Boletín Cultural

Page 1

centro cultural paraiseño biblioteca pública municipal

boletín cultural Año IV, N.1,

enero del 2009

El desarrollo cafetalero en el Paraíso Para el año 1871 el cultivo del café ya estaba bien establecido en el cantón del Paraíso, especialmente en Cachí, Ujarrás, Orosi y Santiago. Entre 1909 y 1935 el área del café en los cantones de Paraíso, Jiménez y Turrialba, había pasado de 3000 a 12000 manzanas, junto al aumento de la siembra de la caña de azúcar. Se trataba de grandes haciendas que, además, contaban con su propio beneficio. La producción cafetalera y el beneficiado significaron para el cantón una entrada importante de ingresos por impuestos para la administración municipal. Eran clasificados en beneficios de primera o de segunda, pagando sus tributos de acuerdo a esa tipificación. Para principios de la década de los años veinte, el municipio reportaba como contribuyentes a los hacendados Cecilio Lindo, Murray, Lankester, Montealegre . Sin embargo, era constante la queja de la tesorería municipal por la falta de cumplimiento de los hacendados, quienes alegaban ser de tercera categoría para no pagar. De cualquier forma, el café definió la cultura del “paraiseño rural” y el desarrollo de la vida cotidiana de muchas personas estuvo ligado a la cogida de café. “Fue a base de este cultivo que muchas familias paraiseñas obtuvieron estabilización económica y, a la vez, fue el producto que proporcionaba empleo a los menos afortunados, quienes esperaban con ansia la época de la recolecta y que empleaba, sobre todo mano de obra femenina, y de los niños. Este ingreso familiar servía para comprar la ropa del año, hacer reparaciones a las casas y solucionar problemas económicos apremiantes, para luego, el resto del año, vivir de trabajos ocasionales que medio solucionaban los problemas económicos… El café fue el último cultivo que produjo euforia y animación colectiva para la época de la recolecta. La ropa más vieja, el canasto, el bejuco, ir a pie a Ujarrás en grupos y luego en los camiones de las fincas, se hacia con verdadera alegría. El ambiente del cafetal, las bromas y chistes, la alegría de estar ganando el dinero que se necesitaba, era toda una estampa que irradiaba optimismo” (Bolaños y otros, 1993: 231).


Historias de Ujarrás La transposición de rostros En la segunda mitad del siglo XVII Ujarrás era una población de bastante importancia y en ella existía un convento de religiosos franciscanos. Se cuenta que un fraile de aquel convento, cura doctrinero del antiguo pueblo de Tuis, tuvo la ocurrencia, con algún doble objeto, de cortarle la cabeza a la Virgen de aquel pueblo, la cual era de escultura grotesca y rostro airado, manifestando en su semblante cierta bravura y malestar: se dirigió entonces al pueblo de Ujarrás y entro al convento con la cabeza de la Santa Patrona de Tuis oculta en su ancho mangón. Como asunto bien meditado, del que se proponía sacar soberbia ganancia a costa de un pueblo ignorante y supersticioso, se puso inmediatamente en convivencia con el cura de Ujarrás y entrando sigilosamente al templo de aquella parroquia, cortaron la cabeza de la imagen patrona de la Villa y le pusieron la que aquel traía de Tuis. Consumado el hecho religioso, no me atrevo a decir antirreligioso, se despidió muy temprano del día siguiente, el cura de Tuis de su cómplice y compañero y corrió a la ermita de su pueblo a ponerle a la imagen acéfala la cabeza de la de Ujarrás que consigo llevaba, la que al contrario de aquella era escultura fina y de semblante cariñoso y complaciente. Por demás es decir la general alarma que se suscito en ambos pueblos con aquella admirable transformación de las imágenes. Los nativos de Ujarrás, sencillos y supersticiosos, como todos, no creían que su patrona había cambiado su semblante halagüeño y compasivo por un aspecto disgustado y severo, para castigar las culpas y pecados de aquel paraje; hondamente afligidos y con el corazón lleno de amargura, acudían a postrarse a los pies de aquella imagen resentida para suplicarle con fervorosas plegarias el perdón de sus faltas y desacatos; recurrieron al cura a pagarle misas de rogación y rosarios para que por su intercesión, juntamente con las promesas y penitencias que hacían ellos, pudieran alcanzar perdón y ver de nuevo contenta y satisfecha a su Patrona. No pasaba lo mismo en Tuis. . .; un repique solemne y continuado echaba a los cuatro vientos la noticia del cambio de semblante de su milagrosa protectora; no cabían de contentos aquellos infelices, quienes radiantes de alegría, corrían en tropel a la iglesia en donde no se cansaban de admirar el rostro misericordioso de la imagen, que parecía sonreír ante

ellos; creían de todo corazón que la Santa estaba contenta por haberse convertido ellos a la fe católica. Pagaron al cura una misa de gracias con sermón, Te Deum, salve cantada, vísperas, rosario solemne y le llevaron a él y a la imagen muchos presentes y regalos. El Guardián del Convento, que no era indígena ni hombre que pudiera dejarse engañar, comprendió que alguna pillería se encerraba en aquel suceso y que no serian otros sino frailes los autores de semejante engaño. Temeroso de que advirtieran los indígenas aquella patraña, porque tendría fatales consecuencias en sus creencias, tuvo que tolerar aquellas demostraciones sinceras que se hacían en ambos pueblos; pero oculta y privadamente, procedió a averiguar entre los mismos frailes los autores de aquel acontecimiento. Hecha la averiguación del caso no le fue difícil al celoso Guardián dar con los autores de tamaño escándalo y sacrilegio, resultando implicados los dos señores curas de Tuis y Ujarrás: fueron castigados severamente; ayunando a pan y agua permanecieron encerrados por espacio de veinte días obligados después a permutar nuevamente las cabezas de las imágenes. Pero al volver las cabezas a los troncos de sus respectivas dueñas, orden que cumplieron los frailes sentenciados tan pronto como la recibieron era de esperarse nuevos efectos de admiración y extrañeza en los dos pueblos: en Ujarrás no cabían de alegría al ver a su señora nuevamente contemplan con ellos, con su rostro jovial y divino que antes tenia e hicieron grandes gastos en funciones de iglesia en señal de regocijo. No axial en Tuis, en donde los crédulos indígenas se afligieron tanto al ver de nuevo brava a su Patrona, que fue preciso que el Guardián del Convento fuera a consolarlos predicándoles un sermón en el que les dijo "He tenido una revelación de Dios por medio del Espíritu Santo, quien en figura de paloma, se ha acercado a mi oído y me ha dicho que el cambio de semblantes que manifestaron las imágenes lo ha permitido el Hijo de Dios para tantear la fe cristiana de sus siervos". Granados Cachón, Jaime. "Un milagro de la Virgen de la Candelaria". Álbum de Granados.


El paso de los años por el Paraíso La transformación del espacio donde habita un grupo social tiene su mayor evidencia en los cambios arquitectónicos de su entorno y la fotografía permite capturar momentos históricos para evaluar esos cambios. Ese cambio es producto de variaciones culturales más generales, con consecuencias en las formas de vida de las personas y que, a su vez, modifica la cultura local. Las fotografías de espacios antiguos que se presentan con su correlato moderno buscan aportar en la reflexión por parte del paraiseño sobre su realidad y su entorno.


centro cultural paraiseño biblioteca pública municipal

boletín cultural Año IV, N.2,

febrero del 2009

El Orosi Colonial naturales oriseños,... los recoletos obtuvieron permiso en 1755 para trasladar varias poblaciones (Jesús del Monte y San José de Pejivalle( de indios Cabécaras y asentarlas en Orosi. De este modo se vuelve a poblar el valle abandonado durante cincuenta años” ... “El nuevo asentamiento y la fundación de la parroquia volvió a revivir el pueblo de Orosi. La misión franciscana se torna en prepulsora de su desarrollo y por consiguiente en el símbolo del proceso histórico-cultural de la región” ( Angela Camargo. Orosi, 1980 : 3). Iglesia y convento de Orosi. Carl Hoffmann, 1858-59

Orokay (nombre indígena de lo que conocemos como Orosi) fue reconocido por los tenientes Diego de Velazquez, Quiñonez y Vera Bustamente, subalternos de Juan de Cavallón, en 1561. “En el momento de la conquista gobernaban los caciques Xarcopa y Choboro ... y el pequeño dominio se componía del pueblo de Orosi y del de Bujeboj ...” “Desde que el pueblo se sometió a Vásquez de Coronado, formó parte de Ujarrás. Minados por las pestes, los primitivos pobladores fueron desapareciendo poco a poco. La de 1614 hizo grandes estragos. En 1625 aparecen sólo 7 indios tributarios; en 1697 quedan únicamente cinco familias advirtiendo que las pestes de 1690 y 1694 desvastaron casi todas las poblaciones de los valles del Reventazón”. “Y en fin, en 1699 la Audiencia ordenó el traslado a Ujarrás de los indios que quedaban en “atención a que eran pocos y el lugar enfermizo”. Dice el Ilmo. señor Thiel que el traslado se ordenó por cuanto la iglesia amenazaba ruina y no se quería reedificarla” (Eladio Prado, La Orden Franciscana, 1983: 138-139 p.). “Después de que las pestes acabaron con los

“Es la misión franciscana quien se encarga de difundir no solo la fé católica, sino también la cultura española. El templo se convierte en el centro del pueblo alrededor del cual deben congregarse los habitantes. Se trazan unas cuantas rectas a manera de calles y a la vera de los caminos, se reparten pequeñas parcelas cuya fértil tierra era cultivada y aprovechada anteriormente en forma comunitaria. El hombre de Orosi aprende a elaborar y utilizar otros implementos agrícolas, hasta entonces para él desconocidos, a hacer trabajos de carpintería y demás artes complementarias, pero siempre bajo el yugo de la encomienda” “...el pueblo siguió siendo eminentemente agrícola y el indio tuvo siempre que trabajar para cumplir con las exigencias tanto de la iglesia, que les daba a cambio un nuevo Dios y una nueva moral, como de los señores españoles quienes ejercían su poder sobre los indios directamente y a través de los misioneros franciscanos”.

Templo de Orosi, 1951


Don Francisco y don Bolivar, dos personajes oroseños A don Bolivar lo encontramos en su puesto de venta de tiempos, en el centro de Orosi, actividad que ha desarrollado después de haberse pensionado de su trabajo como telegrafista en la oficina del correo local. Don Francisco, con su tradicional sombrero, cultiva la tierra aún como lo hizo toda la vida en sus labores en el campo, trabajando siempre en las fincas cafetaleras de Orosi. Al igual que para muchos habitantes de este lugar el trabajo en el campo fue el sustento para salir adelante con sus numerosas familias. Ambos han visto el transcurrir del tiempo por las calles de Orosi, desde hace setenta y tres años. Fueron campañeros en la escuela, cuando esta tenía solo dos aulas y se acudía descalazos y con un cuaderno en una bolsita. . Saliendo de la escuela sus padres los pusieron a trabajar en el campo en la finca de los Pacheco. A los 17 años don Bolivar provó suerte como mensajero en el correo, pero para lograr ese puesto y ascender después como telegrafista tuvo que preparse mucho y “afilarse” para que finalmente fuera el ganador de la terna y le dieran el puesto fijo. Con picardía don Bolivar cuenta muchas de las anécdotas de su trabajo y nos demuestra la claridad con que hoy todavía interpreta el código morse, lenguaje del telegrafista que fue testigo de la forma en que esta comunidad creció y se desarrolló. Gran parte de su vida la dedicó al trabajo comunal, mediante la asociación de desarrollo. Don Francisco también empuñó pala y machete después de terminar el sexto grado. Su vida humilde y sencilla guarda la

Don Francisco y don Bolivar

esencia de los hombres buenos de Orosi, que forjaron a su familia y a la comunidad con mucha sencillez y pobreza. Juntos recordaron al viejo Orosi, cuando a pesar de las limitaciones los niños corrían tranquilos por sus calles, jugaban chumicos, se bañaban en las aguas del Río Grande de Orosi o simplemente bajaban naranjas y guayabas en las fincas. El Orosi de calles oscuras, cuando los padres imponían el respeto y los hijos escogían los mejores caminos. Juntos recordaron el polvo en las calles cuando el sol arrasaba y los barriales cuando la lluvia no descansaba, o el vacío panorama de aquellas cuatro casas que hubieron en la manzana donde estaba la suya. También conocimos a través de su palabra , al abuelo que hacía casas, la historia de los muertos que eran enterrados sin más abrigo que sus ropas o una tela que algún cristiano donaba al difunto. Sus recuerdos nos llevaron al Orosi de antaño que creció junto a la doctrina franciscana y que fue cambiando paulatinamente el barro por el asfalto, el bahareque por el concreto; unidos siempre bajo el techo del templo colonial que parece amarrar a sus habitantes a este suelo fértil.


