dt: algún pacto, contrato o ct,m lnio, ni a través de algún impc:ratiYo de la razún unh·eo;al. De las seducctoncs y encantamientos múltipk:s yuc '-=iercc el ecrcado, los que cmcrg(.'ll de las posturas de ll.tycl... sobre bs limita!li:<>nes del sujeto :~nn, stn dudn, k>s más paradt.•¡ie< >S. l.o que se nos ~ es que lo mercantil t:s el mejor horizonte porque: c:s el único que " Frecdrwh J l.1ye~, 17,( RtJtUito Jf¡fil~m. 11rN, IC)H. pp 18-59.

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edición, Elli\, Univtmtr of Chic,1go

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La casa tomada f

garantiza nuestra convivencin sin nl·ct·sidnJ de .rc~urr~r. al nb:muono, a In retirada Je nu<.:~trn pwpi:t finitud. l•:s l.t dtmtnac~<>n de los ~uc­ ños de r.sch, de la utopía de Améttca. No hay extr.mjcria posible, no podem0s salir u~ nuestm pid y au.\rcnr ya no a la ra:t.ún uni,·ersal. ::;ino al menos a lus puntos de vi.-;t.-. Jc todos los hombres. Por eso tent'tn( •s <]Ul deciJir úmcam<.:otc e• m base en nuesrrns propias prcfcrenc1as. Y sin cmb:ugo. al mtsmo ttemp< • 1' d1.· m:tnl.-r;l sorprendt·nte, la mano itwi~iblc nos ofrece un ce •nsudo y un:t garant:ia: a pcs:u Je todo. ccntraJos l'tl no~otr.)~ mi~mos, alc:tnzarcmos por fm el munJo mejor. Sin proponérno:;lo stquicm. M:í:; aún, estando seguros de yue t(xla pt:rsecuctún consciente Ul b s.iliJ,¡ :;cci contmproJuccnte. NI) nece:!it.ltn'>S abandnnar pmquc de hech•>, en Cld:l actu.1ción c:tkuladora de costos }' bet1cfictos tmli,tJu:tles, el ajuste autom:luco del mercad0 nos habrá lln:ldr> al lugar de~eo1bk a yue queríamos it. No neccsttamos alcj:unos pc>rt~ue a cada m~,mento ya hemos abam.lon:v.lo. Y todo ello sin ser responsables mas que por nuestros consumo:~, sin rcncr qul· ascender 1< >:i dificilc:; pddm1os de In ética, la moral y b política, sin cnmprnmi:;, alguno. . . Ya bemol{ \'Íst0 (jUl.' el orden, la distribución óptima que yu1~:1 ~c logre gracias a b mano im·isiblc, h:l de renliznrsc al costo de dcjan1os encerrados en un prcsentl' único y total~1cnr~ ll~n o; endaustradm t'11 la t:pidermls, Lll nuestro propio Yo, sm postbtltdaJ de entablar relaciones íntcrsubjctin1s sine, abucad0s a calcul:J.r acciones fn·ntl· :ll sistema de los precios. Pcro si todo dh> aún nos seduce, CS porl¡Uc d ui.'iCUfSO C<:OOÓI1'11CO parece h~:t-rse cargo Je nucstus c:.rencias, de nuestrns limitaciones CO!,'flOSCJbvas y morales. No nos extge nada. Aunque, desde otra perspectiva: ~al vez no~ exija muchi:;unn al rccbmarnos el 11!\'id() de nut"stra nc1a tentaCJOn de ab:md(.mar h pn::ible parte: no finita, universal. ~ue tal vez qui~iéra­ mos que cxtSÜ<.:ra en nosotr<>s mi!'mos. ¿Somos, en \'et'dad, cada 1.1no, el inJI\·lduo económico que_ la teoría de la preferencia rcvda-asign:t a tr:wés de nuc.::'tr.L" clccc•r,_ nes? ¿No e~ cierto que calcubmo::: accJOncs y elegimos más th: lo yuc qucrc:mos y mc:nos dl.' lo que no dcst·amus? ¿Acaso no _consumimos h:.st;\ que nuestros costos 1gualan a nuC'stros bcnefi~tos? L.-. seducción, o la intt-rpclación, de la teoría es muy fuerte, stn Juda. Para posicionarse frente a db habrh que Jc:cidir si, en efecto, el individuo económico es una Uescripción plausible de la p<:rSOila que

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somos en c:~da caso nosotros mismos. Y dcódirlo constatando yue con frecut·ncla actuamos como lo hacen los sujetos ccc1 nómicos que postula l:t teoría. Y si no lo fuéramos, ¿por qué exi:uen y functonan los mcrc.1dos? ¿Por qué h:.y un :ímbito l'conómico que SL Jescm·udn: ap;ucntcmentt: por sí mismo y ')Ue extiende :;u alcance a cada ,·cz más nncones d'• la sociedad r de h ,·ida? Si fuéramos llflmfJ (¡YJnO!nÍt71S como dict:.la teoria, nad.1 nos obligaría a prdtnr esto o a~ueUo, la com-TI·encia podría no Sl'r m•>rallzantt, ptro st· nns h.tbria impuesto, sin embargo, un moJclo cstncto para roJo~ nu~.·stms yucrcrcs: la forma ut: prcferenc1.1, Jt· paquetes de utllld.ld. E l cam111o para 1:1 crític,\ tld sujeto dd mercado no trnn!ttra pot h cnnfront;\cu·m de sus cnntcnidos morales -pues en d ofertad\>r o consumidor caben todas las inclin:lcioncs-, ~uno por el scndcn 1 Ul c\·alu:lc las consecucnci::ts de la formali%act,.lll Je las pcr~nas que se pone en juego. ¿Todo cabe en las formas? ¿El presente mtsmn es una forma t)UC nos rccorta, que no nos deja t::stt·nucroos m:ís nll:l? En la acgumt•ntación brilbnte de 1 lay~o·k, ¿no :!t: da un lraslape de signiticacion~.·s? ¿Somos finil~•s y pe" elh 1 t<:ncmos conocimiento limitadc1, o bien. poseemos este últimll sc)lo ~:n b 1m:dida en q ue snmr>s concebido~ abstracraml·nte como for mas, como ordenamiLnlos <.lt: prefcrt·ncias, como lista~ de: d~o-seos sin imporlar el contenido Jc los mismo:;? ¿Nuestrn letll<lcic'm dt< abandon.u cabe 1.'11 el enclaustr:\Ollent() del prt.sentc r de nuestro propio Yo?

Decepcrón mer"cantll

~m dudad mercado es seductor, en buena mt·ilida, porque muchc ,s Ulkntos c.lc ab<lndon:tr, dt• r<.-allz,lr ,·isiones iJcalcs y umversalcs tl.!

min:uun t•n expoliaciones, exclusi•Jnes o vigíl:mci:ts J~.: poderes ~uc IOmctlcron a las pcc:;onas o les csigic:con ')Ue ~e domesticaran dbs mism.1s. Fr~.:nte a ello, Frt·cdom to Choice es b banJern que enarbo -

lan lns prop:l¡..r:\1\tltst:l' contl'mpor;inc•>S Je lo mcrcanttl. PL-ro p.lm m t(.: nder d atrac.ti'·" dc esa consigna no !1abria ~o¡ue rep:trnr sólo en Ll~o ''asta~ cxpenencea!' históricas de dcgcngaño frent<.: a suer1os aformadun.:s, tUllO tlUe hay tlut.' enfocar cJ hecho de: ~UC Ja teoÓa nusma del mercado es, ya de:: suyo, una rcflc'i.ic)n sobre v nara la tlcccpw'm. E~ !;1 t~.:orin Jc lo!! hnmbrcs resign::tdos.•• · l.o es l.'n d Cl>r:ll'.Ún de:: ~u entramado conccptunl: los costos y

HIJ


La casa tomada 1

AtnM en el.-.tran¡ero

la~ utilidades que guían la acción de los individuos económico~ son margino.les. Esto quiere dcctr que cada nue\':1 uniJad de un bien consumido conJicva rarn el sujeto una utilidad -un gusto, un placer, una felicidad- menor: b segunda vc:t siempre es menos sacisfactori:t que b rrimera. Lo mi~mo respecto al coste1: cada nueva unidJd de algo <.¡uc wnsurrumos ~upot1C una renuncia m:is grande. Si cot~­ tinuáramo~ consumiendo m;Ís unidadc" de un bien, al final o moriríamos (limite del costo, de h ret1uncta) o alcanz:uíamc 1S d clima:del dcsenc.lnto (frontet';\ de la utilidad, del bcnefiCLo). Se llega a.-.í a la «mcJr>O~ orctún, l lo que se c<1nocc como la ley de la demanda: un indtviduo coo~umirá un hic..'ll hí\sfa que el costo marginal (la n-nunCÍ.'l implicada por b últtma unidad consumi<la de un bien). sea igual a L'l utili<bd margmal ~a utilid:td cnrrc:~pondic..'1lte a la misma úlnma unid::td). ·~ })entre, de l:t dcccpciún progresiva que provoca el consume), con la norma de la dcman1.b :1<.' cnuncct lo más gue s~ puede alcan7.:1.f, el punto de cc..Jui.li.brin, el patrón de racionalidad dd sujeto maximizador, del individuo econúmico. La noción de cunargcnll, el marg~onli~mo en economía, presenta infinidad de problemas. ~uno~ incluso de carácter ontológico. ¿En n~rdad pueden cunsumir~e \<nrins unidad~·s de un mismo bien? Si la materialidad fuese relevante, podrir\ decirse, gui:á, que, por ejemplo, todas las sillns ~on diferente~. cnda una es una singularidad irrcmpla7.able, pn,;ee cnractcríMicn~ físicas, tal YCZ incluso defectos, guc la com-it:rtL'11 en un cjcmpl:\r único. Y no súlo bs ~illa.'>. ¿De dAnde obtener el crirerit~ par,l dL· t~·nmn.ll d gradn mínuno de ~imibridad que permita h:lblar de: dtÍl'tl't\11.'~ cbscs y unidade!' de objetos? Esto último no c!i, sin t;rnbargo, lo más reh:vantc en cuanto al m..'lrginalismo. l ..o que \·ale la pena discunr es b concepción accrc;t de la pareja Jesco-satisfacci()n que pone en juego. Podria conslatarsc de entmda que el CflO."UM\) no ~iempce es progcesi'\dJllOltC dc<rpcion.-tnte. ('..omo !lctlab Paul ( )rmcrod: +1 Ya lo uhsen-ó hrill:mrc:mtiiiC t\m.tct)".t ~n: •Juzg:¡r l.& emportAOCtl de: un ~untll por Lt mcdt~b m~:nt.1l de t't.ltctd.ld .., utt,;b(cio:m de l<~s Jt:M:os pucJc prodiJCtr un pwfundo, y.t yu.: tJlc~ métri.:~~ mentaks rt'flcj.m, 11 mt:nud<..>, uu ,·.. mprome¡;n dl·rrnh~t.t.:on 11 d11n n'.thd td . •mo"'dn p0r 1.1 dl."'l~spt:r.lllz.l» . .1\~,tr~:t Sen, ,<J .o~ Uitncs y h Gtnrc ... en l.t fl' 1~1.1 ( IJIIJ(Il/ü Extmor, ~te:m:o, U.1ncn l'oiac:to· n:tl d~ Comcn;i•> E..xtt:rcor, Vnl. n. t{o, 12 (diciembre: de 19!13). p. 1116. -15 (.jt: Rich,trd ~!dtrl.ll(' )' ( inrd"" Tullcx:k, 'l'ht N m· Wolld tf l::i.C!!I/OIIIiff•••• di., p. 20.

.,..,gn

or.

Jo>

90

Jby pcr~onas para las l)Ue el consumo, muy n mcnu<.lo, <:s llll;l fu~:nl<.' de sati:;faccioncs C;'IO:l ,·e:.- m.tyores, no menorcll. Cu:mto m;is tienen, m.'Í.~ yuieren, y nnyor es b ~;ttisf:tccil>n liUC experimentan al cons1:guirlu.J~ Es intercllantc notar guc el margin.dt$me• ofrecc una explicación paradc'•JtC:t rc~pcctu a la prupcn:;ie'm a Cllllsumir: d afán por ll'l1c1 c:tda \'<.:z rn:\s c•1sas Lkti\'aría, precisamente, dd hecho Jc yuc el dc~cllC;lllt•> ~e increment<l. Para lograr los mismo~ m,·dcs de utili· d:.d, de s;:atisfacción, c.:n c.1Ja oc.tsio'm es nc:cc:;ario h:tec:~c Jc m~:­

bk.·nc..:-. c.1c..h \'<.'%m.1s. ~¿La :;ati~facciun de los desc:us lJe,·a flt;Cc..-sariamL'111c al dcsen,..-aitu? 'la! \'CZ, si hubiese en efecto algo así como la sati~· faccic•tl. Pcre1 bsl·n podría ucurnr, como señala por ejemplc, S:tr:tr(·, <-JUL los deseos fuesen ins aciable~ y que Jo <.¡ uc prctt•ndsdnmcntc actúa como satisfactor (aunque fuera par· cial y no buscam colmar por completo el anhelo) no fuese 46 l':tul Ormcroc.l, l'11r IIHtJ HllmJ t(11JifJI1JÍu••• , op. t~l., p. 72. 47 Tarnh•i·n t•n 1-:cyn(~ b cucsti/m de h dccq1c~·.., (·,t.í pres(·ntc l'nr c·j<•mplco. m ~~~ Ttrii!ÍI (,flltlllf d.· 111 IIJ'&TÍÍII, d bt!trt~ )' rl Dlnt'ff), l'Oil~l.lt:tci e¡uc l f(,I\'N de l.t ht$10tl:t lit' h,1 c.l:td•• llll.t asinwrrí.L entre d .thorr.. (:lulll<'llto d~ la m¡uc.:~J rn•>IH:t.m.t put' l:t poA¡~o.inr on cid ~.consumo))' 1.1 irwer,ión (cll·mpk~· d,• ll'~ursos l'·'"·''·•l'wclu~t.it'ill dc ftJ(\'0~ htl'l\l'~): ..1,, P~'•peu::i!on a :rhrorr,1r ha tt>nidrr un.l tendcnci.t cn'onu:.1, .1 r.:wé~ ct(•),¡ t!istOII.I htnn.uu, ,, \t:r nc.ernr 4"'' d cnn·nnv. • ,, inrt'tTcnu· !..1 dch1lid.td dt·l :tlecH:Illl! p~r.1 .inv~1111 h.1 """ t n hotlus los tltmpus 1.1 d,l\·c dd p1'obkm:l ccont'uncco. ).,, txplll. ,ILII.>II que h11y ,,. d rl '·' <ll· l.t ddothd 1<! .¡,. t.tl l'"IHnul• •J'III:Ul' r~,,,luprlll~tp.thnt:lllc· tll lt 1111ph I\I<J dt·l.t< .elllllllil.eo·¡,.¡l<'!\ C\i~tl'IHl'•.lll l.tlllll -,ut• lllhl!,\1.111\('llle•), , < ell<~o o•) .V.IIU <it tod~~ d ,,,., rm .k u h.el•erjug.""l'• un P·'Pd Ullf" •rt.tmt.·. 1\·r" d n·•:ultulr"·' ti rm'""'· El ~1\lt' ,.,. llllh\1\"l"$ Jt• .Jlllll\.'lll.Hlol.lll'l\'L~.l ~r" on.tl, ~~~-;f('fleó-ntl.,"• dt 1~ul),¡flnt•, hJ ~ gC't~t·t.tlllK 111\' m.t,. h~e•tl' <jiJ<· IJ n~;.lm...:~··n c.ld t'tHprt .¡m, ·t ·eu!Tll'llt.tr 1,, CKjllt'~~ naococt.tl. ,·mrl..'oul<.~ • u:ll,.,¡.. en b produc01:on c.lt: h1<-nr.. d..tr:.l.lt-:<• TtWirJ ( .nJH.Ú lt ¿, Ot"fUtiNI, rl ltrtrm t " Dim., ~ «11<61'1, &.1 Rtlll('IC<IÍofl, ~léxico, rm.t.. ck Cukw.e lkoni'll"'- .e, l'IKI, p ~~~~ "-.·ynn. qtel('n nnnc.1 pus- •t"11 dud.tl<>< .t>¡X-<.'t<" t.<'lllt~l,, J, l,. etori.t ffil.'fC.tlllll, .t~¡udl"' u!JKJ<ir,ru 'u núdt·o nu~m<•, .!Lluor.i p.1r.1 ~·,f.l Jdlllt,f.td c.ll l.t ~rwírt ti h,·.• h., d(' '1'" Les ;.ui.el.-,; pr.ot·,.,,.u!J, pc•rd nwn:~d" podri.tn 11• > stt JJ,·,;u 1 da~ ll llc\,\1 .e¡,¡, tmc·r~crmtsi.!S :1 c<f'tÍnot:o~ ~•~tt·Ol.ltl(n.' ~Jlcrn dio no olonlt·H ,1 '11 \el t que ~¡ (')e.()mnmn C'~ progr..~l\~ltnl'nll' tlcCl·pc:ion~nsc, se cnrut ntr.1 tn b n.ttlll~tlrt..t mhm11 tlt•l ~\ljl.'!u (:ClJII<,IIllÍW 1.\ pco:itht1iJ.cd .J~ tdr.t<·r~\', dt ll.>ll>Utnir C:td.t V<'~ 11\\'ll(l~f l'J¡ cu~leJUÍt·L .:.m>, el cM,'u:ter ut:li~o dd dt"$Cil\'Olvimiulto cconómicv S<' h.tll.t ~nnlmcnrc, en l.t• :tpon;~~ provuc.1d~s por l.1 I<'Orí., del dc~o-s~risl~cciún c.l.: 1.1 tle ~ *int dt Id ut1hdad ,. d costo nl.'lrgJn:tlcs.

n..

1)1


Jvn¡¡¡r en .t extranjero

La casa tomada 1

sino un th spositivo pam hr~cc:r {Y.\tcntc, aguda, d icha insaciabilidad. Se afirma t.:n E/ Ser_y lc1 Nuda:

. , 1..os t>eres cnrcnt<.·s para los que un yaso de :\h'U:I signi fica la realizncmn. de la sed c..:omo seJ, cst:in condenados a salir de sí mismos, <l dar senttJo al mundo, a trasc~.·ndcr, a abandonar el scr--(!n sí, y elegir. Son un pu1c > abanJono, una nad;l cntn:gada a «naditicao> lu yuc cs. C2uien<.•s se dt:cepcronan pon¡uc 'lui~i<.·r;\n dcjardc ser prcCL'<:tnlL'flt<.·t:sa n.1d:1 .,¡~l.lJ,1 por d :~h;~oJ,,ml Jd tn-~í, bu,<.·an no elegir, no tl.tr ,c:ntído, 1-in, 1 ~•mpk mt-nte escohtt.-r, sdcccionar. FJ h.llo seductor J<.· la con,i¡;n.l pupul:uu.1da por ~lilwn Fncdm:~n se juega todo en la ambi!:.'ueJaJ ~e nun:a las rclactOnc~ <.·ntrc: personas y !iujctos económicos. Súlo las primeras digen, los sc~ndos .;elccciun;\O. Pcm t-s el eco de la existencia Jc los ~ombrcs r mujeres singulares, con nombre propio. irrepetibles e urt~pla;•abl~s cada uno, lo que otorga verosimilitud y potler J e <.ncanramu:nto al discurso Jc la c:lcccpción articulado por el mercado. En cualquier cru.o c:~tc nulo pt:Cl\uadc, nos interpel:t, ponp.tt r<:currc .t nutl>tro dest:o de rrnos, de abandonar incluso nuestro anhelo c.Jc nb.mJonar ~

No es cxact< 1, <.: n efecto, que una scJ rienda a );U aniquilación en cuanto se-d (...) hl sed es una c;ut-oci..1 (...) En \;loto qut.: s~d .qui~.rc colmarse, pero esta sed colmada, que SL' n:ahnrín por la astmilaaon sintéoc!l, en un acto de comcidcne1a, del Parn-,;í--de~co u Sed con el Parn-si-rcflextón o acto J e beber, no L'S pcrc1bida como supresión de sed; al contmcio: es h ~cJ llc~ada a la pknirud Je ser... El indi\'idun maximi~adur que construye el m ercado es en algún sentido como t'Sta sed descrita por Sartre..~'~:ro d.e unatn~nera casi irreconocible, pues t:-~mhu:n encarna un:t \"JSIIJtl dtfcrente, •.ncorrl'"Cta p :tr.l el autur dt> L1 NJm(tJ ~· que él mismo comc:n.ta hnca:; abajo del texto c.¡u<. !lC:tbamos de citar: <<Es un punto de vtsta muy posterior}' rentxl\'() el tld hombre que be~ .r•lr:l 1ibra~c de su sed, como el del hombre t¡ue \":\ a las e;\sas pubhcas p;ua hbrarsc de su

Del Yo al

deseo scxu;U.»4 "

De acut:rdo a l:ls observaciones snctre:tn:t~. In decepción del mercado, mcorpor:tda ~n 1~ nociot\L'S nuckares de costo y urtlid:td «marginale~>>, rcndría un carácter complejo. Como aq uel que va :-~1 prostíbulo para de un:t \'CZ por todas librarse de. ~u de~co sexual, el guc se incorpora al espacic1 mcrc:tntil ~e dcccpctuna porqu~ desc ubre t¡uc lejos Jc habt:rsc :lrmnc;\do de sí, por fi n, cs:t carcncta yue 1() atormertt:l, b mistn.'\ no h~ d~~aparc.:ciJu. 1Á) que querría el conl'umidor nu es s.uisfaccr su deseo, ~100 hbmr.;c de él. quttan;c del toc.lcJ ya su carácter Jeseante. C::ld:t nue\:t unit.hd de bitn crmsumido resulta más frustrante, su utilidad se reduce. Hl objeto c¡ue en un;\ primera umd.11.l prometía :lcr un ente li~r~Jor, a la scgund.a, ~ la tercer:- ocasión, ~<.: va re,•clando como muo.l para el fin de cltmtn:w el anhdo, no sólo de alg\u' bien c:'ll parúcular, sino la propiedad d\: ser anh cbnh. cm gcneml. 1Jay un ~.lesco de irse, Je dejar de ser el ente finito y c:ucnte que st"lmos, que d mc:rc:-~do, :1 pesar de h:ll:x:rn os ofrecido el :tb:-~ndonn de b tentación de abamlcmar, no pucdt.:

eliminar dd todo. -lfl Jc::~n P:lul SJrlrc:. E/ Stt) Ir.~ NIJdrJ. I~Hl<!J'O dt O!lflllf{I.:,ÍJ 1'tR•J'tUiitJ/J.t:,l<d, la rdírtt'm. 2a n::-imprc~tún, l\lé:o..:t), Ali:m7.;\ Editnria~ 191\9, p. 13.¡. 4? 1/Nd, p. 134.

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92

Nosotros

Marcados por una pc:culi:u J eccpci6n, los inJinduus consumen h:t.'lta que.se i¡.,ru.1lan sus costos y utilidades marginales. Pno el 'JUe In teoría rcaltcc el recorte y In locnliznciún de la utilidad en d sujeto <:conc'Jmico, e incluso cl1.¡uc S<.'íl poxiblc rcvclac-asi¡._,rt1ar agrupamientos tic utilidatlcs a trnvé~ dl· 1,\s dcccir >nc.:~ efecti,·n~ Jc las ptr~ona~. no ~on cut.:s rione~ <.¡uc agot~n por sí mism.1~ In construcción del mercado. Pues aún yuc:Jn por expltcar d problcm.\ Jcl rn!crcambin, d sorprendente ljU<.:h:tCt'r de la mano JOvisablc:. 5 " t\ntl":' ,le •¡ut· cundacr.m I.L~ .1pnlogi.1s dd mcr.:.1do :1 rJÍ:.: eJe! •krrumhl· dd ..OCr;\11~111" n:.tl~. lo~ tcónc.:os m.is br ill.mrt:s de I.J c:cunomía vic.-ron con d.lrl\l.ld aspecto de l.allt·c.:c:.pc:IÚn IIILO~p<>r.tdo .tlo mcn::mt1l, y .1ún los m.is opr.mist.l$ de .entre c.:llv~, c.:vm" J..:epw~. 'liPJCIYon b ien que l.1 ,ft.rt.J y 1.t tlcm.md.t n() pr• ,,;11• ~ un cr,-.;unumt<> <.> b~t:ntsl.lr c:o.ult.mtt:s y con11nws. ~inn .tpcn.IS un.1 mc<fu.

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nt1 ~ccpnhlt.

un cu,..,,_,.~r: -El rc:mrJt., C<.>rn'CtO p.IC:I d CldCI C:CUOÍ>ITU(;O nv puccJc: cOI:\Illlr.tr~<· ~·Jl C\ lf:IC le ;,e .1uge. Y cnnH·n~trno:s .,~; en scmldcprl'Slonc:s perm.mcnll~ smo en C\ 11.1r 1.1~ ~IOnes y crmscrv.truo~ dé ~~tt mud•• en un cu.u.t-.IUj.!t: ú•nlonuo... 1-:tync:~. n.,¡, Ct1111"11l ¿, wOaf/'<lo.HÍII. t/1Hf,·t(> y d DinmJ, Df. el/., p. .286. E rnclu~o hn)•lo~ m.h ''nt\J:It.l~ l.ts de pront•í no pucdtn smn rt'n>rh..oc«:r d dt>stn· ltlt~o de ¡, • mu,·.mtll. 1·r.>n.;1s l·"ukupma krrrun.l ~u f.un ow .ertkuk• di! 19HC) ._.., ,11 J.IJI SLgtl!CiliCl> p.tbhr.l.': 1•Cl fin c.Jt ,,¡ h1stvria SCC:Í Ull'\ épO<:l 11\U)" fl"l:itt ... !ir:UKI~ 1\liuy.ul\1. .,J•I hn dt• b 1l tstun.N, lil C..d!u 1/m/mdo, 20 de .abril de f ')<JfJ, p. ''


u casa tomada 1

Amar en elextran¡ero

Para p:1sar <.k h1s preferencia~:~ de lo~ indiYiduos n hs de In ~ocir­ dad en su crmjunto, es neccs,trin ~t1mnr In~' atribuciones dL· cuslo:> y beneficios m:1rginaks que cad:l sujc.·to econúmtco otorga a difen:ntcs cantidadt'S de cada bien. En tanto rudos lo~ sujetos consideran sus prefen:ncias como JY.lquet~.:s de: utihdad, la sumn podó;\ realizarse si a tndas hs uttlidades SL' lt'S :1.~"11:\ta un patrón común de medida. La utilid:td cxpresad1 en patrém cnmún, por l'icmplo pc:sos. o J(,\ares, o simplcm~te en UJ\ número d~: l1 scne de los n:ttur.\1<:1', es lo que constituye d precio. l.a utiladad marginal d\! cnda inJi,·iduo ~:n relación a cada canúdatl de un tip<) de bien, cunstiture la demanda de ese iodi,·íduo poc ese bit·n. Para obtcnl:'r 1:\ cun·.1 de c.kmanda dd mc.·rnu.lo, scñal:m Mckenzic y T ullock, podemos sumar la!' cantidadc.·s dcm:md:ubs por todos los consumtc.lorc.:s :\ todos y cad.t un11 Jc los prccios.;1

Y en b misma forma, si sumnmmo~ !11~ cnsto:-; m:uhrinaks cxprc.:sadol> como prccins (c.·~; decir lo:; montos de utthdnd a loll yuc St! renuncia expr<:$ados en una umdad de mcdídn), que c~\da imh' iduo :1tribuyc a cadn cantidad pnsibk: de: un bien, obtcmlríamo~ b cun·a de oferta. Rc.1.liznc.bs bs ~umal', la ley de la dcmand;\ podrh gcncralinrsc: b sncicdnd cumumm\ na~ta d punt< <:11 ljUl St.' Í!-,rualcn b oferta v b dcm;mda. F~te rc!'ult:tdo nn ~e 'lh\.:r:uh si lo t¡uc se con~tder.l~ nn futr:t d e• lllsumn sino In produccic"m. En t:ti c.lS•) se afirman:t que la SI)CJed:ll.l cnnunu:ui:t pnxluócmk• lu~t.l que In ufl'rl~ de} o los biem.'$ 1:'0 cuestión, se 1gu:tbr.1 Cllll L\ dc:mamh Simplemente los productores comu conjunto llcgarí:m h::~st:t. d punto en qut.' la ¡;um.t de los co:;tos m:trginalel' de cada ua10 fuer:1 ihrual a l.t suma de las uttlitl.lc,'i<;s marwnaJcs tambtt.'fl Jc C:lda UO( ~ Esta forota de resolver el paso de lcJ:S co:~tos y utilidades inJi,·idualc.:s a b. ofcrt:l y dcm:tnda sociales, del une' al todos, o dd Yo al Nosntms, gc encuentra prc::<entc t;tmhién c:n la po!!tur:t Je Kcyncs, r n• 1 es c:tsunl quc Prebí:;ch c:n su:< leccionts se ,\m· l:t ·r;•nricJ Gt'llt'Tl¡/ d.: ;,, Omp.u·ión ellnllmii.J r//)uuro, dig:t :~implcmentl·yuc para tmnsÍt.lr del individuo :t 1:\ comunidad b:1st.1 rcnlt:.-ar una ndicie'•n mntcmnticn. ~ 1 Ru;h.ml l'>kkc•núr y (;,,rJnn Tullm:k, TI.,• N~JJ' ll'o1M "'

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lio'OIIQJJtlú •.••

op.

at.,p.

21

Después de c'\plic:u el concepto de «ingresO>> en rehcic"m a un c.·m pres:trio individual, concluye Prebisch: Et: fácil piUlar ahor~t dd empresario :úsbd1.> al conjunto de los ~mprcsario~ de la 01munid:td, mediante b ~unlJ de los concepto~ rcspccti\ o~. Supongamos, p.lr;t simplificar, yuc la~ mi:~mas cifms rl'prcsetliCtl las cantid.tdcs globalc:;.>: Las dcca!'aoaK!- anJiviJualcs, b:lsadas en preferencaas p::trtlcubrcs, aparcntcmc:ntc dtsímbola." unas con rc.-spccto a las otras, producen, al ser sumadas algcbraicamentc,\' un orden. Es cst:n la manera, simple }' a..;C:ptica en apariencia, por la que las tcoríns económicas rcsucln:n un ,·icjo prnblcmn de la filosofia -¿cómo se pasa dd Yo al nosotros?-, y lo hnccn Rin neces1dad Jc rccurrir a un p:tcto c.lc ripo houbesiann )'sin ljll~ l't" fl't.)\ll<.f.l I..'Stableccr Ufl ámbito ComÚn, ético polinc(l, ccmstituidn por n:glas y normas genemlcs, vmculatorias. La oferta}' la dcm:tnd.t, :1 decir de M1lton Friedman ellas do~ categuria~

mál' import:\ntc:m dd kngu:tjc de In economía.~ s<: cou);tituyen por una ngrc:gaciém C'\:tl·ma dL· utilidades indi,·idualcs. Ln wcial :;e cre:t sin nccc..:skbJ de recurnr a b intersubjctividnd ni a k'~ problemas y aporías qut· la mismn supont.. t·:n lugar de una ética, el discurse; ccont'>mico cjt"elJtn d rdatn de b sociedad l'n tonalidad mecánica: Los cconomÍ::;ta~ nn d mundn cnmCJ una m.1yum:t. Una ffiÍlJUin:t mur CompJic:td:t tU VC7. 1 pero U!l m:ÍqUina f>l'l'l' a toJr •. CUJ e• runcir •n.lmÍl'lltu putJc cnmprendcr:l{' ensami.Jbn do cuiJ,Jos.l r mc.·ticulosamcntc sus pic?:t..c;. L;t conducta Jcl sistcn1a como un todo puede deduci~c c..lc una simple sum:t de I'Us partes. •' S~ R.onl l'rd•as.:h, llllmdllc~iJII 11 J011n. SJ c:d1ción, MéxiCO, l«\ndo c.ic Cuhur,l Econ;•m•.:.l, 191:15, p. ZR. \.~ Oh~ln:l .\1 fl'IIP<'llu Ct·!I..Íri.'O .\lor.lll-s: ..Aunque l,ls ut>ltdadt~ ljl.ll.' fnrm.m d con¡unro de prcfc-rtlll"l,., dt: un índ!Vtduo y l.lS que form.ln d .:onjuni<J tot.tl st.tn distint.llo, en IJ mcd1cb en que 'IOn .ldimd.1s por nümeros, h$ dJ,·cr;as opcr.t<:l• mc:s que Re! h:t~.m c"n dl.u cil~aiu~n u1~o~ n¡><:rAo.:u'm 'natur.1l' Kiénhcn». Ct:~.irvJ M,•ra les, Ll M<lltlllulh:;ydrht ti/ <ittt<1111 Jn.icl!.'i. ).(!ui u )11~ <"11 b 'l(nJi,¡ dt }llf'.Ji'JJt, \olimro, 1982, p. 11. Sol Milton Fr1cdman, ~1.1 \lt•todr;lo~ÍJ dl· b Eo.:onomí.t PI>~Íh\',v•, en \'.1ri<~s t\utorc~. [..1'¡'/iii!JJ rlt f>olítku l::.úJII!ÍIIIio'<l, 1:1 cchct<'•n, 1\l~xico. 11'1 •\M, 191:!2, p. 56.

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u

Amar 1n 11 eJCtranjero

¿Y la mano uwisiblc? J\lgo t'Xh'.lllO ha :-;uct:diJn, porque Jet mi~t~.:rio de al¡udloo; cinco Jcdos se nos pn:~l'tll.\ al¡uí ~cílo ht al\Cpsia de una suma, ni siyuÍl'l':l un «tomar en cu~.:nta lo 'ilK' hnc~.:n to tlo!'i••. sino una t:>tricta nperaciún matemática •J:{:oísmu.., tÜntl'fl'"'· "''l:lll.l J.lS,., indus-, a ,·~:ce..~ «r.lp;tcidad n:lluml>~ -la r~.:túricn ric.l., wmpkj:~ y ~~:docl•lr;tdc Ad:un Smith p.1fLCl c..-star \:'1 mu~· kjana. EscuchC:1nc"h

plccn nuc~tr:tl' explicaciones (rrlm.r pari/m.,}, entenderemos mejo01Y La~ construcciones del tipo <\mano inYisible» no se aplican sc'Jlo en d terreno ~· la economía. Nozick o frcCl' una lista Jc cjcmpl•os yuc induym ~.:xplica etOnl~ elaboradas l'11 la.' :lrc:t~ J e la ll~1ría J e 1.1 e\·olucic'on, la l'Coloh>Í.t, el urb.1nismo. En toJos los caso:., (.Stc tipo de e:\-plic:u:JOnl":> m UlSir;lll cúmo ciert:ts pauta.-: <.1 J is1..oños compktos. Jc Jos cunles se podría haber pcnsadn que hubieran siuo producJuos por el logrndo intento de w1 indÍYJduo o Jc un grupo de n:alít.ar cst:t p.1uta., ~un. por el contrario, producidos y m:um:mdos por un proceso yuc c..n DÍn!,>Ún st:ntiJu ha tenido «en mcntc~ tal paura o diseño completo.~

No es la bcnevok-ncia dd carnicero, del ccrn:l:c:ru o del panad1.:ru la que nol' procura el alimcntl.l, sino la constderación de su prop1o ioteré<;. No ltl\ocamos !iUs !il'llllmic.."fltm: hum:tnitaoos sino su <:goí::.mo; ni k-s hablamos d<. nuestras oeccsidadL'l', sino <k :;u~ ventajas. Y. Sin reparar en la fueo:a litcrnrin, en el léxico dt· Smith, Rnbcrt Nozick ha hablado de «explicacionc~ tipo mano invisible••· l .as evalúa muy positivamente pues considera yue fo rm:tn parte de lo <¡u<· lbma «cxplicacio· n~.:s funJ:uncntalc~·· yue, l'lltrc: otras, ti<•ncn la carncted~tica de ofrecer un mayor entendimiento en b mt:didn en que no utai...an en su construcción términos l\Ul' pertenecen al mismo campo c.¡uc prdendcn explicar: «Cunnt:l$ menos nociones constitutivas de lo qut se está cxplicaml• • cm55 P aul Ormc:rod, Por 1111/J "JJtJIJ t<YIItiJ,IIII•• , op. m.• p .:¡.:;, 56 '\d.tm !'milh. lnmliJ:J•7im suhn /11 NJfm.¡fr-_·J.J' (tJJts.ls ,¡, /J Hi.¡tt~'' & l.u ¡\JJ<rO· nrs. op. til., l'· 17 1Al morJJCid.ttl de b retronl:l ~muh,.m.t hJ rr•;due~du una rrt.'\1rrt:nte mcom•xhtbd entre lr·> cc"n"m•~tl• .\lfn:J .\l.1rsh.ll, r-~r ~;cmrlo. uno d e los pibr('' de: L\ ttorí.t t'ConÚmLC.l Ul.)ffiiO ~n~ v·fl 1\UCStTI>~ ,¡¡:\.... se Cl'iu~r/~1 r nr moblcccr IJ' motlvJCIOOC'S ~JC !'m1th tdcnt•hciÍ comCJ "l'goismn• co .r.tp.tcid!d..: ..L:l p,uerr.1 c:s m.ís ~•ud que l1 cumpclcnc~t ~,!.;,tlr,pr .1 k's lompctidon-s de:

p..,..,

su tr:th.1jo )' mc:<.lto de vid.1, pero .1 MI .llrcdc:dnr sc dcs;ttTtollú un ~c:ntlmtc:nt<> c.tlu llcl'Cl'co qut- hw' tt:tecr un .lspC'v"to n• •hlc y cmul.ttiv•> dc Lt mism:~. ~: inclu~· , din orig~n ~que: surg1c:rJ algo pcU'c:~,Jo ~• un.• r~·oprflC.\ simp:~ti.t . (...) Deseo(. ) tkst.•· C.J.C Id e'(I~ICIICU wt~nt~ d<· un c:spíntu dr: l."~ll.tlk ff>Sid.KI t'O 1.1\ ltl:\ cconñmtc.t. '{lll' podri.t difi,ndin.c tn.~cho nús ~¡ lo puhlodr.tmns )'lo hnnr.ír.tmus cnmo sus ton· mnpc•r:tneo!l hJlun con d scntomu::nro '·'"·dlcr~co de lr.s 1:-'llc:m.-rvs medl(-.·.dc1.• 1\Jfrcdo l\l.tr.sh.dl. «Posibihd.ldt's Sot:J.tlc~ de h1 CJh.tllc:rollrd.td &onórruc'"'· Obi<IJ l:::.J<'o/f.ltlt.J,, l.t c~iic•ón, 1\.léxJcn, l·imdu de Cultur.t Económic.1. l'l49. p. 2U7. 1\l.ís redcnttnot:lltC:, el t:ct>niJmtst.\ y pubki~t.l C:c:orgc G 1ldcr prt~ tnta .1 un ,\d.tm Smoth vac•:tdn pur complct() de trnní.1: •La cn:c:nd.t ~lt• qut· l.t hucn.t forh.ul.l de: otwl- es en úlhma inst;uu:ta 1,1 pro pi,,, nu VJC!ll.' t:kil n tnt:o<urthlcmc:nrc a los hnm brcs. E~ sm crnL;u-go una rt-gl;l tic r>ru r:n ewnnmi.t. un .• 11,1\ ~ p.or:l l.1 r.tz y l.o prospr:ncbd, UflJ fuente de lns dnnt-:1 Ut"l fli'J>~,'re'll"l ( ...) !<UC ~t.l regl.l de Oro);¡ <JIU. insptró el p rimu ¡¡,r.m lihro d~ t'C(Jill•mÍ.t: /41 ll.i.¡11•~ dr /u¡ Na,u;lh'S ... (; c:orgl· Gtkl~r IFr.J/th 1111d P•ll'o!l~'f, 1.t edición, Nucv.t Yc>rk, Basic &oks, 19S 1, p fJ.

asa tomada 1

«'Incre is " ccrtain lovclr quality to explanation~ o f rhis surt», dice Nuzid... 1·:1 mismo utiliza <'Stt: tipo de cxplic:~ciones a lo lnrgu de :;u Ancm¡mu, 1:.1'/tJt!(l_y Ulof'Ítl. 1~spccinlmcnte las lJUC lhm.1 ~~explicacio­ nes J c liltnm que son un subcc 111junto dd conjunto g~.:ncral de bs cunstcuccioncs tipo «manCJ 1m·i!•iblc». Pues hay pllf lo menos Jo11 varinntcs en esta~ última~: mtudlas liUC ((filtrnm> -o ~.kscribcn un.l sÍt\l:lcH'm en b yuc ~e filtm tlll:t cu.1lidaJ («Úmcamentc pueden pasar t'• >~as <Jlle ~atisf:tccn r, purlJUl' los procesos o e$lruclura~ dimin:tn todos l11s no P••); }' aquelln~, <<de t:guihbricm, en ~.¡uc ••cadn parle compom:ntc responue u se aju:;ta a bs condiciullt:s <J<lCa.lcs', c:tm biando, Ct•n cada .tjuste, d ambic..·ntc local de ()trrJs componc:ntcs cercano~. de t.ll fi ,rma que h suma de lus l'l'C:tCCl'' ,:; uc los aju~tc~ locales constituye u rc..-ah~a P». \• Podría gcncrali:..:use aún m:l:; la idea de Nm·1ck considc.."t'anJo n la conccptualiz:~ciún cconümica Jd paso de los costos y utiJiJad c~ indÍ\·idualc):, a la ofcrt;t y demanda sociales, como w1 componcme de la corriente de pensatru<.'Oto que, no sólo 1.11 d tecr<.'flo cconúmico, pretende producir l'Xplicocmncs del tipo «ankn a partir dd caos».w ·:r

:) Rohcrr NM1ck, AlttJti'lf>; St/1/(, uml Utopit.J, la cdtciún. Nvc:\',1York, B.1>ic Dook:~, 197-4, r· l'J. S8 lhid, p. 11!. 59 lb!tf, 1'· 21. tiJ P.tr.l uru rectloa<on sobrv· cst~ rcpo Jc: c:xphc:K.,ont:, t:n los t-:tmpos de b Fi~t ca. la Utnlngí•l. h.~ Jl'ilnc:.,fi.t), vé.ISt' Jly.1 Png0ginc: e k oht·llc Stengc:rs. Orrftr fl/fl "/ Chaor, l.t t•lltl:t<;n, I::U:,, H.mt .llll Bunk~. 19K4. o

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1

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Am.v .,. el ~uuranjero

l

Se trat:\ de una especie de parndt¡~ma de alta potencialidad explicanva que, en efecto, se mue¡;tra fértil en infinidad de ámbito:> para dar cuenta de cómo lo ordenado emerge. :;in tnlt:ncionalidad o mente directora algun.'l, a partir de lo I.Jll~: C.:ll un rrimcr momento p~diecan parecer stt.u aciones ai'arosa~ o stmplcme~ll.e confusas. J.a p~opta ubr.l de Nozick e~ un cjc·mplo de la producttv1dad (1uc la metafora de la ~ullano im·isiblc» alcan'l.a al momento ck dnbomr rcbtos acere;\ de la sociedad. Sin duda habl.tm~ >s de una herramienta teúrico-<onceptual cuyas múltiple.• nrtuJ~.:s nu pueden menospreciarse.. Pero, a pcs:1r Je tW;l su nqut::r.a, lo yuc 1.1uc.:da por explicar es prcasamencc b /oztl) .¡uiJhfJ qm. ~JlJ\:1. 'lJ'..oi.ICk }"que.: lÍen~ <:JUC Yer coa la Yl!rosimilttud del tipo de: dt-scripcroncs y nJ.th 1s woncos de los que \'t:nimo:,; h:tbl.!nJ,,. Puc!C no ~ólo :~e trata d1.· nu n:cur~r. a términos del campo obJeto de e:>..plicación, sino <:¡Ue !.1 narmcum n.:sultante ha de ser creíble, hr~ de poseer albrún tipo Jc cualidad encantadora. Las pabbc:ts e~cogtllas, vi:;tn~ desde In óptica de :ml' p ropiedades retóricas y mctafúricas, no pueden ser dejadas de ~aJo. Al grado u<.: (¡ue si se hiciese unol historia intelectual del p:~radt¡..,rma c(OrJcn a p:u:tir Jd Caos,., qwzá JlOdría concluirse que parte del éxito, o incluso de lo que llam:1mos la ~<capacidad explicativa)) de algunns de hs e:-.plicncionc-; (.jUC incluye ~o%ick en el. ~stm.lo '1ue nos ofn:cc, han depcndidc '·en buena mcdtd:t, del pn::>U~:~10 )' seducciún pnmt. ros quctJ• 1s por la Cllltstruccu··n pu Jlllrn de .\J.lm Smith. A ello estamos dcdicamJo este capítulo. Además, aunque probnblcmt.·ntc no sen d c:~so de.: Nozick en ~u propia obr:t, el cncantamientt' puede sc~ un;L forma de dar por r: sueltos una serie de problemas que precisamente son lo <.JUC habna que explicar. Así, en cconomín, cun.ndo se afirma qUl: sum:111do las curvns ck preferencia jnJi\'ldu:'\1 se obtiene el mercado global, ¿n~> quedan muchas cosas <..11 el :ure?, ¿no sc ha Jado un s:Utu por cnctde:: todo lo pmbkm.-\uco; De b mct:ífurn de la mnnu tmrsthle tal como fue elaborada pw ¡\Jam Smtth, al enunctaclo de <:¡uc la adtciún de:: la:i prcfL·n:ncJ:u. indi,·idunlcs produce el orden mercantil, se ha quedadu en el C.'lmino por lo menos un término fumbmcntal, (¡uc resume en sí. tn_J~mo toda una histona del pcm:1rruento: el interés. Pero la ,•crosurulnud de In teoría económica contcmpon\nea, radica, en buena medida, en que esa ausencia parece rc,·crbc::rar por lt> bajo, como si siguier:'\

tn.'\

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la cau tomada 1

tcnimclo efectos a la distancia de su nc> est.u. ¿Qué rccorrido conceptu:tl fue neccsnrio para que el ~<interés•' :!e eliminara en fa,·or de un:1 simple «~uma,?

Pasiones e intereses l·:n su líbrtt Ul.f HJJÍQII(.f. )' /or 111/CreíU, Albert o. r!írschman se pregunta por el dc,·cntr que llcvú al interes, entendido como deseo de lucro, de ser CoJnst~.fer.tdo un mal, merecedor de lns comk-nas cclcsialc~ contra la usura, a convertirse en piedra fundnciunal de la teoría económica.

1~ ~ agot:untento de los idea k~ del hcroísmo r la santrdad como medios Jl:lfa n-guiar la ,·iolcnCI;I social, habría JJc,·ado a ft.lúsofos y pensador~~ .1 pn•~.n~.:r-.c ck-scubnr las leyL-s del comportamJL'11tn humano pawmdc 1 d~..· l.t di\1sa de <<\'cr al hombre como r<..-almentl' t'S''· A tr;wés d e 1.1.~ o hr.IS Jt 1 [obbc:;, l.ockc, Spinoza, Rou''-t..lU, 1 [umc,¡un:cc impo ner.;1.• :1 r.lÍi' dc dio una ccrten: la~ pa~iont.-:; con:;tituycn d m<•tl 1r de lns accione~ humanas. En H ume, por ejemplo, esta po~tum tL'CÍbc.: una formulaó/m clara y radicaL A decir del autor del Traltldo d( la Nut/1ra/r.:;iJ llmJJiJJJa, en su funcionamiento demo~trntin> o empírico la razún no crea moti\·os para la acción. En el primer casu su esfera e~ la d e las ideas; en el sch>undo únicamente brinda o rien taciones acerca de: h~ :;ccucnctas de aparición de las co~a~. pero snbcr t.¡uc: una cosa es suhsccuc:ntc a otra no nm proporciona ningún impulso a actuar, a menos c¡uL' los objetos nc ,:; afecten. El actuar depende de las pnsioncs. no tiene ~cntido hablar ck un conflicto en tre la razrm y hs pasinnc~. pues In ptim~:ra c:ucc~: de eficiencia:

tru

No no~ ~·xprc~:tmo~ esrrictamL'tltc 111 de un modo tilo~c·,ficn cu:tndc' hablamos dd comh;1te entre Lt pastón y la r:tzón. La r.w m el\, y sc'Jic >debe ser, csclw:-1 de L'l.S ¡msiones. y no puede p~t<..11dec otru ohetn que d de s<..·r\'irbs y olx:dcc<..-rla~• 1 !!Pero cé,mo construir l111 onleo :<(">Cial <.l~de ese pwtto de patcid.l? La~ pasiones p•trccicran ser In \Ohltilid.lll misma; su surgimiento\' dtsolución, su fui..'C't.a, su duración, escaparían a te xl:t determinación. 1A 1~ filúsofos emprendieron, pues, b tnrea de rcali:t.nr una discccic'Jn " 1 D.t•id 1turne,

Ul't:l

TfllllllitJ J.. h NIÚJfn.Jr.;:l HIIMuNu, tlfl dt., lomeo 11, p. 617.

')'1


~casa

lbtla de bs pasiones, dt:: c.tda una de cUas. Ji'ruto de S\ IS im·c.~tigacin­ ncs fueron u na serie de clasificncionc~ -pasiones directas e indirecms, fuertes y dt·bile~- y también un grupo de prop uestas de organización y regulacic'm de b csfCt"J p:~sinn·tl. 1lic;chman dcsttca, entre L'St:ts últimas, la i<.k~ de lo que él llam.1 cch p.tsuiO compcn:>adora>>: un:~ pasión cuya fuerza permitirb bal:mc~.·ar l.\ dtspc.:rsión de tudas bs otras y al mismo tiempo restringiría la ,., 1btilidnd dd conjuntiJ, coadyuvando cun ello a la prcdsibjlidad de lru~ acciones de los hombres. En d caso de 1-Ioblx:s, quien inaugura este sendero, el miedo que motiva que se pacte la coMtrucción de la se JCicdad wu.;nruitia un c¡<.mplo par:uli~­ m:irico de <.'Ste di!tpnsitím rq..,-ul.uorio. Poco a poco el tntcrés, cnh.:nJido como dese."<• Jc lucrf) y poscsioncs, fue np:~rcCI<.ndo como la p;¡w'111 mh 1d•'•ne.1 parn l'Jl'fCI.f" func;.mes C( >mpcnsad• >r.\s, v.t l JUe ahí c1 >nOuuÍíln lln:\ ""·ríe Jc nMiiJade~: «la:-. c;~rac­ tcristicas de esta p;~~if.lll, l )lll.' b di~tent,'llcn de otra~. eran prccisrunc11te b constanctn, la tcnaciJad y b 1gu.1ldad lk un db al sÍ)..'tiÍc:ntc \" Jc: una fl''tsona a otr:t.))~! l)c:rmanl.'flCill } cstabiliLbJ, frente a la inconstancia o. en <:1 mejor de los casos, apanción cídic;~ de I.~S otr:ll' pasionel>. 1Jirschman rccuertla cómo, en el 'J'r.rtu&1 dt /c¡l\.'tJ!IIIUft~,¡ HunJtllltl, «1 Jumc hahí:l contrastado t:$pccÍf1Camentc 'el amor por la gan:mcia', que descnbe como 'p¡:rpctuo' y 'umvec;al', con otm~ pasioncll- como la envidia y la vt>ngan~a­ que 'sólo op1..-r.1n a intt::rvalos y se den~cn contrn pcrson;¡s partÍ<."lel:lrcs'»."'' Pero no súlo csrabilid,ld y p~:rpl'luidad serían los clcm~:ntos definitorio$ del interés; éste tnclwn.l también utm caractcrísttca: la insacíabditi;KI. Comenta 1ltr~chmí\n: •ll ,n insaciabiliJnd lld auri sacra famcs ~l' había cnnsidcrndo a menudo d a~pccto m:ís pdigroso y reprensible de esta pasión. l'nr ull \'imjc cxtrnño, debido a la prt::ocupaciún del pt-nsamiento posterior ;\ l lobbcs por la inconstancia del hombre, t."sta misma insaciabilidad se com·cróa ahor;, en una ,-iJtud, porqU(' implicaba constanci:\.»1.4 Pcm l.t in~aciabili<.lad dd i.ntcré::: no fue \'ÍSfa lflh>enuamcnte por los filús~>fus como-, un;¡ Yirtud sin m:\s. Los peligros cntr:u1ados por la conducta ob~esi,•a que podría prc)\'ocar, fuc:ron aquil:ttados cuidadosamente. Ji.scucbemm~ nue\":\111L'Ilte a 1fume: ~ Albcrr O 1hro;,:hm:m, 1¿¡¡ P.lfiOIIrJ.1111f lillmm, op. ni.., p. ()l. (,} Tl>til, p. 61. M 1/Jid. p. (o:\.

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tomada 1

Solí\111CI\tc el ansia de adquirir bienes}' [X .•. S<l(f( ., . ' Jlie!'IO ilCS para no• '" Y llm'Stros amtg< lli· mas ·. cercano~ rcsult"' t'ns,.,,..;....bl crn; · -~ · ,.- tu a, Utll\'l'n><u y dtrcctamcnte J .. 1 · "J · ........ . e ' JP d ( ) \ • es rucrorn e Ja socsen ... .1 ..... . • d'fi 1 ' SI pues• y <.n resumen . , uciX.'mw: c:;ltmar q .1. s cu tadcs Ul d cstnbkcsmtcnto de h s<""t" 1 f • uc as 1 • · "' ..:< al scran prop~lteHJI1:\ es a las que <:nenntrcmos en Lt . , 1· .• tt'ICCt<'•n de cst,l pasiún. ~~ n:~u ,\cton y res. , . Compensar d rnal, apr<)\'cchar sus r cedo r •cdra d .. rnouc d L 1 .. p Optas caractcnsncas p;ua ha• " .. , e 1il r<.-gu :~cton · ·al ·· si no idóneo, :ti menos nuul;cni~ r-~"-~0., '~rmtU<.ndo un ord<:n, dcscn~-,raiindu de 1 . e, r oduesblt:, tal el' el <.'Sfuer/.(l •. • a 1-,"Ufl o:: fi.losofc,s de los siglo..; '\\'U y X\-'111 hcntc n la nmíginc d~ bs asionc. . . . que pcrmlttrín );¡ r~ ..... , d .I p . . s, apílrcccna Ull:l, el int<.·rés, , ' e\ tston e a!l acctoocs de lo!i h b un;l aft·ccu'>n ce 'mpensadon fu . t . . . om res, por ~er tns·lctal)l" N h b . . , er e. estable, perpetua, universal <.' · . " · · ~· o a na' con ella' e·tC 1()S O I'CCUtr\!llCÍ·L.o; p . úd' d • l:rt teas, 111 d tscontsnutdad alh'una. Tocl . cepci<'m: st .;e lo o u.so ~ut: e l¡ue no hubtc:r.1 tampoco de· el deseo de g . , bt~nc~ dinefo, ello no chmulan a o reductria pot<<.'Cr aun mas. Sobre éSto úlrimo 1r . h . un comul!nrio del sociólog ,. , . s· ' u:-c man rccu<.·nb o uc1 >rg ~ tmmd:

rnn·:

Norm:tlmcntc, dijo ~immcl, b :;.uisfacción dd Jesm hum:~n" st~rn• fica una f.-.milian~ación íntima Col\ t 1 • facetas dt\'l'tSas dd ob¡'cto o la "' '""·rt.CilCt..... ti d O<. as bs f '1 ' '"'e·" CSl"l OS • • amt t.wd.ld es rc:::;ponsablc de la con ._, d' .' . . ~} c~t:t -UClu::t ISOnancta CXlS65 D .wld 1furnl·, "/¡¡¡t,/1/u & kt Nu/mulr.•u 1111 • tono somel.•r ~~~· rt~•An tLit'm dt• d •.. . '1: .111~1/u, op. al., lum•J 11, p. 717. lln •.ere~ • •.tun . huv Jlu~·d~· ~·n, ·, c,t prcrm yu1r~1. lrt·nlc: 1¡ .. · . . .. . k · o.:ar.11:tt'r trrcttt·ruhlc: dd tn· lo 111r.trs• • (. n lS ''Cononllsl:l>· · • ¡· . f · ~- • '{' c'rr..,.,l l•lO un nmhrc muy ct·n: 10(1 d ~ s m..•" uo.:•• r,,;. Keyn<:~. P"r

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,.,cn,l\<" c"n J.¡ ,.,..,t~·ntll tk··

ql.lt: d~ llll ~Cr "' .. ,_.._ • 1 ... .JC<:r l Ul t:ru y ll ncr n.••t:ll • , .. r:¡¡....: <;,\tl<;tJr.;(.'t'!l(' de C!>ft• Id .. ,- . uo.1hog" 01 l.l c.:rueiJ.1d ''" ....m··r er. m< 0.. pul'C.II:n t•ncontr.¡r un • · 1 .. i , " • • 11 Amu.:wn den. le "'rm.l~ ~ r <.·ngr.llldt·cemlcnto pcnon 1 fl - 1 ~--J~ r y autond.ul y lltr.l' IRido en el h.IIICt• ~JUC 1 sus ce n . . . 1 ·i• • ·' prl'tcn >le •Juc un h(Jmhrc tir:mirc su . . . . • ctu< a, mo~ · ,.1 lunqt1e ,. 1 • rnmcro Cfondu.;~ .1 J11 \Cgun :1 , • . ' ' ~t· Oll'C :t J,'tlll.IS \l'l""l'l' guc Jo . 1\o e' '• ~n oc.ISIIlncs, pt>r lo m ·n . ro p:t r,l ""llmul.er C'>t \S llt'ti\·i hd.. . 1 . . . c "S. t"S un.t :t1tt:rll.tfw.& Me , . ' \ • es ) .1 s.ttest.~cron t.ft· cst. . ·1' · cs.mo c¡ut SL pru.;tenu<· d ¡uc .\S lile lu.eceont$ no es _ 1\ , ~o 1.00 .epu"' u.~ ,, nc: .0 • d , ... • flUClit.l.~ y n~~·>~ mucho ~" ··'- ' s"os t:lt.l ¡.:r.m l.'lt C<•tno .mo-,...,..1t.tuu, _,_ t'JII ptxoO!!I , Como Jos'"'. nurl'S pu~vcn ~n 11' p \ 1 adtort·~ .. ' l':ll I.':IS•>, Clln d ll\L~m" Glltfllll n,.¡" O.'lt¡'ti<Ímt d Jnrrrfs )'~~)' . se · ~O~I'\Imbrcn J cll<.o~·· Kcplcs, Tmrftt • • lll<'liJ, Vf. ni., p. 3.:!l.l.

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AmN en el ntr~jero

La casa tomada 1

tentc entre el deseo y 1:\ satisfacción, que muy frecuentemente asume In forma de 1:\ decepción; pero el deseo de una cantidad dada de dinero, una \'ei' sati:>fccho, es peculiarmente inmun~ a esta decepción, siempre que el dinero no :;e gaste en cosa$, ¡;Íno que: !\U acumulación se convierta en un fin en ~í mismo.r•••

fin último Situado fuera de la circulaciém: la a:>imilaciún de Ynlores de u11o, In satisfacción de necesidades. En cnmhín la circulaciún del dinero como capital llevn en ~í mismo su fin, pue~ la valori%ación del valor sólo ~e dn dentro de este pmcc!lo rcnm·ado. 1~¡ movimiento del capital es por lo tnnto ínce$:mtc.~ 7

La eliminación de la deccpcw'>n a tr.wés Je la continua, imparnble adquisición de dulero, tendría un aspccw frustrante a su vez: Yolveria al anhelo 2hstracto, alef.¡Jo ya de las caraC(CÓl'ticas de todo satisfactor con~rcto y, por lo t:ulto y a pesar de todo, pro~n:si\'amente in.'1kan:alble., anstOsamt:nb.: incolmable. Lo que quiero rcs:.h:.r ahora, sin L-mbargo, es que el

Es la lllO\'ilidnd continua, perpetua del capital, la llue crea b ins:tcinbilidnd C:lc:tctcristica del interés subjeti,·o Jcl capiulista:

conjunto de sus cualidades permitirla al snt<:n:s conn:rtirst: ~ b ~bw para explicar etimo podria ~urgir d orJl n ~ ICl.tl ,\partir Jc aceton:s snconcxas de unos hnmbn:s mm·~~.lo~ por MIS fY.\Wmcs. Pero lo que filosofos} economistas dejan frl'CUentc.mcnre sm L~plicac, es el por t¡ué Jc la estabilidad e iJ1 sac1abilidad del interés. 1)c:sJc luev;o sicmpn: puc.:de ofrc.:cccse un argumento rcalist~\-resignaJo: «~implcmmtc: así es cotm~ son los hombres)). Se podría profundi:>ar má.~, sin embargo. .l::i.s lo que mtentn Marx al estudiae d proceso de h cicculnción capitali~ta que él mism~ rcs~mc en la fórmula D-M-D': se tiene Jinc:ro, se cambia por mercanctas y e~tas a ~u vez son transformada.s en dinero incrcment:ldo. Se trnta aquí de un ciclo, c()lnprar pam Vl:'ntler, (¡uc, por contraposición al de la «circulncic'ln simple de mercancías» -que acontece en cu:tk]uicr mercado aum.¡uc no fuc~c capitalista y yuc ~e rc.·twmt~ en 1.1 fúrmul.t :-.t-D-l\1, \'tnder para Cl>mru·ar-, encuentra su fin en :;1 mismo y no L'fl e\ con¡;umo, cnt<.'tldic.lo este último como l~ satisfacción de una m:cesidad que M: rcahzn fuera de b esfera dd tntcrcam.bio. Preás.lmLnte por cUo, pvr tl'3tnr:;c de un orcuito dd ,-aJor de.: cambio y no dd ,-afor de u!'o, o tnmbién. <k la eu1ti~aJ y ~> de la cualidad (pues t'fl la circulación c:tpit~llista l.l úmca difcrcncta cnt~c d dint-ro adelantado inici;llmentc y el rccihic.:in d~ués es la caotldac.J), el capitru constituye un mo,·imi<.-nto perpetuo:

La circulación simpk de mercancín~ -el procc:~o de n·nder parn compmr- sirve de medio pnra la consecuc1t111 de un

Como :'IJ.:<.:ntc cuo:;ciente de c:stc movtmi<.'flto, el poseedor de dinero !>C com·ie.-te eo capitalista El punto de partida y de rete 1mc) dd umc.:ro se hall:t en su persona, o por mejor decir c:11 su bolsillo. El contenido objetivo de e:;te proceso de circubcaón -b valorización del ,·alor- es su fin subjcnvo, y súlu act(Ja como capitalista, como capital pcrsonificndo, dotado de conciencia 'v de ,·oluntad, en la medida en que sut~ operncione~ no ticnc:n más motivo propulsor que la apropanción progresÍY:I de riyueza nb~tractn. Hl valor de uso no puede., pues, considcrarst· jam:b como fin directo del captt.tlsst.l. 'lnmpoco In ganancia aishda, sino el apetito insactahll de ganar.l>8 1-:1 in ter~:; !iCI'Ía a~i. cfccti,·nmcntc, como lo t.kscubre l lin:chman ~·n las elal>t H ,tct• •11l'S de los filó:;ofos, una pasión dotad,, de perpetuidad e Ín!'nctabllid.td. Pc:ro, si hemus de creer a Marx, nn cunk¡uit:r anhelo de lucre. y posesiones tc:nJrín de suyo tale!' c.·uacteristicas, sino sólo un:t clase t·~pcdfica de..· dLo:;co, a saber, el deseo del capital, de dsnen> 'fUC ~· incrementa por sí mismo. S<.-ñala Marx:

El \'2loc se convierte, por tanto, L"fl valor progrt-sivo, en dinero progrc..sÍ\'C>, u lo que t:s lo mismo. en capital (...) J)-1..)', dinero que incuba dinero, mooey which begcts moncy, reza In dcfitucaón del capital en boca de sus primt:ro:; intérprete:\, los mcrcantili~ta~. 6 ''

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Carln11 ~l.!r~. 1.!.1 (."pita!. Oiti.-cl di' lt1 n.-onnmia Polítl<"tl, 2:t cdtctón. ll\ r. wnómu:.l, 197!!, p. !OH. llllr/, p. 109.

ftl~nprl'~lflll, Ml::o.tCII, Fnndv dio! Cultur.t c,n Alhcrt

102

n. 11in:.:hm.u1, l.tJt l'oJJlOIIrl.)' /o¡ !llft~rw. "/'· dr.• p. 62.

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...


la casa romada 1

Alnar en el eJ(tnlftjero

Otro dinero l¡ue no fuese capital, yuc únicamente cumplic::ra d papel de mediador l'O d intercambio, no ~-:rla capaz de eliminar )()s ciclos de la apetencia relacionados con los v:Uores de u~o, con la s:ttisf.'lcciún de nccesidadt:s. El interés, pas10n fuerte, compt.-nsauo n e insaciable, sólo ptx.:dc cumplirse en b pccs«ución del dinero por sí mismo, no de L'\S cosas a las que cn:ntualm..:ntc ~u pos<:sión pudiera dar accc::su. Pero el dinero por si, aquel "'uc cll plenamt.'Otc la encarnación dd ,·alor de cambio, pur1 c:-.nttd;td sin cu.1lidaJ, es Y sólo puede ser, de acuerdo con 1\t:u:x, d capital. . . El ceo del capitalismo, de una form•\ ct<pcdfic:-. e h1stonca de L1 riquc~a. ~e desli:!:\ entre 1:\:: línc:~:; de b rcOt:xtt'm ftlo.súfic:t ~obre hs pa."iont.-s y los interl'SCl', rdlcxiún dirigida a dc~cubnr l:ts leyes de b acción p:~tttcndo de los hombres ((tal ~· cumn son». Y en \'crdad no se podóa .reproch:u a fil(,sofos como 1lume o ~d:tm ::;mi~~ f:Uta de rigor en b aprehensión de su mundo, pero s1 la clcvacum Jc las caracteóstieas dd capital al rango de lcye11 gencmle:c de la (maruralcza human:u>. ¿Scci casual la coincidencia en h prelientación Je hs cu:~lid:~J(.s t¡ue 1Iume atribuye al interés y las 1.1ue M~tr:x dcscu.bre .c.n el capual? Desde su inserción inici:U en d marco de la tem1i::tCIOn :;obre la!' pasiones, ~iendo una entre ellas, aum¡ue fuese m:\s fuerte o esta?lc, el interés se fue Yolviendo caJa ye:z m:ls abt'tracto h;\sta subsum~rst.· en el molde formal dd cnpital. El intcr~s Jd t.¡ue acabaron h:tblandc, las tt.'Orhs cconúmtcas (.'S la fr>mu del Jim.:ru. Y tnntu, que t.'11 1:\.'> construcciones cont<.'fllpocinc.-as sobre el mercado, d prirrn:ro lu sido sustitutdo del todo va por el segundo. El inrcrés es el dio~o. pero el díncro puro, ce lll."'t<.kmJn úmcamentt' t.n su aspccw form:U y no en tanto rcalizactc'>n en una moncdn u otea, o en. tal o cual medio de intercambio o pngo. l•,n ~u pure~:t y formalidad el dinero es solamente un cúdigo, una ~C~l' numérica capa~ de sustcnta.r un:~ acitmctica. Por Cl'tl la.'< prcf~renctas, 9~~ ~on los dt.'SC< ,:; bajo ln pum form.'\ de payuetcs homogt:n(:( )S de utilidad, puc.-dcn sum.'lrsc, n.~tarsc, equilibrarse, llÍ ~on cxpre~adas en ~n ordenamiento, en el patrón matt..'Olático Jc lt) thner:uJH ~>~ro 5I ~sult.·• verosímil d relato de c.¡uc la adicic)n de loll costns y utthdadcs tndlndua1es pmduccmla oferta y dc·manda sociales -el pa11o del Yo al nc1S1•t.'J

Il.ml, p. t 10.

104

t:ws- ello ocurre porgue en el :Ugebrn implicada laten aún los

ecos del

interés .en d viejo llCntido de elemento pertcm:cicntc al conjunto de l::ts pastones hum;tnas. Y vihran, además, muchas otras resonancias como d cuidado, In atenoún y la procurnciÓn que, como ,·irnos :U habla.r del etl<."t:rramicnto en el prc:;mtc que prupunc d mcrc:tdo. fo.rm.'ln parte de la oque~a semántica r cw>e:u1m di! un nJCablo tan comple¡o y colmado de histona comn (<el intert'l>». Es po~iblc, ~nto~ces, mostrar que trns la suma de uttlidaJc:; y costos habita d 1ntercs t:n tanto la forma dtl dinero. Y aunyut" habland!' del mcrc:tdo ello tl( >debería su sorprendente, acaba siC:mfi 1J¡ 1 a partir de la constataciún de yuc, a todo lo brgo de la construccic'm catct,"<>ria.l prog~~sivn yuc culmina con la formulacsón de la ley de la dem.'\nda (la utilidad se: Jcftne como puramt:nte sub¡cti\·a, el costo como ICOUncia y no como precio monctano), la tcoria no ha incocpo.radn_ c:..plic!ta y con:cptunlmentc una noc1ón del dinero, en la qu~ e::l propto senttdo comun parece centrarse cuando se trata de rcfc.:rirs~ t1 lo cconúmico.

i\bora bien, aunq.uc el dinero no hayn sido definido explicitamente, un cxamt.n cutdadoso mostnóa que, sin embargo, se le ha marcado un lugar: ~e h:l recortado y resc::rvado el espacio de y para su forma f~>~mal al suponcr~c un patrón común de medida p:ua toJas bs unhdades del mercado. Las preferencia!~ de los indinduos sun disímbola~ y b tc·oó:l nc> t;mite juicio aJguno en cuanto a su contenido, fX'rO asi~>na-ren:la a las mismas un ordc'Oafl'Ü<.'11to, distribuye paqoccc:~ de uuJidnd en dtfcn.'Ott.'s jcrnrquía.~ Cuando se tr:lta de cnnsid(·mr nu ya a un iudi\ 1tluo, sino a b comunidad, cuandc 1 se tn~ dt.: sumar, t;S lll·cc::ario "!UC la ml'dida de lo~ pa"'uctes sc-.1 cstablcoda en un mismo código, en unn misnu sene de números. El lu~ del ~incm como patrón de precios queda así JclimitadC) por la tcona rcstdualmcnte respecto a la construcción de lo!> demás con-

ceptos del mercado. La ausencia de una determinación conceptual cxplicittl sobre el dinero podría intcrprctaC$c, qutzá, m el m1smo sentido en que la filosofia :malírtca ha descubterto que con frecuencia las teorías parten de ((térmim>sl> o c<conccptos» primitivos, a partir de lo11 cuales se enhebra todo el cntr::~madu teórico. Pero en el c,lso gue 111 ,s ucupa, b carenc1a lk un:t cxplicit\t:iún punrual de la .,, >e1c'111 dl· dinero cumple funcione:~ que van más a.ll:l tic esr>, de hecho 111 n

o•.

1

..


Amar en el txtranjero

den en In universalidad y la ,·crosimilitud de la economía. Si la utilidad e:; una noción subjcti\·a. y el costo una renuncia, entonces d dominio de accione& que poJrían dcsccibinc a partir de esos ,-ocablos es mucho más amplio yue ayudlo que abarcaría lo económico si de entrada su ámbito de aplic:~ción se: rcstringiem a aquellas cosas yue pueden tener un precio estrictamente monetario. Aún cuando se partiera de una convertibilidad geneml. estable e inequívoca. entre todas bs mone<i::tS nacionales ·o entre todas las furma..c¡ concretas de dinero. no cabe duda 4ue scóa poco plausibk que toda renuncia o beneficio fuesu1 evaluados en términos de centavos: ¿c.:n cuántos pesos habría que tasar aquel pnmcr amor y en cuánto el dolor de haberlo pcrdid11? La m:ncóaltdad de las monedas tendría aún dos consccuencins m:is. 1~n primer término, &u contenido en mt:~al (o en cualquier otm cosa), la haría opaca y cquh-oca, pues podría ocurrir que adtmás, u en lugar de, medir las preferencias de los consumídorct~, conllcv.\rn un.l prcfert"flci:t enln.· otras: b prefcrcnci:t por el oro, la plat:\, el cc>bre o l:t tarjeta de crédito. En segundo lugar, sería una medida demasiado rí~da; sus particiones, 1:\:; denominaciones fmcciooarias de la moneda, carecerían de la precisión para expresar la jerarquía de las preferencias, sobre todo tom,lndo en cuenta el car~ctcr margin:ll di! costo)' utilidad. t]UC rcyuc rirían una c,•aluación m:\:¡ fina a cada nuc,•:t unidnd de un bien consumido. Si d dinero no se define, entonces prácticamente todo lo que :tconte:.-.ca en un mumlo imperfecto, en un cosmos que no t'S d pactíso -donde todo podón t~u:rsc '\1 mtsmo uempo-, o el infierno -donde simplemente no s~:. podría tener nada-, podría describirst· en términos de costo y beneficio: no podemos poseerlo todo, por lu tanto, tenemos que elegir. Pcicticamentc toda la 'td;l podría rel:u.u:;c <.-n términos de l.'COnomia, todas hts dec1siune~ serían obtetiJ de un c:llculo e incluso, miis profundamente, de una racionalidad econúmica. El único dinero que haría p0sible la suma de l:ts diversas utili tbdes sería una pura forma, un cascarém; sería ay u el en que d ,·alt" de uso -su m.nerialídad, su especificidad- se cunvirticr.'l plenamcn te en Ynlor de cambio, sin ningún residuo. Llevndo al extremo, ~' trata del dinero ((ideal», una pum magnitud de transpí\rencia absolu ta, capaz de dar cumplimiento a la din:imiea del capital (D-M-1 >') r

,,

...

La casa tomada 1

al intl·rl-~ (IUC la constrtll'..... •. ·'V ~ .:.¡o C'ntonces o.nA • 1· , nnhdnr~e d dinero l'll sí mi tn""na e mtcrcs ser l'litablc: al •• . smo, en su purezn v en ·1 _1 Jacton cap1talista tal des . . , r ·• • '' e marco uc la circu,. • co :;ena eu:ctrvamente . . . . perpetuo e msacrnblc Solo entonces se cont"n'a ,.,, 1 . •• • ""'""" a gun numcru aJ • cnda un;\ de nuestras pcno~s o . . _r ' gun orden ~uc asignar a

p

.

.

r<;nunrus, aJancs o ale¡.,>tiu

¿ -<uc es <:~te dinero no monct.'lrio

las cuentas de llU<'stras prcfe . ~ '-'-~1 q~ todo.'! podemos lb·nr . rcncus!' ..... , 0 numen . na, pero ce >n dda JlrC>I"l•a pues 1 )S ptm)S, stn matt'• • • lmpe en corno antt· . k h' l. 1\:s, a Sl-gurr hacilndo los 001., •. s J t%o e mte· · · .•nces, conttnu:1r r :-:~1 . J l ctonts, acumulando lo¡; cál 1 . ¡:( . • l U~1n o as opt:ra· • cu os. . Utnerc' ou . t t (i . cumple t'1l b teoría econo' .. . ... , e an as unctones auca, es stn emban,0 . lasma no ttlenttficado. De "d d .. -~ una cspccte <.le f.'lO· ra a rccuer a com" t't 1 ·· a 1:1 CCtJnomí:t J>olítJc:\ 1 . . . "" 1 a cnuca de Mar~ · ' o pccumnrJo ad~•ut . . .- , . una ap:ll'1ciñn y nos invi, . en: st<.:mprt: el caractcr d~ •1 ''' a tt llllar en ~e no • . pue$ tal \·e;.: en ell . . c:sa cua 1tu:td fantasm:tl

. .. . . a se Juegue algo m:ís gue un • • exposttn·,, dd ault lr de /;'/ C(lpit.Jf. m<.'ru capricho

~~ bic.:n sabido: .el di_nero y, m:i:-; precisamente, d si lo m . no, Joli ha dtscnto stcmn . M . ¡· . gT oncta. · ,.re arx tnt't tantc la rm~rrcn ¡ 1 nene~:~ u Jcl simulacm m:i:· . • ''h ' e a apab . h Jt. . . • .'. • s ptectsammte dd f.1ntasma. N . ·¡ s a. scrtto, t:lmbJw los ha definido . >s~. o figumtrv<l del concepto ,nar'·ct'• J "bi ,lpt-ro b prc~ntncron .. ... , cscn r ao.rna • , es decir, a 'aiJ.,'I.IIln' ,.()u(- n .:_1 ·d h • t->' • cosa c:.pcctml, .. fi1• gumti,·a) ·Cu ·r . ....1 . . l'Ct:';JVa al'. de (;>¡fa r rt:.cnt.tc~<m . ( :t <.~su f'l' :tc•nn con el etmct.pr(1:> ·1·. · e .:; conrmm·nh:~ Esta .."'· Ja• wrm¡¡ r el:lSIC.l ' · tk n • ( ·c>mo • U<."-tra CU(;stton • t->mos en "lll!,'lln~ contin!_.,'t.ncia, llegaremos i~cÍuso a ~;;n ~o cm:~ por la formn cJa,tc:a (kanrian:~ en d fonJo' d . ~~~rno:­ parcct. to 1 e c:sra CUt'lit•on qlll· rnar s~.:cunl1.loo u tn;lnt<.·ncr a Jistan i . cuanc.lo ¡,,toma en serio 1 , fi . e a, pt<:al';unmte · • <. t'Squerna tguram-o." Ar.icrer litc~no dt la economía. el hecho , . .. . un.1 escnturt~ . . . . . . c.lc yuc sea necesa.na. . . • se ~:xprc~n cn tl 'rno al tron. 1 ·1 d . n unc.·r:t ma. · · , .. J l t tncro f..JWZa . .' s prtstrnn yut en nlllgún r¡tro lado. Pu '. ·1 d' '.. . l<:r ma:¡ que rt:ht' J ficci, . fi . . es e ll1cu, nr > v . , on. su c ccttndnc.l d ..... J d ~o~.)ll de que en un mutt f . fi • ~: ..en t' t: dio. Es _._J • t. o lmper ccto fucs . " . "bl • 1 ur }' nue~tro pl:tc<.•r. • ·e •-n::a e tasar nues-

1~"'Ir-.. a.: ,. Dcrri e1a, .r-J¡>rrtrur dr Mu1~. ()P. rtl., p. '\H.

106 107


u lnmntcrial, pum magnitud con tal de 'JUC In ccunómícn pueda gc::ncralizar!\c, uniYer$alizar~e. el Jincto, pnrndújicam~:ntc, ha de ser tambiétl m:1terial, o, en IJtrn~> término!\, riL11e guL' ~er lo suficicntcmcnlc 1.1n~bk, o tcn<.r :¡) menos la t(,rma de la tangtbtliJaJ. par:~ poder ser' tr cumo diS))Q~iti\o o medio par.t la anter.1cción 'k· los hombre-:. para que ht mano invi.-:iblc: esté ('fl posibiltdad Jc hacer su labor. Ello por una razón descubierta por 1Iume: hace falt;\ un mínimo de materialidad para que la acci<'>n de unos con otros pueJ:t comprometerse y pn:Jecirse: hace falta por lo rrn:no" una I<COOYenctÚm• -<luc en d caso de Hume no es necesariammtc un acuerdo explícito, ~inu quepodáa ser un producto cvolutÍ\'!>- para qul' al¡.,run;to; cosa~ matcriak-s actúen, nn sólo cnmo símbolos de nue~tras promesn~. stnn tnmbtén como moti,•os ~tcmpre renovados para mantcm:rlas: t}UC l:t resolucicín, bs promc~as Jcclararí:ln t~c'lln nue~ l ros antiguos motivo!!, pero nc, Ctc:trian ninAÚn nuCY\l motin1 ni obl.tgación. Son la-s convenciones de los ht>mbn:s 12..~ que crean un n~,·o motivo una \'CZ t¡ue la cxpcncncia nos ha cnsl.-ñado que los quehacen.:s humano~ irí:ln muchu mejor y redundarían en pron·cho mut\H> ~>i ~e instituyeran ciertos símbolm o si;,rt'lOs con lo~ gut darnu~ uno~ a otros la ~cguridaJ de nuestra conduct~ en cunk¡uier asunto determinado.-•

si no existiera más

El dmcro C!\ d ,·aJor ficcionnl otor¡;ado a cierms e• 1sa~ para que L1s mismas reprtsenten comprnnu~n~ mutuos )' nos lo!! rccucrdu1 a cada me >mtnto. Hume. l't'tudiuso de los hc>mbrcs <<Hll como realmente son», nu ~e (;tl!,":llla sobre l.t potencia r estabtltdad de las p.lsioncs. ni !II(JUicra dd «interés», y dcwl:\ el disposttl\ o rcfor/-'ld•x. nect..-satio, Jd dtocro, de la ktm de pago, de c~e ob¡c.:to <.JUC l. n la tnnnc, nr 1s eren molÍ\'O$ para h:tccr hunnr a nuc~tr:ts tkuJ:\$ •> nU\.'S tras promc:s.ls. Y es <.JUe, pnr m:ís t}Ue ~e exttcnJ:tn L\s pe 1lenci.1lid.1 des del tnt<:rés como pn~itm motnm fuerte, las c:tp.tctd:tdt.~ humanas para pt:ll:>nr b:; diswncias cspacíalc:.; o tl·mpnrak~ part·ccn muy limit;\dns: ¿~stnré dispuesto, dcnlro Ul.' un ai'ln, dcntw de una gen(.' ración, a hacer fren te a l.t promesa yuc te hago huy? Tal vez, St 71 llumc:, Tmtt.klo 1ft /Q Ncdmulr..u JliiNtJnu. IJ/'- tít.• l o mn 11, p. 7!iS.

108

acu comada 1

frente a mis ojo~ mantengo permancntcmt:ntc un papel yuc me recuerda mi obligaeir'>n, mi dcuda. J•:1 dinero es deuda, pero má11 importan le. cs la posibili<.l:tJ de dar continuidad en el tiempo al JcsenvolnmtL"tltc' Jc la con\'1\'encJa.

Pero' la teoáa cconc'>mica contemporánea norm~tlmcntc e:\ rece Jc la n~deza de In obra humc:ltl:t y no cuenta pt.,r lo general ccm una tcona de lo :>tmbúlico yuc: le dé sustento.': I•:J Jinero no Jdinido sino como una n1.1¡..,>nttud pum a travi-s de una cnnstr~cción rc~i· dual. pt:rmitc gencrnli/,lr lu mercantil, univers:tli~:arlc~, pero al costo d e cnccrr.u al mundo en un rm~~entc único. lncorporar lo simbólico en el sentido de l lumc, impltc:uia pensar la.-; interaccione$ de los hombres nlois nll:i tic un dtspnsitivo ;tutumático, supondría establece~ rtl~un;t forma de thmcnsti,., ¿tictrpoütica de la sociedad \jUC qutrnna cnc.tnlo :d t.¡uehaccr :tp.trcntt:mcnt<: mágrco por d gu<: la maneJ im·isib)c lograd::t d <lllOSOlroSI>, :tUH CU:tndo pcrsÍ~JUÍér:unos, cadn unt>, nuc~tn' propio interés y nnd:t m:i:;. ¿Puede sorprender <.JUC h maymí:l de los proble!mas <.JUC enfrenta la teoría t..'COnómica hor se rdkrn a cuestiones de ajuste monetario? 1-'ls dificultndcs para hacerles frente tll."'len yuc ver, ju~mmentc, con d hecho de <.Jllt: d dtnero no Cll definido :1! imL·rior Jd núcleo mismc >de h teoría (aungm: en t·tapa~ posteriorcll t~c dcs:'lrrollcn doctrina:; concreta:; dt la mom·da \ d dinero). Pue:~ si lo dinerario supone una e~fcm {11 yuc rigen los símbolos. ocurre que, como bil·n obsen-/, Hume, b cstabiltzacit'ln ~imbolica l't' un.l funcíún Jd ~o ~mu ~te un :imbito surg¡Jo t.le l.t~ convenciones J~ los hombrt-s-, no t~d mercado. Lo importante es ~uc. ~tcmprc <.JUl' s(.. dt:><:ña una pnlittca dL· rq,•tllaciún de 1:\ moneda, Lll realidad, auttqul· la economía y

n Un ~1110~111.\no .·k· lwbc rt 1kim,,.tUIIljllC ongtn.tlmt'lltC ~ur¡.;du tld c.::\..IIJil·n dl·la tt·on.l (>"eO.:•>:ut:lltllt .1 ltl'.Hit;UU, Sl'fLI pcrtml-ntt· ·KJUÍ: "( •••) l:t func:ct'on stmhnhc: 1 at..'1Ú.1 enmn m,·di.tdo •r} susrirut•> •tut• fl').'lllo 1.~ .1c:rtnd.Jdc.:, tic.: cnn·n:;unlnn dt· dros n <k un núrn,·r•• !lunn.cd•• dt· ~UfO. tus qut: ,~.e ttmunoc:m tntrl <1 ( .) ::;, L1 1\!ori• ( ... ttt·nt 4."0m< • .,!.J,c.:to lonn." cspH.itit .l' tic o~Ht.·r~.unhtn, t.nt• ono.:t·~ ,(. dl-..ll•cc <JUt: t~<·nc que apr<l[li.U"St: f, •~ •·lc·1YW!Ir• ·~ lk un.1 te:• •n.e go 1\e·r.d di' ltJ snllhnlll r '•" btt:n (...\ h.t~.lr:-.1 <·n 1111.1 tcnrí.J St:ll1<:¡.1111l" ... R·•IH rt lleiJn, .,J ,llft:ll7e·r r; •• r .;1(".11\. 1·:1 Sujd•) entre St:nlld.' Y L:tm... t:n Jenst•n 1k-11mn~ (~:nmp.) 'li·orlt~ (.Ji¡¡,;,,¡,.¡ \''!/''''' T:mtl)'<h wlm J>,-i.-vulltib)i.r Y AIIJirlltdiJINII lli•/1)11<11. l.t t.-dtt:io'•u. 1\lt 'en '• 1\e~ln \'XI, l ~Hh, PI'· Úí7- l(1R, ]'c;ro O.:L•tnc• hcrno~ 'Jl>t•~· Y '"' lro <jllt• <jllt'l'\:11\t •\ "UI•r.or.or. L. '" ttÜ ,,., tt>nnut..l, .tunque n<."t.._-.:1t.ul.t de Utl.l tt.-on.l d..• 1<• '""'"'le.:<~ st· t.~lf.l,·t,rv.¡ p••r depr, n le cmht!-..'t.l<.-d.td d cumplt mK'fll" tlt.: t.'l<C rcqui,itn. ' 109

...


La casa romada 1

los economistas ;1 veces no :;can conscientes de ello, lo t¡uc se está haciendo es poner en juego un di~positivo de gobierno en el sentido amplio en que controlar las articulaciones Je los símbolos, y con ellos los nexos entre cl presente y el futuro socmlt:~. :;ignifica orientar, en mucho, los destinos de Ja com ivcocia. J.as twóas económiC.'I.S son, en boc.:na medida, teorías de la gobcmabilidad l't'l bs que este último nombre se encucntr::l ausente, aunque c;tusando efectos de todos mndos.

El abismo del mercado par:ldoj:\." y dificultades a~ociadas con la ausencm de conccptuali:.:ación t•xplícJta Jd dinero al interior del núcko mismo de la teoría. est:ln \'IOCulad;ts con una problcm:lticn m.ís gc.:ncrnl <.]ue, abarcando un;\ serie de temas, podríamos agrupar ba¡o el rubro de (da falla del mercado·~· ¿Es cic.rto que los indinduol' pcn;iguit:ndo su propio interés producen sin proponrl"$do, vía mano invisible, no sólo un orden, ~íno incluso la mqor distribucaún posible de los bienes creado~ por los intq~rantes de 1:\ sociedad? Jl.n bs :í.reas de las teoría~ d<.: Juegos y de la Acción RaciDnal se ha discutido ampliamente una situación, conocida como <(El Dilema de los Prisioneros» que pareciera poner en jaque la pretensión o.rdenador:t r opum.izauora de la mantl invisible; es decir, que ap:lr~-ntemenle demostraría que los inw,1duos pcrsiguacndo su propio interés., no ncct."S,UÍam<.-nte d.u;í.n lut,tar a1 mejor rc:-uhalk> común, sino, incluso, a1 peor. Robcrt Noz.tcl.. expont. el Jikma t:n los siguientes térmmos:

L,1$

un inspector ofrece a dos personas encarcdadns en espera Jc juicio las sigu1entt.'S opciont.s (J ~" situación entre.: los prisioneros es samétrica; no pueden comunicarse para co< >rJin:u sus acciones en n:spuesta a la ofecla dt.:l inspector, o si pueden, no tienen mant:ra Jc hacer prevalecer d acuerdo al t¡ue podrían llegar). Si un prisionero confiesa y cl otro no, el primero no va a la cárcel, y d segundo recibirá una sentencia de c.locc años de cárcd: sí ambos confiesan, cada uno de ellos rt.-cibirá una sentencia dt c.lie7. años; si ninguno de Joe; do:~ con ficsn, caJa uno de dios recibir:\ una scnt<.'Ocia de Jos años.n

...

