La innovación evoluciona a pasos acelerados. Ya dejó de ser un tema atigente sólo a productos y servicios, hoy por hoy, engloba toda la cadena de valor de un negocio. Este escenario ha llevado a distintos centros de enseñanza a nivel mundial, y sobre todo latinoamericano, a introducir el tema en sus planes de estudios o programas de gestión e implementación; permitiendo conocer en primera línea las claves para saber cómo se posible innovar en cada una de las industrias. Educamericas conversó con Gustavo Cascio y Hernán Kigel, quienes junto a Estanislao Bachrach pertenecen al CB@W (Creative Brains At Work). Cascio y Kigel, consultores e investigadores en Innovación y Creatividad, sostienen que si bien a nivel agregado la región se encuentra lejos de ocupar un rol de liderazgo en el ámbito de la innovación a nivel mundial, se observan varios indicios auspiciosos. "Por un lado, durante la última década la situación macroeconómica de la región ha incentivado en varios países -en especial aquellos que presentan un marco institucional estable- la aparición de inversiones directas extranjeras que han promovido el desarrollo de la innovación. Se observa un creciente interés por parte de los organismos gubernamentales y multinacionales por promover el desarrollo de la innovación en diversos sectores de la economía. Un claro ejemplo de todo esto es Chile, que en los últimos años ha mostrado un enorme avance en lo que respecta al desarrollo de la innovación y la competitividad, logrando posicionarse como el principal referente de la región", afirman los ambos consultores. No obstante, más allá de los esfuerzos estatales, el crecimiento económico regional y el avance en términos academicos, los expertos creen que todavía hay mucho camino por recorrer. "Entre los principales desafios se encuentran el de poder mejorar la interacción entre actores privados, públicos y del tercer sector para poder desarrollar en conjunto proyectos que promuevan la innovación y generen un verdadero impacto a nivel social." Gustavo y Hernán son tajantes y subrayan que varios de los integrantes de la región continuan enfrentándose con el desafío de generar cuatro elementos escenciales para el desarrollo de la innovación: un entorno institucional confiable y estable, un mercado financiero sólido que incentiven las inversiones de mediano y largo plazo, políticas públicas que promuevan el emprendedurismo, y desarrollo del capital humano. El camino Frente al escenario de la innovación en América Latina, cabe preguntarnos cuáles son hoy los 10 pasos clave que demuestran la importancia de la innovación dentro una empresa. Hernán, quien además es profesor invitado de la argentina Universidad Torcuato Di Tella (UTDT) y Gustavo asistente en la misma Universidad; ambos en las cátedras de Innovación y Liderazgo, distinguen 2 grandes categorías: I. Innovación hacia el mercado 1. Diferenciarse: Así como el ADN se compone de ATGC (Adenina, Timina y Guanina, Citonina), el mundo de los negocios tiene su propio ATGC: Abundancia, Tecnología, Globalización y Competencia. Las empresas encuentran cada vez más difícil la diferenciación, por lo que la innovación se torna un aspecto esencial en el código genético de las empresas.
2. Crear: Mientras que el siglo XX fue la era de la información ("trabajadores del conocimiento"), el siglo XXI se caracterizará -de hecho ya estamos viendo bosquejos de ello-, por ser una era de conceptos. ¿Qué significa esto? Que el trabajador agregará valor en la medida que pueda utilizar la gran cantidad de información (disponible en diversas plataformas y formatos), y transformarla para crear productos y/o servicios concretos que satisfagan las necesidades de un cliente cada vez más exigente y, valga la redundancia, informado. 3. Horizonte ampliado: Los llamados mercados emergentes abren posibilidades hasta ahora poco exploradas para satisfacer necesidades de bienes y servicios de nuevos clientes. 4. Cambio Tencnológico y nuevos modelos de negocios: En un futuro (cada vez menos lejano), enfrentaremos problemas que hoy ni siquiera conocemos o los consideramos tales. Sistematizar un proceso de innovación en la organización no solo aumentará las posibilidades de estar preparados para el cambio, sino que además permitirá tomar mejores decisiones diarias que hagan de ésta una auténtica generadora del cambio. 