Historias de Orosi LA LEYENDA AUREA DE LAS CAMPANAS DEL SANTUARIO DE OROSI Tradicional “Por las rutas que el descubridor trazara sobre los mares ignotos, las barcas de los conquistadores, las velas abiertas a la caricia sedosa del viento, traían proa a la América. …No fueron nunca bastantes los rigores del clima; las alimañas de la selva ni las impetuosas corrientes de los ríos embravecidos. Y bajo el signo de la espada y bajo los brazos grandiosos de la cruz, los tercios avanzaron desde el Cariay y Suerre rumbo al altiplano, Vegas hermoso del Reventazón; montañas azules de Talamanca; vosotras fuisteis a Perafán de Rivera, atravesaron de parte a parte, visteis a Fray Melchor, a Fray Antonio Margil y de Fray Pedro. Y, avistar desde las crestas ondulantes de tus picachos riscosos, el maravilloso valle de Orosí y bajar a él trayendo en hombros al San José Cabécar. Una tarde, tras de larga jornada de las enormes montañas, abriendo la brecha entre la espesa selva, los ojos de los conquistadores se posaron sobre la esmeralda luminosa del valle. El sol se ocultaba tras las cumbres, sembradas de cedros y palmas enhiestas. Fulgían como botadas por las fauces inmensas del horizonte las eglantinas de rubíes y de topacios. Gestábase la noche aquellos vientres agestados del sol. Los oros de la tarde iban palideciendo, cuando de pronto adelantándose el capitán, el sable en la diestra, hízole caer con fiereza sobre el monte y descubriendo un trecho de tierra indicó ese como el sitio preciso para levantar las paredes de un templo. Trescientos indios con sus flechas de pejibaye sobre los arcos tensos cantaron una salmodia. Los frailes recoletos elevaron cánticos y clavaron sobre el terreno limpio el pendón de Castilla y la Cruz sacrosanta, loaron a Dios. Acamparon allí los peninsulares y la indiada que les seguía y al amanecer no más se les vio listos para la faena. Antes que cualquiera choza, construyeron la casa consistorial y echaron los fundamentos del templo. Gigantones de cedro sin labrar; palmas reales formando el techo... la primera iglesia izábase como una avanzada del cristianismo en esos valles y la multitud pudo oir los latines de la primera misa. La obra redentora había empezado. Bien pronto los frailes recoletos sustituían el sencillo templo por un santuario de adobes y cal y canto, tras una laborada

de meses y de años en que los habitantes de la nueva fundación fueron elevando aquellos muros que aún persisten construyendo, también a un lado el convento de techumbre y del otro el cementerio. Pero una mañana al rayar el alba, en medio del murice con que se vistieron los montes cercanos, los ancianos frailes congregaron al pueblo. Los soldados formados en dos filas saludaron el nacimiento del día con salvas de arcabuses; las detonaciones repercutieron en las oquedades de la montaña; el río nunca como entonces, cantó con mayores bríos su canción sin fin. Y, la indiada, el ojo atento a lo que los trabajadores hacían pudieron ver como ayudados estos de jarcias y bejucos, con notable esfuerzo iban subiendo las campanas, aquellas esquilas sonoras que aún cantan con sus notas alegres en la quietud de estas tardes de octubre melancólicas. A una orden del prior los trabajadores hicieron un supremo esfuerzo, el maderamen de los andamios que circulaban la alta torre toscana se conmovieron; el badajo rozó apenas los bordes de la campana; de pronto ya estaba en lo alto sujeta a la pértiga y un minuto más tarde el guardián encanecido hacía volcar sobre el pequeño y maravilloso valle, el pomo de sus sonoridades a la primera campana. Hubo hurras y alegrías entre el vecindario; por tres días las fiestas se sucedieron y, reza una tradición que desde entonces, al despuntar el día, una mano surge entre las nieblas matinales y va dirigiéndose hasta el viejo campanario del templo de Orosí y asiendo el cable, hace sonar el sagrado bronce. Las gentes creen que es la mano del viejo guardián franciscano que surge de lo desconocido y que por esto jamás esa vieja campana dejará de tocar al Eterno. Tal es la leyenda de ese santuario colonial tan venerado, preciosa joya de arte español lleno de tesoros artísticos”(Tomado de: Leyendas de Costa Rica. Compilación Elías Zeledón.

Tomado de: Fernández Guardia. Costa Rica en el siglo XIX, 1972


centro cultural paraiseño biblioteca pública municipal

boletín cultural Año IV, N.3,

Rehaciendo el Paraíso

Posterior al terremoto de 1910, los habitantes de la Villa del Paraíso retomaron con ahínco la reconstrucción de sus vidas y de su comunidad, labor liderada por la administración municipal. Uno de los proyectos más importantes en ese sentido fue el de dotar de electricidad a las casas de los 4000 pobladores de la Villa. El alumbrado público comenzó a funcionar en 1920 con la planta ubicada en el sector del río Paes, desplazando la lámpara de aceite de higuerilla y la mecha de caña brava. Para cubrir la mayor cantidad de casas posibles, solo se permitía un bombillo. Eran frecuentes los problemas para el cobro de este servicio y no eran pocos los relacionados con personas que mal intencionadamente desviaban el cauce del río para mermar la generación de electricidad. Al respecto se lee en actas municipales:. “Teniendo conocimiento esta municipalidad por medio de su inspector secreto de que hay varias casas que “huzan” plancha eléctrica y tienen más luces de las que pagan y considerando que el señor Electricista debe saber esto. Esta Municipalidad le ordena que haga efectivo el pago de esos servicios o se corte de la corriente a quienes no lo hagan; “asiendole” saber que si así no procede, el importe de esos servicios se le restará de su sueldo pues ya son muchas las ocasiones en que ha este respecto se le

marzo del 2009 ha llamado la atención” (Acta de la sesión municipal del 15 de octubre de 1920, artículo 8.) Otra de las obras municipales de gran importancia fue el rastro o matadero dedicado al destace de ganado para el suministro de carnes a los paraiseños. Según se conoce el destace de ganado se realizaba en los primeros años de la Villa, en la plaza. Para el 18 de octubre del año 1888 el municipio aprobó un contrato para la construcción del edificio del rastro. Este nuevo rastro se estableció en la esquina donde actualmente se ubica la estación de bomberos. “Era de reglas de madera y para mantenerlo limpio siempre se encalaba. El piso era de losas de piedra de las que aún se ven en algunas aceras. Esas losas eran talladas a mano por los picapedreros que también hacían basas para las construcciones.” “En el suelo había tres argollas de hierro enclavadas en la piedra. De una de estas se amarraban las patas traseras del animal y de las otras las delanteras. La cabeza quedaba en el centro de una zanja. A su vez, esta zanja estaba en dirección a un tanque con agua. Después del destace se quitaba el tapón del tanque para lavar la zanja” (Bolaños y otros : 1993, p.154 ). A medidos de la década de los años cincuenta se inauguró un nuevo Matadero Municipal ubicado al norte de la Villa. Según documentos oficiales “La vida moderna obliga a una constante renovación de sistemas, abriéndole amplios caminos a la empresa y a la actividad comercial. (Municipalidad de Paraíso, 1958: 57 p.)

El mayor impulso en el desarrollo del cantón se dió después de los años 50 del siglo pasado El matadero es testigo de ello y aunque ya no se realizan las actividades para las que fue creado, es un icono de aquella época que parece no tener retorno.


Personajes Cristina Solano

Cristina nació en julio de 1925, siendo hija de Daniel Solano y doña Blanca Meza. Compartió con otros niños paraiseños en la Escuela Goicoechea, cuando su director fue don Eugenio Corrales Bianchini. Su padre don Daniel tuvo varias ocupaciones como sacristán, secretario de la Jefatura Política, también trabajó al campo. Su mamá fue costurera durante muchos años. La familia de Cristina estuvo compuesta de catorce hermanos. Después de la escuela empezó a trabajar en la tienda de doña Estefana donde pudo coser gracias a los que aprendió en la escuela. En la tienda también aprendió a bordar a máquina; , recibió clases, además, con una costurera de apellido Quirós. Posteriormente, instaló su taller de costura, donde se desarrollaron durante más quince años las clases de manualidades con el Clubs 4S. De esta organizacón recuerda a la niña Flavia, instructora que siempre traía a las alumnas nuevas ideas y proyectos a realizar.

A Cristina Solano Meza la conocimos en la década de los setenta cuando formó parte de la Juventud Obrero Católica (JOC) , organización que se destacó en la comunidad de Paraíso por desarrollar una labor pastoral social muy importante. Este grupo fue liderado por el padre Recaredo Rodríguez y contaban con el apoyo de organizaciones como STICA y el CLUB 4S (Salud, Servicio, Sentimiento y Saber) del Ministerio de Agricultura. Por medio de estas, se organizaban cursos de manualidades, carpintería, agricultura, cocina e incluso, clases de guitarra. Con las clases de manualidades que se impartían, Cristina logró llevar a muchas jovencitas y señoras la oportunidad de aprender la confección de artesanías, manualidades y diversos tejidos como el crochet y macramé, para lo cual siempre tuvo a la disposición de la comunidad su taller de costura, ubicado en el barrio La Estación. Según nos cuenta, en este lugar logró reunir un grupo de señoras paraiseñas que capacitaban a las niñas y jóvenes que asistían. Hoy día se encuentra con señoras que recuerdan con mucha gratitud todo lo que aprendieron en aquellos talleres.

Se destacó también organizando y dirigiendo las actividades que llevaba a cabo la JOC: las veladas, las fiestas de San Isidro, las celebraciones del día de la madre y del padre, Semana Santa, y los famosos altares de Corpus Crhisti. Especialmente recuerda las posadas que se hacían nueve días antes de la llegada de la navidad; la víspera se hacía a la media noche y así cuando los niños y niñas llegaban a sus casas encontraban ya su regalo. También organizaron muchas excursiones en las que llevaban a los jóvenes a conocer playas y volcanes del país. Curiosamente, nos cuenta, la demolición del antiguo templo y de los galerones de la JOC, afectaron mucho, pues ya no tenían un lugar donde reunirse. Con entrega y compromiso Cristina dignificó su trabajo y fue una mujer capaz de liderar buenas causas en favor de una comunidad ansiosa de crecer y desarrollarse. Muchos jóvenes, hombres y mujeres siguieron su voz solidaria. Su ejemplo no fue en vano porque marcó la historia de este Paraíso, que hoy está sediento de personas como Cristina.