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En In siluaciún dc::;crita, de acuerdo a Nozick, cada pri!lioneto enhebrará un ra%<..>n:unicnto hasta llegar a la siguiente conclusión: <(En cualquier caso, haga Jo lJUC haga la otra persona, a mí ml· ici mejor conf<.-sando que no confc:;andu. Por lo tanto confesaré»:• La persecución del propto tnrcrés dará lu!,>ar. así, a largas cond<.-nas par.1 ambos implic.-tdos. la manu in\'tsiblc habría fallado. El desafio planteado por el Dalcrna de los J>nsioneros es sin duda importante. Al masmo se han dado mfinidaJ de respuestas. Noz~ck, por ejemplo, extraer:í de él la necesidad de ampliar y pro~unda:rar en la noción de <U'3cionalidad>> de t:tl m.1nem que la misma mcluya no sólo el c:üculn <.:~l r:lt(t..,'ico mcdio!'-fines, sino que tambirn considere lo que llama la «mcinn,tlidad ~mbl>hcro~: d hecho de tom:u a~cinncs por lo lJUC lns ma!'m:t~ r~prcscnta.n en cuanto tale~ -indcpcndtcntcmentt: de los fim.:s o resultados a que estén vinculada!'- por el \':llor que les otorgamos <:n tanto signos de lo que Sl)lllos o de la imagen que queremos dar de nosotros, ante tulo mismo y antl" los 7 demás. ~ En una tonalidad muy distinta, aceptando muchos más :tspectos de las nocion<.s económic.ts usuales, R1Jbcrt Kl·ohane considerará que es necc.-:ario concebir a los ~ujctos como posL·yendo capacidad pam el aprcndb:nje, de tal suerte que el juego pueda repetirse }' lograr~e resultados mt•jore¡; a través de la ~xpericncia adquirida por los participantes.'•

En genernl, las reflt~\tom·.; y debates originado~ en IJ siruacion pbntcadJ por- el l.)ilcnu, se diri~c:n a Jilucid.tr la!> cundtctonls dt la accmn cooperativa, sus problem.1s y poteru:ialidadcs, el cacictt.'f de SU:> agentes y los contextos que podrían f:tvorccer o entorpecer la nctuactón coordinada Se trata, por lo mismo, de una puesta en duda :~cerca de las virtudes de ajuste autom:1ticn Jcl n wrc;tdo, ya sea con el propmat11 de mejorar su r<:ndimienlo, o de pbno refutar su lóg1ca implícll .l. Sin nc!,tar la rique:ra de sugerencias ~uc proporciona, es necesario reparar con más detentmicnto, me p.ueCl', tn 1.1 forma mtsma Je prescnt,\cum del jm:go, en su rct6rica. en las figurn-; de: ~ti dallcurc;o, ¿Qut: cs In l.jllt hace \Trosímil. significativo, st:ductor, al Dilema de los Prisioneros? ;~ 7

Robcrt

lbitl.

~ lbid,

76

~ll:l.t\:k, LtJ NtJfmu/"-" ,ff /11 R1117011aúhl, IIJl

_r. XI

rit., p. K(l

.r- 4') y ss.

q,: Robut O.

l':cohanc, .A_(/tl IIQ;,ti'IIOfl). COOf'i'l'lllion mul DiJt ord i n lbt: lriutd Poititul fi.;vllfllll}, op. tit.. C;lpitulo 5, p. 69 y ~~.

111

...


Amar en el extran¡ero

La casa tomada 1

En primer lugar su propio nombre, ln descripción de unos hombre~ atrapados qu<: ponm en juego un lapso importante de su \'ida a raíz de una sola dcci:;iún. ~¡ d Dilema atrae, sorprende y parece al lector digno de atención, eUu ~e t.icbc í\ su relato, al hecho de que yuicn lo enfrenta comp:lftc co11 lm; presos unplicndos la Yaloraciún de que un pui1ado Je añus en encscrn, siempre s1gniftcar:\n un dc >le >r en el contexto del ti\."fl'lpo finito <.JUe n todos nos ha tocado. Los periodos de JX"tt.'l assgnados l caJa po~blc acciún se Yuch·en significati\'oS en el m.:uw de la amenaza de muerte que lat<. tras b ,;da hum.'Ula -y que el Dtlema tra~ a col:\ciún ~ubrcpuciamente, sin dt:cirlo. ¿Valdría la pt.·un pensar ~ÍljUÍera l"ll los acton::: del dmma si las diferenaas <.·ntre c<.mfesnr o no hacerlo se t-cduter:tn a unos dÍ.\.<: o unas horas? ¿Seria en <.-se caso t< ~a\'Ía pt'cvtsible la conducta de los detenidos? l~>bert Nozsck ha intuido cútn< >,en el Dilema, los intervalos asign:tdc)S a In~ condenas afectan h.; decisione~: deberíamos encontrarnos con que la~ variacione~ en hs cantidades de los beneficios (...) (au1, m:mtcniéndost: d orden de lns prefcrLncias de bl! pcrt;onas) producid c:unbsos cn 71 las decisiones llue tom:\rÍn la gentc. Pero no e~ sólo ~uc los lapsos puedan alejarse o acercar~c.: unus con tros, sin m:Í!>, $Íno que d juego se vuelve sih>tlificlÚ\"O precisamente en el umbral en que la pena cumicmm a Colhlderar.;c demasiado fuerte de C.\r:t a la cxt<:ns1ún l1mitada tk la ,·ida. En otras palabn\s, el Dilema es Yerusímil pe lflJUC pmpcm<. una situacic'm crucial tr.ls la que, cumo fantasm.l, se muestr.t el l~pl'Ctro de la mucrlc: doce añus de cárcel, o probablemente cuak¡uict cantidad que 1mpltque un:l di-cada o mi.~. siempre serán muchos si se sabe ~uc súlo se ,·incin s<.-senta o sett:nta. Ci<.'ftO que pueden hacerse modelos .abstractos, formales, en los que, sin recurrir al relato de la prisiún, st.~.l factible .mnlizar los problemas de b acciún coopcmti,·a de tndi\'idum; con una comunicnción limitada entre sí. Pcrc> mucha dc In \'erosimilituJ de esas construcciones dependerá de la~ rebelOnes t<.·,tuak-s o cYocati,·as quc talc:s dispositi\'ClS rnatlft.•ngan con la enunctación origsnal del juego.

0

77

Rroht:rt N ,,,.jcl;, T.u Nulnmlrr;:_.J tlt /¡¡ RtJrtoiJulidud, op. ¡¡/.,

112

p. l!.3.

¿<.~ué es lo yue «prut·b:w d Dilema de lo~ Prisioneros? N 11 yuc los hombre!! persiguÍl't\llo su propio interé!' siempre obrcnJrún re sultados 111l'110res a!,',ptimu nlc:tnzable, pues hcm1;s ,·i:;to que si Ju¡¡ lapsos son pcc..¡ul·li,,s o b situación no es '"i"id.t cc ,mo apremi:mtc, la ClllldlJCI.t pn •b:tbh:m<.ntl· no serí.t siquiera pr\. \·isibk·: en tal caso simplemente no podri.tmDs sabtr si los inui\'idw 1:: co< 1pcracin u no. LJ yue tal \"1.% «Jc.:mue:>tre>) d Dilema -<> al ml'nos sugkra- e!' lJUC los sujetos pcrscguidorc.:s de su propio Interés ~_.cunómico!> cn d sen tiJo de m;lXIIlll%:lr sus beneficios y minimizar sus costos- enfrentados a siruacionc:l cruciak:s (vwida!;, experimcnt1d:-as o pres~-omdas com., cruciales) con toda pmb:tbilidad se equivocarán. En contexto:; en que se csbo:r.a el rt'cucrJo de la finitud -la :un<.·oaza de muerte- y bs Jl<'sibihdades de comunicación son limitadas, los individuo~ cconúmicol' tnmar.in l.as decisiones erróneas. ¿No <.'~ que a traYé~ Jc.: ti)Ja cYaluación de co~tos, de renuncias, se dibuja también el e:;pcctr() del tiempo rinttiJ de 1:1 \·ida? ,;Podría existir b mano in\'isibk: en tnl caso? ¿Es el mercado, de suy-o. un:t situación cructal pr<"XIuctom de equínx:o~ sisrem:íúcos? Algo así sospechaba J\.larx. Al dcscntrai1ar critic:tmcntc lus mcca ni~mo~ de producción y rcguhc1ún del capitalismo, cl autot de E/ Capi111/ caracteriZÓ al mL·rcado cumo d terreno de una falla, de una desgarradura. El paso de b pr,xlucciún de un bic:n a !'U venta, fue descrito gcific:unente por él como el '<salto mortal de Lt mercancía»; el ciclo m<.·rcanril \1-r>--\1 (se tiene una mcrcancü, Sl' b C.1mb1a pur Ji neru, ~ con ese dmcrn '<. obnene otr.t mercancía) omst1tuyc un c:spa cio Jc tmktcrmmacil>n C..'ll d que sit.ntprc cabe b p«>SibilidaJ de yue el tr:lb:t¡o de klS producture~ mdi,·iJualcs se n:,•clc, bruscam<.'ttt<.•, ccJmn socialmL'tltl' no ncce-anu, cotn<> socialnx.-otc ine~IStl'fltc. El ctrcuit'' M-D-\1, puede dividirse en dos partes: M-D, acto de ,.etlla; y 0-!\1 acto de comprn. A cru.ia uno de los dos fragmentos i\lar:~. les llam.'l umct.lmorfosis de la mercancía)). 1~n d mercado latt: siempre la postbdtdad de.· que el tras' ase c.:ntrc mercancía y dinero que suponl· el ciclo, no pueda reali:,arse. Los productore:;, con :;u rrab.1jo, crean mercancías <:n sus propias inst,llactoncs o espacie 1S p.tra 1.\ fabnc:tci<'m \' una vez tcrmmadas ln.s llevan .a la esfera dd tmucamb1c' par.t ',,;ll-twr dinero y con dio adquínr, ,tn l!i bient:s ym: necc:lltan. 1•:1 de b ctreulación es d ámbito de l;s intcr cambiab1t.d.ld general. Para l!Ul" la~ mercancía:- dssímbc ,la:; (~apa

11 \


M\M «1'1

e extnnlt'<'O

tos, escritorios, computadoras, lcbrumbres, lo que sea) put·thn enfrentarse y troc:Ut'e una~ por otras en un cam?io dc c9~ivalent:!'• es necesario '-JUC sean tasadas en concordancta con algun patron único y gem:cal.que haga que cada pwduc~o for~e pacte~ sea una fracción ho m1c)génca y <tsolidart.\)) -cumo d1ce Mtchcl Aghetta- de b producción glob:1l:

(el de intc:rcambio) H!l un proct:so socml por meilio del cual los productos de los trnbajos pnvados ín~pendicotes so~ no obstante, solidarios en t.mtu que frnc(;1oncs dd traba¡o global de la sociedad. ] x'l ~o.·oa¡enaCÍÓn unin:nmJ de esos productos como mcrc:mda.~ es nece-..:lria para que tenga lu¡.,>ar esa ~olidaridad.-• J . o yue tienen en Ct)mÚn tod,\!> h1s mcr\·anCÍ.IS, y '-lue ~~~ pcr~ite, si son cambiada$ en el mercado, inct 11·p•1mrst· como 1.10a fraccu1n m a~ del t:spa-

e1o homogéneo de lo mer(;\ntil, es ~o.¡ue toda:> cl~as son producto ..del rrabajo humano. Pero, obstn"3 Mar-.:, no del traba¡o concreto, ~ues este produce ob¡t·to<; particulares, con rru.terialidades y usos ~rc:s!tCOs -y justamente, en tanto cosas !nngularc:s, con pesos y metltd"ls urucos, los bienes no son universalmente equn-alcntes-, ~ino del traba1n abstracto, del hecho simple de que en la confección Je lOda eos:\ se emplee'> cerebro y músculo. l ..as proporcilmes en <.¡ue un tipo de m<.:rcancía scci evalu:-~da frente a otm, b canlid::Kt de valor que cad:\ una represente, dependccin lk h senda c:.ntidad de <~ustancin eom~»> lJUC posean :ullegar :L la e~ft-m de la c1reulaciúo. Esta es una mtl!,rnttud ~~ sólo puede esp<.:cificn~ t'11 térrmnos de tiempo, pues 1:. abstmcct:m dd trabajo particular que hace falta pnrn ..¡ue todas l:tS nlCrC:UlCID:> sean comparables.}' la abslr.\cciún de sus cualidades mate~:~es requerida para el mismo fm, no dejan ninguna Cllra c~rac~c:nsttca de los objeto:; de la cu31 asirse. El <~loo> de una merc:mct.l, su\ c~rgo, 111) puede depender sin más de In cantidad de tiempo de traba¡u abstr:lc.to empkado en su producción put.~, so-t."ll~ Marx. en este ClW los objetos wndrían más Yalor m1c:ntras m:ís lerdos, lentos y torpe> fuesen lus productorc~.

73 Mkhd :\glit.-tu. R~1Wi76•) Ctius lirl ( ·•tf'tiiWiiiiO, -1:.1 cdtuún, 1\·léXJCo.. Siglo

n:l. t9RR, p 24.

...

114

~~cornada!

Al valor tk• una mercancía. construidn tll términos de uempo de traba¡n abstracto empleado en su producción, es necesario agrc~ gnrle una rcstdcciún: St: ha de tratar de tiempo de trabajo abstracto socialmente: necesario. Se entiende por esta última noción, el tiempo promcJio l.lUC un:1 sociedad emplea, dada su capacid:1d tc~noJ/,gica. y otros <lsp~o.·cros rclev:mtes, para producir u11:1 cla~c determinad.\ de mercancía.-:. Supomt:odo un mercado en d que las cos:ts se ~.1mbinn e!>trictamcntc: por su valor, el que ofrect: un producto lo tasado t'tl el lll'1llp<> mt•dío para su elaboración aún cuando él hava utiliza do un hpsn mayor o mcn1 >r para producirlo. /\si, por t:1cmplo, si para fabric:\C unos %aparo:; b sociedad emplea hoy como promedio dos dbs, :tguél yue haya ut1li;-ado un dia en la crt.''lctÚn de C'Sl' b1en, ;ti m1 •mu1to de ~mb1ar ganará 2-J hora.<~ de valor; lo mismo que <.JUI{'ll se t:trdú trt'l' di:\!\ perder:\ el mismo mtervalo. Como vc:xcmos cun detenimiento más adelante, al ocupamOll de la catcg<.nía de «trabajo» en la obra de Marx, hay en este paso del ((tiempo de t!;lb:tjo>>, así. sin m:\s_ al tiempo de trabajo ~ocirummtc ncct.'Sartc))), una not1bk· estratcgi.'l di.o;cursiwr-rctórica )'teórica, tras la que s.c encierra buena parte de b :;crlucciúo y capacidad crítica de El CAJVItJI. Pues aún cu:mdr, se siga cmpk':lndo el mismo vocablo -<<tiempo>>- una escucha ntent;l muestra que cst:tmo~ hablando ya dt: otra cosa Micntra~ que el ticmpt' de los productores L':< d <matumh», el de b ,·ida. aquél, que ~>nent:u.lo por una flecha es ltnito, se dirige a la muerte y no puede recuperan;e, In tcmp< >mlidad ~¡uc rige m el mercado es hart<) distint~ en t:1nto yue el tiempo I..JU\.. ahí ~e íucga 1icnc la propiedad de ser dimcn~tcm:tl , espnc1al, en d ~cntidn de poder recorrerse de nddante h.'lcía atrás n \'icc:,·ersa, bruardan;c, distribuirse, aeumul:trsc, explotarse indu~o. Se trata de dos tiempos distintos, uno de los cuales, el mercantil, es un.1 abstrnccíc'm en torno a b cual ~m el contl1cto en b!l ~nc1eJnJcs contcmpocinc:a~ La Crítica dc b 1~conumia Polítie.1 es, (.;0 huma m('(.]ida_ Ja reflexiÓn sobre Ja mal1(.'t';'\ tll I.JUt' tlell'lpos diversos -b1e ,Jógic~ )S, cultumlcs, hi~túricus- :~e arttcubn subocdimínd()S(; a la tcmporahJad domm:mre de d c.1pit;ll. Lo que intt-rcsa T"Csaltar por el mommto, cs el hecho de ~¡ue el carácter «soctalmcnte necesario» del trabajo emplt:ado en la ce mfección d<.· una mercancía es otorgado por el mercado, al m omento del inrerc:~mbu.>, únicamente de~pués de que el bien ha l'ido y:t cfcctÍ\':1 mente pr<Xh.ICit.lo. ¿Y SI ocurner.l yue, ya con las cosas ro la nunn,

''ern


lvnar en elextrN~Jero

l.a casa tomad" 1

habiendo laborado en clL'ls, en la esfera de In circulación nadie demandara nuestros producto$, nadie lo~ necesitara? ¿Y si pasara <.¡uc hnbiendo demasiado~ vendedores del mi:.mo tipo de objetos, toJns t\.1viemn yuc ofrccuse por un mt:nor valor, "o ¡x n:t de <-¡m:dár...clos uno mismo?¿ No querría decir esto <JUe el tíc.:mpo cccnnoc•do <:omo <csoctalrncntc ncccsarion por lo mercantil seria menor al empleado por tollo~ lol' productores? La mercancía, afirma Marx, •ama al dinero», pero, de inmediato ~ «the coursc of thc lovc ncYec docs run smootl~>>:

ser un abismo. ¿Se vena en t- 111 J 'd ~ • ..-t 1:"11 t ur 1 un fondo ba 10era muy profunda? No Po . ' • un,, :;e, aun<¡Uc · rque d t•empo de traba· 1 reconocido en el mercado CO t , . ' 1~ yuc no ogr<) ser ti tu in",.. 1," tcnlr ur.ut ··' 'ti:tu ·' ti e ser'l'lo neccsano>>, en tanto cons. ft«srx,aJmentc · . · <k'Snparectdo, se lubrí.l. id•' p·es ~~•tos cncaJ~t~ndos n la muerte, habría .A d • d • •\m Stl'mprc, sena trrecuperable. e un <.· vn, que se hn.ct del ti. d 1 . n.~imilnrsc t·n d tlcmpo Ol' t .. . t mpo e a vt<.la yuc 1111 pucdt" ·' raua¡o «soo:tlmcntt ncc ·· · ;> {) • ue aquello que no s . , 1 1 . es.mo•> ¿ , ue <.'s , e ' :t J<. a s oct:tlm<.nr . 1. t. se puede re:tli:-.ar un h od . c.: l"fl <· tntcrcamuJ• ,? Si h• ')' no . ,,r ucro auno · 1 · vzda de un indh·iduo medí·, -¡ue mnnana st ¿e Ola que ~n l.t · en trc: :unoos rnomcnt pod · mese o se habrá des,·anecido . os. _ r.a rl-cupc. tiempo ,·ita) puede tmduci .' espec~zado f.'ltalm<:nte:' N u todo el rsc, rccodtfic:acsc, en la ab t .. d temporali<.hd socialmente n . . . El • s raceton e b <.1 ¡ ·· <:ccsana. • mercado <.-s u11 • e se ecctt>n, excluyente po d •fi . . . • mecamsmo · . ' r e lllCJOn. Al grado de fj · cta se determtna por ~u cap 'd d . que su e let<.'tlact a para cxdutr:

I..a <.livisión <.Id trabajo cunviertc al pcoducto dd trabato tn mcrcancí:t, hacK:mlo con dio necesaria su transformac11>n en dinero. Al mi.'imo tiempo, hace yuc el hecho Je que esta transustanciación se efectúe o no !'e:\ un hecho pummcntc casual.7't

La primera <<metamorfosis de la meccanCÍa>l, M-0, la venta del objeto para obtener dinero por él, siempre podría no efectuarse. EUo significaría que d tiempo de In villa empleado pr>r un productor para crear un bien, no sería rccnnocido por la sociechd come> necesario, como realmente ejercido, vivido. ¿Qué ocurn: cuando no e:-> posible realizar la metrunorfosis? ¿<,2ué pnsaria si esto se generalizara a buen número o incluso In totalidad de los productores? El espacio homoh>éneo en el que «lm trabaje l~ privad1>s independientes son, no obstante, solidarios en tanto t¡uc fracciones <Id traoojo global de la socie<.lad» - según la expresión de Aglictta- no se formaría. Pero esta respuc.·sta no seri:. del todo adecuadn en la médida en <1ue pnrece no com;iderar que si en todo ca."~<> podemos hablar de tal espacio, es porque p antes, en al~n moml'tllo, los antercambios pudteron realizarse, la superficie se formó. Por otra p:trtc, :ti ofrecer dtcha «:$puesta ccndriamos que a.c¡umtr un presupuesto 1mplausiblc, a saber, que todos los product•lres lkgaran al mercado al mismo tÍl"fllpo, que buscaran realizar sus mercancía:~ todos simultíncamcntc. En vista de lo anterior, tal ''CZ otra imagen seria má.o; ad<:cu:tdn. I..<J qu<' ocurriría es que l'tl d l'Spacio de la CJrculactún, de l:l interc;unbiahilic.bJ !,tt'neral y homoh>énca, itía ampli:\llllc ·~c. :l catb intescambto fullic.lo, un rcrimetro extrai\o que rc~Jnn~rí:l crecientcmentc c.:l espacio de lo mercantil, u tal n~~ una grieta, una de:~~rradura yuc po<.lria llegar a '1'> Carl•·~ Mm<, J'J Capital.

Gnliwtlt kt l!.rollo!'llll PoUtkrJ, op. dt, p.

(IÍ!,

l lasta el punto en c¡ue es d'fi .1 .· . . . no pagan por algún b ~ s~ no_ t~postble, cxchur a los · •en u scrvtcJo por usarlo J 1 lJUI<.'r mn<.ln, la Ct>tructura d 1 .. . e cua . • e a producctnn en un:t ce · <; rgant:r.nda por contratn , . . · onomta e tntcrenmbto pueJc no co d · 1 empleo d~ lo:; recursos e . . . , . n uc1r a n sus usns mas \'altosos."' <.JUC

:e• ,

Sólo puede sabctlic que hay 111 • d . ra. Si todas las mercancin.o; pu· ~.rcn o porq~c algun producto queda fue, '-ltcrnn c:tmbtats<.• a cualq · . · prcsu>n monctann c.Jd valor) 1 . • . ' . . uter ccprccto•' (c:x' ~n cua qu•er momento · ·· 1 petencin. Unac.tmcntc tiene S"-t'· ' J b • no cxtsona a c•>m· · ~•lluo la lar dt oferta v de d a)gutcn l's tncapa7. de ofrecer . man a porque ~· -o comprar- un pro<.lucto a J · ut> prc.:c•o. Fl rnl·rcaJo distrib . . . . . un c:tcrrruna.d U} e «optnnamcntc» los r · . . -•- 1 C1C :~<.1, sohlmcnt<· si se: Ja d e . .L • tcursos uc a so:t.So uc t¡uc los mcfacu.:m. · 1· d os, c.:s dtctr, su acllv•daJ OCI!>C - •:.1 .1 . ts ~can e tmmaa Villru:lua conx, «SOcialmcnt La economía ,·oh·crñ mai\an~ . <· ncc~ar~a1•. · • • • pero v.a nu es taran roJ ·1 S ' e mst.lllr,l a:;í un,1 paradoj 1 rn· . · "~ o' lfUl l"'Cl 1J:ln. · • ·ll or, fHie~ ocurre: t¡uc l:t di ·tnbc. · · · tttn:UIIll l l ~ f,lliJ.;tfiUliCIÚil u ni , • . 1· • . S ICtOTl <<op. \trsa ·por ma.c; perfecta . ·. 1 tCncta, Stc:tnprc a)l-,rtticn () rut!\Jil l" •• ' lJU<: ~Cn a comp<.• 'd a. • ' ~> a 1 raccum por lo menos d .¡ t' .... _ Vt a, ncnuam sobmndu \'olvién.l . r l' lCtllJX> uc: ~u _ ' ·•uOsc un t:tnta sm:~.. ,PA' Rld1<trd E. Wagncr, ••El St~tcmt de E , ( .ener.¡J: \.:t"Cc:unacntn ;t la Rccon ¡' . .mpn:s.l, la D tmoo.:rJ..:la y el

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t .\ t'uiUOn, .r · · • Cl l<lCIOil•• t'n \"tru s · e .\k~ICO FI>AME.'\ 1~" • • • J. au t ores, I::.<'rJIIOIIIÍtl rlr ¡,, ( >¡,., • • ...... p. J'\fl--131

116 11/

..


Amar en el extranjero

El mercado ~upone un corte irremontable con aquello lJUC excluye. J.o que no puede pasar la metamorfosis i\1-D se desn1nccc. Seleccionar lo c¡uc l}Ut:da implica la inaccesibilidad de lo que se Ya. Sobre todo, v esto e~ lo más i.mpurlante, lo gue no resultó pn.:fccido ahora ya no p~drá escogerllc lkspués, más adelante: porgue el tien1po de la \-ida de los hombre:; finitos es singular, irrecupemblc en cada uno de sus instantes. No hay marcha atrás. Est<unos ante unn flecha dd tiempo. El tiempo , ita! que no ~obrcvivió hoy a la com¡x:tt:ncia ~lO ¡xx.lr.í presentarse como c;1.ndid;tto a ser incluídn maiiaoa. Cad;t <)ta, ~l~n.a potencialidad de lo t:l)CÍ:tl se pierde. El mercado es altnmcnlc dtn:unt· co v tira hacia adelante, su combustible es lo que excluye, pero su ava~1ce salta de mutilación en mutílaci{m. En tan lo la validacit'm del trabajo propio, dd tiempo propio, están mediados por el éxito de las mercancías en el cambio, h >S hombre:; llegan a creer, dice Marx, que su cotwivcncia es conducida p(~f los objetos mismo~. Reli\cioncs sociales entre l:ls cos:ls, rclactone:; cosificadas cntr~ los individuos, la falla ,Id mcro.;ad• 1 ~uponc el ocultamiento de sí tras los bienes en la medida en I.JUC d pro,luctor es guiado por su producto r no a la itwersa. Es la co~a mercancía la llUC vuelve sujeto social al individuo, que necesita ratificar esa condiciún en cada renovndo intercambio. Porque aún el aclo de consumo en soledad :;ólo puede ocurrir, en el reino ele la mcrcantilizaeión general, p.reYia ratificación del carácter social del hombre, prcYÍa ccrlificaciún de lllle la acción rcali7.nda al transformar los objL't< 1s tiene Yalor, hn realizado la metamorfosis de la mercancía, e:; decir, puede.: ser cuntabili:r.ada en el patrimonio llc lo mercantil. 1;.1 con~umo se encuentra siempre medsado p• >f d mercado, al menos t·n el contexto de la descripción dd c:tpit;tli~l"lln proporcionada en L/ ( .api¡,¡/. Subrayando este.: último punto, cnEtúza Elkn Meik~ins:

la casa tomada 1

'~da. Y los dictado~ del mercado capitalista ~us imperativos de competencia, acumulaciúo, maximización de la hranancia y creciente producti\'idad del trabajo- regulan no sólo tod;ts lastransacc1ones económicas, ~ino las rdacioncs sociales en ~encral. 81

J,o que no siempre gucd:t claro, aún en los exámenes :>ocialistas accrc~l del mercado, es que la c:tractcrÍ!>IÍca distintiva y dominante dd mercado capitalista no es h\ nportunidad o la elccciún, sino, al contrario, la compulsión. La Yida material y la reproducción social en el capitalismo se encu<."'llran

Si la operación del mercado conllc,·a un aspecto cruda) p~tra el individuo -la posibilidad de qw: una parte, al mmos, de su tiempo vital nc 1 sea recodificada com<) C<Sncialmentc nl"Ccsari:v>- y, a la vez, lo mercantil c:s compulsh·o en el sentido de que no habría po:;ibilidad de huir de su ámbito al habitar <.'n las sociedades contc:mporáneas, ¿no producirá esto C!.lUÍYocos sistemáticos análogos a los cometidos por los prisioneros del Dilema, debidos, como en el caso del juego, al car:ictcr apremiante dt> h !>Ítuaci(m, al recuerdo de b finiLud, a la amenaza de: mu~.·rte implícita c.:n el relato? Y, más importante aún, la críLica de Marx al m1.·rcado económico ¿podria gencmli:.:arsl' a toda situ:tciún de intercambio -lingüística, sexual, cultur;tl, entre otrasque suponga la creación de productos, m«.."tlsajl·s, significados, realizada por sujetos aislados qoc sólo en un segundo m< 1mcntt 1 entran en interacción soci:1l bruiados, a¡xtrentem~.·ntc, por los mismos bienes que lle,·an a ofrecer? ¿También en ese caso se producirían sistemátieamcn 1e dccisinncs crrúnca:;? Por lo general las teoría::: económicas intentan superar la falla del mercado a través de dispositi\'os rctórico-<.liscursh·os Ct >mn la 11mano im·isiblc,, o h <tsumn de las cun·as indiYiduales de utilidad)>, En este tipo de solución el problema toral radic:t en el ajuste temporal <.'ntrc d aetu,lr individual y el efecto de orden S<>cial: los cinco dedos espt."Ctralcs pn .ductrán un cosmos, pcw ¿cuándo lo harán? La consecuencia lfc b n:spue);ta mercantil u:::ual a la prl·gunl.l "¿c<',mo se pasa dd indi,·iduo a In comtmidad?l> comiste ~ímpkmt.•ntt: en la díminaciém dd tiempo como dimc.:nsiún C(Jilt.:eptunl explícita ni interior del núcleo de la teoría. 1<:1 abismo del mercndn descrito por Marx poJria quiú sakarse si no existiera t:l tiempo, o mejor, si, como vimos al inicít1 de <.'ste apartado, toda b operación mercantil ocurriera sólo en pr<::;ent<.:. El mercado lograría resultad('~ /1primos si no sólo los producto::: de hoy, $in<>

UllÍ\TCr:i:thllC1He m<:\.Jiad:tS por d mercado; por )O t.:¡UC toJoS los mdiviJuos tld:>en, de una forma u otra, ~:nrmn:n relaciones mcrcantilc!: en ,·ist::t a ganar accc~o a los medtos de la

Markct>•, 't..forrtbfl'

118

81

Ellcn ll.lt•tk,..m$ Wood, uFrom O(lOrtunity to Jmp~.:rnn\..:: Th<: llll>tmy .,f lht• ¡~.¡;~,~ ~ue\~1 \()rk, \'ol. -1-(l, K o . .3 Gulio .~gostn de: ¡<)f).,). 1'· 1'i

11 C}


Amar en el extron¡ero

La casa tomada 1

también los dd futuro, estuviesen a la vent.n en e:;ta fecha. El economista critico Frank 1bhn e:-pone l'll torno a esto:

mejor re~Llmc b exigencia mercantil de acolar el tiempo en un.1 Si no fuera así,~~ hubit·sc un hiato y un componcntt• de imprevisibilidad entre pn:scnte y pon·cnir, ocurrirían ~ituacioncl'

Dado el precio de hoy para entregar m:-.ñm1a las man;;:anas, los con~umic..lore~ y los producture!! de manzanas, siguiendo el curso óptimo de su propio intc:ré~. clccidir:i.n qué tantas de las man:ran:u; futura~ dc:mand:u y ofrecer hoy. Si la oferta y la dem::u.-.da ~e i1:,>uabrnn clar:tmentc nn habría neccsidac..l de <-lU<.' el mercado de manzanas reabriera su~ puertas m:uhna, ¡x)fquc sólo podáa 1.."St.1.r en equilibrio en In.~ cantidad~ y en los precios ya establecido:; ayer. De moc.lo que en tal ccooonúa en donde los biem-s se díst1n¡..,•\K'O no súlo por caractt:risticas fi~cas ~ino por la fc:d1a de entrega, )' l'fl donde todos estos bienes tm-ict:ln mercados corriente~, 1odas las transacciones del mercado tendrían lugar en una sola fecha. No habria especulación. Adem:1s, d estado de orden implica ahora l]Ue existe un orden en todos los mercados y así será en toda::; la~ fcch as futurns. 81

<-lUC

~ola dimt·n~ión.

<..'::<peculativns como b~ que no~ describe llahn: mucha~

pn.:cío Jc venta que espera rendcin mañana. Por lo tanto c:s pcrfcct:\mcntc posible que lo~ productores de manz.m:l con~idcrcn el aumt·nt" de hoy en el precio de est;\ fruta cnmn un:t sd1al de que subirán todaYÍa más mai'ian.1 y rcdu:t<..' an la oferta de m:1n1.ana~ a los consumidorc~ a fin ~.k almacem1r tn<tyorcs itwentnrios. Si los consumidores abrigan expect:ltÍ\-as similares, pueden de hecho aumcntar ~u demanda dt• manzanas ante un .mmcntu de precios a fin de almact•narlas para d futuro cuando esperan t]Ue lns precios :;can tildada m:1~ alto~. Podemos ver c¡ue la mano itwisiblc puede ahora !-,JUÍar el mercado de: man;;:anas apartándolo del orden. Cícrtamcntl' a menudo ~e obscn·an episodios cspcculatíws de csm chse. 8 ~

1~n d mismo :;<:ntido que T-hhn, ob~erva Paul Ormcrod:

1

para conseguir <.JUe el cquíliblin competiÜ\'O exista, cada persona debe preparar una lit~ta completa Je toda~ las diferentes situaciones de ~u cntornt> ~¡uc el futuro le puede deparar. Y cada uno time yuc albcrg:u absolutamente idénticos y correctos pronóstico~ acerca de los precios t¡uc existirán cn cada potencial e:c;tado <.!1..·1 mundo en cada momento del futuro. 13

¡11

Si existiccl un sólo m<.'fc:ldo, si cfl"Ctl\·:uncntc cstu,·iéscmos encerrados en el presente, o bic.:n, para decir lo mismo l'fl otros términos, si pudiéramos conocer no sólo In." mcrc:utcbs )' los precios de hoy sino también los de mañana, la nuno im·ísible CO()rdinaria óptimaml..'flte nuestras intcracciuncs. El <anercaJ< >de futuros», es quizá la expresión ~~~ Fr.tnk l l.thn, «Lo ~1ue pueden o no h:a:cr IM men::tdc'~". L-:l·lii11ml1l! Ecvnó mi.-o, J'v(é,.,co, Fondo de Culrur;l 1-:c.;IJ!lt'omic~, Vol. 61, No. 2-t 1 (enern-m<~oo de 199-J.), p. 7. 83 t>aul Orrnt•rod, Por11na 1/1/el'ú t<'Oitomía, up. dt., p. 120.

...

120

<..kcísiom·s de lo~ agentes tomaJas en una fl'cha

lic:nen consecuencia~ t:n nl¡.,•tma fecha posll-rior. Supongamos qul' el pro<.luctnr de manzanas puede almaccnarla:t 1.n d<'cisiún que tome hor dc alm:m:n:uias n \-cnderbs fuera Jd almacén dercndcr:i. no s<'llo del pn'CÍ.o de hoy, sino del

Pá¡..,>tn:1s arrtba, cuandu hnblnmo:; de la can::nci:1. l'll d núcleo de la teori:t dd mcrc:ulo de Utl.l nociún adecuad:1 dd dinero t¡uc lomara en cucnla su Jimcnsiún :oimbúlica, sci'lal:íb:unos dmm, en torno a cstt: :\$unto, se ponía en juego la cuestión de la gobcnubilid.1J porque la cstabJlazaci<'m de los símbolos rcqucnri'\ de ai¡,>Ún dispositivo que la llevara a cabo, y del que la t~..-oria no d1..-cia explícitamente tl.'ld.t La ,·incul.tnún de Jm: teorías económicas al tl·ma r a la~ doctrin:l:: sul>re la gohcrnabilidad se hace incluso m:is patl'1ltt- cu:\ndo se examina cúmo rcfl<.:xionan acere.! de la relaciún entre el prC'sentc: y el futuro <..'n la~<~ decisiones de los agentes ccnn<!'micos. Si hubiera un solo mercado ()Uc abarcara el hoy y d mai1ana, si H~ Fr.mk 1L1hn, ou,u ~¡ur.: pueden o no hacr.:r los mt:rc:¡d.-.s••. F.f"lirlllt,.lrr n.,~'""'"' 11,

op. rit., pp. 6-7. 121

..


La as:1 ton•ada 1

existiera un.l pla;~,a de futuro:; en d que pudiésemos comprar y:l l:ls mam::~na.s, ~.scritorios, computadoras, o lu que sea c¡m: hubiéremos de dcm:tndar en el pon·cnir, no habria dificultad alguna para que l:t mano im-isible hiciese su labor. Pero en la medida en que lo mercantil no es totalmente univer:;al en el ~entido de que ahom no po<.lemn:; comprar o ,·codee tod<JS los bit.·nt.·s que nos depara la posteridad,<.·~ necesario hacer frente :i un demento disruptor, :1 saber, t.] U~ lo:; productores y con~urnidore~, en In mec.llda en c.:¡u..: son fimtos y carecen por ello de conocimiCfltO completo acerca de todo lo que 1...~ -o será-, hacen stn embargo pre,·isiml~, poseen eXfX.'Ct:tti\·:ts. picosan y actúan :mticipándosc a lu t.tuc, :;uponc:n, habrá dt.· hacer L'l mano innsibk. U">s hombres podci:m Jl·sh:-Msc. h;1cia la «irracion,tliJ:W económic:U•, nu actu:tr de cnnfurmíd:t<.l wn lo LStablcckh 1 por la J..cy de b Dem:\nthl, interpretar mal l:ts 1nfiml1:tct1 •nes <JUc les proporcionan los precio:; L'n d mcrc:\do, por el sul\> h~cho d~ t¡uc ígnor~n, y cn·cn LJUC pueden intuir de alguna forma, ln yuc suct·deri. ¿Cómo resol\"cr e!' te problema, y m:í~ cu:tmlc 1 los particip:tntcs saben yw.: se encuentran en una situación eructa! t•n 4uc un:t llccisic'1n cqui,·ocad:t podría llt:\":lrlos a la exclu:;tón por tamo, ser:\n procJi,·~s a tomar acciones erróneas? La vía tlt: afian~ar a l:t teoria en su~ propios supuc:stus y postular en const:cut.·ncl:l que c.:n cft.-cto d mcrcmlo es urü,·crs:U y sí hay mercado de fu tucos lfUC abarca a todus los bicnts; u bien definir al:;ujeto económico como po~eedur sín m:ís de C< m• >· cimiento completo, :;e mucstr.l :ur.lCII\ a. Pero seguirla pondria en juego la Ycrosimílitud,lu scducci<'ln del di:ocurso econ<'m1ico: d mis· mo se rcJuciri:t a un.l simubcir'm fi>rmal, a un modelo o juc~o p:tr.l nad•l intcrpebdor Jc bs pcr:;• •nas. Una 1 ,pci,-m m:is atrnch\':l Cl ,nsisritü en m::tlHcner d m•x.klo del mcrc.1do unin:rs.'ll., sin tlempo o c:n prcsLilU.: pcrnl~Ulcntc, como un bas:unt'tltu n punte• de rcfc:rcn<.:Í:t e inrcnt:u construir dtsdH 1:; \.k segundo nivd. que pt:rmiticr.,n ir n'!'oh-it•ndo pnwi~ron:1lmentt lo:t problemas dctwadus de la c:xi:;tL'IlCI'l dd tiempo y cr>n clb, de: l.1 finitud de la:; rL-rsonas gue ddx·rían crccr a h. teoría. Tal c:t, COOl!l ,·crt:tnlJS, el csfucr:w c.h: ~l·yncs y b CEI'·\1 ..ss Una ~r>luciún dL· l.'~h

r.

8~ l..r cont'xiún l'lltrt: la~ d:~hrlr.tÓ•llll.:~ dt·l.t e:¡ 'l't\L )" el kt:)'III.'~Í.liiÍ~mo h:t ''d" suhra)•.tth. <.·nrrt mucho~ ottC>S, por G.rhrid P.1lm.t. qurcn mdusu h.Kt· ck lhd1.1 vmcul.lciún uno de lo~ d~mcntm t¡uc d.1rí.ut o.:ucnt:t ele L1 origin.tlidad de h prruu

..

122

~po pcrmitiria, l.'tl pnmer Jug-M, no c:~quivar, nn dejar de ladn lo <¡uc s111 duda configur:t un prublcm.t mayor al que se etlfrcnla rot.b rcflex~~->~ sobre la convtYencia soci:tl, a saber, ljUl.' no li<'>lo no hay conoci~IL't.llo completo, sino qut.· d con()C(•r se encuentra disperso en un smnumero de entidades. Frit·drich 1hyek expresa e~to L'1l lo~ siguicnrc:; términos: El p\.·culi.tr C.l!':Íctcr Jd prnbkm.l de un r>rdcn l'Cunómico mci• ,n,tl c:~t•Í d<.:lt·rminadr 1 prccio;amcn lt' p< >r d hecho de que el <.:ont>elmll'nlo Je hs Ctrcun~<l:lncias de L's qut· ttnt·mo:; \.¡ut· haccr UMJ nunca c....:tstt• <k manera cunccntrad.1 o integrad.\ sin1 1Sltl.unt11tt· como bits dispen:c •s de c< 1111 Jcttnicntu inl·, ,mpk 11 > \ frccul.'tllcmL,Uc Cl •ntra<.licrori1, el cual P<}Sl.'Cil toJ11:; lo!> 111dinduos separados. l•:t problema cconúm.tcu de b s•>cicdad, así, no es ml:r::tmcnte un pcobl<.:ma de.· cúmo atlign:tr recursos «dados» -~i <(dado» t.•s tomado en n~fcrt'n­ cia a una mente sin~'Uiar <.]UC ddibcmdamcntc n:sudve d problcm:l pbntt-aJn por CSIJS ((<bto~m. Se trata más bien del probk·ma d<.: duno ascgun\r el mejor uso de recursos con()ddus para cuak¡uier milmbro de b !'!Ocicdad, para fines cuy:t rclati\':t importancia sc'>lo los indi,·iJuos conocl't1. O, par:~ dc.:ctrlt> bre\"l.'fllCnte, e:; un pmblema Jc uttli;mctún de conocm11ento yuc nu es dado a nadit.· en su tot:tlidad.""

llay un conocimtcnto al yuc súlo pueden t<:nu acceso los indh·i duo~. un co11ocimiento no totali;~,able: d de la:; circunstancia:; yuc 1uc.lc:m concretamente. sinJ.,>ularmt.·ntc, a c.tda :;ujetu. En cierto '>enlk ln este fue Siempre el punro de pnrrid.1 dL Lt rdkxic'm mcrcanúl. Sct1J.h P.thn.r: ·1 ~ ~u~ lni(IUS 1.1 c:m•.\r. •nt~ntó rtformul¡r l.r te< orb C< >ll\"CfiCIO · ..... tkl &.~.trr. ,JI.. c:cnnvmtCI.I r dtl C<>fllt;T(;I<I ln(t'rl\l(l..n.rl, de: b tnl~m'l IÍ"Irma lit 'Lifl• ,~ tnrwt:lh.JnlucN"Io con el cuc·rpo prirK1p.1l d.: l.t reori.t t'\.•'~:t con.Hnt:~• rul ( U hecho lk qu~ 1•>5 .uulrsu t.k /.1, :u•\1. h.t) "',.J,r~:nrct.. r tn,~tr,tcll •n h.l~ll·r <'rl 1'1 kt·yJt .... unJsmu, d<: nlllgun,l m.m~r.t rcduct: :~u on¡~.1 n:~h hd. hsta .'"""~"''' •·n •:•rnplo.na< utar 1.1 tr:lthc..)u kcyncs~o~n.t :1phcnndo la ,~,·nc1.1 r~c.· .m.tl"~' :1 l,t t~nna dd dc~:trroiJ,.., ~:conómtco )' de- .;nmen:•o mtern:u.;ro •ll:tl 1· l"~t~ h.tht:l dL''cutd.!d~,. G.thnd l':llm.1, :·D~p<.·nd~:nL·I,I y Dc-.~rrmlln: Un. 1 vJ..1 Ctlt•~·•••, ~~~ Dudky ~ccrs (.:urnp.), Ll l(IJI7tl tlr h D(pmdt'11.1.J. U111.1 J{emll!r/ltfÍ/1 ~·1 t•dsn(m, 1\1~~1!'1•, Frmd~l de Cultur.t J.::cr>ntÍml<:;t, 1'>!)7, PP· S9-GD. 1 1ncdm;h J '·')l'~ ... U~t· ',, Knnwh1gc In Srll"rctp•. illrfllidllúlilllf u/1{/EW!cJ/f/lr' 4-t, la c·drcr•ín, 11.\l,\, Thc Unhu:;iry of Chicap.o Pr~.:ss. t<J-lH, pp. 77-78.

ltmo!'''l..<)

'/:Hitl,

n,,.

123

<11


Amar en el eKtranjero

La casa tomólda 1

<<Lo~ hombr<.:~ persiguiendo su pro1pto inh:rés» e~ un l'nuncia~c, ~1~c supone que el objeto dt: tal pt·rsccm.tc'!n es :\prche~JiJo ct: pnnctpto por d propto agt•ntc; podrí:t cxp!\:~.u~c hl mtsma ttk'<l ~hctcndo qut· Jos hombres, cada un(), sí~ucn 8U entender, ~us proptas luces. La rectentc critica llamada «t1cn1ibcmh> rciYinthcar:i t·ste aspecto de la po lSCSiÚn Jc un :;abcr indÍYÍdtmJ -}' I.JUe ~é>Jo. puede S~r Índividua~­ frtntc a pnst us;\s lJUl' t¡uisit·r~lll .1gn.:~ar otro tlp<> de SUJt"lfJ a la tcon:l -d 1•.stndo1, pe •r l'Jcmplo ,_al que !le nttÍb\lycra la capacidat~ d~ Ctltltlccr mt:¡t>r .~uc ¡,,s indi,tdu• ~~.su dotaciún ~~~¡,.de connctmtentos e , , . l inten:scs, 0 los fines sociale~ t¡uc dt· :-~lguna forma cnglob:man os

de l:t trndicté>n y la imagin:~ción, es el instrumento más pudcro~o pnrn mcjomr d futu ro. x7

de todo:L Fl objeto Je la crítica debe ser matizado, l'IO cmb:lq..,ro. Put.-s aún lu~ ccvnom1.,ta..; a los que ahom st· ~uek calilic:~r de 4lestarí::.ta~. a'umt'll, dejan intocadn, el núcleo central dl.: 1:1 teoría mcrc.mtil, t'l1 el que la prt t:mincncia del individuo y su saber transita incuestíonada. Véast', ama nera de cjemplo, d siw.•i~nt<: párrafo de la '[(oritl Cuural tlf liJ Om¡uwó11, el fllttli,· 1 el Diuem sobre las \'entaj:lo; del indi\'iuu;llísmo.

qi.K.'fCtt.'!!

Dctc:nb>:Ím onos por un momento a recot·dar cuál<:~ son t:Sras ,·cntaj.ls. En p:trte IP sotl de diC'\cia -las de b dcsccntmlizacic'nl y del jucgn Jd interés personal. Desde d punte, de , ista de l:t dicncia, bs Vt!l1f:lJ:l~ dt· la Jescentmlizach'Jn de lns dl'cisiones v dt: la respon~nhi.lidad individual s< 111 m.lyores aún, qui:d.' Jc lo que d ¡;iglo ~IX supuso; y la rcacciún contr:'l d llam:1do al int(·r~s personal puede habl·r tdo dcma~iadn kios. Pcru, por encima dt· todo, d individualismo el' la mejor salvaguarda de la libertad personal si pucdc SCt' purgado de sus dcft-ctos \ ~l>usu~ en d s<.:ntido de t¡Ul', cumpaodo con cualt¡uJc.:r otro sistcm:-~. :~mplía com;Jcr.lbkrTK.'IlfC el ompo t:n que put:dc nnnift·starsc b f.-¡cult:td de ck-ccit'll\ pen;on:u. T:~nlbl<.ll t~ !.t mqw pmtt.-cóém t.k L'l nda ,·:to;\da, que bmt:t prccssruncntc d~ estc cxtcndid<, c:unpo de b facultad de clt:cción, cuya pérdiJat·s la mayor dl· 1:\..o; Jcsh'l':\cias Jd L'l't:tdo lwmogéneo o Lotalitnrio; poryuc c:s~:1 Y:lried:td pre~l'r\':.1 hl=' tr~tdici• •nc.::; yut. ~:nctt•rt·:.n lo <.Jlll' tk ma:; scbrum y ,·enruro:so escogieron 1:\:; generaciones p:tsad:t~. coli'lfca d prc:>cntl: con bs din.·r~ificac1ono..·~ de ~u fant:t~ta )'. stcnJn subordin ada tn::cparablc de.! b cxpcl'Íenci;l, :.sí como

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Otr,\ \'C~

Sin duda c.:n !incas Cllll10 las de: Keyncs r:'Jtc:l un:l bumn pnrtt: Jc L'l stxlm:ciún yuc tlotdicinnalmt:nll' hn ejerCido el m'·rc:tJ(~ Pero, como hemos \'Ísto, ello únic:um:ntc st·ría n:al si, :t los po~wladc¡s tc<)ric<Js de partida se a.~rq.,>ara :-~lgo '}Ue permiticm controlar el ht.chu dt: 1.1ue, :ü no lo mdinduos económicos. menos si las pcrson:ts ~1ctÚ.1n rt-:liizando Anticipaciones sobrt d futucu Fue d propu ' Kcplcll, por ci<:rt< •, quien descubrió que la operación dt.·l tlkrc:ado como lll\.'C<lnL'\Il'\fl de coordinoctón de h., :teL,oncs tnd!viJualcs ~n-as, lkbt·ria :;er suplementldo con aiJ.,>Ün dispositiro que pcnrubesc dmgtr )' c:aal>iliz.tr hs expectati\'as.. No basta, no acab:t por ser sufícil·ntt: para la economía, (jUC los quen:ro..·s de las personas adyuicran la form:t Jc la (<preferencia», la forma del dinero. 1~s nccc:;ario, adl·m:ís dl· o.. neo llltrar la mant·ra lk contrul:tr el c:tr:ícter de lo simb•)licn supuesto pur llJ dinerario, poner t'n :1cto di~pl>l'itivo¡¡ <.¡uc fWrmitan orientar la~ prnistoncs Jc bs person.ts. Jo:n l"Sle rango, en el abanico que Y:l de b cstabili%:~ci{m aimbólicr)-monc.:l.uia, a la :tdmimsrrnctún de bs (;)',:¡x:ctati,·as c.k b ~ntc, se muc\'cll loR dc~>arrollos t¡uc circundan al núcko bñsico dt: las tcur\,\s eCOI'<'>mica.'\, es dectr, la~ polític.ls cconúmicas. Tiene r;l:t.r'¡n l layek cuaml<1sci'tal.\ t¡uc un probkm:t rn.1vr 1r cuan do se trat;l dt• ¡x·us 1r un orden a partir de cntidalks dispers-as, radie;\ l'll d cac:ícter finito }' limitado del conoctmÍI:nlo qur.. pusccn la~ nusm,ls. ¿Cr'11no c•m~ truir un cr 1smns rcspc.;t:~ndo, hacit·ndc 1st· carg11 dt.· esa finitud) hmJtacir'lll? ¿Cómo imaginar un orden social cst~tbk , pacifico yuc, sit,ruienJo la consigna Jc l< ls filó$( >fi>s, ,·ca a los he •mbtttt «t.'ll como rc.llmc:ntt )i( >ll», r no k~ exija alY.tnJon:trsc a t:Í mismos~ Que t'S .lk.ln:t.'\bk Ul'l.'\ snluciún tJUc rc:;pctc e~ tos criterio!', c..;, 1111 duJ.t. la apuc:;t;\ del merc:tdo. su ofcrt:1 }' su gr.1n scJuccic'm El núcl~o de la lt.'OtÍ;\, la consrrucciún de las cun·:ts <k oferta r clemanda, :1untd 1:- :1 la tl'Ot'Ía de la pn.:fercnaa re\ ciad:., constítu~·cn "" mcx.leh 1, una c~pecie de pagar~ que, tn términ< 1s Je Jru me, accr•.tn al idl·:ll, lo mantR·ncn como presente v refueoan nuestro débil Cumprnmisn par:1 cnn él. Las políticas ccc;n,)mic:.:;, t·n cambiu, ft'<ll'rl't'd0111 IIJ (./;fJk(.

ru

ll\1. N:ynt~ TroliiJ GmtnH df fu Orltfwdrlll. d /Jrtrm.r :'! /Jmt'l<l, uf•. al.• p. H~.

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La casa tomada 1

li%nn una forma concreta de gnbcrnnbiliJad -la adminil>tración de Ins expectativas- gw.: en t:mto la lin.tlidad st' nlcanzn, prcpnran su adn~nimicnro. Pcn.1 el funcionamicnw eficaz de t·~tns úlrimas ret¡uicrc t fUl' las cxpcct:uiY:\s ~can :tdministrnbl<:8: que pue<bn adquirir ella~ también, comn h1s prcrcrcncia~, In fnrma del d inero, y <JU<: la crmducta de In~ indi,·iduu:~ esté lfccÜ\':tmc.:ntl' ,·inculada con elbs; qu~ las expectativas, y no sólo la:~ prc:futncias t>tn m~s, constituyM un motivo -y fuerte, tanto ce 1tnO :lntcs se concibiú al interés- para la acciún. ¿Cómo logrnr que l:lS cxpt:Ctati\':lS seno algn m:mttablc cconómicaml-ntl.' toda vez que lc>S suc1ios, t'l'pcr:\1\Z:lS, bs ilus11mt:s y delirioc; de los hnmbrcl- pM<.:ccn o;Ícmpn.: nnculados :1 l.l tt'tltaciún de abandonar, ~aemprc a punto dt: dtsboca~c. de dqan;e llcntr a lo ficcional u onírico? 1..1 chwl.' r.tdtCó\ cn cc,luc:u a lo:.: llldl\·iduos t;O la dccepciún, la Ul~!,'l.niJad, m 1:\ conctc.:ncta plena Jc la am~na:-:a d<.· muerte y (.':-clusic'm t¡uc btc <."l\ J,' f111.f(,llllll; "Jlll vi\·.1n l'tl un presente sign:tdo por la crucialidad, lJUl' l'~tcn, htt·r,tlnwtltt', a b cxpt·ct:tti,·a para t¡ue bs ~xpcctau\·as pll(.'<.l.ln fungn· como mec.tni~mo~ de ctx)t:dinacíc'm soci:tl. ¡\ fin Jc que la mmm in\'ittiblc cumpla su funcic'n1, se rcyuicr~ yue los hombres, c.:xpcctantet', sc;ttt rodeado:; por un ambiente de eat:Ístrofc Cl'rcana, puc11, como :~cñal:t .Ji.ingcr, en l'!m situaciún no podrán m:ls que quedar enccn·ados en el pre~tntc: 1.a mirada puede, m;Ís ad y m:í~ aiH de.: las cat:í~trofc~. dirigir~c al futuro y pm:Je pensar en los c:untnns yuc conducen allí -rx·rn en :;us n:mnlino:; ~ubicrna d presc.:nte.As

(tGc;bi.crna el prc:;t·ntl'''• el prt::\.·nre yut· P.''bi1. rn.1. Tal c.:s b socialidad, la gobcrnabiltdad qU<: los d•spn.;itin •s cm¡x:1\ados en salvar d abismo del met'C:ldo, :JC:lOOO por lffiJ" •ncr

tSahda y voz? El m<.-n:ado permitiría que el bien ce >mÚn se produjera a parttr de las eJccciom:s indi,·iduales, fullCtfln,\mh 1 cr offill disposÍtÍ\'0 autom:\t1co de distriuuci/m dl.· recursos, gnnuui;,"ndo. cun b:tsc en el punto de

equilibrio, b asign:tciún óptima. Sin cmbnrgo, ~¡ st: lec con cui<.l:lJn el moddo, ~e :~e l:l1 1:• ~uent:t de que en \'crcbd no :;e re:tli%n ningún pasn de la nccum •n~ll\·1du~l a la interacciún, en ,·ista de yuc el contacto se da entre.: SUJeto y .s•stcma de precio$, las leyes de h of~rca y ~:\ <.kmanda, pt:ro en ntngun momento Ja compcttncía con8istc <.'11 d mtercambtll entre lo~ indi,-iduos, 1.'11 d enfrenramicnto de los unos con l~:s otro:; El ~u jeto pc:rmanccc encerrado sin que el orden r<.-sult:lnte u~pltc¡uc ~arn él ninguna clase de intt:nmujctiYidaJ. En lug;u de l'SL'l ulllm.'l ~olo har mrerm.:Jiaoún. E!:lo ocurre, <."11 bU(:na medida, pon.1ue 1:1 constwcción de sujeto que :;e pmponc implica indl\'lduo." stlcnctusos. • Hl ~cto dt• mrercam~~r en d mercado de onlioario requen.áa no solo ccsenakS~•, ~o~no tambJCn un c''llltgn li~stico <-s¡x:cific, 1 sobre c1 cual n·ndl·d, •n:s )' ce 'mpradc )res pud•cmn tW>nlar su intl'r.tct.1 ,·111 • ;\ca bamns dt· dl.C ir sin <.mbargn, yue t."'l la tcotÜ mercantil no hay cont:tcto e•~trt· l.t:; pc:r~onas !lino úmcamcntc: íntc.:rmediaciún a tr.wL·~ d<.· los ~rcc~r 18, pe >r 1<1 c¡ue In nc:Ct'l'iJad dd h.tbla t.'l.l n:z pudícn eliminar:;c.: al tntcnc.)r dd con~tt·uctn tcc'>ric~.~o ~-llo no _obstan ti.', parece difit::il c..¡uc la doctnn.l m:u_neng:t ~u 1 crustmt!Jtud dtbu¡ando indiYiduos siempre: callado:;, h.'1btdll c.:ut·•.lta d~ l.ts conseeuc.:ncins (1ue para la ,.¡da de la:; persc 111.\S ttenm los l:llll)s sistcm:ltic(JS dd mercado. Se lbrc esto~ últimos, por pom:r ~c)lo un cj<.mplo, Ke}'llt8 cita a J Jomb.~on l.)Utcn observa <.JUl.' puede haber unn utilizacic'ln indebida dd ahorro c.:n la $OCÍt·dad y los dl:cto:~ <.¡uc de dio st dt·twarian: Nuestru prn~)sito ~ dcmmtrar que ~tas conclusiuncs no son sostenible~. que: es posible un tit:r<.:icio indebido del hábito del ~rrn ~ y~ e~cn empobrece a la comunidad, deja sin ocupaCuJn a tub.\J.ltkm.-s, abate los Sll.uios y c..-sparcc pur toJo c.:1 mundo c.:omc:rci:tl <.~a md.tncolía y postración qu<· c;c conoce.: con el nombre Jc dcprcs•Ón Je lns ot-gocios."

1., melancolía y postr.1ctón yut· pco<..lucc una crisis cconómtc:t harán~~ las JX'tSCI!l:\S SC :lJUSlCil nJ sujeto CCOilÓOÚCO yuc.: los h abita)' ONHmucn gwmbndo NllenctcJ? Qu<: la cue$tÍÓn <..le la protesta, )a

118 Li.rn~t j u11gcr, «..~hrc b l.ínc:w, t'l\ l~rnst ]imgcr y 1\l.trlln 1lcideggcr,., lmt'u dd ,'\;'thtúmlo, la t'dtctún, Esp:tfí.t. l'mdú~. l<)IJ-4, fl· 1(¡,

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La casa tomada 1

queja, el<.kscnntcnto por Jus re~ultaJot~ a menudo cat~~tróficos de la opernciún mercan lit, no hll)':l ~ido objetv de atenc1on .<ktn.ll~d.a por h teoría, es algo <.JUC Jl:lma b :ltcnci~·m toda n:z q~c la tmposlbtlidaJ de un funcionamiento mullido, lnciUJ'C:Ilte, uniYer.>al, se encuentra en d centro mismo de In cnn~truccicÍn del mercado. 1.a optimalidad 1.Jc 1.1 di~tribuci\m ~uponc <JUl.' In~ ineficientes s~an eliminados. ¿Qu~ ocurre con dk,:;? l'odrÍ.\ ~JUI:t:Í adelantarse 1~ 1dea de qul no hay unn sino mucho~ mcr<:.u..Jw, d<. tal sucr~c qu~ qutcn fucs~ c:xcluiJo Jc uno fnrmam parte de OW> aunque cstc fuem, por as1 decir. Je segundo nivel. De toOtl$ mod""• Jl" tuml:~o en tu~~>., de t."Scalún l.,1 ~ún, a lo la~u <.k 1:\s cta(ló\S de b caíJ:t. all-,'U1CO tendría que Sto~ excluido: ht bús\lu<.<.b )' el encuentro de ni~os no PUC:dc ser inftnita pon¡oc la Y id:~ de le,~ he ,mhn.:s 111 • le, t:~ \ a ello habria que agrcg.tr 4uc s~o.·rían necc:~ario:- t.unh1~11 mt:~cados d~ futuros que ab::trcaran tod:ts las mercanci.\:;, par;~ ~uc pud1er.1 rntutrsc al mt:no~ una real uoí"ersalidad de lo mcrc:m11l. Es posible que la apoda en rdaciéln a <-JLIC lo óptimo, en e_l ml·rcado, no es ni puede ~cr lo uni\'er:~al, nn afecte en dcmas1:1 a b seducción ml.·rcantil. en b m<.'l.lid:l. en l.jUC In misma aconrt:zc:t l"ll un ce ,ntcxtc, cultural para el qut: es u~ual con~:~idcr:u l)Ut: la inclu~IÚn de todos, t:n cualyuier :imbito, taene cont~ecucncias caútic;\s. La formación contcmporán~ de esferas sociales cxcluy~1~tcs -tema <.¡uc a~)r­ daremo~ t:n el capítulo cuatro <.'~ una rl·acc1nn al acccsc, masl,.<., <.¡ue es concebido, en gcm:r•ll, com" dcsr>rdcn. ~i toJo~ p~cdn1 entrar a algo, se supone, Sl' pie1·dcn lo11 p:mímetm~. lus crttenc 1S n.:ctores, incluso bs j<.·r.1n.¡uí:~s. . También es probabk que, :\lllt: b ap;\rt.:ntc :\uscnct:t de economías altunativ.ls a l::t mcrc:lntll, un;l :-uc.:rrc de ~crcali::;mol) resignado cobborc ~'acallar lo que, <k otru modo, <.lc.:\·c:odria pmtt:sta cnn~nua. J~ t.'"$:1. torudi.da.J :;e ~-presa, pt 1r cj1.:mplo.. d tcúrico R.-.dhak"VIshan Nayac: «La idt.ooa centcal de la actu;tl discu~ió•~ J<.'fltro d~ b_ i:r.~t:nl.t occidental es ci)mo sobrc,·i,·ir dl.ntr'c, dl.· un :;cstc:m.'l caprtahsta ltlx:ral ahora asumiJo como un h<.•che»>."' :\nte tal t(..'~llura ,·ak b pena n:cord:u do:; observaciones t:n tumo a] ~<n:ah~mo» ht:chas t'11 nll-,>Ún lugar

'"' C1t1dn pur Scym<Jul" :\l,¡rton L1p~~~• .,¡..¡n I.'Xi~tc llfl tl.'r~l!: C:I~)WHl: un.t po:~ .:omp.or:IIÍ\·,0 de la i7.<JUII.'I'll.ll', Rmo/<1 Mt~Yo!JIIIJ dt .\Ot71J/t!f.t.J. i\l~·xtC<I, Ano 1.111. 1\"o. 2 (.lhril. jumo de 19') 1). p. ;!.}(,,

¡xcti,,¡

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por Sartre. Pl'itnCt\1, (.jUl.' el rt:alista e,·alúa sus acciones colocándose siempre tlesdc d punto de \'ista tld remoto futuro: sus acros st: justific.m por que aun'"fll<.' part::t.can hur inaceptables, mostrar.ln su bonJad alkndc el ti~mpn -en nuestm ca.~o. d funcionamiento iJcal dd ffil'fCldo puro ~e alcnn7ar:\ .111-;ún día. Y scgunJo, que en 'ill prctL'IlSiún dt: somett·rse :\ los «.hedtoSrl t l,tiiZ<lun procc~u subrepticio de sekcción: pues lambién In r<.:~ldía, la , ·oluntnd J~· no rc:.~onaci•'>n frente al mundo, son hechos que mregr.111 ,\ l.t \11\.:t~·d.td 1 l<l:; 11ldivirn.1os, pero CJU~ no forman p:ute tk lo qu~ el r".lll,tl Cllll\ldcn d conrcn,Jo Jc lo uaJ o. Pero lo~ ~'Connm,,tas mismos contarían con un :lfb'Wlll"lltu t"Ucrl<.· no ~úlo p.lr.t pl\:..cirn.lir Jt: la n:flcü'm pmfunda en tomo al ckscontcnto soci;tl frenlc ;ti mt:rc:t<~•. sino para pustula.r que, a fin de cucnt:ll>, 1~b pmtL,I.I 'l tÍ.l c·c •llll.lJ"' duct.nll' lO b n\lJ1da t:n lJOC de l.1 m1sma Jem·:t· m b pm: ~t.t Ul .u:to, Jc: ll1tlhd,,..,,, regb~ yuc ob(.d<•CJl'r,m ,\ paut.\s dí ... tm · bs J<·l.1pn 'Pu ¡,·,gica mt:rc,\ntll. ( .uak¡uicr Ctlfljunto, dt· nornu. . dctenn• nadas por una autMidad n poJcr, si~1íficaría ~Jllc los hombn:s no po· drbn ya pe1sc.:guir irs·cstrictamcntl' su propio in ter~~. sino 1.¡uc Jebt:rian somctl-rsc a b \u)unr:td Je algún otro. l~sto en primer lugar r~sultarb indici<:ntl'. nin¡._"''" su¡ctt, podría totalizar el wnocimi~.:nto Jc lo <.JUe convicnt.: a todos --<:umo hemos \'ÍSto tal es la posición <.le Hayck-, y pur lo tanto mucholl recursos, mucho conocimiento de oportuni<.laJ indiviJual, seria Jesp<. rdu:tndc '· 1~n segundo lupr, m:\s importante aún, no se cumpliría ~·a la Cllll~tgnn hrtdtJIJI lo Clwitt l)liC resume 1.1 oferta dl· la st:ducción m l. rc:uHtl. La ún ica solucic'm freMl' a los probkma~ <.ld mercado sería más mercaJc' J..a con~ccuencin de adoptar aliJfJIJIO tl"OI/OIIIim.r como :~ujctc1 Jc la fl·oiÍ,l e~ con~idcr:tr que ux.l:t..; las regla$ -incluso ):t!; propiamet1 ll. econc'lmicas como h rcgl:un<."Ilt:tción ofic1.tl <.le l'l circullciun monctnci.1- tienen, a fin Jc cu<.'llt.'ls., un caráctl.'f n:strictinJ. El cncantami<.·nt• • llll'l(\ \lliÍI tiene.: un laJo anarquista: r<.·cu.:;,\ tolla n:gh1 u autmid.1d Pero, e~ >tno hc:mos \'tsto, se trata de un ;mantuismo p<.'(;llliar. deccpcionnJu, c:n el qut: se busc:1 qu<: los humbn.oos abandonl."1l h:'lst.l l:l t:s¡x•·anza de sUf1':r:tr sus limitaciones y su pn:s~nll.·: lJUc abando>nC.:I1 h;\St;l SU tt'lll:u.:ie"m de abandnn:tr -aunque para ello $U~ ,tcsc.:os tcn¡.pn yut: adoptar b forma tic la pcrfcrcncia v d marCtJ del dilll'fl '· ¿ (•:J h~:chc 1 tni~lll< l dL' h:tbJ:u significará)':\ de p~)f" sÍ d anhdr¡ ,ll· dejar de ser lD yut: ~e e~? En f.ll caso. el silencio ljtH.: propo 111t: el mt·n·adn ndquariria pk·n¡¡ ~L·nttd11.

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ArnDT en el extranjero

La casa tomada 1

Cuando no se puede hablar y ~e <.·~tá en dc~acucrdo con algo, ¿c¡ué hacer? Pwbabkmcnlc la única orción ~(.'{\ ir1'e. El individw) económico, solo encerrado en sí, separado de wdo~ lm demá~, callado, carece sin cmbarg<l Jc distancia, está copado por la forma formal de la l~ti.lidad, del presente sin resquicios. No tiene dónoc ir porque todo~ lo~ s11tos sm1 el mismo espacio. l Jama la atención en tal cnntcx.to, lJUC 1\.lbcrt O. Ilirschman nombre como salida - la ncgati\'a a ~cgutr con~umtenJo un bien- al mecanismo de cortccdón y ajuste regulador por cxcdcncia en la esfera dd mercado. La idea es simple:

Lo¡.; indÍ\'Íduo:> y d 1n(Tcado mismo, en d espacio en í.JllC todo (.'S presencia, tendrán a la renuncia, a la saliJa -en el st·ntido de reacomodo que acabamos de comentar- como m<:cani~mo de aju~ ­ tc. 1•:1 con~umidor, si los precio:; son alto:;, se retirará: lo mismo t¡uc el productor, si los lK·neficios son pocos y grandes lus co~to~. dejad de pmducir. l•:n ambo::; c:tsoR ocurrt' un «abandono». La magia dt· Ll teoría del mercado está asociada a dich:1 sítuncíé~n. Prccisamcnt(; el dispmiti\'o de salida asc~urnría b asih>t1acic)n <>prima de los recurso:;. Pero Jlir:;chman observa que. si las po!'ibilidadcs dc salida Sl' restón~cn, sí no hay productos .lltemntivo::; a los cuales recurrir -o si el mínimo gesto Jc huida puede llc,·ar a la exclusión, agrcgariamo:; nol'nt n >S-cflfllncc:; probabkmentc emeq.,>er~ la nn: los consu midore:; se ~JUCJacin o hanín n-cl,tmacion<.."s a los pro\·eedorés.9 ' ( >bscr\'ctn• 1s do:; cul"stioncs. Primera, la posibilidad de ejercer la ,-m~ dept:nde de CJUe exista una t:sfcra de lo político capaz de rccupt:r:tr, dl' sostmcr la e:.istencia l.'ocial dd indi,·iduo yuc, por alguna razón, ha dejado de ser significativo p:tra el mercado (por ejemplo, los trabnjadorcs <.kscmpleados que han sido purgado:; por h oferta y la den1:mda, podrían continuar siendo ~ujctos sociales en algún ~cnlÍ­ do, si hubie~e una n:d protectora política <}UC lo:; dctm·icra en su caída al abismo de lo excluido). Y scgunda, ~1ue a partir del silencio y el hnbln, aparentemente comenzarían a c:;cindír:>e, a distinguir,;c, dos reino~ :tlltr'nlo mos dd mundo: b economía (ámbitolk' la ::;alida) y la pnlirica (<.·spacio de la mz). Desde e$t:l pcrspt·ctiva hín;chmam:tna, para cada c~fcra su contrarie 1 SL'CÍ:l nccc.:sarin. Para la t.'CI momia, por<.JUC rc:<.Juc:riría un c~pa­ cio pcriféncc 1 :H l':' c..¡lK' l.t rl'ttrada ha de tener algún lado hacta el cual dirigirst· -y c..·monc<.·s la voz nn di:;oh·cóa al sujt.·tu ccuntJinico con su Rilcncto. '\lllo 'jllt' :>t.· ría arribuíJ:1 :1 o tra entidad di fcrcntc, pt:rtc:nt.' cicntc a l)fr:l dimcnsit'm. Para b política, fXlflJUC sí nadie.: rudtera c:tllars<.· e in-e (hecho que implica la conducta ccrmí,mica por C'I:C<'· lcncia) y no se tm·icra más opción que hablar, no súlo habria ~U(:

A4,runos clientes dejan de comprar lns produclu" de la cmpresa o al:.,>ut1os micmbn •s aba mi< 'll.:lll el ''.r~am~m< •: ~:'ta es la opctón de salida. En C<Htsecucncta, los tngrcsos bapn, el número de mil!mbros Jisminuvc, y la admioislrncíún se YC obligaJa a bm;car mantr.l~ <.k corregir la:~ falt:ls <.¡uc hayan llevado a esta salid:t.q 1 ·Oué puede o.;ignilicar la pabhr.l <<:;ali~hv' t:tl un espacio toli1lmcntc lleno? e.... . . r· .Más c¡uc de salida hnbda •¡uc h.1blar ,lllllÍ de tcacomodo o corrnntcnto. ·.n la huida del mercado nunca ha~' d movimiento de dcíar atrils y cerrar h puerta. 1~\ ámbito de: la utiliJ:~d jam~" (¡ucda \'crdader:t~entc a nuestras espaldas. L~na imag<.·n cutcra sería la d~.: un barco Ll~lc rc_:altza ¡;¡ms bruscos. a golpe de timon, en medio dd <>céano. No se .podn,1atu:mar, s~n cmbargo, 4ue el mm imicnto de aba11donu del comlnnrdor romt1tuva ~tmpkm.cnr( una ilu<>ÍÓn, un espejismo. Las retirada~ y \'Oiama:tO!' dados por cada m<.h\'Íduo l'nccrrado en sí mí~ m< 1 rcpn.·,cnt,\n much1 1 para él, n< 1 ~( 111 un juq~o tnvial. P<Wl captar la rclc,·ancia, d c:ll'lCtl't c.\:-.r de~~ lbrc:\'ln-ncta de la ..;ah· da, es ncccsan< 1 n:n1rdar I.{UC lt > mcrcant ti pt< K-luce un C< 1:;m1 1s o 1mo re~ul­ tndo de la ~'Uilla dl" las a.arv:-~s Jc uttl~~,bd nll.lr\'aduaks. I..'S Jt:cir, d orden c... un prmm'<ho ljUC no cxdu~ e la f't'"'hiltdaJ de la ruin:\ p;ua In~ parti~'ip~~­ tes consiJrraJn.; uno a unn , \umJU<: l'O ngnr no pueda 01\.,·ersc, clmdiYtduo tlCtlC cntoncc~ ()\le cambiar xu po!-ICtÚn par.t m.tnttncrsc en d mercado. Tít.-o<: que «tts<.~> para quedarse. lln miedo difuso se pcteilx: l'fl. h.-. rccolocaciom:s: l¡uicn no sepa ju..,•:tr }' 1Uí'gilr adccu:tdamcme las sahdas podtÍa cnfrentar~c a un :tbamlono, ese sí. radical: la exclusión. Albtrt O. 1hrsdtman, Julula. l '0\..)' Lccil/tld, !:1 nltnt'•n, .il U•xtco, l•o ndo tk Cultura Ecnnómu:.t, 1977, p. l.t.. 'll

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'l:! ,\unquc l.t dltiO:.:II.:.a )' t.~>mhuoH.untento~ mutuo~ entre s.1htiJ y \O:t Sflll cwn plcjr,.~, como In n•1 """< <· d llll5mu .tutor de S<Júda, 1 ót yI .J.'.Ú/<.~,/.11 t·x.lmsn.lr lt <'.Htl.1 del ~lun 1 dt• [k!'\ín: Sllu.lcibn ~s~,, el\ que l,¡ posibtlulad incr<mcntada de ~alida al

l'·tn·u·r oc.tsionó un aup,c de !.1 vo;,. Cfi: .\lhert O. Htrsch m.1n .. •.S.tlid.t., vn7. y t·l ll<·~tmo de- l,1 R!)J\: un cn~.t)'O de h tston,, r,;onceptual», Tflldmaa>· .rl/1/{}jlfl•tt'l)llrl.i, l.t rtli~:tlul, M¡:xia:c•, l•ondo dt" Cuhur::t Económica, 1996, pp. IS-15.

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Amar en el e)(tranjero

l.a<:asa tomada 1

organizar los turnos para evitar el dc¡;ordcn, $Írto t)U~ d ruido ensordecedor oblígnría a reglnmcntnr ab~olutamcntc todas las palabras. El dominio incontcstado d~ alguno de los contrarios daría lugar a patologins L'Spccífic~\S. Por d lndc> de la economía. se asistiría a la producciún y difusión de <.iispositin>S m.·llarnctltc sustitutÍn>s de la YOZ (funciún 1.1Uc cumplen, ~ui;d, los medíos mas!\·< 1s de comunicación). Por parte de la política ocurrilían fenómenos de <.·xpul:üón, aislamcnto o silcnciamiento obligatorios.llirschman constata: «cuanJo la salida es imposible o impensable. generalmentt: se toman decisiones (...) para expulsar o incomunicar al miembm md~Vitlual en ciertas ciccunstancias».'11 ¿Es esta una dcscripcic'.n adecuada de la relación .:ntrc cconumia y política, t(:rna enigm:íticn si lo:~ hay? En nm·stL'o tiempo hemos asistido al t1orecimiento de ambas patología::; símuháncamcnte, sin que en tÚn~llll caso la ccon1 1mía y la política se hubieran nulilicado entre sí. .Elle) 'k-hería nlert:J.rnm, lJUÍi':Í, :Lccrca de '-)Ue nn c:H:tnlos ante un problema de administr:tci{m. d e dosificaci1Ín: no se trata de encontrar b proporción correcta entre econonúa y política. sino de indagar las condiciom·s <.¡Ut.' hacefl po:oiblc que los do~ ámbitos desarrolk·n mccani~mo~ diri1-.,>idos :\ acotar, a encerrar a los indiYíduo~ en formas c~pccífica~ de sujctamicnto. En cualquier caso, lo impor·· tantc :t~uí es yuc la propuesta lmschmaníana dt· la salida y la voz, nos da pistas respecto a la seduccí{m Jd mercado: entre l)tras rawncl:'., lo mercantil encanta por<..JUC su existencia par~.·cc g:u:mtizar la posibilidad de <.¡ue en el c:ntr:un:tdo ~ocíal haya la posibilidad de callarse e irse. Pero al llamar «salida» al disp1 1sitivo de ajusre mercantil. ¿nu est~trá 1-Iir:;chman, y con él la propia tcnrÍ:t económica, <:scuchando, incluso sin :;;abct·lo, n;sonancias lk ntr:1s palabras apart·ntl·mentc lejanas? ¿No habrá en todo esto d ceo de una salida m:ís fundamental, más cscncÍ;ll, cuya sombra ~t prnrccta en bs rcti•·:tdas sin retirada de los indtviJuns cconómtcc •s? ¿C uál será la rdacic'm del Esch de 1 lcrmann Broch -el (jUC t]uicrc salir, d yue se sacrificn solo, el t¡uc desea dctt·ncr los cuchillos, d <.]U<: d1:scubrc que lo (]Uc traba al mundn en su can$, en su desorden, t•t: el silencio de los muertos, ello~. yue son más fucrtcs que rodos- cuál será decimos, b relación de

E~ch con el mundo de la presencia llena dd mercado? ¿Y ~ué similitmks profundas laten entre Cl\c personaje y d cnráctcr de la salida de los índi,·iduos económico¡¡ -<1uc nunc:J. pueden realmente marchar-, cuando vemos a Esch t~:ntado por un abandono <.)Ue es m:ís bien un dc$eo de qul-d:use, de pcrmanc.:ccr? Hl gran hiato entn; d fin bu~cado por el anarquista brochiano y el orden pn ¡pugnado por el mercado, radica en 1.1uc par:1 el ptimcro su rcbclic'>n es también una rccu~ación y denuncia de la forma-formal. dd cncbustramiento de h\ huida misma t•n todo modelo, en cualquier Cf)digo. Y sin embargo, en b imposibilid:td del pcrsonaíe literarit • de Brnch para escapar realmente, para lograr una salida <.JUC sea algo m:\s <..JUC una Yucha en el desierto, ¿no cabri:l rastrear un inesperado parentesco de l•:sch con el habitanre del mercado, un jut>go infinito de espejos cntr<: la anar<.1uía y lo mercantil? Y si tal fuera d caso, ¿cuál de los dos ñmbitos produce la resonancia primera? ¿quién hace vibrar a 'luién? Para t.¡uc la salida sea productiva en el sentid1, de dar lugar al orden de distribución óptima prometido por 1;\ mann im·isiblc. se: reguien: ~o¡uc d abandono se ajuste a determinados parámetro:;, <-JUC el desct• Jc\'enga preferencia y la esperanza cxpectntiYa. 'Ii1dn suei1n puede ser pcrlleguido sicmp1·c y cuando pmea In f( n·ma adccu:1<.b índcpcndit:ntcmente de ~u CIJt\tenidu. Tal es la esencia de la gubernabilidad lJUe nos propum· el mercado.

93 A.IIH rt O. llir~chman,

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J"!idu, t ·,\. ~ Lealtad. op. á/., p. 7H.

Admrnistración de la conduda Una gobcrnahilidad sin la institución f,'l.lbcrnamental. El mercado ~e propone como teoría del p;obicrno con tal Jc <..¡Uc no haya un aparan> de adminis1rací1'•n pública lllll' no.; moleste. Pam. la docltina mercantil la política apnn."(:<: sometida sicmpn: a una e\•aluación reprobatoria de acuerdo con supuestas característic:ls n:uuralcs de los hombn:s, H mejor, dd /)omo t'a/1/IJJIIiltt.r. Y ahí también hay ~educción, pUI:s nhora más tJUC nunca se cxticnc.lc: un des<.·ncanto y:< presente en la~ viejas posturas liberales, llllc concibieron sus daboraci(l11C~ como mecani~mo~ para limitar los poden:' cxceSI\'0~ del bstadll Es "'-"h'1.tramcntc rl )( l'~ta cxtcmión dd <k~aptgn, o 1.1mzá del hartazgo frl·ntc a la política, L1llc d discurso del mercado h:t tenido en los llltimt ·~ tiempo s una r:ípid:¡ pcnuración y voc:<do grandes adhesiones.

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Amar en el extranJero

la casa tomada 1

Para conc~;bir una gobernabilidad sin gobierno ct> nccesann suponer que en el fondo, preYiamt:nte a toda ínteracciún, hay una base dada, un proccm natural con tendencia a la. c:;tabilída<.l y al equilibrio. Pero más :&í de esto, el hecho es que la gobcrnabilidad mercantil St' apoya, nccc~ariamcnte, en la amcna%<\ }' en la efectividad de la exclusión. Véase al respecto la siguiente reflexión del economista Timothy D. L:me, ~esor c.Jel fondo Monetario Jntcrnaciunal, accrc::1 Je las condiciones que han de cubrirl'c pam <.JUC la «disciplina Jd merc;ldo» se realice en la pr:í.ctic.\:

c0nducm comn tal, no la pwblcmati~a, sino ~.iUl' ~e dirige: a un,1 cucs1iún distinta: n ~nbcr, a la gestión del comportamiento, a :>u cunnti ficacic'm y dosificnción. El probl<:ma centrnl c¡o; cuánto actunrán los individum y no cómo ICJ h:1.rán, dado c¡uc ~abemos <¡ue en cualquier c:.1so ~eguirán las líneas establccid.t~ por h ky de la dcm:mJ.1. ~k busca la máxima utiliJ::1d y el mínimo cc)st< \ ¿pcm cuánto se decidid en un caso concrdc ,? Si haran lo¡; precios d sujeto comprará más: ¿qu~ tan tu, cxact.'lmente, aumcntar:i su consum0? Esta dimcnsic'•n de b economía como tcorin dt: la adminístrnciún de la conducta. c¡w.:dn de manifieslo con cbriJad en d resumen t¡ue hace Petcr D. McCJdland del debate l'l'cÍentc cnt rl' keyncsianos y monctarist.'\s:

ue

La disciplina mercado sólo es cfectin 11i los p articipanres no CR-cn que el prestatario scrí:t rescatado <::n caso de w1a quiebra actual o probable. t•:sta comlictún para la disciplina Jd mercadct es crucial.''~

En cierto sentido, como ha l)bserY:ldo H< 1bt·rt 1lcilbruncr, el mercado no es o Ira ce )S:t ~uc una manera de conducirse de los indi,·iduc 1s. En la forma de un diálogo imab>inario ~xpt •ne el autt ,r en E/ (;._¡pitalúl7lo dd J<glo XXI: 'Pero, ¿qué es cst: mercado que hará tnlcl'l maravillas? Vamos a ver, ¿c¡uién lo dirige?' 'Bueno, no existe una cosa <.¡uc sea el m~rcadu', e:..plicamos. 'Es, 111 tmís ni menos, la mancr::1 comt • l'lC comportan . ··J~· las personas. N :tlK' l. 1o <.¡·tnge El mercado seria, t:tltonces, la conducta Jc los tmlt,·tduus cuando su:; des~os t icnt.·n la ft 1rma de preferencias y pueden saber yuc nadie vendt':i a n:sc:~.tarlo:; ¡¡j tom.'ln decisiones cqutvcx:adas. En ese marco el comport::1micnto es una Jisciplina, o, quiz:i, un autuJisciplinamiento. Pcw precisamente porque el horizonte del prcst.>tlH: único y J c la cxdusi•'m a p un to Jc darse son el d<>minio constituyente de lo mercantil, su supuesto necc:;arío.la economía, yuc tiene por objeto una cictta manera de conducJrsc, no rcOc-xiuna sobre e¡;a

~ Ttmoth}' D. J~me... M.1rkcr Di:.cipltnc.., IMI',

Jtú/f I'&J/>tli~ \·ol . .JO, ~o. 1 (mar· de 199:\), p. (~. 95 Ruhcrt 1lcilbront<r, Rl GilpítrJ/iJ111fl dtl .'iis,l~ XXJ, op. (1/., p. 2·t

70

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l..<,~ m11nctaristns alirman yuc

d deseo de mantener dinero inst:nsiblc a los cambios t'll l:t tasn d~

l'l1 caja ocioso t.'s interés (r a otros factores también); los k<:yncsÍ.\nos claman que el deseo de m:uucm:r dmero en caja ocioso es muy sensírinl a los cambtc 1s en la la~a de ínter~:;. (...) En el núclL'•> del dt:batc St' t•ncuentra una cucsti(m de hecho concerniente a In forma de re~pondcr de ciertos tomadun.::; Jc ckcisioncs: Cuando b~ t:~sas de interés caen, ¿In demanda por halanCl'S de diner<' en caja ocioso Sl' incrementa por mucho o por poco?''"

'1\.~<.la la polémica

cconc)mica actual tiene guc \'t.'! con cuestione¡; de conducta. Pero subraycmo~ no de la conducta t•n sí, sino propiamcntt· de su meJtda. Porque tanto Keyncs como la CEI'AL comu FrieJm:m, parten del po!Otul:tdo h:ísicu de guc los indi\·iduos actu:tcin siempre blt$C:tndo su propio beneficio y eligiendo la.~ mayon:s gananci.'ls r los menores co:;tos. Este punto de partid :~, situado en d núdc< ' mis m<> del pen~amien to econúmict '• jamás en pucsh > a di¡;cusión. A r.tÍ1. de es:t seguridad ínmutablc,los bandos podrían est:1r Jc nculTdo en 1..¡ue si d cu!ltet de po~cer dinero Jisminuyc, Ir,:' !ndividur ,s yw:rr:í.n !etll'r m:ís. Si b:tja la tasa de intcr~s sa('ar;Ín sus ah<,_ % Pcrcr D. \lt:Cidl:tnd, «.\ l;l)'lll.ltt':c <-;uidc tu tht• KeytlcH.ln-\lttnet;tri~t 1>1, pute», cn Y.tno~ .IU!Ort·~. lnlmdfl<'lfi~J ;\l..t<nlt.~JIIIIII'flo'l t<Jx;-!Jhi+. /tt'údlllt!• Úllllt'"'fOIU/)' l•fm•,, C. orncllllrun:r~tl)' Prc~,. IW!3, J'. '\t,

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AmN en el e)(trmtero

La casa tomada 1

. 1 nqlll· e~. .. bie.11, l"~CI'U e·cu:into ~:ro la pregunta eructa . 1 . rros dd );lllCO, P . . . . .. lin·mcicra~ pag:m mas la .. . . · ·t1rnrán? St las 111ttt1lucH>1lCs · , d cx.tctamenle re ·lu~ lleY·\rnn t< )dos o b'uar a• ·lh . .;u,; recursos, pero e · · JI gente cvara n c • s · · . . .·t.¡ .. implicnn csyuc• • :> L'\s respuestas postu cs r.in una parte en su c~~n. 'Jnu'c..,. st' ne) In llc' illl tcxlo, o si la 1

1• p<>hllca <::con< "' • · l. e tnas < ucn.:nlcs le t ncc~ h vdcJcldad dt: circu.. <.'S muv ~acosa, en u · · . porcton que ~tpart~n . . . ., . blc y el cuntrlll de L\ ltl tlacu'm por na !ación de la muncua st:rn 'ana monetaria falhr.l. d . o' l Je In cunduua niJ se ju<.~a L: umía como a mmtstract 1 • , a ~on • . » entendido como la cantidad de ¡, lS r<.·cursos qu<· solo en el «cuanto , t.f . • .. conoce <kan. ,·cr:ín si !'lliendo un estimulo cuya trece ton ::;e. :;e mo ~ g . 1 tambt~n el <<cuántoll en otro scnudo, a sabcr._cn temaoo. .s crucm · modificaciún mduoda . ' . _. D _ 1 d ·la ,-docidad de reacciém frente n n1~u~tn e e • . l 1e1 compo rtanucnto. 1•.1 econonust.l :J bcncflctos l en os costos o · fi . . J . a lo ttlJC él dc.:nomina w:1 . d G Tuc:rck expone este' re nen o:~e • , . •. <.1 • . << 1 '1 . , . . s imnortnntc en la mncrc >economt:tll, es ~;;ctr, e problema unten m a. . , .. d '¡ , bl' l'"'rl dt:rt:rminar la C< ntducl.1 1 tnm·as e pu te<, " papel d~ as exp<.'C ·. ico nominal . rc:a.l )' b rns•\ ce ut la yu~: dichas del fenomeno ~.onom b ' e·~ la información a mano conccr. ·e a u~tnn a cnm tos • expect:tt 1va~ ~ • 1 · • , . ? . •¡• ·rek subra}'a e1 otn > d d . tal<::s fcnnmcno!ln. uc · nit:ntc a la con ucta c . . . J la medida de b conducta, eje · tante rclactona n con elemento tmpnr • . . , h· . , ·abcr cuánto se actúa - la ·' l111C'\' no SO1O ,\} t¡UC :;, de la gesnon econu .' · · . - lt:l (se llcnl más dinero al _, .. · · · n)- s1nn con que.• r:tp1'- · • . . «lnsn uc 'anacto ' • be . 'le> ••l monto <.'neto. stno en que h:w <>uc ,;a r nu so> ... \);meo. p<:ro . . , .. . e tCI u:tl•l fL'CÍlx: L'llonc..:s la :o de tiempo). 1 ~1 ccprobkma ec<.>~tomt t i . • (>S uue\ a cnunct.tcton · • J c1 mts·me> 1u~.: ce k: esta 1

l)rimem ·uué deternuna la!i expcctMh·as dd púhlic•) sobre e, . 1 futuros') y seRUodo ¿con los hc:cht>S ccooónucos actua es o .. . 1 1. d.