5. Co-Creación: Tener una cultura de innovación abierta permite apalancarse en las grandes ventajas de la co-creación. Ser innovadores en forma sistemática permite a las empresas crear de valor mediante nuevas formas de interacción, servicio y aprendizaje al compartir y mejorar las capacidades, prácticas y recursos existentes entre organizaciones. II. Innovación dentro de la organización 1. Flexibilidad: Los cambios vertiginosos que ocurren en el mundo de hoy, requieren agilidad de individuos como de organizaciones. Esto implica que la Flexibilidad se torna un skill indispensable a la hora de pensar en un crecimiento sustentable y durable en el largo plazo. Innovar sistemáticamente requiere un proceso que sea lo suficientemente flexible para adaptarse y avanzar continuamente. 2. Sentimiento de pertenencia. Un proceso de innovación sistematizado en todas sus líneas y con visión de mediano-largo plazo, le otorga a los colaboradores un rol protagónico en la creación de valor para las organizaciones. Los involucra en la generación de nuevas ideas, implementación de las mismas, comunicación interna y externa, relacionamiento entre áreas, difusión de la información, y posicionamiento de marca. 3. Mejora el teamwork: Las empresas más innovadoras del mundo establecen procesos de innovación apalancados en equipos compuestos de una forma particular: colaboradores de distintas jerarquías, áreas, edades, géneros, experiencia, y formación académica. Dichos procesos no pueden funcionar sin equipos que gocen de una gran sinergia y dinamismo, por lo que instalar un proceso de innovación lleva a la creación y consolidación del Teamwork dentro de la compañía. 4. Tolerancia al fracaso: Es difícil caerse y volverse a levantar. Cada vez que aprendemos una disciplina nueva -sea un idioma, un deporte o un arte-, nos equivocamos varias veces. La buena noticia es que podemos aprender de los errores. Innovar implica fracasar: si no se fracasa, probablemente no estemos realmente innovando, sino que quizás estemos haciendo algo "apenas" diferente. Tener sistematizado un proceso de innovación que además ayude a identificar los errores para aprender continuamente de ellos, es hoy un factor clave para el desarrollo de las organizaciones.
5. ¿Cómo me quiero sentir en el trabajo? En una época en la que varias generaciones -cada una con sus características propias- conviven en un mismo entorno laboral, una empresa innovadora que prioriza la dinámica laboral desde todo punto de vista (desarrollo de carrera, capacitación, comunicación interna, reuniones, procesos, enfoque, etc.), cuenta con dos grandes ventajas: es más atractiva para los nuevos talentos y goza de una mayor fidelidad entre sus colaboradores. En busca de la idea Para quienes deseen innovar desde ya en sus negocios, la manera de obtener buenas ideas es a través de muchas otras ideas. Así lo afirmaba Linus Pauling, Premio Nobel en Química. "Si quieres tener buenas ideas, tienes que tener muchas ideas. La mayoría de ellas serán erróneas, y solo tienes que aprender cuáles desechar." Para ello, según Hernán y Gustavo, no hay una regla para obtener "buenas ideas". Pero sí hay ciertos comportamientos que permiten aumentar las probabilidades de encontrarlas: tener un desafío creativo claro y bien definido, asociar conceptos diversos o conceptual blending, experimentar actividades de diversa índole, trabajar con equipos diversos (distintas edades, jerarquías, áreas, backgrounds, etc.), cuestionarse de forma constante, consolidar el networking como herramienta fundamental, y anotar o grabar ideas. Asimismo, la neurociencia demostró que la creatividad es una habilidad y, como tal, puede ser aprendida y desarrollada de forma sistemática y metódica. Para ambos especilistas, aplicarla de esa manera no es solo de extrema utilidad para las organizaciones, sino también para las personas que ven desarrollada una habilidad en sus cerebros que tiene efectos positivos tanto en el ámbito laboral como en el personal.
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"Para innovar debemos estar preparados para cambiar y hacerlo no es sencillo. Es recomendable desarrollar un fuerte trabajo de autoconocimiento que permita estar mejor preparado para enfrentar los desafíos que se presentan a lo largo del proceso de cambio. La buena noticia es que la neurociencia demostró que nuestro cerebro puede cambiar en cualquier momento de nuestras vidas. La neuroplasticidad auto-dirigida es la capacidad de reconfigurar nuestros cerebros a partir de la atención y la repetición de nuevos conocimientos, pensamientos y acciones durante lapsos cortos de tiempo con frecuencia y constancia." Tags: Universidad Torcuato Di Tella (UTDT)
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