Histor ias de Ujarrás Relato del Gobernador Diego de la Haya Fernández, 1723. “En febrero de 1723 hizo erupción el volcán de Irazú, sintiéndose muchos temblores. …. Hállase esta ciudad de Cartago fundada á la falda de una cima de más de cuatro leguas de altura, en cuya eminencia hace una mesa llana, la que los antiguos y modernos tuvieron por boca de volcán reventado; demora al Norte, y, dejando esta ciudad á la parte del Sur, corriendo la cordillera de su continuación Este Oeste fenece ésta y principia otra hacia el Nordeste, donde en otra eminencia está el volcán de Turrialba sajado y reventado há muchos años, el cual humea por tiempos sin hacer daño alguno en sus contornos”…. “El día martes 16 de febrero de este año de 1723, á las tres de la tarde, se reparó que sobre la dicha cima estaba un plumaje muy fecundo, el que por entonces pareció era celaje de la esfera; y habiendo aplicado con cuidado la atención, se reconoció nacía de dicha altura y que cada instante iba á más, fecundando su actividad en humareada renegrida, oscura y tenebrosa, y que corría la espesura de su materia para los valles de Corriabat y Barva por soplar con fuerza el viento Norte, y desde las cinco de la tarde empezó dicha eminencia á tronar de media en media hora” “Esta novedad atemorizó a toda la vecindad, ocurriendo á la santa iglesia parroquial…” “…En la tarde de este día 22 se dispuso traer á Nuestra Señora de la Concepción del pueblo de Ujarrás, que dista a dos leguas de esta ciudad por la tarde del Oriente, milagrosísima patrona votada por el Cabildo y regimiento. Por el año de 1666 hizo retroceder del pueblo de Turrialba á ochocientos enemigos piratas que por el valle de Matina marcharon á

saquear esta provincia, …. “El día 23, á las tres de la tarde, marché de esta ciudad con cien fusileros hasta el alto de la cuesta de Ujarrás, donde encontré la procesión de la Virgen Santísima, á quien hice salvas con tres cargas cerradas; y, tomando la vanguardia, marchamos para esta ciudad y llegamos a ella a las ocho de la mañana, y se puso dicha imagen en la santa iglesia de los Angeles de la Puebla de los pardos, distante de esta ciudad un tiro de mosquete. A la tarde se trajo en procesión á esta santa iglesia, y á la noche se le cantaron letanías y rosario. En todo este día, fue continuando su fuego el volcán con grandes humareadas, formando celajes copados como si fueran de nieve, y en la noche pocas veces se vieron las llamas y el rumor fue menos” “A las cuatro de la mañana del día 24 dio truenos bastante grandes, y á las diez se sacó en procesión por el cementerio y se le cantó misa. Rato de día y toda la noche continuó el fuego incesantemente, echando por instantes bolas y piedras encendidas, con tal género de susurro como si á un tiempo muchas fraguas estuvieran ardiendo”. “El día 2 de marzo se llevó en procesión a Nuestra Señora de Ujarrás .. y se mantuvo en dicho convento (de Nuestro Padre San Francisco) hasta el día 5, en el cual á las tres de la mañana salió en procesión para su pueblo, á cuya soberana imagen acompañé hasta ponerla en su camarín con cien soldados que continuamente fueron haciendo fuego, siguiéndolas más de mil personas á pie y descalzas.” Tomado de: Fernández, León (1975). Historia de Costa Rica. San José : Editorial Costa Rica. Pp. 156 161.


centro cultural paraiseño biblioteca pública municipal

boletín cultural Año IV, N.4,

abril del 2009 Pero quedó la calle hecha en el sector de El Ajenjal en

Paraiseños tras el progreso

adelante, por lo tanto desde su construcción se conoce con el nombre de "CALLE WALLE", conocida como calle Vale. En el centro de Paraíso principios del siglo, habían dos aspectos, uno era que en invierno eran caminos barrealosos y en verano polvorientos, y no fue hasta el año de 1910 o 12 que se comenzó a lastrearlos, dejando a los barrios en su suelo natural. Lo mismo que el camino a Cartago, donde hasta 1915 viene de Cartago a Paraíso el primer automóvil aprovechando el verano para poder llegar. Era un fotingo, manejado por un señor de apellido Aguilar. También el paraiseño, tuvo el logro de conocer Fotografia Oscar Arguedas Ocampo

por- sus calles, al tipo francés, el vehículo tirado por una mula; como fue la volanta, propiedad del señor don Justo

“Al trasladarse la Villa de Ujarrás a los Llanos de Santa

Coto. En los años del 17 al 20 que ya medio habían

Lucía, uno de los primeros obstáculos que sintió el

arreglado el camino Cartago-Paraíso, aparece el primer

paraiseño fue los malos caminos para ir a Ujarrás, donde

paraiseño con vehículo propio, un señor de apellido

lo que se encontraban eran trillos como son el Picacho y

D·Avanzo, luego don Abel Coto Avendaño. Después don

el Chiral, y los que eran más anchos eran demasiados

Eulogio Quirós, don Calixto Quirós y siguieron otros

pedregosos y pronunciados, como son los de la Palma y

buscando ya el transporte motorizado; ya aparecen los

el Calvario.

de nuestros

primeros choferes del pueblo como, don Héctor Coghi

mayores, fue la administración de don Cleto González

Fervari (don Turucho) como cariñosamente el pueblo le

Víquez de 1906 a 1910 la que dio comienzos a la

conocía, don José Quesada Schmidt, don Francisco

carretera Paraíso-Cachí. En Ujarrás por lo general en

Schmidt y otros. Al arreglarse los caminos, el paraiseño

invierno eran intransitables sus caminos. Lo mismo que

comienza a adquirir los carros de carga y se conocen

los ríos con sus crecidas por la escasez de puentes. Esto

aquellas marcas viejas como: FORD, OPEL BLITZ,

hizo que la Hda. de la familia Lindo en Cachí, mandara a

COOMER, G. M. T. y otros. Aquí es donde

construir una vía ancha de Cachí a Santiago para la

paulatinamente comienza a desaparecer el vehículo del

instalación de un tranvía para el transporte del café que

transporte campesino, como fueron: la carreta y la

enviaban a los Estados Unidoso Europa. Este camino

bestia”.

fue construido por un ingeniero llamado Mr. Charles

Paraíso en el 150 aniversario de su fundación. 1983.

Según conversaciones

Walle. Por motivos desconocidos no se continuó la vía.

Tomado de Francisco Marín Alvarado. Datos históricos de


Personajes Don Victor Bonilla

ICE y luego con la JASEC en la reparación de líneas y como operación de una estación. De su mente lúcida y especial manera de llevarnos al Paraíso de antaño, conocimos la famosa fábrica de cabuya, donde también trabajó. Esta fábrica estuvo ubicada en lo que hoy llamamos Llanos de Santa Lucía. Tuvo varios dueños: don Chico Bonilla, Federico Peralta, Mr. Murray, Ricardo Castro Beeche. Este último vendió la maquina y cambio las plantaciones de cabuya para poner una lechería pero fracasó y vendió los terrenos a unos señores que instalaron una estación de radio conocida como " La Voz de la Víctor".

Don Víctor Bonilla Ramírez nació el 15 de junio de 1912 en Paraíso, siendo hijo de Pedro Bonilla Rosas y Viviana Ramírez Cantillo. Forjó su vida como hombre trabajador desde los nuevos años, razón por la cual no fue a la escuela. Su primer trabajo fue guiando unos bueyes que araban la tierra en Ujarrás y tras su huella surgirían plantas de frijoles, de maíz y muchos otros productos que la fértil tierra de este valle hacia brotar. Después de trabajar al campo, laboró con el gobierno en la construcción de varios puentes del cantón como el de la entrada a Paraíso, sobre el río Pollo y el de Tapantí. Posteriormente, se trasladó a trabajar con el

Su relato nos trasladó al Paraíso de calles de tierra, de lomas y ríos que tenían que pasar saltando piedras, del Paraíso de pocas casas y cercas de piñuela. Recuerda que en cada esquina había un poró y en cada uno de ellos dos líneas de conducción eléctrica. Esta electricidad era generada por una pequeña planta que la municipalidad había instalado en el río Páez. Pero esta planta abastecía solo por una hora al bombillo que se permitía instalar por casa. De don Víctor admiramos su fortaleza y disposición para contarnos las historias de este pueblo y sin duda su testimonio es un gran aporte para que los futuros paraiseños conozcan el pasado de este Paraíso.

El CENTRO CULTURAL PARAISEÑO es un proyecto cultural de la Municipalidad de Paraíso que procura fortalecer los procesos de identificación histórico-cultural del cantón, mediante la promoción y desarrollo de actividades artísticas (música, danza, poesía, música, teatro, plástica), de recuperación de la memoria histórica y del ser paraiseño. En este proyecto está incluida la Biblioteca Pública, el grupo Bailarines Independientes, el Taller Infantil Colibr y , el proyecto “Nuestros abuelos cuentan la historia”, con el apoyo del grupo de danza folclórica Abiturí. El Boletín Cultural es una publicación del Centro. Investigación y redacción Silvia Quirós Calderón. correo electrónico: centroculturalparaiso@gmail.com; bibliotecaenlinea@hotmail.com; tel-fax 25 75 12 82.


Histor ias de Ujarrás Larazinos en Ujarrás Según el Dr. Vicente Lachner (18681947), la aparición de la lepra en la provincia de Costa Rica, se focalizó en Cartago. De su origen no hay certeza, solo se reportan los primeros casos en Chircagres o Churuca (hoy San Rafael de Oreamuno). Escribe el doctor Lachnner que para el año 1784, fueron varios los proyectos de los gobernadores de la provincia para trasladar a los enfermos del mal de Lázaro, como se le llamaba, a zonas alejadas. Uno de esos proyectos fue el del gobernador Tomás de Acosta (1798) que ubicaría este lazareto en Candelaria “ a siete leguas del sudoeste de Cartago, en el paso de Panamá “… y para cuyo sostenimiento debían contribuir los vecinos de Cartago y villas inmediatas, voluntaria y forzosamente; á esta población se trasladarían todos los leprosos de la colonia sin distinción alguna y sin permitirles en la traslación trato ni comunicación con nadie, “ni lamentos ni expresiones que puedan conmover á nadie é inducir á sedición”. Los muebles y la ropa de los leprosos, decía el proyecto, debían trasladarse también á aquel lugar para evitar el contagio, las casas que ellos hubieran habitado se harían picar interior e exteriormente hasta una pulgada, se removería el suelo, se lavarían las puertas y ventanas y techos con vinagre de maguey ú otra cosa conocido contra

el contagio, ….” . Sin embargo, este proyecto tuvo muchos opositores y entre ellos los vecinos de Ujarrás, “por cuanto la lepra no había aparecido en sus dominios…” . Esto unido “…al escaso poder de que parece podrían disponer los Gobernadores de Costa Rica, hicieron fracasar este proyecto y los posteriores”. Y continua el autor…”La ironía del destino hizo que el pueblo de Ujarrás, cuyo municipio se había negado a contribuir para la realización del proyecto de Acosta por no haber aún lepra en sus dominios, fuera el que más sufrió después, llegándose a considerar a Ujarrás como el principal foco de Costa Rica”. (Vicente Lachner S. Apuntes de higiene pública. 1800 - 1900 Revista de Costa Rica. Tomo I N. 24.) En razón de ello, en el año 1826 fue establecido un lazareto en Navarro y una casa de mendigos. Para 1827 el ayuntamiento de Ujarrás lanzaba alarma por el extensión desmedido de los casos de lepra. Esta extensión de la enfermedad causó pánico incluso reflejado en medidas del gobierno como la del presidente Gallegos, quien decretó la pena de muerte para aquellos leprosos que huyeran de los campos asignados. También se permitía el allanamiento de las casas de los enfermos, exponiéndolos públicamente al desnudo.


centro cultural paraiseño biblioteca pública municipal

boletín cultural Año IV, N.5,

mayo del 2009

La Calle Real Al darse definitivamente el traslado de la Villa de Ujarrás a los Llanos de Santa Lucía, en 1833, se demarcó la calle principal de "La Nueva Villa del Paraíso" y en sus orillas se ubicaron la plaza, la iglesia y a los vecinos más pudientes . La Calle Real fue empedrada en los primeros años de vida de los paraiseños en sus nuevas tierras, desde el río Pollo hasta el inicio del barrio La Joya. El desague de la calle era hacia su centro, donde había un caño, no habían aceras. Era común ver en la calle real, tendida bajo el sol, la cosecha del frijol o de maíz y que eran cuidadas celosamente por las mujeres mientras los maridos trabajaban al campo . Al terminar la tarde, recogían los tendidos antes de que las calles anunciaran el regreso de las carretas. La mayor parte de los acontecimientos importantes se daban en la calle real. Las reuniones políticas que luego terminaban en

pleitos entre ricardistas y castristras, entre los seguidores de León Cortes o los de Iglesias y claro, las casas y comercios sufrían las consecuencias de la guerra de piedras. Y si no eran por política, los pleitos en la calle real se daban por guaro y por quien demostraba más su hombría con machete en mano. También la calle real fue el recorrido fúnebre hacia el cementerio. Los entierros salían del templo y la campana anunciaba que doblaba tomando la calle del centro hasta la última morada del difunto. A su paso, los negocios y las cantinas cerraban sus puertas en señal de respeto. Hace mucho tiempo esta costumbre para llegar al cementerio fue desplazada por el peso de un tránsito de vehículos que también se ha llevado la paz de esta ciudad Además, de las vueltas alrededor de la plaza para encontrar novio, fue muy común en el Paraíso, el subir y bajar por la calle real. De la esquina del Cine Margot hasta la esquina de la Municipalidad, muchos encontraron el mejor momento para llegarle al amor de sus vidas.