. idc:z (el indi,·iduo) rc:Yi~a sus cxpcctatt' as a a uz d.t: que rnl?l,ro ..m:tcii>n concerniente al curs< 1 probable Jc tnuc\-a t 1' • • cho.'> ht.:<:hos?'.l8 · · L1~.: 1as· Fxpcctati,·as R.,. . l .uerck. :>ef:!Ult. · \ur d e. la• conicntc cconomtc:-. .. '

cionnlcs, asumid yue la nk·dic.la de b conduela, de suyo ~iempre determinada pur b bú:;LillCd::t dd m:íximo beneficio y cl mínimo cnsto, depcndc de las :tnticipaciones yuc hngan los inJi,·iuuu~ sobre el csrndo di.' lus pr<.·cio-: ' el mL·rcado en general. De ahí yuc.: b lnbl•r de In polilicn cconúmtc:t, <.:ntLmltdn como la pucst:t en :teto de b gobcrnabihdad mercantil. conl'ist:t cn proporcton.tr pacimctn•s estables, o •ll nwnos .tdccuaJos, p.tra la ti mnaciún Jl· las crccnct:ts Je los sujeto!!,)' <.n cstablcct·r di:•positi,·os p;trn yuc.· :;u lÍ<.'I'TlflO de r~:ac­ ción sea prcnsible, man<j:tblc. 91 '

( :u:1nto y qué l:tn dpic..lo se actuará -no Jo 'JUC se h:tr:Í. El ~abcr ((qué tanto)), en economía. puede signific:tr un pmgram.t cxunso de: ajustc o un fracaso. pero sobre todo, par.t las pcr.;onas esta difcn.·ncia en la c:tnrid.td Jc: In dccciún tndi\idual imolucr;t un.t pr:ktica Jisciplin,uin diferc.·nlc. Hn otws términos, la polémica es imp< Jrt<\n t<.• port¡ut.· cada una dt' l:ts cnrrientcs cconúnuca:; propondrá Utl.\ malll'r.1 di~ttnt:t t.lc disctpltnar o de disciplinarnos a nosutn>~ mismos. 1cxlo dcp<:ndc de los mnntos. <cf .:t !aren Je tmnsmurar b naturaleza humana no debe confundirse con la de manejnrlaH ha dicho f<t'ynes,H•• yui~:i el economista que c11n mayor lucidc% aprrhcndiú el carácter J~: administrncit'lll de la conducta supuesto por su disciplina. Claro <.¡ut· si el comportamicnto t:s mnn<.•jnblc, es poryuc d mercado y su tcorí.l primero In constituy~.·ron comn tal, aún cu;mJo cn b rarcn no S<' t.JUISÍcsc n:r otm cosa yue d l>pt.mrJc l.t •<naturaleza hum~lll:V>, e} el stmplc nb~cr­ var .1 lo:; hombrc.·s l(t,tl cumo realmcntc .;¡m>•. 1:n cu:tlyuier C<lSO, KC}nl~ fu<· Íll<."GUÍntco <:n un punto: <.11\a nsunci<'•n ~k- b ccont>mía com11 un.1 doctnna de In gnbcmabilidad. U autor de la J't·on:1 Gtn~­ ral de• /,¡ OmptMÓII, tllnlfrrr ¡ ti Oinc:ro, llame'> a su prtJpt:-t rdkxiem. det.IJctd·t :1 trar:tr •1dd ~llilcma econilmico en conjunto y Je lograc la ocup:-tciim (>prim:~ dt• todos los recursos del sistema», prccisamt.·ntc un <<ar!t pdcrico J<.• gobernao.. cnJ

Sobr<.· t~:t base, sobre !.1 ttlca de qu•.: la m:tteri:t. de yut.· lt:lt:tb.t c:ra d oficto de.· ditig1r la conn\'cncia social, Kcrncs criricú a las tcorí:ls cconc'>mtcas antcrinre~. 10 ' l •:spccíalmcotc :l los métodos ')') VC:.t~t". rn.i< .u.ld,Jntl' c·n l'lltc: mi~rno .:.tpítulo. 10u J.~!. 1-:l:~ nt's, 'J'rr1/'ÍII (,t'INIA rlf /,; Omp>~tUÍII, d Tnlri"ÓJ d T)mt'tll, op. ut., p. llll ]!,¡¡(,p. 301.

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Amar en el exrrantero

La casa tomada 1

matematizado:> CJUC !\C percibían :1 NÍ mi~mo~ como exacto~. 1iJ mayor defecto Jc h >~ cnfoquc~ <lpscudt>-matcmátíco ~ imhr\licos)> -como él les llamaba- dc análisis económico, fue creer t JllC existía uml ÍrH.lepcndcnci~l estricta entre los fac tores en juego. «llnn parte tk:ma~ íadn g rande d e la economía <1matcmática» reciente es una simple mixtura, tan í mprcci~a com o los supuestos urig1nal e~ ~¡uc h sustent.m, lllll' permite al autor perJcr dl· \'Íl-ta las complcjidadt·~ l' intcrJcpl'ndcncia.; Jd mundo real <:n un laberinto Je -;imbolos prcrencímn!( e im.'•tilcs1>, rt-'ffiata Kcyncs.w3 T~n cuntraposición,lo correcto no ,c,:ri:l proporcio nar un mecanismo o método de manipulación cic~a. S> O' 1 un c"qucma orJcn;¡Jo de ra:wnar snbrc problemas cnncn:to!t, c.¡uc permitiese ob tener conclusiones prcl\'io;ionak" \' fl:!ft'i:lf sobre lm prop1ns p:t">' !>1 fucu ncet-sario rccnnsidcr.u· las intcrdcpcnc.knct.t~ cnt re le" t~·nc'lmCnCI.;: como un .trlt':-311• l ~m· :lplicara y confiaf:l en su destrel'n: cct:stn es 1:\ uaturak:t.a Jd pensamiento cconómico1•, subrayad c..·cooomistn inglé~. Pero t•sta ,·isión de :m yuc.:hnccr come 1 h habilidad para atinar, co n pro cumciún cuidadosa, un inl!trumcnto o un reloj, estaba montada sobre la necesidad prtTia delt'llCI'Crtdc > como el diagrama de llujo, d esc..¡uema dd correcto funcionamiento o tonalidad que habtía de seguir d artc~an< 1 cn su t:H'l:a. 1,a ce >nstwcciún tk· lo m ercantil !:>ClÍa h tH 1rma a cumplir e inclu~~ 1 el criterio para e,·aluar la~ cap:1cídade~ dd practicante. i\1 gmdo de t )UC !;elÍa imaginable, al menos, una situación ..:n t]UC las rq.~las del mercado, dei:ttb~ a :;Í mismas, podrían re tlinr solas lo c..1ue d economista bul'lcarla alcanzar con dC'tcnida paciencia. El c<art<: práctico de gobcrnam scrin un dispnsttiw> $<:gundo, provi$Íonal y sobrepuesto. un suplemento temporal. en tanto :-.c.: ll<:~:tscn a formar las c<>nJicíom·:; pnrn la opl•mción autosuficit·nt<.· de b ofcr-

ta y In dcmnnda. «Si nue~tro~ controles centrales log r:1n t':>tablccer un \'olumcn g lobal d e pro ducción com.::;pundientc a la ocupación p lt'n:t tan npro~imntbmc ntc cumn sea posible, la tl:otÍa clá1'ica vuelve a cobrar fut·r:t:a de aquí en adelante», afirm:t Kt-rncs!''~ Hcsulla intcre:-;:mlt: que el kcrncsianismo, al tiempo yut· se asunw c1 l111e 1 diSJ)( ~~ iti\'O de gobcmabilidad, busque acrc.:cnHar Lls prl·n da:; de :;u St•dm·c¡c m .1 partir Je la oferta de su prop1a prm i~Jonalid.td o liupl<'mL·ntariedad. ~obre lo primero Kcynes no duda: cd ..ulC c..:ontrolcs cc.:ntr:-.lcs necesarios para alcanzar la. ocupaci<'m plena Jlc,·an consigo, por supuesto, un.1 Rr.ln parte de las funciones tradicionaks <.Id gobterno.••1u' Jlt'ru a b ,·cz. este copamiento de l.t gobcrnaciún por l.t c.:conomi.t est:uía 1ustificado como vía para lograr, prccisamcntt', los 1dcalcs Jc Ir_, mercantil:

tu:! -\lguw•~ L't.<tllomisu~ ,-..mt·Cllf"•roiiC'< •~ cnm¡).utt·n t'<•n ¡..:,.~,~<"' l1 luoon .t«'rca dd c.u:ictt'r Jt· '>U~ tt<>ri:l!l en m•> tlcxtnn.,,' uyu • ~lfrtu t'S d ~nbi..rnn \'C.Jse. p<>T ett'nl pi<.. d SlgllU.ntt r Írr~I~Hicl Jln'lnth 'uhd tk h;"n..mi.t '""· Dttu~!Jss c. ~ •rth: OCIIlU p.trte <.',.t'IK't.ll dt· un 1 polínc:~ tlr tks:>rrr,J~J e' l:t cn~1CtÚn tic ft_,rm.,, dt• ~·hu.·mu lfllte ('~tJhlt'Zt:.lll ~ .tphtfllt'fl dt'l'l.'l hn< tiC pr<>pl\'lf.tlf tfit:WIIfC•S. !\Ín cmb.ttgel, s:dtt'lllO~ lllll)' pex:n :<e>i>n · t:Úmo •l'rt'.lr IJkl' torm.t' tlt•~ohtc'rtl< •. 1'' ••qut·l.llllll'\.1 t·conomí.t políno.:.t (b nun~1 cil'nU.tt·t• •ne•lluC.l in<nntel<~ll.t1 .1ph\'.ul.1.11.1 p<•hnr.t) ~· h:1 emloc.1d., en J!,r.tn mc1hd.t .1 In~ E~1:1d•" Llllldo~ )' ••ttm P·""'' ,¡,.,,tlt••ll,¡d, ••· lln.lm·n·sit!.ltl dt• 111\'t >h¡;.u.:i•'•n :oprt·ml.llltc·, < "" •dt·l.lr 1.~> lcH m.~> ti~ ¡•• <IHt•tnn dt 1Tt ILt'l \tundo y dt· l.1 J:ur<Jp.t On,·nt,ll ... Dougl.1s, C. Notth, «El l),.,,.,npl'nn Econéumro .1 lo l:u~" tll'l Tit'lllf""'· .:n l!/ 'li111m'ltt 1:mmiiiJJoYI, \l(•xtt:< •, Fnnd0 tk ( :ulrur.1 E,·cono'lllliC.t, \ 'ol. I.XI. ~P. 2-t-t (octubrtdtciemhn: tit 1'JC>-t}. p. <,¡; l. ltU J..\·1. ¡..:t)'llt'~. lt·onol (,mm¡/,¡,.¡,, ( >r'llf'<ic1tÍI1. ,.¡ lutm:l'J d /JÍ/1!'10, op. 11/., p. 26-1.

...

138

micntr:t:.< d cnsanchamicnt<> de las funcion es lk gobierno, ljUe sup one h tnrea de ajustar b prupen si<'m a cem.sumir con el alic!Cntc para inrcrtir, parecerla a un p ublic is ta d d $Íp;l<J XI X o a un Ílt1ancíero no rtcamcricane, cnntt·mp• ,d m·e , un:~.límirnción espantosa al indi\·idualismo, yo bs ddic.:nd• '· por el contrario, tanto pon1uc ~(H1 d único medio pr:tcticabh.: de C\'Ítar la d estrucció n total de las formas econl>micas cxi~ tt·ntcs, como p< >r ser condición dd funcionamíc:n to :1 f, >r tunado dt· la iniciatiYa indi,·idual.lfJb 10 -' ~IJJt/, p. 3';:! . .F.st.t

fH<~VI~I"~·•Iid.td .unhuíd.1 a 1.1 pr"pt.t pr~>pu<''ta de IY>litu:.t

1-t <]Ut: col.tl><•r.tl.lpn ;tuldl.'tt'on dd l.'.lr:k ter supkrnl'lll,trtl•. pn:l'Cnllhhle en algún nH•mL'fltc. futurn. d, J.¡~ nK'tlid:t~ ¡:0 nc:rt tas de .tdtniOIStr.I<'IÍon de l.t ..:• ·nduct.l propURJUU.ls. fut· un.1 c.lt'.Kt<·rísfk.t ti<· mu. chos cntt><¡u<"~ l'l·yncsr.tno~ y n n ~Oln del fumLtd<>r de <.-s.t c"m<:ntc o <'>óhlo dt· dascu,.,ne<:une\n·uc"· f· ~ d l'.t~o de 11 tTl'. \l.en su t:t.tp.t mu:t.tl t..1¡n l.t dut'l.'~u'•n Jt luul l:rc.he.ch. :\1 lll~~'"s t·n principa", :;l'ñ.th t_~tc últuno, p• "lrí.t .:um:dn~t· t]ll<' JMI~('$ l.llteHl.uncnc.::lnos !'!..' dcs~:m·..h·•l'r.m sin 1.1 1'' •lttt.: 1 ,¡,. "su~tlhtÓ(lll dt· lmport.ICI< •m '" pn:c• •n1; "l.t, t'll " ' m .. multtt, pnr l.1 , ·¡ 1'.\1 . , P..d.-í.1 ,., •u<d>1r$t ,.11 lbstrac•o l.o l"'"hrhtlld dt· liUt: d 111\'d dt: ~.tl.lnt,.; se r~tluzo.:.1 l'll lo~ p.oi~cs meno' dt-sarr..u.,.¡..~ ll.ISt'.l t.'l•mpcns.tr 1:~:1s dit'crt'nt:l.ls dt: produo.:1ivid.1d lnm lo'>S p.lÍSc."S Ctntr.1ln;. l•.n t.tl ~UJ'llll~ln, un p.tís pndrí,¡ prt:scindtr tot.llmt:ntt· de ~us d<,rt:(ho~ lldu.1ncw' p1'otct:llln'~ Slcntprt• <Jlll' 1.1 h.1j.¡ dl' s.ll.trtn~ pt·rmit.l n·~.li'CIYSl' tlt• Llh pirdtd.t~ (jllt'L'II• • lr.u)!.t '''"'tgn 1 1,1$l'mpr~s.l~ mdustn.lle'·" ·~r l'\1 (R.nil Pn:h",·J1), lllf!.n torrt•' .t 1.1> 1dc.~, dt• f. eu;Pt\1. l'ruhknus de la Jmlu~rn. ¡(,·,,tO.:loiJ c•n 1.1;\mt;rll.l l.fttm.l>l, C:rt v,mo~ :tlltnre~. }IIMc'rlllfhio_)' Dett./11(){/Q, l.1 t:di..-iún, i\(c).l\:< '• h ondr, de ~~~m r.,·:,,,.·,mtc.t: Lt·o.:n~r.ts dc·l Trunesln: l·:conomtcr, :\.t.•. 38. I'Jl-il, p. ll í J. M. [...C)'IIt'S, ltllllú (H'IIi'IJI t/( la U mf>ti<YOJJ, t! l!Jim'•· }'el JJiJJI'tU, np. el/., p. \ ll econcuTHc.l, o tnC)Ur, cst.1 H'r<.>stmlhtud .1

!os

1 t e¡


la QU3 tomada 1

¿Rcsultn :;orprenucntc, cnwncc11, que In criticn contcmporá~cn n Kc\'nes uesdc la propia CCOO\)ll'lln, :~ubmyc que no e:; ncccsano n.:cu;rir b instituciún gubt:mmncntnl pnra lograr lo:- fines o ni menos el e< >rn:ct< 1 funcionamiento dd mercado; ~uc no hace.: faltl una duplicncic'1n de ¡, 1 económiw en 1() político; guc se puede prescindir de disposith·os que se pre~cnt:uon dlcHI mi:-mo::; cum() suplcmcntarim• o trJMitorios? 'tanto b Je Kcyne~ como otrns tcorins actuales son construcciones de la admini~traarn1 de b conducta. Sólo ~uc bs St.,ldas fonn;\.o; de di..<;Cipllnamicnto pr• >pu~ud:b. dif~<:n·n u1 cuanto a ~-us recurso:> instituciunak:s }' sus prácticas. En ningún oso se cu<:stton:l, p()r k, <k:m:l.o;, cómo .t.:-lu:u:ín lo~ indi\'Íduos, ~inu cuánto lo h.u:ín.

r:

Gestión de expectativas Ahora bien, ~i. como hc.:m<"Js l'l'1ial:14\o,l:ts teorías económicas son, entre otras cosns. doctrinru; de la gobcmnbllíJaJ, la Jilucidaciún del cacictc..:r de su t.ncantnmicnto ha de..· m~tr<:ar:;l· en b.~ proposicioncs que c..:nhc..:br:m en cuanto a In fortn.'\ Jc conducir la ce mvin:ncia ~ocia!. A decir del cconomist:L hrasilei\o Celso Furtado, el conjunto de aportaciones dd keyncsianismo puede ~e sumirse c~1 que dicha.~~~­ rrientc sentó la posibilidad de constnur una leona de b pohttc.1 económica apoyada c.:n mt >~..lclc•~ y u<.: c..·:xpresaban una concepción Ut' bs <(ccononÚ:t:l nacionalt:S>I ccJI'\lfl SI$\Clll:\S dcJtados de «c..:structura~ forrnnlcs>>: La construcción c..lc c!llo!l mcxlclos se hasa l'O una tipolo~a de Jos actCIS eo)nÚmtcos: el cc¡nsumn, d ahorro, b. inYcrsiún, la cxpocuciún, ¡,, tmp.,rr:~cit'n\, d P"h'V de impuesto~ etc. Se ndmitc que el Ct>mportamicnto de los dhocnt~ que prnct1C\n t.~os acto:- pucliC ser mOuíc.lo globalmente ~,e centros de dc.:dsiún ~uc <.:ulltC<~bn lol' circuitos monct:tno, 1 finanocr< '· ombt:uiu, f1sc;tl, ctc. u~

p. 3J..I-335. C.clso l•urt:td", ,iJ'r.tsn." tun.ch:.:ación y i\ltocwt;crwno". c·n V<lriO' .lutorc~, 141 GiJJf [¡¡fmi<I.ÍOIItll ¡· Id /lmt'lifu 1~1/IHu, l.\ <;dición. M~x1co. Funde• ut< Cultur:\ b :•• nómu::u, Lc~:tur.1~· del Trtml'SitC l:'.\:C.HIÓmk::o "'"'· 'l'i. 19~. p. IIH. IUú lbu/,

Yn h<.:mo~ obscn·ado, cu::lndo nos referimos a la au:;encia de.: tlll::l cot\ ccptunli:t.nciún c.:xplícit:1 del dinero en d núcleo mi:;mo de.: la teor!::t merc:tnril, yuc nn había nada <:n la tcorb de.: la urilidaJ, en b de la prcfct'CtlCÍa rc.:\C..:I:lda o c.:n h con~truccic'm 1-{t·m:ral de la ley de b dcm::tnda, que ntorgam un cat-:íctc.:r especifico al patrón de CLlmp:lt~u.:i/ul de In!! prc..:fc.:n.:nc1a:; indiYiduak~. Lo un:1.cionah, de los ~i~ll:'mas cconúmic.:us lJUl' Furt,\Jo d...:scubn: como nmbkt' en el pc.:ns~unil!nto l~rncsiano, súlo pucdc introducirse c..·n un pi~· 1 schrum!o o Jcri,·nc.!t> c1 1n rc.•s¡x·ctt >.1 b~ C::ltc.·gc •rías prirncras e< ,nsriturl·nKs dd mc.·rc.1d• ~ J.o que int~l<.~;t rt.~;tltar, sin emb:ugo. en n-lacióo al tl..'xto que acab:\ de Citarse, c.:s que tntmduce dos cona:ptos de b acción ccooómiC\, a dos nivck'l' c.lifcn:nte~ y con sendos sujctos: por un l:t<.lo b clase (k accione:; ~uc pt1ed<.11 :;c.·r rc.11i;-A'ld:ts por individuos y. pt.JT otTO. una acrivi· d:ul -mOUir glubalmmtc- r<.~crv:tda a un tipo espcoal de ¡¡ujctn, n saber, a los <«:c..:ntws de decisión••. Un ~ujcto se ha supcrpuc.:sto, pues, por sobre los tndÍ\'tc.luos conslrutJos por el mercado. Su teJos está dado, en el caso de Kcyncs, por la prosecución del pleno t:mplco; en d de Furtnuo y otros economu;tas al!< >eiadns .1la CFI':\1 ., por el afán de superar la~ ~<disparidac.Jcs estructurales)) entre c~ntro y periferia. Su existencia y actuaciún, ~\ todo C:t!lo, ~~~ tanto segundo ni"cl :uticul:tdo por snbn: l()s cimientos de b construcción mercantil, ha de cmp<:í1arsc en rcspct:tr y promo ,·er, hn~t:llh mdc sc:1 posible, h.~ regla.-; de conducta y bs motivacumc.·s del mctcadc ~ Su conducci•'m -~u <<arte pr:ictict, de.: g1 •ucrnam- c•Jnsts te en un influir, con sus dccisinm:s ccntmlc~, sobn: hs upcionc.•s de vend~d· II'L'S \ ' ce Hlsumidc }res. 1•:1 ctitt.:ti< >de su hacer, ~u padmctcc 1 de.· contrtl."tac•Ún, c.stnr:l dad•, pur ai¡.,>Una fc>rm:l c..lc bicnc.:sr:u llclimc.J·t en térmul• ·~ dd 'cx:abularu > l'Comimicc 1. Con ra;-.bn Jamc!l Buchanan C<>mcslt•'• en als-.-ún OlOITK.'tltu t¡uc muchos (.'Conomisu.o; Jcdtc,\J,,!\ ;1 pensar d ll'lll:\ dd «~.vmUO» se :Ú.'truuun en Jiscurric en t• 1r110 a u11 tdi-spot.\ lx'tlc\Oicntc» cuya conduce podría st."t descota pur .liJ.,IUI\:\ «funcion de hicnc~tnn...,. Sin duda el kc}'OCSL'llllSmu elaboró un discurso ¡usttfic.1Jor Jc.:l l·:llt:tdo o el <;obicrno como :;ujctrn; c..le la política l'Conúmtca, al lk'tnpo que cstablccu) b lt'Jgica de :;u acci:m. Pcm algo m:1s impOI't.tntc se.• jUt.:J.t:l en el fonc.ln, porque f...:c.:yncs y los discursos dc..•ri,·adc >S

W1

...

140

1041 C.f¡, J.llllt·~ 1\uch.man y ( ;coffr~-r Bn:no.m. //1(

R<'tMII o) R11lt'J,

o¡.. rit., p. 1U

1-41

..


hrtJT en el extr~o

La cua tomada 1

de él operan ~obre uno de lo~ f~·nc'1111eno~ yuc K\lrl Pnlnnyi cmlsidcró como d~: In:; m:ls nutabks en bs socicdadc~ mcrcnntilc~:

cuanta ~c:ntc se l't~plea, ~:u:ínto se gasta, cte. Si Je :1lgun:1 forma, la cconomta tk mercado pudil-ra funcionar ~k manera que :le tum:trnn Jectsiocll's a partir del nivd )')()tcncial de Jcmand,t, ~e productrian ntM bicm.-s y SCC\'ICIO:; V sega¡;-

d c•mlrol Jd si~tcma económico por parte dd nwrcaJn l"l> fumbmcntalmcntc impt.,rtantc p:tr:t 1.1 m~mt tete •n tu tal de la socictbJ· dkl ~~'tlitic.t n~a meno~ ~uc l.l :ulministrnción c..lc b snctnbd cnmo un .1dJunto del mu-.:.1dn En luh-ar Jc qm: b economía se incorpore n bs relaciones soctnks, •

i-stas se mcorpnmn al ~t.--tema cconomtco.

IU'I

S1 Kcyncs y sus ~l.-cuela." teóricas pudieron c~tahk:ccr un sujeto de ~cgundo ni\cl por sobre lns indinduos ccnnc'Jmicos: :;t po.;tubrnn que l::t ncctém Je ese ~UJl'lt llkbcrta ce •n~•~ltr ('11 cmlt1utr ~le 1balm~ntl.">> para que un si~tema cconónucn alcan;r.ase dt·t~.·n~m:t~lr ~~.<.lbJcl:wos; si, en fin. c¡;c sujete 1 acabe.". identificándose o 111 la tnsUIUCI< ' " gu~er­ namcntal y b gohernabílidad misma de la soc1edad, ello fue postblc pon.¡ue }':t :tntcs ct~t~\ última se habi:t mcrcanti~indo, ~¡ 01 >t:~l el ~cn­ tido de que: abso lutamente toda~ b.; antcmcctonc:~ fue:;l'tl tn term~­ dinciom:s monctnrias, ~í en cu:uno a l.JUC lo :;nci:ll h;thb sid• > cnc:tst1\ado, cnm:trcaJn, muklcat!o pur la forma fmm:tl dd dml·n •, de la prcfercncin, del presente tot:tlmcntc Uc~1o. La t:Cl~n?~a crn ya, con Rcguridad, el he >rizonlc, d traje. el :tb.\t'UCO de pn:~tbt~td.1tks L'n l)U~ :l b política h: fue dado mm-crst:, y es ello lo que l'-phc:t ht m_fluL'1l~:l, Ja St.-Jucooo, e tncluso, a Ycccs. b dic:tc~ que.: la :tl.lmtntstraoon ~bemamcnt'll de tipo keynt-si:tno lkgú a tLncr. . . De acuerdo co11 Paul Ormcrod, d Jcscubnm1entn de Keynt~ cunsigtu\ c:n sci\alar t¡uc el mercado no podía informar corn.-ctamcnrc :-1 los individuos accrc:1 Jcl ni,·cl potencial de b activiJnJ económica, sino súlo dd nivel real.. actu:U: Kcynes creía gue el ststLrn:l Je mercado no podí:t co~uni­ car efic:t;r.mcntt: ~u nin·l potencial a emprc:~as e mdt\ tduo~ en h economía. Jo:l sistema sólo puede informar a l::t Rente acerca Jd c11\'cl real de h dt'1Tianda, y dt· acuerdo con ese ni'\'"d rc;tl se rnm.1n decisiones como cu:\nro Ne produce. 11~> 1-.:.trl l\-,~.myi.] .41 GnJH Trom/ÓI7t~t~tión. Loi (h(,'fNtJ J>olüioYJ•.r J!.·,"uimkoitlt Nntt· tw 'f'itlll/10. vp. tll., p. M.

..

142

tarí:t mio;.. 1111

'

l:a. l.1bnr de un Cc:ntro de Dccisir1n, como le llama Jiurradn, consisllna l'll tomar accínncs para que el mercado pudic.:s~o.• operar consider:tndo no sólo su actualidad stno sus ¡x>tt·ncialilhdts. Y debería hacerlu en tC:rmtnos econc'>míco~. proporcionando infimnací1'm u 1 un cfx.itg~> que pudiese ser comprc;ndido en la csfcm mucantil, es Jecir, l~ndrt."l <.Juc comp~r, vender, .thor~r. inn·ctir, o n::tli;r.ar cu:1lquier upo eJe acu' •d.ad ~mular íl h~ que dct>arrnllan lo:: mdcnduos sujetos de_ la economt,l: Dos CUl'Sttnncs cruciales C'mcrgen ('e\ este punto; ~nmera, ¿de donde obtl·ndrb d tmjcto de scgun\lo nh·cl, el que tnlluyc gJob~mcntc, la capa':'dnd par:t ver m:\~ all:\ dd presente y conocer n1 • solo Jo real, stnn mclu~o bs potencialidad(;s de la ~ttua­ ción: d~ ~ñndc }' cómn asunibri:t d saber t¡m: le pcrrrutiría reali:t.ar su admtmstr:ICtl)n, su manipubcic'm de l.1s <k-mandas Jcl tm·rcad •>? Y schtttnd:t, aún cuando, dL· nlguna forma, obru,·ic.:s<: lll1 cnnurimicnto superior, de m:ls amplio esptctro t¡ue los sujetos dd mcrc;ado d~: primt·r ni,·cl, ¿cómo eslabkccría los mon ltlS l:X:\Ctos itwnlucraJo:; l'fl :;u~ acctr mes de \en m} compra: cómo es que el Ccnl ro de Decisión ~ propot~ria un:1s mc:t:ts cu:mt.Jt:tti,·a~ precisas )' no otras? l ~n 1:\ ton.'lhdad \k cs1:1~ pn·guntas gira 1:\ critica Jc Fnl:Jnch 1 laye~ no sólo al l">:~csi:ttll:lmo, smo a b idc:t misma d~.: la políttca eco~omtc:l: a la nocton. c.k qu<.· e.xtstieran CL'Iltros de dt-ctsiún que suptcr.1n lo ~¡uc se: rcqutcre, o lo c1uc es dcscabk, para la ccon()mía en su ce_,njun to. ~~gún llayck, SI h:t scJo posible dar pr<:cmtnencia a las m<.'tltJ:ts pl:truficadorus dt· h tnstituctl>n )..'Ubun.tmLm 11en la l'COnon'lia, .1 las accionc:s de política ecunúmica, es p<Jryu<.· st· ha ~u­ puest(l lJUl' <.ltch.l entidad es p oM:cdm-a, al conlranu C.}UC los mdn·tduos, lk un cemncimtcnt• 1 lJUl k pcrmltl tenl'r en cucnl;l má-; ,•ariabies, l'll última instancia, tener a la vista d est.1do de: b c:cononú.t glob.tl, en su totalidad.'" Afirmar yuc hay una inst.tnóa <.JUC pul'lk

::~ l': lloi_Onnl'rnd, P"' mw 111/flll t<llf/11111/rl, op. rit., p TI(

d oft•m;l fl(otb f polr<! IJ,1)l'k ('~ el

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IX5.

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4


Amar en el utr¡u'ofero

La casa lomada 1

, . , • > u e snbt: pur'JliL" conoce lo '-! UL' t ,curre hacer pohttcn cconunuca p< rq , l • . ., ·umir de cntr:tdn <.JUC d . , f turo dd merCé\t <>. es • 11 1 en t:: pn.:s<:ntc } u . 1 b" , no -hs L·:;tndí:;ticas, las •, . . 1 . tlcn<: •tccc:;n e go ter connctnucnto :\ <.JU<.: ' . . \ . • · .. ,..¡ t¡uL pt1SlTil . . d npo c~nect:l v supcno. ·• cuentas nacumaks- es e un . r·- • ' -'l""lCtuiKS o Jc. · :>nifi ·. htpo~tastar gc.:nt:r.u , · · lus imll\·tdut>S. ~ll· l hlg c~.l . . . . . ur b:; líne;ts Je , · . . 'Jnm.1 mstancaa, unc:r · ducctoncs logtcas y. en u d . de b 'lCciún Jc lus causalidad: pues b::; ab::;tr:tccione~ ~e en,·.tn . .

dad, In c¡ue otorgó encantu y verosimilutd al discurrir económico construido Kubrc las elaboraciones de la 'feon'u G'mmd de la Ocupadólt, 1!/ f"lufS)' t//)Jimv?

indi,·iduos y ~o a la invcn;~ hablamos de la nL-cesidad parn d fun11emos cnado ya, cuan o . d . • . f ros que . ·¡ d • uc hubtL-:ccn mere;\ os uc u tu . cionanuento mcrcantt e q . ualc~ !;ino tambtén las 'Jo } . compras )" \"L"IlliiS <ICI • · ' ' :tbarcaran no so as '· "J d . . la cucstiún . 1 . ., n de llayek c.:n c:l senil o c quc • qul: ~-cmlran, a opm~o> <:S<. U(; cst;\ conforrn,,Jo por llujctos poscccructal p:tr:t el mere~ e . , 1 1 mit:u.h 1 y 'ldemál' de tal car:icter -{<de JorL·s :;/¡Jo Je conocmltcntu l • • 1'. , bl • or ningm.d l uuc 1o h:\CCl,' S.,·mplcmente no h'ta tz.l e P b" opurtum at ))- ,b d 1 . di'\'iJun~ e~ el de los pct¡uci1os cmn 10~ t'dad Fl sa ~:r e os 111 . __ J na en ' · · - '• . . . l . c:uh uno )' que permttc n caua oducen t'll la sttuactou e e • ' J l.jUt.: se Pr . . . est·mcta en l'Ste mun o. . (i h· r de b me1or mauern :.u · • .. qutcn aproYt::C ·'¡ . i Calltillo d~ Jm·itllllnbrr, cu.lmln el plant tPor e~o. aftrma e aut( )r l e , , . , nic:l se pmponc alcanzar . . . 1 e aJor dt· 1a ¡)obttca cconot • l cae or, e op. r. . . . prccuNs . 1 t. "ctúa IXU'::\• 1)11\"lk:gtar un n( l so :tmcn e " , 1 nct~\S cuanntatl\ a:; .' ·' ¡·. . sino ouc en última 'fi 1 noctmcnto -elltac 1stlC<>-, , , tipo cspcct 1Cc1 Le co d. . ,..;car bs ,·ariacÍ(IllCS n:rti. b e ·itlr u .,¡ menos mncl'" • • . . • 111 stancJa usen ' • • ,d . onomh l'l1 cad:t uno . . & :ntan los ,\ctorcs c 1a ce • b'mosas a q~e ~e t n ~ . . . . tu !':lf en todu~ los sc:gundos dd de los tnfimws cambtos que oetH:n ¡·g ·e mñmica stgnifica dimi• . 1t Jos exactos en p<> toca e 1 · , . . , U"S\"\Ion:.-ar d conoctdta. Lograr re:-u a . . • . . n<'<tUt::l\aS \':1!1:\CII>nes, "' • nar Je antc:man( 1 c:;a:; r·-, . J d ·1 iJ kcync·st:mims<, fue . · . . . d itl:ld Je los tn t\'1 uo:-. e · mtt:nto e opon un , 1 d ·l l.c\'J:ttán bc.:ndictano no . :d tor pc,n¡uc tr:u; l-1 latla e c:sJ>CCtm c ' ' ' . d se uc .r¡ lCl:t de derechos smo t:unbtell e: conosolamente de una tr.tn~ c.:m . ..1 J ·abcr ¡¡unt·nor? ¿Fue el . 10 hicieron posel-uor e un :-. r·. cunu:ntos qU<: _ d ·l mio d anhelo de scgunmtL-du a bs Cl mttnua:- ,·anactoncs e tnu • - • • • •· ·\'11 dd~o~ ¡:ontm·,tr~~: a st· "'"·m.,• c:n gcnt:r.tl . . ' ·' uue el pn~ccd•.'r dd pndcr cnercttt .· . t . ,·1\\CÍ niv.) d~o· 1M uldt\'t<lu•lS , 1 1 · ! 5. · ·¡h:~ el C\JIWC\IntCil O ~ ' cre· r hl~ condu:tnnc.~ '·'1° " cu. • ll . d· ,1 ulc·u s t':-:tto~amcntt'"· • • . . .1 1.1r: 1 '"'C t r·~ puc .u1 1 · · 011' , 1 ol>t1cnen d tn:l« .unp1t<J C'!'pn. re, 1 · · ,. :u~os rc:••ultr~o· dlrt·rc•on ccntr:l , 1 • • . 11de 1111c't" ·~ noc •• l o lm:n , «SI un~ Ul'l l~to•m r.lllttn: 1 1 1. . d ·t ·tlo\m ~i-!tt•nl.l nrru.:rurm ,, )' , e r mi7.u.:i6n de t•ld.IS l..s :Kn,·tt ·''es l t· .tcu~r v •. !' • :\~ ) ' g.. l· .,Ir • , hvck ' TI•• /ln,1d 10 ltl(tlalll, up. fll., 1'· · · · 'C•llSl'lCfltf.'l'· rlt,. 1..,; 1 1 •.

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En cualquier caso ~e trae(> de un J .cviatán paradójico, dcstín:ldo a proteger frente: al mercado para que mejor s~ cumpliera el operar mcrcanril. Lcnatán encargado de cuidar y procurar al mercado mi~­ mo.. Y l'in embargo, había ahí, toda,,b, una tcntaoón de abandonar, de C<JO!Itrutr un su¡cro que ~upcrase limitaciones y ch:vándosl.' comu por sobre una l•1rrc, en b extran¡cria respecto aiL·spacto hr,mo~énu' .:k la utilidad, \.'onh:mpi.lse hnnzontcs m:is aU:i. del presL'llte Úntco y Ucno; un centro coo lllflut·nci.t ~lnb.\1 que fortalectdo con un conocimiento superior y hbrc por dio de la crucialidad acuciaotc qul: la amcna:t.a de exclu.'>ión impone sobre compradores y vendedorL·s. tomara las decisiones corrc:ctaR sin ,·crse tentado por las dcscoofian:r.as de los prisioneros. Un sujeto, en fin, que :umadt, con la intelt·ccinn de lo~ montos precisos que d futuro depara a cada mercancía y precio, coadyuvara a t¡uc l:t manu Ín\"isiblc recuperase el toque de su m.\~ta. Aum¡uc hubo qui:t.á la dtspustCIÓn de irse. y la sé'ducción obtuvo con ello apoyo y fort:tl~.:cimienlo, el hecho es ~¡uc la mirada desde la~ alturas de le JS <lccntros Je dccisióm> hacia lo que ''endr:í. no permitir) al futuro desvelar sus enit.>mas sino que, al contrario, a través de la pn >Spl·ctt\"<l dd sujeto de sct.rundo nivel, el pe ,n·c1lir fue absor bido por la l<)gica de la forma form.tl rcgidor:t del prcSL'f1te rnerc.lf\ til. Como swuirutu operativo Ul' los mercados de.: futuros l'n c¡uc tod:JS las ventas y compras han de adelantarse hoy, so pt.'f1a de que las cxpectatt\':1!1 de los tnilivtduos resquebrajen la opttmalidad de los rcsult:tdos, la entidad kc}1lestana encargada de ,·cr los hori.--<xltcs para mejor aprO\·echar los recursos -d «arte práctico de gobt:rnaO>corwiruú la ancc:rtidumbrc: y riesgos Jc lo desconocido por acontecer., t:n el anuncio de una scnc de montos y cantidadt-s; cumo un vigia, o un subastador, que: tu\·tera a los clientes, abaJo, esperando ansiosos, c~pectantes, las ltst::u; de los últimos momius para dc::cidtr !>Í poner sus apuestas o no. La miradn que debía ~upcr:tr los límite:,: de individuos y sabt:res finitos, produ¡o un cooc)cimiento que, a pesar de reputar!\(.' como de Jisttntu car:ictcr, más abarcan te y sabi<J, fue moldL-adn ihrualmcntc en térmmos numéricos, Je los costos y bcnefiaos constitutivns del ,·ocabulario que los sujetos cconómtcos

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la casa tomada 1

Amar ero el extranJero

pueden entender. Lo que ante~ fue futuro abierto se tran~formc'> en e:-;trnpulaciún dd pn.~ente hacia :~delante; en ~l. reporte, por el e~­ c:ugadn tk prc,·cr los escenarios, de yue ta~\btt'll allende.: d m~rca­ do habría mercado. Y cada día Llt1 mlcY• > mfurm<.' con capac1dad para «influir globalmente.)) Tiene razón i\brramao, el futuro conlt'nzú a <.¡ucmars<.: de antemano. a habit:u~e por b forma.lkna, dd presente incscapablc: Cuanto más se amplía el horizonte de expectaiÍ\'as. más ~e reducl' el espacio experimental (...) pj futuro ya no C~ 1fltet~C10~1a\ y proyectauo como finalidad, ~ino como etap;~ a cubnr: solo existe para consumarse.: lo má-; rápídament<.: pm•1bk ~~ ~cr car~a­ Jo sobre l:ls esp:thh~ del margen pdic;rosamcntc mmmm Jqa-

.

.

11'

do a 1a cxpertencta. -

El espacio experimental de b ,-ida es aqud en <.jLie. el futurc' podría ser una cosa u otw, cn todo caso objeto de proposlto )' e• mstrucciúo. El «hon;r.onte de las extxctati.\':t."''• en cambio, es el :ímbtto en que put:dc saberse: que la~ cosas, lo mismo que nnsotro~: t<.:ndrcmo~ la misma forma: la indeterminacjón esencial del pon·cm.r_ se h.n c..lt:~­ vanecido. ( :onvienc deteoen;e; pues mucha de b seducoon, ~t al~­ na yucda. de lo mercantil en nuestros uía~ prcw~en~ de c~~n, o mas precisam~::nt<.:, de un malabar de palabras y sl~Ul dtsltnct• ,n lJ~C el discurso económico pone constantemente:' en ¡uq~o, l'tlfn: d1>~ nociones: c~pcctath·a y esperanza. . Ambas suponen una posición rcsJXCio al pon·cn.t~; d anhch>. mezclado de confian:~.a y miedo, de estar m:u1an:l t:unb1cn prcst.'ll~t.-s en un mundo. J.a diferencia radica c..·n que el esperanzado n1' solo supone qut.: estará, sino que lo had. de una m¡1nem m:í.s plena, mejor, con mayor cumplimiento, o habiendo ab:Uldonado por fin una situación 0 parte de si que hoy lo atan )' rcstnng<..'11, o yuc le causan dolor. L:~ c~pcranza proyecta que est:~remos y algo, tal ve~ nosotr~s mismos, habrá mutado, Fn la expectativa, por el contrano, la po~l­ ción de futuro se reduce al rrúnimo, al hecho, sin más, de que estar~­ moG, asi como somos, precisamente en este mundo. 1~n la expcctatl-

~Giac<>tnO 1\ttrr,tm:to. Potltt 19R?, pp. 89-\10.

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JI Stc'ltlati:;:tdóll, l.t

c:dic.:iún, B.m:don.. t, lleninsul.t.

,.a pudcmo~ o yuerc:mo!: esperar, nada más, qut: continuaremos. No e~ lo ~ismc~ estar e~pcranzado que estar :1 la expectati\'a. Porque aun guwn sH:mbrc su cspcram:a en que e:;tc momento y este Yo pern~anc:r.can y se ctcmiccn sin modificación, anhela eso porgue constdera l}Ue tal pcrm.Uil'CCr inmutable significa justam<.'ntc un cambio respecto a In \'anabilicbd y e''anesccncia de la ,,ida. La c~per:lnza llene: algo de ceguer:1, de negación frente al rc:1lismn: es quizá, la traducctón de la tentación de abandonar <..'11 d lc:ngua1c de las emociones. Porque qukn cultl\ a <.:spcranz.ls puede dar un a.o:cotimiento teatral a los datos ytw lo di:;uadirian del proyecte) de si para mañana, ~ro de hecho no renuncia a él: lo guarda, lo cultiva, lo emplea mcluso para darse la experiencia de la intimidad, para ast:¡,'tlrarse de qu~ posee un g~crcto: un acceso pnvikt-,.,¡ado a sí mtsmo. La cxpcctattYa, en cambto, esta y no puede dejar de estar atenida a lns inform~cioncs d~l ~nundo: dcpt·nde de ellas, se forma en c:llas. J.a expectatn·a es, ' Jllli':l, la dt'gr:.dac:ión de la esperanza cuamh, ~sl:t ~tdguicrt.: la C. >rma de un c:llculc'· dt: un:~ .u·itmética o, mc¡ur, dt: una econorrúa. Es el comporr.una.:n te, P•'r d l)Ut·lo~ gue esperan c:star maiiana computan auda:.rmen te, t• m1an el C• JtliiCIOlÍcntc >de <'P' lrtllluJ:td, aprovechan sus rt:cun:ns, se mu<..'\Tn de aquí para aiL1, incrementan sus beneficio~ J"X.>tencialcs y disminu}·en sus riesgos. Porque sabeo <.¡ue un error stgmfica un golpe o porque han visto :t otros a ~u lado caer. Para ellos t:unbién hay adventr; formar expectativas es, en efecto ampliar aunque sea un poco el presente, por lo meno:; cxtcndcrll: más all:l: no es como tal h inmL·c.iiMcz, bs parcdc..·)O junto al cuerpo, el ~nct·rr::~míento. Es la ampliación de la jaula. El juego (.le la:-; expt:c:tatl\·as ?frece una mínima sc~o,l't.Jridad po«JUC al menos mít>ntr:ts sigamo~ ¡ugando, podemos :;uponcr llue habrá «futuro>>, aunqu<.: sólo fuese la con.tinuacic">n del prcsentt:. No es lo mismu tener cxpectatins que cultt,·ar c:spcran:.ras. ¿Pero se podrí:t de algún modo eliminar la retroalimentación de resonancias entre ambos \'ocablo~? ¿Cuánto de e:pcctatt\':\ y cuánto de esperanza hay en toda espera? ¿Es esta nmbtgüedad constituti\'a del e:,;pcrar mismo? . Mucho ~:\s. que por la do~ificación de la dcmnnc.h, d kcyneatam:,;mu es stgntlicatl\'n puryue daburú e l discurso de la gcsnon de la conduct~\, de la g< >bl'fnabilitlad, ¡w>r la ,-¡a de la aJmi1lisrradún de expectativas, por la conversión de los anhelos informes de las perlllmas esperanzndas, en las previsiones estratégicas de l0s indivi-

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Amar en el extranjero

duol> expectantes. Para que ello fuese posible en In práctica, en «la realidnd>>, tuvo t1ue haber acontecido pre,·iamente, como bien io vio Pobnyi, una mercantili:t.ación general de lo ~ocia!, un copamwn11, glc >bal por lo económico. l'.ncerrados en el presente, en d mcrcadc >, el continu:tr $iendo al menos lo que se <.'S, es probabkmente la mínima cspcrnn~a que se pueda albergar. ¿1Iubo tal 'cz, antes de lle¡.,~r a e:Wl sin~:lciún, una conflagración entre la expectatha y la t-spcrnn ~a? ¿Podna rclatarse, describirse así la génesis de nu~tro presente? I ,a expcctatwa l>etÍa t•ntonces la posición de futuro de quienes miramos y moramos el paisaje después de la batalla. m Y aún nbraóan los t'Cos de la lucha, pue~, tod:wia, h seducción de lo mei'Clntil se efectúa, con frecul'tlcia, en el equívoco: ¿se pronuncia «l·xpectati\'m> y los he >mbn:s t·scuch :ln «cspcrnn7m> -o vicc,·crsa? Tambtén la crítica de llayek a lol> «centcos de dcctsi<'>m> kcynesianos acontece cuando ya d futuro ha deYenido h tll izon rc de expectntivas. Es probablemente cierto que no hay ningún slljt•ro de se¡.,-rundo nivel que pueda r<.'Ciamar para sí títulos de conoci m iento superior o sustitutivo de los saberes de opnrturudad, limttadns, de los indl\ Jduos. E m esa una simplificactún extrema dirigid:~ a hacer controlable un espacio económico mucho m:\:; complejo t¡ue In que el Lc\'ia tán de Keyncs dejaba ver. En cualt¡uicr caso, si la mcrc.tntilizaci<'m de lo social pudo cxtcndcrs<.· hasta el grado de l )Ut: fue \'erosímilla existencia de al¿,-runa cnttdad con ((innucncn g lobah) regida en $U comport:lmten to y en sus intenciones por la mt•ta de suplir los fallos de la oferta y la dt.manda, restaurando a estas últimas en su c ficiencta, ello ocurrió por dos razon~:s, porc.¡uc h rt·¡.,-ruhctcm d e la com·ivencta com o admintstraciún de la conduct;\, la gobernabilidad como gestió n de expcctaci\'al>, era ya, de hecho, una tendencia más o m en os cmaturah> para los lectores de la obra kcynesiana;114 y, en St.1-,>undo lugar, p<m¡ue t:xisria un ámbitu cn b socictbd que, antes de cualguier elabornciún dd discurnr cconc'1mi-

11 \ Vé.tse rn.'ts adelante el primer apilrhtdo del capítulo«¿ Am.tr en el cx tr.tii)Crc o?» 114 Véase, sólo por poner un cjc·mplo, la wnW~t:lción que: h.1ce llab~·rm.1s t·n un c.·n~.1yo de 196S: cd..'l~ ~ocicdadcs industri,tle$ :1\~lll?.~d:'l~ p.trccc:n :1pmxirnnrsr ~ un tipo de control del comport~mícnto dirigido más hten por estímulos exrcrnns que por norm<lS. La rcacctón mdlrecLl por estímulos condlt:ton.tdo~ h.t .lumcnt..tdo sobn.- toc.lo en los :\mbuos de ap-..trente lihcrt.td subJC:UY•~»- Júrgen ll.thrrm.t~. (¡mri~J.Y Tit11ita tO»IO Jd¡o/OJ,Ítl, 1,1 edición, .Madnd, Trenos, l91W, p. 91.

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u c.-.sa tomada

1

co, en la práctica centralizaba información y posda el aparato de gestión como para, en efecto, infl\Jir constantemente en la vida de las personas: el antit,"Uo J ..enatán, el 1~s tado.

El kcynestamsmo otorgó un lenguaJe, un código y una justificación económico~ al accionar del poder. Ese fue su efecto mayor: en cierto sentid0, mucho má~ y u<.· politiz:u b cconorrúa -que es lo t¡ue con frecucnci:l ~e le critica actualmt.nte- econom1zo a la política. Logró, port¡uc el proceso ya estaba en marcha, t¡lle los conflictos y la autocompRnstón d e sí, los ideales y demandas p coptos de buena parte de los <cactorcs políticos>>, se enuncrarnn y concibieran en el k'Jlb>uaje del mcrcaJo }' sus c<ltc¡mbn:s interesados>>, o al menos fueran susccpttbks <k tr.1ducción al mismo. Si con lo l]Ut se ha dcnommaJo «crisis Jd listado de BrLn<:~l;lt'>> se dcscubri1'1 yuc c:l exceso de demandas de los habitantes de lo mncantil -u de los c.¡uc eran excluidos sistemáticamente de ese ámbito y <.¡uc eran sal\'ados como en una red por d aparato de administracic'111 pública ponía en rics~o la \'iabilidad Jcl centro de dt'Cist<Ín precisamente como un .¡ujcto cconúmíco -la «crisis fiscal del F~,tado>> (O'Conno r) ·, o la credibilidad de su sal.x:r, de sus anuncios para la manipul.tcH'>n dt las c;oo.pcctati\'as -la <1cnsis dt legitimidad del capitalismo (llabcrmas)>l O la C<Crisis d e las ut•mocracias>> (1 Iuntingron) taks rclccturas no desmantelaron por sí solas, en <clarealidad», el aparato de tnfi>rmact<'m y gestión constitutt\'O Jd \'Íejo J..eYiatán. Nt las crítu;as dl 1laye k d<tn cu~:nta con la profundtJaJ reliUcrida del hecho sunpk l¡uc, a pesar de toJ(I, re.llistamcntc, sí tomaba en cuenta "erm:s: h e\istcnci.l del .1par:tto dd Estado y su cap.tci<.bd para af~:c­ tar a los m Ji, iJuos. 1\ parttr dt• 1la)<:k, entonct·s, sl' instaura una situactc'>n paradójica. Por un l.tdo, ningún conoctm Íl•tHo d e los yue patttcipan en el m ercado es superior,\ otro y. por tanto, el d el c<centn 1de deci::ióro> es s~lo un salx:r en medio de sabcn:s, sin nin!:,runa caracteristica espectal. Pero por otro, d hcchu es LJUL' c\i~te b entidad con capacid ad para influir globalmente: es un aparato, un disposittvo 01<\tcrial que incluye medios para la coerción; y sus acctones, aum¡ue nadie crea <-¡u~ representan nada, ni que incorp()rcn ningún conocimiento pecuitar u arcano sobre el fu tu ro, de lodos modos aCectan fuertemente las dccisium:s de lns tndidduos t·conÓm1cos. D e ayuí que mientras t¡uc el autor de l..tl CoiiJIÍiuarÍII dt la 1ibtrle~d es radical y asume que del mercado y o;us reglas constituch'as no se dcrivn ninguna clase d e

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Amar en el extrar-jero

política cconónúca, algunos cconomistn~. mñs rcnlist~s, ~ún compartiendo d diagnóstico hnyekiano respecto a In no supcnondaJ del conocimiento J~: los ccnlros de.: dccisi,)n, buscan utilizar las c.tpnciJ.tJcs del f .e-viacin parJ poner en acto deiCtffitO,\J;\S dÍ..,f><lStciorH:S -ptÍ\'JtÍi':tCÍonc~, presupuestos balanceado~. control ~alarinl, lk:<rc~-ubcH)n y libre comercio, entre lltras-, justtficaJa, pr~·Ct.,;\0\lOte por d objetivo aporético de que, en ef«.:cto, deje Je ext.;hr el Su¡un 1.k -K:Stund• • nin:l, por s• •brc lo mercant:íl. encacgWo de reali:t.ar e~ a~ políticas. No nos dct~:ndrcmos a examinar nquí con detalle estos discursos que generalmente se agrupan b.ljn t: lcpíteh 1 de un1.., thbcr.Jlismm;. Observemos srmpkmentc que, en ~>cncral. son posictonc.;s lluc rccusa11<Jo el pr•)póstto keynt:sinno de ;\lcarvnr mctns cuanutau,·as para el sistl'1Tla t:-conómico como un todo, proponen que la administración de la conducta, en \'C;'. de ejercerse como gestión directa de 1:1 demanda -acciones para lograr yue consumidorc~ y vendedores gasten montos precisos en scctorc!l <.ktermi~:tdos- ~e n:alice, ~in más, como adlliÍIIÍslrutión d~ la.1 r.'l.f't'd<lfilw. El gm> profundo se uh1ca en que para operar con c,;pcclativas }o importnnte nn e.r bacer cos~s, sino provocar la creencia dt.: c..¡uc se !aH hace. Hablamos de cconomta, sí, pero tambi¿n de control de información y publimlad. Pues para ser eficaz en el juego de las expcctativns el punto crucial radica en ser capaz de tener n los dem.ís, justamente, expectantes, dcsconcertadm, inseguros respecto n lo que ¡,ut:den esperar. El <<f__cntro de OccisiéJm> post-keyncsinno procura constituirse en el núcleo re<:t• 1r de bs nnticipaciones de futuro en d mercado, de ahí su \'Ínculo tndisolublc cnn los sccton:s qut. b.-.san sus uperncione~ prccis:um.nte <:n la manipulación de c~:pectatiYas: el capital finnnciem y los mcdtos masivos de comunicación. Ya no se tratn de que el sujeto de sq,>uodo ru\'CI uúlicc las herramientas fisc:tlcs ' monct.ui.ts a su :tlcancc p:ua 1<>!,'1'.1! mct:l.'> t.'lDgibles -tanta." vi\·tcnd~, t:tnttt~ hol'pitalc:l'-, sino que su funciún se reduce a crear un (<ambtl.'tllt'>~ en lJUC \os indi\'iduo!l <..'COilÓl'lllCOS puedan dcscm·okcrse.us La gobernabilídad por \ia de In admtntstr;lción de cxpectati,·as 115 y,, en ti)H ~cñ.thha H.tyd. que d tin dt b "pl.mt',\CÍÓn hbtral.•, pe ,r contr.l posición a la polítlC.l económica keyncSt.lnOl qut $e propon in me~.~~ prcds.t5,. cr.1 •cDiscñ.1r el marco permanente m:l~ ncion;ll dentro dcll.uOll b~ Lhvcr~a~ •.H:ttvtdade~ scrÍ,¡n conduccd:1s por divers.1s per~ono1~ de t\cu~:rdo J SU$ pbnc~ tndtvtdu.llcs» Fricdrich Hayck, Tht Ruúd to Jrifdont, op. rif.. p. :\S.

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La casa tomada 1

prcscnta problcmns peculinre~. pues a poco que :;e pone en prácticn todrJs los pnrticipnntes, y no sólo d centro de decisión, ,·an aprcndit·ndo LJUL', si de lo que ~e tmln ~:s nada mis de provocar creencias, ellos lambién pwdcn recurrir a los gestos que hagan falta. l~1s <<sc:naks,. lJUL c1da ljUICil cmtte y difunde a través de b opcracic'.n mcr canlíl ~e Y,\n '"lvitndo Cct'Clcnt<..'IIlcntc ficcion:Ues. la tnformnctón se contamina cnn rUido. L:tS dc-ctsionc:; fundam<.'tltalcs o>mícnznn a toma~t· nc • a partir de lo que se vende y compra cfccti"amcntc hoy, sino ton t'a/Ún a lu que se afirma que se comerci.lr.i mañana Una nue\'a cnnla!Jilidad nace, una especie de duplic:lCÍÓO de la ccont~mia •<r~l» en un;t economía, o economización, de las promesas. J...1 partida ~<: desarrolb en dos tableros. No hay acción sin un J1scurso t.JU<: la su10tcnt<.:, cc>mo llospcchaba floucault. Y el juego de gcsrión de las anncipactnncs posc;c su propio texto: la Teoría de bs Expectatwa$ Racitonal~'~. Paul Ormcmd resume en los siguientes términos el st:ntid(' de la misma: La idea de )a,t; cxpcctatka~ racionales es lJUC los ;lgcntes econc'¡micos l<rncionnlcM -en otras palabra~. la gcntl' y las cm prc·~at~- no s<'>lo aprcndcdn de sus crwn::; al crear cxpcctntiYn~, !~in el ()Ue también e:;c proceso de apn::ndizajc les bar:í cnpac<:s de itknrificar el auténtico modelo que detcmúna la conducta tic la <:conunúa. Entonces u~:uán e~ moJdu par.t fi 1rmar ~us propi:ls cxp<..'Ctati,·as. Es como si (frase fa,· e•rita de lo:! <.:Cf.>numi•ans) nn sólo cnda uno tuvi~:ra su pmpio macro-modelo económico, stno yut: fuera d mismo para todos, y, para cnnsuliJ:u aún m:is su crcdibiliJad, fuera un tl11Kklt 1 yut· result:tr.l ser cierto y una rcpn."!\t'tlt:lcir'm correcta de C•:nn(' f uncictn;\ h ~·e• 'nc 1núJ.. Ese modcl1 • se utiliz:1rÜ JUr.l crear c:o.pccrati,as. Por definicióo, los agt_'tltc.:s econt'onuco-; :« m <U':lCÍI mnk:m; por lo tanto, tienen que utilizar ese mC:tc x.to 1'.'\Óf mal para f( •rmar sus cxpcctntivas.116 Según ('sto los indidduw; Jd mcrc:Ldo poseeri;ln una especie de cooocimicnt<> prcrctkxiw,, «n:ttural», de la teoría econónúca y de lali dc·termlll.\C\1 me K mayores de sus interdependencias. Entr:uían l'll 116 l';¡ul Ormcrod, Por ltlltJ lllltJIJ mmotiJÍcJ, op. cit., p. H 1.

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La casa tomada 1

juegos Jc posiciones y gcslO:> pcm, dado el .tprcndi%.lJC. cura cap.tciJ.td también ro~ccn, serian capaces Jc descubnr, s•cmpn:.las vcrdaJt•r:t'> lr:~ mas por lao; <JUC tran~itan las tntermeJtactnnes de~~~:-. precto~. J.a tcona de las expectativas racionales reflexiona sobre su¡ctos educados. hace mucho tiempo en las conductas 111<:rcnntilcli- Lo 'tue no daborn, no ptt:nsn, e.; c~a hi:-tori,t discur..;"·a, polític:t, tnstintcion:tl,l¡uc fue cap.1z Jc producir individuos cuya mcionaliJad poJrh desctibtrse como la apltc~ción, pn:cisamc.·ntc, no sólo de los pcinci~ios sino de las en~t'11an~as ~~~s generales de la economía. Tampoco ptc:nsa, por lo <.lemas, b stntacton de encerramiento en el presente, de amcna7.a continua de cxclusl(ín, ~e hace posible que los hombres regulen eft:ctlv.unentc su compormrruento a partir de la obsenoación ans~a. espc.'Ctantc, de los gestos y desplante.'S, de las ~~Señales» de cada uno.

l5educci6n? La gobetnabilidaJ mercantil por \'Ífl Je 1:\ administr:-o-:iún Jc cx?ectativas requiere que se abandone 10da ilul'ión rc~pccto al caracter excluyente dd mercado. La cüminnciún de lo11 tncumpetcntcs, la impol;ibilidad de que L1s cosas ~e:tn de otm manera, es la ba~e sobre la que se construye un sistcm:t carente ya Je p:<!mcsas de ~.can7.ar cualqutcr tipo de situación <<óptimM. El di~p<>Stttm burocratJco .sobre,;, icntc: Jd Lc'·iatin kcynesiano, tiulc ahor:t la tarea de rcahzar ese recorJatorio permanentemente. Algunm de los economistas más Iúcido!i han enunciado sin ambage11 c!lte punto.. Timothy D. Lnne, por ejemplo, rcvitm lo~ idcalc~ y a:oumc (jUC d merc,\llo no puede lograr la optimalidad pero :-.1 menos puede alcanzar la «su~tcn­ t:lbilic.l :\~o.h> y habr.i que conforrn•H~l. con eso:

Si no hubtcra dt"s,·iactones ocasiunaJ:ts por t:•ctorc.'!' OCJ monctanns Y. otros e~~me~\los disruptores, aea:~o el mercado pmporcionarín la l:hstnhucllul• opt1ma. Ol" no <:);istir una mercantilizacic'm general •• 1 snlo se accederá a In sustL•ntabiliJaJ. ¿En qué sentidollc.•ci competa, scJuctrJr un mercado que no ofrc:ce ya d mejor n..osultado :~ino 1, 111 sóln una situaciú.tl qu~ pud~:ra mantl·nl·rsl·, so!itencrsc, au;1quc fuera de pobrc%:1 o m:~attsfaccton? ¿Cuál es el estatuto de la sc:duccu·ltl mcrc;mtil ~lCiu;tl cu:mJ1> sus prendas se reducen a un prest.·ntc c 1111 _ llnuaJo, extt:nthdo, o por el contmrio ah cxclus 1ón? l ~'l misma coneicnda s<-ca, dura, respecto .1. la necesidad de abandonar ~e una 'cz las il.usioncs L'll t•sta época en gue la gobernabilidaJ se JUL~:t en l:t aJmtnistracil"m de cxpt-ctati,·as. aparece en Jlarek qutcn nos lbma a dcllh:tccnlu~ de un ;\nhh'lto velo que solía im·ctHir a la hum.ana tcnt;ach)n Je abandonar: el tdeal de la ¡u:>tici:t. Alirma <:n una confercnctn dictada c:n Espai'ta en 1976:

¡:·:i~ilmct.1le cabc evidenciar la inanidad de la C.ll.prcRión «justiCia socsal~t, lanto por la vía de adn·rtir Ja imposibilidad d~: <.¡uc.: pueda lleg;lrsc a acuerdo en relación con lo <.¡uc exige:: en cad:1 caso Ct>ncrcto, como n:fle~;onando sobre la inc.:xistcncsa de prueba alguna guc pcrmit:t decidir acerca de cuál de l.ls dos p;lrtes ti~ne ra:t.ún cu:ando cxisL1 desacuerdo. Com·icnc reconbr, por aibJidum, que ningún pn.:concebi<.~o pm~r.1ma redistributi,·n podría en la pr.íctica tom.u reahdad en la medida en yuc se pretendiese respetar la libcrtatl del .c.tuJ:~d:tnl > a proyectar su propia e:-¡¡stcncta. L;\ rcsponsabtll~bd dd ser humano {'11 lo que atar\c a su propio actuar ,.s pnncJpto radicalmente tncompatiblc con es<.· ;lnhcl.tJo CS(jUetn:l CI..'UistnbuttYo. 11 K

La disciplina de mercado implic.l que el prcstntano es llcv~­ do a se!,>uÍr pulíi:ÍCis SU$tcntablcs que c:l prestarano.sc.-gutd un cun;o Jc acción qul; puede ser conttnualll• sm um1 eventual qutebra <l un cambso :tbrupto Jc pol.í t~ca (...) La ~ustentabilidad es uo n:qucrimtcnto nu tan ambtctnso cuma el tlue c:stablc::ceria que b conducta del pn:st:ttario debcria :>cr óptirn:t: la , lptimalidaJ es una cundici~m m:í.s fucrt~·· cuya satisfacción aLkm:\:; depende de la ~uscnoa deextcrnahdadt.'!' . . y otras J.Jstorstuncs. .· >. 11' no pccuruanas

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La j~stici.1<.·~ un:1 ~UJ>lntición. De hecho, Jicc 1 laye k, su ideal es un llt:n·tsmo I..JUc: 1111s \lclll' Jc tiempos pasados, cuando l >S hombres prim.iti, '~~ hu~cahan la C< >mudtdad y <:can tan pocos <.JUe ~xfían po Kc:er obJetivo:; comunes. ~o se puctlc cntlcar al mercad(,, ~cgún el

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muor, por b tb;igu:Udad t¡uc prnnx::a porque la mi~ma <.:$ nect'saria y fm·orahlc para d aumento de producto social. Si se planteara b meta de dt~minuir el nivd dc ,.td3 parn reducir la dcs4.,>u:tldaJ~ (>1' )dríamos nca:Hon:u que la soctedaJ no sobrevn·iera: si !(C pcn;íguicmn lin<.-s de polinca -por ejemplo, reducir 1.-\ pobre;,, mdtcalmcntelo más probable es que acabáramos con la com•tn:ncia mt!'m'' porqu~: una soci~:daJ c0mpleja y dtY~:rsa Ct1mo aqudb en <.JU<.: \'n·imos, no puede subsisttr a partir de propom·r~c objeth 11s c• untlll<.:s. Cuando l layck terrruna su confen.ncia. concluye <.¡ uc la justict:l social L"ti mcompatiblc con d mundo ct' ilizndo mtsmo. Si toda redistribución prcmcdtt:'\da interfiere cun b prosecución Jd pwpio tntcrL~, con la ''libcrtall•l, pero al mu;mo tiempo el opemr Jd mercado, In sutn:\ :tlgcbratca de las cun :ts d~· costo }' utilidntl de cada \.1lUcn, m, pr< 1duccn un /,ptimtl l~Ínt, si> lo, en el nH.'jor de Jntc casu:;, un resultado que por mn:; yuc 1\C:\ decepcionante, al mene •S ti<.·nc !:1 po::tbilidad de mantt·n~:r~c. de gcr cc6u:>tcnt:tblc», cntoncc:; la mano in\'isibk trrtmisibkmcnte se habr:'t m:trch:tdo. La ),educción mercantil C;\mbia ctltnnccs su caráctu y y:t no convoca~.: intcTpda por~¡u~·uwo'-fU\. un funtrn ml:Jor, 'lno, m._g.Hiv.tmcntt, pon¡uc ~~ presenta c1 >n"\11 un di~[liJSitiv•, para e\'it:H l•, peor: b 1.'\clu~t:Hl, l.t pérdid.l de ~ignificación ~oc i::tl del tiempo prnpin, tk la ,·ida y lo~ prod uc t o~ de t·aJa un11. ¿11<Iliria llam.t!SL ;t e~t< •. tod.l\'Í:t, scJuccítm. •>habr.\ llliL l·mpt. zar :1 rdlcxion.u l'nbrc la pnstlllhJad dc,roncerlantl· Jt ljll.' t lmt·rcad· •. para funcionar, existir y tC'.lltt:tr sus ~umns y r1:stas de ut1lid.1J va no nL'Cesirc com·oclrnos, interpcl.lmo:;, ertc:mrarnm? ¿Qut pueda operar stn nuestro concurso y compmmíso:> ¿Que, como en d cul·ntn de Cortáz:u, la ca~n bnva sido tomada? c<Los m ercaJo.s libres no poclchn haber surt--ido jam:\s con súlo permitir qu~ b~ cn:ms tom'\r.1n su curl'O», h a suhr:t\ .td<> i>otanyi. 11 ~ RefiriénJosc al periodo de la ttrccca décnda Jd ~iglc1 '1'\, <.'n b que ubica b tnsmbcu'n1 pc 1r prunt·r;\ n.:z plena de un ~i::tcma de m<. rc,1d11 c< omc, t.ll, cxh.1ul\UnJ, :tbarcanl<.: <.le: todo d cun1unto suct:-tl, este :\U· toe obscrv:1: c<llna fe ciega en el progreso csponr:ínco st· habü apo Lkradn de In mcntr: de la ~cntt·, y cun d fanatismo de lot~l'cctarin-,;, los m:i:; ilu~tmdos prestonab.1n por un c:tmbio ilimtlado y no regulado en 1.1 :11 ICK'llad•>.l.!u T.o nwrcanttl fue ~icmpre alg<' m;\:; yuc econo 119 t-:..lrll'nbnyi, I~ (;mq Tmm{t>I711•A:ZÓII..., op.. .ir•• p. l-1 -1.

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mí:1.' Fue un di~curso sc:Jllctor ~1uc halló hls YÍas {'Y.lm J es:uar las pa~tont·s -motor de In :\CCtÚn por excelencia si h~:mos de creer :1 lr>s filo¡;• >fus. Una fe ciL·ga, un cnc:~ntamicnto, han de s~:r ce mt.'lbili:t.:uJ()S entre lol' h:tblrcs <.Jlll' h1c1<:rrm pollible su instaumcu)n <.'ll el mundo. El mt•rcnJo fuL y <.::; un:t csl'ntum y, como t:tl, come, las escritura,-; desde :ucmprc, portador de un.t u \':ui.'ls promesas. ¿Cómo J<.:scntrat\.\r, hasta dúnde contmuar la escucha de las ~csr~nanci:ts mi~es yue com·'.'~~ ~u enunciactún ? ¿Cómu, si toJo cpiso<.lto m ercantil y todo nnalasts de sus prenJas de :;cducciún nos Uc,·nn a o lr:h c:sctnas. prnt:t."l, <.-n que los mismo:; d cst:ntrañam1cntos e ¡J~·nfJC;\:; ~'llucooncs se ju¡..raum? A:;~ cuanJ o kcm ns el libro de l~obn)i. no pu<.kmos UCJar de prc:¡..'Untarnr )S por b), ft-cha..-., por los nL-nlpos L'tl ._JliC SC dcsncroJJ::tn atgutnt"tltr~ }' k-cturns. l~n el s1glo XVII,

Jngl.ttcrra, interrog:~ntes similares sobre los d~:ctos de: una c:xdus~lln f:\l;ll n:;ol:~ron l~s mcnlc~: ((¿De dúndc ,·enían los pobres?», por Cf~mplo, cut·s~(~lamtcnto Jc t"fltonccs., <.'S un.1 prej..ount.t que ho}' pounamos SUSC11b1r CtlffiO 11Ul.'Str:t: ¿de Jónde emergen, de prollto, L'SO:; scrc:; yuc crc:m Yiolenctas y desconciertos }' 'iuc s{olo en :;u rc:a¡v.trc..'Cer tormentoso, impn:,·isto, pCJdcmos rL'Cc Hloct.·r como excluidos? ¿Cc>mn ubicar cntuncc~ la d iferencia, b pcculiandad de nwstra escucha }' cncantam wnto, u dcscncantamicm(), mercantil conll:mpor:ín~:o? Pr 'd.rínmr 1s hr~cer nucstr:1 l;t dcscnpci<)n del merc:~Jr, <.JUl' rcaltza Pol:Ul}'l en I'J·H: etl

Un:t economía de fl11:r~:ado c:s un ststem.\ t.:l'fHl{)mico co11trr,lado, rt:~rubdo} d1ng1do :;•>lo por los ntl'fl.'ados; d orden l'n la proJucciún y di:<tnbuciún de btl'llcs ::e cnconucnJa ;\ este nwcanismo autorrcguladc,, Una economía de <.:Sta clase d cti,-a de l:t cxp<..'CC.\IÍq dt· <.!liL k.~S scrcs humanos se com portt·n Jc t:tl maner,"\ t¡Ul' ;1kancen l:t.o; m:l~!Ol;'l....: ganancia¡; m< ••Ktarias. Tal economía ~uponc b cxisrcncta de m.ercad <,s .d• 111d e la o fcrt,, de bJc:nt·s (inclUidos los scn·icios) dispontbks a un pr~:cto dado licrá igual a 1.1 d cm:md:~ a l:SC precio. Supone 1.\ presencia del dinero. yue funcíc 111:¡ comn un ~~cr de c~nnpra en man1 1s Jc sus prupictari• >s. J..a produccton cstara contrCJbd.1 cntonces por los precios, ya que I:!IJ

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Nnar en el extranjero

los bcncf1CÍt ~~~.k l¡uicnc~ dirigen b producciún dependerán de clln:;; b distribuciún de lus bien<.::-> depender.\ t~tmbil:n Jc los precios, ya yue lu~ precios form:u1 ingn:s1 ~~. y es cc1n la ayuda de: e~ tos ingresos que los bienes producidoll se distribuyen entre los mt(mbros dt. la soctcJ:~d . B:t)O <:stos supuesto:;. lo~ precios asegurnn por sí solos d or<.kn t.-o b producción y distribución de )os bienes. J.a autorrcgulaaón implica que toda la producctbn se destine a h Yenta en el mercado, y que todo!l lot~ u,grcsvs dcri\'Cn

de tale:> vcntas. 1z1

En cierto !1entido, los ((principios dd mercad1m, lli !\tlln habl:l:;cmo:: de «ccom 1mÍru>, !<OO los mismos ahora. P;trccicr:tn 1\Ll encerrar gran misterio. Y ot pesar de todo, hay un punto y u~: marc:t 11 K.! a l:t diferencia, a saber. que hor, para nosotros, b m:mo 111\ istblc: ya no csci -el óptimo no sc alcanzará, la cxclusiún no sc cv1taci- )'lo mcrcnntil sin embargo sigue ahí, mnstr.\ndllse en add.uHe Ct)mo algo dificil de concebir: una escritura sin espcrn, sin promesa, una din;\mica de cxpcctath·ns, ya no más dt· espcranzns; una decepción, un encerramiento en el presente, un sistcmn. un puro dispmilivu dc procesamicnt<, de información -indiferente a eso yue alhruna vc'l. fue una pnsión, d interL'l', y que hoy sólo es plenamente la forma C.'lpital del dim:rn: un mecanismo computacional que puede operar

la casa tomada 1

deuda)' una obligación. Cl:tirt· P,11"11t't, en di:ilogo con Gill .. l) ·1 . CXJ11" • · • ·t ' J T Cl' C CU7.C . .c:;a e::; 1' :tttna<. amt.•n te:: td (1 kn<ru:tJ'c 1 > .. • . ' . Ell b ' e c:s ncutro, no ~:s mfi">rmatn o. ~ ~!'guaJ<.' no cst:llu~chc, para ser crddo sino par" ... 1, obcdc7.ca>>.'• .. ym: tiC e _¿Q~i...un._n; tal \'Cz ab:UlJonar por fm, nucstr:\ obcd' . al' , ·T u~no.t lenmo. e: CJOUr 1·' ofcrra mc:rc.1ntil }" acccJcc a b fio r m:~l purn' ·J\ b 1. r , • • cma •or'.. e:: • cn~"ll.l •r;tnc:l. \ los conocimientos lirrur J . J .

!,'lL'lJC mts

opurturudn 1 · 11 · :t<: n:o, e :tn ·l • l • <.JUC St'p..'tln .lytk tod.l\'ia nos haci.ln indispt.'11Sablcs p .... <: mercado, cr,\n su matcna \'~u objeto de gc!lttón ·t b'. <.lutstmns tr:ldue~rlos .\ p.lllUL'tcs t.k ;ltilíchd '\ .111 t'11 • , e: ;un len ¡ · .. · •· rn\:tCI1111C:s al mo!Jc <.fíe utna lan.tlmct.tca:' 1•:1 kngtuj<.-, el ruido, era t.]Ui:d la últirn:t <.lccC!l~'l 1 n:n e .-\ .st e•1Ctu nwrcmiJ·¡. a su t:nccrmmicnto en h fi mn·\ u ·1 ' .·"

St.'nle. (J ~'ls p;thbra~ !IÍemprL· ,·icncn C:t""""''as d ·1 '1 b e pieha dich • aJ · 1 . •o'"" · e a.<~ p:t a rn!l e ntros>l, .· o en , gun. ugnr Hatatllc. ¿Es yuc :tC\so, dcjnntlo al le !Ua· ~~~npk-m<:ntc qut.namos cstnr $olus? ¿No soportamos b co nid~ad¡e, t:sta y;t no es• ,.. nn<:tbl ·? ·'-' . ... mu o ·Qu • . ... •t: < r ll no annc1amos d paso • . Jd '-'o ' .." , N eIS<>trosJe: _e~:tmos stn mas un.t pur:t mkrrTil:diacÍtl!l \' ~o;t no ni ~¡ . . 1.. \'l'St11'10$ de )a ' J J • J t • lJUIU':J OS . r. , · • llltcrsu 1Wtl\' t' ad que, al menc)s· • C"~ lJn"" promcs:¡ t1Ue c.'lrgan con:;tgo la~ pnlnbrns? . . ., d.

Tnl

Yc~.

con nuestra aJhcs1ún o sin ella. E.c:;pt.'r.tmoc;, siempre '-":>"JX-"f':UU)()S muchn c.ld mcrcndo. ¿De todas sus scJuccionc.~ habr:l hab1Jo ,,tp;una I.JUC, en nuc-;trn tlt'1TipcJ, han poco, hubie~\l ejerctdll un cncant.'lmicnto m:tror yu1. bs olta~? 1~n el medio de todo d conjunto de nuestra~ tcnt~ta• m~.::; de alMndunar, J~..· dejar, de ~upt-mr lltlt•stras limit:1ci1 1ncs y d tksurden dd mundc •. de: detener los cuchillos y salvar a llon:~, de encontrar América y por fin quedarnos, t<tl \'C?. una tkscspcracic'Jn peculiar, Utl nmia Jc relirarnos jugó un p:1pd especial en d último empujón tk fe cichra yw: dimos a lo mercamil justo antes de yuc nos dcjam fuera: a saber, la mcomoJidad fr<:·ntt' al k·n~>uaie mismo, :\1\ll su cqui,·ucidad, sus intr:lductibiltdadcs, :;u scr stt'1nprc: :Ugo m:\s yuc: un.l mformru:tún, sino un rcc.luerimicnto, una súpucn, un:t Jcm,\nd:l, un.l ot'dL·n, unn 1:::!1 J/)li/, p.~~.

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t?"G·II --

' es Deleu7.c y C:l.ure P.lrn~r. /J¡J/t{~Q.o. up. ,~/., p. 2K

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LA CASA TOMADA 2


La casa tomada 2

¿Cuál e:> c.:llugar del trabajo en el mercado? I ,a Mano Invisible de Adam Smith c:1 ya un índice y !!Íntoma de gue la cuc:~tión es pmblcmMica: los dedos cspectrale:; «conducen» lo:; bienes hacia la mejor distribuciún posible. ¿Pc..'t"o ese ademán conductor, es o no es, o en qué :~entido podría sedo, una forma del trabajar? Si lo es, ¿entonces la promesa mcrcnntil rndicnrfa en l)UC el laborar deviniese tan simple, tan ligero, come, el gesto de s.,ruiar, de indicar, sin fatiga? ¿Tentación Jc abandonar lo laboral? ¿Y si, en sentido estricto, el anhtlo se hubiera cumplido y simplemente ya no hubi<.'t":l trabajo en el mercado? ;\ 1 filo de esa sospecha, t1tubeando gui~á ante sus implicaciones, se ubicó Mnrx en su crítica de la economía. Aungue hoy, att'ndlendo ¡ustamente a lo expuesto <.-n El Capitul -escuchando <.:Ct>s y resonancias, rep:~rando en la scd1.1ccáón ejcrcjda pc,r ese texto complc¡~. ¡mrece ya dífictl dudar: el tobajo se ha marchado. También respecto al labomr estamos c:n la extranjería.

Adiós al trabaJO Eogcls no albergaba mayores dudas resp<:cto ni \'Ínculu entre..· traba-

jo y humanidad. El trabajo es, nos dice, cda condición básica y fundamental dt: to<.la la vida humana. \' lo es en tal g-rado que, h;\sta cierto puotn, podemos decir que: d trabajo ha creado al proptt) hom


...

Am;,r en el extranJero

la casa tomada 2

bre». 1 La cua~i-idl:ntlficaciún t·ntr~ nmbo:< t<.! rminos, así como h locnli:t.aciún en d proh:tnrindo de la re:11Í%aCit'm conlcmpor:1nca más cmincnlc Jcl lmbajar, Jlc,·aron al escritor :1h:mán a un optimismo rc\·olucionnrio por el C.}\le b s próxim:1:; gestas y u~:, prl'vda, emprendería la cla::;l.· obrera, significaóan la cmancipactún antr•JPL ¡Júgica, la libcraci<.,n del hombr<: en cu:mto tal. Sin cmb:trgt' l n hs filo:;ofias, r en los productos del pcns:tmiento abstractn en general, ha regido, desde mucho ticmpo :mtcs de Engds y hast:l nucstws Jías, una aclítud m ás sutil Ct'l rclaci/m a h dupla trabnjtr-humaniJad: por un lado la sospecha, o d d ia~1Ústico. de un::t sep::tr.tcir'm cn:ciente entre ambas entidades; por otro,l::t tent'lciún, el J eseo de t.¡ue t:tl brecha o no se hubiera producido, o bien pudiera n:pararsl'. Ya en 1lcgd, p.1r.1 no ir m:Í~ atr.\s, cncontr.lmos un .m:\lisis l}UC relaciona estrech:tmcntl' al tr::tbajo con la formaciún J d hombrc. En el co nocido pasaje de la 1'mnJm•nol~íu tM l:.ípíri/11 Ljlll' expone la lucha dd amor el cscl:wo~ $C dice en rcfcrt:ncia a cst~.-· último t)UC td~ conciencia t¡u<: 1r~1baja» llcJ.,>a ((.'\ la intuicii'>n Jd ser independiente como de .1i IIIÜ11Ja.,) 1•:1 trabajo humaniza al que a rai7 del e• mflicn) ha pasado a ocupar la pnsici()t1 de SCr\'ÍdC)f, nn sol:\ml:nle p• lf'~llC Je pt:rmite hact·rse consciente de sí, sino. C.Juizá sobre todo, pon.¡ue le h:.ce posible ~upcrar, remontar el temor yue le colocú imcbltm:ntc en su situaci/m subnn.lin::tda:

nentc y se conYierre de t:ste modo en algo para JÍ mÜI!JO, en algo t¡/11: es para .1'1: 1~n el señor, el ser para sí t:!'l para dla 1111 otrq o snlamcntt: pura dla; en el temor, el ser para !!Í c~ m ella 111ÍJIJJa; en In formación, el ser para sí deviene como .wpropio ser para ella y se r<:\·eh :tla conciencia cr >m• > e~ clb mism::t en y para sF El tr::tbajo es a la ,·cz f<mnath·o y cmancipatono. De su cfc:cruaciún primer:'\ por el cscJ:t,·o dc,·enJrá di.'llécticamente h::tsta procrear la cultura y In realizació n del J•:spíritu como tal. Pero aun e!'tas págin::ts de 1Jegcl tienen un to no distinto al de la cnn fiad::t cmulaciún engclsi::tna entre trabajo y humanidad, puesto yue para el autor de la Fi'llfllllt'II()IOp,l;l, hay atg•> l}Ue precedí<'> a la puesta a bbornr por el esclan>: la lucha}' cllt:m o r. Y a tal grado, que son <:S tas últimas l::ts yue otorgan su sen tido al tmbniar m1smo: Si la conc•enc•:. '~ form;• ~•n p:har por d temor pnmano ::tbsoluto, ~úlo C'i un 'entKio propio vano, pues :m ncg,ltl\'lt.bd n•> t:S la ncgativiJad m .rí, por lo cual su form~Lrse nn poJr:\ darl(' la conciencia de si como de In esencia. Y si no se ha ~obrcpucsto al temor absoluto, sino solamente a una angustia cuak1uier<t. la esencia ncg:ltÍ\'3 seguirá siendo para ella algo cxtcn10, ~u sustancia no se Yerá totalmente contaminada por ella. Si todos los contenidos de su conciencia natural no se estremecen, t•sta conciencia pcrtcm·cc :\ÍIIl t'JI .1i al ser determinado; d sentido propio, es ohJIÍ11tJrin11, un.a ltbntad que sigue m.mtt·nicndosc: dentro de la :.t:rvidurnlm:.'

Ahora bien, la formación (el trabajo como apctcm·i:'l reprimida, GFI1 no tiene solamente esta significación positi,·a de que, gracia.-. a ella, la conci<:ncia scr\'iJora se cmwicrte, corno puro .ftrf>tira ft: en lo ']lit c.r. sino yue tiene también una si¡.,'l'lificaciún neh':l.ti\'a con re~p<.-cro a su primt•r momL·nto. al temor. l•:n la fo rmacion Jc la cosa, la propia negath·idad, su ser para sí, st',)o se convierte para ella en objeto en tanto y uc supera lafnrl/lu contrapu~:s ta yut: cs. Pero c~n: a.lgo obJetl\am c nlc tl~l.,'uliro c::; prccil':lmentc la t.·scn<:la l'X trana .ulte la LIUt: 1cmhlaba. Pcw. aht.,ra destruye l'~t<· algo nq~ath·u cxtr:u'lo• .rt pt me en cuant(, ral c.:n el clemente1 d ~· leJ pcrma-

E l 0<1mbre es rrabaj<>, :~i, pcw es también tn!L'do y cstremecimientt..l. Hay un:\ brL'Cha l'ntre el traba¡ar y h hum:.nidad l JUC d laborar mi~­ mo tendrá yuc afan::tl'l'é l.'ll cerrar sin negar, sin embargo, el c::tráctcr productin>, cn.:adrJr, l)l'iginano, del temblo r. En una tesiturn J.Y.lrecida a b de Hegd se ubicad, para Jar un ejemplo contcmporán<:o, J ürgcn 1Jabcrm al' '-'11 las primer:u- etapas

fuicnoo l·.ngd!(, «F.I Jl.IJWI del Tr..h,¡¡u ('1\ l.1 'J r.ln~turm,t(tnn dd :\tuno en llombrc••. en Ctrlo:: M.trx y F,·dt:rtt:o > Engd~. 0/n,¡, F_,.y~j¡/,¡,, Humos .\trc!', Elltt'>n•.JI Cart;~gu. 1957, fl· -1-IJ'J.

:! G.\'\:1•. 1kgd. hlf(JIIIrllllfv::,íú (((/ bpi1il11, la cdtt:tón, l.t rttmprt·st/m, .\li"\ti'C '· FClnd<> tk Cui"Jro~ 1 ~\.'\onómi~:.l. 191!1, p. 12.Cl .l lhttl, f>· 12 1

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1ftl


Amar en el extranJero

de su )':1. \';\Sta obm. En Cr!lloámimto e! 1!1/en~i, este autor sitú.l al trabaJO en el marco de la nocié>n <.k <(inten.;st·s de conocimientcm, mi:-;m:l que presenta en los sit,ruicntcs términos: Ll:lmo in te reses a l.ts orient:'lcione~ b ;\sic;ts yut· ~un inherente:> :1 JLternúnada.o; condiciones fundamentalc.:s tk la reproducción y la :\Utoconstituciún posiblu; lk b especie human:l., es decir, al trabajo y a la intcraccic)n. 1~-.a~ orientaciones básicas mic.tn, p<>r tant<J, no a la :;ati:>f:ln:iún Je nc:ccsidades inmediatam<.:nte empíricas, sin() '' h sulucic'111 de problemas sistemáticos en gweral (...) lus intl'rcses dd conocimiento no pucdln dLtcrmin:usc en ra~Ítn de prl!blcma~ lJUt: -en c u a n to tales- :;úlo podrían prt·scnt:usc denIr<' tk un m:uco metodolúgico dc.:tl.'lminado por cll<Js. 1.os tntereses n..:ctores del conocimic:nto se mtdt·n sc'>lo en ayue .. llos problema:-; de la conscn·aci<'m dt· la vtda, ohjt·rtvamt·ntc plante:tdos. yue han encontrado una te~ruesta 1 través de la furmn cultural de extstencia:' El trabaJO es ac.:¡uí. en un tono tlue recoge ecos - num1uc sc'>lo ecosde la tdcntificación antropolc'Jgica reali:.-ada p< 1r l•:ngcls, una e>rienta cic'tn b~sica inherente ah reproducciún dt·ln humano. l•:s un funda mento no trascLndental sino «cuasi- rrasccndentah> porl)Ut' t·st.i medi·¡Jo por las formas culturalcs dc !.1 e\tstenct<l. 'lo es un r,tsgo l Jlll' pc..rtene7ca n una incxtstt:nlc «naturalez.t humana>), pero sí ilCompa ña, O (u acomp.11l:\Jo h.tsta ah01~1. a lo~ hombres prc\'i,llllCiliC :1, }' en, p siempre, la satisf.'1ccic'nl de "U:; m:cesidadc:s de ca<.b m•um·nto }' época. 11:\y un \"Ínculo cntrc trabaj" }' humaniJ 1d, pero al mismo tiempo hay d Ji:lhrnóstico de una scp.traciún: puc:s el tralJ:'Ijo no t.•s d único JiTim:r, sino c.:¡ue también lo t·s b ÍllkJüüitíll -c11mn por lo dem~s ocurrü ya <..,1 1lcgd aunyuc este autnr Lmplcam otta tl·rmin.,loh•ü. l labermas da un paso más. pues no s!>lc> el trnb:tju no ·tgota los constituycntc:s de lo humano, sino t¡ue. con¡unt.lmtntt· con el interactuar, se dtspersa en tres tlllc!n'JCJespccíficc >S: tnterC·s cognoscitivo t~cnico (oncntado a la manipulactc'•n ll'C111C:1); mterés cognoscttivo

J Jur!J,C'Il ll.lbcrm.ls, ncs. t9R2, p. IIJCJ.

