MADRID. EUCARISTÍA DE APERTURA DEL AÑO DE LA VIDA CONSAGRADA En el primer domingo de Adviento, a las 5 de la tarde, nos reuníamos en la catedral de la Almudena, cientos de religiosos/as, no sabría calcular pero estaba lleno hasta la bandera. La presencia de nuestro nuevo arzobispo, Don Carlos Osoro, fue cercana y cariñosa en sus saludos previos entre los pasillos y con la gente que llenaba el templo con mucha antelación. Me gustaría hacer un breve resumen de su homilía entrañable y profunda y que os ayudaran sus palabras como me han ayudado a mí. Lógicamente no es literal pero he recogido a vuela pluma algunas ideas que os comparto: Sois un don de Dios para el anuncio del evangelio a este mundo. Os necesito y agradezco vuestra presencia hoy aquí y vuestro testimonio. Vivid el presente con pasión y mostrad al mundo la belleza del seguimiento de Jesucristo. Adviento nos dispone a recibir al Señor. El desea que salgamos a su encuentro. Todos los hombres están deseando este encuentro con Dios desde lo más profundo de su ser aunque lo manifiesten de distintas maneras. Vosotros hacéis visible y creíble el rostro samaritano de un Dios que es misericordia y compasión. La vida consagrada es en sí misma manifestación de que Dios se interesa por nosotros. El horizonte del Adviento nos lo sitúa hoy el profeta Isaías: “Dios es nuestro Padre, nosotros la arcilla y El el alfarero. Restáuranos, Dios, que brille tu rostro y nos salve” En este horizonte, la vida consagrada, nos propone un camino de esperanza que tiene tres ejes: -
Mirad y contemplad Vigilad y escuchad Velad y remad hacia dentro tras las huellas de Cristo
1. Mirad y contemplad: El logo del año de la vida consagrada está lleno de símbolos que expresan los valores fundamentales de la VR: la labor incesante del Espíritu Santo a través de vuestros múltiples carismas que Dios regala al mundo. La paloma, símbolo de la paz y reconciliación que muestra el amor y la misericordia de Dios entre los hombres. Contemplad vuestra historia desde los orígenes y ¡cuántos lugares diferentes en la actualidad…! Gracias por vuestra vida. ¡Cuántas vidas no conocerían nada del Señor si vosotros no estuvierais ahí! Sois el rostro de Cristo en ambientes nada fáciles. El globo poliédrico del logo representa al mundo en su variedad de situaciones y problemas. Vuestras vidas han llegado a todas esas realidades… 2. Vigilad y escuchad. La VR tiene la fuerza de estar siempre a la escucha del Señor. Acoge ese amor que viene y lo regala al mundo desde el diálogo y la misión… ¡Qué vocación más extraordinaria! ¿Cómo no vamos a vigilar y a escuchar? Hemos dejado todo para seguir de cerca a Jesucristo. El mundo necesita saber que lo más importante es Jesucristo. 3. Velad y remad. Caminad por las huellas de Cristo. Vuestra vida, como dice Pablo, la vivís “en la fe del Hijo de Dios que me amó y se entregó por mí”. Sois evangelio, profecía y esperanza. Estas son las señales de la vida consagrada. Es posible hablar de la profecía de la Palabra de Dios porque os alimentáis de ella cada día. Sois esperanza en tiempos de incertidumbre, cuando hay escasez de proyectos, cuando parece haberse perdido el rostro de Dios. Hay que salir a este mundo como consagrados, regaladle al mundo la presencia viva de Dios que da la vida por nosotros.
Es un gozo ver esta muchedumbre de consagrados en esta catedral. Viendo este espectáculo no hay temor a nada porque oráis, amáis y deseáis entregar toda la vida como la entregó el Señor. El os pregunta hoy: ¿Estáis dispuestos a darme vuestro cuerpo, vuestro corazón, vuestro tiempo, vuestra vida entera? El Señor quiere y desea venir ahora al final de los tiempos a este mundo nuestro y lo quiere hacer a través de vosotros. Presentémosle la vida, mostremos su rostro, atrevámonos a ser Adviento. Hasta aquí las palabras del Sr. Arzobispo. Os pido disculpas por las posibles incoherencias gramaticales, pero en un rápido resumen, he querido transmitiros este elogio que nos ha hecho de la VR y deseo que a todas nos sirva de consuelo y ánimo en el caminar de cada día. Henar Martín F.I.