Personajes Doña Gladys García título de bachiller, siendo la primer mujer paraiseña que adquirió su título de un colegio nocturno. Gracias a una beca le fue posible continuar en la escuela de enfermería del Hospital San Juan de Dios y posteriormente en el Hospital de la Mujer, donde se especializó en obstetricia. De 1951 a 1959 laboró en el hospital de Cartago, pasando después a la Maternidad Carit hoy día Hospital de la Mujer. Fue para el año 1964 que el Ministerio de Salud la nombró enfermera jefe en el Cantón de Paraíso.

En 1934 nació Gladys García. Su familia, de orígenes muy humildes, estuvo compuesta por don Juan García Castillo y doña Jacoba Morales Sandoval, junto a siete hermanos. Durante cuarenta y dos años estuvo ligada a actividades de salud pública, de las cuales se siente muy orgullosa porque le permitieron realizar lo que más le llena el corazón: ayudar a su prójimo. Ingresó a laborar antes de los quince años al hospital de Cartago como conserje. Posteriormente, ingresó a la escuela de enfermería de dicho hospital. Doña Gladys comentó que los hospitales en su mayoría eran liderados por monjas, por esa razón fue que en el tiempo que ella inició sus estudios de enfermería, tenía que tratar con religiosas. Comentó que por iniciativa propia, ella solicitó a una de las superioras que le permitiera ingresar al colegio San Luis Gonzaga para cursar la secundaria. Dicho petición fue concedida y fue así como ingresó al Colegio Nocturno de Cartago, ubicado en el edificio central del Colegio de San Luis Gonzaga, de donde, obtuvo su

Nos cuenta que antes de la instalación del Ministerio de Salud, habían muchas parteras empíricas. Había una maternidad pero la mayoría de las mujeres en estado de embarazo permanecían en sus casas y eran atendidos por estas parteras, las cuales no cobraban por sus servicios. Algunas de ellas fueron doña Zoraida Quirós y una señora conocida como “Trina”. En el área de Cachí, doña Socorro y su hermana, también se desempeñaron atendiendo partos en su comunidad. Recuerda que en Paraíso había enfermedades como lepra, tuberculosis y que muchos menores fallecían debido a problemas de desnutrición, complicaciones de sarampión y tos ferina. Antes las familias concebían muchos niños y no había protección, higiene, nutrición ni estimulación, por ese descuido, la mortalidad era mayor. De su labor como enfermera recuerda con mucho cariño las comunidades de Llanos de Santa Lucía y La Laguna, con quienes más se identificó y proyectó su vocación al servicio de quienes más lo necesitan.


Histor ias de Ujarrás Uxarrací "En un valle fértil y hermoso, dotado por la naturaleza de ricos y variados encantos, regado por el río Orosi (llamado también Macho y Río Grande) abundante en pescado, particularmene, de un pez en extremo gustoso, llamado irónicamente bobo porque su ligereza es imponderable y cuesta buen trabajo prenderlo, tenía establecido su dominio una tribu compuesta como de trescientos indios, gobernada por los caciques Abiturí y Turichiqui.” “El valle es profundo y esta circunvalado de cerros. Su clima es templado. Dista de Cartago, al Sureste, unas dos leguas. Los indios le daban el nombre de Uxarrací, y el pueblo, formado por éstos, era bien anterior a la conquista. Cultivaban particularmente el maíz. Fue reconocido por Francisco Destrada, (por orden de J. Cavallón) en 1561, a quien se le adjudicaron los indios y las tierras del valle en 1569. Antes de esto los indios de Ujarrás se rebelaron contra sus conquistadores, confederándose secretamente para matar al Alcalde mayor, que lo era Pedro Venegas de los Ríos y de esta suerte, recobrar su libertad. Con tal fin le tendieron a Venegas de los Ríos una celada en Ujarrás mismo, en la cual perdieron la vida algunos soldados y otros fueron heridos". Después de esto se fundó la parroquia de Ujarrás. "Posiblemente se construyó una ermita pajiza, ...dándose su guardia a los franciscanos". Estos iniciaron la catequización de los indios. Además, Ujarrás tuvo a su guardián . Para 1697 se

instalaron las primeras cinco familias españolas. Según un memorial del Cabildo de Cartago, para 1569 habían 300 indios en Ujarrás, pero para 1583 había bajado a 200. Las continuas pestes y los malos tratos que dieron los españoles a los indígenas, redujo casi totalmente a la población. En el año 1699 fue necesario reubicar la los residentes de Orosí a Ujarrás dado ese exterminio.” Eladio Prado, 1973 ) “Cuando se incrementó la producción de cacao en Matina, su permanencia en el Atlántico y empleo en esta producción, así como su relación con los extranjeros que llegaban a Suerre, debió aumentar la propensión a contagios. Fue tan grave la situación, que el gobernador informó que en 1666, las faenas de campo eran atendidas por las mujeres, dado el escaso número de hombres. Las pestes de 1690 a 1693 diezmaron totalmente a los naturales del valle y, de aquí en adelante, no se recuperaron; la lógica consecuencia de todo esto fue la desaparición del último indígena originario de este Valle, ya en la segunda década del siglo VXIII”. Rafael Bolaños, 1993).


centro cultural paraiseño biblioteca pública municipal

boletín cultural Año IV, N.6

junio del 2009

Ayer la plaza... hoy ...

Según se cuenta la plaza que se ubicó en el centro de Paraíso fue delimitada en los primeros días del traslado de los pobladores de Ujarrás a estas tierras. En ese cuadrante se instalaron ranchos de paja que fueron hechos para albergar aquellas familias que fueron despojadas de sus tierras y casas en Ujarrás y que no fue posible ubicar dadas las dificultades que presentó el terreno para establecer las viviendas de los nuevos pobladores. Después fue cimentado el mercado, en la parte oeste. Era un galerón de zinc, que también sirvió para albergar la escuela después del terremoto de 1910 y realizar las primeras proyecciones de cine en el pueblo, allá por los años veinte. Durante las fiestas patronales se instalaban en la plaza, puestos para juegos y para la venta de comidas. También era el lugar de reunión de los poetas y los músicos que acompañados de bandolinas y guitarras, hacían valer la fama de Paraíso como cuna de grandes músicos. También estuvo allí el redondel para los atrevidos que sorteaban la suerte y la furia del toro.

La orilla del cuadrante de la plaza siempre estuvo adornada con arbustos, primero y después con pinos. De aquellos siembros el higuerón y el guachipilín acompañaron por más tiempo las historia de los paraiseños. Este último está ubicado en la esquina diagonal a la escuela Goicoechea y según cuenta, fue la esquina de los discursos políticos de Ricardo Jiménez y Cleto González Víquez. El higuerón fue sembrado por Antolín Guzmán frente al actual edificio municipal. Sobre sus raíces extendidas muchos descansaron tras su jornada laboral, o crecieron los comentarios sobre asuntos locales de importancia o fue ahí donde nacieron grandes ideas que cambiaron el rumbo de esta comunidad.

Alrededor de la plaza las concentraciones para ver el partido de futbol o la mejenga fueron convivencias que hoy añoran los abuelos. El inicio de los años setenta dibujó en las mentes de las autoridades locales la creación de un parque. Nuestro terruño había dejado de ser pueblo, ya no era la Villa del Paraíso sino la ciudad de Paraíso, título otorgado en 1957 y el progreso venía… Hoy el cuadrante donde estuvo la plaza es solo el fantasma de un bonito proyecto que sucumbió ante la falta de mantenimiento y la ausencia de visión progresista para el cantón. Muchos son quienes añoran la plaza, la mejengas, el guachipilín, las tertulias políticas en las raíces del higuerón y la voluntad para crear una comunidad que dignifique la presencia de los restos de Florencio del Castillo en el centro de este Paraíso.


Personajes Don Fausto Solano Don Fausto Solano Meza nació el 13 de octubre 1933. Ha sido un paraiseño de pura cepa. Vivió en el barrio La Estación, en el hogar formado por Daniel Solano Rojas y Blanca Meza Alvarado. Con él conversamos y muchas historias de este pueblo y de su vida que no pueden dejar de estar en este boletín. Como muchos niños de su época llegó a sexto grado en la Escuela Goicoechea y no pudo ir a l colegio porque al ser muy pobres, tenía que trabajar a para ayudarle a los papas. Dice don Fausto que en ese tiempo era muy difícil estudiar. “Yo trabaje en muchas cosas porque siempre me gusto no estar en una sola parte. Una de esas parte fue el ICE donde trabajé durante veinte años y trabaje en los túneles en trabajos pesados en línea de transmisión y en construcción. Yo empecé a trabajar en el ICE cuando tenía treinta años y de ahí estuve en la planta de Río Macho, luego pase a la de Cachí y cuando terminamos esos trabajos me trasladaron a San José”. Recuerda que cuando eran pequeños jugaban mejengas en los potreros pero lo que más le gustó desde que salió de la escuela y no ha dejado de practicar es la bicicleta: “Son 65 años de tener bicicleta y andar por todo solo”. Cuenta de los juegos de su infancia en las calles del barrio cuando se reunían a jugar bate o “cuartel inglés” como le llamaban. También recuerda las flechas que hacían para ir a matar pájaros o zacateras que eran unas aves que andaban ahí, en esos potreros.