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LfJIIO<'lliiÜIIIY f

llllm~. l.1 cdiclllll, \f u.lnd, '1'.1urus lldl~l{t

La casa tom~da 2

práctico (<xientado :ll mantenimiento de las interacciones mediadas simbúlictmentt·); interl-s cognoscirin1 emancipatorio (orientado a la eliminacic'>n de: la~ di~tor~ion<'~ s•swmáticas de la comunicaci!m y a que ésta st• c.Jé librt· de coerciones). Trabajo y emancip.tción se disyuntan : laborar no l'S lo mismo yuc lilx·rarst·. En el dt:sarmll<> posterior de su obra 1 Jabcrm,l.'> ab.tndonar:l d aparato conceptual dt· lo:: ~·intcrc~CS••. dejará de ladc > su ~)sicirma­ mknto inici;ll en d m:1rco de h teoría dd conocimitnto (que. com•, seii..Lia Rkhard J. lkrnstt..·in. lo m antcní:l :ltado «a lo yuc 1 Llbt.•rmas ahnr;t llama '1.1 filusufh de b conciencia• y 'la filosofb dd ::ujLto'"~) y cbhorar;Í su nc >n:dc IS:l cr •nct·pci(lll sobre h máollt~lidJd t'Oiflllllli."ttiÍlll. No lS mi inttncir'm St'J.,rttir :llJUÍ h eYc tluciún Je la obra haherma:;t,lll:t. El traer a cobciún sus n·nl'\iones en (fJuocimiml" e! lnlnir, lo mismo c.:¡uc las de: 1 kgd l'll In 1·"rnommtl!t{~tÍt, busca ~ugerir, hacer pbusibk que fn:Cul'llll'mt·ntc lJlliCill's l'll el tcrrc.:no de las filosofhs han rc.:flexionad<, en torno :~ltl'ma dd tr;tba¡olo han hecho dingno~lic.mdc' o sospechando t¡UC' la tdcnttfic:lcic'ul engdsian:1 no ~e cumple, l}lK' «tmbajcm no es ~itlt.ttlimu de «humanidad,. Pero al mismo tiempo, en la mnltda en t¡ue lo yue se ~e•i:ll.l e~ la b•furcacic'm de dos tL·rmino~, la conJunciún origin:1l ele íos mismos -o ideal, o pnsada, o futura- np.1r\.'Ct <:omn un fant,\sma, como un eco de scduccíc'ltl pmnblc: par.1 el lcctm o para el autor mtsmo. 1lcgcl en algún senttdn la pretenderá; l lahamas la rt·chanroí hasta el grado de ab:1ndonar un campo problemático)' pas:lr a otro. l•:n todo caso cllut,r.tr común de Engcls, d labotar no sc)lo como formador del hombre smo tambi~n como fucntc de su cmancipacic'>t1, ~cs,_ruirá resonando entre los tt·xtos, ser:l u111 sombra dificil dt· !i:lcudir. 1 labc:rma:; mismo. t·n un artículo mur importante, ~hr:i cuenta de b fueoa yut.: late l.ll la iguabci/.n cngclsiana cntn: trabajo r hombre: casi toda.-: bs utopías hasta nuc:;trn:; días, nos dtcc d autnr dc la ·¡~'IITÍcJ tiC" lú /lcátllt CoNJimi,;Jiim, han sido utopías dd trabajo." También l ' ll Adam Smith y en ~farx, de c.:¡uicnc~ nos ocup.lrt'mos ahora con m:\s detalk, habr:\ al mi~mo ticm~> una separación

R1Ch.1rd 1· Bc:rn•tl'on, .,flllmdul'.:tiottot {'n '~tries .1u1orc~. f lab,•nl!aJ tllld ¡\Jode/1111)', la ~:dtl'lÚn. ( ix toord, Thc J\11'1' l't css, f 11H~. p. 1'í. c. JÜr)!.t'll 1f.tl)('l'lll.t', «1 .• t lll'l' 1id Esl.ldc > d<· Hll'IWStl[ }' d agc >t,lllll~lltO dl' l. L. t-nt·rp.Í:lS ut!optct>», lw.••IJV.t l'ulil"'"• b (·cltuon, ll.trcclotl.l, Pt•nin~ul.l, 19~ll. p . 117 y s~

q,.

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Amar en el e~tratl¡ero

La casa tomada 2

de su ya v:t~ta ubm. 1~:n Cilllodtmi:llftJ r l111m:r, e~ te:: autor sitúa al tmbajo en d marc•' de )u nr>ei,·~n de c<Í n lerL·se~ Jc conL>Cimicnto», mi~m:1 que presenta L'n lo:< siguil·ntes términ•Js:

prilcticn (orientado al mantenimiento de bs intl·racdom:s mediadas :;imbúhc,\mt:n tt·): ttllerC.::; cognoscit.i,·o emancipaturio (oric:ntadn a la climinaciún de las di:;torsioncs sistemáticas de la comunicación y •• que ésta se Jé libre de coerciones). TrabaJO y emancipactón se disyuntan: bborar no t'S lo mismo que libcr.ust:. En d dt·sarmllc> posterior de ~u obra J labc.:rmas abandon:-ar.\ d apamtn cunccptual dt• los c<Íntercse~"• dejar;\ de lado su J'lllSICIIliU mientn tnicial en d m:~rco de b teoría Jd cont>eimll'llh> {\j Ul', com1 1 st·t'lala H.ich:~rd J. Bcmstt·tn, lo mantt·nía atado «a lo <Jlll' 1Lthumas aho')r:t llatn;\ ·1;¡ filosc >fía de la cuncicnci:t' y 'la filmofia del sujc:to'u') y dabornr:\ su novetho!(a C< li\Ccpcic'm ~~ 1bre la rwiollúlidml tli/HIIntmfml. No es mi int(ncic'ul sc~uir ayuí h evolución Je la obr:~ habcrma...,iana. l •.1 traer :t colación ~ull rttllxl< oncs t·n Colt(>.im;mltl t lnkris, lu mis me • que Ja..; J\.' Hcgcl~.·n b l'riiOIIItnnlop,it~, busca sugerir. h:lcer plausible <.JUC frccul·ntcmenre ()Utcncs en d tl'rrcno de 1:\l( filo:;ofias h:m rcflcxionadc 1 en torno al tema dd tr:tbajo In han hcch• >c.li:tgtl( )Sticando o :;u:~pcchando ~o¡ue la iJ~.·ntilic:.ciún cng<:lsim1<t t1CJ se cumpk, lJUc <<trabajon no es sint'mimn de ..humanidad,>. Pcr(J al mismu tiempo, en b medida en q\tC lo t¡uc :;e scí'l:lb e~ 1n bifurc:tcu1n de du:< térmi· nns, la con junción original de los mismos -o ide:tl, n pasad:t, o fu tu ra- ap:trl'CL c<~mn un fantasma, como un c.'CO de SL'<.iucdón postble p-.1ra d lector o par:~ d auror mismo. llcgd en algún Sl'lltido b pretcndcr:l; 1 bbcrmas la n:cha~:~d hasta el grado de abandonar un campo problcmáuco y pas:~r a otro. En todo caso el lugar común de Engds, d laborar no sfllo como fom1ador Jd hombre sino tamb1én o•mr > fuente de su emanc1paciún, SC!,>uir:l resonando entre los tcx tns, ser.l una sombrn dificil de sacudir. J labt'rtnas mismo, en un arriculn mur importante, U;lrá cueol:t de la fuern l.jUt' Luc Ul ).¡ igualaci,'m engclsi;\tl:l tntrc tr:tbajo y hombre: c:t.'li todas hs utopías hmaa nu~.·~trr1:: tlía!', nos dice el autor de la Trorí.1 do: lt~ /kátíll Co!IJTfllftUIIIu, han si Jo utopías Jel trnbajo. 0 T:tmbi~n en AJa m Smirh y en Marx, dt· quienes nr ~~ ocuparemos ahor:. crm más dctaUt·. habci al mismo tiempo un:1 S\·par:tclÚn

Llamo intcrcst'S :\ l:t~ orientaciones b<lsiC.\s I.JUC son inhe:1 detcrmÍ•l:lLbs condiciones fUIHbnwnt:tlc~ tk ),, rcpnxhacciim }' b autuconsrituciún posibles t.k b c:s¡-x·cic humana, L's decir, al tra b a jo y a la inte racci<'ln Esas orientaciones b.1sicas rmr:m, por t:anw, no a l:t satisfacciún Je m:ccsiJ:~tlc~ mm~:tl•atamentL' empínc;\S, sinr> a la soluc1ún Jc probkm.ls slstcm.:\ticCJs en gLnc::ml (...) los Intereses dd mrentes

nocimu:nto no pueden Jetermlll.1f'SI. en raí!Ún de prubk~)Ul' en cuan tO taJes- ~ÚI < > podSÍ:ttl pn.:SLiltarsc Jl:Otn> de un m .arco m~.·tudl)lug~co deLcrmuudo por dios. ) ..()S int~.·rcses n:cton:s dd cunocim.icntn se nud1.·n súlo en aquellos pwblcmas de l:t ce >nscrY:-aciún de la dtb, <>bjetiv:unentc plantL~Idos, l)lle han encontrado una respuesta n través de b forma tultur.1l dt· existencia:

mas

El trab:tJO es a<:JuÍ, en un tono yuc:: recoge ecos -aunque súlu ecc >Sde la idcntificaciún antrotX>Ié>gica rcalinda por Enhrcls, un.t orientaciún b:ísicn inherente n ia repmducción Jc lo humnnn Es un fundamento no tr;tscendental !'linn cccuasi-trasccndcntal» porque csü mediado por l:ts fe m'l1:\S culturales de la e::'1stencia. Nr > es un 1',\Sgt, qu(· pertenezca a una mexistem.: «n aturnlez.\ humall:\ll, pem sí acomp:t· ña, o ha acompatl :\dn hasta ahora, a lm hombre!' prcnamcmc a, y en, ya siempre, la s:~w•f:~ccl4'n1 de sus awccsidadt·s de cada me >mcntr' y época. Hay un dnculo (:1Hn: tr;\h:tio y hum.lniJaJ, pero al m•smn tiempo hay el diab'11Ósticn Jc una separación: pucl! el trabajo nu es el único inh:ri.•, sino yuc también lo es b wtrr,;,·.uin -<:omo pur lo Jem:\s ocurría p l'O J kgcl aunyuc este autor Lrnpkara lltra tumu1nlogía. l blxrnus d.t un p:1su m:\~. pues no súlo el trab:\1o nc, :1got:l los cunstiturcntt.:s Jc lo humano, s1no yuc, cnn,untamL"tlte con el interactu:u, se dasp<.-rsa Lll tres mtrrt''4.'' CSpl'CÍfic• ,.;: intl:Jés e• >gnosciti,·<> técnico (or•t·nratko a la m:mipularic'lll l~cmca)• antert•!\ cognosciti\'o -+ Jürp,t·n H.cl11.:rm:\S., n.,s, 1982. p. I'>'J.

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C..rJIIoh7ttii<'IIIIJ ,.

llllfll'•. lJ nhcc:m, l\J.¡dnd. T.1uru~ F.dt~fl•

:; lt!Lh.cnl 1. 1\;,:rn~tt'Hl, to!ntro>dUl<."lttiM t;tl \•ari1'~ .11111 on:~. //,¡/,·t 11/cJJ ,u¡c/ •\ (~¡tfrJ'IIII). la t'th"im, l )sr. •ni, Thc: t.liT l'n.:~~. 1?1!5. p. 15. f, t..fi jHI'¡!.I.'Il 11.,\.wrlll.l\ •La .:rs-c~ dd Lst.tdto de llit:nt:~t.11·1· C'l a~ut.tnut·nso d~ l.c• l'nt'l')?,Í:t, ut•'•r'l·""· l;l/l,r,r,,/'r;/itro~l•, !.1 nlt(I(JII, B.,rcclnn.t.l't·uín,ul.t, 1'11-111, p. 117 ,. ~$.

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Amar en el extranjero

entre trabajo y hombre, y un fantasma de conjunciún <.¡uc aportará a la seduccíón ejercida por sus respcctins obras. Ya al principio de I A Riq11e~a dt: la.•· Nadnttt!X, la di,·isión del trabajo establece díslnnciamil·ntus con imágenes coml) las de Engd:,;. Señala Smith: Todo hombre es rico o pobre sq.,>Ún el grado (,'ll ~JUC pueda gozar de las cosas necesarias, convcnicntts }' gr:uas de b vida. Pero una vt:'/ c:;tablccid<\ la división dd trabajo, e~ sólo una parte muy pel1ucña de las mismas b c¡uc se puede procumr con · el esfuerzo personal. La mayor parte de ellas se conseguirán mediante d trabnjC> de otras personas, y sed t•ico o pobre, de acuerdo con In cantidad Jc trabajo ajeno de <.¡ue pueda Ji.;poner o se halle cn comlicioncs de aJ,¡uirir. ·

Siempre cs posible COI\~Ílkrar la>~ ,·irtudes emancipadoras del tmbajn con relación a la especie co su conjunto y no :1 los particulares. Esm interpretacic'>n, \]Ue permitiría Jar cuenta dd hecho dl• <JU~o: indiYiduos no se proveen a ~í mismos Je manera autosuficientc:, establecería ya de entrada un doblez, un nuc\'O ní,·d en el tema del trabajo, y la prueba de ello radicaría en l)UI..' pn:cisamcntc ror ahí podría colarse un pro~rama n.:volucionario t¡uc ~e pmpu~iera lograr t¡uc todos los indi"iJuns, cada uno, gozaran porigu;'ll dl·lns lx·ndicio~ homini:.-adorcs dd producir. Sm duda, ésta ~::ra la idc.1 rcctt •ra c.k· las posturas de 1;.ngds. 1~1 <.JUicbrc, la mediación c.¡uc lnLhi~ión Jd trabajo mtroducc, podrb c~pr(!'-ars<.· en término~ generales sei1alamlo c.¡ue la actividad de producir, u1b ~ocicJad, rcc:.¡uicre al mtsmn tiempo acctom:s dirigidas a tmnsformar la naturalcz:a o In dado, e interacciones con los Jcmás, como bit:n sdialt) 1fabcrmas. 1~n la medida en que implic~1 no a un hombre, sino a un grupo de los mismos, el tema del trabajo aparece mediado por los intercambios entre ellos y los códigos simhc',Jicos <.¡ue esta situación supone -:u.lcm:\:;, claro, de las opre~ioncs, cxplr >tacioncs y servidumbres ,·ari:ts yue b historia ha conocido. Lejos de simr,Jemcntc formar a la humanidad, la di,•isiún de las tareas productÍ\'as po<.lría dar lu~ar a un dislocamiento estabilizado de la misma,. sin yoc, t¡uízás, hubtcra ninguna síntl'SÍS final, ni de tipo he~diano ns l·omumsta. ·\d.un Snmh. lmui!J:,'<I(/q/1 w/lu• /,¡ Niltmule:;:_ú l' CmJtiJ... , l)fo, a/., p. 31.

La casa tomada 2

1~n el caso de /\dnm Smith d contratcxro, d l'Cil seductor de la unidad ClllfC trabajo}' humanidad no se rcaJi%a COil\0 la promocic'>n Jc una uto pía futura, sim1 lJUC ~e presenta como uno de los rendimientos principales yuc hrind:-~la opcracir'm del mercadn: el rmhajo, aún diYídido. conl ribuy<: a la con~titucir)n dd hombre como ul y en conjunlo, ~racias ~~~ mt~canismo nK·rcantil. De: hccho.la ~ocicdad rq..,..;da po1 •.:1 intercambio general dc mercancías recibe así, por la vía de l:L man• 1 ÍO\'Ísíblc, una legitimación, una seducción casi :mtropolúgíca. 1~n el párrafo en yue Adam Smith introduce su famos:t met:ifora, b palabra «trabajrm aparece explícitamente referida a b actÍ\·idad de lm: empleados al set\'Ício de los «intereses cgoist;ls y rapaces», pero no es atribuida al hacer de la mano it1\'isíble. De ésta no se dice en ningún momento l.jU\.' 1r:1baje, a lo sumo yu~: «conduce>~. sin ser Yista, las acciones de los individuos hacía una disrribucil'm armónica del producto social. Pero el símbolo mismo utili~aJo, la mano., evoca resonancias laborales, se ~::scucha en él un ruido de herramientas; y el rc~ultado del hacer de los cinco dedos im·isibles, tan e<juilibrado. índu~<' ju~t{J, p.lrccc incorpomr el clcmcnt{ 1 teleológico del actuar dirigido a pn 1ducir un objeto pre"íamcnte proyectado. Tales rc~onancias lJtlcdan cxacl:-~mente como e~o, con1o ecos, cotno espectros: ~e deja 1..·n el misterio el l¡uc la «conJucciún» se realice como una produet.'ÍfÍII, en el sentido en yue bs tn:ln•·~ tmbajadoras ¡TUu!J~t'ett el barro a l:t \'asija o el tornillo a su posición tinnl; o bien se trate de un hacer de diferente tipo, como el pase m:lg~co hecho al azar por el prestidigitador. J .a mano invisible no trabaja, pero tal ycz 5Í. Smith lkja abiena tal p(Jsibilidad, pero, al ll<J c:uactcmar la actiYidad d<: esos cinco <.kdos inasibles con el mi:mm término aplicado al hacer de los empleado:-;, indica una separaci{m en d seno mismo de todo hacer que pn Jducc algo: por un lado el esfor:.mr~c y manch::¡rs<:: las manos, por otro el guíar, ~cil:llar y organi?.ar con un gesto. ¿Ne' es la m<.:táfora dt· b manu im·isiblc seductora tambiC:n poryue en este punto preciso se constituye como una utopía del trabaj{ '·como la utopía de ym: d trabajar dc,·cnga en el simple conducir? ) ,a mano y su conducciún son súlo fantasmáticos, CS('l\!Ctmks, ¿pero no por dio son una oferta, un;\ promesa? I [abría yue tomar c:n serio a Derrida cuandc.o st:l1ab: ((En d fondo, el espectro <.'S el JX'n•cnir, está !ltcmprc por venir, sr'>lo ss.: presenta corno lo l}llc podría n:mr • > (re) apareccm. ~

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La casa tomada 2

Amar en el extran¡ero

Marx, cuyo libro E/ Capiwl, como Ycccmos en S(.'!,>uitla, pm.:Jc ser visto como una profunda rdk~ón sobre la disyunción entre trabajo y humanidad (.'11 el contexto d~ la sociedad capit:\lista, con t<xh probabilidad hubiera aceptado con m:í¡; facilidad 1:\ nmbtgüedad, la alusividad-elusi,·idad, la es¡xctralidad de la forrnulaciún mct:\fórica smithiana respecto a la forma de cstnr el tmbajo en el mercado, que la clarid ad d e otro enunciado de Smith en lJUe el recurso ;\l Yocabulario de la tt:orb econúmica ap.m:ntemente dtsuch-c los fantasmas. Se trat.1 de la proposición según la cu:ll: ccl •:l trabajo es la med ida real del valor en cambio de tmb clase de bienes.>)" Frente a tal postum .l\.1arx señal:\ que si el trabajar ha de estar presente comc > nwdición dd ,·:lJo r de las m ercancías en el m ercado, no podrá cumplir esa función , a menm que se realice una d iferenci.ncil>n cnl re lrúht!J'u '""'· ~nlo r truhtfjo tJbstruc/o. El priml·m pwduce objt:tos especítico~ nlorcs de u~o1 por medio de acciones pnrticulares cc m y a tr:wés de m:lteriak-; pccultarcll (la labor, medios y productos diferentes dd carpintero y el plomero, por cjemplu), no p ued e ~cr, por lalliCJ, po r su particularidad, h base de la conmcnsur:tbilidaJ gcn<..'t":ll de las m ercancías. Estns sc>lo pueden confrontarse como productos Jd trabajo si por este térrmno se <:nti(.'lldc lo tJUe ticn~ l'n común tc •do el espectro de actividades productivas, a saber, el incorporar ga!ito Jc cerebro, m úsculo, brazo, fuerza, de los hombres. <1.."\i prescindimos dd carácter concreto de la :tctivtdad proJucll\ .1 y, por tanto, Je la utilidad Jd trabajo, ¿yué ljllt:d.l en pie de él? C~m:d.t, -.implcment~.·, el 'e' un ~'"l'' dl· fuerza humann de trabajo>>}11 Sohfl· cst.l diftn:nciactt.ul en torno al trabajo concreto )' abstracto Marx ha dicho (.¡uc <<e:. el eje l n torno al cual gir.\ 11 la compr~nsión de la economía polític:1.1•. Pew !li al trabajo se le ~uit:1 lo concreto, lo que incorpora de tmnsform.lcic'nl específica de estos mnteriah:~ precisamente y de producció n d e estos objetos y n o otros; o incluso, de este saber correspondiente a cst~\ actividad, a este oficio, intram;fcriblc con ningún o tro, ¿por qué mantener el mismo término? ¿En qué ~entido el abJtra,to cr. toda,•ia un cctrnb:Ijo» o puede ser m<.'flt:tdo como tal? Es éstt.: un pro blema que tiene.: que ,·cr con la seducción, con la 8 Jacques Derrida, es¡xctiYJI d( Mat:-.~ up. 9 lll 11

rit.. p. 52.

.

Adarn Snúth, IHmli§J<iON so/m /u Nu1111~.) r.llloiA ... op. al., p. 31. Carlos Marx, EJ Capi/(1/. .. , Tomo 1, op. (11.• p. 11 . /bid, fl· 9.

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intcrtextu:didaJ, con los ecos 9uc recorren las palabras, pero e:: también algo yuc ha de st·r entendido en el contexto eJe una complejid ad específica .t l.l cscrirur.t de 1\l:trx y que Mauncc BL"lnchot expresa en lo:; sÍhtUicntes términos:

El ejemplo de Marx nos ha ayudado a comprender {jut' el lenguaje dl· escrítur:l, lcn~>U,\jc Jc contestación íncc:>ante, debe constantemente desarroll:usc y rompen•c baju formas 11J1Íitipkr. l ~1 lcngu;t jc comunistn es si~mprc a la lt'Z tácito y \'Íolcnto, poliuco r sabio, dtrecto, tndirccto, total yfmgmcntario, lento y casi ín stant:l n~.'U. Marx no \·ive cúmuchmcnte con l'St:t pluralidaJ de leoh>uajcs que siempre tropiezan y se desum·n en él. Incluso si esos lenguajes parecen com·cr¡..,rer hacia d mismn fin, no podrían ser \'ucltos :'\ traducir uno a otro, y su heterogeneidad, la separ:tción o b distancia que les dc~c<.ntran, Jcs hncen nu contemporáneos y t.'llcs y uc, produciendo un efecto de d istorsió n irreductible, obligan a los que tienen (jUe soportar su lectum (h pr:íctica) a sum~: tcrl'c.: n una mudilicacic'm incc.::s:mle. 1 ·~ Len~ua¡es nn contemporán eos l!lle producen dectus de distor., ~' lJ . . Ston ro bbl :t t.nllntc en n•nt.>Un otro ambtto S(::\ e~ lo u n notabk, l'll la obra de Marx, como en at¡udlos textos yuc versan sobre el rraba¡o. J ~'l posa, retóaic:t, cstilo,l:ts metáfora¡; y ~slizamic:ntos,las rcsc mancia...; t.JUe pone en jul·go el aulor de la ( imtrih11cióll tJ lt1 Crílit<l rlr /u l:,'aJIIOIIIÍII PoliJi,u,. no pueden omitiNe ni tomarse con ligctc7a si t.:S yuc h~y (jUC consitlerar la cfcctindad. d encantamiento guc el pcnsarnimto marxista '-Í<...-cu·~ por ~en eracioncs, y que ocasiom·l en mucho¡; de nosotros r~ac­ cioncl> como la de L::nriyuc, uno de lo:; protagonistas de 1¿1 ( OIIJúfl'clriÓII tlt lt, PniJiem•r,,, de Alejo C.arpcntier, al kcr e/ Capiltlf. 11

M.1uno.:t· l31.mchot. L:z RÍiu clt /a, IJtam, 1:1 t.-dictún. 1\l,ulrid. T:1urus, 1?7(•. p. 90-'J l. Dernd.1 rctle,.tona sobre cstl· ft'xto de l31.tndwt en l.:!j>f<·fi'OJ dr Mui'X. rrp.

rit., p. -lR-411. 13

En un.l tt)r\.lltdad ctrc:ln.l .11.1 de Blan,hot ohscrv,t Dt•lÍ\:1r Echcn·rri.t: ..: . . ) M )' ~1\no~ sujc..tM horní•nimr.~ ll.tm.ldo~ l\l.u·x: v.trio.~ esho:--o~ di1·crg~:ntn; de 1.1 fbrm:t q ue !.1 su~t.mcl,l tllnrx twm: por si mi~m:t y l.jUl' cocx•qcn <.:onllll:tiv:uncnte lntlndo de ~cr c.1d.t uno de di•JS d ~1.: lttnc 1.1 d.t''l:} n:prt...,tnt:tl~ , •-nlad de l•)s lttros». Dolí\":lr EchC'I'<:rrí.l, cll>immo Ctitit:rl tk Mar:.., J.¡ ('lltctlm, .:\iéxtC(>, é.R.\.

19R6, p. 1-1.

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Am:lf en el extr1111ltro

La casa tomada 2

De pronto, f\farx -nunca l\\lbie~e pcns:~do en ello- se 0:<.: rcvdab:t como un m:tgnífico e~critor: estóm:tgu y fant:t.'it:t, lo bajo lo :tito, lo intc~tinal y In asccndcntt·, h _bc:sti:t ~· el nou~: conlr:t~tc logrado con 1:\ mayor cconomt:t de pabbras. ()uicn vn me había im:tgin:tdo cc¡mo un :\tido lc•'wicn ·~ de cifra~ y plusvalb, me \'<\ inrcrcs:tm.ln como prnststa.

una mercancía tendría m:ís valor cuan to má~ torpe o lerdo fuc~c el productor. Si un zapatero inhábil ocupara el triple de titmpo lJUC uno die~tm en producir unos ~:tpatos, esto~ sin embargo yaJdri:tn trL's \'ct:cll m:\s lJUC los del seh11.mdo. Por '.:so. sct1al:t 1\'larx, d tiempo de trabajo :1 considerar para 1n medición del \":tlnr es el .wdullll~ll/c' lltW.I'tlrio, ddinidu como c<aguelgue l«.' re9u1cre p:tr:t pn 1ducir un \'alor de uso cuak¡uicm, en bs condiciones normales de pm<.lucciún )' con d grndo mcdto de destreza e uttcnsic.bd Je tmba~> impcrarllc:cn la socicc.lad>>.1\ 1"'\ ncotación ~"'eialmcntc 11(.--<:CSario». hace rcfcr<.'ttcia, puc:;, :1l tiempo mt:dio I..JUC la SOCK'{Iad utili:ra p.lr.t producir cada da.'e c.k· mcrc~n.ci:ll'. P~.-·ru hay algo más en esto que una simple opcraciún antmcltCa P•lrn obtener lit.'f11]'0S promedio. Una escucha ntt:nt.l mues tra q~~· .llll\l)UC se cxpre¡;c en la.-; mism:ts unidadL~ -día,._, horas-, y se utthcc el tnl$010 Yocablo, el ((tiempo¡¡ L'l1 que efcctinwu:ntc el p roduc.tor Jc:~arn_,lla Nu trabajo concreto es diferente al ((tic::mp01> denomtnad' 1 (<soctnlmcnte necc8:trio». Esta diferencia puede constatar:;e por d hecho de <.JUC guíen produce por debajo de la meditl so:ial, al d:lr~l' el itltl'rcambio a partir del promt:dio, .~tJIIu tiempo; rrucnttas ljlle quien bbom con exceso en rclnciún :t la media, lo pierde. ¿<~ué lJUÍCrc decir gue un:t parte de las horas gastadas m crear unas h<Has. digamu:; do:; Jc ocho, no :;can Jlt'ti.'.farilLf .lf~túl111rnt~? ¿Signific:t l'so I.JUI..' no cxisti<.·ron, guc la sociedad no rcct~nocc yue d productor \'t\'to Ctcnto 'cinte minutos? ¿A dúnde Ya ese bpso P'- rdt' '1 do.:> ¿'-' 1 por LJUC ~o o 1111:1 parle desaparece, cuandn toc.bs la-. hnr.1s. J:a¡¡ ocho \' no sólo dos en nuestro ejemplo, se h:tn vivido por el produ~t•>r? Y en el caso contrario, :tún más intn.!;ante: ¿(,2uc si~,.,, 1 (i ca un tK'Olp< > l{UC puede n:montan-c? ¿Qué quiere dt'Cir no súlo yue IIC «g:ln<.-.. un ttc.:•mpo extra, Sino simplemente que no se pierda. cu¡tndo pArad ptoc.luctor d tiL1llpo fue n,;cJo ya y, por k> tamo, li<" h:-. des\·:UKcidu por cnmplcto, sin g.to.'lnct:t, sin rq,~<.'So posible? St hubicr;t I..JUC responder a la pregunta acerca de cuál<.~ el tt·nu de é/ (úf'tlttl. h.tbria yuc tketr. yuizá. que lcjo~ Jc ser 11un libro de etoo<>mÍa»la e1br,1 de Marx es una retlcxión sobre d tiempo, o sobre d pn>~)l<;m.t Jc cómo -a tmYés de qué dispusiti\"OS y con qué come~ctat~-nuetHra:; :;ocicdadcs son ::trticulacioncs complejas de tit·m-

.....

1

Ningún texto, ha subrayado lkrrid.l, c.:s l·stnctamcntc ~ontL'fllJX>_rá­ oc.:-o de si mismo, c.:~lrtctrurn:ntc tMducthlc en sus proptos IL'o~U.'lJCS. Ello no t.'S un dl'ft.-cto. ¡.:_._ este c~tM 41< IUt of ~,lll~ de toda cscntura lo que le otoq.,ra su ~¡x:rturn, su c:~rÁch.:r ele pronlCS:t, su ser cntn.1:;.>-:ldo a la pluralicbd ~ las mtcrprct:tcioncll- (:C,mo <.'11 el c.1.so de l:1 ¡xxlcrosa metáfora de AJnm ~muh, tnmb~én t.-n d dis~~wr de ~la ex en tomo al trabajo, c:;pcctros. m:t¡:tt:t~ y htatos cumpltrnn funcumcs

de utopía y por dio de críttca. . ¡.:11 ff,/ (.liJ>ifal hay un ~.:\amen, una escucha atenta ): _l:~bon~>sa sobre d Jugar extraño que Smith a~iw,a ni trnbajo. Rcflc~H 11~ y <.:~cu­

cha t}UC :;1 111 1\c\'adas a mn:lc:; de prc >fundiclad ~x~m~~~dmana desde el momL·nto en que 1\l:trx dc~cubrc que en la 1.hl:\ttn~tnn co_nccptual (abstracto-cmtcrdo) sobre el traba¡<> ~e juega u na d unenstnn suplt:m cntnri:t y decisi,·a: d tiempo. Si In que hace comparables a dos mercancí:ls que :;on Yalores Je u~n diferentes, es que amb:t:; p()sccn una «sustancim) común, es decir, yuc :unha:; son productos del trnbajo abstrncro -puro gasto dc músculo y ccrcbrn- y n!l ~iel tt~bajo concret<, -pues c8tc últim1' pr• 1d\lll" 11bjcto~ Cl ~ncretns. mc• )nmet~­ surablcs como tales-. l:ts cantidad~.·:; ~JIIC cn b formula 1<x m~.:rc:tncta a v mercancía b» bs hacen ~.·qui,·nlcntl'S dependen de In canndad de s~stanc.ia común que c:ttia un:l incorpora. l~ monto de cs.'l sustancia. ttabajo abstracto,~ c\·:Uúa en tétminu, de tiempo. Así. ~oo digo e<! automc'n·ik~ = una cas;l>>, :tfirmo que en la pn~ucaon d1. los n:hiculos se ha <.'"lllpktJc, b mitad del tiL'mpn de trnba1u abstr.lc-

=

to que <.'tl la de L'l habtt:lCtÓn. ., Pero, subrayn ~brx, es ncces:mo h;\ccr una :tcoractnn a l·sm mcdic1ón del ,·alor de las mcrcancíns c11 término~ de tiempo. Puc.:s ~~ ~úlo nns guedámmos con lo pl:mtcado hasta aguí. resultaría gw..: - , 1 - \\cjn 1

C:.u-pcnttcr. /.u

\'il, I'J711, p. 119.

(:oiiJ'il!luiYIJ/1

llr lc1

I'IIPitlli'l<l.

'la

cdit:~t"•u. 1\\éxc..:u, Sigl.,

~~ c.ulo< 1\l.tr\, 111 (<lflllul..., ·romo

1, op. •11.,

p. 7

171

..


Am»r en el excranj~ro

pos divcr~ot~. Esta problcm:ltica :w t:ntrc\·é yn t·n d ~n:llisi:; {jU<.: h~:­ mos real indo: d tlc't!IJlfl dt /¡¡ !idtl (.'~ de unn cu:~lidad di rc:r~:nte a la tcmpor;llidad del c.tpÍI:~I en cuanto el pcimew tiene una dirt·cciún única ha<.."Ía la p..:rdida: n<• s~ puede recuperar d pasado, el vi,;r humanu es fin11n Sobre ese 1icmpo ..natural» se monta una ccrtificaci('m s,JCial -el mt·rcadn, b etiqueta •fltialmflflr llfiYJIIri~ yue hace las veces de tltsp<JsltiY' >de 1raducciún dclticmpe, pre 1pío <1 b temp< r mlidad mercantil. Pero es el p:~so dt· un lcngu:tJc a otro, tk un cúthgo a otro. Y no Indo es traducible: con fn:cu~.ncia ocurnr:l yuL' un:t pocción -y :t \'ect·s tod.l- de la ,·ida d-.: los productores nn UcbtUc a form:1r p:trtc de la sociedad, t¡uc n• 1 pucd:tn producu en el tic.:mp<, promedio, <¡ue no sc;m rcconocidn:; como cxJstt·nh:~. D1: un tit-mpn al otn >, dd tic la ,•ida a <..-se <¡u e !'C pucdt :~cumular, habr:i un sal t< >,un corte o hi:tto, lltl:t c:xdus1é,n primcrn. 1•.n el n1<:rcadn cnpitalist:t, put:~. resuena aún el tr:tb:tjll. Pero hs elaboraciom·s de Marx c.hn tl:~timonin de: lll'l alcjnmicntn pwgre~i­ ,·o. de una sc:tic de doblcc<..·s \'ÍnculaJn~ C'(ltl b nociún de ricmpo, por los que el trabajar dd hombre se diluy(', se \'Ucl\'e paso :1 p:tso m:ls abstr.u.:to, m:i~ cmkblc, h:tstn t]UI..'dnr ~ñln un susurro, una rcmc:mbran:t.a l'n lejanía, un::t nu~tnlgin o un fantasmn. llay en 1f./ C.t· pita/la gmn sospecha de yue el trab:tjo s<: ha ido, una imbgaci<'m rigurosa por ese sendero, un vislumbrc: Júc1do 1 del nh:tnJo mu. al mismo tiempo c.JU<..' un esfuerzo último por retener lo que ~e \'a dr..-spués de haber mns1r.1do todos los cam1nos para !'U huiJn -y t¡ui%á una sospecha sim1l:tr abrigú Smith ;\) dCJ:lr abierta la ducb. en su met.lforn, acerca di..' st la mano im·isibk tr.lb;\j:tb:l. M;lrx mantic:nc la d cnomin:tcit,n ntC'.1hnjcm. i\1 h:tcerlo dcsarm· lla una csrratq.,>ia ficcinn.1l an~loga :1 la pufccctonada por el iusoaturalismn. Recordemos <..¡u~· en el m1rco de C:!(te último -SL1-,>Úo rimos ffi el pnmcr c:tpítuln-, d <d ~stadolk n.uur:tlc:z;t•• .1p.1n·c<..· come • un n:curs• >htf~ >túico 1 yue pcrmuc e:' aJuar bs :;octnl.tdl·:-; n:almt."t1tl c:xistcotcs dc:;d~, la óptica normativa yut.' p. ,dri.l t.nuncinr:~t.· así: «¿si lo~ hombres hubié:;t:mos pactndo libremente una Noci~·tbtl, hubiéramos acordado construir pn:cisnmL'ntt: é~ta?n El di~~:i'le 1 tktnlhdo del orden dc.nv:ldo del contrn.tn ~e apoya en unn dc~cripciém prolija de:: b .situaciún en que. al princ1pi• '· lo!' hombres carecían de \'Ínculc )~ socinlcs. Pt.·ru :;orpn:ndcntemnllt·, 1~ ,r )¡, general e 1st al terminar lo!> libros respectivos, los autnn:s 111 ¡s dir:in yuc: d estado de naturakza

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U. C3Sa tomJda 1

no hn existido ni pudri:tmos acceder a él un.t \'C:I. cstabkcid:l la soci~:thd: al fisul no sólo $C lJUÍtn d bns:uncnto sinu que se nos informa que nunca cxtstii>. 1~1 conlmctu:tlismn crc:n dc: esta forma u 11 n e~trntc:gi:l htcr:ttÍ;t, UC \'erostmiJituJ. que otort..>a un J"~'Culiar ftlu a SU dtscursl). )' ~uc no es scp.ll'.lbk: de las propucstn.o; tc:c'>ric.-.s positi,·as que cada nuror nos ofn_-cc:. hcción r filusofia corren la una d1.• h mane.' tk b ntrn, )" es t-slt' Jc:;tm·oh-imicntn común cll¡ut: ofrt>cc profu?Jsd,lt~. rc:kmnca,\ r 'lnlnl• 1 a una art..'l.lrn&.-nt:\ción ~.., cuyo <lrigo m1 habna lJUC snc.,rporar buc:na p.lrk de Jc,s artUlJ!.'lOS t.k-la reto ··rica. f:tmb1~n \1.\rx edifica p:tcientcmcnlc, ·t tr.t\·¿s de, y en c1 •ntr,tsl\' con. el 1rnba1'> ccmcrctu (con lo <•dadu», con k> «n::ttu~). las p.m:de:' yut· h:tbr:in eJe SOl'tcner la :.upcrficic ficticia -d ~:;pacio dd trnba¡u nbstr:tctu. d lu.;mf'4, .rnáttÚtJr:llt.: /lc'rr!Jtlrill yuc no es d de la vH.Ia. Pcn , una n:.% c-un:>tnaic.lo d ptse > superior, cuand•, v.t la placa desean sa snbrt· bs columnas, súbir.mwntl' los wporlcs Sl' diminan: dc:sdt' la socil·dad no tl'ncmos acccsn n lo yuc: -yut:d- fueron alguna \'C.% d «trabajw, y el tiempo c<c<mnnluralcs» al hombre, pon.JUC ~icmprc nos mon·mus ya en el ~mbJto d~ lo «soci;tlmentc necesario» :;<'1)n intcracruamo ,s en el mcrcaJc 1. () mc¡or, hs columnas S(; suben al siguicnrc 111vd, ~e hacen rt•po~ar snbrt: d piso lllle debl·rían dt:tcner y el ccm¡llntu florn t'l1 el :tlr&.:: es tlcc1r, para t¡uiencs va t<stamos ,.n el esp:tCIIl SOCI:IJ, lo 4UC result:t llll:t ficción son cJ tit:~po de Ja \'td:l }' el laborar concreto de lo!! productores. PI n.-sultado seria como un:-~ planch.1 ~uc:. :t tres metros Je :tlturJ, carga unos soport<:s.. ¿&:·m así en fl.':lltd,hl? Pon¡ut: si tu,· il-s~·mo:; unos k-.ltes yuc nos p<:rmltlc:r.\1\ capt:tr In.-. 1m.igcncs inYcrtitl:~~. Y<..ri.tmos, :-~1 contmrio, simpknK-ntt· unas columnns yuc ~nstic:nt·n un piso. ¿l.u:\1 ~L·ría b fll •siciú11 corrcct1, «\'t•rtladcr~u•? El di-;po~itivu de Lt ficci<Jn cJc¡a abic:rta b pr~­ guota. 1~1 tmb:1j1 > dt• lo~ hwnbrt·!' finitus con su tiLmp<> yuc conduc1. :t b mu<.:rtc t-st:i y no está ahi d emde también parece t.·st:tr, }' no, el otrn tiempo, el abstracto, homogl-nc:o, yuc puede rcciJrn:rse haet:t adclanl&. )' hnci~ :ttrn:;, gnnar:;l·, pc:n.krsc, •Kumularst:. L:t fih'Ur:\ dd trah:lJO t:oncr(•to aporta un timbrt• r filo cspeci:tb; a la teoría. 1•:n i\.hrx h fiecitlll del tmbajar <,n~r1nal no dc:;dohbdc• <:n la abstracción tld lll'mpo .lodullllmt,• ,u,'l:.rmio, ,·icnc a dt·cirnos d<JS cosn~: yut 1\Ut::itTO problema, el conflicto que alr;wicsa nuestra. c<m\"Ívenci:t, gira en tnmn n un,\ construcción cxtmih, :tbstract:t, tnmateri:ll, mclu-;, 1 :-~bsurda, y sin cmb:~rgo Yie lllnt:lm<:ntc efl·cti,·a; y, se-

173


Amar ., elextran¡ero

La casa tomada 2

gunda, t¡ue tal ab$urdidatl, tal inscnsntc~ de nuc:Hw mundo )' n~cs­ tro enfrentamiento, puede constatnrsc por el hecho de t¡uc alu no 16 está el tr.1bajn, ese, el <cvcrdadctoll, d <<nnturn.h>, el concr~to· ¿Por qué al c<tJ<:rnpo de trabajo socinlmc~ltc ncccsann para_ pro ducir una mcrcancí:u1 se le ll;un.'l «\'nlor»? Sm duda h:w <lt¡UI una conexión dircct.'l C()tl b tradtció n prnbkm,\ttc.l} tcrmltloiC.gica de .l:t tmnomia poliliüJ dJ.ucú. Pero pocJc hnbcr :tlgo m:U.. ~'uuk oe~rnr, como sugtcrc 1krmann 13roch, que d paso de un tu.:mpo fin u o a otro tiempo difen-nte, homug¿nec '• esp.tcl.\1 e1dm1cns1• 1n~l en d Sl'tltido de que pu~d:t rccorct-rse haci:t atld:ttHl' o h;\Cil atras. sea al~<.• que acontezca s1cmpce que se pÍel\scn -o se <ITTl<Kiclen» como dtct· Broch- 1<\·alorcsll, no sólo cconúmicc)S, t\n súlo refcndos a la tasación de bienes m:ucnalcs, si11<.1, en gene mi, cualquier ,·a\t 'r:

nitim In n:prcst·ntacic'm de lo empírico, pues st• esfum:t a tr:wl-l-1 dt· tndas las hor:ts de su vida fisica, conduce :11 futuro y tt•rminat·n la muerte. l~n el tiempo y en su decurso c~t:1 l'nrni~ac.b la rclattndad de los valores, b <:terna advertencia Jc que lo~ v:tlor<.:s fijndos por el hombre nc 1 puctkn traspasnr su rdatl\·idad )' alc:tn:t.ar h absolurindad dl\'tn:t ~1 uc pcr !'iJ.,"Ul'll. Y nsí toda mnJdación t'St:Í presidida por d propósito de rc.:ndcnci.1. a (...) ordenar la sccu<.'1lcia dl Y:tlon:s <.'ll una stmuh;lnctdad de estos, en crear un sistt"ffia c.:n t¡u<.· los ,·atores no :;e sucedan }':1 indi,·idualmentc unos a otros. sino l¡ue existan <.'n una comunic.üd simultánea y apoy:índosc unos a otros. .ft' /rula Jitmpn tk ln111.~{ormar tlltmlf't.J ,·11 1111c1 t.flnt<'fllrú q11r t'llllfl ff/1/tdn lú/O pndtmos llamar t.rptldul... ,.

En p:trtc alguna aparece esto de forma IM ,·istblc com<~ L'11 el fcnúmcno del tiempo. no cn el ttcmpo ra~uco, pero ~1 en aquel otro que p;lrn la ,·ida del hombre con~titU}'t' en ddi-

Como si siguiera la sugrn:ncia de Oroeh, 1\.fichcl ;\b>lictt;\ dc.-.cubrc en M:ux la formacic'm Ul' Ull :imbitn de simult1netdad. r,a ley d<.:l \'nlnr, nfirm:t d autor en ( .rili.r )' Rc;~11ladón dtl (.'api1ulim11J, c1sc m~ni­ fic~ra en In circulaciún general de bs mercancías, que es el (Jpúdo .ro.iuiiJOtllq~illl'n dd trahajo abstr:tcto.>• 13 1\glictta subraya, sin embargo, yue el espacio homoh>énen del trab:tjo abNtrncto, é!ic en lJliC el tiempo de,·icnc una dim..:n~i~·m, tiene una consistencia prccnrin, puc~ depende, como lo mo~rn·, Marx al attali;,nr lo yue c.lcnomtnl·> cch metamorfosis de la mt·rcancía».''' Jc qul· los uttcrcambros -;t·an cfectl\·ament<.: rcali7.:tdc ,., en el merc:tdo; es d<.-crr. de yuc lus productores ttngan la suerte <.k yuc.: alllc¡.,·~lr a la csfcrn de In circulncic'lt'l, sus productos sean cfc.-ctt,·:tmL'1He requeridos por la snctcdnd, cucst¡,·,n i:~ta sólo comprooobk una Ycz yuc y::t se: han pwc.luc•do. ¿Qué ocuroría s1 nc • fue m. posible ,·endcr la mcrcancb ~:n d mt:rcado? ¿Y :;i <.:Sf:l sttu:-.ciún se gcncrali'l.am a todos o casi todos los ~n.~lucrorcs? El cspacÍ(t homo¡.,>Í'l1CO del ,·alor. cllu&ra.r donde la rdattndad de cada une 1 !IC supera en un .:tbsnluh >, cc •rnr 1 dijera Bn x:h, no se fiJrmaría. Pero cst:t n:spuesta no scri:t dd todo corrl'Cta cn 17

aó11, IH Gfl ..

19

17..

1lc:rm.um Br~:h, 111 ·:1M.11 t·n el St~h'm.t de \'.tlorc~ cid .\m.-.. f'«Ho.lr lturofl~ .it., p. 3%. El ~ul>r.t)~tdo n meu, CH.. i\lirhtl :\~lec.:rt.l, l{j,"C,II/u.~d/1) ( 1/J/1 tM CupituÜJIIlO, op. n/., ¡'). 2~. :O.uhr.t¡,tdo, ""' '•

tJf'.

c:¡,: C11rlo~

\tan, 1i/C.ilp¡tul...,

'ti uno 1, op. rit., pp.

t,(, 7"\.


La asa tomada 2

tanto no considerarla que si pudcmus hablar de tal ((egpacio•>, es porque ya antes, en alh>Úo momento, los intt:rc:unbiCJ~ ¡;[ tu,·i~ron lugar -aunque l!cguramcntc no todo~ los potcnctalc~-. e~ dectr, b superficie se formó. Por otra p:trtc, al ofn."Ct:r la m~.:nctonada rL'Spuesta tendri.1mos que asumir un presupuesto poco plnusible. a saber, que los ptolluctorL'S lleg:u:\1\ al mc.:rc.1do ~imult:incamentc, que buscaran rcali:tar sus mercanCÍ!lS todos ;1 la vez. i\Lís hten lo o..¡uc sucedería, entonces, de no cumplin~c la mctamorfu~iN, es que en el espacio del valor iría abriéndose. con cada intercambio fal ltdo, un:t grieta, una dcsgarr.1dum. Y a travcs de esa hcndtdura no ~e alcanzarla a ver un fondo porque el t~empo de traOOJO 'JUC: nc1 lo¡!ro ser reconocido en el mercado como fo,iaiAJtnlt lltt'rJario, en t;lntn uempo de seres finito~ en cnmino a la muerte, habóa desaparecido. se ha

bría pcrdid< 1 pnra siempre. 1 lasta aL¡u{ podría decirse, t;tl ve:e, <.¡llc d trabajo ním habita cn el seno del mercado. Así fuera ce uno f;m.tasma, ~ombra, como nombre o como remembranza y nostal~a. Pcm Marx d.1 otra ,·ucltn de tuerca. Sobre el piso que a trc!' mctrol( de altur:t flot.1 sosteniendo unas cxtmñns Clllumna:;, se da a la t;lCen de construir otro nivel, para 1\Ul'\':1 C inmediatamente destnantcJ:tr lo (.jUe lo «SONtCflÍO>I r colocarJo encim:l de la nueva superficie. Es lo que ocurre con el paso del valor a la plusvalía, con b uwcr:;1Ón <.¡ue lleva del ctclo general dd uuercambto mercantil a b etrculaetún capitllltsta. El fll{Wimu:nto de b. crrculaeton mcrc.'lflbl s1mple puede smtcl.J.t.arse, nos dice Marx, en b fi'n·mub M-1>-M: una m~rcancia se llc\ a al mcrcoldn, Sl' cambia por dinero, y se obtiene otra mercancía. Se trata de un ciclo de vcnt.'1 y compt'jl, un intcrcambto de '·alorcs de uso di fercnlc:~ c.¡uC', a pesar de estar amenaz:ulo por b posibtliJaJ de ruptuo -<¡Ue en el mercado no hay" demanda para los productos y que, por UtHo. no pueda homogcnci.zarsc d espaCIO dd "alor, tr.1ducin;<.· <.:1 tiempo Je trabajo como «.."ocialmcntc necc:~ario- está d 1ngído tndada, en último térmmc 1, al e< Jllsumcl, a la 11at1s faccic'Jn de neccstd:ldcs humanas. La circulnciún cap!lnlista nd<.}lltcre otra forma: D-1\t-O': tiC tten~.: dinero, ~e cnmbi:t por una mercancía y, a travé~ de é~ta. se nbtienc una cantidad Jc dinero mayor:'\ la inicial. En el ctdo capttalista no sc t~ta, como en el caso stmplt: y general del intercambio, de n:ndcr para comprar stno de lu tm·erKo, compr:tr pal1l vender. l •.!H:t tnvcr$1Ón. aparente duphcactón de

176

la fórmula .\1-f)-~[, donde parece que todo lo ~JUe ha ( >CUrrido es una ~epetidón y un corrimit:nto. empezar a c~crihir lo mism< 1 pcn 1 a parttr dd término intermedio. tiene consccuenctas profundns Al contra no dt" la circulacsún mtrcanttl, rcgid.1 por d v:~lor dl' uso puc~ emp1e?.a ,. turruna con ubJ<.·tt¡s ~in~ularcs) <.hftrc.:nks en su materialidad }' utilidad, y <.'11 últlm:l in~tanc1a dirigida a sao~facer necesidades de los hombres. la cm:ulaci<'m capitahst.l est:í rcgtda por d valor JL" camb1<' expresado en el dinero c.¡uc empiez:t y <ctermina» el círculo;}' su cumplimiento ljucda encerrado en d circuito mismo. que R ' vuch·c mfinlto pues si SL' tiene <.ltm:rn siempre se puede tener mi-:. ~a nn se fr:tl:\ ~quí, m!Í.'I qut como efecto sccunJariu y por ello n() Siempre g:lr:lntJzado, de !iatasfaccr requerimientos humanos: ni un aJfih.:r se prndudr:í a mt'nfls <¡uc SliJxmga el incremento del dincm adclant:ldo por el capit:tlista al inicio del ciclo -sin duda esto último era un elemento qut: alimcntaba cspecialmc:ntc la indignación de Marx :mtc el si~tema que describía.

Pero de todas las consccuencms que se si1-,rucn Je la inversión Jd mecanismo de I:J circulación simple :.1 transformarst· en capitalista, hav que rcs:dtar aquí el hecho de "'ll'-' ~e trata, en el ciclo D-M-1)', de u;t dis¡x~sitivo de segundo gmdo, de un nuevo dobk-z sobre el espacio ya prcv1amentc doblado del Yalor en relación a un Cícticio suelo del trabajo concreto, «natural». El nombre que l'C da en fll Capital ni proceso por ele.¡ oc un apóstrofo puede ser :tgregado a la últiliL'l D d~ la fórmul:t -)' que le otor&>a !'encido, pue-. serin absurda una circulaci~n ~:tpH.l.llsl.l <.'0 la quL' al ti1ul st· tm'lcra el mism1, dinero que al prtt1CIJ'IIO-, rCCUfX'r:l Cflll cJ:tndaJ el nue\'0 giro J<.• la tuerca: /a 1'0/IJntaf'ÍIÍII

dd rulor.

. 1~1 ~inero incrementado ~uc constituye al c:tp1tal, no pucd<: surgu- del stmple hecho de intercambiar, comprar b:trato y vender caco, porquL, d1ce Marx. a ni\ d del conJunto de lcJs cambios socia le~ todos acah.lríamos pcrdswJo o i&>ualados: lo t¡uc uno defraude le será defraudado y en algún moml'nto lns gan:tncias así buscadas se equilibranín. No es por d cambio que el Jin(:ro produce más dincn 1• Pero ello tampnco nbedccc t'\,\Ctamentt" al l<trn.b:tjO>> sino, como hemos dicho, a la «\·alori:-.acie'm dd \·al()r>>. l ,a discusiún de 1\hr.., aceren Jc por qué el dill(:ro incrementado no puede surgir, cuando se trarn de In soc•edac.l como un lodo. de In cl'fcr., mísm.• dd tnlt't cambio, cst;i dirigida a mostrar precisamente la m:ccsid.1d dd nun,,

111


Amar en el extran¡~

la casa tomada 2

d oblez, de la nucvn inflexión dd valor ~obre el valor; como si Marx h ubiera qucciJo criticar a la economía política clásica por no dar este paso, por no caer en la cucntn no sólo de que en d capitalismo hay una. inversiún-abstra.cciún (del trabajo concreto al abstracto, del tiempo de la Yida al <lsocblmcntc nccc~ario>>), sino por lo menos otra (quiz:í. :;ic:mprc poc lo menos otm). ¿Cómo se obtier\c, pues, el dinero incremcnt:ldo? l,a historia es conocida. El capit:llist:l encuentra y compra en d mercatlo una mcccancÍ.'l especial, la fu<.'f".r.a de trnbajo;:!O cuya existenci..'l resume toua una historia de apcopiaciún de bien<.-s de producción por una clase, situación que obliga a quienes no pertenecen a C$ta últim.'l a ,·ender su quehacer parn sobre,•i,·ir. Una mercancía peculiar porque usarla. emplearla, tiene por consecuencia aumentar la cantidad de ,·alor (el uso de la fuer:í\a de trabajo es el trabajo mismo):

Si comparamos el proceso <.le creación dt: mlor y el procc so de mlon':;_ariótt de un valor existente, vemos que el proceso de Yaloriznción no es más que el mismo proceso de crea-

Pero, parn poder obtener \':tlnr del consumo de una mercancía, nuestco poseedor de dinero tiene qm: ser tan afortunado <..¡uc, tlentro de la órbita de la drmlacidn, en el mercado dc:scubca una mercancía cuyo t'Uior d~ uso posca la peregrina cualidad de sc.c fuente de mlor, cuyo consumo efectivo fuese, pues, al propio tiempo, malt:rilllizadóll dt· traht!Jn, y, por tanto, ,.,.tadótt de t'rJ!or. Y, en efecto, el poscc:dor de dinero encuentra en el mc:rcndo esta merc:lnCÍa ~.rpt,{/ka: la capacidad de tralxljo o la fuer:-.:\ ele trabajo. 21 El capit.'llista comprn esa mercancía peculiar por su valor y la usa, t:s decir, la llt:\':l a la producciún. En un lapso tleterminado, el consumo de la fucr.ca de trabajo proc..lucc valor <.'<jUÍvalentc al que ella mism.'l pusee, ¡x·ro el acuerdo con el empleac..lor no había sido estipulado sólo para ese periodo, sine> para ull:\ jornatla completa de trabajo, por lo que, una \'<.·:-. cumpltdc > d tiempo en que la capacidad de trabajo reproduce su prupto valor, comtcn:ra el ttcmpo del plw.-valor, del t'rJior tultm\_utln. Resume Marx:

31 .<todo el ~1srcm.1 de- 1.1 proJuccrón capitali~t:l dtsc;m~a sobre el hecho Jeque t:1 obrero ''ende su fuer.,,c de trnbJjo como un:\ m~rc:mCÍ:t>>. lbid, p. 356. 11 /bid, p. 121.

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ción de valor pro!OI{~ado a partir de un Jetc:rminado punto.

Si éste sólo llega hasta el jlllnlo en que el valor de la fut·f".r.a de trabajo pagada por el capital deja el puesto a un oucm tqm'ralc111r, est:tmos ante un proceso de simple creación de \'alor. 1\·ro si el proc<.'So rrha.rtJ es/1! prmln, se t rat.tr:i de un proceso c..lc ,·al<)nzación.12 El proceso llc creación de nlor se c.xtiende~ se alaq,'P.\, y a ul punro, que se dobla describiendo un pliegue de más. Se crea l.t p!ll.ll'tl/íu, '·alor snbrc valor, c.1uc el capitalista ya no retribuye al rrabnjadnr, sino <IUC se apropia para sí. Podri.t pa.r cccr que en alhrún sentido el «tr:~b.ttam cntr.1 a~uí en ¡uego, pero no hay en esto ningún retomo a un primigenio tr.tbajo <matural•>. Lo que el capitalista expropia al trabajador no es un objeto concreto, un producto c:specífico, es, simplemente, tiempo abstracto, tiempo de ese que constituye d espacio homogéneo del valor. El agente no es el trabajador como t:tl, sino b «fuerza de: trabajo» que él incorporar a la <..¡uc sirve de soporte: pero la fuerza de trabajo es precisamente la abstracción del hombre, la disociación del indivitluo respecto a sus capacidades. J.a explotación no tiene nada que ver, y si acaso, sólo accidentalmente, co n las penalidades de la acti,·idad laboral, t.'lmpoco e:; smónimo de miseria meuid:t en la c:tntidac..l de bienes a que los asalariados tienrn acceso. La explotación es ti~:mpo: lo yuc ya no se retribuye al trabajador es tiempo abstracto. Ni sk¡uicrn cs. por tanto, llanatnc..>tltc CX)')()Iiación de ese tiempo nt:tl que siempre yn se está llendo: c..s tiempo <.Id tipo abstracto que se puctlc ~:tn:tr y acumular. Sm duJ.1 la cxplomción se ha mantfl'St.1do t.ambién como desgaste cotpocal y paupcriz.'lciún, junto cnn despilfarro absurdo dd fmito tit:mpo c..lc vtda de los trnba jadorcs. l)t!ro ello se ha debido a la serie de rt.'Cursc >s di.-:ciplinaru )l; y de control puestos en práctica para rcali:tar efccti,·amente, cn :acto, l:l homogeneización del tiempo postulada formalm<..'11 te p< lr d va!. \r. Es necesario detenerse m:í.s en todo aquello que S<.' p01w <'ll juego a trm·és dl! la introducción, por Marx, de la catcguria cd'ut•c:r,, :!:!

1/Jtd, p. 146.

l/ 1#

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La casa tomada 2

dt.· trabajo». Esta sólo aparece en el mercado como mercancía en la medida en <.JUe es ofrecida como tal por su poseedor, tluicn debe e:>tar en situación de disponer de dln «libremente»; asimismo, es nt:ccsario que el trabajador venda su capacidad de trabajo sólo por un tiempo determinado, pues l!i hiciera entrega permanente de dla se habría Ycodido él m..ismo; pur último, t:s menester que la capacidad de laborar no repre:H:nte para el empleado un valor de uso sino de cambio, en otras palabra~. que b fueoa de trabajo sea inútil en si misma para el obn:ro y que sólo le: sin·a paca, por medio de ella, conseguir los bienes de consumo que requiere para subsistir. Todas est.'\S cond.iciones y muchas más, no deri,·:-.n. dice Marx, de la esfera de b circulación y del diocco, sino que en c:lbs se «enYudve toda una histona universal».!> La fuerza de trabajo tiene b cnpncidad de producir más Y:Uor del yue ella mi$ma posee. ¿Pero cuál es su valor? Como en d caso de las otras mercancías, consiste en el tiempo dl· trnhnjo !>ocialmente necesario para producirla. Sc'1lo t{UC ahora, en vista de lJUe la capacidad de laborar viene unida indisolublernentc a los homhres, su valor comistirá en d tiempo de trabajo necesario para producir a estos últimos: «el valor dt: la .frtcrta de 1111bqjn es el mlor de los medios de Yída nueJarin.r p:-.m asegurar ln t;ubsilltcncia de su poscedor.»24 Cesáreo Morales recuerda un punto de vista de i\lthusger relevante en el contexto dd nnálisit! aquí desarrollado: <<el concepto <.k plusvalín, lo ha dicht' con toda rmr.ón Althusscr, e~ en la teoría h cxistcr1cia de los trabajadores•>. 2~ Para comprender en todas sus consecuencias este aserto, es m.:c(.·sario considerar dos demcntos más gue forman parte de la ddimción, p<.Jr Marx, del valor de.: l:t fuerza de trabajo. Primero, que en YÍsta de lluc el obrero ha de estar \'Ívo hoy pero tambtéo mañana, y nu sólo como ente indit·idual s1no como las generaciones de los obreros, el \'alor de su capacidad de trabajo ha de incorporar el ti<:mpo de traba¡o S<.>etalmentc m:cesario para h protbt~"tión, pero tamb1én para l:l rrproducción Jc l1 •s trabajadores. ): segundo, que d conjunto de bicne~ que integran el consumo de los obreros -el ,•alor de su fuer~a Jc tmbajo- depende de la cultura, de

la hit~totia de cada lugar cspecílico en que se dcsarrolln la producción (en algunas partes el \'alor expresado en salario estará integrndo, por ejemplo.. por tortillas, en otra~ por hamburguesas). No :><'>1< > es O(.'Ct's:trio que: los empleados estén YÍvos :t b mai'iana siguk·ntc, ~ino 'JUC lo t•stén cumo tales, es decir, que sigan siendo y concibiéndose cnmo trabajadores, para b sociedad }' para $Í mismos. Louis Althusser idcntiticn al salario como eje pam la compremiém de la obra de i\fan: en t:mto /enria de I.J rrprodutáóll, puesto que en lo salarial se cntrctc¡cn las categorías r problemáticas de lo cconÚm1co y lo kkolúgico: de las rcprt·scntaciones imaginarias que los indh·iduos desarrollan acerca de sí.Y> Obsc.:r\'cmos que la categoría «fuerza de trabajo~ con sus rc:;onancias situacion:tles, históricas, cumple funciones complejas en la rcflexiún tk Marx. 1lace aparecer en d ámbito del valor, en d piso lc,·anr:u..ln ~obre el análisis estratégico-ficcional del «trabajo))' um t<:mporalidad distinta, hi!:t<'>rico-cultural en c~k C:t$o, que incide, junto con la dcsgarmdura sícmpre an1cnazantc de la no realizaci<in de b metamorfosi:; de la mercancÍ:l, en el tiempo dd capttal, el espacio abstracto llU<.' en principio tkbcría ser plenamente homogL·nco. 1~1 tiempo ncumulablc Jd Yalor, dimensional, recurrible de adelante hacia ntnis y vicc:Yer~a, ese CJUC difiere del tiempo de los entes finitos condenado:; a la muerte, tampoco es i1-,ru:U a las largns ondas de variac1ún <.'11 los hábitos de consumo de los hombres, a los ritn1os lento:> de la cultura. Se trata, a tr~wés del salario, de la presencia de un cnlc e:\trai1o l·n el Jominio del tiempo socialml'nte necesario. Pero e:; una <.'Xtr:u\c:.-a casi inaprehcnsible, algo parecido a la scnsa ción de currp•> t.Xtr.1iio guc I.JUcda cuando }':\la brizna ha :;alido del ojo y stn t·mb.ugt J no dejamos de Borar. Pues la mere anda f uenm de trabajo es pn.:..:i~amcntc cl'o, una mercancia, una entid.1J que habita el :\mbu• •del ,·:~lnr con11 l h-. e)lf:l.<;. como m.•terialinctt.lll dt wl tiempo de tr:lba~> socialmmtl· n<.-ccsario, pero que presenta un:~ r;trn rcsts tenci:\ :\ la homogeneización, una irrcductibiliJad indefinible, Ull<l inc0m1)(.lidnd, un eco de otros Ut-mpos, históocos, culturales, <.JUC hace guc de manera misteriosa sea lo rrusmo, y no, en rdadt'm a !1 1s dt·mas objc:tos mcrcnntik·s.

2J 1/){(/, p. 123.

p. 12·1. zc; Cl·~.írco 1\lor.llc~ ...Ct(·nc•:•~ So4.:1.11cs p:~r.t \;¡ D~:mnCr:ICI:W, So,-ioll{~itu. i\téxico. t ln1H·r~1tl.1d i\ut<inom.t .\ l~trr.pnltt.um. AflrJ t. No. 2 (otufío de 1986). p. 22. :!-4 lbitl,

..

IRO

:!6 G!r: J.uui6 i\hhu~$Cr. cddt'olo~í:t y J\paratos Ideolilgicus de 1a edtct<'>n, \féxir.:o, <>ri¡~lbo. 1977, pp. 77-83 y 98-108.

Esl;ldo¡», i>ri.IMIII/fl,

1111


!>.m. en el excran¡ero

Una escucha atenta mostrará, por lo demás, que en el proceso de valori:~-ación no sólo hay la huella del tiempo histórico-cultural l)UC se incorpora en el conglomerado de bienes, específico de cada sí tío. que omsumcn los trabajadores. También hay. porque la fuerza de trabajo viene aún pegada a los hombres, resonancias de otro tiempo, a saber, del biológico, de los cuerpos: los cidCJs de fatiga y sueño, de la recuperación y el descanso; también ritmo!\ más largos, como lru; disposicione~ corporales en relación a bs estaciones del año o, más importante, los periodos de rccreación de las generaciones de obreros. Y a partir de ayuí un trem~amicnto sin fin de otros tiempos inscritos en los cuerpos: los de la alegría y la tristeza. d compromiso y la scpamción. intensidad y npatía, los del espíritu, los de lo sagrado. J,a ~ociedad capitalista se debate. se organiza, institucionaliza, recompone ~· descompone con tal de domesticar la plétora de tiempos: cada inst:\ntC de la jornada de· tralxljo, al principio o al final, al comien:m o término del ai1o, para un trabajador o para otw, cada instante Jebe ser perfectamente homo~énco en relación a cualquier otro. Un minuto de valor Jebe ser igual, precisamente equivalente a o ero minutu de ,·alor. J.as temporalidad es di,·ersat-> han de someterse, eliminarse u :ser funcionales al tiempo y al espacio del valor. 27 La economía de,;cnc así política, forma institucion;\l y de poder, orgamzación social. Las leyes del capital no son n;uurales sino que habr:í que crear lns cnndicLones para yue se ejerzan: para que el espacio del Yalor en efecto, en la pr:ictica, sea homogéneo. Entonces se establecen horarios y calendanos, vigilancias, dit\ciplinas y técnicas, a fin de gue los tiempos histórico~, biológicos, culturales y todos los demás, sean comp:ltibles con el ámbito del ,·alor. Si no qu<.· t:sa complejidad de tt.mpmalidadcs se disudva en la equiparación. al menos guc no estorbe. La fuerza de trabajo transita por entre las fronteras dt: la piel, la plusvalía, el proceso de valorización del valor, es la encruc:jada en que la teoóa económica ha de lidiar con el

:!7 Comcn1.1 Jacques Att:th: ctl'odos y c.1d<t uno dchen Ylvir en horas idéntiC,\S o, 1·n todo c.l$0, coherente:~ entre ~í: todo$ y cada uno delwn .cst.u rodeados de un tll'lnl'o dctimdo tom,tdo al segundo, p:tra intcriom:arse de la nut'V.\ d•sciplin.l (...) 'lt• n.-qu•crc que sea d.ld.t l:t boro~ por un p:urón .:omún, que pcrrn1t.1 regular las rfndnlas del rrabajo y ti camhlo C:ISI al minutO.>> ):M:ques Att.lh, HitlOfias tk/Ttt!Wpu, l.t r•bn,.m, Mt'XJco, Fondo de Culrura Econ6mic.1, 1985, p. 201.

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la casa tom~ 2

hecho problemático de:: gue los trabajadorctl ti~::nen cuerpo y, p 11 r (e, tanto, como diría Altbusser, existen. Son ut1 exceso para el capital. «La homogeneización a tr;wés del trabajo abstracto se rt·aliza en la, prod~JC<_:JÚrM,'~ ha señalado 1\~i~·hd Agltctta. Sin duda, aunque no !l:>ln aht. Con t1Kio, la orgam~.lCIOn de lo:; procesos de trab,1jo comtttuyc el prirnL·r dispositi,·o por d que el capital pretende resolver la dh·ersidad de t<.;mporalidades implicac.b por la c;...istencia lk cuerpos en los ?brerus. El mylorismo (elc:studio c.lt.: tiempos y modmientos), el fonh~mo ~:t ~anda co~llnu;l r sus consecuencias: formas de pago por penodos fiJOS, horanos homogéneos, organi%ac16n sindical por depa~~1mentos corre.sponJicntes a h1s diferentes etapas de la produccton), son mecarusmos para tratar de yue los organismos fisicos de los trabajadores tengan rmdimienlos estables -e int~St)S- a lo largo de la jornada, el ai)o,} las generaciones. No sólo eso, tambtén se trnta <.le que los ttempol' Jc su consumo se regularicen y sean pn.:visibles, de tal moJo 'lue absorban las mercancías Jc una proJuccic'>n estandarizad:~ y a escala. Bien. 1>ero estos cmpll:adus sometid1 >s a fuertes proceso:. de disciplinamienro, dnmesticación y control, ¿toJa,·í:l trabajan? ¿Es así como podóa denommarsc lo que hace::n? Las distinciones categorirues de Marx refuerzan la sospecha de que en el capilalismo el trabajnr ~e ha ido. No sólo por la diferenciación cxphcita entre proceso th• lrabqjo y de nJ!ori\.~<áóH, sino pnr los resultados acumulados del nn;llisis. Entre ellos el hecho de haber establccidCJ que la circulactón de capital D-1\1-D' tiene su desarrollo y fin (sin término) en sí misma, a diferencia de b circulación mercantil simpk c:nla yut.: cfl.:ctivammtc habría una salida real del mercado a caua vuelta del círculo. Así, cuanJo el capitaliHa lle"-a a la fuerza de trabajo a la esfera Je la «producción», no la traslada sin m:ís a un antes () un después dd valor, sino que la manúene en él. Per~ ya se había establecido que en el ámbito del tiempo de trabajo socralmcnte necesario no erad t<trabajo» como tal lo que regía, sino el tra~ajc~ ~bstracto. L.'l esfera de 1.1 prodllcüón en b que tiene lugar la valo~ac•on del valor, apar<.«:c, así, como un doblez, como una repetición, un nuevo piso del propio espacio homogéneo. 211 Michd t\glictta, l{tgufu,J(j,,_y Ül)ü.... op. cit., p. 90. Ya en lil G1>ita/h;~bí, 1 Sl'li,1 l:u.lo Marx: «"IOdo trabajo mec;inícn requiere un aprendizaje temprano dt·l uhn·m que le en.1eñe :t .1d.1pt.tr sus mnvunicntns prnp10s :1 los movim1ent••) lllllfurm• • mente conunuu:~ de un .1utóm.1tJ.» Carlos .\farx, fi/ Cap¡tül, op. dt., p. '\lit

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Amar en el extranjero

la cas;a romada 2

El no retorno a un estadio de tmbajo originario se hace más palpable aún en las cékbrcs obl\<.·rvacione~ de Mnrx sobre la valori~:tción, que ~<.· c:ncuc..:ntran en d capítulo V lid tomo 1 de E/ ClJpital. Se presenta ahí 1:\ famosa comp:tmción <.ntre la nctiviJnJ de los in~cctos y el quehacer de los hombres:

capitalismo, que lo incorpora, si acaso, como un <<~nporte)>, ~.·omo condición imprc::~cimlibk pero a tin de cuentas, sin paradoja, accidentaL ¿I>cw hny aún trabajo, a~í ~ca en b nb~tracción de ~us clcmt'tll< 1:; simples, Lll la c~fcra de la \ alori%aciún? Marx introduct.• aquí una nuc,·a dimenstón analítica. .En su enfoque a part1r de lo~ clem(;nlns mis abstractos, d traoo¡o aparece como lo \'IYo que a su \"ez permite traer ala \'ÍÚ:tlo muerto, lo pretérito:

Cn.1 araña e,ecuta opernc1onL'S que S<.'tncjan a la~ manipulaciones dd tt.1cJor, y la construcción de los panales de las abclas podri'\ an r~onzar, pnr o;u pc:rfcccH)n, a m:b di.' un m.1cstro de obras. Pero ha} algo en lo que d peor maestro Je obras aventaja, de~Jc luego, a Ja ffil'jm abcp, }' es cJ hecho de t~UC, antl'S de <.iccutar la construcción, la proyecta Ct\ !lu cerebro. Al final dd proceso de traba¡o, brota un resultado que antes de comenzar el pmccso existía ya en la mente Jcl obrero; cs decir, un resultado que tenía ya ex:istcnctn idcaV'' E l an álisis lJUC se hace en lns pármfos y p•Ígtn:t:; ~it,ruicntcs al texto que hemos cimdo, n< > refiere al trabajo cnncretn {}llt: produce objeto~ concreto~, ,.,llores de uso c:;pcdficos. l\1:\r:-; hnbb de <<la actividad racional cncaminadn a la pruducciém de ,·alun:s de mo, la nsimilación de las m:ttcrim; naturakH al sen·icio de la~ rH.:cesidadc..:s humanns, la condición general dd intercambio de malcrÍa~> entre la natur:J.l.e:¿a y el hombre, In condición natuml eterna de hl '1da humana y por lo tanto inJcpc:ndicntc de las fe ,rm.ts \ me ~latid Kks dt: esta vida y común a tod:ts las fPt:mas sociaks pnr Jgu:th~. IKru Jlllito :Ultl'S de enunciar lo anterior, se !'ubrnya que se ha llc¡..':ldc • a tales conclusiones sobre el tcab-.1jo, c<fij.índrmos solamt."tlte ~.:n sus elementos simples y abstracto:>~t..w 1.o <.JOC se C<>mpara con el ir )' \'Cnir de hs abejas, no es. pu<.-s, como tal, la acth·idad cmpinca de los hombres, sino una ficción tlln gcneml-tan «ficcionah>-, como puede serlo la cnuno.::tción de lo ct>mÚn a todal\ bs :O:<X:Í{·d,ldes. Por ln dl'm:Í:-: l\fnrx se cnc:u~a de subrnyar C()nstantemcntc t.¡ue el trabajo como esa «condición n:ttuml eterna de la ,-~~.b human:!», es pcecisammtc lo que no es, en scmid• 1 estricto, d procese, de nllorización; <JUc d trabajo es lo <tm: no ricm• lug.u en 1:\ lógica intcrn:t dd

:2')

1bid, p. 130.

l(¡

/hui, p. 136.

IIH

Una nüyuin:t yut· no ptcst:t st:rvicio en el proces• >de tmb.tjo es una m.Íl.1uin.1 anúnl. Y no sólo cs inúul, stuo <..¡uc: ademá~ cae baJO la accJ<)n destructora dd intcrc:tmbio natur:ll de m:ttl·rias. J~1 hierrr ~ liC.: oxida, la madera se pudre. J.a hebrn n< 1 tejida o dc\"anada es al~odón echado a perder. 1•:1 trnbajo vivo tiene yue hacerse cargo de t'St:ts cosas, rc~uci­ tarl.ts de <.ntn: los muertos, com·ertirla.o; de Yalorcs de usl) potenciales en YalorL-s de: us<, reales y acu\·os.\1

El tmbajo rc\·tvc lo mucrtn onryuc aporta el dcmento vital que pt:rmitc la conservaci6n y tnnsmisión ni producto del valor incoe porad11 L'l1 lo~ medio~ c.k producción y en las materias primas, porque ~olamente él puede crear má:-: valor del {)\le roseL·. Ya hemos vi:;tCJ que la ncth·idad <.¡uc cCt':l ,·alor supone.: una c~tructura compleja en que trabajo abstracto )' tl<.'mpo :;oci:tlmcntc nc.:ccsario bnrdan un.\ cstrnte<h>Ía narratn·n por la que el trabajo concreto recíbt' una sobr<.'licrc.:rmirl.ldr'm t.¡UL' lo hace aJY.lrcccr como e,;o, como un:\ hipót<..'Si:; ficcumal. En cualquier e:tso c.:stc c:u:ícter resucitndor, cst.'t<.'Spcctc de tac to Jc Midas qu<. trae a la 'Jd:t lo muerto, e:: lo que pcrmanccc, ab stracto, como f::~cult:~d \•ttal pum, cuando la fuerza de: traba~>, aún pegad:~ al trabaj:tdor. se tncu<.'1ltr:t L'1l el mercado a dtspostciún del c:~pitalt.;ra es lo que éste compr:t pau que. como Jesús, k\ ante de su lcch<J '' máquinas y materias primas- Lázaro~ yaccntt'S- trasladando MI Yalor a los nu<.·Yos product< .~; p:1ra <.¡u e derroche: po<:IC!r de creac1<·111 rc-flcxton:índnsL' ~obre sí misma; para que Yaloricc: el \'alor y tm1g.l al pcc:SL'ntt lo p::~saJo. ¿En qué consiste est~: pnJcr m:ígico, cargado de ecos dt.• :mtm1o, 31

!bid, p. t35.

I H~

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Amar en el extranjero

La casa tomada 2

de ~onortdades míticas? Una primera .respuesta ~e ofrece si comparamos al hierro que se oxida o la mndcm gue se pudre, con la sítu:lción de quienes las Yudn:n a la Yida. Atlucllas cosas, inmóviles, incapaces de acción autónoma, se de:-:( ,rg:mi~an, se degradan, en el mejor de los cas• ,::; son simplemente: c~tériles. Los hombres pm su parte, no sólo mantienen su form:1 y la enriyueccn, sino <.:JUe son actÍ\·os, tiencrl movimiento autónomo. Pero no ~on estas características de Lo humano las que <.bdan cuc:nta de la magia del trabajo: precisamente fueron desechadas al comparar a las abejas con los albañiles, pues también los insectos m.uuienen su forma.la <:nriqueccn y son capaces de actl\'Íd:~d propia. ¡\ estos elementos habrá que agre¡.,rar algo m:1s: justamente el proyecto, el rcsuhado ideal c¡uc habim en la mente del albai1il antes de lc\·;¡ntar la barda. Lo que compra el capitalista cuando adquiere fuerza de trabajo, entonces, no es d simple ga~to de músculo o de cerebro, cntt:ndido como órgano fisico, sino una cnpn.cidnd de ncci('m :tutónomn y, sobre todo, una capacidad de pruy~ctar, un co nocimiento, una potencialidad cognoscili\'a de los resultados a qut> st.· diríge la acción sobre los objeto:;:. Pero subraycmo~. ni :\Ún si asumiéramos (jliC estos do~ factores -acth·idad autónoma y capacidad de proyccci(m- constituyen elementos suficientes para una descripción dd trabajo, estaría este último como tal pn:sentc en d proceso de Yalori:t.ación, puesto gue la finalidad de la producción - el prorccto- es decidida por el capitalista, asumida por él, puesta d~ su lado mientras :;e deja a la fuer:t.a de trabajo, como pum actividad, actuar sobre las materias y los medíos. Comentando c~tn cucstiún en relación a las técnica:;: tayloristas, obscrm Arm:\nd Mattdart:

1~:1 capital, para lograr la homogeneización de todos los tiempos, biolúgicos, culturales, históricos, en el espacio del valor, domestica a los obreros, le~ impone disciplinas que unifican ritmos, compaces, flujos vitales. Hn cierto sentido disocia a los trabajadores de su cuerpo «natural>> y les asigna consrantemente otro, el cuerpo producti\·o. Pero a la disociación de la cmporcidad corresponde también la disociacic'm del obrero respecto a b proycctiYidad de su actividad, al conocimiento '-luc, se supone, debería str connatural al hecho de trabajar. Trabajadores sin cuerpos y trahajadorc~ sin conocimientos: tal es el designio capítalista. 3J ¿Por <Jllé entonces 1:t palabra «trabajo)> reaparece con~tant\:mcn­ tt.~ en e:-:te recorrido de Marx en <.1ue la acci\·idad transformadora de la nnturale~a. formatt\·a y ho minizadora en d sentido de Engds, ,.a quedand• >atrás, ~iemprc m:ís atrás? En parte por motivos de seducción, de persuasión, de inten·cnción política. Ya hemos señalado la semc:jan:m de la estrategia ficcional, en Il./ Capítal, con otn > disposítin> literario: :l(JUd montado por d iusnaturalismo. En ambos casos, la postulación de unn co ndición inicial c.-..trai'la ~ hipotética permite dar tilo crítico :ti discurso, hacerlo C\'aluatiYo y profundo, cmwcrtirlo en denuncia. Ln tentación de abandonar como argumenlo. En el caso de l\1arx, probablemente más que en ningún otro, este aspecto re~ulta indisoctablc de su <.kcir y de la construcción de:: :m te::oría. Maurice Blanchot observa que en la escritura dt: Marx conviven, dificultosamente, en perpetua disyunción, tres lenguajes: el primero, lento, es el discur~o del lugos, de la ftlosofia, del pensamiento: el tcrc~:ro <:s d decir, más lento aún, dd guehaccr científico. El seh>undo, yuc es el yuc más nos interesa para intentar dar cuenta de la pervin:ncia de la categoría <(trabajo» en los an:llísis l}UC.: hemo~ ~e­ guido act•rca dd Yalor y la valorización, es caracterizado '-·n lc>s si~ guientt.· ~ términos por Bbnchot:

La dh·isió n del traba~> entre la dirección y los o breros debe dcscarg:tr al t.'lllcr de cua.k1wer trabaJO ínrdcctual. Este debe centralizarse en d SLrYÍcio de n:pano l]UC prepara el trabajo de cada uno, plamfica ~istcm:iticam~:nte..: y dirige el taller. Desde este c<.'fltro, parten circuttos y m~:nsajcs tille fijan los caminos yuc ha de seguir cada ptcza, dentro dd taller, entre una máquina y otra.32 ':! i\rm:md .Mattebrt, Lt l11mtdó11 tf( !u XXI, I'J9S,

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1Ah

p. 335.

CoiNIIIÚtrJiiiÍIJ,

la edición, .\léxico, Sigl0

33 Ohs4!rv.l Marx (•n lt>~ r;llllltlriut: ..L'I :!Ctt\'id•.d dd obrern, reduod.l a Ull:l mer.l :tl•~rr.acctt~n tk 1.1 :ll·m id.td, e~ t.) detcrmtn:ld:l y regulad:~ <:n todos los asp«· tos por t•l m o \·nml'nl" dt: ),¡ m.¡t¡uitt,¡n,a, y no .1h1 inven;,¡. l.;' Ctencl,l, que ol>bg.l a los miembro~ m,mm1.t(IL>s de 1.1 m;Íquina men:ed .1 su construcCión- a oper.\r como un .auté,m.H.l n>nfo rnw ·' un lin. no existe en h c0ncicncia del obrero. ~mo que opera a rr.wé~ de 1:\ m.íqutn:\, como poder ajeno. como poder de b máqu111.1 mt~m,¡ snhrc ,Jqtlt·J ( ... ) foJ pron~SO de prodUCC!Óil Ju CC'i:tdo t!t: loCC ptüC<:~<J lft: trah.1jo ~:n d scnt1do de lWr controlado por d tr.tb;tjo como urudad dotnlll:lllf('." C:-.rlo~ l\Ltr:o., Elt'l'llt'lt/tll·l•itllllllllf(/1/a/(J f>útU ltJ Ctilica dt: la EtY!I/1111/ÍtJ Púlílku ((;1/11/(fflo of) 1X57-1X'iX, l2;t edició n, México, Siglo XXI, 1989, p. 219.

1111

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Amar en el extraníero

La QSa tomada 2

1~1 segundo lengua je es po lítico: es mom~.:ntáneo y directo, más que bre\·e y má~ <.1uc directo, pues cortocircuita todo lcnt:,ruajc. No contiene ya un !'entido, sino una llamada, una violencia, una decisión de ruptura. No dice nada, propiamenw hablando, e~ la urgencia de lo <-JUC se anuncia, unida a una exigencia impaciente y siempre excesiva, pue:Ho gue d cxccw es ~u únicn medida: de esta forma al llamar a la lucha e incluso ~o que nos apresuramos a olvidar) postulando el ccterror rcvolucionnrim>, recomendando <dn revolución permanente» y ~icmpre design ando la revolución no como un.'\ ncce~idad a pla%o fijo, sino como intnÍIIt:IICÚI, pues d d istin tin> de la rc,•olució n es no brindar demora, si abre y atraYiesa el tiempo brindándose para ser " ivida com o exigencia siempre prescntc:14

<¡uc propone un espacio para la ~xtranjcría, para la retirada hacia a<1uel lugar en que trabajo sea sinónimo de libertad, de emancipación. La forma en que una teoría construrc su seducciún no puede d ejar de tener comecucnciaf' para ella misma. En d caso de .Mnrx, el mnntt•nímicn to a ultranza de l.a noci/m de trabajo, si bi(·n le hace pm~ible organi ;rar la denuncia de b sociedad contempor:\nca, a b ve% le impide reconocer crudamente algo yue, sin fonrar demasindo los térmtn (lS, podria sch'1.1Írse de sus análisis, a saber, que el trabajo, simplemente, no form:1 parte de la lógica capitalista. J.lc::¡.,rados al punto en c¡ue los tiempos de la viua, del cuerpD, de: la cultura, han sido incorporados, domesticados, homogcnl'izados en rclaciún al tiempo del valor, el siguiente paso, la disociación de los trabajad ores respecto al conocimiento, a la capacidad prorecti\'a de fine~ que diferenciaba a los hombrcs frente a la~ abejas, no deja nad:t ya que pueda cyuipararse a lo que para l~ngels significaba el m otor de construcción de lo humano. La ley del valor deberia entonces re,·isnrse: no se trata ~ olamente de «tiempo de tmbajo socinlmentc necesario)), sino también, desde el principio, de ((conocimtcnto socinlmcntc necesario». La plw;yalía debería entonces reescribirse: «Úempu de trabajo y conocimiento (capacidad proyecth·a) no retribuido al trabajador yuc se apropia el capitalista». Pero ¿en verdad hay «alg uien» t]UC se «apropia» trabajo abstracto y conocimü.:nto? Lo mt:;mo que d trabajo, al entrar en la socit:dad merean tíl, deja de poseer sus camctcrísticas concreta:;, singulares, 'maturalc:;», a~í d conocimicnto <..JUC se m<:rcantili%;\ u c:tpitaliza, también se vuelve:: abstracto, inmatt:rial, retraducido en nuevos cúdi~1 >S qul· cnmhian su carácter y lo alejan de toch idea de rcpre;:scntacic'm mcnml fnctiblr.: de ser poseída o elaborada por un indinduo. El conocimiento en h!: wcícc.Jadt:s contemporáneas h:t cnmbia d o de es~1 tu to Tal es la característica más notable J c la condici<.Hl que J ean Francois Lyotard ha llamado «posm<xlerna», y en la yuc la:. nuevas te<.'nol<>!,tÍas y canales de comuntcación impulsan llll.l rran:. fo.rm:tciún general de b vida:

¿Será que el nxahlo «lrabajo>) se mnntiene poryue en él, a su través, se articulan, tejen y disyuntan al mismo tiempo, lo~ tres lenguajes (}Ue loc:-~li%a Blanchot? 1•:1 <<trabajo» cn E/ Capital recupera las resonancias dc, por lo menos, un trío de tradiciones interpretativas: la fliosófica c¡uc, en la \ 'Cna d e Hegel hasta el primcr 1 labcrma!l rc.:flexíona sobre la actividad transformadora de la naturalc7.a como condición misma de lo humano; la ((Ci<:ntíftca», que pasando por Smith y la economia política clá:,;íca, recurre al trabajar como noción básica para rc~olYer el problema de la tasación de: las mercancía~; la politica, yu<: YÍn el utopismo e incluso Engds, retoma al laborar como un aguijón para b denuncia y para el di~c:i'lo eJe la :>octcdad deseable. J.a categorín de trabajo, en 1\brx, He conlradicc consigo misma a cada p aso, tan pronto se difumina como reaparece, es un espectro como o trog yuc descubre Derrida.l\ en el autor de ¡\·fireritl de la rtlosofía. Pero su prc.:scncia es imprescindible para la teoría como tal y para su scducción - si es que esta diferenciaciú n pudiera hacerse. En tod o caso, la noción de trabajo logra y ue d d iscurso de Marx sea sicmprc, en todo momento}' por entre todos los Yericueto~ del análisis, un discurso político qu<· dialoga con la figura dd trabaj:tr co mo creador del ht>mbre emblcmati7.ada en la obra de Engds, y 1\tturi~:e Rl.tncho t, L1 Rüa d~ los Oíom. op. dt., p. 90. '~ (./1: Jan¡ucs Derrid''· Esp(dlr:JJ tlt Mm:-.·, op. at.