También nos relató que su casa era pequeña y en ella llegaron a vivir hasta treinta personas. Era un cuadro de zinc, que primero tuvo techo de teja pero como en Paraíso temblaba mucho en ese tiempo, su papa se la quitó y puso zinc. La casa no tenía ventanas era, según don Fausto, como una lata de manteca. La puerta era del mismo material. Y así como la suya, eran las otras casas del pueblo, sin lujos, de zinc y sin ventanas ni forros de madera. La televisión la conoció ya cuando había salido de la escuela. Recuerda que el único aparato eléctrico de ese tiempo era el telégrafo. El radio lo escuchaba cuando iba con su padre a oír los partidos de futbol a la lechería que quedaba en el cerro, pues él era muy aficionado al futbol También contó la historia del lugar conocido como el salto de la novia, zona que llamó muy misteriosa. Considera que esa parte la han tomado los que tienen problemas para deshacerse de ellos: “Yo he contado unas veinte personas. Yo pasaba de noche cuando trabajaba en el ICE y no… no era nada bonito”. Al final nos contó que una vez fue a acompañar a unos tíos que sembraban ahí. En el puro bajo hay una catarata: “ Me fui con él y otro primo y a media noche vimos algo muy raro. No vimos ningún espanto pero vimos algo muy raro. La catarata estaba iluminada y ahí estuvo un rato esa claridad, no supimos que sería…”


Histor ias de Ujarrás La rebelión del cacique Turichiqui “A principios de 1568, los habitantes de los diversos pueblos indígenas del Valle Central oriental y de la vertiente atlántica establecieron una alianza secreta, con el fin de expulsar a los españoles y recuperar su independencia. Al menos así lo consignan los documentos coloniales, en los que se menciona que se confederaron los indígenas de los pueblos de Guarco, Turrialba, Ujarráz, Corrosí y Atirro, bajo la dirección del cacique llamado Turichiquí de Ujarráz. Aparentemente, los indígenas trataron de tenderle una trampa al alcalde Pedro Venegas de los Ríos. Con el pretexto de que los españoles le indicasen cuáles tierras debían poblar los indios que habían anteriormente huido y que ahora habían venido a someterse. El cacique Turichiquí pidió a Venegas de los Ríos que se presentase en su pueblo. Este salió de Cartago, acompañado de diez soldados y mestizos, así como varios indios auxiliares. Una vez en el pueblo de Ujarráz, los españoles fueron invitados a compartir una comida con los indígenas principales y observar sus danzas. Pero a una señal de Turichiquí, los danzantes sorpresivamente se lanzaron sobre los españoles y mataron a dos de los mestizos e hirieron a algunos soldados españoles, aunque el alcalde Venegas de los Ríos logró escapar. Sin embargo, pronto se inició una rebelión general de los indígenas del cacicazgo del Guarco, los cuales se negaron a presentarse a servir en la ciudad de Cartago. Un vecino español dio el siguiente testimonio: (..) vee que los yndios ninguno dellos sirve, y se platica entrellos, según

este testigo lo a oydo (..) questan confederados y aliados los yndios que no sirvan ni den mayz, y que desta manera se irán los españoles de sus tierras (..).36 La situación se tornó crítica. Muchos españoles abandonan Cartago y los pocos que quedaron en la ciudad temían que los indígenas lanzaran un sorpresivo asalto. Según la documentación, la iglesia se empleó como refugio-fortaleza, en tanto se esperaba que llegaran refuerzos desde Nicaragua, pues como lo afirmaba el mismo testigo: ay poca gente (en Cartago) para los castigar y reducir (a los indígenas) al servicio de su majestad. (Tomado de: Juan Carlos Solorzano (2006). Costa Rica en el siglo XVI: describrimiento, exploración y conquista”. San José : Editorial UCR. 224p.)


centro cultural paraiseño biblioteca pública municipal

boletín cultural Año IV, N.7

julio del 2009

Cachí Cachí es el distrito cuarto del cantón de Paraíso. Tiene una extensión de 36.77 km2 y una población aproximada de 5 813 habitantes. De este distritos conocemos los barrios de Cachí centro, Ciudadela Murray, Peñas Blancas, Volio, Loaiza, Urasca, San Jerónimo, Ujarrós, Ajenjal. El nombre de este distrito es de origen indígena, proviene de un jefe de tribu llamado Catchi. Fue un reducto indígena destino de aquellos inconformes con el trato de los conquistadores. Según Rafael Bolaños (1993) “…no había en realidad un poblado y las costumbres eran muy sencillas. Vivían en ranchos sin divisiones internas. Se alimentaban sobre todo de plátano, yuca y animales de la selva. Eran muy hábiles en la producción de cestería”.

Recolectores de café

La vida de la población de este distrito ha girado alrededor de la siembra y beneficio del café, pues sus tierras se han dedicado al cultivo de este producto desde 1920, cuando llegó la familia Lindo. En el año 1930 se establecieron en el lugar Zaira Lindo y Alex Murray, cuya empresa quebró a finales de los sesenta, siendo adquirida posteriormente por Ramón Aguilar Facio. Este se declaró en quiebra en el años 1985. Al cerrar el beneficio, la población quedó sin fuente de trabajo. Precisamente al centrarse la vida económica y social en el café, no se desarrollaron otras áreas como el comercio o el turismo. La mayor particularidad de Cachi es mantenerse como un pueblo rural. Casa rural Cachí

De particular importancia en la vida cultural de Cachí, fue la construcción de la represa por parte del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE). Según el estudio de José Luis Amador sobre los efectos de “ … La inserción laboral del jornalero de hacienda cafetalera en el Proyecto Hidroeléctrico del ICE, (esta) no fue un "cambio de trabajo" simplemente, sino que implica una reestructuración total del mundo del cachiseño … trajo como consecuencia la re-integración de la comunidad en torno a un nuevo eje económico distinto a la hacienda cafetalera tradicional, y con ello su transición a otra realidad social, a otra época, a otra dimensión cargada de profundos cambios, que habrán de repercutir en todos las órdenes de la experiencia vital de los individuos” (1995). Se influyeron grandes cambios en las pautas culturales, de formas de hacer las tareas cotidianas, de costumbres y de tradiciones.

Dueños de la finca y jornaleros


Personajes De la tierra al concreto : la construcción de la represa y la historia de los cachiseños Esta mole de cemento que significó tanto desarrollo para el país, vino a transformar la vida de miles de jornaleros que cambiaron su machete por la pala y el concreto. Pero además de ello adquirieron nuevas costumbres y hábitos. En esta sección hemos querido recoger algunos testimonios de personas que trabajaron en la construcción de la represa y que nos dejan constancia de esto. Estos testimonios forman parte del trabajo de José Luis Amado (1995), El Ice como agente de cambio cultural. “Bueno yo pasta de dientes, yo no la conocía, ni cepillo, porque ve, uno nuevo (joven)... Los papases de uno pues, no tenían esa... (costumbre). Como le digo yo a mis hijos ahora: tome lávese los dientes, tome plata, cómprese un cepillo, una pasta... Ve, y toda'esas costumbres pues que las trajo el ICE... Como le digo, en los campamentos ...primero la higiene... (FT/S)” “ El baño diario no era una cosa que se da en los campos, no había facilidades para eso. Las casas no tenían baño, era costumbre irse a bañar a los ríos, los fines de semana. En el túnel si no se bañaban todo el mundo veía. En el "Proyecto Cachí" había un fulano que le decían don Lunes, solo los lunes se bañaba. (FT/V)” “El uso del papel higiénico era otra cosa nueva. En los campos normalmente se usaba "la nación", papel de pulpería, güitite, hojas de banano secas... (FT/V)” “Nosotros estabamos acostumbrados a meternos entre un saco, porque no teníamos ni cobija... Aquí en el pueblo se acostaba uno, se metía entre un saco y tal vez con un coleto del mismo saco de gangoche se cobijaba”. “Y cuando llegó el ICE nos daba un camoncito con todas las de ley. Nos cambiaban fundas todos los días. Todo eso son costumbres que nosotros las traspasbamos a nuestras casas ve y les dábamos la idea, porque después de venir yo de dormir del campamento con un colchón nuevo, una fundita nueva, unas sábanas nuevas, no me iba a acostar en... en una estera, en una cama de... usabamos la estera aquí en Cachí... Entonces todo eso fue algo número uno, ve.(FT/S)” “ ...cuando yo me casé, me costó conseguir un colchón. Si, porque había que pagarlo a hacer. Y antes nosotros no conocíamos los colchones, lo que se usaba en ese tiempo eran petates... esteras; que por cierto en ese tiempo había un nigüero que daba miedo, y se le llenaban a uno los dedos de nigüas y va de rascarse. Y chinches... también alepatos. Todo eso existía mucho en las casas. Y eso se fue yendo una vez que se usa el colchón, se usó camas, se fue yendo todo eso. Se metían en las rejillas de las esteras, las esteras se hacían de vena de banano... La chinche se mete entera a la madera... allí se metían los bichos esos. (FT/W) “

Construcción represa de Cachí


Histor ias de Ujarrás El bachiller Osejo en Ujarrás “En agosto de 1820 trasladó Osejo su domicilio a Ujarrás y, como es de suponer, pronto ganó la buena voluntad del Ayuntamiento y vecindario: organizó allí la enseñanza primaria y otros ramos del Gobierno Municipal, inclusive el de milicias, con los cuales formó un batallón, compuesto de cuatro compañías, con sus respectivos capitanes, ayudantes mayores, tenientes, subtenientes, etc. y doscientos veintiseis soldados. Osejo obtuvo la Comandancia del Batallón con el rango de Teniente Coronel. Entre la capital, Cartago y su émula Ujarrás, mediaba aquella rivalidad que la política colonial tenía el cuidado de mantener viva, como uno de los medios de segura dominación en todas las Indias; así es que, dados los precedentes relacionados y los sentimientos conocidamente democráticos de Osejo, fácilmente se comprenderá el disgusto con que tenía que ser mirada en Cartago su temida influencia en Ujarrás. De modo que cuando el Bachiller durante los días de crisis de octubre de 1821, pues no se sabía qué hacer con la independencia caída del cielo, se presentó en la Sala Consistorial, en concepto de Legado de Ujarrás, para formar parte de la Asamblea llamada a decidir los destinos de Costa Rica, sólo se pensó en desembarazarse de aquel hombre; y él despechado, hizo dejación de su puesto, resuelto a no intervenir más en la cosa pública”. “… los esfuerzos realizados por él en pro del Ayuntamiento de Ujarrás. Le trajeron todavía más la inquinia y la malquerencia del Ayuntamiento cartaginés y sobre todo las del Gobernador Cañas, que veía con envidia los progresos logrados por Osejo en los pocos meses que había estado en aquella villa”. Fuente: Pérez Zeledón, Pedro. Gregorio José Ramírez y otros ensayos. San José : Editorial Costa Rica, 1971.


centro cultural paraiseño biblioteca pública municipal

boletín cultural Año IV, N.8

agosto del 2009

Paraíso, variables demográficas Según estimaciones del INEC, el Cantón de Paraíso cuenta actualmente, con una población de 60 395 habitantes. 51% hombres y 49 % mujeres. El censo del 2000, ubica un 27% de las personas que trabajan, en el campo de la agricultura y ganadería, un 22% a la industria manufactura y un 14 % al comercio y reparación. Esta realidad que somos hoy, tiene un origen y si miramos ciento setenta y siete años atrás... veremos como los abuelos forjaron el Paraíso de hoy. Para la época de la reubicación del pueblo de Ujarrás a los Llanos de Santa Lucía, se cree que habían cerca de 2000 personas. “En los primeros días -del traslado- se construyeron edificaciones provisionales para el cabildo e iglesia y, con mucha dificultad, los vecinos iniciaron la construcción de sus casas y la apertura de cuadrantes y calles. En el censo de 1836 se reportan 1836 habitantes y para el año 1844, 2507. Para finales del siglo diecinueve (censo de 1892), se reportan 7 819 pobladores e incluía a los pueblos de Turrialba y Jiménez. Esta aumenta a 8266 personas en 1920 y cincuenta años más tarde (1973) el censo indica una población de 22 281 habitantes.

En los primeros años de la Villa, la población se ocupaba en actividades productivas como la fabricación de dulce, la elaboración de escobas, la industrialización de la cabuya, la panadería, la fabricación de zapatos, de puros y cigarrillos, la herrería, las sastrerías, la siembra de maíz y frijol y el comercio.


Personajes Zoraida Mata Alvarado Zoraida Mata Alvarado nació en el año 1922 en estas tierras paraiseñas. Su hogar estuvo conformado por Cosme Mata y Eloiza Alvarado. Conversamos con ella para conocer, a través de su relato, aspectos históricos de la vida de los paraiseños y sus costumbres. Fue así como conocimos que antes: La gente se vestía, no como ahora, que hay mucha moda, Uno nunca usaba una blusita así ni vestidos por aquí... La madrina nos decía dígale a su mamá que les haga el vestido pa que no anden enseñando las piernas, pa que tengan que enseñarle al marido el día que se casan”. Recuerda que de niños: “jugabamos un juego que llaman..., ponen un mecate y a los niños a la orilla, un anillo encantado. Jugábamos uno que se agarran las manos asi y pasan por debajo (...) Cantábamos “un anillo encantado que gira alrededor, míralo como rueda, míralo” cuando el anillo lo llevaban de mano en mano era cuando uno le echaba mano al que estaba en el centro cantando esa canción y ya tenía que seguir otro. Jugabamos también rabito conejo que atrás te lo dejo”, teníamos muchos juegos, también jugábamos de mecate a un mecate y a dos mecates para saltar”. “En las casas no había televisión. Uno salía a la calle al frente de la casa y había una acerita y ahí se sentaban todos los vecinos; ahí contabamos cuentos o jugábamos de esos juegos. Ahí nos entreteníamos hasta las 7:30 nosotros, para ir a dormir”. “El paseo de uno era la plaza porque no habían parques; uno iba alrededor de la plaza caminando con las compañeras y ahí uno mismo se encontraba el novio. El día Domingo el paseo de uno era salir de la casa a las 3:30 para ir a la estación a ver el trencillo de 4:30 a despedir a los que iban en el trencillo y ya a las 6:00 uno estaba en la casa. Si tenía novio era con el consentimiento de los papás y conversaban no así de pase adelante, era en la puerta parado todo el ratito que uno conversaba una hora, hora y media. Y le tocaban la puerta, pase pa dentro ya a dormir, y lo estaban vigilando de adentro también”. “Y si uno quería ir a bailar tenía que ir donde una señora aquí se llamaba María Clara que tocaba música de cuerda y decía uno “voy a bailar” pero una pieza porque ya venía el papá de uno detrás cuidándolo; una pieza y jale.” “Ah... el baile era muy lindo ni parecido a ahora, esos atarantados. Antes bailaba uno un paso doble, un vals, una rumba y también un corrido”... Entrevista realizada por Pamela Valverde y Deiber Ureña, Miércoles 24 de junio del 2009.