'14

IBA

En esta trnnsformaci<'m general, la naturaleza del saht·r 111 > queda intacta. No puede pasar por los n uev< >s canales, \' com·ertir:;c en operatiYa, a no ser t¡uc el conocimi~.:nl• 1 p1u da ser traducido en cantidades de informaci/>n. Se J'llnll ,

111'1

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hnar en el extral'jero

pues, establecer la pccvi:-1iÓn de que todo lo guc en el saber constituido no es traducibk de ese modo será dejado de lado, y qut· la orienlaciún de: l:ts nuevas investigaciones se subordinará a la CC)ndiciém de: tmducibilidad de los cYcntuales resultad os n ltl) lenguaje de máguina.'G Marx no sólo vislumbrú c~w tccníticacit'm y retraducción dd convcer, sino que en mucbns C:\SO~ llegú a Jcscribirb y explicarla con sorpn:ndcnte detalle. 1: Pero al sostener 1:1 cntcgorb de trabajo, al St:J,>uir vinculando la Júgic:l sistémicn :1 guc se cofrent.1ba con la antigua p robk:mátic.l de b humanazacitm, no pudo dar d paso siguiente, el que señalarla que si el trabaj:tr se ha ido efectivamente, totalrm.ntc, entonct"S con a se habría march:tth ) también la teoría del valortrabajo}' haría falta ahora concebir al propio "'·:tloo> desde nucYas perspecti,·as.la La seducción de su teoría, pcobablcmcntc, acabó por seducir <tl m ismo Marx. 3(•

Jcan Francois Lyot:u-d, LA (.(uulldóll Pos1Ntltfmla, 1:\ edición, l\Ltdrid, C.ítedr:t, l9H4, p. IS. 37 E~pect.tlnu:utc cu.mdo c~tudtú lo), h.:rn:ts de ].t c•htc:rll.:t<Ín dt: plw<v.IIÍ.t rel.tttv.t y de];, mlmomó11 rwl del ln.1bajo al Mfiiltl!. F.st.l últim.1 pr<>blt:m:ític.l 1.1 .1bordó par•;cubrmentc <'n el Capítulo Vl (in(·dito) dd l .ibrn 1 de 1:1 tapita/ y su sentido gene ral puede n:sumir~~: en la s•guit·utc: tr,,~,. dclpn>ptn J\l.trx: .. corno el tr<1lnjo \·ivo -tlcntro dd pmcesu tk produn:•{•n- ~.~t.í >,1 mu u pnr.tdo .tl c.tpit.tl, rod.ts l.t~fit<'l~-' prod!lc'litw I!Wcl!u dd tru/JUjn se presentan <.:•Hll" {ltc'l'.\,vj pnul11<fimf dd c.tpit.ll. como propiedadc~ mh crcntt·s .tlmt~nw ( . .. )». C:.1rln~ 1\l.u-s, li!C~tpittJI. I.J!11n l. (.(¡pítlflo r ·¡ (inédtto). Hmil!udoJ cid JJm,wtl /nnmiMiu d' l>lfltlnMtJII, 13.1 cdi.:ión, J\fc.'l.ico, S1glo XXI, 1990, p. 93. Este n:~ultado ~upuuc l.t .tuhltll.\rt/.. IC\¡>1\ de l.1 pcoducnún, y con ell.t la incorpor:~ción creciente de !.1 c:icnc1.1 y 1.1 tt•cnul• >gia C\JmO iucrc.ts productivas directJ.s en el pnJcrso produ..:tinJ t<l\111 di• :aun.tdn ,, 1.1 dcsv.tlnriz.lción )' cxpro piación dd conocim1cnro de lo~ tr:lh.lprlr•rto>. De e$f0~ )Sunto~ me ocuparé en el siguaente ap;lrtJdo. Um1 revi~ié>n gl.'llCr.tl dt> [,\.' concepciones de .\f.trx m torno al p;lpcl de l.1 ncn,·r.t y l.t te.:nolvgíJ m d c.:.tplt.tla~mu puetle encontr.u-se en :\.a"-rer Ycnce Dcz.t. bYIJlDJJIÍ.Z J.· w 1HIWIU.7ÓII ., dd 'fm¡ofiÍJjr'O, l.t ediCIÚn, M;ltlriti, Stg1o Vemnuno EJttore5 de Esp.tñ,t, 1;><>;. c:ap!~- 1 y 2. \'~.\Se umlm:n b St.•a:tón TY del libre• 1 de E/ (Apital 38 En oc.lSÍoncs M.ux P•"'-'<.:i<i a punro de tonur C..'$1C S<.'lldcm. Como en d sigu~ente párrJfo notable de los Gnmd11nt, rc t'cndo ;a l.ts consccucnci:ts de la crectente p;trtic•p.tcir)n de l.t ctt'OI.t,l )' l.t lt'tnoln¡;i.tt•n d prnn·so productivo encabt>:t..J.do por b grau industn:t .:.IJ"'·'"''·'· ccl•.n r·~t:1 tr.mlt'nrnt,tCIÓn lo qu~ ap.trcco:: rnmo d p1l,1r fund.uncnt,1l de 1.1 prt>dul.tiÚn y de !,1 m¡ucl':,t no es ni el tr.tb.IJO tnmt•diato ejCCUt,\dn p<~r d homhrt.: 111 d llt'll l¡>i 1 ljUI' t'~lf:' tr.th,LJ.1, ~triO J.1 ,1prü pt:ll'l<.l0 de su propia fucrz., prudu~tiva gcncr.1l, ~u curnJlnnsiím de la nann-.1lcz,t )' su donumn de; !.1 misma gr.tci.ts a su l''\Í$t<:n~i.t 'omc> cuerpo social; en una pal.tbr.l.

c.,,,)/,

190

La casa tomada 2

Adiós al conocimiento

J.a retirada del trabajo, el cumplimiento de su ausencia en el espacio del mercado y el capitalil•mo, tiene consecuencias mayorc~ en cu:l11· to al copamiento de la casa social por sistemas impcrsonaks. Con el laborar :;e marcha tambii·n el conocer, y lo hace a tr::wé~ de 1:\ con~· trucciún de una nuc,·a economía del conocimiento, en b l.jUC este último rérmmo no designa ya nada que tt.'tlga guc Ycr con rcprcs~n­ taciones o acciones atribuiblcs a un sujeto: d nuno cunocimicnH1 es un h.:n~ua,e, un código computaciooal, una mat:tuinación 'lut· se autopr<~tluc<.. La exclusión, la exttanjcria a que conducen l.ts nut.·,·a:confi~uracumcs de la economía es radical, profunda. afcctn :ti cuerpo mismo de los hombres -y acaso hasta al estatuto de lu real. Y sin embargo, para ejercerse, los recientes artilugios 1.-"Conómicos ponen todavía en juego encantamientos, seducciones, su~urn ~~ a nul·Stra tentaciún de: abandon:tr.

El juego de la simulación «PropongC> sotnctt'r a consideración la siguiente pregunta: '¿Pueden p<.:ns:tr l:tt> máquinas?'»3'1 /\~í comienza un artículo <-¡uc, publicado en 1950, Ucgú :t ser tnn influyente guc algunos han hablado de <da era de Turing».~ 11 Pero no es por esta interroganll', gu<.: cuiW<>C:t de inmcdi::lto po~ibles respuestas cscncialistas toda vez gut· hubies~o: el dcs.trro ,J1., dt•l mdt\'tduo soca.1l. l:l rolto tle titmpo tk tmh..Jjo llj<'IIO. solm· d a1.ú <r fimrll i4111¡ur.¡_-1 <lr'III<Ú, .1p.1n:.:c ..:"mo una Ir,\.'-<' mis...,-,l blc comp.tr.ldu con ~'Sit' fund.tm~·n to, rc:o~n <l~'!i.lrroll.tdc¡, 'rc;tdo (Y)~' la gr.tn indusrn.1 rmsm:1. T.m prc.ntv e<.•mu ti cnb.1¡o en ~u Í•1rm.1 n1~~!u1.1 h,, ccs:ldo de su l;t gr.m fucnt<· de b nqvc~.1, .-1 tiempo <le tr.1h.1,0 tkp, )' nene que depr, d~.: ~cr su medtd-.t y pur t.anto el ulor ,\( CIIT\h10 (dq.1 dt .;c-r l.t mcdad.t) dd v.tlor de US(•. Pl plmlmb.g<l tic !.I llloii<l h.t dt f.lll• • de :~er <:t>ndi~K•n pAr.t el dcs:trmllu de La nque?a soci<~l, así c.:omt• d ,t,,_f,ul~'l" tlr RIIOt /HX<JJ h.llt'~.lll•> dt :-crlo p.1ra d desMrollo de k>s p•xlcres gcner.1lc; <Id Uoh ltt lO hum.tn<r. Con ello se dc:splom.t b r~uclucctón fundada en el v.Lior dl· r.unhu. ( ...)». C:.lrlo$ M,¡rx, TJ.I~IJ/ffi(Oj FmuldiiWJiafes pam lo CntitiJ ti( lo CiYJIIIIINiil (C_mmfn'ur). 18J7-t85~, op. nr., p. 228-229. 3'> Al.ln M. 'J'unn~, ..L.1 ¡\faquin,ma de Computa.:ión y la lntdigt'IH 1,1.. , 111 Marg.trct /\ . 13\ldt•n (tomp.), FlloJojla di' /,¡JuMigmdJ / IJ!ijl.-i,J/. la cdlcl<',n. 1\11 h "• Fondo d~ Ct1lntr.1 fl.conc'lmtc.t, 199~. p. 53. 40 ~ '¡;_~r. I.)Jv!d J. Bol1er, 1if bo111bre de Ii1111<~· La CllltJII"tJ (),m/ellt.Jf,Jr /.1 ,.,,, CotNputadólf, 1,\ ed11:1Ón , México, C:üNAC:\T/l'CE, 19HR

n,¡,,,.,,

1'11


La casa tomada 2

yuc brindnr una definicíún de «pemnmicnto», por lo que «La 1\Iaquinarin de Computacic1n r In 1ntcligcnci:w nbciú problcm:íticas centrales para la reflcxiún sobre nucstro tiempo: sino por b formubción a1ternati,·a cbbc >radn por AJan 1\f. 'l'uring com<> cquiv~cnte ~l su primera prt'gl.lntl: Rcl juego de l:l•mtt.lciÓn>l. Supongamos que en un cuarto cerr:1d11 cstuvícr::t K·\», un hombre; y en otra hahitactón aisb.da ~:sti.I\"ÍCSC cell», uru mujer; ~upnnAamos adcm.is a «1.», un cxamin::tdor, que puJier;l comunicarse con Jo, onos Jos, pero no obst.·n-arlos directamente. 1.a fiualiJ:lJ de la sítuaci{m Cl•misticia l"ll que d examinador e, que ~ólo conoce a lo~ yuc: el>t;\n en los ap::trtaJr>s como ~ y Y, fuera capn1. de determ111ar haciendo pr<.t,runtas a caJa uno cu.í] Jc ellos es hombre y cuál mujer. Para c,·,tar cuak¡uicr influencia de

la \'OZ u e >tros ra.o;gos de ~ntrJ.da Jclatalklrc~.las rcspuc~t.\S poJrían otorgarse pnc escrito. r1 objdo de \ com\)tlrh en qul C lo tdentifi'-JUC erró ncamcntc; la meta de U s~:ría ayuJnr .11 c-.amtnador. t\hora bien, no::; propone Turing, ¿yué succ:Jcría si una mo'L{luina tomara el papel de A en el juego de la imitación? La tesis Jc Turing es ~)UC, ~..·n pnnctptn, podcmw; imaginar comput:tJ, >ra~ Jigitak~ {ll\l" se dc:;c:m·oh l~ ran r.vc m:tblc.:mlllll bien, tJn te • como un humano, c:n 1.1 :;ituacir"Jn dcswta. J.~La liiLima, l)t )f h >demás, po-

see caractc.·ristic;ts notables. 1~n primer término, el método de pregunta~ y respuesto,\~ permitirla abordar en el íntcrm~:.>atorio tod:to; Jao; área-; dd lJlll' hacer humano; en S<:b"'JilUO lugar, las condicu )111.:'> dcl¡ucgo de la imitación distin!,'l.lln ,. "t"paran lao; cualid.u.ko:; fi~u:.1s \ mc:ntalc:~ J~.:·lo~ hombreo;. E.'>tabkcíJo .1st d contexto, es postbh: rcformubr la pn:~nta de p;I.Ciida: Prch>Unt~..mos ahora: '¿Qué suc<...Jcrb si una m.)quina tom.'lra d papd de A t-n t.'stc jocg!J?' ¿Se: C'-jui,·ocaria el examinador cun 1.t mi:m~l frccu~..-ncia '-)lll' st l1,, partictpantt·, fueran un hombn: }'una mujer? l•:stas prq~untas rlmpl:l.,~u.\n nut:s• . ··~· tr:1 pregunta orit,rinal: '¿Putdcn pcmar 1as m:1yU1nas r

Si respondiéramos a tirm:ui,·amcntt.· a In cuestiún «¿puede una cmnputadura jubrar exitusam'-·ntc cl juc:go de b Ítmtación?>> habríamt ~~ contestado, en d mismo scrllido, ni cucstionamiento original sobcl: la posibilidad de que bs má~]uina:> picma:n. 11 ;\bn \1 Tunog. .La M.tquinana de: Com~m:KI•'•n v J,¡lotdlJ!.tm·r~"."f>· ,if~ p. ::i-4-.

19}

No cualquier dispositÍ\'0 podría participar en el juego. Tendría que ser una computadora digital, con una entrada y una salida de mformaCtÓn, poseedora de Ja propiedad de ser una «máquina de cstadn Jiscrcto», es decir que sus estados posibles deberi;~n estar b1en dcfintdos y el p:t~o Jc uno a otro implicara un corte o salto (como las dos po~iciones claras y pr~..c'"''~ d<.: un ap:t~adur Jc Ju,..); y a la wz renJria yue supon<.:rsl· yuc. $\t'mprc ljllt' ht~.'tcra falta, poJóa agr<..-gMsc a la m:1yuina m a\·< ,r cap.•ctJ:td de ;\lmacw:tm•entn de tnformación. Un artefacto de este tipo podrí::t c;cr dcscntn completamente hacic:ndo un cuadro de todos sus estados posibles. En d caso del apagador, por ejemplo, la dc~cnpct,)n co rr<:spondiente '>l'Óa simpleml"ntc: 11,1. Los filosoros están famth:mza.Jns cnn algo semejante a las descripciones de m:íquinas dígital~s que nos prop<>nl· 'li.~r~n~ 1.\s tablas de '·crdad de la lógica proposicional. S1 en el deo; arrollo de un:\ dt· esas tabl:lo; \C ~ustituyeran lo<> valort=l; c1\">> 'cnJadero- y <<~~ -falso- respectivamente por los signos «1» -estadn nctivadoy <d»> -estado desactivado- ~t: tendría una idea precisa del aspecto del npamto '-Jlle ~ugicrc el autor Si se pusiera en una sola línea toda b des· cnpctt·m Jl' una L""ompur .llh >fa ~.¡uc pudiera j u~nr c.:l juego de la irmt.1ción, su aspecto se parecerla n lo ~iAwtntl': «0001101 IOOIOOOOIIllOl<h>, aunque, desde luego, la cadena d<.: cero" y unos sería mucho más larga, probablemente ocupada páginas enteras en d casn de cualquier unlcnadoc personal en que pudiem pensarse. Una computadora con b( caucterístic.l" recién prc:scntad:t~ po.,ce · ria. adlm.h, otra propit.-dad unportantc: scri.1una m.íq11iJJtJ llnirm.J/, en d st:ntido de ljlll' pm.lría «tmit.lOt rtproJucir la dc~cripción de lns <:si ildC>s pnsibk.;- :1. cu;lllJU!Cr otra m.lt¡umaria de estado discreto: E.sta propiednd cspcciaJ de las computadoras digit:.lks (su capacidad de 1mitar cu:tlquier máquma de l:stado discreto) se dc~cribe diciendo yuc son m:lyuinas flfiÍI'I'rsakr. La existl·ncia de máyu111a~ e• m c11ta pmptcdad tiene la importnntl' con:;~cucnct., de que, ind~·pt ndtcntcmemc de las cun:m.k raetone:; J e \'docldad, no es nccesano discñnr diversas m~ quinas pam que renliccn los Jifcrentcs procesos de cómputo, pues todos ellos pueden llevarse n cabo con una compu1adol',\ digital adecuad amen re programada para cada ca:m. p, H' t't )11 SI!-,'UÍcnte, ' 'emos que bs computadocs digttalcs s1 1n en Clt 11t • sc::nttdn ~ui,·::tlcmesY

1.,


La asa tomada 2

Lo mismo que hicimos al simubr r~producir el apagador con nuestro esqucmn--0,1- podna rcahi'.lrlo una máquina de Turing ~iemprc que un di~pusitiYo o situacu'¡n pudtl'Scn ser d~scntos ~o~u de «Cs~­ do discrew», e~ decir. comn opcmndo a partir de postctones defintdas entre las cuáles m<.-dia ul"l ~nito, un quiebre preciso. Aquello que fuese continuo no podría ser <timitadol> en el sentido en que el autor utiliza este término. La sustitución de la primera pregunta por el (tjuego de la imitación» resulta inquietante y uno estaña dispuesto a oponer de inmediato una lisu de cucsnonamlt.'nto s. 1() autor, :\llUCl(XÍndose a ello, dethcará la :;egunda pacte:: de su .tcriculo a debaor y dcscan~r la ma. yoria de los rc(Y.ItoS en qul. uno pcnsarí.'l.. No voy a cx~nar aqw todo el desarrollo del ensayo de 'l'unng. Me uuercsa solo prc:::;tar atención a su respuesta a lo que llama b <<objeción de la conciencta>>. 1i,sta última diría: «bien, incluso es posible que el examinador no distinguiese quien es humano y quien no, pero aún así lns máquinas no p<:nsarian porque. a tlifercncia de Jos artefactos, los ho~bres no sólo pensamos sino que, al hnecrlo, s~bcmos, somo$ cons~ent~s de que lo estamos hacicndm). A lo cual ~<e rebate en ((La Maqum:ma lk Computación y la l ntelib>encia>>: De acuerdo con la forma más extrema de cHa postura, la única m:mera en que podri.\mos estar seguros de que una m.\quma ptcnsa es .rtrla m.k¡utn:l }' scnursc tillo mismo pensar. Podríamos cntoncc~ tkscnbir csros sentimientos al mundn pero, dcsJc luego, nadie se scntirin justüicado ~)( prestar atención. De igual mancm, :;egún l'Stc punto de \'ISta, la única manera de snbcc c.:¡uc un /Jo111bre pu.:n~a es ser l'SC hombn. en particular. De hecho se trata de un punto de ,·isu solipsista. Tal vez ~e:-. l:a posición más lógica de soste41 ner, pero hace dificil la comunicación de idl':l.."Ocurre entonces que no hay manera de probar la autoconcienci.t, ~ en cierto sentido, con ello, el no ser uno mismo una máquina, m:Í'I allá del juego de la imitaci,'m. ¿Cúmo puede, por ejemplo, un profc

-4:! /hu/, p. 61--62. ~' lllui, p. ()(,.

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19-t

sor saber acerca de los alumnos que en el salón de clases responden a su~ preguntas, que en Yerdad se trat;'l de entidades pensantes en el sentido, de ser autoconscicntes? Si interrogara «¿sabes, al pensar, que e11ta~t pensando?». y obtuviera una respuesta afirmativa ·no se ~'\ ~sa Ir~ COI~tcstación ~uc cabria cspcmr ofcccicra la má~~iru de lurtng en el Juego de la imitación? ¿Piensan los demás o sólo 1urru t:m» - n wce11 muy bien- el pensamiento? ¿Cómo distinguir? La fuerz~ na_rrativa, la estrategia ficcional del juego de la imitaci<Ín son ntmorJmanos. A poco de reflexionar, el lector se ve traslaJado desde una sttuación que se presentó como exccpc1onal, como el.-pcrim<:nto mental, a un cuadro (jUC bten podría ser la descripción de su propio mundo. Mientras no podamos ser prectsamente el Otro, mtt:ntra.~ no po'l"amus ~u ser o n<1 'camas capac~ de responder satisf:tcron.1 menre ,,1 vtcjo cuestion:untento ftlosófico sobre cómo se pasa del Yo al N~sotros, no quedará mas remedio yue atenerse ai¡Ul'go de la 1m 1tacu·Hl. ¿Todo lo que nos rodea es, o al menos podria ser un simulacro cn que los entes se remedan unos a otros? . llut•na parte del encantamiento ejercido por d relato de Turing esta asoctaJo al ht:cho de yue forma parte de una narrari,·a en torno a los autómnt:ls yue data de mucho tiempo atrás. Si hemos de creer a_A~mand Mattdact, desde su inicio esa literatura provocó efectos stmtlarcs a los ocasionados por el juego de la imitación:

J ~1 r~alt<.lad se: confiesa comn ficción, en la mtuición c.:¡uc prop<>rc.ona el autómata (...) No es lJUC el aut•'lfnat.l dé la idl-a dd hombre m:lt.¡uma; sino l¡uc, desde el momento en yue, bajo su figura. el hombre máqutna es mmi11do, en el discurso fi losófico se impone la nc.:ccsidacl de nomhrurlo -urea largo tiempo apla:r.ada- \ de crearlo rntd1antc el discurso." Pero si de :~uyo la fabulactún runngiana trae apan·1adas resonancins mtl_par.l cll~ctor eontemroráneo, tal Ye?. a eso se .tgrcgucn dato~. tctlttmollu >s, mtutctones que ha~an que, para c.¡uicn enfrentad rcl:uo huy. la te~is -~ut: d mism~ propone. el mundo ficcional, ad..¡ut¡·1,1 Ul'l:t verosuml.. tuu y urgcnctn t'spcciales. ER el caso, por cjcmpl• 1 yu lu hcmo!l vuto en el capitulo anterior- del c;~ráctcr de• 1,1 •• Armand M.~ttcbrt, LJim'l'ndóH dt /,¡ ro"'""kunli",

ap. dt., p. 44.


la casa tomada l

gobcrn::~bilidad, de la adminiNtractc'm de la conducta, que efectúa

el

discurso mercantil en nuc.:~trotl día~: mbre y en el viejo mercado económico (:mjctos tomando decisiones a partir Je los precios de las mercanCÍa!' realmente pre::entes) comienza a levantan;c un nuevo espacio de gestión de las expectativas en que los participantL'S contemplan los p recios actualc$ como referencia remota y concentran su accionar en ob~cnar las :mticipacioncs de los otros. Un mundo de posibilidade~ de precio adelantada~. de set'iales. simulacros, impostaciones; de ficción y c:;peculaciún: un tcajtnar const:mt<. de expcctaU\'as. de creación de im:í~cnc.:s dt> sí mism~ > --{;omn indt\'iduo, com•, cmprc$a, como gubil rn• .- par:t producir efectos de tcn~ón-esp(·r.l~spcr::tn/a L"ll el cuno: algo comn un jUt.~o oc ajcdre~ en que más lflK' tmport:u la postCIIII\ de bs pK:tas, fueran rde\'anles los gestos y despiJntLs pn >ptos en la tmagmación del con tríncante: ¿<.Jué estrategia inusitada le haré tomar, qué imaginará que puede e::opemr si al mover -al nf~..·ct~r que cnmprué acciones o emitir un pronóstico sobre la 111 nnctón- dibujo j una ~{m risa cínica? El juego J..: la simul.lctc'>n cconúmtca pm.:Jc cotwertir.;e en un torbellino nrrollador, t.'O un proceso autocat:ilitico en ~ue las ficciones lleven al mercado a describir movimientos pcndulan:s tangibles, «reales», en su operación. Al respecto comenta J>:\Ul Ormecod: Este negocio de negociar a pn:cios falsos. p:tra utilizar el término c.:conúmico técnico. tiene ~e: nas tmplicacu >ncs para el modelo Jc equilibrio general compctitÍ\'o Una vez ha tenido lugar esa negociación, tlll rucJc habc.•r garantia de <.¡ue, incluso si existe un <'quilibru 1, la economía convcrjn en éL De hecho, es pcobablt: yuc se mueva en ciclos :Urcdt·dor Jeltt)uihbrio, de una tabla de pn.:ctos a otra, sm que en ninguno de. clloo; la oft.-cta y Ll Jcmamb scm iguale~ t:n toJos lo~ mercados.H

¿Será que lo económico, la economtzacsón de la expcnencia del nvir, con sus gc.;stos y fluctuaciones alcuaña!'. ha alcanzado t:U grado de profundidad y difustón que otorga por 'í rnsgos de \'Crosimilstud al juego dL );ltmitactón propuesto por 'l uring? El publicist:l y economista japonés l\ l'.IUll )rmerod, Por 111/tJ ltlltiW rroi/Offd.J, "/'· cit.,

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p. t 19.

Taichi Sakaiya, quien piensa que en el futuro cercano d rasgo más importante de las mercancías será su diseño, su versatilidad, el grado t.l<: rt:~nnm1cnto tccnológic~ ~ue incorporen -elementos que agrupa bnjo el tttulo de cwalor--{;onocrm¡cnto» de los productos-, considera mmbién qu~ ya habttamos. y lo haremos cada \'eZ má.~, l-spaóos de intercambiu rcgt<.los por c:l gesto y el desplante, por la simulación:

<~uiz:í en el futuro abunden los productos dotaJoti con más \':t)c ~r-cnnc ocimiento del qu1.. rcyui<.'l:l su funCl,·m, 1..'11 un abrJt· <.le p rxlcrio intdcctual. (...) Este eli."CL"SO tambim pued~ co~rnr la forma de un diSt.'tlo pretencioso o una «imagen• tnfbda, una suerte de exceso de utileria i.ntelectuaJ.~ Constderando no sólo la forma actual de lo económico, sino d cc;njunto de lo:; ámbitos de cxperjcncia, es prob:1blcmentc lenn lhudrillard quien con m;ls insi~tencia ha rdle:\ionado en el car~cter de: 1:1 era de. 'l'unng Partiendo de la prioridad ~· omnipn.-senct;l uc l.l cun~~>rtn~c~cm» t.'ll ~ucstro mundo. así como de la generalizada 1mitact~l1\ dt¡.,rtraJ de situaciones y procesos -b creacic'10 dt: moddnt~ s1milarc~ al csyucma 1,O cnn que más arriba reproducimos ;l nuestro :1paRl'uor- este autor ha hablado incluso de la formacíc'm de una hifr"talithid {¡ue, fund:ld;t ln el notable perfeccionamiento del símil por so~rc d objeto de la simulactón, no nos rx:rmitiáa ya acceder a oaJ.1 $tmplementc «n::~b>. 'Ji~t.bs las cosas <.·srnrian (.'11 trance dt: desap~rictón, O hab¿~n d,~sapnre~ido ra, frt'fltC a su propio modcJCI dtgttal de ¡x:rfcccton. ( .ttamu~ rn t'Xfm.ro a lhudrillard:

En el centro mismo de la mformactón.la historia está obs~.·­ sit:n~J.l p<~r su dc,;apanción. En d Ct'tltro de la hi-fi, h mustca ~ta obst-stonaJa por su desapariciún. En d centro de h <.:x~~nmcntaa<ln, la ciencia está obt'est•maJa por la dcs:lpancto n de su obJeto. En el centro de la pornografia, la se,ualtJad l:St:i obsesionada por su dcsaparictón. Por doquier el mismo efecto e~tcreofi'mico, de proximidad ah:;,, lutn de lo real: el mtsmo (•fccto de stmulaciún. -k'• Tail.:hr ~"."'Y·'· Hiltom1 tlt/jitiiii'V: I.J JIJi'ttdud t!d lOIIIJCrwtirllfn, F.dttrm:tl .'.nt!rc~ Helio; 19<JS; p. 24')

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La casa tomada 2

Por definición, este t'tJttisbi11gpoint, este punto más acá del cual había historia, habín música, es ilocalizable. ¿Dónde debe detenerse la perfección cstereofónica? Sus limites van retrocediendo constantemente más y más, puesto que son los de la obsesión técnica. ¿Dónde debe detenerse la información? A esta fascinación por el <<tiempo real>)-, equivalente de la alta fidelidad, sólo cabe oponer un:~ objeción mornl que no tiene demasiado sc!otido. La superación de este punto resulta por lo tanto irreversible (...) Ya no recuperaremos out'lca L'l música de antes de la estereofonía (salvo m ediante un efecto de simulación técnica suplementario), ya no recuperaremos la historia de antes de la información y de los medios de comun icación. L:l csencaa orig¡nal de la música, el concept1> origtnal de la historia han desaparecido, pon.¡ue nunca más podremns aishrlos de su moddo de perfección, que es al mismo tiempo su modelo de stmulación, de su asunción obligad.\ en una hipertn!KJad que los aniquila. Ya no sabremos nunca más lo que eran lo se>cial y la música antes de exacl·rb,tr:,c en su inútil perfección actual. Ya no sabremos nunca más lo que era la historia antes de exacerbarse en la perfección técnica de la información -ya nunca sabremos qué eran todas esas cosas antes de desvanecerse en el cumplimiento de su modelo:" Ahora bien, ¿~;un las clabornciones de Baudrillacd, de Sakaiya, incluso las del rrusmo 'l'uóng y muchas otras que podrían citarse, sólo manera...c; de habl:u para una industria editorial del futurismo alentada por los mitos y maedos del milenio que se acerca? ¿Vaaaciones más o menos verosímile$ sobre el ,-iejo tema de cda \'Í.da es sueño»? ¿Modas o expre:~iones de subjetividades desbocad:u;? Quizá, en parte. Pero tal vc7. hnyn algo más en esos discursos, algo sintomático de cambios de m ayor envergadura en la ocgani;r.ación de nuestro mundo. Síntomas de mutaciones que se n ombran y al tiempo se ocultan. Veamos. E l relato de Turing nos coloca ante una rencxión sobre el len-

"7 Jcan llaudrill.1rd. pp. 16-17.

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u

guaje mi.-;mo. E l cc'>Jigo de L'ls lfldqmittJ.r tiiiÍt'l!r.l'c~/r:.• l·s de tal carácter que permite reproducir. tmitar, traducir todo ac.¡ucUo que pueda fragmentarse en pasos discretos, en encadenamientos de posicao n es definidas O y l. El resultado ser:í un símil de otra cosa, una representación formal.¿ Esb\ formalidad otorgaría de suyo un valor de falsedad a los enunciados computacionales? Si ha}' una m:\quina, metálica, con determinada maten:~ y peso, y al lado de ella el diagr:-.ma de flujo de su operación cibcrnérica, ¿podríamo:; dcc1r que el segundo es en algún sentido falso porque «<a máquina no e~ e~o»? Y si afirmáramos tal cosa en rdaciún a un l'Ounciado l:n len~-,'l.J:tjc de computadora, ¿no valdría yue asumiéram os lo mismo acerca de cualquier oración en lenguaje «natural>•? Es el carácter de la representación, en el código lingüístico que se:~, lo gue cscá en juego. P.s d lenguaje mismo el que ocasiona aporías, como sospecha Robcrt No:úck: El primer enunciado que valió por alguna otra cosa bien pudo haber ~Hd~> llll.l mcnno, un signo naturnl fingido. Si es ,·crdad que el lenguaje define a la hum:midad, c~prcsando hs capacidades racaonalcs human:ts y distin!-,ruiéndol:tl- de las de los animales, podríamos esb\r a.c;istiendo a una curiosa vuelta de tuerca de la doctrina según la cu:tl hemos nacido en el pecado oriwnat.~•

Pero más allá dd recordatorio sobre la ficcionalidad Incorporada a toda len&'l.la, la narrncu1n de Turing, al presentar a la:~ m~t)U H1as que estarían capacitadas para JU!,r.lr el juego de la imitación, mtroducc dos temas que CJCrccn una ¡x·culi:u seducción en esta nuc:;trn época de hipcrrcalidad, a sabc.·r. la potencial traductibiladad geneml-la lengua franOl-, y l:t frngmentaciém en unidades discretas de los enunciados elaborados en ese lenguaje universal. En principio todo proceso o situación que pudiesen ser descritos como compuesto~ por posiciones definidas entre las cuáles se diera una separación nítida, un salto, serian susceptibles de reproducción en y por unn má9uina de Turing. Ell•> significa que a mucha~)' di,·ersas emidadí.'S podría CtlflSidecirsclcs como :;tendo portadoras de un modelo lú,.,c1 )-formal. No es m:ces:mo en este punto

1/muiN tkl f'in, 1a c:Jic.ón, llircdon.l, t\n:¡gr~nu, 1?93,

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Amar en el extranjero

la casa tomada 2

compromcter!le con una tesis ontulúgica fuerte. Aun sin hipostasiar un c:;qucma c.:n las co¡;as, sería ~uficicntc con yuc pudiés~mos atribuír!eJ algún encadenamiento de ccro!l y unos como prcscntaciún de sus estados posibles. <<Tomar d modelo» de los ente~. hacerks una especie de mascarilla computacional, sería algo ::~imil:u ;l traducirlos a una lcnhrua común de carácter formal. La lenh•ua universal comu

ción comprensible. El autcx preguntará: el ht:ehu de qut' el hombre en el cuarto siguiera lns instrucciones y produjern contestaciones <.]uC los de fuera pudicsc..•n considerar con sentido, ¿significaría 9uc d indi,·iduo en h habitación C<>mpn.;nde el chino? J.a prupia respuesta de Sl:ark C$ obviamente n~gativa y está dirigida a mostrar yuc los estadc ~~ intencionales no pueden r-.:ducirse a computaciones fiun1:-~k:;. Una ,.L'I. pr-.:st:nt:tdo su relato, el autor attcch.k: una serie de objeciones \Jlll' podrian antt:pnnersc a l>U postura. Una de cllru. t:s la t.)Ue llama «la réplica de loo; sistemas», por la que se afirmaría '{Ue quizá ~l~a cierto <.¡ue d hombrL' cn la habitación no comprcmk el chino, pL'ro llliC el L'Stado intencion:tl ~kbcría ~cr atribuído no al ind1vidun en el cuarto, sino al «~istetn<ll> -una entrada y una salida de información con un programa entre las mismas- como un todo. La refutación ofrecida en «Mentes, cerebros y progrmnas>l es la siguiente:

diagrama de Oujo. En un artículo brillante dirigido a polemi~::tr con Turing, John al~'tlllas e>bt'erYacioncs importante:; en rdaciún al juego de b t'irnulación y sus consecuencias. «T\.kntcs, n:rcbws y programas» tiene como propr>sito refutar el proyecto, fundado por 'l'uring en el texto que hcmo~ venido comentando, de lo l]Ue se conoce como <dntc.•ligencia Artificial fuerte)>: d propósito de im•et'tigación basado en «una tesis precisa y bien ddinic..ln: los proccsus mentaks s< lll procc:;os cumpumcio nalc:; c:.k clem~:n te 's dcfinidus formalmente.»..., No nK~ ' o y :\ dctt.·ner at¡uí en el dctalk dl' la argumentación de St:arlc acerca dl.' por 9ué los estado~ intencÍ< •naks no pueden ser aprehcndídos ~implemente como pr<JCl':>amicntos formales, ni lo que ello implica parad estudio de.: h mtdigl!llC!a aruficial. Sc'>lo quiero recuperar do~ hrc\'CS señalamientos rclt:\ antes para el IL'tna que hemos plantcadt'• a saber, la posibilidad dt· una tr:~ductibilidad general a partir de.: Jo¡; artefactos turingianos. r~n !'U t:SC(t[( >,~carie dabora un pcquei1o rdat< ). Supúnga::;c a un hombn: encerrado <.'11 una habitaci<Ín con una ventana por la que podría recibir y cm•iar mcn::;ajcs en tarjetas. 1~1 mdi\'iduo cuenta, dentro del cu.uto, con dos hlot.JUCS de papclt::~; el primero tiene in:;t.ruccioncs escritas en inglés para combinar los cc:.nnpt Jncntcs del segundo, yuc consi~te en un montón Jc tarjetas con dibujos r~1ros. Las instruccionL's sCJ11 dd tipo: cuandll reciba por la \Tntana una figura «X», cnvÍl! h,\cia f uem otro con la fi 1rma «Y». Pam d hombre en la habitaci<'m, t.: se t>cría todo el sentid() de.: la siruaci(m. Pe m p1 )dría ocurnr ~1ue ios di:;cüo~. inintcli!-,riblcs para ~l. fue~1.·n en realidad caracteres chinos, }' tjUC quienes l'SlUVIcran afucr:t, hablantc~ de esa lt:ngua, pudiesen intcrpn:tar las respuesta:; ubt~o·nh.la~ de lo:; papcies '-luc íntrot.luccn por la ventana como fm1,>tncntos de una com·crlia-

R. Scarlc realizó

4~ John R. ~earle, <~Me-ntes, Cerehros y Pmgr,tm<IS", t:n \f.tr¡,t.lrc:-t 1\. Bodcn (comp.), Nlosq(irJ dt itJ J¡¡fdigmtia A1tijirM, op. át., p. 96.

,.

200

la réplica de los sistemas parecería conducir a con:;ccutncias c.¡uc .;on indcpcn<.lil·utcmc:ntc absurdas. Si ht.'ITios llc concluir lJUC debe existir co,!;nicit)n en mí sobre la base de yu<.: tengo una especie de entrada y salida de información y un programa entre amb:ts, entonces ¡.,arccería

C]UC

todos los tipos de

subststcmas qut no sc:tn de cognición acaban\n siendo cot,l'flitiYos. Por ejemplo, existe un nivel Je de~cripci{Jn en d cual mi e!'tl)mago procesa información y cjemplitic~\ concretamente cual~.¡uicr cantidad d(.' programas 1.k computadora, pcn > considcn 1 l.JUe no l.lUc.:remos decir l}UC ticnl:' compr~nsi(ln alguna (...) P<.·rn liÍ accpt.lmos b réplica c..lc.: los sistema$. entonces n:sulta dificil \'cr cúmo poc..bnos cvit'.u: la afirmacíún de qut: el cstÓm.1go, d com1.ón, d hí~>ado, etc.• son subsistemas que compr(.'ndc:n, puesto lJlll' no hay una manera ele principl•lS p.tra distinguir l]Lié nos motÍ\'a a decir yuc el subsistL'ma chn1o cntil·nde, de afirmar <1uc d l:'st<'lmagu entiende. ;eo Si s1gmcndo d jucgn de b ~ímulací1'm aceptamos <.¡uc una computadora

l<picnsn» portluc nfn·cl· rc~pul'~ tas aparcntcmcnt<·o m ~l'ntidO,lJUC colliundcn :ti L'xaminallnr, cntc,ncl·s, sc.: ÚL'tÍ\'a (.k hs nbsl'n·,1cÍ1 Hll'l- de SL'arlc, nu podríamos dett'ncrnos en el ordenador. sino que t1.·nJriamos que ... , lf•iti, p. 90.

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La casa romada 2

atribuir cognición a una infinidad de cosas. Y en efecto, la trnductibilidad general que es una de las prendas de seducción de la era de T uring, no consiste sólo en encontrar o descubrir moddus formales poc todas partes, sin más, sino en c<msidcrar t.'lmbién que en nuestro derredor existe una miriada tk entidades que son <<mcoteSll. Un mundo m~'ICO, sin duda. Pero mis aD:í de los encantos que pudiese tener esta ficcic)n en tono de o;ag.¡ medieval, lo más relc\·ante, ~pcci21mcntc po1ra d dt~CUNl cconómtco de nuestro tiempo, es que podnamos <~sumir ~ue no !:Óio hay dtagcamas de flujo .lquí ) allá, sino que en tanto upcrtcnt.'CCM a entes ~n algún sentido «mcntalc:s••. los mismos podrían ser concc:~tdo,, ~propm­ d:unente, como mnotilllimlo.l'. La \'crosimilitud de una ~eme de dtscursos que hoy ~e refieren a «1:1 sociedad del conocimicntem proviene probablemente de a4uí, del hecho de lJUC los leclorcs C\"OCan lo c.¡uc sucede en su propia psÍl}Ue, cuando ~e habla Jc <<conoccm o dt' <einfornuci<'m>l aunque t:Ucs términm se apltyucn a cautas, máquina~. imtituctoncs o lo que sea. Una subjetivi7ación gene m\ Jc lo:; entes e:; una con,ccucnet:\ particular-

mente par.tdójica de un mundo de simulación. En su réphc:~ fl b tc1iÍS que considera lo intencional como computación de signm formales, Searle acabar:í npcbndo a un sano realismo, al ~entido común:

La idea de yuc l:ts simulaciones en computadora pudicmn ~er algo r<."tll tuvo <.¡uc haber parecido -;ospccho:-.a Jcsdc un pnnc~ pío, porque In computaJom de ninguna manera 'C lt~ruta a _stmular opcracion~c; mentales. Nadie supone que las ~tmul:.too­ ncs poc computadora de un incendio de cinc(> abrmas podrim inccodt:u un '"ecindario o que la simulación por computadora de una tormenta nos pue de empapar. ~· En efecto, un incendio en una pantalla no es un incendio.P Pero tal reconocimiento nn bast:\ para dar cuenta de la cualidad <.¡uc asumc

SI lbid, p. 100. ":! Pero.. ¿son b,. .:os.t~ t;en sttnples> Véase el StgUilnle t:um<. llt.lno Je

.

M.m.\

7..:ambr.mo 'IObn: el cuMiro J.JI·l~stllfl, ,id pintO«" GM>I'J9011C', "" el que. como <'n el texto de Se.lrlc, ap:lre.:c unA semulación de una tormetlt.l' •F.ste es d enigma pnncipal del cu;tdro: ~m :lContc:cimtcnto que no a.:ont~c: o <IUC: no .tmc:n~ un fuego que no dc,·om, unn lluv1.t l¡ue no empapa. un rJ.yo que: no v,t a c.tc:r. y, st e~.

e~ como si no c:t)'esc:. ¿Qué cl.t!l~ de acontccimienttt e:~ é'te <jllt' ~uccde egua! que

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fdo real» en la era de Turing. Port¡ue guizá una tormcntn simulada no nos empape, pero una alarma al respecto en una computadora, esté o no lloviendo, pe >dna provocar la mm·ili~aciún de sen·icios de cmt."l:gencía, dc~<aloJ Oli de ,-cctndatios, ,·entas c.le impermeables y otras mercancias, y, en gcner.tl, oc1'\tunar una cadena dc efectos sin cuento. J.as tecnolob>ias conrempor:incas, las máqutnas uni,·crsaJes, se encuentran incrustadas en grandes sistemas que ,·och·cn su aprehenstón extraordmari:mlentc Jtticil. Con todo, Searlc aún wndria razón en su invocación del sentido común si los efectos de las simulaciones di!,>Ítales fuesen sólo const.'Cuencias externa!\, dcri,·adas del entramado institucional del mundo por ejemplo, no con~ustanciaks a un procesanuento de términos purnmentc formal. H!lta es b cuestión principal: ¿los lcn~li:\JC:i dt.: los artefactos que juc~an n la :;imulación son, en ,·crdad, sc'll(, jomMir.r?

Margaret A l3oden, polemvando con Scar\e como .tntcs este lo había hecho con Turing, ~cnal.t <JUC el lenguaje de la~ computadoras no es simplemc:ntc formal p lJUt' tmpltca la realtzación dt operactoncs:

lo que no debe ohiuarse e11 que el programa de comput'ldora t:!i 1111Pro.I?,ramaparu tflfa L'OitljJIItadora: cuando el programa curre en el hanhll(.ln' adecuado. la máquina haa: algo en consecuencia (de a(¡uí que c11 las ciencias de la computaciún j;C utilicen pabbr,ts como 'instrucción' y 'obedecer'). En d nivel dd código de mÍ<jllltt:\, el cfc:cto que ejerce el program.'\ en la computadora e:; directo, puryuc la m:íquína se couscruyó de form:\ t<ll que un:t 11\Strucci(m dada produzca una operación única (las instrucciones <.'0 lenguaJt-'S de ni,-el superior ddx.'O transforman;c en instrucciones en cócftgo de máquina antes de que puc.:tlan ser obedecidas). Unn tnstruccí!ln programada, por tnnto, no es un mero modelo formal, ni siquiera es un enunciado declarntivo (aunque paro algunos

~or~ la Venus, que: se d~ja ver, pc~u c.¡ur: no sal>e si la ven o no? Sr: tr,tt.l, puts, de m~.cgencs: ¡~ro no tle Simple~ '":'"E\Cilc'l, h:t}' dcm.ts~tdos dct.tllc:~ pótr.e ~uc no se;:.¡ ~'· EJ p.tpnto <.Jtle mtr.t hace.1~rnho~, t~dc d te¡ado, es el únte<> (j\lt' Sll'lltc:. l:no se mtag~n:. que cst.1 torment.e l"'"~lc y, ~en lmbargo, no <-"CÍStc rvrnwntl 111 aC<Jntecim~enlo; C'S algo que ,¡J p:lr n•J w.:c:dc ) t'1> suc.:cso. Es b ruturale:t.l .1 lA que n.ld¡¡ le tmporu, pero Ll n.lt\ar.ekz.t t"tt,\ .1hí; '<' dq.t vc:r ~OIJmente ,, tr,l\·é~ d~: scru .1111ena· :udo~- por ella y a los liUC !" otlrí.e dcstcutr... Maria 7.ambr.1nn. «El t' fli!,'TTl;ittco Pmtor (,eo~one>•, A/glllltJJ 1 Jtt',.trrt dr ¡,, P1111111u, np. dt.• p. 128,130.

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AmM" en al extranJef'O

Ll asa tomada 2

propósitos pcx.lri:t imnginan;c bajo cu:-~lquicra de t.:stas descripciones). Estr~ es la cspccificaciún de un procedimiento que, d:~do un cont('Xto de lvrrbrar( at.!ccuado, puede c:m~ar L. . •, H que se llen: a ca~.X> <..l proced"1mu:nto t:n cue~tton.

car u~a o~ración, una instrucciún para algún disposith·o? Algo t.lt: elltas mtulctoncs, llevadas :U e)\. tremo Jc considtrnr que• la te ndencia a la cudifica_ci<'m binaria -una digirali%ación potcncinl- cst;Ín prcs:nt<:s csenc~al~cntc en el lenguaje, se trasluce en el t.hálogo !\ostcmdo entre Clatrc l';lrnct y ( ;,ucs Dclcuze <.¡uc culmina, const'cucntementc, en un ll.lmaJo a descoyuntar In lengua m1sma:

El lenguaje de l:1s máquinas unin:rsales nn t'li ~r)ln sintaxis, es también una cspc:ctc dt: S<mántica de operacioncll. ~ Diferentes agrupaciones de cern~ y unos sigmfican que se rcahz:ut determinados procesos. Los lenguaJes c<aruftcialc:m en los que se construyen los juegos de las simulactonc~. ucncn la cap:~cidad d<.. producir efectos en el mundo; en ctcrto $entido son actns de habla pcrformativos: son de por !lÍ ínstruccioneli, ímkm:s. Las imitaciom:s son algo urcal>>, adtmás, en tanto HIS enum:i.tdns dan lu~ar a nuc\·os enunciados, e!': decir, a consecuente:; operaciones que prm·ocan opemctones. Una cadcn:t de signos ~t· comumca con otra, la ctt:t y la retoma. La lengua digital existt~ y :;e reproduce en sus propias realizaciones, en su!' oraciones. y hay incluso una suerte de hcrmenéuac:t, de uHcrprcta· c1Ón de los prugmma:; por los pru¡.,•,·am:l.<:, ' en cnda ttlectur.u> de una instrucción por t)lr:\ algo <tL'Il la realtdad>> ~t· produce.~~ Nue,·amente lo que se pone en iut·w> e~ el carácter dcllcn!-,"U:ljc mismo. P ues ¿n o t<xlo decir, cn cualtJUit'r k-ngun, c:; pcrf, •rmatin >al menos en el senlit.lo mínimo de que toJa p;llahm on1-,rtn:1 m:ís palabras; toda locuctc'm o t:scritura es d rclJUl·rimit'ntc > Je otra vo7. y otw texto? ¿No podría ocurrir, también, <¡uc: la m.ucrialidad dd lenguajl, del que fuese. c!!tu\'Ícra ,·incubda con que rodn ~tgno ha de signifi51 i\l:trg;trcl .\. lk.J<·n, ,.J!.;c.J~ de l.t 1tJiut.tlt<•n Clmu... t·n \l.trg.lfct 1\. Bodcn (c~>mp.). rilo>ofl<~ dt /1.1 Ttttrli.gt~tdrJ .111ífi,ul. op. cit., p. 116. . . .'N Algo ~un11.lr cons1der:t "-.tri Dcursch t•n ~u •IJ>ro.l.ul'l.li..'IOn cthcrm:h..:.t a bs

l·icnet.'\$ scx:i.tll~- \ C:ocsc 1 p.írrnt; • siguicnn:: ,,un Jim/hJW e~ un.t onf, '' de: hacer surgir de 1.1 mem()rt;t un.t e o\a o t'\ ent" dctcrmin;tdr.J~. n ur~ n•ntutW> d~t~rr mn.~dn de- co<.ts o cvc:nto~. ( ..) Tndo lc:ngu.tk t-s uu l'icrnplo tft• ~IHt·m.t .-unboltL'""· 1-::.trl D<..ut>ch, l.JJJ ."'itllru• dd (,.¡/>ftJIIIJ, 1\fndflut dt ( ''''11111/aMO~.) c.'rm!I•JI Pai!Íh"t>>, l.t t't!t ct•:·n, 1\fb\i..:•J. P.udr),;, 19tl5, p. -H-U.~ ~ulor.ty.tdv l'~ míe,, (:1·1 •. :;:; P.trJ Dt•uf'ich r• "iCis ¡, ·~ ..st•h rn.t, "mh;th..:• ''"e 1 KJrl• ·dd•>>• ~on fisu.:n~: ••C•111 sJStl!n en simbok>$ que ~t>n cs.tldos dó! oh jetos li'tcos, y r.t~tro:4lie pmccsos ti.~io.:c,., se-.o~n células del Ct'rchr''• marc:~s de nnt.t. puntos m~gnét!Co~ c..l~l< dC'<'tm-a' " Clr.llqutcr otr.t cr~:t De rnod<·, :m:i~ l.rs re~ts opcr.tlil·,ts dc- :t<·ut..ruo coo l." t.-u.ti<"S dehcn pcrmut.tr~l' o C<1tnhm:usc t.hchtJs <imbokl, \' llenot.tr..c de dl()s nut· YO< símbvlv~. ~rm ce •.,cctones sohrc los prot:t:ios tistcr.~ ... "arl Deutl;dt, 1 .m Nr1 /f/Jf drf Go!Htll/(1 . , op. Cll., p. ~l.

...

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(lla}' en el kngu:JJc) el sistema arl:x>rcsccnlt' d<. la jcrar<.1uia Y del mando. E l Yo, el Tu. el E l, pertenecen profundamente al lenguaje. JI:w que hablar como todo el mum.lo, hay guc pasar ~or los Jual i~mos, 1-2, e inclusin: 1-2· 3. No ::e puede dec1r que: ellcnh"Uajc: deforme una realidad prcl':O..tstcnlc o Je cu,tlquier 1>tra naturabm. Lo p1imero t:s d lcnguajc, l-1 es d que ha inventado el dualismo. Pero el culto dcllc:ngu;tje: la instituc,_onahz.lción dcllengunjt:, la hngüística, <;s peor aun yuc b \'leJa ontOlogía, de la que ha t<Jm:.do el rdc\-o. Debemos p:har 1)1 '' lns dualismos porque est:ln en el lenguaje y l'S tlll(ll 1srbk e\ lt;trJ, >::, pero hay que luchar contra el lenguaje, invt.:nt:lr el tartamudeo, y no par.t ,·olvcr a una pscudo-reatid;lll prclíngüística, sino par:t trn~ar un:t ünc:t nx:al o escrita t.¡uc hagn correr el lenguaje cntrt c~os dunlismo11 y ')UC defina un u:;o m inoritario del lenguaje. un.t Yariación tnht•rcntc, comt J dice L:tlYH: ><>

Si d len¡.,>uajc fuese en vccdaJ, como suspcchJn Ddeuzc y Parnet, estr.u ctumlmcnt~ c.luai1Ha y pcrform.·ttivo en d s~:nndo ,le <JUC todo

dccJr fuera una m:~trucctún para que algún disposJtin> rcalizru-a una operación -una computadora. unos ojos, unn gar¡.,>-ant:t-. entonces no.cabc: duc.la que d juego de la stmulación propuesto por Turing, y la epo~~ a gu~ ~1 m1smo <h ri:t lugar, obtcnd rí:ln de ello prendas de 1Cducc_1on c:tst mconlcstables. La cuestión, sin embargo, es que d lcngua1e scgu~amcntt· t'S e~o,pro JtrJ t.f .rtiiiJ esn. f....os stgndicados que IIC ponen en JUego en l:t lectura. dt: un texto, por l'icmplo, no se rt<.luccn a los mm imicntos yue n:ali:tan los ojos. aún cu:md< >considcráramo~ que los Stl-,>no~ •mprc:sos son, en cierto sc.:ncido, un a serie •k· órdenes para c.¡ue el cuerpo dd lector haga tal o cu:-~1 cosa. \C•

Gille.~ Dcleu:r.e )' O llrt.' Parncr, D!J/Of:O,, op.

,it., p. -111.

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u casa toma& 2 El lenguaje de lm; máquinas que pueden imitar todo lo que sea cxprcsable en estados discretos no es sólo formal y por ello prov~.a encadenamiento¡¡ de consecuencias en el mundo. Pero la traducllbtlidad geneml, la lenb'Ua frnnca que permitiría a los ordcna~~rcs simular casi cual~Juiec cosa, no sis.,111ificaría únicnmente rccscnbtr algo de un lenguaje a Cltro, sino atribuir -reducir- también a los en~cs objeto de la simulación a conjuntos de instrucdoncs, de opernctones. Ya hemos obsen·:\llo cómo, paradójacamentc, en la cea de la imitación todo parecerla ser mental. Vemu~ ahora que, al mismo tiempo, todo seria una especie de máquina.

El valor conocimiento 1•:1 juego de la llimubciún es algo más que una <<m:mcrn de hablan) entre otros, una visión subjctivista como podría halxr muchas. Su discun;o. metáforas, sus resonancias y ecos, tcansttan por el ámbito de la economía y a panir Je ahí se dis~r~;ln por casi todos los rincones del discurrir soctal. Ello porque la preemanenoa de la esfera mcrcan1il hace yue la mayori., de los productos humanos, si han de ser intercambiados y circular de un lug~lf a otro, tengan que enfrentarse, antes o después. con el dinero y adquirir por ello un precio. Lo subr.tya muy bien Mattclart:

El lenguaje universal es cllcn!,>uajt: de las mercancías: el precio. Tcxlo se vende todo se compra; clla'l.o común es el dinero, 7 medio simbúli:o y mediador por c,.celencia,ptrpt/t/11111 MDbi/e.s ¿Cómo se \'Íncula la len¡..rua fr:mca de la formn dd t_li~ero con el pretendido lenguaJC universal yuc representan lo:~ cúd~gos de ~as máquin as uniYctsale~?51 ¿Hay algún nexo que no sra solo conttnbrt:nte y externo entre conocimiento, tecnologias y economía?

~7 :\.rm.1nli M.mcl:tcr. LJ iNirlllÍnn dt lo <'OIIIItnicwióll, S1glo X.'<l Ediror<.'S, 1\.télm.:•>. 1995, p.. 132 . . Sil ..Nos cncontr.unus p en un:1 situ.t.:i(m t.'1\ b que h fro1se del'C S:ltasbccr l.tS ex•gcncw ck l.llog~( \ tlllurm.itrc.t Didl2 lóg1CI {'S rc:l,lll\',\11\elliC ~(."1\C\lla: se tro~t.\ de tt.mscol.ur un.1 tr..-t-. mdus.o cnmplep, bato una form.1 t¡ue nns pcrmtt:l rnumer:\r sus umd;ult-s de mlurm:u.:ión. St'b>Ún b lógJ\.":1 ben.tn.l tlel .ilgcbr.\ tk Boole. si/no. de m .tn\.1":\ c¡uc- t'l lrngu-ttc ~e com·icrtt ~n rocrc.\nCÍ:l (~ndit.i<'>n: que ~u

...

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~ay una primero forma. e,·idente, por la gue Jns tl:cnolot,>Ías se relnc10nan con lo mercantil y es similar al nexo que mantienen todas las mercancías con la oferta }' b dcm.1nda. Tambtén en el caso de pro~rnmas y lenguajell binarios. su existencia social, el adquirir la cuahdad de ser considcr:tdos CIJmo tiempo soci.1Jmelltc necesario, depende de que en efecto encut..'fltren compradores en el mercado. ~n caso de no ser MÍ, de no lograr la metamorfosis, los periodos de ~~a empleados por científicos, técnicos e in~cmcros en la confcc~on de sus.r~<>?uctos, como ocurre con cu:tkJwcr productor inc:fiCI<.'Ilte, !;C dtlu1mn en un limbo de exclusión, de inacccsibilidnd. La cuestión tecoológ1ca vista desde la economía presenta aristas diferente.~ a las (¡ue ofrece desue otros ángulos de visión, académicos, por eJemplo, pues muchos «conocimientos>' o capacidades con los que:: cccucnta>) una sociedad, podrí:m no t..'llt:tr disponibles efectiva~~ntc, adgui~r existencia social como tal, si d c1 tSto tlt· su aplicaaun es dema~tado alto en un mercado particuJar, o para en frt..'flt:u a Otl'a.<t aJtcm:UJVas tnstrumcnt:tlcs para la producciún. E.<: el caso sólo por ejemplificar. d~ l_a energía solar que a pes:tr de srr una o;,oón para generar clcctncadad, por !:u.-; cosLos cst:í lejos de su!:tituir al energético producido a tran!s de la combustión dt· petróleo. Una economía del conocimiento y la tecnología, podría asentarse con sólo el nivel analítico proporcionado por los conceptos ccnt~~c~ de lo mercantil. 10:1 monto de los recursos que una sociedad d tng¡era a In cr~ción de t~cnicas se dete.rminarb p< 1r la oferta y la demandn }' habna ~)ltt' confine en yue In mnno in,·i~ible mcluycra ese dcm<:nto en la uistrabun•'m úptama No sblo eso podría ser «explicado,. con esas herr:tmaenla!>. El mercado también podría dar cuenta de: por qué .los descubnmicntos se dan en dctenrunnda~ áreas y no en otras, e ancluso permiuría predecir en qué ámbitos es probable que se ~rnduzcan nuevo:; inventos: todo dependería de los sectores p10duct1w>s o de consumo a donde se dirigieran la~ inwrsiones en 51 un ~om:nt<~ ~ado. ' ~ún la~ preferencias y selecciones de campos dl· aovesttgacaon por Científicos y estudiantes podrí:m detl·rminarse

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Amar en el extran,ero

a partir de los beneficios proporc\onaJo~ t·n cada di:;ciplina, puc:;to que también los productores de conocimicntm son portadon:s, nos dice la preferencia r~vclada, de un tndiddun económico yuc persigue su pmpio interés. Aún cuanJo e.;ta visión limiraJa pudil·se ,1Jyuirir cierta vcmsimi!ttud en un momento dado, e incluso al¡.,"'.tnas instituciom:~ sociales _,. hasta educativa~- podrían fundarse sobn: ella, es claro ljlle en tanto economía es insuficiente. 1•:n primer lugar pqR¡uc c.:1 cnnt H.:imit·nt< 1 -lo mtsmo, por lo dem:í.s, (¡uc la fttt.T/.a de tr.tbajo y el dincm- ~on mercanctas con un carktcr (·srx·cial que dificulta t:st.1bkccr con ci:Hidad d procl"so de formaci<'H\ de sus precios. L~n la monnla, b fuerz:t de trabajo y b técnica, se ponen en juego tempuralidadl"s pt'C\Ih.ms, tÍI mos disímbolo" respecto al tiempo homogéneo Jd c.lpttal: n.:~onanci,\s de Jur.lcionl·~ culntLlil'~. siml)()licas, e• >tp 1rales. rc.1eias ,, ~( Jllll'te tsc ,, In dnncnsionalid.td única del valor. PI conocuniento en una socicdad, lo mismo que el consumo de los tmbajadores, forma parte Jc la cultura; y esta última es un conjunto de discursos )' significados dtfict!mentt· expresnblc en términos de pnquetes fmgmcntarios de utihdaJ, de deseos subjcti\'o~ jerarquizndo<; t11 ordenamientos de prcfercnctas. Mmho tld saber social, atkmás, no puede ser atributdo en l>ll post·o.;ic'm, produccit'm e tntercambto, a ntn~n :-.ujeto l l l particular: es un mundo dc la \'ld'l, ambiental, por el que t.s dificil cobrar y frente alyue d mccani~mo de mercado simplemente no podrín funcumar. A lo anterior habría t}Ue agrcg.ll', en el case 1de saberes y técnica~ como los t¡ue suponen las mtíquina.•· IIIIÍI\.'T.I'tt!t:.l, t¡uc la~ mismas ofrecen una n:sistcncia particular a las capacidades explicati\':tS de la teoría mercantil en su núcleo básico, porqu<,; en cierto senrido constiturcn una rcd undancta, una replicación del mcrc:u..lo como t:ll. l•:ste último podría ser presentado, en cicrw nin:l de descripciún, como una especie de dispo~ltÍHI de 'l'uriog: un sistt•ma de procesamiento de inform:tciún a tr:wés de un código n knh"'.t.tk l'spt:cifico, d dinc-

'" Esu es l.t pr.>srur.l cltb.. >rad.t p<•rJ.u:oh Schmt•oller lrl ln\'lnllon .tnd Enmomtc: Growth, l.t cdtCJÓn. Cambndgc.:, ;\[~5~.tchuo;,dts, 1 l,¡rvard LmH·r~tty Prc.:5s, 1%6. C:ríttcas dct.tll.td.ts pucd<"n c:ncontmr~c en N;uh.tn llo-;cnhc:rg•. ccCtt•nct.t, lnvcn ctón y Crccnntcnto F.conómtCOI>, Trmolo.~t·J y (¡'01/M//hl, 1.1 ctltct<'ln, ll.trc:clona, nd. Gu~tavo Gtll, 1979, pp. 2R+-305; )'en '\.tvtl't Vence Dl·~.l, J~,'rllltJ/1/ÍrJ d< ¡,, l11110IW'Iflll )' dtl (.ull!bio 1t(IJIIM,;;.iro, !,1 edición, i\l:ldnd, St~lo \'tmtumo Edttores de ~~~p.tiia, 1995, t:~pccnlmcnre pp. t2(>-I-B.

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La casa tomada 2

ro. Y también <..'n este caso estaríamos ante un artefacto de simula ciún o imllactfm: pues el yuchaccr de una suciedad pndría represe~­ tan;~, y de hecho M. representa, en los cuadros numéricos de Jos prectos, lo mt~mo l)UC el modelo de bs preferencias indi,·iduales se exp_n:Na en las cun·as de costo y utilidad marginales. ¿Podría una soctcdad optar pe 1r procesar la informacic'>n que produce, alternati\'~t:net.11L' P<:r ~cdin de los precios o de redes tecnológicas dtgtlalt~ad.ls:' ¿Como podría el mercado dar cuenta de la ecnnomía de otro <cmercado..?

1Lty inclu:-;n m~s analot,>ias Lntrc ambos sistem.'ls Je tratamieot<, f, •• ]> . • 'e m ormaca>n. uts :tst como lo merca mil cuenta con la teoría dt• 1

la prcft:~..:ncia re\·clada para dcscubrir-:1.tribuir el su¡cto económico yue h.1b1ta l'fl 1.\, pers1.':1as, d rclaro Jd juego de la simulación de Turing cumpk la mtstn;\ funcu111 pam las redes digitales: rt.·...-cl,\-asigna la máquina ~k cst.tdo l~tscn.:to que tnn~a en cada uno Je nosotros -y en otra:-; ent:td~des pos1bles. ~mbos c.ltscursos, el del mcrcado y el d~:: las tcc no~ogtas contemporaneas, cuentan con narraciones y mitos de larga csttrpe yuc colaboran pam su seducctún, aún cunndo no esté clnro gue los stslt:n~as en cuestic'm reyuieran todada cncantar para mantt·nerse en funetonamwnto. 1.a urgcncta de pensar a profundidad l:t rdacic'ltl actual entre lo

:cu~Ómlco r lo tt:~nc:lúgtco, r.tdica, me parece, en yuc este último ambtto se ha constttutd(), o está en trance de hacerlo, en una economía segunda en cuanto tal, en una redundancia sobre lo mcrcantil cn un mt.rcado sobrt· el mercado. I.a comprensión cabal de est: put~t~' requt·riría l:t daboración de toda taJa crítica de la l"Conomía poltttc~ dd conocimiento cn nuestra época, objcti\·o <.¡ut• superaría lo rea.ltzabk en (stt· <.:scrit<>. En adcbnte tnzamos súlo algunas suge~cnc.tas accrca de lo:-; caminos que podría se&ruir ese ct'tut.ho neccsano st e:-; t¡.uc h:n~os <.le C\'aluar con justl"Z:l el grado de pertinencia de tan~os dt,l~~mstlcns yut· nos hablan de nuestro ingreso al mundo de la stmuLu.:ton u a la IISoctedad del conocimicntcm.'"1

~tguw y t:unluén, en bucn:t medida, las 1¡uc.: ~e prescn ap.1rt.1do :mtcrwr sobre h C<l[l'"<>rh ,.., • d•·~ tr~'-¡'¡ .. u, 11 e 11 J\1¡~· · • ,,,- tu Vlt:run su IO~ptrat:ton . unguuJ I'F\ Ull,l ohst'r\''lCJÚrt <¡ut• h¡cu 1 lal>"rln 1 ("Hllt?tJ )' 'J"twtcu • • • • ' • ' L'll romo ldrolq_s;~or "(...) d pn •r._r,·sr> tét:Jucu )' ucntífico se: han conwrtido c·n u~:t fuente tndcpendt('lllt: de pi~.W,\IJ,¡ ~rente ;) IJ fuente cfC' plus,·,lli,¡ que eS j:¡ ÚlliC;\ liUC' l\f.u-.¡ tom.1 en conm!er,tclnll: l.l lucrz:\ de rrnh:t¡o de lo~ productor~-s inmL"<..i.ttos ttcnc w l.:ts retlcxtnnL> 'lliC

.t.lron .

L'll . d

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f>.mar en el extrantero

La aparición de un:t mercancía tan peculiar como la fuer7.~ de trabajo en el mercado no obedeciÓ a un naci~tcn.to o descubr~t~ten­ to espontáneos, sino gue supuso tod:l. una hlstona de scpa:~cl.on.~e los hombres en relación n los instrumento~ de produccton,. lu~o f: ¡t... como sei1nla Karl Polanyi, «la dcstruccson de c~tructur~ :;ucsa'1 "• • 1 ks para extraer de ellas el elemento dd trabaJO>>,~.. a capactl.1:\~1 de pro<..lucir, de transformar la nat~ralcza, como nlgo ,uslnd:>·. autono~ ·rc·mtilizado e uttlependa.:nte concl ptualmcnl( de su port.t m o, n1e • • . f, .• • · . h ,: 'l De sgual '>rma, a:,J~ttmos oida• d or cYen tu a1, e1hombre' h• pcrson:t. · • una succsi/m de mutactoncs ~oci.,lcs cuyo n:sultado. ~c_ra, cun to .' b bilid J Ja extraCCIÓn del <<demento del COI10Cimtenton, 1:\ dtpro a at ' · ' . .¡ .. be • . ~ · ·dor No se sucinción conceptual y mercanttl entre e ~.1 r y su po. ~c dtrá que este úhimo fenómeno es médito pues desde 1.1 tn.\·en~lun d~ la escritura el plasmar materialmente un sab~r, t~dcpcndtentem<.:nt~ dd soporte <:n que esto :;e cealic<.:, imp~ica ~? :tk¡:u~ucntu ~ntre el autor~ ·u obra )' una especie de autonomtzacmn de esta. Pero el ~onoce :S ' . 'll . . , 'v1ncu . 1ad e> au't,• 'a un poseedor' fue m J'IStUlt:,"UI 'e J e. e·1 • ~·.·ld la• ssguto mcdt<..la en que su actuahzaci~n, .r~utilizaCICIIl, su 'udt~ n_ la ':'. ~· rcguirió siempre de un agente tndt\tdual cnn un:t pot<:ncta subJelt\'a intmnsferiblc e indisociablc de su person:t: !<U capact~~d de leer. L~> . al conoctmJsmo podrt·"" afirm"'r~·· " ""• hastn · · hace poco, en rclaclt>n . . . miento cristalizado en artefactos, hcrramtcnt:t~ : tncl~.so n~tt~.ul<~s de consumo: todos estaban ligados, en la ~<.·fluH.IIficacton del s.\bcr guc incorporaban, a una mtclecclc>.n }' habtltdad q.uc for~aban pan~ . , tn . t... ..... n.,rcriblc dc uuJcncs los <.:rnple:~ban. 1.1 obr<.:ro, e. d 1.; 1a d otacton ~•' , . trnbajndor, el artesano, como (jUÍcn lec, dccml,tficaban un conoctmtento mat<:riahzado y era esa su acc1Ón cont.lsciC)Il .111/f f/111111011 para ~~ . . reprod UCCIOO . , }. tnnsmisión Jd saber acumulaJu .tk sobrcn\·enCt:l, • · J los.¡ hombres. Es esa virtud, ese tacto Je mtdas que 'uch L, a la 't a e conocimiento de otra forma muerto, lo que hoy, en el \·tnculo en.tr.c ststemas tecnulómcos y económicos, comtcnza a extraerse como t:k:.. • puro, ~c . P:'"(lo .... las n1cnto ....... u-. '· personas · • y a transfenr~c a lenguaJeS digitales }' mercados. . , , El capitahsta, lo Ytmos en d apart:tdo nntcnor cuando sebrutamos los argumentos de lil Capttal, compm fuerza de trnba¡o y la - vez c.u.la

tri.• p. 87. f,J

. Júrgcn 1hbum ..ls., (¡mdaj• 'f't(llim romo menos unpo rt:·Jnc~.t.>~ ·

•.

.

l':,trl Polan)'i, f.o Gra11 lrull'.fo1hlti<10fl, op. r1/., P·

169

•·

ldtul~'''• np.

la casa tomada 2

emplea porque sólo ella tiene capacidad para producir más valor del que posee: es el único disposttivo para valorizar el valor. Obtener un plus de valor no es lo mismo, reitera Marx, que trabajar en el viejo sentido de acción dirít:,>ida a transformar la naturale%a, sino guc constste en producir un nlgo más de tiempo de trabajo ab~trac­ to socialmente necesario; una extensión, una cantidad mayor de tiempo de nctivid:td indifen:nciada, homogénea, a la que, se espera, <:1 mercado otorgue d certificado de socialmente existente. ~a pott·ncia pura Je actuar, ese quehacer ya no dirigido a nada concreto, n la cwac1ón de ninb>Ún bien en particular, esa propiedad de la fuerza de trabaJo, IIL'ne adtmás la \'Írtud de 1\ 'lctuali7ación del trabajo anterior gu<: ~e ha consolidado en m:íquinas, herramientns y rnatc:nas primas: es labor que hace revi\·ir :t lo muerto. ¿Qué es, estnctamt.>nte, lo que compra el capitaltsta? Un:t cap:tcidad de mo,;miento autbnomo, en primer lugar. Pero como se 'ía1 lábamos ni commtnr la dtfcrenciacic'>n que hace Marx respecto a In actividad de la abeja y la (k los hombres, no es sólo la posibilidad de movimiento lo que caracteriza al quehacer humano, sino, sobre todo, el hecho de que nntes de emprender la acción su resultndo final ha sido previamente <..libujado en la mente del trnbajador. Es esa ,·irtud proycctiva, ese conocirrucnro, junto con la potencialidad general de estar activo -de emplear energía y músculo- lo que el cmpleadot lleva consigo a la f.íbrica. El obrero ,.ende por un tiempo dctt>rminado ambos aspectos al patrón. J.:1. form.l dt· su ncti\'idad en ese periodo ya no le pertenece· rá; lo mismo que d plan, el resultado final al que se dirigen lu~ movimientos dt· su cucrpc, serán determinados por otros } no por él. Durnnte su jornada laboral, Ja potencialidad para cmpkar músculo y cerebro transtta por una 'ía parnlcla e independiente de la p<..rsona del asalanado. l!n \·crt.bd parec1era una contingencia lamentable para el capttal ()Ut:, a fin de obtener los rendimientos de la fucr%a de trabajo, aún haya gue cargar junto con ella al trabajador nusmo. Si todo se jugara en lo expuesto hasta aqui, no cabe dulla que la mccani%actón de la produccton aparecería como promesa de una soluciún aseguible. Las máquinas podrían, en esta visión, sustituir algún día a las personas. La cuestión es sin embargo más complc¡a, pues las m:í.guinas t¡ue aparentemente lle¡.,ran, );e instalan y rcempla%an sin más a los

211

..


Amill' en elexlranjero

empleados, no podrían ensambl:lr~c. conectar~~: a la~ cnJc:nas productiva:;, sc:r compatibles con ellat~, si no fuera porque lo~ hombres las adaptan. h~ conducl·n, la:; manejan, kl' agrq,;;\1\ un plus de conocimientos, una destreza, una habilidad, qul' permiten a lu mecánico cnla:t.ar:;c con la estructura de la prc 1ducciún )':l extst.:ntc. Ningún artefacto recién salido Jd taller Jcl irwentor o del labnrntu rio de invcstignci,'m, puede aplican;1.' o incluso mnntt·ncn;c c:n funcionamtento en la p:oducc1ún sm hl pre\'1;\ adictón del conocimiento que.: los empleados poseen: su1 su cnpactdad de: kctur:t y renctu~Í:!ac.ión del snbcr. Es esto, esta forma de rc,·itah:r.ar lo muerto, lo cnst,lltzado, este conocer, el que con todo y ~\\':ltlCI.'S mt·cánicos pcrmant:cc ¡x:gado a la." personas de quienes trabajan~ )' es a la cx~rn~ción <k· este saber, sin mezclas, como puro «clcnlcnto del conucmucnln», ~\ Jo que sl dirige In nu1.\·a :trticul.tciún entn: tecnología y economía. J(ntiéndasc bien el punto: no se trata de obtener, separar}' mcrcantili%ar la hahuiJ.td de tal o cual obrero fl:\1':\ emplear o adapt;u una m:Ít}uina tspccífica, sino la capacidad mism:1, ab~tr:lcta, de «le~:o> d conocimic..nt0 ~· ,JjdiCicado, de interpretar y dc:coJificar, att·rri:t.ar y ejecutar un ~abcr acumuh11.\o. La acth•1dad, la capacidad pur:l para emplear cerebro y músculo, el «trabnjm> indi fcrcnciado independientemente de la tarea concreta a c.¡ut" se dirija, hace tiempo que se separó de las Pl.'rsonas y habita en el mund() dt· las mercancías. Pero la potencia para conocer, cualquiera que sen la matcrb a t}~C s<.: oriente t:n cada momento, el t<cnnncimk11t0 abstmctcm en el m1smo sentido en que se habla del tmb:lJC> cualificado de c~c modo, toda\'Ía continúa, en buena medida, tncorporndo a la~ pcrsonn." mtsmas y es cuestión de succionarlo, explotarlo, ex~ .liarlo ~~ es m:ccS;\no. El espacio en que pnoritariamcntc se rl·ah;ra la e....: tracción no es el centro de im·cst1gnción, sino el lugar de traba)fJ, la fábrica. Hay que L'1Tlpc:tnr por desembarazarse de la ,·isión usual por l:t que una nuc,·a inn!nciún aparl'CC y. sin mcdiacaún alguna, sustituye empkndos, modifica la producción y llega a pro,·ucar cambios so. cialcs globales. Dc~Je cst.L pen;pectiv¡¡, el lapso que media entre la creación dt una t~nol<>brÍa y ~u empleo pr:ictico, ma~ivo, es cunct.·bido como un «retraso» contingente durante el cual nio¡.,rÚn conocimimto importante e~ puesto en jm-go. Tarde o t1.·mprano, como una fatalidad natural, I1>S nuc,·os mvcnto~ transmutarán nuestra con\'ivencia. Al respecto critica Nathan Rusenber¡.~:

,..

212

L.1 casa tomada 2

Una ,-e~ que el im·cnto ha sido «hecho», después de todo, In cspcranxa es que todo lo gue permanece en la secuencia hi~t<'1ricn es pam :;1.•r adopt:tdo. Cunk¡ukr demora se con\'Ít:rtt• 1..11 un ccretr.lSo>>.

Nr> ob:;tantc., al considerar el problema dt.· esta forma, subc.:stimamos muchn la importanci.t tccnológtcn y I.'CunÚmlca de las subsigut<.'tltt:s ccmejoras~>. Nos ajustamos a una csrx:· cJ<.· de l'$Cortc • cr mcepl ual ljll(; distor~iona nucstta nsic'•n di.' hecho!' JX>stcnr,rcs, pues nos \·emos oblig;1dus n tratar el periodo después de ft.-char com·cncionalmcntc un invento como el periodo en el que una tC:'Cnica mU)' bien cst.1hlccida cst:i l'Spcrando su adopción mit.ntm.-; que. dt: hecho, adaptacil>nes lecnolúg¡cas y t•con/>micas muy si~-o>nificati,·as cslán esperando su reali%nciún.1' ' Cuantlo una técmca o algún dispositivo han sido

}':l.

bien c.:stablcci-

dos experimental o rcúrtc:tmentc, los oecfcccionamientos y mcxlifi cactnnc~ al di~cúo primario continúan lodm b si es t]ut· el mtc\·o sabcr ha de aplicarst. Jo:sl:'l lnbor d~: adccuncu'•n y mt.·jora tinca la viabilidad econúmica de una itwención. No son los conocimientos científicos, como tales, los yue se ejercen cn las esferas mc:rcamil o pecuniaria; 11on ellos, t·n cic.:rto ~cntido, pero sometidos a un procesn de lihrnc1Ón }' tradttcctcín. <<Con ccrte:t.a, comcnta Rosenbcrg, ciertos conocimientos cicntíficCJs ~c: com·crtirán algún día 1.'11 CCJ!l()CÍmi~.·nto.; de \·alor econ/1mico. Pero, con i¡..,ttl:\1 cutt'i'::t, ()Iros no»,61 1~1 proceso de en~;arcc de lus nue,·os dispo:atin>s con b dntaci(m pr•xluctiv.l existente -la df/11.1'/Óir de la rccnnlrJ!;,tÍa, como le llaman Jos t:etJI)I>Jllist.1S-IIl\.Ll)UCta .W:11lCI:S en lngentcfÍa, t:fl U!WUlJZ:lCiÓn dd 1r:thaJn, en cn:acu'>n de: nuc\·os nulcn.tlt:s, y aún tn méll xl<>s de publ1ctdad y C< ,mc:rCI:thzacitm. Pt'f'O en mctho dl todo cUo hay un punto crucial: Ja, destr1.·:ras de los rr.1bajadurcs,lo t¡uc cst•JS :lpc>rtan t.:l ='ath.tn Ro!!~:nbt:rg. •fl.tcte>r<-s que .1tcc:~m l:t dot\món de tcc:nol<•gí;l>t, 1ffl,o/n. gi.J63)' f<'YIIfOiriÍtl, r.n ni., ,. n. 113. 7' :--.l,¡t~.m Ru~tr~l~·r~ •Pruhll-m::L~ dt'l <'l'''""ml~l;l en 1.1 c:"nn·ptu;lh.r•ll."t<'•ll <.le tnntl\'.l~lon tto.:n cJiog•~:.t•, 'li·t'no/~í.l)· t•'OnDIIIÍtJ, o¡. '''·· p. 71!. Ohsérv1·qr c:ómo Ron~lnhcrg, lo nmmo ror ric-rto <JUl' f.¡ gcncr;~icbu de l.ts tcrJri.t~ l'CfliiOIT11C:.IS sobrl· d c:.tml uo tco.:nol0gec:\l, am;edt·r.t l..t produc~:c• '•n de: -.:onc•c.:unient.. ~ Ól n títi· c:o~ C.:lllllCJ llll.\ \',ln,lhle· t'XÓ)l.l.'tl<l .1 l.1 prnhltm<lric.t ccr,n,"mu~a.

213

...


la C&S2!omada 2

p:1ra d recorte JUSto de la:; piezas tt..-cnolúg¡.cas cn~..·l nurct 1 Jd re >~pc­ cnhczas de la capaciJaJ social de producir. Estudmn<.lo una scne de mejoras l'n c.:l ;Írca de la fun dición <k mt.:taks a mediados del ~iglo guc , ¡, 1mos, Ro:-\:nh~..rg con,tata cllmo 1:\ aportación de lo' cmpk.,du' en la fonn.1 de hab1hJaJcs personales intr.1nsfcnbk~ n:sultó cst:•lCJal para el éxtto económico de proct..-dimicnto~ y maquinaoas: \luchas de las habilid:'tk-s tC::cnicas en la t:m·:~ son a<lqwridas a tran!s de b participación dtrccto\ Cfl el proceso de trabajo. Teniendo t:n cuenta que ayuéllas incluyen un grnn

ción, eYalúa: <tNo el' ~cciJcntal que (...) el problema mt:dnico residiera en imitar los comph:jos movimientos Je la m~no humana más que lall simples accionts J c C'(ttnder el braw para la ~u.:ga y la trilb.»"" Simubr «los compl~os mo\'imientns de h mano humana.P no e!' algo <.¡uc caig:t dentro dd hori~onte posible de la mcdnicn sin más. Pero es, en c3mbto, el pn>pó~ito paradigmático, fundacional, del área Jisciphn;tria naet<.la alrededor de las m:i<¡uinas unin:rsales de 'L'urin~. Señala e~ae úlcimo, int:quh-ocatn<.."'lte:

Si ~ desea que una máquina imite el comportami~ntn dl· un.l computadora hutmna en al~;una operación compkia, debemos pre~ntadc a el'ta últtma cómo lo hace, y luego traducir la r~­ puest:t en la forma Jc una tabla de instruccmncs."7

componente de habilic.bJcs n•> cualificada:. (o conocimu.:ntos). tah:s lubihLbdt:s no <.r.tn tr:~nsreribk'!' a uavú de la educaciún regular o ln pabbrn c~crita, sino que necesit:-tban t:l mo\'imit:nto de personal cunli ficado. ~ Lo~ artefactos novedosm form:m <> dan luh-nr a destrezas mt·Jitas por parte ~le los trabajadores."~ Pero esta educacit'm no es unidir~:­ cional. Los conocimiento~ p(.:r:HJil:lk:; Je quicnctl laboran tambten realizan, agrq~:~n, posilnlt~bdc" inc:'\Ístcntcs prc\'Íamcntc en d diseño original de lo~ inn:ntl•~. E~ en úlum.1. instancia el hombre quien educa a la m:Ít.¡uma, pues ya el impult~o primero paca la creación de nut:\·o~ dispositivos, por lo mcnnll en loll últtmos decenios en guc han scntatln sus rt:ales lol' lc:n!,>uajc:-. dig¡ult:s, ha t:stado basado en la búsqucJn, pt •r parte de un esligadorL·s e mgt..mcros, de imitar c:l quehacer de las pl·rsonas parn así, par:tdc'ljicamcnte, estar en posibilid.nd de rcmplai'·trl.ts. CitL'tllos nucv:ln'll'llt<. a HnscnhLt~ qutcn, .1! reflexionar sobre los tirrntcs t)liC Je prontn ,,lcan:ruon ,,¡~'\ltl:tS tC:-cntcas que Jurante d ~'¡!!"XI~ h.1bi:m mo:.trado pm~re~o" Ctt.:cicntL·:. Ln mL-c:tnua-

c.l

1'-:ath.m R<"l'flhcrg. - r.\~t·•rc-~ <¡tn .t k \ 1m lt lllhlq/,n ck· tccnologi.'\10, Trnro/b-

Pf. n/., p. 218 e,.., S<:ñal:t Ltngdon \Xínnn: "' ,,~ mo;rrumentus t.:t.ompk•t'" '.m.pr11' llol~ de. nor~

f..ÚI ) t'<TIIWI/Icl,

rn.t~ p:tn ~u uuli:l;lciún que dd>l'n c.:umpln•l't . J.1 r.;r..ntl "" tll·nc: hhert.1d (1.11'.1 U$llr lm imrrumcnto~ tle un mo..l" arllllr.mc•. ~"'" \jll(' tlcht• pw~:ur,1r que se Sl{;.\11 los

m~tvdos

r prn<.t:dimtt:T\10!' <•J'I(r.lll\'0<; ,\ k\U te le") "JUI' M t:urnpl.m tO<.I.Ii Jas CO.~­ m,ttcnalcs ¡).1r.1 su ti..•ncwn.1mll'lltt• J·:n In~ dt,llnt•>' sector~s de: b ctvllt"•'ciún modcrnn, se consumen l-\r,1ndc~ ~:,mud:tdcs de tiempo. energ¡;l y rc~ursos, p.1r.t ..:onsc!';'llr que se sig;¡n c~os pro..:~dnllll.'tWJF y $C cumpl.tn esas ~.:onth~:lonc~.» 1.111gdon \X'mncr, 'J'w¡o/Of!.Íu AuiÓIIMlú. [..(ITic·IIJc'U ll!t'OIIIl'O¿Uiu 1'01110 Ob)du ele/ J>tllfu·

¿En qué forma se prc~unta a una (teomput:~dorn humana>> cómo lo hace? ¿A ~¡ué tipo de enttdad está dirigido el interrogante, puesto gue no 8e trata de entrada de la~ persona~ sino de seres guc:, individuos o msk]uinns, c~t:ín reduddo~ a sus aptitudes para participar exitosanwnte en el <<juego de la imitación»? J.:1 t--ituaciún oriwnal pbntcacb en d rcl.1to Je Turing t(!nía la peculiaridad dt: separar los aspecto~ mcntalc8 y cotporales de los sujetos implicados: t:ra la ausmci.1 de cuerpos como parte si~'1lificativa del relato, lo que hacia \·crosímil que el cxammador se confundtcr;l. Una <ccompuradorn humnna>>a la <.]Ue ~e cucst10nara sobre su quehacer tendría que estar en una cnndiciún análot,>n. disociad:~ de su cuerpo. ¿Cómo podría ser Cl'O l'i de lo que..· M: tr.\ta es Jc intc..·rrog:ula sobre lfos movimiento~ de su mano? Ante l:t necesidad de que alf.,'Una corporeidad se m:mtu,•tera, tl misma tendría qut: ser compatibk con los supucstm del munc..l• • turing~anc ~ Nc1 pcxlría trnrarsc Jel cucrp<l como cxccsc¡, ccpartt: ma\ditM :111':\\'t:S::tJa por\ .lCÍOl', rur sinsentidos c:n que pen:;,\ba, por e1emplo, Gt.:or¡.,>es lht:tille. Debería ~t:r una corporeidad qut:, de suyo, fu<.~e concebible como d conjunto de instrucciones al que sus respuestas dc:berí,\n :;er traducida~. Un cuerpo eficiente, o¡xrati,ro, sistémico, una colc..'cciún de estados discretos, de pasos metódicos,

diCIOllt'S

hllt!IIO Poútllv.

2 14

1.1 ed10ón. E5p:1ñ:t., Gust.wo Gtlh, 197ts, p. 1')7

66 ~.trh.tn Rosc:nbcrg, ..Cienci,l, inn•nción y crecimi~nto económico», 'ftrnokJgta

y

«01101111.1, 67

qp. tit., p. 300.

1\bn M. Turinp;. .U M:~cpuna.U de Cot11pt11:2ción y b lntdigenciall, '1'· •it., p. 58.

2 15

...


Amt~~ en

el extranJero

la casa tomada 2

que pudiera ser imita<.lo por una máquina digital poryuc ya sería, potencialmente nl menos, un nrtcfacto de esa clase. ¿.A qui~·~ preguntaría 1:\ computa<.lora de Turing? 1\l sujeto pnx.luchvn laylor. Todo discurso, ha observado Jloucault, recorta pmtctones de sujeto en que cnlocn las acciones que d mismo discurrir establect· como posiblc11.1' 1 Estas lucali:tacioncs ~on también, cn principio, <<Oiscursivao;», JXW en ranto. como diría Ahhusser, los discursos orgaoi?.an y SCln ellos mismos «pcicticas», es posible r.Htrcnr en entramados insritucic ~nales y de ¡xx\er la." construcciones de sujeto l)Ue aparentt·mentc serían :;ólo creaciones <Clitcraria~m, simples encadenamientos de pnlabrns. Ya lo hemos intuido cuando hablamos de los <cindiYiduos econúmicos» postulados por la teoría del mercado: ¿ellos podríamo11 ser nosotros? ¿la doctrina de In preferencia rcwln seres que nos habtt:lll? Los sujetos yuc se dibujan en los relato:> turingianos se rc~·cl:ln-atribuyen-comtru)'en en la f:\brica. Su t<.-oria re,-clador:l es el taylorismo. Es ahí, en la ínstalaciún fabril. que cue1"pos }' mt:nles se ~t·par:ln, se dccantan, y lo:; indiYi~olu•ls pu~den describirse come l series de instrucciones o de ccrull y unos. El taylorismo 4!studio de c<tiempos y mo,·imi<.'1ltol.m de los tobajadores en 1:\s instalaciones productivas- está basado en lo que Michd Aglietta denominn el prindpio muJniro y I.JUC pre~enta en los

.u:

siguientt's ttrminos: el pnmipio 11m·J11i(rJ (•••) incorpora t-n ::u forrn;\ de funcionamiento las caractaística" cualitativas de los trabajos concretos previamente nsumidos por la dcstrc:ta de los obrc:ros. (...) l·:o lugar de d1riwr los tnstrumcntos, los trabajadores se con\'it·rtcn en apénd1ccs dt In máquina. Transfirtendo los caracteres cualitntims del trabajo a la m;íyuin.a, 1:1 mcc;uti:tación reduce el trabajo a un ciclo de !:,>estos repetitivos que está caractt:ri:tado exclu~ivnmcnte por su duración, la 1/0f/J/tJ de mrdinlimto. 1~sta es In base de la homogcnei7acic'ln del trabajo en la producci,-)n. Cu:tlquicr modificación en la orh>aninciñn del trabajo es una profundiLación de este principio."?

1o8 Cfr. :\ltdwl f'0\1C.1ulr. La Ar<Jllttlltf;í<~ tkl JtJht·1; 7:~ cdi..:•ion, :\lt.!~Ltco. ::\tglo x"Xl, 1979. p. 82 y ;s. m 1\ hcht'IJ\git<:ll.l, Rlg111LI<ión y Cm1s del ( .af>ll<lliiiWO, f/{1. ar., P· '>0.

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216

Gestos repetitivos caracterizados únicamente por su duración, la c<norma de rendimiento)). Tal es la1rín por b que en la f.o\brica, en el centro de trabajo, se realiza In homogcnei%ación concretn, práctica, de los liempos corporales, históricos y culturnlcs l)lle constituyen a las pcrsonas.7.. L:n cuerpo miC\'O es asignado: uno ttue no tient' tiempo propio, (¡uc no rinde más o menos en una época del año o en una {Y.\rtc de l:t jornada; lJUc no es jalonado por pasiones\ miedo-;, por dc:;cos y fantasías. r. :n cuerpo q.ue puede recorrer-:e, como la temporalidad del ,·alor, de arrib.l •lbajo y stcmpre, en cad:l uno de sus SC~!fnCntos será el mismo. 1~1 cuerpo producti\·o. La." flexiones <.le esta corporeidad nacen normah;.ada!., codificadas y cstan<.lari?.adas. 1·:1 t.tylonsmo elabora una tnbla de los mo,·imicntos posibles, una suerte de lenguaje corcogr:ífico, enl¡ut· cada postuu es fr~hrmcntada, separada, evaluada, llevada a su ¡x:rfeccinn:unic:nto y ex:tmtn:tda en sus polencialtdade~ de combinaciún con otros Acstus an;ilogos. En el códiAo Je <diempos y movimientos» put·dcn claborarst: cntonces proposictones, cnunci:~do~ y, acaso, «rclatM''· Hajo el principio examinado por Lyotard c.l<: ~ue 11toda la metgia que C;\ua inJÍ\·idualiJad es en potencia sc:a transformable m 'tm.bajo', t:n el sentido de l:t mc.:cá.ni71 ca j.,ICOCnth> naCl'n cucrpo~ lJUc: '\lJO conjuntos de inslrurciont.'!>. lengu.-tjes má'Juina en yue cada orac1Ún corresponde a una opcr:..cJc)n. Las tablas t.k post~.u·a.; simrlcs ~omponentcs atc'lmicos- permiten d diseño de nueva$ m:Íql•inas y métodos de trabajo bas:tdos en ellas, como bien subraya Agliett.l: «Cada obrero indusrrial ri~:nc un ciclo de mo·vimientos m:ís simples. J.a aplicaciém de esos cst¡ucmas permite: concebir nucn>s métodos d<.' pn>Jucciún y nue\·os tipos de m:íquinas-hc7 rrnmtcnta>). :! Las kcnoloh,f,,, mecánicas construyen sobre el pisn, previamente (.'Stabk'Cido en la (~brica., que proporcionad r:wlorismo. ~, No se trat:l sólo de tiemptJs y movimientos en cu:t.nto al ncxu de 70 Ohserva l..angdnn \Vinncr: "Los ~•stt•m,ts prcctsos, nlt<·n~l\'O!!, n•loccs y drgrnn producn,·i<l:ld, r~'<¡llitrcn p.trtíci¡w~ hum.tnos prcci~os, intcnsÍ\'C>~. vdc •re~ y d~Fr.tn producti~id.u.i>•. ·¡~, llolt1$,Í" ,.111/tÍitfiiJM, op. r11., p. 21)3-204. , Jcan for.mcors 1.yomrJ, T-ltid<'gger_y Lm judíos, fl/'· rit., p. 41!. 7 - Mic.:hd Aglietta, llA'JI¿,.y¿¡¡ )' <.i1.<ÍJ d.•/ ( ;m;ltt!íJIIIO o!> .it p !12 7} -.s • T ' 1" 't • YJ lo hal>í.1 scr1;1l:tdn M.u·x: «l..:1 t¡,cnolngí.t d<:llc:uhr~ (...) esas po.u.r ,r_tURdti fot"lllor fimrlulllmt¡/u dd III•Urllllrlllo' a 1.1~ que se .tjll:lt.t lor.toM.tmt.1lfl'. pt'ltt a la ~trie­ d.ad de los n~srrum~nt•JS ~mplc:~dm. toda l.t dCttvtd.ad produCit\':t del currpu hum.1Jlo, del masmo modo qut l.a tncc.anu.:;t no pttrde de ,.,~1.1 1.•~ Jk •ll'OCtl' medniC."l~ sr?'pl~s, ~nst:lnktnclllc re¡x-ttd.lo;, pur ¡,rr.mtlc que ,t,l L\ Cl'•mr>lictclñn de b maqum:~na.~ Cacl•>s M.ux, 1!/ CIJvi<~L., "lomn r. op. at.• p. ~07.

217

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Amóll' en el eiCtranJero

La casa tomad a 2

n uchnccr o m:lquina indi,·idunk:;. La normaliun u q, 1des de lo:; cmplcndo:; en la :mcton ~:~mUWil~>(: refi~:re :l llp nJo:; \"Ínculo~ l'lltCl' 1:\~ difl'rcntt:~ instalac10n fabnl )'• aunnc!',' :\ e u, 1 • que.: conc.:c¡ltuali:-a estos . d l:t pwJuccton T.a uoctttna ~c~~•oncs l • 'ltt nos aspc.:·cto~ e:~ ~.:·1 fonltrt;n ' · ' cuyn cri~tnli%:tctún m.i~· sobrc~alicntc •· u t • • • • • d roducctlm scmt-autumattca>•, ~s l~ bantll ')lfl/Ínllu o la •c:tdena c. p b. . ') d·· -.. " o le lbm.t t\gltctta. J.;ls rclactullcs · 1 1 · rc.·r ,s.' no :.o u. .~. l e '•l' 0 com .. rticular, sino de um•s cun otros, se • 1 fi 1' 1· J leJa~ conC:lda uno Cllll ~U hcrmmu;llhl pa -l. . • El !;CntiJo Je lo:< mm•tmtcnto~. a m:t tl .1 l . estanu.'lflzan. · . , ':1 h·~bi:t comt:nzado a ser tracciones "1 exrenstonc:; muscularc:-, ~)U~: ) • • • • . ' : 1· 11.•1• ' prc 1ducror:~• pnr ~~ mtsma,·fipor. · do• al t•breru por 1a Ol.ll.:jU enaJena. d't•· ·n·o liC rcsuh;td,s homPgcm:os, ldcnl: !;U propto ..e · J ( !01 ·nto e . l . - •tblc para ~uícnes 1:\hc •r.tn <:n c:t a rag e . a un p :m macees ., . . d . 1:\... conextones roccso. 7~ L;\ «iJ~o·M de la Ulstalacu '"· d l'squ~ ma ~ . .d· de~ P 1. J • 1. la dinsión dtl trab:t¡o !tt: aslhlfi:t a U1U .t . L'fltrc las mo ecu :ls le ' · · .. diagrrama 1 ·,m·"tratiyas que lluctkn trat:tr e:;~ «<conoctmtcnto)). csc .' a<. m ~ • • • fb · m<, m·uen.1 sep:tde flujo de los ncxn:; <.'lítahkcido~ en 1a :t nc••. el<> • . nor sí . . fomlnl dtsciplina o c:trrcra c~co ar l'Xtstcntes ,.- . rnda, • • . 1os. s:tue . '- . !!obre la «ingeniería de bs . p r l nueY·tmcnte ' • tccno1og..... mlstna~. e 1' · · . · 1 • 1a>~ ..;..~ tn•·c:\nic:ts .. · · · • ~0c cnnstrurcn empresas», o mt~':"o lJ~ e .. , a tr•l\'és de Yi¡..,ri.bnci:t y restricciones sobre la cfcctuaclnn pmctiCa -. ' , . J ll . ' 'Kligns de 1 1· tr•,b·t¡o- e tal as ) Cl , fisicas cc~ncreta:; c.:n e centro l ~ • f 'loll tr.tslaJos de indi,·itluos y series de mstrucctonc~, ahora acerca l e . 1 ·imientos se . 1 1 1 .. J . la ·mpresa. Ast com'> os mm matcnas en ns oc:t es e · e . .ductivos . . . . •s lo~ \"Ínculos entrL' los cuerpos pn . . ¡· u1 a parttr dt.: bs rctlu¡eron a ~us :Hom( · · · . l . ' \11 l"tl ractmo:>, L'1l mo l'C :ts, • ~e stmp thcan ~ agrup: . . ·n ue los cnunguc pueden !L~li:-~tr~l' combin:tctonei'l y programa~' (; g . .

~bn¡ndo_r, co~'.

la%ami~nto

ob¡'eto~ ~~

cue~tton

~e tran~>

·re~

• 1 . h~l l.:Otnt• \'t'l:lmn:;, .t ltJ III'IIUNirnlu. e:;p • Í • m~trvm..:ntu dimmulo dci orl"phc·indo "'!: st· CflO\'Io.:riC \ e . l·.st.t, Crt't."'l..'ll o )' mu " • . '¡. 1 lllt<IW •l.'rt•.tdn p••r d he mhn.:. 1 n n:? g.tni.,mo hum.mo en tn,ttumlulu; \'un t ~~· ~ t ~1 C.!pU.tllc h.tce tr.th.&j.Jr Ahor.l con de hJ.u:r tr.Jh.IJ.Ir ,¡lcohro.:_r• • ~un~~· ~~:::·:~~;r;:rm·ut.ll•• 1/wl, 1>· .ll<.. . . un7 1 m.ít1um.\ tJUt' m,¡ncJ:I <:IJ,, miSm: · tr ltl~litrl.' ,, ,,,,..· .ti c.lpltlctltst.t ·• d · 1 unl.1 m ~ttJUil·r.\ ~e • · • 1 ' 111 0 :> EJ St:Oil ti, SI •' gtUltt ~ ' 1 ..,..·,n t:OITU:nt\ jacque:< . lJ lc:y dd \·,dor en cuanru '·' • S-o_ . • en tmto J'ei'SO_O.~';. SinO .t . f "' ca<lt:n.l ÍmpJdc '{Ul H: tormcn dcpoAtt~Jj; «1~ monmu.:ntu lmc,tl )' connnuo t t: . 1 1 . .,, ~1 ntmo dd ~istt-ln.'l de:: .a h·1. " somete ;\ o lt( rn e , • sitos entre c.H.b put·~trl ut tt".l ' 1° 1 • ·~ • kmt·nt tJe, 11lc.ldo> en d dc-hl . llr '''!Ull\J$ mo\·umtn 1• • • . m.íqumas.. l• • o t¡p :l rt'p<. • ,.. • ""ltÓn §In,, uuc t.-s h lcv rrusm,t 111 · · ( ) H tmo no ~':1 Y·' un 1 .. .. , • ,.. p .1rt.unentc' de ~1-:lltC'n.l ··· ' . Jll'<tuCS ·\tt:tll llirtomu dd llenlf'O, 1 1tu:mp('·'' • del Yalor 1,¡ t¡ue .!drl\Í111slr,t d lunu u· . • 1Jf. di., p. :!OO.

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7-l l'-.uCY'.Amcnrt· 1\l.vx: •l ~• m,I\IUII\.1 no \

. d

ciado~ corrc.."Nponden a uperacione~. Con el furJismn y el taylorismo se cun~truyen los sujeto::;, las <CCOmputndoras humanns1> a las yuc Turing podría preb>untar cómo realizan cosas p.lra lfUe unn sruiquina la:~ imiram. Los actos puedc..'fl traducirse a serit•s dt· in:;rruccioncs por~ue de lwcho yn lo L'r:tn. Marx ~ubmp·, que c.·n b circulación capitalista, .1 Jifen.nci:.t de lo guc acc Httcce en la m•:rcan ril, nunca ~e sale de b (:sfera dcltn tl'rcambio para dirigirse a otm dimensión, al consumo. por L'jcmpln. 1•:1 ctclo D-i\1-1)' Ci'l mfinito po~oc empieza y continúa con dinc..•ro Slll que haya acceso a ntnguna rt.oaliJad prc,·ia o exrcm.1. 1~~ sitio :'11 \fllt' d capitalista u~,· a la fuerza de trabajo par.t usarla n•' es, aurtt¡uc en el habla común em1)lcemos l:t expresión con\'ocando seduccionl·s del lenguaje, un <dug.1c de tr.tba¡<m en el sentido de quc fucsc espacio en que se dieran transfi>rmacJoncs encadenadas de l:t n:ltumle~:a. J .a ((fábrica» es más btcn un ambito t'fl el que :;;~ comput'ln }' combinan Jumcion<.-s Jc acti,·sdad ab:;truta, J)artícubs medidas \..'11 un1tladcs de riem¡y> de los k·nguaje!l, de gestos }' mo,·tmientos. \1 ;tsum."\rst. a una instalació n fabril probablemente se tcnJr;\ b impresión ingenua de contcmpl:tr hombres trabajando. Pero si la nbser\':tción se redujera a t:so estariamos enfocnndo únicamente el soporte, <:1 hardware, de relaciones m:il' abstractas, de segundo ni,-eJ, en las guc se juega la «naturaleza>) propia de la economín contemporánc:t. Que en t.:l't:t última se produ;.:can cosas (;S una contiogcnaa y, :tcaso, un:t f.1ll.t del sistema. Lo '-JUC rcnlmcntc.· se 11product» en l:t$ compañhs :tctualc~. no son bienL·s y ~cn~cios con la connotación que comúnmente daríamos .1 eso:- términos, sino que se crean. en d sentido más C$tOcto, nueva .. rm hdatlt.r <.¡uc, como fantasmas, habitan y :;e tmslapan con los entes t:tngiblt>~ que, quisiérnmos, fuesen llanam<.-ntc las cntitlaJcs del mumh J.o que 11e cr<:a en la fábrica es el capitalismo en cu~to tal. Por c11o, una vc:t. ~¡ue S<.' han csr:~blcctdo l:ls fuentes de las que emana el plano dim<:nsional homogéneo c.lcl valor. y las mismas han devcntdo Jisposttivns traductorc~ de los C\-cntos ~uc l'1l ellas ocurren a S(•ries de mstrucciones, a códigos c.l<.- gestos} mo,·imiento~ ddintdo~. n •m• • el «trabajo abstrncto» en gcn<.-raJ, únicamt.:nte por su duración, b mancha rcrfccramcntc homo¡.;én~:a del capital puede exrmdcrst: y dt:rram."lrsc a otros :ímbito$, copando y homogenei:nndo progresivrunmtc más y m:ís esferas sociales.

El motor de cttta

expan~ión, de tsta dinámica ineont<:'niblc:, es

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La asa tomada 2

dificilmcnte aprehcnsiblc en formuhtctonc~ scncilb:;. 1lay quit·n dice gue e~ la ganancia, sin más. Y s111 l'tnbnrgo ese término encierra una mnrai'ia, un amasijn cn yuc han conOuido rcs<lnancins de bs pasione:> y lns intereses, las expcctatÍ\'as, la omnipresencia de la finitud 'JllC amcn.t;-.1 cada elección. el cnct:rmmicnto en un presente llt:no c.1uc así colmado se extiende h,lst:t ab:arcar lo yue fut.• alguna vez funuo. J.n.o; fucrtn.-t pmpulsnrns incluyen, t;\mbtén, a In:~ ritmos, Yelocidadcs }' l ú~cns de la pnl\.luccil>n dd concx:imicnto científico y académico, t: mclus<l al Jinarnn inefable d~: la crcactlll1 de nucyo~ inventos: tcx\()g los tema~ ~uc ~e cng:\t"l.an bajo el rub1<l del «cambio tecnológico••· P<.'ro l'l da,·c c.Jd capitalt~mo radica en yuc sa bit:n en su época, como en ttX.ias, exasltn muchas t:sfer:ts y :lmbitos soci.>k-s dotados de. dm1mic;L"i autDc:\lalíticas v ~>sn·d11r:ts de ritmos propto~, ahnra todas ellas han de comc>dtr, subordin:Hlil' y SLr congruentes C< 111 d IICmpo h<lmCJ~~nco JcJ captt:tl. r::;le imtituye una temporalidad ljUC, como paragu:\:;, cnm• > cnrporacic'~tl, nbmza :1 b~ dcm:i.~ El pnncipio es ~uc toJos lo!( tll'mpos, durnciom s y rítmica.-;, h:10 de impulsar, ampliar} scr\·tr <.k dl\·crsc >S modos, a b dtmcnsión plana, n:corriblc J~: adelante atr~!l, idéntica t-n cada una de sus partículas, del valor. ] -a realizaciún c1 111crcta dt.· e~t:l. nrcicubción-subc >rdinací,\n-traduccí,·m de ritmo~ }' tempor:tlidadc~, se juega <.:n ese et~p:lciu abstracto yuc hctnfiS denominado «b fñhrican: es db c:l cri~ol ~o·n yuc los m.'\tcríales se fumkn para foqnr ni cnpital. Un punte • neurálgico u1 este proceso consi~tc en yuc lfl'Cll\'amt"flte las fucr'/.as de trabajo sean capaces de traducir Ja..; tc.:cnoloh>ias e im·cntus, construidos en los lenguajes Je b ctL-ncin. b tngl•nic.:ría y b acadcmH\, a los cúdigw: de la economía, n la cadena de gestos \' mm·lmll'tltm: que:. estandari7.:tc.Jos y ddinic.Jos st>lo por su durnciún. h.lbtt:tn ya ahí, en la dotación pcoductil·a ya instabJa (~ue post~n 1:\ capacidad para com:ct'\r los 1\llt.:nr.; productos Cl)tl lo:; ~'llliL't'Íorc!\ para que el Yalor de: estos ültimo:; rcnva y lo~ prun<.cos pueden adqutnrlo. <.,!uc los lmbajadorcs k':\o cJ llUC\11 saocr para l)UC l1 J COffiUIUl}UCt1 :l lo ya existente, y <.)UC la:; máyuinn:;, lns prcvtas y bs ~:~uc llegan, mantl'tlgan a lo~ t:mplcados en su condictt'm c.h: artefactos l<.:ctoresrcvividor<.·s del ''alor. El dispositt\·o h.l funcion.tdo, :-;in duda. Y tanto, que el fordis mo en tanto doctrina de b est:lnÚ:tn:cnción de los tr:tsl:tdos de bie-

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nes y computadoras humanal!, llq..,f() a extender la maoch.1 dd \';\)or a la esfer:t de l<l gue c<antcs>> fue el consumo. Cada ,·cz menos IIC abandonó el mercado para, fuera de él, utili;mr un bien t) sen·icio. El capital rC<.Juirió, para reproducirse ;¡ b escala gigantesca guc alcanzó, dd cstablc.:cimiento de lo que J\glicua ll.tma unn •<norma soceal de co~sumo•>: b re!,'Uiactl•n ~ normnlizacic'm de 1:\:; clases de objetos o «..o;attsf.'\ctore:», n yuc luhria de acceder la gente. Horarios, ri •rm:t!l de pago y contratnción, calendarizaciones dl.' b acli,·idad y el dcscan!:o, c¡;quemas de <>rg:lni;-acit'lll sindÍc:tJ }' de} «tic.:mpo JtlJre>) fue· ron C'\tabl<.:cido~, di:;tnbuyt.ndo y orgnniznnJo los ¡;0 nt'lctns entc~o· l~s J~r.;ollas dc.:tcuerc.Jo ,\los mismos principios y c1'x:ligos <JUl' ~.·u la fabnc:t dctcrmmnrun los Ol':Oms de: los empk·.\llos con sus herr;tmient:t~ y cntrt sí. Jacquc~ \tt.'lli ha o bsct'\'aJt, ~ue t,, forn1.1 usual por la que In economí:l contcmporánen resueh·e sus crisis con~isrc en la mcrcantilizacic'm de l'sh·rns cada \TZ más amplia!> de la :;ocie· dad, concretamente a tm\'é~ c.le In sustituciún de relacione:; pcr:mm\),:s por cosas: <<De crisis <:n crisi..o;, el tiempo de las Máquinas se ha desemlmrazado de los scn'lci<ls más estorbosos )' menos eficaces, y se h:t amueblado de objetos producidos t'll senc.»7<- Donde la\':\r )a ropa, por ejemplo, fue unn :tcti,·idad comunitaria, un objeto, unn la,·a<.lorn, vil·nc a rcmphzar un intercambio social. Esto es cit·rto. Pero ahí dnndc aparece una m,íquina <.JUC limpia las prendas no ac;\ban sim· plc:mcntc los nexos <:ntrc la~ personas, m:ls bien :;e rccodificnn, se indivtdualt/,111, ~e trnducc:n :e los llll,L,'Uajcs de: ~4..':-.to' y mm·imicnt('' '-Jlll pueJ~.n 'l'C objeto de una admtnl'l!ración J.a fábrica ~e: amplb, la in~r.ll.\­ ción fabnl ocup:t h:u.ta las\¡, itndas y poco importa para que ello M::\ a,i, que al asum:trnos C<lpttmos o no csct.-nas Je trabajo: el capital comic.:nt,\ a inJepc.:ndoarse de su soporte

1~lt.1ylmi~mo, el fordism•1, !1 producción mc:canizada,l'l't:Ín atr.t· Yt.'l'nc.los s1n unb.trgo pnr ~· mtrnJiccioncs si~t<.:máucas. La m:í.s nololb lc: r.l<.!IC,\ t·n <.JU<:. si bien por un.1 parte esos <..liscu~os Jcpt'fldt.·n del concJCIIllltfltll IOtr:tnsfcnbJe de Jos hombres, de sus habilidadt::> }' deslfl'i':\S p.tra adaptar m:l<.¡uinas } tecnologías -<ic •tconsumcm 0 de <•prcxlucciúmí si c:sa difcrcnciacil'm no fuc:r.t pn~hlvn"l:iric.1· , pu1 orrc, ladl) In formación de un espacio homogéncr> del Yalor r<.:L¡uinc que esos saber~·~ individuales, cualitatiw>s, inef:tbks, sean separado:; tfe 76

1/Jid, p. 22-'.

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La C8S3 tomada 2

las personas, recodificados y homogeneizados en pura actividad cuantitativa, medida en tiempo de trabajo socialmente nect:sario. Cada nucn máquina u orb>:~nización de la producción excluye, des\·nloriza, d saber de alb>uicn, lo extrae, arranca y desecha. 77 Pero si se c~cluyen constantemente saberes, ¿no Uegnrá el momento en que la mccaninció n deje fuera a b capacidad mism;\ de conocer, aquella que permite que los trabajado res lean, adapten, traduzcan e inserten los nuevos prmluctos en el ámbito ya inst:1laJo de 1:\ cconumia? Unn nueva doctrina comicn%n n clc,·arsc liobrc d piso prt:vio de la cudificaci/m taylorist:1: el llt'ofonfi,lllll. Otra vudta de tut:rca. El propósito ahom no es la mccamznci<'m sino la automatizaciún. J\f,rl.iettl resume así:

El nuen> princip io de organización del tmbajo es el de un sistema totalmente integmdo en el que las operaciones productivas propiamente dichas, la medición y el tratatniento de la información se influycn mutuamente, com< > momentos de un mismo proceso previamente establecido y organi%ado en su totalidad, y no como etapas sucesiva~ y separadas de un proceso empírico cuyas diferentes fases son heterogéneas. 1~sa organizacu'm cs posible ~mcias a In aplicación sistemática del pnncipic 1 de rcl re >.tctividad (jeed-bud~.) al funcionamienw de las m:lyuinas- herr:unicnta. E l fundamcnto de todo el sistcnu se encuentra, pues, en la posibilidad de: tonstmir PJtÍquintJ.r qm trmfrolun m.r propit.JJ opm1donu. 78

Los cambtns <.'11 el proceso de produccrún son posibles gracias al desarrollo de b electrónica, las tdccomunicaciones, b computación y ntms muchas cxpn:siom:s de: los artefactos umvt:rsalc~ de Turing y sus lcngua¡t:s digitak-s. ""'~ Filos pt:rmiten, en el seno mismo de la fábrica, n Por qcmpio, d prtKl-<;•lmtl'ntn e tmpreMÓn de p:~lahrn.~ por ~:omputldOr.t ~h:j.1ron

tuera de 1.1 extstenct.l so.:i.tl, en apcn.ts u no' ~;u,mtos ,\fios, el conocimiento t:entcn.trto d e los VlCJOS impn:son.~ 78 Mi~:hd .-\glu:tt.t, R.tg11luaón_¡ Clirir dd <.."upitu!iJ'nto, nr- ril., p. 101. 11 ' Obsnv.1 Bcnj:unm Cori:1t: «(...) exi,tcn nuevo:; mtlh<J~ dr programación de las rutin.ts dt: tr,tb.tjo que pcrmtt<' n rxpr<lpi.Jr el ~.tb~r obrtro meth.tntc la rcproduc~ión en tiempo re.tl de los gt·sto~ ohrcrc ·~ cft·t:tuados en d csp.ll:io (...) automa tiz.lc puestos de tmbajo que ant<·~ no .-ran :UJtomatiz:thle~ porqm· la descomposición de esos gesto~ nbrt·ro' en d c~p.t~io estaba fucm dd alcance de los medios

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la construcción de <<mát¡uinn:; de control num~ricm>: herramicnta.s cuya operación puede establecerse en programas fonnalcs, en sccucnci<1.s dt· ceros)' LlrlL>s u otras cadena~ de cnunci.1dos análogos. 1] n:sultaJo firul subrayado por Aglietta mcrc<:e ser resaltado aquí:

1.':1 funciorumil'tlto Je la m ;k¡uina se n:: así completamente ltbcr.lJ<, de los límitc:s imput:stos por la c:tpaciJad sensorial ) motriz de un ordcnador hununo. 1111 1,:¡ ap:lncncia del ncofordismo se recoge en tnJ,¡ una literatura dedicada a msal%arlo: flt·xtl>iliJad de la producción, proliferación de computadoras y grupos de trabajo en h .-; instalaciones fal>rilc$ r~~ngcnieda. SIStemas dc organi%acir'>n <<justo a tiempm>, dtn:rsifica~ ~ton de_ pnxluctos, sociedad de la informática, de los scnicios, posttndustnal o del conocimiento. En esas narraciones cristaliza uno u otro Mp<:cto de las mutaci011es ocasionadas por la prolifcmciún de las m:íguinas de Turing en la generalidad de :ímbitos de la ,·ich. Pero en tant~> co~ú.nmcnte no se da cuenta de los nc'\os genéticos, lógicos )' SISh.:m:ltiCOS de l:t llUlTa economÍa con l'US configuraciones anteriores, l.l mayoría de los relatos adquicrcn la fisonomía de mod~s, descripciones subjetivas, c\·cntualidades u ocurrencias <.¡uc surb>1eron por sí, accidental y fcli:.::mcntc. Hcs~IL1 particularmente cyuh·oco dcsih'flar el cfccto mayor dd neofordtsmo como flcxibilización. Más bien lo gue ocurre cs yuc, si antes cndn m:\quina y pul·stu de trabajo estaban insertos en una sola b~nda continua r m.tntcnían rdaciones únicas r plcnameme dctermu1aths con otros pa~11s dd plan de producci,)n para elaborar l lll bien espL"cífico, ahorn :mbrc caJa punto de la in~talación f.1bril sc cru%.1 una scrit: de planes srmilarc~ no para uno ~inu p:tr:l ,-aoo:-: auto~.ÍIK_'>~ do! tr.thaJO. r. ..) Y:t no l-:> ~~ntd>o de ttt•m pus ~· m•JYimt<·nros, sino

o~propt:lrton lll hlm¡ut• del tnO\'tmrcnro ... lknJ.tmin Cnri,tt. K1~t,·lorismo loonko;m 11 Y Kuc'~'~ ·¡¡_¡ n~tlll¡.,>Í.t' l'll IM T'.IÍ3t'"> Scnnpcritencm» en n ·,·ist.t Jludw 1\lésit:o 'J~~n.t r PoiÍIIl.t, A.C: .. l\1o. 1 (ntotit> <.k 19X6). p. 75 -76. • . ' lll>chcJ ¡\glwtt.t, Hrt.~tla.io/1 ~ ( irw tk! Cf/lltaúJnlo, op. t71. , p. 102. !'le: t r:lt.l el<• 1,1 culmm.tt:I<Jll d~ un. proceso )'-1 ~~ri,tlado por í\l.lrx ,ti cstudt,>t l,t mtroducc•Ón pnmcr.r. ~it· mayurn:lrt.r en la ~r.u~ mdu~rn,t: «Con el tnstrumcnto de rrauajo, pasa L1mhtt"~ del olat•ro a l.t ~naqum,, l.t \trnJOstd.td t•n su m.tnejo. L:1 capacki.td de rendtmtenm d~ l.t hcrra~ntcnt.l se emanctp.t d<" las tral.~o~s personales (jUl.: supone la fuer7.a human,, de tr.rb.t¡o». C.trlos ~larx, lit Capttal...• 'lomo 1. tif'. ril., p. 3-17.

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Amar en el extrN~jero

producto:;. Es como si, en d mapa ~n que c~~n un solo camino se desígn:tban h\:; ce ,nstrucciuncs de una pobhc10n, nhur:t se yuxt:tpusier:m intinidad de: recorridos distintos yul.! conectaran a todas o a una sekccilotl de Ja.o; cJificaciones. O bien, para ce uuinuar con l.l mct:ifor.~ como si a un n'L'lpa de: un,\ región se cncim:\ra otro de un :\r~~ ak-<fatia fX'CO parcL'llOlt.'fltC sol:-.p:'l<.Ja con 1:\ 7.~1\~ primera. C:~l cJ que :-.Jem:í~ , Jlras \'Í:ls }'no bs origin:\lc..'S fueran thbu,.tdas. Los dt:;ciim y planes de Ll producción se han .wlotlei~Za~t: t:mto, ~1ue ca~'' uno de dios determina el l.tm.'lllO y la loc.thzacum de su propta in~lalación fabnJ -y d númet"o, tipo) calidad de m:k¡umas, materias y empleados denrco de ella- y no a l.llnvc..'t'lla, ~~!~o c..n la 1.:ra de b mccani~.acu:lfl, en que d perimctce1 )' la dtspostcton genera] d~ un;\ f:\brica concreta (.'f:lll Jos límiteS t¡UC tenÍ:\ yue ;\jUStar }' :1! ffiiSOlO ucmpo adaptarse el proyecto de: 1:~ proJucc•ón. La idcn, el esquema del procc~o productiYo ::;~gucn ssemlo ta~1 rigidm 0 más yuc antes, p<.:ro cdificiol' y emplazarrue.nt.us d~ maqutnarias ya no representan la cri.<~talizacic'>n de un pl:tn umco; <.:~>tos :;on muchos y existen por sí mi~mos. matcrin~i;:\m.losc en ~stc u otro taller, 1) p:trlc: de él; en c~t:t () aquella rewon de ht ~()~ledad ~) del mundo e incluso en hogarc..~. ccntrc>s comerciales o tnstalactnne:o para d. tiempo libre. De m:1nera concomitn~te, ln11 .m:\t}I,I.Ínas se pluralizar< lll: no c..·~ que sean <cflexiblcs'' cn sentid<' cstnc.to, ~too c¡uc son rnuch.ls hcrmmientas en una11 }',m:\.~ unponnntc aun, son absrr:tctns en relaciún al soporte mawt"i:ll c,·cntual t¡uc la~ albcrl-,r:t: un procesamiento puede empezar 1..\entro de In cala de un h:udw~m: Y terminar en e•tro. El esyuc:mn ¡,·,gico Jig~tal dr; lo:; artefactos se autonomiza. ¿Por t¡ué e~ <..'l'to po¡;iblc? Porque una computadoca <hg1t.tl es una es~·cic de arg.1m:1,.\ fonn...J que pU<.-de moldc;trse para tmitar a cu.1k¡uier olm o n.kn.tdnr, incluidc> el h.umano. . ) h'l ¡lt:.Yihilic/.ul del ncr,fr 1rd1smo puec.k• :lt'f \'lsta e• >me • dtscmm.'lClÓtl, n:plícnción al infimte> de su :tlliL'CeSf>l'. d ford1smo; como un.l n·dundancia: dnndc había un gc::Ho ce Klificadn y una banda, ahorn 81 «La m.it¡utu,t de que .m;tHC:,I b r.:\•oluc:tún trtdu~lri.tl ~ustctu)·c ;¡J nhrcru l!IH' m:mcja un.c 5ul:o hcrr.tmicn t.l p< •r un mt:c:.uHsm•' l\UC ••pera _c:ort un.t m.JJI.I de hcrr,1 cntc:nt.\.' 1~\ulcs u p.trend:l.'\ ,, l.1 ,.~·? )' m• .vkl.i por un,1 ~nb IU\.11!.1 motn~ • ..:u.llquc~ r.J que ~cól 1.1 iorm.1 dt: esta. 1:'1\ •·~t<' cnust~U: J,¡ m.Jqlf/1/u, ~~n l.t •¡m: nu~ tncontr,l mo~ .1quí como dt!rncnto gÍmpl¡• de l.t prodUt.:drm m.\t¡Ulnt'l:tda... Í.-trlt•~ Marx. T!/ (.~itlll... ,'i'umo 1, #"- dt.• r· 30(1.

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La casa tomada 2

se cruzan mucho~. l\.'tU en esrn insistencia, en esta reiteración, el di~posítivo se alarh'":l de t:1l mnnl'CJ. t.]ue se Jubla subrc ~í mismo y e$tablece nuevos princirío:; par:t su funcion:uníento. Así, si con el tnylorismo y la mcc;tni;,ación b lógica general consistí:l. en homogeneiz:u: lo más posible los tiempos de los cuerpos, de la cultum o In historia, tnduso del consumo cotidiano, rc..-ducirlos al código de una serie de posiciones definuhs sólo por su duración, uhoru .vn ti ,·ontnJI

dttlonJálit"' dt la produmón lo q11t ·'' hmaJ 110 u milijicar, ,'Q.Jrt.lr, n:primir lo.• fltmptJs dJrtf\Oj al •'tiJtila/, JIIUI por (1 t'Oitlr.mo, uprotcd"-Jr .JI 11/.i.-..imiJ m dmamis1110 }' n~miu paro que Slrvntl .luna repwduccic)n cn:cienll mente ampliada de este último. La mecanización suponía homogenetZ:tCIÓn, Íh'\talaciún de tiempos, cuerpos, producto~. mcluso culturas, porque !lufría de timitJcionc~ para el manqo de ~r.tnOL'S cantidades J c ioformaciún y t:lmbiéo en cuanto a 1.1 preci~1e'm de In misma. Y no es que en d terreno científico 11n se hubier:tn im·entado ya hace décatlas mecanismos d e procesamiento de datos capacc~ de operar :tmpl1os \'olúmcnes de cifras;}' tampoco 9ue las ciencia:; no hubi<.·mn estado en posibilidad <k lll'Y:lr l:t <::xactitud mucho más all:l de la parte no11agé~im.1 dt: un milímetro; lo que sucedía es que ese instrumental, ese conocimiento, depcndi:tn p:~r:\ su inserción ~:n el espacio del mercado dt' b cap:~cidad traductnr:t, adapt;ttiva y de conduccir'm de los trabajadores. a fin Jc yuc los nuc..'"\·os equipo~ pudieran 1ntcgmrsc a la cnden:~ tlcl \'alOr ya instal:ldo y estar, vía la opcracir'>t1 de los empleados, en posibilidad de rnívar lo muerto. Probablemente b mayoría de las ht·rnmicntas ubicadas ya en una linea de producciÓn pudkrnn haber sido cmpk.-adas Stempre para b reruiz:tción Jc más de un proceso a la ve~, pero el operador de Us mismas no poseía las capacidades fisica:~ comu p:l!a controlar m:ís de un conjunto de anstrucciom:s y n ·>rm:~~ de prr>duc~-ión. Cuando los ge!Stos de los tmbajadores -y su.'\ rclnctoncs- alc,,n;,:~nm un grado de estandari;,actón y codific,,ci()l} suftctcntcs; c u:mdo los nuevos inslrumcnto~ fut:ron construidos}' disei1adu:: subre l's<.· ltn¡ptJ)t máqui1td }'ya nc> sobre la conducta impre\ tstblc de los cuerpos «naturales», ento nces fue po~tble dotar a lu!l :1rtefactos con htH cadena:; o secuencias de posrurns yuc los trabajadores ~mtc..·s empleaban p.1r:1 ad:tptar l:ts máquinas en su primera instalaciún y pnra concgir su funci<Jnamknto en caso de qu" el proceso productivo ~·stU\·icr.t yn en march:-1.

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Amar ~n el extranjero

El capitahsmo taylorista y fun.h~ta suponía gr.mdcs despilfacros, amplias d estrucciones etl Hl opemcirm cotidiana. J .a falta de precisión en los procesos pr<xluCU\OS impltcaba regulare~ t.xcesos o f.1.ltas en mn:ntanos, materins prim.ls y mano de obrl. Consecuentemente, el discurso del ncofordism( 1111\'0C:t para su seducción la prenda de que los despilfarros se chminarán ahora que, gracias a l~s controladores ckctrónicos, todo c~taril justo a tiempo y en las cantidades exactas. Pero el mL'Canicismo no daba lugar a de11perdicio~ únicamente por desajustes S<.'Cundanos en cu..1.nto a ingeniería y administracu1n; los ocasionaba porque L'Maba ltlserto, lo mismo qu~ la producción actu."ll, L"tl un SIStema dl meceaJo at~vcsado, come~ vimos en el capitulo segundo, por un;\ falla, un abismó: por_d hi.."lto que ha de salvar una producción que Úntc:uncnte_ ya rcaltzada se dis¡x>ne a obtener, a través del intcrc:tmb1o mcrcnntil. un certtficaJo de su carácter soct:tlmL-ntc necesario. Además, hay que reiterarlo, en un c.lispositivo así attuello qut alcance la existencia social KC habr~ transformado, por t'Se solo ht:cho, en t:xprcsión de un tiemp~> de trabajo ab~tracto, de una pura acuvtdad perfectamente h?mo~cnea. ]..,'\exclusión puesta en juego por lu mcrcnnlil-dc los metiesen~~~ en su existencia mi~ma, pero de t()dm en su ssn~>ulamhJ, Ln b l""pt.·ctls cidad Je aquello no subsumiblc en lo homogénl'O- no se reme~iar:Í a través utl neofmdi-.mo: ~lt-.'Uimo~ c.:nla c',rbit.t Jd mercado capttal t~ta. Al contrario, se profundizará, se cenlinrá ahor.l, además, dcsJc un nuevo piso. Y ello a pesar Jc los encantamiento~ lJUC difunden la~ prédica~ acerca de <]UC las nuC\·as técnica.~ proJuctí,~s. al superar el caractcc repetitivo de lo~ gestos en la producción, denu.:l\'en a los trabaiadorc<; su peculi."lridad, su creattvidad, ni Jarlcs autonomía frente a u_n os pl:tne~ productrvos que antes se les imponían fém:amentc y ~s dejaban fuera del ámbito de las fiMlidades de SUI.JULhacer. J..a tentacmn de abandonar el lado sufnente del trabajar Hay que aclarar de entrada que el control automático Je la producción no dimtna al t."lylonsmo tll al fnrdismo, t'O cuanro cump<> nentcs de.. las ouc,·as técnicas y <>tg:tnti'.actoncs, ni mmpoco en tanto esfcrns prO<.iuctivas existentes por sí m1sm.'ls. En pri~er lugar ~r razones que competen a l:l dinámtca ocasionada por la mtroduccton de nuc,· .ts hcrr~mientas, en general, en espacios en le >S que ya se encuentran instalados equipos y pruccsns. La relación de lo nuc\·1> con Jo viejo no es de eliminación total. Comenta Nathan Rosenberg:

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La casa tomada 2

Un;t mirada más cercana a esta relación descubre no sólo la pcrsi!ltcncia de viejas tecnologías donde la situación o disponibilidad de recursos proporcionab:m especiales vcnL'ljas, smu con frecuencia importantes pcrfccciot\;\micntos en esta~ tecnulogfas mucho después de su presunta cxtincibn.•2 Un razonamiento desde la perspectiva de la teoría del mcrc:t.do diri:t. que, en efecto, un nuevo proceso puede no eliminar a los antctiorcs si estos se actualizan y perfeccionan de manera que superaren b prueba dd lapso promedio, el canon de lo socialmente necesario qu<:, como periodo de tiempo empleado pnr !J. socÍl'<.bd p:t.r.l produ . Clf un bim o servicio, se habrá melto mio; estncta. St el mcjor,\mtlnto 1.k las form~ de producir anteriores no es suficiente, entonces el ml·rcado desc..'Chac:llo viejo. Y en efecto, es en parte por la presión de la!' tccnologíns tunng~nnas que una porctón dc la antigua pl.lnt.1 mecanizada llc,"nci al límite 8U~ mecanismos de homo~cnci:raci6n y rendimiento, y será capaz de sobrevh·ir. Est."\ no es, Mn embargo, la única causa de su pervivcncia. Sin ser falsa. ella daría cucnm solnmc:nte de la persis tencia de pequeña~ manchas d<.· fordism<J y taylunsmo, mnrginak-s, m mcdto Jc un océano t.lc neofurdismo, como p<Klría scr el caso análogo de pequeños cstnbk-cirnicntos artesanales yuc, reactos por su natumlcz;l a 1:1 mccanizacii'>n y oferentes Je hicncs apreciados por la SOCiedad, continuarían desenvolviéndose en las orillas del trabajo manufacturero. El caso dd control de tiempos y mcwimientM es diferente, porque, t.le hecho. ese discurso-pr:ictica cs. desde cierta perspcctiv::~, desde cierto ángulo de la mirada, el contenidn, el material comtituycntc mismo del control automático de la. producción. Obscn·,\C..lo «desde abajOJt, por así decirlo, d neofordismo no es otra cmm yuc los métodos mecanizados reiterados y ampliados en muchas banda~ continuas que se superponen unas a otras pero que continúan siendo eso, procesos estandanzadns de produccaón. Valen para ella. para esta mirada, todas las caractcrístic:u de la untfonruzaciún )' la construcción Je lenguajes de gtstos tkfinidos por su duración de los que se habló cu:\ndo se tmt.lb:t. simplemente de taylocismo y de fordismo. En cualquier caso, por una ra:~.ón o por S:! N:uhan n.oscnbt!rg. ••Factores que afect:tn la difusión de ttcnología>~, Tr.-noil•·

tltl_y uotw,JÑJ, llfl. ni., p. 223.

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lvn111' en el extran¡ero

La casa tomada 2

l>tr.l, la producción turingiann 1\c\•a wntinuamcntc n !lU~ línútc:; la lógica de b valorización del valor in~tnurnda por los procedimicntos mecánicos y su atribucí('¡n de cucrpu~ productiYn~ cn l:l~ pers(mas de los empleados. Desde: la Yisión de lo mecánico. elncofordismo, dotado de instrumentos de m.tyor prcci~iún, Jt· dispositi,·os conccpnlalc:s y físicm más afinados, lleva la ccxiific:.cJé>n (k· gestos definidos por su duración a nivd subatómico. No es sólc' yue hs m:iqumas de control numérico procesen mis dictcntementt una cantidnd m.1.yor de información. Tambicn ocurre ~uc 1:\." n•¡rm.ls de rendimiento se ,·uch·cn más :¡gud.1.." y. a la \"Ci:, más cadcncio~as, se distribuyen t'll cUas tiempos de rccupcrncíón )' de paso de uo:1 postdón a otr.t. En lugar de buscarse d increm(,lt() ~in m:\~ de: lo:; rendimientos, se introduct'11 t:n la grnm:itica del CUt;cpo producll\'o comas, :~cpamcio­ nes, t>spacios y paréntesis, a fin de yue la acu,·tdad :tprov~chc los potenciales corporales en sus cumbre~ y no los iguale en el promedio <.k sus cur\'as de dcsenv~Jivimk-uto. Por eso hay m;ty<)r productividad }' menos desperdicio. Para lograr c~to es nt:ce~ario yuc las reglas qu<.: estipulan los resultado~ mínimo~ aceptables par:t cada proceso y para cada máquinn en rdnci(m n su operario, ya no se apli<.¡uc:n de manera cstandarii:ada, sino que se fimJUc una n< lrma especial, particular, propia para c~td:t t·mplcado.A' l.a:-~ n1:iquina~ dihtit~cs cuent.lll con relojcR internos )' dispositiw>s secuenciadores t¡uc llevan la cut:nta y ordenan cada una <.le sus acciones. Pcru para <¡personalizan¡ bs normas de ren<.limient() nc.tso no s1.a suficiente: con que los artefactos llcrcn meJor bs cont:lbiliJadc:;. Serí:t mejor que hubiera tambitn rcloj~s en los trnbajadcm:l', in~enauos en ellos. En el capírulo fim.l dt: sus lltrtmiu drl liiwlf't!,JacquL·~ Auali dt~cri­ ~ aJguno~ de estos dispostU\I)S L,lc.ug.uJ.,,; Jc traducir l<)S tiempos propios de los cuerpos a lcn¡.,'tt.tjcs digtt:~liz:lJo),: dcsJt los rclOJCS de pul~era de cu.1r.-.o, hasta los lllédidorc:s de presión artcn.tl permancntt:mente atados al brazo, pnsanJo por los medtcammtos de acción pcolongnda y de alta precisión farmacolngica: ce(•..) In prcocupacté>n por mantener lns ritmos pcopÍ<)S C<1nducirá inclusin a intt>n·e-

nir p:1ra ~o:ltenedo:; nntt":> dc l)UC ~c alteren. 1•] hombre estará n~i. de algún modo, genéticaml'nte 'puesto a la hora' de su normaljdad>>.11' . La idea tic lJUC hubic~e Jt:;pllsitiYils port:ltile!;, automáticos y nomadnt~, que re:th%nr:tn los trabajos de Yigibnci:t. dc la nurma de rcnuÍmÍCOtO USUalmente encargados a los Sup<:rYÍsore~ fabtile!l, parte <.le los orígenes mismos del t.lylorismo. Unu Jc los primeros in,·esttgauorc:s c.'n d campo Jc los l.Ícmpos }' mo\·ÍmÍcntu:>, rcCUL'Clb Arm'lml l\f:luchrt,

Al «En los proyectos de J, •s pmdu~:turcK JltJ ~e trJ.t:l y.¡ sobm<·ntc de dar .1 .:.eJ.1 lJUIC·n la hor.1 unin:r~al, sino una h.,r,t t>cnon.th~.JdJ p.u.t ~:.td.J hombre. m.:lu~ivr hast.t P·"·' c:~d.l nhjciO». J:~cqucs ,\tt.lli. rlo/rJIIt/1 dd Tit•h!f'O, op. di., p. 25f>.

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h., idL·:~do un Jl'lllcb-bo6k. un libro-reloj, así descrito en su obra sobre la dirt'CCtÚn de talkrcs. 'En una tapa se ocultan uno. ao~ o tr\.:~ cronúmctros cuyos fll()\olmt~ntos pucc..len ponerse en m.1rcha mcdtantc Wl.'l simple prt-siúo de los dedos dt b mano i:t.qUierda sobre L1. cubierta, sin t.¡ue lo sepa el obrero observado. Encuadernado en rojo}' parecido a un cuaderno de notas, hay suficiente espacio para meter los albarane:;.' Para lleY:Ir a cabos sus estudios sobre tiempo y modmicntos (tittiL'-molioJI.f Jludie.r) entre los trabajadores <.le la indu:~tcia, Gilbreth, por su cuc:nta, inventad, a principio~ de la dt·cada. de 1910, d !!(]ilbreth Chronometcm, una c:\mata cíncmntogdfica uniua a un rdoj. 8 ' Yn SL'a yuc h<>y la mát¡uina proporcione un Jl'rlldrbonk. a cnd:1 trnbni~d or yuc.: labore con cll:t, o yuc ll>S operad<>re~ llc\'en consigo s u hbto, el hl·cho es yuc la norma de n..,1dimicnto se •<pcrsonaliz1.» a t:U ~~~lo, que :;on l?s _rrop1o:; cmplcadm quienes se; la nuto:u;ÍI-.'11:111 y vt¡.,hn su cumplim1enttL Los h>cstos se han simplific,tJu t:lnto y ~e h;¡n estereotipado a tal punto. que mde¡x·nditntcmcntt uc J;¡ hora del di:l u la tpoca dd :uic> en que se tr.1bajc, se puede c.slar st.-guro Jt· yuc la actmdad ser;\ :tbstrnct.'l, se definit:í sólo por el tiempo. y será perfectamente homogt:'11C:t con d espacio del valor. Una form:l tic cucnt:l y pago de s.tlanos a. destajo, o por estímulos, y un mercado ~ /IJif/, p. 26S-2(>9. Conflnu:\ dc\it-n\lo \tt.tlc: u:\o luy p.tm.l y.lljUt' I•Jd••s .11.ln\l · 1.111: .:.nlt 4111c·n twnl l.t~ ~~~Y'''· <:n l.t~ ljllt: M' :tp•l.m ohJl"tos que tr.eh.1j.u1 dur.tmc- t:~t' ttt:mp11 ( ·· .) l•l lmmhrt: ~t· rodt:;t dC' ~<·ci:clt-~ dt· sí mcsmo; l-1 de he, .:omn e~os ohtt 1< '~• ¡;,r,cr llllliUI:t• ~~.llllt:llll" pr••gr.nn.cdo p.~r.c l':;t.tr .cd.lpt.tdu. •~n C5C mundo m.n·~.:p ta~~lc; 'Lr n"rm.cl t~ fJ/clr ,¡ lt.1 IJ•m1, 1:1>~11• • un.c p¡,:ndoL1 respet.Jr el orden.•• 1/Jid, p. 2tW. ' •\rmand l\Lutcbrt. T..t1 Íllll'llriOII dr lu fOfiiiiiiJi"adtilt. 11p. rrt.• p. 336.

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Amar en el extranjet'O

La casa tomada 2

gobernado a tran!s de b admini:>traciún d(: expectativas, completa-

tentara crear con l'sas características -po r no hablar de las dificultades planteadas por lns velocidades relativas de diferentes observadores y lns distorsiones de temporalidad que las mismas acarrearían, según nos ha rebtado Einstein. Tal vez la única forma de alcan:~.ar el tipo de unidades rcc¡ueridas sea dar una nuent ,·uclta de tuerca, con::;truir otro piso de ficción :;obre el carácter )':1 de suro etéreo, inap.rchensiblc, pero tremendamente efectivo, del nlor, del tiempo de trabajo (abstracto) wáalmmtt netrsurío. Agregar abstracctón a la abstracción, establecer que d patrón de esa temporalidad hotnO&>énea no cst.trá dado por mnguna unidaJ usual (segundos, horas, minulos u sus fmccio ncs), ni desde luego será cronometrada pur ningún aparato fisico (reloj, clepsidra o péndulo); sino que el elemento último será, él mismo, una al>stmcción del tiempo, un:\ especit: Je sin tiempo, un má!l allá del tiempo. ¿Qué unidad podria ser esa? El hit de información, el cero y el uno, el ~a1to -abstracto, no cronológico- entre un estado discreto y otro. Una nueva economía capitalisr.-. se eleva sobre h economía capitalista.'(' El tiempo IJe,•allo a $\1 más alta abstracción, tan exacto que se independiza de cu:-tllJUICr instrumento para medirlo, :;e conYÍerte, muta, en dato, npcr:tcic'm lógica, en objeto de cálculo purnmc.·nte formal. 1.:t cuantificaciún dc la riqueza, de los intcrcambi< 1S, dc las aportacionc~> de los «factores de la producción», el valor mismo de lo:; bienes de consumo y en general de todos los guc llegan al mercado, ~e ta!'an en término~ de una nue,·a valoración, d valor-<:onocimiento, c.¡ue podría definirse así: la cantidad de informnciún, digital, soci:llrnl:ntc: necesaria pnm su producción. No se ellmin.t con ello la a•ueriur <.:conomía polític.t. Las mercancías pueden e,·aJunrse. t.'lmbién, de acuerdo al parámetro tld tiempo de trabajo abstracto. Lo que suel-de e:; que ahora a lo mcrc.'lntil, ru valor, se ngrega una nut:va pista, }' todo el mt:rcaJo e:; rccorrible completamente por cualquiera de sus ru tas: v·alor o \':tlor conocimiento.

rán

un mecanismo disciJ'Iinario que, a primera vista, parece más flex ible, menos repetitivo y embrutecedor que la vieja rutina de la banda continua. El neofordismo, lejos de reprimir sin m:1s los tiempo!' y ritmos disímbolos a los del capital, los refunc1onaliza y aprovecha. Una form.'l de hacer conmensurables tempornlidades y tÍtmicas, culturas y cuerpos, todos ellos diferentes, sin tener que recurrir :1 homogenei:r.acioncs fuertemente autoritarias, es fragmentarlos, dividirlos en partes t.'ln pc~ucñas, en tro%os t'\n diminutos, que al nivel de esas unidades de extL'tlsión cnsi nula, todo pudiese llegar a ser prácticamente una partícula de lo mismo. Como la arena del mar en que en cada grano se sedimenta tcxb un:t historia de civili:r.aciones, ciudades y mundos ya ido!!, cl.{uiparados en la pulcritud de una playa lisa. Para que el neofordismo se expanda, para que la norma de rendimiento se personalice y las m:l~uinas individuales imiten cada una a un.-. infinidad de hcrr:lmicntas, para que los planes de producción puedan traslapar::e, multiplicarse y compartir secciones comunes de diferentes instalaciones fabriles, es preciso contar con formas de sincroni:r.ación extremadamente precisas. l Wo n su vez supone unid ades d e registro }'medida tremendamente pet¡uei1as, perfectamen te idénticas una~ a< Jtra:;, y capaces de mantener su identidad a trm·és de todas sus combinacinncs u operaciones. El reloj c.¡ue ha de traducir el tiempo propio de un cuerpo a la duración homogénea del valor, no puede ser un artefacto de cut:rda cuyo~ segundos dificilmente son iguales unos con otros y <.]UC va pcrdiL·ndo exactitud a cada m.'lrca qu<.· ofrcce. Un ~egundo del m1td, hm>k dd obrero ha de s%>túfi.car exactamcniL lo mi:;mo que un segundo del reloj intemo dt: la máquina con que trabaja. !.as m.\quinns de medir el ti<.:mpo, cu:tlquier tiempo en la esfera del capitalismo contemporáneo, han de ser digitales, }" aÚn ClltOnces habría l]Ue 1-,tarantl:t:lf <.¡ue Cada pedaZO de cuarw víbram exactamente.: los mit:mos millones de Ycces, al mismo tiempo, a cada instan le. ¿Es esto akan~able? ¿Es posible llegar n mlc~ grados de pc~uc­ ñcz precisión ,. unicidad de los elementos últimc,::; L}UC harían congru~tes bs d~~cioncs de todo gesto, de toda producción, de todo cuerpo? Pml>abkmente no. La materia, el car:lct~r f:ictico del mundo acabarían imponiendo limitaciones a cualquier rcl<>i que se in-

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11<• jon El,tcr observ.1 •¡uc l,1 rcorí:t económic.1 domu1,1ntc col-:s un.1 hcrr.1mre1H;l sumamcntt- etkicntc par.1 el .ln.llists dd C<Juilibrio de Lo v1d,1 ccnn,.•tlll<:.l, incluyendo In~ l't¡ntlilmns tnr.·rrcmpr.lr.lll':., d .:n :órruento dd t"Sttdo fii·· r rotrn~ ft-nc"•menns lJUC se producen en e1titt!I/JII ló~·~'· ''" opor;mi11 ,¡/ J~.•IÓ11,~•. Jnn El~ t•~r. 1:/ ( :1!11/J(o ·¡ tCIIol~!!,i<o, l.t t-dicu'rn, B.m.:d""·l. (jcdrs.l, l'J9CJ, p. 9.\ (wbra~~1dn mío, <;r'L). 1'.11 .:rerr.t tr-.rm.t, la nue\·.1 cconnmé.t del conoc:•mK·ntn c:o•t.~JSI:Ir&t en logr.u- (JUC no hulllcsc dt'lpmciÓn de tcnlr•or.JI•dades: en harcr que t4 1Jlt1cmpo lógk."'to se ron\"tcna dircc~uncn~ en el ~trcmpo hiqtónco.>.., en l:t tcmporahd.td ~<re-al», efectiva, dd mundo

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No se trata, por cierto, de que el ncofordismo, vll>ro :~hora desde arrib:~, hahr:l yue lu económico se rcdu;rca n cibernética o teorí.'l de la información. La economía sigue siendo economía, un dil'curso p ropio, u na instalaciún producti,·a y tk consumo, con lenguajes )' cOdigos específicos <.lUC no son idénticos a ningun:l otra :irea disciplin:1ria, at la mism;t forma en que, YÍmos, el conocimkoto creado en los laboratorio); de inn:sti~;lción, c:n la pruduc~ión de nuev~ tecnologias, no es automáucamcnte, sin una serie de traducciones y adaptaciones, un elemento componente de la lógica mercantiL Para que el nue,-u piso ficci<)nal del \':tlo r-conocimiento se instale y reprotluzcn, es neccsari< 1 yue sig:¡ vigente la valoriznciún del valor: yue en la realización efecti,·a de lm intercambios mercantiles se cree una dim en siún de tiempo abstracto, recorrible de adelante h:1cia atrás, y que en la csfem de la producción a la fuerza de trabajo le sea extraído un pú~.r Je es:1 temporalidad. Sólo pon¡ue b,$ cosas se comprnn y ,-endcn n:almcnte de acuerdo a los reyuisitos de la tcoria del mercado, e::; pcJ~ablc leer ¡:conúmicam(:nte sus cambios Jc m:tnos y el proceso de su creaciém como la expresión de.: un pruccsamicnto dc in formación. Pero una vez que l:ts reglas de la economía política se cumplen, para que lo h:t!,r:ln, sc requiere practicar un plicJ.,'Ue de más y repwJ ucirlo todo, replicarlo, imitarlo, en loo; Cl)digos del neofordismo y sus máquinas uni,·ersalcs. Taichi Sakaiya t¡\•ien emplea tambi(·n l:t t•xpresiún «v:~lor­ conocimi<.-ntO>I p<.:ro prácticamente no desarrolla sus implicaciom:s para la teoría económica, intuye, sin embargo, este carácter n•uundantc que adquieren los bienc.-s en nuestro tit.'1llpo:

Otros autor<:s, por e jem plo Daniel llcll, f.red Block, o el grupo encabezado p or T homas M. Stanback, han hablado de la ~~~ociedad postindustriah> o de la <<nucv:\ econom ía de los servicios1>,3 A reati%ando valiosos intcnto!l por desmenuzar y describir los efectos yuc el auge de la electrí>nica y las nuc\'as tecno logías tienl"n en l:t economía. Se trata de elaboraciones en que las bc.rmmicnt:\:J cconúmicas y sociológicas se conjuntan y en las que im·ariablcmmte :;<.' l·nfatiza el crecimiento dd sector tic servicios y la prugresi\·a tmport.\oci:. del conocimiento, 1:.1 im•cstigaciún y el desarrollo l'll la din.ímica c.tpit.'llista cuntcmpor:ínca."' Pero por lo general no se profundiza la n:tlexiún hasL.t el punto de cuestionar si las nuevas maner.lS de producir)' consumir p<ml·n en actn, al nivd más fundamentnl. una lógica inédita, distinta cualit:llivamcntc del discurrir ccon1'Jmico yuc hubimos conocido hasta hace poco. Como s1 asistiéramos n. exprcsiont·s catla ,~cz más complejlls y diftcile~ d e aprehender dl· una •<natunle.Za» económica que, con todo y n pesar de todo, sibruier.1 en lo básico siendo la misma. Enfix::u: el ,·alor-conocimicnto apunta hacia la sugerencia de t¡ue no~ encontramos, cf<.-cti,·amcnle, en presencia de un:• nuc,·a economía en st·n tido estricto; c.¡uc f;C muestra-oculta en los uiscursos de la sociedad posrindustrial o en los textos b:tudrillardianns sobre la 11hipecrcalidad>1. Si se retoma la in tuición de Sakayiya de lJlH.' el valor-conocimiento se vierte en los contenedores de las mercancías ordinarias, sin modificar t·sus soportes pero inserto en ellos, h ay que reconocer ~1ue una nueva dimensión abstr.lcta se ha agrc¡..,':ldo sobre los ni,·clell Je ficcionalidad ya analiznd1 >S por Marx. El valor de cambio, de acuerdo con 1::.1 Capital. estnlxt en los ,·:.lores u:::u pero no era n:duciblc a ellos; era material, pero si S<' desmenuzara cualquier mt·rcnnd:t no se descubriría un.t s< 1l:l partícula del

oc

En síntesis, d ,·aiC"Ir-conocimic:nto es algo que se \'icrtc en un 'contenedor', el cual puede consistir <.:n un bien tangible o un servicio. n1 tcinsit<> de }a sociedad industrial a la MJCÍt·dad dd conocimiento no se materializará como un camb1o en e!'los 'contcnc::dore~·. :;ion como un cambio en la estructura del ,-alor del b ien g<.:neral que in duy<.: al contt"nec.lor. 8 7 87 T:údu ~bk.1ip, HislotM dtl jltiNII: !.t JtJ<itdad rl.-1 ,.,,Oo7111Üitlo, ~p. rit., p. :!52. .\l.ís :tdd.mr~ S.liW\'.1 in~!$ le: •( .) rl \"".lltJr cunucimocnlo Jcndr.i c.1d.1 ''""' m:'1!' peso en b dcrnmmaci!m.dd ,~,]or dd produce<~ l'.1r.1 qut• d ulr>r-<:r•nocmllt·nto '". c:nn~u:i101 en d producro linal. dt-bc: l'$t,lr mcutpur.oJn .¡un -n·ap1ct11C de ,.,,k1r tonoc:um<·mt»•, puc' de lo rontrano nr• ~ podr.i eom<·n:iahz.tr wmiJ ra.l » /bit/, p. '12.

,..

232

AA l..f•: D.uud 1'\cll, l.il Atlmli111imlo dr /u Jod((/ad i>o>'l-intlm·oiul, 1:1 ¡•dióón. t-. Lodnd, Ali.tn~a Univcrsid.td, 11)76: Fn•d Blo..:k, P">lntdii>'IIÍul /1,,-.¡Nfitii•J, l.t Nt.csún, l'M, L:nrvcNt}· of C.thforniJ Pro.:~:;, IIJ'JO: Thom:ts M. St,lllll>td.. l'l. ul, Jmi.it>s. 1"' N~~;·mlit~mniiiÍrl, l a ~tlicobn, 1\(C:-¡I<t>, Puhlrgr.tfics. 1 9H~. l'nr ql'l11plu. 't•n;tl.l D.uud lkll: •l • • qut· ha llegad•> .1 sn n:ll'\.lllt<·l'·'' s IJ, •r.l(.uu;-.o l1ÚJ1 tk l.1s lfi.CIS101W~ )'la d!tt•••u,·m Ud C.Uuhoo l•s el C:SI'".ÍI:tl•t l•t•OU~lllf('] ( lll\fJl'llllll'nro lt.¡m..:u -la pm"''' Í.l tlt• l.t tt·urü S11hCt.: d ¡·mpm>Jnn y la nxhfll.ofu·.., Jd luno, um,·mo t·n sHrcm.ts .d>~Jr,ICI<" de 'unt,.,l '' <¡uc.-. C<~llln en cu.tlqult"r ~t>tun, JSI• •tn.lltco. ,,. pu~­ c.ltn urllu.1r p.tr.t slunun.u .irr.,, mu, \":'ln.ld." r !lit'crcnrc, tle cx.pcncn, ,,, ., D.llud Ikll. E1 AtflrffiiJiulllfl tlr la Jfll?'t.l,td 1'ost-lmi11•11Nf, Of· tif., p. 3~.

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lvn• en elextranjW'O

mi:;mo: estaba ahí como una redundancia, una replicación que era, y no, hs cos a~ como tales. El conocimiento como , -alor se superpone ahora a una entidad que ya de suyo era mercantil, es decir, que ya era poseedora de por lo menos dos pisos de ««:~lidad}>. Desde tres :in.gulos de la mimdn -mínimamente- podrían obs.:rYarsc, entonces, lns componentes dd o lo~ sistemas por los que In .sociedad produce y consume. La cconomi:\ :;ería recorriblc desi.Jc la ópúca de las cosas e•' su utilid:1d y materialidad; desde el dinero y el prl.-cio; o desde la información. Tres dimcmio ncs que sin embargo se t.ierccn. m:ttcrialmcote, en los «mismos» cotes. P:un empezar, ¿qué C)(urrc con lo:. imhvidun:; en el m:trco de In difusión del ,·alor-conocimicoto? L'\ apariencm del neofordismo como dcst.-najen:mte,ltberndor, f1U1diftcador de formas de ,·ida. producción y commmo notes csland.1rii'm.l:ts y normalizadas, se nsic::nta <'11 la suposiciún de que la rcglaml•ntació n de tiempos y mm•imicntos, y la banda continua, fueron lll:-:JX,Slt1\'0s prm·islonales, c:.pccics de jaulas t1ue, si bien aherrojaron y limitaron a lm hombres durante albrunas décadas, aboca se hnn de~rn:~ntclndo e imlividualídndc.::; cscnci.llm<.ntc incocndas, prcscn·adas, estarían en posibilidad de:: desplegar sus alas. Ya hemos v1Ho (¡ue esto no l$ así, <.'11 primer término, porque los barrotes no han desaparecido: el ncofordismo sostiene }' prufundi?.a los mecanismos de :;us antc:cc:sore:~, el fordismo y d taylorismo. Pc:ro observado desde arnbíl, dc~c b dimensión más nbstmcta de la econnmía de In infr>rmación {lllC hnbita ahora l:.s cosas, hay otras rnzones (1uc no:; h:-trbn dudar de tJUC el individuo hubiesc salido indemne dl.' ll)s dispositivos Jcl cnpitali:~mo rccicnt(\ 1·:1 argum<..-nto publicitario encantndor de la l'Conom(a se basa en una ecuación stmple:: el cnnncimicntu en nuc:slr.lS socil'll:tdes se: \-uch•c caJa ''CZ más imporL'lnte; y c:n tancn el saber es algo que pertenece <:sencialmcntc a los tndi, iduos., se :.iguc: que: éstos ndqull't'l'fl ma~·or preponderancia. ) ~$cuchc.•mos a Sakai)'a: cuando los principales componcntl'S de los mt.dios de producción son d conocimiento, b cxpc:m:ncia y la SL'Osibilidad propios de la creación de \'alor-conocimiento, la existencia del proceso producÜ\'0 depende del indi\·iduo. Por ende, cu:tndo el inc.lividuo que ofrece esos compone;:ntc~ abandona su acth·idaJ, lo!l medios de producción de' la or-

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Laca$;\ tomada 2

ganii'aciún desapart.-cen. Por expresarlo en forma cxtrcm.1, la o rgani7.aciún pierde su ra7.Ón de cxistir.111' Es la cquivocidad de las palabras, los armónicos que acompañan a los vocablos, lo que da vi~os de verosimilitud a enunciaciones com1 > la citnda. El empleo del tc!rmíno «Conocimiento» para rcfctirsc a aqueUo que utorga valor a un bien, y que hace yuc sea C•>nt<.'ncd•Jr de algo mis .lbstracto, ~e apoya c.·n otra significactún mu~ d1snnta t.lc esL, noción, a saber, aquella que entiende al conocer come) representación en la mente de un sujeto. Como si en algún :;cntido, algo del contenido de una mente estu,·iese prc.-;cnte t.-o las meccanciJ!'; como salos parámetros que pcrmittcían comprL-ndcr el intuc;unbt<> de los objetos, tuviesen alguna similaridad con imágenes prorcctadas en la panL1Jia de lo mental. Se trata, con alguna ,·ariación, de una recreación de la estratcgi.1 literaria <.Id juego de la :ooimulación de Turiog. 1·:el Cterta forma hay entidades mentales por todo:; lados, o bien m:Íl¡uinas por doquier, y entonces todo «conncco> es compara ble, simulable, imitable y reproducible. Pero d conocimiento que se juega en la nue,·a economía no es, a ¡x:sar de la scducctón de las palabrns, algo parangonable: con las narracionc~ de la cptstcmología moderna: es más bi<.-n, una serie de segmentos de cúdigu:; digiL'llcs, un conjunto de encadc::natnJentos de ce m:. )' unos, un grupo de ontctoncs en lcngu:tiC m.\(luin:t yuc n• > habitan c.:n la inrenom.bd de: sujetos con acceso povtkgt.u.lo a un Yo, sino que son secuencias de marcas en soportes como le>~ circuttos intcg.c:u..los o los diagramas de flujo.'' 1 Si :11ttes d capital asib>tlÓ ~ T.uchi S.'l..:\1)':1, Histuno~ drljlffHro: wJV<Ttdad dtl rolfMifllt llfo, op. tit., p. 260. ¿Cómo ati:ct.t, tic: rc:tom o, Le nucv.1 economía a Lt proouccii.n lltnritka c11

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tal? Un.c ~:rític-.a d~ Le cconomí,, políuca del conocimiento qut: fuese ~:om · plct.l, tt:n~lri.l 1{1.14:' .lb.;an.-ar d problem.l {k cómo b ~onomú de te ulf• >rnut.ión mrxllfte,\ b prnd•teetón ITll:onl:l de Lts teori.l:> c~~:ntif~<-as ~'Ul"<lim ('l;t.l ~hun1 "cmpn: con~ider:td.l exí1gt:oa por parte de Lis teorías del camb1o t.!cnnlógjcu- y en c:1c sent1do ttndrÍJ que wmtrull'Se como un.1 nueva cpisremologb o filosoli.t cit' 1.1 cicnc:i \. II.ISti\ .thor.¡, la rcLl.ciiln e ntre cieo<.ia y t-conomí:t pudo pens.1~c .1 tr.IV~ de t-atcguri.ls ~omo '*lflltlÓII, ÍIIIIOlrxitilr y dtfo,iów, pocque se com;idcr<, t¡uc In oentífico ern un.1 d1mcnstón que obededd a rcgl.1\ y tempor.lhdMles prop1.1~ Pt.•ro un.J c:onsccurntl.l de la nut.•\':1 c:conomí.t dd conocimicntCJ podría s~r que CICilt'l.l y ~conomi,t ~-· hubier.10 llltcgr.\do <·n un ~tstcma que l,ts \·olvie~e ditkilmentc:tltsccnllhh:s. b:l examen de est.\ problcm.ittct supcrJ lu:~ propó~uo~ tic l:l pr<.-senre re$1S. Un .:uu).,,< de Jo que los AUtores lbm:ln un ttl'\ucvo \Indo de Pnxhti:CIÓO ud CU1ntO

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Uc.JIS.ltomadal

un cuerpo productivo n las pcr~onas, a fin de lJUe lt1s gc:;to:; mu:;culares fuc:;cn cr~tlgrucntcs con el espacio homogC.:nco d~l ,-~lor. ahora los dispositiYos del Y:tlor-<onocimiuuo habr:tn de atnbwr un:t nueva «mente,, -un'l !lucn<: de m:llJUÍn:l de Tunng- a la fucr;,a de tmb.ljo. ·v lo h;tr:in cfLcti,·amentl\ concrct.tmcntl'. ~n 1_;1 f:í.bric;t; l'll l:t instalación fabril ampliad.\ imtal:tc.b por el ncnhm.hsmu Lt1 1.:! taller manufacturero. peto también en cl hogar y los ':spacios de la "'·ida cotidiana». Hl ,-alor-conocimtenrn no libe m a l•>S indidduos. al cnntr:uio, produce una tndh·tdualtdad a su mcdttla. La cla'\"e r;\dtca, nrn:Yamcntc, <.'11 esa mercancía \:Xtraña: b fucrZ;l de trabajo. 1•:1cnpimlista b compra y lb n a la t·sfcr:t de l:t ,.~lori­ :~.ación del ,·alor. n 1:\ fñbrica, que no l:l' cxnctamcntc. com1> ,·tmos, un espacio donde se traooja en el ,-icju sentido de yuc ahí se realinrínn acctones c~.•ncrct.lS p.tr;t trnn~formar a la naturnk.-.a. 1,( 1 yue el emplead< •r adyuil'ct l'S ticmpCJ de acti,·Klad abstra~t•t, sin tit~ólli(lad ~ • materia csp<..cíftcn al~mu. Jlecn la fuerza de tmb:t)O nn esta. cCJn~tt­ tuida únicamente por una c;tpacidad de mm·imiento nuti>numo. stno t."lmbién comu o bscn·ú Marx al comparar 1:\s abejas y los hombres. por la p<~tL-nchlid:td de proyt·ct:tr, anticipar el rt:sultad•> de las acci1 >ncs. Esta nrtud tcleolúgica parecería. en un pnmcr 0111nu:nto, ser expropiada complct:uncntc ni trnl>ajndor, en In ~nt~ida yue l~s metas de su quch.1ccr en rclacic'm con una m:h1u1nn mdn·tdu.ll, ns1 e( >m<> en Jo rdativn al dtscño todo de b pnx.luccton, cst.tn.\llLil manos del cmprcsariu, le scri•ln ¡ljcnas~ y lle hecho. nl aceptar \'L11tlcr :;u gasto de fuerza y mú~culo, habría renunciadt> a p.lrcici.JY.Ir en -~unlqUtcr forma de lfls din·rsns tines pu1.~tos L'fl juq~c, en b ulslalacton fabnl. P..: re 1 tambiC.:n heme >s , >hst·n-a.l.lt' ci>m• > la potcncí:t prc >yect:l"·a n:sidu.tl que seguirt pt:~ttb a l:ts personas de los cmplc.:ados, resulta~:t crucial para el funcionnmicntu de h <..'Conomia capitaltsu: la pn 1PI_cd:td resucitndorn de In muerte que: caractenza n la fu<..-rn de traba¡o, d poder paca hnc<.r fluido )' transferir a _nun os r :oductos el ,-~lor cnstali:.-:tdo en L>icnct~ y procesos proJuctwos antcnorcs, no c<_u:s•stc nada mñs t.:n d hecho de que los rrabajadorc.:s rcnli/:t.n utu :tCtl\'tJad. Conoetmtcnt<.., en qw· l;t ,.,< n<'t,\ (.lÚn en su." cnntt.-ntd• •lt y lcn!!,H.IIC>) y l:t l'Cono mh ~· in~r.m -(."!t ,tt'ctr, ,lq:tn ti<· !'Cr t.-xí·~cn.l.'> Lt un.t rt'l'ol":.:'" .< lt ~~r.t- pucdt' erl<:•)n!T.lr.;e 1:1\ 1\ hdud (.; tbhrons, ({ cll, 11..: \: r11· p,.,fu.'l:mt •'Í J\J¡ctn lu{"r 1~.: Qptt:llfll<'f .¡ .Srimtr 1.1Htl l{ur "'"' i11 CoNI~IIIJ"'fil~) .fodtrm, l.o nll(t•'·ll. Gr.tn lln·r.•iu. $.\C.I'. l>t thltcatinn$,

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I'I'J~

unos gestos y unos d<..-gplnotc,; mul'cularcs; ndcmás de ello, poseen la \'lrtud de traducir d conocimiento científico, o de cuaktuier otro lipo, en algo significati\·o y rdt>,·antc p:tra 1.1 tconumín: u1 con<..cim~entn l'C{)nómico. J .o logran al ;td:lptar, t•mumblnr, rcnhzar lo:; últlmos ajustt·s al rlUL'\O equipo para (¡uc se acople con lo antiguo. T..o hnccn con una Jestrcjl';l pel.¡uet'i:l, flh'tltb , de oportunidad, t.¡ue llUf>l'ra las prcYisioncs más :1cuciosas de planificadores e ingenieros. Pues bit.·n. la ccon•>mín Jcl \';tlor concx:tmit·nto se b:Lo;a t"tl h e'pwpiaciún a los trabajadures, ahora si el\plicira r profunda, de su capncid~d prop.:ctiva, adnpt:ulora }' traductora Je los nue,·os conoctn1ientol'. Lo <1UC antts constituía la unid ad <k 1:t fuer.r.a dl' trabajo (acti,·idaJ autúnoma )' proyecci."m de los resultados) .rr dimm.J m dnr .:•»IIOifiÍcJr

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prupim r,~/u.r.J rmcl.1.r 11/lulud,·.r dr

lfJtt!ida. Y al it-rual que antes d capit:tlistl no comprabA (<trabajtm comr> tal, sino una c~(X'c•c de f.1n ra~m:1 t.k actiYid.ld :ti <JUC "<.' apl1cab.1 t:tlnombrc, tnmpoco ahora, cunndo compra conocimil:nto, d empleador ad<¡uic:rc un 'abcr intl.'llCtnml en d sentido de tr.ltar~c d..- un :-:abcr ncerca Jc rugo concreto (íll~o a~í cumn conncimicnto Je uso). sin<~ un c•>noclmi<:ntn abstracto (c(lnocimicntn de cambio). no defimdo pur ninh>Ún conjunto conceptual u de lubt.liJade:-: cspt"Citicas, l'Íno por la forma pura. getlcrnl, de: concepto~ r destrezas. J.:1 canhdad yuc una mercancía incocpora dd nuc\'o \'alor-conoómiento, no se miJe } a en untJndcs de tiempo. como b acti' iund abstracta en el casu del primer pi:>o dd nlor. S..: mid<.· en umdndes de infDnnactún, en bits, en el númew dt· pasos de un estado a otro que sup<~ne h descripciún particular, completa, de un bien. A primt"f':l nsta nada parecena haber mutad• ,_ Si nos :ls• >máramo:; a la cconc>min m<>netnria, SC!,ruiriamos ol>scr\'aOd(J los intercambios usuak-:; de mcrcnnCÍ:l!i y lo~ prccÍ<>s se dt·tcrminari;tn en lu~ mismos tC:rminus yuc antt'l\, por l<>s costos u por el valor, según la doctrina t¡uc se digiera. Pero a h YCZ, en d espacio mercantil c.1Ja operaciÓn es ahora, al rru.smc, tiempo. un dohlr mlrn<JI/1/Jio: unoJ efectuad• > ce m d dmen >y sus rc:glas; nw '· su sombra, llc:vndo a cab.> en un supramcrcado, e n un:1. dimcnstón paralela. la dc la mfi>rm:tcic)n. Las distril>ucione~ de :~mbos mcrcndos no tcmlrínn pt>r qué ser simil:ul·:;, ell ,;sta de que t 1pcran C< 111 unidades din.• rsas: así, bt<mcs puco C«Jstosos pueden transportar gran cantidad dc:: informaaón y .,;c,e,·cn;a. Lo que sí nwntccc l'~' un dt-scquilibño l'tl la pareja categorial

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Amw en el extranjet'o

inclusión-exclusión, en f:woc dc:l segundo término. Es decir: los productores que sean eliminados de un mc~cado, 1~ s~:ln de l~s dos, pero quiem:s sean incluidos t·n el cspac10 ecunomtco--economico, no necL·sariamente formar;\n parte de la esfera de la economía-<onocimiento. 1lar además una suerte de prioridad de principio a favor de la economía mercantil Je primer. ni\·cl~ Porque, h~y que insistir, la información de la que h:~blamos s•gue stendo economica, no se trata del saber que dcsarrolb una disciplina como la cibernética, sino de un conocimiento de otro cuácter, uno que se produce y difunde a escala wctal a través de mecanismos de ~crc~do Y qut· tiene Llue ser traducido a ellos. 1•J vnlur conocimiento habita pnmordialmentc tn Jos objetos, es material en d sentidn de que es ~u modelo, su esquema, su diagrama d(. Aujo; sus recorrido:; y trasv:tses siguen, se empalman -<.ic mam:r.h complej:l'l- con b nua de las mercan das, viaja en ellas cnmu "us ~oportcs. El precio de los '·:llores fundados en el conocimiento. puede parecer a n:ces mur variable y Uevar a algunos -como por eJemplo a Sakaiya- a considerar llue no !liguen ninhrun;~ regla. Pero en buena medida esto st: Jebe a fcnc'>mC.'110s tcmpomlcs de oferta }' dcm.'lnda, a agrupaciones de preferencias que la teoría tradicionalllel mercado no tendría mayor problema en dc¡;cribir. Las variaciont-s no demuestrnn, sin embargo, guc no haya ningún patrón de valor. En todo caso, lo importante para una futura crítica de la economía política del conocimiento, sería rcpur:tr en yue, si se rr:lt:t de un sistema cuya~ unidad<:s de cuenta no se dan en términos de tiempo, la noción misma dl' precio tendría que ser redefinida. Y:1 no se tratarL'\ de la expresión en Jincro de un lap~ de acli\•idad abstracta, ~ino de la trnnscrípción en térn1inos de un eqwvnlente ~'Cfleral-¿cl dtnero ot_rn vez, una redundancia del mismo, el esquema puro de la monc:da:'dc agrupamientos de cst:tdns discretos. Lo que sí queda cl:uo Jel:dc ahorn es que L'l esfc:ra de )m; meecandas tl-:tdicionale:l )" J:tS inst;tl:\cionu; fabriles CO que se prOOUCl'O, 00 podrñn cuntinuar desMroll:\ndose s1 no hubtcre éxitos parnldos en el ámbito del supramerc:\C.Io de la informac1ún. Ya hL·mos comentado el por qué: t:n rn~ón de que el nenfocdtsmn requicn: que las umdadcs de me(.hd.l $C afmen tanto que nlcancen la pureza de lo formal. Es necesario ~uc los bienes económicos, a la ,•ez que son t.'\sados en el lenguaje dd dinero, senn conmensurables en tét:minos

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la casa tom.1lda 2

de los cóJigo!l dig1tales. Más aún, lo st-gunJo es cada \'CZ m:lt> necc.:'sario parn gue se cumpln lo primero. Puct> <.¡uc algo pueda compmr se.· o vcnderlle, y en ese Kcntido \'Oh-erse homo~>éneo <.'n cuanto clemcntu del Yalor, reclama crccicntcmcntc l]Ue c~c nlgo st·a c,·aluado, men::urado, en una~ uniJadc:> t:tks guc lo conviertan en habitnntc dd mundo de la informaciún, ckmcnto congruente ccm todas las cadenas de cero!' y llllOs <.JUe ya existen }' nccc::it:tn ser reviv-ida.'\ nL'lntCmdas como elementos económicos -de raloc e informatwossi,.,lificatJYos, a tra,·é~ de cada nucYo bien que se produce. El c:lpltahst:t::icmpr<.· ha Uc\·aJo fuer¿a de traba~) a la f.-ibrica," nhí, medtantc dtsciplina.o; y ,·i!,>ilancias concretas, ha nsign.ulo, filtra·Jo lJUIZ.1, un cuerpo productinl sobre 1~ ba:;c del cuerpo personal que L'll In mLrcancí.1 \ alonz.tdora del valor aC(>mpai1aua a l:t cap;tct dad de rc.1ltz:u una actindad abstmcta indifc:renciada. El taylorismo Yel fonhsmo prudu¡emn así a su sujeto y h> colocaron m la sccuen cía de_ ~u propio lcn~uajc: un código dt: gestos dclin1dos por su d~rac1on. Ahura yuc los elementos Jc la fucr%:e de trabajo ~e dtsyuntan, las estrategias deJa productiYizaci,'m corpoml se malllit: nen }' m~Jtipltc:m, f'l'fO sobre ellas también Sl' atribuye a Jo:; cmpJe.l dos un Intelecto, un conocimiento prc>ducti,·o, una mt•nte digttal, con :-;u propio lenguaje, que constituye el sujeto del ncofordismo. Jo:n la instalaciún fnbril esto se manifiesta en inéditas formas de ~>rgal.li%:~ci,'m del trabajo. Si la m:íquina ~1hora representa el cruce de ~nfimdad de planes de producciún paca una mitíada de bienes, }' los tOStrumcntos C011tr<>Jan SU propto dc~cmpet'io praclJC.I111C:ll(l' en todas las s<.cucncta~ p10duettn:> en <.JUC p:utictpan. muchl) del qud1accr de )(Js tra~a1adores, !l>enJo un rcpetitin> como .llltL·s. se puln·n" za L"~l mm tmtcntos sub:m)micos. pequeños; los gestos e• K.itlicadc>s, lo¡: YUI.' establece la norma de rendimiento para la relactc)n Jcl inJividU<' con la m:íyuin:t, se '-ueh•cn guiños, se hact·n diminutos, simples, cortos, aunl¡ue tal w:r. en conjunto :-~.:an mucho~. Rllo de¡a espacto p:tr:t que los emplcadus dediquen d grueso de su acth•itlad a ~<.':lltzar, en pundad, unn de l:t.-; tar<.-as que siempre k-s habían siJo ast¡,>na(.las pero {jUc no había podidu ser ~cparnda de ~u:; pcrwnas y hecha tngrcsar plenamente ni t:spacio mercantil, :1 :;abcr, la traducción de luo: conocimil·ntos de cualquier áre,\ -<::>pec1almcnre la cienríftca- al lenguaje d<.- la tnf(.>rm:tctón econórruca. Concrl't.lmcntt esto ~e rcnli:rn :l tra\'és de la adjudicación~ al grueso de los trnb<~iaúorc~ y

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Amar en el extranjero

no sólo a un Jepnrt:tmc.:nto et>pccializado, de In funciún dd t11111rol dt:

t<didad T.ns m:lquin:ts que nhora realizan muchns taren~ para la creación de muchos biem:s diferentes, cada uno de los cu;lkll se t:nmarca en un plan de producciún propio, producen, en 1..>stc o aquel taller concreto, cosas de una mi!>ma clase que son especie!> de módulos, de piezas de mmpccabczas, part~ que han de cnsaml>hrsc por doquier. en diferentes c~pacios pmductin>s y como componentes de muchas otras mercanci:l.c;. El éxito en estos cncadcnamÍI..'1ltos depende de la preci!lión absoluta con yue cada módulo cumpla la.-; especificaciones n:yucridas para su acoplamiento postetior. Mucha de la ,.igibncia ~k la cnli<.lad del producto, vista de~de c~ta perspectiva, p ut:dc ser controlada por las propi:\s má~¡uin:ts, pero llega un momento que exige a la herrnmienta la realización de una tarea especial: la comp:uaciún del modelo de la~ cosas que produce con el esquema original est:-~l>lccidu L'll el diseño de {X\rtida. Ahora bien, ese disetio de partida es justamente el di~>tama con que y.t cuenta la máquina ~uc es, justamente, un di.c;positivo onent:uJo í\ la irrutación. Lo que se pide L'lltonct'l\ almstrumento para rcali7..:u el control de calidad es yuc se imite a sí misma, yuc :;e ,-uclva redundante. Pero entonces, al duplicar:;c b ma(¡uinaria, si acnso hubiese errores también e~ tos se rcplicatinn. 11:-~cc falta, pues. lJUC st:n un disp< >sitivo mdependientc el 'lu<: realice d control, el gue efectúe las comparaciones l'ntrc Jo~ Jiagr:unas de inicio y los que efectúan las herramientas concretas.~! La primera tarea de lns cmplc:ulos en la supL-r,·isié>n de la cahd:u.l st'd, entonces. aphcar los artefact<)S de revisión sobre lus dispt,siti\·os de producción. Cierto, tnnto las herramienta.<; que producen como 1:\~ que controL·m opcmn en el mismo knb>Uaje turingiano y, por lo tanto, las tecnologías supervisadora.s podóan incorporarse sin más a la cadena productiYn. Pero ello ocasionaría un regreso al infinito: el proceso se ampliaría por In integrnciún a sus circuitos de los aparatos controladores, de ht·cho dc,·emlría un solo proceso más grande qul' requeriría, pam controlarse, de otro

la casa romada 2

disposi~,·o i.n~cpcndicnte. Si esta nucY:l tecnolo¡..,>ia se incorporara a

1~ magtuna~a ms~al~da, ~e nccesitatia otro controlador extt.:rno }'el

ctrc~~o conttn~ana tnfimtnmL'1lte. De darse esw situaciún, la informacton acaba na degradándose. perdiéndose. Si hubiera un snlo error en algún lado,_ se r~plicatía y pa$aCÍa inad,·crrido; o bil'll no podría ser separado, tdentJficado, en el sistema de circuitos cada ,.e~ más integrados en que cada uno es una e~pccie de réplica de otro..9 } . _P or lo general las m:iguinas de Turing se contrr ,Jnn muy bien a st mtsmas }'a aqudlo yuc producen, pero si In~ rr-al>njadort•s nún son necesarios para b supcn·istón de la calicbd, es pnryue, en un mundo de In imitaciún en yuc toJo se expresa por med1o del mismo lenguaje digital, es ncccsarin que en algún punto haya algo yue mantenga, establczc.t y sustente ftt d(fernuia t:IJ/rt d pmti'Jtiii!Ít'lllo l' d amtm/ tld f>m<'t!.rtmJÍt:llln. <,2uc haya algo yuc scparnrc una má~¡uinn de e1tr:t; que logn: t.¡~~ .los circuitos no sean todos d mismo circulo; (fUe t<Jme la dcclston de susp~nder en algún punto la imitaci.:m de un Mtcfa~to por olm. Que ap/l(¡m: b supervisión, es decir, t¡uc sostenga en su tndcpcndt:ncia un dispositi,·o, que lo lleve al proccsamicnto ~ro qu~ luego lo retire. Et' la fuerza de trabajo la ~1 ut· imroduce la dtfcrcncta, b t¡ue hace que lo (¡ue tramita por la nue,·a ecnnomb s~a, Y SÍJ:,>n siendo precisament<.: i'!fónlltJtÍÓII: una distinción, Utl camb_to de estado. cfecti\'amt•nte d paso de una c<>sa a otrn, nlgo rcconoctble. L~ ~ctuaciún de los empleados sit-,>nifica la nparición de un acont<:omtento sclcctiyo, Jifcrcncindor, «externo)) a In red ncofordista que ¡x-rmite ~1uc los ceros y unus que h:-~bitan t•n su •onteriom conri~ ·~úe~ funcionando, ellos a su '·ez, como mformaciones, como distloctoncs de <.'St.'ldos. Todo esto es conb'l'uentc cno b dcfinic1ún dt: b c:ttct-,>ori:t «información.) tJUC nus rroporciona Nikl.t:: 1.uhmnnn:

9~ Es a Cl>tC tlJ'IV (k pr<'hiC'tn:l .ol qur >l' n·fien.· o.:utsdl 1.'\l;ln~lu ~('i\Jh .•¡uc ·P.orJ cst1blt'l'l:r :ü un nll..klu se .tdccu~ " IJ lt'.thcl.•d u no. dd.1C'n~ tm('lc.lr .llgton llpo dt' pro.r;" .:rilw de \.~lr.ícttr lisoco -simplt' o comph:jl>- que M un upo tic r~sult:tdo so h :ult'CIMClÚn ,., ~u li<.'1cnrcmcnrc aproxun;lt!a, y l>tn> lnult.tdo SitiO lo t'!<•. 1-:Jrll>t-utl.Ch. l..o1 Nrnios dd t.ollirrno, Modrloo tfr Ct~mHitiMÍOfl r C011tro/ Po!ÜI~Js, uf'· al., p. 4.\.