Histor ias de Ujarrás INFORME DE LOS GOBERNADORES CARRANDI Y GEMMIR Entre los años de 1570 a 1575 ... quedaron sujetos a la autoridad española los indígenas de Ujarrás y otros pueblos circunvecinos de Orosi, Corricí y Cot , vigilados por un cura doctrinero o guardían y un corregidor. Se fundaron, para el caso, parroquias como forma de vigilar la fé y doctrina católica en la que serán reeducados estos indígenas”. (Rafael Bolanos, 1993 : p.20). En junio de 1737 , el Gobernador Francisco Antonio de Carrandi y Menán, presentó un informe donde menciona que “...el pueblo de Ujarrás se hallaba extinguido. Acusa agriamente a los padres doctrineros de Boruca de malos tratamientos para con los indios, llegando su usura hasta prestarles dinero al 30% anual, fuera de otras muchas explotaciones. Son de notarse las siguientes palabras, que honran a su autor: "La fuga y acabamiento de los 500 y más indios de ambos sexos, chicos y grandes, que en la pasada entrada (1710) se sacaron de aquellas montañas (de Talamanca), fué de afligidos, repartidos, amontonados, y en servidumbre de los que hicieron la función . . . Según la experiencia de más de doce años que los he gobernado en paz, el indio es amantísimo de su casita, árboles, sementeras, gallinas y otros domésticos animales que plantan y crían; aborrecen la casa ajena aunque sea con regalo, y es enemigo secreto del que le hace daño; y por esta causa se deben situar, siempre que algunos se reduzcan, de modo que queden arraigados y saboreados con lo que compete á su natural anhelo y libertad, que el derecho y leyes les franquea.” (León Fernández. Historia de Costa Rica, 1886) p. 169). En 1747 El gobernador D.Juan Gemmir y Lleonart relata: “El Valle de Ujarrás en tiempos antiguos fue un pueblo grande de indios, y al presente no hay ni pueblo ni indios y sólo es habitado por los vecinos que bajo de ésta se anota. En dicho valle se cogen algunos plátanos y hay haciendas de trapiche que se anotan y su clima es cálido y húmedo”. Léon Fernández. Documentos para la historia de Costa Rica, 1886. T.IX pag. 370.


centro cultural paraiseño biblioteca pública municipal

boletín cultural Año IV, N.9

setiembre del 2009

Las celebraciones patrias en el año 1919 “Sesión celebrada por la Municipalidad de este Cantón el primer día del mes de septiembre a las seis de la tarde del presente año (1919), con la asistencia del señor Intendente, Don Emilio Quiróz Solano y de los regidores propietarios Don Francisco Moya Sánchez, Don Eulogio Quiróz Solano y don Eugenio Corrales. Don Rafael Meza Morales y Don Antonio Solano M., no asistieron por enfermedad. Art. 2. Con motivo de acercarse el aniversario de nuestra Independencia, esta Municipalidad desea darle algún realce a tan memorable día y, por lo tanto, acuerda: 1º. Que la Municipalidad en cuerpo y en compañía del señor Jefe Político de este Cantón, Intendente y Vice intendente, asistan a un Te-deum que se cantará el día quince a las doce del día, en la Iglesia de esta Villa, para lo cual se pasará una circular a los miembros indicados a fin de que con su cooperación se demuestre regocijo por tan inolvidable fecha. 2º. Que la Filarmonía en cuerpo asista al Te-deum, 3º Que la misma Filarmonía tocará por las calles el día catorce en la noche al frente de una manifestación escolar , a la cual asistirán los niños de la Escuela Central. 4º. Después del Te-deum pasará la Municipalidad en cuerpo a la Escuela Central y la Filarmonía amenizará los agasajos en ese acto. El señor Intendente queda autorizado para hacer los gastos de esta fiesta y girará por el monto de fondos del Centro. Además girará de los mismos fondos por valor de cinco colones C 5 a favor de el Presidente de la Junta de Educación de esta Villa para que compre el papel de colores y hacer banderillas. La fiesta queda a cargo del señor Intendente, quien la organizará buscando a don Antonio María Solano y al Señor Cura de esta Parroquia para que oficien el Tedeum. Todo se pagará de fondos del Centro”.


Personajes Joaquín Fonseca Madrigales Don Joaquín Fonseca Madrigales nació el 27 de abril de 1927. Su madre fue Rozable Fonseca. Don Joaquín es el agricultor de por vida que aún hoy lo vemos arando la tierra con su yunta de bueyes. De aquellos paraiseños humildes que dejaron la escuela para trabajar al campo y que dibujan con su palabra el ayer, el recuerdo de cómo fue la vida de nuestros antepadados. Su memoria trae hasta nosotros aquella casa de bahareque “... así de suelo y de teja; el fuego era un camastro de palos de monte, con barro encima y unos tenamastes. ¿usted sabe que son tenamastes?. Tenamastes son serruchos de ferrocarril, se ponían así cruzadas y hay se ponían las ollas, antes no habían arroceras, lavadoras menos, vea en mi casa, ni cañería había, ...” “Nosotros nos íbamos a bañar a aquel río de la piedra, allá, claro en ese tiempo era limpio; ... en aquella esquina en donde esta la ermita, había un tubo público y allá en piedra grande, donde se llamaba Isidario Orozco, había otro. Cuando llovía, entonces ponían los tarros o latas, antes la manteca venía en latas y entonces gastaban o vendían la manteca y entonces limpiaban la lata y la ponían, y entonces ya todo día había agua llovida. Ahora nadie toma agua llovida; agua del río menos; por que el río esta todo contaminado. Antes usted tomaba agua de cualquier parte, usted iba a Ujarras y en cualquier riachuelo cogia, por que antes todo mundo tenía un calabazo”. “¿Usted conoce los calabazos? Son así redondillos, con un cuellillo; yo tengo unos ahi, pero unos así largos,... eran así como un ayote, después hacia arribita era hondo, con una copita hacia arriba y entonces, lo cojía uno y le abría un huequillo y le echaba agua, lo huequiaba con un palillo, le echaba agua para que se pudriera lo de adentro y eso lo ponía arriba, en las tejas o en

donde sea. Ya a eso de los 15 días, usted lo vaciaba y aquello botaba todo, todas las semillas y toda la maleza de aquello. Después a los otros días, se llenaba con agua limpia y lo enjaguaba; después usted lo cogia para llevar agua; claro la primera vez, sabia amargo, pero con buena sed, con buena sed, que se podía hacer”. “Si claro cada trabajador tenia que llevar su propia agua, por que en ninguna parte había agua”. También nos habló de cómo era antes este lugar: “Umm, Paraiso era solo charrales, zanjos, algunos como, los de la Joya, ...En aquella cuesta, más de un buey bramaba cuando venia la gente de Ujarras con la carga de frijoles, banano o lo que fuera, ...esa Joya daba miedo. En ese alto todo mundo se arroyaba los pantalones hasta las rodillas, porque nadie usaba botas, a veces se paraban y hasta aquí se arroyaban, ve..., las mujeres no, por que algunas no usaban tan largo, ya era otra época y las que eran ya mayores como mí mamá sí, si usaban vestido largo...” Relató como antes había rencillas entre los barrios y cómo alguien de la Joya no podía tener novia del Cucaracho: “ el de la Joya no podía venir aquí en donde llaman el Cucaracho, el Cucaracho era de aquí para arriba...si sabían que el de la Joya tenía una novia, venía todo golpedado. El del Cucaracho a la Joya, tampoco”. Entrevista realizada por Deiber Fallas y Pamela Valverde, 21 de julio del 2009.


Histor ias de Ujarrás “El 15 de enero de 1725 el río Paz que descuelga por una eminencia a la profundidad en que se hallaba el pueblo de Ujarrás, inundó la iglesia y el pueblo, subiendo el agua a la altura de una vara, sin que hubiese que lamentar desgracia alguna. El padre franciscano fray Miguel Hernández, doctrinero del pueblo, había escrito al padre guardián del convento de Cartago, que las campanas de la iglesia habían sonado tres veces por sí solas. A poco tiempo tuvo lugar la inundación, y se creyó que aquello había sido un milagro de Nuestra Señora de la Concepción de Ujarrás, patrona de la provincia, avisando el suceso. La imagen —que según antigua tradición había sido regalada por el Emperador Carlos V— fue traída en procesión a Cartago, acompañada de más de mil personas; se le hicieron grandes fiestas, y permaneció en la iglesia parroquial hasta la terminación de las fiestas de la jura del Rey D. Luis I. Desde el 16 de noviembre de 1724 se había recibido en Cartago la Real cédula que anunciaba la abdicación del Rey D. Felipe V en favor de su hijo. El Gobernador la mandó publicar en Cartago, Esparza y todos los valles, a son de cajas de guerra, clarines y descargas de fusiles; pero en atención a la rigurosa estación de invierno, dispuso que la jura y aclamación del Rey D. Luis I, no tuviese lugar hasta el día 21 de enero de 1725*. Ese día: “Después de dar una vuelta a la ciudad, se dirigieron a la plaza principal donde estaba un escuadrón de infantería, mandado por el Sargento mayor D. José Fernández Castellanos. De allí pasaron a la iglesia parroquial, en cuya puerta fueron recibidos por el Cura y vicario D. Diego de Angulo, el clero y frailes de San Francisco; el Maestre de campo entregó el Real estandarte al Cura y éste lo colocó en el presbiterio, bajo un dosel al lado del evangelio, donde ya se encontraban los retratos de SS.MM.CC. Luego se cantaron vísperas, y, concluidas éstas, toda la comitiva anterior, a la cual se unieron el clero y los franciscanos, acompañó al Maestre de campo a su casa, el cual obsequió a todos con un refresco. A la noche hubo iluminaciones y disparos de pólvora”. Las fiestas se prolongaron hasta el fin del mes; hubo simulacros de guerra, corridas de toros, y hasta se representó una comedia por los vecinos de los valles, en el patio de la casa del Gobernador. En todas estas festividades tomaron parte, además de los vecinos de Cartago, todos los de los valles y también los indios, los pardos y los negros. Narración del gobernador Diego de la Haya. Tomado de: León Fernandez (1975). Historia de Costa Rica. San José : Editorial Costa Rica. pp. 162-163.

El CENTRO CULTURAL PARAISEÑO es un proyecto cultural de la Municipalidad de Paraíso que procura fortalecer los procesos de identificación histórico-cultural del cantón, mediante la promoción y desarrollo de actividades artísticas (música, danza, poesía, música, teatro, plástica), de recuperación de la memoria histórica y del ser paraiseño. En este proyecto está incluida la Biblioteca Pública, el grupo Bailarines Independientes, el Taller Infantil Colibr y , el proyecto “Nuestros abuelos cuentan la historia”, con el apoyo del grupo de danza folclórica Abiturí. El Boletín Cultural es una publicación del Centro. Investigación y redacción Silvia Quirós Calderón. correo electrónico: centroculturalparaiso@gmail.com; bibliotecaenlinea@hotmail.com; tel-fax 25 75 12 82.


centro cultural paraiseño biblioteca pública municipal

boletín cultural Año IV, N.10

octubre del 2009

17 de octubre 231 aniversario del natalicio de

FLORENCIO DEL CASTILLO La década de los años setenta del siglo anterior fue inaugurada en octubre de 1971, con un hecho de trascendental importancia para los paraiseños: la repatriación de los restos del Benemérito Florencio del Castillo. Sus restos fueron honrosamente depositados en 1974 en el Mausoleo construido para tal fin, en el parque central de Paraíso y hoy se mantiene como la parte de la invalorable herencia que nos dejaron nuestros abuelos y que es deber de todos los paraiseños preservar. Es orgullo para todos los que nos consideramos hijos e hijas amantes de este cantón, que los restos de Florencio del Castillo estén en nuestra tierra. Esto porque su vida estuvo al servicio de la defensa del los seres oprimidos, explotados y mancillados que los españoles, conquistadores y religiosos, encontraron en el momento de la conquista. La realidad de la sociedad costarricense y latinoamericana que Florencio del Castillo conoció fue la base de su pensamiento humanista que exigió la abolición de la esclavitud y la finalización de todas las formas de opresión hacia los seres más débiles.

Su formación en el Seminario Conciliar de Nicaragua, el pensamiento liberal de la época y sus dotes intelectuales, le permitieron hacer una defensa admirable de su causa social, valiendole recibir los más altos honores en la Asamblea de las Cortes de Cádiz, en los años 1812-1814.

Este singular orgullo de los paraiseños, que ningún otro cantón de este país ostenta, solo puede traducirse en la vivencia cotidiana: comprendiendo, respetando y llevando a la práctica el respeto a los demás, la igualdad de derechos y de oportunidades. Pero ante todo, conociendo que este edificio del parque de Paraíso, encierra un enorme tesoro, los restos del inigualable Florencio del Castillo.


La sociedad colonial y la vida de don Florencio de Castillo El paso de la conquista a la colonia se dió alrededor del año 1575, marcado fundamentalmente por el asentamiento de los españoles conquistadores en las ciudades de Esparza y Cartago, teniendo bajo su control al indígena que fue separado de sus culturas para servir a nuevos amos y nuevos dioses. La labor de sumisión de los indígenas estuvo a cargo, principalmente de los frailes franciscanos, tarea que iniciaron cerca de 1570. Cinco años después se establecieron sus conventos en aquellas ciudades. “El objetivo fundamental de la cristianización de los indígenas era convertirlos en sujetos sumisos a la dominación española, mediante la imposición del dogma cristiano y, en general de la cultura occidental, en especial la lengua castellana, como recursos para consolidar la dominación ideológica hispánica , y por medio de esta, legitimar y hacer efectiva la explotación de los indígenas” (Juan Carlos Solorzano, 2008:9) Con esa intensión se fundaron entre 1570-1575 los pueblos de Aserrí, Curriadabat, Ujarrás, Pacaca, San Bernardino de Quepó, construyéndose también las primeras iglesias. Los indígenas fueron explotados tanto por los españoles como por los frailes mediante la imposición de tributos que tenían que pagar con trabajos forzados, en especie y con el servicio en las casas de los españoles y en las cofradías. La aplicación de la explotación, de los malos tratos y de la aculturación de los indígenas por parte de los españoles y los clérigos, trajo como consecuencia, la fuerte disminución de la población. Ante esa realidad, en el año 1601, la Corona española ordenó “a todos los españoles vecinos a habitantes de esa provincia (de Costa Rica) que den a los indígenas “la libertad (…), sin nota de esclavitud y servidumbre que hasta aquí han tenido. Pero los españoles de Cartago no cumplieron con la orden dada por el monarca.”(Solorzano, 2008: 18). A ello se unieron las enfermedades traídas por los españoles que causaron grandes epidemias. A lo largo de la colonia los indígenas dieron una gran lucha contra los españoles mediante una resistencia que culminó con la sublevación dirigida por Pablo Presbere y Comasala caciques indígenas. Las llanuras del norte del país, la región de Talamanca y partes del pacífico sur se convirtieron en refugio de los indígenas que escaparon al dominio español. Amparados por el calor de la montaña lograron mantener la cultura heredada de sus ancestros y resistir el avance español durante muchos años. El exterminio de la población indígena cercenó las bases del desarrollo de una economía en la provincia. La generación de productos por parte de los indígenas que llegaban a manos de los españoles propicio un tímido comercio con otras latitudes, mientras emergía la producción cacaotera y más tarde, el tabaco. El desarrollo de estos dos último productos requirió de la importación de mano de obra esclava proveniente de Africa. El afloramiento de grupos poblacionales como los españoles, criollos, mestizos, indios, mulatos y negros, algunos de ellos ligados a las actividades nuevas actividades económicas propició la presión social y política que finalmente, llevó a la independencia de España. Las Cortes de Cádiz fue una instancia de la metrópoli española nacida a raíz de esas presiones y la necesidad de resolver los conflictos que generaba. En ese contexto comprenderemos el pensamiento de Florencio de Castillo.


El quehacer de don Florencio en las Cortes de Cádiz Las Cortes de Cádiz fueron una instancia política que pretendía la administración de las colonias españolas en América. En 1812 se convocó a representantes de las mismas y mediante una asamblea se proclamó la Constitución de Cádiz. Esta Asamblea se realizó en el Templo de San Felipe Neri, España. La Constitución mencionada recogió los principios liberales de la época y los aires de independencia que recorrían las tierras del continente americano. Establecía que la soberanía de un pueblo residía en la nación y que esta podía elegir a sus representantes sin distinción de clase, rompiendo con el principio tradicional de que en el rey residía la máxima autoridad. Se declaró también abolida la Inquisición y se estableció la libertad de imprenta. La organización de este parlamento fue precedido de una serie de luchas que culminaron con la invasión napoleónica y en la instauración de José Bonaparte como rey de España. Tanto en esta última, como en las colonias se instalaron las juntas de gobierno en cada pueblo, convocando posteriormente a las Cortes de Cádiz, las que se establecieron en 1810.

Datos biográficos Florencio del Castillo nació en Ujarrás, reducto colonial de la provincia de Costa Rica, el 17 de octubre de 1778. Después de su infancia en este poblado, inició sus estudios en el Seminario Conciliar de León Nicaragua, ordenándose como sacerdote en 1802. Su formación en esa casa de estudios le permitió obtener notables atestados, pues se distinguióun excelente estudiante. Al regresar a Costa Rica, fue nombrado cura de Alajuela en 1806. Su designación como representante de Costa Rica en la Asamblea de las Cortes, se llevó a cabo en el Cabildo de Cartago en el año 1811. El 11 de julio de 1812 admitidas sus credenciales, prestó juramento. Don Florencio del Castillo falleció en Oaxaca el 2 de noviembre de 1834, siendo gobernador de la diócesis, a consecuencia de un ataque apoplético que le sobrevino mientras presidía exámenes sinodales. "Su muerte fue profundamente lamentada en México, rindiéndole los honores que merecía tan ilustre ciudadano y tan virtuoso sacerdote- (Ministerio de Cultura: 1978, 11).

En esta instancia, Florencio del Castillo ocupó importantes puestos: En julio de 1812 se le designó Vicepresidente. En octubre del mismo año se le eligió como Secretario y en mayo de 1813, presidente de la Asamblea General. Ubicado en su contexto histórico, Florencio del Castillo fue un representante de las ideas liberales de igualdad y fraternidad surgidas en Francia y defendidas en la revolución francesa. Su pensamiento expresa el sentimiento de los grupos criollos de América que impulsaban un nuevo proyecto económico y social frenado por los intereses de la corona española. En los debates las causas que externa siempre estuvieron impregnadas de tales principios: indigenismo, abolición de las mitas, defensa de las castas y asuntos propios de la economía de la provincia de Costa Rica.

Imágenes Álbum de Figueroa


Las causas del diputado Castillo La abolición de las mitas Don Florencio solicitó a las Cortes la abolición de las mitas pues lo consideraba como una forma de servidumbre en contra de los indios. Al respecto manifestó : "...hablo por la humanidad paciente, hablo por los afligidos indios, por los indígenas del nuevo mundo que por tantos títulos tan acreedores a nuestra consideración y hablo para que se ponga fin y término a los males y vejaciones que sufran. Para don Florencio la mita era una legislación que atentaba contra los derechos de los hombres en sociedad, "...pues las mitas atacan y destruyen la libertad civil, el derecho de propiedad y la seguridad individual de los infelices que gimen bajo su yugo" (Ministerio de Cultura : 1978, 4).

La defensa de las castas El discurso de don Florencio en este sentido giraba en torno a la defensa de los derechos de los grupos étnicos excluidos y a la igualdad de condiciones en el acceso a la educación y practicas religiosas. Al respecto menciona: "... creo muy conveniente que el derecho de ciudadano se hiciese extensivo a las castas, las cuales seguramente harán los mayores esfuerzos para cumplir con sus deberes para ilustrarse y servir a la patria; lo contrario será perjudicialísimo" (Ministerio de Cultura: 1978, 5)

Considera la mita contraria a los derechos de propiedad y una forma de desarraigo del individuo de su tierra y de su familia. Para finalizar su discurso, don Florencio manifestó: "Ha visto VM. que las mitas son contrarias a los principios de la sociedad, que destruyen la libertad civil,la propiedad y la seguridad individual; que causan la pobreza, la destrucción y la degradación de los indios; en una palabra, que son una verdadera servidumbre personal. Decrete pues, V.M. su abolición y restituirá a los indios los derechos de hombres libres de que tan injustamente han sido despojados.." En el campo económico Las demandas en el campo económico están vinculas con el estado de la economía costarricense a inicios del siglo XIX, caracterizada principalmente por su lento desarrollo y la búsqueda de un producto que le permitiera su vinculación con el mercado externo. Coyunturalmente el tabaco trataba de impulsarse con esos objetivos por lo que las propuestas de don Florencio en las Cortés buscaban: - Abolición de los estancos. ? Abolición de la fijación de número limitado de cosecheros y de matas a cultivar y de lugares de cultivo. -Abolición de la obligación de beneficiar el tabaco en la factoría. Además, solicitó a la Cortes la reparación de los puertos y de los caminos que conducían a Matina en el Atlántico y a Caldera o Punta de Arenas, en el pacifico.


El legado histórico de los paraiseños el Recinto de Sesiones como homenaje a su labor humanitaria y social.

Sin duda alguna Florencio del Castillo es una de las figuras costarricenses que ofrecen un legado de gran valor, no solo por sus valores morales sino como un personaje de una claridad política impresionante que nunca perdió brillo a la par de intereses económicos particulares. Como hombre de su época fue un claro exponente de los ideales de avanzada que luchaban contra la injusticia y la corrupción de la corono española en las colonias, incluso estuvo en contra de los abusos de la Iglesia Católica en su proceso de evangelización que utilizaba a los indígenas como objetos de su enriquecimiento, retomando los verdaderos principios cristianos. Su defensa de las castas hispanas y de aspectos económicos como la eliminación de restricciones a la producción del tabaco y el incremento del comercio exterior de las colonias, se ubican como pilares del nuevo orden económico que se gestaba en ellas: la forma capitalista de producción, sus procesos de acumulación originaria y los grupos económicos ligados a sus intereses. Su aporte político estuvo presente también en la independencia de México, pues fue parte del proceso formativo del oaxaqueño Benito Juárez, padre de la república. A pesar de la relevancia de su figura el reconocimiento como valor patrio ha sido tardío. Es hasta 1949 que la Asamblea Nacional Constituyente de Costa Rica acuerda colocar el retrato de Don Florencio en

En 1970 la Academia de Historia en conmemoración del 150 aniversario de la Independencia de Centroamérica gestiona ante el gobierno de Costa Rica y México para localizar y trasladar los restos de don Florencio, hasta su tierra natal. Los mismos llegan al país el 28 de octubre de 1971 y son depositados en la Iglesia de Nuestra Señora de Ujarrás. El 5 de mayo de 1974 son ubicados en el Mausoleo Florencio del Castillo en el parque de Paraíso. También en honor a la presencia de Florencio del Castillo en Oaxaca. México, se firma el 23 de octubre de 1984, en Paraíso y el 12 de diciembre del mismo año en Oaxaca una declaratoria de ciudades hermanas: ParaísoOaxaca. El acta de declaratoria manifiesta en lo que nos interesa lo siguiente: "... En particular los nexos históricos que han unido las ciudades de Paraíso en la República de Costa Rica y Oaxaca en la República de México a raíz de la interacción de quien inicio los mismos, el ilustre clérigo costarricense Presbítero Florencio del Castillo: con las acentuadas intenciones de promover el progreso de la cultura, las ciencias y las artes, mediante el establecimiento y celebración de actividades de interés inmediato para las ciudades, propiciando exposiciones, seminarios, congresos, y otra clase de intercambios, para dar a conocer el patrimonio artístico cultural, deportivo e histórico de los mismos, así como el fomento del turismo entre Costa Rica y México" (Acta de declaratoria de ciudades hermanas Paraíso-Oaxaca).