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Amar en el extranJero

La <:a$il tomada. 2

concepto de información. Una infurmacu·ul ~e produce ~icm pn:: y cuandc.J un acontecimiento sdcctÍ\o (dt: lipo t:xtcrno o interno) aclÚ.'\ ~dcctivamcntc cn d sist~ma, es ~k~n. c~n~~o . pueJe escogcr entre los estado~ Jd s•~tema. (...) ~1 IJJI <?} ¡11form11tion», dice lbtcson, <<is tkjhlllblt us '' dlj/en:llll' ¡r/•ttb "'"k~·r 11-JijftrtNif>t- Esto signilia que las J¡fcn'flct:b cmpici'an a actuar mmo túltr cuando , en la medida en que ~·edcn :;cr tratada..; como infnrmacio~cs <.-o los sisteaus auturrcfcrcnci:\lcs. -u

;\gn:g:tn :1h1 >r:t una~ cm1ellll'S» -prc ,ducti,·:t:: dbs tnmbt~n- CU\'ll$ propicdndct' ~e reducen a 1.\ :;clcctil·idad, a la iclentific:tci,·>tl dl· t;atroncs de <:stndos discrcto~. El indt,·iduo t.¡uc compra en 1:1. c~fern me•·cantil tiene algo en común con el sujeto qut: r<.·ali%a In producción. En ambos casos la (tlilx:rrad de clt!s.,>io> tan celebrada por Friedman, se limita :l posibilid.1d de se;lcccion:tr: :l !Om.1r t.'Sio U :tqud!o de }o)':\ existente, no a crear n:tda, no .a pro~·ectar o trnsc<.-odcr nac.la. J.a acción <.¡UC requiere el valor-conr~<:unicnto. que propiamcntc.; cr~ n ese ,·:Uor. <:s jusr;un<:nrc e:;a, 1:\ Kknttficaciún de un l~t:Sto» u «.1quello,>, de un límite, de una línt.·a de lkmarcaci,·m en d oc~ano de lo homogéneo. La ~hficultad con cstr> es yu<: la difcrenciacic'JO de estados, el ~cihlamlcnto de: ¡x·dmctro~ ljllt' dan forma n <.·ntt's () proce~os separable:~ de lo Jcm:ís, st1lo pu<.·dc a~ontccn si una opCÍI·m e~ tomad;\, ~i en la Jecotomta esto-lo \ltro S<. indica dl·eti,·nm~:ntc un lado, es decir. se npta realmente. se gir:m ;.,:;truccioncs, se hecha a andar en el camino de un encadenamiento de op<.•rncioncs. La distinci(m e:-; ella mtsma. ya. una npcrnción. St los imh,·iduos se l'nfrcnt:tn a hori:mntcs de posibilidades_ t!sms súlo existen porque hnn tomado :d~una, por(}UC actúan, porque no permanecen en la alaraxia, porque de lo que se trat:t es de informaciútl -de acontecimientos cfcctin>s- no de dato~. La l'Conomb de la inft>rm:tci(\n e~ pmlifcmntt:, :\Uil(fUL' c~tn Sl'~ algc >dificil de explicm por el di::cursn <.'con,·mucn corrientt: que. ccntrndo en la <."liC:\~CZ, parttcndo de 1.1.-. bascl\ de la tt:oria del mcrc.ldo. considera que el actuar es una renuncia, como si rntlas las opciones cstu,·icrnn a In m:lnn y nl<.•:;cc,~c.·r un~1 se pcrdtcr:tn trrc.misiblcmc..'ntc la.o; demás: todo tendrin, cntonce:~, un costo Y ~in embargo ello no es así. C.'\d:l sclcccu·m eren un mar de posibthdadcs. leJOS de implic.'\C un recorte, si¡.;nifica una snbn::abuodanct;-e de ,·nnacioncs de lo que podría ser. sobre la que babr.í que esco~cr nuc,·amcntc y dar lug:u, por ello :1 unn tlltc.·ya plétora. En d ámbito dd \'alor cunncimtento la «prcx:luccit)M nu st.· reali:t.a a trm·é:-: de la transfcmnaci/,n de 1:1 nat<.~r;llc~a, sino por medio d<.·l:l (<$Ciecciónn -en d mismo s<.ntido en 9uc Darwin ha explicado cómo el mundo llegó :t. ~e¡· a parttr de proce~o~> sclcctin>~- Es por ello <.¡uc la instalnciún f.thril del ncofordillmc.J no se reduce a las pnn:dcs de los \'tejos talleres manufactureros, sínn yuc se ejerce <:'11 cualquier punto en yuc una red de sccuenctas Jc lcngu¡\jcs máquina esté n:<.]uccido de l:t introducciún de acontecimientos sclcctíyos, de

J.a cconomb-<::om>ctmi<.'fltli e:;; un sistema autorrcf<.:rcncLal qu~ comn tal, tien<. que producir él mi::mo los acontccimtentoll <.Jl~C nc.1siu~~n yue algo cn su intctior man.¡uc un.1 <.ltfcn.:ncta, l)Ue b tnform:tCI(.)\1 exista y no tt Klo =-e dilur:t. en la entropia. Lo lJlle c~11npra d C:lpttaltsta ahora, en el nuevo piso <.-conómico, es la cap.tctdad abstr;\Cla -no un s:1ber intencional .tcerca de algo, :~inu la pura ftJrma dd rntsmodc lu:; trabajadores parn sdcccitJnar, par:t distin~uir cstadc JS u regiones Jd ámbito (lcl valor conocimiento. }larn crcnr dinstoncs, separaciones en lo que Jc otra suerte scrh pura homoAcncidaJ inerte. Pe 1rquc el hecho de que haya diagramas. cadenas de ceros y ~nos, no conviene a esas oraciones en kngu:.1c máquma como t.'\.1. 1•.s 11<.-cesario que eso, ~ ue snn cftllll.l' se procese en algún h:mlware ¡~ara qu<. 1 na¿ca la información; <.'!'\ nec<.-sarin lJUC los da1os de\'lngan tnstrucctones r<.-ahz:tJas para que la esfera del conocimic.:nto dig¡tal c..xista. y tambil-n hace falta, es fundamental. qu<. c•algutl.ll•>. :~lhrtma enttdad, mtwduzca Jifcrcnctn." en los proc~.:samicntc ,s ¡un ~tuc l'Stus tc..tJh>atl <<Sentido», parn 9ue un.t operación );C:t Jistinguihlc d.: b tHr.l. <._)uicncs u1 ~ert:ln b scl<.-cci(m, las di... tincsoncs en b nuc' a economía, 00 son b~ pcrson:lS. sino lus sujetos con:-truidos ct~ el propio espacio econilmicu. ~on los entes a cuyos. cuerpos. pr~namcntc: amoldados a códigos de movimi<.'flto,: Jdin~<.ioll por el ttt;tnpo, se ?~ ~ 1 kbs Luhm.mn, SDdtd,Jd.r \i,lt•IJJtJ: "-' · lm{Ji,71ÍII ¡/(!u l~fln'il: !.1 ~·~h~u·,n, l:•u:..:~·­ l'>n.1. l'.titlú~. J•)'JII, p. 101\. Empleo c~t.t tr.tducdúu "" S.u\11.1~' J.opc.1. lc:ur_ Y l)nrothct· :\chtmt"l', en lug.tr de l.l reali7;1tl,t pur un t'~Jlltpo .:c>CJrt.luudo 1" •r j:11 u.-r Torrc:s Naf.umlc p;u·a 1:1 Llni\·ccsul,,tllhcro.unenou.t, por<[llt: In~ pnnwrn'> r.-~P.('· un Lt ctt,1 ~uc tnlrO<.Iu(c l.uhnunn en mgk.; que h.1bl.t dc· un,.¡,.,,. ~k tnturnY.lcJo.n -p.tLlbr.a ~t', co1no $C s.1lx e; un ri-rm1oo técntc? de l.1 t~lnrl\l.\11<.:.1 y l.t <..thcrnc ric.1 micntr.ls <tUC liUI<'Il<~ re1hz.mm l.t IT.tducr••m cn \lc.\.11.'~, tr.lsl.td:"' 11 csp:tñn11.1 fmsc de H~1tcsun y sustttuy..-n -hit• por HUn po<:<,.., pcnilcllllo~t' •"' d scntlll<> tt'<:ntco del voc.thlu ~mpk:.~tln por el .1utor.

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La c.asa tomada 2

b difen:ncincir'>n mtrc el proce~nmicnto y su control. La <<f:lbric:w podría cru~ar por el ho¡.,~r, }'quien se cnfrmta a su computadorn o a algún otro bien que podría ~er descrito mediante su imitación por una máquina de Turing, parttcipn, introduce di:;tim:ione!' <.¡ue cobboran a la rccrc;lción de la infurmr~ciim cn los tejidos digitales. ¿Qué indi\'idu0:1 son esos que ya sen en el taller o en su ca~n. son la fueoa de trabajo que reproduce d ,·alur-<:onocimientn? ¿I.ÓrnQ se crean? El pensamiento, d m%onnmienlo, igual yuc f>Curri(J cnn los gesto:; corpPmlcs en el taylorismu, debieron alcan:~.:u un :1lto t,rmdo <.k simphficnciún y coJific;u;1t">n: tnl el cmpci'io turingiano. Pero más :~ll.i de eso. la impbntaciún práctica. gL"Oerah:t.m.hl Je los indiYiduos ncoforJistas, r<.'!Uirtn sin Jmla un;¡ r<:moJd.tetún de bs rdacioncs s<.cinles: especÍfic:lnKnt\' utu ~u~tltución de com·in:ncins y vínculos p1..r~nnaks por m:\quinns.'" Como d caso t¡ue r<.cordáb:ltnos :lrrtb;\ en que una b\·adc>ra sustituye un entramado y una acti"idad qm· ante!' ~.:r:m :;ucialc:~. J.n~ herramientas or<.knamlo la~ n:laciom.·s Jt· los hombres en el c~pacio fabril y de la ,·ida cotidinn:t, la merc:mtilli'.aciitn ~tt:ncral. la scp:'lt':lción raJtcal Je lo m<.·ntal y lo corporal com1 ,,,.n d juego de la :mnubci<'m de 'funn~ de tal sucrt<.: que los nexos con los otros p ueden dan\l', inJepenJtentemcnte, por la da del cuerpo o del conocimiento- fueron condiciones <.¡ue redujeron a las pcr~onns a entidades ~dcccionantes, yuc cr<:nron a lo:; sujetos de la nUl'Ya economía.

el cnfn<llll' <I\IC' he dc~arrorlt1d11 .1 ¡,, l.trgc• de \'~tl' c:tpirulo, t.mt" en ~u prunn ap.trt.•d" I'OO\IJ cn é~h.:. :11:cn:.1 d<.• 1.1 .tu>t:nci.t dd .ctr.thajo ,,, c:n l.t n:•Hll•rnÍ.t. l ' ' tltft-n ntc )' ~·ilo ~~· rd.JCifln.t uuhrcct;unenk cc•n t•tr:l pt:~(X'Cf<V.I d~~tk l. l'U,\J t.JmhtÚl p···drt.l ,lll·t\1/,\~t· J.¡ dc' l(>:tneto\n dd tr.lh.lf:lr Ul 1"-" sooedKk~ ccmtc-mpflr.mc.l.o¡, .1 :<-~l)(.;r. el dl"<t mplco <..,;tructur.tl. h <u$ttruo.:~ín progre!."J'\~1 ck -tttJh7.tnd<.• tt.--rtnÍtiQio¡.:i.l m;or..i~tt- ..~1piul \':m.tbk pnr .::tpir.tl oon!-· r.mtc. \t¡Ui "''=-e pn~..t ..ct.-n:.t ~tt.·" h.thrt un .JUm<.'ll ln" di$1nm•..:~<·•n Ot.·lt.'tllpkn :a r.ti;• d<: Lt ultmJon:iion lk L~ llllt.·l·,,, ft·.:nnlogi;l$ l.t ml~>rm ...._..,¡m t:n b prntlucci·n y d \'' ottsui'TlQ oc;:urnt:ra un.t t:o l~ 1" l.t r,tr.t, tk tt><.los mn\lo~ d "rnha· 1<"'. t1l SCtlTII.Io hornttw.;~<.ior, cngd~Ltn '· ~l h,,hri.t n:nr.tdn :o;obr1.. ti problun.t tt·onu) de •i I<>Jo uml11n tn:nul···~"" thurr,t ••Ir •"-W'" ut d ~t·nttdo dr di~mutuir l.t comtr.tt.tt·i•"•n dl' unpk·.nl• ''• c'J'l:Ct.llmt•nn en ~1.1~. vé.oo,c Jull El~t<.·r. E/ Cu111l11o 'J'emt>lÓJ!.ittl, ''/'·al.. t•<pt'<:l.llnt~ntc d c.tpítul" 7 y d ¡\pt·ndu.:c 2. pp. 1-12-IC.~ y IH) 2HI. r~pcctil·.lmt'lllt'. Un.t dt!Scn¡,.:ton) t'\,tlu:tcton cmpíru:as tkl dt·~t·mplcn :1<:· ru.tl en el mundo • ~ su~ p<.r.<(><.Cit\ .ts put tlt· t.·n~· •ntr trw en ~lcrt·my R1tl.m. E/ h11 dl'i '('nJI>r¡¡o. :0..' /loui 1;.,·mJ/r~~lw .l>llfltl t•,,•,fu• .;,. 1i ·1/1 J{fl ,.¡ Nrltll'/1(11/ll rl.· IOtrl •'11< 1111 :m. 1:1 t•dt.:IÓn. Méx1co. P.mlós, 11J<")(, ') 5 Dcberi;~ ~~·r lllli'IO 11\H'

oc

...

244

Grandes sistemas excluyentes

~n C~otwmín del \'alo~~unocimicn to es una int(.·grnción de len~>ua· ¡es dt¡.."ttaks en opcrnc10n, no es un diagrnnu de flujo yacente en un papel, ~lllo. un~ serie de disJX>.-.itin>S conectados unos con otros y en neto. 1' 1 tcrmmu d.wc es ése: b t'Oitt:t1iridutl Comcntn t\rrnand Mnttel.\rt 1..'11 torno n esto, rcllcxionnndo aceren de la ecm1u mía cuntcmpo~nnea UCSd~ J.1 pcrspcctÍ\':t de SU Jifu:;ic'm por espacios c::\U:l 'e% m:1.~ gmnt.les. tnclusu mundiales: El c:;pacio de la n)UndiaiÍi'.a<.i!Jil esci n.'l.:orriJo por ficnus·rcJcs y empresa.-: «en r(.-d>~. <<finna.;; glt •b.rks•> I.JUC intercon<.'CIM. todos los _lugares dl· su impbnt,\CI<'m y dmgen sus opcracu>t1cs en ucmpo real. 1~1 pnncipiOJ de contigüidad, I.JUl' 1)idl'lut ~ciiabba como una de lns c:trnctcristicas J c b «C<>tnunicacic'HM, p:ts:\ a segundo plano c:n beneficio de l'SL' otro dt: uc•Jnccti,·iJad)).''~

Una sugct'<.•ntc Jistmciún conceptual. 1A'ls personas

Sl'

comunican,

lo~ mdinduo~ t> sujetos t.lcl ncofordismo se conectan, ~e cnchu fnn a la:; m:ilJUÍn:ls u ni,·ersales, se \'ueh-cn opcrarl\'OS con ellas. Un mundo de conexiones, n o de comunicaciones.

u.n

mundo cxtrcm:tdamcntc C<JtK'Ct:ldo. PreCisamente poryuc

sdcccron es pnxlucctfm, p!>r<.JUc caJa disttnCI<')n de estados es 011 •1 upcracu)n lJUC l'ttcadena otms o~racion<.'S., el \':tlor conocimiento li<.' expresa <.:11 cntmmaJos cada Ye:t. más grande~, en conecth;dadcs crt·c•entcmcntc ctHrda%ada~. No se puede concebir la nucY.l economí~ tccnnlt'lg~ca C(JmO instrumentos aislados, sino como integrantes de. mmcn:;a~ o~ganilaciones nrticulad:Ls en relk-,. complejas. y .Jdcmas pcrform:lh\':tS, pue:;to yUl' corno record.) ~l:lrgarct Bod<.-n, en lo.<~ kngu.\1\'~ nuyum:t cada r1r.tcton corn:.;pc md<. a una insrrucci(ltl a ~-r rcalli'ld,l f"'Jr Ull<.hsp< ositln ~ 1-t ;tb~lC'lCCÍim <.k lt ¡-; c-o')(.hgns dtgttalc-; l'tl <.jUl' 'L ruhi':t l.1 tmlt:lCJt.JO de una nl!tyuina P" or <>tr:t, cc•lal)( •ra tamhien a la am!'liacic)n ~e las rcJcs cc~númicas: no hay bil.r de Jifcr<.: ntes tipos en d mcsmo ~L·nttJo c.:n yuc d Jmcrn, Ulll1lJUe formal ~1 mismo, Sl: expresa en tn• 11ll'd.t' Jc J•~tintn~ paíscs. En d tercer ni\'d de lo econó mico

245


~

en el extranJero

tercer niYd de lo económico, no se trata

ya, por tnnto, Je economías

nacionales. Asistimo~ hoy, pueit, a la formación de grande~ sistemas, de muy amplias concntenncione~ de valor~onocimicnto, mucho mayores por d númcw }' b homogl.'llcidad de lns rclnciom:s ent~e sus elementos, que los encadenamientos industrinlc.:s que conoctmo~: que fueron tambtt.~l grnndes. pero con Yinculos internns m:\s l"L'iOS, con una imprcc1siór1 mucho ma}·or de sus unidades b:\sic;ts. Ocurre, sin embargo, y esto es le> fundammtal. que estos ¡;Ístema.~ fuertcm~.:nte integr:tdos, tnu~itaJ.1mcnte <VIII/JI~jo.r, requtcn:n para :;u funcionamiento }' rc:prnducción, de una sdectividad muy fucrtt:, de una exclusión creciente. Vnk la pena recuperar aquí 1n noci<'m <.k complejidad yuc prnpont.• Nikla~ Luhm:mn:

definin:mos como complejo a un conJunto intetrcl:lciona-

do de demento' cu:tndo ya no es posible que cad.t elemento se relacione ~·n cualquscr momento con todo:. le>~ dcm:\s, debido a limitacionc:; inmanente!\ a 1:\ C:lpactdnd de

intercOt1L'ctarlos.97 La nociún de cclimitacioncs inmanente~)> a la capncidad de interconexión, se rcficr~.: al hecho de c¡ue lo~ elemento~ mismo:;, l:ts unidades que com¡xmcn al cntt· o proceso compleit>, ~c.: h;u1 constituido dbs también complepmcntc, es decir, pu:.ecn un a:;p<:ctu selectivo. :.u nque7.!1, d con¡unro de sus propicdadc..·s, no pueden ser mcorporados tot.'llmcntc a la e;nnJ.ld en que se ,-íncubn, y c:-t:t incap.KiJaJ para absorberla!\ por completo e~ condición de l.\ intc..~raciún) unictJad de la realtl1:td e• >mple¡:l de que se tr.\tc. 1.n m:l!<. tmportante de La tdea luhmaniann de la complejidad L'S yuc l,t mi!'ma :;up< >nc, c• )ffiO l-1 rmsmo subraya «e >hligactc'm a la sclccciúm>. Lo complejo implica que, lejos ya de la dialécllcn, no todo está rc..:l:1cionado cnn todo. Lo m:is rdc,·antt: de las n.:altdades crecit:ntemu\tc interconectadas que.: nacen en nucstro m\mdo, no e:; prccisamc..'fltC el que en su interior :lcontc~can muchos vínculos, sino, justamente, que no se rc:lli~mn, ni se pueden rcali%:u, todo$ los nexos tm:tginablcs. J ..1 problcmátic.'l cruci.1l r:~dica llt> c..•n la identificación

La asa tomada 1

de las rclaciont:s, sino en la ubicnci<'m Jt: su carecncia, en la loc:1li:-.aci('m de los c¡uie::brcs, pon.¡uc en ellos se insert:tn las difcrt.'tlCÍas, las distinciones c¡uc hacen 'JUC lo complejo no se rc;tbsorba en un mar de igualación, de t.t¡uipMacu'm de todo cun todo. Para hacer accesible su punto de' 1stn, 1.uhmann ha propuesUJ una comparación con Ja rlptica de un Cierto hc~dtanismu: micntr:ts que par:t c~le último )a cuestión radicaría en pcns:'lr la unidad de la unidad y la diferencia, en d caso del aulor dt.· Jirftlllll• fntúk.r, d propúsilc 1 seri;1, al contrario, aprehender la diferencia entn.-l:t unidad y h d1fcrcncta. 1,as sugerencias luhmnntanns pueden ser útiles para examinar }a economía dd valor~onoc1micnto de yuc hemos \'cnido tr:tlando. Ahí, en efecto, los clemt•ntos yuc la componen po~~.:cn, en Jugare~ neurálgicos, un cacicter complejo, unn ~uerte de riqueza nc, absorhibk y sin embargo necc:~:tna. Es el cnso de las pcrson:1s c.¡ue, en tanto porradoras d~.: b fucr~a de trabajt> que se requiere p:trn que la informaciim cxist'\ y se rcproJuzc:t en las cntlcnas neufordi!ltas, no son sin embargo, c:n cuanto t:-elc~, integrables a ellas. Pero en :llgún sentido tienen que estar presentes, aunque sea en la form:~ de lo excluido, para gue todo lo dcm:\~ pueda interconccr:u~c. Lali personas sigmfican, dc hecho y paradújicamenre. la Jjmttnciún mmancntc de int~.:gración de la m1eva economía. Paradójicamcntl.' p<>RJUI! es de dbs yuc habní de cxtmcrsc, como un precipitado, como una t·sencia, d motor de la dt~ttncu'm de estados discretos en yuc se apoya toda digitali'l.acióo, todo lenguaje de ccr• JS y unos. Los sujeto:~ de la economía del conocimiento ~cm, estrictamente, entichdcs distinguidoras }' '>elccciorunws. Tal~ operaciones agotan su definición. Jo mismo que m la mecanización los h"-"Stos y moYimicntos ccx.hficndoló Jl<>r su Juración, ccmst1tuínn la mtcncióo del concepto c<fuer'.'.:l de trnba1• m. Logr:lr t:Sa reducciún de lo humano r mantenerla, excluir d carácter Hauroral» del hombre come> diría María Zambrano -su virtud innovadora, alumbrndom de lo nuevo e • .J ''" sot~tcner 1n f"l . ' yuc ele 1as personas ubtJ.enc . mt::sper:1uo-, 1 tracton sólo el JWecipitaJo de una capacubd abstracta y pur.1 de Jistiní,'Uir, ello es no súlo condici,)n 111..'Cl.~'lria p;lr:t 1:\ rcproduccu'Hl del \':llor~no­ cimit'llto, sino que C< m~ttt\l}'t: su tldinición }' b enunaaci•'u1 del prof>Óqft (fi: í\f.ln.t i'~unbr:mt•, .1 ..1 Aurvr.t eJe l.l Piorur.t en JuAn SonanOO>, I -'!f!.IJ'ts tl~t la Pilttmll, 11p. cit•• pp. :!23-2.\4.

246

A/glllfOS

247

..


Amw en eleKtrMjero

sito de su opcmciún -si es qu~ alf:,'UOO hubie~c. Los hombres concretos, singulares, en toda su complejidad, en la p rofundidad Jc lo incspcmdo de su ser y desenvolvimiento, son quizá lo único yuc no puede acontecer en el espacio Ul' l:\ intt·rcnnl·xic'm munJializ:u..la, como diri.t Matt dart. El dtJtlrmllo en d m.ucu Je c:.;ta tcnnomía. ha de JdiniN: precisamente en esos términos: I.)UC lo excluido no regrese, <JUC lo incspcmdo no sobrcn-ng.t. En palabras de Je:m Francois I .yobn.l: El n.'t'lladcro objctiw> ud «des:uroUo)) es que no ocurr:t nada para lo cual no estemos preparados. Que wlo ocurra lo que pone al st~tcma en estado de opnmizac sus pc:rformanccs. Y en cuanto a lo que ocurrió, que se lu mantet1f:,>n bajo Ct>ntrol, dcposttndo y almacenado, con ~u modo de <.mplco. p.1ra usarle, de :tqui en más. 1\lcmoria muerta, dicen los ingc:nio~os. Aunque apropinda t;tmbién para amortizar

el

porn:nir.~··

Que el pasado se \'Uclva mPrtccioo, o que sm m:is mucm; que lo inusitado no aparezca. IO:Uu no se logra de otro modo yue no sen a tr:n-és de la in~t.'lumctón de un presente único, sin s:tliJa, lleno, l¡ue todo lo :tbarquc. 1 ~'1 eo>Oomh Jcl valor-conocimiento es el cumplimJCnto de )a pt ofecín Jd ml'fC:tdo 4.'1 dtnero puro fl:ll fCJI\ de medida sólo puede ser un bit de informactón (casi) sin materialidad- y su teoría de la prcfcrcnci:l revelada. Al igual t¡uc para el indinduo lo que prefiere cfecti,·amcntc !'C t:yuipara en cualid:td con lo n~u1ca poseído, de suerte ~ue In que no ha sido sin t.mbacgo u con tgual eminencia que lo que t.'tl \'Crdad se realiza, así el seleccionador encargado de distingUir t'l'tados discretos, ha de considerar que todo devenir t.'S una rcitl·ract<Jn de lo ~Ut.' y~• ocurrt.•: b tntsma compulstún a sdcccion:u: l:ts co~as. proct:~os y ~ttuac•onc:s acm.'Ctendo ~icmprc bajo la mism;\ forma, en rl mtsm•> molde, exigiendo además ser tndic:ulos en su t.-stado de Cl.'tO o uno a cada in:;tantc, sin tregua. El SUJeto introductor de difert't1CÍas abstr:~ctas. encerrado en el presente y en su propia dctcrmtnactún functonal. no en~endm csper~nza~ sino expcctati\'as: es tambit n. por ello. d sutc:t• > tk la ~ohcrnabtltdad mercantil. Es cn el maro• de l:t nuc' .t economía que :~dquien: toda

u

casa tomacü 2

su pcrttncncin un:t obscn•:tciún de Langdon Wínnt>r: <<Dc:;cribtr el si.stema tccno1ógico C<luÍ\·ale a describir d :tuténtico sí~rcma de gobtcrno que pesa ~obre lo~ homb res.>> 1011 . Lo lJUC hasta hace puco a.ún impedía la plena instauraci,jn de b Jaula del mercado, era, t~in duda, b pcrYivencín, a:;í fuera como eco del di!:currir del «trabajo,> y sus armónicos libcr:tdorc:; al c:;til<> d; En~cls y de tantos otros. J lace m:ís de un siglo cntrc,·iú ~larx t¡ue )a :tCII\'tthu humant:!antc a tra\'~:; de la transformaciún ue b n.uumlcza había hutdn, :;e habb rctiraJu. Pero todada los cuerpos ce;nst-r· ,·nb:tn su fantasma y daban ,·crosimilítud a su decir. Ce m d taylorismo Y el foruismo. h pr<K.iuctin:.-ación corporal se cne:tq.,>Ú de domc:;ticar los úlumos \'e:~n).!ios ha~t.t yuc. ~obre lo~ lent,'U:tjl·s por cllc 1s formadn::-,los dispositÍ\!>S turin~.1nos pudienm perfeccionarse llc~nuu a SCp:trar de l;l Canw .\ bs C:tpncidadcs proyeeth·as yue aun t:tJ nempos de ¡..._; CopiltJ/, dn:tmgutcron a bs abejas de los hombres. 1~ 11 ~dcbnre d relato del juego de la sunul:tci/10 ad(¡uiriú una n:rncidad tnusttada: btcn J>f>~.:lrí:t ocurrir que tudn fuesen má~u1n.1s u mt.:ntc11• Y ~or si c:;o no fuese así. por si aún :tlf:,oún rcloquicH> Jqa:\.: cscapal ~lgun halo de ht auwra human.t. dtsciplinas múlttplt•s se,,, puestas en Juego a fin Je yuc Cnttt· lu!' hombres haya siempre al¡..•tma rosa -la\-:lllo. ra, $~n·icto de comtda rápida, ai¡..,"Una computadum- ~ut.· sustituya rcJactonc~ pc:rsunalc~ por mcrc:mcía~. Si cuando annli:.::íbamos <:) m creado scnal:1bnmos c.¡ u e c:n su csfer:t el \'icjo pr11blcma dt.• la fil( ,. sofia, el pns~) Jt:J }'() :1J llO~ntros, pareCÍa n:soh·cr:>c )' no, puet:tl.> liUt• entre lo~ su¡etos mcrcamiks nn suct·<.lí:t l:t intcrsubicth·it.!ad sino h intermedincie'm a lravé:~ de los precios, ahora, t.'fl b economb Jcl conocimicnlo, a la cnmunicaciún se ]e rt"Cmpbza por la c.:onccth'l dad: ~~~ h~mbn:s, stn roc:trS(.•, sin intentar siquiera compartir lo c.¡uc ks .1tru1e ptd adentro. put.•(.lt:n sin cmbar¡,'V cnchut:tr~· a las rc:uclo \' selecctonar. t•nrn.: c>trt•:. l'Stados discrct<>s posibks. una simuhciim dt· rcl.tc.:it'm ce 111 lns dem:ís, una ccintcr:tcli,·idaJ),, cicrtamt.'l\lt'. pen, ra no. nunc.1 mas, una intmml.td. · . lH'I exclus~c>n Jt: lo hum:ulo, b n:duca/10 de l.ts ¡wrsonas a tnd 1• nduos sdccctun:mtcs. no expresa en toJa su magnitud el dcct•, m:t}'Of del Ut.:nfordÍSffiO. ~ltl S('f faJsa l'Sta dc::;crÍJXIC.II\ C:S aÚn Íncnmplct:l. ll.ub f.llta agrc¡..r:tr (.jUC d proceso de exclu~IC 111 no e$ plcn:t

lOo 1 . t w.• ., • ...1.- • f · -lllJ.!t nn "mnu. ~r-t<l.' 1/lnlltJ!JI.J.. •• Dfl r1t.• p. 1\J7.

248

249


Amar en el excrantero

la casa tomada 2

mente homogt:nco, no :~e da como tabln rnsa c.:¡uc, poi' igual, determinara en sincronía y Jc unn n::::: pur todas la salida de lo~ hombres singularc~ Jc la e:.~fcra dd Yalor conocimiento. La l'Xdu~íún se ma-

<.h:sigualmcnte culocados -centros, scmi¡wrífcrias, pcrit(:rias }' rcginncs de exclusión-, o a nuevas formas de..· articulacic)n a partir de

nifiesta ('rl dh·crsa~ formas, corrc~p~>ndicntct> con proceso~ e~pccífi­ cos de reorg:tnizacíón de le~ sujetos limitados, turingíanos., que se mantícm:n como pMte funcional de l:t nuc\·a ccLmomía. Esta últim:t no asume la forma de un tapete plano y perfectamente distribuido, de una red esparcida y simétrica, lisa l'1, toda su sup<:rficic. El ámbito Jc la informaciún está conformado, por d contrario, por conexiones jerarquinuas ~ agru(Y.Ida~ en núcleos duros. Jl.s lo lluc diversos autores, desde distintas perspectivas y enfocando fenómenos disímbolos, han d~-.gnosticad, 1 coffil) In formacíón l.k ghettos, como la ghcuificación del mtmdo. Arm;mJ Mattdarl puede ser un l'jcmplo:

Nu c.:s pusible ahondar a<.¡uÍ en este tema cnmplcjc,, siorJ ~ólo anot:tr a4:,>tJnas lineas por bs que podría desarcollar:;c una descripciim y explicación de la form.1ciún de ghcttos en di~tint.1s án:as sociales, o de la con:;olidactt·m de núcleos duros l JUc rcpd~:n y envían a la exclusión :-tmplias scccium:s yue :lntcs hubiC.:·~t:mos con~idcmJo partes indispensables dt· tal o cual regiún de la scx:il.Jad. De entrada pareciera t¡ue el campo de la cxclusión ser:í much0 mayor c:-n la medida en I.JUl: b lc.•gu.:.t del mercado se inst:rta progre~>Í\'amcntc ce >1111 >la gobcrnabilidad de la t•sfera política_¡, • que se ce •nt >e e C1 >me, la cri~is Jd 1O:~t.1do <.le Bienestar. Ya ,·imos en el capítull• J1..>s cÓmc> l:t m;tn• • ilwisiule rcquit:rl·, para pmducir sus efectos distributín>s, I.JUC los incompetentes ~can eliminados sin que pucJan elaborar la c~ptctativa de que cn d último momc_·nto secin salndos. 1•:1 cumplimicntt, de c:>ta pccmi:;a l'll cl t.:rr(·no político, sigmlic:t lJll~.: los m~..·ca­ nismns de la :'\SÍ:>tcncia ~ocia!, por ejl·mplo, (kjar:Ín de rugar cJ papd de rcdcs protcclora:; par.l LJUÍc.:ncs cayeran al pn:cipicío \k la f:tlla del mt·rcado; las instÍI ucic.mc~< del bienestar dcjnrán <.k hacl'r n:traduciblc.: lo cxcluido a los términos, knguajcs y hori:wntes de intdigibilidad de J..., llUc permanezca ;tún incluido. Esto com1 • una not:t definitoria d<: b época en la l)Ue cntmmo~: d incremento Jc la cxclus1Ón. La :>egrcgaciún tambu~n se manifestará en formas m:ls abstracta:;.. ~abt:n:s. capacidades, habtlidadt·s y destrezas, mcnrcs y mentalidades qul· no ~can reo x.li ficablcs en los lengmtJCS digrtaks. scr:ín purgados Jd ámbito del \':tlor-ccnlocimiento, aun cuando h:~ fX.'!So· nas qut: trabajen en b lll~talaciún fabril arnpliaJa del neol(xJi~mo tx-rmanczcan ap:-~rentcmentc ahí, intocadas, como parte:~ incluidas en la economín.

La dinámica del m(>ddo t:conómico de mundialización que se cstabkct: t:n rraib el riesgo de ce 1nducir haci:-~ un mundo «ghcuizado>> que se or1-;aniza Ctl tomo a al,_,>tlll:lS mcg.l-ciudadcs-regionc~, la mayoría de las vece~ en el norte, otras en d sur, lbrnad;ts a Cl 1n~tituir los ccntm~ ncurál,_,>i.cm; <.k lo:; mercadc J:< y loR t1ujos mundialc.:s. 1..1

E::;tc fenc)meno agrupami<.·ntos y jemrc¡uías en el mundo tntcrconectado puede n-rsc como pcnixcncia del momcntc > anterie 1r del capitali:<mo -en d rni~n1n ~ntido en qu<.· d taylori:;mo y d fordismo no desaparecieron al e~tabilizan;c las nuc,·as formas dc producción-, }' aun de situaciom:s de lk·si¡..;uaiJaJ ...le m:is .l:~q.,-a dat.l, t:\llto al tm·cl de regiones complct:t~ del globo. como de <.k:;nin·lc::; al interior de las socieJades, entre h1~ r:t.zas, da:;es o st:ctores de poblacilm, o entre la ciudac.l y el campn Y sin duJa esto es fundamentalmcnle cierto: elnue\·o piso de lo mercantil no emerge sobre un \'aCÍo o sobre un terreno pcrfectamenlc Íh>tJaktdo y en tanlo se trata, Yisto desde abajo, Jc una profundi~aciém de las re~las del capital, es muy probable guc las íerarqui:ractones :t.ntcnorcs ~e cndurcí'can tl .J:wía más. Pero \·aldria la pena l'Studiar si en l:llúgica llUl'"·a del mercado }' su ámbtto, vtsto d<:sde arriba, desde el valor-conocimtcntc •, c.xistt.'O elementos <.JUC ststcrnútic:uncntc llc\·en a la comairución de espacios l<IJ

...

Arm.md ~l,¡ttebrt, 1A illttlldtíll,/( '" <'M/1/IIÜtldÓII, np dt., p. 374.

250

similalidades (ghett<>~).

'Ii1do esto IHJ explica todaYÍa, :;in embargo, la ghcttificación, la fi>rmaciún núcleos tlurns caractcri;ra<.los por b similaridad u lmmogencidad de sus componcnt~~. i\Iuchos síntomas, .sin embargo, sugieren que cnmcn:tamos a a~istir al nactnucnto de ,.n mundo crccicntem<.-ntc rcgtdo por d pnncipio de (.}llc los diferentes no han de Yivir mezclados, de que ha.n llc dar:;e, a veces de m:tncra Ylnknta como cn SarajcYO, aparcjamic:mos, concentracionc~ l'Xcluycntcs en las C..] U<.: sr'•lo confluyan los iguales de acuerdo o m alguna caracrcrí~-

ue

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La <asa tomada 2

tica específica. ¿Por Llué sucede esto? N ue,·nmcntc podría rccurrir~c al argumento de las super\'Ívencias hi~tóticas: ~n la mcclitla en LJUC

«Compihdorl':>» se h::; llam:t en cibcrnétíca'".l_• \.)tiC re~um:m in:;truc-

un cambie> \.k l-poca desintegra o rcacomoda c~tructuras e imaitucionc~ ,;cja:; formas de rcbcionarsc, antÍ~I'\Jas «identidades)) o patrones de n:conocimiento aparL-cerian come 1 refugios para enfrentar las mutacionc:~, máxime sí el miedo es una p:lsión c¡uc tiii.c :\ nuestro

para las <]Uc tjll\.'dan dcspu(-s de h:tbtr extraídc J d !':u jet! 1:;ckcci' ltl:lntc. l.as mcdiacic un:s pueden scr muchas y nada gM:lntiza 4uc haya una correspondc..·ncí:l pcrfecta cntr<.: la <crcalidadn ~imubda y el c(Kfigo máquina en yuc finalmente cristali:t.a. Si se trata de imágnK:>, por <.'j<:mplo, ~ín duda podrían rcalizarsc dígitali:~.acione~ guc.: incorporaran mu~eos <.'ntcros a bancos computari~ndo~ de infi>rmaciún. P~ro la pintura, la serie de cuadros yuc se hao rcaiÍ'l.:tdo en la historia, com;tÍluyc en sí mism:J un knguaje cuya gr.tm:ítica, rctúrica r :::intaxis podría no ser recuperable por las m:)l¡uinas. l':n un caso cumo é!lte, adem:í.s dt lo~ códigos mediadores el :;istema ret.¡uerirí:t <.le las c:1pacidades tradllctoras-sckccionadorns d\.· bs personas p:tra saber, simplemente, (jUC un conjunto de ceros y unos está rdacinnaJo con un sector de lo real simubJo y no con otro: 9uc los c:SllliL'mas corresponden a imágcnl~s. o sonidos, o a im·cstigaciones de laboratorio. Nue\'amcnte, lo~ individuos se introducen en los sistemas como acont<.·cimientos sdcctinls, distinguidorcs, lJU<.: hacen <.]UC el cadcter de informaciltn de lo que de otm forma sctían simples dat( >S, se mantenga. Ahnrn bien, dctcrminnr si nlgo es una frase dd knguaje de In pintura, de In filoso fin, de la política o b matemática, re\.}Uicrc m;is <.]Ue la capacid11d abstract;l pura, turinguiana. de hacer distincionc:; entre cst:tdo:; di~cretos. Es un conocimi..:ulc• yuc aún se conserY;t pc1-,>ado a las per::onas. ¿<~ul- hacer con este cktm.·tHo disruptor p:~ra In homogeneidad del Yalor y del Yalor-cotli'>Cimiento? Por lo menos cercarlo, acorral:trlo, agruparlo y separarlo, pu(:s podría ser 9uc <.le ahí, de e~c reducto de las fl'-'rsonas, ~mcrgieran elcml·nt< 1s de lo inesperado, lo nueYo, del futuro ,Jbicrt\1 ..¡ue pustemn en cuesttc·m el prc:>cntc puro, lleno, <.'xtendido,yuc constituye a lo mcrcanul, :l la g<.·stiún de CX)X'Ctatn·as y a la producciún nenfordi!':ta. ¿C.,2u~ tmport:lría c¡ue la nuc\'a economía no reconociera entn: arre o ciencia en el paso de un lenguaje a otro?¿ N .. > daría lo mism1 1 tn tanl< > t'n am be~~ casos S<.: tratara de knguajcs-m:lquina? Así sería, c:n efecto. Pero l.t au:;<.·ncia de una trnductibilidad completa a kngu:tjes digitalc~. im-

tiempo. PodtÍ:l ser. l':s pot~iblc sin embargo adelantar. sólo como sugcn:ncias, otras dos hipótesis. l.a primera, que en ,.i..,ta de 4uc k>S lli~positin1s en que se cnncrcta b llllC\"a cconc 1mia del con• 1CÍmiento -las m:Í<luinas de Turing- y los lcn!,ttlajcs lJUC bs modelan -los códigos di1-,titaksconstituren mt•canismos imitndores unin:rsalcs, capacl'S m.lcmás dc nlmacen~r gmndes cantidadts de infi1rmaci6n, d númt·ro de cosm:, procesos. cotes y situaci<•tws qw.~ se com·ierti'n y puedcal guardarse en la forma dl: datos aumenta de tal m;mcra que obliga i\ 4ue el uccaoo de las infurmacione~ se;t agrupado, ordenado de alguna forma so pena <.k lJUC la entropía, la:-; dificultadcl:> para encontrar algo en d mar de lo informativo acaben llevando al pasmo, al desYario, al bloCJueo de los flujos e intercambios. Se tr:-~ta <.le una situacic'm an:i.lnga a la que, ~cihlan Nikbs 1,uhmann y Raffacle de Georgi, '>casionó la difusión de h imprenta: un gran cambio cultural tuvo lugar en la medida en <.¡ue, de pronto, mucho dd conocimiento que antes sc perdía fue conservado, en simultaneidad, manifcstán'l' JSC ;lhc lr:l incluso como un exceso. In! ( 1ubo (jUC hacer, cnronc<.:s, rc:.~rup:tcioncs ranto conceptuales como institucionak~. J.a ghcttificaci,'>n sería b respuesta contcmpor:lnca a un exceso dc dntol:> productdn de manera abrupta poi' el pas" dd íonlisnlD al n~:ofordismo. También p1 !(.tria trat:trSl' -y ésta es nuestra segunda l·upóreslsdc problemas de trmlucttbilid;\d dcriYado~ del hecho de l}liC bs tecnologías de Turing no operan sólo con lenguajes máquina, sino guc :;obre ellos se imertan otros ni\·cles de dKligo. Nadie podría rdacinnar~t· con una computador:t ~¡ tm·icr;\ ~¡uc hacerlo directamente en rérminol' de< •taci( •ncs fi1nnuladas como cad~nas de cerns y \1001'. Sobre ese tipo de ~:nuslciados tiene l.!lll' haber ct1dígos mediadorc~ -lcnt,ruajcs IOZ C/1 . N1kl.1~ J.uhm.um )' l{.¡ff;¡c;k de: (;t•nrgi, <•l.:t lmpn:nra )• l,¡ Tt·.:nolog.ía ,\ lr~tle~na tilo 1.1 C<~lllllfH<:<t.:i:.n ... ·¡~,11/tl ,,,. ú.J .ío.wi.ul. b c:du:mn. M~~l.:''• L:ui1c:rsi rhtl dt· (iuad.tl.¡1.,r.l/lint\l1":-1d.ltl lhcr.•,lmt·rtc.uMI1n5flhl!r• Tc.:nnlú~t~v y dt· l~o;­ flJ(Ico~

..

252

Supcn•m·s dt• lkL;,!cnt<., I'J'H. t:.~p. 2.v.• pp. 117-1:!<•.

ciune~ en términns intdigibk!< para las capacidades humana~ -aun

IOJ (ji: Dougl.1~ R. llotst.!dtl.'r, .,¡ .cng¡ujl.'s de .:--.IJvcl Supcnor, Comp•ladort!S e lntérprc:tcs•, Codtl. , i;·.ittt: IJ.r,J,; r.Jw J:trtJttJ ]i'í!n"u /)omtfu. 1,1 t:dio:ión, ~~¡:~Ol:<.J, C:ON.\CIT, 1'18:!, p¡l. :\43-.lt'l.

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...


Amar en al Q)(trMJOro

La casa tomada 2

plica dejar rodada un espacio para lo humano yue pudría salir:::c de control. Jla de operar, entunce~,la sl·ducción, a fin de guc l<>s hombre:; colaboren agrupándme con :;u~ i¡.,•ualc:; y mantenicndtl con cllu:; relaciones de conectiYidad -formando cnmun idadrs \'Írtualcs. 'lrxio pam m an t<::ner en bajo niyd los riesgns Jc las redes de informaciún. ¿Y por yué los hombres habrían de colaborar cst\ \c:t? Jlnrque se encucntr.ln acnrrnlados en d prc:;cnte, pe 1r~ue d temor)' la cfccti,·idad Je la cxclusiún se han lXtenJiJo. y pe m¡uc, t¡ut%:Í. se le:; ofrece d último n:Juclo Je una rc.:tirada, tk una tentacu'm de abandonar cn b «comunidad»... asi sea la de 1.1:: cntid.'ltks :1ckccion;~ntcs. ¿Pero es todo esto, toda,·ía, seductor? Algo dc cncanto hay aún, prol>abl<:mentc. Est\ historia comenzó a escribirse cuando :;e intentó \'('r al hombll' «tal com<.l rc:llmentl' c~m; :1unyuc cn ese(.\' tuvieron C.'lbida duran te dt-cenios algunos delirio:;, revoluciones, magias r sueúns. i\sí fuer:m attibuidos a J\.bnm Jnyisibles o LcYÍ:ltanes y Estados por cuyo interml.'dio, con cierta dit' rancia, acabarían rcalíz:índuse, por ejemplo, la:; \' irt u de~ cmancipadoms del trabajo 1 "~ o lo:; ideaks de In optimalidad y la justicia. La tentación de abandc)tl:l! habite) durnnt<.· mucho tiempo el c.r de lo humano, formú parte de sus atributm. Y tal \'t'i: aún lo hace ahora en d mercado matemati:tado }' en el tcrc<.:r nivel -el dt· la m formación- gue constituye a las mercancías. La vocacic'>n de irse, de huir. est:í pr<.:sente a t:ll grade 1 l.'ll d mundo de la hiper realidad. que.: se manifiesm como pcofundizact¡'nl sobre sí misma, como pliegue de más, como vuelta de tuerca: como anhelo Jc dejar atrás, inclu:::o, ,¡} deseo de abandonar. Rctir:1rsc ya de lo humano mismc 1. ¿Se podría pensar que sin afán d(. marchar, los hombn:s ~e hubíeSL'll a,•cnido a s~r reducidos a ..:nod.1dcs sckccionantes )'acto seguido a ~er excluidos en tanto personas, o bien hubiesen s1Ju t:tn ci1.:gns como para no darse CUI.'t1L'l tlt- c.¡uc la cas:1, su casa, c.:sraba siendo tomada? ¿Sin la vocación d<:: irse par,\ c<>nstruir d ,-crdadero mundo,

:;e buscada aún ahora f<>rmar los ghcttns, lm; nuc\'aS comunidadc~ de.: los iguales, aum¡ue ya nadie t·n ellas fuese una persona? J•:n cu:~lquier c:~sn, cu:~ndo los hombres ya no estén sólo \.jUed:~­ ci b ficcitul }' lo tangible se perder:í. Reinará una cierta clase Jc intangibilidaJ - descubtcrta )'examinada por l\faría Zambrano- guc es también una fi1rma d~: pcrf<.-cción y por t:lnto Jc: encant.lmicnto. Es ella intan¡.,>ihtlid.tJ cerrndn sobre sí misma, el si¡.,ttlo de b pucc.::ta cxclurentl.' J~: toda parttcipación r aun dd simplc acortamil'tll<' J~.: 1.1 distancia fisica y scnllmcnt.ll>l. 1" 1 ¿HlSWI.l cxtraílo gue c:sla int.lngiblc purc:t.l, ~o.¡uc d espacio dd yuc no furman parte p los hombr~::;, la (.'COnomÍ.l Jd con•ICÍmtcniO. sea pr<.:cisamcntc.: una Ínl,lllgtl>ilithJ construida sobre len¡.,'llajes digitales. sobre ceros'/ unos --;obre contrario!'-, sobre cstadns discrcto~ a seleccionar? No, ya l{UC, nuc\·amcntc c.:n palabras Jc l.ambrano:

tn~ (.{t. Jiit-gm 1Llh~rm:L~. «El 1'111 del E$tadu tk lll~lll'5t.tr }' d .\got.lmiento

p.t..:u)n tu\·tcr,¡ qu~ ser mt·dl.\d,\ por el ,¡p,tr.ttt • de .tst~t!'nc:~.t suc:tal y no St' prndujer:t dirt:ctamentl' ,, tra\'éS tic l.t :Ktt\ id.ull:lhoral. Jlaradó¡tco, ::111 dud.t, tjUt: l.t úlnm.t utopí.1 dd tt~1h.1jo IM)';t n.t\'ido cu.u1do !.1 labor t'.tbnl :~lcanzó su m.bwno grado de cst.ut&mz;tción y rcpctitivttl.ld.

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se algo, apan.:%can en seguida los contrarios. Los contrarios t:s lo t¡u~.: :;e encuentra en cuanto se inicia un an:í.lisi~ de~inlcgradm. ¿Es tiLle snn ellos, aca~o. lo~ y u(.; forman el uni\'erso, la rcalidad?w<> Queríamos irnos y probablemente ya nos hem os ido. .Atrás, afu~::ra. SÓlo I.JUC<.Ia el espacio r1.'gtdc> por los contrarios en su forma pura. }':1 no contradictorio:; cn rdaciún a L:<IO o agudlo, sino d moiJc mismo de la contr:tncdad. ¿Pero cc,urás», uafucta», dúndc? ¿Es que ac.1sn hay m:ls al);í de lo~ ~iswmas un lug:tr :t dc'mdc ir? En un mom~:nto Jel dnc...11ir del :lrlc ~.:n l'Ste stglu una situnciún a:.í fue \'ÍYida: No cm posibk- a\ <.nturar::e ,,fuera, pues el a fU<..-m, o sea el espacio. se había yul·JaJo despoblado, \'<lCÍo. Espacio geométrico ~in mistcnos, sin secretos J únde penetrar, :;in sorpresas qut: esper:1r y l('mcr. l':spacio geométrico. infinitn, Yacín, dt!.,lerr<.Jdfl. IIP

dt·

b~ 1-'.ncrR'a~ Utópic.l~». l!imi)Vf f>oltlitor, <if>. tri., p. 120 }' s> . .'\hí ~~ .lrgmncnt.lt¡ut· el hst.tdo de Bic1wst.1r fue (,, liltlrll.l d·· !.1~ uropí.1~ .Id tr:1h.ll"· .u'JI\ C:11.111tl" 1:1 ~m.mci

..

l •:n ln dc~integraci<Jn de l11 hum.\no aparecen los ckmcnl< ¡:;, y pe )f la mcc;ínicn del intclect<> es natural <¡ue al dcsínte<>rar~::>

111 '

l\l,¡ría

Z.unbr:~nu. ·d7.n la Ptnntr.t de B:trui $:~lin.ls>•, .-1~~~~~~,¡, J.!IJ!.Illl'J tic la Pilllll-

tu, op. al.. p. 2<> l. to<. /bit/, P· H lfl7 /fJitf. p. 1'),

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AmilT ~ el extr~~n)ero

Cuando ~e alc:tnce del todo d cnclnustrí\micnto funcio nal <.k lo econó mico, quiz:\ habremos dado un salto c~tratosférico: pasaremos de la extranjería donde l1ueriamo:~ nmar, al dc~ ticrro en sentido estricto, a <.'S tar sin tierra, ~i n plnncta, sin ho,.,>:l.r, habitáculo o, como ~e dijo alguna vc:t., ~in dho.r.

lAMAR EN EL EXTRANJERO?

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¿Amar en el extranjero?

Queríamos imos parn :\mar. Teníamos tt:ntación de abandonar. Ya salimos. sin embargo. l.a economía, los sistemas, lo~ lenguaje:; que se autoproducen nos echaron fuera con nut·stra seducida complicidad y conni\'cncia. ¿Cómo es el mundo del que ya no fonnamos parte? Un escenario formado por esferas excluyentes, por ghcttos. Y unn desolación, una fatiga, un \'aciamiento: como el después de una conflagración.

Paisaje después de la batalla Un principio rige la form:lcic'1n de nueva~ o actualvadas e~fecas excluyentes: loe; diferentes no han de vivir mezclados. Este cnunctado se realiza como reparto faccioso de los espacios, como parctali7.acxón general de las mtcracciones. I.., puesta en acto, en cada ,-c:r m:ís ámbitos, del sistema selccti"o estricto dist.'tbdo por 1.\ teorí:l del mercado y la cxpam;iún de la cconomí:l del conocimiento, han hecho 11uc las exclusiones .ultc:: sólo ~<cconl'>micas, ya nn puedan con\'ertirsc a o teo:> ciXiigos. El Estado <.le bienestar, p01 ejemplo, fue un sistema de traducctc'm <.'fl car~.ld<, de m.1ntcncr la k-¡.,tibilid.ld, la intelt~bilidad, la si~1ificactún <.le 1<, t¡uc en el espacio mercantil iba ~obrando (quien quedaba fuera Jc La relacic'Hl !lalnrtal. cr.L recuperado en su caída por las in!lntucto-

...

.


....

Amilr en ti extranjero

iAmar en el extranjero?

nes de asistencia :;ocia!). l'L·ro cc:m h instnlnción fahril~.:xp:mdidn a todos los rinconc~ de lu social, con la mcrcantilizacifm global, agucllos yue ahora ll<.:f-11.1Ct1 a sobrar no yacerán ni siquitr:l. u1 los linderos: serán completamente excluidos, perderán su s<;ntido, significación y. dl·sdt' la óptica de los de adentro, su uistenct:l. mi:>ma. Muchos cvt:ntos tienen hoy la forma de prnblc:mas «.'\mbicntalc~», turbulencias. conmmin:tc1Ón y Ulrmcntas molinc~ urbanos, criminalidad, guernllas, cnfc:cmcdadL~ y plaga." cxtrai)as. Sucesos ttlle se JesenYuc.:kcn si!,>uit'fldo parmnes p::trt'CJJ.>s .1 Jo.; lk las altcrncionc.:s climática!. huracanes en mt:dto del Jí.1 !:oleado. 1mprevtsible~ OcsJc adt-ntro no podemos saber 1-!Ué le ocurre a lo excluido, pero comcnz::tmos a intuir que: lo que st: \':1 dt jnndo fuera afecta de retorno a los s1stemas de manera.<: no admint,trablt·:>.. no pcosables siquic.:ra Ul t~rminos Je lo que podría hacrrsc -o decirse yue se hace- para enfrentar los conflictos surgidos t:n el intenor. Lo t·xclutJn regresa -si es <..JUl lo hace- t'll forma impredecible, :Hmosfértca. ~n otra tradictón tcónca., se dirh <¡ue lo cxduítlo deviene inconsciente y retoma como má~cara, fantasma o pt:sa.dilla. Si es que vuelve, si es que w>h·icra. Cada esfera excluyente identifica y ~elecc10na, pn ,tJucc y recrea -;us ~ujcto:;, sus di~positivos turing1.1i:tnt >S encargados Jc introducir la diferencia ¡ura que la mformación cs:tstn t't1 In~ redes de ~imub­ ci<'m. Los ámbitos Je la similaridad, los ghcttos de todo tipo, ~e forman hoy cuando un núclc:o homoginco, operando u1 un mismo k-n!,>uajl' compilador, se de:;taca en un unh·crsu <llllcrt<~rmentc m<Ís mezclado. Como si de cntrL' Lodn!l los Olltmbn•s nnteri11rcs de un conjunto de pn>nto n.tetcm un centro Jum. Que !'e cumulid:t hasta queJa!' relaciones entre la p:rrtc m:Ís :;óhdam<:nte intc:rconect.1d:t,la semilla estable-excluyente, y lo yuc: lt> rodea, ~e Yudn.:n incomprensibles, carentes de stgnifK:ado, objeto a lo mucho dd m•steno. Se trata de una cs¡x:cic de contracción, sobre si mismos, de los sistemas. El c~trechamieoto de un:l parte -y nunca todas- de la~ relaciones que constituían un univcrs•' de realidad dclcrtrunado, t-s la forma que asume In cxclusiún contempocine:-a porque la misma tiene lug.u c=n un mundo muy mc:rcl.tdo )' pobladu. Antes los si!ltcmas, por lo gent:ral. t)(Jdían expantlin;e, y los lJUl ~1ucdan hUtr, marcharse. Pero en un:t tierra llen:t, ¿a dúndt: van a 1r los ptonct·ol\, los cxcéntncos, Jos cxtranjuos? ¿Dónde está d cc~tfucraJ> en l)UC construirán nuC\'O!' mundo~? Se les excluye, Sl' les deja n. l::t intemperie, pero

¿c,ómo p:n~n.r ahora siquiera In. idea de dejar algo ccfucra»? ¿<cFue 1 ·:u1 donde? Cuando ya no hay espacio sobrante la formaci<.al de :imbitos exd~yen~cs recurre :t procedimientos complejos. A ''cct·s no t:m t'o: en st~unctoncs extrcmns como b de Sarajevo, exclusión -o lo qut." Cll

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lo rrusmu, ~onstruccit'm de núcleos de similaridad-, ¡¡ih>nifica llanamente :tSClimaro. En un mundo muy mezcl:tdo, la idcntific.1ción, locali~acic>n co~stitución, separación y reagrupamiento de los homogéneos

-lo;

suretos de cada esfera de .un lenh>uaje compilador- pu<.-de ser algo muy pro.bkmauco: puede tmpltcar incluso v•oknc1a gcnocid:t, co1n 0 e~1 ~3osm:t, poner en acto el pnncipio de yue l1>s diferente·~ no han de nnr confundtdos. S1 antt:s la operación captt.1lista S<. había dirigido a la r~pt~': de \'Ínculos del indl\·iduo con los dem;\s n tr:wés dt' la sustuucton de cos:ts por rclactones personalel', huy la fi>rmacit'm de: ~sfcrns ex.cluyentl'S reclama de hombres y mujeres un nuev·o tnvol~ra~tento, u~ nuevo mm~ miento de los fieles paca la construccic',n de los ambttO$ paroalcs. 1~1 mónada tiene que autopresent:trsc, indicar su locali~acic'm y :cl~idad, ayudar a los sistema!' :r encontmria )' lb·arla alindo d~ .:ll.1~ Ntt'Tlilares; es ella h que debe brindar In infimnac.:i1'ln p:1ra ~a e.lc:~troht·lls; ella, In yuc ha de colaborar en In faccionnli;,.acit)n. El tnd1v1duo se identifica: muestra los títulos, credenciales y documcn.~ t~N ~Juc lo a~rcditan como miembro de un tipo, grupo, clase, de u 11 cochgo pnrucular de o¡x:rnción. Ello permite la contracci<1n de núcleos excluyentes. Y qUien no es capaz de autoidL'1lhficarse, se1inlarse, aportar sus cumprobantc~. queda fuera de una f.1cción -y acasc> de todo.

Desde lueg~ Foucault ya lo s:tbía. Rcfirit.'·ndosc al c=jt:rCICÍo del poder en las soctedadcs contemporáneas St'11:tb: Esta forma de poder se ejccce sobre la \'Ída cotidiana inmediata que cln~i~ca a 1~!1 indi,-iduos en categorin~ lo~ dc::;Íg· na {)! '' ~~ propta tndJV!duahdad, los ata n su propia idcnlidad, !el! tmponc uru le)' t.lc ,·erdad 9ue delxn reconocer \' ~¡ue los otro!' deben rL·conocer en ellos. Es una forma d~ podt·r que.: transforma a los indwiduos t11 sujetos. Hav Jos ~'ig111ficndns de la palnbrn sujeto: sometido a otro a t~m·és del contrul y la dcpcndcnc•:l, y su¡cto atado a su propia idenhdnJ por la conciencia o d conocimiento de sí mismo.,

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lAmar en el extranjero?

Designación de b propia intlivitlualidad, sujct:tmitnto por indivitluación. En el mundo de las esferas excluyentes, donde cada subsistema ejerce un código propio, la cuestión está estrechamente \'Ínculada, como antes, con la asign:tcic'>n de los nombre:;. Aum¡uc ahnra el nombrar adquiere un nuevo matiz, un plicb>uc de más. Primero rt.'Curdemo:;. Una 1r.1diciún que se remonta a la Btblia y m.-\s allá indica incc.¡uh·ocaml'flte el car.lctcr cruaal, compleJO, t"it.-tl, del acto de nombrar: punce un nombre c:s dar la existencia, sitlgUianzar un n 'Cu:ldro . del mundo, dcstncarlo y rcscatarlu de 1:1 Ul\'Í.:iliJad, l:l indiferencia, la homogeneidad. Nommar supone crear orden, separar esto c.lc aquello, limitar e:tc.l:t ente ;1 su'! fronteras, recortar perfiles y cuerpos. Pero, sobre todo, nombrar "'lb>nifica, para esta tr.ttlición que tiene en l:t Cábala uno de sus puntm culminantes,1 humanizar, amueblar el e:~paeio hostil e impt:rsonal del unin:rso con cuadms, árboles, rios, mares, risa.c;, gntos y ob1eros, pastones } personas. lmphc.\ crear el nicho, la cue,·a, el hog;u scmánncu, tmagtnario y simbólico en el que -y sólo en cual- lo~ hombres podcmo~ apostar a desenvolver lo humano. Un mJmbrc puede ser un c.lcstino, un rclu o una trngcdb, en cualquier caso jnm:\s tt:sulta indiferente. Por eso, independientemente de los ~istcma~ Hocinlcs ;.¡ue :;e han suct:dido, con su~ pautas específicas de c.lcsi¡.,>uald:ul y conflicto, en toJos los tiempus los hombres entablaron cmnb:\lcs por bs c.lesignncioncs que se a tribuycrun unos a orcos; o, mejor, se c1 ttnprnmctieron siempre ya en una primera lucha, en un c.lcbarc primordial: a saber, aquél que brim ~'fl tomo a quit~ tJ<.'flc el poder Oa kgu:imidad, la autoridad) p.ua poner los nombR-s.' Y en ese c~cenano conflictua1 1 \hchd hm.:.:111lt. .,fiJ :-uwr., r <:1 Pod<.·r•. en Huhrrt 1 DI'C)fus y P.1ul R.tlunow. Afi.-/td r:r.ur..m/1: Alu. r1IIJ tk/f,tlm•f•lldÚ•r'll y ú lltii'IUtt/1/tttJ, 1.1 rtkt.'•n. UN.•.M.

México, 1988. p. 231. :! Cp: l'..~thcr Cohcn, ..N.vr.1r los Numbc<.~··· en rc.:nst.l .ilrl•l Pt>itkv, México. t '"1\H, No. 7, 19H7. Vb.~c t.unbu!n, deL\ mtsm.l ;tutorJ. 1JJ P111111nulnmlldlltll tEnr11 )'U> .ohu Gíl~tlftJ), Lt t:dioón, J\léxtco. 1'Aurus. 1W4. • 1 Obscrv.t Bo lí\,lC G:ht\crri.•: ..El intdo.:cto no~ un.1 potcnnt pur.l cnfrcnt.ld.t .l hechos innomhr.~iu<. Tod1• mtdigir cst.í tn fundC.n dd di~C\lno o.:on~n.·tt• de :tlg.utetl cmpcñ.~tln tn un.1 \iisput.• o.:oncrct.t xerc.• de lo que algv es t-n rc:tlid.Kl. l'or otrn l.tdo, tc)<lo hcchr.. cnn sÚI•• l'nscnt.lt'SC, rccihe y.t, c:~pont-inc.lmCtHt:, un nombre, un.1 dt:lin•c•<'>n. De~o:nb•r ,tlgo no es mostr:~r su rt·turo rctlcpdo en b mente:; e~ su.~mprc conscnttr o tb~l'11tll' e• >n su tlr.mbre c~p<.mtínc::1.•, t'll :tbund.tr en 1.1 dd'irucu'm que da dc él el th~cur~o ~ocial t:StJblecidn 1' pretender mtro1lUI."lr un:. thlcn·n~:ta. Y tud.t hay m.h dtticil. avcnrurmlo e tn~lu$•1, <'ll llC~llinne~. suktda <.JUC:

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al menos lll1:t cosa quedó cJnra: nqudlos (1uc nombran o l'nn nombradol' -aún cuando KU c.le!iignación sen la de los subalternos, la de loll c:ntcs con un :;cr dtsminuido- acceden a la existencia, habitan d mundo. Y aquello~ cuyo nombre no se pronuncia, no st otor._>a, no se c:scucha o se oh·id:t, son los excluidos., los itwisibks. En el marco general de la tradición del nombr-Ar, d sujctamieoto por indt' tduación quiere <.kc1r que los individuos son compelidos, o se: ofrecen ellos rrusmos, a grmu su nombre, a :lsurrurlo, m:ís ~ún, a ejercer un.1 vida yuc les perm.tt.'l alcanzarlo. Ya se sabe, el m;mbrc 11propio)) lo pone el nlro. Afanarse <:n llcga.r a ser d inJi\·iduo yut: posee una Jcs.gnacu'u1 cspecífic.1 es, por lo menus, un propósito p:tradújico: singul:tn:t:t~t· en 1:1 t11)1Tiinación que uno e~ es casi diluirse en lo yue dice el otro. Hl ideru emancipatorio en cuaJquiera de sus ,·arianles, la tl'tltación de abandonar, podría ,•crse como el sueño de darse uno, a !lÍ mismo, su propto nombre. Mas eUo stgnificaria sólo b posposición de la pnradoja y 1:1 dilución. Pues como todo nombrar, tambi~n el yue yo me doy lleva siempre UH rt::~quicio del otro; cada palabra, diría lhtaillc cn algún lugar, implicn un:t multitud: viene siempre c:trgad:t con el \'iaje de todas las palnbras. ¿P•>r qué los hombres cohbornn en b formación de las esferas cxduvent<::s, por gué responden al encantamiento? ¿Qué Jos f.'lsctna? ¿P;>r qué gritan su nombre y po~ición y facilitan la electrólists que separa lo yuc antes fuL' un:t mezcla? Porque lc:s seduce la idea, quizá, de que su indiYiduaci/m, su stngul:lnnctón, si acnso culrrunara en L-. disuluciún por lo menos ~erí.1 rdnllvn, seria menos contun<kntc: seria la púdid-. en medto de nqucllos que tienen d mismo nombre ~m: Yo. ¿P<.'CO yué ~UC('dc CIJil la rradtcl,)n bíblica del nominar si cunsi~..Jcram•)S qut· ahora cada :~ub~istcma lient: su propio lcn~uJ.jt: de opcmción? ¿~ué t.¡ucn ;\ dt'C'Ir (lllnmbrao> cu:10do no hablamus ya dc la lengua unatural», sino del cúdigo formal, digitnl, que crcci~otc­ mcntt.· rige: Ll1 C;\da -:lmbito -y dentro ellos, t.'fl un núcleo m;l:; cerrado que tf<: pronto se ha contraído? En la econonúa, por ejemplo, donde el kngunjc es el dinero, matematizado,lógico: o bien el ~<bi~>t, la ind1caciún fonn.tl de un cambio de estado, ¿qué c.¡uicrc deci.C que «al!,I\JlCO» :;~ nombrado y que ese mismo <.'Ote procure inJividuarse, l:1 dtsl·nsirm o l:1 pr!>pucst:\ de .,,.,, difercncta.>> Bolí,•,tr Echcverri.t, T~/ LJiwttTo CrilicYI do\fm;..·, op. dt., p. í:!.

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Amar en el eiCtranje<'o

idcntificat'se y gtitar su posición bajo esa dcnom.innciún? Pwbablcmcntc hoy también c¡uienes no son nominados no acceden a b existencia, pero tal vez ya no pueda :dirm:l.r!;c llUC lo~ «nombrados», en términos Je un código sistémicn, la :~lc:~nccn por ese hecho. Qui:t.;) estamos entrando a una compkjid:~d mayo r de b rdncu'm entre nombre e individuo, cmre nombre y cxtstenciJ. lncluso pucJe :ocr, por qué no. que d nexo St.~ O\! ¡vmlumimto:' que haya un abtsmo entre nombre y entidad <.kstgnaJ:l, a !al grado pcofundo. 'iOC el gritar la posición, d presentar los tirulo!; que acreditan un nombre, no sc:1 suficiente pam que haya una corrcspom.kncia entre el sí mtsmo y su oomin:~ciún. Si así fuera, los indi,·iduos seríamos, hoy, extr.tnjerw: respecto a nul·strn prnpic 1 nomhrl (¿< > re:;¡x:ctc >:1 nuestra propia idcntiJ:td?) y con ello la dcscnpctlm Jd prucc~o de !lujetamientu por mdi,·iduaci•)n, prnpuc~ta por Foucaulr. tendría que aJlluinr nue' os matices, dobkces y pbe)..,'UCS. Probablemente :;ca ( rillcs L)cleuze· quien meJor ha captado la comple¡idad contcmpor:ínca del nombrar y d nombre propio. En sus J)¡¡j/r!~llr con Chute Parnct set"lala: Encontramos persona:.; 6· a veces sin conocerlas 1\1 haberlas visto jamás), pero también movimu:nros, tdeas. :lcontecimiento~. entidad e¡;. Y aunque todas estas cosas tengan nombres propios, (.:1 nombre propio no designa ni a utta persona ni a un llujeto. Dr.:~i~t.L un efecto, un ~:ig-za~. :1l~o ~¡uc.: pas:1 o <]Ue sucede t:ntrc Jos como b:1jo un:\ dtf~·rencta dl potencial: •efecto Compton', 'efecto Kch tn'.)

~ Dougbs 1 lo~t.ldtcor constdt:r.l que ~n l"s ~istem.,, por ejemplo .1qucllos qoc p<Jdri.ln str r.m compkios cc,mu par.1 pr<XIucor mtdtgcncl.t .trnti.:bl, <~.:um.:n st tu.Ktones que ll.un\ d1 •p.trcd.tmu:ntt>», es tltc.:ir, Ut' no c.:onl-stt'.n t·ntn: un ni\cl y otro. Un CJ~:mplo ~en.t d tk l.1 rc:l.u:u'm ~:ntrc: d I'<""'·IIIIIUIIIl 0::1 omn r.tl ~· ~u susr~·n­ to ccrchr.1l. Comn st t•n un rnrr.un;tdo qtstém11:o ~ulictcll!cmcntc completo. st: t:rc:Jr.m di~pn~rh>CJS tlt! cxdus.ts stmt'J.tnt~ .1 l<.r; dt· J.. ~ h.ttco~. C.ft: Dougl.1s R. Hotiud.ucr, GoJ../, b,,..¡,..,, Rt.n-1•: ( !thl F.lm1tt1irll\_tl DutlltiJ, of'. al., c~pect.llm~:mc pp. 334~1 32.. IH.>--H21. l~1 ~onccp.:•'•n de Jlof~t:ldltr ~ohre 11 complcitd;~d, con "' énf.1sis en los ._tiit•rt>ntc.., n•~d('l: el~ 1.1l-:-~:npcrón y ,.,pcr.\ctr'm de lrn,Q.\l.ltes fo rmalt'o; )' siStem.ts, ~ muy .;rmll.lr ·• l.t sosrcmd.1 pur J..ohm.mn ..:u.m..l J 'uhr.t~.l l.t nt."<t'~t dad dt> sclecctim -1.- tmpf>.;tlllltd.td de que todo ~ rd.rcu.>ne con tud•>- supu('l:t.l por tod,\ t'ntid.td o proce$o complcjM. ~ Gillcs Ddcuzc y Clatrc P.unct, Dtái~J, op. rtl., p. 11.

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iAmJor en el extranjero?

O también en ::u cart.l a l\f. Crcssole: Es curioso lo de decir algo en nombre propio, porque no ~e habla en nombre propio cuando uno se considcm como un yo, um persona o un liujeto. i\l contrario, un inJi,-idun adquiere un auténtico nombre propio al término dd m!Í..-; gra,-c pnx:e:>o de d<:sp~·rson.tlización, cuando se abre a las muluplic1dadl'l; 'JUC k arr.n-ics.ln entcrarTK,lte, a las antcnsiJ.ldt·~ que le n:corrcn.• El nexo cntr<.· numinac.i,'m y rc:fcrcncia -<:ntn:: el nombre Jcl individuo y él mtsmo-, ntr:wc¡;ado ahora, o de~coyunt:tJo. por difcrc:ncim de p. >lt:ncia~ por multiplictdadcs, llt >parccl' habc·r revc!(tiJ<, sicmpn: e~e c:1r:lcru compleJo, dtficll. O por lo meno~ hubo un relato, hace tiempo, en 'JUC d YÍnculo fue descrito como una plcmtud de sign.ilicación, sin ,·acíos. l.n tent.tciún de abandonar era la ocupactún completa Jcl propio nombre.' En~-''' HdiTlltión, /,¡ i1111tll~llftlh~/,¡tf plt'lltl t!t' JÍ rtqll~f'Íú lltL't.WntJ/1/~IIk dt lú f()I!Jumihdy tk un babitul u~qlicvJ: lo··.~nmclt.•r pütr<!ft.r, /,¡ ti~la ~JI lolllt.llltiii::JI. Como en \'( 'alt \Vhitman. 1~n ~u obr.t, en una especie de rur.llidaJ fcli:t, el indi,·iduo no tiene rdaciuncs t:conómicas consi~> ni con d mundo. Dtce d autor en el CtJn/tJ di! mi Jnismo:

1.u m:ls corncnte, lo menos caro, lo más cercano y lo más f:icil soy Yo, Yo, yendo t:ll bul!ca de mt~ oportunidades, gastando para obtl'ller grnndes beneficios, adorn.indome p:tra ofrecerme yo mismo al primero que 'JUÍco tomarme, sin j:}(.'dir al cido 'JUC b:ljl· a mi capricho, dcsptlf.ucindolo libremente siempre.' 1 ' ( ;,Jk·s Dch:u7.t, ..C.1rt.1 a un Crítiw Sncnm. t'n Com'l'l'l<h"rOJJn. 1971-1:1!/fJ, la 1..-<locoún, .c.~p.tña, Prc-tcxt<>~. J?'JS, pp. 1-1-1'). Mtgud l\lort'y Ctf•l y t:<Jmcnt:l tstt r~to tn Lt pt{·stnt~ctón 'IU<' h.u.:t' ,, 1,, 1-4;'•" dd .\l'llfim> <le Dclcull.t'. Cfr. l\ft.,_>ud l\lorq, ,.J'rólogo .t 1.1 t'dictlm <.-,,~rcll~n.t. Dd p.t.'<.tr de las 1:. >),IS c¡uc p.l»:tn ~u scntt~••. tn Gillt) Ddcuic, 1,;~,,\J dd Jrntido, op. al.• p. 13. 7 ..C..omo núdttJ tund:UIIt nt.tl de posahlcs concepciones rdev.mrcs dd P·.~.r.:~i:o;o l¡u<:d:t el •nt.lmduu .tut6nomo, tl11tRo d. "' td.!wríd..ui y <¡U<', por lo menos en p,ran mcd~d.1 l'S :rutáryu...;'>"· 1brnntt Khcmt, FJ/otofo¡ tk/ F..¡/,Jdo } ( ntmos 1ft 1.J.l,llllllldtJd, np. til., p. 1S.

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Amar en el extranjero

(Amar en el extranjero?

Su nexo con lo yuc es se ejerce a tra,·és de todas lns cosas, pues toda:; las abarca. El individuo pleno es también, él mismo, la naturaleza y sus entes; peco su especificidad y magnificencia le Yicnen de la comunidad de los hombres, a través de la <JUe ndqui<.•rc un:t cualidad superior: b inmortalidad:

viajero incansable y, sobre todo, una ruralidad no económica donde d trabajo aún existe y la racionalidad es la del oficio, no la del oficinista: ¿Podría \Valt Whítman ser Gregario Samsa? El siguiente paso en la disociación de individualidad y nominación, acontece cuando la:; rtnrraciones llevan al individuo a las ciudades, gue al principio eran pe~uei1as. En una de ellas encontró 1krmann Hroch a Esch, decepcionado, y le hizo decir c.¡uc <<sólo se puede amar en d extranjero>>, más específicamente en América, y vuelta a Whitman y a las grandes praderas. Abandonar, huir, amar, lograr la comunidad fu~i,>nante y tramparcnlc, la plenitud de sí... a una urbe siempre le f.'\lla espacio. 1)abría <.JUC irse, ¿pero a dónde? Víctor Crabbe, profesor inglé~ expatriado en Malasia, en el último res<.ltlicio del mundo, tan remoto <.]Ue es imaginario, rcflcxionn haci:1 el final de Ellf!filtrudo, s<:s..,rt.mdo n>lumen de b Trilogía Malaya de Anthnny Burgess:

Paso la muerte con los que agonizan, y el nacimiento con b criatura recién lavada, y no c:stoy contenido entre mi sombrero y mis botas, y examino múltiples objetos, no hay dos igualcti y todos son buenos, buena la cierra y buenas las estrellas, y bueno::; todos su~ aditamentos.

Yo no soy una tierra ni un aditamento de una tierra, yo soy l:t pareja }' el compañero de Jas gentes, todílS tan inmortales e insortdablcs como yo mismo, (ellos no snbcn lo inmort<tlcs que son, pero sí )9

ro

El canto de mí mismo es el de u~tedes y el de todas las cosas yue son, y es también d ~nbcr de lo que ha sido y seci, incluidos todos lm dioses. Pero cst:t profusión de lo común con todn lo gue el individuo es, también encierra, sin embargo, unn ~ín¡,rul:uidad imbatible, un mérito insondable, una inaccesibílid:td a la palabra: Te niego mi mérito final. niego despojar de mí lo que realmente soy, abarco mundo~ pero nunc:1 intente~ abarcarmc reúno lo má:,; delicado y mejor, tu yo con :,;úlo mirartcw Comunidad -fusionantc, transparente, verdadt:ra- y persona singular, van pu~s d~ la mano en d relato del individuo pl~no: una l'S la recíproca de la otra. Pero para dio se requieren grandes espacios, rcwrridos de 11

W.dt \'\IJutm,tn, (¡111/(J ,¡,. ,,; miwv, lA t'll1ción, :\hdrid, 1'.0:\l-, I'JR-1 p 92.

~

lbid, p. 79. p. 118,

10 Jbid,

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Todo el Oriente cstab~ despierto, construía pantanos y canales, centrales eléctricas )' fábricas de automú,·ilcs, fc)rmaba comités, n:dactaba constituciones, había seleccionado de Occidente los poco~ trucos que podía entender y utilil:ar. La era de Raffles era también la de Shelley y Kcats,la del Orit:ntc atractivamente brumoso, adecuado para los sonido:; metálico:'l sordos de l:t imagen rom:í.ntica: Catay todo dragones dorados, Japún el final del mundo. El liberalismo, c.¡uc en sí mismo era un romántico suei1o, hacía tiempo ~1uc h;lbia acabado, y ya no '-lucd;lba sitio para el individuo, ya nn había nada que un solo hl)mbre pudicm construir.l 1 No ~ucdaba s1tio para el individuo pkno, en sí mismo )' c11 su nombre, poryue lo rural, el hori;mnte \'aCÍo dispuesto a ser colmado, se había llenado: la urbe, los sistemas. se habían extendido. Gracias a Freud,la búsqueda narrativa de lugares excedentes -<<afueras))- para clmdividuo, el afán por encontrar las locaciones adccuildas -a<¡ucl territorio extranjero el\ <]ué poder amar, a decir de Bmch; lus paisajes de Whitman- se vio, Cr'l su tl1 Uffi(~nto, ampliamcnlc tk:>atlirnada. Donde quien guc fucS<.·s te llevarlas a ti mismo y a tu falta de pleni11 J\nthony Buf!!,t$S, Hl lfljilfludo, h edtcibn, Esp,iña, Del>atc, 19~4. p. 170.

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hnar en el ex(ranjero

iAmar en el extranjero?

tud, a tu c:m:ncia de comunidad. «No puede!! huir de la c1udad porque la ciud.td c:;tá dentro de ti>l, no~ ~ugierc el puct:t C:n·afis :ti finalizar el primt:r volumen dd CuurMo dt 1/ij,uulrúl de L:t\vrcnn: J..)urrclL 1 ~ Pcr( 1 por algun:l nzón, d Jc:;cubnmlcntc 1 frcudi:u\c ,, el del jnconscientc, nu tcrlllln•'> con los afanes dd tndl\·iduo plcnu; mis bien, fue Jcídc), qul7--l, como garantía de l(liC ~1cmpre podríamos ~eguir bu~canJu, c.hsl'll."\nJo, eo:;ayando l:u; posibthJndc~ de una indt\'tdualilhld ,\hora imposible por f:tha c.lc L:<paci"- \ de.: e m1umd:uJ. lrnsorio consuelo éste Jc saber gut· si no alcnnz;ucmus nunca d objeto al mc:nos nunc:1. nc ~~ detendremos: si no podemos ~er plenas in di' idualid:Kk~ -p<.m.¡uc lt ~~ subsi~temas hc11nc 1gLnizan }' c~t.in fragmentados, producen ~us sujetos p.-retales pr. 1p1c '" - y ya no podc1nos lograr el cxtranjcro -d <\.'lfucran Je lo sistcmico en que, a pesar de ser excluido!! podríamc>S sin cmbargu amar- al m<.'ll( •s l'Staremos, nos dice Freud, en una situacic'm Je perenne l'Xtmnjcría. Nunca acaban:mus <.le encontrarnos a no~otriJS nlisrno~ tll a nuestro nombre. Gcorgeg lbtailk ful· uno de los pnm<.ros en a~umir, asimilar y rl· ncxionar cons~cucnt<.·mente con la falta de espacio exc<.·lkntc para b indi,·itlu;llidad. $u obm es, a un tiempo, un di.tgnc'>stico tk cnccrramientu y una apue~t:l por la ruptura de las paredes. l•:ltmli,·iduo c;lr<.·ce de c::~pacio en los sistemas, pero tampoco tit:nc un lugar más a dc)ndc ir: al intcrwr de la sociedad deviene :~ujcto, forma Ct Jt1stituida. posicionada. nombre propio adjudicado sm c~UÍYocoo.. Si d sujeto fuera el md1vtduo, si al producto de lo~ sistemas hubiera que illcntificarlo con d vtcjo proyecto lilcrario de la plc:oituJ. eotoncc:~ Oll Cilbl.: dud.t t¡uc sólo lJliCdaría, como posibilidJ.d Ctn.lncipatori.l, h ruptur:t,l.l huida. Pero nuc\-an)('nte, ¿a Ji,nJc> J.:1 n:~put"l:l bJt.\ilk·fll\.\: a le • e: re', tic•>

El croti:;mo es la ruptura de lo:; 1'ujet:múcntos: de las l'll!minacinne:; <.¡uc con dcm:tstada f:tcilidnd utan a lo~ individuo:; a los límitt:s de su nombre y epiJcrmí~. ~i In tarea humana del vivtr fuese vist,\ como d afán por alc.ln:rar el nomhrc prnpto, por otorgarse a sí mi!lmo la 1dentificacic'm, los r>rdt:l1l'S CCJilSIÍ!UidOS habrían tOmado Ull atajo y, sujetándonos -<:n scnttdo estricto: cumtiruyéndonos c.;n sujeto::- nos permitirbn otorgarnos d nombre de los SUJCtOs que somos. 13at:ú11e comp:uttria sin duda el diagnóstico c..ic Foucaulr: se nos sujeta por tndiYidu:~ciún. La dcnc)minacitm que se nos da y nos damos, ~in embargo, nos :úsb al ,·ohernos homogéneos, funcionales, intercambiables, idénticos. l.o dtscontinuo, separado, encerrado, fragmentado, es lo hom<>J.,rcnci7.:~Jo, lo suntlar, lo semejante. 1<.1 autnr de E/ 1!.rotÍJmo cs uno c.lc los ptimerns en intuir el mcc:u1ismo de formación de ~:sft·rn~ cxcluyentt:s y fr:~gmcntarias: pnrciali:.-ación, cncarcclamicntn por semeJanza. Lo continuo, la cnmunidad, d pasar los unns a los otros, el Jcsgarrnmientn de la L'fWoltura de l:l pid, sólo podría darse por lo heterogéneo, por In diferencia, por b distancia entre los nombres del individuo y su existencia. Así lhtr~illc arma su cuadro cate~orial par:tdójico: hornogéncodiscontinuc >, hctcro~-:.>énei)-COntinuo. Pero ¿cómo cstahlcC{'r la comunidad si -y sólo si- somos diversos, incluso mdicalmc.:ntc dtsttntus? ¿S<'J!n Ri no tenem1 1s nada c11 común, !li rompemi)S con todo yesttgic, c..k homogcnetdad, entonces .'11can~uemos a dcs-sujemmos y a decir() \'t\'tr) un norhfrr11? 1•:1 :U:\.11\to no tiene l'L'lllido. Pero justamente esa cs la opción t¡tll' ~l nos ofrece: el sin~cnLido. Pon¡uc si los ~istcmas lo copan todo, "va no hay csr,,cio libre sobre el cual n :rtir d pruyt.>t:to de.. un,\ tnol\ idualcd.lJ pkn:t, cmoncc~ no l)lll'(h .;,n, 1 d Jdu]n. Y no t.'S casu01lc..¡uc B.ll.ulll-lhmc :.ti C•llltllnto de su pw) ccto una t•VItOIHÍcJ ¡,memf. pues si ya no h:1.y '' dc'uklc ir, es pon.¡ue lo t•coo6micl 1 111 ha invadido todo: cualquier cosa ~JUC teng-a H·ntido es recobrada y traducida, por la lCc momí:t, a¡., lc'1git :t he lrncl~l·nct:r.Jntc dt' lo~ \!~tema<;. Habría <.-¡uc dL·mostrar cntonct·s ~Ul' l'S:l economía no es b únu:a,t¡uc no sc b:tsta a sí rnisma,t¡ue es insuficiente por p01rcial: qttc hay una economía más general, más amplia, más sobmJIJil, sobre la que se a~icnt:tla actual economi:r.ac,ón de la ,·ida:

Lo que c:sta en JUego en el crutlsmo es s1emprl una disnluciún dl' lat" formal! constituidas. Lo repito: de esas forma~ de Yid:t social, rq.,'l.tlar, que fundan el onkt\ discontinuc 1 de las indi\'tJualiJadct~ definidas t¡uc somo~." 1~ •"-n har tterr.t out''·'· .tmigo. m m:tr nuevo./ puc~ b ccud;td te scgutr.i. 1 ror ~~~ mism:t.'l calk..,. .md.tr.i' mterminJhlemc:nte, / los mtsmoJ ~uhurbtos mc-nuiD: v.tn de la ju\'l"'tuJ .1t1 vc¡cz,/ y en l.t mc.~m.1 c;1sa ilc.tbar,ts lknv d<· c:III:IS. · 1 Le

óud.1d e~ un.l jaub.» C:w.11i~. ctt.1do po r l..;twrencc Durrdl, Ti/ <.it•lllt(tJ dt Ald<JII· dni.l. }mlint, 1.1 edición, UuCOII5 :\tres, su~lltnCflc.lll:l, 1%1, [\· 2-19. ll Georges II.IUIIII':, JJI L!.rotm,o, 2.1 cdiCc(on, n.ucdon.l, Tusquclr., 19XIl, r· 31.