Florencio del Castillo en México

En 1813 el Rey Fernando VII disuelve las Cortes declarando nulos todos sus actos. Don Florencio se dirige al Ministerio Universal de indias, solicitando la validez de los decretos de la Asamblea que favorecían a Costa Rica. Posteriormente, a instancias de los diputados mexicanos Don Florencio se trasladó a Nueva España (México) "siendo elevado a la dignidad de canciller de la Iglesia de Oaxaca. Tomó parte de la junta de diocesanos convocada por Iturbide, nombrado por este como Consejero del Imperio. En la ciudad de Oaxaca don Florencio ocupó puestos políticos de importancia. Entre esos puestos, diputado en la Segunda Legislatura del Estado de Oaxaca, siendo su presidente. Desde este puesto participa en la redacción de la Constitución del Estado de Oaxaca, que es aprobada en 1825. También fungió como director del Instituto de Ciencias y Artes creado por el Congreso de Oaxaca el 8 de enero de 1827, durante cinco años. En abril de 1828 como presidente de la Cámara de Diputados del Estado, lanza un discurso ante la amenaza de la invasión española alertando sobre la autonomía de México. En alusión a su fallecimiento en un diario oaxaqueño resaltó: "El 26 del corriente a las doce de la mañana, en el palacio episcopal, presidiendo la mesa de sínodos, falleció repentinamente el Sr. Licenciado D. Florencio del Castillo, chantre dignidad de esta Santa Iglesia y gobernador de las diócesis. Entre tanto nos reponemos de la sorpresa de tan funesto acontecimiento, que ha inundado en lágrimas a toda la ciudad... "(Ministerio de Cultura: 1978, 10).

Iglesia de San José, Oaxaca, México donde fueron sepultados los restos de Florencio de Castillo


El pensamiento de Florencio del Castillo está vigente.

Beatriz Pérez Encargada. Cátedra Florencio del Castillo, Recinto Paraíso Universidad de Costa Rica. " La historia de los pueblos la escriben los hombres y mujeres que configuran el pensamiento y la praxis social, estos son portadores de las luchas e ideales de la época. La figura de Florencio del Castillo y su visionario pensamiento sigue vivo, pues su voz se levanta hoy y cobra sentido en las luchas de los pueblo indígenas amenazados por la extinción de la culturas, el abandono de los gobiernos, la indiferencia hacia sus comunidades y el torbellino de la globalización, que promueve la homogenización masificadora de los grupos humanos. El universalismo del pensamiento de Florencio del Castillo tiene mucho más sentido de humanismo en estos tiempos de intolerancia e irrespeto hacia las diferencias culturales y por la exclusión que viven millones de seres humanos blancos, chinos, negros, indios, pobres, mujeres niños y ancianos marginados de la educación, la ciencia, los bienes culturales y los frutos del progreso. La defensa por los derechos de los pueblos indígenas iniciado por el hoy Benemérito de la Patria Florencio del Castillo, hijo ilustre de nuestro cantón y Ciudadano del Mundo, por derecho propio, debe ser rescatada y revitalizado como parte relevante del patrimonio intelectual de Paraíso, pues constituye la memoria de una época y de las luchas que encarnó como costarricense y latinoamericano. Las luchas de Florencio del Castillo en las Cortes de Cádiz reflejan la calidad humana, el pensamiento preclaro y adelantado a su época de un hombre que soñó que la América era libre igualitaria y que la autonomía era condición necesaria para velar por los derechos de todos los hombres nacidos en estos territorios, al margen de su colorde piel, lengua o etnia."


centro cultural paraiseño biblioteca pública municipal

boletín cultural Año IV, N. 11

Antepasados Cristian Bonilla Poveda

El tiempo ha sepultado tantas vidas tantos amores, prisas, cantos, deseos tantos respiros, suspiros, juegos trabajos tantas historias, tantos humanos, tantos como nosotros Hoy me gustaría saber a quien se parecen mis manos y no lo sé De dónde proviene mi poso, mi forma de andar por el mundo y no lo se Cómo saber si tendo la fuerza interior de mi abuelo, la propensión a la melancolía de mi bisabuelo o los ojos de mi tatarabuelo Me gustaría buscarme en los rostros de mis antepasados Decubrir los rasgos que me perfilan por dentro y por fuera He buscado sus nombres pero no dicen mucho Las fechas me hablan de nacimientos y matrimonios pero la historia, la esencia, sigue perdida Sentirse con raíces, pero sin conocerlas, es vivir como una espora Sin saber de dónde se viene, sin saber a dónde se va En este mundo -en este que conozcola muerte de mi abuelo me hizo pensar que esta ventana de tiempo tiene sus orígenes cercanos en simples hechos de la cotidianidad en noches de sexo que crearon esta pesada rama en la que hoy cuelgo como un árbol sin fruto El mundo es como un hotel el aire, el sol y la tierra siguen pero cambian los inquilinos Mañana, algún descendiente se cuestionorá lo mismo sin conocer que alguien de su misma materia antes lo había sentido Y todo esto acontece, sin poder más que vivir y ser parte de esta intrincada escalera de seres humanos que tienen a esta tierra por hogar.

noviembre del 2009


EXTRACTOS DE LAS ACTAS MUNICIPALES Sesión ordinaria celebrada por la Municipalidad de este cantón a las ocho de la mañana del día primero del mes de noviembre del mil novecientos diecinueve, con asistencia de los regidores propietarios don Juan Cancio Quezada, presidente, y don Rafael Meza Morales, vice-presidente. Artículo 2. Se leyó la cuenta que pasa Don Luis Guzmán por valor de cien colones (C100) por avalúo del Botiquín que existía en la medicatura del Pueblo de esta Villa. Se acuerda manifestar al señor Guzmán que por culpa del tiempo, la operación de venta del Botiquín fue … para el municipio. Que los fondos están en absoluta escasez y que …se está agenciando dinero prestado, que por lo tanto se le suplica al Señor Guzmán reduzca se cuenta a la mitad y que de ser de su aprobación, el señor Jefe Político está autorizado para girarle de Fondos de Administración. Artículo 8.Se le explica al Señor Vicente Brenes manifieste si tiene inconveniente en atender el servicio del reloj público y casi de excusa, se comisiona a José Meza para tal objeto. Artículo 10. Se acuerda que todos los individuos que aparezcan en la lista suministrada por el empleado de la luz y que aparece con más bombillos o sokects colocados para usarlos, sean citados ante el jefe político para que por medio de una información se aclare lo que hay de verdad y se le ruega al señor Jefe político imponga la pena correspondiente a los que en la información respectiva pretendan engañar los fondos municipales. Se le suplica a la vez, que para mejor esclarecimiento de los hechos y antes de dictar su fallo y para que se proceda con toda justicia, haga una inspección ocular. Sesión ordinaria celebrada por la Municipalidad de este cantón a las seis de la tarde del día tres de enero del año mil novecientos veinte, con asistencia de los regidores don Manuel Antonio Solano, don Juan Cancio Quesada y don Antimo Solano. Artículo 5. Leída una solicitud que hace un Eugenio Corrales pidiendo el mercado y la fuerza eléctrica para dar funciones de Cine, esta Corporación contesta: dar a la referida compañía la luz y si se perjudica la luz no se concede y si da buen resultado se resuelve después cuanto se les cobra por función. Sesión ordinaria celebrada por la Municipalidad de este cantón a las siete de la noche del día diecinueve de febrero de noviembre del mil novecientos veinte, con asistencia de los regidores don Manuel Antonio Solano, don Juan C. Quesada, presidente y don Antimo Solano. Artículo 3. A petición de varios vecinos del Cantón elévese por medio del señor Jefe Político, al señor Ministro de Gobernación, la solicitud de que se ascienda la Oficina Telegráfica a primera categoría, por requerirlo así las necesidades del vecindario. Artículo 7. El señor electricista que haga saber a los vecinos que queda terminantemente prohibido el uso de as bombillas de carbón y que notifique a los que posean bombillas en el exterior de las casas, que esta municipalidad no puede darles ese servicio gratis, exceptuando aquellas en que por falta de luz pública

preste un notable servicio. Artículo 8. Se establece el impuesto de un colón mensual por el servicio de planchas eléctricas y calentadores.


Sesión extraordinaria celebrada por la Corporación Municipal de este cantón a las diez y nueve horas del día nueve de marzo de mil novecientos veinte; con la asistencia de los Regidores don Manuel A. Solano, don Antimo Solano M. y el síndico del centro.

Artículo 5. Contéstese la nota del Sr. Gobernador, del 23 de febrero enviándole certificación del Tesorero Municipal en que consta: 1. que don Andrés D´Avanzo el día 15 de febrero, fecha de la sesión, debía tres trimestres de la taquilla y que el Jefe Político, el 20 del mismo mes los pagó en nombre de D´Avanzo; 2. que de los impuestos de beneficio del café y aserradero de año pasado, solo uno ha pagado. 3. que habiendo varios que expenden artículos de tienda, solo dos pagan patente … A moción del síndico, cumpliendo con su deber de no permitir el menoscabo de sus rentas por contemplaciones injustificables, informa al Tesorero presente en este acto, con toda la seriedad que lo caracteriza, esta corporación dictó el acuerdo que tanto enojo ha causado al señor Gobernador, sirva esa certificación de manto a los epítetos con que el señor gobernador adorna al Sr. Jefe Político y de coraza en la que se guarda la honradez, seriedad y celo de este Municipio injusta e indignantemente vejado por la fineza del Sr. Gobernador. Dénsele las gracias por tanta cortesía y le alaba la actividad que se gasta contra este Ayuntamiento, se le hace ver que es de desear la empleara en algo mejor, como ayudarnos a defender los derechos que poseemos en las aguas del País y no en secundar a una compañía que ahora nos la quiere quitar y en leer siquiera el acuerdo N.6 del 1 de octubre de 1920 en que se le suplicaba interviniera con el Municipio de Cartago para que de acuerdo con este, consiguiera del Gobierno el arreglo de la carretera a Cartago, comunicación que obtuvo de la actividad del Sr. Gobernador la fina atención de no ser contestada. Si por su aristocracia y nobleza el Sr. Gobernador se cree indigno de tratar estas municipalidades como el las califica, entienda que el sueldo que devenga a ello lo obliga y a tratar con más respeto a Corporaciones de pobres, hijos del pueblo que nada ganan y sí velan por su bien; que deje sus bilis y sus regaños para los que de alguna forma estén obligados a soportarlos y si esos desplantes se repiten estamos dispuestos a exigir el respeto que se nos debe y a no tolerar vejámenes de nadie por más encumbrado que este sea. El síndico del centro hace propia la anterior declaratoria. Pase el señor secretario municipal nota de este acuerdo al señor Gobernador, acompañándole la certificación del Tesorero Municipal,


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.