~

268

La cicnci:l lllle rdic.·rc..• lns objetos de pcosam•~.:nto a los mo·

mt.'lltos soberano~ no es de hecho más que una uo"omí11¡p1trtJI,

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Amar en el extranjero

~Amar

considerando el sentido de esos objctus unos rc~pccto a otros, finalmente por In relación con la pértliJa dd s<.:ntido. u Mostrar que todo sentido s<.: n~icnta en el sinsentido, lal e~ la tnrca de la econonúa general. Pero este fin no puede cumplirse de una manera única. sino dh·crsa. lht.'lilk cs plenamca\te con:;cicnte de la parcializaciún de ámhttns del mundo y de la existencia tk códigos particulares para cada esfcm. Para él, la f~ntación de la ,.ida. b. diversidad de los e~pncios (diversid1d que no se chmana por el hecho de que todas la:; u;fcrns :>t'all t'Collt'>mlc.ts), unplu;.tn yuc ra nunca más ¡xxlr:í pcn11nrse la ruprur:t, el i'l.'/tJJÍ.rcomo él k· lbma, como d Gran Extasis, d gran sacrificio tn que pnrticiparian todos los hombres a un tiempo. Si se tiene la cxpcnenaa de di~locar dominios, opresiones, aislanúcntos -la propia identidad y nominación-, elh > ocurrirá en juegos múltiples con c<.:ntros y formas cambiantes: explosiones de risa,gritos,~o.Juejido~ abismos -<:n sentido estricto mhuJ, hablando desde el erotismo batailleano- \¡ue se abren en cualquier csquína del mundo, en cualquier esfera de actividad, peco nunca en todas; y que se abren sólo sí se tiene suerte, buena o mala, pero o;uertc. Pero Bataillc..: :;Í!,lUe prcw, al mc..:nos parcinlmcntc, de In narración del individuu pleno que cmblcmati?.a Whilmnn. Cierto yue ya no se regUJen:n lo~ gr-.mdt·l' espacios, pero aún ~e reclama la comunidad: cada pequcr1a explosión erótica ro mpe un aislnmaento -una homogeneidad- sólo st se comparte con la ruptur.t Jc un o tro que a su ,·ez accede a la hcterogcneidnJ. ¿Es ello postblc? l•:n cualquier cas~ es dcma:uadu lkctr que: d ~1nsentidn aJ qul. M: oncntan los que rompen el suJetarruento constltuye una comunidad: si así fuera, ello tendria dem.\siado S<.'OtJJ1, ~cria coml> si pudaémm< 's decir alJ.,ro de lo ininteligible, como si pudiéramos saber qué ocurre con lo!' excluido~ como !li los rcintc.:grñrnmos. ¿Pero \'oh·cr a trnc.:rlus al «íl1.kntrm> no :¡jgnificaría homogcncr?.arlos, sujetarlos? A pc!~;tr de ~u:; aporías, lhtaillc nos deja una pregunta candente: ¿e~ c.¡uc Jcbemo~ traer de regreso a lm; excluid(ls, así, sin más? ¿Es mejor :~t·r mduido que excluido? ¿Es llue en c¡;ros términos cstá bien planteado c.:l problema? Cuando Bataillc hace intcn·cnir al .\zar cr •mr • componente fundamental de su propuesta erútio -«Voluntad de Suerte)• es el subtíIJ Georges Bat.aillt, 1.11 r:..¡wimc7cl T!nmor, 2a cdicii>n, ~f.tdnd. T:turu~.

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tiJKI. p. 270.

en el extranjero?

tulo de su obra J'ulm: Nid~idJt'-, introduce con ello una pnusa, una coma, un elemento sutil de e~pera }' apuesta, al interior de una reflcxión~o.¡uc, de otro mndo, sería un ansioso, perentorio, \'oluntarism o rupturistn. En la tentación Je abandonar hay qu~o.· jugan;e por lo erótico, JX:ro hay que salxr yuc el rompimiento de la homogeneidad y la comunidad consiguacntc, podrían no acontecer a menos que tl·n~n lugnr una ~nc de sucesos aleatorios. La c:spcr.mza Jd :uar tcac consagu, pues, un cambao de ritmo, un movimiento lento, una prcn·nciún contr;l un actuar dt'fll.'lSiado apremiante. Al cambt.ar así la wnsión de su ~o.·scrilurn, Batarllc no hace otra cosn que cccoger una t'tlseñan:t.a que.: Ja violcncaa uesafornda de nuestro '>Íglo ha dej.tdo pnra toda taren del pensamiento, íl saber, los pclignn; dcl anhelo de m :uchnr, de la impaciencia, el nihilismo a,·asallador de tudn voJunt:ld y poder cuando son dejados libres en su inmetliatism<J, m su dcscm'<Jivimicnto 11in tr.1bns. 'li\1 ve~ sc:t Cnmus quien mejor expresó C$la ansiedad que rccc>rrc gmn p:trte dd quehacer filos('>fico desde b Segunda Guerra hasta nut•stros días: puesto yue toda acci6n desemboca hoy en d M<:liinato, Jirecto o indireeLU, nr, podemos obrnr antes de saber si, y por c.¡ué, debemos dar la muerte. n ¿En yué Cr>m.licio nc): puede acont~o.·ccr t¡ue todo h~r. todo actuar, por mínimo que fuc:~c, stgmfiquc la exclusión~ incluso la dinúnación fis-ica de otro? Ello :./>lo put•de ocurrir en un mundo sobrepol>laJo. o yuc aJ meno:; es ,·indo a.'>t'• Un mundo lleno. sin espacio para dónck hacer..c, .ll que falt.tn los hori7AHltl'S whitm:tnianos en que la ,·oluntad, el yucrcr del pleno Yo pudiera Jc~pb~.1r:;c. Cada vt-z_ yuc me muen> empUJO a albtUten, cada ,·cz que rl·sptro le quJto d atre. Por t~o hubo autor<.os que, a diferenci:1 de BatmiJc que tudada deseó cnhcbrm el ;ultihruo rclaro del individuo pleno, en sí y en

:~ .\JI>err C.un~·~. H./1 ¡,,11/Jft lvlxldt, IJ cd•óón• .\lcxim, Alian:ra Edotorial, 1989, p. 10.

E.• '·' cxptr!('ll~l.l snhrc 1.1 quC' rctlt'SI(Jil,\ M.olthu~ el\ su Pri!Nc'r nnJ.r¡,o JOIJ/'1! la PtJNti<iÓir. ..Los que n.ldt•rnn d~:sput:~ dt·l rq•.arto de 1,,, prupicd:tdt·~ se ~·ncnntr.t nm om un munlin y.r o~:up;ad<>. :\i sus p.odres, ,..,.,,. tener un.t f:untlo.l dcrn,tst.ltlo IIUilltH•S.l, 111 l.'lot,Ín Cl1 lHihlf~llofH•~ de l)t'gUr,trJcs d SUSI('Ilh>, <lJU(: J'IUt'dCil h.J.ClT en un munliO en el t.¡uc ttalo I.'StÁ )'J .tpropLw.lo?», Robcrt i\l.tlthus. l'nmn i?.moJ)•o ,,¡m lt~ Po/Jio<YOfl, h t:dicoón, B.m:clnn.t, f!dtdonc::s o\lt.Jy:t, 1993, p. !(oS.

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Amar en el extranjero

tAmar etl el extranjero?

su denonúnaciún, a tr:wés de un csc.1pc a otro lugar, aunque fuese el ginscntido, aunyue:: 1:~c lugar fuese la e=-clusión mi11mn-, intentaron más bien suprimir por el momento h cnn11trucciém de la indi\'idualidad plena qui7.:Í ha~cn que hubiese m:ís espacio <:n el mundn para que la misma pudiera rcali:t.ar~e. Tal es el caso, como n .'tt.mos en seguida, de Martín llcidc~>-cr (al menos de acm·rdo con una de las posibles lecturas de su obra). A decir de i\lichd<: Cometa en su brillantt' Cllsayo Ufllbrúlts tlrl 1 Abandrmn. li.rpado, Timtpo ) ' Puáemia t!IJ llúd(~~tr.'J Pl'ttr 1-lu1Jdlu, ; la escritura de estos dn~ autores es en una dilatada reflexión contra la impaciencia: su tema e~ la el\pern, la paciencia ~ccularizada, el sostcnerst~ y pc::rseverar, a la escucha, pero ya sin 1:1 tra~cendencia y lo~ motiYos religioso!! yut· de antaño configumron los conjuntos metafóricos asociado~ a In promesa y la espcran:.-n. El cuidado Jd Ser, el habitar, el morar <<cabe las cosmm, signific:m en 1 JcideKhrer un transitar sin apremio, pausadv, por enrrc los entes: cuidadoso, con pies muUido.; p:-u-a no :-.tropcllarlos y tirarlos, sino dejarlos aparecer y cultivarlos en d dcsplic~c de su escocia. En d mismo tK'11tido,l:t superación de In mcrofisíca, la rcmcmornciún dd Ser, constituyen una crítica a nuestra agitnción, ni apresuramiento \'Oiuntaristn por el que tan fácilmente dejamos de lado la diferencia entre ser y ente. Como si en lleideggcr l:aie:;e una preocupaciún parecic.b a la de Camus y antes de actuar tuviéramos t]UC rc.:O<:xionar si ftx.b acción implica nh·-idar al Ser. En tanto <-1uc alc,.,~to contra la impaciencí:-., el te.,.tn de l lcidcAAcr pm:dc ser visto como un prolof1b>ado t<anti-l'aosttm. El personaje que hace sus primeras ap:u-icioncs m Mar-I< •we, después se decanta por (ioethe y Thomas t\fann -pasando por docenas de escritores- y Uq.,-a hastíl nosotros, es, como Whitman mismo, una de la:; figuras cmblcm:íticm: de b tent:tción de abandonar, del suciio narrattYo de la indl\·iJualidad plena. Pero rau~to es c.•xnctnmcntc lo contrario de ayuellc' que propugna 1Icideggcr: pues Jlausm es el guc:: nc, espera m:lS, eJ atropellado, cJ t}UC reclama todO hoy, para Siempre, el apremiante. ¿No es de él de qui<.'11 habl:l l lciJcggcr cuando afirma. en 1A 1~pot'ú clr !tJ lmu_~e11 del Mrmdn. que «cuanh > m;\s objcuvo

parece el objeto, tanto m:ito ~ubjetivo; es decir, lanto nttis apremiante, se clc,·a el sujcto>>?18 . El _ind~'iduo fáuNt1co, el que emprende la marcha ya, el que del autor de .fer y J tmtpn. Pon:¡uc co los :~cndt.-ms del bosque podría ocurrir que el ser se abriera )' que el hombre, en su esencia, se ~ostu,·iera c:n dicha :\bc~tu~a- Si fuese JY.ICienre, si se entregara al preguntar y d1lucidar autcnucos. Pero también podría acontecer que, en un rapto de impaciencia, sobrc,·iniern el loco deseo de pact.'U" con Mcfistófclcs y ace<.-dcr a todo de una vc7., aunque el costo fut.·ra la <.'tltrega de la escncin ~egún Heidegger; aunque para abarcarlo todo, fuésemos excluidos, no pudiésemos nmrarya en nada. Como el Fausto de Mann e~1_cuyo cont~to con Lucifer se establece, cxplicitnmcnte, la imposi~ biltdad del habttnr en un s<:ntiJo p,-ofundo: Adrián Lcvct'kühn, Fausto, obtlenc.: el don de la composición musical tlCI súlo a c:tmbio de su alma. sino sobre todo, de su posibilidad Jc am:tr. llay en el Fausto -lo mismo. por cierto, ~uc l'O el DrtJmla de Bram Stokcr- un pe '~tubdo del yuc Hcide~er l.S agud;unL·ntt: consciente, indcp<:nJil'ntcmcnrt· de que en su obra mencione explícit.1mentc o no a esos personajes litc::rarios, a saber, yut' In indi,·idualiJad y la comunidad -a diferencia dd relato whitmaninno-, se excluyen mutunmc::nte. El Conde Or:ícula no puede vi\•ir en J,ondrcs; el músico Lcverkühn no puede tener nexo~ amorosos con nadil·: en ambos casos, su sinh•tilaciJad, su diferc::ncia, la iJmttJad tan peculiar -:tan llena- que sus M:ndos nombres les asih>nan, dc,·icncn prohibiCiones del com;,.jJ", del habitar «cabe las cosas1), del ser-en el mund())l, diria probablemente lleidegJ,>cr. Parad ftlúsofo alemán, el «habitan>, más aún, el habitar tn la tierra. c<es ti rtLrP.,o fundllmtllla/ del ser según d cual sun los morrales»/' ' . a~_tua stn esperar más, es la gran preocupación

Pero 'nt la licrru' :~it-,"tlifica 'bajo el ciclo'. t\mbas cosas L"o.ri_g11~/ic'ú1t 'permam.•cer ante los di"inos' e incluyen un 'perteneciendo a la comunidad de los hombres'. ~'

ra }'

IR

1'\lartt~ r (cid~.-r. ..L.t Ept•t;a de t.

lm:tgen del !\lunllo... fmdut PtrditlaJ,

r-N2. El <uhr.l) IdO l'~ mío ca L.. 1 '' . •l\1"':'" llt'ltk-g.~cr, <Mnstru1r, H.thtt.tr, Pens:u", CON{rmuial 1' AtlímloJ,

op.

,7/.,

17 Michele C..omcm, ..Umbr:tlt'S Jd Ab.1ndonn. E~(MCt<>. Ttcmpo )" I',H,~nn;~ en Hddeggc:c y l'etcr ([.mdke>r. rcvi~t;t fHbtrt.-, V.tlcnd:~, No. 55 (mdr70 de 1?%),

p. S4-<J5.

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272

~ton, Espdñd, Edu:umts dd SL·rbal. 199-J, [>- 1--JI. l!tid, p. 131.

273

la


Pero los individuo~ sinhrul:l.re~. al menos íllJUCIIos dd tipo impaciente, apremiante, de l'austo, no pueden ya acceder n 1:\ comunidad de los hom bres. Su identificarse implica su separarse, n.iglam:, su dejar de habitar. frente ::1 ellos llciueggcr, consctcntc al parecer de yuc ya no hay lugar p:ua l.1 cmigraciún, de yUt: ya nu hay hori:wnte:; whitmanianos, nos rccomtenda pcrSc\erar, posterg.lr, aguantar, reprimir el an helo de partir, las ansias de ,·olar, liamos el tiempo. ~t­ mo y pausa pan remcn·~e 1rar :U $ce. par:. cuhtYaclc.1, para constrwrnos una habiraciún, es decir, para htlcerno~ un cspacio en cstc mundo lleno, cmpcñándonl)~ co dc:iar emerger b escncin dd Ser. Y, sin embarRo, ¿no hay tambtén en llcide~'t.'t' al~o de imp.lcjenoa? C:uando, en diferentes partes de su obra, insistt rettt't'::ldame::nlc en <.JUé aún no sabemos lo que: es el pensamÍt'nto y de hecho todaYÍa no em¡x-zamos a pensar. ¿no hay en esta especie de tabla rasa respecto de todo Jiscursu anterior algo dd apremio fáustico, :Ugo (le h tentnción de :1bandonar? ¿Y no trasluc~ la mísma u~cncia c:n la exhortación repetida a superar la mct;~fisica? ¿Será acaso que todo actuar, todo pensar mcluso, stgnifica la tmpactcnctn y. consiguientemente, la f:lu~ticn ~eparación del mundo? 1JeiJcgger parccín imutrlo. Nos dice. al finali'l.ar Ll Hpocu de la ln11~~m tfd Mmu/o:

Es db 0a auténtica meditnción) la que h unde al hom b re en aquel entre en que pertenece al ser y. no obstante, sigue siendo un cxtmiio en lo existente.!1 ¿J{s esta la respuesta acntal a una pregunta camusiana re formulada? En el mundo de las c:sferas excluyentes, de la economía del conocimiento, ¿toda acción, toJo pcnsamientn, toJo anhelo de partir. siWlifican dar, Jarst; si no la muL-rtc, al mc:no" sí b extranjería? Fl sujctamicnto por individuación. dt:tW!o'lllcado por Foucault, por a-;unciún c.kl propio nombre, ¿no ~l :.-uplementR ahora por un.\ cxdu~tc'm paralela del indi\'iduo mismo, por su envio al cxtr:m¡cro dl ~í y lk l.t mctedad;l ~'[()dos h'fltando nuc.:stn1 nombre p:tr.1 se.'! mclwdc1:. en al,_'lln.l p.\rcda v, :U mtsmc1 IK'tllflll, v qui;.oá por lo mtsmo,lc¡:tnos, separados, cxtrañ;\dos respecto a nosotros m 1smos? ¿J~.~ esta la ..::\pcricncJJ contemporánea del vi\ ir, tal es la comMartm 1Icidc!-\,~er, cd~t E¡x>Cl ele 1~ lm·tgcn dd Muml<>>t, JmdJ! l'miuJm, op. dt., p.. 85. 21

...

274

plicación actual entre el individuo y su nombre?¿ Y alguna vez fue otra b experiencia, como pareciera deducirse del Ct1111o dt mí MiJ111o? ,.:0 aca~o no podamos responder esta última prt¡.,'llnta pe m¡U<: lo hemos ~~lndaJo? J.a contr::tccit'm de núcleos excluyentes, la Jist:minacic)n de segregaciones múltiples en cada esfera y en la ~ociedad como un todo (si t:S que ahora la'< 1cicdaJ pudter.\ 1<lt::tli7.ar'>c); la scparaci<Ín pr•,funda entre dcnominaciún e 111di' tduo, lt•dc, ello puc.:Je Yerse como 1.\ comtruccuín de muros, de cortes de mtdigibtltc..lad, de parcdamíentos que, de repente, nH:ken incomprcn~tblc o mcxisr<:ntc un ár'!a Jl:tuminaJa Je realidad. ¿No ~>drhn Jeseni>Jr"C, lambiL"ll, estos paredamtento~ come t<cnlm.lo"», como blancos en la líne::a dL· la memoria? J,o~ sÍ..c;temas son sekctiYos pncque Úntcamcntl la decciún de alh'ltnac; pero no todas las rebctones postbles Jt-, pcrmttc hacer fn·ntc a la complejidad ¿Pero .;ckccionar e<\to y no aguello, no serb una manera de trauucir el juq~u normal Jc la me. moria? I.as cnt1d.l<.ks comph.:jas -principios, sistemas, individuos- nc: ccsitan n lvidar. de hecho oh•ttb n cada vez más para seguir cxistien~ do. Ahora b tc:n , dado que las faccionaliY:tcioncs t•n n uestro mundo c;on múltiples_ extendidas, profusas, tambtén lo ser:\n los olvtdos: muchos pcque11os paréntesis de la memoria y no una trem~nda amnesia. 'IOdo parece !lC!,I'UÍr igual, ~alvo que algo, algún pequc:ño detalle, en cada subsistema. ha sido dejado de lado, ha sido excluido. ¿Cu:\1es la forma de los o h-idos con tt:mporán ens? Si es ctc:rto, como intub ITcidcggcr. que b mcuitación auténtica -y ntl s¡)Jo ella, sino el actuar mism1 1, di riamos nosotros- convicrt<.:n a los hombres en extraño:!, forasteros c.•n lo existL"lltc (y en su c:xistc.:ncta 1n1sma), cntonct:s el ttpo de olvido que llene lugar en la cxperienci:t nctual de sí --en la que aún tncluiJ os estamos di~tantcs de nuestro nombo.'-. es d que corresponde a los extranjeros: a los t¡uc nu L'!ltán cn su ca.."a, par.t los que todo adt¡uiere un aire de ajcnidad. aún lo más condtano, alÍn su~ propios recuerdos. J,os cxtliadtls. Son ellc>s los que rcmcmontn, cada Vl'Z más ":tg.unente., d crucc de una frontera, la ~:tltd:t Jc un hogar, la superación de un umbral a partir del cu:tl, hace ya mucho tiempo, todo se rolvió icrcal. Canerti lo expresa en los sÍ!,'\IÍcntcs térmtnos en un hcrmoso y desconcertante tt'xto que ..Jcan Baut.lrillard recoge como epígrafe para una de ~us obras: Una ocurrencia d<>lorosa: la de que a partir de un punto preciso en el tiempo, la historia dejó de ser real. Sin perca-

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AmaT en el txtran1ero

tarsc de ello, la totalidad del ~-,>éncro humano de repente ~e habría salido de h realidad. 1odo lo <.JUC habría sucedido desde entonces ya no sería en absoluto YcrtlaJ, pero no podríamos damos cuenta de ello. Nuestra tarea y nuestro deber consistirían ahora en descubrir c¡;tc: punto, y ha~ta que diér.lmos con él. no nos quedaría m:\s remed1u yue pcrsc'\'"entr en l.l destrucctón actuó\1.~ No es que el extranjero haya olndado Jcl todo, stm) que recuerda mal; es rncapaz de distíngurr con pn:cisión lo pas~Jo del p(cscntc, ayud\o ocurrido en efecto de lo que él pone: en sus rcmembrnnza..._ Recuerdos a rctv-..os -y confusos. Por t.-so la mcmoria del e~tranjcro se apoya en imágenes, se :t} uda con la fotogratia que carga en el bolsillo, cada \'ez más deslavada, en b que bu~ca l ncontr:u, como t.lt·'>cribía \~ :tlter lkn1amin al público que a princtpios del siglo XX ,·d,t fotos, 1da chispita minüscula de azar, de aquí r ahoru, con que la realidad ha chamusc;\do, por así decirlo, su cacictcr de imagl'fl, a encontrar el lugar inaparentc en el cual, en una determinada manera de ser Jc ese minuto que pasú hace ya tiempo, anida hoy el futuro y tan elocuentemente l¡ue, mirando hacia atrás, 1

podremos dcscubrirlo». 2• La chispita de azar, b chispit:\ de realidad, In imagen como búsqueda de asideros, de testimonios de '!Uc alguna Yc:t. hubo algo real y yuc a partir de eUo podría perfeccionarse el recuerdo, domesticarse el oh·ido, determinar con cbridnd la lú1t-a dd pasado, el prescnt1..· }' el futuro. Por eso el extranjero. que transita por un fin de milenio supcrpobl:tdo de im:i¡._•m1..-s, lÍl'llC voluntad de tm;lgen. Lo mismo yue los conden:u.ios a la horca yuL ntlS prcsLnta ::-.usan Snnntag t¡uicncs, en b época del Hen lcimll'nto, ante:- de munr, aJoptaban la posición heroica. d gesto intt.'tllporal para el rctr.uo: Cuando iban a morir, se daban \'aloe pensando (y no se cqui,·ocaban) que estaban en camino de cotwcrt1rsc en una imagen. Una imagen, aunque fuera de lus acontecimientos m.-is lamentables. también darla c:spcrama. Incluso las his-

por Jt:.tn :UJudnll.ml, LJ Ibtr/fÍ11 dtll'nt. "1'· cit., p. 9. W.tltcr Benj,tmin, .. Pt'queña historY-1 de ló\ fo((rgr.atb>,, Diwmo1 [¡t/trlllmptdor, la edición, Esp:11h. Pbnct:1-:\go~tini, 199-1, p. (,7, :!:! Cit:ldo :!.)

.,.

276

i.Am<~r

en el extranjero?

torias m:1~ tccriblcN se pueden contar de una manera yue no nos empuje a b dcscsperaciónY En trance a punto de morir, de ser excluidos cnmn indh·iduos en el mundo de la." c~fcr\s excluyentes, Jos extranjeros que somos queremos Ím:ll-.reo, nos imat:in:tmos como im:ígencs. Pero l'O vista de que este nu<.-strn querer t>Curre cuando ya hemos ptlsadn el punto de no retnrno r.lc que hablaba Canetti, lo que ous dcvuch-l'tt las placas de nuestro afán iconogcifico son descripciones del momento después, siempre Jespu~ .... d~·la cunll.tgm~:iún: fotografiamo., cu.mdo la ¡._rucrra ~a lu,·o lu¡._rar. cu.md<, la ~alíd.1 de cal':l 'l' pierJc en tllgún punto en lonranant:\. Y nunca podl'ITII >l- ll<:gar ha~1.1 ,\llí, hasta lo real. 1•J parc:Jamícnto nos hace ,,¡,·ir, .;u:mprl', en lo!> p.1ic;.1jc!' Jc~puéo; de la bat.1lla. Las fiiCill.ls del oiYidCJ y b. memoria contempocinoos, se rcco· gen admimblemc:ntl', me parece. en b crónica que Juan C'roytisolo dt.'<.ltc<'l a la guerra reciente en Bosnia.3 Aparece ahí un pa•saJc: 'lue no e" el terror sino su huella. No hay el holocausto y el grito, las im:lgcne~ de cuerpos dc~garrándosc nt bs voces que claman piedad u delirio. J.os gcnmdim escasean l en su lugar aparecen los participios: no es <¡uc estén matando a alguien, sino ~¡uc In han matado, no es que los edificios estén cayendo sino lllle ya ~e han colapsado Al rdato parece: faltark fuer7.a y el lector echa de mc:nus el arrebato y las cimas de odio e md•gnaci6n: se nos cuenta de lo~ humos y no vemos las hogueras. 26 Dcspucs de la batalla los p<lic;ajes ~on dc~oladores pero calmos; d c~tmendo ha pao;ac.k, y el viento rad•nacttvo da un;t colomcic'm p.lhJa. ~rena incluso, .ti amJill'Clr LJ,mdn ya tndu p.~!>~·, Sarajc,·o--'~ su form.1 Je rcmembmn:t.a y oh·ido- es el nul·,·o Jía.~·

~ St1ot.U1 :O:nnt:'~· 1:/ ·llft.tflnf,.¡ 1 .t...úr, 2.t rdic1Ú11, ~I.1Jritl, .\lf.tgu.tr.l, 11)1)'), p . 304. <fi. Ju.m (,'')'ti,;<,¡, •. ( .rt¡JcktiNick .\tJ1~n< AIIOIIVIOIJ<'I tk llrt 1 '¡u¡< o1 /,¡ R.im.nrt l.t

~:tlu:rl·m, 1\1\·"(<>, \¡•u1l.tr 19')..¡ ' ~ ~ ' ' "111'\lll 1 r:l humo,., 11 rt'lllt'rdu <¡tw.· '""t' t•n IJunp.•uwn.•ll•· l.a hc~ucm; /lo <JIIt' hau: mf•~:•l y rcmpl.r d (·~pt'l'~m• •: 1 lo •¡•.e dt·l h>dn se CNhcrva trunco, 1 lo que mc:wtll.llo~ "1"' ~111 "r tl,>m.l 1 Y cu.mdo ti humo('$ árlx>l tk l,a noche / "..:entdlo~, ~1

IJhc:lllltll ~ue $< ori.Ullll> '>4.' .HJUII.tt.l/ de l~IOlÍ.a-. frnt.a~nl.IS r el Ult'rpo \f(IC IIIJS tr..:A 1 ll(>

nene 1\ll(llhr~· r (·~f.llll'r< ..crlo~ oH,> Wl, 1 ''"''••S hr.t.,AI~ UISUdlrh. 1 :im tt•mtdlfl, des~.., mos tl ht~Cr /lid que 1\lh dt 'fUtlldtlllOt;>o. PI',\Ol"ISCII 1krn:tndeY., r!/ {¡;fitrNtJ tJ 1111 Dmr. 1Ntolt~l" HntJit;1l, l.a nlacinn. ~ l éxu:o. Con~o N:u:inn.tl p.tr.t l:t c ·ultura y 1.15 Artt::~, 1993, p. 2S. ~ 7 «(...) p;~rccc 'JU'' en ha .1n·mur.a .Ktu.ll del arte -y qu•i·n ~-..be sa de .dgunói.S otr:ts t:rJ~\'~ m.i~-. ~ólo ~~ pucd.t s;alv:tr l0 que h.ay.t :arravc•sado el fuego de l:t des·

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Amar en el extranjero

Cuando despertamos en S:uajt:YO y \'emo:~ la~> tosas truncas, la~ piemas en LJUC se cxtmi1a un tórax y pnlpamus el aire inmóviL insonoro, cuyo silencio l<Ólu se acrecient.'l por algún rcpilJuetcar de metralletn; cuando descubrim1)S que <.~tamos allí, cuam.lo la ciudad ha uCb~do sin transición a nosotros, no podc:mo~ sino prcgunt:tmos qué fue lo que pa.w en aquelb noche de borcachern, quién nos trajo. por qué no t<..'tl~mos C:lmÍ.o;a, dónde: dejamos el coche:. Porque a Sara1c:vu !>-icmprt: se accede dc~pués. SaraJC\'o 1:~ lu que est:\ del otro bJo Je la l:i!,>Una mental, es el pámco de arnanccec en un lug:u :U yuc: no recordamos hnbcr tdo. Sobre todo ~o: el oh ido del extr.lnJefO es cllagu en el centro de la mcmona. La relación con nuestro recuerdo confuso, atrm·e~ado por vacíos, es singular porque a pesar de estnr .ullt' b \ifllcncia no b vivimos dircctarm:11te, nos quedan Je eU:\ l:ls secuelas, lns pan.:dc:s derruida~>. No '·ivimos lo aterrador sino su marca dejada en el paisaje. El terror es duro, concreto~ In post-<:onflagr:-~ción en cambto e:> incierta -¿y por ello aún m:is rcrrorifica, e:; ~sí como la vi ...·imos? Porque cuando ~e a~i~tc :t un holocausto se: pueden alc:mz:lr los límite~ de b demencia, sentir hasta In indecible la irracionalidad, padecer lo:; embates m:í~ cxttemos del dolor, y sin embargo, todo dio confc)rma todn,•ía una experiencia c:utcsinna, una experiencia de la ccrte7.a: puedo dudar de todo pero no puedo dudar ~e In bruralidad dt: mi vivencia. Pero cu:1ndo dc.::;pertnmos en Samjc:vo despuú de: la embriag:tda inconscic:ncia, no sabemos :;i c:-:tunmo~ :ahí cuando los clhficios cayeron, nt sí fuimos nosotros los ~uc, parndos a :;u lado ,,mos ocr el cuerp<) que se <kscompone en :lqudb c:squina; no sabemos, y c:uo es lo más importante, st en c.;sc terror habtdo y cuya cxtstcncia intuimos por el cascajo humeante, fuimos l}Ui<..nes prendimos el fuego o t}Uicncs ardimos en él, o si sLmplemcntc tm·imos algo que ver en el :t.o;umo. J .a laguna mcnml angustia potljue dudamos hasta de nuestro propio dudar. ¿Qué htctm~>~ esa noche? ¿llabrunos sido quizás capaces de matar? Una manera de: ejercer nucstrn t!;\:pcriencia contemporánea Jd vivir, a partir de tu1a forma de o lvidar t¡uc Ji~tnbuyc blancos en la Iine.\ del pcnsamiemo -vacíos como los que pruJuce la cmbriatrucciÓn: lo que rms d~: cll.¡ rcna:cc:l. en un nlba.>• 1bria Z<lmhr.Ul• •, ..11.1 1\rt~.: de:: Ju.lll Sori:mo», A(f!,llllfUl..I~'<J/'tS tle IJ P1111111a. U/'· dt., p. 2-IIJ.

..

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iAmar en el extranjero?

gucz- es la culpa le"e pero constante, comu bajo continuo. Frente a un holocau:;to el remordimiento es sólido, muy grande también, tal ve% tremcnd:amcnte gr:mJe. Pero es a fin Je cuenta~ un muro tangible \.)UC Cl't:Í ahí y que por tanto e:; identificable, supcmblc: hay que bpjdarlo r organwa, tal \'e.-:, un concÍ<."ftO de Pink Hoyd. Pero en d paÍ$aJe después 1.k la b:ualla, la culpa es difu.-;n, c~~i tmnsJY.lrente; COO\"UC.l un arrepcntimientu pr>r lo que no recort.bmo~. que no ttene obJeto. no sabe a qué:.<: refiere, t-s inútil, no comprende por yué est;Í nhí, r no 'l:lbc inclus<J si puede reconocerse nproptaJamL'tlte cumo arrcpcnttmtcnto. f.;t «cum>t de h guerra ,·crd:tdt!ra -$Í algun:1 tienepuede transit:lr por la con~trucción de monummtos y citu:llc:;, de juietos a lus ,·erdugo:s; d despcrt:lr en Sarajc\'O impone una expiación pnr no se sabe ljUé cosas, un penar por todo y nada, pues no sabemos ni stquk•m tlúnd<.· estu\·imos. Fl arrepentimiento general, l:1 obsesión por rec• •rrer otra ' 'eZ b historia. ha ubscrndo a!,I'Udamentc I:Y.ludrillard, <:!> un gc:sto caractcóstico de nuc.:slw tiempo. Voh-cr del cosmopolitt$mo a la nacic'm, In tribu, In t:tni:t, :11 útero, es d dest:o de los que t1CJS hall:unos <.'11 h comunidad U<.'rruida ur¡..,ri.do:< de expiación. Abrimos los ojos en medio de las ruinas, emcrgtmos trabajc,:;amentc d<.: la pantanosa labrunn mental y \'CtniJS lm; hierro:-. retorcidos: ¿cómo saber si Clltnmos en «el día después», ~i In conflagracic"ln ya ha' x:urrido o la herrumbre se debe al sunplc pasar de los años? J.o que tltfcrcncia al paisaje después de la hat:~lla de cualquier otro tipo de csccnano carastcMico. no son los ctlificios Lkshcchos, ni en gcocrnl n1n¡..'\Ín cat:ktcr fisico del c.:~pacio, pocos justamente Sarajcro t.~ un no lugar,<.~ 1.\ destrucción dt: todo lugar. Lo que nos inJjc::¡ que ya c.:~t;amo~ <\l.jUÍ, mucho más que las c.:sferas cxclu\'entes, es la conoeocM y lo~ lh\m:uJos al :lrrepcntimi~nto dtfuso. :U :~r.rerxn­ tirmcnto por ttxlo. 1lncc llcmpo yuc aquí en Sarajc:vu, en medio Jc la calma rndioaCll\ a, oitn<1s las ,·occs Jc la expiación. ¿Pero sed cierto ~ue somos culp:1bks? No sólo Sarnje\'U. Otrns ciudades han m"lblcmnti~ado, mostr:.Ldo en u trema purc?.a, la pc:culíar forrn.'l deot,·ido, también dcscribtblc qui;-á cmno \":tCJamicnto, \jUC caracteriza nucstn VÍ\'encta de la extr:tnjcria. En uno de sus tt:stos más bellos, Parir llqo la Ompaáón, Jcan Pnul Sartre intenta reconstruir, parn el público inglés, b \.·xpericncia de l:l guerra en 1:\ capital de Francia. Situaci/>t1 par:1dójica de uno~ hombr~s <:t'l el centro del conflicto, <-Jue sin embargo nu convi-

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Arrl<w en el extranjero

vían con los bombardeos y terrores <-lUC, en el frente de batalla, dejaban fuera de duda la violencia, la brutalidad real de Jn¡¡ forma.-; humanas de matar. París, separado de lo s aliados, aislado de la nación que otrora simboli:lara y cncabezam, Yivia, seguía viviendo. Y ese sobre,•ivir, ese seguir allí, absurdamente, en un l.>Spacio yue a primera viRta no había cambi:-~do; esa cxpcnencia de una col idianidad desgajada del mundo que se caía a pedazos, constituyó justamente

lo Lerrible. no perctbí.tmos claramente:..· ~hct: Sartre d ~cnrido de aqud cambio, que b mism.'l derrota no e~:plicaba por c:..-ntero. lloy vt:o cuál era: París estaba muerto (...) quedaba un esqueleto de ciudad, pomposo e inmónl, dcmastatlo largo y dcm,tstado ancho para nosotros (...) así er.t París, no cu sino un escaparMe ficticio. Todo er:-~ hueco, todo estaba ndo. 23 ¿Una situación excepcional, un ,·aciamicnto dcri,·ado de condiciones irrepetibles creadas por la guetra? No parece ser así. El relato de Sartre es mur :;tmibr al retrato que hace Lipovctsky, en su libm /,¿¡ Hru dt/1 'ado, de nuestra forma de extstir contemporánea. «La vida l.'11 los espacios abandonado!W, afirma este autor, es la ley general que rige nuestra cotidianidad. Museos, instituciones y nlorc:>, burocracias, edificios de todo tipo, e¡;tán ahí, funcionan, pero los hemos dejado: son cascarones por loo que tmnsitamos como quic1\ r(-corrc un pueblo fantasma, ~in adhesión, sin compromiso alb'1.1110. Un Je:~ícrto, como el París ocupado. La diferencia radica en que dio ya no representa, com<.l para Sartre, una YÍvc.:ncia de lo terrible, un balanceo sobre la nada. Se trata, segt1n Lipov<."tsh.y, de una descr ttficación, un páramo de tipo inédito, 1..1ue escapa a las categorías nshilistas n apocalípticas y es tanto más extraño por cuan tu ocupa en silencio la existencia cotidiana, la yuestra, 1:\ mía, en el cora:t.ún de las metr<}.. polis contemporáneas. Un d~sierto paradójico, sin catástrofe, sin tragedia ni Yértigo, que ya nn :~e identifica con b.

::111

Je-.m l>.1ul S.1rtn:, •l'aris ba¡o l;t ocupaaó n», LJ Rtf"tblkJJ dtl JiitJtdo.

111. 3.• ediciún, Argentina, Losada, 1968, pp. 19, 20, 21 .

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.\'illt<lilom

nada o con la muerte: no es cierto que el desierto obligue a la contemplación de crepú~culos mórbidos.:!'! El mismo París desolado. Lls mismas construcciones abandonadas.

En muchos senttdos incluso la mtsma experiencia: tambtén para Sartre, el csttldo de ocupación si¡.,•nificaba el distanciamiento emocional con re~pecto a instituciones, valores y edificios. Al estar en París durante la Guerra, l'C tenía la ,·ívencia de ,·era la propia Iglesia, la de uno, a ~u propia municipalidad, de l:l misma m.'\nera lejana en que podría mirarse una fi1tografm del Partenón o el Coliseo. ¿Qué es, pues, lo que hace que un almacén Yacio se~, en un caso, una manifest:teión de lo terrible:, y en otro el espacio en gue se procrea, <k acuerdo con Lipon:tsk)', una nucYa sensibilidad p 111 > trágica sino narci~ista, hedonista? Sin duda se trnt.l de una tonalidad entretejida en la descripción misma; en ambos casos hay la constatación del fin de ideales preYios (tanto Sartre como Lipon::tsky anotan cómo el futuro, en sus respectivos desiertos, se ha acortado y ya no hay horizontes lejanos que den sentido :1 lo que se vive), pero L'l forma de cxperiml.-ntar esta situación recibe una especie de e\'aluación sentimental dtametralmentc opuesta: en el primer caso hay dolor, nostalgia; en el set,rundo mdifcrencÍ.'l. Ahora bien, ¿la forma sarrrcana de vivir el \·aciamtento está ya superada; es db misma tan anacrónica como su objeto perdido? Nosotros, los hombres tndifercntes, cool, .r~Jjl, narcisistas, personalizados, como nos describe Lipo,·etsky, ¿no podríamos, en esta sociedad fragmcntatla y excluymtc, pletórica, sobreabundan te de ofertas, tomar la oferta, posible entre muchas otras. de: \'Í\'Ír dcsgarmdamcnte el desierto, el almacén Yacio? O mejor incluso, ¿no podríamos Yt\'Írlo de las dos formas, secu~nctal o parald.lm<:nte, al1ora im.lifcrcntc:; y hedonistas, o tambiL"tl nostálgicos y sentimentales? ¿No viYÍmos así, de hecho, oscilando, Lodos los días? Sarlre y Lipo\'etskr. En ambos ca.<;ns parecen l1.1.bt:r ocurrido situaciont:s que nos llevaron a ol\'idar, a descn tendemos, a desgajamos de significacion~$ que fueron entmiiables por haber estado Yinculadas c:;trechamt:nte a lo que hubimos de considerar nuestra identidad. 29 Gillcs I .Jpo,·ct~k)•, l.1.1 l::!i.r J,fl ;¡.,;.~, éiii''!J'Di sobre ti lltllilitktaiiiJNO CollltJtif>OI'tÓieo., 3:1 ~hción, Bm·celon;l, J\n,l~A. 19Ma, p. 35.

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Olvtdos peculiarc:; t¡uc dieron lugnr apenas a cambios del ñngulo de visión por los que todo cstñ en su lu!-,>ar y, sin embargo, ya nada es lo mismo. Ol"idos diferentes en cualidad afectÍ\':1 (uno desgarrado, el f)tro como si nada), produciuos, acaso, por dispositivos diferentes, pero que engendran un :;imihr efecto amnésico: y t¡ut:, por lo mismo, podrian c~:pcrimcntarse conjuntamente: dos maneras sen ti mentales de viYir d mundo que, stn sintcti:r.atse, poJci.tn acontecer simultánc;a o sccucncialmcnrc. Y se pu1.:den pensar como no excluyentes una de la otrn -sin nin~ún af.ín unificador, adem:\s-, p<>ft!UC al úc:mpo que incompatibles, no cambian todo; o cambmn todo sólo a tm' 'és de una pequeña torsión. Vi,·ir el desierto, el <Jlvido, el acortamiento del futuro clesgarrac.hlmente, recordando aún confusamente lo que fue, no sÍ!,'flÍfica una experiencia de nr>stalgin tan radical l:JUe impida enfrentarse n la ctudad de los ide:tks abandonados con indiferencia (de hecho el mismo Sartre asume que esa indiferencia llegó a d:m;c t:n el P.1cis ncupado). Y lo mismo J)(x.lcia darse a la inversa, me p:tt:ccc, a pesar d~ Ir, que pudíc..ra pensar l.ipovcrsky: nada impide que los hombrt<s mdifcrcntes de prunto se acuerden y se desgarren un poco. Ahora un:t cosa, ahora la otra, o hs dos al mismn tiempo. Culpa y expi:tción, pero difusas, como en Saraje,·o. Contracción de facciones dot:tdas en adelante de cúdigos propios y cxclusÍ\'0$. 1mo puede describirse como parednmÍL'tlto, pérdida de significado, inaccesibilidad, olvido, l:t!,>una mental, vaciamiento. En cualquier c:N• lo que era cercano se ale.~, a: d mundo Jc las esferas sociales cxcluycnt<.:l' es el espacio donde, de pronto, se ha instnumJo una dist:mcta: bs cosas se afectan las un.ts por bs otrns, cuando lo hacen, como a trovt~ de ,-dos, como por relaciones de lejan~ía. 1\lá.-. l:JUe contacto, que c:m-.a y efecto, aconlc..'CC la irrit:tbllidad, la consecuencia sccundan:t, el rc:>uhado de celx>tc y después de lar1,>os rodeos. Los e\·entos suceden, c.1minan sobre nosotroli, nos atraviesan y siguen como sin haberse dado cuenta de que nos arrollaron, indiferentes, como si su viaje fuera de una longitud disímbola. de una lé>gica ffiU}' di:lll\lliC a los intcn·alos más pec.¡uei\os que IOO:tVÍa podáan imolucrnrnos con ellos. En ,·ez de El Mundo. de cualquter forma de unidad o tot.'\lid:lll de scnúdo de lo que es, transitamos, ,-apuleados, por entre c<cl transcurrir de b.o; cosas que pasan» -según expresión de ~1igucl Morcy111- , que nos tras-pa~an, reclaman y usan momentáncamt:ntc, nos pul\'t:ri:zan, tanto si en alJ,runa forma pudieran

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ser dt:signadas como cxttriun:s a nosotros, como s• por 'cntum puJiéscmos calificarlas de inrerion:s. Experiencia distante de sí y Jc lo demás. El actuar a distancta es, por cierto, lo propio de las filosofias s<.1,rÚn Althus:;er,31 y de la dan~a de los planetas según Newton; pero e~ también algo yue Jefine al l·spcctáculo, especialmente a la acrobacia pcligros.l, a la e!'cenific.1ciún del jugar con fU<.-go. Como afirm:t uno de IIJ:; pcrson:ljl·s de Susan Sontng en [;/ · lllltJn/( d.-1 1 ólt:d11:

J la)' marn\'ill:ts hechas sólo para la aJmiracic·m a disrancia (...) no hay cspectíÍculu m:ís noble yuc una lbmar.Jua. A una distancia scbrum, es el es¡xctáculo dclinitt\o, tan instrucriYo cnmu emocionante.'~ El paisaje.: despué!'l de l:t batalla, ya hemos habbdo de cUo, tiene l:t forma de una escenogrnfia, de.. una p uesta cn escena a l:t yuc llegamos cuando la obra ra ha pa:;ado, o que n:mos sólo a b distancia espacial, temporal y afccri,·a. El pmblema que emerge con ur¡...rcncia c..-s, sin cmb.ugo, si puede c~istir una ética del cspcct:ículo, es decir, una ética de y para este mw1do fr:tgmcntado, )'para estos indi\'iduos di~>tanrcs de sí mismos y de su nombre, atrn\'c..·satlos por ol\'idos y ,-aciamientos. Si lo qu-.: rige es l:t lejanía, ¿no se diluye con ella la responsabilidad? Si pudiémm()s, apretando un botún -:leñala el relato atribuido a Rr>usseau-, hac<:r morir a un mandarín chino gul' no conocemos, ¿nos :;enticiamos responsables por ello? ¿Pucd<; la ética mantenerse cuando hay lejanía de por medio? ¿fi'.s la ética un dc..-cir yuc reclama la cercanía, d estar junto¡;, el cunocerno:; o al menos la posibilidad de ''Íslumbrar que hay algo que tenemos t:n común? ¿Puede haber ética ahí donde no hay mundo, o donde hay paredamientos irremontable~ entre lo incluido y lo excluido> (y aún entre cada tipu de inciU$!Ún)? 1labr:\ c.¡uien Jig:¡, d~sde luego, yue la ética <.$ precisamente la forma posible para que los indiYiduos regulen sus relaciones recíprocas cuando los nc~os cercanos, entrañabl('s, de parentesco, entre 311

(./r. l\ltgud :\luce)~ (imiuo tlt .'it1Nii~. l.l. t:d><:ión, Es¡w1.c, l•"ndn de Cultur.t Económict, 1987, p. ~1 y ,!1. 31 q;: Lt1u1s .\lthus.<;<:r, fi/ P111rt111r rr Úict~ l,c t:dn:ión, U.crcclon.l, Erlrc10ncs Dcstmo, 1992. p. 222. '~ Susan Sontag. f]J rlllli.IIJ(t dt-1 r qÚtÍII, •'fl. .iJ., p. 16.

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Amar en el extranjero

iAm;w en el extranjero?

ellos, se han roto. Ojal~ sea así. Poryuc si hubiera que contar con la comunidad, no h:1bÓ:1 mucho t¡ue esperar respecto al comportamiento ético en nuestro tiempo, ya CJUC lo más probable es que los habitantes urbanos no puedan S<)p<lrtar por mucho tiempo lo fucrt<:mente comunitario. En todu caso, una comunidad fmionantc en una sociedad donde los indi,·iduus no existen en armonb con su nombre -por la estrechez, ror el asfalto. por la t:1lt:~ Jc horilnntcs whiun:mianns () lugares excedentes a los cuales retirarse para realizar la plcnituJ-, podóa ser tan scrializante como el propio mt:rcado, y de,·enir coqx>raci<.ltt o asociación de marchantes capit;\listas: dc\·cnir simple sujet:unimto.

previamente a ella, lc>s desconocidos que habitan con desconocidos tienen gue acogerse a una prudencia, a una habilidad de los intcn·alos adecuados: exactamente como cuando, al Yiajar en el subterráneo -especie de no-lugar por excelencia 15 donde conflurcn los desconocidos- b estrategia de sobrevi,·cncia requiere nq intimar dema~indo y al mismo tiempo no ser demasiado índifcrc.·nre :t los demás. Prudencia, Llistancia pam la sohrcvi,·encia, quizá sólo tcrnur.~ en vez de amor. como wn.mos en el apartado siguiente. H()y la cléWC dd \'n·ir no radica <.'n fundirse con los otros (como en la plenitud whitmaníana y su~ ecos en 13ataillc o incluso en JIcidcgger), sino en presen•arlos en la distancia y Yalorar la Yidn en la que se pasa, se transita junto a desconocidos -amables, correcto!', ya no conocido!', honestos y verdaderos, sino graciosa y generosamente hipc·,critas. La prudt:ncia di~tanle no es un régimen Jc ,.ertlad estricta ni hace de lo verdadero un \-alor o principio inapelables. Pues como Jíce d Primer 1Jombrc de Camu::;: <(!lO miente uno en lo esencial ~l lo!' <¡ue ama, por In senc11la razón de yuc sin la mentira no se podría vide con ellos ni amarlos»"' ¿Si hubiera una ética en el mundo fm¡.,.rmcntado, ésta sería. una inversión Jc lo que antes qui;tá hubié~cmus considerado correcto? ¿Ahora habría que decir la verdad a quienes no conocemos en absoluto y mentir a quienes 11os son cercanos? «Debemos fi>mentar nucYas formas de subjetividad mediante el rechazo del tipo de individualidad yuc se nos ha impuesto durante ~iglos», afirma enfáticamente Jloucault.n t\um¡uc tal vc7. no sea n<:cesario fomentar en sentido estricto nada, si es que el sujctamiento por indiYiduacíún no aprehende ya del to~olo a un individuo lejano de su nombre, compuesto por líneas que no terminan por form;u un trazo. sino t¡ue son líneas de fubra. Tal \'el esté acontt:cícndo ahora un nue\'o tipo de índi\'iduación peculiar, indi\·idu~\ciún sin sujeto, comp la C.JUC Ddeuzc: descubre c:n la obra de Thotnas 1 Iardy:

yo trato de explicar <.)UC las cosas, las pcrsonns -ha dicho Gillcs Dcleuzc-, están compuestas de líneas muy diversas, y yuc no siempre saben sobre qué línea de sí mismos están, ni por dónde hacer pasar la línea que C!ltán tra:t:mdo: en una palabrn, ~ue en las personas hay toda una gt:ografia, con líneas dura:;, líneas flexibles, líneas de fub~• etc.l l Individuos como geograftas de las que sin embargo no cxislen los mapas definitivos, pr,ryuc siempre est~n cambiando. lndividuos, entonces, desconocidc >s. Seguramente Ddeuz<:: compartiría la visión que nos propone Richard Scnnet, en su libro 1A Condrnda del q¡o,3~ acerca de la experiencia de sí contemporánea. De acuerdo con este autor, lo mismo que en las calles amontonadas de la ciudad, hormigueante:;, llenas de g<.'t1tc, nuestra experiencia con los otros es la de intentar sobrc\·iyir tmtando con desconocidos, así cuando nos sumergimos en nucstm «adcnt ro» descubrí me>~ l)UC también ahí har calles. recorridos }' pasc<'s caóticos que no pod~::mO:-\ nh:ucar con una mirada, que no nos tkjan contemplar el hmi~ontc, }'que están habitados por una pléyadc de desconocidos. Descon• >ciclos afuera y desconocidos adentro, nuestro problema dd \'Í\'Ír ya no puede enrcndcrsc en término$ del dikma interior-exterior. Pnrc.¡uc hay exdu~io­ nes e inclusione$, redundancia~. parcdamíentos -<.>lviclos, vaciamientos, distancias- lan lo all:l CClmo acá. Por eso, más ~.:~uc a una ética, o quizá

l.: n caso ejemplar es d de Thomas 1lardy: sus personajes no son ni personas ni sujetos. ~on colecciones de sc.·nsacioncs in35

Delroze y Cl.llte P:trnct. Dití~. op. di., p. 15. Cfi: Sennett Ril:h.~n.i. Ld Ct~tr.·ítlldtJ dtl Ojq, ht edtcu·m. I!!lpañ.\. \'cr.;,,l, 11J91. p. 175 y S~. 33 Gíllcs J.l

(ji: ~l.trc :\ugé. 1,()i 'No JJ(.~\lll's: F.,p.KioJ tkl.rlltoJii"Jü/o. V1111 Aull'opn/of!.itJ de lo

Sopr~mfNkl ,;Jtlfi, 1.1 t'l.iíciún, Barcelona, Gedi~-... 19'J3, p. 83 y ~~Jt. Albt-rt Camus, Ell1mNtrllomllfr, 1:. t'dioón, MC:-xico. Tus(¡uets. 1•J<J4, p. 223. n l\ltchd rouc:1uft, uEI Sttjctn 1 el l'ndt'o., en lluherc 1.. On·\·t\t~ v l':tul tlabi now,lllkhd Pmmmlt: MJj' tJ!Iu ¡/,·/ E~tm<'IIIICJÜ.nm_r /¡¡ 1-fmwellillfml, dt.: p. ::!3-í-2.Vi

;p.

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Amar en el exu-an¡ero

tensiva:;, cada uno e~ una de es:~s colecciones, un pnquctc, un bloque de sen!lncíones Yaríablet:. 1by un extraño respt:to por el individuo, un extraordinario respettl: y no poryuc el individuo se tume a sí mismo por un:t pcn;ona y SL'a rcconociuo como tal, a la francesa, sin<J justo lo contrnrltl, ptlr<JUC se nn; \ 't\'e a los dcmáo; cumo otras ranr.1:- "P<t:'ibilidad<:s única:sn - la única posibilidad de que tal o tal combul.\cu)n h:\\ <\ sido sacaJa. lndi\'Ídu.'lCtÓO sin sujeto. Y co;tos patJllt'tl:' de 'CnsacionL-:; .1 fll>r de pid, t:stas colecciones o combtn;tctotlc .... parten sobre linea:; afortunadas o Jesafortunadas, justo donde se producen sus L'flCut:ntros, quL hast.\ pueden ser malos encucntt·os yue pueden llegar hasta la mut:rte, hasta d comen. Hardy uwoca una c:;pecie de destino Rriego pan este mundo experimental empirista. Payuctes de !IL'Ilsacioncs, c.le mdividuo~,~.jue parten sobre la landa como ünca de fuga n como línea de dcsterritoriali~ación de la tierra. '• P<..-ro si hay un abll'mO entre ind1,·1duo y sujeto, !ltcndo el ~t.-gundo ayuello qu~.: produce}' L·xistc en Jos sistemas frn~cnt:'ldos; y siendo d primero un alg<> 4ue no cncumtra yn hori~ontes u1 dúm.le ejercerse, ¿habría que concluir, con Luhmann, que dado el encerramiento sistémico, la coc.lificación exclusiva y pnrcial t}UC rige en cada subsistt:ma, el indl\·idw> ::;implcmencc no forma pMte de l:t socie-

dad?l9 Tal ve%. ~)ucriaffiiJS m~rchacnos, teníamos tcntaciún de ab;lndnn:u y ya tlllS

hemos ido.

N ostalgia de la tentación de abandonar A pesar de lns seducciones que con seguridad !llhi'UC cjcrctenJo, el mncado tal ycz ya no necesite cncantarnos. La economía del conoCimiento ha establecido un piso superior en "lue la !!Ímulación de la lR Gil\r-; l:>t-llll~t: )' Cl.tirc P.uner, Di.ik,;u•. up. al. p. -19 VI \'6\.<;(:, ¡worc cm(ll<>. Klkhs l.uhm.um. •lnclu~tón-Ext.lustÚIII•, AlluX«I~Jr<~, Mé-x1co, l::-1.'\.\1, l'o 12 ("l·p-<iic d<! l'J'-'"'). p. }5, dornk ~ .•~tclll.l "lloy, com., .mtel', t:s v,iltdc'l ~nn~s~.h:r.tr d prmcipu' de que los tnc.hVIduus (...) cxí.~tc:n fuer.¡ de

1.1 socicd.ld.» ~

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acth·id:ld intckctu:tl ~e bnsrn a sí mi~ma, recurriendo solamente, en al¡.,>tmos lugares de su instnlacit'sn fabril expandida, omniabarcante, a gestos sc.:lccti,·os CIKiificatlo:; pur lo!> gue los indiYiduos, agudamente reducido~ y sujetado~, introducen una dift>rencia en el sistema.. Pero los smgubres, las personas, nn form."Ul parte c.lc las redes, c:>tán rad1calmcntc excluidos. 1..:\ tcnraciún de abandonnr se cumple en la cxtranjeria respecto al mun4..lo. Exrranjaí:1 que, :~dcm.i..;, no tit'tl<: a dúndc ir, puts la c.1s.1 fue cc>mpkrnm<.'flle tomada y ya no hay ticnas \ irgcnL~ 111 horizontes whitmamanus o bataiUcanos a los cuales dirigirse. El exrr:ti\nmicnto acuntcct entonces aquí mi...;mo, (.'tl este paisaje después Jc la hatall:l que ha dcn.'tltdo nc>- lugar, mio inhabttablc. Si la prenda m:iximn de seducciÓn de la M:u10 1nYi~ible de Ada m Smith, :<u máguina imaginaria tmm¡uiliz:tt.l11r:l, cm esa presencia que :>e h:tcín pcc~lC~ntir tra~ Jo~ cinco dedos etéreos, L'Na pura forma fantasmática y podero:~:t, :thora no~otros mi:o:mos somos como seres inYi:-;iblcs, fanrasmal,•s, 'JllC fuera de los sistemas., de 1:\s econorrú.'l:;, ,·cm• >s o'lmo nos atra\·tcsa lo mercantil y tecnológico; c/>mo todo nos pa..o;a y traspa!>a, cual si fuéramos sustancias nuida$, transparentes, Yol:írile.~. que atran·sar:m y f uemn atraYcsadas por lo~ acontl'cimiento~, por el mundo y ~u~ construc:cionc:>, sin que nada nos to<.¡ue, sin que t:ntremo~ e•' cnntaclo con nada. Espectros t}UC decimc 1s -gritamos- nucstn' nombre, yuc colabommos mc 1strándnnos para yuc tn<:jor se ajusten las csfcr:tS excluyt.'11les, en un intento dc apreh<.·ndcr el último en~o:;mtamicntcJ: la disoluci6n en los que se identifican homo¡.,réncamcntt:, b comuntdad vutual, simulada, reconstruida por la RY.lquin:\ de Turi.ng Pero ni :.-iqu•cm c:;o nos saJya. Nue5tra huida llegó muy lejos. En caJa búsquct.la de debilitamiento nos ,·oh•imos tan fuertes q\ac ahora ~omos extranjeros fl:~pccto :U propio nombre quL L-narbolamr", t.tmbi~n nuLstra dcnominacic'm no-. tra~pasJ, nos recorre y transita de parte a parle: pero no se yucda, no se dcltt'tlL', fluye, no nos retiene. 1~o;tamos fu<:ra. J.n Casa fue tomada pon.¡ue l..lueríam' ~~ irnos. Y en efecto yn no e~ tamos ahí -aquí-. no hay sistema o economía c..¡uc pueda aharcarnc ll>, absorbemos, domit1:trnn~. N' >S atribuyeron y sc lle\'aron, incorrnrawn, domesticaron y moldearon :t todos nuestro~ sujetos, a todos nut:stms indiviuuo~, pero a este c"ceso tOI..I.geriblc t.liiC 'Offi{J' ~.1d.1 \lllo, '\oln cada uno-no hubo más remedio <JUC abandonarln. Qucri.ltntl:.tmo~ y nos hemos m:uch.1d..>. Ya p:1rt1mo~ ¿Podremos :lhora :.í amar, ~1ue tal era el mocor dc nucstr.'l hUida?

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Amar en el extranjero

1Amar en el extranjero?

Tal yez. Tal vc:t haya algo en la vida ~in ser sujeto. E~ lu yue intuye, por ejemplo, i\1aría /..:unbrano al rcfkxionnr sobre una serie de cuadros abstrncto~, con el tema de los mnre:;, de los pintores lhruj Salina~, Ráfols Casnmada y Jo: J'nrrems:

En el metro, frente a los agotados vinjcros nocturnos de la gran ciudad, me ~u mí en una profunda introspección, como la que sobreviene a los protagonistas de las novelas modernns. Como ello:~ me hice preguntas inútiles, me plantée prnblemns que no e.xisrínn, hice planes parn el futuro que nunCl llegaron n realizarse, dudé de todo, incluida mi propia exístcncin. 11

Arriba, en los ciclos de b aurora. el mar se lfl,·a a sí mismo }'se sal Ya de ser un ente, de ser nombrado como sujeto. Ya no es él. Y en esa pureza su -;er se expande en lilx:rt.•H.l. Son las aguas sin m.-ls, las que han c¡ucdaJo :.nl utilíc.bd postbk, creándose ellas su llJh'":lr a solas 9~ a nadie c¡u1tnn. Y por ello mismo quizá su presencia no aYanza como un•l proposícít'm, ni un enunciado, :<ino tal como sed en algunn pnrte o en al&TUna región del tiem¡xJ anterior {}lle haya quedndo a flote. Lu¡.,'":lres, tiempos dd agua ensimismada en d oh·iJo.~u ¿Podrían emplearse estas imágenes de /..ambrano para glosar, p:tra hacer plausible nuestra '•ida en el afuera? Porgue ya no hablnmos, ahora, de la tentación de abandonnr, sino del nbandono: ¿nos lavamos, cada uno, a sí mismo y nos s:tl\':tmc 1s de ser un ente, de ser nombrados como sujetos. Ya no somos él. Y en esa pun:za nuestro ser se expande en libertad. Somos sin m~:;, lus que hemos quedado sin utilidad posible, creándonos nue~tro lugar n snlas que a nadie quitamos. Y por eUo mismo, 9ui;d, no a,·;u1%amos como una pro{X>:>ición ni un enunciado, sino tal como ~(.Irnos en alguna parte o en alguna región dd tiempo yue haya yuedaJo n flote. Lus.,•:ucs, tiempos de nosotros ensimismados en el oh 1do? La glosa de Zambrano es tentndora, prometedora. .Junto a t:sta ftlósof.'l hay autores 9ue han desarrollado un11 escucha, unn interpretación o ejecución ~ímilares en su c:lrácter, nunquc distintas t:n tonalidad, respecto a lo t¡ue es ra no ser sujetos. Tal es d caso de Hcory Millcr tratando de oír rano la pmtura abstracta, SJO() la ciuc.bd, ese límite yue t.'S como una membrana, unn pared trnnsparc:nte de túnel, gue separa a los hombres de lns sJslemas. J•:n las grandes urbes, en los subterráneos, a Miller -y probablemente n cuakJuÍemle sobrc\'Ícnen ,·értigos cartesianos:

Pero a diferencia de lo que solía ocurrir cuando l1 duda metódica acontecía junto a b estufa en un mundo predominantemente rural en gue aún regía h teomdón de abandonar, los habitantes de la ciudad de hl)y no encut.'lltrnn al final del camino dubitativo el esplendor de in verdad y el auténtico Yo: ¿Cuál es el yo auténtico? -se pregunta el mismo Miller- Sí insiste~ en enfocar rus impulsos, acabas conYirtiéndott: en un co:ígulo de flemas. Finalmente, sueltas un gargajo yue te deja complctnmcntc seco y hasta años después no comprendes que no era un gar¡,'":ljo, sino tu yo interior. Si pierdes eso, correrás siempre por las calles oscuras como un loco perseguido por fantasmas.42 Hay, qué duda cabe, una diferencia tonal entre Zambranu y i\filkr. Del agua sin más, ensun.ísmada en el olvido, pasamos a los perseguidos en la noche por espectros. Ambos diagnostican agudamente, describen, intentan aprehender lo yuc acontece a ese algo que ya no es sujeto. PL'CO en b fuósofa vence la calma, el sosiego, mientras qut: en el escritor gan,\ la cam.ra, la agitación. ¿Son tan contrapuestas ~:sta.o; coloraciones? En el caso de la pensadora L-spañola, a la escucha atenta del ttem¡x> después de In batalla corresponde una nostalgia pur la antigua tcntaciún de abandonar. una rcminiscmcia dt: nqucUa otra épocnl.'tl b yut:, dentro, cultivábamos el deseo de marcha. ¿Alguien que percibt: tan bien la disolución de los nombres, el esparcirse de: lo que ya no n,·an%a 111 como enunciado ni como proposición, que Jlc:nr¡• i\lillc.:r, S(.\u,: 1.<~ Cmdfi\irill Rtlit4du, la edición, Ihrcc!on:t, Brugucra. I9R2, p. 89. 42 l/1id, p. 22R 41

-llo 1\l.¡ri.t Z.tmbr.lno, «Antes de ],¡ O~lolr.t~srín . l .os 1\l.trt:s», A(l!.lfl/n.!" l.J~t_úm de ltJ 1)111111ra, op. etl., p. 27H.

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palpa tan afinadamente la expencncia del abandono, podría en verdad estar aún ((adentro»? ¿No se trnt:uía, en todo c¡tso, de alguien que, desde d exterior, tmíta un juego pasado, rccrc.l un anhelo ya \·ivido? Un curioso sruto y una 1\UC\·a \ uelta de tuerca: después de haber marchado lm cxlr:lnjero.c; ~icntcn, ra 110 la tentación de nb:mdonar, sino la nostalgia de la tentación de abandonar. Y entre amba.o; cos.\S no sólo hay una difc:renoa, sino qoc probabtem<nte ahí resida roda la diferencia. Cuando ya nada queda, cuando toJo ~e ha convertido para el hombre en un contenido de ~u conciencia y ,\SÍ él mismo ha devenido sujeto, Jice Maria/.ambr.~no -y cuanJ!J, agr~-g.triarnns nosotros,l·s.t m•ssn.1. subJeti,;dau ha sid() n:co~da y rcrupcroda en lo!' cc)d~c" dt¡..,"'t,,lcs- , toda\'Í.'l t111cda, o prcctsamt:ntl' t(ut:da, piensa la ftl6sufa, la tierra: Pero d hc1mbre está, vive snbre la tierra. En cierta~ épocas se oh·ida de dio, c:¡uicrc oh-itlar esta com.líción inexorable de su existencia; estar sobre la tierra en tratos con un mundc) senssble del que no puede e\·adirsc, tal ,·ez por ventura. Cuando todo ha fallado, cuando todas aquellas realidades firmes 4ut sostenían su vida han sido d1sudtas en su conciencia, se han com·ertido en «t:stadu:; de alma>1, la no~talgia de la tierra le a\'Í~a l)UC aún . a1go que no se ruega . a sostener1c.4·' e:-astc

LM1. nostalgta de la cicrm, ¿no e~ b :úiornnza de la tcntadún de abandonar? Es el deseo de irse hasta diluin:~.: t'fl polvo, en unión con el barro prinúgcnio. Pero una añor:an7_a. !'Í en vcrd:ad es tal, no es aviso de una rea1id:ad, s1no de su ausencia, no de una prc~cncm sino de un.1 lejanía, de un rccucruo. ¿Y no ocurrir:\ 9uc los espectros 9uc persiguen al qU(: ha e.xcrct:ldo como una flema a su yo interior, o;ean manifcstacmm:s tmpcriosas de la misma nostalgia de lo terreno, de lo antcnor, de Jo ruml apareciendo de pronto en el metro y en las crulc:; oscuras? Tnl \'e7. no sean tan diferentes nu<:~tro~ autores. Quizá, a.gucllcn; ~.¡uc vi\·imos y escribimm: d abandono vivamcJS cada uno una sm:rte de añomn?.a por aquel tiempo en "'ue t¡ucríamo~ irnos. Pcru un:. \'l'Z más, ¿cuál es la diferencia cntr~ el nntigu< 1 nnh<:lo de m:uchar y ~u rememoración cuntcmpocim.':l por los que p H

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1\tari;t Zmnbr;¡nc>. cNosrnl¡1;1a de h1 TtrrCllt, .·l~NIIOS Lxgnm tft J.t l'llllllftl. op. tít., Jl· 22.

han partido? Acaso sólo !lea una variación de matiz pasional, una declinación en la fuerza y pert~cvcranc1a del anhelo, un cambio en el ritmo Jd motor. AJgo MÍ como el paso dd amor a la temur.1 tal como los describe: 1:\ propia María Zambrnno:

La tortura suprcm;~. JI! ..¡uim ,·ivc una pasión, ~•n amor, l"S no poder w·rlo l'fl <;u p;\.'<l Jc sno;tantc, hasta fncmar un tr:uo, sino ,·erlo en m~tantc~ únic,~~ t¡uc .;e eternizan pau cncnntur-:e, Jt' repente, con que <;e han des\':mecido. El amor (1ue se \·i\·e hac~.: pasar del éxta:-is ah inanidad. La completa rewlacaón del alma, es, seria la continuidad dd éxtasis. Pero la sola eonttnllldad asequible: del éxtasi:; es la ternura. El amor dc~prcndido de la pasión, liberado Jc su tiranía. J .a fidelidad del sueño: dulzura prorunda, secreta, que no precisa de definición. Sueño de la \'Ída no despertada pc1c 1\lll~U1 sobresalto. Ell la antigua temum, m:\s Yicja que d amor; la fidelidad de la.o; cntrañ:b 3l)Utctada~ que nuestra conccpci<)n moderna del amor-p;ts1ón ha oh·idJdo. (...)La ternura. fiel por nanu·alc;-a, que no combate; 1:1 paz de las entrañas. La paloma quc se desangraba en su nJdo ha encontrado hllibcrtad H Sueño de la ,·ida no despertada por ningún sobresalto, una fidelidad <)U~ no combate y una paz c.:n las entrañas. Habria que rehacer el camino r volver :.1 intcnt:ll' «n:r :U hombre tal c•>mo rl-almcote c:Sl>. Porque si la prurn.-rn búl:qucda dingnmticó seres mo,.¡do!' por p:lsiones y hubo que loc;tli.-ar de entre ellas a4,runn que no futse vol:\til, tormentosa e impredecible, sino estable y permanente (desde el miedo al interés se recorri<'> el sendero), ahora podría ocurrir que la Jotac1ón pasional de los que c~t:ín en el abandono, sin dejar de existir, ~e hap mnngt't"<ldc) en su cxplosi\'idad y de\'"Ctlido tlujo continuo. lnc:-.dcnam1ent•) o S(:cuenci.a de un afecto tras otro, o convivencia en paralelo, pem sil•mpre derram:ímlo~e con una pc::rmancncta de medio tono, sin arrebato, sino como baJO continuo. Pues inclu!io en las cumbre!! de quienes viven en el extranjero no ap:uccc ya d m<wimiento JX'ric',dicn, pendular y fuerte -tanto c:¡uc permite el ~ 1\l:J.ri;l z .,mbr.mo, t<!\m"r )' Mucrfl: <ll los dibujos de 1\t;,ISSO•, A/glotOl Ut,yJ· n.-r dr !J Philllnt, op. .it., p. H>l-1 62.

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sujetamiento- sino un sostt:nido correr: un de~eo con la forma, no de montaña, sino de río. Ahí, en la permanencia del caudal, la nostalgia de la tentación de abandonar es como una ternura y no como el amor de antaño: no una marejada sino una ondulación en la superficie. Y aún :tC)ucllos <jUC, como Míllcr, ¡ucgan a reconstruir el \'icjo proyecto dd IndíYiduo, lo acarician en la escritura, lo saborean y lo prueban, lo construyen de entrada como una leyenda, co mo una saga que nace como el canto de lo que fue, como la conmemoración del personaje. Pero con toda su automitificación, Henry l\'Iiller no quiere abandonar porque ya está en el abandono, no quiere :.lmar para unirse con el otro porque es una diseminación, no unidad sino distancia. Se equh·oca Ddeuzt.~ cuando presenta como una de las formulaciones del «probkma de i\:filler» la sigllientc: ((¿Cómo rompc.:r incluso nuestro amor para de,·enir por fin capaz de amac?»•> El propio texto de Trópko & Capriromio que el autor cíta inmediatamente después de tal interro¡.,":lntc:, muestra que el escritor c~tá más allá de esa probkmática:

gama, que se tram:minan, se difunden, cow:n flu"ialcs. Está aquí como sin estar, como fantasma que discurre por todos lado~> y todo lo ve, que experimenta un gaYo particular por esa manera de ejercerse, que lo percibe todo co mo en pantall:l, que mira todo como espectáculo. L1. extranjería siempre tiene eso: distancia y espectacularidad. Susan Sootag lo descubre a través dd personaje principal -El Cavaliere- de su relato E/ Amante di!! r-ólcán:

Vivir en el extranjero facilita el consid~rat la '-ida como un espectáculo: ésta es una de las razone~ por las que la gente con recursos se traslada al extranjero. Donde los abrumados por el horror del hambre y por la brutalidad y la incompetencia de la respuesta del gobierno \'CÍítn una inacabable inercia, letargo. una hwa endurecida de ignorancia, d Cavaliere YCÍa un chorro. J.a ciudad bailarina del expatriado es a menudo una urbe inmóvil para el reformador o el remlucionario, mal gobernada, sometida n la injusticia. Diferente distancia, diferentes ciudades.~ 7

Ya no miro a los ojos de la mujer que estrecho en mis bra-

1~1 fortalecimiento de las pasiones requería cercanía, de acuerdo con Hume. Si en la sociedad hubieran de cumplirse las prome~as, sería necesario crear símbolos, el dinero, por ejemplo, la letra de pago, que acercaran espacial y temporalmente d (lbjeto de un;l pasión, yue lo mantu\'Ícran al lado, yue lo r<."Cordarnn. En eJ mundo del abandono tal vez las pasiones no sean fuertes porque simplemente no hay manera de acercarse a nada, y los sistemas, mercados y economías no dependen de nucstrm juramentos: todo es distancia y se mantiene en ella. Quien ha roto ya con (<el muro que crea el nacimiento», quil'á porque ha dejado de verlo -<:omo 4uicn se :tCt IStumbra }' hace su visión al molde de las gafas-, no siente el anhelo del apego, de la fusión, sino que se ejerce, sin m:is, en el desapego, en el flujo de una pasión sin sobresaltos. Y cuando éstos acont1.·ccn tienen algo de imitación, espectáculo, de impostura y juego; o cuat1do mucho de nostalgia, de ailoram:a -tal vez- por lo no vh·1do. ¿Tenemos tentación. todavía, de abandonar y la misma podría manifestarse, como sugiere María Zambrano, como anhelo de tic-

zos, los atravieso a nado, mi cabc:la, brazos y piernas también, y observo que detrás de las órbitas de esos ojos se extiende un mundo inexplorado, un mundo de cosas Cuturas, un mundo carente de: lógica... El ojo, liberado del yo, ya no reYcla ni elimina nada. se despla7.a a lo largo de la línea del horizuntc, viajero ignorante y eterno... 1le quebrado d muro que crea el nacimiento y el tra:r.ado de mi viaje es cun·o y cerrado, sin ruptura... Mí cuerpo entero debe dc\'enir un rayo perpetuo lit: lu:t cada ycz más intenso... Aprieto mis oídos, mis ojos y mis labios. Antes de que vuelva a ser hombre, probablemente existiré, como parquc...46 Millcr escribe después de la excreción del yo auténtico. No se hunde en la mujer que abra?..a para ullírsele. sino que la atca,·íesa; no sólo a ella, traspasa uxlo; si es un rayo es una Yariante de los equis o los

-~.~ Gilb Dclcu~c y Clairc P:1rn~r. D1álll!!,,Oi, op. ót., p. 55. '"' Hc:nry i\líllcr, Tnipito tlt (.úf'ITt'OI'Rio, Ed. Alf,tguar.•. p. 150-ISI~ ,;et.tdo por <; ille!; Dek.ou~~ )' Cl.llre l',unet, IJicW¡.'OJ, op. al., p. 55.

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rra, con lo terreno como prestamista Jc :;cntido de última instancia? Antes de ser hc>mbrc .Miller SC!,>tJramcntc existirá como parque. Pero un recuadm amurallado por rascacielos no es la tierra a que se refien: la filósof.'l esp.ui.nb. Quien cxcrct,\ .;u yo nuténtico lo :trroJa <:n bs vías del subt<:rr:Ínco, m las calle::; Jc hl ctlH..Iad. Para él no hay acceso ya a algo como la campiña. Lo que hubo que abanJonar, lo que ya quedó irn.'fTllsiblcmmtc atrás y hnctllc, que sentimos -:úlc) no::;talgia, es lo rural. 1-'J anhelo de man:harcon~tiruyó sscmpre las rrul) un varíantes de ir del campo a la urbL; de :tlcanz:lr, st se yutere, las remotas praderas, pero para construir ahí la Ctudad de Dios, b Utopía literalmente, lo que no ttenc: lugar, lo que h'l dejado de po:-t.'Cr raÍC<.s: El Remo de los fome$. La difen:nci,, eotrc la tcnt;tcilm de abandonar,}' la nostalgia de la tt:ntaci•'m de abandonar, es la ctutbd mssm.t. El Dnimlú de Bram Stokc..:r, es JUStamente un:'\ rcflex~t'm acerca dd salto entre una y otra disposic11 >ncs Jcl nnhelo. 1•:1 ( ~onde guíe re irse, c:s un indi"iduo, diferente, sin~lnr, ~urgido dd campo pero guc ya no hall:t ~u lu!,>ar nlú. Huye, abandona, s~: dirige a b. ciudad. Pero L'11 Londres descubre que l:l ud>e tampoc() tiene sitio para él. que lo urbano nc> et~ el espacio c.k lo$ tndi\'iduos C<.>m<.• \c.1 acariciú si~:mpre d pc..:n:nnc dc~to de man;h~l. En In cnpttal del capttalismo Drácula es un cxtr-.tño, por más qut! su inglé¡; fue:w perfecto -«Sé muy bien que si yo andu,·iesc y habhsc <.·n pleno J.ondrcs, nadie ckjaría de:: nc..1t:u <.¡ue soy extr.mjcto>•, afirma el Conde Dr:icula a pesar de que, ~:n el mstante pre,·io, el nucrlocutor londinense a quien !'e duigc se hubo m:u:willado ante la rxrfeccil)ll de ~u manqo de la kngun inglesa. 3 El Conde yuuía marcharse:: y, de hecho, Y•' dejó atrás. N·' put!de habttar, sin emoorgc ), en el csp:lCÍO al que lll Jjcigiú. Intenta <.11tonccs \'Olvcr sobre :;u:; pa~os, pero -y esto es lo más notable Jd relato de Stokcr.lo que ;lp.tn:ce al lector como un exceso, como un suph.:mcnto; ¿por yu.: n•> dcjú 1.1 ciudad que Dr.lcuL'l stmpkmentc.; se fuera~- lo urb:lno lo ~n>I~Ul', en loca carrcm, prohibi~ndolc t..lmbtén d retorno. ElmJI\ tdw '• el Slllhi'\Jiar, el dtferc.;-nte, un ser-<> su proyecto- emanado tic la rur:lhc..l:'td, no puede ,·oh•cr a ella y, finalmente, mucre. Y era élguicn, justamente, no podín morir, d que había marchado lcjo::- p de la finitud, el que había realizado b tentación, clgu<.' habia alcammdo h ciudad. CuanJ<J se llega Hhí, a1 411

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13ram Stnkcr lkun. V1tim!a. la L'<ÍÍCIÓn, Móm:u,

EdiCI()IIC$

U. 1995, (>. 33.

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sitio del abandono en yuc ct~tamos preeisamen t<: nosotros, se alcanza un no-lu!,~r. una exclusión, en la que el Yocabulario, y el deseo, han Je cambi:lr. Yn no individuos, sino rayos gama, mares que..: no son ni propostcion<:!l ni enunciados, ramilletes de distancias; ya no anhelos. sino nostalgias. Nosotros no somos Dr:icula entrando a puerro bajo tormc.-nm.o;, ni los que colocamos u1 nuestra ca.-.a de la ciudad un poco de tierra del terruño pam refuginmo~; no somos la ind.ivtduahJad, la momtruosidnJ singular surgida de la naturaleza, de Jo rural, del campo.4 ~ Quizá tampoco seamos, o no úmcammte,loo; que persiguen al \"'ólrnpim ha:>t:t anÍLiuilJtl.">: C'\OS .;on loo; sujetos de los ,¡~t<.mas.los agente:. de la economía dd conncimicnro. ¿Qt11énes somo~. cnronccs:l ¿Ln-. lectores, los extranjeros re:>pceto al texto? ¿T.os que, como ríos o rayos, atravesamos a todos los personajt:s, nos colocamos en sus pasiones y en sus papcle~. pero no nos sujctamo~ en d ios? El c!Hado de natumll!za es una ficción que ni tiene ni podría tener rcaltc.bd (I lumc) porque siempre ya se c!lcnbc dcsde b sociedad. 'l:1l ve:t, análogamente, la tentación de abandonar no sea sino una fabulactún porque hoy no pueda narr:1rsc si110 desde la ciudad, desde d nbandono, desde In extranjería en el s~nudo <.k aquella situación c:n la "luc ~e carece de una tierra qu..: <.lé sustento y raíz. Gilles Deleu~e. a pes11r de todo escucha atento de.: Millcr, confirma: No es en los grandes bosques ni t:n los senderos donde la filosofía se elabora. sino en las ctudadcs y en las calles, indwdo lo mñs ortifidal que hara en ellas. S(!

Tal ve:t, entonces, desde d abandono y el ser un no-sujeto, alguien acarictara In idea, l.l nostal¡,ri.'l, de cnnstl'uir una histnna acere.\ dd tic:mpn no ,;vido c:n que los hombres teni.'ln tentncic)n de abJndonar, querían ~cr tndh·tduos y aún lubia grandes hori~ontes, o al menos of(.•rta~ dt los rrusmos, en los qut: pn·tl'ndcr re~iliz:u: el ic.kal 49 Jacquc~ Dcmd.1 ofri!CI.! la stp,uientc o.:~r.tctcriz:Kt<m de 1,¡ monstruosid:-~d: «1.,1 naturalc:z.t :11 dcsn:ltur,¡hzarse a ~í mism.t, al ~cp.1r:1rse d~ fÍ 111/JINtJ. rl'cibicndf• naturalmente su ;1fuer.1 tn su adcnrro, e:~ !.1 cat1stroft', <t\:onn::ctmtrnto ndtur.•l que tr.IStucc.¡ J., n.mu·alen, o ~.11WOII11m4rulad, sep:tr.lctón natural dcmro de: l,t natur;tlc· za... ):1cqu~ s Oc:rml.1, Dt Id GnJmú/11/JI(;i'w, 2., t.-thcton, ,\léx1co, S1gln \:~1. 1978, p. 54-. 'ill G11lcs Dd¡,u:Lc, .Simul,lCI'O y ¡.i¡Jo~nth :mtigu:v>. l.ó~•., drl \',•arrdo. op. al.• p. !()(>.

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Amar en el excran¡ero

lAmar en el extranjero~

de irse, partir al extranjero para poder amar. Ese nlguien podría proponerse, por qué no, armado de ese relato, escuchar la:; resonancias que hubiera oído quien hubo e~tado en la disposición de marchar. Aprehender especialmente los atmónicos, d amasijo de verdades e ilusiones que tuYicron la virtud de mover, o constituir a los fieles, en el terreno del mercado y de 1:1 econonúa del conucinúcnto. Pregunt:~rsc y preguntar a los discursos cómo fue que el cnc:mto se ejerció; que cosas tan inquietantes como un presente cercado, una gobcrnabilidad por la administració n de expectativas, la desaparición dd trabajo y :;u promesa de holl'llnÍ%ación, la sustitución de la inteligencia dd hombre por :;u simulactó n en un m unJo turinguiano, pudieron llegar a reali%arse no sólo oojo la mirada alcrtadora de los pocos que pudieron percat:u-se, sino con la ''enia y entusia..,mo de los más. Cúmo, pues, ocurrió que la ca~a fue tomad::~. Cierto que una escucha así, basada en la presunción del anhelo de abandono, podría semejarse al proyecto de una novela. Pero como en su momento observó Kant, tal proceder ficcional ~cría válido si de lo que se tratara no fuera de la «historia de los hechos humanos», i'ino de sus «orígeneS». 5 1 Quien así elaborara un texto, tendría quizá dificultades para diferenciar nostalgia y tentación, y tal ve:.: concluyera c..¡ue tal ambigüedad podría resolverse sólo si, en adelante, posteriormente, no se dirigiera el oído al discurrir económico, sino a o tro tipo de sonoridades: las producida:> por la ciudad, por lo urbano. Pue~ únicammte en la metrópolis podría decidirse, en definitiva, si ya no quedan tentaciones sino acaso sólo nosmlgias. ¿'fcndci razón Nildas Luhmann cu::~ndo afirma que «1 loy, como notes, es v:ilido considerar el pciocipto de que los Individuos (...) existen fuera de la sociedad»?ll-aunque, <<fuera de la sociedad» ¿todav-ía podría hablarse de ind1viduos?. St así fuera, aquí en In intemperie, en lo exterior, después de h::~bcr recorrido la ficcic'm de los oógt:nes, qU<.:daria el p.roblcma de dar respuesta a la proposición de Esch: «sólo se puede amar en d extranjero». ¿Podemos amar después de haber partido? Qui~:i. Tal ve~ nos ocurra como a Jacques, el

extmnjcro, el Primer 1Tllmbrc de Albert Camus, y a su compañera, extranjera e!Ja también, cuando ésta regresaba de Yisitar a sus viejos parientes en aquel país c..¡ue había abandonado mucho tiempo atrns: Entonces, con la sangre inflamada, quería huir, huir a un país donde nadie cn"ejcci<.-rn, ni muriera, donde la belleza fuese tmpcrcccdera,la Yida si(;mprc sah-ajc y resplaod(.-ciente, y ese país no C'\istía; al regresar lloraba con amargura en sus bext.os y él la amaba desesperadamente. 53 ¿Desesperada o súlo tiem:tmcnre? Por lo

meno~

con nostalgia... Nostálgicamcntc.

.~l Cfr. mpru, «IntroducCIÓn>>. S~ Niklas Luhm;um, «llldusiún-Exdu~ié>n>l, .11'111 Sotiq/Jgi.v. Méxccc>. UNMI, :No. 12 (sep-<lic de 199-l). p. 35. M:ís énfáticamcnlc aún: «No se tcat.l de partir de b pcep.unra de si los seres humanos son, o no, parte de b sociedad. No lo son p:tra

n.1da.... lbtd, p. 37.

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-~ i\lbert Cnmu5, JJ.I Plinlfr I-lombrr, op. di., p. 23'J.

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BIBLIOGRAF[A

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...

308

111'1

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1

1


iNDICE

INTRCOUCCION ................................................................................... 5 LA TENTACIÓN DE~ .......................................................... 21 LA~ T~

1 ........................................................................... -47 La mano ltl\lis¡bJe ...................................................................... 49 El encanto deii'Tief'cado ............................................................. 64 Encerrados en el presente ...................................................... 64 RevelaciM-a.signaci6n ............................................................. 75 Decepción mercantil ............................................................... 89 Del Yo al Nosotros ................................................................. 93 Pasiones e intereses ................................................................ 99 El abismo del mercado ......................................................... 110 lSalida y voz? ... .. .. .. ... .. .. .. ... .. ... .... ..... .. ... .... ... ..... .. .. ........... ... .. 126 Administración de la conducta ............................................... 133 Gestión de ecpectativas ........................................................ 140

lSeducoón? .......................................................................... 152 LJI.~ T~

2 ........................................................................ 159 AdiÓs al traba¡o .. ...... ..... . ... .. ... .......................... ........ ..... ...... .... 16 1 Adiós al conocmento ............................................................. 191 El juego de la 9tnUac:i6n ..................................... ...... ... ... ... .. . 19 1 El valor coooc•m.ento ........................................................... 206 Grand~ sistemas exduyentes ............................................... 245

tN-'IAR. (N EL EXTRANJERo? ............................................................... 257 Paisaje después de la batalla ..................................................... 259 Nostalgia de la tentación de abandonar .................................... 286 BIBLIOGRAFfA ................................................................................... 299

------~--

1

1


L a economía ·!SW> teorius. institu•

ciones, pockres. argumentoA y ficciones, discíplinas y di&J'~llitivus tmUtiples- ocupa~ vez más álnbi· ~deJa ~xpe~

de

rontemporinra,

tos indivi~ t'ánlO como de

~.

las La pieza CtUII'81 del dis-

CSfjO econétnie(l • .el mercado, se pllblieita -a sJ miamá como la sotu-.ci6n ~- y~ lin1ca. a tos pn>blemas aseriados a la convivencia.

&su a'4Salbdora rcalidad si5&émica la ecoaooúa se ba extendido tanto c:a I'JBestro mundo que frent~ a su

empuje la& persona.<~. lcw; índlvJduo:o. lo humano. h:m qU\.-dado fuera. del ocro lado de la puerta. en una ~r de o:U'afljeria con re~to a lo ~ cial. Ante clavllllCC !.i n fin de la economía ~e cumplirse ya el diasnóstico adelantado en

KU

momento

por Nikla!l Luhmann: 1015 hombres no fonna~ parte de la AOCiedad. Desarrollando una novetklsa erítlca lit~rario- filoftófica de la cconomto política este libro explora los dtlpositivos que han Jlevado tt la expansión brutal de la economia y adclan· ta una hipótesis. a saber. que lo «onómico ha dejado a ~ hom~ -a

Este libro se terminó de tmpn mtr tn fchrct'O de 19!>? en P.sptr,•l l?.dttnr.l, S A. de C.V: Privad.t ele Churuhu~co No. 31 Col. P<lntitllin, Méx•co, 11fo' Timjc 1.000 c¡cmplares

nosotros- fuera de la 5ociedad porque los individuos siempre quisnnns irnos: an~lábamos deJar atrás este mundo imperfecto y dolorow para construir lejos. allende las frontem. en d extranjero. utoplas.. absctlutoll, reinos de IOJ fines. lk'Clahsmos. u otras muchas 'llatiantes de colimo" deseables. por fin vivibles. Sólo podriamos amar en el extranjero.

Si la economia nos expulsó. contó para ello cotl nuestro asentimleoto, n(ls

~dujo

con nue8trl) deseo, de

irno:l. de dcjill' atrás.

+

t_

-

.. ........-......

....

d~:

abandon<tt.



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